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PSICOLOGÍA SOCIAL

Apuntes Tema 4

Bernardo R. Japón
psicologia.brj@gmail.com
www.be-minful.org
Bernardo R. Japón psicologia.brj@gmail.com
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PSICOLOGÍA SOCIAL
Apuntes Tema 4

TEMA 4: PROCESOS DE ATRIBUCIÓN


4.1 INTRODUCCIÓN
La atribución es la explicación que elaboramos sobre las causas de la conducta de los
demás y de uno mismo. Esto nos ayuda a dar sentido, manejar y predecir el mundo social
que nos rodea. Las hacemos normalmente frente a hechos inesperados y negativos que nos
hacen perder el control sobre los acontecimientos. Una vez que las generamos nos resulta
más fácil seguir adelante.

Las teorías de atribución se plantean las siguientes preguntas:

1) ¿Cuáles son las causas percibidas de un hecho?


2) ¿Qué información se tiene en cuenta en la búsqueda de explicaciones a los
acontecimientos?
3) ¿Qué consecuencias tiene la atribución causal?

En el proceso de atribución la causa no es directamente observable, sino que es inferida por


el sujeto que realiza el análisis causal. Estos procesos se centran en procesos cotidianos y
psicológicos, más que físicos, a los que las personas dan explicaciones ingenuas y de sentido
común. Las teorías clásicas de atribución se enmarcan dentro de la llamada “psicología
ingenua de la vida diaria”, que considera que los seres humanos se conciben como
científicos ingenuos que utilizan reglas de inferencia de sentido común para descubrir
las causas de la conducta de las personas.

La atribución es un proceso habitual en la vida diaria, con una estructura y unas


consecuencias que se pueden explicar y predecir científicamente. La motivación y las
emociones son procesos adaptativos que interfieren en la atribución, y dan sentido de
control a las personas sobre su ambiente.

La atribución tiene un carácter social, y es muy importante para el comportamiento


humano. Actúa en todos los niveles de análisis de la realidad psicosocial (individual,
interpersonal, grupal y societal).

La atribución es social porque:

 Participa en los procesos de evaluación de hechos sociales.


 De forma diferente, si la persona es actor u observador.
 Influye la categorización o asociación de la persona a un grupo.
 Se pueden transmitir por comunicación interpersonal y ser compartidas por todo el
grupo.
 Su origen reside en la información social y es influida por la interacción social.
 Su objeto es un acontecimiento que tiene que ver con personas o tiene consecuencias
sociales.
 Es compartida por los miembros de un grupo.

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4.2 ¿CUÁNDO HACEMOS ATRIBUCIONES?


Los investigadores se preguntan si existe un análisis espontáneo causal, y cuáles son los
factores que lo instigan y favorecen.

Está demostrado que la atribución sí es un proceso espontáneo de análisis de los


acontecimientos. Las personas no tienen intención de hacer atribuciones, ni se dan cuenta
de haberlas hecho. Se analizan tanto personas como acciones. Hay situaciones
especialmente propicias para la investigación atributiva:

1. Los acontecimientos inesperados,


2. Los que se desvían del curso normal de una acción
3. Los objetivos no logrados

Según Fosterling (2001), podemos encontrar explicación a un suceso inesperado y mantener


nuestras teorías ingenuas previas, o bien, si el hecho no encaja en nuestros esquemas,
necesitaremos revisar nuestras teorías.

Las explicaciones de lo inesperado pueden ser respuestas básicas a estímulos nuevos, y la


atribución se podría considerar una conducta exploratoria general provocada por la
incertidumbre. Cuando recibimos un estímulo que produce incertidumbre, la necesidad de
control seria una motivación que puede satisfacerse con la explicación. En este caso la
atribución tendría un carácter funcional.

Los fallos, fracasos o acontecimientos negativos provocan la realización de atribuciones. Un


éxito también puede provocar atribuciones si se percibe como un fracaso. Por ejemplo, si
sacamos un notable y esperábamos un sobresaliente.

Cuando experimentamos falta de control frente a un acontecimiento, buscar explicaciones


nos ayuda a recuperar la percepción de control. El estado de ánimo y los sentimientos
también favorecen el análisis atributivo. El mal humor incrementa y complica el análisis
causal y el buen humor lo favorece. Racionalizar la experiencia de una emoción, incluso
aunque se haga una atribución errónea, ayuda a reducir la intensidad de la misma.

4.3 ¿POR QUÉ HACEMOS ATRIBUCIONES?


Las motivaciones que nos llevan a realizar atribuciones se solapan y coinciden con las
funciones que desempeñan. Como motivación encontramos:

 Motivo básico de comprensión


 La motivación de creer en un control efectivo
 Dar imagen positiva ante los demás (motivo de pertenencia)
 La motivación de auto-ensalzamiento (motivo de potenciación personal)

Como funciones encontramos:

 Función de control: Kelley (1971) afirmaba que el objetivo del análisis causal era
el control efectivo. Uno de los motivos que guía nuestro comportamiento es ejercer
control sobre nuestro mundo físico y social. Encontrar una explicación a un hecho,
sea correcta o incorrecta, nos ayuda a predecir acontecimientos parecidos, y nos

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proporciona una percepción de control. Se habla de dos funciones dentro de la


función de control:
o la explicación que nos ayuda a comprender, a tener control sobre uno mismo
y a manejar el ambiente, y
o la predicción que sirve para la intervención sobre el ambiente
 Función de autoestima: responde a la motivación egocéntrica. Se relaciona con el
motivo de potenciación personal. El proceso de análisis puede sesgarse para
mantener la autoestima. Explicamos éxitos aludiendo a factores internos y estables
(he aprobado porque tengo un buen nivel), y los fracasos los atribuimos a elementos
externos e inestables (he suspendido porque el profesor puso un examen muy difícil)
con el fin de proteger nuestra autoestima.
 Función de auto-presentación: en ocasiones las personas tienen que explicar y
controlar su comportamiento frente a los demás, intentando así controlar las
atribuciones que los otros hacen sobre nosotros. Con la auto-presentación se
manipula la información que reciben los otros sobre nosotros, y se controla la
percepción. La motivación de presentarse a uno mismo de forma favorable, influye
en la explicación del propio comportamiento.

4.4 ¿CÓMO SE PROCESAN LAS ATRIBUCIONES? TEORÍAS


CLÁSICAS DE ATRIBUCIÓN
Kelley y Michela (1980) organizaron el estudio de la atribución dividiéndolo en dos
categorías:

1. Teorías de la atribución: se centran en los antecedentes, en la influencia que la


información, nuestras creencias, y la motivación tienen en el proceso de inferencia
causal. Se analiza cómo se manipulan estas variables independientes para llegar a
la percepción de las causas sobre una acción, variables dependientes.
2. Teorías atributivas: se centran en las consecuencias conductuales, emocionales y
cognitivas (expectativas). Se parte de las atribuciones (variables independientes),
de las que se deducen consecuencias en la conducta, expectativas, y en los
sentimientos o emociones (variables dependientes).

4.4.1 Psicología Ingenua


Heider (1958) aporta las bases fundamentales sobre las que más tarde se desarrollan las
otras teorías de atribución. Introduce su psicología ingenua, sobre la idea de que las
personas intentan comprender, controlar, y predecir los acontecimientos que les conciernen.
Compara a las personas con los científicos: ambos utilizan la observación para formar sus
teorías, que confirmarán, refutarán o modificarán con nuevas observaciones posteriores.

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Las creencias o teorías influyen en el comportamiento de las personas. Su teoría de


percepción social se basa en la teoría de las lentes de Brunswik (1956) sobre la
percepción de objetos, según la cual ningún objeto se puede percibir directamente. En
este sentido la percepción de personas ocurre en función al comportamiento de esa persona,
el contexto, la forma en la que el perceptor experimenta ese comportamiento, y las creencias
del perceptor sobre por qué las personas se comportan como lo hacen. Según Fiske y Taylor,
las personas además son agentes de su propio comportamiento, ya que tienen intenciones,
deseos, sentimientos, emociones, y son conscientes de que están siendo percibidas, y ellas a
su vez, son perceptoras.

Heider hace tres aportaciones importantes:

1. El análisis ingenuo de la acción

La localización de la causa que origina un comportamiento es fundamental para


comprender por qué se comporta la persona de una determinada manera.

Las causas de una conducta pueden ser internas o externas. También participan los
factores ambientales y personales existiendo una relación inversamente proporcional entre
ellos. En los factores ambientales hay dos aspectos:

 la dificultad, que es relativamente estable, y


 la suerte, que es variable

En los factores personales están:

 la capacidad, que es estable, y


 la motivación, que es variable y controlable, y en la que se incluye la intención y el
esfuerzo.

Estos factores se relacionan:

 dificultad y esfuerzo son directamente proporcionales


 capacidad y esfuerzo son inversamente proporcionales

Existe el poder de realizar la acción con éxito cuando la capacidad del actor es superior a la
dificultad de la tarea, o ésta se combina con la suerte.

El perceptor hará una atribución interna de la conducta del sujeto cuando perciba que
éste tiene capacidad e intención. Y hará una atribución externa o ambiental cuando la
dificultad de la tarea exceda la capacidad del sujeto o no perciba intención de realizar la
conducta.

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2. Atribución de responsabilidad

Podemos saber quién realizo una acción, pero no sabemos hasta qué punto esa persona es
responsable de lo ocurrido o pudo ser un accidente. Si la acción se atribuye a fuerzas
personales será mayor el nivel de responsabilidad que si se atribuye a fuerzas ambientales.

Establece cinco niveles de responsabilidad:

1) Asociación: se atribuye la responsabilidad de un acto a alguien que no lo ha


realizado simplemente por tener relación con el actor real o con la situación (romper
florero con un balón y castigar a todos los que estaban jugando)
2) Causalidad: el actor se hace responsable de la acción pero no ha tenido intención
de hacerlo (niño que está aprendiendo a montar en bicicleta y hiere a un compañero
al pasar junto a él)
3) Previsibilidad: el actor asume su responsabilidad, no tenía intención, pero el
observador cree que el sujeto podría haber previsto lo ocurrido
4) Intencionalidad: el actor actúa con intención. En este caso, el actor puede realizar
una atribución interna de la acción
5) Justificabilidad: se justifica la acción intencionada por imperativos de la situación
(un niño lesiona a otro al pasar con su bicicleta para impedir que éste pegue a su
hermano)

3. Principio de covariación

Según este principio puede atribuirse un efecto a una causa que está presente cuando éste
ocurre, y que está ausente cuando el efecto no se produce. Heider propone que las personas
aplicamos de manera similar a como lo hacen los científicos el principio de covariación
cuando tratamos de explicar la conducta. Dicho principio es uno de los básicos sobre los que
se construye la ciencia y consiste en observar cómo el fenómeno que queremos explicar
aparece cuando se dan unas circunstancias determinadas y desaparece o no está presente
cuando dichas circunstancias no están presentes. La covariación no implica siempre
causalidad. De ahí que Heider proponga que las personas, cuando atribuimos la conducta
de los otros a causas, actuamos como científicos ingenuos.

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4.4.2 Teoría de las inferencias correspondientes


Jones y Davis (1965) continúan en la línea de Heider. Profundizan en la causalidad
disposicional o atribución interna. Este proceso consta de dos etapas:

1) La atribución de intención, y
2) la inferencia correspondiente

La búsqueda termina cuando se encuentra un motivo que sea razón suficiente del
acontecimiento. Se trata de buscar explicaciones estables e informativas. La conducta del
actor será más informativa si se juzga que es intencionada y que se debe a una intención
consistente.

4.4.2.1 Atribución de intención


Jones y Davis proponen que las personas nos fijamos, sobre todo, en los efectos que
percibimos que tiene la conducta del sujeto, encontrándose el problema en decidir cuál de
esos efectos intentaba conseguir el actor con su conducta.

Como condición preliminar para poder deducir a partir de los efectos de la conducta del
sujeto, necesitamos atribuir intención a la elección. Para atribuir la intención es condición
necesaria que el actor tenga el conocimiento de los posibles efectos, y tenga la capacidad
para conseguir el efecto deseado. La intención es precondición para realizar la inferencia
correspondiente.

Estas inferencias le permiten realizar una atribución de intención sobre el actor, y


mediante esta atribución asocia las acciones a unas características estables de éste.

4.4.2.2 Inferencia correspondiente


La inferencia correspondiente, se basa en el concepto de correspondencia: esto es la unión
de un atributo personal y un efecto para explicar una acción. Al hacer una inferencia
correspondiente se juzga que una determinada conducta está causada por un rasgo interno
y estable de la persona, una disposición. Y este rasgo se infiere a partir de su conducta.

Cuanto menos normal es la conducta del sujeto, y menos deseables son los efectos para el
resto de la gente, habrá mayor probabilidad de realizar la correspondencia. Ejemplo: se
puede inferir que una persona eligió tal carrera por afición, ya que es una carrera poco
común (acción poco normativa) o porque la mayoría de la gente piensa que es muy tediosa o
inútil (consecuencias poco deseables para la mayoría). Mayor será la inferencia si el actor
tiene un rasgo externo que explique su conducta.

Aspectos que influyen para realizar la inferencia correspondiente:

Efectos de la acción

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Lo más informativo para hacer la inferencia correspondiente son los efectos no comunes,
los efectos distintivos. Si son pocos, mayor probabilidad tendremos de hacer la inferencia
correspondiente. Si son varios, la información para hacer la inferencia correspondiente se
complica. Para comparar los efectos partimos de la elección se hizo frente a otra situación, y
así se analizan los efectos no comunes en las dos situaciones de elección.

Deseabilidad de los efectos

La medida en que la deseabilidad de las consecuencias de un acto disminuyan o éste sea


menos normativo, es más probable y seguro hacer la inferencia correspondiente. La mayor
correspondencia se dará cuando los efectos no comunes sean pocos y la deseabilidad social
sea baja.

Rol social

Ofrece información útil para establecer una asociación entre la acción y la disposición
subyacente cuando esa acción la realiza una persona que no ejerce ese rol. Ejemplo:
arquitecto que se acerca a atender a una persona herida.

Expectativas previas

Cuando se tienen expectativas sobre el comportamiento de una persona, la medida en que


esto se desconfirma nos ofrece información útil para la inferencia correspondiente. Ejemplo:
un alumno que llega tarde todos los días a clase, y un sábado se levanta 2 horas antes para
asistir a un taller de escultura.

Relevancia hedónica

La conducta que elige el actor puede tener relevancia hedónica para el observador, en
función del significado emocional que esa elección tiene para éste. Esto aumenta más la
probabilidad de que se haga la inferencia correspondiente. Cuando uno de los efectos de la
conducta del otro que queremos explicar nos implica o afecta personalmente, entonces hay
más probabilidades de que se produzca una inferencia correspondiente.

Personalismo

Ocurre cuando el observador percibe que el actor quiere beneficiarle o perjudicarle


intencionadamente. En este caso es todavía más probable que el observador que el actor
quiera beneficiarle o perjudicarle intencionadamente

4.4.3 El modelo de covariación y los esquemas causales


La teoría de la atribución de Kelley (1967) amplía las anteriores intentando encontrar
el origen de la acción. Incluye situaciones sobre acontecimientos únicos y aquéllas con
múltiples casos del mismo suceso o sucesos semejantes. Detalla la forma en que se produce
el proceso de atribución, observando:

 El comportamiento de otros (heteroatribución)


 El de uno mismo (autoatribución)
 El ambiente

4.4.3.1 El modelo de covariación

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Kelley desarrolla su teoría a partir de las ideas de Heider (1958) sobre el análisis causal.
Explica que la inferencia para localizar la causa responsable del efecto se puede realizar
observando la covariación de diferentes causas potenciales con dicho efecto.

Se basa en el principio de covariación ya que propone que hay tres fuentes de


información para explicar la conducta de los otros: consenso, distintividad y
consistencia. Cada una de ellas puede VARIAR al ser alta o baja. Su modelo se basa en
determinar conjugaciones específicas de COVARIACIÓN que nos llevarán a inferir que los
causantes del efecto son el estímulo, la persona o la situación. El efecto se atribuye a una
condición que está presente cuando el efecto está presente, y ausente cuando el efecto
también lo está.

Los factores que pueden causar el efecto son:

a) PERSONA

b) ESTIMULO

c) SITUACION

Las fuentes de información que valoramos como alta o baja, son:

a) CONSENSO: con las respuestas de otras personas

b) CONSISTENCIA: con la que el sujeto respondió a ese mismo estímulo en otras


ocasiones

c) DISTINTIVIDAD: de las respuestas del sujeto a otros estímulos

Sobre la base de esto se concluye que:

FUENTES DE INFORMACIÓN
CONSENSO DISTINTIVIDAD CONSISTENCIA
Atribución al ESTÍMULO + + +
Atribución a la PERSONA - - +
Atribución a CIRCUNSTANCIAS - + -

Una acción dependerá de: (EJEMPLO: Alberto pone la zancadilla a Raúl)

a) PERSONA: (ALBERTO)

I. CONSENSO BAJO: ningún otro niño pone la zancadilla a Raúl.


II. DISTINTIVIDAD BAJA: Alberto pone la zancadilla a Raúl y a otros niños.
III. CONSISTENCIA ALTA: Alberto siempre pone la zancadilla a Raúl.

b) ESTIMULO: (RAUL)

I. ALTO CONSENSO: otros niños también ponen la zancadilla a Raúl.


II. ALTA CONSISTENCIA: Alberto siempre pone la zancadilla a Raúl.
III. ALTA DISTINTIVIDAD: Alberto no pone zancadilla a otros niños.

c) SITUACION: (OCASIÓN)

I. CONSISTENCIA BAJA: Alberto no ha puesto otras veces la zancadilla a Raúl.

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II. DISTINTIVIDAD ALTA: Alberto no pone la zancadilla a otros niños.


III. CONSENSO BAJO: ningún otro niño pone zancadilla a Raúl.

La investigación empírica ha confirmado este modelo, pero también se ha demostrado que


tiene limitaciones:

 En general las personas al hacer una atribución, suelen fijarse más en la


consistencia, antes que en la distintividad y el consenso.
 Se cree que es un modelo excesivamente racional que requiere mucho tiempo y
disponer de mucha información.
 Según Fiske y Taylor describe el proceso atributivo de manera idealizada.
 Se critica que el principio de covariación se utilice para realizar inferencias de
causalidad, ya que el hecho de que exista covariación, no significa que exista
causación.

4.4.3 2 Los esquemas causales


Son necesarios para hacer atribuciones cuando la información que recibimos de la persona
es insuficiente, confusa o esta distorsionada.

Es una concepción general que la persona tiene sobre cómo interactúan un determinado
tipo de causas, para producir un tipo de efecto concreto.

Dado que una acción puede tener causas múltiples, propone dos tipos de esquemas:

1) Esquema de causas suficientes múltiples: un efecto ocurre debido al menos a


una de las causas presentes en la situación o por todas ellas juntas. En este
esquema puede actuar el principio atributivo de desestimación, cuando el
papel de una de las causas presentes en una situación disminuye por la presencia
de las otras causas posibles.
2) Esquema de causas necesarias múltiples: en una situación en la que se dan
varias causas, es necesario que todas ellas actúen juntas para lograr el efecto.

El principio atributivo de aumento se da en ambos esquemas: ocurre cuando el papel de


una causa para producir un efecto aumenta si existe la causa inhibitoria en el momento en
el que se produce el efecto. Las causas inhibitorias favorecen el principio de aumento
porque su presencia nos lleva a percibir más fuertemente el papel de un determinado factor
como causa de la conducta que queremos explicar. La razón de que así sea es que las causas
inhibitorias son causas que, en principio, cabría esperar que fueran en contra de que se
produzca el comportamiento que queremos explicar. Ejemplo: una persona que proviene de
un ambiente familiar desestructurado consigue desempeñar una brillante carrera
profesional. En el proceso atributivo intentamos explicar qué causa el que esta persona
haya conseguido dicho efecto o conducta (es decir, haber llegado a ser un brillante
profesional). El ambiente familiar desestructurado actuaría en este proceso atributivo como
una causa inhibitoria, ya que dicho ambiente actúa en contra de que el efecto que queremos
explicar (la brillante carrera profesional) se produzca. Por eso, aparece el efecto de aumento
en el proceso atributivo: atribuiremos la causa de que esta persona haya llegado a ser un
brillante profesional a una causa interna a él o ella (atribución a la persona).

4.5 ERRORES Y SESGOS ATRIBUTIVOS


Las teorías de la atribución indican la forma en que se deberían explicar los
acontecimientos de una manera formal, es decir, de acuerdo a un modelo normativo. Pero

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no siempre es así: las atribuciones no siempre son correctas, y pueden estar sesgadas. El
perceptor se desvía de los procesos normativos y comete errores y sesgos. Muchas veces
estudiar estos sesgos atributivos es más útil para el estudio de la atribución, que las teorías
formales. También es importante comparar atribuciones naturales con teorías formales
para comprobar desviaciones de la teoría.

4.5.1 Error fundamental o sesgo de correspondencia


Se suele atribuir una conducta exclusivamente a disposiciones del actor, sin tener en cuenta
el poder de las situaciones. En el modelo de Kelley se suele observar más covariación con la
persona que con el estímulo o la situación. Fiske y Taylor (1984) ponen en evidencia que a
causa de este sesgo muchas veces consideramos a personas responsables de ciertos actos,
cuando en realidad son víctimas de las circunstancias. Ejemplo, considerar a una mujer
trabajadora como perezosa cuando en realidad esta sobrepasada de cargas familiares.

Posibles explicaciones del sesgo:

 Los determinantes cognitivos, que consiste en el efecto de la saliencia del actor


frente a la situación. Su conducta es más evidente que los factores de fondo o
situacionales.
 Los determinantes socioculturales: elementos sociales influyen sobre los
patrones erróneos que se observan en las explicaciones, hasta el punto de
considerar que un sesgo no es tal, sino que es un elemento indispensable del
sistema de una cultura determinada. En Occidente es común encontrar como
explicación a un éxito, fracaso o mérito, la determinación personal y la ideología.
Normalmente las atribuciones a factores internos se perciben como más favorables
que a factores externos. Es lo que se conoce como norma social de internalidad.
 El error fundamental también puede explicarse como una forma de auto-
presentación. En Occidente existe una preferencia por las explicaciones
disposicionales: al estar bien visto, se utilizan para mantener y aumentar la
aprobación de los otros.

La preferencia por explicaciones disposicionales no es generalizable a las diferentes


culturas.

Sesgos atributivos: universalidad y diversidad cultural

Las culturas colectivistas recurren más a factores situacionales para explicar una
conducta, frente a los individualistas. Estos sobredimensionan los rasgos, actitudes, y
motivos personales al explicar una conducta. Se centran en el objeto y no son conscientes
del contexto. Los colectivistas ven el comportamiento como una interacción entre el objeto
y el ambiente. Existe una tendencia universal a atribuir las conductas a rasgos internos
estables (disposicionales). Cuando esas atribuciones son infundadas se da menos peso al
contexto del que en realidad tiene y se cae en el sesgo del error fundamental. La tendencia
es universal pero los colectivistas tienen más posibilidades de evitar caer en el sesgo.
Cuando las situaciones son salientes, los colectivistas son más sensibles a ello y tienden a
corregir los sesgos y a los individualistas no les afecta la saliencia de la situación.

La existencia de esta tendencia universal se podría explicar por la teoría de la mente


propia de la especie. Era adaptativo y necesario poder predecir lo que el otro haría antes
de tomar una decisión. Para ello se desarrollo la capacidad de hacer inferencias sobre las
características personales estables de otros a partir de sus acciones. Esto es un marco de
referencia para predecir intenciones y comportamientos. Nos sirven para generalizar a

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otras situaciones, y aunque sean erróneas o sesgadas, funcionan y nos permiten un buen
desenvolvimiento en nuestro entorno social.

4.5.2 Infrautilización de la información de consenso


A la hora de hacer atribuciones, se infrautiliza esta información: no se da la misma
importancia al consenso (información sobre la conducta de otras personas en la misma
situación), que a la conducta de la misma persona en situaciones similares o frente a otros
estímulos. Según Fiske y Taylor (1984), aunque la información de consenso nos puede
aportar información sobre cuán común es una experiencia, la experiencia en sí misma no
cambia. La información tiene que pasar un tamiz que indique en qué medida es válida y
relevante para la situación.

4.5.3 Efecto del falso consenso


Las personas tienden a pensar que su forma de actuar es la general en una determinada
situación y que las otras personas reaccionarán de la misma manera en la misma
circunstancia. Posibles explicaciones:

 Contacto selectivo: se tiende a buscar a otras personas que se nos parecen. De


esta forma se juzgaría el comportamiento de los demás, en base a estas personas
que están cerca nuestro, y que son muy similares a nosotros.
 También lo podemos hacer porque queremos resolver una ambigüedad:
optamos por actuar en una dirección que creemos obvia y que por tanto los demás
también la elegirán.
 Por último, es posible que intervenga un mecanismo de autoestima: tenemos la
necesidad de pensar que las creencias propias son las correctas, por eso las
atribuimos a los otros para defender la imagen positiva de nosotros mismos.

4.5.4 Atribución defensiva


Ejemplo de Walster (1966) y la responsabilidad por accidente de coche:

 Se atribuía mayor responsabilidad al conductor cuanto más graves eran las


consecuencias del accidente; así, atribuyéndole la responsabilidad a la víctima
disminuye en el observador la probabilidad de que a él pueda ocurrirle lo mismo.
 En un accidente leve, al ser menos amenazante, se reducen las responsabilidades
del implicado.

Shaver (1970) sostiene que este sesgo depende de:

 Las posibilidades situacionales: se atribuye la responsabilidad al actor si el


observador piensa que él mismo se puede encontrar alguna vez en esa situación y
actuaría de forma diferente.
 Las similitudes personales: si el implicado se parece al observador, se atribuyen
las causas a la casualidad, si no hay similitud entre ellos se atribuye al actor.

Shaver define que la atribución defensiva es un deseo por parte del observador de hacer
cualquier atribución que pueda reducir mejor la amenaza que representa la situación para
él. Aumentará la atribución interna, a mayor gravedad de las consecuencias y si el
observador se considera distinta al actor, y con posibilidades de estar en una situación
parecida. Ejemplo: Salminen (1992) y el accidente laboral: la víctima atribuye el accidente a
factores externos, y sus compañeros de trabajos a factores internos.

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También se ha observado este sesgo en un contexto de logro, haciendo hincapié en los


recursos cognitivos para enfrentarse a una situación.

4.5.5 Atribuciones favorecedoras del yo


Se tiende a atribuir el éxito a factores internos y aumenta nuestra autoestima (sesgos
auto-ensalzadores), y el fracaso se atribuye a factores externos y así protegemos nuestra
autoestima (sesgos auto-protectores). Otra explicación de este sesgo es que sea un
proceso cognitivo: el actor puede percibir la covariación entre su comportamiento y el éxito,
pero no entre su comportamiento y el fracaso (el profesor que pone en práctica una nueva
estrategia para que sus alumnos tengan más éxito puede percibir cómo los éxitos de sus
alumnos covarían con su esfuerzo como docente. Sin embargo, no desarrolla ninguna
estrategia relacionada con el fracaso. Un observador externo no podría observar la
covariación porque no tiene la conciencia del profesor en cuanto al cambio de estrategia.

Según Ross y Fletcher (1985) tanto los procesos motivacionales como los cognitivos son la
base de estos sesgos. Las personas son racionales y racionalizadoras. A veces explican y
otras justifican.

También se ha planteado el que tendemos a implicarnos en las actividades en las que


tenemos posibilidades de éxito porque tenemos la capacidad.

Forma en que los sesgos favorecedores del yo tienen consecuencias para la adaptación de las
personas:

 En general, las atribuciones autoensalzadoras tienen efectos positivos.


 En contextos educativos y laborales, este sesgo se asocia con baja autoestima y
sensación de malestar, pues aumenta la falta de implicación. No predice mayores
niveles de logro: efecto positivo del sesgo a corto plazo, pero no a largo (Roben y
Beer, 2001).

4.5.6 Efecto actor / observador


Es una extensión del error fundamental. Comparamos la atribución del comportamiento del
otro con la atribución del propio comportamiento. Jones y Nisbett (1972) describen este
sesgo como una tendencia del actor a atribuir sus acciones a exigencias ambientales,
mientras que el observador lo hace a disposiciones personales estables.

 Una explicación a esto se basa en el nivel de información y advierte que la


cantidad y tipo de información accesible al observador es diferente de la que es
accesible al actor, siendo mucho más completa en este caso. Por esto el observador,
al disponer de poca información, puede inferir que el actor se comporta usualmente
de la misma manera.
 Otra explicación de este sesgo, es la explicación perceptiva que tiene en cuenta el
punto de vista o la perspectiva perceptiva. Storm (1973) y su experimento con los
vídeos, ilustran esto. Una persona puede cambiar sus atribuciones al ver una
misma situación desde otro punto de vista.
 También influyen aspectos motivacionales: el actor querrá mantener su autoestima
y estará más dispuesto a atribuciones disposicionales frente a un éxito. Actor y
observador tienen condiciones a favor y en contra. El actor dispone de más
información pero las distorsiones motivacionales pueden hacer que no sea tan
imparcial como el observador.

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4.6 ¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENEN LAS ATRIBUCIONES?


Las teorías atributivas permiten ver la manera en que las atribuciones, una vez
realizadas, producen consecuencias cognitivas o afectivas que influyen en las expectativas y
comportamiento de las personas. Esto se produce tanto en las autoatribuciones como en
las heteroatribuciones.

4.6.1 Teoría de la motivación de logro de Weiner


El modelo de Weiner se aplica fundamentalmente a la auto-atribución. Se basa en la
influencia que las atribuciones que hacemos a una acción que hemos realizamos producen
en el pensamiento, los sentimientos y comportamiento futuro de las personas.

Basa su modelo en las teorías de expectativa-valor, ya que considera que las expectativas
sobre las probabilidades de éxito y la importancia del objetivo de logro determinan la
decisión de realizar un acto. Se diferencia de otros modelos de expectativa-valor como el de
Atkinson (1957).

Atkinson considera que la persona toma decisiones racionales sobre una base hedonista. En
este caso, la conducta de logro la determina la anticipación de las emociones que provocará
el éxito.

Weiner concibe al hombre como un científico que intenta comprender las acciones que
realiza. Su principal aportación fue introducir una mediación cognitiva, la atribución,
entre el estimulo al que se responde y las respuestas y expectativas.

La atribución como mediación cognitiva entre estímulo y acción

Las respuestas afectivas (incentivos) y las expectativas dependen de:

 Dimensión de locus de causalidad en el sentido de Heider (acción atribuida a


factores internos o externos). Las respuestas afectivas están influidas por ella,
siendo mayor su impacto si es interno (se estimulan las emociones asociadas a la
autoestima: orgullo y vergüenza).
 Dimensión de estabilidad, permanencia en el tiempo de la causa inferida de la
acción o de sus resultados. Influye sobre las expectativas, marcando la influencia de
la atribución sobre las expectativas de logro.

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Dimensiones causales

Las dimensiones causales son las propiedades que resaltan los aspectos en los que se
parecen y en los que se diferencian las causas. Cada una forma un continuo de dos extremos
en el que es posible situar una causa.

A. LOCUS DE CAUSALIDAD O INTERNALIDAD: se entiende como la medida en que una


acción se atribuye a factores internos o externos. Provocan reacciones emocionales. Se
relaciona con sentimientos de autoestima y orgullo o vergüenza.

 Factores internos son la capacidad (genera emociones como estar contento,


orgulloso y satisfecho) y el esfuerzo (genera emociones como estar satisfecho,
seguro, contento y a gusto). Se estimulan reacciones relacionadas con la autoestima.
 Factores externos son la dificultad de la tarea y la suerte. Las reacciones
emocionales en este caso son menores.

B. ESTABILIDAD: se refiere a la permanencia en el tiempo de la causa inferida de la


acción. Crea expectativas futuras. Esto genera emociones como la esperanza o
desesperanza.

 Factores estables son la capacidad y la dificultad. Se crea expectativa de que


seguiremos obteniendo los mismos resultados.
 Factores inestables son el esfuerzo y la suerte. Al ser inestables pueden no
estar presentes en el futuro; por lo tanto, no tenemos la seguridad de obtener los
mismos resultados.

Hay una tercera dimensión, la controlabilidad que, con las dos anteriores forma la
taxonomía básica.

C. CONTROLABILIDAD: se refiere a la medida en que la persona puede ejercer algún tipo


de influencia sobre los resultados. Se relaciona con emociones que tienen que ver con la
relación social, como la culpabilidad, la vergüenza y el orgullo.

 Si la causa fue interna, puede ser un factor controlable o incontrolable.


 Si la causa fue externa, en principio, es incontrolable.

Las causas se clasifican teóricamente en 8 celdas (=2x2x2): 2 niveles de causalidad, 2 de


estabilidad y 2 de controlabilidad.

El contenido o significado de las causas pueden cambiar en función de la situación, el


tiempo y la persona que perciba la acción, mientras que las dimensiones subyacentes
permanecen estables. En el contexto español las atribuciones al esfuerzo son muy
frecuentes mientras que lo son muy poco a la suerte.

Relación entre cognición y emoción

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Weiner establece un proceso cognitivo-emocional en el que asume que los sentimientos


surgen de la forma en la que se evalúa o construye un resultado. En su modelo, une
cognición y emoción, desde las emociones relacionadas con el resultado de la acción a las
emociones relacionadas con la atribución y las dimensiones causales. Ejemplo: alumno que
obtiene una mejor nota de la esperada, al ser un resultado inesperado, comienza una
búsqueda de la causa. Si, gracias a la información de la que dispone, atribuye la causa a su
capacidad, se sentirá competente. Como además es una causa interna, aumentará su
autoestima y se sentirá feliz.

En cuanto al resultado de la acción:

 El éxito se ha asociado a sentimientos de bienestar, felicidad, placidez y satisfacción


 El fracaso provoca emociones de insatisfacción, infelicidad y falta de alegría

En cuanto a las emociones relacionadas con la atribución, algunas causas específicas


generan emociones especialmente intensas, como las relacionadas con la capacidad
(contento, orgulloso, satisfecho), el esfuerzo (satisfecho, bien, contento, seguro y a gusto),
la dificultad de la tarea, el estado de ánimo, la personalidad, el esfuerzo de otros, la
personalidad de otros, la suerte y la motivación intrínseca.

Como ya se dijo, las dimensiones se han relacionado con determinadas emociones:

 Locus de causalidad: sentimientos de autoestima y orgullo o vergüenza


 Estabilidad: esperanza y desesperanza
 Controlabilidad: culpabilidad, vergüenza y orgullo (emociones asociadas a la
relación social)

Modelo atributivo sobre la motivación y la emoción

Todos los aspectos comentados los reúne Weiner en este modelo:

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1) Se interpreta el resultado de una acción.


2) Según sea esa interpretación, el resultado de asociará a un sentimiento de
felicidad, bienestar, placidez y satisfacción, si la acción se considera exitosa,
o se asociará a tristeza, insatisfacción y frustración si se considera un
fracaso: sentimientos dependientes del resultado.
3) Si el resultado se considera negativo o inesperado, se pondrá en marcha el
proceso atributivo teniendo en cuenta los antecedentes causales tales
como fuentes de información causal, reglas causales, sesgos, etc.
4) Una vez realizada la atribución, y habiendo llegado a identificar la causa de
la acción, situamos a ésta en algún punto de las dimensiones causales.
5) Tras quedar situada la atribución en sus dimensiones, aparecen las
consecuencias psicológicas relacionadas con expectativas futuras y con las
emociones. Y esto es lo que influirá en nuestro comportamiento futuro, en
nuestra motivación y emoción.

Este modelo es fundamental en el estudio de la autoatribución (el de Kelley lo es para el


de la heteroatribución). Se han propuesto síntesis de ambos modelos, como la de Martinko y
Thomsom (1998), quienes derivan de las fuentes de información de Kelley las dimensiones
explicativas de Weiner (no incluyen la controlabilidad).

Un doble análisis de las explicaciones según las fuentes de información y las dimensiones
causales permite un estudio más completo de la explicación y la situación en que ocurre la
acción. Permite:

 Estudiar la atribución de logro en uno mismo (autoatribución) y en los


demás(heteroatribución)
 Posibilidad de categorizar con mayor detalle las explicaciones naturales de una
acción
 Completa la explicación de algunos sesgos atributivos
 Añade información que mejora la utilización terapéutica de la atribución

Síntesis de las dimensiones de los modelos de Weiner y de Kelley según Martinko


y Thomsom (explicación profesor)

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La idea básica que está detrás de la Figura 4.9 es la propuesta de sus autores (Martinko y
Thomson, 1998) de sintetizar en un único modelo integrador los dos modelos más usados de
atribución: el modelo de covariación de Kelley y el de Weiner.

El modelo de covariación de Kelley se planteó y se ha usado sobre todo para describir cómo
las personas explicamos el comportamiento de los otros (heteroatribución). Además es un
modelo que se centra en cómo funciona el proceso de atribución (es, por lo tanto, una teoría
de la atribución) y no tanto en las consecuencias que dicho proceso tiene para las personas
(lo que hemos llamado en el capítulo una teoría atributiva, ver Figura 4.1). El modelo de
Weiner, en cambio, se ha centrado en el estudio de cómo explicamos nuestra propia
conducta (autoatribución) y en las consecuencias que dicha autoatribución tiene para la
persona, es decir, en cómo afecta la atribución que hacemos de nuestra propia conducta a
nuestra motivación y emociones (en este sentido es una teoría atributiva).

Un ejemplo del tipo de fenómenos típicos sobre los que se ha preocupado el modelo de
Weiner es conocer las consecuencias que tiene la atribución que hacemos de nuestro propio
fracaso. Así, por ejemplo, si atribuimos el haber suspendido un examen de matemáticas a
una causa interna, estable y no controlable (por ejemplo que no se nos dan bien las
matemáticas), es probable que perdamos la motivación por el estudio de una carrera que
tenga muchas matemáticas. El modelo de Weiner se basa en lo que él llamó “dimensiones
causales”, que fueron en un principio dos (locus de causalidad y estabilidad) y a las que
luego se añadió una tercera (controlabilidad). Dependiendo de si la causa a la cual una
persona atribuye un resultado o conducta es interna vs. externa, estable vs. inestable,
controlable vs. incontrolable, dicha persona tendrá mayor o menor motivación para volver a
enfrentarse a la ejecución de esa misma tarea y se sentirá de una determinada manera.

El modelo de Kelley, en cambio, se desarrolló y se ha aplicado sobre todo para estudiar cómo
funciona el proceso por el cual buscamos explicaciones a la conducta de los otros. Un
ejemplo típico del objeto de estudio del modelo de covariación de Kelley sería el de cómo las
personas explicamos por qué el Sr. X agredió un día al alcalde de su pueblo en el pleno del
ayuntamiento. Según el modelo de covariación atribuiremos la causa en función de tres
fuentes de información: distintividad, consistencia, y consenso. ¿El Sr. X agredió a otras
personas ese día? ¿El Sr. X agrede habitualmente al alcalde? ¿Otras personas agredieron
también al alcalde en el pleno?

Pues bien, Martinko y Thomson (1998) lo que proponen es que tanto el modelo Kelley como
el Weiner describen el proceso atributivo y por lo tanto, aunque los dos se diferencian en
sus objetivos fundamentales y en el enfoque que adoptan, debería ser posible combinarlos
en un único modelo de la atribución que sirva tanto para la heteroatribución como para la
autoatribución y que pueda ser una base para estudiar tanto el proceso en sí de atribución
(teoría de la atribución) como sus consecuencias (teoría atributiva).

Para conseguir dicha síntesis Martinko y Thomson lo que hacen es proponer un nexo de
unión entre las “fuentes de información” de Kelley y las “dimensiones causales” de Weiner.
Así proponen que “consenso” (Kelley) equivale a “locus de causalidad” (Weiner);
“consistencia” (Kelley) equivale a “estabilidad” (Weiner); y “distintividad” (Kelley)
equivale a una tercera dimensión que no es “controlabilidad”, sino “globalidad”.
Globalidad hace referencia a si una causa es global o específica. Por ejemplo, si
suspendemos un examen de matemáticas podemos pensar que es porque se nos da mal esa
asignatura en particular (especificidad) o porque no somos inteligentes (globalidad). Quizá
el alumno se pregunte por qué Martinko y Thomson introducen globalidad en vez de
controlabilidad. La respuesta es que, según ellos, en el modelo de síntesis que proponen es

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muy difícil diferenciar "controlabilidad" de "locus de cuasalidad". Es decir, para ellos si una
causa es controlable es que es interna y si es externa no es controlable, lo cual puede ser
discutible, pero aquí no vamos a entrar en esa discusión. En concreto la equiparación entre
fuentes de información y dimensiones causales que proponen Martinko y Thomson es la
siguiente:

Alto consenso = causa externa

Bajo consenso = causa interna

Alta consistencia = causa estable

Baja consistencia = causa inestable

Alta distintividad = causa específica

Baja disntitividad = causa global

Respondiendo por fin a vuestra pregunta, la Figura 4.9 lo que hace es equiparar el modelo
de Kelley con el de Weiner. Así, si una atribución implica según Kelley ALTA consistencia,
ALTA distintividad y ALTO consenso, en términos del modelo de Weiner (adaptado, ya que
en vez de “controlabilidad” se incluye la dimensión de “globalidad”) sería una atribución
ESTABLE, ESPECÍFICA, Y EXTERNA (casilla nº 1 de la Figura 4.9). Y así sucesivamente.
Es decir, dicha figura lo que hace es traducir los términos del modelo de Kelley a los de
Weiner y viceversa o, dicho de otra manera, relacionar las “fuentes de información” del
modelo de covariación con las “dimensiones causales” de la teoría de Weiner siguiendo las
correspondencias que he indicado arriba.

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