5 Megafauna
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La Megafauna
El concepto de megafauna se utiliza con referencia a los mamíferos cuya masa en su estado adulto
excede de los 1.000 kilógramos de peso. En tal categoría se consideran los megaterios, milodontes,
paleollamas, gonfoterios o mastodontes, talasocnos o perezosos gigantes, gliptodontes, entre otros.
Pero por años de años, la visión del patrimonio paleontológico en Chile se ha enmarcado en la idea de
una pobreza de restos fósiles dada por las condiciones propias de la geología existentes desde el
Cretácico hasta el presente, cuya principal característica está representada por un constante
desplazamiento de los diferentes sedimentos a lo largo de millones de años. Tal condición ha ocasionado
un continuo redepósito de los fósiles de diferentes faunas, por lo que se observan sumamente
desarticulados y fragmentados, encontrándose solo en condiciones muy excepcionales ejemplares
articulados o semiarticulados y conservados in situ sin retrabajo.
19
EL VALLE DE QUILPUÉ se extiende,
grosso modo, desde el cordón de Los
Lunes, en el sector de Los Aromos,
arriba de Paso Hondo, hasta el
cordón que divide a Peñablanca de
Quebrada Escobares. Por el norte, el
cordón de El Molle, y por el sur u
cordón de escasa altura que divide al
valle de Quilpué del de Marga-Marga.
Se trata de un terreno más bien
ondulado, con pocas elevaciones
importantes, aunque con algunas
quebradas bastante importantes. Las
actuales características climáticas y
ecológicas se habrían definido ya
para unos dos mil a tres mil años
antes de Cristo.
Para el tiempo en que debió haber
vivido el gonfoterio en el valle de
Quilpué, las condiciones climáticas
serían muy distintas, con un sistema
de lluvias mucho más abundante que
en la actualidad, y muy semejante a
lo que ahora son las Regiones de Los
Ríos y de Los Lagos, con bosques de
robles y araucarias, y el lecho del
estero de Quilpué compuesto muy
principalmente de pantanos,
ciénagas, lagunas y extensos terrenos
del tipo humedales.
Lo anterior influyó en la formación de
un hábitat apropiado para la
existencia de muchas especies de la
megafauna, como el gonfoterio, por
ejemplo. Y también habría
depredadores naturales, como el
esmilodón. Pero, sin duda alguna, el
más agresivo y peligroso depredador
de toda la megafauna fue el hombre,
al que se da en llamar paleoindio,
debido a razones de estudio.
20
A pesar de esta situación, en los últimos años, gracias al trabajo de campo, están siendo descubiertos
nuevos materiales que, aunque fragmentarios, permiten comenzar a desarrollar algunas hipótesis sobre
la evolución y la historia biogeográfica de varias formas de vertebrados que habitaron en Chile.
Fotografía in situ del rescate de un cráneo de mastodonte, nótese el tamaño de las defensas (Colmillos). 15
Extinción y fósil
Las palabras extinción y fósil, si bien tienen significados diferentes, en la práctica vienen a representar lo
mismo, ya que, tarde o temprano, todas las especies se van a extinguir. De alguna manera, la evolución
de las biotas está regulada por este proceso de extinciones y evolución de nuevas formas. En este
contexto, la extinción nos enseña que los ecosistemas y las faunas presentan niveles de fragilidad y
temporalidad.
Sin duda, nuestra especie —homo sapiens— es dominante en el planeta en cuanto a ocupación del
territorio y desarrollo de tecnología. Esto es tema de debate en los últimos años, particularmente en el
sentido de si somos o hemos sido los responsables de la extinción de especies y particularmente de la
megafauna.
15
Véase, http://animalesprehistoricosdechile.blogspot.com/2012/12/los-mastodontes-representan-los.html, consultado 18
de junio de 2015.
21
Al respecto, se ha señalado que el proceso de colonización de los primeros humanos modernos —hará
cosa de unos 50.000 años en el pasado— asociado al desarrollo de tecnología, como el desarrollo de
puntas de proyectil, produjo un impacto significativo sobre la fauna local, principalmente en los grupos
de mamíferos que constituían sus presas.
Cráneo con defensas de mastodonte que se conserva en el Museo Nacional de Historia Natural, Santiago, Chile.
El gonfoterio
El grupo de los proboscídeos, se caracteriza por tener fusionado el labio superior con la nariz, formando
una sola estructura llamada probóscide. Otra característica de este grupo de mamíferos es la hipertrofia
de los incisivos superiores e inferiores, según la especie.
Es así que se tiene tetrabelodontes (con cuatro incisivos súper desarrollados, superiores e inferiores) y
dibelodontes (solo dos incisivos, ya sean superiores o inferiores). En esta categoría entra la familia
extinta de los Dinotheridae, con prominentes incisivos inferiores doblados hacia atrás y la familia
Elephantidae, representada por los actuales elefantes asiáticos (Elephas maximus) y el elefante africano
(Loxodonta africana), con sus grandes defensas en el maxilar superior.
Las distintas especies de estos animales habitaron distintos tipos de ambientes (selvas, tundras, etc.),
conquistando casi todo el planeta, a excepción de Australia y la Antártica.
Los mastodontes representan a los mamíferos fósiles de gran tamaño más abundantes encontrados en
Chile, ya que sus fósiles abundan en casi todas las regiones, se han encontrado tanto en el norte como
en el sur. Existen dos sitios muy importantes con evidencias de mastodontes en Chile, Quereo16 y San
Vicente de Tagua17. Estos dos sitios han proporcionado una gran cantidad de material paleontológico y
arqueológico. En efecto, la laguna hoy seca de Tagua-Tagua ha rendido evidencia de la faenación de
grandes mamíferos, así como también se han descubierto evidencias de fogatas y de huesos utilizados
como herramientas por las personas que allí cazaron y faenaron ejemplares de la megafauna local.
16
En las inmediaciones de Los Vilos, Provincia de Choapa, Región de Coquimbo.
17
En la antigua laguna de Tagua-Tagua, San Vicente de Tagua-Tagua, Provincia de Cachapoal, Región de O’Higgins.
22
Más modernamente, se han encontrado huesos de mastodontes Cuvieronius hyodon en el sitio
arqueológico de Monte Verde, al noroeste de la ciudad de Puerto Montt. También se encontraron restos
de mastodonte en Batuco, a unos 30 kilómetros al norte de Santiago, pero, lamentablemente, la mayor
parte de los huesos hallados, incluyendo partes del cráneo, se perdieron debido a que se desintegraron
por haber estado en un lugar muy húmedo, rescatándose al final muy poco material.
Asimismo, en 2007 se encontraron molares de un mastodonte en las inmediaciones del río Quillén18,
mientras se trabajaba en la implementación de un balneario.
Otro importante hallazgo de un hueso de mastodonte se produjo hace algún tiempo en el Parque Natural
Aguas de Ramón20 cuando un guardaparque encontró un gran hueso que asomaba desde una saliente.
Los estudios posteriores realizados por cuatro especialistas y el arqueólogo Patricio López demostraron
que el hueso correspondía a un fémur incompleto de un mastodonte. En el mismo sitio se descubrieron
los huesos de una paleollama, otro gran mamífero de la época de los primeros americanos.
18
Comuna de Galvarino, Provincia de Cautín, Región de la Araucanía.
19
http://animalesprehistoricosdechile.blogspot.com/2012/12/los-mastodontes-representan-los.html.
20
Comuna de La Reina, Provincia de Santiago, Región Metropolitana.
23
El asunto que se discute muchas veces cuando se está enfrente de algún sitio que parece
mostrar algo más que lo que se ve de buenas a primeras, es si tal o cual objeto que aparece a
los ojos responden a un proceso natural o a la intervención humana.
Es lo que sucede con el sitio El Belloto-6, donde pueden apreciarse estos bloques de piedra
perfectamente cortados y alisados.
¿Cuál es su significado real y verdadero?
Sin duda que los estudios que se puedan realizar por parte de especialistas y expertos en
diversas disciplinas podrán algún día dilucidar lo que en realidad son este y otros grupos de
grandes bloques de piedra que se ofrecen a la vista en distintos lugares del valle de Quilpué y
que han concitado el interés de muchas personas que los han observado.
La Sociedad de Historia y Geografía de Marga-Marga, desde sus inicios, ha tenido la
preocupación por estos y otros lugares pero, sobre todo, porque se puedan estudiar y poner
en valor, al propio tiempo que darse a conocer al público en general, mediante un trabajo
serio por parte de quienes poseen los conocimientos necesarios para enfrentar tal trabajo.
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En 1986, unos trabajadores descubrieron, en Osorno21, al remover una gran cantidad de tierra, unos
enormes huesos, los que fueron identificados como Gomphotherium, es decir, mastodonte. Las
excavaciones posteriores han seguido proporcionando nuevos huesos, no solo de gonfoterios o
mastodontes, sino también de otros ejemplares de la megafauna local, como, por ejemplo, el Myocastor
cf. coypus, del cual se ha encontrado un cráneo completo.
Esculturas de una manada de Gonfoterios en el Parque Pleistocénico de Osorno, al Interior del Parque Chuyaca,
Osorno.
Durante la construcción de una nueva planta de Aguas Andinas en la comuna de Padre Hurtado 22, el
personal que realizaba las faenas se topó con un hueso de casi veinte centímetros que fue creciendo en
tamaño a medida que retiraban la tierra y las piedras que lo cubrían. Las obras se paralizaron a fin de
rescatar la pieza fósil, la que finalmente se determinó que correspondía a un incisivo23 de un gonfoterio.
Un equipo de expertos dirigidos por el arqueólogo Rafael Abarca y un perito de la PDI comenzaron con
las excavaciones y para sorpresa suya, se encontraron con el cráneo casi completo del animal
prehistórico. En la actualidad, dicho cráneo se encuentra depositado en el Laboratorio de Paleontología
del Museo Nacional de Historia Natural para su estudio.
Obviamente, más de algo estaba cambiando en las mentes de los científicos para cuando se descubrió
este sitio.
21
Provincia de Osorno, Región de Los Lagos.
22
Provincia de Talagante, Región Metropolitana.
23
Es decir, defensa.
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Consideraciones generales sobre los gonfoterios o mastodontes
Restos de Gomphotheriidae o gonfoterios, en América del Sur, se registran desde el período Pleistoceno
Inferior Medio hasta el final del Pleistoceno. Estos se consideran descendientes de los gonfoterios de
América del Norte y habrían llegado a través del Istmo de Panamá.
Aunque de los hallazgos de restos de gonfoterios hay escasos datos geológicos, de los sitios paleoindios
existen muchos más, lo que es importante para establecer los tiempos y hasta las circunstancias
generales.
Algunos eruditos consideran que los gonfoterios presentan una variabilidad individual, siendo
partidarios de incluirlos todos en un solo género monoespecífico, el de los Cuvieronius hyodon. Otros
consideran que los restos de San Vicente de Tagua-Tagua son muy distintos de los demás y que deberían
corresponder al Stegomastodon. Entonces, se especula, los Cuvieronius hyodon pudieron haber llegado
desde el Norte, aproximadamente a lo largo del borde occidental de la cordillera de los Andes hasta la
zona Monte Verde, en el área de Puerto Montt. En tanto, los Stegomastodon pudieron haber arribado
desde la Argentina a través de algún paso cordillerano hasta la zona de San Vicente de Tagua-Tagua.
Desde el punto de vista geológico y paleontológico, son pocos los datos sobre la ubicación de estos
animales en el tiempo. No obstante, el hecho de que varias localidades o sitios donde se han
descubiertos sus restos correspondan a niveles paleoindios de cazadores-recolectores, permite que se
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hayan propuesto algunas fechas, las que varían entre 13.000 y 10.000 años antes del presente. Los restos
chilenos de gonfoterios corresponden prácticamente todos al Pleistoceno superior o Lujanense, tanto
los que se han descubierto en sitios de caza como los hallazgos puntuales.
La distribución geográfica de los mastodontes en Chile parece indicar que se dispersaron de norte a sur,
llegando hasta la altura de la isla de Chiloé, sin embargo, las referencias más numerosas de proboscídeos
se dan entre La Serena y Temuco.
Del análisis de los restos que se han descubierto, se deduce que todos los restos analizados deben
corresponder a una misma forma. Todos ellos quedan dentro de la variabilidad d elos materiales que se
han observado en aquellas localidades con muestras más rpresentativas, como lo son San Vicente de
Tagua-Tagua y Tierras Blancas. Pero, desde el punto de vista morfométrico varían más los restos
dentarios. Los tamaños son variables, no sólo entre dientes superiores e inferiores, sino también entre
los de un mismo individuo.
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Algunas consideraciones…
Primero que nada, no puede afirmarse, de ninguna manera cierta, que los restos hallan estado
siempre en el sitio donde fueron descubiertos por don Carlos Cerda. Es probable que hayan sido
arrastrados por la corriente del estero en algún momento en que se produjo una correntada inusual
debido a las lluvias y probablemente a un cambio en el drenaje del valle, lo que pudo haber influido
en la apertura de la salida de las aguas tal como se ve actualmente, por la estrechez de Paso Hondo,
aproximadamente a la altura de la fuerte curva que se verifica, casi en noventa grados, hacia el sur.
No puede pasarse por alto el hecho de que es mucho más probable que el animal haya estado
pastando originalmente en las tierras suaves y poco onduladas de El Belloto, probablemente a orillas
de un cenagal.
Si el animal murió debido a acción humana, es decir, fue cazado, es muy posible que hayan quedado
restos de tal acción en la forma de puntas de proyectil.
También debe tenerse en cuenta que las piezas 1 y 2, así como unos fragmentos de cornamentas
de un(os) animal(es) no identificado(s) no se encuentran fosilizados, por lo que su conservación es
preocupante. Ya se ha visto que la descomposición del material óseo está en avanzado estado, y
que de no iniciarse un trabajo de conservación agresivo, lo más probable es que terminen por
perderse irremediablemente.
Ahora bien, si hubo un arrastre de los restos, es posible que también se haya producido un arrastre
de material lítico de manufactura o en proceso de manufactura por parte de algún grupo paleoindio
que instaló un campamento temporario en el valle, sin que pueda determinarse el sitio exacto.
Porque si se produjo una correntada inusual en medio de un gran temporal de lluvia, diversos
materiales pudieron haberse mezclado en el sitio donde se encontraron los restos del gonfoterio y
los restos de manufactura lítica.
La presencia de actividad humana en el sitio Los Carrera-1, pudiera hablar de presencia humana en
el sector del centro de Quilpué. Pero es posible que se tratara de un campamento de gentes
transhumantes y que pudiera guardar alguna relación con las gentes paleoindias que produjeron el
material lítico conocido y que se muestra en las fotografías en el Anexo III de este trabajo.
De momento, toda afirmación es preliminar y está, obviamente, sujeta a los resultados que pudieran
derivar de un estudio de los vestigios y restos por parte de especialistas, quienes deberían responder
a las muchas interrogantes que surgen al respecto, como, por ejemplo, el sitio original de los restos
óseos, si hubo alguna relación de la muerte del animal objeto de este trabajo con algún grupo
paleoindio, si las puntas de proyectil están relacionadas con el gonfoterio…
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Desde el punto de vista taxonómico, la falta de restos fósiles craneales que conserven la parte anterior
de la sínfisis, unido a los caracteres morfológicos de los restos estudiados, no permiten señalar la
presencia de más de una forma de gonfoterio en Chile.
Por lo anterior, y al menos hasta que no se descubra evidencia en contrario, la población de gonfoterios
en Chile ha de quedar reducida al Cuvieronius hyodon.
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