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Alfred Adler PDF

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Alumno: Rodrigo Gómez Deita

12/03/18
Maestro: Lic. David A. Silva

Alfred Adler
Según Adler todos nacemos sintiéndonos inferiores pues cuando somos pequeños
no podemos valernos por nosotros mismos sino que necesitamos de los demás; se
sabe que el mismo Alfred Adler padecía de este complejo, el lo experimento por
medio de su hermano pues sentía celos de este es por eso que plasmo las
experiencias de su niñez en el complejo de inferioridad, retomando las
características de este tema, es evidente que estas características no solo se
presentan en la niñez, también se presentan en la edad adulta; nos sentimos
inferiores cuando observamos cosas mejores las cuales no podemos alcanzar.

Dentro de su teoría Adler, formula lo que llamo protesta masculina en la cual


relacionaba a la inferioridad con la femineidad, por tanto el hecho de ser mujer
implicaba ser inferior y por ende el hecho de que el hombre se relacionara con las
mujeres lo convertía en una persona débil, aunque tiempo después desecho esta
teoría.

De igual forma Adler formulo el complejo de superioridad, el cual no podría ser


abarcado sin relacionarlo con el complejo de inferioridad ya que uno es
complemento del otro.

El complejo de superioridad según el autor tiene como objetivo la búsqueda del


poder y no necesariamente sobre otras personas, sino poder sobre si mismo.
Para Adler la manera para dominar el ambiente en el que vivimos es plantearnos
una meta en la vida. Considero que Adler planteo este concepto por lo que
aconteció en su niñez a la hora de estar postrado en su cama a causa de su
enfermedad de pulmonía y fue salvado por su médico, y decidió convertirse
entonces en un medico también a causa de esta experiencia ya que las metas en
la vida, un factor que hace que las adoptemos, son las experiencias personales.

Todo el juego de palabras que usa Adler nos remite a una teoría de la
personalidad bastante más distanciada de la representada por Freud. La teoría de
Freud fue lo que hoy día llamaríamos una teoría reduccionista: trató durante toda
su vida de retraer a niveles fisiológicos todos sus conceptos. Aún cuando admitió
al final su fallo, la vida es explicada no obstante en base a necesidades
fisiológicas. Además, Freud tendió a enclavar al sujeto en conceptos teóricos más
reducidos como el Ello, el Yo y el Superyo.

Adler fue influenciado por los escritos de Jan Smuts, el filósofo y hombre de
estado surafricano. Éste defendía que para entender a las personas, debemos
hacerlo más como conjuntos unificados en vez de hacerlo considerándolas como
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12/03/18
Maestro: Lic. David A. Silva

una colección de trozos y piezas, y que debemos hacerlo en el contexto de su


ambiente, tanto físico como social. Esta postura es llamada holismo y Adler tuvo
mucho que ver con esto.

Primero, para reflejar la idea de que debemos ver a los demás como un todo en
vez de en partes, el autor decidió designar este acercamiento psicológico
como psicología individual. La palabra “individual” significa de forma literal “lo no
dividido”.

Segundo, en vez de hablar de la personalidad de un sujeto en el sentido de rasgos


internos, estructuras, dinámicas, conflictos y demás, prefería hablar en términos
de estilo vital (hoy estilo de vida). El estilo de vida significa cómo vives tu vida;
cómo manejas tus problemas y las relaciones interpersonales. Pasamos a citar en
sus propias palabras cómo explicaba esto: “El estilo de vida de un árbol es la
individualidad de un árbol expresándose y moldeándose en un ambiente.
Reconocemos un estilo cuando lo vemos contrapuesto a un fondo diferente del
que esperábamos, por lo que somos conscientes entonces de que cada árbol
tiene un patrón de vida y no es solo una mera reacción mecánica al ambiente”.

El segundo concepto en importancia sólo para el afán de perfección es la idea


de interés social o sentimiento social (llamado originariamente
como Gemeinschaftsgefuhl o “sentimiento comunitario”). Manteniendo su idea
holística, es fácil ver que casi nadie puede lograr el afán de perfección sin
considerar su ambiente social. Como animales sociales que somos, no sólo no
podemos tener afán, sino incluso existir. Aún aquellas personas más resolutivas lo
son de hecho en un contexto social.

Adler creía que la preocupación social no era una cuestión simplemente adquirida
o aprendida: era una combinación de ambas; es decir, está basada en un
disposición innata, pero debe ser amamantada para que sobreviva. El hecho de
que sea innata se ilustra claramente por la forma en que un bebé establece una
relación de simpatía por otros sin haber sido enseñado a hacerlo. Podemos
observar que cuando un bebé llora en la sala de neonatología, todos los demás
empiezan a llorar también. O como nosotros, al entrar en una habitación donde
todos se están riendo, empezamos a reírnos también (En el argot hispano, existe
la frase de que “la risa se contagia”. N.T.).

Una de las frases más tempranas de Adler fue la protesta masculina. Él


observaba algo bastante obvio en su cultura (y de ninguna manera ausente de la
nuestra): los chicos estaban situados en una posición más ventajosa que las
chicas. Los chicos deseaban, a veces de forma desesperada, que fuesen
considerados como fuertes, agresivos o en control (masculinos) y no débiles,
pasivos o dependientes (femeninos). Por supuesto, el tema es que los hombres
son de alguna manera básicamente mejores que las mujeres. Después de todo,
ellos tienen el poder, la educación y aparentemente el talento y la motivación
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12/03/18
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necesarios para hacer “grandes cosas” y las mujeres no.


Todavía hoy podemos escuchar a algunas personas mayores comentando esto
cuando se refieren a los chicos y chicas pequeños. Si un niño demanda o grita
buscando hacer lo que quiere (¡protesta masculina!), entonces es un niño que
reacciona de forma natural (o normal). Si la niña pequeña es callada y tímida, está
fomentando su feminidad. Si esto ocurre con un chico, es motivo de preocupación,
ya que el niño parece afeminado o puede terminar en mariquita. Y si nos
encontramos con niñas asertivas que buscan hacer lo que creen, son
“marimachos” y ya se buscará la manera de que abandone esa postura.

Pero Adler no creía que la asertividad masculina y su éxito en el mundo fuesen


debido a una cierta superioridad innata. Creía más bien que los niños son
educados para lograr una asertividad en la vida y las niñas son alejadas de este
planteamiento. No obstante, tanto los niños como las niñas vienen al mundo con la
misma capacidad de protesta. Dado que muchas personas malinterpretan a Adler
al respecto, constriñen el uso de la frase.

Al hablar de dinámica se habla de crecimiento, Adler propuso 3 conceptos que son


factores que determinan que ayudan al buen desarrollo del ser humano.

El trabajo: Comprende aquellas actividades útiles para la comunidad y no solo las


ocupaciones por las que recibimos un pago. Para Adler, el trabajo provee un
sentimiento de satisfacción y autoestima únicamente hasta el grado en que
beneficia a los demás.

La amista: Es una expresión de nuestra pertenencia a la raza humana y de


nuestra necesidad constante de adaptarnos y de interactuar con el resto de
nuestra especie.

Amor: En términos de amor heterosexual. Consiste en una unión estrecha de


mente y cuerpo y la cooperación máxima entre dos personas del sexo opuesto.

Aunque para Adler todas las neurosis se pueden considerar como una cuestión de
un interés social insuficiente, sí hizo una distinción en tres tipos, basándose en los
diferentes niveles de energía que utilizaban.

El primero de estos tipos es el tipo dominante. Desde su infancia, estas personas


desarrollan una tendencia a ser agresivos y dominantes con los demás. Su
energía (la fuerza de sus impulsos que determina su poder personal) es tan
grande que se llevan lo que haya por delante con el fin de lograr este dominio. Los
más enérgicos terminan siendo sádicos y valentones; los menos energéticos
hieren a los demás al herirse a sí mismos, como los alcohólicos, adictos y
suicidas.
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12/03/18
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El segundo es el tipo erudito. Son sujetos sensibles que han desarrollado una
concha a su alrededor que les protege, pero deben apoyarse en los demás para
solventar las dificultades de la vida. Tienen un bajo nivel de energía y por tanto se
hacen dependientes de sujetos más fuertes. Cuando se sienten sobresaturados o
abrumados, desarrollan lo que entendemos como síntomas neuróticos típicos:
fobias, obsesiones y compulsiones, ansiedad generalizada, histeria, amnesias y
así sucesivamente, dependiendo de los detalles individuales de su estilo de vida.

El tercer tipo es el evitativo. Estos son los que tienen los niveles más bajos de
energía y sólo pueden sobrevivir si evitan lo que es vivir, especialmente a otras
personas. Cuando son empujados al límite, tienden a volverse psicóticos y
finalmente retrayéndose a su propio mundo interno.

Existe un cuarto tipo también; es el tipo socialmente útil. Este sería el de la


persona sana, el que tiene tanto energía como interés social. Hay que señalar que
si uno carece de energía, realmente no se puede tener interés social dado que
seremos incapaces de hacer nada por nadie.

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