Arquitectura Del Hierro
Arquitectura Del Hierro
Arquitectura Del Hierro
La Arquitectura del Hierro nace en relación con la Revolución Industrial que ofrece otras
posibilidades y necesidades.
Aporta una nueva visión de la construcción, muy diferente de la tradicional, gracias a sus
esructuras articuladas y una nueva imagen del espacio total, transparente y disolución de
masas, lo que supone cambios no sólo de materiales, sino de técnicas de construcción y valores
plásticvos de la rquitectura, tipologías, etc Un análisis de sus características nos nuestra los
siguientes raasgos:
El material que utiliza primordialmente es el hierro, hierro colado, de gran consistencia y que
permite el modeo o vaciado de piezas o hierro forjado, más clásicos, indicado para soportes de
gran carga.
Desde 1845, como contribución importantísima de la industria, se impone el acero, que permite
laminados de perfiles normalizados (perfiles en T, doble T, en U y ángulo, barras, chapas o
planchas, etc), establecidos por producción industrial.
También generaliza su uso el cristal, cuya fabricación había progresado mucho desde mediados
del XVIII.
En los revestimientos de los muros se usan materiales tradicionales, mampostería y ladrillo y,
para elementos decorativos, la piedra.
Los soportes aislados pueden ser columnas de fundición, tratadas con el carácter arquitectónico
de las pétreas (molduras en basa y capitel, fuste estriado,...), aunque sobre todo se usan pies
derechos de hierro laminado, de difícil tratamiento arquitectónico pero más resistentes para
cargas de gran empuje o construcciones de amplitud. Están formados por uno o varios perfiles y
se combinan con las vigas metálicas y tanto los intervalos a los que se sitúan como las
dimensiones que tienen dependen de las distribuciones científicas de la carga (la altura del
edifcio, empujes, etc.) que en principio se hicieron de modo empírico y después se basaron en
cálculos precisos.
Las cubiertas son techumbres de aramazón, cerchas o cuchillos metálicos de diferentes formas
(a dos aguas, de dientes de sierra, etc.) o bóvedas metálicas de cañón. vaídas)
ARQUITECTURA
1 CONTEXTO HISTÓRICO
El siglo XIX supone para Europa la ruptura definitiva con el Antiguo Régimen, y la instauración de
la sociedad liberal-burguesa y de la economía industrial y capitalista.
Es una época de grandes transformaciones en todos los niveles de la sociedad. Se trata de una era
de progreso industrial, que eleva poderosamente el nivel económico, aunque se crea los
desequilibrios que generarán graves convulsiones políticas. Francia, epicentro de todas esas
transformaciones político-sociales, se convertirá también en capital de las vanguardias artísticas.
El bienestar material se traduce en una mejora sensible de la arquitectura y del urbanismo. La
mayor parte de las ciudades del mundo se renuevan, buscando mejores condiciones higiénicas,
más amplitud en las calles, pero sobre todo una arquitectura que exprese el signo de los tiempos.
De ahí los mercados de hierro, las bibliotecas, museos, teatros y edificios para la ópera.
Pero, en el fondo, existía una radical dicotomía entre lo que representa el poder (la clase
gobernante y la burguesía), y el sector más humilde de la clase trabajadora. En efecto, amparada
en las Academias, la clase poderosa eleva magnos edificios, estatuas conmemorativas, ostentosos
cuadros de historia, de suerte que hay un empleo del arte para exaltar la obra que realizan. Por
el contrario, el sector proletario, especialmente el urbano que habita en los barrios infectos,
apenas tiene acceso al arte. Por tal razón, ciertos artistas empiezan a preocuparse de esta clase
mal atendida. Surge de esta manera un arte minoritario, pero de fuerte garra, que toma
conciencia del problema y hace hablar a sus personajes con aire de protesta. Esto no significa en
absoluto que su entidad artística sea de menor categoría, pero ciertamente ha de abandonar los
caminos trillados del arte oficial. Sin embargo, estos artistas “alternativos” aparecerán sobre todo
entre los pintores y escultores, quedando la arquitectura más claramente al servicio de las clases
económica y políticamente poderosas.
La arquitectura del siglo XIX supone cambios radicales en las formas, las estructuras, los
materiales, las tipologías, e incluso en la relación del edificio con el hombre y el medio.
La arquitectura europea hasta mediados del siglo XVIII presenta un carácter unitario, aunque
adopte formas peculiares en cada país, pero siempre con características comunes. Sin embargo,
la fatiga de las formas barrocas provocará una reacción que no va a ser unívoca: en los primeros
años del siglo podemos encontrar puentes de hierro, abadías neogóticas y arcos de triunfo
clásicos. Esta diversidad refleja el eclecticismo que caracterizará y definirá al siglo XIX. Durante la
mayor parte de este siglo, la burguesía busca una arquitectura que refleje su poder. Lo conseguirá
mediante dos opciones:
a) las corrientes historicistas
b) la experimentación y el uso de nuevos materiales: hierro, vidrio y hormigón
Partiendo de estos antecedentes, en los últimos años del XIX y principios del XX aparecerá una
corriente artística con personalidad propia, el Modernismo, que supone la transición entre el
eclecticismo del XIX y la investigación y revolución del XX.
3 ARQUITECTURA HISTORICISTA
Corriente arquitectónica que se desarrolla durante el siglo XIX y que pretende la imitación de las
formas arquitectónicas de tiempos o espacios lejanos. Como precedente tenemos el estilo
Neoclásico, que comienza en el XVIII pero que se prolongará durante el XIX. Ya en este último
siglo, surge el movimiento romántico, que impulsado por las facilidades para viajar ante los
nuevos sistemas de transportes, defenderá la vuelta al pasado y el estudio de las culturas lejanas
y desconocidas. En lo concerniente a la arquitectura, esto provocará:
por una parte, el gusto por las formas exóticas: arábigas, hindúes (como el PABELLÓN REAL DE
BRIGHTON en Inglaterra, obra de John Nash),etc .
y por otra, defenderá la imitación de estilos artísticos ya pasados. En Inglaterra partirá del
redescubrimiento de las formas medievales, sobre todo góticas, dando lugar a la arquitectura
neogótica (de la que tenemos como ejemplo el PARLAMENTO DE LONDRES, obra de Carlos Barry),
neorrománica, o neobarrocas. Paralelamente, al coincidir con un momento de auge de los
nacionalismos, se pondrán en alza en cada país estilos arquitectónicos que formen parte de su
historia: el neomudéjar en España, el neorenacimiento en Italia.
Con el tiempo incluso se mezclarán llegando a crear una arquitectura ecléctica que producirá
verdaderos pastiches. También característico de finales de siglo es que la tipología de los edificios
aparece cada vez más subordinada a la función: las iglesias serán neorrománicas o neogóticas, los
bancos y bolsas serán neoclásicos, los teatros neobarrocos o las plazas de toros neomudéjares.
Es lo más moderno de esta arquitectura, ya que anticipa la futura subordinación forma-función.
Estas responden a las necesidades de una sociedad nueva, la sociedad urbana e industrial, con
problemas pendientes de resolver: viviendas, saneamiento, comunicación y abastecimiento. La
población aumenta de forma notable en el siglo XIX y con ella las vías férreas, los puentes
colgantes, las fábricas, los mercados, etc. Para satisfacer esta demanda es necesario construir
edificios más altos y amplios, y de forma más barata y rápida. La solución para lograrlo es el empleo
de nuevos materiales: el hierro y el cristal, lo que influye no sólo en la técnica constructiva, sino
también en las nuevas formas arquitectónicas.
Ya a finales del siglo XVIII surgen las primeras obras construidas en hierro colado o fundido. Pero
es en el siglo XIX cuando estos materiales triunfan. El empleo del hierro permite levantar edificios
más altos y amplios, con estructuras diáfanas y grandes vanos, ya que el muro ha perdido su función
sustentante. El cristal, que se fabrica industrialmente, permite a su vez la luminosidad del edificio,
gracias a poder cubrir grandes espacios y eliminar los muros en las nuevas construcciones,
resolviéndose así el problema de la adecuada iluminación de los interiores. El uso de estos
materiales se consagra en los edificios de las grandes exposiciones universales, como el CRYSTAL
PALACE de Paxton para la Exposición de Londres de 1851 o la TORRE EIFFEL, en la de París de
1889. Las Exposiciones Universales serán elementos de difusión de la nueva arquitectura, ya que
son creadas para exaltar los adelantos de la industria, el comercio y las artes.
En España, el PALACIO DE CRISTAL del Retiro madrileño, de Ricardo Velázquez Bosco, de 1887, así
como numerosos puentes y estaciones de ferrocarril, como la de ATOCHA, de 1894.
El resultado es que la arquitectura se preocupa más por la estructura que por los problemas
estéticos, con la desvalorización del muro externo del edificio en favor del armazón interno
sustentante.
Surgirá en EE.UU. en el último tercio del siglo XIX, situándose en la vanguardia internacional por
la aplicación de sus nuevas teorías, basadas en el FUNCIONALISMO: la forma del edificio debe
depender de la función. Adoptará revolucionarias decisiones que en Europa no aparecerán hasta
el XX. La “causa” de esta escuela hay que encontrarla en el terrible incendio que sufrió Chicago en
1871, una ciudad construida mayoritariamente en madera. Provocó la reconstrucción de la ciudad,
con la consiguiente actividad constructiva verdaderamente febril. Esto atraería a una enorme
cantidad de arquitectos, entre ellos algunas de las principales figuras. De ahí que se hable de una
auténtica escuela arquitectónica, que se desarrollará en el último tercio del XIX.
Pondrá en práctica numerosas novedades: empleo de nuevos materiales (hierro, hormigón,
cristal), estructuras basadas en pilares, nuevos sistemas de cimentación. Con ello, el muro se podrá
“llenar” de ventanas al perder su función sustentante.
Este nuevo concepto de la arquitectura tiene su concreción en un nuevo tipo de edificio, el
RASCACIELOS, que se convierte en el edificio más característico de Norteamérica. Surgirá debido
a la conjunción de diversos factores: necesidad de aprovechar al máximo los solares (especulación
del suelo) ante la gran demanda de viviendas, oficinas, etc.; invento del ascensor; y empleo de
armaduras metálicas que permiten la superposición de pisos.
El principal representante fue Louis Sullivan, maestro de Frank Lloyd Wright, a quien se debe el
famoso AUDITORIUM de Chicago y los ALMACENES CARSON.
6 EL MODERNISMO
Fue un movimiento artístico, fundamentalmente europeo, que se desarrolla entre 1890 y 1910.
Su finalidad era “desvulgarizar” el progreso industrial, interpretándolo de una manera novedosa
y esteticista, enfatizando la espontaneidad. Recibirá distintos nombres: “Art Nouveau” (nombre
universal por el que es reconocido) en Francia, “Jugendstil” en Alemania, “Modern Style” en Gran
Bretaña, etc. Se puede considerar como un período de transición entre el XIX y XX.
Las causas de su origen hay que buscarlas, por una parte, en la existencia de una burguesía
enriquecida y refinada que siente la necesidad de un arte enraizado en el pasado, pero más
elegante y de mayor calidad que los historicistas o el del hierro y el cristal. A ello se une la
revitalización de cierto espíritu romántico que defiende la fantasía libre y creadora, la subjetividad
y la melancolía, y recupera la idea del goce y del placer que proporcionan las artes.
Su antecedente está en el movimiento inglés “Arts and Crafts” (Artes y Oficios), con William Morris
a la cabeza, que propugnaba una revalorización de lo artesanal a través del arte y del diseño
frente a la fealdad y vulgaridad de los productos industriales. Como características tenemos:
Es una tendencia totalizadora, que pretende la unificación de las artes integrándolas en torno a la
arquitectura.
El lenguaje modernista pretende imitar los procesos y formas de la naturaleza, con un claro
predominio de líneas curvas y arabescos, y una abundante decoración “orgánica” (inspirada en
formas vivas, vegetales sobre todo: tallos, palmas, algas, animales, etc). El edificio se convierte
así en un “ser vivo”.
El aspecto más revolucionario es la sinceridad en el empleo de los materiales, ya que los
elementos estructurales no quedarán ocultos, sino que forman parte de un sistema decorativo que
pretende ser unificador.
Sentido integrador en plantas y planos: asimétricos, sinuosos y sorpresivos, formando parte del
ser vivo que es el edificio.
El Modernismo se divide en dos grandes tendencias:
a) MODERNISMO ONDULANTE. Predomina en Bélgica, Francia y España, y se caracteriza por el
empleo de ritmos arquitectónicos basados en la curva y sus variantes. Como ejemplo tenemos LA
CASA TASSEL en Bruselas, de Víctor Horta.
b) MODERNISMO GEOMÉTRICO, propio de Gran Bretaña y Austria. Predilección por la línea recta,
los planos perpendiculares y los ornamentos de carácter geométrico. En Austria destaca Otto
Wagner, con LA CASA DE LAS MAYÓLICAS.
Pero, sin duda, el más importante arquitecto de este movimiento es el catalán ANTONIO GAUDÍ
(1852-1926). El Modernismo, como arte burgués, tuvo un extraordinario desarrollo en Cataluña,
configurando uno de los aspectos más bellos de la arquitectura catalana de nuestro tiempo. En
sus edificios no solamente es admirable la aplicación decorativa de elementos de las artes
aplicadas, sino su concordancia con las vidrieras, mobiliario y labores en hierro, de acuerdo con la
importancia que se concede en Cataluña al buen oficio del artesano, sin que ello suponga
detrimento alguno en la genialidad de la traza de algunas soluciones arquitectónicas.
Antonio Gaudí es autor de un estilo personal y fantástico, sin parangón en el panorama
modernista. Sus primeras obras están dentro de la tradición ecléctica, aunque da una mayor
importancia a los problemas estructurales que al detalle. Hay un gran gusto por lo sorpresivo y lo
paradójico.
El “Medievalismo”, es decir, el culto que había en Cataluña por la arquitectura medieval, sobre
todo por la gótica, determina su período goticista, si bien la propensión hacia este estilo se
mantuvo ya a lo largo de toda la vida del arquitecto. Pertenecen a este período el PALACIO
EPISCOPAL de Astorga y la CASA DE LOS BOTINES de León.
PALACIO EPISCOPAL DE ASTORGA (León). El estilo neogótico adquirió una peculiar interpretación
en las obras de Antonio Gaudí, autor de este palacio comenzado en 1889 y terminado en 1913
por Ricardo Guereta. Son característicos los torreones y los ventanales con vidrieras que iluminan
el llamado salón del trono. Son asimismo interesantes por su genial decoración de evidente
inspiración gótica, el comedor, el despacho oficial y la capilla.
A partir de 1900 entra de lleno en la estética curvilínea del Art Nouveau. Imprime formas blandas,
figuras híbridas y extravagantes, con una progresiva unión entre arquitectura y naturaleza, con
formas simbólicas de aspecto cartilaginoso y táctil.
CASA MILÁ de Barcelona, construida entre los años 1906 y 1910 y conocida popularmente por
La Pedrera. Es un claro ejemplo del modernismo y de las originales concepciones de Gaudí, tanto
en su traza como en la aplicación de las artes industriales. Supone la incorporación de la montaña
a la arquitectura: una línea ondulada, como el remate de una cordillera, dibuja la cresta del tejado.
La superficie de la fachada se anima con convexidades y concavidades, que parecen labios
humanos. Los pretiles de las ventanas se hacen con hierros retorcidos, como lianas de un bosque.
Destacan las líneas sinuosas de las molduras, que armonizan con el movimiento ondulatorio de
fachada y cubierta, como si se tratase de un ser vivo, así como la original traza de las chimeneas.
En el interior el visitante va de sorpresa en sorpresa, pues todas las habitaciones son diferentes,
a veces hasta en nivel.
LA SAGRADA FAMILIA, de Barcelona (obra inconclusa). Ejemplo muy característico de la
arquitectura modernista, muy influido por la estilística gótica, aunque por su verticalidad es
tremendamente revolucionaria. Culmina en este edificio el catolicismo radical de Gaudí, que fue
un verdadero misionero de la arquitectura. El edificio parece una gruta elaborada de lava
solidificada. En su construcción, no finalizada, se utilizan materiales y procedimientos propios de
la arquitectura contemporánea, como cemento, hormigón armado, hierro, vidrio y cerámica
policromada. Sus formas responden, dentro de la originalidad renovadora y personal, a la
concepción de un estilo que se mantuvo dentro de una tradición constructiva y que influyó
poderosamente en la configuración del modernismo catalán. Se conservan los dibujos y estudios
preparatorios para su terminación.
Además de Gaudí, es representativo del Modernismo Doménech i Montaner, a quien se debe uno
de los edificios más bellos del arte catalán: el PALAU DE LA MÚSICA CATALANA. Asimismo, ha de
recordarse la obra de Puig i Cadafalch, gran erudito que reproduce algunos caracteres de la
arquitectura medieval.
ESCULTURA DEL SIGLO XIX
1. Los escultores se esforzaron en obtener efectos de luces y sombras a través del tratamiento
de las superficies tanto de piedra como de metal o arcilla, intentando conseguir un ilusionismo
similar al pictórico.
2. Renovación de la escultura en cuento a forma y contenido.
3. A finales de siglo la escultura consigue el deslinde definitivo de la pintura y se manifiesta con
un lenguaje nuevo y autónomo.
4. La escultura está mediatizada por su querencia a los modelos del pasado y por su vinculación
a intereses políticos y propagandísticos.
5. Su realización se veía limitada a la exaltación de personajes ilustres, de héroes militares, de
relevantes políticos y de significados literarios o artistas, lo que propiciaba la proliferación de
monumentos conmemorativos y de homenaje.
6. Los monumentos cumplían tanto una función didáctica como un fin decorativo, su ubicación
respondía a embellecer las ciudades.
7. La escultura florecería con concesiones a la fantasía y a la evocación sentimental en los
monumentos funerarios, la importancia de estos se ve multiplicada por la creación de grandes
cementerios en el extrarradio de las ciudades, fruto a su vez del desarrollo de la moda del culto
a los muertos.
Introducción histórica.
A lo largo del siglo XIX, los fenómenos innovadores en la escultura se presentan unidos a los
movimientos pictóricos, poco a poco alcanza un elevado grado de autonomía. Tiene una
dependencia muy fuerte de los encargos oficiales, y esta dependencia determinaba una cierta
tendencia descendiente conduce a un academicismo reiterado (insistente, pertinaz).
En Francia la importancia de la escultura es cuantitativamente menor que la de la pintura. Se dará
mucha importancia a las caricaturas de yeso o terracota, a los adornos para chimeneas, a los
centros de mesa, medallones y relieves diversos, que siguiendo el gusto de la burguesía se harán
generalmente pequeños. La preocupación por la economía y por la apariencia lleva a sustituir el
mármol o el bronce por el hierro fundido o el cinc dorado. Muchas figuras recibirán una
"metalización" artificial que contribuye a su falsa apariencia de riqueza o
venerable solidez.
François Rude:
Nació en 1784 y murió en París en 1855. Sus obras más importantes son: "El despertar de
Napoleón", "Aristeo deplorando la pérdida de sus abejas" y la obra que trataremos:
Descripción de la obra:
Rude compuso esta obra para el Arco del Triunfo de l`Etoile, situado en la Plaza de la Estrella,
en París. Este arco fue adornado con diferentes relieves: a la derecha "La Marsellesa". El escultor
francés confeccionó el grupo escultórico de manera independiente: en la parte superior Belona
(diosa romana de la guerra) incita a los voluntarios a seguirla, se la representa cubierta con un
casco, una coraza, y una espada. Detrás de Belona sobresalen dos alas que denotan
su carácter veloz; en la parte inferior hay un grupo de soldados que podríamos dividir en dos
grupos diferentes: El primero: formado por voluntarios que observan con atención como la figura
del capitán de la tropa anima a un joven soldado. El segundo: está representado por estas dos
figuras centrales: el joven y el capitán. Encontramos una última figura situada a la izquierda del
conjunto que mientras sostiene una lanza en su mano, alza el rostro, para mirar a la diosa. Por
otro lado topamos con el espíritu vibrante de la canción "La Marsellaise" que se ha encarnado en
la piedra.
Rude dota a la obra de una armónica combinación entre agitación y dinamismo, dados por Belona
alada que empuja la mirada hacia la izquierda, y la contención, que se muestra en las figuras
verticales de los guerreros. Fue la obra culminante de la plástica del siglo XVIII.
TÉCNICA:
Reaccionó contra las estatuas rígidas, frías y moderadas. Rude antepuso una escultura de
expresión que chocaba con la de sus contemporáneos. En sus últimas obras evolucionó
claramente hacia el realismo, sin abandonar la gesticulación y el movimineto brusco en sus
personajes.
AUGUSTE RODIN
TÉCNICA:
El proceso por el cual están hechas sus esculturas es el vaciado, en su época Rodin elaboraba
estas piezas en yeso. Su mensaje era claro: la imagen es superior al material con el que está
construido.
Obras más destacadas:
-El hombre de la nariz rota: una de sus primeras obras, se creía que estaba inacabada la parte de
la nariz.
-El hombre que camina: Destacar el movimiento que tiene a pesar de la falta de la cabeza y los
brazos.
-Las Puertas del Infierno: se trata de un encargo que se hizo para decorar un museo que no llegó
a ocupar su correspondiente lugar. Las Puertas del Infierno son una reflexión sobre la condición
humana.
El Pensador: símbolo de la escultura de Rodín.
-Los Burgueses de Calais: se trata de un encargo que representa una hazaña heroica de un
conjunto de personas de la ciudad de Calais, que se opone a la ocupación de ésta.
EL INFLUJO RODINIANO.
Con esta expresión estamos hablando de autores que se mueven en la órbita del artista francés
Rodín, estos serán discípulos suyos, se dejan influir por muchas características y van a seguir su
estética.-Camille Claudel: comenzó trabajando como alumna suya, algunas de las obras que hace
ella acaban siendo firmadas por Rodín. -A.Bourdelle: tiene dos tipos de obras: una más hacia la
línea de influencia de Rodín, y otra más clásica.
LEGADO