Novela Tawantinsuyo
Novela Tawantinsuyo
Novela Tawantinsuyo
II)La entrevista
V)Justicia histórica
VI)La tregua
VII)El reinicio
Domingo 3 de agosto
Viernes 8 de agosto
Miércoles 13 de agosto
Durante estos días, varios pelotones de las cuatro compañías que se
encuentran en nuestra Base Táctica 7 (BT7), han estado reconociendo la zona; en
total unos cincuenta kilómetros cuadrados que estarán en nuestro control. Lugar
donde se encontraba antes un lindo paisaje. Tiempos en los que no existía la
minería informal y menos los bombardeos de ejércitos invasores. Algunas unidades
están encargadas de montar campamentos, para un mejor control de la zona.
No muy lejos de aquí, como hiendo a la localidad de Manu, dicen algunas
fuentes periodísticas que los norteamericanos utilizaron, contra un campamento
revolucionario, un arma muy conocida y letal con la que habían atacado
masivamente a los guerrilleros comunistas en la Guerra de Vietnam, hablo del
Agente Naranja.
Al parecer las personas infectadas con esta arma química, presentaron
síntomas conocidos del mismo, incluyendo el ardor que este produce cuando tiene
contacto con el cuerpo humano. Por suerte ningún miembro de los pueblos
originarios que se encuentran en lo que se conoce como “Reserva Comunal
Amarakaeri”, se le ha descubierto estos síntomas.
No me sorprendería que los norteamericanos en más de una ocasión hayan
utilizado el Agente Naranja o al menos un arma muy parecida a esta. Lo que si me
sorprendería es que no lo utilicen contra los revolucionarios.
La BT7 no solo tendrá que controlar territorio, sino también como es lógico a
la población que se encuentra en el mismo, que se calcula es, unos siete mil
quinientos habitantes –pero que aumenta en los días de feria que hay en la zona–
que gran parte son pueblos originarios, los cuales mantienen su esencia, su
tradición cultural viva. Bueno, al parecer se va a tener que hacer un nuevo censo a
toda esta población para facilitar la tarea de distribución y producción de recursos.
Hace casi dos años y medio atrás, yo me encontraba no muy lejos de aquí. En
lugares en los que combatía contra militares peruanos, que aún seguían siendo
muy fieles al Estado criollo, así como lo es un perro a su amo.
A pesar de que este putrefacto Estado se encontraba en una grave crisis
estructural, ya que alrededor de la cuarta parte de sus empleados se habían
retirado, ya sea por haber tenido miedo a nuestras represalias, a falta de un buen
sueldo por parte del Estado o haber sido asesinado por nosotros, muchos militares
luchaban por su defensa. Sin embargo, si bien al principio de nuestra Revolución
existían muchos miembros de las Fuerzas Armadas criollas que luchaban según
ellos por la patria –aunque en realidad lo hacían por el Sistema sin saberlo– tiempo
después, ese sentimiento patriótico que pudieron haber sentido se corrompió.
Muchos militares y policías se dieron cuenta que ya no tenía sentido luchar y
no, porque ya no creían en su “amor” a la patria. Sino que descubrieron que esa
clase corrupta: altos mandos militares y políticos, que los mangoneaba como se les
diera la gana, al final solo les interesaba sus ambiciones personales a parte de
seguir cometiendo actos de corrupción en plena guerra.
Ante esta podrida situación que se encontraba el Estado peruano y sus
Fuerzas Armadas, a la hora de hacer su entrada las fuerzas invasoras, tomaron la
decisión de pagar un sueldo a los soldados y policías del Sistema, para que así, al
menos luchen contra nosotros con más ganas, pero el cual ya lo recibían de parte
del Estado, aunque era muy ínfimo a lado de lo que le pagaría Estados Unidos.
Así terminarían las Fuerzas Armadas Peruanas o mejor dicho Fuerzas Armadas
Criollas; –prefiero llamarle de esta forma a pesar de que este compuesta en su
mayoría de personas de estirpe originaria, ya que son los criollos quienes lo
controlan– privatizadas. Convertidos en ejércitos privados al servicio, ya no de lo
que creían era su patria, de la que habían dejado de creer o interesarles hace
mucho tiempo, sino solo del dinero, el cual no cobran si es que no llegan a cumplir
su mes de trabajo. Las vergonzosas, corruptas e ineficientes instituciones militares
del Sistema, pasaron a ser lo más parecido a los mercenarios que cada vez más
llegaban a nuestro país.
A esos seudopatriotas, quizás ya ni le interesa si nosotros ganamos o
perdemos esta guerra. De seguro solo buscan acumular una buena cantidad de
dinero y largarse de este país. Bueno, al fin y al cabo eso es lo más razonable que
puedan hacer antes de que nosotros tomemos el poder e implantemos un castigo
masivo a nuestros enemigos.
He estado paseando por varios pueblitos junto con mis hermanos de armas,
conociendo el terreno y a su gente, quienes a simple vista parecen gente muy
agradable. En más de una casa nos ofrecieron comida, sin embargo tenemos
órdenes de no recibir comida de nadie. Es mejor no arriesgarnos, ni confiarnos al
cien por ciento, porque esta guerra de lo que menos se trata es de creer que el
enemigo siempre será un adulto con su arma y uniformado.
Aunque las fuerzas invasoras no cuenten con un gran apoyo de los pueblos de
la sierra y de la selva –a comparación de gran parte de la población idiotizada de
Lima– nunca faltan los espías a los que logran atraer para sus fines, que vienen a
nuestra zona con el propósito de infiltrarse entre la población, y recoger
información que consideren valioso. Por eso con la intención de evitar problemas
así, hemos dado a la población instrucciones de dar aviso, sobre personas que
tuvieran alguna actitud sospechosa de estar haciendo acciones en contra de la
Revolución, a los puestos de vigilancia y control.
Por varios días, estuve merodeando como un niño curioso por distintos
alrededores de las aldeas y entablando cierta relación de amistad con la población,
pero sin entrar en mucha confianza. Me llamo un poco la atención que la gran
mayoría de la población sean ashaninkas, ya que ellos casi no habitaban por estos
lugares del Manu. Después pregunte a Kamari sobre este asunto, respondiéndome
que aquella numerosa presencia de su pueblo se debía a que habían huido de las
zonas en guerra.
Muchos de los ashaninkas, están viviendo con pobladores que han perdido su
origen cultural de la nación a la que pertenecían, entonces lo que ha hecho el ELT,
es reconvertir a la gran mayoría de los pobladores a su cultura originaria, ya sea
por las buenas o por las malas, ya que siempre hay gente que se resiste a la
desoccidentalizacion. Así mismo se ha tenido más cuidado con los nativos “no
contactados”, quienes al ser más sensibles al contacto con personas “comunes y
corrientes”, se ha decidido mantenerlos aislados en una zona muy bien custodiada
por combatientes del ELT.
En un futuro, cuando la guerra ya haya terminado, todas estas naciones
originarias desde las que han padecido más el mestizaje hasta las que se han
quedado “paralizadas” en el tiempo, siendo llamados con el término confuso de
“indígenas”, todas ellas, deberán vivir bajo la autoridad como de la protección de
un Estado Nacional, construido en base a nuestra cosmovisión, que los sacara del
atraso en el que se han encontrado por 500 largos años. Y será el ELT quien lo
construya, no importa a cuantos de nuestros enemigos tengamos que eliminar.
Sinceramente hay muchas personas de estos pueblitos que tienen una
presencia y formar de ser muy agradables, que pareciesen reconfortantes
anímicamente para alguien que está sumido en la rutina diaria de salvar vidas
como de liquidarlas. Para alguien como yo y ni que decir de los niños que uno ve
jugando felices, que irradia energías positivas a todo el lugar.
Seria en el último día de realizar el reconocimiento de la zona y demás tareas,
en que me volvería a topar, para gran sorpresa mía, con aquella muchacha que
había visto hace tan solo unos días atrás, bañándose cerca de una catarata.
A primera vista me di cuenta de que se encontraba de compras, ya que estaba
con un costal en el hombro y observando los diversos productos que se
encontraban en el suelo, donde sus dueños lo vendían con ofrecimientos de los
más humildes.
Ella llevaba una vestimenta muy sencilla; vestido color purpura y unas
sandalias. Yo con la intención de seguirle, fingí querer hacer lo mismo que ella y
empecé a seguirle por detrás. Cuando ella se detenía a comprar yo hacía lo mismo,
pero sin comprar. Así no sospecharía que la estaba siguiendo. Habré estado en esa
situación por alrededor de un cuarto de hora. Hice todo lo posible para no
perderla, lo cual no era fácil, por el número de personas que empezaban más a
llegar a la feria. Kamari se había quedado atrás mío comprando algunas cosas, asi
que eso me daba más facilidad para seguir a la muchacha.
De repente, en el momento que ella, ya había comprado lo suficiente como
para que su bolso se llene, de una sola levantada, intento ponérselo a la espalda,
pero no tuvo éxito. Al parecer era muy pesado para que ella sola logre esa tarea.
Fue ahí, donde vi la gran oportunidad que había estado esperando desde el primer
momento que avisté a aquella mujer. No lo pensé dos veces y me dirigí a ella.
—Disculpe señorita… déjeme ayudarle con su bulto.
—Ah gracias, póngamelo aquí en la espalda.
— No, yo se lo llevo ¿Va a dirigirse a su movilidad no es asi?
—Bueno, si… oh, muchas gracias por su ayuda.
— ¡Para nada!
Algo así fue parte de la pequeña conversación que quizás suena cursi. Y la
acompañe hasta donde tomaría su carro. Antes de retirarme le saque una
información valiosísima. Ahora sabia donde vivía. Pero no comprendo cómo no
pude hacer para que me diera su nombre. Espero con ansias el próximo encuentro
con ella. Me pregunto si habrá sabido que yo era la misma persona que la
observaba en la catarata. No lo creo, ya que quizás me lo hubiese dicho. Además
ahora que me recuerdo, estaba yo en esa ocasión con gorra, debido al intenso
calor que hacía. Dudo mucho de que me haya reconocido. Pero no sé porque no le
dije que la estuve observando desde la catarata. Ya me recuerdo, pensé que ella
podía pensar que yo la estaba acosando.
Domingo 17 de agosto
Miércoles 20 de agosto
Sábado 23 de agosto
Este día, ha sido uno de los más calurosos no solo desde que estoy en la selva,
–muy cerca del pueblito que lleva menos de un año construido y que tiene el
nombre de “Kipatsi Kimoshiri”, integrada por alrededor de 500 personas– sino
desde que la conozco, me sentí como si estuviera trabajando en el cráter de algún
volcán, y sentí no menos curiosidad por saber a cuantos grados centígrados nos
encontrábamos, así que le pregunte a un hombre oriundo del lugar que me dijo
que estábamos a más de 40 grados de calor. “¡Pero que calor de mierda!”
Respondí chorreando de sudor y fingiendo estar sorprendido.
Aunque quizás no tanto como los hombres de mi pelotón, con los que me
encontraba aumentando el número de minas antipersona en algunos puntos de los
alrededores de nuestra base, que han sido minuciosamente escogidos y que solo
los combatientes podemos cruzar. Debido al riesgo de que algún civil cruce por esa
zona minada, la base ha puesto vigilantes.
Los nativos que hace cuatro días llegaron a la base ya están aprendiendo las
tácticas de combate. La mayoría son hombres, siquiera el 80%, el restante son
mujeres. Todos son jóvenes, están en una edad promedio de entre los veinte y
treinta años. Han sido divididos en siete grupos, contando cada uno con un
instructor.
Espero que aprendan rápidamente lo básico de un combate, como emboscar
y cercar a una unidad enemiga, cuando y como retirarse de un enfrentamiento, en
qué forma se debe dividir el personal rebelde durante su marcha, la lucha cuerpo a
cuerpo, la preparación psicológica etc. De la forma tan didáctica que se les está
instruyendo, pueden ser aprendidas por aquellas personas lo más rápido y
eficazmente posible. También los instruí en fabricación de trampas cazabobos,
camuflaje, primeros auxilios, limpieza y armado de fusiles
Creo que voy a capacitarlos por cuatro o seis días más, después de esto, los
mandaremos a patrullar a pie con unidades que tengan mayor experiencia. Aunque
de esto, depende lo que ordene el capitán de la compañía.
Hoy en la mañana, un combatiente del ELT, regreso con noticias después de
haberse ido a infiltrar por cuatro días en un poblado pequeño, con un objetivo muy
importante. Cerca del lugar se encuentra uno de los lotes del gas de Camisea, en
donde planeábamos secuestrar a cierta cantidad de trabajadores de esa empresa
gasifica, para atraer a una emboscada a los soldados invasores.
Desde los inicios de la Revolución, considerábamos a los innumerables
conductos de gas extendidos por distintas partes del país, como blancos a atacar.
Pero principalmente los que llevaban gas a la patéticamente llamada “ciudad de los
reyes”, a quien empezamos a causarle serios problemas con el abastecimiento de
tan elemental hidrocarburo. Pero no solo la destrucción de sus conductos es un
medio de castigar a la Lima hispanista, sino también mediante el secuestro de los
trabajadores de esa compañía gasifica.
Por lo que me informa mi hermano, aquella zona esta resguardada por no
muchos agentes de seguridad (mercenarios) –que en su mayoría son extranjeros
traídos de algún país del tercer mundo por medio de engaños de que en el Perú le
darán “trabajo fácil” o no “tan peligroso”, aparte de un buen sueldo– y por
algunos contingentes militares canadienses, que antes de que llegue la noche, son
reemplazados por otros soldados, que demoran en muchos casos unos minutos
para llegar a su punto de vigilancia. Pero la mayoría de vigilantes, son mercenarios,
que parece no tienen una avanzada preparación militar. En algunas zonas donde se
desencadena la guerra es algo muy común que mercenarios y soldados invasores
coordinen acciones.
Ya tiene órdenes mi pelotón junta con otros combatientes, de ejecutar el
martes la toma de ese lote que se encuentra en dirección al suroeste y de capturar
a sus trabajadores. Para después realizar una emboscada a las fuerzas que vengan
a rescatarlos y después pedir un intercambio de prisioneros.
Domingo 31 de agosto
Nuestra incursión rebelde del día martes al lote de gas, ha sido un éxito. Unos
24 combatientes, conformados en dos grupos: grupos de asalto 1 y 2, humillo a las
supuestamente mejor entrenadas tropas yanquis y canadienses como a sus
mercenarios tan mal pagados como mal entrenados. Aunque también tuvo que ver
su reducido número, creo que no mas de veinte y nosotros esperábamos un
número mayor.
La acción militar empezó durante el alba. Durante ese lapso, aun había luz del
día, suficiente como para ver por dónde nos adentrábamos en la planta, para
después capturar a los trabajadores los cuales algunos podían intentar esconderse
durante la oscuridad de la noche, que se avecinaba. Pero sospecho, por el
comportamiento de los rehenes que mas de una persona se ocultó en algún rincón.
Así lo sospeche por el comportamiento de los rehenes, pero haya sido cierto o no,
casi no era de importancia para nosotros, puesto que ya teníamos un buen número
de personas en nuestro poder.
El asalto al lote gasifico no duro demasiado tiempo. Fue rápido y mortífero,
después huimos con dirección hacia una quebrada que se encontraba en algunas
montañas altas, hacia el noreste, que era la misma dirección para dirigirse a
nuestra base.
Tratamos de calcular lo más posible la ejecución de una emboscada, contra las
fuerzas canadienses, en tempranas horas de la noche, que muy probablemente se
daría poquísimo tiempo después, de que se hayan enterado de que nos habíamos
llevado a los trabajadores, pero esto si no salió como lo esperábamos.
Pasaron como cinco horas, para recién tener noticias de un helicóptero que
empezó a sobrevolar no tan lejos de donde nos encontrábamos. Se había
empezado ya la búsqueda de los raptados, por parte no solo de los canadienses,
sino también por los norteamericanos, de quienes sospechábamos comandaban la
operación.
De seguro se retrasaron porque decidieron los yanquis mandar un mayor
número de sus hombres, con el objetivo de rescatar a los rehenes, ya que los
canadienses tenían menos experiencia.
Se había ordenado al Grupo de Apoyo, –que tenía la función de prestar ayuda
directa en el combate cuando sea necesario– antes de capturar la planta, que se
ubicaran en zonas altas de la montaña y que sea solo en la entrada. Lo suficiente
como para tener una buena visibilidad en caso de que las tropas invasoras entraran
por la misma ruta, –ya sea por tierra o aire– que nosotros y si en caso fuera así,
debían atacarlos con sus fusiles de francotirador, apenas se adentren a la
quebrada. Pero jamás lo cruzaron. Mientras tanto el Grupo de Asalto 1 –donde me
encontraba– y 2, esperaban “tranquilamente” en la parte más alta de la montaña.
Lo que vino después fue, que las fuerzas invasoras realizaron un falso
aterrizaje desde varios helicópteros con dirección hacia el oeste. Así nos los
confirmo, los miembros diseminados, por distintos puntos de la montaña, de otro
grupo que teníamos; el Grupo de Seguridad. Este grupo a diferencia de los grupos
de asalto principalmente tenía la función de comunicarnos de la presencia del
enemigo. Pero no solamente nos comunicaría de aquel falso aterrizaje, sino
también que otro helicóptero había aterrizado, pero con dirección al norte, atrás
de unas montañas.
Entonces se puso en alerta a todos nuestros combatientes de que
posiblemente el enemigo podía realizar una contraemboscada. Aunque un ataque
de esas cualidades sería muy riesgoso para los rehenes. Por lo que respecta a mí,
dudaba un poco de que las fuerzas invasoras realicen un ataque que arriesgara la
vida de estos.
El jefe de nuestra operación, quien era el teniente Yawar, llamo por radio a
algunos miembros del Grupo de Apoyo para que nos respalde. Cuando una vez
llegaron, se posicionaron en las montañas, arriba de algunos combatientes que
retenía a los rehenes que se encontraban de seguro con gran angustia. Tanto así,
que uno de ellos, empezó a criticarlos, pero basto que un combatiente del ELT lo
golpeara en el pecho con su AK 47 para que cerrara la boca, por lo que me
contaron mis compañeros después de finalizar la operación.
Esperábamos alguna señal, que logre dar con la ubicación de los soldados,
mientras que los rehenes empezaban a ser escondidos en una cueva, junto con
algunos guardias. Aparte habíamos mandado a dos hombres con dirección norte,
para alertarnos de alguna posible emboscada del enemigo del cual sospechábamos
había aterrizado por esos lugares.
Pero aquellos dos hombres no llegarían a cumplir con su trabajo. Pues serian
asesinados. De esto nos dimos cuenta al perder la comunicación que teníamos por
radio con ellos. Mi Grupo de Asalto se dividió en dos subgrupos. Entonces un
subgrupo –que me incluía– se posiciono a una mayor altura, para asegurar a
nuestro favor, el choque que sabíamos sería inevitable con los enemigos.
Los primeros disparos se realizaron a eso de las 5:30 de la mañana, mientras
que el sol apenas hacia su presencia. Habían esperado a que amanezca para recién
enfrentarnos, a pesar de que de seguro contaban con visores nocturnos. El
intercambio de fuego se realizó en posiciones casi a la misma altura, para nuestra
mala suerte ya no podíamos subir más, pues ya nos encontrábamos en la cima.
Parte de nuestros combatientes, se encontraban abajo, disparando hacia
arriba, al enemigo. El intercambio de balas duro sin heridos entre mi subgrupo, con
el que me encontraba en la cima, como unos veinte minutos. De pronto una
granada de morteros nos sorprendió.
Intentamos entonces rodearlos, casi al mismo tiempo también caía granadas
de los dos únicos morteros de bajo calibre que teníamos contra el enemigo, al cual
no podíamos ver y ellos de seguro tampoco a nosotros. Al intentar rodearlos los
perdimos más de vista, pues la densa vegetación en nuestro camino era obstáculo
que se debía apartar con fuerza en varios casos con las manos y machetazos
incluidos. Cuando nos acercamos más a ellos, los enfrentamientos se
incrementaron, pues también ellos habían intentado hacer lo mismo.
Debido a que en algunos casos la distancia era muy cerca lanzamos granadas y
hasta bombas incendiarias con las manos que impacto en un desafortunado
soldado, que termino quemándose vivo. La adrenalina que me recorría el cuerpo,
era tremenda. Después me di cuenta, que los estábamos haciendo retroceder y
que ya era prácticamente imposible rodearlos.
Pensé que lanzaríamos una persecución por lo más alto de las montañas, pero
no ocurrió esto, pues los casi derrotados soldados, justo en esos críticos momentos
recibirían un fuerte apoyo, venido desde el aire, un helicóptero que nos atacó con
su ametralladora. Al instante fue herido Mallki junto a un miembro de otro grupo.
No logramos percatarnos a tiempo de la venida de los helicópteros debido a lo
silencioso que era en su vuelo y a la bulla de los disparos de todos. Socorrí
acompañado del teniente y Antay, a los heridos mientras que el resto nos cubría. Al
mismo tiempo, el helicóptero se retiraba para empezar a girar alrededor nuestro,
disparando, pero a mayor distancia. En esta situación, nos fue casi imposible
proseguir la lucha de igual forma contra los soldados de tierra.
Mientras tanto escuchaba disparos y gritos que venían de abajo, para nuestra
desgracia había llegado otra unidad militar enemiga, la cual se estaba enfrentando
a nuestros compañeros que estaban resguardando a los capturados.
Yo, Antay, el teniente Yawar, escondidos junto con Mallki y otro combatiente
más, en una espesa vegetación, no nos quedó más que resistir el feroz ataque que
venia del cielo y tierra. En verdad pudimos haber escapado, porque nuestra
velocidad y resistencia habría sido nuestra garantía. Pero con el cuerpo herido de
nuestros hermanos, no hubiese sido algo digno de un revolucionario, menos si es
tawantinsuyano.
En mi mente en esa crítica situación, solo se encontraba resistir, nada más.
Pero de pronto la resistencia, se volvió en asombro, cuando oí y vi una gran
explosión. Sucedió que el jodido helicóptero que parecía estar a punto de
eliminarnos fue interceptado por un misil antiaéreo. Yo casi me quedé atónito,
asombrado por el ataque, por la gran bola de fuego que se convirtió no tan lejos de
nosotros.
Cuando el helicóptero cayó al suelo, yo y mis compañeros nos recuperamos
rápidamente, iniciando así, un contraataque a los soldados de tierra, quienes
terminaron retrocediendo ante muestra superioridad. Por mi parte auxilie a Mallki
que no se veía nada bien. Sin dudas la interceptación del helicóptero nos inspiró
para recuperarnos y contraatacar, mientras que con nuestros enemigos sucedía lo
contrario; se desmoralizaron al ver como su gran ayuda venida desde el aire, tenía
un destino trágico.
Sin embargo los combates no habían acabado en la parte baja de las
montañas y yo no acababa de explicarme quien o quienes habían disparado ese
misil antiaéreo. Solamente sabía que no había sido alguien del ELT, tanto los de
arriba como los de debajo de la montaña, ya que carecíamos de ese armamento.
De repente empecé a escuchar disparos, como unos siete, propios de un rifle de
francotirador que venía de las montañas del frente, lo que ocasiono que todos o
casi todos, nos pusiéramos en alerta.
Pensamos que ahora nos enfrentábamos a francotiradores por lo que alguien
hizo un llamado por radio a un combatiente, para que alerte a algún francotirador
nuestro de aquella amenaza probable. Inmediatamente después los gritos de júbilo
de mis compañeros de abajo nos darían aviso de su triunfo contra sus adversarios.
En total habíamos capturado una docena de soldados.
De pronto se me regreso con fuerza —algo así, como fue la impresión de ver
estallar el helicóptero— de saber quién fue el responsable de haber derribado el
helicóptero.
La reacción del teniente fue gritar, si alguien sabia quien había sido
responsable de que el helicóptero haya sido derribado. Nadie supo responderle,
pero también había otra incógnita, cuando bajo el teniente dejándome a cargo de
los heridos, los combatientes le dijeron que no sabían quienes habían disparado a
cuatro soldados ocasionándoles la muerte. Por lo que le avisaron que no debíamos
bajar la guardia, pues no sabíamos de quienes se trataban las personas que habían
dado de baja a nuestros enemigos.
De pronto sentí un silencio tenso, a la vez que pensaba que aquellas personas
responsables de ayudarnos eran amigos, no enemigos y que estaban muy cerca de
nosotros, escondidos y observándonos. Un instante después una voz algo tapada
dijo: hermanos, somos nosotros, quienes les hemos ayudado.
Yo voltee, y vi a dos hombres con ropa de camuflaje. Muy similar al paisaje
verdoso, en el que nos encontrábamos. Ellos, habían sido los responsables del
ataque al helicóptero y a los soldados. De seguro no solamente fue mi persona la
sorprendida, sino al parecer todos los que los vimos vestidos de manera muy
particular. De lo poco que conversamos con ellos fue la explicación de su trabajo
de todos los días, uno muy especial. Se encargaban de patrullar las zonas que
mandos del ELT, le daban, según ellos decían. En su caso, tenían a su cargo diez
kilómetros cuadrados, del cual debían saber cosas que puedan intervenir de alguna
forma en los asuntos revolucionarios.
El trabajo de ellos era de distintos tipos, como intervenir en caso de que
miembros del ELT, se encuentren en peligro, saber todo lo que se pueda de los
civiles que estaban acostumbrados a andar o vivir en su territorio que tenían bajo
vigilancia, realizar incursiones en territorio enemigo, en donde incluso llegaban a
adentrarse en sus mismísimos campamentos. Dicen que podían pasar varios días
en aquel lugar sin que los detecten. Solo con el objetivo de recabar información.
Sin lugar a duda un trabajo de gente muy profesional. Hacían esto, entre otras
acciones. Al final, antes de despedirse de nosotros, nos dijeron que no podíamos
verles las caras por razones que iban en contra de su seguridad.
Fueron las personas más misteriosas con las que me he topado en la selva.
Pero las sorpresas, no habían acabado aun, al menos para mí. Recibiría una más,
cuando regresamos todos los combatientes a nuestra base. Ubique rápidamente al
comandante que nos había ordenado la misión y le pregunte acerca de que si sabía
de la presencia de algún grupo especial que se encargaba de resguardar cierto
espacio territorial por orden de algún mando del ELT. Me respondió que eso se
practicaba en otros Frentes, pero hasta donde sabia, no en el nuestro, es decir,
tampoco en los territorios que controla nuestra base. Me dijo que probablemente
se trataba de los llamados “lobos solitarios”, quienes eran personas que actuaban
por iniciativa propia y que oficialmente no eran parte de nuestro Ejército, por lo
que solo actuaban en ayuda nuestra en raras excepciones cuando se trataba de
casos de urgencia y que muchos de ellos, no han querido comprometerse
concretamente con las actividades revolucionaras del ELT, al no tener muy buena
imagen de este. También, que probablemente sean refugiados de guerra que
tienen familia en algún lugar de la vasta selva del país. Y que están esperando a
que termine la guerra para retornar a vivir como antes.
Pienso yo, que son personas que lo que más les importa, es la seguridad de
sus seres más queridos. Yo ya sabía, que muchas personas habían huido de la
guerra junto con sus familias asentándose en zonas inhóspitas. En muchos casos
huían no solo de los invasores, sino también del ELT y de otros grupos rebeldes,
que lamentablemente actuaban en muchos casos severamente, sobre todo con la
población cristiana, incluso con los que ya eran combatientes, los cuales pagaban
con su vida, por algún fracaso militar. Esto sucedía principalmente en zonas donde
la brutalidad de la guerra se llevaba al límite. Donde las medidas severas quizás se
salieron de control o porque era necesario utilizarlo si se quería vencer a los
invasores y al Sistema. Pues estamos en una guerra revolucionaria y no entre
países enemigos, donde hay convenios “humanitarios”, lo que no existe en nuestro
caso.
Para el Sistema desde un inicio éramos peores que una banda de
extorsionadores y más abominables que una pandilla de drogadictos, y de esa
forma nos quería hacer ver frente al público, pues aunque estos elementos
negativos de la sociedad también incumplían con las leyes del Sistema, jamás se
atreverían a enfrentarlo directamente con el objetivo de destruirlo, ya que no era
lo suyo, además que empezarían a ser llamados “terroristas”, palabra que en
nuestro país era sumamente despectivo debido a la cruenta guerra
contrasubversiva en los ochenta.
Ser llamado “terrorista” en nuestro país equivalía a algo así, como ser llamado
nazi o antisemita en Alemania, era sumamente condenable, pues el Sistema,
terminado la guerra contrasubversiva había creado una sociedad donde cualquiera
que intente enfrentarle mediante las armas, seria inmediatamente tachado de
“terrorista”, pero aun así, en esa terrible situación para el pueblo hubieron
personas que no tomaron simples acciones armadas, sino también algunas que
llevaban a un daño colateral drástico, como lo hacia el Frente de Liberación
Nacional (FLN), una organización rebelde a la que se le acusa de muchos crímenes
contra sus enemigos e inocentes. Sin embargo han sabido combatir el terror del
Sistema, y de las milicias cristianas responsables quizás de mayores masacres pero
que los medios “informativos” occidentales encubren. Sin embargo nuestra
relación con ellos, es en cierta forma una rivalidad o disputa por la toma del poder.
No son mucho de confiar.
Jueves 4 de setiembre
Domingo 7 de setiembre
Miércoles 10 de setiembre
Lunes 13 de octubre
Nuestros siete espías que mando mi compañía ayer a que averiguaran sobre
las posiciones de las torres, regresaron. A excepción de uno de ellos, que fue
abatido por un dron.
Dicen los espías que han podido hallar una fila de seis torres. Las cuales cuatro
de ellas, las que están más abajo, están protegidas por muros y por cierto número
de guardias que están posicionados en trincheras y en una fortaleza que tiene una
abertura, por donde se puede disparar. Las otras dos, que están más arriba, no
tienen muros protectores, pero están custodiadas por un mayor número de
guardias y por drones. Encima el terreno de su alrededor por su apariencia parece
que se encontrara minado. Pero hay buenas noticias, al menos en cierta forma y es
que los espías han encontrado algunas cuevas que nos puedan servir como refugio.
Pero no se si serán suficientes.
Después de que los mandos superiores analizaran la situación, se decidió que
nuestra compañía atacaría tres torres que se encontrarían protegidas por muros.
Por lo que se tomó la decisión de que ya era hora de que se separe la compañía en
las unidades que atacaran a sus respectivas torres, las cuales han sido construidos
por ingenieros norteamericanos con tecnología del mismo país. No se sabe porque
solamente a ese número de torres se le construyo esos muros que no son cualquier
cosa y que los cubre casi en su totalidad.
Ahora solo me encuentro con mi sección, donde el teniente Yawar saco
recientemente una computadora portátil para que podamos ubicarnos mejor
durante nuestro recorrido.
Con la ayuda de este aparato y la internet que la señal la obtenemos por
medio de un modem-router, podemos saber casi con exactitud dónde nos
encontramos en la cima de las montañas. Al mismo tiempo también podemos
ubicar alguna posición del enemigo, –aunque los espías siempre serán más
confiables en este trabajo– como ya lo hemos hecho al ubicar a las torres que al
parecer tal como nos habían dicho, varios están protegidos por muros a su
alrededor. Sin ninguna duda los norteamericanos son los responsables de
construirlo.
También contamos con otro aparato igual de importante que lleva GPS, que
llamamos “rastreador”, con el que podemos ubicarnos con mayor precisión, pero
eso no queda ahí, porque también se puede ubicar a otra persona y está a ti. Sin
embargo hay un riesgo que puede resultar fatal para nosotros, nuestra ubicación
por parte del enemigo.
Es muy conocido a nivel internacional los asesinatos y capturas que se ha
hecho a personas que no solo han utilizado “rastreadores”, sino hasta celulares al
ser detectado la señal de estos por sus enemigos.
Hasta han sido precavidos con la portátil, al ser utilizada por mí, los otros dos
jefes de los pelotones y el teniente Yawar en un lugar apartado de los
contingentes, pues sabemos que la señal de este aparato también puede ser
rastreado. Y es que aunque suene propio a una película de “gringolandia”, existe la
posibilidad que una vez interceptado alguna señal nuestra y por tanto nuestra
ubicación, podría lanzarse un misil hacia nosotros. En la actualidad la tecnología de
los gringos está muy avanzada en este campo, así que tenemos que ser muy
precavidos.
Es ahora en mi reloj las 9:45 de la noche. Ya tengo que dormir lo mejor
posible, pues me servira para tener más energía mañana, que será el día del
ataque, exactamente a las 9 de la mañana.
Martes 14 de octubre
Ayer a pesar del ataque con drones que retraso a una de las secciones para
llegar a su punto de ataque a las torres, se ejecutó la misma contra estas, las cuales
se hallaban protegidas no solo por muros, sino por puestos de vigilancia, ocupadas
por mercenarios.
Los combatientes del Colca con las que contactamos sin muchos problemas
para después coordinar nuestro ataque se han encargado junto con mi sección de
atacar a la primera torre, que es la que se encuentra a menor altura de las otras
torres que eran atacadas. Mientras tanto otros contingentes han hecho lo mismo
con la segunda y cuarta torre, que se encuentran al norte de nosotros. Hay una
tercera torre en esta misma dirección y que está también protegida con muros, la
cual se ha descartado su ataque, creo por el momento.
En cuanto a los combatientes atacados con drones, se recuperaron
rápidamente y empezaron asediar a la cuarta torre, la cual se haya a más altura
que el resto.
El pelotón que comando ataco conjuntamente con otros tres pelotones por
tierra, exactamente a las 2:30 de la tarde, a nuestro objetivo que se encontraba
rodeado por dos trincheras y encima de estas se ubicaba bajo tierra dos bunker
que tenían una rajadura cada una, –tal como habían dicho los espías– por donde
era casi imposible que las balas pudieran impactar a los tiradores.
Mientras realizabamos la ofensiva por tierra a la torre, un grupo de seis
combatientes nos prestaba apoyo atacando con proyectiles de mortero a las
posiciones enemigas, desde una posición más alta, en las montañas. Mientras que
mi sección y la mitad de combatientes del Colca, atacábamos de frente y por los
flancos, cubriéndonos con las rocas que encontrábamos en nuestro camino. La
gran ventaja del enemigo, quizás aún más que su protección mediante una
trinchera y su bunker, es que goza con una posición mucho más elevada que
nosotros.
El cruce de fuego que hemos entablado con el enemigo ha dejado hasta el
momento cuatro muertos y tres heridos de nuestra parte. En el primer caso, tres
hombres han sido victimados por un francotirador que al parecer es muy bueno
haciendo su trabajo. Por otro lado, un francotirador de mi sección dice que ha
dado de baja a la misma cifra que el enemigo. No sé si será cierto, ya que es un
poco difícil para el resto de combatientes darse cuenta si un enemigo que apenas
saca una parte de su cuerpo sea abatido. Calculamos que debe haber alrededor de
treinta a treinta y cinco hombres atrincherados.
Hemos decidido parar los enfrentamientos con la intención de recuperar la
sorpresa en la oscuridad de la noche. Aunque será en un ambiente con una
temperatura más baja que la del día. Esto sí que será una lucha extrema para todos
los hombres encargados de destruir la torre de menor altura, pero también para
nuestros compañeros que tienen la misma misión, de tumbarse otras dos torres
más, y que se encuentran arriba de nosotros y que, no han podido hasta el
momento lograr su objetivo, por lo que nos informan que atacaran también esta
noche.
La resistencia que está ofreciendo el enemigo será difícil de aplastar, pero
puede venirse abajo con un ataque muy cerca por la retaguardia que sospechamos
está siendo vigilada, pero quizás tiene una menor capacidad defensiva que
adelante. Aprovechando la noche, un grupo de combatientes se puede escabullir y
sorprenderlos por atrás, ya veremos cómo nos va.
Jueves 16 de octubre
Las cosas van mal, muy mal. Nuestro ataque que consistía en mandar un grupo
de asalto por la retaguardia fue un rotundo fracaso.
Los combatientes que intentaron ejecutar el ataque fueron sorprendidos por
un campo minado que le ocasiono dos muertos. Me contaron que inmediatamente
después en su confusión, una ametralladora enemiga abrió fuego contra ellos,
ocasionando que dos hombres más resultaran heridos. Quizás lo peor vino después
al entrar mi contingente en acción, para acabar con el enemigo y volar las malditas
torres de una vez, pues la desgracia nos sorprendió cuando decidimos
encaminarnos a una distancia lo más corta posible para atacarlos, después de que
hayamos escuchado los disparos entre nuestros compañeros y el enemigo.
Sucedió que el territorio delantero también se encontraba minado y termino
matando a un combatiente de mi unidad y a dos más que pertenecían a otras
unidades, que antes se habían movilizado junto a varios hombres que habían
avanzado varios metros a dentro del territorio minado. Debido a la poca visibilidad
que había –aunque la luz de media luna nos ayudó alguito– no se podía observar
muy bien, a la gran mayoría de hombres que se habían adentrado al campo
minado. De seguro todos se detuvieron cuando escucharon la primera mina
estallar, para después retroceder. Lo que mejor pude apreciar fue que después de
la primera explosión de la mina, vino hacia nosotros una ráfaga de disparos que
hirió a tres de nuestros combatientes. En total mi contingente tiene ocho bajas;
cinco muertos y tres heridos, dos son de gravedad, por lo tanto dudo que
sobrevivan más de dos o tres días.
Fue una situación muy difícil, terrible, en la que no se sabía en qué momento
iba uno a salir volando por los aires, con pedazos de tu pierna esparcidos hacia
todas las direcciones y en esas condiciones, era deber de todos con mas razón de
los más valientes, socorrer a los heridos.
Solo, al menos que llegue el equipo médico que pedimos a los mandos
revolucionarios del Colca, lo mas rápido posible, se los podrá salvar. Hemos pedido
tambien que traigan mínimo unos quince kilos de dinamita o si es posible mas, ya
que tenemos un plan que puede dar un gran resultado.
Hemos entablado comunicación con los otros dos grupos –a pesar que uno
de ellos tenia un sistema de misiles antitanques que utilizaron para derribar una de
las torres, pero que después de efectuar su primer disparo contra uno de estos, los
dos combatientes que utilizaron ese armamento fueron interceptados por el
cohete de un dron– que intentan lograr el mismo objetivo que nosotros pero
lamentablemente, para ellos también no ha sido posible cumplir con su misión
asignada, ni tampoco para dos combatientes que tenían la misión de derrumbar
con un Kornet a una torre que no se encontraba protegida por muros. Pero no se
sabe nada de ellos ¿Qué pudo haber ocurrido? Lo más probable es que el enemigo
ya los haya liquidado. Quizás fueron interceptados por un dron, al igual que los
otros dos combatientes que utilizaron su sistema de misiles antitanque.
El grupo encargado de derrumbar la cuarta torre dice que en cualquier
momento se puede venir abajo ya que las granadas de mortero y de un RPG han
hecho un daño considerable a los muros que protegen a la torre.
Esperamos que se materialice lo antes posible su misión. Solo es necesario
destruir una torre para que se corte el suministro de luz a más de una docena de
pueblos que se encuentran en control del enemigo.
Las provisiones de quienes nos encargamos de tumbar la torre de abajo se
están acabando. A lo mucho nos alcanzara hasta el domingo, ahora dependemos
del grupo que llegara mañana, eso espero. Ya se ha decidido mandar un grupo de
apoyo, para que los encuentre a mitad del camino debido a que algún contingente
enemigo, podría atacarles e impedirles el paso hacia nosotros.
Viernes 17 de octubre
¡Cambio de planes! De urgencia me ha ordenado el jefe de la operación, de
atentar con explosivos a la hidroeléctrica que abastece de energía a gran parte de
la región de Cuzco. Pues dice que el Estado Mayor cree que los combatientes que
salimos de Madre de Dios son incapaces de cumplir con la misión, pero no
solamente por eso, sino también porque quieren lanzar una ofensiva mayor a los
pueblos que quedaran sin luz a parte de ejercer un mayor daño a la infraestructura
que controla las fuerzas invasoras. La hidroeléctrica se encuentra ubicada no muy
lejos del oeste de la ciudad cuzqueña. Aproximadamente a unos 60 kilómetros de
aquí.
Pero el atentado será con algo de retraso, debe ejecutarse de aquí a tres o
cuatro días, al tener que planificarse mejor los cambios de la operación. Se ha
pedido a todos los que se van a quedar en este lugar, la calma necesaria para
soportar las duras condiciones del clima, unos días más, hasta que se cumpla la
orden de destruir la hidroeléctrica, la que en caso de fallar, no nos quedara más
alternativa que lanzar un ataque lo más mortífero que se pueda, si es posible casi
suicida con tal de tumbarnos al menos una torre. Y si la misión que voy a ejecutar
es un éxito, regresaremos a nuestras respectivas bases. ¡Lo lograre carajo a como
dé lugar!
Lamentablemente el grupo de combatientes que se encontraba al parecer a
punto de derribar la torre que tenían a cargo, por medio de un mortero, fue
interceptado por un misil que no se sabe de dónde demonios vino. Según dice el
teniente Yawar, este ataque es por medio de un sistema de radar que se guía por
la elipse que va dejando el proyectil de mortero durante su recorrido, para
posteriormente sacar la posición del mortero de la cual fue disparada y hacer un
fuego de contrabatería.
En estos momentos me llaman para saborear una deliciosa comida –será
porque tengo mucha hambre– en base a algunos ingredientes que habitan por
estos lugares. Después de comer, tendré que partir hacia el pueblo del Colca junto
con Kamari, Antay y una muchacha; Cintia que es de ahí, quien está colaborando
con traer las provisiones de primera necesidad desde su pueblo. Lo mejor es que
ella, conoce a un hombre que ha trabajado en la hidroeléctrica. Este sujeto nos
guiara por el camino necesario para llegar a nuestro objetivo.
Sábado 18 de octubre
Hoy en la madrugada, llegue al pueblo del Colca que se haya con un fuerte
resguardo de los Comités en Defensa del Pueblo(CDP), que son rebeldes de cierta
tendencia tawantinsuyana. Aquí ellos son la ley, no hay tanta presencia del ELT y
mucho menos de alguna autoridad del Sistema y de las fuerzas invasoras. Pero este
pueblo no es el único que está controlado por ellos, hay muchos más por los
alrededores de la ciudad del Cuzco.
Llegue a una casa bastante sencilla, como tantas que se encontraban a su
alrededor, acompañado de dos de mis hombres que elegí para realizar la misión y
de Cintia, quien me presento a Filomeno, el hombre que será también parte de mi
equipo, aunque muy efímeramente.
Durante el poco tiempo que llevo en esta casa, he estado ocupándome
principalmente en analizar los planos de la hidroeléctrica misma y de todos los
territorios que la rodean para poder saber, como es por donde debemos entrar,
recorrer los pasillos y aéreas, ubicación de los guardias de seguridad, desactivar los
sistemas de seguridad entre otras cosas que tiene que ver con nuestra misión que
se ejecutara probablemente mañana. Bueno, esta decisión en realidad depende de
lo que me informen los mandos de la guerrilla, –quienes a su vez recibirán la orden
del ELT– que se encuentran en la provincia de Anta, territorio el cual será el más
afectado, después de que hayamos volado en pedazos un sector de la planta
hidroeléctrica.
Esta operación militar que será emprendida, principalmente por el CDP, puede
terminar con un número considerable de muertos y heridos civiles, los cuales no sé
qué tanta simpatía tienen por el CDP, pero supongo que no debe ser mucho ya que
los pueblos de esa provincia eran fuertemente religiosos de la fe cristiana, no es
casualidad por ello, que los grupos armados cristianos que fueron expulsados de
otras provincias cuzqueñas fueran a recluirse a Anta.
Desde ese entonces, han creado según ellos, el último reducto de la dignidad
cristiana en el Cuzco y que tarde o temprano lanzaran una “santa cruzada” con la
que recuperaran su “ciudad cristiana” y castigaran a los “demonios” del
Tawantinsuyo con la muerte ¡Quiero reírme!
Sin embargo esta gentuza alienada está acompañada de experimentados
contingentes ingleses que tienen como comandantes a veteranos que han peleado
guerras y operaciones especiales en distintas partes del mundo.
Inglaterra es el segundo al mando de la ocupación y a cometido numerosos
crímenes de guerra desde su llegada. Cualquier día de estos puede ser la gran
oportunidad de los tawantinsuyanos para vengarnos, aunque sea algo, el daño que
han hecho a nuestro pueblo.
Pero estos ingleses y demás ejércitos de Occidente no son los únicos
extranjeros que se están involucrando en la guerra, también hay otras
organizaciones armadas que recién está haciendo su aparición como los
paramilitares colombianos de quienes se ha confirmado han atacado instalaciones
petroleras que controla el ELT en el norte de Loreto.
Muy probablemente el ataque se pudo haber debido con el objetivo de
arruinar el trato comercial que hay entre el gobierno del Ecuador y el ELT, el cual
consiste en que este le venda petróleo a precios muy por debajo del establecido a
nivel internacional. El gobierno colombiano es uno más del continente y el mundo
que está en contra de la Revolución. Y aunque no se atreva a mandar a sus fuerzas
armadas para atacarnos al menos lo hace por medio de sus paramilitares. Pero es
de aclarar que este gobierno narco, no ha oficializado la pequeña participación que
está teniendo en contra de la Revolución. También está resguardando
militarmente su frontera con el Perú.
Algunas teorías conspirativas dicen que los principales países productores de
petróleo están detrás de la caída del precio del mismo, lo cual está afectando a
Ecuador, quien hace un tiempo está con otro problema que más adelante se puede
agravar, me refiero a la insurgencia de grupos armados que están combatiendo al
Estado ecuatoriano.
Hasta el momento el ELT no ha dado a los grupos subversivos del Ecuador
algún tipo de apoyo, ni siquiera político, muy probablemente sea, porque aún no
tienen una línea ideológica tawantinsuyana explicita.
No sé cuánto tiempo podrá durar este negocio rentable que tenemos con el
Ecuador que por el momento va durando algo de dos años y medio, pero el cual se
puede ver arruinado si en caso, el ELT llega forjar algún vínculo con algún grupo
insurgente que combata a la criollada ecuatoriana.
Fue primero en el Perú, donde se inició la insurgencia reivindicadora del
Tawantinsuyo, no mucho tiempo después se le unió el pueblo tawantinsuyano de
Bolivia, ahora parece que esa misma insurgencia en el Ecuador no va a tardar en
desarrollarse y espero que se radicalice hasta convertirse en un verdadero
movimiento de la ancestralidad Inka, por mi parte no importa que por eso
sacrifiquemos el negocio petrolero con el gobierno del Ecuador.
Cuando ganemos esta guerra, las repúblicas–Estados criollos del Perú, Bolivia
y Ecuador se extinguirán para dar paso al Estado Tawantinsuyano, entonces los
territorios de esos países se convertirán en la matriz de nuestra civilización.
Miércoles 22 de octubre
Un triunfo más para mí y la Revolución, resulto siendo el ataque a la
hidroeléctrica y posteriormente a los poblados que se abastecían de energía del
mismo.
Después de una dedicada planificación de tres días me lance junto con dos de
mis camaradas y nuestro colaborador, un ingeniero que hasta no hace mucho
tiempo había trabajado ahí y quien fue el que nos condujo hasta el camino por las
montañas que colindaban con la hidroeléctrica, tal como habíamos planeado.
El ingeniero se quedó esperando nuestra salida. Fue entonces desde aquí, que
yo, Kamari y Antay caminamos solos, guiándonos por medio de un mapa que
incluía a ubicaciones de la hidroeléctrica. Primero empezamos a bajar por un
desfiladero de rocas. Nos encontrábamos, como a unos ochenta metros de la
hidroeléctrica. Teníamos que caminar con mucho cuidado, ya que la caída de las
piedras en tanto silencio se podría oír a muchos metros de distancia. Después de
caminar unos minutos, llegamos a la reja que nos impedía adentrarnos a la
hidroeléctrica. Temíamos que la valla estuviera electrificada, por lo que, para
comprobarlo, habíamos traído un pequeño ratón, el cual Kamari lo saco de su
mochila y agarrando con una bolsa de papel, lo pego a la valla para nuestra suerte
y la del ratón no la estuvo, después soltamos al ratón y empezamos a escalar la
valla.
Cuando cruzamos la valla, nos dirigimos rápidamente a nuestros dos
objetivos a eliminar. Les ordene a mis dos compañeros de que se encargaran de
reducir al guardia que se encontraba en su cabina, en un rincón de un
establecimiento de maquinarias. Mientras tanto yo me encargaría de eliminar al
guardia que se hallaba detrás del establecimiento, donde también había otro
puesto de vigilancia.
Antes de que me apartara de ellos por una esquina que me conducía a mi
objetivo, Kamari me detuvo y me pregunto, que si pensaba matar solo al guardia
de atrás, yo le respondí que si, a lo que él me dijo de que más seguro era de que
matemos los tres al guardia cercano a las maquinarias, pero yo le conteste de que
no se preocupara y que además era mejor que me dirija lo más rápido posible a su
puesto, ya que este podía aparecer en el puesto de su compañero, si es que yo no
lo sorprendía atacándolo antes. Kamari, entonces me despidió con un “apresúrate
entonces” y yo, con un sigilo que era necesario, para no romper el silencio que se
vivía en esa zona, avance hasta llegar a unos pocos metros de la cabina donde
aguaite y no encontré al desdichado guardia. Pensé que se había dado la vuelta
para entablar contacto con el otro guardia, por lo que me dirigí un poco más rápido
para agarrarlo por atrás y clavarle mi cuchillo, mi “fiel compañero”, con quien ya
tengo experiencia en este tipo de acciones.
Sin embargo, no se encontraba por donde yo pensaba, pero llegue a ver a mis
compañeros, habían matado ya al guardia. Por lo que me les acerqué y les dije que
se dirigieran al objetivo a destruir, mientras que yo buscaba al guardia que no se
encontraba en su cabina. Ellos obedecieron.
Mientras que yo me encamine a los pastizales que se encontraban atrás del
cuarto de máquinas. El ingeniero me había dicho que los guardias podían
encontrarse rondando los pastizales. Quizás, el guardia que tenía que eliminar, se
encontraba por ahí. Por lo que me dirigí hasta ahí, corriendo sin tratar de hacer
bulla. No me lance directo a andar por los pastizales, sino que me puse a observar
si había alguna silueta de hombre en la sombra. Buscaba su silueta, pero no la
encontraba, por lo que llame a mis camaradas a que siguieran aguantando mi
orden para destruir al a generador. Al no poder ver al guardia decidí acercarme
más en los pastizales, pero no caminando, si no agachado. Tenía que eliminar a ese
sujeto para volar los transformadores lo antes posible, pero no lo podía hallar.
Casi estuve a punto de llamar por radio a Kamari, para que haga dinamitar al
generador, pero solo segundos después apareció el infeliz, no sé de dónde
demonios, pero por fin llegue a ver lo que era su silueta, llevaba un fusil. Yo
molesto por demorarme en ubicarlo me dirige caminando en cuclillas. Por
desgracia me corte la mano con algo que no pude ver, pero aguante el grito y
camine aún más molesto por mi accidente. Cuando estaba a menos de dos metros
de él, me lance como un tigre contra su presa dándole muerte, que no fue muy
difícil.
Una vez logrado el aniquilamiento del guardia, me comunique con mis
compañeros, para avisarles que dentro de un momento tendrían que hacer estallar
sus explosivos, porque yo ya había matado al guardia. Entonces me dirigí al
transformador –que se encargaba de mandar electricidad a las torres de alta
tensión– y le implante una bomba que programe para que estallara a los dos
minutos y me largue del lugar, directo al punto de entrada. Antes avise por radio a
mis compañeros de que ya podían hacer estallar sus respectivas bombas y que me
marchaba directamente por donde habíamos entrado a la hidroeléctrica.
De pronto cuando salía por la esquina de un establecimiento que se
encontraba al frente de la cabina del guardia, oí una fuerte explosión que pareció
retumbar en mi interior, y después otras más. Casi al mismo tiempo también había
estallado mi bomba. Poco después me encontré con mis hermanos en el punto por
donde habíamos entrado, para salir por el mismo. Justo aquí empezamos a
escuchar gritos, que seguramente provenían de los guardias que estaban en la
entrada de la hidroeléctrica.
Cuando estuvimos en el camino en la montaña, hasta donde el ingeniero nos
guio, pudimos junto con este, apreciar a lo lejos, como varios poblados se habían
quedado sin luz. Ahora lo que vendría seria la ofensiva contra esos poblados,
donde se sabía, aun se rendía culto al dios traído por los invasores europeos. Pero
este, ya no era mi trabajo, sino solo para los miembros de las guerrillas, que en un
numero de casi cinco mil combatientes lanzo un ataque dividido en tres grupos,
tomando en poco tiempo varios pueblos donde hasta se habían construido
estatuas de su falso salvador, que fueron destruidas por los valientes rebeldes. Sin
embargo, el contraataque enemigo no tardaría en darse, en menos de cuatro horas
de que se haya ocupado los poblados, pero no necesariamente habían de
retroceder las fuerzas rebeldes por las acciones del enemigo, sino por las suyas, ya
que se había dado la orden de retirarse.
Al parecer la operación militar solo consistía en atacar y retirarse lo antes
posible, pues existía el riesgo de que la contraofensiva sea mucho mayor que la
ofensiva rebelde, lo que podría ocasionar un gran número de bajas en las filas
revolucionarias. Obviamente la operación militar fue considerada todo un éxito.
Viernes 24 de octubre
Me han dado un buen descanso de unos cuantos días en la ciudad del Cuzco.
Estoy aprovechando que el mando superior de mi base, me ordeno quedarme unos
días en esta bella ciudad para poder descansar y sobre todo instruirme en el
aprendizaje de idiomas nativos de la selva, fabricación y reparación de distintos
aparatos de comunicación y desactivación de explosivos. La instrucción empezara
el lunes. Aún falta dos días para que llegue, así que seguiré aprovechando para ir a
pasear con alguien por las calles milenarias o quizás solo.
En el primer día que estuve en la ciudad me encontré con una nostalgia al
empezar a recordar los días en los que caminaba durante mi infancia, antes de
irme lejos de ella. Lamentablemente, cierto número de casas están destruidos por
culpa, tanto por los bombardeos de las fuerzas armadas criollas como de las
fuerzas invasoras, principalmente por este último, que en cualquier momento
puede lanzar un ataque contra la ciudad, sobre todo por vía aérea.
Ese día aproveche en ir al monumento de Sacsahuaman y al verla me dio
mucho gusto, pues no había sido destruida por los bombardeos del enemigo.
También fui al Templo de Coricancha, pero no al que habían convertido los
españoles y sus descendientes criollos, sino al nuevo y antiguo Coricancha que ya
no tenía ese despreciable convento católico encima suyo, pues había sido
justamente demolido, como tantas otras iglesias del catolicismo degenerado. Me
hubiese gustado mucho más, llegar a Machu Picchu, pero no es posible al estar en
territorio que controla el enemigo. Quien además dice hipócritamente, “como a
manera de mostrar el “sincretismo armonioso” entre nuestra cultura andina y la
religión cristiana le hemos implantado una cruz en la parte más alta, en la punta
del Huayna Picchu”. Pero esta acción, en realidad es una forma “encubierta” de
humillar o de mostrar una imagen sumisa, de derrotada a nuestra Civilización ante
la religión invasora.
La vida en la ciudad para ciertas personas no es sinónimo de fracaso y
pobreza, más bien la posibilidad de hacer comercio rentable si son inteligentes y
honestos, con personas que se encuentren en zonas no controladas por el
enemigo, sino por los revolucionarios. Por eso se ha implantado leyes que van en
contra de la especulación y la usura, que si son violadas, se castiga con multas.
Pero también existe en cierta forma el contrabando de ciertos grupos que tratan
de evadir nuestros puestos de control. También existe el deber de la población en
pagar un impuesto a la Revolución. Obviamente los que tienen más, pagan más.
Esto es justicia social, equidad de pago, no igualitarismos confusos como
postulaban muchos grupos de derecha e izquierda durante mucho tiempo en
nuestro país.
El desarrollo de la guerra ha llevado al Ecuador, Argentina, Colombia, Brasil, y
Paraguay –países que no están involucrados directamente en nuestro conflicto– a
resguardar sus fronteras ante alguna posible entrada de algún grupo armado de
nuestro país a sus territorios. En el territorio peruano, que es donde opera
principalmente el ELT. Los dos primeros países o sus gobiernos no nos ven con
buenos ojos, al ser nosotros enemigos de todos los Estados criollos, –o al menos de
casi todos– que tienen principalmente territorio Inka. Sin embargo, aunque resulte
muy irónico, con el gobierno ecuatoriano hacemos negocios, a pesar de que no nos
ve, con mucho agrado.
Por otra parte en Bolivia, el ELT está incursionando más en ese país, para ser
más específico en la selva, donde según narran las noticias hay una considerable
presencia de personal militar aliado, de otros países que son nuestros aliados. No
me extraña la presencia de estos últimos, ya que hemos recibido cierta cantidad de
armamento de esos países.
Espero que no se detenga el flujo de apoyo militar a nuestra Revolución, ya
que tenemos enemigos en comunes, el cual es acabar con Occidente. Esta guerra,
ya es desde hace tiempo un conflicto internacional, donde distintos países del
mundo, se están involucrando de una u otra forma. Pero donde los que luchan por
el Tawantinsuyo son los principales protagonistas.
Como será de internacional nuestra Revolución, que personas de distintos
países de este continente mal llamado “América”, poco a poco empezaron a venir,
siendo muchos de descendencia nativa, al Perú y Bolivia. Incluso hasta de un país
tan lejanos como Estados Unidos ¡Fue maravilloso ver para mí un descendiente de
Toro Sentado luchar en mi misma compañía!
No cabe duda, de que la geopolítica de varios países del mundo está jugando
un papel importante en nuestra Revolución, esto es inevitable. Como por ejemplo
la del Brasil, quien ha posicionado en el suroeste de su territorio, a contingentes
militares, mientras que intentan de manera tranquila apaciguar las exigencias de
Estados Unidos, como es el restringir su espacio aéreo a los aviones iraníes que
salen y entran a territorio boliviano. Brasil ha hecho enormes negocios con Bolivia,
así que va a defender sus intereses que tiene en ese país. A la vez que tiene que
ocuparse de los refugiados que están llegando del Perú y Bolivia a su suelo.
Mientras que los gobiernos de Colombia, Ecuador, Argentina, Paraguay y hasta
Chile, países que tienen frontera con los países en guerra, también tratan de
ocuparse hasta donde puedan o quieran, de prestar asistencia a gran parte de los
millones y millones de refugiados que al parecer seguirán escapando de la guerra,
quien sabe por cuánto tiempo más.
He escuchado, que en las últimas semanas han empezado a llegar desde
Paraguay, personas para luchar por la Revolución. Se trata en su gran mayoría de
gente guaraní, el pueblo originario mayoritario de aquel país sin salida al mar.
Escuchar noticias de este tipo me agrada mucho y de hecho a todos los
revolucionarios ya que nos da más esperanza de lograr la tan anhelada victoria.
Recientemente, hace un par de semanas hemos empezado el lanzamiento de
una nueva campaña que tenga el propósito exclusivamente de reclutar miembros
“extranjeros” que tengan el espíritu de luchar en las tierras del Inka. Esperamos
congregar mayor número de voluntarios que en la primera campaña.
Hace poco, fuerzas norteamericanas han lanzado una nueva ola de ataques
aéreos, a las refinerías de petróleo de Loreto. Este es uno de los tantos ataques
que han emprendido contra nuestros enclaves económicos más importantes del
ELT. Pero los ataques norteamericanos, no tienen los resultados que desean.
Ya más de una docena de aviones cazas, han sido derrumbados por nuestros
sistemas antiaéreos improvisados, posicionados en esa región selvática, los cuales
son capaces de recorrer más de 100 kilómetros, aparte tenemos lanzacohetes
múltiples para interceptar a helicópteros invasores, los cuales han sido
desmontados de sus vehículos respectivos.
Los ingresos que recibimos de la venta del petróleo al gobierno ecuatoriano y
al mercado negro son alrededor de medio millón de dólares diarios, dinero que nos
sirve para adquirir este tipo de armamento sofisticado, pero que aun así, es
insuficiente para financiar la Revolución.
Martes 28 de octubre
Mientras yo me encuentro capacitándome en algunas materias de la guerra,
me pregunto que estarán haciendo los miembros de mi unidad que comando. Y
que estará haciendo Zahy a quien no veo hace como dos semanas. Tengo algo de
angustia por saber cómo se encontrara.
Ya llevo dos días de capacitación. Entro a las 10 de la mañana a una
instalación en la que hay otros veinte tipos como yo, que están a cargo de
comandar alguna unidad de combate y que necesitan una mejor preparación o
desean perfeccionarse.
Hay capacitados desde los que han venido por alguna orden, como los que han
pedido, algún permiso especial a sus superiores para poder estar mejor preparados
a la hora de desenvolverse en la complejidad de la guerra.
La instrucción dura unas cuatro horas y tengo que reconocer que el mérito de
los instructores a la hora de enseñar, son todos didácticos. El campo que más me
agrada y me llama la atención, es la desactivación de explosivos. En el que si cortas
mal algún cablecito que está conectado al explosivo, puedes terminar volando en
pedazos. Armas que pueden de ser de fabricaciones tan sencillas como a la vez tan
mortales e impredecibles. Se necesitan nervios de acero para realizar el trabajo de
neutralizarlas.
Pero también hay otros campos en la que ya tengo experiencia, como métodos
de supervivencia en la selva, tácticas de combate nocturno, etc. Pero nunca es
malo darle un repaso, además hasta se puede aprender nuevas cosas sobre lo ya
conocido.
Me enteré que el ELT, acaba de hallar fosas comunes en el sur de Loreto, y
que ha hecho un llamado a los medios de comunicación internacional y del país,
principalmente a los que no son aliados de Occidente, para que den a conocer al
mundo las brutalidades de los enemigos del Tawantinsuyo. No estoy muy seguro
de que organización armada será responsable de que aquella matanza, pero lo más
probable es que haya sido algún ejército de las fuerzas invasoras o quizás el
ejército peruano. El primero, pocos meses después de invadir la Revolución, tuvo
cierta presencia en esa zona, principalmente los norteamericanos, pero que yo
sepa, nunca se denunció la desaparición de una gran cantidad de personas, por
parte de la población, contra los yanquis, pero si otro tipo de crímenes y abusos. En
cuanto al segundo, como en la década de los ochenta este comenzó a cometer
muchos crímenes en maza en la selva, cuando ya la insurgencia se encontraba
generalizada y era común ver a distintos pueblos alzados en armas.
Eran los pueblos de esa zona de Loreto, de los tantos que se encontraban
armados y en donde los militares al servicio del Sistema lanzaban sangrientas
ofensivas, cometiendo todo tipo de excesos; genocidios del que pensaban
seguramente, nadie nunca se daría cuenta.
Quizás los responsables de esa masacre haya sido el ejército peruano, que
jamás fue un verdadero ejército nacional, sino más bien parecía uno de ocupación.
Domingo 2 noviembre
Lunes 3 de noviembre
Martes 4 de noviembre
El día de ayer junto con Qullana y Curi acabo de conocer lo que Máximo
dice es centro de operaciones –o simplemente guarida– de la Hermandad.
Es uno de los tantos balcones que hay en la plaza principal de la ciudad
de Abancay, ubicada en un segundo piso. Yo pude comprobarlo al ofrecerme a
averiguarlo. Subí por los escalones, cuando llegue al segundo piso camine
hacia el balcón de los paramilitares y a diferencia del resto de balcones, donde
la gente podía entrar sin problemas, ya que muchos de estos eran tiendas,
cuando quise avanzar al balcón o guarida, del que estábamos seguro se
reunían miembros de la Hermandad, un hombre de cierta apariencia
matonesca y regularme robusto, me lo impidió.
Le dije que deseaba pasar para ver si vendían algo, pero el sujeto me dijo
que no vendían nada. Entonces le pregunte del porque su actitud de
impedirme el paso. Me respondió que eso no era incumbencia mía y que era
mejor que me retirara. Yo ya me imaginaba que esa sería su respuesta.
Después de intentar adentrarme a la guarida paramilitar y no poder
hacerlo, me fue en donde se encontraban mis dos hermanos, que me habían
esperado en el mismo lugar donde poco antes nos encontrábamos. Máximo
se había retirado. Ese día quedamos en que Qullana vigilaría aquella guarida
para saber más o menos cuantos eran los hombres que se introducían y salían
de ella.
Por otra parte, nosotros planificaríamos en otro lugar como podríamos
destruir ese lugar con una buena cantidad de sus miembros adentro. Hasta el
momento solo podríamos deducir que esa acción nuestra, no sería hecha con
grandes cantidades de dinamita en algún vehículo, ósea un cochebomba, por
la reducida logística con la cual contábamos. Además porque había muchos
soldados de las fuerzas invasoras y la policía militarizada rondando y vigilando
las calles incluyendo a los carros.
Ese día en la noche, Qullana nos dio a conocer lo que había averiguado
durante su vigilancia. Nos contó que había registrado en su cuaderno a 18
hombres, los que habían hecho unos entrada y otros salida del lugar, y
algunos ambas acciones, seis de ellos habían llegado de una camioneta guinda
de quien llego a apuntar su placa.
Al día siguiente Qullana hizo lo mismo, pero más temprano que la
primera vez, esto era necesario, para poder saber mejor y con exactitud, el
numero de personas que circundaban aquella guarida.
Mientras tanto yo y Ayar, repasábamos lo que había averiguado acerca
de ese grupo paramilitar desde que empezó a seguirlos. Tenía dentro de su
computadora gran información acerca de varios de sus integrantes. De los
cuales, la gran mayoría, era gente de la clase media y alta. Habían sido los
típicos niños ricos mimado de la sociedad criolla. Pero tengo que reconocer,
que sí tuvieron agallas para enfrentarnos, estos representantes de la
republiqueta criolla. Después de todo, se trataba de una lucha por la
supervivencia, o matas o dejas que te maten.
Sin embargo, ellos no estaban tan preparados como nosotros, quienes
proveníamos de los estratos sociales más bajos, y que habíamos sabido vivir y
sobrevivir en condiciones duras que el Sistema nos había puesto durante
tanto tiempo, a nosotros a nuestros padres a nuestros abuelos y así
retrocedería hasta la llegada de los invasores. Relacionado a este tema de mis
antepasados, en mí se producía una sensación un poco extraña. Pareciera que
estuviera viviendo algunas vidas pasadas de gente de mi estirpe adaptas a mi
contexto histórico. Una sensación mística difícil de comprender, aun
experimentando.
Al día siguiente, Qullana siguió con su rutina, a excepción de Ayar, quien
se fue a contactar con una integrante más del equipo, para que nos ayude en
algunas cosas relacionadas a la misión. En cuanto a mi trabajo, fue hacer
seguimiento a la camioneta que Qullana había visto dos días antes, cerca de la
guarida de los paramilitares.
Ejerciendo una distancia prudente entre mi moto –que mis hermanos de
Apurimac me habían prestado– y la del vehículo, seguí a este haciendo todo lo
posible para no perderlo de vista. Al final lo que descubrí acerca de la
camioneta o mejor dicho de quien iba en su interior, fue el que hayan ido a
parar a una base militar peruana que no se hallaba tan lejos de la ciudad. Sí
que tuve suerte, en que no me descubrieran que los seguía en una moto. Una
vez que había entrado la camioneta a la base, decidí que lo mejor era
terminar con el seguimiento. No podía confiarme demasiado, por lo que me
retire a mi cuarto de alquiler.
Jueves 6 de noviembre
Domingo 9 de noviembre
Qori ya termino de fabricar su circuito espía, pero tenía uno más, al cual
le había hecho algunas reparaciones. Por lo que tenemos dos circuitos espías
que ya hemos utilizado contra el enemigo, pero sin éxito, es decir no hemos
encontrado todavía información importante de algún miembro del Comando
General. Pero lo que no hemos logrado nosotros lo ha hecho Guillermo. Ha
descubierto un reciente plan de la Hermandad, que consiste en ejecutar un
asesinato masivo a miembros de una aldea llamada “Seccelambras”. Una
matanza que de darse se haría pasar como una acción del ELT, todo esto con
la intención de desprestigiar nuestra lucha. Le dije que trate de saber
exactamente quienes serían los miembros que intentarían cometer esa
masacre, con que armamento contarían y cuando pensaban realizarlo.
Decidí tomar acciones concretas que pudieran evitar lo antes posible
aquella probable masacre. Lo primero que hice fue mandar a Curí a que
consiga un plano de las carreteras por donde se creía que el contingente
asesino de la Hermandad se movilizaría para llegar al poblado. Después
mande a Qullana y Roxana a que busquen todas las salidas que puedan de
Apurimac, que nos lleve al Cuzco e incluso en caso de que podamos regresar
ahí, que sea a otros territorios que controla el ELT.
Mientras tanto yo estoy tomando fotografías junto con Máximo de las
posiciones militares de las fuerzas armadas criollas, ya que es una orden
adicional que me dieron cuando me dirigía hacia esta ciudad. De seguro el ETL
va a necesitar esas fotografías en caso de que más adelante intente lanzar
alguna ofensiva a esta ciudad.
Me hubiese gustado comunicarme con alguna autoridad del poblado de
Seccelambras pero no hay posibilidad alguna. Es un poblado donde no existe
tecnología o progreso alguno y está olvidado con mayor razón por efectos de
la guerra.
Miércoles 12 de noviembre
Viernes 14 de noviembre
Es terrible para mi que todo se haya acabado tan rápido. Asi como por
casualidad la conoci, asi también ella se fue para siempre. Al final todo fue
una ilusión. Al llegar a mi base me entere de una devastadora noticia; los
yanquis habían bombardeado el pueblito donde se encontraba Zahy, junto a
su madre.
¿Pero porque justo ese pueblo, habiendo tantos otros miles en todo el
país, por qué? Casi ni hay restos para enterrarla, pues la explosión hizo que no
quede ni rastro de ella. Creo que lo mejor hubiese sido no conocerla. No me
quedara más que guardarme este deseo y sentimiento que quería darle a
conocer, hasta que se desvanezca en el fondo de mi ser.
No puedo decir lo mismo de Sonia con quien tuvimos un lindo niño. Pero,
de quienes no tengo noticias como hace casi un año. Debido a que las fuerzas
norteamericanas hicieron su destructiva entrada al lugar donde ellos vivían en
donde los había dejado con algunos familiares míos. Lo cual no fue nada fácil,
quizás fue lo más difícil que tuve que hacer en mi vida; dejar a mi familia para
cumplir un ideal por el que sentí, que había sido elegido. Recuerdo los
primeros días, semanas y meses, parece que no me acaba de creer en la
“locura” que me había involucrado, pues extrañaba a mi familia, mi hogar los
echaba de menos muchísimo.
Muchas veces me pregunte, que era más importante para mí, mi familia
o mi ideal revolucionario. Me es difícil admitir que tengo una mayor simpatía
por uno que por el otro. Pero aquí estoy, combatiendo desde hace 5 años y
aún tengo esperanza de encontrar con vida a mi esposa e hijo, para sí
empezar de nuevo nuestras vivencias, pero ya en un nuevo lugar, en donde la
justicia y paz prevalezca. Así viviremos verdaderamente felices. Cuando
recién, con nuestra gente hayamos conseguido nuestra verdadera libertad.
Fue mi decisión primero ser revolucionario, antes que padre de familia.
Quien sepa por la situación que paso mi raza, sabrá comprender, quien haya
padecido lo que nosotros padecimos, aprenderá cual es el mayor deber en
esta vida. Además, ¿si los hombres estuviéramos pensando solamente en
nuestras familias, quien haría la Revolución?
Ahora intentare permanecer lo más centrado posible en liberar a mi
patria del yugo de los invasores. Por tanto es mejor calmar al instinto del
deseo carnal y a los sentimientos del corazón. Pues estos solo pueden ser un
impedimento para cumplir con mi deber sagrado.
Martes 18 de noviembre
¡Nos hemos dirigido hacia los tuneles! Acabábamos de llegar a este lugar,
junto a cientos de combatientes venidos de distintas bases tácticas y Frentes,
el cual ocupa territorios del oeste de Madre de Dios, en el distrito de Manu al
este del Cuzco, en el distrito de Kosnipata. Es la zona donde se concentra la
mayor cantidad de combatientes; aproximadamente cuarenta mil. Entre
elementos del ELT y los Comités en Defensa del Pueblo (CDP), que es una
milicia o guerrilla de tendencia tawantinsuyana.
Mi compañía, ha quedado disuelta por razones tácticas, por tanto se ha
tenido que reorganizar distintas unidades militares que la componían, como
las secciones, pero no ocurrió lo mismo con los pelotones. Sin embargo a mi
sección se le ha respetado su organización. Esto me agrada mucho, ya que es
más fácil combatir con personas con las que ya llevas cierto tiempo
haciéndolo. Ahora me encuentro exactamente en la BT9, –la cual es bien
pequeña comparada a la BT7– donde el comandante del mismo, ha explicado
hoy a los más de sesenta combatientes recién llegados, incluyéndome a mi, la
ley que nos regirá en aquel lugar. Pero lo más interesante que dijo, fue sobre
los túneles, que será donde podríamos estar el mayor tiempo posible
combatiendo contra el enemigo o bien no haciendo casi nada. Nos preguntó
también, si alguien tenía fobia en permanecer en lugares cerrados, se refería a
la claustrofobia. Nadie, respondió que lo tenía. Pero de seguro uno que otro
padecía esa fobia que no se atrevía a admitirlo públicamente.
Antes de que el mando superior, nos avisara de que iríamos a pelear en
unos túneles, yo ya había escuchado hablar de larguísimos túneles en varias
ocasiones, hace meses atrás, de que se encontraban en la selva central del
país. Pero en verdad, no me imaginaba que fueran tan extensos. Parece que
no tuvieran fin.
Son kilómetros de distancia, todo lo que se ha cavado. Pero no hablo de
largo, sino de toda un “enjambre” de tuneles que une un túnel a otro y así,
sucesivamente. Es un poco difícil de describirlo, ya que recién conozco cierta
parte de esta compleja construcción. Sin embargo me han hablado de que
goza con distintos aéreas minuciosamente separadas, cada uno con su
objetivo propio. Pero los túneles, aun seguirán extendiéndose más, ya que
hay gente especializada, que está trabajando en su construcción.
Cada base tiene su propia red de túneles que lleva el mismo número que
el primero y que está unido a otra red de túneles de otra base. Pero en
nuestro caso, no estamos conectados a ninguno. Se puede decir que mi Red
de Tuneles 9 (RT9) es solitario.
Hay exactamente catorce bases tácticas, con sus respectivos túneles,
donde el número de combatientes, varía de acuerdo al tamaño de estos
últimos. Es decir, si son más grandes o pequeños, tendrán más y menos
combatientes respectivamente. En nuestro caso tenemos casi 500
combatientes, pero tiene una capacidad de hasta 700. Pero al parecer se va
ampliar más para que puedan ingresar más combatientes. A diferencia de las
bases, que donde yo me encontraba, eran los actores principales en las
acciones militares, aquí donde estoy los son los túneles. Las bases que se
encuentran cerca a los túneles y que se construyeron antes que estos,
quedaron casi en desuso por ser inferiores en valor táctico.
El ELT tiene que compartir parte de nuestra RT9 con miembros de los
CDP. No obstante, el número de estos, aún no ha terminado de llegar a
nuestra zona. Pero ya las operaciones tienen que dar inicio, pues debemos
aprovechar en golpear todo contingente militar que encontremos vulnerable
en resistir un ataque nuestro, es por eso, que el teniente Yawar, ya nos ha
explicado un adelanto, de cómo será la operación que realizaremos
probablemente el domingo.
Me muero de ganas por matar gringos que andan por estos lares. Espero
que nos vaya bien.
Sábado 22 de noviembre
Jueves 27 de noviembre
Jueves 4 de diciembre
Domingo 7 de diciembre
Viernes 12 de diciembre
La situación sí que se está poniendo cada vez más belicista en los túneles
y sus alrededores. No sé hasta cuando seguiré escapando de la muerte. Había
recibido mi unidad y otras dos hace varios días, la orden de colocar IEDs en la
carretera, donde se tenía planificado emboscar a un convoy militar, pero se
frustro por razones logísticas. Bueno, ahora increíblemente también sucedió
lo mismo, pero con la diferencia de que esta vez si logramos poner los
explosivos.
El día miércoles a horas de la tarde, contingentes militares aterrizaron en
las montañas al norte del RT9. Mientras que por el este, tropas blindadas y
fuertemente armadas se dirigieron al mismo objetivo. Por nuestra parte un
dia antes en la madrugada, habíamos colocado las trampas explosivas en la
carretera, esperando a que la cruzaran, pero no llego a ser así, por razones
que desconocemos. Entonces el lunes en la noche, llega a nosotros la orden
de regreso al RT9 con urgencia al estar esta, bajo intenso fuego enemigo. Sin
más remedio, nos abrimos paso en la selva aceleradamente, sin tener una
idea clara de la magnitud del ataque al RT9.
Para llegar al RT9, –por medio de la información que recibimos de
nuestros superiores que se encontraban en plena batalla– nos dirigimos por el
sur de este, donde existían pequeñas montañas, lo que hizo que nuestra
llegada se atrase mucho más. Fue necesario tomar esta ruta ya que el lado
oeste y también el noroeste, se encontraba con presencia militar enemiga, lo
que hubiese implicado chocarnos con ellos y no podíamos tomar la dirección
del este, ya que hubiese retrasado más nuestra llegada al túnel, al ser una
ruta más larga por los grandes montañas que hubiésemos tenido que
atravesar, es más quizás ni hubiésemos podido llegar al ser de seguro
retenidos por las fuerzas invasoras quienes ya hubiesen cercado al RT9 y los
pocos defensores que teníamos en el este no hubiesen sido de mucha ayuda.
Cuando nos encontrábamos en la cima de la montaña pudimos apreciar
las luces del cruce de fuego entre los dos bandos. Faltando poco para llegar a
los túneles, una granada de mortero nos impactó, matando a un combatiente
e hiriendo a otros dos, a quienes socorrimos rápidamente llevándolos al
interior del túnel.
Las fuerzas enemigas intentaban cercar a la RT9, pero para retrasar su
ofensiva, tal propósito y para que lleguen nuestros refuerzos antes de que nos
cerquen totalmente, se había cortado el puente colgante del rio que se
encuentra al norte. Pero los norteamericanos aun así, habían logrado avanzar
hacia la RT9. Distancia que habrá sido no menos de 300 metros cuando mi
unidad y las otras dos llegaron ¡nos salvamos por esta insignificante distancia!
En cambio por el oeste, el enemigo para nuestra suerte se encontraba mucho
más lejos, lo que facilito nuestra llegada por el sur del RT9.
En realidad, en un principio se nos había ordenado atacar por el sur a las
tropas invasoras que venían del oeste, con el propósito de apoyar a nuestros
compañeros del RT9 que retenían su avance. Empero, horas después se
cambió la orden ya que se habían avistado drones que fácilmente podían dar
con nuestras posiciones en aquella zona de poca vegetación.
Lamentablemente al ser bombardeados totalmente por el enemigo, sabíamos
cual había sido el destino de nuestros hermanos que se encontraban al oeste
del RT9, de quienes no sabemos cuántos serán prisioneros y otros cadáveres,
ya que a estos también el enemigo se los lleva siempre que puede, con el
propósito de identificarlos.
La resistencia fuera de nuestros túneles no habrá durado más de diez
horas. Sabíamos muy bien que sería inevitable el retroceso hacia el RT9, ante
la superior capacidad de fuego de nuestros enemigos. Al adentrarme a los
túneles sentí nuevamente ese calor húmedo que, para alguien que no está
nada acostumbrado le puede parecer asfixiante.
Era la primera vez que me iba a enfrentar a los yanquis desde el interior
de los tuneles y estando ubicado en un puesto de ataque de la RT9, me sentía
como un animal enjaulado, vulnerable a los inevitables ataques del enemigo.
Pero no estaba solo, me encontraba con Kamari y su ayudante, – un
muchacho con muchas ganas de combatir– ambos estaban con sus fusiles.
Quienes con su presencia que me daban mayor seguridad. Por otra parte, el
resto de hombres de mi unidad, se ubicaron en sus respectivos puestos de
ataque. Incluyendo los que se prepararon para enfrentar cuerpo a cuerpo la
posible entrada de los yanquis a los túneles.
Cuando llegaron los yanquis desde el norte a pocas decenas de metros
de la RT9, reiniciaron los combates desde todos los lados. Yo me concentre en
disparar al oeste, donde se encontraba la mayoría de las fuerzas invasoras a
las que empece a disparar antes que pudiera avistarlas. Esto debido a la
intensa flora que a lo mucho me permitia ver no más de 20 metros hacia
cualquier lado. Disparé furiosamente, quizás como nunca lo hice. Vacie miles
de casquillos de los que su ruido se mezclaba con los gritos de los tiradores. A
la falta de visión que producía la densa vegetación se le unió también el humo
de las armas de fuego, lo que dificultaba más nuestra visión. De pronto en el
momento en que abastecía a mi fusil de asalto con más munición, escuche un
tremendo estallido, un proyectil había impactado en nuestro puesto de
ataque. Dando como resultado que el ayudante de Kamari muera y este
resulte herido en el pecho, –pero no de gravedad– y la destrucción de
nuestro puesto, que aunque estaban en esas condiciones, aun así, existía la
posibilidad de que algún soldado pudiera adentrarse en nuestros túneles ya
que la entrada al corredor de la escalera no había sido bloqueada, pues o sino,
nosotros no hubiéramos podido escapar hacia abajo, en los túneles.
Encontrándome con Kamari en el primer nivel, aguardamos atentamente
en que percibiéramos alguna señal de que el enemigo se encontraba listo para
introducirse en la RT9. Así, nos anticiparíamos en el ataque. Esperaríamos a
que intenten bajar por algún agujero o entrada del RT9.
Trate de concentrar todos mis sentidos en mis oídos pero el ruido en el
exterior aún era fuerte e impedía que pudiéramos escuchar el sonido de los
paso de algún soldado. Debido a este factor que jugaba en nuestra contra
terminamos siendo los sorprendidos nosotros y no el enemigo…. ¡pero de qué
forma! ¡Nos atacaron con una bomba incendiaria! Pero menos mal que nos
encontrábamos a una distancia que impedía que nos azaran vivos. A lo mucho
sentimos un fuerte calor.
Aun así, no nos alejamos del punto amenazante, pues debíamos evitar a
todo costo de que algún soldado invasor se adentre en nuestros túneles.
Mientras vigilaba en la oscuridad, parece que más atención prestaba a los
disparos y gritos que venían del exterior, que del interior. Mientras tanto los
yanquis empezaron a adentrarse en los túneles. Era difícil saber la distancia a
que se producían los disparos en los túneles pero trataban de darme una idea
de la ubicación de los combates, para que así, no nos sorprenda ningún
soldado norteamericano.
Mientras esperábamos alguna posible entrada del enemigo,
escuchábamos todo tipo gritos de muchas personas, de quienes no sabíamos
distinguir en algunos casos, si eran o no, amigos o enemigos. Pero algunas
palabras en castellano, si supimos reconocerlo demasiado bien, tal como fue
el insultarnos: “indios de mierda”. Así nos gritaban (jajaja) principalmente los
gringos.
De pronto entre todo ese intercambio de balas e insultos algo más llamo
nuestra atención. Una bomba de gas. La cual nos lanzaron desde afuera por
medio del corredor que habíamos estado resguardando. Al igual que el ataque
con la bomba incendiaria, reaccionamos rápidamente pero con la diferencia
que está vez nos alejamos, varias decenas de metros, hasta entrar a un cuarto
especial, que contaba con una maya capaz de impedir el paso de cualquier
tipo de gas. Nos habremos encerrado como un par de horas. El tiempo que
considerábamos suficientemente como para que el gas se disipe. Después de
esto, salimos del cuarto y ya no se escuchaba disparos ni gritos a excepción
del que nos llamó: ¿Se encuentra alguien ahí?. Había sido una voz bastante
gruesa que salió de un hermano al que nosotros le respondimos: “si, aquí nos
encontramos”.
Los combates habían ya cesado. Y para que suceda esto, tuvo mucho que
ver la llegada de nuestros refuerzos de distintas direcciones, provocando la
retirada de los invasores del RT9, que de lo contrario, de seguro hubiese
demorado más.
Al final el enemigo había provocado un saldo de 120 muertos y 250
heridos en nuestro bando. En cuanto a las bajas del enemigo, el número es
desconocido debido a que en su retirada se los termino llevando. A excepción
de dos cadáveres que pudimos hallar, que eran de los gringos.
Como no mencionar el anécdota místico, que sucedió a dos miembros
del ELT. Estos hombres habían quedado enterrados en un cuarto del primer
nivel debido a un poderoso explosivo que lanzo el enemigo por uno de los
agujeros. Muchos pensábamos que lo más probable era que sus cuerpos ya se
encontraban cadáveres bajo los escombros. Pero felizmente no resulto ser así,
cuando terminamos de cavar, pues los encontramos sanos y salvos. Pero en sí,
no fue el encontrarlos con vida lo que causo una impresión asombrosa, sino a
los huacos –que se decían eran originales porque habían sido traídos de
algunos museos para que los fundamentalistas cristianos no los destruyan–
que se encontraban junto a los felices sobrevivientes y que no habían sufrido
daño alguno.
¡Grandes es la voluntad de Wiracocha! Grito alguien por ahí.
Miércoles 17 de diciembre
Martes 23 de diciembre
Domingo 28 de diciembre
Los refugiados que llegaron hace una semana a la RT9, ya tienen donde
vivir. Hace unos días se empezó a cavar un túnel en el que ellos también
ayudaron, el cual les servirá para su seguridad. Decidimos trasladarlos aquí, al
ser muy difícil que en nuestros puestos de avance, puedan encontrar espacio
para poder vivir, sobre todo seguridad, la cual al ser pocos los que nos
encontramos, no podremos brindarle mucho.
Sin embargo, algunas personas que hemos seleccionado permanecerán
con nosotros. Un naturista, un cocinero varón y otra mujer y tres personas
que se encargaran de la limpieza, nos acompañaran, quien sabe hasta cuándo.
Hemos hecho esto con el propósito de beneficiarnos todas las unidades. Sin
lugar a duda, todos estos hombres y mujeres que hemos traído nos facilitaran
una mejor vida en las trincheras.
Es de recalcar que el mando superior del RT9, se mostró un poco
incómodo con la llegada de los refugiados por lo que me llamaron la atención.
Decían ellos, que en nuestros túneles, ya se encontraba con muchos
pobladores a su alrededor y que en los próximos días, tenían planeado traer
pobladores –también refugiados– de otras partes de la selva. Por lo que me
ordenaron que si volvía encontrarme con un número parecido de pobladores
que necesitaran refugiarse, uno de los mejores lugares para llevarlos sería un
campamento guerrillero que se encuentra en el norte de Madre de Dios, lugar
que queda a ¡30 kilómetros! de mi grupo de avance.
Los mandos superiores –que son parte de lo que algunos llaman con
ironía “oficialidad rebelde” – de algunas redes de tuneles y bases en muchos
casos pueden ser muy insensibles con la ayuda que necesitan muchos
pobladores, quienes en su gran mayoría pertenecen a naciones originarias.
Esa insensibilidad probablemente se deba a que muchos de ellos, sean
mestizos venidos de Lima o de otras partes, los cuales tenían un rango militar
en el ejército criollo, pero que se rebelaron contra el Sistema. Y al saber del
arte de la guerra, el ELT decidió incorporarlos a nuestra lucha. Sin embargo,
muchos de ellos en realidad no tienen un vínculo –sea cultural o racial– con
los miembros de nuestras naciones originarias y esto puede convertirse en un
obstáculo para muchos mandos superiores, aun asi sean buenos estrategas
militares, quienes quizás hasta tengan una débil formación ideológica.
Dejando de lado a los refugiados y a la “oficialidad rebelde”, hace unos
días tuvimos un choque armado con soldados de un aparcamiento, como era
de esperarse, era de los yanquis, quien ya lleva desplegando en el Perú casi
medio millón de soldados.
El aparcamiento que se encontraba a varios kilómetros al suroeste de
nuestros puestos de avanzada, tras las líneas enemigas para ser mas exacto
en el distrito de Ocobamba, es uno de los más grandes que habían construido
los norteamericanos en la guerra y el cual les sirve para que estacionen
vehículos de tierra y aire.
Mi unidad y otra más, se encuentran en alto riesgo, al encontrarnos en
territorio que “oficialmente” controla el enemigo, pero que en la práctica no
es así, ya que como creo que dicho en otra parte de mi diario, la selva peruana
están grande que equivale a un poco más de dos veces el tamaño de Vietnam
y si tenemos en cuenta la selva boliviana, estamos hablando de un espacio tan
grande que es imposible para las fuerzas invasoras controlar.
Pues bien, al encontrarnos a una distancia prudente del aparcamiento
atacamos primero por medio de nuestros dos francotiradores, donde
obviamente se encontraba Kamari. Teníamos como objetivo, a dos oficiales
del ejército yanqui, quien uno de ellos, hasta había aparecido en más de un
canal de televisión criolla y extranjera, afanándose de haber capturado y
asesinado a miembros del ELT.
Se creía el teniente de la 1ª Division de Infanteria –que llevaba un
nombre que no recuerdo– un digno militar a imitar por sus compañeros de
armas. Pero no le duraría mucho su “fama” ganada, pues Kamari acabaría con
él. Un instante después, le toco a los morteristas hacer su trabajo, quienes
dañaron varios blindados y uno que otro helicóptero. Después de esto, nos
replegamos lo más rápido posible por las montañas para que así, la artillería
enemiga que sabíamos sería utilizado, no nos haga pedazos. Y así fue, el fuego
de esas armas pesadas cayó en zona que nosotros habíamos abandonado tan
solo un rato antes.
Pero la actuación enemiga no quedó ahí. Se encontraban con el orgullo
tan herido por haberles dañado parte de sus medios logísticos, –sobre todo
por haber matado a dos de sus oficiales– que no dejarían que nos valláramos
tan fácilmente. Por lo que tomaron la acción de liquidarnos por medio de sus
helicópteros de ataque, los cuales no tuvieron éxito alguno si quiera en poder
ubicar nuestras posiciones, al encubrirnos muy bien y por ser un grupo muy
reducido. Sin embargo, lo peor vendría minutos después. Sucedió cuando
había desparecido la amenaza de los helicópteros que un avión militar salió
detrás de una montaña, abriendo después sus compuertas de donde salió una
caja de madera bastante grande en paracaídas, dentro de esta se encontraba
el infierno a quien vimos descender, era el napalm.
La bola de fuego en que se convirtió la explosión, tuvo una onda
expansiva que se extendió cientos metros a la redonda. Pero nadie de
nosotros murió, gracias a que estábamos caminando por un pantano al que
nos arrojamos a sus aguas. Solo uno de nuestros hombres resulto con heridas
de tercer grado a quien logramos auxiliar.
Los invasores fabrican napalm, que después llenan en cilindros de metal
que tienen implantadas aletas, para que así al ser lanzadas desde el aire,
puedan caer correctamente al blanco. Últimamente han estado lanzando a
muchas de estas bombas en posiciones del ELT.
Viernes 9 de enero
sábado 17 de enero
Jueves 22 de enero
¡La más grande batalla de la selva ha empezado! Para el día elegido del
ataque se encontraban más de 8 mil hombres, divididos en dos grupos, listos
todos ellos para adentrarse por los dos túneles que los infatigables
combatientes del ELT habían construido en el más profundo secreto, durante
varios meses. Los dos túneles tenían alrededor de 1800 metros de largo –sin
contar la parte que llegaba hasta el subsuelo de las dos bases– y habían sido
cavados solamente con unas máquinas excavadoras de la mejor tecnología, ya
que de haber utilizado picos y palas… ufff cuanto tiempo hubieran demorado.
No me explico como el enemigo no logro descubrir a semejantes túneles.
Sea como sea esto no importa ahora, ante la colosal ofensiva que se acaba de
dar al enemigo en su zona que es donde se produce la mayor cantidad de
cocaína en el mundo.
Por medio de la tecnología se había calculado casi con exactitud por
donde los combatientes del ELT, tenían que salir; cerca a los soldados yanquis.
Cuando eran exactamente la tres de la madrugada empezaron a salir en fila de
tres los combatientes del ELT y las guerrillas tawantinsuyanas. Mientras el
número de combatientes salía del túnel, se iban agrupando en las montañas
que se encontraban en la parte trasera de las dos bases militares yanquis que
atacaríamos. De repente justo cuando casi el 80% de los combatientes habían
salido del túnel. Se escuchó el sonido intenso de una sirena: nos habían
descubierto.
Las luces de las bases se prendieron y de los distintos recintos de las
bases empezaron a salir soldados yanquis. Entonces el coronel que
comandaba la operación, encontrándose en el campo de batalla, ordeno que
a los que no habían salido todavía del túnel, regresaran a la entrada para salir
y atacar de frente a las bases norteamericanas.
Mientras tanto los casi 6 mil hombres que habían salido empezaron a
subir más a las colinas, en donde posicionaron a sus morteros y abrieron
fuego contra el enemigo. Por desgracia sus ataques fueron repelidos por la
temida y precisa artillería yanqui.
De pronto empezaron a llegar helicópteros atacando a mis hermanos
que subían a las colinas como también a los que permanecían abajo y cuando
un miembro de mi unidad se preparaba para utilizar su lanzamisil, estallaron
los explosivos que se encontraban debajo de las dos bases. Y el caos y la
desesperación se apoderaron de los norteamericanos.
¡Fue espectacular ver volar por los aires a las bases yanquis! Por su parte
los guerrilleros del CDP montados en sus balsas, empezaron a cruzar el rio que
nos separaba de los yanquis, después de que los puestos enemigos de
vigilancia encargados de resguardar el rio, sean reducidos.
La base yanqui que se encontraba más al oeste, y de mayor tamaño, no
se pudo hacer explotar por el subsuelo, debido a su lejanía. Sin embargo logro
ser capturada por el Grupo 2, tres días después de haberse iniciado el asalto a
las bases yanquis del VRAEM. Territorio que al que más nos adentrábamos
descubríamos lo sumamente accidentado que era. Según los militares yanquis
cinco veces más que la selva vietnamita.
Yo me encontraba en el Grupo 1, conformado por 1200 combatientes
que se dirigieron hasta el oeste de Quellouno, donde sabíamos se estaban
esclavizando a cientos de pobladores por parte de los narcos, quienes los muy
desgraciados lograron escapar antes de que nosotros lleguemos.
Pero por suerte uno de los secuestrados logro escapar y nos dio
información importante: que los narcos no eran más que 40 o 50– aunque
fuertemente armados– y que los rehenes eran como 500. Entonces se decidió
que una compañía –en la que no me encontraba– continuara con el rescate
por 5 kilómetros más. No sé si hubiesen llegado a rescatar a la mayoría de
secuestrados sanos y salvos de haber decidido avanzar más del recorrido
ordenado, pero una vez que llegaron a los 5 kilómetros, tuvieron que regresar
ya que corrían un mayor riesgo de sufrir una emboscada del enemigo.
Gran parte de nuestros combatientes no han regresado al PRT, ya que el
territorio recientemente arrebatado a los gringos pasara a ser controlado por
el ELT. Esta ofensiva no ha sido como las otras en las que he participado
atacando ya sea solo con mi unidad o con otras unidades, para después
darnos a la fuga. Ahora ha sido distinto, pues este territorio debemos
defenderlo con todo lo que podamos, ya que arrebatando territorio a las
fuerzas invasoras será de vital importancia para lograr su retirada.
Desde ayer me encuentro algo mal. Me siento mareado y cansado. Hasta
el momento, jamás me he enfermado a tal punto que me impida combatir.
Creo que ni ganas de escribir tengo. Creo que me contagie de algo al
adentrarme en esos lugares.
Sábado 31 de enero
Domingo 8 de febrero
¡Pero qué tal voladura de puente! Tenía la orden de dinamitar un puente
que se encontraba al oeste, junto con Ollantay y Tamya. Nos acompañó un
muchacho más que conocía el camino hacia el puente, el cual teníamos que
derrumbar para retrasar o impedir la entrada del enemigo y su armamento a
los territorios del VRAE, recientemente conquistados por el ELT. Fue así que
en medio de la noche llegamos a nuestro objetivo que se encontraba
custodiado por dos individuos, posicionándose uno en cada torre. Le explique
a mis hermanos mi plan; a Tamya le dije más o menos así: que reptaría con
Ollantay lo más rápido posible, esquivando los equipos de luces, hasta llegar a
la misma torre, que subiría y daría muerte al guardia. Después, rápidamente
Ollantay se pondría el uniforme del guardia para no levantar sospechas ante
el otro guardia y yo, mientras tanto estaría implantando la bomba en el
puente. Pero había un problema, era que el otro guardia se podía dar cuenta
de que su compañero estaba siendo atacado por mí, si es que no era distraído
por algo o alguien. Entonces, ella debía distraer al guardia.
—¿Y cómo lo distraigo? –me pregunto.
—¿Sabes el ruido de algún pájaro? –le respondí con una pregunta.
No –me respondió con mucha serenidad. ¡Entonces tienes que inventarte
algo para distraerlo! –le dije como llamándole la atención a Tamya. Unos
minutos después se le ocurrió una idea. Me dijo que haría los sonidos como el
de un animal salvaje, detrás de unas malezas que se encontraban justo al
frente del guardia.
Creo que en esta misión tuve más probabilidad de morir que en el asalto
a las bases del VRAE. Aun así, el plan funciono. Solo en el enfrentamiento, con
el guardia pensé que fracasaría, pues es quizás el enfrentamiento cuerpo a
cuerpo, donde la habilidad de uno se pone al límite. Aquí no hay reglas, tu
oponente te puede golpear en cualquier parte, incluyendo los genitales, en
donde sufrí en cierta forma un golpe de parte del guardia, pero no había
espacio en mi cabeza para que sintiera un dolor que me venza. A pesar de que
me dolía logre aplicarle una llave estranguladora a mi enemigo y Ollantay le
dio el golpe de gracia, una puñalada en el estómago.
El guardia tenía una gorra que se le cayó al suelo y que Ollantay no pudo
ponérselo. Pero la luz en la cabina del guardia que liquidamos no era muy
fuerte así que, su compañero no pudo ver la cara de Ollantay, si en caso
quería hacerlo.
No habrán pasado ni cinco minutos desde que mate al guardia e instale la
bomba. Una vez hecho esto último me retire por un costado caminando
rápido, sin correr, pues podía hacer bulla. Atrás me seguía Ollantay aun
vestido con traje del enemigo. Después me diría que se le congelo el culo por
el miedo, a que el guardia le preguntara a donde iba. Quizás ni se dio cuenta
de su retirada, ya las torres estaban cubiertas en gran manera por la sombra.
Pues habíamos elegido un día en el que no hubiera luna.
Y bueno, así llego el momento de hacer estallar la bomba por medio de
un control remoto. Después huiría junto a mis hermanos y el muchacho –que
le había pedido que se retire– que nos ayudó a encontrar el puente, quien
había permanecido oculto.
Tamyya y Ollantay lo hicieron bien. Me hacen recordar a Mallku e Illary,
con quienes aún tengo esperanza de encontrarme.
Dos días después del éxito de la misión, los mandos superiores me
ordenaron otra. ¡Creen que soy una máquina de guerra! Pensé cuando me la
dieron a conocer. La nueva misión consiste en asaltar un campamento de
médicos internacionales debido a la malaria que ha reaparecido
recientemente en algunos combatientes y se teme que se pueda propagar
más en nuestras filas.
¡Una victoria más me espera!
Domingo 15 de febrero
Viernes 20 de febrero
Miércoles 25 de febrero
Jueves de 5 de marzo
Domingo 15 de marzo
Viernes 20 de marzo
La situación se complica para el ELT. Hace dos o tres días durante el
mediodía, gran número de soldados aerotransportados atacaron los flancos
de la capital de la Revolución. El temor del ELT de ser atacado se terminó
haciendo realidad. Los ejércitos de ocupación prefieren que la mayoría de sus
fuerzas lleguen a la ciudad por aire que por tierra. Esto es lo más lógico
después de que el ELT les haya provocado muchas bajas por las accidentadas
carreteras andinas.
Según los ejércitos invasores el ESC ya cumplió con su objetivo que era
debilitarnos. Ahora les toca a ellos combatirnos, hasta capturar totalmente la
ciudad a la que planean dividir en dos bolsas desde la Zona 5 casi colindando
con la Zona 7. Una parte de sus fuerzas recientemente aerotransportadas se
han posicionado en las punas y están bombardeándonos con su artillería junto
a los otros grupos que se encontraban posicionados desde el inicio de la
batalla. La gran ventaja con la que cuentan estos contingentes es la altura.
Han pasado varios días desde el inicio del ataque por los flancos de la ciudad,
no sé cuánto tiempo más resistirán nuestras defensas a las tropas invasoras
que las superan en número. Muy probablemente, ya se hayan empezado con
la creación de los túneles. Solo así se puede contrarrestar al avance del
enemigo y lograr un giro estratégico a nuestro favor. El futuro de la batalla
está en los túneles. Así lo están demostrando los golpes que cada vez más da
el ELT a los ejércitos de ocupación, como los que acaba de dar mi unidad, que
tuvo la misión de cavar un túnel con la unidad de tuneleros con dirección
hacia uno de los establecimientos de los yanquis, que se estaba utilizando
para observarnos y atacarnos por la buena altura que tenía. Nada menos que
cinco pisos, una casa que de la que se podía encontrar en pie pocos
ejemplares en la ciudad ya que la mayoría han sido destruidos
Una vez más, la unidad de tuneleros y mis hombres harían un estupendo
trabajo, un grandioso túnel que llego hasta el objetivo. El túnel media unos
120 metros de largo aproximadamente y había sido hecho en seis días.
Apenas terminaron de cavar, mi unidad empezó a llenarlo con unos 700 kilos
de dinamita y unos 300 kilos de ANFO, la parte del túnel que se encontraba
debajo del establecimiento yanqui y que había sido ampliada en un 6x6 para
que logremos meter más explosivos, para una mayor explosión.
Terminado todo esto, Kamari –quien se había ofrecido– prendió la
tremenda mecha que sobresalía de una caja y paso lo que tenía que pasar.
¡Corrió y boom! Ahora si pude apreciar en persona como es una explosión
subterránea. Fue tan poderosa que el suelo se levantó como unos treinta
metros de altura, provocando que varias casas de su alrededor se
derrumbaran. Seguro se escuchó el estallido en toda la ciudad.
Escuche que en la Zona 4, también lograron algo parecido, pero de ellos
fue un ataque a un establecimiento donde dormían soldados chilenos. ¡Ja! Esa
gente habrá muerto sin siquiera haberse dado cuenta.
Últimamente las fuerzas invasoras ya no están bombardeando
indiscriminadamente como lo hacían desde que empezó la batalla. Y eso se
debe a que las innumerables imágenes y videos donde se retrataba la
crueldad de sus bombardeos –y que se colgaban en la red donde todo el
mundo lo veía– ha conmocionado a la opinión pública mundial. Ahora más
que nada están atacando con misiles de precisión.
Me acaban de dar ordenar una nueva misión, o mejor dicho a mi sección,
pero esta vez no se trata de explosionar subterráneamente alguna posición
enemiga, sino el de conseguir material médico, vital para salvar vidas de la
población civil y de combatientes del ELT. Me han informado que, en una
casa, detrás de las líneas enemigas se encontraba o se encuentra lo que queda
de una farmacia, donde se encuentran una buena cantidad de medicinas.
Hemos calculado la distancia por medio de una computadora portátil,
donde nos da una distancia de aproximadamente 300 metros. Lo que es una
distancia demasiada larga como para hacer un túnel que llegue hasta ahí,
pues nos demoraríamos mucho tiempo y en cuanto más demoremos existe el
riesgo de que descubran nuestro túnel, ya sea por medio de la utilización de
algún aparato electrónico que les permita escuchar o percibir los ruidos y
movimientos que se hacen en el interior del túnel o también podría ser por
medio de una ocupación que hagan los norteamericanos en las posiciones en
donde empezamos la excavación del túnel, lo que lógicamente nos
imposibilitaría regresar al inicio del túnel. Además, cuanto más largo caven
los tuneleros, aumenta el margen de error en la excavación. Por estas razones
se ha decidido cavar un túnel de cien metros, empezando de nuestra actual
posición, hasta llegar casi al barrio en donde nos encontrábamos al recibir el
ataque con fosforo desde los helicópteros. Ese lugar debe estar totalmente
devastado, de seguro a la hora de salir va a ser un poco difícil ya que quizás
haiga escombros, esperamos que no sea demasiado. Una vez que hallamos
salido por aquel agujero, tenemos que caminar como unos 200 metros más
hacia el frente, hasta llegar al punto donde nos esperara un colaborador, la
vigilancia en aquellas aéreas es menor a comparación de otras. Los soldados
se encuentran posicionados a una distancia lejana de la farmacia. Tenemos
que aprovechar esa gran ventaja si queremos salvar vidas, –la de Illary
especialmente, quien necesita algunas inyecciones desinfectantes– y la
Revolución. La excavación del túnel ya empezó hace dos días, en los que se ha
producido un avance de cuarenta metros. Hemos avanzado por día un
promedio de veinte metros, si seguimos este curso, llegaremos en cuatro días
más al punto deseado. Creo que será el pelotón de Kamari el que se encargue
de la operación.
Domingo 5 de abril
Mi gran amiga se recupera más rápido de lo que pensaba, así como sus
ganas de luchar, han pasado más de dos semanas desde que resultó herida,
tiempo que para ella es bastante, por lo que ya quiere regresar al campo de
batalla. Pero el médico le ha dicho que todavía no se encuentra del todo
recuperada y que debe guardar cama unos días más.
Tengo sentimientos encontrados, por una parte está el deseo de que se
recupere rápido para que ya no sufra los dolores de sus heridas y por otra el
temor de que salga nuevamente herida ante el ataque del enemigo o peor
aún, que muera. Me gustaría visitarla todos los días, pero estando yo, con
obligaciones tan importantes, no me es posible. Espero que cuando termine la
guerra, la lleve a pasear en un lindo lugar y espero que Mallku no se ponga
celoso, ahora que más que nunca hay una profunda amistad entre ellos o algo
más. Ya se acerca su cumpleaños, espero poder celebrarlo con ella de alguna
forma, tal como lo celebrábamos antes y también el mío, cada 29 de junio.
Tal como se esperaba ante la superioridad terrestre y aérea sobre todo,
de las fuerzas invasoras, cayeron los flancos de la ciudad. Primero lo hizo la
Zona 4 y después la Zona 5. A los contingentes de los flancos no les quedo
más que también combatir subterráneamente para detener el avance del
enemigo. Sin embargo la retaguardia no ha sido todavía cerrada. Esta es la
ruta que nos está permitiendo resistir la ofensiva enemiga, la cual es por
donde transita material bélico y alimentos para civiles y combatientes.
La aviación yanqui y chilena ha empezado a atacar por medio de sus cazas
a cortas distancias varios puntos de la ciudad ante la carencia de nuestros
sistemas de misiles antiaéreos. Solo gozamos con misiles antiaéreos portátiles
con los que son casi imposible alcanzar a los modernos cazas del enemigo. Los
cazas cobardemente han atacado a civiles, como fue una panadería justo
cuando muchas personas se encontraban recibiendo sus raciones. En este
bombardeo murieron quince personas de las cuales cinco era niños y heridos
fueron como treinta.
En la Zona 4 dos tanques de agua fueron destruidos. Sin embargo, se
encontraban vacíos pues ya la población lo había vaciado en porongos al
saber que es uno de los blancos preferidos del enemigo.
Los norteamericanos acaban de recibir un duro golpe subterráneo. La
unidad de tuneleros había cavado como forma de contrarrestar los ataques
con túneles de los yanquis, hoyos suficientemente profundos como para
interceptar algún posible túnel enemigo que este debajo de nosotros. Estos
hoyos se han cavado por cuestiones de seguridad dentro de una casa o en las
calles, pero siendo cubiertas por carpas. Así para el enemigo, es más difícil
descubrirnos antes de que neutralicemos sus túneles. Los tuneleros de mi
sección estaban trabajando varios metros adelante, divididos en dos grupos,
los que hacen hoyos o también llamados “túneles verticales” –donde se
encontraban algunos hombres de mi sección– y los que hacen túneles en
forma horizontal.
El jefe de la unidad de tuneleros me había informado de que había gran
probabilidad de que un túnel del enemigo se estaba acercando cada vez mas
hacia mi sección. Y que debía preparar a mis hombres para que ataquen con
explosivos al enemigo. Preparar el ataque fue muy simple, uno de mis
hombres fue sostenido con una cuerda por sus compañeros, para que baje y
clave una estaca a modo de guía para saber exactamente a que altura se
debía hacer explotar la bomba. El muchacho tenía un estetoscopio para
escuchar los ruidos y saber dónde justo debía ubicar los explosivos. Una vez
hecho esto, se hizo estallar la bomba por medio de un temporizador. Nuestro
hoyo chocaba de costado con el túnel del enemigo, así que cuando estalló la
bomba. La una o más personas que estaban trabajando, quedaron atrapadas.
Para ubicar a los túneles yanquis por medio de los hoyos y el estetoscopio, se
necesita de mucha suerte y no solo de habilidad.
No sé cuántos soldados o milicianos del ESC han quedado atrapados en
los túneles cuando desde que el ELT ha empezado a bloquear sus salidas. Es
muy difícil salir una vez que ha sido bloqueado la salida. Los tuneleros una vez
atrapados no creo que sepan ni quizás a donde ir, y a donde cavar, si adelante
o atrás. Debe ser muy desesperante. Y encima sin comida, ni agua ni luz.
Los enfrentamientos en los túneles se están dando también de otra
forma, como es, encontrarse cara a cara, de costado entre túneles o de cara
contra el costado. De esta última forma se acaba de dar cerca de donde se
posiciona mi unidad, en dirección norte. El suceso se dio con los ingleses a
quien choco por casualidad un túnel del ELT y se desato un enfrentamiento,
donde salieron triunfadores los últimos gracias al suicido de un rebelde. Dicen
que se inmolo con dos granadas a la vez al darse cuenta que para que sus
compañeros huyeran después de haber matado a algunos soldados en sus
propios túneles, era necesario que él se haga explotar cuando empezaron a
dirigirse un mayor número de fuerzas enemigas a matar a sus compañeros.
El atacante suicida quien había recibido un disparo en la pierna, de seguro
se dio cuenta que ya no podía escapar y que más bien sería una carga para sus
compañeros, por lo que se inmolo, justo cuando los soldados empezaron a
entrar al túnel del ELT.
Este tipo de casos que se dan cuando alguien cava un túnel y el cual tiene
que cruzar otro túnel, que termina siendo del enemigo, ya se ha dado en
algunas ocasiones. Siempre será mejor que uno detecte el túnel del enemigo
a que este detecte tu túnel, ya que en el primer caso, la posibilidad de un
ataque sorpresa contra el enemigo es factible y en el segundo caso no. Y esto
inevitablemente marca la diferencia entre la vida y la muerte. Entre la victoria
y la derrota.
Mañana empezara la unidad de tuneleros a construir un nuevo túnel para
mi sección con el objetivo de que ayudemos a escapar a combatientes del ELT
que son como unos cuarenta y a civiles que son muchísimos mas, que están
cercados por él enemigo. El futuro túnel conectara con aquella zona que se
encuentra como unos doscientos metros al noroeste. Una travesia
considerable que necesita mucha precisión de nuestros ingenieros.
Ya llevan como cinco días cercados. No se han querido rendir. Apenas
deben tener algo de comida y agua. Creo que hasta la misma población de ahí,
se ha armado. Pequeñas bolsas como esta, se han producido en varios puntos
de la ciudad y en las que los combatientes del ELT han preferido morir
combatiendo que rendirse. La Batalla del Cuzco es la madre de todas las
batallas desde que empezó la guerra. Es la capital del Tawantinsuyo y la
Revolución, ese enorme significado es más que suficiente para que nosotros
los tawantinsuyanos demos la vida.
La desesperación de la población en territorio que controla el ELT está
empezando a volverse incontrolable. En cierta forma parece rebelarse contra
los revolucionarios. Y es que el hambre y la sed pueden desesperar a
cualquiera. Ante el fuerte desabastecimiento de alimentos debido a los
intensos bombardeos contra los vehículos que llevan alimentos a la ciudad, el
ELT ha empezado a repartir alimentos a la población por medio de cupos,
fijándose cantidades exactas de alimentos para cada persona. Por ejemplo, a
cada hombre y mujer se le dará 200 gramos de pan al día.
El ELT está cambiando de táctica, ahora esta dismuyendo los túneles de
corta distancia para hacerlos más largos y salir por puntos en los que no se
encuentre el enemigo y atacarlos por la retaguardia.
Miércoles 15 de abril
¡Por fin soy libre! Han pasado casi nueve largos meses desde que fui capturado en
el Cuzco. En ese entonces se desarrollaba una dura batalla en la ciudad milenaria.
Terminar el año siendo libre nuevamente es lo mejor que me ha pasado en mi vida.
Estoy muy emocionado.
Nunca perdí la esperanza de que mis hermanos hicieran todo lo posible con tal de
liberarme a mí y a otros muchos más que nos hallábamos presos en ese penal, que se
encontraba a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, cerca de la capital de
Cerro de Pasco. En donde las condiciones carcelarias eran de lo más cruel.
No teníamos agua caliente para bañarnos por lo que bañarse era todo un vía crucis.
En muchos casos apenas nos pasábamos trapo. Porque de lo contrario nos
arriesgábamos a pegar una mortal neumonía, que nos podía matar fácilmente. No
fueron uno o dos personas, los que yo vi morir en esa cárcel, fueron varios ya que tan
escaza era el agua caliente como la atención médica.
Igual de padecimiento se sentía a la hora de comer, dormir y el aburrimiento y si
esto no era suficiente para la policía militar, existía el castigo para cualquier hombre o
mujer que se atreva a cometer alguna falta que ellos consideraran digno de castigo.
Seria yo uno de tantos que lo sufriera, no solamente en carne propia, sino también
en la mente. Un lugar horrible donde me enviaron; un hueco totalmente oscuro. Lugar
en donde se ponía a prueba la fortaleza psicológica del castigado. Si este no resistía, se
podía acabar con ciertas alteraciones mentales y ni que decir de los ojos, los cuales no
padecían durante el negro encierro, pero si después de que se haya salido de este. Por
eso es que llevo puesto unas gafas, que creo las utilizare por unos tres o cuatro días
más.
Sería justo durante mi encierro en El Hueco, que mis camaradas me liberarían. Me
salvaron de estar todavía dos largas semanas más en ese tormento. El tiempo, eso que
muchos nombran, pero no saben definir, es lo misma a la eternidad en ese rincón sin
luz. Me daban de comer por una abertura de la puerta ¡como si fuera una bestia salvaje
de quien tenían que protegerse!
Los varios días de encierro en esa pequeña celda, si me ha resultado chocante,
quizás más que cualquier batalla o combate en el que me he encontrado. De hecho, me
puede llevar algo de tiempo superar los efectos psicológicos que puede haber
producido en mí.
Al día siguiente de mi liberación hable con el mayor que había dirigido el asalto al
penal, quería agradecerle personalmente por haber comandado la liberación de tantos
rebeldes tawantinsuyanos, aparte preguntarle sobre la situación militar en la que se
encontraban las unidades del ELT.
Tuvimos una charla amena sobre todo al no haber nadie, que pudiera
interrumpirnos. Ahí me entere de que la batalla del Cuzco se había perdido, casi por
completo. Digo “casi” ya que la tercera parte de la ciudad aun resiste a la ofensiva
enemiga.
Más o menos me recuerdo como habían sido los acontecimientos poco antes de
que nos capture el ESC.
Habían decidido los miembros sobrevivientes de las unidades del aérea cercada, de
cavar un túnel hasta llegar a uno de distancia de 400 metros al sur, con el objetivo de
escapar del cerco enemigo. Fue así, que contra todo pronóstico, ante las duras
condiciones en que nos hallábamos, principalmente por el hambre, logramos terminar
el túnel gracias a las herramientas y nuestra férrea voluntad. Entre todos, éramos
aproximadamente 300. Pues bien, habíamos llegado hasta las alcantarillas, pero una
vez dentro era muy difícil saber la ruta que debíamos seguir, para llegar a alguna zona
de la ciudad que se encontraba bajo control revolucionario y no de nuestros enemigos.
Se puede decir, que nuestro destino también era otro problema pues no sabíamos a
donde debíamos exactamente ir.
Tanto la ruta como el destino que debíamos seguir no se planifico correctamente
antes de que nos metiéramos en las alcantarillas en donde una vez dentro lo hicimos,
pero siendo muy difícil llegar a un acuerdo entre los principales jefes. Unos decían que
debíamos dirigirnos hacia el noreste, de que ahí el ELT aun controlaba extensas zonas
de territorio. Otros como yo, estábamos con la idea de dirigirnos hacia el sureste donde
a pesar de que estábamos casi seguros de que se encontraba en control del ESC, sería
más difícil que nos descubran cuando estuviéramos caminando por las alcantarillas del
territorio que ocupaban y si en caso no nos detectaban y lo hacían cuando nos
encontráramos saliendo de las alcantarillas, hubiese sido menos complicado, abrirnos
paso con ellos –hasta llegar a territorio amigo– que con los yanquis. Había otros que
pedían ir al norte, afirmando de que estaba más cerca de las punas, hacia donde
querían huir.
Obviamente en una situación así, las esperanzas de muchos se pueden basar mas
en la irracionalidad y el voluntarismo, no en una realidad concreta. Era casi inevitable
que el grupo se fraccionara.
Mucho tuvo que ver en la división del grupo el que nos haya interceptado un
ataque enemigo cuando habíamos llegado a eso de la mitad del tunel antes de llegar a
la red de alcantarillado.
Sin lugar a duda el enemigo descubrió rápidamente que nos habíamos fugado por
medio de un túnel porque decidió bombardearnos todos los puntos de la pista donde
creía ahí nos hallábamos. Nuestro nuevo grupo donde me encontraba era formado por
casi 200 personas, el segundo y tercer grupo no recuerdo. Nunca llegue a saber si los
otros dos grupos llegaron a cumplir su objetivo. Poco después de que me liberaran,
intente encontrar a alguien que supiera que es lo que fue de aquellas personas que
decidieron tomar otra ruta. Pero todos desconocían sobre ese asunto y es que de
seguro también se debe al hecho de que sucediendo cosas de mayor relevancia en la
ciudad para el futuro de la batalla, pocos son los que iban a tomar interés por algunos
cientos de personas en las alcantarillas.
Regresando a mi grupo, que después de andar desesperadamente por las
alcantarillas ya que se temía que en cualquier momento podia lanzarnos alguna bomba
el enemigo, encontró una salida, que aunque no era la que habíamos escogido en un
principio, era nuestra esperanza de salir con vida.
Habíamos detectado una tapa que se encontraba en condiciones de ser abierta y de
la cual desconocíamos la razón de porque se encontraba en esas condiciones. Pero esto
era de poca importancia para casi todos ya que la situación en el interior se estaba
poniendo más difícil.
Una vez que alguien comprobó aguaitando mientras habria levemente la tapa de
que no se encontraba nadie, decidimos salir lo antes posible. Algunos combatientes
propusieron que mejor era esperar salir de noche, pues sería más seguro además de
que no faltaba muchas horas para que anochezca.
Pero la población y casi todos los combatientes se negaron. Yo lo que más deseaba
al estar en los tuneles era encontrar comida y agua. Ya llevamos más de un día en
aquellas redes subterráneas, sobre todo a los que habíamos estado cavando ya nos
crujían las tripas y la sed era horrible.
Pero craso error nos llevaría a cometer la desesperación, justo cuando habiamos
salido casi la mitad de personas, alguien lanzo un grito para que nos detengamos. Yo me
quede helado ante la advertencia, pues sabía muy bien que iba a ser muy complicado
enfrentar al enemigo, teniendo yo y mis compañeros a muchas personas bajo nuestra
protección. Encima estábamos en campo abierto, totalmente vulnerables al fuego
enemigo. No nos quedaba más que tomar la decisión de rendirnos. Mientras que los
civiles y combatientes que seguían abajo en las alcantarillas, tomarían un rumbo
desconocido.
No sé por qué no me mataron los milicianos del ESC. Pudieron haberlo hecho, ya
que nadie hubiese podido evitarlo o quizás no querían apresurarse. Un rato después de
mi captura, cansado ya de escuchar los gritos y soportar los golpes que me repartían los
fanáticos religiosos, se presentó un grupo de soldados norteamericanos, quienes
decidieron trasladarme a aquel horrible lugar donde estuve hasta hace poco nomas.
¡Qué recuerdos sobre esa cárcel infernal! Llegue a pensar que no sobreviviría, al
igual que varios de mis hermanos, víctimas de las enfermedades o malos tratos de los
guardias o hasta quizás, tomaría la decisión de suicidarme. Al fin de escapar del maltrato
físico y psicológico de los guardias. Quienes parece que al no tener como escapar del
aburrimiento y estrés en el que se encontraban, no les quedaba más que atormentar a
los presos, así se entretenían.
No veo necesario escribir mucho los padecimientos en los que me encontraba en
ese encierro. Pero si como terminaron gracias al valeroso asalto de mis hermanos de
guerra.
Me encontraba durmiendo como había sido casi desde el principio a mi entrada a la
cárcel, en un pequeño pedazo de pellejo de oveja que apenas podía separarme del
suelo la mitad del cuerpo y tapado con una sucia y vieja sabana. Fue en horas de la
madrugada en las que se encontraban aun los guardias celebrando la Navidad. Se podía
oír distintos gritos en su idioma y al parecer se encontraban sumidos en la borrachera.
De pronto se escuchó un fuerte ruido, una explosión que se había producido en una de
las paredes de la cárcel, después se oyó otra más, pero que venía de otro lado.
Resultado; habían abierto dos agujeros en ambos costados de la cárcel a la que tenían
rodeada. Fueron decenas de rebeldes los que ingresaron a la prisión y redujeron sin
muchos problemas a los guardias que de seguro tenían más botellas de licor que
municiones para sus fusiles.
Estaba en mi celda con cuatro compañeros, que nos habíamos despertado, producto
de la primera explosión. Estábamos muy atentos y frenéticos ante los acontecimientos,
al menos yo ya sospechaba que se podía tratar de un ataque de los nuestros. De pronto
empezamos a escuchar gritos de los presos de nuestro costado “aquí hermanos, aquí,
libérennos”. Eran combatientes del ELT, nuestros hermanos, compañeros, camaradas de
toda la vida. Cuando abrieron mi celda por causas del destino me encontré con uno de
los guardias que me había quitado mi diario. Entonces le dije “hijo de puta, dime rápido
donde está mi diario”, apuntándole en la cabeza con una pistola que me entregaron mis
liberadores.
Me dijo que se encontraba en el cuarto de puerta rojo en el segundo piso en un
casillero pequeño. Sin nada más que decir y después de arrojarlo al suelo, corrí hacia
donde me había dicho, por suerte en esa parte no había tiroteo alguno. Cuando llegué
al cuarto empecé a buscar desesperadamente en los casilleros más pequeños, botando
al suelo todo tipo de objetos, como lápices, papel higiénico, algodón etc… de pronto
¡”ahí está”! Grite, había encontrado mi viejo diario. ¡Por el cual no puedo comprender
como me había arriesgado tanto! Me da bastante satisfacción volver a escribir.
Después en medio de la madrugada salimos subidos en dos camiones. Mientras que
el resto que no podía ingresar en los vehículos por falta de espacio, no les quedo más
que caminar con lo poco que tenían de abrigo hasta las montañas, para después ser
rescatado por otro grupo de combatientes esa misma noche, ya que corrían el riesgo de
morir congelados.
Después supe que hubo colaboración de parte de un guardia que era de los
nuestros, para que escondan gran parte de las armas del resto de sus compañeros. Esto
ocasionaría que muchos de ellos no llegaran a entablar choques armados con nuestros
liberadores.
Me encuentro todavía en Cerro de Pasco, pero en el distrito de Huayllay, lejos de
donde me encontraba recluido. Aquí los miembros del frente han emplazado un
campamento momentáneamente.
Los combatientes que se encuentran en este campamento conforman el grupo
llamado “Contingente C” y actúan en un perímetro de 30 kilómetros, pero no está solo,
a menos de un kilómetro de nosotros se encuentra el contingente A y B.
Los distintos contingentes actúan solos o conjuntamente cuando alguno de ellos se
encuentra vulnerable ante un ataque nuestro. Hay varios puestos militares en nuestro
perímetro de combate los cuales unos están mejor pertrechados y son más numerosos
que los otros. Por lo general, se prefiere atacar a los primeros.
Sin embargo, nuestras acciones armadas no son muy frecuentes y cuando suceden,
no son de gran envergadura. Al menos para los que saben buscar algún oseo productivo,
sobre todo que sirva a la colectividad, no se aburrirán de estar aquí. Ya que para
muchos puede resultar nuestra situación muy aburrida.
Mañana saldré a buscar algo de comida por las distintas montañas después leeré
un libro y también hare ejercicios. Esto sí que me hace falta después de tantos meses sin
actividad física.
Todos estos ocho días que llevo a excepción del último han sido entre los más
tranquilos. El frio que hace durante la noche me obligo a cavar mi propio hoyo en donde
dormir ya que en los dos primeros días que dormí casi no pude hacerlo por el frio que
penetraba las delgadas carpas donde me encontraba y es que a mí y a otros nos habían
dado el material para construir nuestras carpas para dormir. Pero el frio es tan extremo
en este lugar que ese tipo de material es incapaz de ser buen protector. Así que no
queda más que buscar otra alternativa, el cavar una zanja. Una vez en su interior, se
puede notar la gran ventaja. Simplemente el viento es incapaz de entrar puesto que el
viento no viene de arriba hacia abajo. Para evitar aún mejor la poca entrada del aire le
he añadido unas tablas. El lugar es mejor para dormir.
Casi todos estos días me la he pasado fabricando armamento artesanal y haciendo
ejercicio. Pensé que podría salir a buscar algo de comida a la vez que conocia el
territorio, pero para eso se han encargado algunos grupos, los cuales se van en la
mañana hacia varias direcciones y regresan en la tarde con todo lo que han podido
capturar. Los que logran traer mayor cantidad de cosas comestibles tienen una ración
doble. Por lo que he visto que capturan son en su mayoría pequeñas lagartijas y
distintos tipos de aves. Eso sí, siempre van de cacería con sus armas de fuego para
poder rechazar algún ataque enemigo.
Pero esta forma de conseguir comida no es la única, ya que de ser así, lo más
probable es que muriéramos de hambre, se puede decir que de las montañas sacamos
lo necesario para los bocadillos, pero de los pueblos que se encuentran a nuestro
alrededor, sacamos el plato de comida en sí.
Muchos desearían que el conseguir alimentos en los pueblos aledaños sean como
los conseguimos en las montañas donde nadie se queja de lo que uno consigue o
captura para comer. Pero con las personas a quienes se les pide que contribuyan con la
liberación del pueblo en muchos casos no sucede aquello, sino por el contrario se
quejan, no quieren colaborar. Ante esta injusta actitud, en contra de los combatientes
del campamento no le ha quedado a los mismos, más que ejercer la autoridad
revolucionaria con mano firme. Solo así han comprendido esos desadaptados que es
mejor ponerse de parte de la Revolución, de ayudar con los alimentos, que morir por
negarse a colaborar con el campamento.
Estas acciones inevitablemente han ocasionado que la gente quede atrapada entre
dos fuegos. Por un lado está la presión de nuestros contingentes revolucionarios y por
otro lado de los ejércitos invasores. Ante esta difícil situación no les queda más que
optar por el riesgo de no morir como enemigos del Tawantinsuyo.
Desde que llegue he estado entablando conversación con algunas personas, unos
agradables y carismáticos. Otros aburridos y sin gracia. Bueno, a estos últimos los
comprendo, quizás se deba al tremendo estrés que provoca estar aquí. Donde me
dijeron que llevan no exactamente en este punto, pero si por distintas montañas como
6 meses, con el objetivo de evitar que más unidades invasoras se concentren en
Huánuco donde existe una base militar del Estado criollo, que hasta no hace mucho se
encontraba siendo asediada fuertemente por el ELT. Pero las fuerzas invasoras tenían
distintas rutas para llegar a esa base por lo que los refuerzos que se mandaron lograron
salvarlo de ser una base más que caiga bajo un asalto del ELT, mas no sucedió esto, con
algunos desafortunados soldados peruanos a quienes emboscamos en sus vehículos en
una curva que se encuentra un poco lejos de aquí, como a unos 10 kilómetros hacia el
noroeste.
La unidad de inteligencia del campamento nos había informado de que un grupo de
militares se trasladaría hacia un pueblo con el objetivo al parecer de instaurar un puesto
militar, los cuales están compuestos entre 70 u 80 soldados. Quienes tienen fama de
ser sumamente abusivos con los civiles, los cuales en algunos casos se han enrolado en
las filas del Contingente A, para cobrar venganza. Justamente sobre este asunto contaba
un muchacho de nombre Joaquin, de 16 años como había sobrevivido a una matanza
que acabo con casi todos los miembros de su familia.
Ese muchacho es uno más que tiene una historia que será difícil de olvidársele, aun
así, termine la guerra.
Retornando a la emboscada a los yanquis, gracias a la unidad de inteligencia
sabíamos que cruzarían en tres vehículos por una quebrada cubierta por árboles. Lugar
que sería el adecuado para camuflarnos con el ambiente. Teníamos 8 horas para llegar
hasta ese punto donde se realizaría el ataque antes de que cruce el enemigo, la
carretera que era cubierta por un túnel, tiempo suficiente hasta para colocar un IED en
la misma. Pero habría que cuidarnos siempre de un enemigo en el aire, que
probablemente podía realizar fuego de apoyo al contingente yanqui. Hablo de los
drones. Ante el elevado número de ataques sorpresas en las carreteras de la
accidentada serranía, los norteamericanos decidieron aumentar su protección con esas
máquinas. Pero para evadir ser detectado por los drones, mucho antes de que llegue la
tropa, llegamos al punto donde se ejecutaría la emboscada, ya que los drones, se
adelantan y hasta dan vueltas por encima de las tropas que resguardan, todo esto con el
objetivo de interceptar al enemigo antes de que sorprenda a las unidades que protegen.
Mi grupo gozaba con tres cohetes anticarro, que se tenía destinado utilizar contra
el VAP, siendo este vehículo más peligroso para nosotros, pero carecíamos de algún
misil antiaéreo para atacar al dron. Se sabía que el Contingente B tenía varios de estos
misiles, sin embargo, comunicarnos a tiempo sería muy difícil. Muy probablemente para
entonces los norteamericanos ya hubiesen cruzado la cueva.
Entonces había que arriesgarnos a atacar sin una defensa antiaérea. Pero al menos
teníamos la densa población de árboles que nos ayudaría en gran manera en ocultarnos.
Fue así que esperamos alrededor de 90 hombres para que cruzaran sucediendo
exactamente a las 4:35 de la tarde. Tal como lo habíamos planeado, el primer carro de
combate estallo al cruzar por encima del IED, que era un balón de gas, conectado a un
celular, al que se hizo timbrar desde otro celular, ocasionando su explosión.
Después uno de nuestros hombres, disparo contra el VAP el RPG, destruyendo
completamente más de la mitad del vehículo. Lo que causo gritos desesperados de los
soldados heridos.
Sobre todo, de uno que se empezó a quemar, pero a quien sus compañeros
lograron salvar a tiempo. Ya antes de esto, rápidamente los soldados habían descendido
de sus vehículos ubicándose al lado izquierdo. Pero nosotros ya los habíamos rodeado y
al abrir fuego contra ellos, fue devastador.
Sin embargo apareció en el cielo lo que temíamos, un dron. Pero la rápida
información que nos dio un camarada logro persuadirnos a tiempo. Por lo que nos
dispersamos a una distancia de 8 metros cada uno del otro, con la intención de
encontrarnos casi todos juntos ya que así seriamos un blanco fácil para la maldita
máquina, que empezó a dispararnos algunos misiles mientras nosotros nos
enfrascábamos en un feroz cruce de fuego con los yanquis, quienes al ver que era un
suicidio seguir enfrentándonos, pues los teníamos rodeados, intentaron escapar
conduciendo un vehículo, pero no avanzarían mucho. A tan solo 20 metros el conductor
fue baleado. Cuando se dieron cuenta que el dron ya no los apoyaba porque se había
retirado misteriosamente del campo de batalla, es que decidieron rendirse.
Sospecho que en su mayoría estos soldados eran inexpertos, aún les faltaba
experiencia. El ver sus rostros jóvenes también me llevo a pensar eso. Pero también
algo más, sus suplicas.
Me acuerdo de que cuando había reducido junto con mis hermanos de la selva a
unidades yanquis más experimentadas que estas, los soldados tenían un temple más
duro que estos jóvenes, que nos pedían en su idioma que no los matáramos. Pude saber
eso gracias no a que se comprender el inglés sino porque un miembro de nosotros sabia
hablar ese idioma. Para desgracia de los jóvenes yanquis, sus suplicas no los salvaron.
Órdenes del mando superior del Contingente C.
La guerra a llegado a un punto en el que ya no se están tomando tantos prisioneros
entre los bandos enfrentados. Pues ahora la mayoría son eliminados.
Los norteamericanos están padeciendo en esta región de los Andes, pues les falta
mucho el aire. Ante esta difícil situación han empezado a utilizar exoesqueleto algunas
unidades yanquis. Es como una armadura que les permite cargar más peso y caminar sin
cansarse mucho.
Viernes 15 de enero
Los contingentes de las montañas están siendo más que un dolor de cabeza a las
inexpertas tropas que se encuentran en esta parte de Cerro de Pasco.
Hace unos días mi contingente ataco nuevamente a una unidad extranjera, era de
España, la cual era mucho mayor que la que habíamos atacado antes, pero en la que no
me encontraba. Solamente fue un ataque al enemigo y de la misma manera después
huyeron. En gran medida depende de nuestros espías que se encuentran en el mismo
pueblo para saber la rutina de las pequeñas unidades que salen de los enclaves
militares. El espionaje en este caso es un trabajo severamente arriesgado ya que los
mismos militares enemigos tienen sus propios espías que son también de la misma
población y cuando ellos capturan un espía del ELT, lo primero que piensan no es en
matarlo, sino en torturarlo para que delate a sus cómplices.
Ha habido casos en el que nuestros espías terminaban delatando a muchos
miembros de su red de espionaje extendida por varios pueblos e incluso puntos
importantes para la seguridad de los contingentes como era la ubicación de sus propios
combatientes y las rutas que utilizaban para abastecerse de armamento y alimentos.
En este caso se condena a muerte al espía, quien, si no era arrestado o asesinado
por los yanquis, algún miembro o equipo del contingente tenía que eliminarlo en el
pueblo mismo o traerlo a una zona donde pagaría por su grave traición.
Hace poco ajusticiamos a un grupo de enemigos, pero para nada se trataba de
espías traidores sino de fundamentalistas católicos y militares criollos, quienes habían
sido responsables desde hace tiempo de la muerte de muchos miembros del ELT. Varios
de aquellos hombres y mujeres capturados no son de esta parte de Cerro de Pasco que
está en control de mi contingente, sino de otras partes lejanas del Perú, donde ya
habían matado y torturado a miembros del ELT. Incluso había algunos curas extranjeros
a quienes su iglesia y gobierno habían financiado para llegar a nuestro país.
La captura de estos miserables, nuevamente lo logramos gracias al buen trabajo de
nuestras unidades de inteligencia de quienes su éxito se basa principalmente en la
confianza de la información de sus integrantes, quienes quizás no gozan de ningún
moderno sistema tecnológico, sino solo de sus sentidos, hoja y lápiz para escribir lo
importante. Me han dicho que hay veces hasta utilizan solamente sus buenas memorias
y es que así, el enemigo en caso de que capture a uno de ellos es difícil de que
encuentre información lo que si puede suceder cuando se escribe en un papel.
Pues bien, decidimos actuar ya que gozábamos de información fiable que nos decía
que en un ómnibus interprovincial se encontraban varios responsables y miembros
importantes de la contrarrevolución –que hasta el Estado Mayor pedía sus capturas–
custodiados por algunos mercenarios, a quienes liquidamos sin muchos problemas.
Podíamos haber disparado a matar a todos, cuando reducimos el ómnibus, pero no
lo hicimos ya que el jefe de mi contingente pensó que, si hacíamos algo más mediático
con miembros importantes de la contrarrevolución, sería lo más adecuado. Además, en
otras partes donde se desarrollaba la guerra lo habían hecho y todo con la intención de
hacer provocar en la opinión internacional un rechazo a la invasión extranjera.
Fue así que se decidió llevar a un tribunal –si se lo puede llamar así– en las
montañas, cerca de nuestro campamento, a los hombres y mujeres que habían
sobrevivido a nuestra captura. Ahí gravaríamos los juicios y ejecuciones contra la
chusma.
Eran exactamente 31 personas los que serían juzgados. Hubieron podido ser mas,
pero murieron algunos militares y religiosos durante el enfrentamiento. Las acusaciones
iban desde haber mandado a matar miembros del ELT, pasando por ser espías de los
yanquis, propagar el catolicismo, vivir del dinero del pueblo, vínculos con el narcotráfico
y otros. Como olvidarme, también por el delito de pedofilia.
Como de seguro los capturados se lo esperaban, no tendrían derecho a la defensa,
tan solo tenían que escuchar su sentencia que había sido escrita en un cuaderno. Yo que
me encontraba presente al igual que buena parte de combatientes de mi contingente,
esperaba ansioso la leída de sentencia que más me interesaba, que era la de los curas,
unos 15 en total, quienes ya no llevaban su característica sotana, sino que vestían un
uniforme militar, que hasta incluso llevaba impreso algunos símbolos cristianos. Eran
curas que se habían convertido en una especie de líderes religiosos-militares, lo que
producía un mayor apoyo de parte de los pueblos donde el catolicismo se encontraba
fuertemente impregnado en la mentalidad de la gente. Entonces los criminales del dios
bíblico y los militares criollos se encontraban sentados y nosotros orgullosos
sentenciándolos a la pena capital, esperando el momento de sus muertes, la cual sería
de dos formas; fusilamiento y colgadura. Se decidió que la gran mayoría termine siendo
colgada y no en un patíbulo, ya que no había el tiempo y los medios necesarios para
construirlo. Pero también fue, con la intención de ahorrar balas, pues no gozamos de
mucho que digamos.
Una vez consumado el ajusticiamiento, pude sentir una paz interior. Habíamos
vengado a nuestros hermanos.
Miércoles 20 de enero
Semana intensa. Después de viajar durante dos días montado a caballo, y un día a
pie, felizmente capturamos la prisión conocida como “Cueva del Diablo”.
Para tan ambiciosa ofensiva revolucionaria fue necesario movilizar a más de mil
combatientes para tomar por asalto a una de las mayores cárceles de los Andes
peruanos, quienes desde lugares lejanos, vinieron cruzando montañas para encontrarse
con nosotros en el camino, casi a la mitad del recorrido a nuestro objetivo que se
encontraba lo más al norte de Cerro de Pasco en el distrito de Puerto Bermudez.
Cueva del Diablo, albergaba a más de dos mil presos que en su mayoría eran
miembros del ELT y también en cierta forma del FLN. El resto eran delincuentes
comunes. Contaba la prisión con un aproximado de 300 efectivos de la policía militar del
Estado peruano que en caso de no resistir algún ataque enemigo se encontraba una
base militar de su humillado ejército, a unos 4 kilómetros, que podía prestarles apoyo.
Cuando nos encontramos a unos 300 metros de nuestro objetivo, alistamos un
coche bomba cargado con más de 500 kilos de dinamita el cual fue conducido desde las
alturas y siendo de noche no pudo ser visto por los efectivos a no ser cuando ya el auto
se encontraba a pocas decenas de metros. Así de manera espectacular se inició el asalto
al penal, exactamente a su parte lateral, cual sufrió un daño terrible con el primer
ataque de nuestras fuerzas, todo hacía indicar que sería un feroz enfrentamiento. Uno
de tantos.
Inmediatamente después del estallido de nuestro cochebomba, dos grupos
compuestos de 200 hombres cada uno atacaron por los laterales de la cárcel. Varios de
ellos hasta iban montados a caballo. ¡Ahora si estábamos fuertemente armados!
Nada que ver con el escaso armamento con el que nos encontrábamos en el
campamento. Era muy difícil en la práctica no dañar indirectamente a los presos ante
los disparos y las bombas, de nosotros y el enemigo, el daño colateral sabíamos que
seria inevitable. Además nos encontrábamos en la noche. Lo que nos dificultaba
reconocer al enemigo.
¡Era un caos absoluto! Yo me encontraba en primera fila combatiendo con mi
sección, que era parte del grupo encargado de tomar la cárcel por su entrada. Muchas
balas me rosaban. Mientras que algunos de mis camaradas caían bajo el fuego enemigo,
debido a que el enemigo nos disparaba con dos ametralladoras de gran calibre,
posicionados en unas torres, pero después un francotirador de los nuestros los abatió y
logramos capturar sus magníficas armas.
Uno de los tres jefes de pelotón de mi sección resulto herido de bala en la pierna,
cuando este intentaba cruzar de una roca hacia otra, yo encontrándome cerca a el, tuve
que socorrerlo. Después de hacer esto, lo deje al cuidado de los hombres de su pelotón.
Mientras tanto yo avanzaba esquivando las balas enemigas y cubriéndome detrás de
algunos autos y casas que se encontraban deshabitadas. La defensa delantera de la
cárcel se vino abajo después de que el Grupo 2 entro por un lado de la cárcel, –y los
redujo– justo donde había estallado el cochebomba y cientos de presos empezaron a
escapar. Los que no eran nuestros hombres, sino delincuentes comunes escapaban
hacia todas las direcciones. Hiendo a parar quien sabe a dónde, pues lo único que les
interesaba era ser libres.
He de ser justo. La caída de la prisión no solo se debió a la superioridad militar
externa, sino también a la ayuda interna que hubo en el penal, muchos presos lograron
escapar, pero también hubo varios que atacaron a los policías militares quienes
desesperados empezaron a disparar a los cientos de presos que se abalanzaron en su
contra. Estos hombres que se abalanzaron eran nuestros hermanos que habían sido
liberados, que en total fueron algo de 500, una cifra bastante menor al número de
recluidos que se calculaba era de 1400 a 1600. Pudo haberse liberado a todos los presos
rebeldes, pero al llegar tres helicópteros de combate en ayuda de la policía militar,
todos los combatientes que atacamos el penal tuvimos que emprender la retirada, pero
también se debía al envío de tropas por tierra que hizo el enemigo desde la base del
ejército peruano, cercano al penal. Aun así, la operación fue considerada un éxito.
También liberamos como a unos 50 miembros del FLN, quienes decidieron pasarse a
nuestras filas.
De seguro parecerá descabellado, pero nuestro propósito no era la liberación de
los presos rebeldes. Sino de causar el mayor daño o destrucción a la prisión misma.
Aunque claro, esto no quiere decir que sabiendo que en un pabellón se encontraba
nuestros camaradas, les lanzaríamos todas las granadas de RPG que podamos, no, a
este nivel no. Pero sabíamos que el riesgo de que murieran muchos presos era alto, así
que más se trató de una operación de destrucción de la cárcel y de los efectivos. Es de
recalcar también otro factor importante aparte del riesgo de muertos. Hablo de la
impresión causada en el enemigo que lo dejaría aún más desprestigiada ante la opinión
pública. La guerra está llegando a su más álgido nivel de destrucción. Mientras el
enemigo tiene que resguardar la compleja infraestructura del país, nosotros hacemos
todo lo posible con tal de destruirla. A excepción en los territorios que controlamos.
La estrategia del ELT que antes se concentraba principalmente en atacar
directamente a las fuerzas invasoras, se ha reducido en gran manera ante la estrategia
de destruir el habitad donde habita el enemigo. Estas acciones armadas han producido
que un mayor número de pobladores del Perú, se desplacen a otros países. Organismos
internacionales cifran a casi 6 millones los desplazados. Una cifra enorme.
Lunes 25 de enero
Algún día tenia que llegar la justicia al pueblo de Cajamarca. Una de las empresas
mineras mas poderosas del mundo; Yanacocha. Durante muchos años exploto el suelo
cajamarquino, llevándose toneladas de oro con un valor inimaginable, mientras que los
pueblos de su alrededor vivían en una miseria terrible, siendo quizás lo peor, la grave
contaminación que dejo, pero por fin recibió su merecido.
Ni siquiera sus hombres, –en su mayoría mercenarios extranjeros– de la empresa
privada de seguridad que les brindaba protección a logrado impedir la destrucción de la
minera criminal. Estos mercenarios son gente de lo más criminal, quienes no rinden ni
han rendido cuenta a nadie por sus crímenes contra el ELT y nuestro pueblo. Por lo que
desde un principio cuando eran capturados, eran eliminados de inmediato.
El sábado cuando recién caía la oscuridad de la noche, cientos de nuestros
combatientes, entre hombres y mujeres se lanzaron al ataque contra la minera.
Aprovechando que muchos soldados invasores que se encontraban antes cerca de la
minera, habían sido trasladados hacia zonas donde la guerra se tornaba cada vez más
feroz.
La minera, resguardada por hombres bien entrenados y armados, intento repeler
el ataque, pero fue en vano. De seguro pidieron refuerzos al ejército norteamericano,
pero este no mando tropa alguna. Tan solo hicieron su entrada al escenario de guerra,
por la vía aérea; algunos helicópteros que como se habla en la prensa, no fueron de
gran ayuda. Al parecer los mercenarios y trabajadores del lugar subestimaron a las
fuerzas guerrilleras que se impusieron principalmente a su elevado número. Superaban
a sus enemigos 4 a 1. El odio acumulado durante tantos años contra aquella minera,
desemboco en un baño de sangre cuando los “antimineros” la tomaron, junto con sus
ocupantes, de los que un reducido número de personas logro escapar mediante sus
camionetas. Yanacocha, la minera que amenazaba al pueblo de Cajamarca con erradicar
lagunas, de las pocas que quedaban para sacar “su” codiciado oro, ya no es más que
infraestructura incendiada y estallada, gracias a las milicias de Cajamarca ex-rondas
campesinas.
A lo largo de la guerra, igual suerte han corrido otros proyectos de esta minera y de
otras que también extraían oro a costa de las vidas de las poblaciones que vivían por
desgracia cerca a sus ambiciosos proyectos que se encontraban por distintas regiones
de nuestro país.
Era tanto la codicia por el oro –no menos que las que tuvieron los invasores
españoles– de parte de las trasnacionales mineras, que a pesar de que el país se
encontraba en guerra, aún seguían extrayendo oro, más y más. Pero desde que la
guerra empezó a ser total, casi todas las mineras extranjeras, sobre todo las de origen
norteamericano, empezaron a contratar a numerosos mercenarios para que los
protejan.
La vida de los hombres y mujeres que fueron arrebatadas por luchar por su
supervivencia y de sus seres queridos en contra de Yanacocha, ha sido vengada. Ahora
podrán descansar en paz.
Jueves 25 de febrero
Lunes 1 de marzo
Lunes 15 de marzo
Ahora si ha llegado a niveles apocalípticos la epidemia. Hasta el gobierno del
Ecuador ha tenido que enviar sus tropas a su frontera con la región de Amazonas, para
evitar que alguien infectado cruce a su territorio.
Por parte del ELT, las medidas de seguridad han ido aumentando, miles de
combatientes tawantinsuyanos vigilan las zonas infectadas para evitar que alguien, que
probablemente este infectado cruce a territorio que este bajo su control. No se puede
cruzar ni siquiera por las autopistas, y hasta se tiene prohibido que alguien se dirija a
ese infierno. Pero a pesar de todo esto la guerra continua ¡y en zonas cercanas al
territorio en cuarentena! Felizmente la actuación del ELT fue rápida contra la expansión
de esa epidemia en su territorio, pues no paso a mayores.
Se habla que desde una avioneta se ha lanzado cuerpos infectados con el virus a
territorio controlado por el ELT, con la intención de expandir la epidemia en esos
lugares. No se qué más barbaridades habrá de suceder en esta guerra. Después de esta
acción de lanzarnos cuerpos con ese virus, nada más me sorprenderá. Sin embargo no
se reportan infectados por esa acción.
Mientras tanto en otras partes del país, la situación también es muy crítica, por
ejemplo en la costa de Arequipa, donde el desabastecimiento de agua es cada vez más
intenso. Provocando que la población emigre hacia zonas más cercanas a la sierra,
donde haya agua, pero donde no esté presente la guerra. Este gravísimo problema
también lo están padeciendo drásticamente Piura e Ica, donde la población se ha
reducido enormemente, más que cualquier otra parte de la costa peruana, la cual está
siendo azotada por una escases de agua que se agrava más y más.
No falta el tawantinsuyano que diga que los apus están castigando a la costa y a
sus costeños, por haberse considerado a esa región natural, la preferida tanto en los
tiempos de la colonia como en la República, como será, lo cierto es que la población
costeña a diferencia de la andina y selvática no ha reaccionado mucho que digamos
contra el Sistema. Sin embargo esta escasez de agua no se debe a falta de lluvias, sino a
los huaycos que obstruyen las represas. Aparte que están inundando varias ciudades de
la costa.
Me acaba de llegar una orden de emergencia, una que no se compara a ninguna
que haya recibido antes, quizás esta sea la más suicida que llegue a cumplir. Ante el
ataque cobarde del enemigo lanzando restos humanos de personas con aquel mortal
virus, a territorio bajo el control del ELT, se me ha dado la misión de regresarles el
golpe. Me han informado que quienes posiblemente estén lanzando los cuerpos
infectados, sean miembros del ESC. Hasta donde han podido comprobar, estos ataques
infecciosos se han dado en dos ocasiones y no se descarta que ejecuten otros contra el
ELT. Para nuestra suerte, no hay señal de que algún combatiente se haya vuelto a
infectar con ese virus o enfermedad. Todos esperamos que continúe esta buena racha.
Mañana al mediodía, saldré con mi hermano Katari y otros más. Aunque solo unos
cuantos seremos quienes en sí, ejecutaremos la misión: envenenar uno de los tanques
de agua del ESC. Me ha dicho mi capitán que debo recorrer unos cincuenta kilómetros
por la carretera hasta llegar a Tocache, que es donde me estará esperando
combatientes de ese lugar. Ahí recibiré las “armas de destrucción masiva”. Me voy a
dormir.
Miércoles 17 de marzo
¡Esperando los efectos de nuestra actuación revolucionaria! Ayer,
aproximadamente a las siete de la noche, llegue al punto de encuentro con miembros
del ELT de San Martin, quienes habían llegado antes que yo y mi equipo. Conversamos
un rato sobre la misión que comandaría, antes que se regresen a sus unidades. A
excepción de una persona.
Todavía tuvimos que esperar a que sea la una de la mañana, para después caminar
hasta la “frontera” de los territorios que controlaba el ESC. Mientras tanto yo y mis
compañeros aprovechamos para dormir varias horas, pero dejando al menos a una
persona para que vigile nuestra estadía en aquella zona que estaba muy próxima a
territorio de esos fanáticos religiosos.
Cuando llego la hora programada, también lo hizo el momento de partir hacia
nuestro destino, que se encontraba al oeste, a no más de 2 kilómetros, al que llegamos
en menos de una hora, no sin antes cruzar los valles, en donde para desgracia nuestra a
un compañero, le mordió una serpiente.
Se tomó la decisión de que el herido se regrese al punto de encuentro, donde
podrían recibir ayuda de nuestros hermanos que se quedaron resguardando la
camioneta en un pueblo cercano. Después de ordenarle aquello, yo y mis cinco
compañeros de armas continuamos nuestro recorrido.
Después del desagradable ataque de la serpiente, no se presentó ningún otro
problema grave en el camino. A excepción del mal olor que salía de las mochilas.
Cuando llegamos a un punto en que ya no podíamos avanzar directamente por correr el
riesgo de ser descubierto por el enemigo, nos detuvimos a observarlos escondidos entre
unos arbustos. Uno de ellos se encontraba delante de nosotros, como a unos cincuenta
o sesenta metros, vigilando desde su torre.
Entonces se me ocurrió un plan de que alguien lance unas piedras con una onda,
hacia el lado derecho, con tal de que distraiga al guardia, mientras yo me daba la vuelta
por el lado izquierdo, cortaba la cerca, me acercaba a la torre y sorprendía desde abajo
a aquel infeliz con mi pistola con silenciador.
El plan sorprendentemente salió bien, solo con el inconveniente de que en la torre
se encontraban dos personas y no una como habíamos creído al principio. Cuando
dispare al vigilante, aproveche para subir por la escalera rápidamente y así evitar que
cogiera su arma que lo había soltado en el piso.
Mi instinto de supervivencia me hizo clavarle rápidamente mi cuchillo en el
estómago, para después lanzarlo hacia abajo. Antes de que impacte con el suelo dio un
grito ahogado, justo al mismo tiempo el segundo hombre de la torre, el cual se
encontraba durmiendo a lado de quien acababa de asesinar, me agarro por el cuello
fuertemente, mientras que con la otra mano me sujetaba la mano en la que llevaba mi
cuchillo.
El forcejeo solo duraría unos segundos más, que los que tuve con el primero, pero
también sería más intenso. Pues caímos de la torre ambos, por el agujero que era la
entrada.
Felizmente, el impacto fue más fuerte para él, ya que, al tenerme sujetado por
detrás, caí en su encima, dejándolo aturdido, justo en ese momento aproveché para
zafarme y liquidarlo. Sin ninguna duda el segundo sujeto que liquide, dormía como un
tronco. Que suerte la mía.
Poco después llegarían mis hermanos con los que me dirigí al tanque con agua que
se hallaba cada vez más cerca a nosotros. En el camino encontramos una casa en el que
creíamos podía hallarse a alguien, pero no hubo nadie cuando lo comprobamos.
Nos dirigimos casi corriendo a nuestro objetivo, cuando llegamos lo único que nos
separaba de este, era una puerta, cerrada con un tremendo candado. Pero nosotros
estábamos mas que preparados para tal situacion por lo que hicimos uso de nuestra
pinza. No fue fácil romper el candado, debido a la bulla que produciría, la cual podía ser
escuchada por pobladores o peor aún, por religiosos armados de alguna parte. Pero
antes habíamos intentado abrir el candado con unas pinzas, fracasando en el intento.
Una vez que estuvo roto, había llegado la hora de subir al tanque por las escaleras,
para lanzar el material infeccioso. Sabíamos que hacer esto, era algo muy delicado, ya
que nos encontraríamos expuestos a infectarnos, era un riesgo que solo era apto para
los que tenía nervios de acero y quizás hasta carácter suicida.
Entonces subimos uno en uno, mis dos compañeros lo hicieron primero. Cuando
sacaron los bolsos donde estaban los pedazos de cuerpos, obviamente descompuestos,
empecé a sentir ganas de vomitar. Era un olor nauseabundo. Para evitar este horrible
olor, mis compañeros su cubrieron la boca y la nariz con un polo. Desgraciadamente no
teníamos mascaras.
Yo también hice lo mismo, a pesar de que el pedazo de carne humana, se
encontraba envuelto con una tela o varias de ellas. Por un momento pensé “lanzo esta
mierda con mochila y todo, asi no corro el riesgo de infectarme” pero no debía, tenía
que lanzarlo sin mochila –al dar esta demasiada protección al bulto– la cual abrí con
mucho cuidado.
Antes de abrirlo, respire hondo, exhale todo el aire que podía y empecé a correr el
cierre de la mochila, lo hice lo más rápido posible, pero increíblemente… ¡se atascó casi
al final! Intente durante unos segundos abrirlo, mientras aguantaba la respiración, pero
el cierre no se corría por más que lo forzaba, así que intente botar el bulto, así como
cuando alguien bota una bolsa de basura, pero el “bendito” bulto no quería salir. Así
que me dije a mi mismo “a la mierda con esto” y arrojé la mochila al agua. Incluso
después de haberlo botado, no respire ya que podía encontrarse el virus hasta en el aire
que me rodeaba. Yo temia esto a pesar que no estaba comprobado científicamente que
esa rara enfermedad se podía contagiar por medio del aire. Una vez que lo arroje, baje
rápido por las escaleras y recién pude respirar normalmente. Al caer el bulto al tanque,
me salpico algo de agua, pero no llego a hacerme daño alguno.
Antes de retirarnos, le pusimos un candado nuevo a la puerta que abrimos, para
que al menos reduzca la posibilidad de que descubrieran nuestra misión antes que se
envenenen.
Una vez en el suelo les hice recordar a mis hermanos que debíamos estar a una
distancia no menos para reducir las posibilidades –si en caso lo había– de contagio.
Cuando llegamos al puesto de vigilancia y lo dinamitamos, hicimos lo mismo con los
cuerpos de los vigilantes asesinados. Hicimos estos actos porque debíamos dejar la
creencia al enemigo que nuestro enfrentamiento con los guardias era solo con la
intención de matarlos y destruir a dinamitazos todo lo que podamos, para que así no
sospechen de que habíamos incursionado a su territorio para envenenar el agua de su
tanque.
Sábado 20 de marzo
Creo que la escasez de agua está en su punto más álgido. Y el detonante que ha
llevado a Lima a esta grave situación es complejo. Por un lado está el cambio climático,
la sobrepoblación, las fallas técnicas en la distribución del agua, las conexiones ilegales y
por su puesto la guerra.
Se calcula que alrededor de cincuenta mil familias se han quedado sin agua en las
últimas dos semanas. Esto ha llevado a que estas personas junto con muchas otras que
ya antes morían de sed, en su desesperación se dirijan a los reservorios de agua y a los
ríos.
Sin embargo la desesperada necesidad de tomar agua por esos medios, no podría
ser posible sin antes ser desinfectada. Sobre todo, de los ríos. Debido esto, se han
presentado centenares de robos a tiendas y centros comerciales que contengan cloro,
elemento de primera necesidad si se quiere desinfectar el agua. Aunque no creo que
baste, si estamos hablando de aguas del rio chillón y del Rímac. Los cuales tienen un
índice muy alto de contaminación, debido a la basura que han lanzado durante muchos
años los pobladores, sobre todo en el segundo.
Los territorios donde existen ocultamente reservorios de agua están controlados
por el ELT, pudiendo ser la salvación de los sedientos. Pero estos reservorios están
ubicados en el norte de Lima. Por tanto, a las poblaciones del centro, este, oeste y sur
de Lima, se les complicara mas adquirir el elemental líquido. Los pueblos jóvenes son
sobre todo los más afectados al recibir agua por medio de camiones cisternas quienes
poco o nada pueden hacer para abastecer a la población.
Pero también el mismo comportamiento amenazante y desesperado de algunos, ha
provocado que muchas personas que trabajaban transportando las cisternas se negaran
a hacerlo y es que desde la cruel muerte que recibieron dos trabajadores a cualquier le
daría temor regresar.
Por lo que escuche en las noticias se hablaba que en una zona del distrito de
Pachacamaq, creo que Manchay, una turba furiosa que había estado reclamando agua a
un camión cisterna, decidió matar a los dos trabajadores de esta, al saber que el camión
se había quedado sin agua al dárselas a otros pobladores que ya habían llegado antes.
Pero lo más salvaje no fue en realidad la paliza que les dieron, sino que hayan sido
devorados por toda una manada de perros hambrientos que se abalanzaron contra los
pobres sujetos que quizás aún hayan estado vivos. Se dice que los hambrientos caninos
resultaron ser las mascotas de la misma turba que no logro saciar su sed, pero sí de
seguro su rabia.
Después de este drástico suceso, los camiones cisternas van acompañadas con
alguna camioneta de la policía militar, para evitar así que vuelva a suceder una matanza
contra los trabajadores.
En cuanto a nuestra situación en la base, casi no hay novedades a excepción del
accidente que sufrí y lo que hizo, hace poco una muchachita; intentar matar al
comandante de la base, pero fue neutralizada con un balazo en el hombro. No se
tardaría en descubrir las razones de su accionar y a sus cómplices: su propia familia.
Según relato la muchacha, había recibido algunas pepitas de oro para que matara al
comandante y que después de hacerlo sería recompensada con unas pepitas más de ese
mineral, junto con su familia.
Pero que estupidez de esta chibola ¿acaso pensó que podía escapar?
Jueves 1 de abril
¡Golpe contundente a Sedapal! Lima, ahora es el mismísimo infierno. Pues a esta
situación ha llegado la otrora “ciudad de los reyes”, después de que un comando
tawantinsuyano atacara a la principal planta de abastecimiento de toda la capital.
Se puede constatar fácilmente que el ataque fue de gravedad para la
infraestructura de Sedapal, más exactamente para la línea matriz del agua, pues las
imágenes del atentado con explosivos hablan por sí solo.
Se calcula que aproximadamente cinco millones de habitantes dejo sin agua el
atentando. A esta catástrofe hay que agregarle los tres millones que ya antes no tenían
agua potable. Sin embargo esto no quiere decir que toda esa enorme masa de gente no
tenga agua que tomar, porque de esa enorme cifra, alrededor de cuatro millones de
personas se abastecen, aunque escasamente, por medio de ríos, lagunas, reservorios,
incluyendo las poblaciones en control revolucionario, por su parte medio millón de
personas consumen agua por medio de las maquinas desalinizadoras –que han sido
comprado con ayuda norteamericana desde hace ya buen tiempo– y las grandes
cantidades de agua embotellada que ha enviado la ONU.
La situación más grave es para el restante de personas. Para los más de tres
millones de personas que viven en pueblos jóvenes, ubicados en los alrededores de
Lima. Y eso de que millones de personas han abandonado la capital.
Desde el tiempo que la escasez de agua se generalizo de manera tan aterradora,
una enorme masa de gente en distintos distritos de Lima, intento conseguir agua de
muchos reservorios que se encontraban en control de otras poblaciones.
Muchas personas tuvieron suerte en conseguir agua, ya sea mediante el pago con
objetos de valor o por simple lástima que ocasionaban a la gente que tenía bajo su
control a los reservorios. Pero muchas otras personas no tuvieron la misma suerte, ya
que las personas que controlaban los reservorios no querían arriesgarse a quedarse sin
agua. Esto producía sangrientas batallas callejeras en muchas zonas de Lima, entre los
que no querían morir de sed y los que se negaban a compartir su preciado líquido.
Hace poco, todo un mar de gente de los distritos más populosos y pobres de Lima,
se dirigieron al sur de su ciudad, a los distritos de San Borja, Miraflores, San Isidro y
otros, donde sabían que se encontraba grandes reservas de agua. También corrían
rumores de que en muchas casas de los criollos existían grandes pozos subterráneos
donde acumulaban agua, lo suficiente para vivir meses. Esto obviamente motivo más a
la población sedienta para que se dirija a pedirles agua a los criollos.
Cuando llego toda esa sedienta población a aquellos distritos, intento primero
tomarlo por las buenas, mediante negociaciones con los pitucos, pero las relaciones no
tardarían en ponerse violentas, cuando la maza cobriza se dio cuenta que no
obtendrían nada de agua de los criollos, al ser demasiadas personas que pondrían en
riesgo la supervivencia pituca.
Entonces empezaron las acciones desesperadas de los sedientos, gritos, puñetes y
patadas contra los criollos que eran superados en número y que no podían enfrentarlos
por otros medios que no sea por las balas, las cuales dejaron un saldo de decenas de
muertos y varios cientos de heridos. Una masacre más de esta minoría parasita que no
ha tenido mayor trascendencia en la prensa pro–occidente.
Así esta Lima, sumida en un pánico generalizado, como nunca había tenido en toda
su historia después de nuestro glorioso atentado revolucionario. Y si por si esto, no
fuera suficiente sufrimiento para la capital, el ELT lanzó un comunicado de suma
importancia a la población y para nuestro fin revolucionario.
Este comunicado consiste en entregar agua potable a cualquier persona a cambio
de que marchen hacia los distritos criollos, junto con miembros del ELT y ataquen,
maten, mejor dicho a la mayor cantidad de criollos y cobrizos traidores a su raza.
Mientras termino de escribir la terrible serie de acontecimientos de los últimos
días, han pasado alrededor de seis horas, de que se lanzó tan contundente comunicado
a las sedientas mazas cobrizas y ya empezaron a llegar los primeros hombres y mujeres
dispuestos a liquidar a muchos criollos, la escoria invasora y a los malos elementos de
nuestro pueblo.
No sé, no tengo idea de que es lo que pueda pasar más adelante en la capital. Pero
presiento que va a pasar algo muy terrible en los distritos pitucos.
Lunes 5 de abril
La pesadilla limeña no termina, por el contrario, se alarga y se vuelve más
insoportable. La ciudad ha llegado a un nivel tan catastrófico, que creo supera a
cualquier otra zona en la que se está desatando la guerra.
Las noticias que se dan de la guerra alrededor del mundo, hablan principalmente de
lo que está sucediendo en Lima. En otras palabras, los ojos del mundo, están más
centrados que nunca en el conflicto limeño, del que me viene información por medio de
la televisión, la radio y el internet. Así que trato de recopilar toda esa información que
he obtenido durante algunos días para después escribirlo, pero el problema es que la
situación de Lima, no solo se ha vuelto muy violenta sino también confusa, esto se
demuestra en las noticias transmitidas y que el ELT, ha desmentido por ser falsas.
Solo por dar un ejemplo, el día de ayer se lanzó un comunicado en el internet
venido u originado no sé de donde, de que el agua que estaba repartiendo el ELT en
Lima, se encontraba envenenada. Para hacer más creíble tremenda mentira, se utilizó
las falsas declaraciones de algunas personas y el cuerpo de algunas personas que
supuestamente habían muerto envenenadas por tomar “agua rebelde”. Toda esta
imputación farsante ha sido desmentida por los revolucionarios que controlan los
importantes reservorios de agua. Al parecer no han sido muchos quienes ha caído en
esa mentira, porque si fuera así, no hubiera sucedido lo que relatare a continuación.
La última vez que escribí este diario lo termine con cierta incertidumbre al no saber
qué es lo que sucedería después del llamado que se le hizo a la población que se
encontraba en condición más critica por falta de agua. Ahora parte de esta
incertidumbre ha sido sustituida por la realidad cruda de los acontecimientos que han
marcado no solo a Lima sino a toda nuestra Revolución.
Sucedió, que aquel comunicado revolucionario llego a calar en las mazas sedientas
de sed. ¡Más de cien mil personas llegaron a los territorios controlados por la
Revolución! Todos ellos dispuestos a luchar hasta la muerte contra los enemigos del
Tawantinsuyo.
Pero antes de entrar en batalla, se hizo un trato que consistía en dar veinte litros
de agua por persona, si este tenía hijos o familiares pequeños se les daba una mayor
cantidad. Después terminado la batalla o los asesinatos de los enemigos, recibirían
constantemente agua potable.
Francamente no creo que los reservorios en dominio revolucionario, sea suficiente
como para abastecer a todas esas decenas de miles de personas. Pero bueno, esas
personas desesperadas parecían no haberse dado cuenta. Una vez terminado el
desesperado acuerdo, llego la hora de prepararse para la batalla. Pero había un
problema. No se combatiría con armas de fuego en su gran mayoría debido a la carencia
de estas. Sino con armas caseras, muchas de las cuales fueron diseñadas poco antes de
que se ejecute el plan. A parte no se les había instruido en tácticas de combate. Todo
hacía pensar que se trataría aquella batalla, más a peleas callejeras a gran escala que a
choques armados convencionales o guerrilleros.
Siendo las nueve de la noche del domingo, 72 horas después de lanzado el
comunicado “diabólico” a las sedientas mazas, una enorme “pandilla” –probablemente
salida de Manchay– ataco al distrito de La Molina.
Varios miles de hombres y mujeres previstos de machete, palos, piedras, bombas
molotov entre otros tipos de armas rudimentarias cruzaron los cerros de La Molina para
adentrarse a las lujosas casas de los criollos y sucediendo lo inevitable. Tengo muy bien
gravadas en mi mente las imágenes y videos de los terribles enfrentamientos, como el
que le sucedió a un hombre ya de edad, en el que se le ve disparando con su escopeta a
las indomables y furiosas mazas hambrientas. Uno, dos, tres y muchos más disparos se
le puede apreciar efectuando a la “chusma” que no retrocedía para nada. De repente
cuando la muchedumbre estaba a solo unos metros para agarrarlo, se oyó una
explosión donde se encontraba el viejo. Este al parecer tenía una granada que había
hecho explosión antes de que sea capturado y reciba de seguro peor muerte. Pero no
me imagino que le habrá pasado a su familia, muy probablemente termino como otras
tantos cientos de personas en ese distrito. Las imágenes de la masacre a la gente de La
Molina son terribles, las víctimas son de todas las edades. No es necesario entrar en
mayores detalles. A esto nos llevaron ellos, después de quinientos años de marginación
y racismo.
Esa misma noche, mientras La Molina se teñía de sangre y los gritos de dolor
resonaban en cada pared, se ordenó una “invasión” al distrito del Callao, a ese antro de
perdición y donde había una fuerte influencia afro-criolla, que mostro un enorme
rechazo a la Revolución, desde sus inicios.
Los cobrizos de Ventanilla y de zonas cercanas se encargarían de la ofensiva a esa
zona de la provincia constitucional, que tiene sus orígenes desde el inicio de la invasión
hispana, pero irían apoyados por un contingente del ELT, pues sabían que liquidar a esas
personas no sería nada fácil, pues toda la inmundicia acriollada lucharía hasta la muerte.
Aquí los enfrentamientos fueron más brutales que en La Molina. A pesar que había
decenas de policías militares apoyando al enemigo, la ofensiva fue feroz. Los
revolucionarios rodearon el aeropuerto por el lado este sin muchos problemas, pero
sería después de esto que la respuesta de ese distrito se daría con todo. Miles de
personas salieron a defenderse de los revolucionarios, produciéndose una tremenda
batalla callejera.
Los cobrizos que eran mayoría y mejores luchadores se hubiesen impuesto de no
ser que vinieron en ayuda de los chalacos, los soldados norteamericanos y lo que
quedaba de la marina peruana por lo que los revolucionarios iniciaron una rápida
retirada. Poco después se dieron incidentes racistas contra algunos cobrizos del Callao,
sobre todo contra los que parecían andinos.
Me hubiese gustado que se lance también una ofensiva contra otros distritos
criollos y pitucos, pero ante la poderosa protección que gozan casi en totalidad, de
parte de las fuerzas invasoras es prácticamente imposible.
Por su parte Estados Unidos ha aumentado el número de soldados a 30 mil en
menos de una semana. Los cuales en su gran mayoría se han concentrado en la capital.
Martes 13 de abril
Relativa calma se ha dado en estos días en Lima, debido al gran despliegue militar
yanqui en la capital, pero principalmente al haberse solucionado en algo el grave
problema de la escasez de agua. Lo lograron arrebatándole en tiempo récord varios
pozos de agua subterránea que estaba en control del ELT. Estos combatientes
tawantinsuyanos estaban pobremente armados. Apenas tenían armas de fuego de
fabricación rudimentaria.
Mientras que cientos de miles personas han emprendido un viaje hacia Ica, donde
se dice que se ha encontrado una gran reserva de agua subterránea y que está en
control de lo que queda del Estado peruano. Lima se queda despoblada.
Los distritos de mayoría criolla, ahora están mucho más infestados de soldados
norteamericanos a los cuales hasta ofrecen platos de comida y estos muy confiados lo
reciben, pero estoy seguro que si se tratara de un plato de comida en un barrio de
cholos, antes preferirían comerse pólvora.
Si solo hubiera una forma de destruir masivamente a los criollos y militares
invasores que se encuentran concentrados en un área geográfica no muy extensa y
quienes de seguro planean recuperar más territorios de la capital, principalmente el
norte. Donde el bastión revolucionario es el más poderoso en toda la capital, quizás
también intenten lo mismo en los territorios donde salió una poderosa embestida de la
población contra muchas viviendas de La Molina.
En el primer caso, ya ha habido intento de parte de los invasores para recuperar el
territorio, pero debido a la enorme resistencia de la población y a los efectos mediáticos
a favor nuestro no les fue posible.
Como olvidar también el territorio montañoso que esta no muy lejos de los Andes,
en San Juan de Lurigancho, el cual daba gran ventaja a los insurgentes de ese distrito,
que aproximadamente la cuarta parte está en control nuestro.
Se calcula que aproximadamente han muerto unas diez mil personas en las ultimas
semanas, por efectos de la falta de agua potable como tambien por el consumo de agua
no apta para el consumo humano y la cifra seguramente seguirá aumentando, mientras
no se solucione el problema a gran escala. Se habla cada vez mas de que puede
empezar una epidemia en la capital, igual o peor que en el Amazonas.
En cuanto a mi pierna y la crisis epidémica en el Amazonas, del primero puedo
decir que ha mejorado bastante desde el primer día del accidente, acaecido ya hace
como dos semanas. Y del segundo puedo decir, que ha sido ya neutralizada por algunos
antídotos recientemente descubiertos. Espero que mi pierna mejore al cien por ciento
en las próximas dos semanas, si es posible antes. Ya no tolero estar más de inútil.
Aunque tengo que aceptar que tiene algunos beneficios como es el de leer, por eso
desde el primer día aproveche para hacerlo. Justo estoy leyendo “La destrucción de las
Indias”.
Pero también para conversar con algunas personas del pueblo, el cual puede
resultar interesante, como tuve el día de ayer con el anciano al que le rompí sin querer
su techo. Hablamos sobre la guerra y el propósito de la vida. Lo más misterioso e
interesante que me dijo este hombre sabio en medicina naturista fue que veía en mi a
un hombre con un propósito importante, que podía ir mas allá de lo que alguna vez
hubiera imaginado. Desde hace mucho tiempo, incluso antes de la Revolución, pensé
que tenía una misión importante que debía cumplir. Siento que cada vez estoy más
cerca de lograrlo.
El domingo viajare junto con un equipo más a una reunión programada por el
Estado Mayor, en la cual se tratará asuntos relacionados al curso de la guerra. Sera la
primera vez que asista a esa reunión, la cual se efectúa una vez al año, sin embargo, en
la actual situación se trata de una reunión de emergencia. Me han dicho que no es nada
común, que alguien que tenga el rango de teniente rebelde o propiamente dicho el
rango de teniente, sea aceptado para estar en esa reunión. Ya dirá el destino a que se
debe mi estadía.
Se habla cada vez mas de que ciertos políticos y militares norteamericanos, quieren
sacar de su cargo al presidente por su férrea intención de continuar la guerra y que
están muy cerca de lograrlo. Ya veremos qué es lo que sucede. Y si en caso se llega a
dar, puede marcar el triunfo definitivo de la Revolución.
Lunes 19 de abril
Desde el primer día, en que empecé a escribir mi diario, me pregunte como, cuando
y donde lo terminaría. Hoy 19 de abril del 2027 es el día, “por fin” ha llegado.
En todo este tiempo que llevo escribiendo mi vivencia, incluso desde el inicio de la
revolución, nunca he sentido la fuerte nostalgia que ahora ciento, quizás sea tristeza.
Las expresivas muestras de ánimo y halago que en muchas ocasiones recibí, me
hicieron creer que nunca mi fortaleza espiritual se derrumbaría. Creo que hoy es la
primera vez. Parece que es necesario contar a que se debe esto.
No sé desde hace mucho tiempo que será de mi esposa e hijo. Ya no tengo
esperanzas de que vuelva a verlos. Sin embargo, tengo esperanzas de que se
encuentren con vida en alguna parte del Perú o de algún otro país. Sospecho que
puedan estar cerca de la frontera del Brasil o quizás en ese mismo país. Tener
esperanzas de que ambos siguen con vida en cierta forma da calma a mi espíritu para
morir tranquilo.
Pero mas importante aun es que la guerra puede cambiar de curso si es que cumplo
con mi misión, me dijeron los altos mandos con los que estuve hablando acerca de la
situación de la guerra, que es desfavorable en muchos aspectos para el ELT.
Pero los excesos que hubo en ella, no se puede cambiar, solo su interpretación, que
depende solamente del triunfo de nuestra Revolución. ¿Pero en qué guerra no se han
presentado excesos de parte de los involucrados? ¿En qué guerra no se han
malinterpretado a conveniencia de los actores, sus acontecimientos? Apostaría mi vida
a que no existe ninguna. ¿Entonces porque nosotros los tawantinsuyanos deberíamos
ser la excepción? Somos tan mortales como los hombres que han librado todas las
guerras del mundo. Pero lamentablemente hubo personas que idealizaron nuestro fin
de manera pacifista y hasta nuestro ser espiritual, de una manera que no se daban
cuenta que convenían a los enemigos del Tawantinsuyo.
Recuerdo esas épocas cuando no faltaba mucho tiempo para el estallido de nuestra
rebelión armada y ya habían “tawantinsuyanos” que se mostraban en contra nuestra,
porque pregonábamos la lucha armada para acabar con el Sistema, porque sabíamos
que era inevitable aun así a pesar de que participamos en elecciones presidenciales. Sin
embargo, mediante esa forma nos lo impidieron y no nos quedó más que irnos a la
guerra.
Eran ilusos estos hombres que idealizaron de manera errónea el ideal
tawantinsuyano. Hablo de los mediocres pacifistas que querían reinstaurar el
Tawantinsuyo, “dando la otra mejilla”. Estaba seguro yo que pasaría algo parecido como
en tiempos de los partidos de izquierda, en la que algunos se fueron a la vía armada,
mientras que otros por su parte solo se dedicaban a ganar un puestito en el Estado y si
lo conseguían pues con mayor razón luchaban contra los que se habían levantado en
armas contra el Estado. Pues los burócratas izquierdistas tenían que proteger su
“sagrado sueldo”.
Los falsos tawantinsuyanos, a quienes muchos llamaban “pachamamistas”, muchos
de ellos no resultaron más que traficantes de nuestra cultura milenaria, por excelencia,
expertos contadores de cuentos y leyendas falsas a los gringos, no solamente se
quedaron de brazos cruzados, cuando se trataba de apoyar de algún modo a los
revolucionarios, sino hasta cooperaban con el sistema, para que este nos destruya.
La inefable actuación de estos hombres enfureció en sobremanera a mi persona y la
de mis hermanos. Comprendimos bien que aquellas personas podían ser tan peligrosas
como un comando de aniquilamiento del Sistema, no solo por colaborar directamente
contra nuestros enemigos, sino por lanzar comunicados a la población en contra
nuestra.
En mi memoria descansan muy frescas sus consignas que de seguro desalentaron a
muchas personas, en unirse a nuestra Revolución. Así como hubo traidores a la
revolución de Túpac Amaru II, también las hubo en la nuestra.
De seguro muchos de estos traidores creían en la democracia occidental o en el
sistema de partidos políticos y en lo absoluto en un régimen fuerte que suprimiera a
todo este aparato político corrupto. Lo que hubiese sido considerado por las mentes
occidentalizadas como “dictadura”. Fue esta una de las razones por las que se nos
opusieron y con mayor razón sabiendo que muchos integrantes del ELT eran militares
en función y retirados; los gloriosos reservistas. Habrá surgido en más de una ocasión en
sus delirantes mentes la interrogante ¿Dictadura militar? ¡Jamás, así sea
tawantinsuyana! ¿Y acaso ellos, hubieran sido capaces de levantarse en armas contra
del Sistema? Imposible. Lo que hubiese significado seguir siendo oprimidos por el
mismo.
Ante aquella situación tan crítica en la que se encontraba nuestro pueblo, no nos
quedó más que insurgir contra toda la podrida Republica criolla. Pues sabíamos bien
que el fraude electoral, había dado las condiciones necesarias para la Revolución.
Pero hubo aun otra razón, quizás aún más dura de aceptar por muchos de
“tawantinsuyanos”, este asunto y/o problema, era la cuestión racial.
No hay lugar a la duda que hablar de razas, racismo o todo lo que tenga que ver
con ello, puede ser muy polémico, incómodo y hasta condenable por muchas personas,
¿pero acaso con esas posturas se podrá solucionar el problema racial en nuestro país?
¿Cuántos siglos se viene evadiendo la cuestión racial en el Perú con esas posturas? Es
innegable que solo nosotros dimos una solución práctica, al problema racial que tanto
agobiaba a la población, principalmente entre los cobrizos, pues siendo ellos, la gran
mayoría y encima originaria de estas tierras, se les oprimía.
Esos opresores eran las minorías raciales, principalmente los criollos blancos. Por
eso es que el odio de parte de los revolucionarios se justifica. Había que ponerlos en su
sitio y así fue, aunque aún esta lucha no ha terminado del todo.
El enorme prejuicio ante la cuestión racial, fue tan insoportable para muchos
“tawantinsuyanos” que nos empezaron a llamar junto con los izquierdistas y
derechistas, como “fascistas”.
¡Oh no, es el mismísimo fascismo el que quiere entrar al poder! ¡Cuidado con la
tiranía fascista! ¡Unámonos todos contra ellos! ¡abajo los fascistas-racistas! Decían así,
entre otras estupideces por el estilo.
Esta actitud furiosa de nuestros enemigos, por lo que respecta a mí, no me
sorprendió. Sabía que se vendrían escenas así contra nosotros, quienes hemos sido los
únicos que hemos intentado liberar a nuestra raza.
Ante el fuerte racismo que se exacerbo –como nunca, desde la llegada de la
invasión española– apartir de las elecciones, me convenci que una guerra racial era
inevitable, no del todo pero si en cierta forma. No cabía hecharse para atrás, sino mas
que luchar por la supervivencia de mi raza. Demostramos asi, la enorme falsedad del
mestizaje que tanto proclamaban los aliados del Sistema. Pues si hubiera habido tal
mestizaje la guerra racial nunca hubiera sucedido. Aunque a decir verdad hubo en cierta
forma mestizaje, pero no fue total, como para desaparecer nuestras raíces.
Hace unos días un hermano me pregunto que si la guerra racial pudo haberse
evitado, yo sonriente le conteste, que desde la invasión del hombre blanco, ya había
una guerra o lucha racial prolongada que tuvo su auge en los primeros años de la
llegada de los invasores y que solo era cuestión de tiempo para que regresare ese auge
en la lucha racial. Sin embargo, como ya dije en alguna parte del diario, hubo blancos y
negros que apoyaron la Revolucion Tawantinsuyana, por amor a la cultura ancestral.
Pero no solo era un problema racial, también era el problema cultural y religioso. La
basura del criollismo era insoportable para nosotros. El cual no tenía ni el más mínimo
rechazo a la peruanidad, sino más bien se necesitaban mutuamente.
Criollismo y peruanidad, se convirtieron en las palabras que más odiaba. Ya han
recibido estos “dos agentes” de la destrucción de nuestra cultura milenaria su merecido.
Hemos hecho pedazo ese concepto y no me refiero a estos desde el punto de vista
militar, sino desde la lucha de las ideas. Además una ideología o el concepto sobre algo,
no la destruyes con el arma de la pólvora y el fuego.
No fue nada agradable para muchos revolucionarios, tener que eliminar a personas,
que habían malinterpretado el ideal tawantinsuyano, y al hombre nativo, especialmente
de los Andes. Su mala interpretación fue la causante de que se opongan a nosotros.
Parece que no supieron o se les olvido, que el hombre originario de estas tierras es
un “simple mortal” al igual que los hombres de otras razas. Que puede amar, odiar,
maldecir, bendecir, matar, salvar, llorar, reír y puede realizar muchas otras acciones y
actitudes como cualquier otro ser humano. ¿Cómo es posible que no hayan dado cuenta
esos idealistas del Tawantinsuyo que había un remordimiento inmenso de parte del
“indio”, guardado durante 500 años? No se imaginaron que llegado la gran oportunidad
de cobrarnos todo los que nos hicieron a nosotros los “indios” y a nuestros ancestros,
los criollos y sus ancestros españoles, seria de una manera brutal. Ni siquiera supieron
parece que el revalorar nuestra cultura tawantinsuyana, llevaba a un conflicto racial
inevitable, pues esa cultura pertenece a una raza, y no es la blanca, la negra, ni ningún
otra, es a la cobriza. Es por esta razón que los españoles odiaban nuestra cultura. ¡Pues
la consideraban que provenía de una raza inferior! Y de seguro que no solo la mayoría
de gente de origen nativo pensaba así, sino también las minorías raciales , pues les
habían metido en la cabeza, que tan solo 120 españoles habían puesto de rodillas a todo
un imperio de varios millones de habitantes.
Esta guerra está a punto de acabar para mí, pero las crueldades que he visto
continuaran quien sabe hasta cuándo.
Pienso que puedo partir con calma, por mi desempeño en el conflicto. Lo di todo.
Sacrifique hasta a mi familia, al igual que miles de mis hermanos en esta guerra. Esto
puede ser lo más doloroso que haya sucedido para nosotros durante el conflicto. Ha
habido hasta casos en que el enemigo, por medio de escuadrones de la muerte,
intentaba intimidarnos, matando o torturando a nuestros familiares. Intento quebrantar
nuestra voluntad de lucha con esos métodos. Debido a eso, me dio gusto en cierta
forma que Diego y Sonia hayan dejado la casa para irse a refugiar, quien sabe a donde.
Todo gran objetivo que se quiera alcanzar en la vida, requiere de un sacrificio, los
que nos levantamos en armas contra el Sistema, sacrificamos nuestras vidas y las de
nuestros seres más amados, ¡lo sacrificamos todo! Y no por ambiciones personales, no…
fue por la salvación de todo nuestro pueblo y de todo con lo que se identifica; su nación,
patria, cultura, civilización, su raza, todo su mundo. No puede existir ideal más noble en
la tierra que este.
Sin embargo millones de personas de nuestro pueblo milenario se sintieron
indiferentes o rechazantes a nuestra Revolución, estas provenían principalmente de
Lima.
Esta enorme ciudad que albergaba como a doce millones de habitantes, tenía
como principal característica el ser la más acriollada de todas las ciudades del Perú. No
descartaba que la mayoría de la población de esta enorme “selva de cemento” no vería
con buenos ojos la Revolución. Solamente al escuchar muchos de ellos que Lima debía
dejar de ser la capital y en su lugar, debía ser el Cuzco, los ponía como perros rabiosos.
Pero en honor a la verdad, muchos limeños de los distritos mas populares y
hambrientos vieron con buenos ojos nuestra Revolución, y lucharon ferozmente contra
el enemigo, a pesar que eran menos que los que se nos oponían. No puedo decir lo
mismo de los distritos mas tradicionales de la gran ciudad.
Justo será uno de ellos; San Borja el que reciba el máximo castigo de la guerra.
Bueno en realidad parece que serán mas, pero yo me refiero a mi objetivo, este se ubica
en ese pequeño distrito pituco, donde si la gente supiera, que hare hoy día en ese lugar,
inmediatamente empezarían a escapar, se irían lejos, muy lejos. No sé yo hasta donde
tendrían que escapar para que salven sus vidas y no digo esto porque me importaran
sus vidas, sino por la enorme curiosidad que tengo por saber de cuantos kilotones seria
la ojiva nuclear que voy a estrellar contra mi objetivo; el cuartel general del Sistema,
más conocido como El Pentágonito.
¡Así es, una poderosa arma de destrucción masiva contra esa formidable fortaleza!
Creo que aún no salgo de mi asombro.
Me dijeron los altos mandos, que, por mi origen y desempeño en la guerra, soy el
más apto para tal misión, la que consiste en conducir una avioneta a la que se le ha
incorporado una ojiva nuclear y hacerla estrellar contra El Pentagonito, un edificio que
no es común y corriente. Sino hecho de una estructura especial que no cualquier
explosivo puede destruir. Durante casi dos semanas practique conduciendo una
avioneta en un lugar de la selva que a aparte de ser controlado por el ELT, es inhóspito,
lo que sería para el enemigo difícil ubicarnos. En realidad, no es la primera vez que me
subo a una avioneta, ya lo había hecho hace unos años con un amigo que sabía conducir
estas aeronaves.
He tratado de que me informen de donde procede la ojiva, las razones de su
utilización, los efectos que traerá consigo una vez que estalle y lo más importante; cuál
es su radio de destrucción.
En cuanto a la primera interrogante, me informaron que era de procedencia iraní.
No solamente para los involucrados en la guerra era muy conocido el apoyo militar y
político que teníamos de Irán, sino también para el público en general. Esto se debía en
gran manera a la fuerte rivalidad que tenían con los Estados Unidos e Israel. Incluso
varios años antes de la Revolución, Bolivia había llegado a un acuerdo militar con el país
islámico.
Sobre la segunda y tercer interrogante que son muy parecidos, me explicaron que
la destrucción del principal centro de operaciones de los norteamericanos y sus aliados
sería sumamente estratégico para nosotros, ya que nuestro Ejército al perder la
capacidad militar que tenía antes, solo tenía probabilidades de levantarse por medio de
una gran ataque suicida. Pero los efectos psicológicos y políticos podrían ser aún más
trascendentales. Esta es la parte más interesante; el surgimiento de una SIQUIS SUICIDA
COLECTIVA en el ELT y en otros grupos rebeldes. En cuanto a lo político, el malestar de
la población norteamericana produciría una convulsión interna más fuerte en las
entrañas del imperio.
Sobre el cuarto y último asunto, me dijeron que era confidencial. Les insistí que
deseaba saberlo, pues tenía todo el derecho ya que sería yo, el que se suicide con la
avioneta. Pero fue en vano. No sé si creerles, pero me explicaron que ni ellos mismos
sabían, ya que el Estado Mayor no les había informado. Esta actitud de quien o quienes,
hayan sido responsable de que yo no pueda saber sobre el poderío de la carga explosiva
me ha desagrado totalmente.
No tarde en pensar en que podría ser tan poderosa la ojiva, que si se me harían
saber eso, podría negarme a volar la avioneta o lo que es quizás peor, podría terminar
estrellándome contra alguna zona despoblada, es decir me arrepentiría en el último
momento de cumplir la misión por el temor o el remordimiento –aunque no lo habría
en realidad al ser la muerte instantánea– de matar a tanta población civil. Si realmente
fuera así, entonces se equivocan. Ahora, en estos momentos, nunca he estado tan
decidido en hacer cualquier cosa, lo que sea, con tal de que triunfe la Revolución.
No creo que sea necesario destruir a todo Lima. A lo que voy es que hay dos tipos
de Lima; la originaria y la invasora. Mi objetivo no es acabar con la primera, pero si con
la segunda, pero no me refiero desde el punto de vista del ataque, sino históricamente.
La Lima originaria tendrá su reivindicación ante la historia. No será destruida por la
invasora.
Veo el reloj de mi pared, me dice que falta exactamente dos horas y media para
partir con la avioneta hacia mi destino final y me surge entonces mi última reflexión: en
la guerra no existen inocentes. ¿Qué acaso no es culpable de alguna forma aquella
persona de nuestro país, que no le interesaba la política y prefería comprar periódicos
“chicha” o ver programas “faranduleros” en la televisión? ¿Pueden ser inocentes esas
personas que decían esa frase que sobrepasaba todo límite de la ignorancia: “no
importa que el político robe, con tal que haga obras?
Si bien el Sistema podía producir una exorbitante alienación en la población, eso no
quería decir en lo absoluto que la capacidad de reaccionar en su contra el Sistema se
anulaba totalmente, puesto que, si fuera así, yo y mis miles de camaradas no estaríamos
ahora luchando.
¿Y qué paso con todo ese montón colosal de gente que no logro reaccionar contra
el Sistema, a pesar que nosotros aparecimos en la escena y nos opusimos a este? Pues
tomaron tres tipos de actitudes, sin contar los que se levantaron en armas contra
nosotros.
–Los que nos detestan en silencio, ya que en el fondo nos temen.
–Los cobardes que quizás en cierta forma estaban en contra del Sistema pero por
temor a la represión de este prefirieron no involucrarse en la Revolución.
–Y los que estaban tan alienados por el Sistema que simplemente no les interesaba
que es lo que pasaría con la Revolución e intentaban seguir con su vida alienante.
Ha llegado el momento de aumentar la presión en las personas que no quieran
unirse a nosotros, tienen que entender que si no toman partido por los
tawantinsuyanos, les ira mal, muy mal. Tienen que saber que solo estarán más a salvo si
están con nosotros, de nuestra parte. Tienen que entender que no hay escusas para que
no se nos unan, porque hasta revolucionarios mutilados y enfermos han tenido que
luchar con las pocas fuerzas que les quedaban.
Inmediatamente después del ataque nuclear la historia empezara a juzgar a los
tawantinsuyanos más que nunca y por supuesto a mi persona, la que según
investigaciones de ADN dicen que desciendo del general de sangre Inka, Titu Kusi
Yupanqui. Eso me dijo el capitán –quien sabia antes de que viajara con el a la reunión
militar, pero quería que sea una sorpresa para mi– y otros mandos militares. Me
hablaron más sobre mi origen, pero creo que ya no es necesario escribirlo. Tengo un
origen milenario y una misión sagrada, me es difícil explicar esta sensación que me
consume.
Bueno… me surgen las ultimas interrogantes, con la cual termino mi diario ¿Héroe o
villano? ¿Con cuál adjetivo quedare en la historia? Eso lo decidirá mi pueblo, en quien
confió en que se levantara, después de que yo haya cumplido el mayor deber de mi
vida. Sera entonces que el clamor de los gritos de libertad de mi pueblo, quien se niega
a desaparecer de la faz de la tierra, se escuche en todas partes.
Dentro de poco mi cuerpo perecerá, más el recuerdo de mi existencia, vivirá por
siempre en la gloria de mi raza.