La Gran Hablada / Carmen Berenguer
La Gran Hablada / Carmen Berenguer
La Gran Hablada / Carmen Berenguer
LA GRAN HABLADA
ALDVS
Universidad del Claustro de Sor Juana
ISBN: 978-607-77-42-71-5
Impreso en México
Printed in Mexico
Bobby Sands desfallece en el muro
(1983)
Al pueblo de Eire
Epitafio
Bobby Sands
Yo no lo quise amada Irlanda
Ellos los cuervos
Entran en los jardines
y lo destruyen todo
13
UNDÉCIMO DÍA
14
DÍA 13
15
DÍA 14
16
DÍA 16
17
VIGÉSIMO PRIMER DÍA
18
VIGÉSIMO PRIMER DÍA, NOCHE
bre
Ha
mb ha m
re M BR E
HA
bre
H am ES EL HAMBRE
bre
h am
RE Es el hambre de las calles
A MB
H el absoluto rigor del hambre
ES EL HAMBRE HA
MB
RE
Es el hambre de las calles
Es el hambre de las calles
re
El absoluto rigor del hambre
HA mb
ha
MB El absoluto rigor del hambre
RE
19
DÍA 26
20
DÍA 27
Fermenta el pan
La masa hinchada de la
vida
en tu cara
21
DÍA 28
s
ña
t ra
En
s
ña
t ra
s en
La
ES
UC
FA
L LE
E CA
QU
GO
S RA
CE PA
LP
U
EA
A El hambre ha golpeado
SF
D
O
S U las entrañas
E es
B R Abre sus fauces iPara que calle! fauc
A
P
a
r
a o
ad
La
e
se
lp
go
nt
q
ra
u
ña
s
e
c
go
lp
FA
a
e
UC
ad
l
o
ES
l
e
22
DÍA 30
23
Puro mar es tu aroma
en mi cuarto
Son tus fauces diente
Es tu espuma la roca
que tapiza tu cielo feraz
DÍA 31
24
DIA 33
pá
ja
ro
s
da
a
bl
do
as
al
AL
AS
Orina el block H
La muerte
Las dobladas alas de un pájaro
Tortura
do
bl
daa
sa
la
s
as
al
25
DÍA 34
Náuseas la náusea
Con los labios pintados
vomita la muerte
26
Quiero a mi amada
como quiero mi cuerpo
como no quiero al gusano
que ocupará luego este ojo
27
28
DÍA 40
29
DÍA 45
30
Y yo quejándome de mi cuerpo
húmedas grietas
en las rodillas de la muerte
DÍA 45
31
SÉPTIMA SEMANA
V
i
d
a
n
o
m
e
d
e
s
e
c
h
e
s
D
o
n
d
e
1
a
p
a
1
a
v
e
r
t
i
c
a
l
lucha contra la muerte
32
33
una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo
Haz una raya en la pared Haz una raya en la pared Haz una raya en la pared Haz
Haz una raya en mi ombligo
Haz una línea vertical Haz una línea vertical Haz una línea
sobre mi lecho de muerte sobre mi lecho de muerte sobre mi lecho de muerte sobre
una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo
DÍA 54
34
ÚLTIMO DÍA
He plantado ya la bandera
de Irlanda en los acantilados
libre mar de mi celda
35
Mañana es el undécimo día
y hay un largo camino que
recorrer.
Alguien podría escribir un poema
de las tribulaciones del hambre.
Yo podría, pero ¿cómo terminarlo?
Bobby Sands
36
Huellas de siglo
(1986)
Carlos, a él, quién más, a Carlitos y Carolina
A un hombre que conocí a los 17 años, a la Adriana de Jesús crédula como gran
madre, mi tía Elvira de las Mercedes (Q.E.P.D.), solterona y beata quien fue
violada por haberme robado un reloj —a los dos años—. A Donna mi perra quien
me avisa los temblores; mi lora Pepa (Q.E.P.D.) repetidora incansable de mis versos
A los sin par glúteos de Nureyev
A Cecilia Radrigán presa en la cárcel de San Miguel, amiga de infancia Jorge
Radrigán compradre quien me presenta a Chopin y la Mesa Verde a los 9 años
Al loco Martínez de Viña del Mar, al que era estrictamente prohibido acercarse a
toda muchacha decente
A Richard Chamberlain porque con gusto sería su Mariko
A James Dean y al Edén del Este, Little Richard, rey del Rock ‘n roll, Oscar Castro,
Oscar Hahn, Jaime Lizama, Omar López, Nicolás y Víctor, John Lennon, Abril, al
José, Nancy Jorquera, Janis Joplin, Lake Sagaris, Amalia Rodríguez, Julián Sorel,
Juliet Greco, a Fresia
Mi casa en Sycamore Road, Clifton, N. J., 1978
a las locas sueltas
a las locas atadas
a los manicomios
al psiquiatra que recetó baldes de agua fría para mí
a las piezas en que vivimos, al brasero, al mate, al diablo
a la virgen del Carmen, a los escapularios y Prokofiev
a Renca
a Artesanos primer cité en que viví
a la Avenida Portales y a la Quinta Normal, primera infancia y primera
detención
a Salvador Allende
a Bobby Sands
a la primera comunión
al primer coito y a la bastarda Emperatriz.
SANTIAGO PUNK
1.
Punk, Punk
War, war. Der Krieg, Der Krieg
Bailecito color obispo
La libertad pechitos al aire
Jeans, sweaters de cachemira
Punk artesanal made in Chile
Punk de paz
La democracia de pelito corto
Punk, Punk, Der Krieg, Der Krieg
Beau monde. Jet-set rightists
Jet-set leftists
Pantaloncitos bomba
Pañuelito hindú
Chaquetitas negras, Carlotitos
Liberalismo Taiwan
Balitas trazadoras para mantenerte
Cafiche marihuanero.
2.
FMI, la horca chilito en prietas
Tanguito revolucionario
Punk, Punk, paz Der Krieg
Whiskicito arrabalero
Un autito por cabeza
Y una cabeza por un autito
(BMW, Toyota, Corolla Japan)
Japonés en onda
La onda provi on the rocks
Rapaditos Hare Krishna Hare hare
43
Sudoroso mormón en bicicleta Aleluya la paz
Patitas de chancho
Caldo de cabeza.
3.
Footing, footing a los cerros
Unemployment, 42d street
La cultura viene de Occidente
La alameda Bernardo O’Higgins en el exilio
Alameda las delicias, caramelos candy
Nylon, nylon made in Hong-Kong
Parque Arauco
Lonconao
Top-less cuchufletos, silicona
Rapa-nui en botellas
Colchones de agua en la cúpula
Coito colectivo.
4.
Pacos macumberos, lumeros
Cucas, guanacos, loros soplones
Der Krieg, Der Krieg, Punk, Punk
La raza old england toffee
Zampoñita lagrimera
Huayñito hard-rock
Police, Police, Punk, Punk
Guitarrita beatle
Virgencita del Carmen
Patroncita del ejército.
44
DESCONOCIDO
45
SANTIAGO TANGO
46
SANTIAGO METRO
REPÚBLICA
Es lo único
hablo contigo:
y vivo
MONEDA
Estaríamos comiendo una sopa
de letras
Dios
EL LLANO
Toda la noche camino en llamas
Lenguas de paraíso
contigo
LOS HÉROES
Oh baratita
te piso
te aplasto
¿Y tu fetidez?
LOS MILITARES
Rata de mí
me cubro me descubro
¿Y la piel?
PAJARITOS
Cayó una estrella:
En el puro iris de tus ojos.
47
SANTA LUCÍA
Te amo más que a mi pelo
más que a mis ojos
más que a mi cuerpo
porque ya es tuyo.
LOS LEONES
Policía: la secretísima
Hoy no llegaste
¿Y mañana?
FRANKLIN
Las paredes y sus huecos
esconden
fantasmas y miedos.
SALVADOR
Oh Dios
Metal de metales
Aparición indolente
en el túnel de la miseria.
48
MOLUSCO
Concholepas concholepas.
Me sacaron de mi residencia acuosa
Lo hicieron con violencia, a tirones
brutalmente
Concholepas concholepas.
estaban armados con cuchillos.
Luego procedieron a meterme
en un saco
¡Concholepas!
Me golpearon (“para ablandarme”)
Me lavaron (“para limpiarme”)
Entonces, golpeado, ultrajado, semiblando
y limpio
me colocaron en una olla con agua hirviendo
y sal.
Ahora estoy en la cocina
con mayonesa cebolla y perejil.
Ahora estoy en la vitrina.
Ahora estoy en un cartel.
49
LOBA
50
RAID
Esas moscas:
las veo volar
y volar
Como idiota sigo el curso de las moscas
Vuelan sin dirección
Dopadas
Sin restricción
vuelan
Las veo volar
y volar
Esas moscas:
Como idiotas siguen el curso
Dopadas
vuelan y vuelan
Sin restricciones
el aire aman
Esas moscas.
51
LA CUEVA
52
ANDAMIAJE
53
RELEGACIÓN
54
LOS PUENTES
55
CIUDADELA
56
MATADERO PALMA
Tras el parabrisas
Rodando la Matadero Palma
Cerca de la Quinta
Cueto Moneda García Reyes
La barriada
Cuchitril bailando la conga
De un pasado
Efímero lunar de los tejados
Desvencijados asientos
Y graffittis metafísicos
Rostros limonares ácidos
Rodando Rodando
Rauda por las esquinas
Gatillando luces rojas
En esta vida
Cantando un pan de radiografía
Motor de segunda
Fantoche
Arrancándote con los tarros
Jugando la travesura
De sacar una bandera
Flameándola
A las rodajas de patios
A los montes y abedules
Pues este será
Tu último camino
Recorrido por callejones
Callampas y zanjones
Injundias
Prostíbulos y comadronas
57
Balada de motor
Pije de los arrabales
Un canto gregoriano
Surtidor de baratijas
Rauda vas
Raulí San Pablo Independencia
Y qué camino
Ramera
Masticando el orgullo
Milonguera flor de noche
Matadero frugal
Al matadero
Esquelética de fierros
Bofe colgando de los sueños
Rociada de flores
En avenida La Paz
Por el pelusa miguel
Volado
Escupiendo coágulos
58
PRESAGIO
61
VENID A VERME AHORA
62
HOMENAJE
63
LA DANZA MACABRA
A Camile Saint-Saenz
Y ¡Zas!
Desnudóse la calva
Contorsionando las caderas
Gimiendo
Sus negras tetas
Puta mágica
Chupándole la gris encefálica
Rociada de la vida
Exorcizándole por las patas
Muerta de goce
64
DIÁLISIS
65
LA CALVA DE LA CALLE N° 5
Ha muerto Manuel
Y Manuel se levanta
Impresa su hoja en la orilla
66
FOJAS 0
1.
La hostia tiene cara de hambre.
El hambre tiene cara de esputo
muere de suelo con rostro de obispo santo.
2.
Muerte quieren, sangre piden: tu sangre.
En las fojas juguetea y se sienta la justicia
se baja los pantalones, descansa en el retrete
se sube el cierre eclair y se acaricia.
Luego regurgita con tu cuerpo y te besa
con tu rostro de cierva.
Declarando al despertar el cascabel su sol
los cuervos te pican las manos hasta la espesura.
3.
La justicia se pone delantal blanco
tiene rostro de piel de diario
mentirosa piel desnuda
bataclana piel vendible.
67
EL TRIUNFO DE LA MUERTE
68
VAMPIRO
69
BALA HUMANITARIA
70
HUELLAS DE SIGLO
1.
La química sirve para todo,
hasta para borrar manchas históricas.
2.
Si dios me dice ¡Hola!
Yo le contesto:
¿Y dónde estabas tú,
antes que el infierno lo devorara todo
dándose un opíparo festín?
3.
Y al séptimo día
creaste al hombre
a semejanza tuya
y son millones de ediciones.
4.
Los héroes están en las plazas
para no dejarnos tan solitarios
frente al pasto.
5.
Todos hablan de persecusiones.
A mí no me persigue nadie.
Ni un enamorado. Me sigue.
6.
Una señora de doscientos años
a horcajadas orina en un bidé
con una flor en la mano.
73
7.
Cópulas Cúpulas
Cúpulas Cópulas
Y yo siempre debajo.
8.
El androide llegó a Isla de Pascua.
Sentóse en el tótem
a esperar el próximo diluvio.
9.
Qué gran maraca es la guerra
Obligada a fornicar:
El hombre es el que paga.
10.
Marilyn, la más hermosa
Dice un joven
Lanzándose al vacío
a lo superman.
11.
Janis Joplin dejó una nota:
El orgasmo es la flaqueza del siglo.
12.
Dios eres dueño de todo
millones de almas: errabundas.
74
LENGUA OSA VERBA
LENGUA OSA VERBA
77
A media asta
(1991)
A Carolina Jerez Berenguer
A Cecilia Radrigán Plaza
LAMENTACIÓN
La difama
87
LAS FALENAS CON SUS PUBIS AL ALBA
Desnuda la maldecida
nosotros sangrante vulva: Mueca
Mimética la rojita
se acerca
Sangrantecercadalasangran
Eran hartos
me lo hicieron
me amarraron
me hicieron cruces
y bramaban
como la mar
88
Mira la manchita en mi piel
es el mundo que me coló
Y mira mi piel manchada
bajo los ojos no veas
89
El ojo por los ojos va
De año en año De luna en luna
Otrora la tierra
Sediente va De lengua en lengua
Haraposa
Verba dando señas Va y viene
Los señuelos también como los jotes
90
Aún tiembla el labio la ruega a la fina
Vísceras al trueno fuego lo juegan al cara o sello
As de corazones un río de sangre sangra
Látigo que araña el cuerpo la cuerpa fermento tierno
Aspas de carne su piel de la carnada
Vuelve la vulva del infierno
VULVAVUELVE DE LA ESPESURA
91
Esos lazos y la luna
parte de ella El lado oscuro
un codo duro en el otro lado
y el cuerpo
las manos con éstas
me empujabas desde atrás
jadeante
la luna levantó la marea
mi sangre
92
Ha quedado la mano agitada
sin resorte sólo el anhelo
viuda
brisa del ruego
Luna clara sostén el barco en la tempestad
Luego estaré donde la flora no recuerde
93
Revolviendo el brasero
un ojo lejos pronto reminiscente
el otro color ceniza
94
LA PRIMERA CRUZ
LA ONA
agachadita pegada
a la tierra
escuchaba los cascos
La pisotearon
Conjuro La maldición
—Se fue a morir en el río,
—Tendida en su barca dejóse
llevar herida
SU PUBIS MALVA
95
Ardiente meseta espera la luna
yuyito le canta…
Las rosas celestes La aurora La aurora
96
Lo sabía te me lo ibas
Te me lo fuiste te me lo ibas
De los ojos te me fuiste de la boca
La iba a decir y la obligó
Entre los ojos y los labios
La obligó
En la pelvis
La iba a decir
Aquí dentro llaga
temblorosa
Llaga Está llagando
La están limpiando
ME LA ESTOY LAMIENDO
97
Siempre fue así
De tiempo en tiempo
Dolía
Tomó los senos y los apretó
Fuerte como siempre
Y tú Lo querías
Dolía
Es violento
Es un vejamen
Entonces todo duele
TODAVÍA
98
Primero La primera
la última La santa y yo
en los brazos de la abuela
la de los inciensos
obligada en el desconcierto
de mi sonrisa La última
extraviada después del manto
En la penumbra de la tierra
En la calle sin bramar cuentan
PÚDICA
99
En el cuarto íbamos Marías
tras largos infortunios
a perecer como malditas
por los presagios de la ultrajada tiesa
en la tierra arañada
100
Ella me dijo
Lo usaron todo y después…
Qué dije
Lo dejaron para que otros lo tuvieran
VEJAMEN
101
La noche violeta y la luna
salió corriendo al escampado sitio
con el lechoncito en los brazos
despavorida
por la ribera triste
atravesando patios
sin ropa
La manta quedó en la tierra
tibia y extensa
LA NOCHE VIOLETA
102
Cuando la lluvia la triste lluvia caiga
buscarán los ojos en las colinas
y se volverán celestes como la aurora
Escrito está:
LA MAR ESTÁ YUDANDO
103
DE RODILLAS ALREDEDOR DE LAS CENIZAS
—NO DICE
MARCADO EN EL VIENTRE
104
Es lengua que desea herirte y limpiarte
aunque la maldición recaiga sobre ella la dueña de la
lamentación:
ella que es inocente
como la sangre de las ovejas y que cometió perjuro
lavándola con su sangre en su estado larvario
y con la sangre de larvas azufrosas se bañó.
105
FRAGMENTOS DE RAIMUNDA
La expatriada Raimunda está hablando
sin tierra les habla desde el aire
inhala y expulsa improperios casi
difunta susurra su lengua espesa
donde cantar no puede su letanía
109
Raimunda siente los deseos de la carne
vio un rostro que la sufre y llorante
vuelve su pálida caricia hacia el norte
que le devuelve su sur
110
Afuera está lo carcomido
y adentro atónito e irremediable
la vergüenza de una hormiga
que come excremento y cadáveres
Y LA LA LA LA LA LA LA ÑUSTA
111
Despavorida atravesando patios persiguiéndote
y LA con el lechoncito voy en patrias
arrullando apegadita a la tierra voy saltando
desesperada dejo camas tibias buscando sí
mi vida si me alejo tierna me alejo más y más
y tórridas mis lágrimas ya no sé dónde esperarte
en una patria cualquiera porque ya no existe
eso que llamamos tuyo y mío se fue arrebatado
y grito sí me lo gritaban a mí rompiendo los
tímpanos por favor no no lo hagan por favor
no eso único mío lo tuyo y mío no así no
mi lecho es una sábana triste ¿Te acuerdas la
noche en que nos perdimos?
112
Es ella la Fresia de sus sueños
su doble espejeando LA
ñusta LA ñusta LA del Cuzco
cabalga LA rebelde potra
a Bolivia LA de ojos negros
nalga con nalga el poblado baña
viaja su negra teta pezón a Chile
la mama sola
Yerbas por el follaje husmea
el mate para su sed
y jala la mama grande el jirón de su visión
113
Esto que te escribo chiiit, no se lo digas a nadie calladita
porque si me escuchan me cuelgan: chiiit, son las venta
jas de la escritura. Pude habértelo dicho, pero es mejor
así; pues las grietas hablan y golosas las palabras dicen
más. Digo te amo, pero te quiero más. Amar es una
mecánica lingüística; lo mismo el odio y odiosa indu
mentaria es el adorno. Por la boca muero, y pongo los
ojos tras de mí, y te veo entre comillas y dos puntos.
114
La patria querida es una boquiabierta muralla donde se puede
pintar en las periféricas zonas no soñadas por labio alguno
no mencionada por voz alguna pulsada por cuerdas que
nadie mueve al interior una sangre fresca capaz de seguir
hasta que encuentre salida por un cauce que nadie sabe gota
sobre gota rayando los labios boquita dulce de patria fundada
por quizás quiénes
115
En el año veintiuno de nuestro cautiverio,
al principio del año a los diez del mes,
a los catorce años después que la ciudad
fue herida con aquél mismo día me lavé
su rostro y entré de la mano con él
radiactivo fosforescente.
LA CIUDAD
116
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
malmesientomalmesientototalmentepercalsinuosobardesdeelazul
tevíespantadacolgandoapenaspintadoslabiosunrojocolgandoteescribo
avergonzadaplantadouncardenalenelblancodeunfragmentorapadala
cabezafantasíacazafantasmadeesteescritofalenaentumecidalenguavieja
delhospiciodelacárceldelacalletangomitangomilongarancheraunsaxote
condenaafeadesdentadaquehuyeeltrendemedianocheunpitazoyhoytedespier
tanhogazanaestoyhartadeescribirestahuevadanomesirvesnomeinspiras
vampirezavampirezaparaescribircosasmalasestaeslapeorynodeseocometer
erroresporquehastalomalolomalopuedeservirparadecirlomaloquees
envezdedecirmecomoestaidiestoescríbeteunversounversoalabandera
alaverdadalamoralalamierdacomoantañoenelparquecousiñodondelachi
lenidadardíaylossauceslloresllorabandeverdadnocomoestoshuevones
quelloranenlostextosenlastelaslloranportiquetelopasasmenstruando
117
Yo Raimunda me he tragado un volcán
bailo y canto me usan y uso fármacos
para dormir soñada con ají picante
blanca pollera tendida frente al barbero
Raimunda yo anestésica rasuran mi vientre
y pujo con fuerza este dolor de parirte
revolcándome en este placer convulsiono
Raimunda hipodérmica intravenosa
entre mis piernas la serpiente
expulsadas del edén
Ay sí
Ay sí Ay sí
118
BAILO SOLA SOLITA —DE CRESPÓN NEGRO—
PERO NO LLORO
119
La visión que tuve anoche
que no contaré a nadie
que no acueste en mi cama;
es la visión de una vida despierta.
EL SUEÑO
120
LA GRAN HABLADA (MM)
LA LOCA DEL PASAJE
ven aquí huachita PUDE SER LA PRIMERA JUNTA
estoy sola y no tengo DE MI REPÚBLICA
con quién hablar
Yo te tuve un hijo
y le lavé su ungüento en su ala crecida
yo te tuve eras mío y te me lamías
como rosa de invierno
yo gozo y ese fue el placer
que en mí te dormías
y ahora proclamas que ya te me fuiste
a la guerra extinguida
ojo aventurero
wide angle la marca ayyyy
qué seré roja mía qué seré
si la tierra dentro o el hablar la era
123
Un gato saltará sobre mi cuerpo dije en el parque
Encenderá sus garras en mi piel
Todos me miran y dicen: La Carmen tiene una hija
La hija es hija de la hija de la hija;
quien dulcea el pequeño desvelo
de veintiuna noches sagradas en las que las dos perdidas
nos fuimos en la línea intransitable
Aquél que se atreva a seguirnos: Están las cruces
esperando
124
Todos me miran y dicen: La Carmen tiene una hija
La hija es hija de la hija de la hija desvelo
de veintiuna noches sagradas las dos perdidas
nos fuimos en la línea intransitable
125
A la una a las dos a las tres al alba casi sonaron
siete cascabeles bajando los decibeles de las voces
siete mujeres aullaron miles de lobas salieron
a la calle Nunca olvidaré lo que mi madre me dijo
un día Cuando escuches ladrar los perros en la noche
fíjate de cerrar todas las puertas
Vimos púrpuras Tengo miedo de ese adrenalina en
el rosado pálido de tus labios
126
Madre soñé que te ibas por el precipicio
ayyy como estuco me pego a la pared ahhh
el gato pronto a desgarrarme madre el muro
127
No más inyecciones guardias
que la loba aúlla para dentro la ciudad
No más pues aúlla para dentro el país
Aquí va mi aullido
¡Despierten sonámbulos!
128
Va entrando un cuerpo en el ojo seco
No te vayas Carmen no puedes irte ahora
Ahora que es verano y hay hojas secas del otoño
Ahora que hay manzanos en flor ahora no puedes
Te necesito Carmela Emperatriz Yagana tu lengua
Ahora tu última oración tu desvarío habla
129
Al alba soñé que vomitaba murciélagos y lombrices
madre
soñaba que una espada me seguía
por todo el país madre toda mi vida veinte siglos
madre Entonces me acosté a su lado y ungí mi
cuerpo y ungí su cuerpo para despegarme las entrañas
mordí esta atadura acariciando esta prenda tan fina
mordí mis manos en su espalda hasta espejear la última
luz
130
¿Quién está afuera que no golpea
para ponerme una escalera?
¡Aquí está mi nalga guardia a ellos
a los dormidos! Por ahí se pasean sus
culos ¿quién se esconde afuera? ¿Hay
una carroza allí?
131
La parí y me parió la hice y la deshice de mí
y con mi lengua lavé su cuerpo ensangrentado de mí
Mi lengua te negó cien veces y hecha
añicos la colgué para la noche “arru rú”
132
20 siglos en vigilia no volverán a dormirme
133
De regreso al cuarto azul las nubes blancas te dan la
bienvenida el orfeón te toca un blues y desfilas con un
vestido transparente
134
¡Te mataría dijiste! ¡Mátame dije! Ojos despavoridos
son los que el mundo necesita
135
“Les hablo desde el vientre” Deseo pasar acostada
con un hombre infinito lavándonos de pesadillas
Vivo lujuriosa tocándote infinito ¿Y esos huevos?
Son dos mundos dijiste eyaculando
¿Qué Mundos?
136
Pienso en metros cuadrados
No hago otra cosa que buscar cuadrados blancos
Te busco blanco
Acuéstate a mi lado
Hoy comencé lavando mis ojos
y miré cómo se derramaba ese recipiente de ayer
hoy lavé mi pubis pues en la cuarentena de mi vida
debo limpiarme porque estos poros estas células viejas
saldrán de mí y volverán células muertas a clavarse
nuevamente
137
Todo lo he perdido es que alguna vez lo tuve
nunca una voz fue tan poca mía
Siempre habló por los demás y se le encendían
los labios cada vez que palpitaba a su lado
sólo cuando le vio supo de quién era esa voz
tiene ese aire ese algo ese párpado ese
no sé qué ese que le llamas en cen di do
como el labio torcido cuando me lo rom pis te
se hizo algo morado al día siguiente y no lo
dije a nadie por soberbia por vergüenza otra
vez soñaba que te maldecía y que me dejaras
solo pero él quiso que lo besara en el cuello
dejándole una marca igual que la marca que él
me dejó esclavo del deseo
138
Habla los labios
Y mira que yo no soy de esas
mi voz impulsa el aire y suave por los dientes
salen convulsos los lobos
vieras cómo les temo a esos dámelo entra suave
sin martirio imagina el mundo ahora asalta
y me asalta y entra en mis sueños grotesco
de ilusión me lo tenías amarrado y con
fiereza cayó torpemente en las babas del polvo
te tenía sabes oye te tenía encima de este canto
vagiano lleno hasta el borde bramando
agua lávame límpiame la lengua en el labio superior
ciérralos
GRAFÍA
139
VELO MANTO DEVELADO velo negro mano renga
UN ROSTRO cerca
en la seda sienta
la playa el amarillo
140
CUATRO TOMAS PARA UN CUERPO AZUL
A Verónica Fruns
TOMA I
Coro de ancianas
Cantando sin voz; las bocas desdentadas
Llenando la página —miles proyectadas.
TOMA II
144
TOMA III
Entonces el blanco será el lente para mostrar las zonas oscuras de su cuerpo.
145
TOMA IV
146
ÚLTIMA TOMA
147
A media luz
HASTA EL ÉXTASIS
148
Allí van dos balsas mecidas por el terror
hablando sin parar Las espumas de sus labios
salpican sus cabezas y se volvieron ancianas
Se escaparon y gozan la tarde la noche y el día
hablando Buscan sus hombres en los sueños
horadan la tierra ven visiones barcos
llenos de cuerpos exhumados casas amantes
caracolas pedazos de ríos en los otros
Y quieren el infmito aúllan infinitooo
abriendo y cerrando las piernas abortan
paren hablan aúllan y no desean que
nadie les tape la boca
149
REVELADO (Cuarto Oscuro)
ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah
veo te veo ojo te veoojojojojojojojojojojo
dónde estás ahhahahahahahahahahahaaa
uye uye uye uye adrenalina espuma debajo ah ah
Aquí hay una bomba DETRÁS DE LA VENTANA POR
DONDE PASA UN SATÉLITE DETRÁS DE ÉL HAY
UN FRANCOTIRADOR MADRE… HAY UNA BOMBA
AQUÍ… AH AH AH
EN EL CUARTO OSCURO HAY UNA, MADRE.
150
EPÍLOGO
Discurso Premio Iberoamericano de Poesía
Pablo Neruda 2008
153
estado da cuenta de un desasosiego que es “salir de sí”, donde se produce
una sensación de vaciamiento de tal magnitud como si se perdiera el centro.
Nadie se imagina el privilegio que es escribir y pensar con la lengua
hablada y escrita a la vez. Allí donde opto por contravenir el orden y la ley.
En esa trama hay toda una política de la lengua, una opción estética y ética
que se diferencia de lo banal de la literatura que es auspiciada por el mercado
mega–editorial, con su exigencia funcional y entretenida. Cosa que repiten
algunos poetas encerrados en los cenáculos de la nueva burguesía nacional,
restaurando el horror vivido a través de la belleza y el encanto formal.
Leí libros que despertaron mi curiosidad adolescente: aquí están intrusos
a pesar de los propios vocablos que se intentan titubeantes en las primeras
sílabas; fueron objetos de transferencia para acercarme al mundo que me
rodeaba. Y me di cuenta en mis primeras lecturas que si no veía una forma
novedosa de narrar o poetizar, daba vueltas la página y me iba al kiosco de la
esquina a leer revistas ilustradas o al cine que quedaba a la vuelta de la casa.
Y en la aventura de inscribir las primeras intenciones, a la hora de
transcribir las emociones del tiempo, esta breve nota para ilustrar de qué
manera di el primer paso a la escritura, en la que me leo hoy e intento
descifrar. Entonces evoco aquellas lecturas que dejan su huella por diversas
razones: a Gabriela Mistral la escuché antes que leerla y quedó como fijación
el sonido de su voz, como una interrupción radial atonal y milenaria. Fue un
momento clave para mi futura vida literaria. El mundo estaba cambiando;
sentí el movimiento de la cuerda eléctrica, y yo ya vivía en casa grande. Y
por primera vez me sentía libre después de haber sido dueña de pieza, frase
acuñada por Nicanor Parra.
Y como lo dijera el primer día que recibí el Premio, en aquella calle
santiaguina transcurría placenteramente mi pubertad. Los chicos estudiantes
leían los “20 poemas de amor” del poeta Pablo Neruda. Los versos dichos
en esa casona grande y vieja hicieron un hueco romántico en mi corazón.
Sucedió junto a ese silencio que solo se alteraba por el crujido de la
madera que dejaba la caminata del gato dentro de la casa. Ingresó un nuevo
vocabulario de la modernidad a la tertulia provinciana de la época. Y yo
presenciaba tal momento.
A mí me quedaba la captura del sonido de este nuevo mundo. Creo que
se prefijaba la hija de la poesía bastarda. Mi querido poeta, lo aplaudo por
reconocer su voz como doblaje de la única voz de Gabriela Mistral. Esa voz
quejumbrosa de la montaña, que en ella fue glacial y gélida, en usted se hizo
154
románticamente dolorosa. Una épica del dolor. Y que junto al sonido de la
guitarra eléctrica, fijó el preludio de mi inconformidad.
Y esa lengua recibió un golpe mortal y se llenó de llamas la casa de La
Moneda, corazón de la república, y se llenó de lágrimas y se embargó de
tristeza el valle .y la muralla de piedra y fueron arrojados al mar y fueron
perseguidos y fueron vencidos, ¡Ah! “amigo Neruda, el pueblo está contigo”,
el eco de una oración perdida escuchada cuando leíamos en las catacumbas
de la república, como tantas palabras borradas en la era de la simulación.
Puedo decir que escribía al mismo tiempo que se quemaban libros en
la Plaza Pública. La lectura literaria Confieso que he vivido de Pablo Neruda
fue clandestina. Hay una imagen que simboliza ese momento entre La
Moneda en llamas y el entierro del poeta, como el fin y caída de la utopía.
No obstante, hay páginas inolvidables que las hice mías, épicas como
Canto General, que trazaron su ethos en la poesía chilena, y que se hizo
fundamental en los oscuros momentos que nos tocó vivir.
Por eso tuve que recoger los despojos de un sujeto en crisis permanente,
crisis contemporánea, y en alguna forma encubrir su representación de
género. Pues hay que reconocer que bajo la sombra del bardo, ha sido
una tremenda exigencia destinada a descifrar el infierno cotidiano. Por
eso cuando leo las artimañas y argucias de las que se sirvió Sor Juana Inés
de la Cruz en su carta al Arzobispo de Puebla, tres palabras: saber, decir,
no, articuló las estrategias del decir desde el lugar subordinado. Toda una
cartografía de la política de la lengua. Como bien dice Foucault: Cuando
Hitler o Stalin y Pinochet dirigen todo un país manejando únicamente el
poder del discurso, es absurdo tratar el resultado como algo que ocurre
simplemente en el interior del discurso. Es evidente que el poder real se
ejerce por medio del discurso, y que este poder tiene efectos reales.
Me hice escritora cuando firmé mi propio documento, puse mi nombre
a un primer libro, mi voz entró en el cuerpo de un hombre moribundo de
un insurreccional y salí de allí haciendo una raya en la pared, un grafitti, eso
fue apenas una raya para trazar mi resistencia dentro de la lengua y fuera de
ella en la escritura en la pared. “Y nadie dijo nada” podría continuar citando
al poeta Pezoa Véliz, y recordé una frase de Lenin: “La insurrección es arte”.
¡Cómo ha pasado el siglo del horror!
Pero allí nací y me tocó presenciar su fin, la calle y su vocería pública de
tantas formas descritas, desde la visión del brillo en un tarro amohosado o
la imagen de los gatos calientes en los tejados de los cuartos de Jaime Sáenz,
155
el poeta de Bolivia, en mis piezas donde habitaban mujeres, parajes tristes y
desolados de ese frío que recalentaba el estómago en una escuela pública y
el inefable pedazo de dulce de membrillo. A mí se me cayeron los calzones
jugando en el barrio, otra cita de mis letras. Entre narrativas realistas y versos,
viví con la esperanza de que cambiara la vida. No estoy hablando de cambiar
el mundo, como Rimbaud; yo no tuve estadías en el infierno. Yo viví el
infierno. No fue esa mirada utópica de cambiar el mundo, yo quería cambiar
mi vida y leía La Sangre y la Esperanza, junto a Flash Gordon y el Rico Mac Pato.
Cuando leí que Emily Dickinson no salió nunca de su casa y escribía
poemas maravillosos en su jardín (tiene un poema espléndido, “Abejas”),
pues en su casa se encontraba una de las bibliotecas más completas, yo en
cambio tenía que salir a la calle a jugar y no contaba con una biblioteca,
pero leí porque a mi madre le gustaba la poesía y sus autores preferidos
eran Rubén Darío y Amado Nervo. En cambio la tía Elvira se paseaba en la
oralidad dramatizada entre el teatro, el cura y la política. A ella le gustaba
escuchar el foro de los diputados en el Congreso y me arrastraba a verlos,
como también a doña María de La Cruz después que la destituyeron del
cenáculo político: cien mujeres la siguieron y entre ellas mi tía Elvira.
La imagen de una escena en un recodo de la pieza con un brasero de
rescoldo y olor a naranjas quemadas, entre mate y mate, aprendía a escuchar
la plática de mi madre y mi tía Elvira. Esta reflexión me hizo retroceder el
tiempo de aquellas noches de pláticas: “Tan callada y lateral fue siempre su
relación con la marcialidad de los discursos establecidos, que los hombres,
paradójicamente, calificaron a la mujer de ‘muy platicadora’ . ‘Y la plática
no sería otra cosa que esa enmarañada mezcla de niveles discursivos cuyo
decir, como objeto, es la nada’ (Tamara Kamenszain). Aquellas noches de
susurrantes pláticas de mujeres, crearon una cadena irrompible de sabiduría
por transmisión oral, que nunca quedó recogida en los libros”.
Se dice que un texto femenino se reconoce por el hecho de que es
interminable siempre, sin finales: no hay clausura, el texto no termina,
por eso es dificil de leer. Porque hemos aprendido a leer los libros que
básicamente postulan la palabra “fin”. En cambio un texto femenino sigue y
sigue y llega al punto en que el volumen se acaba, pero la escritura continúa
y para el lector esto significa algo así como ser lanzado al vacío (Cixous).
Pablo Brodsky, a quien le doy las gracias por atender mis peticiones,
me entregó las antologías para que revisara los discursos de los poetas
precedentes que habían. obtenido el Premio Iberoamericano. Noté que
156
los poetas se sienten cómodos hablando de ellos; amigos poetas de una
generación establecían sus genealogías reconociéndose en la tradición
precedente. Este hecho me hizo titubear, pensando, ¿cuál es mi generación?;
no son más que un puñado de escritoras, surgidas en los ochenta para dar
un tremendo salto con el fin de sostener un diálogo con Gabriela Mistral,
Marta Brunet, en un siglo. Para que nos lean, la mujer escritora ha tenido
que asumir las normas que rigen el canon mayor de los libros. Aun cuando
cuento con escritorio y biblioteca, el salón de estar quedó en el pasado; he
tenido que rastrear textos perdidos —olvidados— mutilados y suprimidos
para lograr entender el estado de la literatura escrita por la mujer.
Y esa ha sido mi incomodidad de sentirme en una lengua ajena, instalada
en el lenguaje que hago mío por pertenecer a una comunidad lingüística,
pero lo vivo ajeno por sentirme intrusa en otra lengua, en esa comunidad
de poetas vivos y muertos que trazan lo que Virginia Woolf llama el estilo
masculino, combinación de sensibilidad, visión de mundo y uso de palabra.
Para terminar, quiero cerrar con una cita de la poeta y ensayista Rosario
Castellanos, la niña que se vio inicialmente rechazada por sus padres
porque había nacido hembra, para verse más tarde revalorada, porque era
más blanca que su hermano. Porque su obra representa la experiencia de
buscarse como sujeto dentro de una historia nacional y continental en que
todo parecía estar organizado para negarla.
No, no es la solución
Tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con el venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar
157
Hoy, mi querido Pablo, en su nombre ya no canta el pueblo. En su
nombre se aplaude a un salvajismo sin precedentes, después de los asesinatos
que maldijo en vida. En su nombre se criminaliza al pueblo originario. Así es
la muerte, querido poeta Pablo Neruda: un mito.
Yo hago un brindis verbal por su paladar poético, por el ají picante, por
un pebre cuchareado, incluso por su caldillo de congrio, y sobre todo por
una teatralidad trágica. Buen aniversario, Pablo Neruda.
Carmen Berenguer
158
La escritura de Carmen Berenguer:
Compromiso con la poesía, compromiso con la realidad.
(Texto tomado de la edición de La gran hablada
publicado por la Editorial Cuarto Propio, 2002)
Hace casi veinte años, en 1983, Carmen Berenguer publicó su primer libro,
Bobby Sands desfallece en el muro. Hoy, en La gran hablada, la Editorial Cuar-
to Propio decide recogerlo junto a Huellas de siglo, de 1986, y A media asta,
aparecido en 1988, sus tres primeros escritos. Quedan fuera los posterio-
res: Sayal de pieles (1993) y Naciste pintada (1999).
¿Qué nos muestran, qué nos “dicen”, ahora, después de décadas y en
un contexto otro, esos textos que marcaron los inicios de esta poeta?: ¿se-
rán sólo pasos mudos, y ya superados, de un trayecto interesante y siempre
en transformación, o emiten, todavía, nuevos “murmullos” y diferentes
sentidos? Con esta inquietud, abordaremos estos volúmenes, ya inencon-
trables en nuestro medio.
Cuando Carmen Berenguer comienza a escribir lo que será Bobby Sands
desfallece en el muro, opta por aproximarse a un acontecimiento “real” y a
una persona, este prisionero irlandés que murió el 5 de mayo de 1981,
en una cárcel de Irlanda a consecuencias de una huelga de hambre. La poe-
ta trabajó, entonces, con la memoria reciente, como un homenaje, me pare-
ce, pero, asimismo, había en su ademán cierta complicidad: una voluntad
de romper con precisiones estrictas. Pienso, entre otras: en la geografía.
No hay que olvidar que los tres volúmenes aquí recogidos aparecieron,
en Chile, en plena dictadura militar. Entonces, aunque este poemario inicial
refiera a un acontecimiento lejano, este hecho podía pensarse posible, asimis-
mo, en nuestro país, donde había cárceles y presos políticos, había censura,
había represión, había rechazo y castigo a la diversidad y las ideas ajenas.
Casi está demás decir, que el lector chileno debe haber hecho una ana-
logía de vecindad, borrando distancias y estableciendo más semejanzas
159
que diferencias con la situación que Bobby Sands había vivido, y por la que
había muerto. Pero, sin duda, el receptor no hacía sino gozar las posibili-
dades otorgadas por el texto mismo por la elaboración y transformación
que realizó Carmen Berenguer en una escritura que permitía —y permite,
todavía— este acercamiento múltiple, y colaboraba e instaba —e insta,
aún ahora— a proceder a traslaciones y desplazamientos varios, figurán-
dose mudanzas y correspondencias móviles. Porque, no hay dudas: Bobby
Sands desfallece en el muro es un ejercicio de imaginación y una práctica y
despliegue de invención en su ordenamiento; en la voz que allí se expresa;
en el modo cómo lo hace; en la forma de los poemas, cuya brevedad nos
impide olvidar que quien “habla” es un ser debilitado y frágil, a pesar de
su fortaleza para resistir, para oponerse.
Apenas un suspiro se diría que son estas pequeñas unidades de pocas
líneas que, tal vez, por este mismo laconismo podríamos pensarlas escri-
tas por el propio prisionero en las paredes de la prisión, esos límites que
—como la muerte— cercan al rebelde Bobby Sands, quien desfallece en el
muro, día a día, como lo expresa cada título en su progresión temporal.
Aunque sin evidencias ni obviedades y con escasas explicitaciones es-
paciales, en la lectura de entonces, ese muro, esos “barrotes” (“Día 40”), el
hambre, la “tortura” (“Día 33”), pedían extenderse más allá de una precisa
celda de una determinada cárcel irlandesa para apuntar a la ciudad, al país,
a distintos países.
Sin duda, esta primera publicación de Carmen Berenguer no hacía
sino romper, con libertad, las imposiciones y normas, tal vez, tácitas, mas
bastante acatadas, de aquella poesía “política” —llamémosla “política”—
canónica, plena de estereotipos y visiones maniqueístas, que impiden toda
posible ambigüedad, pues privilegia un lenguaje unívoco, de supuesta
transparencia.
De la recepción de Bobby Sands desfallece en el muro, no pude encon-
trar registros: recuérdese que se trata de un volumen artesanal, como mu-
chos de ese entonces; que, en aquel tiempo, la censura todavía era ley y
había que someter cada manuscrito al dictamen militar: es bastante posi-
ble que Carmen Berenguer tampoco se haya plegado a esta orden pues la
edición no registra rastros ni rúbrica del poder. Escasas eran, asimismo, las
publicaciones periódicas “autorizadas” que acogían las voces discrepantes,
ni eran tan numerosas las clandestinas ni las revistas literarias, casi siem-
pre marginales, que pueden haber comentado a esta nueva poeta y su que-
160
hacer, quizá sorpresivo por no obedecer ni continuar los modelos tradicio-
nales de la poesía de “denuncia”.
Me interesa, también, advertir el gesto de quiebre que hizo Carmen
Berenguer cuando tres años más tarde, en 1986, dio a conocer Huellas de
siglo, una obra mucho más tentativa y de transición, donde la escritora opta
por no mantener su propia marcha y aligera la mano, creo, ensayando,
tanteando… Varía, aquí, no sólo su concepción del libro: ya no se trata de
un poema unitario y, de cierto modo, total, aunque dividido en segmen-
tos, sino de una recopilación de textos muy diversos y perfectamente apar-
tables unos de otros, lo que nunca ha repetido. Se incorporan, además,
otros intereses poéticos, entre los cuales: la mirada a Santiago es de los
principales; y el desenfado ante el lenguaje y su uso, inscrito en “Lengua
osa verba”, hace presagiar cambios en la producción venidera: en A media
asta, sin duda, donde una hablante rota, violentada corporalmente, se dis-
grega en ambigüedades varias y múltiples emisiones, hablas y personas
gramaticales, confundiendo, también, los personajes, las normas, los códi-
gos lingüísticos. Entre las muchas voces, algunas retroceden y dejan lugar
a otras, ajenas y propias; existen fragmentos que como en eco se repiten, y
re-escritos palimsestos. Hay variaciones constantes, gran versatilidad y
fuertes contrastes. Con todo, creo que la desenvoltura se extrema en Sayal
de pieles por la relevancia y el énfasis en el significante, como si se creara un
nuevo lenguaje, no utilitario; sin valor de cambio ni de intercambio pues
no sirve, ni puede ser usado, para comunicar; un lenguaje que se vuelve
sobre sí mismo en el goce, en el placer del sonido… No hay duda: desde
Huellas de siglo, libro intermedio, se nota un mayor desparpajo frente a un
lenguaje que se agrede, al igual que se fuerza y distorsiona la sintaxis y el
cuerpo del texto y el cuerpo humano. No obstante, la inquietud por la si-
tuación política y sus consecuencias continúa, y no sólo en la autora: así,
un poema como “Molusco” no puede sino ser leído como un subterfugio
expresivo, para aludir y nombrar la represión, eludiéndola, aunque casi se
limite a describir el rudo proceso de ablandamiento del “concholepas” o
loco.
Pienso, entonces, que Huellas de siglo podría sintetizar un tránsito en-
tre dos “lenguas”, referidas con constancia: aquélla parte de la boca. de
Bobby Sands, ese órgano que ayudaría a comer al hombre con hambre; y
esa otra que, en A media asta, se vuelve habla y escritura declaradas, sin que
se olvide o desaparezca lo físico cuando la lengua lame y acaricia, colabo-
161
rando con el erotismo sexual y lingüístico y textual en fricciones, frotes,
ficción, fantaseos, intentos, inventos…
El cuerpo, sus partes, el deseo, la violencia física, el amor, el acto de
escribir, son obsesiones y materialidades cada vez más presentes y profun-
das en la poesía de Carmen Berenguer. Al elegir al huelguista irlandés Bo-
bby Sands como sujeto poético, la poeta se inclinaba por la disidencia. En
A media asta, esa marginalidad se expande y aparece, también, nuestro
pasado cuando habla la mujer indígena, la despojada, adolorida, histórica-
mente violada. Las mapuches, las onas, como marginales, al igual que
Sands, al igual que “la expatriada Raimunda”, “la loca del pasaje”, y los
“arrabales” de un espacio apenas insinuado, pero que había dejado sus
marcas urbanas en Huellas de siglo: la ciudad, ahora cada vez más presente
y hasta construida, ruinosa y plural, en Naciste pintada, el último escrito
conocido de Carmen Berenguer, ubicado en Santiago, en Valparaíso, y sus
memorias citadinas.
Y para terminar, retomo el nombre de esta presentación y explico que
pocos años después del Golpe de Estado, a Enrique Lihn le preocupaba que
los poetas se comprometieran más con la realidad que con la poesía. Me
parece evidente, sin embargo, que la lectura de los volúmenes que compo-
nen La gran hablada evidencian la superación de esta fractura pues, sin te-
mor a arriesgarse y variar, de libro en libro, Carmen Berenguer sigue reno-
vando su modo de expresar una historia, personal y colectiva, más o me-
nos cercana, más o menos imaginada.
162
ÍNDICE
Huellas de siglo 37
A media asta 79
Epílogo 151
La gran hablada de Carmen Berenguer
se terminó de imprimir en Casa
Aldo Manuzio, S. de R. L. de C. V.,
con domicilio en Tennessee 6, col.
Nápoles, 03810, México, D. F., en el
mes de noviembre de 2012. El cuidado
de la edición estuvo a cargo de Gerardo
González y Luis Gonzalo Lozada.
Para su composición se utilizó tipo
Giovanni de 10:13, 14:16 y 18:30 pts.