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La Gran Hablada / Carmen Berenguer

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LA GRAN HABLADA

ALDVS BIBLIOTECA JOSÉ SORDO


Carmen Berenguer

LA GRAN HABLADA

ALDVS
Universidad del Claustro de Sor Juana

Mtra. Carmen B. López-Portillo


Rectora

Dra. Sandra Lorenzano


Vicerrectora Académica y Responsable de Publicaciones

Primera edición, 2012

D.R. © Carmen Berenguer

D.R. © Universidad del Claustro de Sor Juana


Izazaga 92, Centro Histórico
06080 México, D.F.
www.elclaustro.edu.mx

D.R. © Editorial Aldus, S.A.


Tennessee 6, col. Nápoles
03810 México, D.F.
Tels.: 5682 1911 y 5682 1573
www.editorialaldus.com
Miembro Fundador de la Alianza de
Editoriales Mexicanas Independientes

ISBN: 978-607-77-42-71-5

Impreso en México
Printed in Mexico
Bobby Sands desfallece en el muro
(1983)
Al pueblo de Eire
Epitafio

Estoy esperando la alondra


que en Primavera lo es todo
para nosotros.
Ahora en mi lecho de muerte
sigo escuchando aún a los
negros cuervos.

Bobby Sands
Yo no lo quise amada Irlanda
Ellos los cuervos
Entran en los jardines
y lo destruyen todo

13
UNDÉCIMO DÍA

Vacío en la lengua seca


Habla porque es lo único
digna lengua

14
DÍA 13

Saliva la entrada en la garganta


que traga a bocanadas
disuelta en la lengua la sal

15
DÍA 14

Los ojos Los ojos


De qué sirve el pasto
en los jardines
El humor vítreo
llena las cuencas vacías

16
DÍA 16

El ojo vendado muere


Belfast muere y vive
enmurallada

17
VIGÉSIMO PRIMER DÍA

Duelen los labios del pan


las abiertas paredes del estómago
Duelen de risa fina

18
VIGÉSIMO PRIMER DÍA, NOCHE


bre
Ha
mb ha m
re M BR E
HA
bre
H am ES EL HAMBRE
bre
h am
RE Es el hambre de las calles
A MB
H el absoluto rigor del hambre

ES EL HAMBRE HA
MB
RE
Es el hambre de las calles
Es el hambre de las calles

re
El absoluto rigor del hambre
HA mb
ha
MB El absoluto rigor del hambre
RE

ES EL HAMBRE DE LAS CALLES


Es el hambre
Es
ES EL RIGOR
Ha absoluto ABSOLUTO H
mb
re A
ha
mb M
Del hambre re
ha B
DE LAS CALLES mb R
Ha re
mb HAMBRE E
re

EL ABSOLUTO RIGOR DEL HAMBRE

19
DÍA 26

Débil veo el campo


sembrado
El maíz en la copa de los cerros

20
DÍA 27

Fermenta el pan
La masa hinchada de la
vida
en tu cara

21
DÍA 28

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En
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La

ES
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A El hambre ha golpeado
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S U las entrañas
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B R Abre sus fauces iPara que calle! fauc
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22
DÍA 30

Débil llega el mar


hasta mi cuarto
meciéndome
entre sus algas dedos

23
Puro mar es tu aroma
en mi cuarto
Son tus fauces diente
Es tu espuma la roca
que tapiza tu cielo feraz

DÍA 31

24
DIA 33


ja
ro
s
da
a
bl
do
as
al

AL
AS

Orina el block H
La muerte
Las dobladas alas de un pájaro
Tortura
do
bl
daa
sa
la
s

as
al

25
DÍA 34

Náuseas la náusea
Con los labios pintados
vomita la muerte

26
Quiero a mi amada
como quiero mi cuerpo
como no quiero al gusano
que ocupará luego este ojo

DÍA 34, ANOCHECE

27
28
DÍA 40

Dame un vaso de agua


bebo la noche gota a gota
tras los barrotes de Maze
DÍA 44

Entrego mi vida como una acción de amor.


Me entrego a una agonía lenta
Como único modo de cambiar
la pólvora por jardines de paz
Como única forma de esperar la alondra
y nuevas primaveras
Como único sostén para limpiar
las heridas de Cristo torturado.

29
DÍA 45

El hombre del saco


roto de ilusiones
El de los ojos cansados
Nada debes a él

30
Y yo quejándome de mi cuerpo
húmedas grietas
en las rodillas de la muerte

DÍA 45

31
SÉPTIMA SEMANA
V
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lucha contra la muerte

32
33
una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo
Haz una raya en la pared Haz una raya en la pared Haz una raya en la pared Haz
Haz una raya en mi ombligo

sobre mi lecho de muerte


Haz una línea en el muro
Haz una raya en la pared
Haz una línea en el muro Haz una una línea en Haz una línea

Haz una línea vertical


DÍA 50

Haz una línea vertical Haz una línea vertical Haz una línea
sobre mi lecho de muerte sobre mi lecho de muerte sobre mi lecho de muerte sobre
una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo Haz una raya en mi ombligo
DÍA 54

Me castigas con el hambre


Me callas con el vientre
El amor está contigo
vida
Compañera mía

34
ÚLTIMO DÍA

He plantado ya la bandera
de Irlanda en los acantilados
libre mar de mi celda

35
Mañana es el undécimo día
y hay un largo camino que
recorrer.
Alguien podría escribir un poema
de las tribulaciones del hambre.
Yo podría, pero ¿cómo terminarlo?

Bobby Sands

36
Huellas de siglo
(1986)
Carlos, a él, quién más, a Carlitos y Carolina
A un hombre que conocí a los 17 años, a la Adriana de Jesús crédula como gran
madre, mi tía Elvira de las Mercedes (Q.E.P.D.), solterona y beata quien fue
violada por haberme robado un reloj —a los dos años—. A Donna mi perra quien
me avisa los temblores; mi lora Pepa (Q.E.P.D.) repetidora incansable de mis versos
A los sin par glúteos de Nureyev
A Cecilia Radrigán presa en la cárcel de San Miguel, amiga de infancia Jorge
Radrigán compradre quien me presenta a Chopin y la Mesa Verde a los 9 años
Al loco Martínez de Viña del Mar, al que era estrictamente prohibido acercarse a
toda muchacha decente
A Richard Chamberlain porque con gusto sería su Mariko
A James Dean y al Edén del Este, Little Richard, rey del Rock ‘n roll, Oscar Castro,
Oscar Hahn, Jaime Lizama, Omar López, Nicolás y Víctor, John Lennon, Abril, al
José, Nancy Jorquera, Janis Joplin, Lake Sagaris, Amalia Rodríguez, Julián Sorel,
Juliet Greco, a Fresia
Mi casa en Sycamore Road, Clifton, N. J., 1978
a las locas sueltas
a las locas atadas
a los manicomios
al psiquiatra que recetó baldes de agua fría para mí
a las piezas en que vivimos, al brasero, al mate, al diablo
a la virgen del Carmen, a los escapularios y Prokofiev
a Renca
a Artesanos primer cité en que viví
a la Avenida Portales y a la Quinta Normal, primera infancia y primera
detención
a Salvador Allende
a Bobby Sands
a la primera comunión
al primer coito y a la bastarda Emperatriz.
SANTIAGO PUNK

Los maniquíes lucen saludables.


Son felices.
Están siempre sonriendo.
Gonzalo Millán
SANTIAGO PUNK

1.
Punk, Punk
War, war. Der Krieg, Der Krieg
Bailecito color obispo
La libertad pechitos al aire
Jeans, sweaters de cachemira
Punk artesanal made in Chile
Punk de paz
La democracia de pelito corto
Punk, Punk, Der Krieg, Der Krieg
Beau monde. Jet-set rightists
Jet-set leftists
Pantaloncitos bomba
Pañuelito hindú
Chaquetitas negras, Carlotitos
Liberalismo Taiwan
Balitas trazadoras para mantenerte
Cafiche marihuanero.

2.
FMI, la horca chilito en prietas
Tanguito revolucionario
Punk, Punk, paz Der Krieg
Whiskicito arrabalero
Un autito por cabeza
Y una cabeza por un autito
(BMW, Toyota, Corolla Japan)
Japonés en onda
La onda provi on the rocks
Rapaditos Hare Krishna Hare hare

43
Sudoroso mormón en bicicleta Aleluya la paz
Patitas de chancho
Caldo de cabeza.

3.
Footing, footing a los cerros
Unemployment, 42d street
La cultura viene de Occidente
La alameda Bernardo O’Higgins en el exilio
Alameda las delicias, caramelos candy
Nylon, nylon made in Hong-Kong
Parque Arauco
Lonconao
Top-less cuchufletos, silicona
Rapa-nui en botellas
Colchones de agua en la cúpula
Coito colectivo.

4.
Pacos macumberos, lumeros
Cucas, guanacos, loros soplones
Der Krieg, Der Krieg, Punk, Punk
La raza old england toffee
Zampoñita lagrimera
Huayñito hard-rock
Police, Police, Punk, Punk
Guitarrita beatle
Virgencita del Carmen
Patroncita del ejército.

44
DESCONOCIDO

Un hombre a quien no conocía


aparece en los diarios de todo el país
Está tirado en la calle
Tiene el cuerpo perforado:
Ahora todos lo conocemos.

45
SANTIAGO TANGO

Carente de decencia, marginal, fantoche


Patipelá, espingarda ciudad.
Se nos muere esta loca
Con una estocada en el lado izquierdo
De su rostro oculto.
Pobre dama, empielada ramera
Transpirando polen
La noche escuálida te dobla
Donde duerme el cafiche.

46
SANTIAGO METRO

REPÚBLICA
Es lo único
hablo contigo:
y vivo

MONEDA
Estaríamos comiendo una sopa
de letras
Dios

EL LLANO
Toda la noche camino en llamas
Lenguas de paraíso
contigo

LOS HÉROES
Oh baratita
te piso
te aplasto
¿Y tu fetidez?

LOS MILITARES
Rata de mí
me cubro me descubro
¿Y la piel?

PAJARITOS
Cayó una estrella:
En el puro iris de tus ojos.

47
SANTA LUCÍA
Te amo más que a mi pelo
más que a mis ojos
más que a mi cuerpo
porque ya es tuyo.

LOS LEONES
Policía: la secretísima
Hoy no llegaste
¿Y mañana?

FRANKLIN
Las paredes y sus huecos
esconden
fantasmas y miedos.

SALVADOR
Oh Dios
Metal de metales
Aparición indolente
en el túnel de la miseria.

48
MOLUSCO

Concholepas concholepas.
Me sacaron de mi residencia acuosa
Lo hicieron con violencia, a tirones
brutalmente
Concholepas concholepas.
estaban armados con cuchillos.
Luego procedieron a meterme
en un saco
¡Concholepas!
Me golpearon (“para ablandarme”)
Me lavaron (“para limpiarme”)
Entonces, golpeado, ultrajado, semiblando
y limpio
me colocaron en una olla con agua hirviendo
y sal.
Ahora estoy en la cocina
con mayonesa cebolla y perejil.
Ahora estoy en la vitrina.
Ahora estoy en un cartel.

¡Me van a comer!

49
LOBA

De dónde esta mueca


Esta boca este rostro
Esta máscara este abrigo
De dónde esta locura
De acompañarte por las noches
Con este negro y este rojo
Esta bufanda que es una bufonada
Y esta vitrina que devuelve esta pirueta
Esta artesanal pinta hecha a la medida
Y esta lengua de loba despistada
Que te lame.

50
RAID

Esas moscas:
las veo volar
y volar
Como idiota sigo el curso de las moscas
Vuelan sin dirección
Dopadas
Sin restricción
vuelan
Las veo volar
y volar
Esas moscas:
Como idiotas siguen el curso
Dopadas
vuelan y vuelan
Sin restricciones
el aire aman
Esas moscas.

51
LA CUEVA

Porque uno se cree coreografía


en la cuerda de la vida
o péndulo sin remolque
pero sigues siendo la vieja gotera
de un cuarto nauseabundo
o simulacros de incendio en una noche.

Viajamos por la entrepierna de la ciudad


te crees el vericueto
y pierdes un ojo en la alambrada
y para qué este creerse la gran cueva
si trafican tu savia en el desierto.

52
ANDAMIAJE

Cerca del cielo


Conservera vieja sorbo a sorbo andamio arriba
Mecedora de sueños picota y nubes
Andén y andamiajes vida y péndulo
Choca agridulce sorbo a sorbo amargo
Dulce charlatán del alma piropero
Carillón malabarista subiendo
Sibarita maestro concreto mano a mano
Sorbo a sorbo picotero chuceando abajo
Va la muerte haciendo guiños va la calva
En las alturas prefabricadas de cartón
Concreto encaramado sorbo a sorbo
Abajo cemento chalupa de hongos marginales
Con los perros
los rufianes
los amigos
Sorbo a sorbo caradura
Dulce azúcar del relajo

53
RELEGACIÓN

Ya las palabras pronto serán ellas mismas


José Coronel Urtecho

Toda la sed fue tuya


Pasando el desierto debajito de las faldas
Atacama Ata-cama Ataca-ama des-sierto
Cierto-ama-Ataca-ama amor
Bébete las dunas y el cielo
Desnúdala de palabras.

54
LOS PUENTES

Duerme la ciudad-Santiago duerme y tiembla


La miseria duerme en los albergues miserables
Leo Los Puentes de Fayad Jamis en París:
“En la primera panadería que se abra compraré un
pan
como hacía en mi país”
Un pan,
Yo haré lo mismo,
Compraré al alba un pan y me lo comeré sin
conmiseraciones
Lo succionaré, y a la primera mordida
Comprimido en los dientes lo dejaré sin oxígeno:
Blando y húmedo en la garganta
Pues sólo las espigas crecen

55
CIUDADELA

Allá lejos desenrollando te me vienes


Espadín oxidado al cinto de este abrigo
Deshilachado Mapocho mío

Lamo— te lamida lengua lámote atomizada


Entremuros  Contramuros Extramuros
Entreghettos  Entrejuegos y payasos
Mapocho serpenteando los viejos lomos
Y cae el invierno ciudadela

Plaza de armas armada Pedro de Valdivia


Caballo de caballería alza tus brazos
A la cordillera y ve allí la esfumarola
Salgamos don pedro Ardiendo

56
MATADERO PALMA

Tras el parabrisas
Rodando la Matadero Palma
Cerca de la Quinta
Cueto Moneda García Reyes
La barriada
Cuchitril bailando la conga
De un pasado
Efímero lunar de los tejados
Desvencijados asientos
Y graffittis metafísicos
Rostros limonares ácidos
Rodando Rodando
Rauda por las esquinas
Gatillando luces rojas
En esta vida
Cantando un pan de radiografía
Motor de segunda
Fantoche
Arrancándote con los tarros
Jugando la travesura
De sacar una bandera
Flameándola
A las rodajas de patios
A los montes y abedules
Pues este será
Tu último camino
Recorrido por callejones
Callampas y zanjones
Injundias
Prostíbulos y comadronas

57
Balada de motor
Pije de los arrabales
Un canto gregoriano
Surtidor de baratijas
Rauda vas
Raulí San Pablo Independencia
Y qué camino
Ramera
Masticando el orgullo
Milonguera flor de noche
Matadero frugal
Al matadero
Esquelética de fierros
Bofe colgando de los sueños
Rociada de flores
En avenida La Paz
Por el pelusa miguel
Volado
Escupiendo coágulos

58
PRESAGIO

Fíjense que ellas hallaron, fijensé,


ataúd para la noche, fijensé:
me la metieron al alma, fijensé.
Oscar Hahn
PRESAGIO

Vienen los cuervos Alas negras


Desplegadas velas
De vela en vela
Cruceros volando
Mortífero polen en las garras rapiñando:

El cielo con tiza negra

61
VENID A VERME AHORA

Venid a verme como sufro


Venid a verme los malditos

Los gusanos abren sus mandíbulas


Esparcen mi cuerpo y yo gozo

Las luces llameantes del sol


Entreabren sus rayos los labios
Vertiendo el calor sobre mi cuerpo
Dejándolo vivir ardiéndolo de a poco

Venid a ver este arder.

62
HOMENAJE

a Juan Aguirre Ballesteros


Esto de no saber de qué sitio
De no saber en qué cama. En qué sueño
Transportado a qué lugar.
Madre, como peregrina buscas tu imagen
Recorriendo nuestros lugares habitados por ti
Y no me encuentras más en aquel rincón
Chupándome el pulgar.
El pulgar somos todos los que yacemos
En la orilla.

P. S. Un beso va por las nubes, devuélvemelo


acariciando el mar.
Iré a esperarlo en bicicleta.

63
LA DANZA MACABRA

A Camile Saint-Saenz
Y ¡Zas!
Desnudóse la calva
Contorsionando las caderas
Gimiendo
Sus negras tetas
Puta mágica
Chupándole la gris encefálica
Rociada de la vida
Exorcizándole por las patas
Muerta de goce

64
DIÁLISIS

Pongo mis manos en tus solapas frías:


piel de ártico.
De qué le sirve el ungido rostro al cuerpo
gesticulando sin sus ojos.
Mi boca se acaricia con su lengua
tus dedos pálidos palpan un monte: senos gélidos.
Solitas las venas: calles vacías
recorren el mundo las sangres.
Los gitanos vienen a mi carpa
contando versos de vida tramposa
y continúa este cuerpo
llevándote, llevándonos a ciegas.
De qué le sirve al tintero su sangre.

65
LA CALVA DE LA CALLE N° 5

Ha muerto Manuel
Y Manuel se levanta
Impresa su hoja en la orilla

Huesuda cabellera entreabierta


Por el ojo de la cerradura
Baja la calva ceñuda
Baja el asno por el monte
Baja el gusano por el hueso

Por la piel sube el gusano


Por el monte sube el asno
Impresas hojas en las orillas
Manuel se levanta
Ha muerto Manuel

Sube la calva ceñuda


Por el ojo de la cerradura

66
FOJAS 0

1.
La hostia tiene cara de hambre.
El hambre tiene cara de esputo
muere de suelo con rostro de obispo santo.

El silencio es un animal herido


en la puna de los labios.

Los labios mueren apunados:


aerobio ahogándose en el río.

El río es una casa vacía:


pezón de piedra; labio de mujer.

2.
Muerte quieren, sangre piden: tu sangre.
En las fojas juguetea y se sienta la justicia
se baja los pantalones, descansa en el retrete
se sube el cierre eclair y se acaricia.
Luego regurgita con tu cuerpo y te besa
con tu rostro de cierva.
Declarando al despertar el cascabel su sol
los cuervos te pican las manos hasta la espesura.

3.
La justicia se pone delantal blanco
tiene rostro de piel de diario
mentirosa piel desnuda
bataclana piel vendible.

La condenada está en la celda


Esperando la celada.

67
EL TRIUNFO DE LA MUERTE

Ya que el mundo es tan falaz,


me visto de luto.
Pieter Brueghel
Amor leve mueres
Muerte brebaje turbio
Inaugurando plazas parques
Hasta perder la identidad

Te amé en las calles


A la hora inaudita te amé
El sol ardía en los labios
El sol ardía en el cuerpo

Rebautizando estatuas y mausoleos


Fuimos quemados amor
La multitud nos arrojó leños
Prendiendo lumbre en la multitud

Extenuados nos entregamos todo


Tanto que nos vaciamos
Olvidándonos en el olvido

La luna divide el amor en dos mitades


La memoria pierde el lado oscuro
Y no hay beso no hay beso
Que recupere el sol los cuerpos rotos

La muerte viene entrando vestida de novia


Trae un ramo de alelíes y en un suspiro la corona
Hacemos el amor en un cajón de tablas, trémulos
Brindando por lo que fuimos clavándonos la tapa.

68
VAMPIRO

Mi carne para su goce


Mi orgullo para su látigo
Mi protesta para su cárcel
Mi infierno para su edén
Mis amuletos para su suerte
Mi locura para sus sueños
Mi muerte para su vida.

69
BALA HUMANITARIA

Un proyectil que penetra limpiamente


un bloque de gelatina de 15 cm. es
considerado bala humanitaria
Programa de Estandarización de Armas
OTAN
Ese metal con forma de dardo de cobre
Cabeza de plomo de acero puntudo relleno
Pólvora carbón azufrecaliche  Ese dardo
Penetra rompiendo la piel disparado a cien metros
Rompe la piel en segundos el dedo gatillado
Rompe el silencio y lo dispara
Ondas sonoras irradian el campo comprometiendo
el sonido
Interlocutor del suave murmullo El dardo penetrando
Los ojos abiertos y un ojo semicerrado afinando la
puntería
El hombre acaricia el gatillo con deseos
Como el amor que llama a la boca del infierno
A los escaños del cielo abriendo un ojo de sangre
Certero al corazón como ojo de lechuza depredadora
Al unísono los fogonazos
En mil partículas perforándose el último latido.

70
HUELLAS DE SIGLO

¡Tomorrow never happens man,


It’s all the same fucking day man!
Janis Joplin
HUELLAS DE SIGLO

1.
La química sirve para todo,
hasta para borrar manchas históricas.

2.
Si dios me dice ¡Hola!
Yo le contesto:
¿Y dónde estabas tú,
antes que el infierno lo devorara todo
dándose un opíparo festín?

3.
Y al séptimo día
creaste al hombre
a semejanza tuya
y son millones de ediciones.

4.
Los héroes están en las plazas
para no dejarnos tan solitarios
frente al pasto.

5.
Todos hablan de persecusiones.
A mí no me persigue nadie.
Ni un enamorado. Me sigue.

6.
Una señora de doscientos años
a horcajadas orina en un bidé
con una flor en la mano.

73
7.
Cópulas Cúpulas
Cúpulas Cópulas
Y yo siempre debajo.

8.
El androide llegó a Isla de Pascua.
Sentóse en el tótem
a esperar el próximo diluvio.

9.
Qué gran maraca es la guerra
Obligada a fornicar:
El hombre es el que paga.

10.
Marilyn, la más hermosa
Dice un joven
Lanzándose al vacío
a lo superman.

11.
Janis Joplin dejó una nota:
El orgasmo es la flaqueza del siglo.

12.
Dios eres dueño de todo
millones de almas: errabundas.

74
LENGUA OSA VERBA
LENGUA OSA VERBA

La moza lengua osa verba


El ojo rumoroso oja loba
El monte rojo verbo mozo
La turbulenta rosa agua
Tiembla el lengua labios
Labia fino oído la mieda
Fiero ojo acecha loba malva

Turba el ojo salado las aguas


Rocosa fiel piel loba mar
Amarilla espuma suave pelaje olas
El ojo artificila espuma puma gaviota

Temblorosa verba lengua dulce palabra


Tronco dulce ramaje hoja fina lengua
Flota pluma del ojo ciervo
Lengüita trino

Rosa espina sangra lengua


Palabra trunca acecha labio
Fiel anodina temblorosa moza
Efímera la rosa verba

Presiona labio furioso presa


El lodo atunes y colores
Según aguas verdosas rosas espinas

Ojo malva salva y rito


La fuente verba lengua ojo salva malva

Palabra retina de los aullidos lengua


Espina corona ardiente fuente lasciva
Marchito penacho verba de mis ardores.

77
A media asta
(1991)
A Carolina Jerez Berenguer
A Cecilia Radrigán Plaza
LAMENTACIÓN

Por que no me mató en el vientre


y mi madre hubiera sido mi sepulcro
(Jeremías 20:17)
A MEDIA ASTA
El ojo vigila y comparte el conjuro
de las seminales trompas
esculpidas en la frontera:

La difama

Contra el diáfano suspiro


el monte la monta
montándola la flamea:

A media asta percal

AFUERA SOBRE LOS LLAMPOS

Marcial lamento de las horas


transito por un rostro
sin marcas ni pliegues
simulando tus labios
ese gesto

Los ojos vueltos


en el viento escrito: Ondas
La mar pues bramando: Llama
al ojo que le sonríe
por el ojo que dice
al otro ojo
porque los ojos fueron sacados
mamita
para que nunca vieran

87
LAS FALENAS CON SUS PUBIS AL ALBA

Desnuda la maldecida
nosotros sangrante vulva: Mueca
Mimética la rojita
se acerca

Sangrantecercadalasangran

Eran hartos
me lo hicieron
me amarraron
me hicieron cruces
y bramaban
como la mar

88
Mira la manchita en mi piel
es el mundo que me coló
Y mira mi piel manchada
bajo los ojos no veas

89
El ojo por los ojos va
De año en año  De luna en luna
Otrora la tierra
Sediente va  De lengua en lengua
Haraposa
Verba dando señas Va y viene
Los señuelos también como los jotes

—Ojo por ojo— decía el verdugo.


Mis ojos devolvían la mirada
mientras me iba poniendo
el capuchón y la tela emplástica
en los labios”.

90
Aún tiembla el labio la ruega a la fina
Vísceras al trueno fuego  lo juegan al cara o sello
As de corazones  un río de sangre sangra
Látigo que araña el cuerpo  la cuerpa fermento tierno
Aspas de carne  su piel de la carnada
Vuelve la vulva del infierno

VULVAVUELVE DE LA ESPESURA

91
Esos lazos y la luna
parte de ella  El lado oscuro
un codo duro en el otro lado
y el cuerpo
las manos con éstas
me empujabas desde atrás
jadeante
la luna levantó la marea
mi sangre

EL PARPADEANTE MENSAJE DE LA FLORA

92
Ha quedado la mano agitada
sin resorte  sólo el anhelo
viuda
brisa del ruego
Luna clara sostén el barco en la tempestad
Luego estaré donde la flora no recuerde

93
Revolviendo el brasero
un ojo lejos  pronto reminiscente
el otro color ceniza

—Llegaron los otros y pasó con los Mapuches


—Allí no había rameras
—Las vírgenes mapuches no conocían a ninguna
virgen
como sus ropas al alba bañaban desnudas

SUS VULVAS BAUTISMALES

94
LA PRIMERA CRUZ

LA ONA
agachadita pegada
a la tierra
escuchaba los cascos
La pisotearon
Conjuro La maldición
—Se fue a morir en el río,
—Tendida en su barca dejóse
llevar herida

SU PUBIS MALVA

95
Ardiente meseta espera la luna
yuyito le canta…
Las rosas celestes  La aurora  La aurora

—Mira si soy virgen


—La pura santísima  ven
—Aparécete  El trauco  El trauco

Canta la moza en las noches chilotas

LA GRILLITA FROTA SUS PAITlAS

96
Lo sabía  te me lo ibas
Te me lo fuiste  te me lo ibas
De los ojos  te me fuiste de la boca
La iba a decir y la obligó
Entre los ojos y los labios
La obligó
En la pelvis
La iba a decir
Aquí dentro  llaga
temblorosa
Llaga  Está llagando
La están limpiando

ME LA ESTOY LAMIENDO

97
Siempre fue así
De tiempo en tiempo
Dolía
Tomó los senos y los apretó
Fuerte como siempre
Y tú  Lo querías
Dolía
Es violento
Es un vejamen
Entonces todo duele

TODAVÍA

98
Primero  La primera
la última  La santa y yo
en los brazos de la abuela
la de los inciensos
obligada en el desconcierto
de mi sonrisa  La última
extraviada después del manto
En la penumbra de la tierra
En la calle sin bramar cuentan

PÚDICA

99
En el cuarto íbamos Marías
tras largos infortunios
a perecer como malditas
por los presagios de la ultrajada tiesa
en la tierra arañada

Y EL PUBIS PINTADO MALVA

100
Ella me dijo
Lo usaron todo y después…
Qué dije
Lo dejaron para que otros lo tuvieran

Los despojos esos mismos

Revolvió el brasero y puso los ojos lejos


Pero ahí no se resolvió todo
Quedó tiesa en la tierra
con los brazos extendidos
Toda pálida
Amelia la cubría con la manta
Y corrió la voz por los contornos
La ultrajada  La ultrajada  La ultrajaron

VEJAMEN

101
La noche violeta y la luna
salió corriendo al escampado sitio
con el lechoncito en los brazos
despavorida
por la ribera triste
atravesando patios
sin ropa
La manta quedó en la tierra
tibia y extensa

LA NOCHE VIOLETA

102
Cuando la lluvia  la triste lluvia caiga
buscarán los ojos en las colinas
y se volverán celestes como la aurora
Escrito está:
LA MAR ESTÁ YUDANDO

103
DE RODILLAS ALREDEDOR DE LAS CENIZAS

—LA ARCADIA ESTÁ SIN ROSTRO

—NO DICE

EL ROSTRO QUEDÓ ALLÍ

MARCADO EN EL VIENTRE

104
Es lengua que desea herirte y limpiarte
aunque la maldición recaiga sobre ella la dueña de la
lamentación:
ella que es inocente
como la sangre de las ovejas y que cometió perjuro
lavándola con su sangre en su estado larvario
y con la sangre de larvas azufrosas se bañó.

105
FRAGMENTOS DE RAIMUNDA
La expatriada Raimunda está hablando
sin tierra les habla desde el aire
inhala y expulsa improperios casi
difunta susurra su lengua espesa
donde cantar no puede su letanía

Fuera del edén la pordiosera Raimunda


vocifera  Me he tragado un volcán y bailo
y canto  Me usaron y uso fármacos para
dormirte occidente  En una balsa al mar
para mecerte

Este fragmento es para ti porque ya no


puedo contigo ni mirarte puedo
Allí donde habité por siglos y siglos
se va perdiendo en un hilo el infinito
porque nada queda ya ni el seguro de la puerta
ni el púrpura malva de tu boca  se quebró de espanto

Este fragmento es para ti porque ya no


puedo contigo ni mirarte puedo
Allí donde habité por siglos
se perdió en el infinito  nada queda
el cerrojo de la puerta  ni el pubis de tus labios
sólo el mugido espanta

después que te entregué los hijos


después que acosté contigo
hablé hasta el alba pariendo

109
Raimunda siente los deseos de la carne
vio un rostro que la sufre y  llorante
vuelve su pálida caricia hacia el norte
que le devuelve su sur

El convulso le devuelve y le enciende


soy la pálida —le grita— te deseo tendida en la maleza
—maldita— vocifera
malinche le rueda por la cara

Encendido él pálido liba raposa


y sonrosada carne  la ultrajada
en la hierba la salivan lamida te mo
te mía gimotera la inocente

Rouge ruge la diosera  la pagaron


transa el modo de hacerse bello
paraje el incienso  la tramoya en la
escena baila una cuerda en la delgada
sonora llama de fuego

Uno este maldito sueño a aquellos otros tantos


que me aquejan reposan y luego asumen lenguas
atroces
En tinieblas deambula este cuerpo lleno de deseo

110
Afuera está lo carcomido
y adentro atónito e irremediable
la vergüenza de una hormiga
que come excremento y cadáveres

Este ojo que se va cerrando


parpadea a los mensajes de los
carteles luminosos de esta vida
a punto de morir

y es que apenas se asoman las ladys, las misses,


matronas madonnas de la historia

Y LA LA LA LA LA LA LA ÑUSTA

Podridos reverenciales litúrgicamente


hacia la flora se va cerrando el párpado
en el camino de púas

Julián Sorel Hipócrita defecó escondido


en las polleras de sus locas madames

Julieta rebelde moría con su amado


antes del alba en Verona

Suicidas las Bovary no esperan el letargo


de una tarde infecunda
que muere a la luz de las luciérnagas
intermitente mensaje de una loca
en los pasajes de una celda

La Emperatriz está hablando desde la lengua


deslenguada y mal parida

111
Despavorida atravesando patios persiguiéndote
y LA con el lechoncito voy en patrias
arrullando apegadita a la tierra voy  saltando
desesperada  dejo camas tibias buscando  sí
mi vida si me alejo  tierna me alejo más y más
y tórridas mis lágrimas  ya no sé dónde esperarte
en una patria cualquiera  porque ya no existe
eso que llamamos tuyo y mío  se fue arrebatado
y grito sí  me lo gritaban a mí  rompiendo los
tímpanos por favor no  no lo hagan  por favor
no  eso único mío  lo tuyo y mío  no  así no
mi lecho es una sábana triste  ¿Te acuerdas la
noche en que nos perdimos?

112
Es ella la Fresia de sus sueños
su doble espejeando LA
ñusta LA ñusta LA del Cuzco
cabalga LA rebelde potra
a Bolivia LA de ojos negros
nalga con nalga el poblado baña
viaja su negra teta pezón a Chile
la mama sola
Yerbas por el follaje husmea
el mate para su sed
y jala la mama grande el jirón de su visión

113
Esto que te escribo  chiiit, no se lo digas a nadie  calladita
porque si me escuchan me cuelgan: chiiit, son las venta­
jas de la escritura. Pude habértelo dicho, pero es mejor
así; pues las grietas hablan y golosas las palabras dicen
más. Digo te amo, pero te quiero más. Amar es una
mecánica lingüística; lo mismo el odio y odiosa indu­
mentaria es el adorno. Por la boca muero, y pongo los
ojos tras de mí, y te veo entre comillas y dos puntos.

Me mordí la lengua, chiiit: Te vi desnuda.

114
La patria querida es una boquiabierta muralla donde se puede
pintar en las periféricas zonas no soñadas por labio alguno
no mencionada por voz alguna pulsada por cuerdas que
nadie mueve al interior una sangre fresca capaz de seguir
hasta que encuentre salida por un cauce que nadie sabe gota
sobre gota rayando los labios boquita dulce de patria fundada
por quizás quiénes

Señora fundadora de pie pequeño por los pasos de los


acueductos sobre la hierba amada amante de tu señor viejo
zorro olfatero de faldeos poblados confiscando a las musas
doña señora ayer paseabas en Ahumada pin­ tada en tus
mejillas y dos aletas de rímel tus ojos parpa­deando al calor
de una cama de hotel barato despojada doña y fundándola de
nuevo por quizás quiénes

En la tímida yerba de los faldeos el deseo bravo aman­tes la


ráfaga dulce de la flora fluorescentes encandilan los candiles
de los cerros en la cruces espejea la mirada de los cafecitos
ojos de la pérfida y ojos sobre ojos van flameando los nuevos
valles señor amor mío señora eres mía donde estamos en el
mundillo nuevo todo de mirra y sangre de oveja

PLAN DE CONQUISTA EN EL CAFÉ HAITÍ

115
En el año veintiuno de nuestro cautiverio,
al principio del año a los diez del mes,
a los catorce años después que la ciudad
fue herida con aquél mismo día me lavé
su rostro y entré de la mano con él
radiactivo fosforescente.

LA CIUDAD

116
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSOSO
malmesientomalmesientototalmentepercalsinuosobardesdeelazul
tevíespantadacolgandoapenaspintadoslabiosunrojocolgandoteescribo
avergonzadaplantadouncardenalenelblancodeunfragmentorapadala
cabezafantasíacazafantasmadeesteescritofalenaentumecidalenguavieja
delhospiciodelacárceldelacalletangomitangomilongarancheraunsaxote
condenaafeadesdentadaquehuyeeltrendemedianocheunpitazoyhoytedespier
tanhogazanaestoyhartadeescribirestahuevadanomesirvesnomeinspiras
vampirezavampirezaparaescribircosasmalasestaeslapeorynodeseocometer
erroresporquehastalomalolomalopuedeservirparadecirlomaloquees
envezdedecirmecomoestaidiestoescríbeteunversounversoalabandera
alaverdadalamoralalamierdacomoantañoenelparquecousiñodondelachi
lenidadardíaylossauceslloresllorabandeverdadnocomoestoshuevones
quelloranenlostextosenlastelaslloranportiquetelopasasmenstruando

117
Yo Raimunda me he tragado un volcán
bailo y canto  me usan y uso fármacos
para dormir soñada con ají picante
blanca pollera  tendida frente al barbero
Raimunda yo anestésica rasuran mi vientre
y pujo con fuerza este dolor de parirte
revolcándome en este placer convulsiono
Raimunda hipodérmica intravenosa
entre mis piernas la serpiente
expulsadas del edén

Ay sí

Dulce reptil compañía de Raimunda


expatriadas en el umbral de tu occidente
entre los vidrios empavonados  invisible
las dos ardientes  deseo verte Raimunda
Y quién te va a ver  después de siglos
quieren tocarme sí  sentirme sí

Puro mar es tu aroma


en mi cuarto
Son tus fauces  diente
Es tu espuma  la roca
que tapiza tu cielo feraz

Y contigo Raimunda franja rojiza


vamos flameando aguardientosas
miméticas rojitas vellitos negros
a media asta percal azul  locas
tuberculosas en la placenta: mis pliegues

Ay sí Ay sí

118
BAILO SOLA SOLITA —DE CRESPÓN NEGRO—

PORQUE EL NEGRO ME SIENTA —YO BAILO SOLA—

SOY UNA VELA ARDIENDO —VOY POR EL RUEDO—

ESTA GALLITA SOLA —DE CRESPÓN NEGRO—

VIVE EN CALLE SAN DIEGO —Y EN EL CEMENTERIO—

ME DICEN EL VELATORIO —ALLÁ VA—

PERO NO LLORO

119
La visión que tuve anoche
que no contaré a nadie
que no acueste en mi cama;
es la visión de una vida despierta.

—Ven acá huachita— te mostraré el juicio


de la gran ramera que está parada sobre muchas aguas
y me llevó a mi desierto; y la vi sobre una bestia
de color cemento llena de estrellas y tenía un gran
obelisco y una estatua grande en el mar y le sobresalían
cuernos como el fuego diez cuernos.

EL SUEÑO

120
LA GRAN HABLADA (MM)
LA LOCA DEL PASAJE
ven aquí huachita PUDE SER LA PRIMERA JUNTA
estoy sola y no tengo DE MI REPÚBLICA
con quién hablar

—ven no seas fanática— LAS DOS HAREMOS UNA GRANDE

bésame y verás TE ENSEÑARÉ MI LENGUA


te contaré cuentos
y te haré masajes

no mires hacia atrás —NO HAY NADA—


o te convierto en sal

cierra las piernas TE PUEDO ENSEÑAR TANTO


esta es mi lengua QUIERO SER TU MADRE

Yo te tuve un hijo
y le lavé su ungüento en su ala crecida
yo te tuve eras mío y te me lamías
como rosa de invierno
yo gozo y ese fue el placer
que en mí te dormías
y ahora proclamas que ya te me fuiste
a la guerra extinguida
ojo aventurero
wide angle la marca ayyyy
qué seré roja mía  qué seré
si la tierra dentro o el hablar la era

123
Un gato saltará sobre mi cuerpo dije en el parque
Encenderá sus garras en mi piel
Todos me miran y dicen: La Carmen tiene una hija
La hija es hija de la hija de la hija;
quien dulcea el pequeño desvelo
de veintiuna noches sagradas en las que las dos perdidas
nos fuimos en la línea intransitable
Aquél que se atreva a seguirnos: Están las cruces
esperando

Sonó la voz en mis rasgos de india


Quizá la última yagana  La última

124
Todos me miran y dicen: La Carmen tiene una hija
La hija es hija de la hija de la hija desvelo
de veintiuna noches sagradas  las dos perdidas
nos fuimos en la línea intransitable

Aquél que se atreva a seguirnos: Están las cruces


esperando

125
A la una a las dos a las tres al alba casi sonaron
siete cascabeles bajando los decibeles de las voces
siete mujeres aullaron  miles de lobas salieron
a la calle  Nunca olvidaré lo que mi madre me dijo
un día  Cuando escuches ladrar los perros en la noche
fíjate de cerrar todas las puertas
Vimos púrpuras  Tengo miedo de ese adrenalina en
el rosado pálido de tus labios

“Regalo de los dioses dijo el mendigo con espuma en su


boca recibiendo la música”

126
Madre soñé que te ibas por el precipicio
ayyy  como estuco me pego a la pared ahhh
el gato pronto a desgarrarme  madre el muro

Me sacaron la foto  María yagán yagán

¿Duermen los puercos sus noches?

127
No más inyecciones guardias
que la loba aúlla para dentro la ciudad
No más  pues aúlla para dentro el país
Aquí va mi aullido

¡Despierten sonámbulos!

128
Va entrando un cuerpo en el ojo seco
No te vayas Carmen  no puedes irte ahora
Ahora que es verano y hay hojas secas del otoño
Ahora que hay manzanos en flor  ahora  no puedes
Te necesito Carmela Emperatriz Yagana tu lengua
Ahora  tu última oración  tu desvarío  habla

129
Al alba soñé que vomitaba murciélagos y lombrices
madre
soñaba que una espada me seguía
por todo el país madre  toda mi vida  veinte siglos
madre  Entonces me acosté a su lado y ungí mi
cuerpo  y ungí su cuerpo para despegarme las entrañas
mordí esta atadura acariciando esta prenda tan fina
mordí mis manos en su espalda hasta espejear la última
luz

130
¿Quién está afuera que no golpea
para ponerme una escalera?
¡Aquí está mi nalga guardia  a ellos
a los dormidos! Por ahí se pasean sus
culos ¿quién se esconde afuera? ¿Hay
una carroza allí?

131
La parí y me parió la hice y la deshice de mí
y con mi lengua lavé su cuerpo ensangrentado de mí
Mi lengua te negó cien veces y hecha
añicos la colgué para la noche “arru rú”

132
20 siglos en vigilia  no volverán a dormirme

Porque cada sueño es una espuma debajo de la lengua

133
De regreso al cuarto azul las nubes blancas te dan la
bienvenida el orfeón te toca un blues y desfilas con un
vestido transparente

Entras al salón rojo y te asomas


al balcón presidencial con la banda tricolor. Miles
de banderas te saludan y te gritan “Maten a la roja”
“Maten a la roja”

Toma este mural de Da Vinci… Aquí están las olas,


ponte el tapado de tu madre Anne Sexton… toma, aquí
tienes un vaso de vodka... una caña de pescar adquirida
en el último remate…

134
¡Te mataría dijiste! ¡Mátame dije! Ojos despavoridos
son los que el mundo necesita

¡Vámonos madre! La ventana está abierta Aquí no hay


nada
qué hacer  Vamos que nos acechan
¿Hay alguien en casa? —No más fármacos
No más inyecciones No más electros—

Corten la luz por favor

135
“Les hablo desde el vientre” Deseo pasar acostada
con un hombre infinito lavándonos de pesadillas
Vivo lujuriosa tocándote infinito ¿Y esos huevos?
Son dos mundos dijiste eyaculando

¿Qué Mundos?

136
Pienso en metros cuadrados
No hago otra cosa que buscar cuadrados blancos
Te busco blanco

Madre escuchas mi música


Me escuchas en sueños
Me has visto desaparecer
Me viste partir
Me sentiste

Acuéstate a mi lado
Hoy comencé lavando mis ojos
y miré cómo se derramaba ese recipiente de ayer
hoy lavé mi pubis pues en la cuarentena de mi vida
debo limpiarme porque estos poros estas células viejas
saldrán de mí y volverán células muertas a clavarse
nuevamente

Y estas tetas caídas bailaron desde el vientre


y tú lavaste el pezón con mi leche
Allí bailaron tus ritmos y nunca dejaron de sonar en mis
oídos
Mi lengua te lavó entero enterito día y noche
hasta el primer pendejo

137
Todo lo he perdido  es que alguna vez lo tuve
nunca una voz fue tan poca mía
Siempre habló por los demás y se le encendían
los labios cada vez que palpitaba a su lado
sólo cuando le vio supo de quién era esa voz
tiene ese aire ese algo ese párpado ese
no sé qué ese que le llamas en cen di do
como el labio torcido cuando me lo rom pis te
se hizo algo morado al día siguiente y no lo
dije a nadie por soberbia por vergüenza  otra
vez soñaba que te maldecía y que me dejaras
solo  pero él quiso que lo besara en el cuello
dejándole una marca igual que la marca que él
me dejó esclavo del deseo

Para recuperarte te hablé con el crucifijo


en él  se lo puse  yo lo quise así  te
tuve toda la noche  era el conjuro el un
güento tú querías de otro modo pero te lo
hice jurar —maldita gritaba— los gritos me
confunden —decía—

quiero confundirte  siempre cruzo la calle


para que no me veas dos pasos a la deriva
y te tengo una palabra
una sola y quedo escrito
manchado

138
Habla los labios
Y mira que yo no soy de esas
mi voz impulsa el aire y suave por los dientes
salen convulsos los lobos
vieras cómo les temo a esos  dámelo entra suave
sin martirio imagina el mundo ahora asalta
y me asalta y entra en mis sueños grotesco
de ilusión me lo tenías amarrado y con
fiereza cayó torpemente en las babas del polvo
te tenía sabes oye  te tenía encima de este canto
vagiano lleno hasta el borde bramando
agua lávame límpiame la lengua en el labio superior
ciérralos

Entonces el telón bajó:


un hoyo hueco se vislumbró al fondo–hueco negro Y
desde ese día todos buscan esa sonrisa
El labio inferior se reparte en un póster

GRAFÍA

139
VELO MANTO DEVELADO velo negro mano renga
UN ROSTRO cerca
en la seda sienta

EL VELO TUL SOMBRERO mano cincel de


DESTE TUYO mi vientre
de
mi carne

VESTIDO REMOLINO UNA CIERTA un ojo mira pare


velo tul cuello deste
cisne

VELO NEGRO LA CRUZ crespones negros rosario


de una puta
UN TUL

la playa el amarillo

ALARIDO labio carne guión:


EL PÚRPURA
velo vela

DISECCIÓN DE UN CUERPO AZUL

140
CUATRO TOMAS PARA UN CUERPO AZUL

A Verónica Fruns
TOMA I

Coro de ancianas
Cantando sin voz; las bocas desdentadas
Llenando la página —miles proyectadas.
TOMA II

Viste un abrigo negro. Lleva zapatos de medio taco —aceleradamente sube


las escaleras— Verónica viene. Quiero el lente en los tacos y en los ojos de
Verónica —el ritmo del cuerpo— 1-2, 1-2, ojos, 1-2, tacos. 10 segundos en
esa secuencia. Es de noche. Tiene que ser de noche, un foco azul. Los ojos de
Verónica son azules. La toma en los ojos, 1-2, ojo, 1-2 ojo. 10 segundos. ¿Has
visto la maratón? Pues esa es la imagen que deseo, la imagen del que llega
último. De angustia-fatiga. —Verónica tiene un rostro muy especial— ¿Lo
tienes? —Angustia—.

Verónica sube las escaleras. Aceleradamente. (Es todo lo importante) …


Entonces las viejas desdentadas can­tan (Sin voces). Llenando la pantalla.
Toda la panta­lla… Aquí silencio. 10 segs. Ella, Verónica sube las esca­leras...
un acercamiento lento al rostro a los zapatos, a los ojos de Verónica... un
alejamiento… y un silencio: “EL SALARIO DEL MIEDO”, un cuadrangular
en la escalera, lejanía angustiante hasta desaparecer. Las vie­jas cantan sin
voces.

144
TOMA III

Esta escena es cerrada —se me olvida decirte, la toma anterior es al aire


libre—, aquí se desarrolla en un gimnasio. Verónica aparece de nuevo
simulando desnudez, lleva una malla color carne. Yo pensaba que estaría
desnuda, pero ella me dijo que no le agradaba desnudarse en es­cena y
guardó silencio. Ahora las tomas son de la si­guiente manera: primero el
lente recorrerá el cuerpo de Verónica el recorrido del lente —magistral—
antes de lle­gar a las víctimas. “A SANGRE FRIA”, eso es lo que deseo ver, el
recorrido del misterio antes de encontrar lo que quiero.

Ella está parada en el centro. Su cara está extraordina­riamente pintada: un


retrato expresionista. Los ojos casi redondos con lápiz negro carbón, los
labios un pintarrajeo rojo violento. El pelo corto, pegado y para­do, rojo.
Los focos —iluminando— para dar el efecto de­bajo de los ojos, sombras
de fatiga. En esta situación, la iluminación, es el color de los focos. Ellos
realzarán las partes ocultas del cuerpo de Verónica. Un foco azul en el azul
del ojo.

Azules y maestría de tu ojo nos develará la mirada de Verónica.


El rojo violento pintarrajeado de sus labios nos lleva a otras zonas oscuras
—jamás reveladas—.

Entonces el blanco será el lente para mostrar las zonas oscuras de su cuerpo.

145
TOMA IV

Verónica en el centro de la escena levanta los brazos lentamente —el blanco


es ese gesto— no lo congeles hasta obtener esa zona oscura-oculta, debajo
de los brazos. Ese es tu blanco. El blanco deseado. Ahora recorre par­te a parte
las zonas vedadas del cuerpo de Verónica. Un blanco en los senos —un rojo
en el pelo— en el pintarrajeo —un rojo violento— un blanco —un azul
en el ojo expre­sionista— ese es tu blanco. Ahora deslízate hacia las zo­nas
ocultas, ahí debajo de la ingle un blanco, hasta ago­tar la figura sin palabras,
sólo —solamente— la imagen de Verónica en el centro, tomando todas sus
zonas veladas agotándola, tu blanco en sus blancos. Tu blanco en sus rojos.
Azules tu blanco. Entre las piernas blanquea su sombra. Azul, un azul, un
azul. Abierta.

146
ÚLTIMA TOMA

Los blancos de Verónica son la atención, fija objeto de tu toma, no


desperdicies ninguna. Las partes inobjetables de tu cuerpo serán las sombras
y la angustia del pasado de Verónica: congela ese pasado así como todas las
par­tes, muslos, pelo, ojo. Son los pedazos de la historia de ella. Fragmentos
de su existencia.

Los fragmentos de Verónica están en la escena del silen­cio en la página


anterior y en la última.

147
A media luz

LA ESCENA DEL SILENCIO (pausa)

PUSO LOS DEDOS EN SEÑAL DE LA CRUZ

TACHANDO LOS LABIOS

ROZÁNDOLA SUAVEMENTE EN MOVIMIENTOS


CIRCULARES

SUAVEMENTE TODA LA MANO

HASTA EL ÉXTASIS

148
Allí van dos balsas mecidas por el terror
hablando sin parar  Las espumas de sus labios
salpican sus cabezas y se volvieron ancianas
Se escaparon y gozan la tarde la noche y el día
hablando  Buscan sus hombres en los sueños
horadan la tierra  ven visiones  barcos
llenos de cuerpos exhumados  casas  amantes
caracolas  pedazos de ríos en los otros
Y quieren el infmito  aúllan  infinitooo
abriendo y cerrando las piernas  abortan
paren  hablan  aúllan y no desean que
nadie les tape la boca

149
REVELADO (Cuarto Oscuro)

ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah
veo te veo ojo te veoojojojojojojojojojojo
dónde estás ahhahahahahahahahahahaaa
uye uye uye uye adrenalina espuma debajo ah ah
Aquí hay una bomba DETRÁS DE LA VENTANA POR
DONDE PASA UN SATÉLITE DETRÁS DE ÉL HAY
UN FRANCOTIRADOR MADRE… HAY UNA BOMBA
AQUÍ… AH AH AH
EN EL CUARTO OSCURO HAY UNA, MADRE.

150
EPÍLOGO
Discurso Premio Iberoamericano de Poesía
Pablo Neruda 2008

Me lo hubiera imaginado joven, me lo hubiera imaginado alegre, me lo


hubiera imaginado rabiosa, molesta, porfiada, de tantas maneras, y no
me lo imaginé nunca vieja, a rastras, apenas, pensando en mil maneras y
otras tantas formas de vestir estos huesos ilusos, estos pies semiplanos y
estos rellenos que han empollado mi cuerpo por haberme atrevido a comer
como si viniera de la cárcel, asida a mi plato, a mi cuchara y a mi tenedor
y cuchillo, presa del terror. No imaginé en lo que nos hemos convertido,
después de la guerra interna en que fuimos tan solidarios y buena onda. En
el que cual más, cual menos perteneció a alguna universidad intervenida;
cual más fue perseguido, cual menos perteneció a algún comité partidario;
cual más fue un relegado, cual menos a algún gremio; cual más ha vivido lo
que ha merecido.
Entiendo perfectamente lo que es para mí recibir el Premio
Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y su significado profundo del
honor de recibirlo de manos de la primera mujer Presidenta de Chile. Sra.
Michelle Bachelet.
También gratificante ha sido el magnífico jurado que tuvo la capa­cidad
de leer otra forma de mutación literaria y de ponerla en esta preponderante
galería de poetas latinoamericanos. Gracias a los académicos Alan Sicard y
Soledad Bianchi, al cronista y crítico mexicano Carlos Monsiváis, a la ministra
de Cultura, Sra. Paulina
Urrutia; al Consejo del Libro y la Lectura por haber creado este premio.
Sé de la experiencia, que uno de los requerimientos para escribir es ese ocio
esperando que llegue aquel estado donde se encuentra el horror al blanco
de la página, para hacer el primer signo que se borrará una y mil veces. Tal

153
estado da cuenta de un desasosiego que es “salir de sí”, donde se produce
una sensación de vaciamiento de tal magnitud como si se perdiera el centro.
Nadie se imagina el privilegio que es escribir y pensar con la lengua
hablada y escrita a la vez. Allí donde opto por contravenir el orden y la ley.
En esa trama hay toda una política de la lengua, una opción estética y ética
que se diferencia de lo banal de la literatura que es auspiciada por el mercado
mega–editorial, con su exigencia funcional y entretenida. Cosa que repiten
algunos poetas encerrados en los cenáculos de la nueva burguesía nacional,
restaurando el horror vivido a través de la belleza y el encanto formal.
Leí libros que despertaron mi curiosidad adolescente: aquí están intrusos
a pesar de los propios vocablos que se intentan titubeantes en las primeras
sílabas; fueron objetos de transferencia para acercarme al mundo que me
rodeaba. Y me di cuenta en mis primeras lecturas que si no veía una forma
novedosa de narrar o poetizar, daba vueltas la página y me iba al kiosco de la
esquina a leer revistas ilustradas o al cine que quedaba a la vuelta de la casa.
Y en la aventura de inscribir las primeras intenciones, a la hora de
transcribir las emociones del tiempo, esta breve nota para ilustrar de qué
manera di el primer paso a la escritura, en la que me leo hoy e intento
descifrar. Entonces evoco aquellas lecturas que dejan su huella por diversas
razones: a Gabriela Mistral la escuché antes que leerla y quedó como fijación
el sonido de su voz, como una interrupción radial atonal y milenaria. Fue un
momento clave para mi futura vida literaria. El mundo estaba cambiando;
sentí el movimiento de la cuerda eléctrica, y yo ya vivía en casa grande. Y
por primera vez me sentía libre después de haber sido dueña de pieza, frase
acuñada por Nicanor Parra.
Y como lo dijera el primer día que recibí el Premio, en aquella calle
santiaguina transcurría placenteramente mi pubertad. Los chicos estudiantes
leían los “20 poemas de amor” del poeta Pablo Neruda. Los versos dichos
en esa casona grande y vieja hicieron un hueco romántico en mi corazón.
Sucedió junto a ese silencio que solo se alteraba por el crujido de la
madera que dejaba la caminata del gato dentro de la casa. Ingresó un nuevo
vocabulario de la modernidad a la tertulia provinciana de la época. Y yo
presenciaba tal momento.
A mí me quedaba la captura del sonido de este nuevo mundo. Creo que
se prefijaba la hija de la poesía bastarda. Mi querido poeta, lo aplaudo por
reconocer su voz como doblaje de la única voz de Gabriela Mistral. Esa voz
quejumbrosa de la montaña, que en ella fue glacial y gélida, en usted se hizo

154
románticamente dolorosa. Una épica del dolor. Y que junto al sonido de la
guitarra eléctrica, fijó el preludio de mi inconformidad.
Y esa lengua recibió un golpe mortal y se llenó de llamas la casa de La
Moneda, corazón de la república, y se llenó de lágrimas y se embargó de
tristeza el valle .y la muralla de piedra y fueron arrojados al mar y fueron
perseguidos y fueron vencidos, ¡Ah! “amigo Neruda, el pueblo está contigo”,
el eco de una oración perdida escuchada cuando leíamos en las catacumbas
de la república, como tantas palabras borradas en la era de la simulación.
Puedo decir que escribía al mismo tiempo que se quemaban libros en
la Plaza Pública. La lectura literaria Confieso que he vivido de Pablo Neruda
fue clandestina. Hay una imagen que simboliza ese momento entre La
Moneda en llamas y el entierro del poeta, como el fin y caída de la utopía.
No obstante, hay páginas inolvidables que las hice mías, épicas como
Canto General, que trazaron su ethos en la poesía chilena, y que se hizo
fundamental en los oscuros momentos que nos tocó vivir.
Por eso tuve que recoger los despojos de un sujeto en crisis permanente,
crisis contemporánea, y en alguna forma encubrir su representación de
género. Pues hay que reconocer que bajo la sombra del bardo, ha sido
una tremenda exigencia destinada a descifrar el infierno cotidiano. Por
eso cuando leo las artimañas y argucias de las que se sirvió Sor Juana Inés
de la Cruz en su carta al Arzobispo de Puebla, tres palabras: saber, decir,
no, articuló las estrategias del decir desde el lugar subordinado. Toda una
cartografía de la política de la lengua. Como bien dice Foucault: Cuando
Hitler o Stalin y Pinochet dirigen todo un país manejando únicamente el
poder del discurso, es absurdo tratar el resultado como algo que ocurre
simplemente en el interior del discurso. Es evidente que el poder real se
ejerce por medio del discurso, y que este poder tiene efectos reales.
Me hice escritora cuando firmé mi propio documento, puse mi nombre
a un primer libro, mi voz entró en el cuerpo de un hombre moribundo de
un insurreccional y salí de allí haciendo una raya en la pared, un grafitti, eso
fue apenas una raya para trazar mi resistencia dentro de la lengua y fuera de
ella en la escritura en la pared. “Y nadie dijo nada” podría continuar citando
al poeta Pezoa Véliz, y recordé una frase de Lenin: “La insurrección es arte”.
¡Cómo ha pasado el siglo del horror!
Pero allí nací y me tocó presenciar su fin, la calle y su vocería pública de
tantas formas descritas, desde la visión del brillo en un tarro amohosado o
la imagen de los gatos calientes en los tejados de los cuartos de Jaime Sáenz,

155
el poeta de Bolivia, en mis piezas donde habitaban mujeres, parajes tristes y
desolados de ese frío que recalentaba el estómago en una escuela pública y
el inefable pedazo de dulce de membrillo. A mí se me cayeron los calzones
jugando en el barrio, otra cita de mis letras. Entre narrativas realistas y versos,
viví con la esperanza de que cambiara la vida. No estoy hablando de cambiar
el mundo, como Rimbaud; yo no tuve estadías en el infierno. Yo viví el
infierno. No fue esa mirada utópica de cambiar el mundo, yo quería cambiar
mi vida y leía La Sangre y la Esperanza, junto a Flash Gordon y el Rico Mac Pato.
Cuando leí que Emily Dickinson no salió nunca de su casa y escribía
poemas maravillosos en su jardín (tiene un poema espléndido, “Abejas”),
pues en su casa se encontraba una de las bibliotecas más completas, yo en
cambio tenía que salir a la calle a jugar y no contaba con una biblioteca,
pero leí porque a mi madre le gustaba la poesía y sus autores preferidos
eran Rubén Darío y Amado Nervo. En cambio la tía Elvira se paseaba en la
oralidad dramatizada entre el teatro, el cura y la política. A ella le gustaba
escuchar el foro de los diputados en el Congreso y me arrastraba a verlos,
como también a doña María de La Cruz después que la destituyeron del
cenáculo político: cien mujeres la siguieron y entre ellas mi tía Elvira.
La imagen de una escena en un recodo de la pieza con un brasero de
rescoldo y olor a naranjas quemadas, entre mate y mate, aprendía a escuchar
la plática de mi madre y mi tía Elvira. Esta reflexión me hizo retroceder el
tiempo de aquellas noches de pláticas: “Tan callada y lateral fue siempre su
relación con la marcialidad de los discursos establecidos, que los hombres,
paradójicamente, calificaron a la mujer de ‘muy platicadora’ . ‘Y la plática
no sería otra cosa que esa enmarañada mezcla de niveles discursivos cuyo
decir, como objeto, es la nada’ (Tamara Kamenszain). Aquellas noches de
susurrantes pláticas de mujeres, crearon una cadena irrompible de sabiduría
por transmisión oral, que nunca quedó recogida en los libros”.
Se dice que un texto femenino se reconoce por el hecho de que es
interminable siempre, sin finales: no hay clausura, el texto no termina,
por eso es dificil de leer. Porque hemos aprendido a leer los libros que
básicamente postulan la palabra “fin”. En cambio un texto femenino sigue y
sigue y llega al punto en que el volumen se acaba, pero la escritura continúa
y para el lector esto significa algo así como ser lanzado al vacío (Cixous).
Pablo Brodsky, a quien le doy las gracias por atender mis peticiones,
me entregó las antologías para que revisara los discursos de los poetas
precedentes que habían. obtenido el Premio Iberoamericano. Noté que

156
los poetas se sienten cómodos hablando de ellos; amigos poetas de una
generación establecían sus genealogías reconociéndose en la tradición
precedente. Este hecho me hizo titubear, pensando, ¿cuál es mi generación?;
no son más que un puñado de escritoras, surgidas en los ochenta para dar
un tremendo salto con el fin de sostener un diálogo con Gabriela Mistral,
Marta Brunet, en un siglo. Para que nos lean, la mujer escritora ha tenido
que asumir las normas que rigen el canon mayor de los libros. Aun cuando
cuento con escritorio y biblioteca, el salón de estar quedó en el pasado; he
tenido que rastrear textos perdidos —olvidados— mutilados y suprimidos
para lograr entender el estado de la literatura escrita por la mujer.
Y esa ha sido mi incomodidad de sentirme en una lengua ajena, instalada
en el lenguaje que hago mío por pertenecer a una comunidad lingüística,
pero lo vivo ajeno por sentirme intrusa en otra lengua, en esa comunidad
de poetas vivos y muertos que trazan lo que Virginia Woolf llama el estilo
masculino, combinación de sensibilidad, visión de mundo y uso de palabra.
Para terminar, quiero cerrar con una cita de la poeta y ensayista Rosario
Castellanos, la niña que se vio inicialmente rechazada por sus padres
porque había nacido hembra, para verse más tarde revalorada, porque era
más blanca que su hermano. Porque su obra representa la experiencia de
buscarse como sujeto dentro de una historia nacional y continental en que
todo parecía estar organizado para negarla.

No, no es la solución
Tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con el venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar

Debe de haber otro modo que no se llame Safo


ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura
otro modo de ser humano y libre.
otro modo de ser

(Meditación en el Umbral. En “poesía no eres tú”. 1972)

157
Hoy, mi querido Pablo, en su nombre ya no canta el pueblo. En su
nombre se aplaude a un salvajismo sin precedentes, después de los asesinatos
que maldijo en vida. En su nombre se criminaliza al pueblo originario. Así es
la muerte, querido poeta Pablo Neruda: un mito.
Yo hago un brindis verbal por su paladar poético, por el ají picante, por
un pebre cuchareado, incluso por su caldillo de congrio, y sobre todo por
una teatralidad trágica. Buen aniversario, Pablo Neruda.

Carmen Berenguer

158
La escritura de Carmen Berenguer:
Compromiso con la poesía, compromiso con la realidad.
(Texto tomado de la edición de La gran hablada
publicado por la Editorial Cuarto Propio, 2002)

Hace casi veinte años, en 1983, Carmen Berenguer publicó su primer libro,
Bobby Sands desfallece en el muro. Hoy, en La gran hablada, la Editorial Cuar-
to Propio decide recogerlo junto a Huellas de siglo, de 1986, y A media asta,
aparecido en 1988, sus tres primeros escritos. Quedan fuera los posterio-
res: Sayal de pieles (1993) y Naciste pintada (1999).
¿Qué nos muestran, qué nos “dicen”, ahora, después de décadas y en
un contexto otro, esos textos que marcaron los inicios de esta poeta?: ¿se-
rán sólo pasos mudos, y ya superados, de un trayecto interesante y siempre
en transformación, o emiten, todavía, nuevos “murmullos” y diferentes
sentidos? Con esta inquietud, abordaremos estos volúmenes, ya inencon-
trables en nuestro medio.
Cuando Carmen Berenguer comienza a escribir lo que será Bobby Sands
desfallece en el muro, opta por aproximarse a un acontecimiento “real” y a
una persona, este prisionero irlandés que murió el 5 de mayo de 1981,
en una cárcel de Irlanda a consecuencias de una huelga de hambre. La poe-
ta trabajó, entonces, con la memoria reciente, como un homenaje, me pare-
ce, pero, asimismo, había en su ademán cierta complicidad: una voluntad
de romper con precisiones estrictas. Pienso, entre otras: en la geografía.
No hay que olvidar que los tres volúmenes aquí recogidos aparecieron,
en Chile, en plena dictadura militar. Entonces, aunque este poemario inicial
refiera a un acontecimiento lejano, este hecho podía pensarse posible, asimis-
mo, en nuestro país, donde había cárceles y presos políticos, había censura,
había represión, había rechazo y castigo a la diversidad y las ideas ajenas.
Casi está demás decir, que el lector chileno debe haber hecho una ana-
logía de vecindad, borrando distancias y estableciendo más semejanzas

159
que diferencias con la situación que Bobby Sands había vivido, y por la que
había muerto. Pero, sin duda, el receptor no hacía sino gozar las posibili-
dades otorgadas por el texto mismo por la elaboración y transformación
que realizó Carmen Berenguer en una escritura que permitía —y permite,
todavía— este acercamiento múltiple, y colaboraba e instaba —e insta,
aún ahora— a proceder a traslaciones y desplazamientos varios, figurán-
dose mudanzas y correspondencias móviles. Porque, no hay dudas: Bobby
Sands desfallece en el muro es un ejercicio de imaginación y una práctica y
despliegue de invención en su ordenamiento; en la voz que allí se expresa;
en el modo cómo lo hace; en la forma de los poemas, cuya brevedad nos
impide olvidar que quien “habla” es un ser debilitado y frágil, a pesar de
su fortaleza para resistir, para oponerse.
Apenas un suspiro se diría que son estas pequeñas unidades de pocas
líneas que, tal vez, por este mismo laconismo podríamos pensarlas escri-
tas por el propio prisionero en las paredes de la prisión, esos límites que
—como la muerte— cercan al rebelde Bobby Sands, quien desfallece en el
muro, día a día, como lo expresa cada título en su progresión temporal.
Aunque sin evidencias ni obviedades y con escasas explicitaciones es-
paciales, en la lectura de entonces, ese muro, esos “barrotes” (“Día 40”), el
hambre, la “tortura” (“Día 33”), pedían extenderse más allá de una precisa
celda de una determinada cárcel irlandesa para apuntar a la ciudad, al país,
a distintos países.
Sin duda, esta primera publicación de Carmen Berenguer no hacía
sino romper, con libertad, las imposiciones y normas, tal vez, tácitas, mas
bastante acatadas, de aquella poesía “política” —llamémosla “política”—
canónica, plena de estereotipos y visiones maniqueístas, que impiden toda
posible ambigüedad, pues privilegia un lenguaje unívoco, de supuesta
transparencia.
De la recepción de Bobby Sands desfallece en el muro, no pude encon-
trar registros: recuérdese que se trata de un volumen artesanal, como mu-
chos de ese entonces; que, en aquel tiempo, la censura todavía era ley y
había que someter cada manuscrito al dictamen militar: es bastante posi-
ble que Carmen Berenguer tampoco se haya plegado a esta orden pues la
edición no registra rastros ni rúbrica del poder. Escasas eran, asimismo, las
publicaciones periódicas “autorizadas” que acogían las voces discrepantes,
ni eran tan numerosas las clandestinas ni las revistas literarias, casi siem-
pre marginales, que pueden haber comentado a esta nueva poeta y su que-

160
hacer, quizá sorpresivo por no obedecer ni continuar los modelos tradicio-
nales de la poesía de “denuncia”.
Me interesa, también, advertir el gesto de quiebre que hizo Carmen
Berenguer cuando tres años más tarde, en 1986, dio a conocer Huellas de
siglo, una obra mucho más tentativa y de transición, donde la escritora opta
por no mantener su propia marcha y aligera la mano, creo, ensayando,
tanteando… Varía, aquí, no sólo su concepción del libro: ya no se trata de
un poema unitario y, de cierto modo, total, aunque dividido en segmen-
tos, sino de una recopilación de textos muy diversos y perfectamente apar-
tables unos de otros, lo que nunca ha repetido. Se incorporan, además,
otros intereses poéticos, entre los cuales: la mirada a Santiago es de los
principales; y el desenfado ante el lenguaje y su uso, inscrito en “Lengua
osa verba”, hace presagiar cambios en la producción venidera: en A media
asta, sin duda, donde una hablante rota, violentada corporalmente, se dis-
grega en ambigüedades varias y múltiples emisiones, hablas y personas
gramaticales, confundiendo, también, los personajes, las normas, los códi-
gos lingüísticos. Entre las muchas voces, algunas retroceden y dejan lugar
a otras, ajenas y propias; existen fragmentos que como en eco se repiten, y
re-escritos palimsestos. Hay variaciones constantes, gran versatilidad y
fuertes contrastes. Con todo, creo que la desenvoltura se extrema en Sayal
de pieles por la relevancia y el énfasis en el significante, como si se creara un
nuevo lenguaje, no utilitario; sin valor de cambio ni de intercambio pues
no sirve, ni puede ser usado, para comunicar; un lenguaje que se vuelve
sobre sí mismo en el goce, en el placer del sonido… No hay duda: desde
Huellas de siglo, libro intermedio, se nota un mayor desparpajo frente a un
lenguaje que se agrede, al igual que se fuerza y distorsiona la sintaxis y el
cuerpo del texto y el cuerpo humano. No obstante, la inquietud por la si-
tuación política y sus consecuencias continúa, y no sólo en la autora: así,
un poema como “Molusco” no puede sino ser leído como un subterfugio
expresivo, para aludir y nombrar la represión, eludiéndola, aunque casi se
limite a describir el rudo proceso de ablandamiento del “concholepas” o
loco.
Pienso, entonces, que Huellas de siglo podría sintetizar un tránsito en-
tre dos “lenguas”, referidas con constancia: aquélla parte de la boca. de
Bobby Sands, ese órgano que ayudaría a comer al hombre con hambre; y
esa otra que, en A media asta, se vuelve habla y escritura declaradas, sin que
se olvide o desaparezca lo físico cuando la lengua lame y acaricia, colabo-

161
rando con el erotismo sexual y lingüístico y textual en fricciones, frotes,
ficción, fantaseos, intentos, inventos…
El cuerpo, sus partes, el deseo, la violencia física, el amor, el acto de
escribir, son obsesiones y materialidades cada vez más presentes y profun-
das en la poesía de Carmen Berenguer. Al elegir al huelguista irlandés Bo-
bby Sands como sujeto poético, la poeta se inclinaba por la disidencia. En
A media asta, esa marginalidad se expande y aparece, también, nuestro
pasado cuando habla la mujer indígena, la despojada, adolorida, histórica-
mente violada. Las mapuches, las onas, como marginales, al igual que
Sands, al igual que “la expatriada Raimunda”, “la loca del pasaje”, y los
“arrabales” de un espacio apenas insinuado, pero que había dejado sus
marcas urbanas en Huellas de siglo: la ciudad, ahora cada vez más presente
y hasta construida, ruinosa y plural, en Naciste pintada, el último escrito
conocido de Carmen Berenguer, ubicado en Santiago, en Valparaíso, y sus
memorias citadinas.
Y para terminar, retomo el nombre de esta presentación y explico que
pocos años después del Golpe de Estado, a Enrique Lihn le preocupaba que
los poetas se comprometieran más con la realidad que con la poesía. Me
parece evidente, sin embargo, que la lectura de los volúmenes que compo-
nen La gran hablada evidencian la superación de esta fractura pues, sin te-
mor a arriesgarse y variar, de libro en libro, Carmen Berenguer sigue reno-
vando su modo de expresar una historia, personal y colectiva, más o me-
nos cercana, más o menos imaginada.

Soledad Bianchi, Santiago, octubre del 2001

162
ÍNDICE

Bobby Sands desfallece en el muro 7

Huellas de siglo 37

A media asta 79

Epílogo 151
La gran hablada de Carmen Berenguer
se terminó de imprimir en Casa
Aldo Manuzio, S. de R. L. de C. V.,
con domicilio en Tennessee 6, col.
Nápoles, 03810, México, D. F., en el
mes de noviembre de 2012. El cuidado
de la edición estuvo a cargo de Gerardo
González y Luis Gonzalo Lozada.
Para su composición se utilizó tipo
Giovanni de 10:13, 14:16 y 18:30 pts.

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