Evolución Histórica de La Pedagogía
Evolución Histórica de La Pedagogía
Evolución Histórica de La Pedagogía
La evolución histórica de la educación está marcada por cinco etapas: Edad Antigua: Grecia y
Roma, Edad Media, Edad Moderna, Edad Contemporánea, Siglo XX.
En la edad antigua, la educación se basaba en adquirir destrezas y enseñanzas para ser aplicados en la
vida adulta.
La educación en Grecia, se destaca por el desarrollo máximo de las fuerzas físicas y espirituales. Los
métodos educativos eran autoritarias, represivas y de exagerada disciplina. La educación de los niños
estaba a cargo de la familia hasta los 14 años; la enseñanza secundaria estaba basada en la educación
cívica y militar. Los principales representantes de la época son Sócrates, cuya propuesta pedagógica
señala que el alumno es quien descubre el saber y no el que enseña. Platón, planteaba la necesidad de
una escuela primaria, y el nivel superior de educación; consideraba que el maestro debía asumir la
orientación escolar. Aristóteles, el Estado debía encargarse de la educación de los ciudadanos.
Siglo XX: Desarrollo evolutivo del Siglo XX: Formación humanista e integral, modelo educativo
centrado en el niño. El maestro es facilitador. Esa corriente se denominó la escuela nueva o activa,
cuyo principal propulsor fue Dewey. En Paraguay, fue Ramón Indalecio Cardozo quien introdujo la
nueva corriente, e impulsó la educación del siglo XX.
Sólo con la vigencia de la ley de educación inclusiva, no se soluciona el problema, se necesita del
compromiso real de todos los actores involucrados: el estado, quien debe ocuparse de dotar de la
infraestructura necesaria, en especial a las instituciones públicas, para recibir a esos alumnos, y los
cambios en los programas y las estrategias necesarias; los docentes, quienes deben capacitarse y
actualizarse en forma continua, para asumir su rol importantísimo en la formación; los padres y la
sociedad en general, diciendo no a todo tipo de discriminación, para lograr la “sociedad integradora”.
La violencia, como sabemos es el uso de la fuerza para imponer lo que se desea, o para dominarle al
otro. Mientras que en el seno familiar no erradicamos la violencia, será difícil lograrlo dentro de la
sociedad. Es común ver en medios de comunicación, hechos de violencia extrema entre los jóvenes,
ya sea en el ámbito escolar, deportivo, barrial, etc. Y ni hablar de violencia de género o maltrato
infantil, que con la cultura machista tan arraigada, cobra víctimas ante la insensibilidad de muchos
organismos, que solamente se dedican a lanzar materiales estadísticos, desamparando a las víctimas,
jurídicamente, con la inequidad de la justicia paraguaya, e integralmente, ya que en varias
oportunidades las víctimas se ven obligadas a convivir con el agresor.
Todos debemos ser actores partícipes, desde el lugar que nos corresponde, para favorecer la
erradicación de la violencia de nuestra sociedad, en especial los padres y los docentes, responsables
directos de la formación de los niños.