Antoni Puig Luca
Antoni Puig Luca
Antoni Puig Luca
BUENAS L B r I I I LTC.
POR E L SOCIO
BARCELONA :
IMPRENTA DE JOSÉ T A E L ~ , CALLE Dn LA T A P I R ~ ? U ~ A .
eBaz-
28k9.
. .
H n c s dos &os que ¡a Academia está pagando un copioso
trihuto'd6 lágrimas por la muerte de tantos socios ilustres á
quienes ha visto desaparecer uno á uno, como se despren-
den las flores de una corona que han brillado lozanas hasta
su último dia. Si hay .consuelo poiiblt. en tan sentidas des-
gracias cuyo peso han de comprender bien los que fueron
nuestros compañeros reunidos ahora cn torno del Altísimo,
¡o hallar6mos Seüorcs en esa juventud distinguida llena de
fuego y rica de mbcrque en su primavera arrogante ha
venido á reemplazarlas hojas caidas y arrancadas por cl bu-
racan , ocupando dignamente las sillas de tan esclarecidos
varones.
(41 o
Honrado yo en el duelo de hoy para haaer el elógio de
i o y Lucd , por
nuestro apreciable io.mpaiiero ~ . . ~ n t ' m tPuig
las Cntimas relaciones de amistad y trolo qua mediaban entre
ambos, he aceptado esta confianza que me proporciona la
omsion de publicarla vida de un hombre eminente á quien
han estimado cuantos luvieron la suerte de conocerle bien.
La Acadcmia habrá de dispensarme si en mi tarea, aunque
siempre con la verdad en los labios, atiendo nias al lenguage
quc inspira la aicccion que al alifio y esmero de una bio-
grafia solecla de que tan merecedora sería la ilustracion de
csie cuerpo respetable , siendo de otra parte un deber mio
hacerlo así, toda rez que al distinguirme se ha tenido en
cuenta lazos estrechadosdesde tantos a ñ o s Para elogiar á
una persona no son cn verdad necesarias las noticias de s u
nacimiento y de su juventud, pero yo no puedo omitir estas
particularidades porque en esa edad de las impresiones y
entre las caricias de una madre que sc gozaba en el porve-
iiir de su hijo, hubo de resolverse el destino del socio
que lloramos. D. Antonio Puíg nació en esta ciudad en Enero
de 1779. Su padre corrcdor real de cambios no pudo por s o
profesion personal cuidar de la educaeion de s u hijo y se en-
cargó de ella su madrc muger de alma elevada que eono-
cia el mundo y tenía comprension y otros dotes poco comu-
nes. Esta señora sin que necesitasc como las esparíanas man-
dar en su marido para formar de su hijo u n hombre, llen6
~ o r ' s isola e s h misiondificil , porque sabia con el prover-
bio que educando con cuidado d nuestros hijos, contribuimos
mucho d nuestra propia felicidad. Su primer paso Iub elegir
u n eclesiástico discreto, de saber y de virtudes, confiindole
en la misma casa paterna'ln instruccion del; jóven , cuyo ta-
lento y aplicacion hubieron d e cautivará su digno maestro el
doctor Pablo Galceran catedrático en el colegio episcopal.
Estudi6 Puig en aquel seminario latinidad, ret6ricx. y 'filoso-
fía, habiendo tenido á s u cargo el elúgio Qpico de santo To-
más en Monte Casino que dijo en el púlpito del templo do
Relen en Mayo de 1793. Habiendo salido de las aulas com-
pletamente instruido en la lengua do la oracion y de la Igle-
(b)
sia y en la ciencia de la naturaleza, agregó á estos cstudios
e l dibujo, las matemáticas ,'la historia, geografía y los idio-
mas franc6s 6 inglbs. Se comprondcrá fácilmente que en los
desvelos de un sacerdote ilnstrüdo y dc una madre cristiaiia,
el conocimiento y práctica dc la religiou del Redentor scrian
la base de la doctrina de ambos directores: así' es que escul-
pidas habilmente en el alma del hijo y del discipulo las vcr-
dndes eternas del Evangelio, fuó un hombre:dc conciencici g
de fO y que en la cscuela de la moral y de la Ley divina
que couocia bien, habia aprendido, segun iseguraba varias
veces á scr superior á los iiiforlunios y perdonar las in-
gratitudes6 injusticias. Puig fu6 virtuoso en todos los actos
d e su vida y en eso comprendió bien á Pascal en su pcnsa-
rniouto.de que 1a.airtud del hombre no debe graduarse por los
esfuerzos. Hizo tomo el mancebode la paráhola que segun
tomó su camino, aun cuantlo envejeció, no se aparld dc dl.
Los cstudios preliminaros no habian determinado aun el áni-
mo del jóven que solo pensaba en adquirir ideas al impulso
de su natural curiosidad y talento, sin fijar todavía la esfera .
de aplicacion y sin irazar'la 6rbita que s i g e n i o debia re-
c o r r e r , cuando la muerte de su 'padre y el matrimonio de
su madre con D. Andrés Perez de Herrasti biigadier en la
guardia real española le introdujeron en un circulo donde
recibió impresiones. do heroismo que enardecieron su cora-
zon y dispusieron de su suerte. La casa'de Pui'g en esta ciu-
dad fu6 el punto de reunion de los generales, gefes y per-
sonas de la primera gerarquia militar. E n esta sociedad la
mas escogida de aquella época se recordaban' las acciones
gloriosas, los hcchos y desastres de que acababa de ser tes-
tigo nucslro Pirineo orientil en la guerra c'on la Francia,
y enagcnado' el jóven con emociones t a n seductoras en que
l a caballerosidad y el lucimiento tuvieron ~ n a ' ~ a r muy
t c in-
fluente, bebió en aquel manantial de scntimientosclc~ados
en la precisa ocaoion dc tener que elcgir carrcrn. E l trato
dulce y razonado del scñor de Hcrrasti hubo de dirigir cl
pensamiento del antcnado y acrecer cl ardor que sc hacia ya
conocer en su pecho. S i os parece dijo Bayardo á su
(61
empapado como estoy ,de las co>aversoÓionesfw110s ha6eCsrex
petidpcadadia sobre las 'hazifkw de la nobleza antiguo, segui-
ré la carrera mildar. Lo mismo dijo. P u i g y catusiasmado
tomó los cordones en un regimicnto de caballería, lanzán-.
dose a l torbellino de un mundo que n o conocia, sin mas.
guia que un fondo purisi&o do religioo, el recuerdo'de sus
padres y las oraciones de su maestro , para caminar siempre-
por la senda del bien y del honor. Se complacia con el. Co-
riolano de Plutarco en que pagarla una deuda, filial coi1 afa-.
narse por adquirir gloria: Aquí os pido. in&ulgenci'a Sesores
porquc tendrk quo baccr narraciones que aun atenuadas y
omitidos lo8 episodios sangrientos, se avicnen mal con las
pacificas tareas de una cor~oraciouliteraria : la vida de un
militar es siempre estrepitosa y en: sus bismos elógios se.
suelen ver por desgracia lástimas y -miserias, Iágrimasy
horrbrds.cn que esti envuelta la pobre humanidad. La Ba-
cion so empeñben aquella tristísima guerra llamada d e la.
independencia, guerra de glorias y desastres, e n que ,todos
'