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Oratoria

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CONCEPTO DE ORATORIA.

La oratoria es el arte de conmover, deleitar y persuadir, por medio de la palabra,

inflexiones de voz y otros recursos.

Así, se entiende como el dominio de la expresión oral están muy ligados a la historia de

Roma y al desarrollo de su literatura. La oratoria pública era, en la vida política de la

República romana, un instrumento esencial para conquistar el prestigio y poder en el

Senado, en las asambleas ciudadanas, en los tribunales que se fue perfeccionando con la

influencia griega.

Las cinco facultades que debe dominar todo buen orador son:

-inventio: búsqueda de argumentos apropiados

-dispositio: colocación de estos argumentos en las partes del discurso

-elocutio: elección de la forma elegante de expresar las ideas

-actio: modulación de la voz, ademanes y gestos del orador para resultar persuasivo

-memoria: capacidad de retener todos los argumentos

Y las partes de las que debe constar un discurso son:

-exordium (introducción) parte inicial del discurso en la que se intenta captar la atención

del auditorio y se presenta someramente el asunto del discurso

-narratio (narración) exposición de los hechos

-argumentatio (argumentación) defensa de los argumentos a favor o refutación de los

posibles en contra

-peroratio (conclusión) recapitulación d los puntos más importantes e invocación a los

oyentes con el fin de conmoverlos.

PRINCIPIOS DE LA ORATORIA.

LA ELOCUENCIA.
El abogado debe ser elocuente tanto cuando escribe como cuando habla. El buen escribir

permite el buen hablar Se requiere de mucho ejercicio. LA ELOCUENCIA ES EL ALMA

QUE ALIENTA Y DA VIDA AL CUERPO DE LA ORATORIA. Elocuencia deriva del

verbo latino “eloquor” que significa hablar clara y distintamente, manifestar nuestros

pensamientos por medio del lenguaje. Actualmente se ha convertido en el talento de

persuadir. Sin instrucción y conocimientos adecuados del asunto a tratar.

No puede haber oratoria. La Oratoria viene ser el ropaje, la forma exterior de las ideas.

GRAMÀTICA.

Para la oratoria, el conocimiento de la Gramática es básico. Esto le permite evitar las

incorrecciones en el empleo de ciertos verbos irregulares, en la acentuación de las

palabras, en el empleo de ciertos plurales en que cambia la acentuación de las palabras..

En el fluir de las ideas es donde concentrará su atención el orador ya que si la

preocupación sobre el fondo del discurso se ha de agregar la minuciosa valoración previa

de cada palabra, la actividad intelectual pierde intensidad y en la frase dicha descubre su

aire vacilante. De gran utilidad será el conocimiento de los sinónimos que permitirá

repetir o insistir en la misma idea variando con habilidad las palabras sin cansar al

auditorio.

LÒGICA.

Muy importante para el Informe Forense, por que la LOGICA es la ciencia analítica de

las operaciones del entendimiento humano y se ocupa de la FORMACIÒN REGULAR

DE LAS IDEAS, JUICIOS y RACIOCINIOS para llegar seguramente a la consecución

de la verdad.

El Derecho es una ciencia constituido por una serie de principios fundamentales de

carácter abstracto y universal, que en cada Informe se han de desenvolver hasta la última

consecuencia aplicable. El Derecho pone de manifiesto los fundamentos de la Defensa y


la Lógica le da la GUÍA para aprovecharlos y en el método y coordinación de sus

razonamientos.

La Lógica es la disciplina que enseña a formar los juicios con exactitud y precisión a

considerar cada objeto bajo todos sus puntos de vista y discernir todas sus relaciones; a

desenvolver su composición y analizarla; a caracterizar los hechos y deducir sus efectos

y consecuencias ; a deducir lo verdadero de lo falso; la certeza de la probabilidad. De

modo que los conceptos y reglas lógicas son LA LUZ QUE HA DE CONDUCIR AL

ORADOR EN LA INVESTIGACIÒN Y CALIFICACIÒN DE LAS IDEAS que han de

entrar en su obra. Finalmente, que la Lógica es de arquitectura total de la inteligencia, el

método ordenador del informa, sometido a una racional armonía, incluye también la

abstracción, la generalización, la inducción, la división, la demostración.

DIALÈCTICA.

La Dialéctica es el tipo cierto y seguro para calificar y comprobar la verdad sobre toda

clase de ideas o hechos. Ya ARISTÒTELES nos decía que la esencia de la Oratoria es la

Dialéctica. Es la PALANCA MOTRIX DEL CONVENCIMIENTO y a la vez el arma

fuerte con que el orador se ha de dirigir, al ánimo judicial para persuadirlo y el escudo

invulnerable con que puede ser frente a los tiros sofísticos.

EXPOSICIÒN.

El orador puede exponer los hechos de la materia de litis, sin descender a menudencias

inútiles, y al mismo tiempo debe de animar su exposición haciendo uso de figuras o

imágenes sencillas y valiéndose de periodos cortos. No olvidar que las cuestiones en el

foro se fundan ordinariamente en hechos que conviene exponer con exactitud y

recordando las circunstancias fundamentales, al hacer mención de las pruebas de la otra

parte debe efectuarse con verdad pues las consecuencias don desastrosas cuando se

descubre el engaño sino ya en toda la exposición forense. El Orador ante los jueces debe
hablar, repetirnos, con la verdad.

MODO.

Es conveniente mostrar siempre algún grado de calor en defensa de la causa. El abogado

representa a su cliente y habla en nombre de éste. Por consiguiente no debe mostrarse frío

o indiferente al defender intereses que se han confiado a su capacidad y su talento. Pero

esto debe hacerse con cierta dignidad, con cierta prudencia económica, con discreta

oportunidad y según lo reclame la naturaleza. Las pasiones en el orador se dirigen a

convencer o a mover las voluntades. Las Primeras son más moderadas y las segundas son

más vehementes. Cuando examinamos una verdad, sentimos un vivo placer en descubrirla

y en comunicarla a los demás, nos apasionamos de ella, y pretendemos que los que nos

oyen se penetren íntimamente de la misma. Si a esto se agrega la gloria del triunfo sobre

el entendimiento de los demás nuestro interés se aumenta y se aviva nuestro deseo de

comunicar nuestro convencimiento a los que nos oyen o a quienes nos dirigen.

En consecuencia, hay sentimientos que nacen de la convicción o instrucción, y que son

de agrado si se consigue nuestro deseo y de desagrado, si se conoce y sufre la privación

de ella. En dicho sentimiento no es reprochable que el orador en el foro al momento de

su exposición, muestre cierto grado de animación y calor o emoción.

CONOCIMIENTO.

El abogado debe tener un conocimiento profundo de su profesión. Ninguna otra cosa es

de tanta importancia para èl ni merece tanto un estudio serio y fundamental. Por

sobresaliente que sea en la oratoria, si pasa por superficial en el conocimiento de las leyes

y de las jurisprudencias, habrá pocos que quieran confiarle la defensa de sus intereses

Además debe tener una visión integral y profunda del caso que se le encomienda y para

lo cual cuidara que cuando el cliente le cuente su caso , no haya testigos de dicha

conversación a los fines de que dicho cliente hable con toda libertad y no oculte nada que
pueda ser de alguna utilidad para la defensa del caso. Al respecto habría que tener en

cuenta lo que CICERON recomendaba:

1.- Objetar el relato del cliente como si fuera la parte contraria para que así pudiera verse

mejor la fuerza de los argumentos a esgrimirse.

2.- Sopesar todos los hechos conforme a su criterio, como el juez podría plantearlo y como

lo defendería el abogado contrario sólo así se forjaba un amplio y verdadero conocimiento

de la materia de litis.

CAUSAS JUSTAS.

El abogado debe tratar de aceptar lo que considera como “causas justas”, y lo cual le

valdrá una buena reputación que a su vez le permitirá un mayor grado de credibilidad ante

los jueces o tribunales que lo escuchen. Caso contrario, al aceptar casos injustos notorios,

pierde niveles de credibilidad ante los juzgadores y lo que se pueda reflejar negativamente

en la sentencia misma.

HABLAR EN PÙBLICO.

Una de las cuestiones que atrae a los jóvenes que emprenden la carrera de abogado, es la

posibilidad de hablar en público y brillar en dicho ejercicio.

Naturalmente que ello requiere de muchas condiciones, algunas adquiridas, otras que da

la propia naturaleza. Pero para quién no tiene condiciones oratorias les podemos decir

que se puede ser abogado sin ser orador, pero no se puede ORADOR FORENSE sin ser

abogado. Es decir que la abogacía permite niveles dentro de los cuales puede

desempeñarse el estudioso de ésta carrera sin que ello afecte lo esencial: EL SER

ABOGADO.

Para adquirir la perfección en la elocuencia se requiere tener una gran dosis de Juicio y

talento, se requiere tener imaginación viva, memoria fiel, aspecto agradable, voz clara,

pronunciación correcta, acción noble, confianza plena y gran facilidad de hablar.


Las cuatro últimas cualidades pueden adquirirse con los preceptos del arte y con un largo

ejercicio, las demás, son dones de la naturaleza, que el arte puede perfeccionar, pero no

puede suplir. Pero además se requiere trato de mundo y estudio, mucho estudio.

Antes de que emprenda la gran tarea de poder hablar en público es indispensable

enriquecer nuestro espíritu con la LECTURA DE BUENOS AUTORES y

particularmente de los originales de la CIENCIA DEL DERECHO. Saber lo que dijeron

y pensaron los grandes del pensamiento Jurídico. Asimismo el trato con las personas

cultas y la lectura de las mejores obras de la actualidad.

Pero como decíamos anteriormente, en la carrera del foro hay puestos honrosos para todos

los talentos. Moderadamente se habla del abogado de los tribunales y del abogado del

bufete. Este último que estudia el caso y le aplica las LEYES, DOCTRINA O

JURISPRUDENCIAS más concordante.

LA IMPROVISACIÒN.

El objeto de la elocuencia forense es el CONVENCIMIENTO. Su principal mira es

mostrar lo verdadero y por lo tanto debe dirigirse al juicio y a la razón. Esta es la

ELOCUENCIA JUDICIAL. Frente a ello surge la IMPROVISACIÒN como un móvil

reflejo de la naturaleza íntima del hombre.

Aquello que es la vida del discurso como el pensamiento es su alma; viene a ser el arma

familiar de los que emplean la palabra como su instrumento de poder y de

convencimiento. La improvisación es flexible a todas las expresiones del sentimiento,

austera y a veces grave, y a veces rápida y suave, sencilla, natural, fecunda, otras veces

es tórrida, se estremece y conmueve tocando las fibras del sentimiento. La improvisación

es la más bella de las manifestaciones de la inteligencia; es el talento

que mejor sabe subyugar los ánimos.

El abogado que escribe lo que va a decir, sólo camina con andadores; el que improvisa
no lleva trabas. El abogado que improvisa tiene sobre el que escribe la misma ventaja que

un hombre en automóvil respecto de otro a pie.

Una LUCHA FORENSE es un cambio animado de ideas. Un abogado habla y el juez y

el abogado contrario escuchan atentamente el curso de sus palabras. En vez de la palabra,

poned de abogado en la mano un discurso escrito, y se acaba su poder. El juez conserva

cierta desconfianza del que por medio de un manuscrito se inspira de tibias emociones.

Su atención necesita fijarse por medio de los sentidos. Requiere que el orador tenga los

ojos fijos en el juez o miembro del tribunal, que las miradas de ambos se encuentren. Es

negativo tener delante una máquina de lectura. Se requiere de una PERSONA QUE

HABLE Y EXPRESE POPR MEDIO DEL GESTO, DEL ACENTO Y DE LAS

MIRADAS, la vida que lo anima, una persona que diga la verdad por que en ella esta la

fuerza de la expresión.

FIN.

La elocuencia se propone convencer, persuadir, conseguir en fin un objeto; pero halla

obstáculos que necesita destruir. En tal caso debe, según sea necesario, hablar con rapidez,

con fuerza para ejercer su imperio, para imprimir profundamente en las almas los

sentimientos que pretenden comunicar. Unas veces se comienza con animación y otras

con calma y tranquilidad. Pero es la forma que traduce el pensamiento y el pensamiento

que es mejor expresado cuanto mas cuidadoso es la forma. Para ello se requiere utilizar

lo que se llama las FORMULAS ORATORIAS o sea el discurso previamente escrito en

sus partes esenciales para que aprendido bien, posteriormente

la expresión oral sea fluida y convincente.

TRANSICIONES

Son los aspectos brillantes del discurso, los adornos tonos, matices y descansos de la

elocuencia. Pero es fundamental que las partes del discurso se hallen juntas, en forma que
parezca algo no forzado, natural. Así el discurso surge como un todo pleno, creado y no

construido. Pero como se pueden enseñar estos secretos de la elocuencia sino es

escuchando y tratando con los célebres. Estúdiense continuamente dichos discursos y así

se podrán apreciar como ideas de engarzan, se

desarrollan por si mismas y con libertad, adquiriendo aquella sencillez y belleza que

cautiva y que domina.

Es necesario observar atentamente la manera de desarrollarse las ideas, como surgen las

mismas del alma del que habla, como son representadas y adquieren carácter inteligible,

comprensible. Así, podremos no solo percibir un conjunto de ideas, sino que

descubriremos como procede la mente de un pensador y asistimos también, en cierto

modo, a la operación interior del espíritu, al trabajo íntimo de donde surge la elocuencia.

IDEAS.

El desarrollo de las ideas en el intelecto del que habla se observa por el tiempo que se

emplea en seguir los periodos los cuales no se producen todos con la misma rapidez.

El periodo que expresa un sentido nuevo, se desarrolla más lentamente, que el que es una

consecuencia inmediata del anterior, también se aprecia por el movimiento

correspondiente a la acción del intelecto. El hombre piensa, duda, desecha, elige,

comprende, interroga, responde. Todos estos movimientos son operaciones de su espíritu.

Todas estas modificaciones diversas del pensamiento, modifican también la expresión.

La convicción se expresa con una voz firme, como si el espíritu quisiera dar peso a aquello

mismo que le atormenta. La incertidumbre en el pensamiento hace la voz débil y

vacilante; los pensamientos dudosos y tímidos no osan producirse en alta voz. La

expresión de la actividad interior del espíritu por medio de la voz, se basa esencialmente

en la simpatía del cuerpo y del espíritu producen movimientos del espíritu producen

movimientos análogos en el cuerpo.


Entendemos por espíritu a la realidad pensante en general, el sujeto de la representación

con sus leyes y su actividad propia, en cuanto se opone al objeto de la representación.

Este es el sentido más general en el lenguaje filosófico actual. Las modificaciones de esta

expresión del pensamiento determinan las transiciones y dan a conocer su causa

psicológica. Por el análisis reiterado se llega a descubrir este secreto. La primera mirada

que fijamos en este discurso, sólo nos presenta un conjunto en que todo se halla

confundido, en que todos los elementos se mezclan se combinan en un solo resultado

infinitamente complejo.

Es como un vasto circulo en que no se distinguen los puntos. Sólo se descubre que gira y

el pensamiento es aparentemente vago. Pero cuando la reflexión ha dividido y segregado

las partes aparece el arte, a quién puede interrogarse, aprovechar sus respuestas y

reconocer leyes, cuya existencia se nos ocultaba al comienzo.

En consecuencia el artificio de las transiciones se les debe estudiar con provecho en los

modelos de los grandes oradores, en los discursos pronunciados y así se podrá adquirir

aquel arte por el cual cada parte del discurso procede del anterior, y se enlaza con el que

sigue.

ANÀLISIS Y SÌNTESIS.

Podemos decir que el análisis y la síntesis son las partes potenciales del espíritu humano.

Por el análisis se determina las partes esenciales de un discurso y por medio de la síntesis

reconstruimos las partes del mismo para situar en sus exactas proporciones una

exposición. ASÌ PODREMOS COMPRENDER MEJOR LO DICHO YA QUE

CAPTAREMOS LOS PENSAMIENTOS ESENCIALES, LAS IDEAS CLARAS QUE

SE HAN MANEJADO.

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