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Sistema Calderas

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4.

YACIMIENTOS MINERALES

4.1. Aspectos generales

Domos, calderas, y su relación con los yacimientos minerales

Dado que en la zona de estudio existe un claro vínculo entre la formación de calderas,
los aparatos dómicos, y la generación de yacimientos minerales, explicaremos aquí las
relaciones fundamentales entre éstos. Sillitoe y Bonham (1984) realizaron una
completísima síntesis sobre las múltiples relaciones entre distintos tipos de aparatos
volcánicos y la formación de yacimientos minerales. En relación con la zona de estudio,
en este apartado nos remitiremos a dos tipos, los complejos de domos ("flow dome
complexes") (Fig. 1) y las calderas (Fig. 2).

Fig. 1: Complejos de domos y yacimientos asociados (Sillitoe y Bonham, 1984).

Fig. 2: Caldera tipo Valles y yacimientos asociados (Sillitoe y Bonham, 1984).

A efectos de esta asignatura, las calderas pueden ser divididas de una manera simple en
dos grupos (Sillitoe y Bonham, 1984):

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 Pequeñas calderas (< 10 km en diámetro), estructuras de colapso
aproximadamente circulares, centradas en lo que fue un volcán de aparato
central. Estas calderas son el resultado de la erupción de relativamente pequeños
volúmenes de lavas y rocas piroclásticas.
 Grandes calderas (10-30 km en diámetro; tipo "Valles") (Fig. 2), que pueden
comprender porciones de uno o más aparatos volcánicos. Estas calderas son el
resultado de la salida de los materiales superiores de grandes cámaras
magmáticas que generaron grandes volúmenes de flujos piroclásticos dacíticos y
riolíticos.

Aunque muchas calderas no poseen mineralizaciones asociadas (particularmente


aquellas que no presentan fenómenos de resurgencia), algunos yacimientos minerales,
particularmente los epitermales de metales preciosos (filones, stockworks, relleno de
brechas), se relacionan espacialmente con fracturas anulares de éstas. Tengan o no los
yacimientos minerales una relación genética con los procesos de formación o
resurgencia de las calderas, el hecho objetivo es que estos aparecen en las fracturas
anulares (asumiendo que han ocurrido fenómenos mineralizadores). Otro aspecto
destacable en las calderas es el emplazamientos de domos en las estructuras anulares
(Fig. 2).

Los complejos de domos se pueden desarrollar en una diversidad de ambientes


volcánicos. En general presentan una composición dacítica a riolítica. Durante la
construcción de un estratovolcán, especialmente durante los estadios avanzados, los
domos pueden emplazarse ya sea en la cumbre o en sitios adventicios. Durante la
resurgencia de calderas los domos pueden emplazarse en las estructuras anulares o en
la zona levantada interior (Fig. 2). Otra categoría consiste en la familias de domos
("clusters, cumulodomes"), flujos asociados y brechas, que pueden ser emplazados
independientemente de edificios volcánicos preexistentes (Fig. 2). Yacimientos
minerales que se asocian a los complejos de domos incluyen filones, stockworks, y
rellenos de brecha, del tipo epitermal de metales preciosos (Au-Ag) y metales de base
(Pb-Zn-Cu) (revisar: Oyarzun, 1991). Un importante aspecto que debemos recordar
sobre los domos es la fracturación que presentan (diaclasamiento por enfriamiento;
quenching), y la brechificación en sus bordes.

4.2. Yacimientos minerales y procesos de alteración hidrotermal en la zona de San


José-Rodalquilar

La zona de San José - Rodalquilar constituye un laboratorio natural de primera categoría


para el estudio de procesos hidrotermales y sus resultados en términos de yacimientos
minerales del tipo. Aunque a efectos prácticos en los libros sobre yacimientos, la
alteración suele ser separada de la parte mineralización, conviene recordar que éstas no
son más que las dos caras de una misma moneda. En otras palabras, mineralización y
alteración no son más que las versiones "silicatada" y "sulfurada" de un proceso
hidrotermal "único".

En las zonas de trabajo encontrarán diversos tipos de alteración hidrotermal (revisar:


Oyarzun, 1991; Oyarzun y Oyarzun, 1991), todos ellos relacionados con las

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interacciones que se desarrollaron en determinados momentos entre las rocas volcánicas
o subvolcánicas con el agua de mar.

Paleogeográficamente hablando digamos que estos procesos se desarrollaron en islas


volcánicas con sectores parcialmente cubiertos por un mar cálido y somero (presencia
de corales). Es posible que el ambiente recordase en muchos aspectos a las islas
volcánicas del Pacífico. Es en este ambiente en que se desarrollarán profundos cambios
mineralógicos en las diferentes unidades. Por ejemplo, en relación a la caldera de
Rodalquilar. Arribas (1992) reconoce las siguientes facies de alteración (Fig. 3):
propilítica, argílica, argílica avanzada, y silicificaciones.

Fig. 3: Facies de alteración en el sector de Rodalquilar (arcíllica = argílica)


(Arribas, 1992).

En relación a las fases de argílica avanzada se formaron incluso acumulaciones


económicas de masas irregulares de alunita (Los Tollos) (Fig. 3). Otros fenómenos de
alteración llevaron a la formación sistemática de diversos cuerpos mineralizados de
bentonita, del tipo estratiforme (e.g., Morrón de Mateo) (Fig. 4). Así mismo se
formaron los yacimientos epitermales de oro de Rodalquilar (Fig. 5), los cuales se
disponen dentro de la caldera del mismo nombre, y en particular en la periferia de la
caldera de La Lomilla.

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