Album Infantil
Album Infantil
Album Infantil
El cocherito, leré
Y yo le dije, leré
El nombre de María
la M, la A, la R, la I, la A.
M-A-RÍ-A.
CUENTOS
¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para menos:
siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la rapidez y, para
colmo es una dormilona.
¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran
por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como amontonar hojitas
secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la charca donde chapoteaban los
calurosos días de verano.
-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros? Mejor es
dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en un
tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te quedará la
recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si no lo
intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras
logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y la
perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo que lo
intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me ayudara a
comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era consciente de
que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sino acabar todas
las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines.
FIN
2. El niños y los clavos, un cuento sobre los berrinches de los niños
Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le
dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él
niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la
cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía
que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter,
sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la
cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros
que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas una
cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre
allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te
sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón
abierto para recibirte.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron que el niño reflexionase
sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
3. Santilín. Cuentos infantiles con valores
Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y sus amiguitos disfrutan
jugando con él porque es muy divertido.
Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después de la merienda se reúnen y emprenden
una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que revolotean coquetas, desplegando sus
coloridas alitas.
Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de enseñarles que
pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir lo hermoso que la naturaleza
nos regala.
Un domingo llegaron vecinos nuevos. Santilin se apresuró a darles la bienvenida y enseguida invitó a jugar al
puercoespín más pequeño.
El puercoespín pidió disculpas y triste regresó a su casa. Los demás se quedaron afligidos, menos Santilin,
que estaba seguro de encontrar una solución.
- Esperen, ya vuelvo.
Le colocaron la gorra sobre el lomo y, de esta forma tan sencilla, taparon las púas para que no los pinchara y
así pudieran compartir los juegos.
FIN
4. Un conejo en la via. Educar en valores
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus
padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus
tibias aguas y elevarían sus nuevas cometas.
Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el
coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel
oyó a su padre exclamar con voz ronca:
- Sí papi, no sigas - añade Carlitos-. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los dos niños
estaban muy preocupados y tristes.
- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieron al conejo herido.
Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una patrulla de la policía, que les
informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso. Al enterarse
de la emergencia, todos ayudaron a los policías a retirar la roca.
Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, que curó la
pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a llevarlo a su casa hasta que se curara
Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y Daniel le
dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad.
FIN
5. Sara y Lucí. Cuentos sobre el valor de la sinceridad para los niños
Érase una vez dos niñas muy amigas llamadas Sara y Lucía. Se conocían desde que eran muy pequeñas y
compartían siempre todo la una con la otra.
Un día Sara y Lucía salieron de compras. Sara se probó una camiseta y le pidió a su amiga Lucía su opinión.
Lucía, sin dudarlos dos veces, le dijo que no le gustaba cómo le quedaba y le aconsejó buscar otro modelo.
Entonces Sara se sintió ofendida y se marchó llorando de la tienda, dejando allí a su amiga.
Al llegar a casa, Sara le contó a su madre lo sucedido y su madre le hizo ver que su amiga sólo había sido
sincera con ella y no tenía que molestarse por ello.
Al día siguiente fue corriendo a disculparse con Lucía, que la perdonó de inmediato con una gran sonrisa.
Desde entonces, las dos amigas entendieron que la verdadera amistad se basa en la sinceridad.
FIN
ADIVINANZAS
REFRANES
1. Más vale cabeza de ratón que cola de león
Paso un año y ella dió a luz a un hijo del cóndor, quien a diario llevaba comida y bebida al nido para cuidar
de ambos. La pastorcita, a pesar de estar enamorada de él, sentía añoranza por el hogar y extrañaba
mucho a su padre, quien se había quedado tan solo desde su partida. Todos los días le pedía al cóndor que
la devolviera a su casa pero él, ignoraba sus peticiones.
Un día mientras se hallaba volando fuera del nido, llegó un picaflor al que la muchacha decidió pedirle
ayuda. Juntos acordaron que el avisaría su padre donde se encontraba para que fuera a buscarla y así lo
hizo.
Distrayendo al cóndor con un asno muerto, del que empezó a comer la carne, el pastor ayudó a su hija a
salir del barranco y puso en el nido, dos sapos de diferente tamaño.
Cuando el cóndor estuvo de vuelta, el picaflor le mintió asegurándole que su esposa y su bebé se habían
convertido en sapos, Y entonces él, tuvo que resignarse
2. El murciélago de colores
Y el murciélago así lo hizo, cuidandose de asistir solo con las aves más espléndidas y que tenían un
plumaje de vistosos y magníficos colores. De esta manera, se hizo con una colección inmensa de plumas
con las que muy pronto se cubrió, convirtiéndose en el animal más bello sobre la Tierra.
Al ver la nueva belleza que lo envolvía, se deleitó volando y viendo como todos los demás animales se
detenían para admirarlo. El eco de sus plumas creó el arcoiris en el cielo, con el trayecto de su vuelo.
Pero con su nueva apariencia le vinieron sentimientos malos como la soberbia y la presunción, y muy
pronto se complació en humillar a las demás aves y animales, que no eran tan hermosos como él. Viendo
todo esto, el creador decidió castigarlo quitándole todas las plumas y devolviéndole su apariencia
anterior.
A partir de entonces, el murciélago sintió tanta vergüenza que desde entonces, vive solo en cavernas
oscuras.
3. Prometeo
En el mito corto de hoy narraremos la historia de un hombre llamado Prometeo, que le robó el fuego a
los dioses para entregarsélo a los hombres. En aquel tiempo la Tierra todavía era muy primitiva y los
seres humanos tenían que arreglárselas para sobrevivir en el frío y cazar animales para alimentarse.
Mientras tanto en el Olimpo, Zeus junto con otros dioses observaban fríamente como iban las cosas con
las personas que habían creado.
Prometeo era un titán, que sufría al ver como la vida era tan dura para los hombres. Fue por eso que se
las ingenió para entrar a escondidas al Olimpo y robó el fuego, uno de los bienes más preciados de Zeus.
Cuando volvió a la Tierra le enseñó al resto de los humanos, como podían utilizarlo para calentarse y
ahuyentar a las bestias salvajes, así como a cocinar la carne que obtenían de los animales que cazaban.
Ciertamente esto mejoró en demasía la vida de la humanidad, pero Zeus, que no tardó en darse cuenta
del delito, no estaba nada contento con ver como la gente aprovechaba un bien que solo debía
pertenecerle a él.
Es por eso que decidió castigar a Prometeo y mandó que lo encadenarán en la cima del Cáucaso. Ahí,
todos los días acudía un águila y le devoraba el hígado, mismo que se regenaraba siendo él inmortal,
debido a la raza a la que pertenecía, tenía que sorportar diariamente este duro castigo.
Finalmente, Hércules que era un semi-dios que viajaba por la Tierra, pasó por el lugar de cautiverio de
Prometeo y disparando un flecha hacia el águila pudo acabar con su sufrimiento para posteriormente
liberarlo. La tortura había llegado a su fin, pero Prometeo tendría que llevar un anillo con un pedazo de
las rocas donde se encontraba encadenado, como una señal de sus faltas anteriores.
4. La Caja de Pandora
El mito corto que te mostraremos el día de hoy, habla acerca del origen de todos los males del
mundo. La historia comienza cuando Zeus decidió romper todo contacto con la humanidad, a partir
de un hombre llamado Prometeo, le robara el fuego para entregarsélo a los suyos. Fue así como el
dios concibió una manera de vengarse.
Fue así como un día, haciendo caso omiso a las advertencias de Zeus, Pandora por fin abrió el objeto del
cual salieron todos los malos del mundo, que fueron a extenderse a lo largo del mundo, atormentando a
los hombres que antaño no solían conocer sentimientos como la maldad y la ambición.
Asustada por el error que había cometido, Pandora trato de cerrar la caja más ya era demasiado tarde.
Arrepentida, asomó su cabeza al interior y descubrió con sorpresa un pequeño pajarillo azul que yacía
ahí.
Era la esperanza. Y es por que hoy, a pesar de todos los problemas que hagan mella en la humanidad,
siempre se dice que está es lo último que muere. Porque mientras exista la esperanza, habrá una
segunda oportunidad para las personas.
5. Rómulo y Remo
Uno de los mitos cortos más populares es el de Rómulo y Remo, dos hermanos que al nacer, fueron
colocados en una cesta y arrojados al río Tíber por su madre, Rea Silvia. Habiendo quedado embarazada
del dios Marte, ella sintió temor de que su tío, el rey Amulio, la descubriera puesto que él le había
advertido que debía permanecer virgen. Y así fue como una vez que hubo dado a luz, tuvo que renunciar
a sus hijos.
La cesta desembarcó en una orilla donde Rómulo y Remo, fueron encontrados por una loba. Esta al ver
que eran muy pequeños, se puso a cuidarlos y los amamantó con su leche por varios días, hasta que un
pastor que vivía cerca de ahí los descubrió.
Ambos hermanos fueron adoptados por el hombre y crecieron en el campo, cuidando de los rebaños.
Con el tiempo descubrieron cuales eran sus orígenes y regresaron a la ciudad de Alba Longa, en donde
vivía su madre.
Allí destronaron a Amulio y le devolvieron el trono a su abuelo, Numitor, quien fuera rey anterior del
lugar. En agradecimiento, este les concedió tierras en donde se propusieron fundar una gran ciudad. Sin
embargo, antes de eso aún no se ponían de acuerdo sobre quién iba a nombrarla.
Rómulo y Remo tuvieron una discusión tras la cual el primero, trazó un círculo en el suelo. Declarando
que ese sería el punto sobre el que comenzaría a construir su ciudad, advirtió que mataría a cualquier
persona que se atreviera a entrar en él.
Remo lo desafió y puso sus pies dentro del círculo. Pero apenas lo hizo, fue asesinado por su hermano.
Tiempo después, Rómulo levantó lo que hoy conocemos como Roma, que en sus incios fue poblada por
forasteros, ladrones y hombres que habían huido de su patria.
ANECDOTAS
1. La anécdota del músico
Joshuan Blanco tiene solo un hijo a quien en una navidad le regalaron una pista de carrera y una cancha
de fútbol. Usó los juguetes como pista y como cancha durante siete días. A la semana siguiente, Luis
Fernando convirtió la pista de carrera en una guitarra eléctrica y la cancha de fútbol ahora es una
pedalera –para la guitarra–. “Se parecen a los instrumentos que usa su tío”, dice Joshuan.
Desde enero sus instrumentos improvisados son sus juguetes diarios. El niño le coloca cables a la
guitarra y la conecta al amplificador imaginario. Todos los días ofrece una media hora de concierto para
su selecto público: Papá y mamá. “Para mí es emocionante, porque sigue nuestros pasos y es un detalle
que jamás olvidaré de él”, dice Joshuan quien integra desde su adolescencia una banda junto a sus dos
hermanos.
2. Yo no me voy nunca
La anécdota más tierna que Nathalie Sánchez recuerda de su primera hija, Camila, es una
conversación en la que la niña, cuando cumplió 4 años de edad, le pregunta: ¿Mamá yo voy a ser tan
grande como tú?
Nathalie le dice: Si hija, tú vas a crecer mucho y vas a ser grande. Te vas a convertir en adulta.
-Camila: Mamá, pero si yo voy a ser una adulta ¿ustedes qué serán?
-Nathalie: Bueno, nosotros nos vamos a poner más viejitos, pero tú vas a crecer, te vas a casar, vas a
tener hijos y nos vas a venir a visitar todo el tiempo.
-Nathalie: Porque vas a tener una casa grande, vas a tener un carro…
Su madre le pregunta, sin entender su reacción por qué lloraba, y Camila, con lágrimas corriendo en las
mejillas, dice: Es que yo quiero vivir siempre contigo, no quiero que tú me abandones.
-Nathalie: Hija, yo no te voy a abandonar nunca, serás tú quien que cuando sea grande no va a querer a
estar conmigo.
Camila se puso a llorar porque sintió que cuando creciera, su mamá la va a sacar de la casa. Es un tema
que aún no comprende, pues en una segunda oportunidad cuando su madre mencionó la frase “cuando
tú seas grande y te vayas”, empezó a llorar de nuevo.
Flavia Paola tiene tres años de edad, los cumplió recientemente. Y hace unos meses empezó a llamar a
su hermano: Hijo. A su mamá, Eneida, le causa mucha gracia esta anécdota, porque ella llama a su
primogénito: Hijo.
En esa casa es cotidiano escuchar: Hijo ven acá, hijo ven a comer… hijo… hijo… Por eso Flavia Paola ahora
repite, cuando ve a su hermano: Hijo. Y le dice ¡Hola, hijo! … Hijo, ven a comer… Ella lo llama hijo porque
está imitando a su mamá, quien ahora es su modelo.
A esa edad, Paúl quería descubrir el mundo, y para entenderlo preguntaba. A diferencia de los otros
niños que preguntan qué es eso, él iba más allá, decía: Qué es esto y cómo funciona. Su interés, sobre
todo, se centraba en saber cómo funcionaban las máquinas.
Un día, cuando sonó la alarma del carro -que fue accionada desde el apartamento donde vive- preguntó:
Qué es eso. Su prima, quien lo cuidada en ese momento, le contestó: La alarma del carro. Seguidamente
el niño cuestionó de nuevo: Y cómo funciona.
La joven suspiró y trató de ser didáctica… Entonces buscó el control remoto del televisor y le explicó que
el control envía una señal u orden a distancia al aparato. Así como el control del televisor cambia de
canales o enciende y apaga el aparato, el del carro sube y baja los seguros del auto.
La curiosidad de Paúl Santiago aún no ha cesado, pero ya no pregunta cómo funcionan las cosas,
experimenta. Sus papás aún no saben qué es peor…
5. La cajita de madera
“Me aficioné con un grupo de amigos a hacer escape rooms y, desde que empezamos, siempre ganamos
todos los que hicimos. El problema fue cuando, haciendo uno que claramente no íbamos a superar, uno
de mis amigos se puso nervioso y reventó contra el suelo una cajita de madera en la que él pensaba que
estaban las llaves que necesitábamos… y lo único que encontramos fue a un grupo de empleados
diciéndonos que nos fuéramos”.
LEYENDAS
1. LEYENDA DEL UNICORNIO
Muchos años atrás, cuando el mundo era aun muy joven, salvajes y
maravillosas creaturas corrían libres por todas partes.
El mas hermoso de todos ellos era el Unicornio. Constantemente
perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, el Unicornio no era fácil
de capturar. No solo era suave y gentil, sino también extremadamente
rápido, seguro y agraciado, lo que frustraba hasta los más expertos
casadores.
Pero lo que aseguraba la captura segura del Unicornio, era la ayuda de una
joven e inocente moza.
Pues a la creatura le atraía su pureza, se acercaba confiado y descansaba su
cabeza en las piernas de la joven.
Era así como la indefensa y despreocupada creatura era capturada. Y de
esta manera, después desaparecieron todos los Unicornios.
¡Oh, el mundo ahora lamenta la perdida de este ser tán mágico!
Y ahora que es demasiado tarde, aún extrañamos su belleza.
2. EL MICO BRUJO
En Guatemala y en toda la región centroamericana se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas
partes también le dicen la Mona. Decían nuestros
antepasados que había unas mujeres que a las
once de la noche se daban tres volantines para
atrás y luego tres para adelante; que esta mujeres
tenían un guacal blanco y que a la última voltereta
vomitaban el alma en el guacal. Ya sin alma,
tomaban figura de monos o micos y se dedicaban
a hacer “diabluras”. Y así, estas brujas,
acompañadas de la oscuridad de la noche, se
trepaban a los árboles y tiraban frutas a la gente.
Se subían a los techos de las casas, saltando de un
lugar a otro y arrojando pedradas contra las
piedras de la calle. Muchas personas han tratado
de agarrar y matar a la mona o al mico, pero de nada les sirve, pues cuando ya están cerca y creen
tenerlo acorralado se les esfuma como por encanto. También contaban nuestros antepasados que estas
mujeres podían convertirse en cerdas grandes, negras y llenas de lodo. Apenas veían a la persona
“señalada”, aligeraban su trote y comenzaban a gruñir. Embestían furiosamente a la persona y le daban
trompadas y mordiscos en las piernas hasta derribarla y hacerle perder el conocimiento. Al día siguiente,
la víctima amanecía molida y mordida, y con los bolsillos vacíos.
4. EL COCODRILO
Esto es un pequeño que está durmiendo plácidamente en su camita. Tenía 6 ó 7 años.Sintió que alguien
le tiraba de los pies para fuera de la cama, abrió los ojos y vió cómo algo salía de su habitación por la
ventana. Se lo contó a su madre de estas palabras:
- Mami, mami, anoche un cocodrilo me agarró de las piernas y me iba a comer… sí, mamita, me iba a
comer…La madre dudó de su hijo, pues él siempre tenía miedo de los
cocodrilos de algunas historias de su primo, que en realidad acababan que el
protagonista los mataba, pero aun así, les tenía miedo.A la noche siguiente
sintió una respiración y brisa fría en su rostro y al abrir los ojos, se vió en la
oscuridad la imagen del cocodrilo (que suponía ser) en su cara.El cocodrilo
corrió a salir de nuevo de la habitación porque el pequeño llamó a su madre
de un grito y ésta acudió corriendo.
- Mami, mami, he vuelto a ver el cocodrilo de ayer y ésta vez me iba a comer
de verdad porque estaba a punto de dar el primer bocado a mi nariz.
Al día siguiente, estaba la madre y su hijo viendo el álbum familiar de fotos y en una de ellas apareció la
madre con una vecina:
- Mami, esta señora tiene los mismo ojos que el cocodrilo que veo por las noches -dijo el pequeño al
verla.
La madre ya estaba muy asustada: esa mujer murió al año anterior porque se tropezó en la cocina y se
dió con la encimera en la mandíbula y se la rompió. Eso haría que el niño creyera que era un cocodrilo,
pues al tener la mandíbula rota, se le quedaban unos dientes feos y echados hacia fuera.
La madre hizo la sesión de espiritismo para invocar el espíritu de esa mujer porque eran muy amigas y
quería saber qué fue de ella.
5. EL NIÑO FANTASMA
Lo cierto es que en esa casa cuando no hay nadie una voz infantil que contesta:
“No hay nadie, estoy yo solo “
Muy cerca del rumbo donde se inicia la colonia insurgentes
Señora: Esta muy oscuro allá adentro, estas seguro que esta es la casa en venta
Señor: Si, aquí es la calle López Velarde, es más ahí va un señor déjame
preguntarle. Disculpe usted sabe si ¿esta es la casa que tienen en venta?
Don Matías: No esa casa ya tiene muchos años que esta abandonada y nadie sabe
quienes son los dueños
–Yo puedo ver en la oscuridad –se jactaba cierta vez Nasrudín en la casa de té.
–Si es así, ¿por qué algunas noches lo hemos vist o llevando una lámpara por las calles?
Había una vez dos monjes Zen que caminaban por el bosque de regreso al monasterio.
Mi madre se muere.
–Ojalá pudiéramos –se lamentó el más joven–. Pero la única manera de ayudarte sería cargarte a través
del río y nuestros votos de castidad nos impiden todo contacto con el sexo opuesto. Está prohibido… lo
siento.
–Sube.
La mujer no podía creerlo, pero con rapidez tomó su atadito con ropa y montó a horcadas sobre el
monje.
Con bastante dificultad el monje cruzó el río, seguido por el otro más joven.
Al llegar al otro lado, la mujer descendió y se acercó en actitud de besar las manos del anciano monje.
–Está bien, está bien –dijo el viejo retirando las manos–, sigue tu camino.
La mujer se inclinó en gratitud y humildad, tomó sus ropas y corrió por el camino al pueblo. Los monjes,
sin decir palabra, retomaron la marcha al monasterio….. Faltaban aún diez horas de caminata.
No obstante, cargaste sobre tus hombros a aquella mujer todo el ancho del río.
–Yo la llevé a través del río, es cierto, ¿pero qué pasa contigo que la cargas todavía sobre tu cabeza?
El folclore alemán cuenta la historia de un hombre que, al despertar, se dio cuenta de que su hacha
habí-a desaparecido. Furioso, pensando que su vecino se la habí-a robado, se pasó el resto del dí-a
observándolo.
Vio que tení-a maneras de ladrón, andaba furtivamente como un ladrón y susurraba como un ladrón que
pretende esconder su robo. Estaba tan convencido de su sospecha, que decidió entrar en casa,
cambiarse de ropa, e ir a la comisarí-a a poner una denuncia.
Nada más entrar, sin embargo, encontró el hacha -que su mujer habí-a colocado en otro lugar. El hombre
volvió a salir, examinó nuevamente a su vecino, y comprobó que andaba, hablaba y se comportaba como
cualquier persona honesta.
4. Todo es cuestión de tiempo
-¡Los bares están llenos, y las personas se pasan la madrugada entera divirtiéndose!
-Los bares están llenos, las personas pasan la noche en claro jugando a las cartas, ¿y usted no dice nada?
Es bueno que los bares estén llenos -fue el comentario de Wolf-. Todo el mundo, desde el principio de la
creación, siempre ha deseado servir a Dios. El problema es que no todos saben la mejor manera de
hacerlo. Intenta ver lo que te parece pecado como si se tratara de una virtud. Estas personas que pasan
la noche en claro están aprendiendo a permanecer despiertas y a persistir en algo. Cuando se
perfeccionen en eso, todo lo que tendrán que hacer es volverse hacia Dios. ¡Y qué magní-ficos siervos
serán ellos entonces!
-No se trata de eso -respondió Wolf-. Se trata de entender que cualquier cosa que hacemos, por más
absurda que nos parezca, puede conducirnos al camino. Todo es cuestión de tiempo
5. Sin parpadear
Durante una guerra civil en Corea, cierto general avanzaba implacablemente con sus tropas, tomando
provincia tras provincia, y destruyendo todo lo que encontraba a su paso. El pueblo de una ciudad, al
saber que el general se aproximaba -y habiendo oí-do historias de su crueldad- huyó a una montaña
cercana.
Las tropas encontraron las casas vací-as. Después de mucho buscar, descubrieron a un monje zen que
habí-a permanecido en el lugar. El general ordenó que viniese ante su presencia, pero el monje no
obedeció.
-¡Tú no debes de saber quién soy yo! -rugió-. ¡Yo soy quien puede atravesar tu pecho con mi espada, sin
parpadear siquiera!
-Usted tampoco debe de saber quién soy yo. Yo soy aquel que puede ser atravesado por una espada, sin
parpadear siquiera.