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Nunca te arrepientas de dar lo mejor de ti y servir, así
notes que hay gente que no lo valora, ni fue ni es
limpia de espíritu, porque sus aprendizajes no dependerán de ti. La divinidad se encarga de ubicar a cada quien donde corresponde y de cubrir de luz y protección a los justos. Y recuerda que lo más importante siempre será que no pierdas la esencia, ni la fe ni los valores en tu peregrinar de existencia. Nadie te obliga a permanecer en ambientes o cerca de personas que no te inspiran paz ni confianza. Por tanto, no dudes en avanzar y tomar siempre las riendas de tu vida, forjando independencia y asumiendo que vivir libre de apegos te hace crecer y encontrar aquello con lo que te sientes mejor en todo sentido. Y si notas que personas inconscientes, banales, serviles y egoístas, buscan invadir tu espacio, sigue caminando sin discutir y abriéndote paso en conexión con tus almas afines e ignora lo demás, hasta que porque justo es el tiempo, quedan atrás y siguen también su camino como les plazca. Para aprender de los errores hace falta humildad, temor del ego carcelero y conciencia espiritual. Por tanto, si errar es humano, errar de modo constante sobre lo mismo, es solo absoluta desconexión con las enseñanzas del creador. Para aprender de los errores hace falta observar, escuchar, leer, abrir la mente y dejar de creer que se nace para tener la razón. Sin embargo, hace falta fe, fuerza y respeto por si mismo y los demás, para elegir ser alguien íntegro (a) y tener además, las agallas de entender los tiempos divinos y pruebas de fe. Por ello, recuerda que la vida es un regalo, equivocarse, parte del camino, pero errar adrede, ser parte de la oscuridad plácida que se disfraza de banalidad, egoísmo y vacío. No dejes de cumplir con tus responsabilidades por ocuparte de situaciones que son banales o de ocio inútil, porque la acumulación de tiempo perdido se convierte en montaña para quienes no poseen voluntad ni compromiso emocional con sus metas. Y recuerda que nadie hará por ti lo que te corresponde hacer y tampoco nadie es culpable de tus fracasos que generas por tirar el tiempo al tacho. Y sin embargo, solo la gente madura emocionalmente ve la vida como regalo y las metas y sueños con pasión y alegría. Las personas infelices, mediocres y sin valores son las únicas que tienen tiempo para elegir meterse en la vida ajena y servir a causas nocivas. Por tanto, avanza sin detenerte y deja que el justo y divino tiempo los deje atrás, enredados en sus versiones, apabullados por el vacío y distantes siempre de la luz que no merecen, porque nadie fue creado para daňar. Y no te sorprenda que jamás pueden mirarte sin agachar la cabeza y con gestos torpes que denotan incomodidad, porque la conciencia que no se aplica, siempre tiene un espejo especial en los ojos de quien camina con limpieza de corazón. Si ganas el dinero de manera honesta, correcta y justa, nunca temas perder la posibilidad de trabajar y renovarte en constante crecimiento y valoración donde vas, porque el creador bendice por encima de todo los valores. Sin embargo, no olvides que quien gana monedas, favores y beneficios por hacer algo incorrecto, mancha su camino y cierra puertas cuando pretende hallarlas abiertas y nada queda oculto bajo el sol y menos para el cielo. A veces toca vivir lo que menos mereces: ser víctima de bajezas, traición, doble moral, egoísmo, cinismo, envidia y maldad pura. Sin embargo, porque justo y sabio es el cielo, resulta recurrente como todas esas personas de elevado cinismo y oscuridad quedan atrás, salen de tu vida y no poseen fuerza ni valor de darte la cara y mucho menos, de poder sostenerte la mirada y hablar sin hundirse de pavor y verguenza. Por tanto, no olvides que el creador jamás te abandona ni permanece quieto si cada día notas y sientes que ponen a prueba tu fe. Y aunque perder la capacidad de sorpresa sea la constante, la oración es poderosa e invencible eje de protección para tu esencia. Y cuando menos lo esperas, tus sueňos más bellos se hacen realidad y en tus días importantes, la gente sin luz no posee pase; porque si errar es humano, errar y reincidir sin pausa es incapacidad de escuchar a Dios y mofarse de sus enseňanzas. Y porque no existe mal eterno ni final sin veredicto divino, deja al creador actuar y no te detengas ante lo que crees, te has trazado y cuando veas la lluvia a cántaros caer, recuerda que desde lo alto, tus ángeles actúan por ti y para ti. No dejes de trabajar con responsabilidad y esmero para crecer, dar lo mejor de ti y servir. Sin embargo, ten presente que existen etapas y en cada una, los baches, pruebas de fe a tus valores y esencia serán la constante. Y se acerca a la sabiduria, aquel que se mantiene fuerte y firme en integridad y correcto proceder sin lamentarlo, aún recibiendo daňo inmerecido. Y observar, aceptar y entender que la envidia, mediocridad y complejos mezclados con miedo, hacen de personas débiles de espíritu, nocivos para laborar, permitirán que desarrolles mayor empuje para ser indepentiente y construir tus sueňos sin depender de negatividad. El pesimismo y el desgano constantes indican que el alma se desconecta de la fe y la menta ingresa a la peor de las prisiones: el miedo paralizante. Por tanto, guarda silencio, ora con con fervor y pide iluminación, esa que cuando llega te devuelve la fuerza, activa tus talentos y te permite divisar salidas impensadas ante los problemas que más te acongojan. Y recuerda que no existe túnel oscuro infinito ni un corazón que se resista ante las decisiones del creador, esas que a veces cuesta entender, pero que a la larga siempre son para tu mayor bien. El pesimismo y el desgano se diluyen bajo el poder del amor en complicidad con la bondad y la ternura que emana de tantas cosas bellas que podemos observar desde el amanecer.