Teddy Rabioso
Teddy Rabioso
Teddy Rabioso
CARRERA MEDICINA
ASIGNATURA ATENCION PRIMARIA DE SALUD
GRUPO A
DOCENTE DR. ENRIQUE LUIS GUTIERREZ MARTINEZ
PERIODO ACADEMICO I/2018
SUMARY
Tabla de contenidos
Introducción
Capítulo 3. Método
Capítulo 4. Conclusión
Referencias ……………………………………………………………………………………………………………………………………………..24
Capitulo 1. Planteamiento del problema
1.1 Justificación
La rabia en los animales domésticos ha disminuido, por lo que también ha declinado la rabia humana, por lo tanto la
probabilidad de exposición se redujo mucho; no obstante la exposición potencial que resulta del contacto frecuente con
los perros sigue siendo el motivo principal del tratamiento. Los animales salvajes constituyen la mayor fuente potencial de
infección para el hombre y los animales domésticos.
La Vigilancia de la rabia, tanto humana como animal, es esencial para detectar rápidamente zonas de altos riesgos y brotes
y generar actividades de control y prevención de la rabia animal, un enfoque unilateral limita la percepción de los factores
determinantes de la enfermedad.
1.2 Objetivos
Este trabajo tiene como objetivo dar a conocer un panorama general de la epidemiología y etiología de los TCA y de los
lineamientos de tratamiento científicamente más eficaces y menos costosos e intrusivos. Está dirigida a psiquiatras,
médicos generales, psicólogos, nutriólogos, psicoterapeutas, trabajadoras sociales y estudiantes del área de la salud.
Objetivo General
Ofrecer a los estudiantes y personal del área de la salud los lineamientos básicos de tratamiento para personas que cursan
con trastornos de la conducta alimentaria.
Objetivos Específicos
Proporcionar las bases que sirvan para la detección temprana de las conductas alimentarias anormales motivadas
por un deseo ineludible y mórbido de la delgadez extrema.
Definición de los criterios diagnósticos para la anorexia nervosa, la bulimia nervosa y los trastornos alimentarios
no especificados.
Describir el abordaje terapéutico básico de los diferentes trastornos alimentarios.
Distinguir las necesidades terapéuticas que pueden ser satisfechas en el primero, el segundo y el tercer nivel de
atención.
1.3 Hipótesis
Un caso de rabia humana significa una falla en el sistema de salud que se debe corregir en forma urgente, para
ello es necesaria la información
El presente trabajo de investigación bibliográfico se realiza mediante recaudación de información de artículos publicaciones
oficiales y paginas de internet oficiales de instituciones y medios de comunicación que publican temas detallados.
LA RABIA
Definición
La rabia es una zoonosis transmitida al hombre por la inoculación de virus rábico contenido en la saliva de un animal
infectado, principalmente por mordedura. Es una enfermedad aguda con manifestaciones del sistema nervioso central,
produciendo un cuadro clínico de encefalomielitis aguda.
Persona con mordedura o lamedura de mucosa o herida producida por un animal silvestre, perro y/o gato imposibles de
observar, animales silvestres domesticados (monos, coatí, otros) o animales sospechosos o rabiosos.
Caso probable.
Todo enfermo que presente un cuadro clínico neurológico con antecedentes de exposición a infección por el virus rábico.
Caso confirmado.
Caso probable en el que se demostró virus a través del estudio por laboratorio (aislamiento viral, inmunofluorescencia,
PCR).
Etiología.
Transmisión.
Se transmite por la inoculación del virus contenido en la saliva de un animal infectado principalmente por mordedura y
más raramente por rasguño o lamido de mucosas. Rara vez se ha comunicado transmisión aéreas en laboratorios y en
algunas cavernas habitadas por millones de murciélagos. También ha habido reportes de transmisión por transplante de
cornea y otros tejidos de pacientes fallecidos por rabia no diagnosticada. No se ha documentado la transmisión de persona
a persona por mordedura aunque se ha aislado el virus en la saliva de los pacientes infectados. En América Latina es común
la transmisión de murciélagos infectados a los animales domésticos y al hombre. Los animales infectados eliminan el virus
desde unos pocos días antes de la aparición de signos evidentes de enfermedad y persisten durante toda la enfermedad.
Período de incubación.
En los seres humanos es de 4-6 semanas en promedio, pero varía de 5 días a más de 1 año. Se ha confirmado períodos de
incubación de hasta 6 años por tipificación antigénica y secuenciamiento de nucleótidos de las cepas. En el perro de 10
días a 2 meses.
El período de incubación está estrechamente ligado a la localización y gravedad de la mordedura, arañazo, etc., del animal
infectado, proximidad de troncos nerviosos, distancia al cerebro y cantidad de partículas virales inoculadas.
Manifestaciones clínicas.
Los síntomas iniciales de la rabia se asemejan a los de otras infecciones virales sistémicas y son:
fiebre
cefalea
malestar general
alteraciones del tracto respiratorio superior y gastrointestinal
El pródromo dura alrededor de 4 días, pero pueden pasar hasta 10 días antes de que sobrevengan los síntomas y signos
más específicos.
mioedema (aumento de tensión de una porción de músculo golpeada con el martillo de reflejos que desaparecen
luego de algunos segundos).
Forma encefalítica:
hidrofobia (malestar cerca de la garganta, sensación ocasional de ahogo o dificultad para tragar, el esfuerzo por
beber ocasiona espasmo en la faringe que aumenta en el transcurso de unas pocas horas y se disemina a los
músculos de la respiración lo que produce una inspiración corta y rápida), delirio, agitación, mordedura, trastornos
autónomos (dilatación pupilar, anisocoria, piloerección, marcado aumento de salivación y sudación, priapismo),
síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (es la presentación más común).
Forma paralítica:
tienen pocas evidencias clínicas de compromiso cerebral hasta una etapa más tardía, la médula espinal y el tronco
encefálico están más comprometidos, presenta parálisis fláccida ascendente, arritmias cardíacas son comunes, en
especial taquicardia bradicardia supraventriculares , los signos meníngeos pueden ser notorios a pesar de un
sensorio normal. A medida que progresa la enfermedad, el paciente entra en una etapa de confusión y luego pasa
al coma.
Diagnóstico.
El diagnóstico de rabia plantea poca dificultad en un paciente no inmunizado que se presenta con hidrofobia
después de una mordedura por un animal rabioso conocido.
Durante el período de incubación, ningún estudio diagnóstico resulta útil en el paciente, el reconocimiento de una
exposición a un animal potencialmente rabioso debe impulsar el tratamiento profiláctico.
Las técnicas de inmunofluorescencia directa con anticuerpos conocidos en tejidos de biopsia o necropsia siguen
siendo gold estándar para diagnosticar la rabia.
En los seres humanos, el procedimiento de elección es el análisis directo con anticuerpos fluorescentes de una
biopsia de piel obtenida de la nuca, sobre la línea de implante del pelo, el virus tiende a localizarse en los folículos
pilosos.
TEMA: La Rabia
MATERIA: Atención Primaria de Salud
Algoritmo.
CASO SOSPECHOSO DE ACCIDENTE DE
NOTIFICACION CASO SOSPECHOSO DE
PRESUNTA EXPOSICION
INMEDIATA RABIA ANIMAL URBANA
AL VIRUS RABICO
al Ministerio de Salud
Provincial y
Permitir a Laboratorio de
Nacional Referencia Provincial muestra de Comenzar con tratamiento antirrábico:
CEREBRO Vacunas Gamaglobulinas.
CASO DESCARTADO DE
RABIA ANIMAL
URBANA
CASO CONFIRMADO DE
RABIA ANIMAL
URBANA
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Toma y envío de muestras para laboratorio.
-Es de hacer constar que la observación clínica antirrábica es una práctica del médico veterinario,
no pudiendo delegarse en terceros.
-La gestión de observación del animal mordedor deberá hacerla en primera instancia el mordido
ante el dueño del animal, según instrucciones de la autoridad sanitaria. De no lograrse resultado
satisfactorio se deberá recurrir a la fuerza pública (ley).
a) Ante la presencia de un animal sospechoso de rabia (perro o gato), por presentar los signos
clínicos de la enfermedad, lo más conveniente es capturarlo y aislarlo con adecuadas
condiciones de seguridad en un Organismo Oficial competente (Centro de Zoonosis
Municipal), para permitir la evolución total del cuadro. Una vez muerto se debe proceder
inmediatamente a la toma de muestras para su envío al laboratorio de diagnóstico.
El sacrificio inmediato sólo es aconsejable cuando no exista la posibilidad de una captura
segura o no se cuente con un lugar de aislamiento confiable.
b) Si algún animal doméstico (perro o gato) que no presenta signos clínicos de rabia, muerde
a una persona o a otro animal (investigación y control de foco), deberá permanecer
confinado durante el término de al menos 10 días desde la fecha de la mordedura, debiendo
un profesional veterinario observarlo diariamente. Si los síntomas se desarrollan durante
ese período de observación, se lo mantendrá con vida hasta la instancia final de la
enfermedad (la muerte del animal), se tomará la muestra y se enviará al laboratorio según
normas.
Si no desarrollara síntomas, después de transcurridos los 10 días de observación, el animal
será dado de alta y el o los mordidos se considerarán sin riesgo de contraer la enfermedad.
c) Si un animal silvestre muerde a una persona, deberá iniciarse el tratamiento antirrábico en
forma inmediata. En caso de captura y muerte del animal agresor, en forma natural o por
eutanasia, debe solicitarse el diagnóstico de laboratorio, a fin de definir conductas a seguir.
Como regla general, las especies silvestres no se observan dado que se desconoce, para
cada una de ellas, las formas clínicas de la enfermedad y principalmente el tiempo de
incubación en condiciones naturales. Esta aseveración es capital e induce a evaluar la
conveniencia de la eutanasia para el envío de muestras al laboratorio diagnóstico.
El Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda abstenerse
de la tenencia de animales silvestres como mascotas.
d) En los casos en que no exista otra alternativa mejor, los animales se podrán sacrificar en el
lugar de su captura. Si se usan armas de fuego para el sacrificio, el disparo debe hacerse al
corazón y no a la cabeza ya que la bala en el cerebro destruirá el tejido
necesario para los estudios de laboratorio. Una vez sacrificado se procederá a separar la
cabeza del resto del cuerpo según normas.
e) La cabeza debe refrigerarse y enviarse al laboratorio. El resto del cuerpo debe incinerarse.
Cuando los animales son pequeños, como los murciélagos, puede enviarse el cuerpo entero
al laboratorio, según normas.
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f) Tanto la cabeza del animal, como su cuerpo en caso de ser pequeño, deben enviarse
refrigerados dentro de recipientes impermeables y cerrados. Deberá enviarse por un
servicio de transporte rápido, siendo el remitente el responsable de la bioseguridad
durante el mismo, según normas.
g) Debe acompañar el envío la ficha clínico-epidemiológica correspondiente: ficha epizoótica,
o ficha epidemiológica para casos humanos (ver anexo al final de este capítulo).
Toma de Muestra.
Es de suma importancia que esta actividad se realice en un espacio adecuado con las condiciones
de bioseguridad necesarias y que el operador posea el tratamiento preexposición con los controles
serológicos correspondientes.
Medidas de control.
Las medidas de control incluyen a su vez una serie de intervenciones dirigidas a la atención de la
persona mordida y del animal agresor.
Algunos autores hacen referencia al término accidente de exposición al virus rábico, entendiéndose
como tal a la interacción entre la persona y cualquiera de los animales capaces de transmitir la rabia
ya sea por la mordedura, arañazo o lamido de la piel o las mucosas.
Todo accidente de este tipo amerita una completa evaluación por parte del médico y la toma de
decisión de la conducta a seguir.
En caso de una posible exposición al virus de la rabia es imprescindible la limpieza de la herida con
abundante agua corriente de manera de ejercer una acción mecánica de lavado y jabón u otra
sustancia detersiva, pues esa conducta disminuye notoriamente el riesgo de infección.
Esta acción debe realizarse lo más rápido posible luego de la presunta exposición al virus rábico y
repetido en el centro de salud donde el paciente es atendido, no importando el tiempo
transcurrido. La limpieza debe ser cuidadosa, revisando los colgajos y anfractuosidades, sin agravar
la herida, no se aconseja el cepillado. Se deben utilizar antisépticos que inactiven el virus rábico
como yodo povidona, clorhexidina o alcohol iodado. Algunos detergentes y el jabón común no son
compatibles entre sí, por lo que no deben ser utilizados simultáneamente.
Debe recordarse que de ser posible esas sustancias serán usadas en la primera consulta y
posteriormente la herida será lavada con solución fisiológica.
En caso de requerirse sutura, esta debe hacerse de la forma habitual, siempre tras un prolijo lavado
de la herida, según las anteriores pautas.
Debe realizarse la anamnesis completa del paciente utilizando una ficha de atención donde consten
también las indicaciones para el tratamiento profiláctico.
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Debe además clasificarse el accidente de exposición de acuerdo a las características de la herida y
del animal involucrado en dicho accidente. Características de la herida:
En relación a la transmisión del virus rábico los accidentes deben ser evaluados según:
Localización de la herida
Aquellas heridas que ocurren en regiones próximas al sistema nervioso central (SNC) como cabeza,
cara, cuello; o en aquellos sitios anatómicos con importante inervación como manos, pulpejos de
los dedos y planta de los pies; son considerados graves porque facilitan la circulación viral a través
de los nervios.
El lamido de la piel íntegra no se considera de riesgo, pero el lamido de mucosas sí debe ser
considerado por el riesgo para la penetración y posterior diseminación del virus, pues las mucosas
sólo son impermeables al virus cuando están intactas y además el lamido abarcaría áreas más
extensas.
Profundidad de la herida:
Las heridas derivadas de los accidentes pueden ser clasificados en superficiales (sin sangrado) y
profundos (hay sangrado, por lo que se considera que atravesaron la dermis). Las heridas
profundas además de aumentar la exposición al virus rábico, ofrecen dificultades de asepsia, en
este punto deberían destacarse aquellas heridas puntiformes que son considerados profundas y
generalmente no presentan sangrado. – Extensión y número de las heridas: debe observarse la
extensión de la lesión y si es única o múltiple, para establecer si existe una puerta de entrada o
varias.
Accidentes:
Accidentes leves:
Accidentes graves:
- Heridas en cabeza, cara, cuello, cuero cabelludo, mano, punta de los dedos y/o planta de
los pies.
- Lamido de mucosas.
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- Cualquier tipo de herida producida por quiróptero u otros animales silvestres.
Las personas con riesgo de exposición al virus rábico, que ya hayan recibido tratamiento post-
exposición anteriormente, deben ser tratadas nuevamente de acuerdo a normas. Para estas
personas, se debe realizar, cuando sea posible la titulación de anticuerpos.
Observaciones:
-En caso de reexposición, con una historia previa de tratamiento anterior completo, se debe evaluar
la necesidad de administrar el suero antirrábico homólogo. El mismo podrá ser indicado si existiesen
dudas conforme al análisis de cada caso, especialmente en los pacientes inmunodeprimidos, que
deben recibir sistemáticamente suero y vacuna. Se recomienda que al final del tratamiento se
realice una evaluación serológica después de recibir la última dosis.
-Deben ser evaluados individualmente los pacientes que recibieron muchas dosis de vacuna, como
por ejemplo los que recibieron más de una vez el esquema completo post vacunación y varios
esquemas de reexposición. El riesgo de reacciones adversas a las vacunas aumenta
proporcionalmente al número de dosis aplicadas. En estos casos, si es posible, solicitar la evaluación
serológica del paciente. Si el título de anticuerpos neutralizantes (AcN) fuera igual o mayor a
0.5UI/ml no es necesario indicar tratamiento o, si ha sido iniciado puede ser suspendido.
Conducta en caso de posible exposición al virus rábico en caso de pacientes que recibieron
esquema pre-exposición.
Es claro que en mordedura o contacto infectante por perros y gatos desconocidos o mordedura
seguida de muerte del animal, no es posible establecer los antecedentes de vacunación ni evolución
clínica y en consecuencia, el accidente siempre se considera de gravedad. Lo mismo vale para
cualquier animal silvestre. Se debe tener en cuenta la
posible negatividad inicial del laboratorio, si el tiempo de evolución hasta la muerte fue breve.
Siempre que sea posible, debe recolectarse una muestra de tejido cerebral para enviar al laboratorio
de referencia. El diagnóstico de laboratorio es importante tanto para definir la conducta a seguir
en relación al paciente como para conocer el riesgo de transmisión de la enfermedad en el área
de procedencia del animal agresor.
No deberá esperarse nunca el resultado de los exámenes de laboratorio para iniciar un tratamiento
preventivo de la rabia, cuando existen antecedentes del animal mordedor que supongan el más
mínimo riesgo de infección rábica. Si el resultado fuera negativo, el tratamiento puede no ser
indicado, o en caso de haber sido iniciado, puede ser suspendido.
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Animales domésticos: perros y gatos.
En primer lugar se debe evaluar si el animal estaba clínicamente sano o presentaba signos y/o
síntomas compatibles con de rabia.
-Las circunstancias de cómo ocurrió el accidente puede brindar información primaria acerca del
estado de salud del animal: Si el animal reacciona defensivamente, a estímulos dolorosos u otras
provocaciones, generalmente es indicador de una reacción normal del animal, en cuanto a su
agresión sin causa aparente, puede ser un indicador de la alteración del comportamiento y por lo
tanto ser considerado como un signo sospechoso de rabia. Recordar que el animal puede agredir,
debido a su temperamento natural o a su entrenamiento.
Los antecedentes de mordedura en zonas con circulación de virus rábico en forma enzoótica o
epizoótica deben considerarse como de alto riesgo. Las mordeduras en zonas libres de rabia se
considerarán, en general, con un sentido restrictivo en lo que hace a indicación de tratamiento. Se
debe realizar la observación antirrábica.
-Cuando se trata de un perro o un gato, si continúa vivo luego de la agresión, la observación clínica
antirrábica veterinaria se debe hacer por un período de 10 días apartir de la fecha de la mordedura,
es el núcleo de la decisión para determinar la conducta médica a seguir.
-Reconocimiento: en la primera consulta, el mordido será notificado que debe concurrir al centro
antirrábico dentro de las 48 hs. para informar sobre las gestiones realizadas a fin de lograr la
observación del animal mordedor.
-La primera citación de presentación del animal mordedor a observación antirrábica, será efectuada
por el mordido al dueño del animal agresor mediante la ficha correspondiente que le fue entregada
por la entidad oficial que recibió la denuncia del accidente de mordedura (centro de zoonosis o
similar). Si la vía mencionada anteriormente no ofrece resultados, se librará la documentación
mencionada a la más alta autoridad de la seccional policial correspondiente para su inmediata
resolución (Ley de profilaxis de la rabia).
-Ya en observación, el mordido deberá reconocerlo como el causante de las lesiones denunciadas.
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-Si la observación es efectuada por un médico veterinario particular (no oficial) deberá concurrir
puntualmente con los comprobantes de su labor a la autoridad de salud competente. Si el animal
estuviera con o sin síntomas clínicos en el momento de la exposición, es fundamental que sea
mantenido en observación antirrábica por 10 días.
Los caninos y felinos pueden variar su período de incubación de la enfermedad (desde algunos días
a 24 meses) pero en general el promedio ronda los 30-60 días. No obstante la excreción del virus
por saliva aparece de 2 a 5 días antes del comienzo de los síntomas clínicos y persiste hasta la muerte
del animal.
Por eso el animal debe ser observado durante 10 días desde la fecha de la mordedura, considerando
que si en el transcurso de ese período permanece vivo y sin síntomas clínicos de rabia no existiría
riesgo de transmisión del virus.
-La procedencia del animal: es necesario conocer si la región de procedencia del animal es un área
controlada o no para rabia.
-Hábitos de vida del animal: el animal debe ser considerado como domiciliario o no domiciliario. Se
considera domiciliario a aquel animal que vive exclusivamente dentro de su domicilio y no tiene
contacto con otros animales desconocidos y sale a la calle acompañado por su dueño. De ese modo
esos animales pueden ser considerados como de bajo riesgo, en relación a la transmisión de la rabia.
Por el contrario aquellos animales que pasan largos períodos fuera de su domicilio, sin control,
deben ser considerados como animales de riesgo, aunque tengan propietario y reciban vacunas, lo
que ocurre generalmente en las campañas de vacunación.
Animales Silvestres
Los animales silvestres (zorros, monos, murciélagos, etc) deben ser considerados como animales de
riesgo, aún cuando sean domesticados o tengan dueño y domicilio, por el hecho que en esos
animales el comportamiento de la enfermedad (período de incubación, sintomatología, etc.) no
está aún correctamente estudiado.
Debe ser adecuado a la situación epidemiológica, al lugar geográfico, al animal en cuestión, a una
adecuada anamnesis, y a los pormenores del accidente en sí.
Los animales domésticos de interés económico o de producción tales como: bovinos, caprinos,
ovinos, equinos, pilíferos, etc. son considerados animales de riesgo para contraer la enfermedad.
Es importante conocer el tipo, la frecuencia y el grado de contacto o exposición que tienen los
encargados de su cuidado o bien de los profesionales que tienen relación con ellos. Aunque no se
han descrito accidentes de exposición al virus de rabia en humanos a partir de éste grupo de
animales, algunos autores consideran que la presencia del virus en las secreciones puede
considerarse un factor de riesgo. La manipulación de la boca de un animal, sin protección, es una
maniobra de alto riesgo para el operador, por el contacto directo con saliva del animal infectado
con rabia y la posibilidad de que microgotas de la misma sean inhaladas o salpiquen la mucosa
ocular. Por otra parte, la extracción de tejidos nerviosos es también de alto riesgo para el operador,
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deben usarse guantes y máscaras protectoras. En ambos casos corresponde el tratamiento
antirrábico de la persona que participó en la manipulación, en caso de no haberse cumplido con las
medidas de protección personal.
El cuereado, desarticulación y despostada son maniobras de mediano riesgo, siendo mayor para
los operadores que manipulan la cabeza, en caso de no utilización de elementos de bioseguridad,
corresponde tratamiento del operario que realizó la faena.
No debería promoverse el consumo de animales que han muerto o la faena de moribundos ante
la sospecha de la enfermedad.
Los brotes de rabia en rodeos animales de producción tales como bovinos o equinos expresan
situaciones producida por murciélagos hematófagos (Rabia Desmodina).
En caso que se comprobase que en algún área puntual hubiera información sobre infección natural
en estas especies, se deberá indicar en ese lugar el tratamiento específico.
La atención de focos de rabia es una actividad importante de control, para lo cual se requieren las
siguientes definiciones:
• Foco de Rabia: es el escenario urbano o silvestre, con presencia de uno o más casos
probables y/o confirmados por laboratorio relacionados entre sí, determinado por la investigación
epidemiológica.
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agotar la investigación del último contacto del caso de rabia notificado). En base a esta información
se realizarán las siguientes acciones:
d. Educación sanitaria.
Para iniciar el control de un foco de rabia no hay que esperar el reporte confirmatorio del
laboratorio, sino que la conducta más apropiada es proceder cuanto antes, incluso con la simple
sospecha de un caso, basada en la información recibida inicialmente.
Si existiese discordancia entre el laboratorio y la clínica del animal, se debe realizar siempre la tarea
de control de foco.
El control de foco es una manera eficaz para regular la población canina susceptible de rabia y
comprende un conjunto de medidas aplicadas en un área expuesta a la circulación de virus de la
rabia y tiene por objetivo primordial evitar que se presenten nuevos casos, tanto en humanos como
en animales.
Entre dichas medidas están las de investigación epidemiológica del caso: identificación del animal
problema, antecedentes del mismo (sintomatología, datos del lugar y dueño, origen, hábitos, etc) y
la investigación inmediata de los posibles contactos del animal enfermo o sospechoso, con personas
y animales, como así también el territorio por donde se haya desplazado en los 10 días previos al
inicio de síntomas como también durante la presentación de los mismos.
Como criterio general, todo animal que sea mordido o haya mantenido contacto fehacientemente
comprobado con un animal rabioso, deberá ser eutanasiado y remitido posteriormente a
laboratorio para diagnóstico de Rabia.
Cuando el animal agredido acredite certificado vigente de vacuna antirrábica (no menos de 30 días
y no más de 1 año), el profesional actuante evaluará la posibilidad de someterlo a tratamiento
antirrábico y seguimiento, si las condiciones de seguridad o aislamiento, composición y
características del entorno humano y el estado sanitario del paciente convergen para decidir el
tratamiento antes mencionado.
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TEMA: La Rabia
MATERIA: Atención Primaria de Salud
Con respecto a los mordidos o contactos no vacunados oportunamente, serán eutanasiados.
Con respecto a los focos de rabia paresiante producidos por murciélagos vampiros (Desmodus
rotundus) se recomienda vacunar a la totalidad de los caninos y felinos del establecimiento
involucrado, extendiéndose estas recomendaciones a los establecimientos linderos.
Al efectuar el control de foco debe tenerse en cuenta que las tareas de seguimiento y vacunación
deben considerar una dimensión espacial que dependerá de la especie que originó el foco: 200
metros a la redonda si se trata de murciélago, 500 metros en el caso de felinos y en el caso de
caninos 500 metros en un animal estable o determinando el recorrido del mismo (animal
vagabundo) con un corredor de 100 metros a cada lado del trayecto establecido desde el lugar de
contacto con caso índice. Dependiendo del número de afectados y de la situación epidemiológica
de la que se trate, se realizarán campañas y acciones masivas sobre toda el área afectada. El informe
de control de foco es una herramienta muy útil que brinda información importante.
Una vez reportado el caso de rabia (humana o animal) se recopila toda la información posible y se
registra en los formularios de informe de control de foco. Se realiza el mapeo del o los casos,
identificando áreas protegidas y en riesgo para adoptar las intervenciones oportunas. Se trata de
localizar a los informantes claves, líderes comunitarios y autoridades locales, con el fin de agilizar la
labor de ubicación de los animales, las personas afectadas y el área comprometida.
Deberá manejarse correctamente a las personas expuestas, que deben ser asistidas
inmediatamente, realizarse las evaluaciones del o de los animales agresores y remisión de las
muestras para el laboratorio si las hubiere.
El manejo correcto de los animales con síntomas compatibles con rabia o sospechosos se hará
realizando su observación antirrábica en las dependencias de salud correspondientes durante al
menos 10 días.
Deben darse a los propietarios las indicaciones precisas para vigilar y cuidar al animal, o como
proceder si éste fallece. Cuando no es factible realizar la observación en un centro de zoonosis,
podrá realizarse en el domicilio, siempre bajo la supervisión y responsabilidad del veterinario local.
Tener en cuenta que esto no es lo recomendable, dada su peligrosidad.
También deben realizarse las actividades de educación e información para el público en general,
autoridades de salud, autoridades educativas y organizaciones comunitarias. El objetivo de estas
acciones se centra en la instrucción de cómo colaborar en la vigilancia epidemiológica, informando
acerca de casos nuevos, revacunación de animales; manteniendo un contacto permanente entre la
comunidad y las autoridades sanitarias.
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- Bases generales del tratamiento antirrábico humano.
B) Siempre que fuese indicado tratar al paciente en cualquier momento, INDEPENDIENTEMENTE del
tiempo transcurrido entre la exposición y el acceso a la consulta médica. Es de destacar que el
retardo en el inicio del tratamiento respecto de la fecha de la exposición disminuye notoriamente
el fracaso del mismo.
C) La historia de vacunación del animal agresor NO constituye, por si sola, un elemento suficiente
para descartar el tratamiento antirrábico a la persona agredida.
E) Se recomienda que el paciente evite esfuerzos físicos excesivos y bebidas alcohólicas durante el
tratamiento.
Agente inmunizante.
Las vacunas antirrábicas de uso humano emplean como agente inmunizante el virus rábico
inactivado. Todas las vacunas emplean a un descendiente del virus fijo producido en el laboratorio
por Luis Pasteur.
Composición y características.
Actualmente hay disponibles 3 tipos de vacunas que se diferencian por el sustrato donde se realiza
la replicación del virus:
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Conservación: se conserva refrigerada entre 2º y 8ºC. Congelada o a temperatura ambiente pierde
rápidamente su potencia. Estas vacunas líquidas tienen validez por un año a partir de la fecha de
producción.
Sitio de inoculación: se administra por vía subcutánea, preferentemente en regiones glúteas altas,
otra opción es la región deltoidea o la interescapular. Se deben rotar los sitios de inoculación.
Efectos adversos: en general en bien tolerada. Pueden manifestarse dolor, prurito, eritema,
induración en la zona de inoculación.
Contraindicaciones: por tratarse de una vacuna inactivada no tiene contraindicaciones debido a que
las partículas virales que la componen no conservan la capacidad para multiplicarse. Las personas
que hayan manifestado hipersensibilidad al sustrato (tejido nervioso animal), deberán iniciar nuevos
tratamientos o continuarlos luego de las reacciones adversas, con vacunas elaboradas sobre la base
de otro sustrato (células Vero o embrión de pato).
Esquema para complementar la vacunación contra la rabia con vacuna de cultivo celular en caso de
efectos adversos severos por vacuna tipo Fuenzalida-Palacios.
1 Dosis Data prevista para el 2º o 3º refuerzo de vacuna Fuenzalida & Palácios modificada
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La vacuna es una suspensión estabilizada y liofilizada de virus rábico fijo de cepa Wistar, Pitman-
Moore 38-1503-3M. El sustrato que se utiliza para producir la multiplicación del virus es un cultivo
de células Vero (Kidney, African green monkey, 1976).
Presentación: se presenta como frasco/vial conteniendo una dosis, con una jeringa que contiene 0.5
ml de diluyente (solución de cloruro de sodio al 0.4%).
Efectos adversos: habitualmente es bien tolerada. Puede presentar efectos locales como dolor,
eritema, pápula indurada, prurito local y adenopatías en la cadena ganglionar ocal, o generales
como fiebre, astenia, adinamia y erupción.
El medio que se utiliza para producir la multiplicación viral son huevos embrionados de pato. Se
emplea la cepa viral Pitman-Moore (PM). El inóculo se propaga a través de 12 o 13 pasajes sucesivos.
El virus se inactiva con betapropiolactona.
Conservación: se debe conservar entre 2º y 8 ºC. Por ser una vacuna liofilizada es estable por varios
años; el laboratorio productor indica en lugar visible la fecha de vencimiento. Cuando se
reconstituye se debe aplicar de inmediato.
Sitio de inoculación: se administra por vía intramuscular, en la región deltoidea. Se debe evitar la
región glútea dado que se ha demostrado que tiene menos capacidad para producir anticuerpos.
Aunque es menos recomendable, también puede aplicarse por vía intradérmica.
Efectos adversos: puede producir efectos locales como eritema, induración y prurito en el 10 o 15%
de los casos, o generales que son extremadamente raros.
- Indicaciones
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Profilaxis pre-exposición
Dada la gravedad de la situación que implica el posible contacto con el virus de la rabia, se debe
aplicar tratamiento pre-exposición a aquellos grupos humanos con alto riesgo a dicho contacto, ya
sea por motivos laborales o recreacionales.
La profilaxis pre-exposición se debe administrar a los grupos de riesgo por varias razones:
• Veterinarios clínicos.
• Cuidadores de animales.
• Trabajadores relacionados y personas que mantienen contacto con animales silvestres como
murciélagos, zorros, mapaches, gatos, perros u otras especies con riesgo de tener rabia.
El esquema de profilaxis de pre-exposición con vacuna de tejido nervioso es de 4 dosis aplicadas los
días 0, 7, 28 y 90. Un esquema abreviado igualmente útil es aplicar las dosis los días 0, 2, 4 y un
refuerzo el día 10 después de la última dosis.
Las vacunas de células Vero y de embrión de pato se administran en tres dosis los días 0, 7 y 21 o
28.
Las personas que padecieron una exposición o que fueron mordidas por un animal silvestre deben
recibir un tratamiento compuesto por vacunas y gammaglobulina antirrábica homóloga.
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• En las exposiciones si el animal agresor desaparece, muere o no hay certeza en la identificación
del mismo.
• En las exposiciones con lesiones en la cara, cuello, punta de los dedos de las manos o mucosas, si
el animal desaparece, muere o no hay certeza de su identificación o mientras se inicia la
observación.
• En personas inmunocomprometidas.
• En todo accidente de mordedura por especies silvestres como murciélagos, coatíes, monos, zorros,
etc.
• Personal de laboratorio accidentado con material contaminado a pesar de que haya recibido
profilaxis preexposición.
En estos casos la continuidad del tratamiento quedará supeditada a la evolución clínica del animal
mordedor en el período de observación: 10 días a partir de la fecha de la mordedura.
b- Contactos con la boca o saliva del animal. Piel sin lesiones preexistentes. NO VACUNAR.
c- Contactos con la boca o saliva del animal sobre mucosas o piel con lesiones preexistentes.
Igual indicaciones cuando, sin lesiones en el momento de la consulta, hubiese dudas sobre
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el estado de integridad de la piel en oportunidad del contacto. 7 VACUNAS UNA POR DÍA Y
REFUERZOS A LOS 10 Y 20 DIAS DE FINALIZADA LA SERIE INICIAL.
d- Mordeduras de cualquier tipo anatómico y localización. 7 VACUNAS UNA POR DIA
En todo accidente de mordedura por especies silvestres como murciélagos, coatíes, monos, zorros,
etc. deben recibir un tratamiento compuesto por vacunas y gammaglobulinas antirrábicas.
El esquema reducido comprende 7 dosis, en forma diaria y consecutiva y 3 refuerzos a los 10, 20
y 30 o 60 días de la última dosis del esquema diario.
Las dosis se deben administrar los días 0, 3, 7, 14, 28, y un refuerzo optativo a los 90 días (protocolo
de 6 dosis, Essen 1988).
Esquema optativo:
Se administran 2 dosis el día 0, 1 dosis el día 7 y 1 dosis el día 21. Las dos dosis del día cero se deben
dar en ambos deltoides. La ventaja de este esquema es que alcanza el 100% de seroconversión el
día 14 de iniciado el tratamiento. La desventaja es que nunca se debe programar cuando se
administra junto con inmunoglobulina, dado que los anticuerpos circulantes caen rápidamente y a
los 90 días solamente el 80% de los vacunados mantienen niveles protectores.
Las vacunas de alta potencia aplicadas los días 0, 3, 7, 14 y 28 combinadas con gammaglobulina
hiperinmune antirrábica producen protección en todas las personas agredidas y es el esquema
recomendado actualmente por el CDC de Estados Unidos.
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completa con 1 dosis y los refuerzos los días 10, 20 y 40; si el abandono excede los 10 días, se aplica
un esquema complementario de 3 dosis los días 0, 2 y 4 a partir del nuevo contacto con el paciente.
No hay experiencia en abandono de tratamientos con vacunas de células Vero, sin embargo, se
conoce que luego de recibir 2 dosis la seroconversión es del 100%. Con niveles próximos al umbral
de protección (0.5 UI/ml).
Si el paciente fue nuevamente mordido dentro del año de finalizado el tratamiento anterior, se
deberá hacer el examen serológico o en su defecto colocar una dosis de refuerzo (para los 3 tipos
de vacunas).
En toda nueva exposición que se produzca luego de un año se debería realizar serología para
determinar el nivel de anticuerpos mientras se coloca simultáneamente 1 dosis; según el título de
anticuerpos obtenido se aplicarán las dosis necesarias hasta alcanzar un nivel de 0.5 UI/ml,
En general: si han transcurrido 1 a 3 años se hacen 3 dosis los días 0, 2 y 4 con vacuna de tejido
nervioso y los días 0 y 7 con vacunas de cultivo. Luego de transcurridos 3 años, se hacen 4 ó 5 dosis.
El esquema completo con vacuna de tejido nervioso confiere protección durante un año como
mínimo. Las vacunas de alta potencia producen anticuerpos por un tiempo mayor.
a) Vacuna de células Vero: A los 7 días ya hay anticuerpos detectables y a los 14 días del
inicio de la serie vacunal se obtiene el 100% de seroconversión. Esta situación no se puede
predecir en personas inmunosuprimidas, por lo que se debe hacer serología posvacunación
para conocer el estado de inmunidad antirrábica.
b) Vacuna de tejido nervioso: los niveles protectores se alcanzan a los 10 días de la aplicación
(0.5UI/ml), alcanzando este nivel con 5 o más dosis.
c) Vacuna de embrión de pato: Se obtiene el 100% de seroconversión luego de 14 días de
iniciado el tratamiento, a los 7 días es posible medir anticuerpos aún cuando su título no es
protectivo (menos de 0.5 UI/ml).
Las vacunas antirrábicas se pueden administrar simultáneamente con cualquiera de las otras
vacunas actualmente en uso. Deben ser aplicadas en sitios diferentes.
Inmunocomprometidos.
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La inmunoglobulina antirrábica humana es una solución concentrada y purificada de anticuerpos
preparada a partir de hemoderivados de individuos inmunizados con antígeno rábico. Es un
producto más seguro que el suero heterólogo, de producción limitada y por eso de baja
disponibilidad y alto costo. Debe ser conservado entre +2ºC a 8ºC, protegido de la luz, y observarse
el plazo de vencimiento impuesto por el fabricante.
La dosis indicada es de 20 UI/kg de peso. Se debe infiltrar la mayor cantidad posible en las lesiones.
Cuando éstas fuesen muy extensas o múltiples, la dosis indicada puede ser diluida en suero
fisiológico para que todas las lesiones fueran tratadas. En caso de que la región anatómica no
permita la infiltración de toda la dosis, la cantidad restante (la menor posible), debe ser aplicada
por vía intramuscular en la región glútea.
Las gammaglobulinas son eficaces cuando se aplican simultáneamente con la primera dosis de
vacuna el día cero, aplicada en sitios distintos. A partir de este momento la eficacia disminuye en
proporción directa a los días que separan la aplicación del accidente rábico. Por este motivo no se
recomienda la inmunoglobulina después de los siete días de iniciada la vacunación.
Por ejemplo, en los lugares en los cuales no prevalece la rabia, y frente a mordeduras de gatos o
perros que lucen saludables y pueden ser controlados durante 10 días, no se recomienda la profilaxis
a menos que el animal desarrolle signos de rabia, en cuyo caso inmediatamente debe
implementarse la profilaxis correspondiente. Por el contrario, lesiones graves producidas por
animales domésticos en una localidad en la cual existe, en ese momento, circulación de virus
rábico (foco), se indicará gammaglobulina.
Eventos adversos:
Manifestaciones locales: Puede provocar reacciones de carácter benigno como dolor edema,
eritema y más raramente absceso.
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Capitulo 3. Método
Revicion bibliográfica
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Capítulo 4. Conclusión
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1996. Un clásico para entender la influencia sociocultural en la génesis de estos trastornos
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