Camino A La Santidad
Camino A La Santidad
Camino A La Santidad
CAMINO A LA SANTIDAD
EL Santo Padre, en su última carta Novo Millennio Ineunte, nos recuerda que quienes
hemos gozado de las gracias de un año jubilar, debiéramos tratar de emprender el
camino hacia la santidad.
DECIDIRSE POR LA SANTIDAD! Tengamos presente que nunca es tarde para aspirar
a la santidad.
La clave está en el Sermón de la montaña cuando dice ‘Sé perfecto como tu Padre en
el cielo es perfecto’. Nos está diciendo: ¡SE SANTO!
‘La voluntad de Dios es que sean santos! (1 Tes. 4, 3) nos vuelven a recordar.
Pero... qué proyecto tan ambicioso nos puede parecer, por momentos, a nuestras
pobres limitaciones humanas!
Querer ser santos es el primer paso necesario para recorrer el camino hasta el final y
evitar el desánimo en la lucha, ya que ‘santos’ son, no los que no han pecado nunca,
sino los que se han levantado siempre.
‘No hay santo sin pasado, ni pecador sin futuro’ nos dice Monseñor Van Thuan. Los
santos lucharon, sufrieron en su pasado para lograrlo. Nosotros podemos elegir para
nuestro futuro un camino de entrega, de humildad, de oración que lentamente nos
vaya conduciendo al cielo.
Escuchemos la palabra:
Exhortación a la santidad:
1 Pedro 13-17. Por lo tanto, mantengamos con el espíritu alerta, vivan sobriamente y
pongan toda su esperanza en la gracia que recibirán cuando se manifieste Jesucristo.
Como hijos obedientes, no procedan de acuerdo a los malos deseos que tenían antes,
mientras vivían en la ignorancia.
Así como Aquél que los llamó es santo, también ustedes sean santos en toda su
conducta, de acuerdo con lo que está escrito: SEAN SANTOS, PORQUE YO SOY
SANTO.
Para compartir:
¿Qué acciones concretas podemos desarrollar en nuestro camino a la Santidad?
¿Tenemos presentes que, cada obra realizada con amor, da testimonio de la santidad?
Oración:
Señor, yo pongo mi vida en tus manos
Sé que para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo,
Porque Tú eres mi roca y mi baluarte: por tu Nombre,
Guíame y condúceme.
Yo pongo mi vida en tus manos: tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
Confío en el Señor. Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Reflexionamos:
Compromiso:
En silencio, cada uno haga su propio compromiso