La Indemnización Por Inestabilidad Económica Tras La Separación de Hecho
La Indemnización Por Inestabilidad Económica Tras La Separación de Hecho
La Indemnización Por Inestabilidad Económica Tras La Separación de Hecho
ESCUELA DE POSGRADO
ASESORA:
SILVIA ROXANA SOTOMARINO CÁCERES
JURADOS:
AUTOR:
LIMA, 2016
A mis padres, por estar siempre conmigo.
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INTRODUCCIÓN
La elección de un tema de investigación en materia civil resulta un trabajo arduo, no
por la escasez, sino por la abundancia. Dentro de ese mar de problemas de investigación
optamos por investigar uno de derecho de familia sobre el cual se ha escrito mucho. Sin
embargo, sobre este tema, a pesar de su número, observábamos que las investigaciones se
dirigían más a la determinación de la naturaleza jurídica y a aspectos procesales que a una
pregunta básica: ¿Quién es el cónyuge más perjudicado?
Además del ánimo de esta investigación de cubrir un vacío en las investigaciones en
nuestro país, ánimo de suyo bastante pretencioso en lo académico por la calidad de
académicos en derecho de familia que se desempeñan en nuestro medio, había algo más
que nos motivaba. Del estudio de las sentencias en nuestro país observamos que las
mismas no cumplen con la finalidad propuesta por el artículo 345-A del Código Civil la
cual es “velar por la estabilidad económica del cónyuge más perjudicado”. Con la distorsión
de la finalidad, con su errónea reconducción a los predios de la responsabilidad civil, se
otorgan indemnizaciones que, sin duda alguna, quedan cortas para alcanzar el objetivo de la
institución. Por ello consideramos que, comprendiendo correctamente la naturaleza, la
función y, sobre todo, respondiendo a la pregunta que nos hemos formulado, se podrá ir,
de a pocos, otorgando indemnizaciones que guarden relación con el espíritu del artículo
345-A del Código Civil.
Así nos inclinamos por investigar la indemnización por inestabilidad económica
regulada en el segundo párrafo del artículo 345-A del Código Civil. Pero para esta
investigación no es objetivo primario desentrañar la naturaleza jurídica, aunque es una
discusión ineludible, sino su objetivo principal es responder a la pregunta sobre quién es el
cónyuge más perjudicado, el cónyuge que sufre la inestabilidad económica.
Ahora bien, para llegar a dicha respuesta debemos analizar en qué contexto se
introdujo la indemnización por inestabilidad económica. Por ello, en el capítulo I,
caracterizaremos el régimen de divorcio en el Perú, analizaremos la evolución de este
régimen, incluyendo el debate parlamentario que desembocó en la introducción de la
separación de hecho; luego estudiaremos la separación de hecho, sus principales
características, sus diferencias con otras causales y sus efectos propios. De este capítulo se
podrán extraer antecedentes históricos de la indemnización estudiada, así como el marco
dentro del cual tiene aplicación.
De igual forma, resulta relevante para la respuesta de la pregunta que nos hemos
formulado la determinación de las principales características de la indemnización por
inestabilidad económica. Así, en el segundo capítulo, expondremos las distintas posiciones
en torno a la naturaleza jurídica de la indemnización estudiada; de igual forma, asumiremos
posición en torno a una de ellas. También, con base en un análisis exegético y con el apoyo
del derecho comparado, y con la determinación de la naturaleza jurídica, anotaremos
algunas deficiencias en la regulación de la indemnización por inestabilidad económica en el
Perú, las que son abundantes y que, en algunos casos, pueden ser motivo de desprotección
al cónyuge más perjudicado.
La tesis no solo despliega un análisis de la jurisprudencia dictada en torno al tema,
sino que precisa los criterios que deberían establecerse. Esto se trata en el tercer capítulo de
la presente investigación. Dichos criterios se relacionan con la existencia de la inestabilidad
económica la que es determinada y, en consecuencia, se fijan los criterios que permiten
identificar al cónyuge más perjudicado por la separación de hecho. Para ello analizamos la
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evolución de los criterios que se han utilizado en nuestros tribunales, dividiendo el tiempo
entre antes y después del tercer pleno casatorio civil. Luego de esta evolución, y habiendo
observado cómo se desarrolla la indemnización en países de la misma familia jurídica y con
un régimen de divorcio similar (Francia y Chile), sugerimos algunos criterios para la
determinación de la inestabilidad económica y para la identificación del cónyuge más
perjudicado por la separación de hecho y el divorcio en sí mismo.
Con esperanza en que esta investigación pueda contribuir al mejor entendimiento
de la institución en nuestro país y con la utilidad social que ello supondría, dejamos a
consideración del lector los resultados de nuestra investigación.
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Capítulo I
1. Definición de divorcio
Observando estas definiciones podemos decir que entre los efectos del
divorcio encontramos la disolución del vínculo matrimonial y la recuperación de la
aptitud nupcial. Asimismo, podemos anotar algunos requisitos del divorcio como
son que los cónyuges estén vivos y que se trate de un matrimonio válido. Incluso
podemos establecer cómo es que se obtiene: a través de un trámite más o menos
lato.
2.1.1 Causa
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En este tipo de divorcio no es necesario alegar causa alguna. Sin
embargo, ello no significa que la causa del divorcio no exista (siempre
hay una), sino que ésta quedará en la intimidad. En este tipo de
divorcio es la voluntad de ambos o uno solo de los cónyuges,
conjuntamente con el acto estatal (en el caso peruano, dictada por Juez,
notario o alcalde), la que tiene el poder de disolver el vínculo
matrimonial.
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Esta forma de regular el matrimonio “consiste en la
enunciación legislativa de hechos que pueden dar causa a la
separación personal y al divorcio vincular; con ello se excluye
todo otro motivo para el mismo, y la enumeración legal (…) tiene
carácter taxativo”. (Plácido 2001b: 39)
Es la regulación que actualmente predomina en nuestro
ordenamiento; por ejemplo, son causales taxativas el adulterio, la
violencia física o psicológica, el atentado contra la vida del
cónyuge, el abandono injustificado. Aunque existen causales que
invitan a pensar que en nuestro ordenamiento se regula también
de manera genérica a modo de cláusula normativa general; ello
pasa, principalmente, con la causal de injuria grave.
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El primero: es cierto que todas las causales culposas de
divorcio reguladas en nuestro Código Civil constituyen graves
violaciones a los deberes que impone el matrimonio; sin
embargo, pretender reducir cada una de las causales de divorcio a
una sola causal genérica dejaría de lado la clásica separación entre
causales perentorias y facultativas, que nos enseña la doctrina
francesa. En efecto, Carbonnier (1961:161) nos enseña que para
determinar la perentoriedad de una causal “el criterio más
inmediato viene expresado por el dato de que el juzgador carece
de facultades de apreciación para estimar o repeler la acción de
divorcio”. En cambio, en las causales facultativas el juzgador de
instancia tiene amplísima libertad de criterio para determinar no
solo la gravedad, sino también la existencia de las graves
violaciones alegadas (Carbonnier 1961:164). En ese sentido, si es
que se formulase una causal genérica en nuestro ordenamiento,
incluso el adulterio, no consentido ni provocado, debidamente
acreditado en el proceso, podría ser sometido al criterio
jurisdiccional, a fin de que éste determine la gravedad o no de
dicha violación al deber de fidelidad.
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2.2.2 Divorcio remedio
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Esta concepción de divorcio se encuentra presente en nuestro
ordenamiento desde el momento mismo de la entrada en vigencia de la
ley 6890 que, con la técnica jurídica de la época, establecía en su
artículo dos que “el divorcio (…) producirá los mismos efectos de la
nulidad”. Entre las causales de divorcio que contemplaba la
mencionada ley encontramos, entre otras, la locura o furor permanente
que haga peligrosa la cohabitación. A esta causal, ya regulada desde
1930, no le podía ser aplicable el concepto de divorcio sanción, sino
que se deberá entender como divorcio remedio.
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“se replantea la labor del juez como examinador. No es que evalúa
los hechos a fin de subsumirlos en causales objetivas
preestablecidas en la norma legal, sino que califica la presencia de
un matrimonio como sano o al menos que pueda ser salvado. (…)
La labor del Juez va más allá de la evaluación del carácter
irreversible de un hecho objetivo como la separación de hecho o
de otro comportamiento de carácter potestativo. Se considera que
la relación matrimonial es demasiado compleja para aplicar criterio
objetivo para el establecimiento de causales de divorcio, por el
contrario, es el juez quien debe verificar si dicha relación se ha
roto o no”. (Quispe 2002:103)
Este recuento histórico tiene por objeto mostrar cómo, a lo largo de nuestra
República, el divorcio se ha encontrado en constante cambio, y de igual forma, los
remedios que en distintas épocas se han adoptado para proteger el cónyuge más
débil luego del divorcio, los cuales constituyen antecedentes de la indemnización
que estudiamos. Para todo ello, nos concentraremos principalmente en el dato
positivo, aunque, qué duda cabe, reconocemos la importancia de los proyectos,
tesis, artículos periodísticos y entretelones históricos que engendraron cada una de
las leyes a las que aquí hacemos referencia. Además, hacemos una pausa para
analizar las diversas propuestas que permitieron en el año 2001 introducir en
nuestro país la causal de separación de hecho y sus consecuencias, lo que nos
permitirá conocer el origen del artículo 345-A del Código Civil.
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contrato consensual por virtud del cual un hombre y una mujer se unen en
sociedad indisoluble y de por vida. (Ramos 2006:322-323)
Finalmente, luego de las disputas entre las posiciones liberales y
conservadoras, se terminará plasmando una posición conservadora en el
Código Civil de 1852 en la que el matrimonio deberá celebrarse conforme a
las formalidades establecidas por la Iglesia en el Concilio de Trento (artículo
156); agregando que “los que sin observar las solemnidades de la Iglesia
sorprendan al sacerdote para celebrar matrimonio” serán castigados
conforme al Código Penal (artículo 157). En consecuencia, este matrimonio
“une perpetuamente el hombre y la mujer en una sociedad legítima, para
hacer vida en común, concurriendo a la conservación de la especie humana”
(artículo 132).
Además, sometía las causas relativas al matrimonio y al divorcio a los
tribunales eclesiásticos; mientras que los jueces seculares se encargarían de los
esponsales, alimentos, cuidado de los hijos, de las causas sobre efectos civiles
del matrimonio y divorcio, etcétera.
No vaya a confundirse aquí el término divorcio ya que para el Código de
1852 el divorcio “es la separación de los casados, quedando subsistente el
vínculo matrimonial”. A dicho efecto el Código de 1852 establecía un elenco
de causas que “definirían el rumbo causalístico del divorcio en el Perú” ya
que los códigos civiles de 1936 y 1984 reproducirían el edificio legal
construido por el viejo código civil de 1852. Este divorcio causado “es quizás
uno de los más clamorosos casos de subsistencia institucional durante la
época republicana”. (Ramos 2001:294)
Como antecedente de la institución a la cual se dirige esta tesis, el artículo
213 del Código Civil de 1852 establecía que
“Si se declara el divorcio por culpa del marido, y la mujer no tiene
bienes propios ni gananciales, el juez podrá asignar a favor de esta,
sobre los bienes o industria del marido, una pensión alimenticia
que sea proporcionada a ellos, pero que nunca exceda de la cuarta
parte de sus rentas. Esta disposición no exime al marido de la
obligación de alimentar a los hijos, conforme al artículo 210”.
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este domiciliado cualquiera de los contrayentes y de dos testigos (artículo 1).
Como es lógico, si bien el matrimonio era regulado por las disposiciones del
Código Civil de 1852, eran ineficaces, entre otros, los artículos 156 y 157 que
establecían las solemnidades del Concilio de Trento (artículo 3). También los
juzgados civiles asumirían las causas de separación de cuerpos y nulidad de
los matrimonios celebrados conforme a esta ley (artículo 4).
Este fue el primer paso en el camino hacia el divorcio. Si bien esta ley
reconocía el matrimonio civil únicamente a los no católicos, el hecho que
exista un matrimonio civil distinto al canónico, implícitamente reconocía, en
este respecto, la libertad de cultos, y de cierta manera la secularización,
aunque sea parcial, de las relaciones matrimoniales. La existencia del
matrimonio civil, como veremos, llevaba en su seno el germen del divorcio.
Pero el decreto ley 6889 fue reglamentado por la ley 6890 que tendría
también consecuencias importantes. Los tribunales civiles conocerían los
juicios de divorcio y nulidad (artículo 2). Además establecía algo de suma
importancia al indicar que “el divorcio cuando tenga por causa los motivos
consignados en los incisos 1° (adulterio de la mujer), 2° (incontinencia
pública del marido), 3° (sevicia o trato cruel), 4° (atentado contra la vida del
cónyuge), 10° (ausencia sin causa por más de cinco años), 11° (locura o furor
permanente), 12° (enfermedad crónica contagiosa), y 13° (condena a pena
infamante) del artículo 192 del Código Civil producirá los mismos efectos que
la nulidad” Que el divorcio produzca los mismos efectos que la nulidad no
significa otra cosa que el divorcio disuelve el vínculo matrimonial, es decir, el
divorcio absoluto se consagraba.
Cabe agregar que, con respecto a los efectos postmatrimoniales entre los
cónyuges, no se hace ninguna precisión (el artículo 5 del decreto ley 6890 solo
hace referencia al régimen alimentario de los hijos en común), por lo que se
entiende que luego del divorcio entre los cónyuges se aplicará lo previsto en
el Código Civil 1852.
Como vemos tanto el decreto ley 6889 y la ley 6890 son de suma
importancia para la evolución del divorcio en nuestro país. El divorcio
absoluto por fin llega a nuestro ordenamiento positivo, si bien es un
matrimonio de corte causalista y de cierta manera restrictivo que desde
entonces marcará la pauta para los siguientes códigos civiles.
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obligatorio, generaría un temblor político. Así, el entonces ministro de
Justicia, José de la Riva Agüero, renunciaba a su cargo dejando claro que:
Pero qué era lo que turbaba tanto al ministro Riva Agüero. Esta ley 7893
ratificaba los ya mencionados decretos leyes 6889 y 6890 que establecían el
divorcio absoluto (artículo 1). Además ampliaba las causales por las cuales se
podía solicitar el divorcio indicando que “Producirá así mismo, los efectos de
la nulidad matrimonial el divorcio que se solicite por mutuo disenso o por los
motivos consignado en los incisos 5° [odio capital de alguno de los cónyuges,
manifestado por frecuentes riñas graves o por graves injurias repetidas] o 9°
[abandonar la casa común, o negarse obstinadamente al desempeño de las
obligaciones conyugales] del artículo 192 del Código Civil [ de 1852]”
Esta ley expedida por el Congreso Constituyente de 1931, adoptaba el
mutuo disenso como causal directa de divorcio. En este respecto, se puede
decir que era más radical incluso que nuestra actual regulación que la
considera como una causal indirecta, por cuanto previamente se declara la
separación de cuerpos y luego, ulteriormente, el divorcio.
Una ley inmediatamente posterior (ley 7894) precisaba que “el derecho
de pedir divorcio por mutuo disenso” solo se podrá ejercitar por mayores de
edad y transcurridos tres años. Llama la atención que a los menores de edad si
se les permitiera casarse, pero no divorciarse.
3.5 Código Civil de 1936
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Ulteriormente, podemos mencionar que la Comisión en sesión del 8 de
agosto de 1928, aprobó el artículo 1 del anteproyecto al que se ha hecho
referencia anteriormente. (Comisión Reformadora del Código Civil,
1928c:256) Con lo que podemos afirmar que la posición de la comisión era
favorable a la indisolubilidad del matrimonio. Ello también explica el motivo
por el cual la ley 8305 hacía mención expresa a la preservación de la
normatividad referida al divorcio, a fin de garantizar la subsistencia del
divorcio absoluto, más allá de la posición de los comisionados.
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El artículo 261 regulaba el mismo derecho para el marido, pero con el
cual era más exigente: “Lo dispuesto en el artículo anterior regirá a favor del
marido en caso de declararse el divorcio por culpa de la mujer si ésta fuere
rica y el marido pobre e imposibilitado para el trabajo”. Ahora, no sólo exigía
que la mujer tuviese la culpa en el divorcio, sino que además fuera rica, cosa
que no se le exige al marido cuando ocupa la posición de deudor, y que el
marido fuera pobre e imposibilitado para el trabajo.
• Proyecto Nº 1716/1996
Este proyecto, presentado por Daniel Estrada Pérez, es mucho más
elaborado que los anteriormente reseñados. En efecto, en sus
fundamentos contiene la siguiente definición
“La separación de hecho es la negación del estado de vida común
en el domicilio conyugal, que puede ser producido por uno o los
dos cónyuges, pero de manera voluntaria y con inequívocas
demostraciones del deseo de mantenerlo. Es un acto de rebeldía al
cumplimiento de un deber voluntariamente aceptado al momento
de la celebración del matrimonio, que innegablemente quiebra la
institución matrimonial e impide su funcionamiento regular a
través de la destrucción de las debidas relaciones que la ley
establece y que los esposos se obligan a cumplir”.
1 Los proyectos han sido tomados de la página web del Congreso de la República
http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/CLProLey2011.nsf (visitada por última vez el
02 de junio del 2014)
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En la exposición de motivos de su proyecto, de igual forma, hace
referencia al carácter objetivo indicando que debe ser causa de divorcio
la separación de hecho “sin que sea necesario expresar motivos, sino
únicamente la probanza del paso del tiempo en tal situación, pues la
separación de hecho es la más clara y contundente demostración de
falta de voluntad para hacer vida común”.
Propone, como ya se adelantó, que la separación de hecho sea
considera como causal cuando sea de dos años continuos. No se hace
ninguna referencia a la existencia o no de hijos. De igual forma, permite
la invocación de hecho propio. Además, propone como vía
procedimental para su sustanciación la vía sumarísima.
Lo que se puede rescatar de este proyecto es la manera como fue
fijado el tiempo de separación de hecho. Como se dice corrientemente:
todo plazo es siempre arbitrario, pero hay que fijarlo. En este caso, el
congresista Estrada fundamenta la fijación del tiempo de separación de
hecho relacionando ésta con otras “situaciones análogas”, como las
califica, la separación convencional y el abandono injustificado, lo que
nos parece correcto. Este plazo de dos años, al final de cuentas, se
mantendría como base del actual texto del numeral 12 del artículo 333
del Código Civil, pero cuando no existan hijos menores de edad.
• Proyecto Nº 3096/1997
Este proyecto, presentado por Javier Alva Orlandini, con fecha 13
de noviembre de 1997, propone la introducción de la separación de
hecho, pero no la denomina de esa manera si no indica que será causal
para invocar la separación de cuerpos “el abandono de la casa conyugal
por más de cinco años continuos por cualquiera de los cónyuges”
(texto propuesto para el inciso 5 del artículo 333 del Código Civil) o
también lo denomina “abandono del hogar por el accionante”. Como
se observa se habla de un abandono de la casa conyugal por cualquier
de los cónyuges, lo cual es una fórmula muy vaga. En primer lugar, por
cuanto se introduce una voz “abandono” que no necesariamente se
condice con la lógica del divorcio remedio y que más bien está
vinculada con la lógica del divorcio sanción por la causal de abandono
injustificado, lo que no contribuiría en nada a la claridad conceptual de
la separación de hecho; en segundo lugar, al indicarse que el abandono
debe ser de “la casa conyugal”, esto impondría la necesidad de acreditar
la constitución efectiva de la misma, excluyendo aquellos casos en los
cuales, por cualquier motivo, los cónyuges no hayan constituido una
casa conyugal o en los casos en los cuales aun compartiendo la casa
conyugal, los cónyuges ya no hacen vida en común.
• Proyecto Nº 5046/1999
Proyecto ingresado el 13 de agosto de 1999, por el congresista Javier
Alva Orlandini, quien antes de este proyecto ya contaba como dos
anteriores sobre el mismo tema. En esta oportunidad el congresista
propone el siguiente texto como causal de separación de hecho “La
separación de ambos cónyuges por más de cuatro años continuos, en
cuyo caso ninguno es inocente ni culpable y no rige lo dispuesto en el
artículo 335º”.
Se puede resaltar de este proyecto el énfasis que coloca en el carácter
no inculpatorio de esta causal pues indica que “ninguno es inocente ni
culpable”, lo que es coherente con la dinámica del divorcio remedio.
• Proyecto Nº 171/2000
Presentado el 14 de agosto del 2000, por los congresistas Ernesto
Gamarra Olivares y Ruby Rodríguez del Aguilar, resulta de suma
importancia para el tema indemnizatorio que nos convoca, puesto que,
a diferencia de los anteriores proyectos, éste contiene medidas de
protección para el cónyuge, aunque no muy claras.
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En efecto, se propone la introducción de la separación de hecho
como causal de separación de cuerpos, mas no directamente como
divorcio, aunque luego puede ser convertida la separación de cuerpos
en la de divorcio. Para que la separación de hecho se configure como
causal de separación de cuerpos debe haber durado un periodo mayor a
tres años ininterrumpidos.
Sin embargo, lo que nos llama fuertemente la atención es el último
párrafo del texto sustitutorio propuesto por los congresistas para el
artículo 345 del Código Civil, puesto que se señala “son aplicables a la
separación de cuerpos por separación de hecho, se observará en cuanto
sea aplicable, lo dispuesto en el penúltimo párrafo del artículo 326 y el
artículo 731”.
Si observamos el penúltimo párrafo del artículo 326 del Código
Civil (que vendría a ser el actual antepenúltimo párrafo del mencionado
artículo, puesto que se le agregó un párrafo final en mérito a la ley
30007 del 17 de abril del 2013) éste establece que “la unión de hecho
termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral. En
este último caso, el juez puede conceder, a elección del abandonado,
una cantidad de dinero por concepto de indemnización o una pensión
de alimentos, además de los derechos que le correspondan de
conformidad con el régimen de sociedad de gananciales”. Mutatis
mutandi entendemos que la decisión unilateral, en el caso de la
separación de hecho, se da en la situación en la cual uno de los
cónyuges, en contra de la voluntad de su consorte o con prescindencia
de la misma, finaliza con la cohabitación que les impone el matrimonio;
en este supuesto, de conformidad con la aplicación supletoria que
propone el proyecto, correspondería una indemnización (que
entendemos fijada en una suma alzada) o una pensión de alimentos
(que supone la ejecución de obligación de tracto sucesivo), ello sin
perjuicio de los derechos que correspondan como parte de la sociedad
de gananciales.
Sin embargo, ello no queda ahí, además propone la aplicación supletoria
en caso de separación de hecho del artículo 731 del Código Civil que señala:
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En esta aplicación supletoria vemos la génesis de lo que en el actual
texto del artículo 345-A es la adjudicación preferente de los bienes de la
sociedad conyugal. En efecto, al aplicarse el 731 del Código Civil hay
que hacer muchos cambios para adecuar lo regulado por ese artículo,
referido a situaciones sucesorias, a una situación de decaimiento y
disolución en vida del matrimonio. Sin embargo, se entiende de este
proyecto que el cónyuge que resulta perjudicado con la separación de
hecho se le reserva el derecho de habitación de forma vitalicia y gratuita
sobre la casa-habitación donde se constituyó el domicilio conyugal, en
caso de ejercerlo, perderá el derecho sobre los demás bienes de la
sociedad conyugal.
• Proyecto Nº 565/2000
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Además, agrega que “la separación de los cónyuges que no tienen
hijos, o que éstos son mayores de edad, sólo afecta directamente a los
esposos, personas adultas, dueñas de sus actos y responsables de las
consecuencias de los mismos”.
Esta causal tuvo que librar una dura batalla por mucho tiempo para
que finalmente sea admitida, como lo hemos constatado. Existían
antecedentes que datan de 1931, en la que Manuel Bustamante de la
Fuente la propuso si es que mediaba 2 años. (Plácido 2001b:91). Sin
embargo, es entre 1985 y 1999 que se presentarían hasta 13 propuestas
legislativas referidas a la causal de separación de hecho. (Varsi 2004:41)
2Entre 1984 y 2001 tuvo lugar una ligera modificación en virtud de la disposición modificatoria
primera del Código Procesal Civil. Así se modificó la denominación de la causal de sevicia por la de
“violencia, física o psicológica, que el juez apreciará según las circunstancias; también se modificó la
denominación de la causal de mutuo disenso que fue rebautizada como separación convencional.
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“Cabe señalar que si bien, el carácter mixto de nuestros sistema,
evidentemente se ha flexibilizado facilitando los divorcios, la gran
pregunta a plantearse es si la actual legislación, tal y como su
mixtura la presenta permite su comprensión tendiente al divorcio
remedio pleno (…) Preliminarmente pensamos que ello es
discutible, máxime si el legislador ha conservado las causales
subjetivas tradicionales, adicionando las ya mencionadas y ha
regulado de manera reparatoria los efectos personales y
patrimoniales de la conclusión del vínculo.” (Cabello 2001:404)
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4.2 Clasificación usual
Eulogio Umpire (2001:85) señala que entre las causales subjetivas tenemos
las señaladas en los incisos del uno al diez del artículo 333 del Código Civil;
quedando como causales objetivas únicamente las causales de imposibilidad
de hacer vida en común, la separación de hecho y la separación convencional.
• Divorcio sanción:
1° Adulterio;
2° Violencia física o psicológica;
3° Atentado contra la vida del cónyuge;
4° Injuria grave, que haga insoportable la vida en común;
5° Abandono injustificado de la casa conyugal por el periodo
señalado en la ley;
6° La conducta deshonrosa;
7° Uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o
sustancias que puedan generar toxicomanía;
8° Enfermedad grave de transmisión sexual contraída
después de la celebración del matrimonio;
9° Homosexualidad sobreviniente al matrimonio;
10° Codena por delito doloso a pena privativa de la libertad
mayor de dos años, impuesta después del matrimonio; y
11° Imposibilidad de hacer vida en común, debidamente
probada en proceso judicial.
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• Divorcio remedio:
12° Separación de hecho de los cónyuges por el tiempo
previsto en la ley; y
13° Separación convencional y divorcio ulterior.
Estas disquisiciones que siguen no son puro ejercicio teórico, sino que
tienen un efecto práctico sumamente relevante como lo es determinar qué
efectos tendrá el divorcio para aquel que ha incurrido en la causal prevista en
la ley. Así si el divorcio es declarado por una causal propia del divorcio
sanción tendrán cabida los artículos que prevén consecuencias sancionatorias
para el cónyuge culpable (por ejemplo, en el divorcio sanción tendrá cabida el
artículo 352 por el cual el cónyuge divorciado por su culpa perderá los
gananciales que proceden de los bienes del otro). Situación distinta se
presentará cuando el divorcio sea declarado por una causal de divorcio
remedio, en ese caso no serán de aplicación las consecuencias sancionatorias
previstas para el cónyuge culpable.
Por ello nos parece necesario hacer una exacta caracterización de nuestro
régimen de divorcio, es en ese sentido que proponemos la siguiente
clasificación.
• Divorcio sanción:
1° Adulterio;
2° Violencia física o psicológica;
3° Atentado contra la vida del cónyuge;
4° Injuria grave;
5° Abandono injustificado de la casa conyugal por el tiempo
previsto en la ley;
6° Conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en
común;
7° Uso habitual e injustificado de drogas alucinógenas o de
sustancias que puedan generar toxicomanía;
10° Condena por delito doloso a pena privativa de la libertad
mayor de dos años;
11° Imposibilidad de hacer vida en común;
• Divorcio remedio:
• Divorcio incausado:
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Como hemos señalado con anterioridad, en la época que
Josserand escribe su tratado de Derecho Civil una de las causas
de divorcio era la enfermedad mental. Sobre ella decía que “no se
puede hacer ningún agravio al desdichado demente” y que en ese
caso era necesario ver en el divorcio “como el desenlace de una
situación sin otra salida humanamente posible, y cuando el
matrimonio no puede ya realizar el objeto en vista del cual se ha
contraído”. Es por ello que dice la demencia por lo menos en
algunos casos puede constituir causal de divorcio. Asimismo,
considera “que no hay razón para tratar de modo distinto a las
demás enfermedades muy graves, como la tuberculosis (…)”
(Josserand 1950:153)
34
Los profesores argentinos se cuestionan:
Y sigue:
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Es decir, para que la homosexualidad del cónyuge pueda tener
los efectos sancionatorios que supone una causal inculpatoria, no
bastará el hecho objetivo de probar la homosexualidad, sino que
será necesario que dicha homosexualidad sea exteriorizada de tal
manera que se produzca una afrenta grave en el cónyuge que no
es homosexual. En ese caso se habrá que demandar por la causal
de injuria grave o conducta deshonrosa y no por
“homosexualidad sobreviniente”.
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Para el profesor Plácido la causal de imposibilidad de hacer
vida en común es supuesto de divorcio sanción en tanto y en
cuanto no puede invocarse hecho propio.
39
En consecuencia, no se puede afirmar, a raja tabla, que todos
los supuestos que hagan insoportable la vida en común merezcan
ser tratados como divorcio sanción. Antes bien se deberá analizar
el motivo que genera la crisis matrimonial y luego proceder en
consecuencia declarando un divorcio con efectos sancionatorios
o como un divorcio sin culpa.
4 Actualmente, el régimen divorcista argentina se ha visto modificado totalmente, en tanto que con
la introducción del nuevo Código Civil y Comercial se ha regulado un divorcio incausado que puede
ser solicitado por uno o ambos cónyuges. En efecto, el artículo 437 del Nuevo Código Civil y
Comercial prescribe que “el divorco se decreta judicialmente a petición de ambos o de uno solo de
los cónyuges”.
41
de Alex Plácido que aparece líneas arriba, en donde se reconoce,
a pesar de inscribirlo dentro del divorcio remedio, que los
cónyuges están dispensados de alegar causa alguna.
5.1 Definición
42
También dice Varsi (2004:40) que “la separación de hecho es la
negación del estado de vida en común en el domicilio conyugal. Es un acto
de rebeldía al cumplimiento de un deber voluntariamente aceptado al
momento de la celebración del matrimonio”.
5.2 Elementos
44
doctora Cabello) sustentaría plenamente la causal de imposibilidad
de hacer vida común”.
46
podían comprender cualquiera otra razón que justificara la separación.
(Quispe 2002:110).
47
de vida. El alejamiento físico no es sino, en la mayoría de casos, la
exteriorización de dicha voluntad.
Antes del Tercer Pleno Casatorio Civil, esta posición ya había sido
defendida por la Corte Suprema, en la Casación 1762-2008 Lima Norte.
En ese caso se estableció que la Sala Superior había interpretado
erróneamente el inciso 12 del artículo 333 del Código Civil al negar la
posibilidad del divorcio por separación de hecho cuando los cónyuges
habían dormido en cuartos separados en la misma casa por más de diez
años y que no compartían nada más que el techo sobre sus cabezas. En
efecto se indicó que no resulta necesario que “el alejamiento físico del
cónyuge solamente se produzca cuando aquél se retire o se distancia del
hogar conyugal” indicando que también podrá darse la separación de
hecho cuando se den actos que evidencien que a pesar de vivir en el
mismo domicilio conyugal los cónyuges no hacen vida en común, ni
comparten los deberes y obligaciones en el desarrollo del hogar
conyugal; sino por el contrario existe desunión conyugal, pues cada
cónyuge hace su vida en forma independiente.
5.2.3 Elemento temporal
52
Capítulo II
Debemos dejar constancia que el primer párrafo del artículo 345-A del
Código Civil no está relacionado directamente con nuestra investigación, puesto
que se refiere a un requisito especial de la demanda por separación de hecho,
aunque, al igual que la indemnización que estudiamos, tiene como fin la tutela de
los intereses de la familia.
Ahora bien, el segundo párrafo del artículo citado forma parte central de
nuestra investigación y, por tanto, es sobre el cual incidiremos a lo largo del
desarrolla de este capítulo y del próximo.
53
con el claro propósito de proteger al cónyuge que resulte desfavorecido con el
divorcio.
El artículo 345-A del Código Civil debió haber supuesto una superación a la
regulación de los alimentos entre los ex cónyuges, dado que su radio de acción es
potencialmente más amplio; sin embargo, el legislador ha optado por mantener los
alimentos y esta indemnización, generando limitación en ambas instituciones
especialmente en la indemnización estudiada.
Sin embargo, a raíz del Tercer Pleno Casatorio Civil, esta posición se ha
modificado. En efecto, con el ánimo de atender a aquellas voces críticas y de salvar
la incoherencia que suponía conceder indemnización no alegada ni probada, a
través de actos de malabarismo jurídico, la Corte Suprema ha establecido como
precedente de observancia obligatoria (3.2) lo siguiente:
55
proceso, o peor aún si existe renuncia expresa del cónyuge
interesado”.
Siguiendo con otro tema, el artículo sub examine prescribe que el Juez velará
por “la estabilidad económica” del cónyuge que resulte “más perjudicado” por la
“separación de hecho”. Las frases claves de esta norma, para nuestros propósitos,
son “estabilidad económica” y “cónyuge más perjudicado”.
56
lógica del legislador, habrá un cónyuge más perjudicado y otro cónyuge menos
perjudicado, pero ambos sufrirán perjuicios.
La pregunta que surge es qué herramientas tiene el Juez para velar por la
estabilidad económica del cónyuge. La respuesta la da la misma norma: el juez
tendrá dos posibilidades “señalar una indemnización por daños, incluyendo el daño
personal u ordenar la adjudicación preferente de bienes de la sociedad conyugal
(…)”. No es necesario profundizar demasiado para comprender que las dos
herramientas señaladas por el artículo 345-A son excluyentes entre sí. Ello parte de
un análisis literal puesto que “u” en su calidad de conjunción disyuntiva implica
posibilidades excluyentes.
57
Hasta aquí podemos identificar los diversos problemas que surgen del texto
del artículo 345-A.
Será materia de nuestra investigación el cuarto problema, pero aún con más
énfasis, el tercer problema, puesto que como lo anuncia el título de esta tesis,
nuestro objetivo primordial es determinar los criterios que permitan identificar al
cónyuge más perjudicado tras la separación de hecho.
Por ser el ordenamiento que más ha influido en nuestro medio con respecto
al asunto que nos convoca, citaremos en primer lugar a los artículos pertinentes del
Código Civil español. El símil a nuestro artículo 345-A viene a ser el artículo 97 del
Código Civil español que indica:
58
A falta de acuerdo de los cónyuges, el Juez, en sentencia,
determinará su importe teniendo en cuenta las siguientes
circunstancias:
Este es el texto actual del artículo 97 del Código ibérico desde la modificación
producida por la ley 15/2005 del 8 de julio del 2005.
“El divorcio pone fin al deber de asistencia entre los esposos. Uno
de los cónyuges puede ser obligado a entregar al otro una
prestación destinada a compensar, en la medida de lo posible, el
desequilibrio que la ruptura del matrimonio crea entre las
condiciones de vida respectivas. Esta prestación tiene carácter de
un tanto alzado. Esta prestación toma la forma de un capital el
cual es fijado por el juez”.
59
De igual forma, el artículo 271 del Código Civil francés establece (texto
vigente desde 11 de noviembre del 2010) que
60
y posibilidades de acceso al mercado laboral, y la colaboración que
hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro cónyuge.
En esta sección, en primer lugar, expondremos cada una de las corrientes que
han sido esgrimidas en nuestro entorno y, en segundo lugar, asumiremos posición
por una de ellas.
El propio autor (Alfaro 2011:70) señala otro motivo que emana del
propio 345-A, ya que este artículo indica que la indemnización o adjudicación
se concederán sin perjuicio de los alimentos, por lo que es válido llegar a la
conclusión, por descarte, que la indemnización no tiene la naturaleza
alimentaria.
62
tipo contractual, por lo que, en consecuencia, el factor de
atribución sería uno de tipo subjetivo”.
“si los hechos tienen que ser acreditados para que se compruebe
quién es el “más perjudicado”, si se tiene que analizar la conducta
del “menos perjudicado” (rectius, el que daña) y el pretensor (de la
indemnización) tiene que acreditar el nexo causal y el daño,
inequívocamente (por más que el voto de la mayoría diga otra
cosa) estamos ante un supuesto de responsabilidad civil”.
65
actuar del referido cónyuge proveedor el otro cónyuge deviene
lógicamente en cónyuge perjudicado con la separación de hecho”.
68
Nosotros podemos agregar los siguientes motivos por los cuales lo
regulado en el artículo 345-A no es un supuesto de responsabilidad
civil:
69
divorcio para que éste luego de la destrucción de la economía
familiar pueda generar una economía independiente a su ex
cónyuge en la medida de lo posible. No es propósito del artículo
345-A del Código Civil resarcir la violencia física o psicológica, la
infidelidad, el incumplimiento del pago de los alimentos.
Años más tarde, el Dr. Rómulo Mórales (2011: 49), apoyando esta
posición, expondría, con soporte de Cesare Salvi, la diferencia entre la
indemnización y el resarcimiento indicando que lo que caracteriza las
obligaciones indemnizatorias
“el segundo párrafo del artículo 345-A del Código Civil prevé un
derecho de indemnización a favor del cónyuge perjudicado por la
separación de hecho y del divorcio a fin de restablecer el
desequilibrio económico y, consecuentemente, alcanzar una
situación de estabilidad económica. Es impertinente argumentar
que este restablecimiento es por daño moral o por “daño a la
persona”.
Por otro lado, Monroy (2015:27) en una tesis que aplica la distinción
al campo laboral, señala que “con relación a ello, en las
“indemnizaciones”, se aprecia que no existe un juicio u orden
esquematizado establecido ex ante, para su configuración y su propio
nacimiento, por lo que a diferencia de la configuración de un supuesto
de responsabilidad civil- y por ende el nacimiento de un
“resarcimiento”- las “indemnizaciones” solo están y nacen bajo el
arbitrio puro del legislador, siguiendo o no una justificación
preestablecida, y cuando sigue una justificación ésta no es unitaria para
todos los supuestos “indemnizatorios”, lo que revela a todas luces la
ausencia de una coherente esquematización para su configuración, a
diferencia de la configuración de un supuesto aquiliano”.
73
Ello lo recalca en el precedente vinculante Nº 6 del mencionado
pleno que establece
“si los hechos tienen que ser acreditado para que se compruebe
quién es el “más perjudicado”, si se tiene que analizar la conducta
del menos perjudicado (rectius, el que dañó) y el pretensor (de la
indemnización) tiene que acreditar el nexo causal y el daño,
inequívocamente (por más que el voto de la mayoría diga otra
cosa) estamos frente a un supuesto de responsabilidad civil”.
(Espinoza, 2011:64)
75
literal del artículo 345-A, en incluir la culpa o el dolo del cónyuge
“menos perjudicado” en el análisis de la indemnización, termina por
proponer un esquema que resulta incoherente. Sin embargo, debemos
rescatar que este pleno ha contribuido en azuzar el debate en torno a la
naturaleza jurídica de la indemnización contenida en el artículo 345-A y
la finalidad que debería cumplir. Dicho debate ha permitido que se
develen algunas cuestiones que hasta dicho pleno no eran debatidas y
errores que hasta dicha fecha casi pasaban desapercibidos.
Esta posición nos parece la más coherente de todas las que se han
vertido hasta el momento. Coherente con la naturaleza jurídica de la
separación de hecho como causal de divorcio y con la finalidad que
pretende cumplir.
76
alcances y si el Juez fija tal indemnización de oficio, a pedido de parte o
tiene ambas opciones”.
77
Código Civil utiliza el la palabra indemnización (“Aquel que por dolo o
culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo”).
Nos aunamos a este esfuerzo por cuanto nos parece útil. En efecto,
nos parece funcional que se diferencie de manera clara, a través de
terminología precisa, cuando nos referimos a un supuesto de
responsabilidad civil y cuando estamos fuera de los predios de la
responsabilidad civil. Este esfuerzo, sin duda alguna, ayudará a la mejor
comprensión de distintas instituciones.
80
Ahora cabe hablar del daño personal que también es mencionado en
la fórmula legal prevista por el artículo 345-A del Código Civil. Como
lo manifiesta el profesor León (2003:9-10) la distinción entre daño a la
persona y daño moral se encuentra bastante difundida en nuestro
medio. “El daño moral es el menoscabo del estado de ánimo que
subsigue a la comisión de un hecho antijurídico generador de
responsabilidad civil”. Por su parte “El daño a la persona es el
detrimento de un derecho fundamental del individuo, debido a un
hecho antijurídico”.
Es sabido que los propulsores del daño a la persona incluyen dentro
de dicha voz, entre otros daños, el daño al proyecto de vida. Dentro del
daño al proyecto de vida, aplicado principalmente a la indemnización
regulada en el artículo 345-A del Código Civil, se ha incluido lo que se
ha venido a llamar el daño al proyecto de vida matrimonial. Si bien ha
sido criticado por parte de la doctrina (Castillo 2010:205), la
jurisprudencia anterior a Tercer Pleno Casatorio fue favorable a la voz
daño al proyecto de vida matrimonial.
Muestra de lo que acabamos de decir es la casación Nº 4921-2008
Lima, publicada en el diario el Peruano del 14 de mayo de 2009. En
esta casación se indica que
“respecto a la indemnización como medida a favor del cónyuge
perjudicado, esta Sala de Casación viene destacando, dentro del
marco de la ruptura de la relación matrimonial por separación de
hecho, la existencia del daño a la persona prevista en el artículo
1985 del Código Civil, en la forma de daño al proyecto de vida,
entendido como aquel que afecta la manera como los cónyuges
decidieron vivir, esto es, realizarse juntos a través del matrimonio
y, por ende, idearon, escogieron y desarrollaron un conjunto de
medidas, planes, proyectos, para dicho fin, los que muchas veces
comportan la asunción de posiciones que desde el aspecto
económico se manifiestan en que uno de los cónyuges cede al otro
la situación de proveedor y se le facilita toda oportunidad para que
dicha provisión sea mejor y mayor y aquel que asume el cuidado,
crianza, protección y vigilancia de la casa y de los hijos que la
conformen, todo en aras de dicho plan común que al verse
truncado por el actuar del referido cónyuge proveedor el otro
cónyuge deviene lógicamente en cónyuge perjudicado con la
separación de hecho”.
Bien leída esta casación nos depara una grata sorpresa, pero antes de
evidenciarla, es oportuno precisar que, sin perjuicio del respeto que nos
merecen los maestros que impulsan el daño a la persona y
especialmente el daño al proyecto de vida, no somos partidarios de
dicha voz de daño, principalmente, por los problemas que supone su
análisis causal y su certeza, además que como lo ha anotado el Dr. León
(2007-B), por la discriminación que puede entrañar, entre otros
problemas. Sin embargo, tal y como está descrito en la casación recién
citada, debemos indicar que el daño al proyecto de vida matrimonial
nos sirve para interpretar la voz “daño personal” incluida en el artículo
345-A del Código Civil.
84
Comercial, en su artículo 441, establece que el cónyuge a quien el divorcio le
produce un desequilibrio manifiesto “tiene derecho a una compensación”.
Cosa similar sucede en nuestro país vecino, Chile. País que, a diferencia
de Francia, no tiene una tradición divorcista amplia (el divorcio se incluyó a
través de la ley 19947, publicada el 17 de mayo del 2004), pero que, tal vez, por
eso mismo nos ha sacado ventaja al poder recopilar y asimilar experiencias
extranjeras, sin la necesidad de arrastrar lastres.
87
Sin embargo, también en este ordenamiento, de conformidad con el
artículo 62 de la Ley del Matrimonio Civil, se deja en manos del juzgador,
cuando se decrete el divorcio de conformidad con el artículo 54, la posibilidad
de denegar la compensación económica “que habría correspondido al cónyuge
que dio lugar a la causal o disminuir prudencialmente su monto”. La norma
contenida en el artículo 62 de la Ley de Matrimonio Civil es aplaudida por el
conservador autor Corral (2007)
“es lógico que sea así, pues si la compensación busca resarcir los
perjuicios económicos que genera la pérdida del estatuto protector
del matrimonio, no puede aprovecharse de ello quien no ha
respetado dicho estatuto violando sus deberes conyugales o
paternos”.
Y agrega que
88
contenido en el artículo 351 del Código Civil, sin tener protección para su
estabilidad económica. La indemnización por inestabilidad económica y el
resarcimiento por daño moral, son cosas distintas y, en el marco de un divorcio
sanción, bien pueden cohabitar, ya sea asignándose la indemnización por
inestabilidad económica a la mujer y el resarcimiento por daño moral al
marido, o viceversa, o asignarle los dos remedios sólo a la mujer o sólo al
hombre.
89
Como es sabido, en la separación de hecho no se extingue el deber de
asistencia mutua, por lo que, en los casos de separación de cuerpos por
separación de hecho, es posible fijar alimentos, sin ningún problema.
Este criterio ha sido ratificado por el Tercer Pleno Casatorio Civil que
en su fundamento 44 B menciona que
90
Como se puede apreciar, no es clara la relación que guardan los
alimentos con la separación de hecho. Según la jurisprudencia, en los casos de
separación de hecho no se extingue inmediatamente el derecho de alimentos;
según la doctrina, es de aplicación el artículo 350 del Código Civil y, por
tanto, se extingue el deber de prestar alimentos entres los cónyuges.
Precisamente, para los casos como los que denuncia Beltrán está la
indemnización por inestabilidad económica, la cual tiene su razón de ser,
entre otras cosas, en la extinción del deber de asistencia o de socorro entre
los cónyuges. Puesto que, de no extinguirse el deber de alimentos a favor del
cónyuge perjudicado, no tendría sentido fijar indemnización alguna que vele
por la estabilidad económica, puesto que no existiría inestabilidad ya que el
modelo económico familiar podría, en principio, seguir en marcha,
desempeñándose uno en el campo laboral y otro en el ámbito doméstico.
91
Como queda claro, para los franceses el deber de socorro o de
asistencia o el deber de prestar alimentos, resulta relevante para la génesis de
la prestación compensatoria. Antes de la modificación del año 2004, dado que
en el divorcio por ruptura de la vida común (símil a nuestra separación de
hecho) no extinguía el deber de socorro, en este caso, no se estaba obligado a
pagar la prestación compensatoria.
Como se observa la reforma del régimen divorcista francés del año 75’
tuvo, entre otras cosas, como objeto la sustitución de la pensión de alimentos
por la de la prestación compensatoria.
En Chile, al igual que el régimen actual en Francia, el deber de
asistencia recíproca se extingue, sin excepción, por el divorcio. Es más se
argumenta que si bien la compensación económica está dentro de las reglas
comunes aplicables a la separación judicial (separación de cuerpos, en nuestro
país), al divorcio y a la nulidad matrimonial, sólo sería aplicable a estas dos
últimas instituciones, excluyendo a la separación judicial, no sólo porque así
lo dispone el artículo 61 de la ley del matrimonio civil (dispone que se
compensará el menoscabo económico “cuando se produzca el divorcio o se
declare la nulidad del matrimonio”), sino por cuanto
92
“ésta (se refiere la separación judicial) no pone término al deber de
socorro, y, en consecuencia, persiste el deber de alimentos entre
los cónyuges. En efecto, no habiéndose puesto término al
matrimonio no existe razón alguna para hacer procedente la
compensación económica. Si bien puede sostenerse que alguno de
los cónyuges separados judicialmente puede encontrarse en el
mismo supuesto fáctico que el cónyuge débil divorcio o anulado,
no resulta admisible la compensación ya que persiste el vínculo
matrimonial, siendo exigible la obligación alimentaria”. (Pizarro
S/D: 9)
Cantar distinto merece el criterio del pleno con respecto a quién tiene
legitimidad para solicitar este fraccionamiento. El pleno indica que el
fraccionamiento procede a pedido de la parte beneficiada o de ambas partes.
La parte beneficiada, salvo en algún rapto de misericordia, cosa que
consideramos improbable dados los términos en los cuales terminan los
procesos de divorcio por causal, es muy complicado que solicite el
fraccionamiento. La posibilidad de que ambas partes lo soliciten reviste la
misma complicación, puesto que también el cónyuge beneficiado con la
indemnización deberá prestar su consentimiento.
94
En la experiencia comparada, es cierto, como lo dice el pleno casatorio,
que en España la forma prevalente de prestación para velar por la estabilidad
económica es la forma de la pensión, sin embargo, se regulan otras formas de
prestación como lo es la pensión a tiempo indefinido o pensión temporal o
también, como en el Perú, a una suma alzada, es decir, a un monto
determinado; así está regulado en el artículo 97 del Código Civil ibérico.
96
“la finalidad perseguida por la LMC, así fluye de la historia de su
establecimiento, es que el conflicto entre los cónyuges en lo
patrimonial se resuelva de una sola vez, o en el menor tiempo
posible, lo que se ve reflejado en el marco legal sobre la forma de
entrega que pasa desde la consignación de un monto o de una
pensión compensatoria por un plazo máximo de cinco años a una
suma única que puede dividirse en cuotas siempre que el deudor
ofrezca seguridades para el cumplimiento suficiente”.
97
Capítulo III
En el presente capítulo analizaremos qué criterios han sido utilizados por los tribunales
y propuestos por los autores para determinar la inestabilidad económica y,
consecuentemente, identificar al cónyuge más perjudicado. Para ello dividiremos el estudio
en sentencias y opiniones anteriores al Tercer Pleno Casatorio Civil; criterios propuestos
por el Tercer Pleno Casatorio Civil y posteriores a estos; y finalmente, los criterios que en
nuestra consideración deberían aplicarse de conformidad con lo desarrollado hasta este
punto. Planteadas así las cosas empecemos.
El Dr. Álex Plácido (2004:51), por ejemplo, daba una explicación mixta (hay
elementos de responsabilidad civil como elementos que sí corresponden a la
institución estudiada) de la razón del ser del artículo 345-A del Código Civil
98
Como bien lo señala Mendoza (2002:91), quien escribe dentro de este lapso
de tiempo, en los casos de la separación de hecho “para los efectos personales y
patrimoniales que resultan del divorcio se recurre a un esquema del cónyuge
culpable y cónyuge inocente”.
Por su parte, Canales (2010:173) considera que para dictar las medidas
tuitivas a favor del cónyuge más perjudicado es necesario previamente analizar e
identificar al cónyuge que motivó la separación de hecho. Además, agrega que el
cónyuge perjudicado es aquel que no ocasionó la separación de hecho. Con esta
última aseveración coincide el profesor Plácido (2008:54-56) al indica que la
acreditación de un motivo imputable a uno de los cónyuges del alejamiento del
domicilio conyugal “servirá para definir la admisibilidad de la demanda y también
para identificar al consorte perjudicado con el fin de proteger su estabilidad
económica (…)”.
Como se puede apreciar la lógica de esta etapa gira en torno a la culpa. Así
la indemnización se deberá cuando se acredite cuál de los dos cónyuges motivó la
separación de hecho, cuál de los cónyuges violó los deberes conyugales de
asistencia, cohabitación, fidelidad, etc. También, dentro de esta lógica, cabía la
compensación de culpas, por llamarlo de una manera, como se aprecia de la
reproducción del pasaje de la Dra. Cabello o como lo expresa el profesor Plácido
(2003:78) cuando señala que en los casos de alejamiento físico simultáneo o
sucesivo “se comprueba la concurrencia de culpa de ambos consortes, lo que
suprime la posibilidad de invocar la condición de cónyuge perjudicado”.
Muestra práctica de esta lógica culpabilística expuesta por la doctrina son las
sentencias de la época.
Hasta ahí uno podría pensar que en el pleno se logró el objetivo de desligar
la indemnización de todo rasgo de culpabilidad; sin embargo, ello no fue así. En el
fundamento 61, el pleno propone la existencia de dos juicios sucesivos para
determinar si se concede o no la indemnización: un primer juicio que denomina de
procedibilidad en el cual se verifican los daños producidos como consecuencia del
hecho objetivo de la separación de hecho o del divorcio en sí, además el juez debe
verificar que dichos daños tengan relación causal con la separación de hecho, “sin
que deba exigir la concurrencia del factor de atribución” (es decir, sin verificación
de culpa o dolo). El segundo juicio es de fundabilidad en el cual, a criterio del
pleno, sí es posible tener en cuenta aspectos de culpa o dolo ello con el fin de
“determinar la magnitud de los perjuicios y graduar el monto de la indemnización a
favor del cónyuge más perjudicado” y se coloca como ejemplo para este juicio de
101
fundabilidad los siguientes casos “si uno de los cónyuges se rehusó
injustificadamente a cumplir con su obligación alimentaria a favor del otro cónyuge
y de sus hijos; o bien, cuando aquél abandonó el hogar conyugal sin acreditar
motivo justificado, más aún si se fue del hogar para convivir con tercera persona,
dejando desamparados moral y materialmente a su consorte”.
102
situación que tenía durante el matrimonio, entre otras
circunstancias relevantes”.
Sin perjuicio de ello, de los pasajes del pleno recién citados podemos extraer
los siguientes criterios para determinar al cónyuge más perjudicado y para fijar su
cuantía:
103
desequilibrio económico; en consecuencia, el perjuicio a la
demandada rebasó el daño moral”.
• Por otro lado, el pleno señala que, con relación al inicio del proceso
judicial de divorcio, ello, en principio, no puede generar ningún tipo de
responsabilidad.
5 Disponible en http://www.camoron.org.ar/vermas-fallos.php?f=800
105
Bajo esos criterios, la Corte Suprema confirma las decisiones de las
instancias de mérito relacionadas al cónyuge perjudicado considerando que es
la mujer la que ha sufrido más con la separación de hecho.
Por otro lado, el monto fijado (S/. 10,000.00) se establece sin tener en
cuenta ningún criterio, como podría ser el tiempo que la demandante necesita para
estabilizarse económicamente (1 año, 2 años, 5 años) y un monto periódico que
necesite con la finalidad de superar dicha inestabilidad que le ha ocasionado el
divorcio (S/. 1,000.00 mensual por diez meses, por ejemplo).
108
matrimonial y menos aún que motive a considerársele como la cónyuge más
perjudicada”.
109
“conforme se advierte de la propia declaración del demandante,
prestada en la audiencia de pruebas, fue el accionante quien se
alejó del hogar conyugal y posteriormente sostuvo una relación
convivencial con otra persona con la que ha procreado hijos,
faltando así a sus deberes de fidelidad y asistencia en menoscabo
de los sentimientos afectos de su cónyuge. Ahora bien, el hecho
de que la demandada hubiera tenido un nuevo compromiso e
incluso hijos con otra persona, en nada enerva el perjuicio
irrogado a la cónyuge, en tanto que fue el demandante quien por
propia voluntad hizo abandono del hogar conyugal observando así
una conducta impropia y lesiva”.
110
Con respecto a la justificación de esta causal ya sea de impedimento o
de extinción de la pensión compensatoria, se informa que es casi unánime el
pronunciamiento de los tribunales españoles en el sentido “de que la referida
causa extintiva fundada en la vida marital no constituye una sanción para el
preceptor de la pensión por una suerte de vida licenciosa (in fidelidad ex post a
la crisis o ruptura matrimonial)”. (Gutiérrez, 2013: 56) Descartada que esta
causa de extinción esté relacionada a algún concepto de orden moral, la
jurisprudencia española
Luego del tercer pleno casatorio se han dado varias ejecutorias que
hacen confluir criterios de orden objetivo como de orden subjetivo. Los
primeros destinados a valorar realmente la inestabilidad económica y los
segundos más bien a imputar responsabilidad a uno de los cónyuges.
111
En la casación 3464-2010 Lima del 03 de octubre del 2011, se da
cuenta de un caso en el cual, en segunda instancia, revocando la sentencia de
primera instancia, se denegó la indemnización contenida en el artículo 345-A
en atención a que las patologías psiquiátricas que sufría la cónyuge no
guardaban relación causal con la separación de hecho (según la historia clínica
de la cónyuge las patologías eran anteriores a la separación de hecho) y,
además, mediante escritura de separación de patrimonios, se le había
otorgado a la cónyuge la propiedad de la casa conyugal más el doce por
ciento de acciones en una empresa. Sin embargo, la corte suprema casa esta
sentencia de vista indicando que
Por último, se toma en cuenta que fue el cónyuge quien siempre buscó
finiquitar la relación matrimonial, incluso, en un proceso anterior, pretendió
la disolución del matrimonio por la causal de imposibilidad de hacer vida en
común. Este criterio es cuestionable. En primer lugar, contraviene lo
establecido en el tercer pleno casatorio civil, cuando dice, en el considerando
96, apartado d, que
Sin embargo, luego se agrega un criterio que nada tiene que ver con lo
que venimos estudiando: la supuesta depresión de la demandante.
Nuevamente, regresamos a la lógica del divorcio sanción y de la
responsabilidad civil, que tienen fines ajenos a la indemnización estudiada.
115
famoso daño a la persona, sino para determinar si es que el estado físico o
mental del cónyuge más perjudicado va a permitir su reincorporación a la
vida económica. Sin perjuicio de lo indicado, es menester señalar que en el
caso que dentro del matrimonio haya existido algún daño susceptible de
resarcimiento por la vía de la responsabilidad civil (como el caso de contagio
doloso o culposo de alguna enfermedad venérea) esta podrá ser demandada,
pero como una pretensión independiente a la prevista en el artículo 345-A del
Código Civil, y sometida a las reglas propias que regulan el régimen
resarcitorio.
El primer criterio que adopta la sala suprema para tomar dicha decisión
es el siguiente:
116
ello únicamente a la madre, quien atiende al menor a dedicación
exclusiva debido a que éste tiene tendencias a autolesionarse y
lesionar a otras personas, por lo que aquella no pudo labrarse
otras expectativas o deseos de superación personal, trayendo
como consecuencia que al momento de producirse la separación
efectiva, no pudo procurarse su subsistencia por sí misma y deba
recurrir al auxilio del demandante y de los beneficios que éste
percibe como oficial de la marina de guerra del Perú, tanto en el
aspecto económico como de atención médica para el menor y ella
misma, siendo consecuencia inmediata del divorcio en sí que la
demandada no puede acceder más a las prestaciones médicas para
sí, por lo que se verá obligada a incrementar los gastos para
solventar sus tratamientos, perjuicio concreto que se evidencia sin
que sea necesario determinar si tal trastorno se produjo o no a
consecuencia de la separación”.
119
precedente, lo que ha llevado a que la jurisprudencia, junto a la doctrina, se tenga
que hacer su camino. En este camino se ha dado la circunstancia que en el Perú
para determinar el desequilibrio económico y al cónyuge más perjudicado confluyan
criterios de índole objetivo e, incoherente con su fin, criterios de índole subjetivo o
culpabilístico.
120
a) La cónyuge ha dejado su país de origen con el fin de casarse con su
marido y ha residido en Francia desde entonces.
b) El matrimonio ha durado 10 años.
c) La mujer tiene 33 años, el marido 51 años.
d) La mujer es conserje en una casa de reposo y no tiene patrimonio.
e) El marido tiene una propiedad, a través de una sociedad civil inmobiliaria,
en la cual ha construido un hospedaje, el cual es explotado a través de una
sociedad de responsabilidad limitada, de la cual él es el gerente.
f) De igual forma, el marido es copropietario de una casa de campo en
Ciamanacce y participa de la explotación de una propiedad familiar
dedicada al cultivo de manzanas.
g) Los esposos han estado casados bajo el régimen de la separación de
patrimonios.
122
institución en estudio, permite concluir que se trata del efecto
patrimonial que se produce en aquél cónyuge que no pudo
trabajar o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería, por
dedicarse a la familia. El menoscabo así, aparece ligado al
empobrecimiento de uno de los cónyuges producto de las
circunstancias antes descritas y que se manifiesta al concluir el
vínculo matrimonial y se traduce en la disparidad económica de
éstos y en la carencia de medios del cónyuge beneficiario para
enfrentar su vida separada. De allí entonces que la reparación que
se impone por la ley busca corregir este desequilibrio entre las
partes, a fin de que las mismas puedan enfrentar individualmente
el futuro, protegiéndose de esta manera a la que ha tenido la
condición de más débil.
124
“cabe tener presente que, no obstante, las motivaciones o
circunstancias que hicieron que la cónyuge se dedicara al cuidado
de los hijos comunes, ello ha implicado que, en la especie, la
actora, no hubiese podido desempeñar una actividad lucrativa o
remunerada, en los términos y condiciones que podría haberlo
hecho, sobre todo en una época anterior, en la que contaba con
mejores expectativas”.
Al igual que en Francia, país del cual se nutre, en Chile también se siguen
criterios de orden objetivo o sin culpa. Se entra a valorar cómo ha sido la
distribución de roles dentro del matrimonio, independientemente de las razones por
las cuales fue adoptado un determinado rol. Además, se tiene en cuenta la edad, los
ingresos de los cónyuges, la salud, entre otros criterios.
Con respecto a España, en una sentencia del 26 de abril del 2012 expedida
por Juzgado de Primera Instancia Nº 8 de Gijón y recaída en autos Nº 50/2012 se
dispone que no procede la pensión compensatoria por los siguientes fundamentos:
125
Gloria, estaríamos equiparando los ingresos disponibles de ambos
cónyuges.
f) Pese a la reclamación y alegaciones de Gloria, no se ha acreditado en
modo alguno, a que ha tenido que renunciar en cuanto a su nivel de vida.
Podemos ver que se toma en cuenta la duración del matrimonio, el hecho que
no se haya probado que sea la esposa quien se ha dedicado exclusivamente al hogar,
la situación laboral de ambos, los ingresos económicos, el patrimonio de cada uno
de los cónyuges, la circunstancia que la mujer viva con un hijo mayor de edad con
ingresos económicos, elementos objetivos que tienen como fin analizar la situación
económica de los cónyuges, sus niveles de vida, y no analizar quien tuvo la culpa en
el divorcio.
126
pensión compensatoria de 250€ al mes hasta que la cónyuge cumpla 65 años, luego
de los cuales cobrará una pensión de jubilación, lo siguiente:
127
“el cónyuge cuya situación económica, como consecuencia de la
ruptura de la convivencia, resulte más perjudicada tiene derecho a
solicitar en el primer proceso matrimonial una prestación
económica que no exceda del nivel de vida de que gozaba durante
el matrimonio ni del que pueda mantener el cónyuge obligado al
pago, teniendo en cuenta el derecho de alimentos de los hijos, que
es prioritario”
Por su parte, el artículo 233-15 regula los criterios que deberá tomar en
cuenta el juez: la posición económica de los cónyuges, teniendo en cuenta, si
procede, la compensación económica por razón de trabajo o las previsibles
atribuciones derivadas de la liquidación del régimen económico matrimonial; la
realización de tareas familiares u otras decisiones tomadas en interés de la familia
durante la convivencia, si eso ha reducido la capacidad de uno de los cónyuges para
obtener ingresos; las perspectivas económicas previsibles de los cónyuges, teniendo
en cuenta su edad y estado de salud y la forma en que se atribuye la guarda de los
hijos comunes; la duración de la convivencia; los nuevos gastos familiares del
deudor, si procede.
128
270 € y una motocicleta Harley Davidson por 1900 €, es titular de
un piso en Castelldefels, adquirido mediante escritura pública de
25 de septiembre de 2012 por 145.000 €, de los cuales 98210 € se
financian mediante préstamo hipotecario, es titular de un plan de
pensiones en BanSabadell con los mismos derechos consolidados
que la Sra. Valentina , es decir, 9607,07 €; es cotitular de la cuenta
bancaria en Banco Sabadell, que a fecha de interposición de la
demanda tenía un saldo de 16.594,70 € y era titular de una cuenta
en Bankia con un saldo de 9257,36 € y de otra cuenta en esta
misma entidad con un saldo de 54,93 €, de un depósito de valores
en Banco de Sabadell por valor de 2040 €; de un depósito de
valores por valor de 2567 € y de una cuenta en Banco de Sabadell,
aperturada el 3 de septiembre de 2012, con un saldo de 8237,67 €.
Este breve repaso de sentencias extranjeras ha tenido como único fin mostrar
cuál es la metodología que se sigue en esos países para determinar al cónyuge más
perjudicado o para determinar la existencia de inestabilidad económica o no. Los
129
tres países coinciden, con sus matices, en excluir la culpa o el dolo en el análisis
para conceder o no esta indemnización, en excluir cualquier causa imputable a uno
u otro cónyuge. No se discute si tal o cual enfermedad han sido causadas por la
separación, se verifica el estado de salud en aras de determinar si es posible o no la
reinserción laboral. No se discute si el marido frustró el proyecto de vida de la
mujer al abandonarla, simplemente se observa si es que uno de los cónyuges en
razón de la vida familiar renunció a expectativas de desarrollo personal o
profesional. No se valora la pérdida del estatus social; se valora la diferencia de
patrimonios que puede existir entre cada uno de los cónyuges tras el divorcio.
Luego de haber analizado cuáles han sido los criterios para determinar al
cónyuge más perjudicado desde que se dio la ley que introdujo la separación de
hecho en el Perú hasta la actualidad, luego de haber revisado qué criterios se utilizan
en la experiencia comparada para determinar el desequilibrio económico e
identificar al beneficiario de la indemnización, y atendiendo a la finalidad de velar
por la estabilidad económica del cónyuge más perjudicado por la separación de
hecho, indicada por el artículo 345-A del Código Civil, y a su naturaleza jurídica,
consideramos que estos deben ser algunos de los criterios que deben de utilizar los
órganos jurisdiccionales para determinar la existencia de inestabilidad económica
luego de la separación y, en consecuencia, de un cónyuge más perjudicado.
130
En España, por ejemplo, la comparación de patrimonios tras la crisis
matrimonial dará lugar al desequilibrio económico, objetivamente
determinado. En efecto, en la obra de Varsi (2012:652), en colaboración con
Ortiz Solé, refiriéndose al ordenamiento español, se indica que en la
península “el segundo de los presupuestos de la compensación es el
desequilibrio existente entre los patrimonios personales de cada uno de los
dos cónyuges miembros de la pareja, a partir de la separación o divorcio”.
Los autores citados toman posición indicando que “en caso de existir
gananciales el juez está obligado a compensar los patrimonios entre los
cónyuges, tomándolos en cuenta, lo que deja poco margen para que opere la
compensación económica, ya que el beneficio de lo obtenido durante el
matrimonio se repartirá en los gananciales”.
133
patrimonios, aunado con algún otro criterio, como, por ejemplo, el referido a
la dedicación a la familia y a los hijos comunes, puede determinar la
concesión de la indemnización. Incluso, para estos casos, en la experiencia
española se ha fijado una indemnización especial; así, el artículo 1438 del
Código Civil, establece que “el trabajo para la casa será computado como
contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el
Juez señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación”, lo
que se conoce como compensación por el trabajo en el hogar.
El artículo 271 del Código Civil francés prevé este criterio al señalar
que debe tenerse presente las consecuencias de las decisiones profesionales
hechas por uno de los esposos durante la vida en común por la educación de
los hijos y el tiempo que todavía hará falta dedicar o para favorecer la carrera
de su cónyuge en detrimento de la propia.
134
Con respecto a ello, se ha indicado (Piwnica 2013:14) que el balance de
la prestación compensatoria se inclinará a favor de aquel cónyuge que ha
sacrificado su vida profesional o, por lo menos, ha ralentizado su carrera,
aquel que ha seguido a su cónyuge a voluntad de sus cambios, o incluso aquel
que ha renunciado a sus ambiciones para quedarse en casa con los niños,
mientas que su consorte se consagraba al trabajo y continuaba
desarrollándose profesionalmente.
Es lógico que este criterio sea evaluado puesto que nos va a permitir
verificar si es que la inestabilidad económica se debe a como se desarrolló la
vida matrimonial o si se debe a alguna otra causa. En efecto, puede que se
constate inestabilidad luego del divorcio, pero que no sea atribuible al hecho
objetivo de la separación de hecho o del divorcio, sino a causas preexistentes
al matrimonio o coetáneas con el matrimonio, pero ajenas al mismo
(decisiones tomadas en el foro personal y no en razón del matrimonio o
malas decisiones profesionales o financieras). En estos casos, no debería
proceder indemnización por cuanto la inestabilidad no está relacionada a la
vida matrimonial.
La pérdida del seguro ha sido tomada en cuenta por una Sala Superior,
decisión que fue confirmada por la Corte Suprema, en casación 405-2013
Cusco, para determinar además de la indemnización, la continuidad del
seguro en la sanidad de la Policía (su ex marido es miembro de dicha
institución), en razón de que la cónyuge estaba infectada por Virus de
Papiloma Humano.
136
compensado o de no existir ésta, a una cuenta de capitalización
individual, que se abra al efecto.
Con relación a la vida en común, por otro lado, se indica que rige el
principio de inmediatez, en virtud del cual sólo procederá compensación por
desequilibrio cuando no medie mucho tiempo entre la ruptura de la vida en
común y el alegado desequilibrio. Así (Varsi 2012:651)
137
que alguno de ellos haya alcanzado un determinado estatus que
merezca protección”.
138
5.5 Probabilidades de acceso al mercado laboral o de desarrollar
actividad lucrativa
5.5.1 Edad
140
grado de instrucción mayor aptitud para obtener una plaza o iniciar una
actividad económica.
141
comparten ciertas características, siendo una de las principales coincidencias
que ambas están fuera de los predios de la responsabilidad civil.
142
De igual forma, en el trabajo de la profesora Belío (2013:100) se recoge
la sentencia del Juzgado de Primera Instancia Nº 80 de Madrid, de fecha 28
de enero del 2013, sentencia Nº 38/2013, en la cual se describe una situación
dramática del cónyuge más perjudicado originada, entre otras cosas, por el
criterio que venimos exponiendo, así indica:
144
CONCLUSIONES
PRIMERA: El régimen actual de divorcio es un régimen complejo en el que cohabitan
tanto el divorcio sanción, como el divorcio remedio y el divorcio incausado. En el Perú, si
bien el divorcio ha sido regulado desde el año 1930, durante toda su evolución, e incluso
actualmente, se ha enfrentado con opositores y con reparos por cuestiones de orden moral.
Dichos reparos de orden moral no han permitido una adecuada comprensión de la función
que cumple el divorcio ni una adecuada regulación de sus consecuencias, específicamente,
patrimoniales. El divorcio se sigue viendo según el esquema de “inocente-culpable”. Sin
embargo, hemos apreciado en el capítulo primero como ha ido evolucionando el divorcio,
por lo que las esperanzas de perfeccionamiento de nuestro régimen divorcista siguen
intactas.
SEGUNDA: La naturaleza jurídica de la indemnización regulada en el artículo 345-A del
Código Civil es la de una obligación legal indemnizatoria que tiene por acreedor al cónyuge
más débil económicamente, independientemente de cualquier alegación de culpabilidad,
ello por cuanto la finalidad primordial es velar por la estabilidad económica y no la de
resarcir daños imputables a uno de los cónyuges y por sólo concederse en la separación de
hecho, que es un divorcio no culpable.
TERCERA: El artículo 345-A del Código Civil contiene una serie de deficiencias. Entre
ellas podemos señalar que no contiene una descripción precisa que permita determinar la
naturaleza jurídica; su aplicación dentro del régimen de divorcio es incompleta, puesto que
no incluye dentro su protección los casos de divorcio sanción; no es clara la compatibilidad
de la indemnización por inestabilidad económica con el derecho de alimentos entre
cónyuges; la forma de prestación de la indemnización no es flexible, sólo se contempla la
posibilidad de un pago único, sin embargo, debería regularse la renta vitalicia para casos
excepcionales; no contiene criterios que permitan la identificación del cónyuge perjudicado
ni criterios que permitan la cuantificación del monto de la indemnización. En ese sentido,
se debe pensar en realizar una reforma que permita subsanar estas deficiencias que de una u
otra forma pueden generar injusticias.
CUARTA: Se ha constatado una evolución en el entendimiento de la indemnización por
inestabilidad económica. Al principio (entre los años 2001-2011) su enfoque y los criterios
que se usaban eran meramente culpabilísticos, se buscaba al cónyuge culpable y se resarcía
al cónyuge inocente (quien era el abandonado, el agraviado por la violencia o por la
infidelidad). En una segunda etapa (del 2011 a la actualidad), marcada por el tercer pleno
casatorio civil, se ha producido un cambio parcial de enfoque en donde confluyen criterios
de orden objetivo (edad, salud, decisiones de los cónyuges en favor de la familia) y de
orden subjetivo (infidelidad, intención de divorciarse, violencia física o psicológica,
incumplimiento de obligaciones alimentarias).
QUINTA: El cónyuge más perjudicado por la separación de hecho, y beneficiario de la
indemnización regulada por el artículo 345-A del Código Civil, no debe ser identificado
como el cónyuge abandonado, agraviado por violencia o infidelidad, sino debe ser
identificado como el cónyuge que sufre la inestabilidad económica y para cuya
identificación, además, deberá tomarse en cuenta datos objetivos como el patrimonio y los
ingresos previsibles de los cónyuges tras el divorcio; la situación laboral de los cónyuges; el
régimen patrimonial del matrimonio; las decisiones personales o profesionales tomadas en
razón de la convivencia, del matrimonio o de los hijos; situación previsional y de seguridad
social; duración de la vida común; la existencia de una unión de hecho impropia durante la
separación de hecho; las probabilidades de acceso al mercado laboral o de desarrollar
145
actividad lucrativa; la edad; el estado de salud; el grado de instrucción y la experiencia
laboral; el aporte a la actividad del otro cónyuge; entre otras circunstancias, cuidando
siempre de excluir criterios culpabilísticos que nada tienen que ver con la indemnización
estudiada.
SEXTA: La comprensión de la real naturaleza jurídica de la indemnización estudiada, así
como el perjuicio que se pretende indemnizar y, sobre todo, de quién es el cónyuge
perjudicado, permitirá otorgar indemnizaciones acordes a su función y que den la cobertura
necesaria para que el cónyuge económicamente débil pueda revertir dicha situación de
inestabilidad económica a la que hace referencia el artículo 345-A del Código Civil. En la
actualidad, la jurisprudencia, en base al tercer pleno, y a la voz daño a la persona, viene
valorizando “equitativamente” la indemnización como si se tratará de un resarcimiento que
sin duda no permite, en la mayoría de casos, superar la inestabilidad económica.
146
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RESOLUCIONES JUDICIALES
Poder Judicial
• STC Nº 2868-2014-AA/TC
• STC Nº 782-2013-AA/TC
Extranjeras
159
ÍNDICE
Pág.
Dedicatoria 2
Introducción 3
Capítulo I
El divorcio por la causal de separación de hecho 5
1. Definición de divorcio 5
161
4. Naturaleza jurídica de indemnización fijada para velar por la estabilidad
económica del cónyuge más perjudicado 61
163