Pericarditis Aguda
Pericarditis Aguda
Pericarditis Aguda
Pericarditis aguda
E. Díaz Peláez*, A.C. Martín-García y P.L. Sánchez
Servicio de Cardiología. Hospital Universitario de Salamanca. Salamanca. España. Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL). Facultad de Medicina.
Universidad de Salamanca. Salamanca. España. CIBERCV. Salamanca. España.
Keywords: Abstract
- Acute pericarditis
Acute pericarditis
Epidemiology. This is the most common pericardial syndrome, and appears to be most frequent in young
- Pericardial effusion
adults.
- Myopericarditis
Aetiology/aetiopathogenesis. Most of the cases in our environment are viral or idiopathic, although it
can be associated with systemic and neoplastic disease. The most common aetiology in developing
countries is tuberculosis.
Clinical manifestations. The principal clinical manifestation is chest or precordial pain of mechanical
characteristics. Low-grade fever can be associated.
Diagnosis. Two of these 4 criteria need to be present to establish a diagnosis: pericardial chest pain,
pericardial rub, new ST segment elevation or PR segment depression on ECG and pericardial effusion.
Prognosis. The course of the condition is usually benign and symptoms disappear when treatment is
started. However, complications can appear in some cases such as myopericarditis or cardiac
tamponade, especially in cases that are not viral in aetiology.
Treatment. Non-steroidal anti-inflammatory drugs are the treatment of choice for acute idiopathic
pericarditis, associated with colchicine to prevent recurrence. Other aetiologies require specific
treatment of the cause.
*Correspondencia
Correo electrónico: elenadpelaez@gmail.com
TABLA 1
Etiología y etiopatogenia Etiología de la pericarditis aguda
Etiología infecciosa
La pericarditis aguda es un síndrome clínico plurietiológico.
Vírica Enterovirus (Coxackievirus, Echovirus), herpersvirus
En la tabla 1 se muestran las principales causas de pericardi- (VEB, CMV, HHV-6), adenovirus, parvovirus B19
tis aguda, que pueden ser infecciosas y no infecciosas3,4. Bacteriana Principalmente Mycobacterium tuberculosis. Menos
frecuente: Coxiella burnetti. Resto de etiología
En nuestro medio, la etiología más frecuente es la idio- bacteriana es muy infrecuente
pática o vírica, que representa más del 90% de los casos que Fúngica Histoplasma spp. (más frecuente en
inmunocompetentes), Aspergillus sp., Blastomyces
se manejan de forma ambulatoria. En muchos de estos casos spp., Candida spp. (más frecuentes en
no se llega a investigar la causa subyacente, estableciéndose inmunocomprometidos)
el diagnóstico de idiopática, aunque se cree que la mayoría Parasitosis Muy infrecuente. Echinococcus spp., Toxoplasma
spp. A
de estas son de causa vírica. Los virus cardiotropos pueden
causar inflamación pericárdica y miocárdica mediante un Etiología no infecciosa
Inflamatorias y autoinmunes Pericarditis postinfarto de miocardio. LES, síndrome
efecto citolítico o citotóxico, como es el caso de los entero- de Sjögren, artritis reumatoide, esclerodermia
virus, o por mecanismos inmunomediados, como los herpes- Neoplásica Tumores primarios (muy poco frecuente, más
virus3,5. frecuente en mesotelioma). Metastásicos: cáncer
de mama y pulmón, leucemia, linfoma
Entre los pacientes ingresados, se describe también con Metabólica Urémica, mixedema
cierta frecuencia la pericarditis epistenocárdica (en fase pre- Traumática Traumatismos directos penetrantes o indirectos.
coz postinfarto) o dentro del llamado síndrome de Dressler Pericarditis posradiación. Posintervención: tras
intervención coronaria percutánea o ablación.
(habitualmente 2 a 3 semanas postinfarto), así como las se- Síndrome pospericardiotomía
cundarias a enfermedades sistémicas y neoplasias. Secundaria a fármacos Síndrome lupus-like (procainamida, hidralacina,
metildopa, isoniacida, fenitoína). Penicilina (cursa
Entre los procesos neoplásicos, destacan el cáncer de pul- con eosinofilia). Doxorubicina, daunorubicina,
món, los linfomas, leucemias, mesotelioma y cáncer de mama citosina arabinósido, 5-fluoruracilo, ciclofosfamida
(a menudo asocia miocardiopatía)
como los que con más frecuencia afectan de forma secunda- CMV: citomegalovirus; LES: lupus eritematoso sistémico; VEB: virus de Epstein-Barr.
ria al pericardio6. Adaptada de Adler Y, et al3, Imazio M, et al4, Sauleda JS, et al5.
Manifestaciones clínicas
La manifestación clínica principal de la pericarditis aguda es
el dolor torácico. Se localiza en la región precordial o re-
troesternal, y puede irradiar a hombros, región supraclavicu-
lar, brazos o espalda. Suele iniciarse de forma progresiva, no
tan brusca como en los síndromes coronarios agudos, y suele
persistir de forma continua durante horas o días. Tiene ca-
racterísticas mecánicas, de forma que se incrementa con los
movimientos respiratorios, los cambios posturales y el decú-
bito, y mejora típicamente en sedestación y al inclinar el
tronco hacia delante5. Es frecuente la aparición de fiebre o
febrícula.
En la exploración física, el signo característico es la pre-
sencia de roce pericárdico durante la auscultación. Se describe
de mayor intensidad en mesocardio y borde paraesternal iz-
Fig. 1. Ecocardiografía transtorácica, plano apical de 4 cámaras en el que se
quierdo y aumenta con la inspiración. Solo está presente en un
observa colapso de la aurícula derecha por la presencia de derrame pericárdico
porcentaje de casos variable, pero cuando se encuentra consti- severo como complicación en una paciente con pericarditis aguda.
tuye uno de los criterios diagnósticos de esta patología3,5.
El paciente puede referir disnea, especialmente cuando
se asocia derrame pericárdico importante. En estos casos,
puede presentar datos durante la exploración de aumento de
presión venosa, ruidos cardíacos apagados o pulso paradójico
como dato de taponamiento.
cárdico significativo, o derrame pleural en caso de pleurope- plicación (derrame importante que requiera drenaje o ausen-
ricarditis, más habitual en el lado izquierdo5. Podemos ob- cia de respuesta al tratamiento o sospecha de etiología distin-
servar además patología extracardíaca causante de la ta a la vírica que requiera profundizar en el diagnóstico
pericarditis, como un tumor pulmonar o mediastínico, y nos etiológico). Debe considerarse en algunos casos de pericardi-
ayudará al diagnóstico diferencial de otras entidades (la pre- tis neoplásica, en los que puede ser necesaria incluso la biop-
sencia por ejemplo de ensanchamiento mediastínico en un sia percutánea o quirúrgica para confirmar el diagnóstico
síndrome aórtico)3,5. etiológico3.
Dentro de las técnicas de imagen cardíaca, la ecocardio-
grafía será la primera prueba a realizar en la sospecha de
patología pericárdica. Permite detectar y cuantificar la pre- Pericarditis purulenta
sencia de derrame pericárdico, que es uno de los criterios
diagnósticos, y el eventual compromiso hemodinámico que El peor pronóstico de la pericarditis purulenta obliga a un
pueda condicionar. Permite además detectar la posible dis- enfoque diagnóstico preciso. Suele cursar como un síndrome
función ventricular en caso de afectación miocárdica. Ayuda- febril, a menudo con sepsis.
rá en el diagnóstico diferencial con el síndrome coronario La sospecha de pericarditis purulenta es indicación de
agudo, permitiendo identificar la presencia de alteraciones pericardiocentesis urgente, que ayudará tanto en el diagnós-
de contractilidad segmentarias, que pueden estar presentes tico como en el tratamiento. El líquido pericárdico puede ser
no obstante en casos de miopericarditis3. purulento, con bajo contenido en glucosa y elevado recuento
Otras técnicas de imagen, como la resonancia magnética celular, con un alto porcentaje de neutrófilos. La ratio de
(RM) y la tomografía computadorizada (TC), que pueden glucosa pericardio/suero puede ayudar a diferenciarla de la
mostrar datos de inflamación pericárdica, a veces son de uti- pericarditis tuberculosa y neoplásica, en la que está más ele-
lidad en casos seleccionados, con mala respuesta al trata- vado (mayor de 0,7). Debe realizarse citología y estudio bac-
miento, dudoso diagnóstico o presencia de complicaciones. teriológico y fúngico del líquido pericárdico, así como he-
mocultivos3.
Diagnóstico
Pericarditis tuberculosa
La Sociedad Europea de Cardiología en sus guías para el diag-
nóstico y tratamiento de las enfermedades del pericardio con- Debemos sospechar la posibilidad diagnóstica de tuberculo-
sidera que deben presentarse al menos 2 de los siguientes cri- sis especialmente en pacientes de áreas endémicas e inmuno-
terios diagnósticos para el diagnóstico de la pericarditis aguda3: comprometidos.
1. Dolor torácico pericardítico. Para la confirmación diagnóstica, realizaremos en primer
2. Roce pericárdico. lugar una aproximación no invasiva. La radiografía de tórax
3. Nueva elevación del segmento ST o depresión del seg- puede revelar datos de afectación extracardíaca, y la ecocar-
mento PR en el ECG. diografía puede mostrar derrame pericárdico con contenido
4. Derrame pericárdico. hiperecogénico, que sugiere presencia de exudado, aunque
Además, describe otros hallazgos que pueden ser una no es un dato específico de tuberculosis. Otras pruebas de
ayuda adicional para el diagnóstico: imagen como la RM y la TC cardíacas pueden mostrar en-
1. Elevación de marcadores de inflamación (PCR, veloci- grosamiento pericárdico y adenopatías traqueobronquiales y
dad de sedimentación globular, leucocitosis). mediastínicas. La prueba de tuberculina (PPD, Mantoux) no
2. Evidencia de inflamación pericárdica documentada es útil en este contexto. El cultivo de esputo, urinocultivo y
por técnicas de imagen (TC, RM). cultivo de aspirado gástrico son opciones diagnósticas para la
La anamnesis y la exploración física serán, por tanto, ele- identificación de M. tuberculosis3.
mentos básicos para el diagnóstico. Debemos sospechar pe- En caso de sospecha diagnóstica de pericarditis tubercu-
ricarditis aguda en pacientes con clínica de dolor torácico losa, está indicada la pericardiocentesis diagnóstica. Para
pericardítico, a menudo con antecedente de un proceso víri- aquellos casos en que no es posible la obtención de líquido
co reciente, y en presencia de los citados criterios diagnósti- pericárdico, existe un score diagnóstico que podemos aplicar
cos. Como técnicas complementarias, pueden ser de utilidad en pacientes de áreas endémicas que incluye los siguientes
la realización de una bioquímica básica para la detección de ítems:
marcadores de inflamación y descartar una posible afecta- 1. Fiebre [1].
ción miocárdica (PCR y troponinas) y un hemograma, que 2. Sudor nocturno [1].
puede mostrar leucocitosis. 3. Pérdida de peso [2].
No se recomienda la realización de serologías de rutina 5. Niveles de globulina superiores a 40 g/l [3].
para la búsqueda del agente etiológico, y se reservarán para 6. Niveles de leucocitos en sangre periférica inferiores a
casos concretos en los que se sospeche la presencia de infec- 10x109 /l [3].
ción por el VIH u otras patologías que requieran tratamien- Una puntuación de 6 o superior es altamente sugestiva
to específico. de pericarditis tuberculosa.
Otras pruebas invasivas como la pericardiocentesis no En los casos en que sea posible el análisis del líquido pe-
están exentas de riesgos y solo se justifican en caso de com- ricárdico, se realizará cultivo para Mycobacterium tuberculosis,
PCR, análisis bioquímico (proteínas y LDH), citología (un distales. En el caso del síndrome aórtico, el dolor suele ser de
exudado linfocítico es compatible con el diagnóstico de peri- inicio brusco, muy intenso, y localizado en la región dorsal.
carditis tuberculosa), análisis de interferón gamma, ADA y Hay que tener en cuenta que algunos casos de disección aór-
lisozima. tica pueden cursar con derrame pericárdico5,12.
En algunos casos seleccionados puede ser necesaria la El resultado de las pruebas complementarias también
realización de biopsia pericárdica para llegar al diagnóstico, puede ofrecer ciertas dudas acerca de otras posibilidades
pero esta no debe retrasar el inicio del tratamiento antituber- diagnósticas. De este modo, debemos distinguir el ascenso
culoso empírico en pacientes con alta sospecha y caracterís- del segmento ST del ECG que podemos encontrar en la pe-
ticas epidemiológicas compatibles3. ricarditis aguda de la morfología descrita como repolariza-
ción precoz, frecuente en adolescentes y adultos jóvenes.
Esta se describe como una muesca de la porción terminal del
Diagnóstico diferencial QRS, con elevación del punto J ≥ 1 mV y una onda T posi-
tiva13.
El cuadro clínico de la pericarditis aguda debe formar parte
del diagnóstico diferencial del dolor torácico. Puede confun-
dirse en las primeras horas de evolución con un síndrome Factores pronósticos
coronario agudo, especialmente cuando se presenta con ele-
vación del segmento ST en el ECG. El distinto tratamiento Entre los factores descritos de alto riesgo y predictores de
y pronóstico nos obligan a realizar un diagnóstico diferencial complicación destacan los siguientes:
entre ambos síndromes. 1. Fiebre mayor de 38ºC.
Existen datos de laboratorio, ECG y ecocardiográficos 2. Curso subagudo de la enfermedad.
que nos serán de utilidad en el diagnóstico diferencial entre 3. Pacientes inmunodeprimidos.
estas dos entidades, pero las distintas características clínicas 4. Tratamiento anticoagulante.
serán el pilar fundamental que nos ayudará a orientar el diag- 5. Tratamiento con corticoides.
nóstico, por lo que es imprescindible una cuidadosa anamne- 6. Traumatismo.
sis. En la tabla 2 se muestran las principales características 7. Derrame pericárdico grave (más de 2 cm en ecocardio-
diferenciales. grafía).
El dolor pericárdico y pleurítico tienen características 8. Taponamiento cardíaco.
similares, y además es relativamente frecuente la asociación 9. Ausencia de respuesta clínica al tratamiento con anti-
de pericarditis y pleuritis (pleuropericarditis)5. inflamatorios.
Otra de las entidades clínicas a tener en cuenta como 10. Miopericarditis.
parte del diagnóstico diferencial del dolor torácico es el sín- Estos pacientes de mayor riesgo suelen requerir ingreso
drome aórtico agudo. Ha de realizarse una correcta explora- hospitalario y puede estar indicada la búsqueda del diagnós-
ción física que permita por tanto descartar la presencia de tico etiológico, a fin de descartar otros procesos sistémicos o
focalidad neurológica, soplos y déficit o asimetrías de pulsos infecciosos distintos del vírico.
El sexo femenino se asocia con más frecuencia a enfer-
medades inflamatorias sistémicas y autoinmunes, y a una ma-
TABLA 2 yor incidencia de complicaciones por tanto7,14. Sin embargo,
Diagnóstico diferencial entre pericarditis aguda e infarto agudo entre los casos con afectación miocárdica parece haber ma-
de miocardio yor prevalencia del sexo masculino, lo que sugiere la posible
existencia de factores hormonales que incidan en la etiopato-
Pericarditis aguda Infarto agudo de miocardio
génesis de la miopericarditis9.
Dolor torácico Región precordial, hombros, Retroesternal, hombro
espalda, región izquierdo, brazos
supraclavicular
Inicio brusco
Inicio más paulatino, no
brusco Opresivo Tratamiento
Puede ser de carácter Dura pocas horas
opresivo o punzante No se modifica con los La primera medida terapéutica recomendada en el trata-
Dura varios días movimientos miento de la pericarditis aguda es la restricción de la activi-
Características mecánicas Frecuente clínica vegetativa dad física, con reposo relativo hasta la resolución de los sín-
Sin sintomatología vegetativa tomas y la normalización de las cifras de PCR3,15.
ECG Elevación difusa del ST Elevación del ST en algunas En aquellos pacientes en los que se identifique una causa
de concavidad superior derivaciones, con imagen
especular (descenso) en etiológica distinta de la vírica, debe tratarse de forma especí-
Ondas T positivas otras
Sin imagen especular
fica su enfermedad de base.
Progresión con aparición
Sin onda Q de ondas Q El tratamiento farmacológico de la pericarditis aguda
Puede existir descenso
idiopática o vírica (fig. 3 y tabla 3) se basa sobre todo en la
del PR administración de AINE, principalmente ibuprofeno o AAS.
Enzimas cardíacas Normales en ausencia de Elevadas Se emplea habitualmente ibuprofeno, pero elegiremos uno u
miopericarditis
otro en función de las características individuales del pacien-
ECG: electrocardiograma.
Adaptada de Sauleda JS, et al5. te, antecedentes y patologías concomitantes. Deben adminis-
Pericarditis recurrente
TABLA 3
Tratamiento farmacológico de la pericarditis aguda idiopática: fármacos Las tasas de recurrencia pueden llegar al 30%, a menudo por
y posología
un tratamiento inadecuado del primer episodio. Tras una pri-
Fármaco Dosis Duración del tratamiento mera recurrencia puede repetir hasta en el 50% de los casos,
Ibuprofeno 600 mg cada 8 h 1-2 semanas; reducción de dosis especialmente en pacientes que no recibieron tratamiento
200-400 mg cada 1-2 semanas
con colchicina o que fueron tratados con corticoides.
AAS 750-1.000 mg cada 8 h 1-2 semanas; reducción de dosis
250-500 mg cada 1-2 semanas En caso de recurrencia, los AINE o AAS, más colchicina,
Colchicina 0,5 mg/día (< 70 kg) o 3 meses; puede considerarse continúan siendo el tratamiento principal, en las dosis antes
reducción 0,5 mg cada dos días referidas. La asociación de corticoides (triple terapia) en do-
0,5 mg/12 h(≥ 70 kg) (< 70 kg) o 0,5 mg una vez al día
(≥ 70 kg) en las últimas semanas sis bajas/moderadas se reserva como segunda línea, puesto
AAS: ácido acetilsalicílico. que pueden favorecer la cronificación y aparición de nuevas
Adaptada de Adler Y, et al3.
recurrencias. Se ha descrito un umbral de dosis para las re-
currencias, establecido en 10-15 mg/día de prednisona o
trarse dosis completas cada 8 horas para lograr un control equivalente. Una vez alcanzado este umbral, pueden ser ne-
precoz de los síntomas, y el tratamiento debe mantenerse cesarios decrementos tan pequeños como 1,0-2,5 mg a inter-
hasta la resolución de los síntomas y la normalización de los valos de 2-6 semanas.
marcadores inflamatorios3,4. Una vez lograda la respuesta clínica completa, y tras la
Se recomienda además la administración de colchicina normalización de los parámetros inflamatorios, la retirada de
en dosis bajas ajustadas por el peso para prevenir las recu- los fármacos debe realizarse de uno en uno, y manteniendo
rrencias16. Colchicina está indicada actualmente con igual colchicina habitualmente durante varios meses3. En los casos
nivel de evidencia que los AINE en el tratamiento de la pe- recurrentes, es importante insistir al paciente en la necesidad
ricarditis aguda (recomendación clase I, nivel de evidencia de restringir la actividad física durante la fase aguda. El ma-
A). nejo terapéutico puede realizarse habitualmente de forma
Los corticosteroides deben reservarse como segunda op- ambulatoria, y solo los pacientes con factores de riesgo re-
ción para aquellos pacientes sin respuesta al tratamiento con quieren ingreso hospitalario17 (fig. 4).
AINE o AAS, y colchicina para los casos con contraindica- Para aquellos pacientes que requieren dosis altas de cor-
ción para estos fármacos y para aquellos en los que estén ticoides a largo plazo (15-25 mg/día de prednisona) o que no
indicados para el tratamiento de una enfermedad sistémica. presentan respuesta al tratamiento, se han mostrado útiles
Se asocian a cronificación y recurrencias, por lo que es pre- otras terapias que incluyen el uso de azatioprina, inmuno-
ferible en estos casos el uso de dosis bajas a moderadas (pred- globulinas intravenosas y anakinra, un antagonista recombi-
nisona 0,2-0,5 mg/kg/día o equivalente), que se mantendrán nante del receptor de IL-1b. Azatioprina es útil en el control
durante varias semanas y se retirarán de forma progresiva de los síntomas a largo plazo, y es preferible por su menor
tras la remisión del cuadro clínico3. coste. Estas terapias deben reservarse para casos excepciona-
Se recomienda mantener la restricción de actividad física les, recurrentes, sin respuesta a los fármacos de primera y
competitiva en deportistas hasta la resolución completa de segunda línea, dependientes del tratamiento corticoide y en
los síntomas y la normalización de las pruebas complemen- ausencia de un proceso infeccioso. Se recomienda un manejo
tarias, durante un periodo mínimo de 3 meses3. multidisciplinar de estos casos, con un análisis individualiza-
La realización de pericardiocentesis se reserva para los do de los riesgos3,18-22.
casos de taponamiento cardíaco o de pericarditis bacteriana3. La pericardiectomía es la última opción terapéutica en
El efecto secundario más frecuente del tratamiento de la los casos más refractarios. Se reserva habitualmente para los
pericarditis aguda es la intolerancia gastrointestinal, en apro- casos que desarrollan constricción y es excepcional su uso en
2ª línea de tratamiento
(contraindicación para 1ª línea y exclusión de causas infecciosas)
Conflicto de intereses
Dosis bajas de corticoides Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
3ª línea de tratamiento
Responsabilidades éticas
Azatioprina, inmunoglobulina iv o anaquinra
Protección de personas y animales. Los autores declaran
que para esta investigación no se han realizado experimentos
4ª línea de tratamiento en seres humanos ni en animales.
Pericardiectomía
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en
este artículo no aparecen datos de pacientes.
Fig. 4. Tratamiento de la pericarditis recurrente. AAS: ácido acetilsalicílico;
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; iv: intravenoso. Adaptada de Adler Y,
et al3. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los
autores declaran que en este artículo no aparecen datos de
pacientes.
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