Ensayo
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Maestría en Administración
3º. Cuatrimestre
Introducción
En los últimos años y a raíz de las crisis o de las diferentes “burbujas”, se ha puesto de
manifiesto que los sistemas de control interno y la gestión de riesgos no siempre funcionan
adecuadamente.
Todo hace pensar que es preciso establecer mejores estándares y mecanismos que
garanticen un control más eficiente en estos campos. No cabe duda de que la auditoría interna
juega un papel clave en esta área por su capacidad para reforzar la transparencia, para
determinar si se están utilizando herramientas válidas y para comunicar las lagunas que puedan
generar problemas a futuro.
Día con día las experiencias evidencian cada vez más las graves carencias que tienen las
empresas en materia de auditoría, no solo las pequeñas, sino también las grandes. Si bien es
cierto que existe incumplimiento de las normas básicas y fundamentales de la auditoria interna,
lo es también la ausencia de conocimiento en cuanto al patrimonio financiero a proteger, y de los
métodos e instrumentos de análisis a ser utilizados por auditores internos.
Desarrollo
Actualmente se puede observar a los auditores tratando de analizar por que sucedieron
los hechos, como fue, qué hacer para evitar que se repita, cuando la forma correcta de actuar es
previniendo y evitando por todos los medios la ocurrencia de hechos que afecten a la
organización.
Los auditores no pueden ser percibidos como inspectores, sino como asesores con el
objetivo de proteger y mejorar el funcionamiento financiero de la organización. Un sinnúmero de
empresas han salido del mercado como producto de sus deficiencias en el control y en la falta de
auditoria interna que permita evaluarse eficazmente. La falta de control no sólo ha permitido
estafas y/o fraudes, sino también graves errores en materia de toma de decisiones.
El informe de Auditoría Interna es el resultado del trabajo realizado por el auditor interno.
El Instituto de Auditores Internos ha puesto el foco en la elaboración del informe a través de la
experiencia práctica y ejemplos reales.
Una redacción que no se entiende, una prueba mal enfocada, preguntas que no se han
hecho, o un análisis incompleto, pueden dejar sin una visión adecuada de un riesgo que se quiere
poner de manifiesto en un informe de auditoría interna y, en consecuencia, pueden poner en
peligro a la organización.
Se destacan dos fases a la hora de elaborar el informe de Auditoría Interna y evitar algunos
de los errores más comunes: la fase de obtención de conocimiento y la de redacción.
Otro aspecto relevante en el que el auditor tendrá cada vez un papel mayor es el
relacionado con las valoraciones, ya que éstas impactan en el conjunto de la compañía y en
ocasiones no están convenientemente comunicadas. Las hipótesis y los elementos de juicio en
las valoraciones son amplias, pero no siempre se utilizan y explican con la suficiente claridad y
transparencia.
Sin embargo el trabajo del auditor, aunque debería ser garantía de la fiabilidad de las
cuentas anuales de una empresa, no es una ciencia exacta, ni siquiera equivale a la función de
un notario, por lo que la auditoría aporta seguridad de la información de las empresas pero no
seguridad absoluta, al utilizar técnicas de muestreo, de manera que no comprueba todas las
transacciones sino que selecciona las que considera más representativas.
Por otro lado insisten en que no sólo los auditores los que pueden o deben desenmascarar
irregularidades sino que existen otros colectivos cuyo papel puede ser relevante como son los
analistas, los inversores, comisiones de valores, organismos de supervisión, reguladores e
incluso los consejos de administración de las empresas (véase; entre otros, Monsalve, 2002;
Coffee, 2002).
El principal efecto que los escándalos financieros han tenido en la auditoría es que han
provocado una pérdida de confianza en el trabajo del auditor. ¿Qué se puede hacer para que no
ocurran otra vez y para restaurar la confianza en la función de auditoría? Existen algunas
opiniones al respecto.
Quizá como consecuencia de ello, se reclama también una regulación real de conflictos
de intereses en busca del aumento de la transparencia y de credibilidad de la información
financiera. Ello protegería los intereses de los diversos grupos de interés.
Por tanto, la solución está en los mecanismos del mercado para eliminar los incentivos
para malas prácticas de los guardianes, sobre todo de los auditores, tal mecanismo es “estados
financieros asegurados”, esto mantiene la promesa de una mejor alineación de los incentivos y
por tanto una mejor calidad de la auditoría.
Conclusión
La profesión ha entrado en una polémica como dice García Benau, (1994), en el que se
les ha establecido mayores controles y por tanto sanciones, pero no habría que dejar de lado el
esfuerzo de la profesión contable al emitir normas a consecuencia de las exigencias del mercado,
sin embargo, sigue habiendo un agujero en la normativa que no termina por taparse.
Como se puede observar, los escándalos financieros que se han desarrollado ponen de
manifiesto que no se trata de un fenómeno circunscrito a un país o a un modelo de regulación
contable específico, por lo que estas preguntas circulan por todo el mundo.
Bibliografía
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