Libro Congreso PDF
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ISBN 978-950-649-337-0
1. Psicoánalisis. I. Título
CDD 150.195
ISBN 978-950-649-337-0
PROYECTOS de INVESTIGACIÓN:
Este libro digital contiene los trabajos que, durante el 3 y 4 de junio de 2011,
debatimos en el III Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, De-
recho y Ciencias Sociales en la Universidad Católica de Santiago del Estero.
Los textos que integran el libro reflejan la tarea desarrollada sólo en parte, ya
que no están aquí ni las interesantísimas discusiones que se dieron, ni los lazos
de trabajo que se establecieron, ni el respeto que cada uno tuvo por el pensa-
miento del otro. Escuelas, líneas de investigación, concepciones diversas sobre
la clínica, la sociedad, las leyes etc. pudieron compartir un espacio común en un
país demasiado propenso a confundir al "disidente" con el "enemigo".
Ese fue nuestro éxito, asentado –por qué no decirlo– en una trayectoria de 34
años ininterrumpidos de la Fundación Psicoanalítica S. Freud, 15 de equipo de
investigación en Derecho y Psicoanálisis y 10 de lazos con los colegas del Bra-
sil lo que, finalmente, desembocó en la creación de la primera Red Interuniversi-
taria en Derecho y Psicoanálisis.
Que tantos colegas (más de 700) nos acompañaran, que la asistencia a los
14 paneles y las 23 mesas de trabajos libres fuera tan numerosa, que nos acom-
pañaran jueces y juristas notables, docentes-investigadores y estudiantes de la
principales universidades del país no sólo indica la importancia de los temas del
Congreso, el profundo interés que ellos suscitan sino, también, el clima de cali-
dez y trabajo que la apuesta al deseo de todos los concurrentes logró.
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Prof. de Psicología de la Fac. de Artes. Univ. Nac. de Tucumán.
Miembro del Consejo de Administración de la Fundación Psicoanalítica Sigmund
Freud de Tucumán
Introducción
La pregunta por las nuevas subjetividades, no nos deja soslayar los efectos
que el tiempo, en su vertiginoso transcurrir, va produciendo en los sujetos. Como
lo confirma Borges…
“Somos el rio y somos aquel griego
Que se mira en el rio. Su reflejo
cambia en el agua del cambiante espejo
En el cristal que cambia como el fuego” (Borges 1977)
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Abad, Gabriela Alejandra
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vo aún en tanto se insertan en el lugar que les correspondería a las leyes socia-
les “Esta llamada ley del mercado pero que por efecto de especulación ya deja
de ser una ley, porque en cierto momento esta especulación se vuelve algo que
ya no tiene nada que ver con el valor, es una forma de destrucción del valor mer-
cado, ya no hay ningún tipo de equivalencia, y produce un efecto caótico. Por lo
tanto deja de funcionar como una ley de regulación. Termina por dejar a los su-
jetos y a las sociedades, capturados en una especularidad que los desposee de
todo lazo con una Ley de regulación. Roto el nexo con un sistema normativo la
violencia avanza sin posibilidades de amarras” (Abad 2009:4)
Los lazos subjetivos se fragilizan porque el nudo que los amarra, como bien
sabemos desde Lacan, es el nudo de la ley simbólica y cuando ésta es jaquea-
da, también los lazos se debilitan.
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Abad, Gabriela Alejandra
amor. ¿Pero de qué amor se trata? Justamente del amor en tanto pone al suje-
to en falta.
Al contrario de lo que podría pensarse, la demanda de análisis sigue siendo
una opción del sujeto actual. Pero esta demanda toma la forma de las exigen-
cias mercantilistas, pide garantías de éxito, poco tiempo a invertir, que los esfuer-
zos estén del lado del analista. En muchos de los casos este pedido de análisis
se encuentra como uno más en la larga lista de posibilidades.
Es el lugar del analista el que marca la diferencia, Lacan lo teoriza como de-
seo del analista. Será esta la primera marca del análisis, sostenido en ese de-
seo, hará de la palabra un enigma a descifrar. Alguien, el analista, está dispues-
to a escuchar la compleja porosidad de su decir. Cuando es posible instalar ese
lugar de la escucha, la palabra cobra otra dignidad y el sufrimiento puede tomar
forma discursiva para ser ofrecido al analista.
El amor se establece en ese espacio de transferencia donde el discurso del
analizante se resignifica por la presencia del analista. Soporte de esta operación,
el analista, necesita ampararse en la abstinencia de satisfacer la demanda de
amor del analizante. Por esta razón la regla de la abstinencia es un acto por ex-
celencia que sostiene la incógnita sobre el deseo del analista y de esta manera
es causa del discurso que allí se produce.
Llegamos a la conclusión de que cuando se aloja el deseo del sujeto, el amor
se hace posible y el lazo toma otra consistencia.
Fragilidad subjetiva
Luego de haber dejado claramente establecido que la responsabilidad en el
tipo de transferencia que se establece es en primera instancia del analista, se
hace necesario mencionar los efectos que causa en los sujetos la fragilidad de
los lazos sociales y cuál su presentación en la clínica.
Cuando mencionamos el sintagma lazo social tenemos que tener claro que
su definición más precisa es: discurso. No es uno sin el otro, el discurso es lazo
social y el lazo social es discurso, como plantea Braunstein “Este lazo es el que
liga a los cuerpos” (Braunstein 1994: 204)
Por lo tanto, afirmar que los lazos están debilitados es también afirmar que
la palabra esta devaluada; sí los lazos se diluyen, junto a ellos se enjuaga la co-
hesión del universo simbólico.
Pero cuando hablamos de sujeto hacemos referencia a su posición de suje-
tado, atrapado, amarrado en y por el lenguaje, en y por el deseo del Otro. Aca-
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so, afirmar el debilitamiento del lazo social es decir que la condición subjetiva se
encuentra amenazada.
Sujetos tomados por una angustia desbordante y sin recurso simbólico para
poner palabras, velos, ficciones a tanto real que mina desde las entrañas. Esta
angustia, en muchas ocasiones no se reconoce como tal y toma la forma de con-
tinuos accidentes o una irrefrenable sucesión de acting out o pasajes al acto, de
los que no se acusa recibo. Sujetos casi siempre “traídos” casi como objetos de
desecho, con los que el entorno no sabe ya qué hacer.
No establecen una demanda, porque tampoco se piensan agentes de lo que
les pasa, solo piden soluciones a su derrotero de goce. Lo peor de este cuadro
es que en tanto ausente de la responsabilidad que le cabe con su estado, se ofre-
ce al mejor postor en busca de alguna mágica poción que lo “cure”.
En muchos de estos casos, el polo de alojamiento de la palabra que ofrece
el analista produce un inesperado alivio, esto lo hace acudir a su segunda cita,
interrogándose acerca de lo que allí le pasó, pero sabemos que no siempre es
este un final feliz.
Bibliografía
Abad, Gabriela (2009) La escena del mundo o el espectáculo del mundo. En publicación del Con-
greso de Inv. En Psic. y ciencias sociales.
Borges, Jorge Luis (1977) Obra Poética 3. Ed. Emecé. Buenos Aires
Bauman, Zygmunt (2003) Comunidad. Siglo XXI. Argentina
Braunstein, Néstor (1994) Freudiano y Lacaniano. Manantial. Argentina
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CUANDO DE DIAGNOSTICAR SE TRATA
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Desarrollo
Esteban se presenta a solicitar turno en el Servicio de Salud Mental del Hospi-
tal Pte. Nicolás Avellaneda, donde desempeño mi actividad profesional en el área
de consultorios externos. El paciente viene derivado del Servicio de Acupuntu-
ra al cual asiste todas las semanas. Tiene poco más de 30 años, es soltero y no
tiene pareja, vive con su madre de 70 años y Andrés, a quien él refiere como un
sobrino, pero que en realidad es hijo de una prima de Esteban por el lado pater-
no, llevan el mismo apellido y es unos años mayor que él. De su ocupación dice
“soy portero de un baile, no de una bailanta, de un baile donde van mayormente
adultos”, al mismo asiste sábados y domingos por la noche.
¿Qué motiva la consulta? Además de la derivación, Esteban refiere dificulta-
des para dormir que padece hace varios años, para lo cual toma medicación to-
dos los días, y aún así le resulta muy difícil y a veces imposible, conciliar el sue-
ño. Dice: “no puedo dormir, empiezo a pensar en mi papá”, refiere el fallecimien-
to de su padre 4 años atrás, momento a partir del cual comenzó a sentirse mal
y a no poder dormir. Refiere malestares estomacales, “una acidez terrible”, que
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Abad, Luciana María
tar. Hace un seguimiento minucioso y continuo de los expedientes, todas las se-
manas va a Tribunales a ver si hay novedades. Se queja por el dinero que gasta
en movilizarse, por los 5 pares de zapatos que gastó caminando de una reparti-
ción a otra, las fotocopias, etc, y todo bancado por él solamente. Ante esta situa-
ción interrogo por sus actividades laborales y su modo de conseguir dinero para
vivir y pagar todo lo que él menciona. Dice “Durante la semana me dedico más a
la salud”, hasta ese momento sólo subsistía con lo de portero de un baile los fi-
nes de semana. Indago por el pago que recibe en ese trabajo, de allí mi sorpre-
sa al conocer específicamente a lo que se dedicaba: era el cuidador de los autos
de las personas que asistían al baile, de quienes recibía una propina, que even-
tualmente resultaba ser mayor que el dinero que recibía del dueño del baile por
cuidar los autos de sus clientes.
Esteban se quejaba de hacerse cargo de todo, queja que enunciaba con ac-
titud pasiva, sin intención de producir algún efecto. En el análisis es preciso es-
cuchar esa queja y abrir un espacio en el que el sujeto pueda interrogarse acer-
ca de ella. Con el propósito de producir ese pasaje de la actitud pasiva sosteni-
da en la queja, a la demanda que supone mayor implicación subjetiva, es que
introducía preguntas como ¿por qué él se hacía cargo de todo si eran tres adul-
tos los que vivían en su casa? Esteban encontraba respuestas que reflejaban
su imposibilidad de hacer algo posible; porque el sobrino se gastaba la plata en
joda, y no lo corren de la casa porque no tiene donde ir, porque la madre cobra-
ba una jubilación mínima, y entonces si no se encarga él, no hay quién lo haga.
Del mismo modo relataba otros circuitos de imposibilidades: no podía dejar de ir
a los médicos, porque antes no lo hizo y llegó a estar al borde del cáncer; se de-
dicaba a llevar los juicios y no podía dejar de llevar los juicios familiares porque
él conocía los movimientos de Tribunales y no había nadie quien lo fuera a ha-
cer. ¿Por qué no dejaba ese trabajo del que solo recibía propinas?, porque ne-
cesitaba el dinero.
Durante sucesivas entrevistas no hace más que relatar las mismas cuestio-
nes, como si no las hubiera contado antes: sus dificultades para dormir, sus ma-
lestares físicos, las visitas a los médicos, el cansancio y el estrés por el trabajo,
los recorridos por tribunales. Repetía “estoy reventado”, “estoy maquinizado”, “me
automaticé desde que murió mi papá, por las deudas, embargos, moratorias, jui-
cios”, “alterado por los trámites, siempre aparece una deuda nueva”.
Era tiempo de ir introduciendo ciertas maniobras frente a un sujeto encerra-
do en inflexibilidades que parecían no tener salida y atrapado en un destino que
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De la pareja parental, sólo puede contar que “se re mil puteaban” y se cul-
paban mutuamente por las deudas adquiridas. Algo de una novela rudimentaria
se esbozaba aquí, algún tipo de ficción había aunque inconsistente y precaria,
con mucha imposibilidad para desplegar algo más del lado del deseo y de su lu-
gar en el seno de la familia.
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Abad, Luciana María
A pesar de los intentos por producir algún quiebre discursivo utilizando por
momentos, el humor como recurso, Esteban continuaba con su rigidez y discurría
por sus temáticas habituales. Las intervenciones comenzaron a ser más segui-
das en la búsqueda de las inconsistencias discursivas, con el fin de se produzca
“lo impensable”, maniobra que suele resultar efectiva en la obsesión para hacer
trastabillar tanta fijeza, y abrir las vías al deslizamiento significante.
Para entonces me planteo la posibilidad de hacer un cambio en el día de se-
sión, como estrategia que en Neurosis sirve para movilizar algo en relación a la
transferencia.
Habiendo transcurrido un tiempo considerable y luego de haber implementa-
do maniobras que no producían efectos o movilidad alguna a nivel de la subjeti-
vidad, la insistencia de los elementos de tanta rigidez comienzan a hacer trasta-
billar el diagnóstico de neurosis obsesiva. Por lo que finalmente no efectivizo el
cambio en el día de nuestros encuentros ante la presunción de una estructura de
psicosis, frente a las cuales, mantener el día de sesión es una manera de soste-
ner al sujeto su posibilidad de estabilización. Al decir de Elida Fernández “Aquí
las sospechas pueden aparecer por ciertos agujeros en el discurso, o ciertas ar-
ticulaciones que no se realizan, el sujeto no es lo que un significante represen-
ta para otro significante” (Fernández, 1993: 69). Esto implicaba la entrada en un
escenario completamente diferente.
Podríamos deducir que Freud en 1915 en “Duelo y Melancolía” asocia el pri-
mero a la neurosis y la melancolía a la psicosis. Haciendo referencia a esta última
dice “El insomnio de la melancolía testimonia, quizá, de la rigidez de este estado, o
sea de la imposibilidad de que se lleve a cabo la retracción general de las cargas,
necesaria para el establecimiento del estado de reposo” (Freud, 1915: 2097)
Indagando por sus posibilidades de renovar y mejorar algo de lo laboral para
estar más tranquilo en relación a la situación económica, trae la novedad de es-
tar trabajando de vigilancia para un negocio, de acuerdo a lo dicho por él. En
realidad era quien barría la vereda del negocio y le pagaban por eso, y por per-
manecer parado en la puerta durante 10 horas, a veces repartiendo folletos de
publicidad. “El melancólico muestra, además, otro carácter que no hallamos en
el duelo: una extraordinaria disminución de su amor propio, o sea un conside-
rable empobrecimiento de su yo” (Freud, 1915: 2093). “El cuadro de este deli-
rio de empequeñecimiento (principalmente moral) se completa con insomnios,
rechazo a alimentarse y un sojuzgamiento, muy singular desde el punto de vis-
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Abad, Luciana María
jero que altera todo el universo significante del sujeto y el duelo sería el trabajo
que viene a recomponer dicha situación. En relación a esto la Dra. Elmiger sos-
tiene que la catástrofe que supone la muerte de alguien amado, tiene con la psi-
cosis una relación invertida. Afirma que no hay significante que pueda nombrar
el horror, para nombrar la indefensión a la que es arrojado el deudo por la muer-
te de alguien querido. De allí que Lacán articula la necesidad de los ritos, como
el “logos” que viene a hacer circular el significante faltante. En Esteban podría-
mos pensar que la imposibilidad de elaborar el duelo por la pérdida del padre, lo
llevaría a realizar repetidamente estos recorridos, a la manera de un ritual en la
búsqueda de un Otro que ponga una legalidad.
Bibliografía
Fernández, É.: (1993) Diagnosticar las psicosis. Bs. As.: Letra Viva, 2008
Fernández, É.: Las psicosis y sus exilios. Bs. As.: Letra Viva, 1999
Freud, S.: (1915) Duelo y melancolía. Madrid: Biblioteca Nueva, 1996
Gerez Ambertín, M.: Entre deudas y culpas: sacrificios. Bs. As.: Letra Viva, 2008
Lacan, J.: (1955-1956) El seminario de Jacques Lacan: libro 3: las psicosis. Bs. As.: Paidós, 2004
Lacan, J.: (1958-1959) El seminario de Jacques Lacan: libro 6: el deseo y su interpretación.
Lacan, J.: (1962-1963) El seminario de Jacques Lacan: libro 10: la angustia. Bs. As.: Paidós, 2006
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TKM, EN BUSCA DE UNA REGULACIÓN AUSENTE Y EL
DESFALLECIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Resumen: Este trabajo intenta mostrar el recorrido que realiza una adolescente
en busca de restituir un Otro social confiable, y dar cuenta de còmo las institucio-
nes intervinientes y hechos ajenos a èstas operaron para que M pueda comenzar
a hablar de las violencias que marcaron su vida y la de sus hermanos, las cuales
no han sido puestas en palabra en el hogar no mediando, por lo tanto, elaboración
de duelo. M denuncia algunas y otras actùa bajo la forma de impulsiones ponien-
dose en riesgo, recièn serà capaz de encontrar un lugar en el mundo cuando su no-
vio se presenta ante la policia a denunciar el incesto del que M fuè vìctima a los 8
años (año 2004), ataque sexual de su padre que se repite en 2009 y hace 3 meses;
siendo las ùltimas dos fechas coincidentes con sus intentos de suicidio.
Se interroga las posibilidades de M, de 15 años de edad, en cuya historia familiar
se inscribe la pulsiòn de muerte de modo insistente y repetitiva bajo diferentes pre-
sentaciones: maltrato infantil, muerte dudosa de 2 hermanitos pequeños (infan-
ticidio?); niño/a nacida en otra provincia de la que M tendrìa como versión que es
otro hermano/a muerto/a; hermanita de 6 meses entregada en adopción en un gra-
ve estado de desnutrición y deprivaciòn sensorial; madre negligente; padre que gol-
pea a la madre hasta hacerla perder sus dientes, incesto paterno filial. M se inge-
nia para tomar recursos y significantes de la cultura adolescente (“TKM”), en un
intento de construir una ficciòn del Otro ausente, para sostenerse cuando las in-
tervenciones institucionales del Estado estaban aùn ausentes o eran ineficaces las
acciones del Juzgado de Control de Garantias y de Menores de la IV Circunscrip-
ción Judicial, de la Policia Provincial y de los diferentes Servicios del Hospital lo-
cal que buscaban la “transmisión de la ley que regula los lazos sociales y las sub-
jetividades” (Gerez Ambertìn: 2009,15). M. ira encontrando un nombre y un lugar
en la genealogìa en un proceso de subjetivaciòn, no sin tropiezos, de los que pue-
de dar cuenta la clìnica psicoanalìtica llevada adelante en el Consultorio Externo
de Psicologìa del hospital.
Ninguno de tales crímenes, infanticidio ni incesto han sido investigados ni dimen-
sionados, con las consecuentes consecuencias subjetivas destituyentes. El proceso
de construcciòn en las clìnica psicoanalìtica y jurìdica recièn comienza.
Palabras claves: ley- filicidio- incesto- suicidio- sacrificio.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Introducción
El caso demuestra còmo los crímenes –infanticidio, incesto, suicidio, desnu-
triciòn– , del que es victima o victimario un sujeto estàn relacionados a otros an-
teriores de quienes lo precedieron en la genealogía por fallas en la inscripción de
la Ley de la cultura, generando en sus descendientes nuevos crímenes y sacri-
ficios como expresión de la compulsión a la repetición y goce, formas en que se
hace presente la pulsiòn de muerte. Se trata tambièn de mostrar que para poner
lìmite al goce e instituir una regulación psìquica deben producirse otros hechos
a la par de los esfuerzos realizados por la Clìnica Psicoanalìtica y Jurìdica; sien-
do èste en el Caso M el accionar del novio de la adolescente.
En una entrevista en Tucumán hace varios años el Dr. Nestor Braunstein, psi-
coanalista argentino radicado en Mèxico en epocas de la dictadura en Argenti-
na, planteaba un campo comùn a las Ciencias Jurìdicas y al Psicoanálisis, a sa-
ber: el Sujeto.
Presenta a ambos como los ùnicos campos del saber que se ocupan de la
subjetividad. “El Derecho tiene como funciòn instituir la vida de los hombres y de
encaminarla a la muerte; el Psicoanálisis explora còmo los sujetos instituyen su
vida a travès de sus deseos inconscientes, encarrilàndola hacia la muerte”. Acla-
ra que los funcionarios del derecho serìan los funcionarios del dìa, los de la Ley
sistemàtica, coherente, explìcita que organiza la vida consciente de los hombres;
los psicoanalistas en cambio serían los funcionarios de la noche, ocupados de
los aspectos oscuros, irracionales, imaginarios que, aparentemente, no se ha-
llan sometidos a Ley alguna; es màs, parecen ignorar la ley, por lo menos toda
ley conocida. “Entre psicoanálisis y derecho habrìa continuidad: cada uno inter-
viene donde el otro deja de hacerlo”. Derecho y psicoanálisis son dos campos de
la subjetividad dice Braunstein (1).
Lo que es sabido es que el psicoanálisis hace aportes a la criminología en
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Acosta, Iris Lelia
relación a los motivos del crimen, aùn en los aparentemente “inmotivados”; evi-
ta a la vez la deshumanización del criminal (Lacan, 1950) y la desubjetivizaciòn
de la victima.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Caso M.
1º parte
La Historia Clìnica del Servicio de Psicologìa registra entrevistas a la joven y
a su madre en 2009 las que han sido incluidas para una mejor presentaciòn en
la 1º etapa. La 2º etapa de las intervenciónes clìnicas corresponden al presente
año. La adolescente de 15 años presenta autoagresiones, intentos de suicidio,
ausencias del hogar. Existe un itinerario de acciones conjuntas desde el Servicio
de Psicologìa hospitalario, la Policía y el Juzgado de Menores que permitieron a
M una travesía en la que pudo ir superando la imposibilidad de hacer texto para
ir implicandose en el discurso, rompiendo con el mandato de silenciamiento del
secreto familiar que la precipitaban en conductas de riesgo. En su historia fami-
liar pesan muertes dudosas de hermanos pequeños, incesto paterno-filial, vio-
lencia fìsica y emocional de los progenitores, desnutriciòn; en suma, muertes fì-
sicas y de muertes psìquicas que producen efectos devastadores y que la preci-
pitan en impulsiones. Madre perversa? padre perverso?, no podemos asegurar
pero sì padres en goce perverso que sacrifican a sus hijos, pareja parental no
atravesados por la Ley de la cultura.
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Acosta, Iris Lelia
-Nena, nena, nena!, puta, puta, puta!! Se trata de dar lugar a la historia genera-
cional, a los episodios de violencia que observamos los profesionales en los ca-
sos clìnicos mas graves que circulan por las instituciones hospitalarias y judicia-
les, lo que obliga a quienes trabajamos en estos àmbitos a articular intervencio-
nes para producir efectos de subjetivaciòn en los sujetos implicados.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La vida de M estuvo marcada por la falta de afecto, por malos tratos, por ne-
gligencia, es la mayor de todos los hijos; la pediatra del hospital recuerda que te-
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Acosta, Iris Lelia
niendo 8 años, por ella nunca consultaba su madre aunque presentara el mismo
cuadro clìnico que sus hermanitos menores por los que si consultaba su madre;
M la acompañaba desabrigada, con resfrìo, tos quedando cerca de la puerta al
margen de la consulta; “es que se desabriga, no hace caso”. En sesiòn dice M:
“es que mi mamà le da mas cariño a mis hermanos que a mi”. En la ùltima se-
siòn dice que su mamà està de nuevo embarazada aunque se habìa comprome-
tido a no tener mas hijos, se muestra molesta; esta hecho familiar desencadena
el actino de M por el cual huye a casa de su padre por 1º vez.
El filicidio materno. Filicidio (del latín filius: hijo y cidium, cide: matar) está
definido como “muerte dada por un padre o una madre a su hijo”. El Código Pe-
nal de 1994 derogó la antigua figura del infanticidio, estos homicidios pasaron a
ser castigados con reclusión perpetua; posteriormente se debatía la posibilidad
de excarcelación bajo ciertas condiciones (art. 79 u 81 inc.1) y se especifica como
primer agravante los lazos de familia, ascendientes o descendientes. Segùn di-
ferentes autores que se ocuparon del tema, la madre de M ha incurrido en varias
de las formas atenuadas de filicidio hasta las más evidentes a saber: el aban-
dono temprano y/o reiterado, el castigo, la amenaza, la castración, la crueldad,
los ataques físicos o verbales, las negaciones despóticas, la insensibilidad ante
el sufrimiento, el juicio denigratorio ocasional o persistente que producen sufri-
miento en los hijos. Rascovsky advierte enérgicamente sobre la negaciòn del fi-
licidio que se hace en la cultura “a pesar de su presentaciòn obvia y constante”
y de còmo el tema està casi ausente en las investigaciones o poco conceptuali-
zada, mientras que se exagera el significado del proceso antagònico, el parrici-
dio. La violencia aniquilante es inherente a la maternidad y a la paternidad que
en la ideología dominante y en las instituciones està negada o queda encubierta
atribuyendo la causa de muerte de niños en las estadìsticas a otras circunstan-
cias (causa desconocida, desnutrición, asfixia, quemaduras, envenenamientos,
caìdas y otras consideras accidentales) solo la nombra como infanticidio cuando
rebasa ciertos lìmites. (Lagarde, 1993; Azaola, 1996.). Desde el psicoanálisis de
Freud y Lacan estamos en presencia de la pulsiòn de muerte inherente a todo
lo humano, se trata de aquello que resiste a ser simbolizado.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
donar la condiciòn masculina mientras que Eva representa la otra mitad incons-
ciente “normal y sana” de la sexualidad femenina (Rascovsky citando a T.Reik:
1974). El corpus mìtico grecorromano incluye en el banquete del relato ovidiano
(Metamorfosis de Ovidio) el filicidio como uno de los mas violentos actos (ennu-
merados junto al ataque sexual, glosotomìa y el banquete caníbal).
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Acosta, Iris Lelia
ternada en el Hospital varios meses, cuya historia de violación circulò por toda la
institución y comunidad (a esta altura M ya habìa sido abusada por 3º vez por su
padre); en realidad lo que teme M es el rechazo por estar “sucia” y ser rechaza-
da, M teme un embarazo de su padre.
2º Etapa
Por orden del Juzgado M vuelve este año al Servicio de Psicologìa mien-
tras se cumplen las medidas Medidas Asistenciales alojada en el hospital, luego
de un 3º intento de suicidio (hace 3 meses). Dice que se fuè a casa de su padre
(por segunda vez) cuando su madre la castiga por que pensò que robò un celu-
lar. “Se me la rebelò, volvió con su papá, no quiero que estè ahí tienen una sola
habitación, el padre consume marihuana”, dice S. Es en ese àmbito institucional
y ante la policia femenina que la custodiaba donde la joven que cumpliò 15 años
hace 3 meses, puede develar el secreto del incesto paterno.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El padre. Pero ¿què padre? què padre es el de M?. Padre terrible que la so-
mete e incestua. He aquí la tragedia de M y su desamparo fìsico y psìquico y su
orfandad en tanto carece de lugar en la cadena genealògica. “c. (padre) le llena
la cabeza a M, le dice que C. y P. no son hijos de èl”, son los únicos hermanitos
mas chicos que conservò la madre. El padre niega ante M que los màs chicos
sean hijos suyos en un nuevo acto de desresponsabilidad paterna. Su padre en-
furecido por el develamiento de los abusos sexuales se presenta borracho en el
Hospital, intenta llevàrsela, –“le dijeron que no me podìa sacar porque yo esta-
ba por el Juez aquì”–. El padre le reclama amenazante dicièndole que ella sabe
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Acosta, Iris Lelia
En las sesiones sucesivas podrà hablar de sí, registrar al analista; còmo está?
Le pregunta por primera vez, jugandose aquì la instauración de la transferencia
y el inicio de un trabajo analìtico. M ira encontrando un nombre y un lugar en un
proceso de subjetivaciòn, no sin tropiezos, de los que puede dar cuenta la clìni-
ca psicoanalìtica llevada adelante en el Servicio de Psicologìa hospitalario. Fal-
ta realizar en la clìnica: duelos, reconstruir la historia de esos hermanos, elabo-
rar el duelo, resignificar festejar sus 15 años
Referencias
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2. Marí, Kelsen, Kozicki, Legendre, Derecho y Psicoanálisis, Buenos Aires: Hachette, 1994.
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tos 1, Buenos Aires: Siglo XXI, 1994.
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Buenos Aires: Letra Viva, 2008
7. Gerez Ambertìn, Marta, Crimen del abuso, crimen del incesto, en Culpa, Responsabilidad y Cas-
tigo en el discurso jurìdico y psicoanalìtico, Vol. III, Gerez Ambertìn M. (comp.), 1º ed., Buenos Ai-
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33
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
34
PASAJE AL ACTO Y ALUCINACIÓN
Filiación Institucional:
Universidad Nacional de Córdoba (Secyt)
Resumen:
El presente trabajo se enmarca en una investigación en curso titulada “Un abordaje teórico-concep-
tual a la clínica de las Patologías del Acto” (Seyct-UNC), y tiene como objetivo indagar sobre la po-
sible relación entre el pasaje al acto y la alucinación verbal. Se pretende establecer si el pasaje al
acto es una forma de introducir un rechazo a la alucinación. Para cumplimentar con este propósito
se delimitaran las nociones de pasaje al acto y de alucinación verbal tomando las principales refe-
rencias de Lacan, para luego establecer una articulación entre ambas categorías.
Palabras claves: pasaje al acto, alucinación, exclusión del sujeto
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Otro autor fundamental en este tema, fue Guiraud, quien al trabajar sobre los
crímenes inmotivados, introduce la noción de Kakon (mal, desgracia de vivir, do-
lor, entre otras acepciones). Este autor sostiene que el enfermo, (principalmente
hebefrenicos) al querer liberarse del Kakon, al querer matar la enfermedad, mata
a aquel en quien ve el representante del mal (Allouch, 1995) En este sentido, la
tesis de Guiraud, es equivalente a la tesis de Esquirol, en la medida que ambos
le adjudican al pasaje al acto, un efecto apaciguador, o porque no, curativo.
Con Lacan
En la enseñanza de Lacan existen diversas referencias sobre el pasaje al
acto. Sin embargo, dirigiremos la atención sobre dos antecedentes claves. Por
un lado, su tesis doctoral, y por otro lado, el Seminario 10, dedicado a la angustia.
En su tesis doctoral el término aparece ligado a la psicosis paranoica y es defi-
nido como un acto violento. Lacan plantea que el delirio de Aimée, es un inten-
to de huida del acto agresivo, o sea, una forma de evitar el pasaje al acto. Aho-
ra bien, el pasaje al acto de Aimée, esto es, los cortes con una navaja a una ac-
triz-que representaba su ideal- tiene como consecuencia la culminación del de-
lirio, es decir, que tiene un efecto “curativo” o apaciguador. Lacan lee este acto
violento, como un autocastigo, al castigar a su victima Aimée se castiga a sí mis-
ma. Asimismo sostiene que el autocastigo es una pulsión autopunitiva que pro-
viene del superyo.
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Aguirre, Javier Luis
37
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
culpable”, la escoria del mundo. Freud indica que si se escucha con atención los
autoreproches, se llega a la impresión que éstos se adecuan a otra persona a
quien el enfermo ama, ha amado a amaría. Por lo cual, concluye que los autore-
proches son “reproches contra un objeto de amor, que desde este han rebotado
sobre el yo propio”. Sus quejas {KIagen} son realmente querellas {Anklagen}.
Sobre la Alucinación
Si el pasaje al acto, devela una exclusión o rechazo del sujeto, ¿qué relación
hay entre éste y la alucinación, en la medida que esta también excluye al sujeto?
Cuando Lacan analiza la estructura de la alucinación en el escrito “De una cues-
tión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” (1958) examina el acto
de la palabra donde da cuenta que en tres registros distintos el sujeto es mas
paciente que agente: por un lado, cuando el otro habla, esto es, cuando el sujeto
esta escuchando la palabra del otro, en este caso el sujeto es pasivo, por ejem-
38
Aguirre, Javier Luis
plo, el efecto de sugestión. Por otro lado, tenemos la relación del sujeto con su
propia palabra, es decir, un sujeto que habla y se escucha. Y por último, que es
el caso de la alucinación psicomotriz, un sujeto que habla pero sin saber que lo
hace, es el otro quien habla.
Para ilustrar este fenómeno Lacan hace referencia al caso de una de sus pre-
sentaciones de enfermos. Se trata de una mujer que mantiene un delirio de dos
con su madre. Esta relata que un amigo de su vecina, le habría dicho cuando se
cruzaron en el pasillo, el termino grosero “Marrana”. Ante la interrogación de si ella
habría proferido algo antes que surgiera el insulto, ella manifiesta que dijo unas
palabras que no tendrían porque ofenderles, “vengo de la carnicería”.
La frase era alusiva, pero la respuesta fue de perplejidad ya que no sabia ha
quien apuntaba. El yo (je) como sujeto de la frase dejaba en suspenso la desig-
nación del sujeto hablante, al modo de shifter. Esta vacilación quedará resuelta
con la aposición de la palabra “Marrana”, demasiado pesada para continuar con
la oscilación. La primer parte de la frase, vengo de la churrasquería es una alu-
sión, y la palabra marrana, la respuesta.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de conclusión
Mientras que en el caso Aimée Lacan plantea que el delirio es un modo de
prevenir el pasaje al acto, puede pensarse la función opuesta para la alucinación,
o sea, un empuje al pasaje al acto (Naveau, 2009). En la medida que la alucina-
ción revela una exclusión del sujeto, sujeto degradado al estatuto de objeto, el
pasaje al acto- que si bien rompe el lazo social y convierte al sujeto en puro ob-
jeto- se presenta como una salida de rechazo de la alucinación. En este senti-
do, una consecuencia posible del pasaje al acto sobre la alucinación es el efec-
to tranquilizador o de estabilización.
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40
ACTOS DE SUJETOS DESUBJETIVADOS DESDE
LA PERSPECTIVA DEL PRINCIPIO DE CULPABILIDAD
Filiación Institucional:
Docente Fac. de Derecho de la Univ. Nac. de Tucumán
Juez de FAMILIA y SUCESIONES. Palacio de Justicia de la Pcia. de Tucumán
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
tacada como el más importante de los que derivan en forma directa del estado
de derecho, ya que su violación importa el desconocimiento de la esencia del
concepto de persona (2) .
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Albo, Eudoro Ramón
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La perspectiva jurídica
La precedente referencia sólo intenta una mínima aproximación al abordaje
del sujeto, desde una perspectiva propia de las disciplinas psiquiátrica, psicoló-
gica –o psicoanalítica- y sobre la cual desde nuestra especialidad jurídica poco
o nada podamos aportar o agregar. Ello sí, debemos sostener la imprescindible
recurrencia a la información procedente de estas disciplinas empíricas que debe
efectuar el operador del derecho, a fin de que su abordaje no se reduzca al aná-
lisis de categorías jurídicas vacías de sentido sino, por el contrario, que se nutra
del arraigo antropológico necesario y suficiente (10).
44
Albo, Eudoro Ramón
Ahora bien, nos interesa dirigir nuestra reflexión a los hechos en que el suje-
to, sin que llegue a encontrarse en una causal de exclusión de la culpabilidad, en
especial la de la inimputabilidad, presente condiciones subjetivas que incidan en
el juicio de motivación disminuyendo el grado de culpabilidad, lo que necesaria-
mente debe reflejarse en el grado del reproche y, por ende en la pena.
- El antiguo delito de infanticidio del inc. 2° del artículo 81 del C.P., dero-
gado por ley 24.410 de 1995.
- El parricidio emocional del artículo 82 del C. P.
- Las circunstancias extraordinarias de atenuación del art. 80 in fine del
C. P.
Podemos citar como una doctrina legal relevante –a la que adherimos- la si-
guiente:
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Valga como corolario una cita de la doctrina del Dr. Maqueda en su voto en
disidencia en el conocido caso Tejerina:
46
Albo, Eudoro Ramón
formule a la persona por haber escogido el ilícito cuando pudo comportarse con-
forme a la norma” (13).
Notas
(1) Zaffaroni, Raúl Eugenio, Derecho Penal Parte General, Ediar, 2000: lo ubica entre los Principios
limitadores de la criminalización que emergen directamente del estado de derecho. Pp. 128 y ss.
(2) Ib. P. 132
(3) La teoría finalista de la acción como concepción opuesta al causalismo fue enunciada por We-
lzel en 1938
(4) Zaffaroni, 2000, p. 134
(5) Quintero Olivares, Gonzalo y otros, Manual de Derecho Penal. Parte General, Aranzadi, 1999.
Pp. 97-98.
(6) Righi, Esteban, La culpabilidad en materia penal. Ad Hoc. 2003
(7) La imputabilidad se excluye por minoridad o por insuficiencia o alteraciones morbosas de las
facultades mentales, el conocimiento de la antijuridicidad se excluye por el error de prohibición y la
exigibilidad, por el estado de necesidad exculpante y la coacción.
(8) Zaffaroni, 2000, p. 626
(9) Medina, Marta Susana: El sujeto ante la ley: la declinación de lo simbólico en el sujeto, con-
secuencias
(10) En tal sentido, se expresa: Sarrulle, Oscar Emilio (h) “Culpa y Castigo en las Sociedades Vio-
lentas” en Culpa, responsabiliad y castigo Vol III, Letra Viva, 2009, p. 43.
(11) En sentido genérico (parricidio, matricidio, filicidios, uxoricidio, etc.)
(12) (del voto del Dr. Celesia) Causa N° 12936, caratulada “A. V., P. s/ recurso de casación”. Sala II
del Tribunal de Casación penal provincia de Buenos Aires, rta. 10 de abril 2008.
(13) Sent. del 8/4/2008 CSJN, causa “Tejerina, Romina Anahí…” (Del voto en disidencia del doctor
Maqueda. La mayoría de la Corte Suprema declaró inadmisible el recurso extraordinario por aplica-
ción del art. 280 del Cód. Procesal)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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CULPA E CASTIGO DIVINO A PARTIR DE UM CASO DE
“ADULTÉRIO” NA CONCEPÇÃO DE UMA MÃE DE UMA
CRIANÇA COM CÂNCER
Filiación Institucional:
Alves Cohelho, Jane: Universidade de Fortaleza (UNIFOR)/ Laboratório de Estu-
dos dos Sistemas Complexos (LESPLEXOS)
Nobre Ferro Bucher-Maluschke, Júlia: (Universidad Católica de Brasília/UCB)
Resumen: La motivación que llevó a este estudio fue la constatación de que pre-
dominan los cinco aspectos – el cáncer de la infancia, la familia, la relación extra-
marital, la culpa y la enfermedad de un niño como un castigo divino – pueden ser
conexas em las experiencias de la vida de una mujer. Al asignar un significado a
la enfermedad, es como si la familia podría aliviar la angustia y el sufrimiento an-
tes del diagnóstico de cáncer en la infancia, o por el contrario, aumentar al máxi-
mo el malestar psicológico, especialmente cuando se trata de cargar con la culpa.
En los aspectos emocionales, la familia ha sido la cuna de la relación estructural
y entorno social de sus propios miembros, donde la pareja sigue siendo el modelo
de referencia. Sin embargo, también se ha mostrado con un espacio de todo tipo de
violencia, la traición conyugal, la culpa e la angustia psicológica. Privilegiado de la
investigación cualitativa, con estudio de caso de una mujer, madre de un niño mu-
riendo de cáncer. Se realizaron entrevistas semi-estructuradas, em una casa para
apoyar las familias de pacientes pediátricos con cáncer, Fortaleza/Ceará, Brasil.
Los resultados indican que las experiencias de una madre que, debido a las rela-
ciones extramatrimoniales, se atribuye al cáncer que atacó al niño como una for-
ma de castigo, la purificación, la entrega y alivio de sus sentimientos de culpa y
de angustia psicológica. Llegamos a la conclusión de que el sufrimiento de la ma-
dre resultó ser mucho más impactante e devastador que en otras madres de hijos
con cáncer , ya que atribuyó la enfermedad del niño la forma que Dios lo encontró
para redimir “los pecados”.
Palabras-clave: Cáncer infantil. Acto transgressor. El adulterio. Culpabilidad.
Castigo divino.
Resumo: A motivação que deu origem a este estudo foi a constatação de que cinco
aspectos preponderantes – câncer infantil, família, relação extraconjugal, sentimen-
to de culpa e a doença de um filho como castigo divino – podem interrelacionar-se
nas vivencias de uma mulher. Ao atribuir uma significação à enfermidade, é como
se os familiares pudessem amenizar a angústia e o sofrimento diante do diagnós-
tico de câncer infantil, ou, ao contrário, maximizar o sofrimento psíquico, princi-
palmente quando este vem carregado do sentimento de culpa. Nos aspectos emo-
cionais, a família tem sido o berço da relação estrutural, relacional e social de seus
49
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
próprios membros, onde o casal ainda é o modelo referencial. Entanto, ela também
tem se mostrado como espaço dos mais variados tipos de violência, traição conju-
gal, sentimento de culpa e de sofrimento psíquico. Privilegiou-se a pesquisa quali-
tativa, com estudo de estudo de caso de uma mulher, mãe de uma criança em fase
terminal de câncer. Foram realizadas entrevistas semi-estruturadas, numa casa de
apoio aos familiares de pacientes pediátricos com câncer, Fortaleza/Ceará, Brasil.
Os resultados indicam as vivências de uma mãe que, devido às relações extracon-
jugais, atribuiu ao câncer que acometeu o filho como uma forma de punição, pu-
rificação, rendição e alívio de seus sentimentos de culpa e do sofrimento psíquico.
Concluímos que o sofrimento desta mãe mostrou-se bem mais marcante e avassa-
lador do que em outras mães de filhos com câncer, porque ela atribuiu a doença do
filho ao modo que Deus encontrou para lhe redimir dos “pecados”.
Palavras-chave: Câncer infantil. Ato transgressor. Adultério. Culpa. Castigo di-
vino.
Introdução
A motivação que deu origem a este estudo foi a constatação de que cinco
aspectos preponderantes – câncer infantil, família, relação extraconjugal, senti-
mento de culpa e a doença de um filho como castigo divino – podem interrelacio-
nar-se nas vivencias de uma mulher. A princípio, torna-se relevante que se dis-
corra acerca de cada aspecto, na sequencia acima disposta, a fim de se apon-
tarem os pontos de interseção.
Falar de câncer representa, acima de tudo, lidar com a imprevisibilidade de
tempo, no qual o paciente, a família (o cuidador, em especial) e a equipe de saú-
de convivem em um contexto que quebra todos os saberes tecnocientíficos e
com os aparatos do que há de mais moderno, pois a vida dos que se relacio-
nam diretamente com o câncer passa a ter outro sentido, marcado e delimitado
em função de algumas incógnitas: o desconhecido, a imprevisibilidade, o tempo,
dentre outras (Kubler-Ross, 2005; Lopes, 2006; Mello Filho, 2004; Silva, 2000;
Valle, 2000).
O câncer é considerado uma doença com uma imensa carga de estigma, vis-
to que, além de desgastar e consumir o corpo humano, física e emocionalmen-
te, de forma lenta e silenciosa muitas vezes, ainda é visto como tabu, castigo,
maldição, sem se falar que se associa câncer sempre a tratamentos dolorosos e
agressivos e à possibilidade de morte.
Há todo um envolto ao redor do câncer, pois as pessoas sequer têm coragem
de pronunciar a palavra – pois ainda continua temida –, quanto mais conhecê-
la e discuti-la. Por essa razão, muitas são as denominações que dão ao câncer:
aquela doença, aquela que mata, peste, ferida brava, doença contagiosa ou,
simplesmente, aquela. Chega, inclusive, a ser chamado de “gravidez demonía-
50
Alves Coelho, Jane -nobre Ferro Bucher-maluschke, Júlia S.
ca”, porque é “uma doença ameaçadora, devido representar uma tríplice ameaça:
ameaça de dor física, de mutilação e de morte” (Klafke, 1991, p. 28).
Nesse momento, apresenta-se o segundo aspecto de discussão deste es-
tudo: a familia, porque é justamente no núcleo familiar onde o câncer terá maior
repercussão. A família tem sido o berço da relação estrutural, relacional e social
de seus próprios membros, onde o casal ainda é o modelo referencial, o “lócus
propício para a formação e transformação de valores, crenças, costumes e re-
gras” (Bucher, 2003, p. 171). No entanto, ela também tem se mostrado como es-
paço dos mais variados tipos de violência, traição conjugal, sentimento de culpa
e de sofrimento psíquico.
É também no núcleo familiar onde se registram as primeiras vivências rela-
cionais, sobretudo as que dizem respeito aos aspectos de identificação, indivi-
duação, aceitação, pertencimento, tolerância e frustração, relevantes para for-
mação da personalidade. Assim sendo, é na família que se dá o processo de
construção da subjetividade, indispensável na estruturação e integração das re-
lações afetivas. No entanto, dados comprovam que muitos são os indivíduos que
na infância são privados de afetos, o que pode vir a acarretar, sobretudo, a pos-
sibilidade de redes de vínculos afetos empobrecidos e de solidificação de uma
carência afetiva.
É justamente na família onde a doença exigirá mais das pessoas envolvidas.
Por isso mesmo, o câncer tem sido objeto de investigação e de discussão cien-
tífica de inúmeros pesquisadores, sobretudo o câncer infantil e as repercussões
na família (Carvalho, 1999; Françoso & Valle, 2000; Mello Filho, 2004; Spíndo-
la & Valle, 2002), até porque, nos dias atuais, não mais se contempla apenas o
paciente com câncer, e sim a familia com câncer, uma vez que o diagnóstico de
câncer pediátrico representa para a família “tempo de catástrofe” (Valle, 1994,
p. 220), pois o resultado gera um choque no sistema familiar, seguido, em sua
maioria, de sentimentos vários, como de dúvida, negação, vulnerabilidade, im-
potência, culpa, raiva, inconformismo, além de depressão e isolamento em al-
guns casos, dentre outros (Kubler-Ross, 2005; Lopes, 2006; Mello Filho, 2004;
Silva, 2000; Valle, 2000).
O terceiro aspecto refere-se à relação extraconjugal, ao adultério. Quando
se fala sobre essa temática, remete-se, em tese, à união sagrada do casamen-
to, dentro dos princípios religiosos, em que o enlace se realiza tendo como base
o amor e a fidelidade. Além disso, apresenta-se como eterno, “até a morte os se-
pare”. Falar de adultério remete-se à questão do pecado, “pecado mortal”. Pe-
51
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
52
Alves Coelho, Jane -nobre Ferro Bucher-maluschke, Júlia S.
va-se ela, também, da convivência com o marido, pois, além de não poder admi-
nistrar a educação da família, ainda deixa o companheiro sem a devida funcio-
nalidade conjugal (Coelho; Bucher-Maluschke & Barbosa, 2007).
Metódo
Privilegiou-se a pesquisa qualitativa, realizada por meio de estudo de caso
de uma mulher, mãe de uma criança em fase terminal de câncer, cujo nome é
fictício para lhe resguardar a identidade: Maria Madalena, figura bíblica, mulher
que levava uma vida promíscua e, mesmo arrependida pelos seus pecados, é
ameaçada de ser apedrejada pela população. Foram realizadas entrevistas semi-
estruturadas, com duração de 50 minutos, em sala privada numa casa de apoio
aos familiares de pacientes pediátricos com câncer. Foram gravadas e transcri-
tas na íntegra. Posteriormente, alguns trechos foram extraídos para análise de
conteúdo (Badinter, 1977). A análise de conteúdos dos dados teve como funda-
mento a Teoria Geral dos Sistemas que aborda aspectos relativos à estrutura e
ao funcionamento familiar (Minuchin, 1990).
Resultados
As narrativas de Maria Madalena apontam aspectos relevantes: os registros
de experiências da infância e as questões de ordem familiar.
Pontuando-se o primeiro aspecto, nos relatos de Maria Madalena há sinais
de violência doméstica quando ela ainda era criança, advindas do pai e do ir-
mão mais velho: “Os dois [o pai e o irmão] eram cruéis comigo; não sei qual era
o pior. (...) Mas meu pai tentava me ‘procurar’ à noite. Não sei se minha mãe no-
tava, ou fingia que não via.Fugi de casa pra morar com uma tia. Prefiro não pen-
sar mais nisso, tenho outras coisas que me doem mais...”.
Foram constatadas em vários momentos de seu discurso as percepções que
trazia ainda das experiências da infância: “Também eu não sou de acreditar em ho-
mem, pra acreditar, não é mesmo? Os que eu conheci, nenhum valia nada...”.
A família, que deveria promover um espaço de segurança, apresenta-se como
um lugar gerador de mal-estar e de sofrimento psíquico (Pires, 1999). Na perspec-
tiva sistêmica, a violência deve ser analisada nos parâmetros relacionais, levan-
do-se em consideração que ela é produzida de modo cíclico e que muitos hábitos
violentos são transmitidos de geração a geração (Bucher, 2004, p. 158).
No segundo aspecto, nas narrativas de Maria Madalena constatou-se o senti-
mento de culpa pela relação extraconjugal, quando fala que “Se arrependimento
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
matasse, eu já estaria morta. Sabe, ele [o marido] é bom, mas eu não sei o que
aconteceu comigo, era algo mais forte”. Freud (1977, p. 139) fala sobre o enig-
ma da mulher, do constituir-se mulher, haja vista que a “psicanálise não preten-
de descrever a mulher, tarefa irrealizável” . O sentimento de culpa pelo adultério
agrava-se mais, pois está vinculado à enfermidade do filho, haja vista o câncer,
considerado uma doença terrível, é forma que ela contempla para ser castigada
pelo divino: “Eu tenho certeza que ele [o filho de 8 anos que tem câncer] está pa-
gando por mim. Eu é que deveria ter câncer, pagar pelo que fiz, e não ele, pobre
inocente. Mas se essa é a vontade de Deus, fazer o quê?” A doença do filho tor-
na-se uma forma de legitimar a culpa, portanto, de prestação de contas com Deus,
o que só aumenta o sofrimento psíquico dessa mãe, que vivencia não apenas o
luto pela possibilidade da morte iminente do filho, mas, sobretudo, a morte desse
filho como término do sentimento de culpa pela traição extraconjugal.
O sentimento de culpa teve fim com a morte do filho. A morte tornara-se uma
libertação para ambos – mãe e filho. Para o filho, porque não tinham como os
conhecimentos biomédicos darem conta do estagio da doença. Para a mãe, o
filho não mais sofreria daquilo que ele não fora responsável: “Ele agora está li-
vre; me sinto mais leve. To sofrendo, mas me tiraram um peso... Você sabe do
que to falando...”
Conclusões
Este estudo mostrou as vivências de uma mãe que, devido às relações ex-
traconjugais, atribuiu ao câncer que acometeu o filho como uma forma de pu-
nição, purificação, rendição e alívio de seus sentimentos de culpa e do sofrimen-
to psíquico.
Os resultados deste estudo de caso apontam aspectos significativos relacio-
nados ao câncer infantil atribuído como forma de castigo divino devido à ação
transgressora às leis do casamento, por causa de um ato de adultério. O sofri-
mento desta mãe mostrou-se bem mais marcante e avassalador do que em outras
mães de filhos com câncer, haja vista que atribuía a doença do filho ao modo que
Deus encontrou para lhe redimir dos “pecados”. A morte do filho foi contempla-
da por essa mãe como um alívio ao sofrimento corpóreo da criança, mas, sobre-
tudo, a libertação de “peso” que ela carregou durante 8 anos, período do diag-
nóstico do filho até o óbito.
Acredita-se que os momentos das entrevistas com Maria Madalena propor-
cionaram a ela falar algo da ordem do ‘escondido’, ‘aguardado’, proibido’, e do
54
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troducão à Psicologia. Campinas/SP: PSY, p. 219-42.
55
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
56
NUEVAS INTERVENCIONES ANTE EL DELITO
CONTRA LA INTEGRIDAD SEXUAL INFANTIL
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Universidad Católica de Santiago del Estero
Introducción
Poder pensar el delito en contra de la integridad sexual infantil, implica cues-
tionar nuestra práctica como profesionales frente a este fenómeno, que denota
muchos interrogantes aún no respondidos desde los distintos ámbitos que anali-
zan e intervienen en la temática. En mi trabajo al referirme a víctimas de abusos
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
de ambos sexos, privilegio nombrar el género femenino, atenta a que según in-
vestigaciones y a partir de la practica, son las niñas las que padecen en su ma-
yor porcentaje este delito cometido en su contra.
Plantear el delito en contra de la integridad sexual infantil desde nuestra prác-
tica, nos enfrenta a interrogarnos acerca del legado cultural e ideológico que for-
ma parte de nuestras instituciones que nos constituyeron como seres hablantes
y legislados, llegado el momento estos legados impactarán consiente e incons-
cientemente en nuestra posición e intervención.
Esta impronta ideológica y cultural que forma parte de nuestra historia, coloca
a muchos profesionales y funcionarios que deben decidir e involucrarse, ante una
58
Arias, María Soledad
negación que implica no poder contar con la apertura y sapiencia que se necesi-
ta para abordar un fenómeno tan complejo como es el delito contra la integridad
sexual infantil, retornando al antiguo paradigma en el cual la niña es considerada
un objeto, negándole el acceso a una justicia garante de sus derechos.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ciones debe tener en cuenta la singularidad que hace a la historia de esa niña
y sobre todo ante la situación traumática que produce el delito contra la integri-
dad sexual. “
El Derecho a opinar y ser oído”, nos está marcando la importancia de la pa-
labra y el relato de la niña que refiere sobre un hecho sucedido, esperando de un
Otro Social, llámese justicia, psicólogos, psicoanalistas entre Otro/s que intervie-
nen en esta escucha, una respuesta que venga a interpretar lo que a la niña le
cuesta expresar y a su vez sancionar lo que está prohibido, abogando con ello
un acto propiciatorio que brinde un lugar para esa niña, es decir un lugar en
el que la misma se sienta un Sujeto que puede defenderse y ser cobijada por un
sistema que propicie un marco reparatorio del delito cometido.
60
Arias, María Soledad
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusión
El deseo puesto en este trabajo, lo anuncie al principio, es el de posibilitar
interrogarnos acerca de nuestras prácticas ante un delito tan complejo como lo
es el Abuso Sexual Infantil, en este caso de niñas quienes a través de su cuer-
po, hacen un llamado a un Otro Social que dé respuestas a la violación perpe-
tuada en contra de su persona.
Referentes institucionales que tendrán desde distintos ámbitos la tremen-
da responsabilidad de responder y ser interpretes de la verdad de esa niña que
62
Arias, María Soledad
quedo huérfana por el delito cometido y que requiere ser escuchada. Dichas in-
tervenciones, no son sin ningún costo, ya que como dijimos, creencias institucio-
nales, sociales y singulares nos atraviesan a la hora de poner en escena nues-
tra participación. Esto también implica poner en marcha un dispositivo de sabe-
res no absolutos sino que contemple las faltas para poder escuchar, teniendo en
cuenta la búsqueda de la verdad que no es la propia sino no la de la niña, quién
debe ser considerada tal como lo contemplan nuestra leyes, Sujetos de Dere-
chos, tanto para exponer su verdad de lo sucedido teniendo en cuenta su histo-
ria, como para reclamar por su protección mediante un Juicio Justo y reparador
de las leyes destituidas por el crimen cometido.
Notas
1-Ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes Nº 26.061. Art. 24.
Publicada el 26 de Octubre del año 2005.
2-Volnovich, J.: Abuso sexual en la infancia, volumen II. Buenos Aires- México. Ed. Lumen
Humanitas.1°reimpresión. 2006. Pag. 117
3-Gerez Ambertín, Marta – Culpa, responsabilidad y Castigo. En el discurso jurídico y psicoanalíti-
co. Volumen III. Buenos Aires, Argentina. Edit. Letra Viva. 2009. Pág. 181.
Bibliografía
Gerez Ambertín, Marta (2004-2005). “Culpa, Responsabilidad y Castigo en el Discurso Jurídico y Psi-
coanalítico. Vol I y II. Compiladora Gerez Ambertín M. Buenos Aires. Editorial Letra Viva
Gerez Ambertín, Marta (2004-2005). “Culpa, Responsabilidad y Castigo en el Discurso Jurídico y Psi-
coanalítico. Vol I y II. Compiladora Gerez Ambertín M. Buenos Aires. Editorial Letra Viva
Gerez Ambertín, Marta (2000). “Culpas y Penas: la Lógica de lo Prohibido” Revista Investigando en
Psicología N°2. Tucumán: Facultad de Psicología – UNT.2000
Silvestre, Michelle (1988) “Mañana el Psicoanálisis”. Buenos Aires. Ed. Manantial
Volnovich, J.: Abuso sexual en la infancia, volumen I, II, III. Buenos Aires- México, Ed. Lumen Hu-
manitas, 1°reimpresión. 2006.
Rozanski, C.: Abuso sexual infantil, denunciar o silenciar, Buenos Aires, Argentina. Ediciones B,
2003.
Bringiotti, M: Maltrato infantil, Ed. UBA, Fac. Filosofía, 1999.
63
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
64
RECONOCIMIENTO DE EFECTOS EN LA SUBJETIVIDAD
EN NIÑOS VÍCTIMAS DE ABUSO SEXUAL
MEDIANTE EL USO DE CÁMARA GESELL
Filiación Institucional:
Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE)
65
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Hipótesis:
“El Abuso Sexual Infantil produce efectos en el psiquismo que afectan la sub-
jetividad de las víctima de estos episodios los que se pueden identificar desple-
gados en el discurso verbal y no verbal de los niños que son entrevistados a tra-
vés del dispositivo de Cámara Gesell”.
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Auatt, Sara De Las M. - Degano, J. A. - Lagares, M. T. - Lescano Dib, S. D.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
68
Auatt, Sara De Las M. - Degano, J. A. - Lagares, M. T. - Lescano Dib, S. D.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografía
1. Calvi, Bettina (2006), Abuso sexual en la infancia: efectos psíquicos, Lugar Editorial, Buenos Ai-
res
2. De Gregorio Bustamante, Humberto Álvaro (2008), “El abuso sexual infantil y la mala praxis psi-
quiátrico-psicológica”, disponible en: http://www.infancia yjuventud.com.
3. Giberti, Eva (2005), “Malos tratos contra niños y contra niñas”, Abuso sexual y malos tratos contra
niños, niñas y adolescentes: perspectiva psicológica y social (Comp.), Espacio Editorial, Buenos Ai-
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4. Grosman, Cecilia P. y Mesterman Silvia (1992), “Maltrato al menor. El lado oculto de la Escena Fa-
miliar”, Editorial Universidad, Buenos Aires.
5. Intebi, Irene V. (2008), “Abuso sexual infantil en las mejores familias”, Granica, Buenos Aires.
6. Lescano Dib, Silvia D. (2008), “El Daño Psíquico en niños abusados sexualmente” - monografía -
Carrera de Especialización en Evaluación y Diagnóstico Psicológico, Universidad Nacional de Tucu-
mán.
7. Miotto, Norma G. (2006), “Psicología Forense”, Buenos Aires.
8. Volnovich, Jorge R. (2006), Abuso sexual en la infancia 2. Campo de Análisis e Intervención, Lu-
men Humanitas Buenos Aires.
70
MEDIA, FIJACION DE LA AGENDA PUBLICA Y FRAME:
ANALISIS TEXTUAL Y TEMATICO DE
LA VIOLENCIA FAMILIAR
Filiación Institucional:
Avendaño, Ma. Carmen: Univ. Nac. de Córdoba.
Aliaga Maldonado, Humberto J. y Aliaga, Ma. Agustina: Univ. Blas Pascal.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Avendaño, Ma. Carmen - Aliaga Maldonado, Humberto -aliaga, Ma. Agustina -
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Avendaño, Ma. Carmen - Aliaga Maldonado, Humberto -aliaga, Ma. Agustina -
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La muestra más evidente son los dos nuevos Juzgados de Familia que tie-
nen competencia exclusiva en violencia familiar.
Funcionan en el Edificio del Fuero de Familia en calle Tucumán 360 de la
ciudad Capital.
El diario La Nación informó que en 2008 los Tribunales de Familia recibieron
10 mil denuncias sólo en la ciudad Capital.
se debe agregar las causas de la Justicia de Familia de chicos que son “se-
cuestrados” por uno de sus padres.
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Avendaño, Ma. Carmen - Aliaga Maldonado, Humberto -aliaga, Ma. Agustina -
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusiones parciales
Los resultados de este trabajo no son generalizables a otros diarios locales ni
de nivel nacional aún cuando coincida la propiedad de los mismos.
Lo noticiable tiene una cierta inmediatez cuyos tiempos difieren de los tiem-
pos procesales. Se apunta a la falta de comunicación clara a la sociedad. Los
actores sociales carecen de información suficiente.
Se refiere una lentitud justificada por sobrecarga de causas y ligada con cues-
tiones de competencia: se demanda mayor intervención. Judicialización: exce-
sivos juicios: Se tramita todo por tribunales. Se menciona, además, una “indus-
tria de juicios”.
78
Avendaño, Ma. Carmen - Aliaga Maldonado, Humberto -aliaga, Ma. Agustina -
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
metidos dentro del grupo familiar conviviente, aún tratándose de uniones de he-
cho, y fuere presumible su repetición.
En ese marco normativo -Ley 24.417 y Código Penal, art. 310-, y con la san-
ción de la Ley 26.061 (reglamentado por Decreto 415/2006) de Protección Inte-
gral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, se comprende dentro
del concepto de “grupo familiar” a los progenitores, los niños, niñas y adolecen-
tes, cuyo vínculo sea por consanguinidad o por afinidad y, a los integrantes de la
“familia ampliada”, como son otros miembros de la comunidad con los cuales se
establezca un vínculo sentimental y afectivo significativo.
La norma mencionada en último término, resulta de suma importancia en la
materia toda vez que regula de un modo acabado la situación de violencia co-
metida en contra de niñas, niños, y adolescentes, estableciendo el carácter de
orden público de sus disposiciones, consagrando el interés superior de los mis-
mos, la responsabilidad tanto del poder público como de la comunidad y del pro-
pio entorno familiar a la hora de garantizar la debida asistencia y protección de
los menores, fijando a modo de premisas obligaciones y deberes que pesan so-
bre los funcionarios, miembros de establecimientos educativos, hospitales entre
otras instituciones, tendientes a prevenir las posibles situaciones de violencia en
que se hallen involucrados menores, debiendo solicitar la inmediata intervención
de la autoridad competente. Se crea asimismo, una secretaría específica para
relevar y estudiar los datos de los hechos que se van produciendo a fin de poder
mejorar las medidas y políticas que hagan efectivos los derechos garantizados,
entre otras funciones. En fin, se trata con esta norma, allanar los caminos para
la efectiva y cabal tutela de la minoridad por parte del estado.
80
Avendaño, Ma. Carmen - Aliaga Maldonado, Humberto -aliaga, Ma. Agustina -
del Estado reconocidos en la ley 8.835, de modo que todas las personas -en el
ámbito de la provincia de Córdoba- pueden solicitar su tutela y resguardo a las
autoridades jurisdiccionales, ante una probable ó efectiva vulneración.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
lograr una mayor facilidad de recolección de los elementos que permitan deter-
minar la verdadera situación de violencia.
Notas
(1) McCombs, M (2004) Setting the Agenda; Polity Press, Cambridge; p.24.
(2) Cohen, B. (1963) The Press and Foreign Policy; Princenton University Press; p. 13
(3) Lang, K y Lang, G (1981) p. 465
(4) Cfr. McCombs, M (1976)
(5) Marco normativo -Ley 24.417 y Código Penal, art. 310-, y Ley 26.061 (Decreto 415/2006).
(6) Por una cuestión de espacio –y debido a la claridad que presentan las concordancias- no se ci-
tan los contextos ampliados para ´denuncias.´
(8) Dada la claridad que presentan las concordancias, no se refieren los contextos ampliados para
`familia/s.´
(9) Cfr. Keller, Reiner “El análisis del discurso basado en la sociología del conocimiento (ADSC). Un
programa de investigación para el análisis de relaciones sociales y políticas de conocimiento.” In Fo-
rum: Qualitative Social Research, Volumen 11, No. 3, Art. 5, setiembre, 2010.
82
DARLE TEXTO A LA INFANCIA
Azar, Carolina -
Madias de Barrio, Estela
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Docentes Univ. Católica de Sgo. del Estero (UCSE)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
84
Azar, Carolina - Madias De Barrio, Estela
chos. Era uno más de esos hijos desafiliados de padres, atravesados por un pe-
noso y desdichado destino.
En el Malestar en la Cultura, Freud menciona distintas maneras de recubrir
el dolor de existir, entre ellas el arte, el goce estético, el amor, la fantasía, la in-
vestigación científica.
Con el correr del tiempo y a través de la intervención-mediación de gabine-
tistas logra establecer lazos con algunos compañeros. Durante las entrevistas
con el equipo técnico realiza sus primeros garabatos y dibujos. A partir de allí algo
nuevo comienza a esbozarse.
Trazo por trazo fue construyendo un velo ficcional, que representaba el do-
ble juego imaginario y simbólico, de su encuentro con los otros. Su lenguaje, que
nunca fue rico en palabras, apareció en imágenes, su facilidad para el dibu-
jo, fueron sus dones, dones gratuitos de amor e intercambio que llenó de orgu-
llo a sus docentes.
A modo de ritual Mario retornaba al gabinete en los recreos, pedía su carpeta
pronunciando dos vocablos: “aco-uco”, por “saco dibujo”, recorría su historia plas-
mada en las producciones graficas, se detenía en cada una de ellas, las obser-
vaba, y se retiraba sonriente, no sin antes guardarlas con cuidado. Liturgia que
propició el pasaje desde el desamparo, al encuentro con el Otro.
Durante la primaria especial aprendió a leer y escribir, adquirió nociones bá-
sicas de cálculo numérico. A los diez años y a raíz de su interés por las activi-
dades plásticas, lo incluyen en el taller de pintura y comienza a desplegar habi-
lidades artísticas. Por iniciativa de su docente participa de un concurso de dibu-
jo y es premiado.
A los doce años y teniendo en cuenta sus destrezas se le ofrece derivarlo a
un instituto de arte y acepta. Asistió durante tres años, con el acompañamiento y
seguimiento de docentes de la Escuela Especial. A la vez, continuaba participan-
do en los talleres de la misma en contra turno. Finalmente la experiencia quedó
trunca, sus dificultades en lecto-escritura y la inexistencia de maestras integrado-
ras que realicen adaptaciones curriculares, le impidieron el cursado de las mate-
rias teóricas. Aprobó únicamente las prácticas y técnicas, consiguiendo, valiosas
herramientas que le servirían en el futuro como medio y modo de vida.
La escuela funcionó, en este caso, como la marca simbólica de la diferencia.
No solo fue habitar un espacio, operó como inscripción de la ley posibilitando de
esta manera el surgimiento de un sujeto del deseo. Es gracias a ella que pudo
hacer un enmarcamiento, ya que no había referencias, era un niño de la calle, él
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Azar, Carolina - Madias De Barrio, Estela
Notas
(1) Minnicelli, Mercedes S.(Coord.).Infancia, legalidad y juego en la trama del lenguaje. Pg.21.Ed.
Noveduc. Bs. As. 2008.
(2)-Minnicelli, Mercedes S.: Infancias en estado de excepción. Pg. 231 Ed. Noveduc. Bs.As. 2010.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
(3)-Gerez Ambertín, Marta. Prólogo Infancias en estado de excepción, Pg.15 Ed. Noveduc. Bs.
As. 2010.
Bibliografía
-Agamben, Giorgio: Profanaciones. Adriana Hidalgo Editora. Bs.As. 2005.
-Abamben, Giorgio: Infancia e historia. Adriana Hidalgo Editora. Bs.As. 2001
-Freud, Sigmund: El Creador Literario y el Fantaseo. Obras completas. Tomo IX. Bs.As. 1993.
-Freud, Sigmund: El Malestar en la Cultura. Obras Completas. Tomo XXI. Ed. Amorrortu. Bs.As.
1993.
-Gerez Ambertín, Marta: Las Voces del Superyo. Ed. Manantial. Bs. As. 1993.
-Lacan, Jacques: El Seminario 7. La Ética del Psicoanálisis. Ed. Paidós. Bs.As. 1995.
-Minnicelli, Mercedes S.: Infancias en estado de excepción. Ed. Noveduc. Bs.As. 2010.
-Minnicelli, Mercedes S. (coord.): Infancias, legalidad y juego en la trama del lenguaje. Ed. Nove-
duc. Bs.As. 2008.
88
DE DESAMPAROS Y DE MUERTES
Azar, Carolina -
Roldán Suárez, Mariana
Filiación Institucional:
Azar, Carolina: Univ. Católica de Sgo. del Estero. Fundación Psicoanalítica Sig-
mund Freud de Sgo. del Estero
Roldán Suarez, Mariana: Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del
Estero
Los hechos que relataremos ocurrieron en un Barrio del sur de nuestra ciu-
dad, pero podrían haber acontecido en innumerables lugares.
Eran cinco adolescentes que formaban parte de una pandilla callejera, co-
nocidos solamente por sus apodos: el gato, el virico, el cholo, el charly, el ne-
gro. Se dedicaban a cometer actos delictivos violentos, dentro de su propia co-
munidad.
Sus edades oscilaban entre los 14 y 20 años. Habían quedado fuera del sis-
tema educativo tempranamente y vagaban por las calles desde pequeños.
El barrio al que pertenecían tenía, en ese entonces, características muy par-
ticulares. Surgido hace 30 años, marcaba el límite sur de la ciudad, representa-
ba los márgenes, y era de difícil acceso.
Sus calles, cuando no se encontraban anegadas por las lluvias eran un pol-
vaderal, faltaban cloacas, gas y la luz eléctrica era un bien por el que arriesga-
ban la vida. La mayoría de los habitantes realizaban conexiones clandestinas,
para acceder a este servicio.
89
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Azar, Carolina - Roldán Suárez, Mariana
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Azar, Carolina - Roldán Suárez, Mariana
Esta historia es transmitida como una leyenda, una suerte de mito que a me-
dida que circula se le agregan detalles. Ya no es posible saber qué es verdad y
qué es ficción en esta construcción colectiva que pudieron elaborar los habitan-
tes de este barrio, para intentar velar y resignificar ese real.
Se puede pensar que lograron armar una reconstrucción ficcional que les per-
mitió cercar aquello que horrorosamente insiste y vuelve al mismo lugar. Los ri-
tuales cumplen esa función de poner barrera a lo siniestro, pacificar y evitar su
retorno.
Ese monte ya no existe, en su lugar se creo una avenida. Lo que aun se man-
tiene en pie es ése árbol, el que marca el comienzo del fin. Quizá los que planifica-
ron la avenida pudieron leer, en la vela y el vaso de agua que siempre está, algo
de la dignidad que rodea al que, mediante ceremonias, intenta hacer su duelo.
93
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1)- Sobol, Blanca N., “Los diversos significados de la exclusión social”. Universidad Nacional del nor-
deste. Comunicaciones Científicas y Tecnológicas. 2005. www.unne.edu.ar/Web/cyt/com2005/1-
Sociales/S-029.pdf. Pág. 3
(2)-Lacan, Jacques: Escritos I .Introducciones teóricas a las funciones del psicoanálisis en crimino-
logía. Pg.118.Ed. Siglo Veintiuno. Bs. As.1988.
(3)-Gerez Ambertín, Marta: La sanción penal: entre el “acto” y el “sujeto del acto”. Pg.19. Culpa res-
ponsabilidad y castigo II .ed. letra viva. Bs. As. 2004.
(4)-Lacan, Jacques: Seminario 5.Las Formaciones del Inconciente. Versión Completa.12/02/58.
Pg.149.
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-Lacan, Jacques, Seminario 10.1963-1964.Versión Completa
-Lacan, Jacques. Escritos I. Ed. Siglo Veintiuno. Bs. As. 1998.
-Abad, Gabriela: ¿Cómo sostener la ley y el lazo social? .El riesgo subjetivo. Investigación en Psi-
coanálisis y Ciencias Sociales. Congreso Internacional. Ed. Letra Viva.2007.
-Carol, Alfredo: Subjetividad y segregación. Culpa responsabilidad y castigo. Volumen III. Ed. Le-
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-Carol, Alfredo: Crimen y Genealogía. Culpa, Responsabilidad y Castigo. Volumen II. Ed. Letra Viva.
2004.
-Elmiger, María Elena: La violencia como efecto de desubjetivación en los duelos. Culpa, Respon-
sabilidad y Castigo. Volumen III. Ed. Letra Viva.2009.
-Elmiger, María Elena:” Hijos de la Violencia”. psicología. unt. edu. ar. psico-logos n 13 año 2003.
-Zizek, Slavoj: “Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales”.Ed. Paidós. 1ra reimpresión. 2010
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2000.
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Alianza Editorial, S. A. 1ª ed., 1ª imp. 2006.
-Rabinovich, Diana: “La angustia y el deseo del Otro”. Ed. Manantial. Estudios de Psicoanálisis.
Bs. As. 2009
-Viñar, Marcelo: ¿Que puede decir un psicoanalista sobre la exclusión social? marcelo _ n _ vinar_
exclusión _ social. Pdf.
94
SUBJETIVIDAD – DISCAPACIDAD Y SITUACIÓN
DE CALLE: UN POSIBLE ABORDAJE
Filiación Institucional:
Programa de Hogares para Personas con Discapacidad del Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
En el marco del presente Congreso, y bajo el eje temático que nos convoca
“Acto, Responsabilidad, Subjetividades” desarrollaré algunas consideraciones en
relación a la población que recibe el Programa de Hogares para Personas con Dis-
capacidad perteneciente al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El objetivo del programa es brindar alojamiento transitorio por dos años en
hogares conveniados con el GCABA, a personas con discapacidad que compren-
dan la franja etaria entre 21 y 59 años, encontrándose en situación de vulnerabi-
lidad de derechos y en estado de exclusión social. Las instituciones conveniadas
son de puertas abiertas, ergonómicamente adaptadas a fin de brindar a las per-
sonas la mejor integración posible. Los hogares ofrecen como recurso institucio-
nal, las cuatro comidas diarias, cobertura de emergencias médicas, servicios de
enfermería destinado al control y asesoramiento en salud, contención institucio-
nal, revinculación familiar, actividades culturales , recreativas, reinserción social
y en aquellos casos en que es posible reinserción laboral.
En la entrevista de admisión efectuada por el equipo del programa nos en-
contramos con sujetos con discapacidad en situación de calle muy poco impli-
cados subjetivamente con su realidad. Sujetos autómatas, indiferentes, que se
presentan con un discurso simbólicamente pobre, vaciado de compromiso sub-
jetivo y afectivo, sin un montaje normativo que los sostengan, con clichés escri-
tos en un libreto donde prevalecen la marginalidad, la violencia, las adicciones,
la exclusión familiar, social y laboral, donde el lazo social ha quedado quebrado
por la desconfianza, la amenaza y la soledad.
Cuando intentamos indagar sobre sus historias de vida retacean información,
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Barbaglia, María Silvina
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Barbaglia, María Silvina
llo que lo aqueja y lo obliga, lo compulsa a actuar, volviéndose esto contra sí mis-
mo, ya que el sujeto termina siendo destituido de todo lazo social quedando nue-
vamente fuera de la sociedad.
NOTAS
(1) Freud, S. “Totem y Tabú” Capítulo IV. Obras Completas II. López Ballesteros Cuarta Edición Ma-
drid 1981
(2) Freud, S. “El Malestar en la Cultura” Capítulo VII. Obras Completas III. López Ballesteros. Cuar-
ta Edición. Madrid 1981
(3) Freud,S. “El Malestar en la Cultura” Capítulo VII.Obras Completas III. López Ballesteros. Cuar-
ta Edición. Madrid 1981
(4) Gerez Ambertín, M. “Ley, Prohibición y Culpabilidad” en Culpa, Responsabilidad y Castig. Vol I
Letra Viva. Primera Edición. Argentina 2006
Ref. Bibliográficas
Chaummon, F. La Ley, el Sujeto, y el Goce Lacan y el campo jurídico. Nueva Visión. Bs. As. 2005
Freud, S. Tótem y Tabú O. C. II. López ballesteros. 4ta Edición. Madrid 1981
Freud, S. El Malestar en la Cultura O. C. III. López Ballesteros. 4ta edición. Madrid 1981
Freud, S. Duelo y Melancolía. O. C. II. López Ballesteros. Cuarta Edición. Madrid 1981
Lacan, J. La Ética del Psicoanálisis Seminario 7 (1959-1960) . Paidós Sexta Edición 1997
Gerez Ambertín, M. (Comp.) Culpa, Responsabilidad y Castigo Vol I. Bs. As. Letra Viva. 1ra. ed.
2006
Gerez Ambertín, M. (Comp.) Culpa, Responsabilidad y Castigo Vol II. Bs. As.Letra Viva. 1ra. ed..
2004
Gerez Ambertín, M. (Comp.) Culpa, Responsabilidad y Castigo Vol III. Bs. As.Letra Viva. 1ra. ed.
2009
Gerez Ambertín, M. Entre Deudas y Culpas: Sacrificios. Bs. As. Letra Viva. 1ra. ed. 2008
99
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
100
RESPONSABILIDAD Y LAZO SOCIAL
Filiación Institucional:
Facultad de Psicologia-UNT / Fundacion Psiconalitica Sigmund Freud.
Introducción
Abordar la cuestión de la Responsabilidad en Psicoanálisis supone conside-
rar la relación que existe entre lo social y lo inconsciente. Con los aportes de La-
cán decimos que la Responsabilidad merece ser interrogada desde y más allá
de las marcas del Otro del lenguaje; debe ser escuchada desde el sujeto que lle-
va dichas marcas en su humanidad. Por lo tanto la Responsabilidad abreva de
dos sistemas, está determinada por el Otro y sus leyes y, a su vez, precisa del
deseo inconsciente para perdurar.
La Responsabilidad social (ante los pactos simbólicos) y Responsabilidad ante
lo inconsciente están entrelazadas, ambas interactúan, se copertenecen. Lo so-
cial es inherente a la Responsabilidad por lo inconsciente, es la estructura sobre
la que se despliega la Responsabilidad ante lo inconsciente. Siguiendo a Freud
en “Totem y tabu” decimos que sin pactos ni leyes ordenando lo social no habría
inscripción de lo prohibido y lo permitido en el interior de los sujetos.
En “El yo y el ello”, Freud plantea que el individuo recibe el influjo del mun-
do exterior y en “La Responsabilidad moral por el contenido de los sueños”, afir-
mó que los sujetos son responsables del contenido de sus sueños; es decir, son
responsables de interrogarse y de hacer algo con las marcas que deja el mundo
101
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
exterior en lo inconsciente. Siguiendo a Lacán diríamos que los sujetos son res-
ponsables de hacer algo con los significantes, con las marcas que deja el len-
guaje en la subjetividad.; ya que para este autor lo inconsciente está estructura-
do por el lenguaje.
Respecto a la dialéctica entre el Otro del lenguaje y el sujeto, decimos que el
sujeto no solo lleva las marcas de la cultura y de la época en su humanidad, con
Responsabilidad el sujeto debe hacer algo con esas marcas.
Siguiendo a Freud en “Moisés y la religión monoteísta”, planteamos a lo in-
consciente como herencia de doble raigambre, una filogenética (marcas de la es-
pecie) y otra herencia filiatoria (experiencias particulares vivenciadas en el seno
familiar). Por lo tanto lo inconsciente como herencia abreva de una anterioridad
que en cada subjetividad adquiere diferentes modos. En este sentido, todo suje-
to es responsable de saber, de subjetivar dicha herencia.
En “I Congreso Internacional de investigación en Psicoanálisis y Ciencias So-
ciales” (Barros, Daniel.2006); planteamos a la Responsabilidad como propuesta
activa de los sujetos ante los desarreglos de la cultura; en esta oportunidad con
los aportes de E. Levinás y de H. Arendt damos a la Responsabilidad un senti-
do que trascienda el aquí y ahora de la temporalidad y del espacio pero, paradó-
jicamente, precisa anclar en puntos de la realidad para tomar fuerza y resignifi-
carse. Con Responsabilidad los sujetos toman lo social, se apropian de espacios
de circulación de legalidades. Cito como ejemplo Madres de Plaza de Mayo que,
con Responsabilidad y leyes iniciaron juicios a los criminales de la dictadura mi-
litar en Argentina. Acto que posibilitó la reconstrucción del tejido social y permitió
a los sujetos la resignificación de la historia.
102
Barros, Daniel Francisco
103
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
nutre de lo social”. ¿Cómo fue que se inscribió la lógica que rige a lo social en el
interior de los sujetos?
Freud responde…”Sin la hipótesis de un alma colectiva (¿lo social?) y de una
continuidad de la vida afectiva de los hombres que permita despreciar la interrup-
ción de los actos psíquicos individuales resultantes de la desaparición de la exis-
tencia no podría existir la psicología de los pueblos”. (Freud,S.1912:1848)
Por lo tanto no habría cultura si no se hubiese sancionado el crimen.
Tenemos allí el fundamento de nuestra hipótesis, la inscripción del alma colec-
tiva (lo prohibido y lo permitido) en la subjetividad posibilita el desprecio, por parte
de los sujetos, de actos que atentan contra la vida. Si no se inscribiera ni transmi-
tiera lo prohibido no sería posible la responsabilidad ni el respeto por la vida.
Siguiendo a Freud,…”Si los procesos psíquicos de una generación no pro-
siguieran desarrollándose en la siguiente cada una de ellas estaría obligada co-
menzar desde un principio el aprendizaje de la vida, lo cuál excluiría toda posibi-
lidad de progreso en este terreno” (Freud,S.:1912:1848).
Freud está hablando de la responsabilidad de transmitir el respeto a la vida
y las leyes que la hacen posible.
104
Barros, Daniel Francisco
Conclusión
Planteamos que es responsabilidad de todo sujeto hacer algo con lo hereda-
do por el Otro de la cultura (marcas de la humanidad) como así también con la
herencia de filiación y genealogía (condiciones particulares de deseo y de goce).
Con los aportes de la filosofía, y para no caer en la tentación de dar a la respon-
sabilidad un sentido unívoco, dimos a la misma un sentido que trascienda las
marcas inscriptas por el Otro del lenguaje. Paradójica trascendencia ya que con
Responsabilidad se toma lo heredado para hacer con ello algo distinto desde la
singularidad del deseo inconsciente.
Bibliografía
Arendt,H.: (2010)”La condición humana”. Paidós. Bs.As.
Barros, D.:(2006) “Malestar y Responsabilidad. Aportes delPsicoanálisis”.Investigación en Psicoa-
nálisis. Congreso Internacional. Letra Viva.
Barros, D.:(2010)”La Responsabilidad en el Psicoanálisis”. Rev. Psico-logos. Año XX.Nº20.
Freud, S.:(1912-13)”Tótem y tabú”.O.C.TII .Biblioteca Nueva. (1981)
Freud, S.:(1923)”El yo y el ello”.O.C. XIX. Amorrortu. Bs.As. (1979)
Freud, S.:(1925)”La responsabilidad moral por el contenido de los sueños”.O.C. XIX. Amorrortu.
Bs.As. (1923)
Freud, S.:”Moisés y la religión monoteísta”. O.C. TIII. B.Nueva. (1981)
Gerez Ambertin, M.: (2004)”Culpa, Responsabilidad y Castigo en el Discurso Psicoanalítico y Jurí-
dico”.Vol. II. Letra Viva.
Levinas, E.:(1987)”De otro modo que ser”. Ed. Sígueme S.A.
Levinas, E.: (1991)”Ética e infinito”. Visor distribuciones S.A.
105
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
106
¿QUÉ SANCION PARA “LOS QUE DELINQUEN
SIN COMPRENDER”?
DILEMAS ÉTICOS Y REPERCUSIONES SOCIALES
Bielsa, Alba
Filiación Institucional:
Psiquiatra-Psicoanalista. Dirección de Salud Mental de la Pcia. de Santa Fe
Del texto citado retomo ahí donde el autor afirma que los enunciados de la
prohibición plantean no solamente la cuestión de su enunciación sino de su pro-
ferimiento, los que al ser efectuados confieren derechos y deberes.
Hay un agente de la ilocución (sea ésta una orden, una pregunta, una pro-
hibición, etc) y un destinatario involucrado en ese acto. Y lo que se produce es
una transformación jurídica, en tanto creación de derechos y obligaciones para
los interlocutores, los que pueden ser interiores al universo creado por el discur-
so, y no únicamente una apelación a la legislación social, como aclara Rabant,
sostenido en las elaboraciones de Ducrot.
Por su carácter de ilocutorios los enunciados, en el caso que nos ocupa: la
prohibición del incesto, modifica la situación del sujeto del lado del que la profie-
re tanto como del destinatario.
Respecto de lo que está en juego, Rabant avanza y arriesga aún más cuan-
do sentencia que: la ilocución (de prohibición) produce la posición subje-
tiva (1).
107
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Nos preguntamos:
¿Podrían no producirse estos actos (de ilocución) en el marco de la cultura?
Y si esto es así: ¿podemos seguir hablando de sujetos incluidos en la cultura? Si
quedan por fuera de la cultura, ¿en qué orden los ubicamos? ¿No es acaso éste
un planteo de lógica binaria como la del código penal que deja en la encerrona
del: comprende-no comprende?, ilusión de un sujeto dueño de si al que el descu-
brimiento freudiano del inconsciente vino a poner fin. ¿A qué están sujetados los
individuos, si esa ilocución de prohibición, si esa marca no fue proferida?
Estas preguntas junto a otras son las que de un modo u otro atraviesan nues-
tro trabajo, no siempre con la misma intensidad, aunque si con la constancia e
insistencia de lo que requiere atención e investigación.
En este escrito pretendemos desplegar alguna de ellas, con el deseo de orien-
tarnos hacia respuestas posibles para incidir sobre la práctica.
Recordaba cuando pensaba como posible este escrito y por el efecto de
“transmisión” con que inciden las palabras de Elida Férnandez, cuando plantea
en uno de sus textos, la complejidad de esos tramos de la clínica en términos
de “encallamiento”.
Encallamiento clínico frente a los sujetos (y a las situaciones generadas por
sus actos, agregaríamos), que se resisten –“por suerte”- a entrar en las estruc-
turas psi establecidas.
Y en ese “por suerte” encuentro la lucidez de su enunciación, cuando a conti-
nuación dice que “es eso lo que habla de la curiosidad, de la aceptación de la ig-
norancia por más docta que sea, de la riqueza y diversidad de la fauna humana
que configuramos. Entonces, “por suerte”, mas allá de las clasificaciones y pro-
lijos estantes que tenemos para ubicar a todo ser hablante, están los que nunca
encajan y nos llevan a seguir preguntando, preguntándonos, y escribiendo. La
clínica es soberana” (2). Hasta ahí la cito.
La clínica nuestra es la de sujetos que han delinquido, han ido contra la ley,
de, y por diversos modos. El delito cometido dará inicio a un expediente judicial,
al que sigue también de, y por diversos motivos, una demanda del juez de un
informe psicológico del sujeto en cuestión, dirigido al dispositivo de trabajo del
que formo parte.
Dicho dispositivo de trabajo es la Junta Especial Interdisciplinaria, dependien-
te de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, conformada por psi-
quiatras, psicólogos y abogados, cuyo funcionamiento se encuentra reglado por
la ley provincial de salud mental de Santa Fe (ley N° 10772).
108
Bielsa, Alba
Para arribar al informe realizamos una evaluación clínica (con una serie de
entrevistas que no tienen una estructura predeterminada sino las dadas por el
caso particular) de estas personas procesadas.
En el presente trabajo pretendemos reflexionar sobre los dilemas éticos, clí-
nicos e ideológicos, que se nos plantean en nuestro trabajo, particularizando en
esta ocasión sobre aquellos sujetos que habiendo cometido delitos penalmente
graves como abuso sexual infantil y/o homicidios, presentan una clínica compa-
tible con psicosis o debilidad mental, al momento de cometer el delito.
En el marco del código procesal penal, letra escrita de la ley: al “no compren-
der la criminalidad de su actos ni dirigir libremente sus acciones” por ser porta-
dores de dichos padecimientos psíquicos y habiendo sido hallado culpable será
declarado por la agencia judicial: inimputable, quedando así excluido de una san-
ción penal.
Desde la clínica y la ética del psicoanálisis nos preguntamos: ¿qué sanción
puede tener ese acto, acto en lo real sobre el otro?; ¿dónde y cómo ubicar al su-
jeto del acto?, ¿qué lugar tiene ese acto para el sujeto, y para la sociedad de la
que es parte? Ese acto: ¿lo excluye del lazo social tal como queda excluido de la
pena judicial? Si afirmamos que es la ley de la cultura la que sujeta a los huma-
nos, al ser declarado inimputable: el sujeto del delito es excluido de la cultura a
otro orden, el de la naturaleza?
Interrogantes que se plantean desde la clínica a la que apelamos como ba-
liza orientadora.
Si afirmamos que la del psicoanálisis es la clínica del caso por caso, así como
que ni el crimen ni el criminal son objetos que se pueden concebir fuera de su refe-
rencia sociológica, como especifica Lacan, analizaremos uno de los casos traba-
jados desde las Juntas que nos pusieran directamente frente a estos dilemas.
El oficio judicial solicita la evaluación psicológica de un sujeto acusado de
abuso sexual reiterado de dos menores.
109
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La entrevista se lleva a cabo junto a uno de sus hermanos José, quien res-
ponde a los preguntas, mientras Hugo permanece completamente pasivo y has-
ta podría decirse desconectado, sin evidenciar preocupación, inquietud o males-
tar alguno en relación a lo que se dice o muestra. Este hermano no descarta que
Hugo sea el autor del delito que se le imputa, fundando tal presunción en la pre-
cariedad simbólica y real en la que ubica la vida de Hugo.
Vive aislado del pueblo, analfabeto, sin contención o marco referencial fami-
liar mínimamente estable y con escasas posibilidades para establecer lazos so-
ciales que le permitan y lo habiliten a internalizar un orden relativo al de la cul-
tura. Los relaciones con otros son excepcionales y muy puntuales, como cuan-
do va a la comuna para hacer alguna provista, ocasión en que se “cruza” con los
padres de los menores en cuestión, comen y se alcoholizan y en ese marco se
produce el abuso.
En cuanto a las víctimas, se trata de una niña y su hermano de 5 y 7 años
respectivamente, quienes se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad
al interior de su familia, dadas las dificultades de ambos progenitores para ga-
rantizar el mínimo necesario de cuidados y atenciones requeridas por un niño.
Esto no solo es así por las reales carencias económicas, sino también por las
de orden simbólico, según deducimos de la lectura de diversos informes existen-
tes en el expediente, de sus propias declaraciones, las de familiares y vecinos.
Carencias que fueran advertidas desde las autoridades de la comuna, quienes
efectivizaron de un modo atento y responsable un dispositivo de acompañamien-
to de ambos adultos, que mejoraron algunas condiciones de vida de los niños,
pero que fueron insuficientes para frenar el abuso.
Resulta indiscutible y plenamente probado el abuso sexual sobre ambos me-
nores, por obviamos intencionalmente entrar en esos detalles.
Del mismo modo se afirmó categóricamente que Hugo no tiene internaliza-
do el orden de la cultura que establece sobre lo prohibido y lo permitido en el or-
den de la sexualidad.
Concluimos que probablemente podría comprender lo que estaba haciendo
con los menores desde un punto de vista limitadísimo, pero que de allí no po-
día inferirse que comprendiera la criminalidad de ese acto, por no tener interiori-
zado el orden de la cultura al que hiciéramos referencia. Sus acciones estarían
regidas por el orden de la necesidad, más que por la postergación que las mis-
mas requieren para que cualquier persona quede incluida dentro del orden de la
sociedad y la cultura, con lo cual menos aún puede concebir la utilidad de dirigir
y controlar sus impulsos, necesidades y acciones.
110
Bielsa, Alba
111
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
teniendo en cuenta la sociedad a la que “retorna” por las víctimas y por ese in-
dividuo inimputable.
¿Qué maniobras clínicas son posibles de ser instrumentadas para que no que-
de como si nada hubiera pasado? ¿Nada para el criminal, nada para la víctima?,
¿qué estatuto dar a ese acto, para que tenga una sanción, una significación?
En “El crimen del cabo Lortie” verdadero tratado sobre el parricidio, Legen-
dre establece que es ineludible y forzoso reflexionar sobre la “función clínica del
derecho”, la que implicaría los efectos (en el sujeto y su entorno), que como ver-
dadero montaje el proceso judicial y el juez como “intérprete” pueda tener. Intér-
prete en su doble versión:
1: en primer lugar al inscribir el acto delictivo en el discurso, dándole el estatu-
to de ilegal y
2: en segundo lugar: notificando a su autor, imponiéndole un pago bajo las diver-
sas formas de la pena.
Así, afirma Legendre: el juez separa al asesino de su crimen, siendo tal el hori-
zonte último de la Justicia (5). Horizonte último de las operaciones de los saberes
psi? en dispositivos de trabajo como el nuestro, en casos como los referidos
Nos interrogamos y en ocasiones creemos encontrar como intervenir desde
este dispositivo en el que trabajamos, eslabón de una cadena (en el campo de
la salud, la acción social, etc.), para contribuir a la generación de un artificio pu-
nitivo, a la “fabricación” de una sanción como tratamiento posible.
Notas
(1) Rabant, Claude (1993) Inventar lo Real Buenos Aires, Nueva Visión Ediciones
(2) Fernández, Elida (2001) Ética y diagnóstico diferencial en Imago N° 17 Bs As Letra Viva.
(3) Lacan, Jacques (1950) Introducción teórica a las funciones del psicoanálisis en Criminología.
Escritos I México, Siglo XXI Ediciones
(4) Bielsa, Alba: Gabbi, Ana “Ni el delito es una patología, ni la pena su tratamiento”. En 2° Congre-
so Internacional de Investigacion en Psicoanálisis, Derecho y Cs Sociales 2009. Bs. As.: Letra Viva
(5) Legendre, Pierre (1994) Lecciones VIII El crimen del cabo Lortie- México, Siglo XXI
Bibliografía
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XIV. Buenos Aires, Amorrortu.
Foucault, Michel La vida de los hombres infames Buenos Aires, Altamira. 2008
Gerez Ambertín, Marta (2009) Vicisitudes del acto criminal: Acting-out y pasaje al acto en Culpa,
responsabilidad y castigo, vol. 3 Buenos Aires, Letra Viva
Lacan, Jacques (1962-63) Seminario 10. La Angustia Buenos Aires, Paidós. 2006
Legendre, Pierre (1996) Lecciones IV El inestimable objeto de la transmisión Madrid Siglo XXI
Mollo, Juan P.: Psicoanálisis y criminología-Estudios sobre la delincuencia. Bs. As.: Paidós. 2010
112
LOS DELIRANTES: UNA MIRADA SOBRE EL OBJETO
ARTÍSTICO Y EL OBJETO PSICOANALÍTICO
Filiación Institucional:
Facultad de Psicología - Univ. Nac. de Tucumán
Miradas y repeticiones
Me enteré de ASANA por casualidad, caminando por los pasillos de la facul-
tad vi un afiche y me llamó la atención su título, LAS PRACTICAS ARTISTICAS
EN FUNCION CLINICA.
Con un casi nulo conocimiento sobre autismo esperaba tranquilo el primer
día de taller.
Cuando por fin ingresé a la institución, en el aula estaban los talleristas y los
chicos y Si bien ese día estuve solo 15 minutos, los sentí eternos.
Las primeras semanas me dediqué a tratar de entender la modalidad de los
talleres. Pasaban los martes y sentía que muchas cosas no sucedían. Por mo-
mentos me aburría, pero por sobre todas las cosas, tenía la impresión de que las
escenas se repetían: Sofía mostrándome sus manos y sus botas y Néstor ha-
113
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
blando de sus ojos y su sangre azul, mientras tanto Tamalito circulaba en su co-
lectivo de cartón sin siquiera pegarme un aventón. Después conocí a Federico y
su extraña conducta de acercar sus ojos a los míos hasta llegar a una distancia
no mayor a 10 centímetros. Esas miradas me dejaron pensando tanto, que ju-
gué un tiempo a hacer lo mismo adentro y afuera de ASANA.
Con el tiempo entendí que la repetición y la mirada son dos elementos fun-
damentales a la hora de producir o crear algo. Siempre se crea para otro y se
parte de una repetición. Entonces pensé esta frase; ¿que pasa si un día te miran
como nunca antes te habían mirado? Frase que tomo prestada de una película
Argentina titulada La Cámara Oscura (1).
La película se desarrolla en una colonia de la provincia de Entre Ríos, a fi-
nes del siglo XIX. La protagonista es una mujer que según el parecer de su fami-
lia nace fea, crece siendo una niña poco observada, y se convierte en una mujer
insignificante. Siendo ignorada por los otros, ella no renuncia a ver el mundo que
la rodea con un ávido interés por esos pequeños signos de belleza que sólo se
perciben si nos detenemos a contemplarlos, es decir, por aquellos divinos deta-
lles. Años más tarde, ya casada y con hijos, un fotógrafo francés, llega a su casa
de campo y será el único que descubra, con otra “mirada”, la particular belleza
de la protagonista y su intenso mundo interno.
El arte de la mirada
Ahora bien, entonces un día te miran como nunca antes te habían mirado.
Esa mirada del fotógrafo va mas allá, es una mirada sobre el deseo, es una mi-
rada que impulsa y a la vez recibe. Un modo de ver, de interpretar una produc-
ción del otro al mismo tiempo que la impulsa. Un modo de ver, distinto, a un
modo de nombrar.
Pero ¿que pasa cuando alguien se ve imposibilitado en la producción, cuan-
do un chico no participa, cuando se queda a un costado, cuando sale de la es-
cena y no quiere ser mirado? Es aquí donde entra la astucia del fotógrafo. Un fo-
tógrafo que lo invita a participar dentro del cuadro haciéndole foco. Esta invita-
ción deja de ser dos miradas perdidas que se desencuentran. Esta mirada se ha
transformado en lenguaje. De esta manera, un fotógrafo como artista hace más
que sacar una foto, al igual que un músico o un bailarín.
114
Boggiatto, Atilio José
115
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
co que es un conjunto vacío pero permite el inicio de la serie numérica. Ese ob-
jeto es contingente, puede ser cualquiera, pero una vez instalado, funciona como
causa, causa al sujeto.
Freud lo llamo el objeto perdido para siempre, ya que no se encontrara la sa-
tisfacción plena que el prometía, pero se hallaran objetos sustitutivos, dadores de
otra satisfacción al modo de plus de goce, “el resto de satisfacción posible”.
De esta manera lo artístico en tanto objeto, se propone como un punto des-
de donde atrapar lo contingente, mostrándolo, haciendo hablar. Se puede pensar
el objeto artístico como objeto a, al mismo modo que el objeto analista, y se
puede ubicar también al artista mismo como objeto, objeto causa de deseo.
Por lo tanto, el artista actual con sus happening, objetos conceptuales, perfor-
mance, etc. toma la ocasión para ocupar él mismo, al igual que el analista, el lugar
de objeto en su interlocución, en su interrelación con el espectador de la obra.
El artista que no es dueño de su saber, no es ni el maestro, ni el esclavo, ni
el intérprete de su obra; es por esta particular posición que puede asumir el ar-
tista o el objeto artístico, que puede pensarse un dispositivo artístico para traba-
jar con psicóticos. Si bien un psicótico no plantea la forma de deseo o sus anhe-
los en relación a como lo plantea un neurótico, puede plantear sus anhelos como
cualquier sujeto nacido que se encuentre dentro del lenguaje.
Entendido así, el arte bajo la ética del psicoanálisis, puede sostener un dis-
curso, aunque sea un discurso delirante. Porque inevitablemente cuando uno ge-
nera un producto artístico y ese producto tiene que ver con el sufrimiento, con
los anhelos, con el modo de gozar que tiene ese sujeto y de sufrir, ese produc-
to artístico lleva dentro de si, un discurso. Pero como ingresa dentro de un dis-
curso común, que es el discurso del arte, ese discurso que no era compartido,
que estaba aislado como delirante, propio del sujeto, es un discurso que pasa a
ser compartido en la obra con sus inevitables efectos de discurso.
Dispositivos artísticos
La estimulación bajo un dispositivo artístico para pacientes psicóticos bus-
cará, como decía Lacan, que un psicótico deje de ser poema y pueda ser poe-
ta. Es decir, que con ese discurso delirante, que esta por fuera del discurso
común, se pueda construir un sujeto de derechos que reclame por su propia
autoria artística. El artista reclama el producto artístico, lo nombra y le pone su
sello de autor.
El arte produce impresiones y expresiones que inciden en la sensibilidad y
116
Boggiatto, Atilio José
permiten la afluencia del deseo, eso que es tan intimo en cada uno de nosotros, y
que nos aleja de lo inquietante, de lo siniestro, o al menos, provoca un intento de
mantener a distancia el horror de aquello que nos resulta difícil comunicar (3).
Se puede pensar la incidencia del arte en las psicosis como un modo de leer
y considerar una obra de arte como el relato de un fragmento de historia sub-
jetiva, que puede responder o no a la tendencia estética de un pensamiento de
la época.
La obra de un artista merece ser tenida en cuenta, por que en ella se ha inver-
tido un tiempo de construcción que es único en cada uno de nosotros. Un tiempo
que se desplaza al respeto de la contemplación del otro, y no para que este en-
cuentre defectos, errores, fallas de técnica etc. ni tampoco solo virtudes (4).
En un dispositivo artístico se estimulará mediante talleres la producción sub-
jetiva del autista, para que este pueda recuperar algo de su verdad en un do-
ble movimiento, el artístico y el analítico, y con sus productos ir constituyéndose
como sujeto. Se partirá de las repeticiones. Nunca dos repeticiones son igua-
les, entre una y la otra, se cuela algo diferente, un producto, una creación que
puede ser interpretada, leída, pues como decíamos anteriormente, el arte se tra-
ta de una clara presencia de la mirada.
Para finalizar, cito a Wassily Kandinsky (5), quien fue un pintor ruso, precursor
de la abstracción en pintura y teórico del arte: pinta no un hombre, ni una manza-
na, ni un árbol, sino elementos que sirvan al artista para gestar un objeto de re-
sonancia interior pictórica que construya una imagen. El artista no tiene por fin la
reproducción de la naturaleza, sino la manifestación de su mundo interior.
Notas
(1) La Cámara oscura: Dirección: María Victoria Menis. Argentina 2007/2008.
(2) Actualidad Psicológica: junio 2007. Pág. 7
(3) Motta, Carlos Gustavo: …en el cielo y la tierra… Estudios sobre Freud y el proceso creador. Pri-
mera edición- Buenos Aires: Grama ediciones, 2005. Pág. 9
(4) Motta, Carlos Gustavo: …en el cielo y la tierra… Estudios sobre Freud y el proceso creador. Pri-
mera edición- buenos aires: grama ediciones, 2005. Pág. 11
(5) Wassily Kandinsky : http://es.wikipedia.org/wiki/Wassily_Kandinski
Bibliografía
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Gustavo. Primera edición- buenos aires: editores contemporáneos de Carlos Gustavo Motta, 2010
Masotta, Oscar: revolución en el arte, pop Art, happening y arte de los medios en la década del se-
senta. Primera edición –buenos aires. Editorial Edhasa, 2004
117
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Masotta, oscar: lecturas de psicoanálisis, Freud, lacan. Primera edición- Buenos Aires: paidos
2010
Milmaniene, José: arte y psicoanálisis, escribiendo el nombre del padre. Primera edición buenos ai-
res: kargieman 1991
Motta, Carlos Gustavo: …en el cielo y la tierra… Estudios sobre Freud y el proceso creador. Prime-
ra edición- buenos aires: grama ediciones, 2005
Zimmerman, Daniel: La Mirada, paradigmas del objeto en psicoanálisis. Primera edición- buenos ai-
res: letra viva, 2009
118
LOS OTROS ‘NN’: NI ARGENTINOS NI INMIGRANTES
SOBREVIVIENTES DE PUEBLOS ORIGINARIOS
Braceras, Diana L.
Filiación Institucional:
Docente Investigadora. Facultad de Medicina (UBA). Instituto de Salud Popular
‘Dr. Floreal Ferrara’. Buenos Aires
119
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
nes para que el Otro imponga su voluntad de goce instrumentada desde el po-
der del Estado.
Las Instrucciones de T’itö Kusi Yupanki, que datan de 1.560 (3) constituye
un testimonio histórico de estrategias posibles de supervivencia ante esta ope-
ración, comprendida en toda su gravedad por las víctimas del proceso coloniza-
dor: “Lo que más habéis de hacer es, por ventura, éstos os dirán que adoréis a
lo que ellos adoran, que son unos paños pintados, los cuales dicen que es Wira-
qocha, y que los adoréis como a Waka, pero eso no es sino paño; no lo hagáis,
sino lo que nosotros tenemos ¡eso tened!, porque como veis los willkakuna ha-
blan con nosotros, y al Sol y a la Luna los vemos por nuestros ojos, y lo que esos
dicen, no lo vemos. Bien creo, que alguna vez, por fuerza o con engaños os han
de hacer adorar lo que ellos adoran: cuando más, cuando más no pudiereis evi-
tarlo, entonces hacedlo delante de ellos, y por otra parte, no olvidéis nuestras ce-
remonias. Y si os dijeren, quebrantéis vuestras Wakas, y esto por la fuerza, mos-
tradles lo que no pudiereis hacer menos, y lo demás guardadlo, que con ello me
daréis a mí mucho contento”
NN en historias:
La sustracción a la desaparición total, al exterminio de toda filiación discursi-
va propia, logró distintas ‘suertes’. El seudoreconocimiento formal del genocidio
de pueblos precolombinos, ampara el desconocimiento de gran parte de nues-
tra historia y el monumental homenaje a la impunidad de los autores materiales
e intelectuales de los crímenes, al mismo tiempo, beneficiarios directos del botín
de ‘guerras’ nunca declaradas. La excepción sería la de la Triple Complicidad de
Argentina, Uruguay y Brasil, cuando se repartieron la mayor parte del territorio
paraguayo, para estrenar un siglo XX con mano de obra inmigrante. Así fue como
El Chaco Austral, fue convertido en asentamientos militares Argentinos: las ac-
tuales provincias de Chaco y Formosa, territorios guaraní, mocoví, pilagá, wichí,
qom… El crimen fraterno de masas, retornó en ‘democráticas’ masacres en los
mismos territorios ilegítimamente apropiados: Napalpí (1924) y Rincón Bomba
(1947) y los recientes crímenes en la Comunidad La Primavera (2010).
NN en los nombres:
Resistiendo a la totalización del engranaje de renegación, en algunos ca-
sos se conservan los nombres propios o de los grupos, pero un recurso perver-
120
Braceras, Diana L.
NN en las instituciones:
Los ritos, demonizados y extirpados de la significación comunitaria, desapa-
recieron primero por el exterminio selectivo de los ancianos, los sabios y autori-
dades de las comunidades, sobre quienes primero se ejerció la feroz represión
inquisitorial, para finalmente penalizar lo que quedara de ellos, prácticas ‘paga-
nas’, ‘peligrosas’ o ‘animistas’, caracterizaciones que primitivizan los desarrollos
complejos de las culturas que a través de milenios conocieron y transmitieron for-
mas propias de transmisión de saberes y trato con lo sagrado.
La sabiduría chamánica, impugnada por lo que podemos considerar patologi-
zación y criminalización de las diferencias culturales, no fue ajena a las celebra-
das culturas occidentales, que dieron origen a la medicina, al teatro, la filosofía,
las matemáticas, la poética de Homero, Píndaro, Empédocles, inmortalizados en
las letras y motivo de estudio universalizado. Los medios rituales para el acce-
so al conocimiento extático, y las practicas ceremoniales medicinales están aun
hoy penalizadas en el continente, desde la hoja de coca en adelante, con pocas
excepciones como Brasil y Bolivia, que lo declararon patrimonio cultural.
NN en los cuerpos:
Hasta las características físicas particulares de los grupos, fueron occidenta-
lizadas a través del vestido, las prácticas de sometimiento del cuerpo, del movi-
miento, de la gestualidad y el habla.
Las lenguas que sobrevivieron, lo hicieron al decreto presidencial de Sar-
miento, que impuso la pena de cortarlas literalmente, no sólo por medio de la es-
colarización, a cuchillo.
121
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La acumulación ilimitada
El juez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Dr. Eugenio Zaffaroni,
aporta a la prevención de lo que considera la posibilidad de destrucción planetaria
(5): el alcance y los efectos de los crímenes cometidos con el poder de los Esta-
dos, constituyen el desafío en el que se juega la supervivencia de la humanidad.
De vuelta de la ilusión racionalista del siglo pasado, hace una serie de afirmacio-
nes sin concesiones, a lo largo de su Ensayo Crímenes de masa:
-Se ha observado que la ciencia no piensa cuando solo busca poder do-
minar.
-La violencia vindicativa es anterior al Estado y se origina vinculada a lo
religioso.
-La búsqueda afanosa de poder ilimitado, genera violencia homicida ma-
siva siempre.
-El dominio a través del saber potencia la amenaza de destrucción de la
vida planetaria.
El Dr. Zaffaroni señala un presupuesto lógico, que juntamente con el princi-
pio de identidad, el de no contradicción y el de tercero excluido, constituyen las
bases del pensamiento occidental, es decir ‘el recto pensar’: La idea lineal del
tiempo es presupuesto tanto de la acumulación de poder, como de la venganza.
Luego, en una curiosa nota al pie, señala una doble impotencia:
-No podemos neutralizar la instigación a la búsqueda del poder ilimitado.
-No podemos pasar de una ciencia de dominus a otra no morbosa o de fra-
ter, de la inquisitio asimétrica, al dialogus simétrico.
“Tal, sería la forma de un saber que aprendiese a escuchar al ente en for-
ma horizontal y simétrica. Este saber es el único que garantizaría la conserva-
ción de la vida planetaria. Por cierto que la dificultad para este dialogus fue agu-
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Braceras, Diana L.
dizada por dos marcadas tendencias medievales respecto del animal: una se-
paraba radicalmente al animal del humano, en tanto otra lo humanizaba al pun-
to de someterlo a proceso y pena, o sea, que ninguna de ambas le reconocía su
condición...” (6).
Ladislao Orosz, jesuita húngaro de principios del S. XVIII, ilustra esta posi-
ción de los misioneros en América: “Nuestros apóstoles austríacos trabajan di-
ligentemente en los contornos del Guayrá y procuran educar los indios salvajes,
a vivir primero como hombres, y luego como cristianos (…) y una petición humil-
de, es que nos envíe V.R. un poco de eder, carnada para nuestros anzuelos, esto
es, reliquias, cuentas benditas y cosas por el estilo, con lo que fácilmente se de-
jan pescar los indios” (7). Refiriéndose a la obligada mudanza de pueblos gua-
raníes al ceder el Rey Católico de Castilla, esas tierras a Portugal, en una avan-
ce cierto contra el poder creciente de la Compañía de Jesús, así se refería Ladis-
lao a sus fieles infieles: “… no obstante el inveterado y lento genio de los Neófi-
tos, para hacer negocios, estoy estudiando enviarlos con un dolo o engaño per-
mitido, para que así se venciera la repugnancia que en ellos es congénita, a mu-
dar el patrio suelo.” (8) En otros tramos agregará que pese a la mansedumbre
hubo que mudarlos a palos… ¿Algo de la Existencia se jugará en algunos, don-
de para otros sólo hay acumulación y poder?
A Orosz se le debe la instalación de la primera imprenta, tanto como el su-
puesto ‘déficit’ de la condición humana, de valores culturales y posibilidades de
un diálogo fraterno, aludidos por Zaffaroni como condiciones anticipatorias y pro-
piciatorias respecto del genocidio, que caracteriza como Técnicas de Neutrali-
zación: actos preparatorios de los homicidios masivos.
Su investigación identifica también un proceso cultural políticamente natura-
lizado lógicamente lineal, con la precaria geometría del plano euclidiano: el dua-
lismo, en tres tiempos:
- Creación de ‘enemigos’
- Canalización del mal y la venganza
- Sacrificio, a la manera de crimen de guerra o genocidio.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por último, traigo una situación actual de lo que estamos refiriendo con ante-
cedentes coloniales: el acampe en Buenos Aires, de una comunidad que cobra
visibilidad con el ejercicio de la violencia estatal en sus propios territorios ya ti-
tularizados hace más de medio siglo: los Qom. Eligieron plantarse entre dos ar-
terias patrias, las que aluden a la creación de nuestro estado como libre e inde-
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Braceras, Diana L.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Roberto López asesinado por la policía de Formosa en la Comunidad Qom Navogoh (La Primave-
ra) el 23 de noviembre de 2010. http://comunidadlaprimavera.blogspot.com/
Notas
(1) Eidelsztein, Alfredo. Las estructuras clínicas a partir de Lacan. Vol. I, Buenos Aires, Letra Viva,
2001.
(2) Couso, Osvaldo, “Dioses de Pesadillas” en Cuadernos Sigmund Freud 25. El Psicoanálisis y la
escena pública. Buenos Aires, Escuela Freudiana de Buenos Aires, 2007.
(3) T’itö Kusi Yupanki (1560):- Instrucción Histórica para sus negociaciones ante la corte española,
Pág. 110. Ediciones Municipalidad del Cusco, Noviembre de 1991.
(4) Milner, Jean-Claude. Las inclinaciones criminales de la Europa democrática, Buenos Aires, Ma-
nantial, 2007. Pág.46
126
Braceras, Diana L.
(5) Zaffaroni, Eugenio Raúl. Crímenes de masa, Buenos Aires, Ediciones Madres de Plaza de Mayo,
2010.
(6) Ob.cit. Nota 64 en Pág. 57
(7) Furlong, Guillermo. Ladislao Orosz , (1759), Buenos Aires, Ediciones Theoria, 1966. Pág. 21
(8) Ob.cit. pág.51 son fragmentos del intercambio epistolar con su Reverencia el padre Provincial.
Orosz fue rector del Convictorio de Montserrat, en la ciudad de Córdoba. Se refería a los aboríge-
nes “nuestros bien instituidos neófitos”.
(9) Rodolfo Kusch se pregunta ante ‘una progresiva desconstitución del sujeto americano y en es-
pecial argentino’ ¿es posible montar una civilización sobre la borradura de lo humano? “Pozo de
América” (1978) en Obras Completas.
(10) Reforma de la Constitución nacional de 1994. Art. 75, inc. 17.
(11) ‘Categoría sociológica’ emparentada con los que ‘ni’ trabajan, ‘ni’ estudian, como nombran aho-
ra a la multitud de pibes de los barrios pobrísimos del gran Buenos Aires, blanco del gatillo fácil como
Mauricio Ramos y Franco Almirón.
(12) Milner, Ob. Cit. Para el autor, los ‘problemas’ buscan ‘soluciones’ transitorias o definitivas, en el
orden de la objetividad; y las ‘cuestiones’ requieren ‘respuestas’,en el orden de la lengua, planteos al
Otro, las cuestiones se mantienen abiertas, nunca cierran. ¿Y los ‘asuntos’? Noche y Niebla.
(13) El INAI fue fundado por Ley 23.302/85 y reglamentado su funcionamiento en 1989. Demandado
el Estado argentino por su desjerarquización, en 2000 fue descentralizado y funciona como organis-
mo autárquico bajo la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, como la Lotería Nacional…
(14) Guy Le Gaufey. El notodo de Lacan. Consistencia lógica, consecuencias clínicas. Buenos Aires, El
cuenco de Plata, 2007.Pág.186/7.
Bibliografía
Eidelsztein, Alfredo. Las estructuras clínicas a partir de Lacan, Buenos Aires, Letra Viva, 2001.
Furlong, Guillermo. Ladislao Orosz y su “Nicolás del Techo” (1759), Buenos Aires, Ediciones Theo-
ria, 1966.
Guy le Gaufey. El notodo de Lacan. Consistencia lógica, con secuencias clínicas. 1ª ed. Buenos Ai-
res, El cuenco de plata, 2007.
Kusch, Rodolfo. Obras Completas, Rosario, Fundación Ross, 2003.
Legendre, Pierre. La fábrica del hombre occidental. Seguido de El hombre homicida, Buenos Ai-
res, Amorrortu, 2008.
Milner, Jean-Claude. Las inclinaciones criminales de la Europa democrática, Buenos Aires, Manan-
tial, 2007.
Thomas, Yan. Los artificios de las instituciones. Estudios de derecho romano. Buenos Aires, Eu-
deba.
T’itö Kusi Yupanki (1560):- Instrucción Histórica para sus negociaciones ante la corte española, Edi-
ciones Municipalidad del Cusco, Noviembre de 1991.
Zaffaroni, Eugenio Raúl. Crímenes de masa, Buenos Aires, Ediciones Madres de Plaza de Mayo,
2010.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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LA JUSTICIA Y SU IMPORTANCIA TERAPÉUTICA
EN LAS VÍCTIMAS Y AGRESORES,
DESDE UNA MIRADA LEGALISTA
Briones, Lucía
Introducción
A partir del Trabajo con Víctimas de Violencia de genero, violencia en la Pa-
reja y sus Agresores, en el Área VIOLENCIA MUJER Y DDHH, en la Municipa-
lidad de San Miguel de Tucumán, se pudo observar la importancia de un abor-
daje interdisciplinario en la problemática de la Violencia que padecen las muje-
res y la violencia en la Pareja y la estrecha interrelación que existe entre las di-
ferentes disciplinas para dar respuesta y una salida a las víctimas de tan pre-
ocupante flagelo.
Este trabajo intenta desde una mirada Legalista, analizar desde sus diferen-
tes aristas, la importancia que tiene para nosotros, el rol de la Justicia en la Te-
rapia Psicológica de las partes en una relación violenta.-
Desarrollo
Para explicar el porqué es importante para nosotros lograr que la justicia se
expida ante los casos de violencia en la pareja o violencia en la familia, que les
llegan a los estrados judiciales, creemos necesario repasar algunos conceptos,
por ello comparto con el Magistrado JOSE MANUEL BALERDI MUGICA en su
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
trabajo Victimas del Delito y el Derecho Penal, cuando sostiene que el Derecho
Penal siempre tuvo el objetivo de asegurar el orden social, la convivencia pací-
fica, así como la prevención y persecución del delito.
Nos dice, que las víctimas tienen derecho a que se les garantice la seguridad
personal durante el proceso (incluidas las medidas cautelares precisas, que en
ningún caso afectarán a la presunción de inocencia del acusado), y que su obli-
gación de colaborar con la Administración de Justicia no derive en victimización
secundaria, y a la reparación justa del daño.
Lo veo como mucho más que una primera sentencia judicial, es una invita-
ción a mirarse hacia adentro, a plantearse y preguntarse su accionar, a por qué
no, asumir la responsabilidad por su conducta.
Por otro lado esa misma medida cautelar, la sentencia de prohibición de acer-
camiento, opera como sanadora para la víctima, que siente, que la ley opera, que
su verdad fue escuchada por la Justicia y que acude en su auxilio, se siente más
segura y protegida, esa respuesta desde lo legal, le permitirá poder seguir tra-
130
Briones, Lucía
Comparto, con la Lic Marta Gerez Ambertin, desde el título de uno de sus li-
bros, tan claro y descriptivo para estos casos “Culpa, responsabilidad y Casti-
go”, como tres pasos necesarios de recorrer, el ABC a seguir por los encarga-
dos de impartir justicia por un lado y como entendemos que ese ABC, opera tan-
to para las víctimas como para los agresores, como una salida y una reparación
o aporte que sirve y sale en auxilio del terapeuta que asiste a las partes, en las
terapias que llevan adelante.
LARRAURI (2003), sostiene que la mujer que interpone una denuncia y acu-
de al sistema penal, mantiene sus propias pretensiones: persigue cambiar una
situación vital que padece poniendo fin a una actuación que vivencia como con-
flicto perjudicial con el que desea terminar. Nosotros sostenemos que para que
una mujer logre esto, necesariamente debemos involucrarnos y acompañarlas
en el cambio que desea para su vida, para ello entiendo que lo lograra, si reci-
be la respuesta adecuada por un lado de la Justicia no solo desde la esfera pe-
nal, sino también en lo civil y que para ello debe contar con un acompañamien-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Briones, Lucía
creería, nadie las ayudaría, nadie las tomaría en serio, que a ellos nadie les ha-
ría nada, nadie los sacaría de su casa, que ellos pueden hacer lo que quieren,
que son dueños de hacer lo que quieran. De ahí la importancia y el valor que tie-
nen la sentencia de un Juez para la víctima del delito, es garantizarles que para
ellas también aplican los principios constitucionales de Presunción de inocencia
y de igualdad ante la ley.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusión
A modo de conclusión podemos decir entonces, que desde nuestra experien-
cia con el trabajo con personas que padecen violencia en su vida, en la pareja
y con menores víctimas del delito, reconocemos al rol de la justicia y a sus sen-
tencias, una finalidad que va mas allá de la que tuvo el Legislador a hora de san-
cionar una ley, o la del Juez al dictar sentencia, a través de la cual se asegura el
orden social, sino que además tiene un efecto reparador, que no es debidamen-
te advertido por los operadores del derecho, podríamos decir que la sentencia
cumple múltiples funciones, es ordenadora y dadora de las normas del deber ser,
pero también da y pone límites y es un verdadero auxiliar terapéutico.
Bibiliografía
JOSE MANUEL BALERDI MUGICA
Analía Castañer Poblete,
Marta Gerez Ambertin
LARRAURI
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EL LUGAR DEL PSICOANALISTA Y LOS
IMPERATIVOS DE LA EPOCA
Filiación Institucional:
Fundacion Psicoanalitica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Resumen: La practica analítica presenta un nuevo desafío para los analistas, és-
tos tienen que vérselas con los imperativos categóricos de nuestra época: llevar al
sujeto hasta los limites, proponiendo la ilusión de completud como ideal a alcan-
zar. y como consecuencia de esto, la imposibilidad de nombrar la angustia de ma-
nera tal que la misma se inscribe en el cuerpo exiliada de la posibilidad de enla-
zarse al registro simbólico.
Palabras Claves: acto analitico – ilusion de completud - sujeto -
Qué es el acto analítico y cuáles son las especificidades del mismo de acuer-
do a los imperativos sociales actuales son temas imposibles de eludir a la hora
de encarar la práctica clínica.
¿Cuál es el lugar de estos imperativos en el consultorio?
Se cuelan en nuestra práctica a partir de la institución de determinados suje-
tos que llegan a consulta con características específicas establecidas por la es-
tructura social y discursiva en la que se constituyen. “todo modo de produc-
ción exige la producción de los sujetos capaces de producir en ese modo
de producción…” (1)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Brizuela, María Claudia-peiretti, Leandro Hipólito-rojo, Adriana María
cura inmediata. ¿Cómo instaurar una pregunta que lleve al sujeto a la búsque-
da de su deseo?
El hombre queda del lado del individuo, amarrado a la repetición como co-
acción (acción con otros) o compulsión. Un hombre amarrado y un sujeto erran-
te que no encuentra anclaje.
Las cosas a las que el individuo recurre para producir ilusoriamente esta in-
división socialmente sostenida son las que conllevan ese malestar (en la cultura
posmoderna). Ilusión que obtura el deseo y que produce inevitablemente el sur-
gimiento de angustia dado que es “la falta de la falta…”(3) lo que la produce, y
toda identificación en el orden de lo especular excluye la falta.
La angustia, la dama de los mil velos puede ocultarse detrás de muchos dis-
fraces, pero ninguno de ellos tiene el poder de anularla, dado que “es lo que
no engaña…”(4)
Pero la angustia ha tenido lugar en el consultorio desde el comienzo del psi-
coanálisis, entonces, ¿Se puede hablar de un malestar característico de una
época?
Sabemos desde lacan que aquello que opera como causa, el objeto a, es el
que permite que el sujeto pueda desear. Es decir la falta, el agujero, opera como
motor interior. Es este lugar el que debe preservar el analista en su función, en
tanto agente del deseo.
La exacerbación del individualismo trae consigo el distanciamiento del suje-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
to del deseo, de aquel que puede separarse del mandato. Para poder separar-
se de los imperativos el sujeto debe amarrarse a los ideales transmitidos simbó-
licamente por el Otro, dado que “El lazo social está hecho de jugadas del len-
guaje…”(5), pero da la impresión de que las formas de relación actuales incre-
mentan el aislamiento de los sujetos cada vez mas. “Cada uno se ve remitido
al si mismo, y cada uno sabe que ese si mismo es poco…”(6), ¿Qué es ese
sí mismo? “él mismo, o sea, su imagen…”. Identificación especular que exclu-
ye la falta del sujeto, sujeto que para completarse debe recorrer los caminos go-
zosos de la necesidad capitalizada.
El mercantilismo que propone consumir sin límites, nos acerca más y más a
la esfera del goce, donde reina el exceso, la gula de los sentidos.
El individuo que llega a consulta, muchas veces llega en estado de desnu-
trición simbólica. Es decir, sujetado al consumo como forma de consistencia es-
pecular, sujeto de la necesidad, ignorante de la historia que lo funda y particular-
mente ignorante de su deseo.
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Brizuela, María Claudia-peiretti, Leandro Hipólito-rojo, Adriana María
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cante, es el objetivo de la tarea analítica. Solo así es posible que el sujeto pueda
moverse del lugar de individuo, presa de los imperativos de la época para erigir-
se al final dueño de sus actos y responsable de sus deseos.
“yo quiero ser como antes, en ese momento no necesitaba nada…”; “quiero
volver al tiempo en que no paraba, podía hacer todo yo sola trabajaba muchísi-
mo tiempo y no me sentía cansada ni mal…”
El sujeto llega con una demanda, que a veces tiñe de necesidad y que está
en estrecha relación con el pedido, a veces no del todo formulado, de alojamien-
to al que lo impulsa su sufrimiento. Aquí tiene que vérselas el psicoanalista para
interrogar este sufrimiento,empezar un trabajo acerca de las causas del mismo,y
finalmente que sea el sujeto el que se pregunte por él.
140
Brizuela, María Claudia-peiretti, Leandro Hipólito-rojo, Adriana María
El deseo del analista, siempre es deseo de no ejercer ningún poder, solo asi
el sujeto es capaz de encontrarse con su propio deseo, el silencio, la falta de res-
puesta a la demanda aporta la cuota necesaria para que la voz del analizante
vuelva a él a modo de eco, como una extraña resonancia que sólo vuelve a él a
condición de haber sido dirigida a otro. El Otro es el que posibilita el encuentro del
sujeto con su padecimiento, dado que solo asi es posible apalabrar ese pesar.
141
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ahora bien debemos recordar que la función del analista es correrse de este
tentador lugar para que justamente el sujeto pueda entrar en la dimensión de su
deseo, en la búsqueda y la responsabilidad por el mismo.
Notas
1.- Braunstein, Néstor: “Psiquiatría, Teoría del Sujeto, Psicoanálisis”. Siglo veintiuno Editores, octa-
va edición, 1992. Pág. 74
2.- Alonso Martín: Enciclopedia de Idioma. Diccionario Histórico y Moderno de la Lengua Española
(Siglos XII al XX). Etimológico, Tecnológico, Regional e Hispanoamericano. Ediciones Aguilar. Ma-
drid. 1958
3.- Jorge Chamorro: Cómo se psicoanaliza hoy: el acting-out. Fundación del Campo Freudiano¿Cómo
se analiza hoy? -o- Documentos de trabajo preparados para el Tercer Encuentro internacional, Bue-
nos Aires, julio de 1984Buenos Aires Ed. Manantial pág. 29
4.- Lacan, Jacques. El Seminario de Jacques Lacan: Libro 10: La Angustia. 1ª edición, 1ª reimpre-
sión. Bs. As. Paidós. 2006. Pág. 87
5.- Lacan, Jacques. El Seminario de Jacques Lacan: Libro 10: La Angustia. 1ª edición, 1ª reimpre-
sión. Bs. As. Paidós. 2006. Pág. 89
6.- Lacan. Jacques: El Seminario de Jacques Lacan. Libro 1. Los escritos técnicos de Freud. 1953-
1954: Capítulo: “Ideal del Yo y Yo Ideal” Ediciones Paidós. Bs. As. Barcelona. México. 8ª reimpre-
sión, 1992. Pág. 200
142
SUJETOS QUE DESEAN.
REFLEXIONES DE LA VIDA COTIDIANA
Bueno, Belén -
Argañaraz, María Milagros
Filiación Institucional:
Estudiantes Facultad de Psicología. Univ. Nac. de Tucumán
Resumen: Este trabajo, que cuenta con los aportes de líneas teóricas psicoanalíti-
cas de Freud y Lacan, nos sumerge en un intento de articulación, de conceptos de
dichas teorías con la vida cotidiana, el sistema publicitario, sus fines más anhela-
dos, y los fenómenos psicológicos que, como parte estructurante del sujeto influi-
rán en las respuestas a los requerimientos de este mundo globalizado.
Como individuos parte de una compleja red de vínculos, contribuimos a mantener
y modificar ese orden social al que pertenecemos y es precisamente esto lo que nos
desafía a querer indagar esta cotidianidad. Es importante cuestionarnos entonces,
hasta que punto somos conscientes de la invasión e imposición a la que constante-
mente estamos expuestos en esta sociedad globalizada y de consumo.
En este contexto socio histórico, político y económico el sujeto es un consumidor.
Consume, enferma, hace síntoma, como un intento desesperado de saciar su fal-
ta, un vacio que el sistema mismo crea permanentemente. Nos interesa remarcar
que es lo que hace que el sujeto esté en la constante búsqueda de un sentido para
su vida, y como hemos ido desechando las subjetividades para vivir en función de
objetos que le dan un sentido “imaginario” a nuestra vida.
La propuesta es, entre otras, tener en cuenta los discursos de poder que nos ma-
nejan desde la sociedad, para esto, citamos a Roland Barthes que trata, de resal-
tar el poder del lenguaje, como un elemento que es usado en todas sus formas para
meterse en la subjetividad del individuo.
Palabras Claves: Sujeto - Objeto de deseo- Discurso de poder.
Introducción
Enigma
“Todos tenemos un enigma y como es lógico ignoramos cuál es su clave su sigilo.
Rozamos los alrededores coleccionamos los despojos, nos extraviamos en los ecos
Y lo perdemos en el sueño, justo cuando iba a descifrarse”.
Mario Benedetti
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desarrollo
Lacan expresó “El deseo del hombre es el deseo del Otro. En el Otro está
la causa del deseo, de donde el hombre se desprende como resto”. Hay otro al
que siempre le falta algo, que esta barrado, por lo tanto se le puede suponer un
deseo.
Lo que Lacan propone es caracterizar al falo como significante de falta. La
falta proviene del orden de lo simbólico aunque después podemos llenarlo con
un contenido imaginario. Al afirmar que el falo es un significante simbólico afir-
mamos que el sujeto accederá a él solo a través de Otro y a demás esta falta
puede ser sustituida por otra cosa que la represente, se lo puede dar tener; re-
cibir, vender, consumir.
Así, siguiendo las concepciones psicoanalíticas, el deseo es consecuencia
de la falta, falta devenida de sujetos que fueron castrados, que están incomple-
tos y sujetados a una búsqueda eterna de objetos exogámicos, para llegar a su
plenitud, desprendiéndose de los objetos primordiales, reconociendo que tam-
poco ellos son omnipotentes si no que por el contrario están también sujetos a
la castración.
144
Bueno, Belén - Argañaraz, María Milagros
Conclusión
El sujeto busca incesantemente llenar la falta por medio del consumo deter-
minado por pautas culturales y sociales a las que el sujeto pertenece y de las que
no puede escapar. En este punto, los mercadologos por medio de la publicidad re-
saltan la falta y el sentimiento de culpabilidad por poseerla. Desde este maniobra,
que Barthes (1987) denomina “Discurso de poder”, se ínsita al sujeto a comprar
una promesa de plenitud, de saciedad, que en realidad solo profundiza lo que no
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografia
• Barthes, R. (1987) “El placer del texto seguido por la lección inaugural”. México, Siglo XXI, 7ª Edi-
ción
• Bazzano, B. (2003), “Articulación del sujeto y la cultura: las identificaciones”, editorial Fac. de Filo-
sofía y Letras UNT Argentina
• Carol Alfredo (2003), “Los tres registros en Lacan: imaginario, simbólico y real”. Ficha de Cátedra
de Semiosis Social, Facultad de Psicología, UNT.
• Gerez Ambertin, M. (1996), “La identidad robada…injuriada”, en revista Psico-Logos Nº 6, Tucumán
Fac. de Psicología UNT.
• Philip K., y Armstrong G. (2003), “Marketing, Versión para Latinoamérica”, México, Pearson décimo
primera edición.
• Guyomard, P (1996), “Acerca de lo simbólico, lo imaginario y lo real”, en revista Objetos Caídos N°1.
Universidad Diego Portales. Chile.
• Elmiger, M. E., “La función del padre como enunciador de la Ley y las Fallas de su Enunciación”.
Ficha de Cátedra de Semiosis Social, Facultad de Psicología, UNT.
146
DE LA DEGRADACIÓN DEL PADRE A
LOS DESTINOS DEL SIGNIFICANTE AMO
Cabral, Alberto C.
Filiación Institucional:
Psiquiatra-Psicoanalista. Didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Cabral, Alberto C.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
¿Cómo entender esta metáfora? Si hasta fines del siglo XIX los grandes idea-
les del progreso y el iluminismo parecían orientar en forma previsible el carro de
la historia, los acontecimientos del siglo XX (mencionemos tan sólo la ferocidad
de las dos guerras mundiales, los genocidios, Hiroshima) pusieron brutalmente
en cuestión esta visión optimista y esperanzada. La observación sobre el “enca-
britamiento” de los caballos de la historia anticipa así en casi treinta años la tesis
de Lyotard sobre la “caída de los grandes relatos”, a la que se refirió hace una
semana el filósofo italiano G. Vattimo en el Malba. Son todas formulaciones que
destacan el proceso por el cual los grandes sistemas ideológicos omniexplicati-
vos han visto a lo largo del siglo pasado progresivamente erosionada su aptitud
para “dar sentido” al devenir político-social.
Se entiende entonces -es la conclusión de Lacan- que la subjetividad con-
temporánea se encuentre de más en más expuesta al registro del sin-sentido.
Es lo que hace de nuestro acontecer histórico un real-traumático que promue-
ve en forma creciente la angustia y las posiciones subjetivas con ella emparen-
tadas: en particular el pasaje al acto y el acting-out. “Frente a este presente, to-
dos somos Juanito”, parece decirnos Lacan. Y subraya el carácter sintomal que
adquiere en esta perspectiva el surgimiento de la filosofía existencialista: es que
solo una época como la nuestra, atravesada por la angustia, podía dar lugar a
una corriente de pensamiento que reconoce en la angustia el punto de partida
de su reflexión. No puede entonces extrañar que la clínica de la angustia consti-
tuya, para quienes seguimos la enseñanza de Lacan, una guía privilegiada para
orientarse en el campo de las patologías del límite.
Podemos recoger otro indicador de la vigencia de la tesis que nos ocupa en la
reseña del mismo Seminario. Lacan[1963] comenta en ella que intentó dar cuen-
ta de “un cambio en el punto de amarre de la angustia” en el sujeto contemporá-
neo. Recordemos que en las páginas finales del discurso de Roma, Lacan[1953]
ya se había referido a los ideales en términos de “amarras del ser”. Es una boni-
ta expresión para aludir al rol estabilizador de la posición subjetiva que provee el
ideal: cuanto mayor es su solidez, tanto mayor es el resguardo del sujeto ante la
emergencia de angustia. Y resulta claro que en la trama estructurante que Freud
intentó aprehender con el mito edípico, el ideal del yo es un relevo de la función
paterna. No puede extrañar entonces que la degradación de esta última deter-
mine un cambio en el “punto de amarre” provisto por los ideales, que retoma la
observación sobre su fragilidad que ya en el texto de La Familia Lacan señalaba
como un rasgo contemporáneo.
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Cabral, Alberto C.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
torio de los mandatos superyoicos, que alimentan los mismos retornos de goce
que el ideal debería reprimir.
Lo que está en debate (también entre analistas de orientación lacaniana),
es si este eclipse de los S1 ha aumentado en términos estrictamente cuantitati-
vos, o si sus efectos llegan a cuestionar en la actualidad el carácter hegemóni-
co del discurso del Amo. El mismo que para Lacan es condición de posibilidad
del inconciente freudiano. De ser así, este giro arrastraría consigo “el fundamen-
to de la posibilidad misma de ayuda que nosotros aportamos con la interpreta-
ción” [Lacan,1970].
Es una observación fuerte, que ayuda a entender los “límites de la clínica”
analítica que trazan las “patologías del límite”. Es que estas nuevas formas de
presentación del malestar, propias de subjetividades no ordenadas por el discur-
so del Amo, no pueden sino anunciarse mediante impasses y resistencias ante
abordajes que desconocen su especificidad. Son situaciones que requieren del
analista intervenciones adecuadas para reinstalar al paciente en el discurso del
Amo, como paso previo a todo intento de procesamiento analítico. Lacan [1970]
ha jerarquizado en esta perspectiva el rol de la vergüenza: “el agujero de dónde
brota el significante-Amo”. Y por ello ha insistido en la eficacia de la función -so-
crática- del “dar vergüenza”. Con una advertencia: “no demasiado [el exceso su-
pone un deslizamiento superyoico], pero sí justo lo suficiente”.
Referencias
Jameson, F. (1998): El giro cultural. Manantial, Bs.As, 1999.
Lacan, J. (1938): La familia, p.121. Buenos Aires, Argonauta, 1978.
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Lipovetsky, G. (1992): El crepúsculo del deber. Anagrama, Barcelona, 2008.
152
EL ABUSO SEXUAL EN LA INFANCIA
¿UN PARADIGMA DE TRAUMATISMO SOCIAL?
Calvi, Bettina
Filiación Institucional:
Docente-Investigadora de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Rosario
Una noticia, Un caso: En Rosario, delegados del Movimiento Social Evita de-
nunciaron e intervinieron en grave caso de abuso y prostitución sexual infantil.
153
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En este caso se contó con el testimonio de las niñas, que pudieron relatar la
situación en detalle, identificando la camioneta en la que las trasladaban y refirien-
do incluso que les vendaban los ojos para que no vieran adónde las llevaban.
Pero no en todos los casos se puede contar con el testimonio del niño o de
la niña debido a su edad o a la situación traumática en la que se encuentran. En
esas situaciones la responsabilidad cae sobre los informes que dejarán cons-
tancia acerca de la existencia o no de los indicadores de ASI.
En relación a los informes se abre otro sesgo del problema, ya que muchas
veces los informes que ratifican la existencia del ASI ,son seguidos de juicios a
los profesionales intervinientes realizados por los acusados del abuso.
154
Calvi, Bettina
do y el amparo que la familia no pudo dar..Se trata de una situación extrema por-
que estas niñas debieron ser protegidas de su misma familia.
Citamos este caso porque en su vigencia, rompe con la ilusión de sociedad
burguesa occidental y cristiana que afirmaba que la familia es el mejor lugar para
un niño o una niña.
De todos modos cabe precisar que la situación es muy distinta cuando no hay
otro que responda, que aloje, que garantice la defensa de los derechos de la niña
que ha sufrido semejante traumatismo. En esas situaciones el niño queda libra-
do a la más absoluta inermidad. Por eso resulta imprescindible que las políticas
públicas contemplen estas situaciones y ofrezcan respuestas .
¿Qué es lo que el abuso sexual infantil, la trata y la explotación de niños y
niñas hace visible? Muestra justamente el fracaso de la condición humana,, el
quiebre del sujeto social y la imposibilidad de la trasmisión de la experiencia hu-
mana en su singularidad.
Si la cria humana necesita para subsistir nada menos y nada más que abri-
go, alimento y buen trato. Si el alojamiento subjetivo permite que el sujeto social
se instituya, si la humanidad requiere de la trasmisión de la cultura, si ésta sien-
ta sus cimientes en la necesidad de transmitir a nuestros descendientes aque-
llo que hemos recibido y esta necesidad está inscripta en la historia, .entonces
qué ocurre cuando aquello que el sujeto recibe es del orden de lo irrepresenta-
ble, de lo siniestro, de lo devastador?
¿Qué ocurre cuando se ignora la asimetría intergeneracional y la prohibición
del incesto que constituyen los pilares de la cultura?
Cada sujeto organiza su recorrido individual en función de aquello que le ha
sido trasmitido. Pero cuando lo que le ha sido trasmitido al sujeto, al grupo o
a la civilización incluye la conmoción más profunda, la condición humana mis-
ma es afectada.
Frente a conmociones como las que puede representar la caida de un es-
tado de derecho, la irrupción del incesto o del abuso en la vida del niño o de la
niña, la sensación que el sujeto presenta es que todo lo que habría sido trasmi-
tido se encontró de golpe sacudido por la incoherencia, a tal extremo que ya no
queda nada por trasmitir de aquello que para un conjunto de generaciones ha-
bía representado un ideal de vida. Una generación sometida a tales desastres
puede alcanzar un límite tal que no le permite pensar en el futuro
Esto suscitará en generaciones venideras, nacidas de las que sobrevivieron
155
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
156
Calvi, Bettina
Bibliografia
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157
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
men, Calvi Bettina, Volnovich Juan Carlos” Del grito a la palabra Los modos de la subjetividad en los
comienzos del siglo XXI” Psique. Laborde Editor Rosario 2004.
Bertaccini,Alicia, Fernandez Boccardo Marta, Bressan Dorcas, Casati Noelia Marini Maria del Car-
men, Calvi Bettina, Volnovich Juan Carlos. Del silencio al grito: la violencia nuestra de cada día.”
Psique. Laborde Editor. Rosario 2003.
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Hassoun Jacques Los contrabandistas de la memoria Ediciones de la flor1996
Lamberti –Sanchez Viar (compiladores) Violencia familiar y abuso sexual Editorial Universidad. Bs
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Volnovich Juan Carlos “Ir de putas .Reflexiones acerca de los clientes de la prostitución”.Topia Bs
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158
IMPLICANCIA SUBJETIVA Y ACTO DELICTIVO
Caminos, Mariano
Filiación Institucional:
Docente de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Córdoba
Introducción
La juventud, si no hay con quien, lucha consigo.
Shakespeare (1) .
159
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Contextualización
El trabajo surge de pensar lo que sucede en un taller grupal que funciona en
un centro de internación para jóvenes en conflicto con la ley penal, en la ciudad
de Córdoba. Los participantes tienen como rasgo común el consumo y/o abuso
de sustancias tóxicas. El propósito del taller es generar posibilidades de diálogo
que permitan alguna implicancia subjetiva en el acto delictivo.
Uno de los primeros desafíos consistió en delimitar qué posición asumir allí,
para que la abstinencia tenga una función productiva (abstención de consejos,
moral, buenas intenciones y demás riesgos que conlleva el tema “drogas”), y las
intervenciones no se sesguen por el lado de lo pedagógico/directivo, cuando no
preventivo/alarmista. En este punto la dimensión institucional adquiere una con-
notación especial ya que el grupo sabe de antemano que se trata de un taller
“sobre las drogas”. El riesgo de quedar encasillado como vigilante del no consu-
160
Caminos, Mariano
mo está presente a cada paso. Además del condicionamiento que impone el po-
der judicial al plantearlo de un modo obligatorio.
Respecto del grupo: se trata de jóvenes provenientes de los márgenes de la
ciudad, emplazados en contextos de suma pobreza. El consumo, por lo gene-
ral, está más vinculado a una búsqueda anestésica que a una diversión. Esta di-
ferencia ubica al sujeto respecto de la sustancia en un lugar muy distinto al de
otros grupos juveniles.
161
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
162
Caminos, Mariano
163
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
jeto se excluye. Ahora la fetichización del acto (en un marco institucional que se
juega y es tomado) hace las veces de beneficio secundario o residual por las mis-
mas razones por las que pensamos en el beneficio secundario de la enfermedad.
A saber: aparece con posterioridad; se juega como ganancia suplementaria o uti-
lización del sujeto; tiene un carácter extrínseco en relación con el determinismo
inicial; se trata de satisfacciones narcisistas o ligadas a la autoconservación más
que de satisfacciones directamente libidinales (4) .
Se configura en un modo de habitar las instituciones sin pasar por la angus-
tiosa castración que se sumaría a los padecimientos del encierro, el desarraigo,
las limitaciones, etc. Cuando la dinámica del grupo llega a momentos próximos
a la angustia (por ejemplo cuando recuerdan circunstancias de calle y o proble-
máticas familiares) la fetichización se presenta como huida pero también y en el
mismo artificio como potenciación fálica.
164
Caminos, Mariano
la las causas cuando estas sólo pueden remitirse al mero e inmediato planteo de
“me pintó hacerme una cartera (5) ”.
El psicoanálisis no se limita a los estrechos márgenes del diván. Como dice
Marisa Rodulfo, citando a Winnicott “Hay otras aplicaciones del psicoanálisis
que no constituyen un psicoanálisis clínico, pero que sólo un psicoanalista pue-
de hacer bien”.
165
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Segunda situación
Luego de presentar una serie de publicidades que alertan sobre los efectos
del consumo de sustancias, se activa en el reproductor de dvd una película que
no estaba pensada para el grupo. Se trata de “La historia del camello que llora”.
Preguntan por la película, y ante la respuesta “se trata de una película personal
y por accidente quedó allí”, solicitan con insistencia que sea proyectada.
Se les explica que se trata de una película con muy buena fotografía, donde
el director intenta mostrar buenas imágenes. Mientras la ven, durante cincuen-
ta minutos y en llamativo silencio (considerando que se trata de una película len-
ta con escasos diálogos, además de que se encuentra subtitulada y la mayoría
no logra seguir la lectura), comentan con asombro el modo de vida de los pro-
tagonistas. En determinado momento la cámara toma desde el piso un perfil de
camello que en la noche contrasta con la luna llena de fondo, y Gabriel acota:
“esa es una foto”.
Resulta notorio que la insistencia crece cuando descubren que la película no
estaba destinada a ellos. Podríamos decir que algo del deseo pasa por la afren-
ta con el no del adulto; que hay una curiosidad respecto de lo que el psicólogo ve
en su casa; etc. También en esta situación se trata de poner en acto algo en lu-
gar de devolver una intervención “hablada”. Porque el hilo que sostiene un pedi-
do de este tipo da muestras permanente de una gran fragilidad. Cuando se trata
de una demanda que no está destinada a correrlo de lugar al otro, sino al otro, la
respuesta requiere de gran cuidado. El afecto cuando emerge es lábil y en ese
instante se juegan los lugares. Una vez más se trata del saber hacer.
De allí que como reflexión compartida ante ambas situaciones, podría jugar-
se con los términos diciendo que ante la instalación de la transferencia por mo-
mentos se está más cerca de un sujeto supuesto hacer, que de un sujeto su-
puesto saber.
Notas
(1) Hamlet. Página 52.
(2) Como observación de paso, dedicada sobre todo a los agoreros del legado freudiano, vale subrayar
la pregnancia y huella del psicoanálisis como corpus teórico – crítico en estos planteos. Cuando el te-
mario involucra subjetividad o sexualidad, ni la filosofía ni la sociología pueden eludir sus aportes.
(3) La mayoría de los jóvenes que participan del taller no concluyeron sus estudios primarios.
(4) Laplanche y Ponatlis. “Diccionario de psicoanálisis”.
(5) Explicación de un joven respecto de porqué fue detenido.
(6) Lo de “amablemente” es explicitado por cuanto la respuesta se presenta como devolución com-
prensiva de su estado, y no como expulsión.
166
Caminos, Mariano
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167
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
168
JÓVENES CON CONDUCTAS SEXUALES VIOLENTAS
Filiación Institucional:
Coloboradora Docente en Cursos de Doctorado. Doctorado en Psicología (UBA)
Introducción
Los jóvenes –menores de edad- que han cometido delitos contra la integri-
dad sexual, suelen ser objeto de intervenciones iatrogénicas, que no posibilitan
la subjetivación del acto. En este sentido podríamos destacar: ser destinatarios
de actos vengativos, ejercidos ya sea por el medio micro- social, ya sea por las
instituciones que los alojan. Asimismo se los tiende a rotular en categorías diag-
nósticas ligadas a la incurabilidad (1) , con el riesgo que dicha estigmatización
supone en menores de edad.
La presentación de dos casos muy disímiles entre sí, nos permitirá inferir al-
gunos aspectos etiológicos dentro de una problemática de gran complejidad.
Casuística
Pablo tiene 16 años, a los 13 su familia migra desde un medio semi-rural en
Paraguay, radicándose en el Gran Buenos Aires en una zona altamente violen-
ta. Dicho contexto le provoca intensos temores –con pesadillas recurrentes- de
los que no habla con nadie. Él estudia, trabaja y logra ahorros significativos. Sus
proyectos están ligados al consumo de bienes.
169
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
A los 15 años inicia una relación con una vecina, virgen, de 12 años , y deci-
den mantener relaciones sexuales. La joven queda lastimada, por lo cual lo de-
nuncian judicialmente. A los 16 años mantiene relaciones con otra joven, a quien
también lastima durante la penetración. Se sucede otra denuncia, y esta vez ade-
más le intentan quemar la casa.
Lo detienen, luego de permanecer unos días en un Centro de recepción, se
lo deriva a un centro de contención. Los operadores de dicha institución hacen
una descripción muy favorable de Pablo y me solicitan que lo atienda. Asiste a
mi consultorio durante los seis meses que fueron pactados. Se presenta como
muy educado, respetuoso, formal en el trato, inteligente.
Coincidía con él, y esto lo aliviaba, en que no era el de la carátula, pero si ha-
bía realizado actos que teníamos que interrogar, para no repetir. En el Tribunal
argumentan no externarlo porque “todavía no pensó”. Cuestión que él no logra
entender, dice “si yo lo pienso todo el tiempo, no me lo puedo sacar de la cabe-
za”. Obviamente no logra alguna posición reflexiva donde cuestione su respon-
sabilidad, sino se trata de la reiteración traumática de verse imputado y deteni-
170
Capacete, Laura Adriana
do por un hecho que le es ajeno. Intento que el pedido del Tribunal abra algún
interrogante. Insiste en que en ambos casos las relaciones sexuales habían sido
consentidas. Introduzco que esto no alcanza, que ambas jóvenes quedaron las-
timadas, y propongo trabajar para que esto no vuelva a suceder.
Solo se culpa de haber hecho sufrir a su familia, especialmente a sus padres.
No había inicialmente algún enunciado que expresase culpa en relación al acto.
Fue un largo proceso situar lo que podrían haber sentido las mujeres, más ade-
lante puede decir “esto no se lo van a olvidar nunca”.
Hablamos de su sexualidad, vivida como puro acto pulsional, sin mediación
simbólica, como penetración a una mujer, sin más. Voy introduciendo la cuestión
de la ternura, y del cuidado para que la mujer se sienta bien. Parecen temáticas
inéditas, en las que nunca ha pensado. Recuerdo su gesto de sorpresa cuando
le digo que una mujer casada también puede ser violada por su marido, si ella
no consiente la relación. En sus enunciados no aparecen las mujeres en rela-
ción a sentimientos o vivencias subjetivas. Segato, R. (2) desde una perspecti-
va antropológica, plantea que en la actualidad coexisten dos representaciones
sobre la mujer: una pre-moderna, donde la mujer es una posesión territorial de
un hombre, otra que surge en la modernidad, donde la mujer es un sujeto au-
tónomo, con derechos ciudadanos. El lugar otorgado por Pablo a la mujer, alu-
día a la primera posibilidad.
171
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
172
Capacete, Laura Adriana
En una oportunidad Martin entra a robar a una casa y se lleva todo, pero lo
llamativo es que se queda cerca mirando la llegada del dueño. Este era un hom-
bre mayor, que al entrar a su vivienda tiene un paro cardiaco y muere. Martín
dice no haber sentido culpa, argumentando que él no lo mató.
173
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
también sabe de la ocurrencia del incesto. Martín dice haber escuchado que su
abuelo era en realidad su padre.
Conocido el incesto, María comienza a averiguar sobre el abuelo-padre de
Martin. Escucha un relato extraño, poco creíble. Nunca apareció el cuerpo. Ma-
ría sospecha que este hombre podría haber sido asesinado dentro del grupo fa-
miliar.
María que es muy creyente, consulta con Martín a un sacerdote sanador. Éste
dice que el joven está poseído por el demonio. Luego de dicha consulta Martín
promete hacer todo lo que el padre le diga. Al día siguiente intenta matarse.
Martin nunca verbalizó queja alguna a su familia biológica. Les teme. Pero
queda enloquecido por las voces que lo conminan a los peores lugares: drogar-
se, matarse, robar. No puede dejar de obedecer los mandatos mortíferos de su
familia. A veces delira, dice por ejemplo que hay un ojo detrás de la ventana mi-
rándolo, “porque yo hice tantas cosas malas”. Expresión de una culpa que no
puede subjetivar, que no le sirve para guiar sus acciones ni anticipar sus actos.
Culpa que aparece en los intentos de suicidio –allí se condena a la muerte-, o
que deriva en la construcción delirante de una mirada acusatoria.
No puede acusar a su genealogía, es obediente al lugar otorgado, ser un
“monstruo” -así se lo designa- que merece morir. Lo monstruoso es su historia,
como prueba del incesto, solo puede ser odiado. Hijo-nieto del demonio, hace
todo lo que éste le diga. Los imperativos superyoicos lo intiman desde la voz
y la mirada.
Destino complicado el de los hijos del incesto, encrucijada sin salida, dada la
orfandad de un lugar que otorgue genealogía. Desamparo que luego reedita el
Otro social, en tanto nadie pudo escuchar el llamado. Martín dio señales: mostró
los golpes en la escuela, mostró los golpes de su bisabuela en la Policía, habló
en un Tribunal de haber sido violado –desplazando la figura del autor-. Denun-
ciaba reiteradamente violaciones imaginarias. Nadie escuchó. Entonces, des-
bordado de angustia se precipitó en un pasaje al acto, donde repite casi textual-
mente la violación de que fue objeto en su infancia. Balier (3) plantea “el pacien-
te se limita, a veces, a ser mero instrumento de una escena que se jugó en otra
parte: transmisión generacional o identificación con el agresor”.
La tragedia familiar, donde circula lo incestuosos y lo homicida, se invisibili-
za. Solo se ven los efectos: el problema de su adicción, al que se supone como
174
Capacete, Laura Adriana
Conclusión
Los jóvenes de los casos descriptos han cometido delitos contra la integridad
sexual, sin embargo hay enormes diferencias entre ambos. El primero pudo in-
terrogar su acto, repensar su posición masculina y el vínculo con una mujer. La
intervención jurídica y la clínica propiciaron una posición subjetiva de mayor res-
ponsabilidad. El segundo contó con menos recursos, por un lado desde su ori-
gen, dado lo mortífero de su trama familiar; por otro porque las instituciones que
intervinieron no pudieron escuchar su llamado.
En síntesis, se trata de intervenir caso por caso, evitando las clasificaciones,
siempre problemáticas, porque no se trata de una clase de sujetos, sino de una
zona donde prevalece el acting out (4) .
Notas
(1) Serge André (1999) La significación de la pedofilia, Conferencia de Lausanne, 8.6.99, Bruselas.
www.vivilibros.com/excesos.
(2) Segato, Rita (2003) La estructura de género y el mandato de violación, en “Estructuras elemen-
tales de la violencia”, Bs.As., Universidad de Quilmes, Ed. Prometeo. (2003)
(3) Balier, C. (1996): Psicoanálisis de los comportamientos sexuales violentos, Bs.As., Ed Amorror-
tu, (2000), pag. 210
(4) Mollo ,J.P.(2010) Psicoanálisis y criminología, Bs.As., Ed.Paidós (2010), pag. 228.
175
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
176
EDUCACION PÚBLICA.
HACIA UN PARADIGMA INCLUSIVO
Filiación Institucional:
Fac. de Psicología-Univ. Nac. de Tucumán
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
177
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por último, me interrogo acerca del papel que juegan los agentes del dispo-
sitivo escolar: la/os maestra/os: ¿repetidores de un modelo del memorizar y re-
petir pero no aprender?
178
Caparrós, María Josefina
Una ley de 1857 estableció como uno de los destinos de la renta la funda-
ción de escuelas. Las bibliotecas populares en tanto, cubrían la instrucción de
las mujeres. En 1864, se fundó el Colegio Nacional de Buenos Aires con depen-
dencia de la Universidad, creada en 1821. Sobre este modelo institucional cre-
cieron otros colegios nacionales en Catamarca, Tucumán, Mendoza, etc. Surge
el paradigma del normalismo y, con Sarmiento, arribaron al país 65 maestras es-
tadounidenses para la formación de docentes.
De 1880–1910, la educación tuvo un papel central en la constitución de la
nación, considerada una condición esencial para hacer del país una república.
Se sancionó la Ley Nº1420 de educación común, estableciendo su carácter obli-
gatorio, estatal, laico y graduado. Hacia 1910, se profundizaron los contenidos
patrióticos a fin de consolidar una concepción unificadora de la identidad nacio-
nal. En la universidad tuvo lugar una profunda democratización en los claustros,
a través de la Reforma Universitaria de 1918.
179
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El modelo “ganadero”
El rol del dispositivo escolar es el de herramienta de transmisión de ideología
y de saberes y prácticas. Se pasa de un modelo escolar de “Argentina, país ga-
nadero”, matadero de niños, homogeneizante y mediocrizante, propio de los go-
biernos militares (donde ese semillero de futuros ciudadanos activos, fue destro-
zado, desaparecido), al de los 90, portador de un modelo de depósito de niños,
sin violencia física, pero con otro tipo de violencia, un modelo de escuela muda
con una “Educación Bancaria” en el que el saber se juega como un depósito.
180
Caparrós, María Josefina
Maestras repetidoras
En una entrevista realizada en el Instituto de Perfeccionamiento Docente, or-
ganismo del Ministerio de Educación, a la Directora Lilia Juri de Vié, le interro-
gué acerca del dispositivo escolar: ¿por qué las/os maestras/os vienen a repe-
tir un mismo modelo, de memorística y repetición y no a revolucionar las prác-
ticas de enseñanza?. Pude ver cómo la historia deja marcas hasta en los ros-
tros de los educadores. Me miró asustada y me preguntó por qué utilizaba la pa-
labra revolucionaria, y que prefería decir “transformadora”. Lilia es una maes-
tra de muchos años y comenzó con su carrera muy joven en la época del proce-
so militar en el campo. Me relata algunas situaciones de violencia sufridas por
la dictadura tales como no poder salir del aula para mostrar a sus alumnos los
puntos cardinales. Además rechaza la escritura del resumen de mi trabajo que
le envío para ponerla al tanto de lo que íbamos a conversar. “Es muy directo, es
muy gráfico, es cierto pero da miedo, es fuerte que hablés asi”. Su discurso está
empañado por la historia. Ciertas palabras se dicen, otras no. Marcas del poder
y del sometimiento.
“Las maestras reproducen un modelo de aprendizaje repetitivo, rígido porque
mayoritariamente son de un nivel cultural y económico bajo”, opina y me cita una
situación de examen de ingreso al instituto en el que le preguntan a la maestra
cuál era la iglesia más importante de Tucumán y dónde se encontraba, a lo que
la maestra respondió:”la Iglesia del Pueblo de Dios y se ubica en el ex cine Pla-
za”. Lilia me dice consternada, “no tienen cultura, me citan como persona impor-
tante de Tucumán a la cantante de Yerba Buena”.
Pero yo me pregunto, ¿es poca cultura o es la cultura a la que esas maestras
181
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
pueden acceder? Me resuena una frase famosa de Paulo Freire: “La cultura no es
atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados ignorantes son hombres y mu-
jeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son
sometidos a vivir en una “cultura del silencio”. La práctica educativa no debería
limitarse sólo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería in-
cluir la lectura del contexto, la lectura del mundo al decir de Freire.
Le respondo sarcásticamente que sucede lo mismo con los presos, los fabri-
camos para encerrarlos después. Esas maestras incultas, tienen su cultura que
no es la misma que la de los profesores que están en el ingreso al instituto y que
muestran en su discurso el dispositivo de poder imperante: un vaciamiento de
conocimientos, de saberes instituidos como tales, y la existencia de otras cultu-
ras, aún con la distancia de unas pocas cuadras en la ciudad.
Las maestras se forman en este instituto para una práctica docente, en un
proceso que apunta a remover matrices de aprendizajes “tatuadas” en la forma-
ción de esa maestra o maestro.
“A través de la formación, las acompañamos, formamos, para que eso que
viene incrustado mute en Prácticas renovadoras”, me comenta. Pero cuando esa
maestra formada ingresa a una institución educativa, ingresa también a un dis-
curso y redes de poder diferentes. Cada institución tiene sus propios discursos
y su manera de jugar el poder. El maestro ingresa en una gestión y modus ope-
randi determinado, en un clima educativo especifico y direcciones establecidas.
En una palabra la institución lo subsume. La Trayectoria del maestro entonces
se trunca con los discursos de la institución en la cual ingresa.
Con esta formación se busca un cambio en las prácticas de enseñanza, que
tengan como ideal principal el aprender a aprender, aprender a pensar, a dudar,
la interrogación. Desarrollar una pedagogía “preguntona”. Siempre escuchamos
una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los
alumnos no han hecho.
Uno de los riesgos de repetir el modelo, es que el aprendizaje del alumno que-
da supeditado o atraviesa una serie de emociones que tiene la maestra.
La manera de corregir un trabajo, con “caritas” para cada categoría de co-
rrección nos lleva a plantearnos si el cambio pasa por unir el aprendizaje de un
niño a un estado emocional de la maestra. Como si el aprendizaje dependiera
de los vaivenes anímicos de la maestra, como si el logro del alumno la hiciera
feliz o la deprimiera.
182
Caparrós, María Josefina
Conclusión
El dispositivo escolar a lo largo de su historia, ha jugado un papel de herra-
mienta de transmisión de ideología imperante. En la actualidad a pesar de la can-
tidad de cerebros vegetativos de varias generaciones jóvenes, hay una lucha en-
tre paradigmas provenientes de épocas nefastas en nuestro país que mutilaron
la educación y nuevos discursos que apuntan a un modelo de escolaridad más
democrática, más crítica y participativa, citando como ejemplo la asignación uni-
versal por hijo y el proyecto “escuela abierta”.
La alfabetización implica una comprensión crítica de la realidad social, polí-
tica y económica en la que está el alfabetizado. Sintetizando a Paulo Freire en
sus máximas sobre la educación, enseñar exige la corporización de las palabras
por el ejemplo. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser
la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación. Solo educa-
dores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser
educados por los educandos.
Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas por-
que nadie es, si se prohíbe que otros sean.
Bibliografía
Ascolani Adrian: “La Revolución Libertadora”: Educación y Ciudadanía Restringida (Argentina, 1955-
1958).
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http://educasociatic.blogspot.com/2008/07/paulo-freire-la-educacin-como-prctica.html
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http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Educaci%C3%B3n_en_la_Argentina#cite_ref-2
183
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
184
MI VIDA COMO... LAS NUEVAS SUBJETIVIDADES
SEXUADAS
Filiación Institucional:
Prof. Adjunto Fac. de Psicología-UNT.
Prof. Titular Univ. Católica de Sgo. del Estero (UCSE).
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Introducción
El presente trabajo pretende trazar algunas líneas de abordaje alrededor de la
cuestión sexual. Cuestión en su doble sentido: en tanto tema y como problema.
El debate al que se asiste en la actualidad sobre los efectos producidos, con
relación al matrimonio y la adopción a partir del cambio en la legislación que re-
gula ambas cuestiones durante el año 2010, enfrentó distintas concepciones so-
bre el sexo, la familia y la filiación.
Es por ello que a partir de la presencia de la nueva ley que es posible mar-
car dos momentos: un antes de la ley y un después de la ley.
El antes estuvo marcado por la impugnación a cualquier cambio o modifica-
ción de la legislación, especialmente por parte de la iglesias católicas y evangé-
licas que revelaban, al mismo tiempo, la concepción que sobre el sexo y la fami-
lia sostienen en tanto instituciones a través de sus representantes. También el
apoyo a dichas concepciones no solamente del grupo de fieles sino de parte de
la población, más allá de su pertenencia.
El otro grupo, heterogéneo en su composición y diverso en cuanto a concep-
ción política, ideología religiosa y posiciones sexuales, planteaban el cambio de
185
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La cuestión sexual
Las cuestiones ligadas al sexo, la familia y la filiación se encuentran imbrica-
das cuando de psicoanálisis se trata y que la sexualidad humana es asunto de
discurso más que de biología son apenas dos de las importantes cuestiones que
el psicoanálisis aborda en forma original y que han suscitado sorpresas, descon-
cierto y descalificaciones.
Es por ello que en este apartado quisiera precisar algunas cuestiones sobre
el tema que nos permitirá abordar las consecuencias subjetivas y sociales con
relación a la nueva legislación sobre matrimonio y adopción y plantear la impor-
tancia de las subjetividades sexuadas, de la mano de la película Mi vida en rosa
(ma vie en rose- 1997) Película franco-belga-británica de Alain Berliner.
Algunas premisas sobre el tema de la sexualidad y discursos de la cultura y
la normatividad son necesarias de precisar:
1) Desde el Psicoanálisis la sexualidad no refiere al sexo biológico ya que su
presupuesto se funda en la consideración de otro cuerpo y otro sexo, el que se
manifiesta dentro del campo de los discursos.
2) Que la sexualidad en Psicoanálisis entraña un discurso de lo íntimo no la
hace ajena, sino que la establece en su diferencia, con los discursos públicos.
Especialmente las leyes que regulan los lazos sociales y la normatividad legal
186
Carol, Alfredo Orlando
187
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
carnados sobre la sexualidad sino con los modos subjetivos de vivirla ya que re-
velan y están anudados a la historia de los sujetos. Y, además, que ese saber
que cada sujeto cree poseer sobre cómo es habitado por lo sexual es un saber
asediado por enigmas. Por eso remarcamos lo de subjetividades sexuadas.
Es decir, que permite dar cuenta y considerar los modos subjetivos de cons-
truir un discurso propio sobre el sexo que involucra tanto una elección como una
declaración como formas de dar cuenta de la enigmática sexualidad.
Los dos aspectos que queremos remarcar involucran la historia de cada sujeto
con relación a los modos simbólicos, imaginarios y reales a través de los cuales
fue constituido en tanto sujeto de discurso y como productor de discurso.
En la consideración tanto clínica como social se hace necesario remarcar es-
tos dos aspectos en materia sexual ya que indican los modos subjetivos de rela-
ción con el Otro y, especialmente, con los efectos del deseo del Otro en la cons-
titución sexuada de los sujetos.
Ello no releva de la responsabilidad de cada sujeto con relación a actos y
discursos en tanto que el saber inconsciente y enigmático de la posición sexua-
da supone un trabajo de apropiación de las herencias y también de las faltas
del Otro.
El saber sobre la sexualidad que un sujeto cree poseer lleva las trazas y las
marcas de los modos en que fue constituido pero al mismo tiempo no es ajeno a
los modos de la transmisión ni de las formas de habitar esos saberes.
Es por ello que la elección de la posición sexuada no es ajena ni un acciden-
te sino que se remarca a partir de lo que Claude Conté llama declaración subje-
tiva del sexo (Conté. 1992: 113).
Toda declaración supone Otro ante el cual se realiza un testimonio sobre la
posición de quien declara. Es por ello que se coloca al Otro en tanto lugar don-
de dirigir los enigmas en el saber sobre la sexualidad.
Ese testimonio excede con mucho a lo que cada sujeto sabe de sí mismo dado
que involucra lo no sabido de cada uno como motor de la declaración.
Enigma y no saber se entrelazan en la declaración de sexo dirigida al Otro
dado que ese Otro responsa si no con saberes (aunque lo haga a través de ellos)
con la emisión de signos de reconocimiento del sujeto.
Desde esta perspectiva la declaración de sexo y la diferencia frente a los otros
sujetos sexuados penden del interjuego de saberes.
Afirma Claude Conté:… “la diferencia sexual se rehúsa al saber, designan-
do el punto donde el sujeto del inconsciente subsiste en tanto sujeto de no-sa-
188
Carol, Alfredo Orlando
ber. Es por allí por donde la indecible de la diferencia sexual se traslada a la pre-
gunta con la cual el Otro, desde el lugar de su falta, interroga al sujeto sobre el
goce” (Conté.1992:130).
Tanto el saber enigmático sobre la sexualidad como los goces consecuentes
son efectos de la constitución subjetiva realizada desde el deseo del Otro pero
que otorgan la posibilidad a cada sujeto de apropiarse de un lugar sexuado des-
de donde reconocerse y nombrarse. Ambas cosas se realizan siempre a cuenta
de la posición de cada sujeto y a su cuenta. Destino de toda herencia quizás su
logro no solamente está en recibirla sino en tramitarla para apropiársela.
Algunas de las cuestiones tratadas (la constitución del sujeto, la sexualidad y
la significación enigmática de su inscripción por el Otro y que no son ajenas ni a
las complejidades sociales ni al enfrentamiento de discursos) se hacen presen-
tes en la película Mi vida en rosa.
Mi vida como…
En la película Mi vida en rosa Ludovic, o Ludo como también se le llama, es
un niño de 7 años que quiere ser mujer. Ante tal obstinación los padres pasan
de la comprensión al enojo, alternando padre o madre el papel del que com-
prende o del que se enoja con Ludo al no entender o no saber cómo convencer
a este niño de tal idea.
Al mismo tiempo el film retrata a una serie de personajes adultos y niños que
reaccionarán de distinta manera ante la persistencia de Ludovic de ser un niño-
niña y de vestirse de mujer.
Desde los vecinos de los padres, todas parejas heterosexuales con hijos va-
rones y mujeres de distintas edades, que conviven en un barrio de clase media
que mantienen vínculos de amistad y realizan fiestas donde participan todos es
el escenario donde irrumpe Ludovic.
Lo que le permite al director centrar el tema de la posición del niño por la re-
velación de la aceptación de la diferencia y la tolerancia.
También están presentes en la película adultos que tienen una mirada más
comprensiva y tolerante sobre la particularidad de Ludovic: la abuela y la maes-
tra intentan a lo largo de la historia no solamente aceptar la singularidad del niño
sino que los otros, tanto niños como adultos, respeten a la misma.
En el intento de explicar lo que quiere ser Ludovic, ayudado por su hermana
de 12 años, crea la ficción de que lo que le pasa se debe a que Dios en el mo-
mento de su concepción le ha enviado la dotación genética correcta (las X y las
189
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Y que dan cuenta del sexo en sentido genético) pero que en el camino una de
las X que la convertiría en niña cayó a la basura.
La otra ficción es el mundo “rosa” en el que se refugia: La de la muñeca-ha-
da Pam (una suerte de Barbie) que canta, baila, que tiene un novio y que habi-
ta un mundo de perfección rosa. Es a partir de la presencia de este refugio, liga-
do a la fantasía, donde, propiciado por las palabras de la abuela Grany, que Lu-
dovic vive en tanto niña y piensa que al ser una niña podrá casarse con Jêrome,
un niño del vecindario.
Cómo intentos de explicar la extrañeza de las acciones de Ludovic y de la
persistencia inquebrantable de su deseo de ser una niña el director Berliner ape-
la a presentar encarnados de distintos personajes de la película varios discursos
(de la familia heterosexuada, de la escuela, de la religión, de la ciencia, etc.) a fin
de revelar en todo momento las dificultades para tolerar lo diferente en el campo
de lo social. No intenta una explicación del deseo de Ludovic sino de mostrarlo
junto a las reacciones de su medio social ante la irrupción de algo que en dicho
medio funciona alterando la norma heterosexuada y sus efectos.
Hacia el final parece querer decirnos que ante el ejercicio de libertad de elec-
ción en el campo sexual y asumida una determinada posición sexuada el medio
social reacción con sorpresa y horror tratando de expulsar al diferente. Un medio
social y familia más benévola debería poder aceptar sin juzgar.
Más que mostrar causas o explicaciones Mi vida en rosa intenta mostrar los
vaivenes de la tolerancia con aquello que se presenta como diferente. La pelícu-
la lo muestra a través de la persistencia de un niño en ser una niña.
Si bien la película presenta el conflicto tanto singular, familiar y social con re-
lación a la posición sexuada no intenta explicaciones de cómo y porqué Ludovic
quiere ser una niña sino que la aceptación de lo diferente (la niñez, lo femenino, la
sexualidad, etc.) tiene tropiezos y requiere de un ejercicio activo de tolerancia.
También en dicho ámbito (el público) que incluye desde la familia a los apa-
ratos del Estado aquello que se encarna en cada subjetividad sexuada es un tra-
bajo de apropiación de las singularidades.
Que esto sea posible o no y porque caminos se realiza ubica a cada subjeti-
vidad sexuada en el enclave tanto de los discursos privados y públicos sobre la
elección de sexo y la declaración subjetiva del mismo.
Bibliografía
Conté, C.: (1992) Lo real y lo sexual –De Freud a Lacan- Nueva Visión.Bs. As., 1996.
190
BULLYING. UN ESTUDIO DESDE LA SUBJETIVIDAD
Filiación Institucional:
Magister en Psicoanálisis.
Consejo de Investigaciones de la Universidad del Aconcagua, (CIUDA), Mendoza
191
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
192
Cicutto, Aldo Nelson
rarlo de poca importancia, y otras veces naturalizarlo ubicándolo como una expe-
riencia propia del proceso de socialización para “aprender a defenderse”.
¿Cómo entender la posición subjetiva de quienes se encuentran atrapados
en una situación de bullying o acoso entre pares?
Agruparse es un intento de superar el malestar. Las instituciones son pro-
ductoras de subjetividad ya que hacen posible el surgimiento de lo singular en
el lazo con lo colectivo. Constituyen el espacio en el que se sostiene y desarro-
lla la cultura.
Así como hay aspectos del orden cultural que posibilitan las operaciones de
constitución del sujeto, hay condiciones culturales y posiciones individuales que
obstaculizan la regulación de la vida en comunidad y el espacio de la particula-
ridad.
Freud explica el surgimiento de dos fuentes de malestar que surgen como
efecto del agrupamiento. Una se produce cuando la relación con el ideal que re-
úne a los individuos genera una posición de sometimiento desde la que se as-
pira cumplir con aquel aún cayendo en excesos. La otra se conforma en la rela-
ción entre los integrantes del grupo al surgir rivalidades, envidia, celos y discre-
pancias asumidas como inconciliables.
Ambas producen sufrimiento porque no se da lugar a las búsquedas singu-
lares de cada sujeto ni se sostienen los parámetros que conducen a la respon-
sabilización.
En el vivir con otros, por la indefensión estructural de todo sujeto, es posible la
desmesura del poder que da lugar a la instalación de lo que la Dra. Marta Gerez-
Ambertín define como montajes perversos. Estos “se producen cuando un sujeto
integrante de una dupla o del grupo, queda en posición de residuo (desubjetiva-
do), de resto destituido por las palabras o los actos del o los partenaire” (2) .
¿Qué factores de la subjetividad inciden en la posibilidad de quedar a mer-
ced de otro?
El ser humano nace en estado de desvalimiento y requiere del cuidado de al-
gún adulto que atienda sus necesidades, quien lo hará según el modo particular
en que ha logrado subjetivarse y apropiarse de los medios que ofrece la cultura.
Esa indefensión no es exclusiva de los momentos iniciales del desarrollo, sino
que a nivel psíquico es constitutiva en todo ser humano. Y es por ella que la vida
presenta situaciones dolorosas, desengaños y aspectos incomprensibles.
El reconocimiento de la propia indefensión hace posible la búsqueda de com-
partir e interactuar con otros. Pero hay circunstancias en las que se puede pro-
193
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ducir una parálisis resultante de la influencia ejercida por una persona a quien se
la considera omnipotente sobre un sujeto impotente y sin defensa.
Freud explica que un sujeto en una masa se puede comportar como quien
se encuentra bajo hipnosis. Se dan pruebas de humilde sumisión, docilidad, au-
sencia de crítica. La hipnosis evidencia que el hipnotizador queda situado en el
lugar del ideal produciendo en el hipnotizado un renunciamiento a toda iniciati-
va personal.
El sujeto que experimenta la sugestión posee un convencimiento no basado
en la percepción ni en el razonamiento, sino en lo que Freud designa como “una
ligazón erótica” (3) , un lazo que por estar basado en la idealización ejerce atrac-
ción hacia la posición de sometimiento.
Por la indefensión estructural pueden establecerse condiciones que lleven
a que las normas que regulan la vida en comunidad se vean obstaculizadas en
su efectividad. Freud sostiene que: “el prójimo no es solamente un posible auxi-
liar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explo-
tar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimien-
to, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y ase-
sinarlo” (4).
Palabra y poder
El filósofo británico John Langshaw Austin en 1955, planteó la existencia de
enunciados performativos, demostrando que “La emisión de la expresión es la
realización de una acción (...), no se trata solamente de decir algo.” (5)
Lacan enseña que el sujeto es efecto de la articulación significante. Es lo
que un significante representa para otro significante. Está vaciado de sustancia,
y por ello del sujeto se dice, se predica. De esa manera se le otorga una enti-
dad. Pero toda entidad es ajena al sujeto, quien por ser una “x” está en la incer-
tidumbre, por ello ante el acto de atribución puede quedar atrapado en ese pre-
dicado que lo define.
En la humillación el performativo aplica una entidad negando la singularidad
del nombre propio. Ataca al receptor hundiéndolo en su indeterminación. Se enun-
cia imponiendo un convencimiento fuera del razonamiento. Un convencimiento
instalado desde una ligazón erótica, que busca satisfacción en el dominio.
El receptor del ultraje queda atrapado en el imposible de persuadir al Otro
para que lo reconozca y lo acepte como sujeto. Queda inmovilizado porque per-
manece como objeto consolidando al Otro idealizado, divinizado. (6)
194
Cicutto, Aldo Nelson
195
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cuchar. Se hacen muchas cosas para conseguir el interés del otro: se elige el mo-
mento de decir algo, se seleccionan las palabras, se ordenan las ideas, se buscan
los tonos, etc. Creer que el Otro está siempre disponible para todo, quebranta la
relación. Lo que cada uno quiere debe atender los términos del Otro.
La realización del sujeto, en su dependencia significante respecto del lugar
del Otro, se produce mediante las operaciones de alienación y separación.
La alienación en el significante produce su sujeción al campo del Otro abso-
luto. Pero en la manifestación del Otro con su discurso, el sujeto encuentra una
falta y en su respuesta se descuenta, deja la falta en el Otro.
Separación es la operación lógica de la no reciprocidad, es inter-sección, es
un corte entre el sujeto y el Otro que hace posible el camino de regreso del vel
de la alienación, de la “reunión” con el Otro.
El lazo social implica la participación como miembro de la comunidad frater-
na, pero también la separación que permite otro modo de participación en fun-
ción de deseos irrealizados. Alienación es ese punto de dependencia respecto
del Otro, donde la única posibilidad es lo que el Otro da. La separación es el mo-
vimiento propio del sujeto a partir de lo que el Otro da.
Mladen Dólar (12) hace referencia a una anécdota en la que en medio de
una batalla una compañía de soldados recibe la orden del comandante: “solda-
dos, ataquen!!”. Este grito se repite por segunda vez y ningún soldado se mue-
ve. Y al reiterarlo por tercera vez, desde las trincheras se escucha una exclama-
ción: “¡Qué bella voz!!”
El autor explica que aquí se produce una interpretación fallida, para los sol-
dados la interpelación mediante la que se reconocen no opera a nivel del signifi-
cado trasmitido en esa orden, sino que opera desde el mensaje que los consti-
tuye como comunidad que aprecia la estética de una bella voz, en un momento
en que el mensaje de atacar los llevaba a la muerte. “No oir bien”, puede consti-
tuirse en una posibilidad del sujeto.
Cuando el sujeto se apropia de su poder discrecional, descubre que el acto
de decir del otro implica una distancia con lo que quiere, y que no necesita to-
mar como norma la reciprocidad con el otro, ya que es una posición que lo ubi-
ca como objeto. Su respuesta es una función de su competencia que no está re-
glada por la reciprocidad. El sujeto puede o no responder, y si lo hace puede ser
una respuesta diferente de lo que el otro plantea.
El temor a encontrar que el Otro no es completo, ideal, consistente, incondi-
cional, retiene al sujeto en la obediencia.
196
Cicutto, Aldo Nelson
Notas
1) Dan Olweus. “Acoso escolar, ‘bullying’, en las escuelas : hechos e intervenciones”. Recuperado
el 10 de octubre de 2010 en www.acosomoral.org/pdf/Olweus.pdf
(2) El concepto “lazos perversos” fue desarrollado por la Dra. Marta Geréz-Ambertín en el curso de pos-
grado “Lazos perversos en las neurosis y perversiones”, año 2009, Facultad de Psicología, UBA.
(3) Freud, Sigmund (1921) “Psicología de las Masas y Análisis de Yo”, pag.121. Amorrortu.
(4) Freud, Sigmund: (1930) “El Malestar en la Cultura”, pag. 108. Amorrortu Editores.
(5) Austin, J. L.: (2004) ¿“Cómo hacer cosas con palabras?”. Madrid: Paidós Ibérica.
(6) Concepto trabajado por el Dr. Juan Carlos Cosentino en el Curso “Los manuscritos inéditos de El
yo y ello. La Reformulación del Inconsciente.”, dictado en la Maestría en Psicoanálisis, Facultad de
Psicología, Universidad del Aconcagua, 9 y 10 de octubre de 2009.-
(8) Gerez Ambertín, Marta. (2008). “Entre Deudas y Culpas: Sacrificios. Crítica de la razón sacrifi-
cial”, pag.90. Bs. As.: Letra Viva.-
(9) Freud, S.: (1916) “Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico: Las excep-
ciones”, Obras Completas, tomo XIV, Amorrortu Editores.
(10) Élisabeth Roudinesco en su libro “Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos” trabaja
este concepto desde una perspectiva histórica haciendo evidente que en nuestra época, a pesar del
borramiento intentado, no es posible evitar confrontarnos con nuestro lado oscuro, ya que éste es
efecto del desarraigo del ser respecto del orden de la naturaleza por la acción del lenguaje.
(11) Lacan, Jacques: (1988) Escritos 1 “Variantes de la cura tipo”, pag. 318. Argentina: Siglo vein-
tiuno editores,
(12) Lacan, Jacques: (1964) “El Seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa-
nálisis”, clases del 20 y 27 de mayo, y 3 de junio. Bs. As.: Paidós.
(13) Dolar, Mladen: (2007) “Una voz y nada más”, pags.13 y 14. Bs. As.: Manantial.
197
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
198
“LES PETITES MORTS”: ENSAIO SOBRE A VIOLÊNCIA E
O GOZO NA CONTEMPORANEIDADE
Filiación Institucional:
Costa Matos Carneiro da Cunha, Thiago: Psicanalista. Mestrando de psico-
logia – UNIFOR. Vice-Presidente da CLIO – Associação de Psicanálise. Pesquisa-
dor do Laboratório sobre as Novas Formas de Inscrição do Objeto (LABIO). Re-
presentante Nacional dos Estudantes de Pós-Graduação em Psicologia do Brasil
– ANPEPP (2º Titular).
Figueiredo Carneiro, H.:Psicanalista, Doutor pela Universidad de Comillas –
Madrid (1997) e prof. titular do PPG-Psicologia da UNIFOR. Pos-doc sênior pelo
CNRS – CERMES 3 – Paris V – Sorbonne. Coordenador do LABIO e presidente da
CLIO – Associação de Psicanálise. Pesquisador Pq2 CNPq. Pesquisador da ANPE-
PP - GT Psicopatologia e Psicanálise. Membro fundador da AUPPF. Editor da Re-
vista Mal-estar e Subjetividade. Autor dos livros: AIDS A nova desrazão da huma-
nidade (Ed.Escuta, 2000), Que Narciso é esse? (Livro eletrônico CNPq, 2007- http://
www.cnpq.br/cnpq/livro_eletronico/index.htm), A Soberania da clínica na
psicopatologia do cotidiano - Org. - (Ed. Garamond, 2009) e O Erotismo e o Paraíso
– (Ed. As Musas, 2010). (Lattes: http://lattes.cnpq.br/3235805127730480).
Resumo: Desde os primórdios dos tempos, a vida segue a sua poética através da
morte. O Cristianismo já era sabedor desta questão, muito antes de a psicanáli-
199
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desde os primórdios dos tempos, a vida segue a sua poética através da mor-
te. O Cristianismo já era sabedor desta questão, muito antes de a psicanálise
nascer. No Gênesis, a ação de comer o fruto da árvore do conhecimento, tinha
como castigo a morte. Mesmo assim, Adão e Eva empreenderam seus movimen-
tos na direção do pecado. A pulsão de morte se faz notar em suas armadilhas,
porém transparece o que mais de subjetivo existe: a íntima relação entre vida e
morte. A lógica significante segue de mãos dadas com o real, o inapreensível, e
essa perspectiva faz entrever os domínios da representação.
Freud (1917), em Luto e Melancolia, disserta sobre a importância da morte
para o psiquismo. Entretanto, a experiência da morte para o sujeito está fadada
a ser apenas fenômeno de proximidade, como uma petit mort, relacionada aos
objetos ou pessoas que o cercam. A morte mesma do sujeito é algo impensável
para ele, já que, a partir dela, deixaria de existir. Neste interstício a subjetivida-
de comparece com o nome de luto. É o luto do objeto amado, diga-se de passa-
gem, que possibilita a ascensão do sujeito. O significante passa a ter papel pri-
mordial, pois é o que vai representá-lo. O amor de Deus – é isso que compele ao
casal a vontade de viver, em sua dimensão de culpa, como pecadores. O jogo
da vida está posto em cena.
O processo de luto é governado pelos ideais narcísicos – presentes na cons-
tituição imaginária do sujeito – que compõem o estofo da fantasia e abrem o ca-
minho da libido para o re-investimento objetal, a re(a)presentação da falta, pers-
pectiva simbólica, relativa às pequenas mortes dos objetos no cotidiano. O gozo
200
Costa Matos Carneiro Da Cunha, Thiago - Figueiredo Carneiro, Henrique
201
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
dem ser direcionadas para o próprio sujeito, como sacrifício, no gozo masoquista;
e para o outro (pequeno outro, o semelhante), compreendendo o gozo sádico.
É impressionante como a fascinação pelo sacrifício é algo intenso em deter-
minados pacientes. E como os imperativos de gozo do discurso capitalista são
capazes de engendrar tramas que direcionam a posição do sujeito para o gozo do
Outro. Cito exemplo clínico ao qual uma paciente neurótica – que teve que escu-
tar em sua infância uma mãe melancólica dizer que as responsáveis por sua pa-
tologia e tristeza eram ela e suas irmãs –, incapaz de dizer não para o outro, se
violenta constantemente com seus “sims”. Violência marcada pelo discurso ma-
terno e geradora de toda a questão amorosa para a paciente.
O acting out constituído pela paciente é a ação de se colocar em situações,
as mais variadas possíveis, as quais o outro precise dela, para que ela “não pos-
sa dizer não” – destino construído no encontro com Outro. Nesse momento, é
acometida por uma alegria, porém, ao ter que lhe dar com a responsabilidade
assumida, cai na mais profunda tristeza. Tristeza que a fez procurar análise por
não conseguir dar conta do seu sofrimento. Dizia sentir enjôos, náuseas, vonta-
de de vomitar e falta de voz. Provavelmente seu acting out era o aviso, um pedi-
do de ajuda ao Outro, que, se não fosse trabalhado, levaria a uma passagem ao
ato, por tamanha angustia que a tomava.
Por essas características sintomáticas, passa a se identificar com a nomen-
clatura do transtorno bipolar. Carneiro (2010), em seminário realizado na CLIO
– Associação de Psicanálise, convoca a atenção dos analistas para os no-
vos nomes de Narciso: transtorno bipolar, síndrome do pânico e fobia. Denun-
cia as montagens sintomáticas realizadas pelos sujeitos sob a influência do dis-
curso capitalista.
A identificação com o transtorno bipolar, mesmo a paciente possuindo uma
estrutura neurótica, provoca a constituição de sintomas próprios a esta patologia
(estados depressivos e maníacos). A culpa do sujeito encontra-se silenciada pelo
discurso médico, representante do discurso capitalista – culpa muda (Ambertín,
2008) que poderia deixar de lado a oportunidade de ressignificação do sintoma.
202
Costa Matos Carneiro Da Cunha, Thiago - Figueiredo Carneiro, Henrique
203
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografia
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204
ACUSADOS Y VICTIMAS EN EL ICTY
David, Pedro R.
Filiación Institucional:
Juez del Tribunal Penal InternacionaI para la Ex - Yugoslavia (TPIY)
205
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cada, con respecto al crimen de agresión, los imputados fueron absueltos ya que
los elementos de la acusación eran demasiado vagos y genéricos.
De otra parte, en el Estatuto de Nürenberg en los arts. 9 y 10, se estableció
que la Corte Militar podría llamar a responder de los hechos contemplados en el
art. 6 (guerra de agresión y preparación de la misma, crímenes de guerra, críme-
nes contra la humanidad), no solo a personas físicas, sino a organizaciones de-
claradas criminales. Así lo estableció el art. 2.2 de la ley de control nº 10 que per-
mitía declarar criminales de guerra a aquellos miembros de las mismas.
La jurisprudencia del ICTY ha utilizado más que a esta figura, la de la empre-
sa criminal común (joint criminal enterprise). Ello implica la atribución de respon-
sabilidad al que ha participado del grupo con voluntad de realización de la acti-
vidad criminal (shared intent).
Una segunda forma de responsabilidad es la de los delitos cometidos en cam-
pos de concentración, y de hecho es una imputación culpable (Stefano Manacor-
da, pags. 467-473 en el art. Responsabilidad Individual en el Derecho Penal en
García Ramírez. op cit). Aquí el individuo responde por todos los hechos reali-
zados por otros miembros del grupo acerca de los que tenía conocimiento o hu-
biera podido tener conocimiento.
206
David, Pedro R.
En el caso Fiscal vs. Esad Landzo, uno de los cuatro imputados en el caso
Čelebići, los jueces de la Sala de Apelaciones Hunt, Riad, Nieto-Navia, Bennouna
y Pocar, decidieron un recurso de apelación interpuesto por el acusado Landzo,
que había asesinado a varios detenidos y se conducía con sadismo cuando se
desempeñaba como guardia de una prisión que detenía Bosnios Serbios, en la
aldea de Čelebići, en Bosnia-Herzegovina durante el año 1992.
Los detenidos eran Bosnios Serbios que se oponían al recién nacido Esta-
do Bosnio y siendo Landzo soldado del mismo estado. Las condiciones de la pri-
sión eran inhumanas y duras. Las condiciones alimentarias estaban a nivel de
207
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
208
David, Pedro R.
nuida sirve solo para reducir, si existe, la condena, y no la exculpación del acu-
sado.
Un gran desafío para el Tribunal es el de establecer los parámetros bajo los
cuales los desórdenes personalitarios destrocen el control de la conducta de los
acusados, al momento de cometer los crímenes más graves que juzga el Tribu-
nal Penal Internacional para la Ex - Yugoslavia.
Los dos casos que aquí presentamos se ofrecen, para estudiar en modo abre-
viado, cómo la ausencia de plena capacidad, o capacidad atenuada, ha sido tra-
tada en dos casos: el de la Fiscalía contra Landzo y el de la Fiscalía contra Lukić
209
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Breve introduccion
Hay similitudes y diferencias entre los conceptos básicos y las “teorías” res-
pecto de la culpabilidad de los acusados en el Derecho Penal Continental y en
el Derecho Penal Anglosajón. Si bien transitamos hoy por un camino de conver-
gencia, hay sin embargo diferencias profundas en los dos sistemas.
El Tribunal Penal Internacional para la Ex - Yugoslavia, ha realizado en este
sentido de convergencia una labor de síntesis.
Aun así, perviven hoy en la jurisprudencia del Tribunal algunas contradic-
ciones.
Si bien en el derecho penal anglosajón la culpabilidad se engloba en el con-
cepto de “mens-rea”, se distingue en tres niveles ese concepto:
intención y voluntad plena;
negligencia agravada y
negligencia simple.
210
David, Pedro R.
211
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Cuando vino a declarar al Tribunal, en el año 2009, aun su rostro estaba des-
figurado por las llagas causadas por el incendio. Vagó por los campos escapan-
do de la persecución de los soldados serbio.
Tan desesperada estaba con el dolor de haber perdido a todos los que amaba,
que pidió a un soldado serbio que encontró con su fusil, en el camino, que la ma-
tara. No quería vivir más. El soldado la ignoró, sus quemaduras se infectaron.
Estuvo meses en un hospital de Bosnia hasta recuperarse.
212
David, Pedro R.
Conclusión
Common Law y Derecho Penal continental en los Tribunales Ad-hoc.
¿Nace una nueva gramatica juridica de sintesis? – la perspectiva integra-
tiva.
El grupo de expertos encargado por el Secretario General (del que formé par-
te a objeto de estudiar el funcionamiento de los dos tribunales ad-hoc en los años
1999 y 2000) identificó como manifiesta la preponderancia de las practicas Com-
mon Law en las decisiones procesales y sustantivas de los tribunales.
Así lo escribimos en nuestro informe y recomendamos varias soluciones para
agilizar los procesos que venían del derecho procesal y penal continental.
Es evidente hoy que, si bien es palpable en los jueces del Tribunal del ICTY
la tendencia a llevar cada juez la impronta de su cultura jurídica originaria –y eso
se manifiesta en el tipo de decisiones que se adoptan–, no es menos cierto que
la doctrina y fallos del mismo han configurado lo que Delmas Marty denomina
una nueva gramática jurídica, no de hibridación, sino de síntesis.
213
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
214
David, Pedro R.
Notas
(I) Doing Testimony Psychotherapy with survivors of Ethnic Cleansing”, pag. 150-151, Cap. VII. When
History is a Nightmare, lives and Memories of Ethnic Cleansing in Bosnia-Herzegovina by Stevan M.
Weine, Rutgers Univ. Press 1999.
215
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
216
“MAS EU NÃO BATI”:
A BANALIZAÇÃO DA VIOLÊNCIA DOMÉSTICA
CONTRA MULHERES
Filiación Institucional:
da Rocha Queiroz, Karine: Magister en Psicología y Especialista en Psicología Clí-
nica (Univ. Luterana de Manaus). Integrante del Laboratorio de Investigación Nue-
vas Formas de Inscripción de Objeto (UNIFOR) y de CLIO-Institución Psicoana-
lítica (Fortaleza-Brasil).
Neres, Eliani: Graduada en Psicología por la Universidad del Norte – UNINORTE
(Brasil). Aprendiz de Psicología de la Corte de Justicia del Estado do Amazonas.
de Miranda, Marília Gabriela: Graduada en Psicología por la Universidad Fede-
ral de Amazonas (Brasil). Aprendiz de Psicología de la Corte de Justicia del Es-
tado do Amazonas.
Correia, Priscila: Aprendiz de Psicología de la Corte de Justicia del Estado do
Amazonas
Lapa, Thaís: Psicóloga de la Corte de Justicia del Estado do Amazonas
Equipo de Psicología en el Dpto. de Violencia Doméstica y Familiar con-
tra la Mujer del TJAM [ Tribunal de Justicia del Estado de Amazonas]
(Brasil)
217
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
desimplicam-se quanto às consequências dos seus atos. Neste sentido este trabal-
ho vem pensar, a partir do ponto de vista psicanalítico, a violência de gênero no
âmbito doméstico, partindo da ótica masculina, e suas consequências na consti-
tuição da subjetividade feminina. Ressaltando a importância da escuta psicanalí-
tica e da reflexão propiciada pelo profissional da psicologia no tocante ao atendi-
mento das partes processuais.
Palavras-chave: violência doméstica, subjetividade feminina, psicanálise.
218
Da Rocha Queiroz, Karine - Neres, E. - De Miranda, M. G. - Correia, P. - Lapa, T.
219
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
220
Da Rocha Queiroz, Karine - Neres, E. - De Miranda, M. G. - Correia, P. - Lapa, T.
Neste mesmo sentido, Quinet (2003) enfatiza que o denominador comum en-
tre Direito e Psicanálise é a relação entre lei e gozo, ou seja, lei jurídica e a lei
simbólica. Desta forma, a Constituição, as leis, estatutos, são formas de expres-
são da Lei simbólica, visando à limitação ao gozo em prol da civilização. O direi-
to com suas leis representa uma forma de barrar a tendência que o homem tem
de fazer do outro objeto de suas pulsões destrutivas (Quinet, 2003).
No que se refere à realidade brasileira, a Lei n. 11.340/2006, conhecida como
Lei Maria da Penha, “Cria mecanismos para coibir a violência doméstica e fami-
liar contra a mulher”, o poder estatal nesse tocante tenta coibir excessos, impon-
do formas de conduta ao convívio em sociedade. A violência contra a mulher é
crime, previsto em Lei!
Acreditamos que a Lei deu visibilidade à mulher, dando-lhe voz, pois esta
pôde entender que não é natural se sujeitar à violência imposta por seu compan-
heiro e que pode recorrer à lei para proteger-se das mais diversas situações de
violência (Lei 11.340/2006) que podem lhe ser impingidas.
A escuta psicanalítica no âmbito jurídico e a atuação do psicanalista como
mediador, pensando a psicanálise em extensão, podem ser de fundamental im-
portância. Psicanaliticamente falando, o trabalho no âmbito jurídico pode se tor-
nar possível, propiciando que a “verdade” do sujeito seja dita, e essa verdade
emerge quando o profissional se dispõe a escutar o que está além do que é dito
(Lima, 2007), e é enunciado no dizer.
Para Lacan é a palavra que pode apaziguar o excesso pulsinal, que compa-
rece na violência. “A palavra permite o adiamento, a simbolização, dá um contor-
no, um limite, e os meios para que o sujeito possa pensar” (Silva Júnior e Bes-
set, 2010).
Neste sentido, a escuta e a mediação do profissional psi no âmbito jurídico,
podem proporcionar que as partes processuais reflitam sobre suas atitudes, auxi-
liando a encontrarem uma forma de solver o conflito de forma não violenta.
No que concerne à mulher, ao falar, esta pode sair da posição de vítima, do
gozo da passividade, já que, o profissional da psicologia pode auxiliá-la, mas o
agir deve ser dela, pensando a partir da “retificação subjetiva” do ensino lacaniano,
onde o queixoso possa se implicar com aquilo que se queixa, em relação à reali-
dade psíquica. A mulher neste sentido, advindo como sujeito desejante, pode ser
protagonista da sua própria história, saindo da sombra de seu companheiro.
Também, pode ser propiciado ao homem sair do estigma de o comportamen-
to agressivo fazer parte da condição de ser “macho”, que pode ser considerada
221
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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222
VICTIMIZACIÓN E IMPUNIDAD
Filiación Institucional:
Prof. Asociada en la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura de la Univ.
Nacional de Colombia
Editora de Desde el Jardín de Freud Revista de Psicoanálisis de la Escuela de Es-
tudios en Psicoanálisis y Cultura, Fac. de Cs. Humanas de la Univ. Nacional de
Colombia
.
En el marco de una reflexión cuyo foco son los efectos de la impunidad so-
bre las víctimas de violencia política, me he preguntado por el alcance de la lla-
mada “subjetividad de la época”, con la idea de que una tal subjetividad, favore-
cida por la tendencia de la sociedad contemporánea a una adopción de la posi-
ción de víctima, coincide con una riesgosa reducción del sujeto a la condición ob-
jeto, es decir, con una suerte de de-subjetivación.
De esta de-subjetivación, las víctimas de la violencia política constituirían una
figura paradigmática. Por supuesto, al proponer que es la ausencia de respuesta
a su exigencia de justicia relativa a la ley aquello que las conmina a permanecer
en la condición de víctimas, se está de hecho separando unas víctimas de otras
que no lo son, lo que obliga necesariamente a contar con las diferencias.
La tendencia mencionada de la sociedad contemporánea produce ejércitos
de víctimas, lo que segura guarda coherencia con el incremento de coyunturas
223
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
traumáticas a las que se hallan expuestos los sujetos en la actualidad. Tal pare-
ce que estas coyunturas han registrado un aumento notorio, lo cual no es aje-
no al debilitamiento de las referencias que otrora se mostraban capaces de re-
gular las tendencias amenazadoras para la vida humana y para las posibilida-
des de “vivir juntos”.
Así pues, hay suficientes razones para pensar que los sujetos de la “subje-
tividad contemporánea” se encuentran en situación de precariedad con respec-
to al sentido de la existencia y a la creencia en figuras tutelares que les habrían
permitido simbolizar su sufrimiento y, con ello, aminorar las consecuencias de los
eventos dramáticos que hoy son fuente de malestar (1).
Así las cosas, el desamparo constitutivo de lo humano se habrá incremen-
tado hoy día favoreciendo efectos traumáticos ante situaciones que en la actua-
lidad constituyen “traumas psíquicos”, como le gustaba decir a Freud, pero, ¿lo
son? En todo caso vale la pena tomar distancia con respecto a la misma lógica
de la victimización promovida por la ideología que domina la época, y pensar que
el desamparo en el que se mueve este “nuevo sujeto” no hace de él un “trauma-
tizado” y menos aún una víctima.
No se insiste lo suficiente en la diferencia que separa a un sujeto sufrien-
te, cuya queja encuentra su resorte en el deseo, de un viviente necesitado, una
vida nuda, según la figura del derecho romano antiguo recuperada por el filóso-
fo Giorgio Agamben (2).
224
De Castro Korgi, Sylvia
Cuando Jacques Lacan sostiene que “toda sociedad (…) manifiesta la rela-
ción entre el crimen y la ley a través de castigos” (7), otorga al castigo un lugar
de bisagra que bien podría orientarnos en relación con su valor: no cualquiera,
pues se trata del asunto central de la culpa y la pena y, por ahí mismo, de la res-
ponsabilidad de los actos ante la ley. En ese orden de ideas, Lacan afirma que
“la responsabilidad, es decir, el castigo, es una característica esencial de la idea
del hombre que prevalece en una sociedad dada” (8).
Ahora bien, vale pena deshacer la supuesta equivalencia que Lacan estaría
estableciendo entre esas dos coordenadas prevalentes mediante las cuales las
sociedades intentan aportar un tratamiento simbólico al equilibrio alterado a con-
secuencia de actos criminales, pues no puede afirmarse que el castigo implique
necesariamente la responsabilidad subjetiva.
Esto tiene un alcance fundamental, y a su dilucidación puede contribuir el psi-
coanálisis, dada su particular forma de interrogar la relación del sujeto con la ley.
Ya en Freud hay una subversión de la relación que el derecho plantea entre la
ley y el crimen: según su mito fundador de la cultura (9), primero fue el asesina-
to y luego la ley. Así, el crimen da lugar a la ley.
Pero no solo en este caso, mítico, de la fundación de la ley de la cultura, se
constata la subversión del psicoanálisis, pues también Freud descubre que no
225
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Estos casos sugieren, como ya ha sido ampliamente señalado (10), una re-
lación desplazada entre la “objetividad de la ley” y la “subjetividad de la culpa”,
una discrepancia entre la ley y la relación subjetiva con la ley. De aquí deriva una
consecuencia cuyo alcance vale la pena medir: que el sujeto no tiene con la ley
una relación que lo obligue, por el contrario, el sujeto debe hacer una elección
frente a la ley, debe admitir que eso le concierne. El caso extremo de esta posi-
ción subjetiva frente a la ley es Antígona, cuya convicción la conduce a elegir otra
ley… Al margen de esta elección, la ley no es más que “la forma vacía de una
vigencia sin significado”, como dice Agamben (11), un automaton (12) o, como
sostiene Pierre Bruno, “lo que piensa verdaderamente por sí mismo, sin vínculo
con ese más allá (…) que da al sujeto su pensamiento” (13).
Entonces, quien comete el delito requiere subjetivar su crimen como condi-
ción para que la ley pueda operar en él. Ahora bien, esta subjetivación del cri-
men no está garantizada por la ley, si bien la ley se requiere como el marco ne-
cesario para que una tal subjetivación sea posible.
226
De Castro Korgi, Sylvia
Quisiera resumir diciendo que Agamben da cuenta con esto del real del de-
recho en su diferencia con la justicia, de la imposibilidad del acuerdo entre la ley
y la justicia, advertido por quienes pensaron Auschwitz después de Nuremberg:
“Ha sido preciso, dice, que transcurriera casi medio siglo [y que pudiera concluir-
se que el juicio no tiene por finalidad ni la verdad ni la justicia, y que se muestra
insuficiente ante la magnitud del crimen] para llegar a comprender que el dere-
cho no había agotado el problema, sino que más bien éste era tan enorme que
ponía en tela de juicio al derecho mismo” (17).
227
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
228
De Castro Korgi, Sylvia
Así pues, más allá del establecimiento de los crímenes con vistas a un proce-
so, se trata de valorar los efectos sobre los sobrevivientes de la revelación de los
hechos, gracias al testimonio de la víctima o del testigo en el espacio del juicio.
El camino doloroso e incierto del juicio a los criminales es la deuda que ad-
quiere con las víctimas cualquier sociedad que no haya apostado por vigencia de
la ficción de un Otro simbólico que oficiara de garante en la búsqueda de acuer-
dos pacificantes. El escamoteo de esta deuda ética hará imposible a victimas y
sobrevivientes el paso a lo que podría constituir el tiempo de otra cosa. Un tiem-
po que no sería ya el del fragor de la queja y la denuncia ni el del ánimo de la jus-
ticia vengativa durante el cual puede enredarse el duelo.
No se valora suficientemente el carácter decisivo de este franqueamiento, que
no es otro que el paso de la condición de víctima a la de sujeto sufriente. Es que
no hay manera de considerar al demandante de una justicia que no llega, sino
como alguien reducido a la posición de víctima, es decir, a la posición de un ob-
jeto en situación de inermidad, incapaz de abandonar su demanda reivindicativa
y de tomar a su cargo el camino que le queda por delante…
Ahora bien, ¿no quedan los sobrevivientes de los crímenes políticos some-
tidos a esa de condición de víctima, a la que la ausencia de justicia los arroja?
Detenidos ahí ¿cómo pretender poner límite al beneficio de goce que su posición
pudiera entrañar, si es al goce a lo que esa situación los conmina?
229
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En este caso la condición de las víctimas es análoga a aquella que Lacan des-
cribe para Sygne de Coufontaine, la heroína del drama de Claudel, a quien no solo
se le reserva el peso de una desgracia que no ha merecido, sino que “se le pide
que asuma como un goce la propia injusticia que le produce horror” (25).
Esa es, creo yo, la figura de la victimización promovida por la impunidad.
Notas
1) Soler, Colette. De un trauma al otro. (Medellín: AFCL, 2009), 19. Con respecto a la crítica del su-
jeto victimizado de la sociedad contemporánea, cfr. Zizek, Slavoj. “Víctimas, víctimas por todas par-
tes”. En El frágil absoluto. (Valencia: Pretextos, 2002).
2) Agamben, Giorgio. La comunidad que viene. (Valencia: Pretextos, 1996); Homo Sacer. El poder
soberano y la nuda vida I (Valencia: Pretextos, 1998).
3) Se trata de las víctimas de los desplazamientos forzados de población y los sobrevivientes de las
víctimas de la desaparición forzada y de las masacres. No quisiera entrar en detalles pero hay que
ver cómo, en ausencia de resolución del avance de la “tanatopolítica”, en buena medida favorecido
por la impunidad, la víctima se duplica: el desaparecido y su deudo, el asesinado y su deudo…
4) Zizek, Slavoj. La medida del verdadero amor es: “puedes insultar al otro”. Entrevista concedida
en Frankfurt con motivo de la Feria de Libro, 2001. Versión en Internet.
5) Esta es una estrategia que, en el contexto colombiano, renueva la pretensión de negar la exis-
tencia misma de las víctimas, de la misma manera que ha negado la existencia del conflicto armado
para dar paso a la versión del accionar de grupos terroristas al que el estado responde en legítima
defensa. En ese sentido, el estado colombiano, con la política de la “seguridad democrática”, aco-
gió los mecanismos que le permitieron la persecución no solo de los integrantes de los grupos que
recurrieron al terrorismo como estrategia de subsistencia, sino de quienes progresivamente fue de-
signando como “auxiliares del terrorismo”, incluidas ahí diversas categorías de ciudadanos que por
su oposición resultaban no integrables en el sistema político.
6) Algunos de los elementos presentados a continuación son parte integrante del texto de mi au-
toría “Impunidad, venganza y ley”, publicado en Desde el Jardín de Freud, Revista de Psicoanáli-
sis de la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura (Bogotá: Universidad Nacional de Colom-
bia, 2005, no. 5).
7) Lacan Jacques. “Funciones del psicoanálisis en criminología”, en Escritos 1. (México: Siglo XXI,
1990), 118.
8) Ibíd., 129. No voy a detenerme en la “idea del hombre que prevalece en una sociedad dada”
pero tampoco puedo dejar pasar que, al respecto, Lacan afirma que “Una civilización cuyos ideales
sean cada vez más utilitarios, comprometida como está en el movimiento acelerado de la produc-
ción, ya no puede conocer nada de la significación expiatoria del castigo…”. En realidad, estas ob-
servaciones anticipan las reflexiones lacanianas acerca de los efectos de lo que luego será desig-
nado como discurso de la ciencia. Lo interesante es que Lacan observa cómo la dificultad del legis-
lador en lo que se refiere al ejercicio de la justicia y al castigo, quiso ser resuelta primero por la vía
de la adopción de un “humanitarismo” que, al no resolver nada, dio paso, en la sociedad “utilitaris-
ta”, a un intento de solución ¡por vía científica!, “a saber, en un análisis psiquiátrico del criminal, a
lo cual se debe remitir (…) lo que podríamos designar como una concepción sanitaria de la penolo-
gía”. Lacan, Jacques. Ibídem.
9) Freud, Sigmund. “Tótem y tabú”, en Obras Completas. T. XIII. Amorrortu. Buenos Aires.
10) Bruno, Pierre. “¿Qué es una ley?” Texto de la intervención del autor en las Jornadas con moti-
vo del lanzamiento del No. 5 de la Revista Desde el Jardín de Freud. Universidad Nacional de Co-
lombia, Bogotá, 2005.
230
De Castro Korgi, Sylvia
11) Dicho en otros términos, “la forma pura de la ley (…) es decir, como puro bando”. Agamben, Gior-
gio. Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida I (Valencia: Pretextos, 1998), 80.
12) Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 3. Las psicosis. (Barcelona: Paidós, 1985), 438.
13) Bruno, Pierre. Op. Cit.
14) El jefe paramilitar Carlos Castaño, asesinado luego por rivalidades entre los jefes de los dife-
rentes bloques de las Autodefensas Unidas de Colombia, en una entrevista televisiva en marzo del
año 2000 sostuvo: “Yo lamento mucho que se presenten estas situaciones, pero yo creo que se está
evitando un mal mayor”.
15) Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 17. El reverso del psicoanálisis. (Barcelona: Paidós, 1992),
45. Una afirmación de Agamben nos permite redundar en esa idea: “Pocas veces se ha hecho no-
tar que ese libro [El proceso, de Kafka], en el que la ley se presenta exclusivamente en la forma del
proceso, contiene una intuición profunda sobre la naturaleza del derecho, que no es aquí tanto nor-
ma –según la opinión común- cuanto juicio y, en consecuencia, proceso” Agamben, Giorgio. Lo que
queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. Homo Sacer III (Valencia:Pre-textos, 2000), 17.
16) Agamben, Giorgio. Ibíd., 16. Las cursivas son mías.
17) Agamben, Giorgio. Ibíd., 18.
18) Suzunaga, Juan Carlos. “La impunidad legislada o el retorno de lo imposible: el padre real”, en
Desde el Jardín de Freud, Revista de Psicoanálisis de la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cul-
tura (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2004), No. 4.
19) Agamben, Giorgio, Lo que queda de Auschwitz…. Op. Cit., 26
20) Freud, Sigmund. “Estudios sobre la histeria”, en Op. Cit., Vol. II.
21) Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis. (Buenos Aires: Paidós,
1990).
22) Braunstein, Néstor. “El olvido del crimen como crimen del olvido”, en en Gerez A., Marta (Comp.)
Culpa, responsabilidad y stigo en el discurso jurídico psicoanalítico. (Buenos Aires: Letra viva, 2009),
22. Por otra parte, nada impide, a falta de tramitación, un deslizamiento del exceso de memoria ha-
cia un oscuro “deber de venganza”.
23) Cfr. Pommier, Gérard. El desenlace de un análisis. (Buenos Aires: Nueva Visión, 1989), 133.
24) “Si hay duelo, según una determinada operación x, quien está de duelo pasará de la experiencia
de la desaparición de un ser querido (y del desfallecimiento de la realidad para resolver la cuestión
abierta por esa desaparición) al reconocimiento de su inexistencia”. Allouch, Jean. Erótica del duelo
en el tiempo de la muerte seca (Buenos Aires: Edelp, 1996), 131.
25) Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 8. La transferencia. (Buenos Aires: Paidós, 2003), 341.
231
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
232
LAS VICISITUDES DEL RITO ANTE
LO “REAL ABISMAL” DE LA PRIVACIÓN
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Tucumán
Resumen: El fin del presente trabajo, es poder dar lugar a cierta comprensión y
reflexión acerca de las prácticas rituales ante el duelo como posibilidad de crear
efectos de subjetivación. A su vez se intentara dar cuenta del envés de este even-
to con la consecuente voracidad superyoica desubjetivante.
Se buscara gravitar sobre la pertinencia del rito como una respuesta ante el fenó-
meno del duelo, apelando a la lógica del elocuente Freud en “Tótem y Tabú”, “due-
lo y melancolía” y las elucubraciones Lacanianas en lo referente a la falta como
privación real, donde lo que apremia es la caída al abismo (sin sentido) ante la
falta de palabras.
Se tomara como ejemplo dos casos de diversos tópicos:
- Una institución de salud mental donde se posibilito a través del ritual, cierta es-
cucha al sufrimiento ante la pérdida real de un paciente.
- El film “La Strada” del año 1954 del director Federico Fellini. Donde se exhibe
una Italia de posguerra, un Otro no garante de ninguna respuesta ante el vacío
del horror. Aquí, salen al encuentro dos personajes muy particulares unidos por el
silencio, violencia, locura, en pocas palabras la tragedia.
Palabras claves: Duelo – Privación – Ritual – Subjetivación – Super-yo
Introducción
Sin embargo sin embargo y con embargo somos un misterio
que está siempre en el borde del abismo.
El universo sólo sabe burlarse de nosotros,
nos abanica con la pantalla de la muerte como si fuera una novedad.
¡Si sabremos que el no existir existe!
Mario Benedetti
233
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
bemos a quien perdimos, lo que genera saber que seguimos en pie por sencilla
deducción; por lo tanto “la vida continua”. Sin embargo ¿Por qué sentimos que
algo cae, que las palabras cesan, que el propio cuerpo tambalea?. La respuesta
quizás pueda organizarse, al comprender que un sujeto es un efecto de los sig-
nificantes devenido en la sujeción con el deseo del Otro. Debido a esto, “lo que
se embarga” en el duelo es un lugar simbólico (falo simbólico), donde el sujeto
pudo encontrar una respuesta anticipada a la falta en el Otro. Es así, que se pre-
senta un agujero en la realidad (privación real), ese “a quien perdemos”, efecto
de la ausencia, producto de la representación (Lenguaje), donde por lo irreducti-
ble del significante no sabemos “que perdemos ahí”. ¿Será esto el misterio de lo
humano, en la frase de Benedetti?
Freud dirá “La sombra del objeto ha caído sobre el yo” (2) lo cual aproxima
acerca de la disociación yoica y su consecuente crítica. De esto se podría infe-
rir algo de la presencia Super-yoica, coartando o inhibiendo los lazos libidinales
con el mundo externo.
La propuesta sería poder escuchar y dar un espacio al dolor donde se posi-
bilitaría algún efecto de significación acerca de la pérdida que permita al deudo
no perderse a sí mismo, no objetalizarse, ya que ante la muerte de otro huma-
no lo que se pierde no es sólo el que acaba de morir, sino lo que el sujeto era en
presencia del extinto, es decir que lo que se perdió es “una parte mía que tuvo
que ver con el muerto” […] en tanto remite al lazo del sujeto con el Otro y su res-
to. Sea en relación a la falta (deseo) o al exceso (goce). Por eso se duela tanto
lo amado como lo odiado (3).
234
De Gregorio, Alejandro Francisco
Esto abre la posibilidad del saldo ritual, donde la palabra adquiere su dignidad
simbólica sustentada en la esfera de lo público, lo privado y lo íntimo.
Desde lo público: situamos el valor general del rito como efecto de sostén
subjetivo. Evento concedido por el Otro social (sistemas de significantes), donde
es imperioso enlazar el Lenguaje (mitos, religiones), el Derecho (Sistema jurídi-
co) y la Política (Estado o Nación). Desde este anudamiento se buscara recono-
cer y demarcar aquello que se perdió (entierros, velatorios, juicios penales, etc.)
dando así paso a la circulación significante. No todo podrá significarse (allí el do-
lor necesario de la muerte) aunque si se posibilitara un lugar al sufrimiento.
Desde lo privado: se pondrá de manifiesto las particularidades en el tiempo
y forma por el cual el/los deudos enfrentan la angustia a través de ritos que dis-
pongan, a modo de sujeción y separación al muerto que acaeció.
Desde lo íntimo: las singulares respuestas del sujeto en relación a esa fal-
ta, la resignificación ante lo perdido, lo privado y lo público.
235
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
la ruptura por “lo viejo” de los abordajes terapéuticos. Esto es parte de la nove-
la institucional. Curiosamente ante esta nueva formación se observo una mayo-
ría de profesionales jóvenes ¿quizá alguna respuesta imaginaria ante “lo viejo”
de los abordajes terapéuticos?.
236
De Gregorio, Alejandro Francisco
237
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Freud, S. “Duelo y Melancolía”. Biblioteca Nueva
(2) Freud, S. “Duelo y Melancolía”. Biblioteca Nueva
(3) Elmiger, Ma. Elena. “La violencia como efecto de la desobjetivación en los duelos”. En Culpa,
Responsabilidad y Castigo volumen III. Letra Viva
(4) Gerez Ambertin, Marta. “El Superyo en la Clínica Freudo Lacaniana. Tesis Doctoral. UNT
(5) Santiere, Alberto. “Presentación Clínica del Duelo”. Revista Imago agenda. Setiembre 2007
(6) Bauab Dreizzen, Adriana. “Para una clínica lacaniana del duelo y la melancolía”. Revista Ima-
go agenda. Setiembre 2007.
(7) Bauab Dreizzen, A.. Op. Cit.
(8) El “ideal del yo”, al sostenerse en la trama simbólica, impone una medida regulatoria a la distan-
cia entre el “yo actual” y el ideal, lo cual muestra claramente su ascendencia emblemática relacio-
nada con la represión, operación sostenida en el deseo inconsciente, que posibilita las sustituciones
(represión secundaria). Gerez Ambertin, M. Op. Cit.
(9) 2do. momento del mito freudiano, pacto de los hermanos, asesinato del Padre primordial y la
consecuente culpa de efecto retardado, sosteniendo así la interdicción de incesto y parricidio. Aun-
que no todo el padre terrible es sustituido, queda un resto, como espectro de venganza que insis-
te en retornar.
(10) Freud, S. “Tótem y Tabú”. Biblioteca Nueva.
(11) Lacan, J. Seminario IV “La relación de Objeto”. Paidós
238
LA FICCION DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA EN
LOS JÓVENES TRANSGRESORES
Degano, Jorge A.
Filiación Institucional:
Docente-Investigador de la Facultad de Psicología. Univ. Nac. de Rosario
I. El marco
En la actualidad se encuentra en latencia parlamentaria la discusión de un
Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil que reemplace a la ley 22278. En
ese marco se han presentado en total trece (1) proyectos en la Cámara de Di-
putados a la vez que en la de Senadores ha sido aprobado en 2010 un proyec-
to producto de la confluencia de los que allí ingresaran y que espera su trata-
miento en Diputados.
La gestión penal de las denominadas jurídicamente personas menores de
239
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
240
Degano, Jorge A.
241
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
242
Degano, Jorge A.
IV. La edad
En el mismo campo temático se presenta la interrogación sobre la posibili-
dad de que la fijación de una edad determinada pueda articular con el objetivo
del sistema teniendo en cuenta que la trasgresión como posición subjetiva des-
borda los límites etareos y es extensa respecto de las cronologías y las “etapas
evolutivas” de la misma manera que la Responsabilidad.
La inquietud perdura además sobre si la diversidad de las medidas que se
ofrecen como recurso punitivo tienen algún asidero con el objetivo de restitución,
reconocimiento, adjudicación de derechos u otros (formación integral, reinserción
social, carácter socioeducativo de las sanciones, etc.) desde la cuestión sobre
la posible subjetivación de las medidas o imposiciones penales tal como, consi-
deramos, debería presentarse el interrogante y teniendo además en cuenta que
esa diversidad pone al juzgador en la posición de elegir y aplicar una en función
de un criterio valorativo, siendo éste el interrogado en su naturaleza.
En lo relativo al límite etareo que en la actualidad está fijado en los 16 añoS
los proyectos legislativos van desde un límite no fijado en la escala inferior como
piso, hasta los 18 años como límite superior. El Proyecto aprobado en el Sena-
do fija en 14 años la edad de punibilidad.
Esta diversidad de oferta de puntos de corte etareo convoca una considera-
ción que los concilie a la hora de su definición, tarea no menor en la medida en
que la fijación de una edad cronológica límite en este caso implica, más allá de
algunas reflexiones psicológico académicas especulativas respecto de la “edad
justa” psicoevolutivamente formulada que las acompañen, básicamente la fijación
de una ficcionalidad impuesta por la imposibilidad de reconocimiento de edades
cronológicas que se correlacionen con los supuestos de culpabilidad del sistema
penal lo que ya hemos tratado extensamente en otro lugar (8) ,
Entendemos que el asunto, en su caso y momento, se transará en el plano
de los acuerdos políticos interbloques en la Cámara en una operación política
que concilie, distribuya, satisfaga, organice, consensue, intereses parlamentarios
antes que el contenido de la materia tratada: la vida de los jóvenes y su articula-
ción al acto llamado delictivo.
El límite de la captura penal desde el punto de vista etareo resulta entonces
una dimensión que escapa a la consideración desde la dimensión subjetiva sien-
do que, no obstante impactar dramáticamente con sus efectos en ella, resulta una
operación política, de política criminal en términos genéricos pero también, y en
el corazón de la cosa, de política parlamentaria, de negocio político.
243
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Dato computado a 2009 que por cuestiones de técnica parlamentaria posiblemente algunos han
perdido oportunidad de debate, pero interesa su señalamiento en la medida de la diversidad de mi-
radas y propuestas que representan más allá que en muchos se reiteran los mismos argumentos.
(2) En el sentido de instituir la vida (vitam intituere) como institución de la vida por la operación que
Legendre, retomando a los glosadores medievales, ha señalado con el concepto de función jurídica
o dogmática (Legendre 1979), pero también relativo a las posibilidades de reposicionamiento subje-
tivo por vía de las instituciones penales aspecto que, lanzado al ruedo por Legendre (1994), ha teni-
do diversas y contradictorias derivaciones teóricas. Ver Degano 2004 y 2008; Gerez Ambertin 2004
y 2006; Chaumon 2005 entre otros.
(3) Ver Mari 2002.
(4) No hacemos referencia directa, pero no desconocemos la magnífica obra del Dr. Enrique Marí en
la que hemos leído la falta de formulación de una problemática subjetiva del castigo. Marí 1983
(5) La categoría de Adolescentes, novedosa en la cultura de posguerra y floreciente entre los años
´50 y ´70 en la medida que incorporaba un nuevo sujeto social, ha perdido su condición de signifi-
cación de un momento psicoevolutivo correlativo de la etapa puberal para ser sencillamente sinóni-
mo de irresponsabilidad, intolerancia, disconformidad, inestabilidad y muchas otras atribuciones, al-
gunas de ellas tributarias de la excepción, que si bien permitieron y construyeron la identificación de
una instancia social nueva entre la infancia y la adultez con el beneficio de su reconocimiento como
protagonista social, cultural, económico, etc., llegando a ser adoptada por la OMS como categoría,
actualmente se ha desdibujado sirviendo para reconocer dramáticamente que ¡hay adolescentes de
50 o 60 años!, perdiendo de ese modo el referente de significación inicial: el joven situado entre la
infancia y la adultez tal como expusimos ante el I Simposium Internacional “Infancia, Educación, De-
rechos de Niños, Niñas y Adolescentes” en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de
Mar del Plata el 8 de noviembre de 2007.
(6) Cruz 1999:37
(7) El peligro a que quedan expuestos los llamados “no punibles” aquellos que no son captados por
el límite de punibilidd.
(8) Degano 2005, Cap. I
(9) Nos referimos a la ponencia que realizara la Dra. Mary Beloff en la Facultad de Derecho de la
Universidad Nacional de Rosario el 8 de noviembre de 2010 en la Jornada “Adolescencia y respon-
sabilidad Joven y Adulta”
244
Degano, Jorge A.
Bibliografía citada:
- Chaumon, F., (2004), La Ley, el Sujeto y el Goce, Nueva Visión, Bs. As.
- Marí, Enrique, (1983), La problemática del castigo, Buenos Aires, Hachette.
- Cruz, Manuel (1999), Hacerse cargo - Sobre responsabilidad e identidad personal, Paidós, Bar-
celona.
- Degano, J., “Notas introductorias a la Función Clínica del Derecho” – Revista “Perspectivas en
Psicología” - Facultad de Psicología Universidad Nacional de Mar del Plata – Año 1, Nº 1 – Mar del
Plata 2004.
- Gerez Ambertin, M., (2004), Culpa, Responsabilidad y Castigo, Vol. II, Letra Viva, Bs As.
-----(2006), Culpa, Responsabilidad y Castigo, Vol. I, Letra Viva, Bs As.
- Legendre, Pierre (1979), El amor del censor – Ensayo sobre el orden dogmático, Anagrama, Bar-
celona.
245
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
246
“NOSOTROS TAMBIÉN LEEMOS”.
PROMOCIÓN DE LA LECTURA EN CONTEXTOS
DE ENCIERRO
Filiación Institucional:
Profesora en Castellano, Literatura y Latín, Licenciada en Letras (UNSE), Magis-
ter en Literatura para Niños (UNR), Diplomada y Especialista en Lectura, Escri-
tura y Educación (FLACSO), Consultora de la UNESCO para la Instituto Inter-
nacional de Planeamiento Educativo, sede Buenos Aires.
En el año 2007, los integrantes del equipo provincial de Plan de Lectura, del
Ministerio de Educación de Santiago del Estero, pensamos en la posibilidad de
trabajar en la promoción de la lectura en los institutos penales de adultos. La in-
quietud surgió de la profunda convicción de que la lectura es un derecho de to-
dos y cada uno de los ciudadanos de la Nación. Quienes hemos asumido el com-
promiso de promoverla, consideramos que es un deber atender a aquellos gru-
pos humanos más desfavorecidos, que carecen del acceso a los bienes cultura-
les –entre muchos otros.
247
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
les de nuestra provincia, los contactos que mantuvimos con las autoridades de
Educación Carcelaria daban cuenta tanto de un alto grado de analfabetismo en
los internos, como de una cierta resistencia a insertarse en el sistema. Pensa-
mos entonces que si creábamos un espacio de lectura en voz alta, con partici-
pación de talleristas de otros lenguajes artísticos, sería posible incorporar aún
a quienes no estaban alfabetizados y, desde ese lugar de encuentro, despertar,
con el tiempo, el deseo de adquirir los saberes necesarios para el acceso a los
bienes culturales.
248
Del Vitto, Adriana
Sin embargo, tuvimos que pasar por una situación muy dolorosa. En esa Pe-
nitenciaría, a fines del año 2007, se produjo un motín que dejó más de veinte
muertos, entre ellos, dos de nuestros alumnos. Fue muy difícil el regreso, pero
aun cuando la mayoría de los actores sociales que concurrían al penal se ne-
garon a hacerlo, una semana después de este lamentable hecho, el equipo de
Plan de Lectura estuvo allí y pudo seguir trabajando sin dificultades. A fines de
2008, cuando se cumplió un año de ese incidente, los internos prepararon barri-
letes –después de la lectura de una serie de textos que remitían a la posibilidad
de volar y a la libertad- y los remontaron en el patio, acompañados por autorida-
des del penal, guardiacárceles, la Subsecretaria de Educación y el Subsecreta-
rio de Justicia. Previamente había surgido de ellos la propuesta de “escribir” un
mensaje en cada uno, lo que concretaron con gran felicidad y colaborando con
quienes no sabían escribir.
249
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
A finales de 2007 se realizó una exposición en casa de gobierno con los tra-
bajos de los internos. Nos parece importante mencionar uno de ellos por su sig-
nificatividad. Habíamos leído el microrrelato “Máscara”, de una autora santiague-
ña, en la cárcel de mujeres, a partir del cual las internas decoraron máscaras di-
bujadas en papel y agregaron frases. Posteriormente, realizaron en parejas la
máscara de su compañera, con cinta de enyesar y luego las decoraron. La pro-
fundidad de los ojos huecos y el rictus de los labios contrastaban con los colores
de la pintura en un mensaje visual que, entendíamos, daba cuenta de una pro-
funda apropiación del sentido del texto.
Los cuatro años de labor nos permiten evaluar tanto cuantitativa como cuali-
tativamente la experiencia. Por un lado, la asistencia de los internos, al tener los
encuentros carácter voluntario, es un dato altamente significativo. Por otra par-
te, dos internos de la Unidad Penitenciaria Nº 1 tomaron la decisión de comen-
zar el primer trayecto de la educación básica. En la Unidad Nº 2 sólo se brinda-
ba la primaria y tres internas que ya la habían concluido solicitaron comenzar sus
estudios secundarios.
Respecto de lo cualitativo, la participación de los internos fue incrementándo-
se con el correr de los años y se produjo una mejora en su conducta –tal como
lo comunicaron los directivos de las Unidades Penitenciarias.
250
Del Vitto, Adriana
compartimos. Por otro, el increíble respeto de los internos, sin excepción, ávidos
de espacios que les permitieran sentirse, como con la lectura, parte de un mun-
do del que se encontraban separados.
Sin duda había una razón para que permanecieran en esas condiciones,
pero pensamos –y estamos aún más convencidos de ello hoy, después de cua-
tro años de trabajo -que los discursos sociales distan mucho de los actos. Las
propias familias de quienes concurríamos a los penales no acordaban con las
acciones que llevábamos adelante.
Aprendimos que la libertad es mucho más que una palabra, que quienes están
en nuestras cárceles, en una amplia mayoría, no han tenido en su vida la posibili-
dad de acercarse al conocimiento ni han obtenido un lugar digno en la sociedad.
Esta condición de origen no los estigmatiza, de ninguna manera, porque no caben
dudas de que en el “afuera” no deja de haber muchos que delinquen con guantes
blancos y títulos bajo el brazo, en medio de la hipocresía y los prejuicios.
Quisiera terminar compartiendo el primer texto que leímos en el penal de
Colonia Pinto, cuando atravesamos, por primera vez los límites entre el afue-
ra y el adentro:
PÁJAROS PROHIBIDOS
(1976, en una cárcel del Uruguay)
Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír,
cantar, caminar rápido, ni saludar a otro preso.
Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas,
mariposas, estrellas ni pájaros.
Didoskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso “por tener ideas ideoló-
gicas”, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae
un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen a la entrada de la cárcel.
Al domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están
prohibidos y el dibujo pasa. Didoskó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos
de colores que aparecen en las copas de los árboles, muchos pequeños círculos
entre las ramas: - ¿son naranjas?¿qué frutos son?- La niña lo hace callar:
251
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
-ssshhhhh- y en secreto le explica: - bobo ¿no ves que son los ojos? Los ojos
de los pájaros que te traje a escondidas.
Eduardo Galeano
Bibliografía
AA.VV. (2005) Lectura y Literatura. Escenarios para la libertad.10ª Publicación del Programa de Pro-
moción de la lectura. Ministerio de Educación de Córdoba.
Bourdieu, Pierre (1997) Capital cultural, escuela y espacio social. Siglo XXI, México.
Goodman, K. (1998) “El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y el desarrollo”,
en Ferreiro, Emilia y Gómez Palacios, Margarita. Nuevas perspectivas sobre los procesos de lectu-
ra y escritura. Siglo XXI, México.
Petit, Michéle (2001) Lecturas: Del espacio íntimo al espacio público. Fondo de Cultura Económi-
ca. México.
Larrosa, Jorge (2003) La experiencia de la lectura. Estudios sobre literatura y formación. Fondo de
Cultura Económica, México.
252
CLINICA CON NIÑOS
Filiación Institucional:
Fac. de Psicología. Univ. Nac. de Tucumán
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
El psicoanalista debe ofrecer vacante, vacío, dejar libre el lugar del propio
deseo, el que no ha de estar ocupado por ese objeto que es el deseo de su otro
particular. Debe ofrecerse vacante a fin de que el deseo del paciente – el deseo
como objeto, el deseo del otro – se realice en tanto que deseo del otro vía ese
instrumento para su realización que es el analista en cuanto tal.
El deseo del analista definido como un vacío, como un lugar donde algo podrá
venir a alojarse, a morar, deja en claro que lo que allí tiene que venir a alojarse, en
253
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Nuestro objetivo es que el saber del síntoma no devenga “tapón”, nuestro tra-
bajo es “provocar el trabajo del inconsciente y las producciones del fantasma”.
Abordar las bases del psicoanálisis supone que introduzcamos cierta cohe-
rencia entre los conceptos principales que lo fundan (2).
El síntoma del niño esta en posición de revelar el modo en que él sufre su re-
lación a los goces (materno – paterno, etc.).
254
Díaz, Blanca Rosa
tos de goce temprano que pueden quedan abiertos en vías de un análisis pos-
terior “(3).
Trabajar con niños supone trabajar con un sujeto a advenir, sujeto por venir
en el análisis. Ningún conocimiento nos ayudara a entender los síntomas, nin-
gún saber equivale al saber inconsciente del sujeto que habla en ese otro lugar,
el de la transferencia en análisis. Tomando el término transferencia como con-
cepto, y alejándonos del término transferencia como aquello que esta del lado
del amor, no dejar de tener en cuenta lo que Freud nos indica desde un principio
que la transferencia es esencialmente resistente, la transferencia es el medio por
el cual se interrumpe la comunicación del inconsciente (4).
Notas
• (1) Diana Rabinovich (1999) “El deseo del psicoanalista” Pág. 16 y 17.
(2) Lacan (2010) “los cuatros conceptos fundamentales” seminario XI. Pág. 131.
(3) Alicia Hartmann (2009) “En busca del niño en la estructura” Pág. 90
(4) Lacan (2010) “los cuatros conceptos fundamentales” seminario XI. Pág. 136
255
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
(5) Lacan (2010) “los cuatros conceptos fundamentales” seminario XI. Pág. 130.
(6) Lacan (2010) “los cuatros conceptos fundamentales” seminario XI. Pág. 61.
(7) Saal Frida (1998) “palabras del analista “. Pág. 63.
256
UN LLAMADO AL ENCUENTRO CON LO SIMBOLICO
Filiación Institucional:
Estudiante Fac. de Psicología. Univ. Nac. de Tucumán
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Resumen: Este trabajo toma como eje teórico los lineamientos de la clínica psi-
coanalítica, es un intento de dar cuenta del sujeto que tomado por el significante
tiene un lado espiritual y otro lado pulsional, ambos conviviendo entrelazados en
él. El sujeto transita entre estos dos desfiladeros por lo qué la tentación a lo pro-
hibido esta siempre allí convocando al sujeto a quedar entrampado en relaciones
de goce. En el devenir de la vida hemos de transitar por avatares en los que una
sucesión de objetos aparecerán allí, bajo en velo fálica, pero somos solo eso una
variedad de objeto transicionales. El sujeto cuenta con recursos, señuelos con los
que logra significar el vacío, y de modo tal acercarse al objeto causa sin quedar
alienado al él. Pero en ocasiones, el despliegue de escenas en la entrega amoro-
sa se torna sacrificial y el cuerpo marcado por la historia aparece reflejando los
bienes y males, es el que padece cuando falta el deseo que causa. He ahí la clíni-
ca de los acting, del llamado desesperado a lo simbólico que en ocasiones al no te-
ner elementos con los cuales responder al vacío se incurre a la entrega sacrificial.
El amor habla del deseo anudado a la ley, supone acto, y el homicidio o el suicidio
dan cuenta de lo más arcaico del ser que coacciona a perderte junto al objeto que
te absorbe y que no causa.
Palabras Claves: Deseo, goce, subjetividad, privación, sacrificios, objetos, respon-
sabilidad, desubjetivar, simbólico, crimen, identificación, estructura, actuaciones,
cuerpo, Otro Social.
Introducción
Puede que en la búsqueda imaginaria quedemos agazapados al objeto amo-
roso, y cuando uno se queda con el objeto no hay posibilidad de palabra ni de
lazo, para que haya sujeto y por ende deseo, algo del objeto se debe perder, lo
cual no es sin angustia ya que aquel al que se duela se lleva algo de uno.
Siempre que hay pérdida hay privación y el hombre necesita construir ros-
tros con los cuales darle consistencia a la nada, lo cuál supone un pasaje por
257
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
el vacío, por lo real con la apuesta a restaurar la subjetividad, se transita por los
bordes entre ley y pulsión.
Al día siguiente vieron que Toledo había atado un alambre a un árbol ubica-
do a unos metros de su domicilio, y se ahorcó. En el bolsillo trasero derecho del
pantalón le encontraron el cuchillo con el que había matado a su ex pareja.
Algunos vecinos aseguraron que Toledo estaba obsesionado con la joven.
“No quería por nada del mundo dejar de salir con ella…”
La madre de la joven, aseguró que ella sabía que en algún momento su hija
sería víctima de Toledo.
“Hace dos semanas este tipo cortó la luz de mi casa, se metió por la fuerza
y la agarró a mi hija en la habitación. Cuando yo llegué, salió corriendo y se es-
condió. Fui a hacer la denuncia en la comisaría, pero no me creyeron. Ahora ten-
go a mi hija en un ataúd” (1)
258
Díaz, Maribel De Los Ángeles
Ahora bien, Toledo fue llevado al despliegue de escenas donde cabe pre-
guntar qué sujeto es el que habla… Su desesperación ante la perdida de Jessi-
ca, la carencia de señuelos para envolver el vacío, habla de un sujeto que bor-
dea lo imaginario y lo real .
Vemos que en lo pulsional no está el sujeto, lo pulsional puede ser una ac-
tuación que no puede ser fantaseada y que resulta un llamado al Otro o un pa-
saje al acto donde no hay apelación.
Para que haya traducción, esto es la subjetivación de los hechos, el sujeto tie-
ne que estar amarrado al Otro , de lo contrario puede incurrir a la alienación don-
de hay ofrecimiento sacrificial al Otro oscuro del goce. “… este goce, núcleo de
nuestro ser, que es la única óntica admisible (avouable – confesable -para noso-
tros ) no puede ser abordado sino en su perdida …” (2)
Todo aquello que tiene que ver con lo primario, es solo significable en tanto
aparecen en falta, ahora bien el sujeto que a sufrido la separación de su pareja
es privado del objeto que, enmarcado en su dimensión falica, era el que le cau-
259
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
saba el deseo, y cuando alguien queda fuera de la escena del deseo del Otro es
posible que incurra al suicidio y/o el homicidio.
En el duelo se hace un pasaje por ese vacío con apuesta a restaurar la sub-
jetividad, a fin de poder inscribir la perdida de la pareja. Toledo no logró signifi-
car la perdida , “ no quería dejarla , a lo que le agrego “ no quería que Jessica
lo deje...” fuera de la escena del deseo.. y bajo el asedio de la cosa llegó a per-
derse con el objeto… su vida no tenia sentido sin ella.
Para ser sujeto primero tuvimos que ser objetos, y en estos finos limites cuan-
do uno pierde la posibilidad de hacer un llamado a su propio saber del Inc. uno
queda desubjetivado, no regulado, en condición de objeto de goce, un animal...
dando rienda a la satisfacción pulsional: Toledo “sin decir ni una palabra, le ases-
tó un cuchillazo en el cuello a Jessica “luego del crimen puso fin a su vida, pagó
con su cuerpo.
En la ofrenda sacrificial del cuerpo “es el otro que lo pide, lo ordena, lo exi-
ge” (3).
Donde se produce un estancamiento de la libido con la consecuente iden-
tificación al rasgo, lo primario, no simbolizable que arremete contra uno...esas
primeras marcas que lo confronta con el anhelo parricida, culpa de sangre, cuya
muerte se nos vuelve en contra.
260
Díaz, Maribel De Los Ángeles
Cuando pierdo el objeto que cubría la falta no me queda nada más que el
agujero, y aquí le cabe lugar al mecanismo que moviliza el deseo a la búsqueda
de nuevos objetos , y hacer ese movimiento no es sin costo.
Supone un cambio subjetivo que posibilite acercarse al goce del objeto para
luego separase. Lacan nos dice: “con la ley y el crimen comenzaba el hombre”
(5) pero siempre hay un escollo de lo real que tienta en tanto prohibido. y esto
fue lo que ocurrió con Toledo, una fuerte coacción lo desbordó, coacción que está
en un mas allá de amor.
El amor tiene que ver con ausencia de pulsión, ya que el deseo se anuda a la
ley. En el amor doy lo que no tengo a alguien que no es mi objeto primordial, al-
guien en el que hay algo de ese objeto que esta en falta, algo que tiene un brillo
falico que captura y que pasa a formar parte de nuestro fantasma fundamental.
Lo que trato de trasmitir es como el sujeto transita en los bordes entre deseo y
goce, y como en un desliz su escena del mundo desvanece. Si el Otro te muestra
crudamente que no le importas y de que puede desear sin vos, es decir que uno
no era en realidad lo que al otro le falta, se quiebra el fantasma y no hay más es-
cenas y si a esto el Otro, que hace de las veces del significante, no escucha tu
llamado, te deja en un mas allá donde no hay significación posible a la nada.
Conclusión
“El uno como tal es el Otro” (6) pero diferente a ese otro. Aquel otro al que ba-
ñamos de atributos se lleva algo de uno, ya que no tiene existencia en si , existe
porque uno le da existencia simbólica.
Pero, hasta cuánto a fin de que el otro te devuelva una mirada, y cuando esa
mirada no llega, cómo dar consistencia a las ficciones que hacían ancla? Exis-
tieron y existen muchas Jessica y Toledo y me abstengo a conjugar el verbo a
futuro porque hay algo de mi deseo en juego.
“Existir en Sociedad es estar inscripto en ella en relación con el nombre de los
antepasados” (7) si bien somos trascendidos por la historia, producidos por el Otro
también es posible hacerle trampa , he ahí la apuesta subjetiva del cambio.
Las prácticas sociales pueden llevar a engendrar dominios de saber que no
solo hacen que aparezcan nuevos objetos, conceptos y técnicas, sino que hacen
261
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
1 ) www.friki.net/informes/45057-asesinatos-pasionales-te-mato-porque -te-amo.html
2 ) Lacan , Jacques ( 1967 ) Seminario “ La lógica del fantasma “.
3 ) M, Gerez Ambertin. Las voces del Superyó en la clínica psicoanalítica y en el malestar de la cul-
tura. Bs. As.: Manantial. Pág.38 ,1993
4 ) Jacques Lacan ( 1955-1956 )
5 ) Jacques Lacan Pág. 122 ,1950
6 ) Jacques Lacan , seminario “La Identificación “ 1961-62 inédito
7 ) Braunstein, Néstor . Pág. 7 ,1994
8 ) Michel Foucault Libro: “La Verdad y las formas jurídicas.”
262
MÁS ALLÁ DEL PADRE
Doukler, Nora
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Profesional Independiente.
263
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
bra. Al igual que en toda formación del inconciente se trata del goce encapsula-
do. El inconciente, con los procesos primarios realiza una primera transcripción
de la sustancia significante a la palabra, transformación del goce del cuerpo en
decir en torno a ese goce. Y en ese desciframiento, esa evocación, en ese “pa-
labreo” lo va desplazando hacia el campo del deseo” (Braunstein, N. 2006 “El
goce” Siglo XXI).
Pero cuando esa barrera se debilita, no aparece la regulación a través del in-
consciente descifrado, de las producciones inconscientes .El goce inunda y ba-
rre al sujeto.
Viñeta clínica
César reconsulta 16 meses después de una última entrevista en la dijo “¿cómo
puede ser que no mi importe más mi novia y lo que yo sentía? Me asusté, me
acordé lo que dijiste de las dificultades con las chicas. No quiero pensar “
Presenta una herida en la cabeza.” Me comprometí con mi novia. Antes del
viaje de egresados me peleo y voy a bailar con chicos del country. Chicos de la
villa nos pegaron al salir. Terminé operado de una mano y un brazo cosido. Este
año trabajo con papá y estudio lo mismo que él. Cómo tengo dinero tomo todo
lo que quiero, compro champagne por 500 pesos. Volví a un boliche negro, bo-
rracho me caí y me abrí la cabeza. Dije, tengo que ir de Nora. Lo que más me
importa es que mis padres estén bien. Mi papá se asusta y mi mamá se desgas-
ta por dentro”. El no se cuenta.
Trae como pago un bono de su Obra Social “Mamá te manda esto”. Su co-
bertura social se cubrió. Sacando ventaja de un hecho fortuito la madre hace
como que eso no contase. No acepto. “No sé si mamá querrá pagar” contesta.
Señalo que puede usar su sueldo para romperse la cabeza con alcohol o para
saber qué le pasa. Hay otras maneras de vivir, sin lastimarse. Apuesto a produ-
cir una disyunción entre el deseo parental de no pagar por este hijo de lo que él
mismo-siendo otro de su madre-puede pagar por encontrar un lugar diferente en
la estructura. Pero sólo paga para no sentir ni pensar.
Antecedentes
A sus 16 años, un año después de la muerte del abuelo paterno con él que
mantenía relación muy estrecha, sus padres consultan. César fue expulsado del
equipo de football, por pegar. Estando con amigos los asaltan y al único que pe-
gan un culatazo en la cabeza es a él. Desde el “country” los llevan a bailar pero
264
Doukler, Nora
Nuevos antecedentes
Pocos meses después que muere la abuela materna para quien el nieto de
8 años fue muy importante, lo traen a consulta.El niño no soporta que su mamá
se duerma antes que él. No entienden. La mamá se ocupa mucho de él, le mira
los cuadernos, le corrige. Tiene que tener todo excelente, bañarse a la hora indi-
cada. Le da de comer el postre porque él se mancha. Dice no haber previsto lo
que era un bebé, no quisieron más hijos.
César dice “Si mamá se duerme antes que yo me da miedo de quedarme
solo” Sólo podía estar sin sus padres en la escuela donde no tenía amigos. “Tuve
un sueño feo, que me perdía en Mar del Plata”. Llora y comenta que no sabe
cómo acercarse a su papá ni cómo hacer que le hable. “Siempre habla en chis-
te y eso me da miedo. Me da todo lo que quiero, es muy bueno.” Se refiere a
265
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
que le compra de más, no lo que él quiere sino lo que al padre lo hubiese gus-
tado tener. “Me encanta la murga de papá pero el otro día se enojó porque no
quise ir a la cancha con él. Venían mis tíos!!! Yo los quería ver!!” “A veces me
enojo con mis padres. La que sabe mejor porqué me enojo es mamá, yo
no sé tanto. Mamá se enojó porque dormí siesta en lo de la abuela, después
no duermo.”Fuimos de compras. Yo quería igual cantidad de cosas que papá. El
hizo cuentas y dijo que yo gasté más que él. Siempre hace cuentas mi papá. Me
dijo que nunca me compre remeras truchas.”
Después de unos meses de trabajo los juegos giran en torno a robots que
viajan al espacio exterior y conocen marcianitos. Da un poco de miedo el espa-
cio exterior pero después se hace amigos. Aparecen conflictos entre los marcia-
nitos y robots y alianzas ante amenazas externas. Pero todo se resuelve con re-
glas claras de juego y de convivencia.
Con el abuelo fabrican robots en su taller mientras conversan, el abuelo
cuenta, cuentos, no cuentas. Su abuela materna también, hasta puede dejarla
dormir cuando va de visita. Se hace amigos, los visita, va de campamento, jue-
ga al football, hace tarea solo. Tiene once años y decido dar por terminado esa
etapa de análisis acordando con César que podrá retomar cuando lo conside-
re necesario.
266
Doukler, Nora
dre: el único valor e ideal es el éxito económico; todo deseo queda proscripto ge-
nerando deuda que ha de pagar con más producción de dinero.”Mi papá siempre
hace cuentas” .Verdaderamente “condenado al éxito”. Este es el mandato que
transmite a su hijo, superyó mediante. Pero la tragedia termina de constituirse
como tal en la diferencia ineludible del lugar de la palabra de este abuelo para el
nieto. Salda la deuda filial de su padre con el abuelo a costa de quedar en deu-
da con su padre. La culpa no le permite pagar con producciones simbólicas por-
que surge una nueva deuda: con su abuelo.
Se uniforma tras un significante del padre: remeras no truchas. Pero es allí
donde él se vuelve un trucho. En el sueño de la infancia “perdido” da cuenta de
la ausencia de una mirada que lo amarre, donde él se pierde, tal como su padre,
en el “Mar de la Plata”. Aplastado por ese Ideal que lo desubjetiviza se “chupa”
el dinero que recibe obscenamente, como pago por su sumisión. En la zona don-
de viven los “marcianos” o sea los de afuera del “mundo country”, los que eran
amistosos pero deben ser rechazados, se hace pegar o se deja caer. La culpa
hace que él único lazo posible con el afuera del mandato sea el de la violencia y
el sometimiento masoquista. Ser pegado, en este caso¿es el fantasma maso-
quista erotizado al padre? Me inclino a pensarlo como la manera de hacerse un
cuerpo cuando lo imaginario y lo simbólico se fragilizan y ser amado como varón
puede “desarmarlo” Ser pegado es ser querido, pero en este caso es ser queri-
do muerto. Deseo de muerte que se lee a lo largo de todas las entrevistas con
sus padres. Muerto como sujeto, como otro con derecho a desear, crear, hacer-
se un lugar en nombre propio. No le pueden hablar de nada, ni de amor. La a-
dicción y los excesos, la permeabilidad de la barra que separa ley deseante de
la pulsión es el legado parental.
Mamá es la que sabe lo que a él lo enoja, la que se alimenta con buenas no-
tas, la que se completa si el hijo permanece “inmaculado”. A esta madre no le
falta nada, ni un hombre, ni un hijo. Salvo si las notas fallan, la mancha aparece.
Entonce se “descontrola” y se “desgasta”. Y el hijo se culpabiliza aún más.
No encuentra salida. Muerte como sujeto si se entrega como objeto del fan-
tasma de la madre. La inscripción de la ley es fallida, el padre no ordena ni dona
sino que condena repicando su propia condena “a tracción materna”. Es que el
padre, como función, que representando la ley pacificará y posibilitará al hijo cons-
tituirse en deseante es un padre que depende de una ley, para él también se jue-
ga el “no-todo”, es él mismo un sujeto deseante.
César busca ser amado por un hombre armado, que le transmita cómo de-
267
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sea un hombre. El cree que ese amigo sabe de chicas, no como su padre que
sabe de madres. Cree desear las chicas que el amigo deseó cuando en realidad
desea su deseo. Compulsión mediante parece que hacerse pegar es la respues-
ta posible. Se entrega gozosamente, ante la posibilidad de iniciar un camino ha-
cia el inconsciente, hacia lo simbólico, la ley y la negociación con el superyó se
resiste. No puede armar pregunta por su “pasión –vocación- destino”. Es “es-
clavo” de su pasión sacrificial.
BIBLIOGRAFIA
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268
LA MÚSICA COMO POSIBILITADORA
DE SUBJETIVIDAD EN LA ADOLESCENCIA
Filiación Institucional:
CIUDA (Consejo de Investigaciones de la Universidad del Aconcagua) Mendoza-
Argentina
269
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
270
Echave, María Nieves - Freites, Daniela - Brennan, Virginia
tagrama musical. Entre las líneas y los espacios se escriben las notas, se regula
su duración, y las claves definen la tonalidad en que se escuchará la melodía.
La creación musical es una situación propicia para que la subjetividad se en-
frente a un Otro más desligado de las demandas parentales, que posibilite la exo-
gamia y el ingreso de nuevos significantes que le permitan identificaciones.
Se puede pensar que a través de estilos musicales como el rock, por ejem-
plo, los jóvenes encuentran un espacio para diferenciarse de otro escenario, el
de los adultos, posibilitando a su vez el intercambio entre pares.
Existe una autoridad y por lo tanto una ley que ordena, ser joven y sumarse
al movimiento que la música propone, ser diferente a otra generación es también
reconocer que ésta existe, que hay una brecha generacional.
Se puede ser rebelde si se reconoce que existe algo contra qué rebelar-
se.
El rock como emblema de juventud, no es el primer género protagonizado
por jóvenes, pero sí el primero en afirmar el “ser joven” en oposición al mundo
de los adultos.
El “ser joven” como rasgo identificatorio permite pensar en lo planteado por
Freud en Psicología de las Masas donde se refiere a la identificación de la si-
guiente manera:
“La Identificación…como la más temprana exteriorización de una ligazón afec-
tiva con otra persona”. “la identificación aspira a configurar el yo propio a semejan-
za del otro, tomado como modelo (...) es parcial, limitada en grado sumo, pues
toma prestado un único rasgo de persona objeto”. (Freud, 1989 [1921]:101)
En este sentido el joven puede aspirar a formar parte de este movimiento to-
mando rasgos, atributos del otro, no ocupando una posición de sumisión sino de
apropiación de un lugar distinto, donde se moviliza a pensar, a crear diferencián-
dose del modelo adulto de la época.
Por otro lado, la endeblez propia de la adolescencia puede llevar a la conforma-
ción de identificaciones miméticas, haciendo del rock un objeto ideal, y en tal caso
quedando en una relación de sometimiento respecto del fenómeno musical.
Eva Giberti (1996) en su trabajo, Los hijos del rock, sostiene como en la co-
munidad masiva del recital, el rock puede ser una forma de eludir la castración.
“El recital favorece momentos de intensa vivencia oceánica” (Hartmann 2000:
29), una comunidad “fascinada” en relación a la presencia del intérprete en el
escenario.
El fenómeno de la pirotecnia en los recitales, tema de discusión en estos mo-
271
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
mentos, se puede pensar en esta lógica, una masa juvenil atravesada por el jue-
go de luces y sombras, seducción y espectáculo, donde se acotan los márgenes
de libertad para el sujeto, obturando vías de realización subjetiva.
A esto refiere Freud cuando toma el enamoramiento para explicar el meca-
nismo de idealización ya mencionado.
“En el fenómeno del enamoramiento… el objeto amado goza de cierta exen-
ción de la crítica, sus cualidades son mucho más estimadas (…) El afán que aquí
falsea al juicio es el de la idealización…el objeto sirve para sustituir un ideal del
yo propio, no alcanzado. Se ama en virtud de perfecciones a que se ha aspira-
do para el yo propio y ahora a uno le gustaría procurarse, para satisfacer su nar-
cicismo, por este rodeo” (Freud, 1989 [1921]: 106). El objeto se ha puesto en el
lugar del ideal del yo.
Y continúa:
“Ahora es fácil describir la diferencia entre identificación y enamoramiento…
en la primera el yo se ha enriquecido con las propiedades del objeto, lo ha intro-
yectado, en el segundo, se ha empobrecido, se ha entregado al objeto, le ha con-
cedido el lugar de su ingrediente más importante”. (Freud, 1989 [1921]:107)
Del mismo modo sucede cuando la música, siguiendo las leyes del consu-
mo masivo, simplemente se impone como un producto más del mercado para
ser consumido por cualquiera, sin distinción joven o adulto.
Así como los recitales pueden ejemplificar lo que Freud denominó fenómeno
de masa, una canción puede cumplir una función diferente.
La canción, la letra, el tema en la jerga adolescente, viene a prestarle pala-
bra ayudándole a decir, a nombrar, aquello que sorprende desde lo corporal y
desde los vínculos con los otros.
En la repetición de un tema encuentra un soporte para poder decir algo que
no podría ser dicho de otro modo, un espacio transicional para la elaboración de
ansiedades, ensayo de roles ligados al mundo adulto y a la relación con sus pa-
res, punto de encuentro generacional y establecimiento de una diferencia inter-
generacional. Las posibilidades se abrirán en relación a cada sujeto.
Si bien la música puede entrar en el circuito industrializado, como tantos otros
objetos de consumo, no deja de ser un objeto disponible para ser transformado por
el sujeto que lo toma en un recurso posibilitador de subjetividad. Interesa enton-
ces, no el objeto en sí mismo, sino las posibilidades de hacer con este otra cosa,
la “artesanía de la fantasía individual” que hace de ese objeto solo un soporte.
272
Echave, María Nieves - Freites, Daniela - Brennan, Virginia
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PUJOL, Sergio 2007“Las ideas del Rock, genealogía de la música rebelde” Homo sapiens edicio-
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273
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
274
DECIR, REPRESENTACIÓN Y RELATO
Filiación Institucional:
Universidad Nacional de Córdoba y Universidad Blas Pascal
275
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sis entre acontecimientos varios e historia única y, por otra, destaque la tensión
entre historia como sucesión y como configuración. Aquí, encuentra Ricoeur, un
tipo de “inteligencia narrativa” más cercana a la phrónesis que a la razón teóri-
ca. Pero ¿cuál es la relación entre vida y ficción, entre referencia y representa-
ción? Un texto abre un “horizonte de experiencia posible” (2) y la hermenéutica
media entre su configuración (la del texto) y la refiguración de la vida, en tanto
referencia del texto. Por ello,
276
El Hay, Patricia - Zárate, Jorge - Asbert, Virginia. - Avendaño, Ma. Carmen
se alcanzará con la posterior adquisición del lenguaje. Es decir que a lo largo del
recorrido de constitución del sujeto, el ingreso en lo simbólico permitirá dominar,
manipular y sentirse diferenciado del mundo que le rodea. En esta línea, el len-
guaje, permite que el sujeto pueda nombrar objetos, a la vez que asocia aquello
que acontece en su entorno, mediado por el significante (símbolo); y así ingresar
en la sociedad y en la cultura aceptando sus normas y leyes.
La palabra, fundamental para la simbolización, no recubre la totalidad; siem-
pre queda una parte de lo denominado, de lo referido, sin ser representado, en
otras palabras, el significante no lo alcanza a decir. En este acto de simboliza-
ción, el sujeto renuncia al objeto reemplazándolo por significantes, lo que permi-
te que su ausencia llegue a nombrarse. Pero esta separación, viene del lado del
significante, es decir del nombre que denomina al objeto, y que permite evocar-
lo incluso cuando no está presente. Freud demuestra con esta alternancia (Fort-
Da), lo que Lacan posteriormente reafirma: la colocación de un significante en
un lugar de pleno ejercicio.
Es la palabra la que permite que el relato sea “el producto del acto del suje-
to enunciante en una situación de interacción con un narrador, al menos, poten-
cial. El relato se presenta como un objeto de síntesis entre el registro del tiempo
y aquel de la articulación significante.” (6)
277
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
278
El Hay, Patricia - Zárate, Jorge - Asbert, Virginia. - Avendaño, Ma. Carmen
Notas
1) De Villers Grand-Champs, G., Reapropiándose de su futuro. Fundamentos del método de relatos
de vida; Cochabamba, Editorial Educación y Cultura. 1998.
2) Ricoeur, P., Educación y política; UCA, Prometeo Bs. As., 2009, p. 49.
3) Ricoeur, P., op. cit. p. 51.
4) Ricoeur, P., op cit. p. 55.
5) Aulagnier, P. (1976): "Trabajo de la Interpretación", en Hornstein, Luis (comp.) Cuerpo, Historia e
Interpretación; Buenos Aires, Editorial Paidós, 1991.
6) De Villiers Grand-Champs, Guy, Reapropiándose de su futuro. Fundamentos del método de rela-
tos de vida, Cochabamba, Editorial Educación y Cultura, 1998. p. 29.
7) De Gaulejac, V., Historias de vida y sociología clínica. [Revista]. Temas Sociales. Santiago de Chi-
le: Ediciones SUR, V. 23, mayo, 1999; 1ª edición. in Proposiciones 29, marzo 1999.
8) Cfr. Arfuch, L., El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea, Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica, 2002.
9) Arfuch, L., “El espacio teóríco de la narrativa: un desafío ético y político” in Utopía y Praxis La-
tinoamerícana / Revista Inlernacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social / ISSN 1315-
S216. CESA - FCES - Universidad del Zulia. Maracaibo Venezuela. Año 13. N° 42 (Julio-Septiem-
bre, 2008) pp. 131, p. 9.
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S216. CESA - FCES - Univcrsidad del ZuUa. Maracaibo Venezuela. Año 13. N° 42 (juUo-sepüem-
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DE GAULEJAC, Vincent. Historias de vida y sociología clínica. [Revista]. Temas Sociales. Santiago
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DE VILLERS GRAND-CHAMPS, Guy, Reapropiándose de su futuro. Fundamentos del método de
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RICOEUR, PAUL, Educación y política; UCA, Prometeo Bs. As., 2009.
VERHESSCHEN, PIET, ‘The Poem’s Invitation’: Ricoeur’s Concept of Mimesis and its consequences
for Narrative Educational Research in Journal of Philosophy of Education, Vol. 37, No. 3, 2003.
279
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
280
EL ESTALLIDO DE LA INTIMIDAD
EN LA DESUBJETIVACIÓN
Filiación Institucional:
Doctora en Psicología. UNT. Profesora Adjunta en la Fac. de Psicología de la Univ.
Nac. de Tucumán
Presidenta del Cons. de Administración de la Fundación Psicoanalítica S. Freud
281
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Recuerdo una joven que vino a consulta, y a quien llamaré Mayti. Su mi-
rada vacía, o casi sin expresión y palabras desvestidas de entonación, que de-
cían: “Estoy aquí porque soy adicta al sexo”. Medicada, su hablar se tornaba
duro, pastoso.
Pregunto: ¿Y qué quiere decir eso?
Me dice: “Que cuando estoy con alguien, no puedo decir que no”.
Relataba en forma monocorde las situaciones de violencia a las que se so-
metía. En su decir a veces aparecía algún término extraño, bizarro. Como si se
esforzara a adecuar una palabra a su discurso a veces vacío. Como si la pala-
bra viniera a tapar un hueco de significación, pero incomprensible o rara para el
que escucha.
282
Elmiger, María Elena
En el ejemplo que expongo, Mayti se aloja en esa historia. Sus padres, des-
esperados por el secuestro de su hija mayor, hicieron todo lo que en esa época
era posible para encontrarla.
283
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Pero como es sabido, muchas de esas búsquedas eran, así también, infruc-
tuosas.
Esa cuna de dolor esperó a Mayti. Ella cree que vino a este mundo a dar al-
guna esperanza a sus papás. Fracasada esperanza… el amor de los padres por
Mayti no fue suficiente para amarrarlos a la vida.
El crimen continuó impune y Mayti quedó como objeto de consuelo de estos
padres desconsolados. ¿Cómo ser una mujer si serlo significa ser una puta-cosa
pasible de ser secuestrada, violada y asesinada? El secuestro de su hermana, los
retazos de saber que había sido violada y asesinada, todo ello, sin intervención
judicial, dejó la culpa del lado de la mujer cuando la sexualidad asoma.
284
Elmiger, María Elena
Mayti tendrá que perder algo del horror que la convoca a ser ella una víctima
que se ofrece una y otra vez en una repetición infinita para mantener –viva, en-
carnada en sí- a su hermana, y convertirlo en palabras. Debe poder velar con
significantes y significaciones el horror. Traducirlo. Pero esa traducción no es a
secas, sin pathos, sin padecimiento, sin alguna pasión, seguramente. Pero pre-
guntar, recordar –no sin desgarro, sin sufrimiento, sin pasión- es distinto a repe-
tir coactivamente el abuso y el homicidio.
Mayti pudo anudar en lo íntimo el horror. Perderlo un poco. Su intimidad se
rearma cuando “se escucha” preguntar a cada hombre sobre una historia que
le pertenece. No antes. Probablemente siempre realizó esa pregunta, pero es
en el momento que ella se reconoce en ese enigma, cuando éste vuelve a la in-
timidad.
Antes, la joven actuaba lo que no podía procesar en lo privado y conservar
en lo íntimo. Actuaba su intimidad, sacándola del lugar de vida íntima. La muer-
te estaba demasiado presente. Ella era su hermana que había muerto luego de
ser torturada y violada.
Si la justicia hubiera actuado antes, otro hubiera sido el camino de Mayti. Pero
tuvo que inventar ella un camino para recorrer el de otras y otros recorrieron y re-
corren en una plaza de un bananero país, desde antes.
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• Rabinovich, Diana. El concepto de objeto en la teoría psicoanalítica. 1990. Bs. As. Manantial.
• Rabinovich, Diana. Una clínica de la pulsión: las impulsiones. 1989. Bs. As. Manantial.
• Rabinovich, Diana. La Angustia y El Deseo del Otro. 1993. Bs. As. Manantial.
286
PSICOSIS Y SANCIÓN. “LA INTERVENCIÓN PERICIAL EN
LA ESTABILIZACIÓN DE LA PSICOSIS”
Filiación Institucional:
Psicóloga del Gabinete de Psicología Forense del Poder Judicial de Santiago del
Estero.-.
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
287
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
288
Espeche, María Cecilia
289
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
290
Espeche, María Cecilia
Notas
(1) Otro: Todo el orden del lenguaje en tanto constituye la cultura transindividual y el inconsciente
del sujeto. Fages, Jean Baptiste, Comprendre Jaques Lacan, Editions Edouard Privat, primera ed.
en castellano, 1973; primera reimpresión, 1984
(2) GERÉZ AMBERTÍN, Marta, “Las voces del Superyó” En la clínica Psicoanalítica y en el malestar
en la cultura, pag 185, Editorial Manantial 1993,Bs. As. Argentina.
(3) Cadena significante: La articulación temporal de un signo con otro sobre el eje de las oposiciones,
o eje sintagmático, constituye la cadena significante. KAUFMANN, Pierre, Op. Cit. (1992).pag. 91.
(4) LACAN, “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible” pag 558-559
(5) FONTAN BALESTRA, Carlos. Derecho Penal, Introducción y parte general, pag 541. Decimo-
291
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cuarta ed. actualizada con la legislación vigente, nueva doctrina y jurisprudencia por Guillermo A.C.
Ledesma, editorial Abeledo- Perrot, Bs. As., 1993.
(6) LEGENDRE, Pierre. “El Crimen del Cabo Lortie”, Tratado sobre el Padre, pag 161. Siglo XXI,
Madrid, 1ra. ed. 1994
(7) LEGENDRE, Pierre, Op. Cit. 1994.
Bibliografía
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FAGES, Jean Baptiste, Comprendre Jacques Lacan, editions Edouard Privat, 1984.-
FONTAN BALESTRA, Carlos. Derecho Penal - Introducción y parte general, Editorial Abeledo Pe-
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FERNÁNDEZ, ÉLIDA E. “Algo es posible”. Letra Viva Ediciones. Bs. As., Argentina, 2005.-
GERÉZ AMBERTÍN, Marta. “Imperativos del Superyó”, Testimonios Clínicos. Lugar Editorial, Bs.
As., 1999.-
GERÉZ AMBERTÍN, Marta, compiladora. “Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y
psicoanalítico”. Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, 1999.-
GERÉZ AMBERTÍN, Marta, compiladora. “Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y
psicoanalítico”, Volumen II. 1ª ed., Bs. As. Letra Viva, 2004.-
292
LA ALTERIDAD EN RIESGO
Filiación Institucional:
Docente Investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras. Univ. Nac. de Tucumán
293
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
294
Fares, Virginia Amalia
295
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Freud dice,“En la vida psíquica nada de lo que una vez formado puede des-
aparecer jamás; todo se conserva de alguna manera y puede volver a surgir en
circunstancias favorables (8) (1981:3021)…”en la vida psíquica la conservación
de lo pretérito es la regla…el olvido mismo no es la destrucción del resto mnémi-
co sino más bien lo contrario…” (9) (1981:3022).
Lo reprimido no es pasado, es eterno presente en los actos diarios. Lo repri-
mido que no ha sido historizado está incrustado en el cuerpo, se lo vive perma-
nentemente, se está destinado a repetir por no recordar. La historia de la que se
habla requiere de una interpretación, de una elaboración para convertirse en ver-
dad histórica. Aquello de lo que no hablamos o no queremos hablar, (como los ni-
ños en su omnipotencia de pensamiento) no existe.
296
Fares, Virginia Amalia
terribles crímenes queden impunes, sucede entonces que la muerte del prójimo
se legaliza (que no legitima) y por decreto. Sucede también que el tejido social
que protege y contiene se debilita y rompe. Se pierde la percepción de integri-
dad y de límites con los otros (es el cuerpo a cuerpo del que habla Kaës). Ya no
hay seguridad, se deja de estar entretejido al entramado simbólico de la socie-
dad. Se rompe la red social y se queda a merced de las más profundas y alie-
nantes pulsiones agresivas.
Al legalizarse, la impunidad buscará su resolución por la repetición y destruc-
ción sin fin. Lo impune impide la posibilidad de racionalizar, reflexionar en el pla-
no histórico social, de distinguir lo lícito de lo ilícito, lo moral de lo inmoral. Lo le-
gal de lo legítimo. Lo prohibido del deseo. En el sentido que el deseo en lo psí-
quico no se estructura sin prohibición y sin la sanción a su transgresión. El sen-
tido no se constituye y tampoco se puede transmitir.
Se decretó el olvido (en ese entonces) por medio de las leyes infames de
Obediencia debida y Punto final. Y el único antídoto para esta enfermedad es la
verdad (la justicia y la memoria). El silencio y el ocultamiento provocan marcas
y mecanismos difíciles de deshacer, están en el cuerpo de cada torturado y de
cada familiar de desaparecido. Estas heridas son como huecos visibles de una
sociedad que niega (hasta ahora) la posibilidad de conocer sus causas. Estas
marcas sin elaboración solo dejan lugar a la repetición.
El resultado de la elección en el marco constitucional democrático colocó al
genocida en el mismo cargo que el gobierno de facto le había concedido. Este es
un ejemplo claro, real para corroborar aquello que de siniestro tiene la condición
humana. Freud remarca “lo siniestro es algo del orden de lo espantoso que afec-
ta a las cosas conocidas y familiares. Algo familiar se vuelve desconocido y tur-
bador. Es algo sustraído al conocimiento, impenetrable. Por ej: develar un secre-
to (II). Lo siniestro es un retorno involuntario al mismo lugar que nos da la sensa-
ción de nuevo y tiene la cualidad de inermidad (10)(1981 pp. 2484-2503). La im-
punidad refuerza el miedo a la reaparición de la situación traumática.
El decreto de olvido funcionó, intersubjetivamente. Bajo esta óptica podemos
entender (que no es comprender ni justificar) por que el pueblo tucumano a su
(proto) “padre”, a su “fuerza moral…”, como ha faltado a la verdad puede ser juz-
gado por mentir,…pero no por matar.
Se está en peligro cuando el valor ético,- fundante de una sociedad - la pro-
hibición primera “no matarás”, se convierte por vía legal en “no mentirás”. Es un
297
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
relativismo cultural que permite que la vida no sea el bien más preciado en esta
sociedad.
Notas
(I) Aquí se habla de leyes que regulan la sociedad y que surgieron en concordancia y funcionalmen-
te con la ley simbólica, no de las leyes ni el orden que solo expresan el interés del un grupo de po-
der minoritario.
(II) Secretos por ejemplo de que instituciones que se han creado para contener y educar hayan fun-
cionado como centros clandestinos de detención y masacre de nuestros congéneres como la Es-
cuelita de Famaillá ó la ex Jefatura que ahora funciona como Secretaría de Educación ó el viejo Co-
mando del Ejército en donde ahora funciona el Poder Judicial. Freud, aclara también que no todo
lo desconocido tiene la cualidad de siniestro, solo aquello que provoca miedo al igual que a los ni-
ños, la soledad, el silencio, la oscuridad. Es el retorno de lo semejante. Es angustioso. Esta forma
de lo angustioso sería precisamente lo siniestro. No sería nada nuevo sino más bien algo que siem-
pre fue familiar a la vida psíquica y se tornó extraño mediante el proceso de su represión. Ahora po-
demos entender la definición de Schelling, según el lo siniestro es todo aquello que debiendo haber
quedado oculto se ha manifestado. Freud (1981 pp. 2484-2503)
(III) Este genocida que avalado por una votación democrática tuvo el trato de un señor, hoy, es juz-
gado y condenado por crímenes de lesa humanidad. A partir de 2009 se iniciaron los juicios de todas
las causas que se tienen contra él y que sostienen que es asesino y torturador. Da tranquilidad saber
que los impunes estén pagando por sus crímenes y delitos. Que al fin la malla social apolillada co-
menzará a zurcirse lenta y firmemente para un futuro mejor. Más allá de las teorías que expliquen lo
sucedido hoy existe una sociedad que está construyéndose desde la ignonimia. Hoy se puede nom-
brar, decir, gritar lo sucedido y seguir viviendo. Las cosas por su nombre ayudan a curar.
Citas
(1) Freud S. “Tótem y Tabú”.Edit.1912. Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(2) Freud S. “Recuerdo, repetición, Elaboración” .1914. Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(3) Freud S. “Psicología de las masas y Análisis del Yo”.1920 Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(4) Freud S. “El porqué de la Guerra” 1932 Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(5) Freud S. “El Malestar en la Cultura” 1929 Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(6) Ibidem (5)
(7) Kaës René y otros “La Institución y las Instituciones. Estudios Psicoanalíticos”. Editorial Pai-
dós. 1989.
(8) Freud S. “El Malestar en la Cultura”1929 Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
(9) Ibidem (8)
(10) Freud S. “Lo Siniestro”, (1919). Madrid. Edit. Biblioteca Nueva.
298
Fares, Virginia Amalia
Bibliografía
AA.VV. Cátedra de Deontología. Facultad de Psicología. UNT. 1997.
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Freud S. “El porvenir de una Ilusión” (1927). Madrid. Edit. Biblioteca Nueva. Obras Completas. TIII.
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Freud S. “El Malestar en la Cultura”, (1929). Madrid. Edit. Biblioteca Nueva. Obras Completas. TIII.
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Kaës R. y otros La Institución y las Instituciones. Estudios Psicoanalíticos. Bs. As. Argentina. Edito-
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Editorial sudamericana. Bs. As. 1995.
Ulloa Fernando. “La ética del analista ante lo siniestro”. Ficha clase de Facultad de Psicología de
la UBA. 1991.
299
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
300
LA RESPONSABILIDAD MORAL.
UNA DIALÉCTICA ENTRE NECESIDAD Y LIBERTAD
Fares, Virginia A.
Filiación Institucional:
Docente Investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras. Univ. Nac. de Tucumán
Introducción
La palabra responsabilidad viene de respondere, que quiere decir “alguien
responde por algo ante sí, ante los otros, ante la comunidad”. Esta responsabili-
dad se ejerce sobre ciertos actos y conductas caracterizadas como morales ¿Qué
son?: en la vida cotidiana tenemos problemas cuyas soluciones afectan a otros
seres humanos. Cuando las consecuencias de nuestras acciones afectan a otros
seres humanos decimos que son problemas morales. En estos casos tratamos
de ajustar nuestras conductas a normas reconocidas como obligatorias. Estas
conductas que no son actos espontáneos ni naturales y además están sujetos a
una reflexión, se reconocen como actos morales.
301
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Fares, Virginia A.
303
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Fares, Virginia A.
Marx y Engels aceptan lo que dicen los autores anteriores pero sostienen que
la libertad también entraña una actividad practica transformadora, praxis, hacer
del hombre. A pesar de que sin conocer la necesidad no hay libertad, no se pue-
de hablar de la libertad en abstracto, al margen de la historia y de la sociedad y
del poder del hombre sobre la naturaleza y su propia naturaleza. Para Marx la li-
bertad también supone un ser social pues el desarrollo libre de cada ser es una
condición para el desarrollo libre de todos (2) (1969 pp. 87-107.)
305
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(I) Agente: aquel que hace
(II) Necesidad: aquello que debe ser y no puede ser de otro modo.
(III) Por Ej. en la tragedia de Cromagnon ninguno de los agentes están eximidos de ser responsa-
bles moralmente no solo porque sabían las condiciones del lugar sino y además por que tenían la
obligación de saber como tenían que ser los locales para espectáculos.
(IV) Coacción: ejercer fuerza, apremiar, obligar
Citas
(1) Spinoza sostiene el determinismo absoluto cuando dice que “lo que sucedió, sucede y sucede-
rá y lo que hubo hay y habrá: todo está establecido y fijado” También es determinista, lo que supone
que no cree en el libre albedrío: asegura que el hombre está determinado por leyes universales que
lo condicionan mediante la ley de la preservación de la vida. Así, afirma que ser libre es regirse por
la razón frente a la sumisión, por ejemplo, a la religión. acaba afirmando un determinismo (negación
de la libertad humana) riguroso, aunque deja el resquicio de una definición poco alentadora y para-
dójica de libertad: la libertad humana aparece cuando el ser humano acepta que todo está determi-
nado; la libertad no depende de la voluntad sino del entendimiento; el hombre se libera por medio
del conocimiento intelectual. Spinoza B. la Ethica 1675
(2) Sánchez Vázquez A. “Ética”. Ed. Grijalbo. Méjico. 1969.
Bibliografía
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FARIÑA, J.M: “Ética. Un horizonte en quiebre”.Edit. Eudeba. Bs.As.1998.
FARIÑA J.M. “Seminario sobre ética profesional y Derechos Humanos”. UBA. Bs. As Nov. 1990.
306
Fares, Virginia A.
307
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
308
POSICIONES SUBJETIVAS EN LA ASISTENCIA
A VICTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL
Filiación Institucional:
Docente Directora del Área de Psicología Forense
Cátedra de Residencia Clínica “A”
Facultad de Psicología – Universidad Nacional de Rosario
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Fernández, Fernanda Mariel
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
go. Una vez, él me tomó en la pileta y me llevó a la zona más profunda. Yo no sa-
bía nadar, me asusté cuando me mostró que podía ahogarme, me ví totalmente
dependiente de él, y en ese momento comencé a sentir sus manos tocando mi
cuerpo, manoseándome y yo no hice nada… no dije nada… me quedé congela-
da y él, mientras tanto, me seguía toqueteando…”
Siguiendo un poco más este caso, con la escucha clínica y a partir de la ela-
boración de los dichos de la paciente, se pudo abordar el por qué de su silencio.
En el rastreo histórico que llevó unos meses de sesiones sólo se volvía al tema
del abuso sexual cuando la paciente podía hablarlo. Le costó mucho atar los re-
cuerdos ya que los mismos permanecían reprimidos y encubiertos. Hasta que
un día trae a sesión una foto que recuperó de la casa de su madre y relata que
era la época en que iba al club, cuando ella jugaba con su hermanita en el are-
nero, sonriente y feliz… Cuando se le pregunta por su edad dice: “…mi hermana
tenía 2 años y yo… ¿y yo entonces 4?...”. En ese momento comprendió que la
escena traumática había ocurrido cuando sólo tenía 4 años. Luego de reprimir-
la, la desfiguró imaginándose más grande y por ello responsable, guardando si-
lencio al respecto hasta la adultez.
Este es un pacto de silencio debido al fantasma de creer que de alguna ma-
nera el sujeto ha provocado el hecho de violencia sexual o lo ha mantenido al no
reaccionar de la forma esperable. Pero existe una forma esperable? Ese pacto
implicó en este sujeto una pregunta que lo invadió: ¿cómo lo provoqué?, confun-
diendo los roles de victima y de culpable. (9)
Estos roles confusos aparecen en la descripción del recuerdo, que general-
mente está camuflado, encubierto con el fin de darle sentido a lo ocurrido, para
comprenderlo. Hablamos de culpabilidad en tanto la víctima duda haber hecho
o no la elección de estar en esa posición; no porque alguna persona la acuse,
lo que otro puede reforzar con facilidad (llámese victimario, personas cercanas
al sujeto que niegan esta realidad, o un profesional que le pregunte “Pero vos,
¿Qué hiciste al respecto?”). Ello se debe a que existe en este sujeto un interro-
gante acerca de cómo inscribirlo en el aparato psíquico.
El montaje de angustia de la escena traumática que queda sin anclaje se es-
fuerza por tapar el hecho de violencia sexual y mantenerlo en el inconsciente, sin
metabolizarlo, solo ocultándolo. Éste último término introduce la noción de “repre-
sión”, que en estos casos estaría actuando como un mecanismo de defensa falli-
do. Si no se elabora este monto de angustia, se pueden producir síntomas.
El valor de la palabra, junto al trabajo de elaboración, rescata al sujeto de la
312
Fernández, Fernanda Mariel
situación traumática en tanto rompe con el pacto de silencio entre víctima y vic-
timario. “Elaborar” no se refiere a la mera acción de soltar palabras a la manera
de una descarga donde el sujeto, objeto de la violencia sexual hable sin implicar-
se. Hablamos de una elaboración terapéutica.
Si la misma falta, podrán aparecer síntomas bajo diferentes modos: por ejem-
plo en los niños, se pueden producir cambios como baja de rendimiento esco-
lar, retraimiento, síntomas físicos como la enuresis nocturna, pesadillas, falta de
apetito, disminución de las defensas físicas que lo exponen a largas cadenas de
enfermedades y en el adulto los síntomas pueden ser tanto psíquicos como físi-
cos, puede producirse la repetición de la cadena sintomática, o una repetición de
la posición de victima por ejemplo en la elección del objeto de amor.
Escuchemos el siguiente relato: Hugo recuerda que a sus 6 años su papá lo
llevaba al club, todos los sábados él lo iba a ver jugar al fútbol, era una cita que
disfrutaban mucho, salida de padre e hijo. Un día uno de los amigos del padre lo
invita en el medio de un partido a ir al vestuario a buscar golosinas que le había
traído. Él duda pero lo acompaña. Estaban solos, y lo empieza a tocar, lo desvis-
te, lo inmoviliza, lo atormenta con palabras crueles y lo abusa sexualmente. Él llo-
ra sin saber qué hacer, el adulto lo amenaza diciéndole que si dice algo a alguien
lo buscaría y se lo volvería a repetir. Terminada la escena lo devuelve a ver el res-
to del partido. El niño queda muy angustiado y dubitativo. El padre cuando regre-
sa lo ve extraño, triste, pero Hugo no puede hablar. Vuelve a su casa tratando de
sobrellevar el momento, pero al día siguiente empieza con su primera crisis de
asma, la cual lo expone físicamente en relación a su salud física pero a la vez le
ofrece la excusa perfecta para no tener que salir de su casa y lograr quedar al
resguardo de su madre, de ahí en adelante sus crisis se presentarán para evitar
el contacto con el afuera que se le presenta como peligroso u hostil.
Nuestra ética como operadores de la subjetividad radica en dar lugar a una
escucha específica del despliegue de la palabra del sujeto, de una producción
que indique algo de su verdad, de su singularidad histórica, de su realidad psíqui-
ca. Al ser el aparato psíquico atemporal, la fecha cronológica en que emerge esta
realidad que enuncia el hecho traumático no tiene importancia. Lo primordial en
estos casos es dejarlo emerger. Porque, a diferencia de los derechos en el ám-
bito jurídico, no prescribe, sino que se agrava. “Su relato” como realidad psíqui-
ca es de gran importancia, siempre que no lo utilicemos como búsqueda de cer-
tezas y hechos anecdotarios. De lo que se trata es de tomar sus significantes sin
agregar los de quien lo escucha, trabajando a la par del sujeto, sin apresurarlo,
313
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
314
Fernández, Fernanda Mariel
Notas
(1) Volnovich, Jorge. “Abuso sexual en la infancia – El quehacer y la ética”. Grupo Editorial Lumen
Humanitas. Bs. As. 2006.
(2) Tendlarz, S y García, C. “Psicoanálisis y Criminología. ¿A quién mata el asesino?”. Grama Edi-
ciones. Buenos Aires. 2009.
(3) Barbero Fucks, Lucia. “Abuso sexual en la infancia – El quehacer y la ética”. Cap. 1: ABUSO
SEXUAL DE NIÑOS EN LA FAMILIA. Pág. 16. Grupo Editorial Lumen Humanitas. Bs. As. 2006.
(4) Intebi, Irene V.. Abuso sexual infantil. En las mejores familias. Cap: Por dónde empezar, juicios y
prejuicios. Bs. As. Editorial Granica 2008
(5) Barbero Fucks, Lucia. “Abuso sexual en la infancia – El quehacer y la ética”. Cap. 1: ABUSO
SEXUAL DE NIÑOS EN LA FAMILIA. Pág. 25. Grupo Editorial Lumen Humanitas. Bs. As. 2006.
(6) Gerez Ambertín, Marta. “Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico”.
Volumen III. Cap. Crimen del abuso crimen del incesto. Pág. 129. Bs.As. Letra Viva. 2009.
(7) Lacan, J. Seminario “La Transferencia” (1960-1961). Editorial Paidós 2003. El término transfe-
rencia se refiere al lazo vincular del sujeto con el profesional, donde el primero supone un saber al
segundo, con el cual cree que se le prestará oídos. La transferencia proporciona un modo de con-
frontar la historia del sujeto en la inmediatez de la relación presente con el analista, en tanto el suje-
to le transfiere algo.
(8) Lacan, J. “El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica” (1954-1955) Editorial Paidós
2003. De esto nos dice J. Lacan: “…Durante todo el tiempo del análisis, con esta única condición de
que el yo del analista quiera no estar ahí, con esta única condición de que el analista no sea un es-
pejo viviente sino un espejo vacío (…) donde se trata de que el sujeto descubra a qué Otro se diri-
ge su verdad, aunque no sabiéndolo, y que asuma progresivamente la relación de transferencia en
el lugar donde él está, y donde al principio él no sabía que estaba”. (Jaques Lacan. Le moi Dans la
théorie... cit. p. 288.)
(9) Greiser, Irene. “Delito y Trasgresión – Un abordaje Psicoanalítico de la relación del sujeto con
la ley”. Ediciones Grama. Serie Temps. 2008. Le atribuimos a la culpa un sentido inconsciente, tal
y como lo hace S. Freud; la misma se encuentra sustraída del yo y de la conciencia. La culpa es,
por lo tanto, estructural (lo que quiere decir que es de carácter causal: no deriva de una experien-
cia). Como consecuencia de tales características, es desconocida e ineliminable. Si la culpa funcio-
na como causa, entonces la responsabilidad es el efecto. Ello significa que la responsabilidad es la
respuesta del sujeto ante la culpa estructural. La idea que proponemos es pensar a dicha culpa, y
su consecuente sentimiento de responsabilidad, como aquello que empujaría a la víctima a dudar si
la vivencia tortuosa fue o no de su elección. Así, el sujeto violentado, ubicado dentro de tal ambigüe-
315
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
dad, vacilará en relación a quién atribuir la culpa para, fácilmente, ubicarla en sí mismo, asignándo-
le valor de verdad.
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LA ACTUALIZACIÓN DE LOS NOMBRES DE NARCISO
Filiación Institucional:
Psicanalista. Dr. en Fundamentos y Desarrollos Psicoanalíticos (UPCO-Madrid)
Pos-doctor Université (Paris V Paris – CNRS – CERMES3/CESAME). Director de
CLIO – Asociación de Psicoanálisis. (BRASIL). Coordinador de LABIO. Investiga-
dor Pq2 -CNPq- y de ANPEPP - GT Psicopatologia e Psicanálise. Miembro funda-
dor de la Asociación Universitaria de Investigación en Psicopatología Fundamen-
tal. Editor de la Revista Mal-estar e Subjetividade.
317
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cado siempre a renovarse y los nombres que son señalados para designar dichas
mudanzas, muchas veces no correponden a la clasificación que les designan.
318
Figueiredo Carneiro, Henrique
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
320
Figueiredo Carneiro, Henrique
nos, sino como la capacidad dinámica, vista como un “esfuerzo permanente, una
constante conquista de autonomía”. (Kovess-Masféty 2010, p. 21).
321
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
bre el sufrimiento. Los más comunes son: depresión, síndrome de pánico y tras-
tornos bipolares. Una tríada de lo más popular conocida hoy en día y que, en
gran parte de los casos, trátase de diagnósticos desechables.
La circulación de los nombres que pasan a designar el sufrimiento psíquico
del sujeto asumen la condición de mercancías y el sujeto las busca como una
forma de accesar a lo que se distribuye.
Una sociedad que guía las relaciones sociales bajo el signo de Narciso indi-
ca, a la vez, que una autonomía construída por una concepción positiva de sa-
lud mental admite en cada elección una fisura subjetiva.
Así, no es raro que los nombes que circulan en los servicios de atención a la
salud y en las consultas a los psicoanalistas, sean mayoritariamente los desig-
nados como sujetos depresivos, el síndrome de pánico y los trastornos biolares,
tres condiciones que indican, a su vez, la imposibilidad de sostén mítico.
Referencias
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Ehrenberg, A. (2004). Depressão, doença da autonomia? Entrevista de Alain Ehrenberg a Michel
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Figueiredo Carneiro, Henrique
Botbol. Ágora (Rio J.) [online]. 2004, vol.7, n.1, pp. 143-153. ISSN 1516-1498. doi: 10.1590/S1516-
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Lacan, J. (2008). O Seminário, livro 7: A ética da psicanálise. Rio de Janeiro: Jorge Zahar. (original-
mente publicado em 1986).
323
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
324
LA LOCURA QUE MATA
Filiación Institucional:
Estudiantes. Fac. de Psicología. Univ. Nac. de Tucumán
Caso Amín
El 27 de octubre de 2007 Pablo Antonio Amín y María Marta Arias llegaron
desde Santiago del Estero para participar de un seminario de la firma Herbali-
fe, para la cual trabajaba Amín. Sus amigos no notaron nada extraño en él has-
ta que comenzó la conferencia. Luego de disertar, Amín salió del hotel donde se
llevaba a cabo el evento. Desde ese momento, comenzó a protagonizar una se-
rie de extraños episodios en distintos puntos de la ciudad.
En la Catedral, el joven le pidió al vicario que lo bautizara. Luego, bebió agua
bendita y pidió que le saquen fotos. Tras esto, corrió hacia la plaza Independen-
cia, donde encontró a un policía al cual dijo que estaba perdido, desde ahí lo lle-
varon a la base policial y luego al Hospital Padilla. Un médico lo revisó y le reco-
mendó ver un psicólogo, pero le dio el alta. Luego la pareja fue a un bar para pos-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
¿Qué es la locura?
La sociedad comúnmente relaciona y toma como sinónimos los términos lo-
cura y psicosis. El saber popular califica de loco a aquello que se distingue cla-
ramente de la razón, de la sensatez. A un “loco” se cree reconocerlo por signos
claramente visibles, diferenciados de un comportamiento habitual, aceptado. Re-
cibe la etiqueta popular de “chiflado”, “tocado”, “mal de la cabeza”.
En el campo psicoanalítico, es Lacan quien produce la distinción de las nocio-
nes de locura y psicosis, designando conceptos diferentes que incluso pueden
superponerse. Puede haber locura en la psicosis como puede no haberla. (Mu-
ñoz, Pablo D. “El concepto de locura en la obra de J. Lacan”. Fac. de Psicología.
UBA.) Lo mismo podría decirse de la neurosis, quizás también de la perversión.
326
Flores Zárate, Jimena Anahí -bravo, Marisa Del Pilar
327
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El psicólogo Núñez Campero, acotó que existía la posibilidad de que esté si-
mulando una enfermedad mental para que los jueces determinen su inimputabi-
lidad. “Sin embargo, eso no significa que no esté realmente enfermo y que esa
patología esté presente. Un loco puede simular que está loco y, según mi opi-
nión, Amín lo está”.
En relación a la concepción social que se tiene del término locura, podemos
añadir que en el imaginario social se asocia la figura del loco a la de un indivi-
duo peligroso.
Para adentrarnos en esto y mostrar una articulación posible entre locura y
crimen (acotándonos al asesinato), tomaremos a Foucault en su capítulo 12 de
“La vida de los hombres infames”, a partir del cual realizamos una analogía entre
el caso Amín y la noción de Monomanía Homicida creada por la psiquiatría cri-
minal de principios del siglo XIX. Dicha noción es una identidad ficticia. Se trata-
ba de crímenes graves, acompañados a veces de crueldades extrañas, los cua-
les surgían de un grado cero de locura, es decir, surgían sin tener los signos visi-
bles (demencia, furor). Se desarrollaban en la esfera doméstica, eran crímenes
de familia, hogar o vecindad. No eran crímenes contra la sociedad, sino contra la
naturaleza, crimen contra-natura, porque la familia era considerada sagrada. Y
lo más desconcertante es que eran cometidos sin razón, sin motivo, sin interés,
sin pasión. No había inteligibilidad en el crimen.
Se trataba de una locura criminal, cuyo único síntoma era el crimen: un cri-
men que es todo locura, una locura que es todo crimen. Es un crimen que tiene
como razón, autor y “responsable jurídico” algo que en el sujeto está fuera de su
responsabilidad: la locura.
Si bien esta noción es una identidad absolutamente ficticia, constituye un in-
tento de explicación o de respuesta a ciertos interrogantes acerca de lo inenten-
dible del “loco que mata”. Estos crímenes son los que han sido considerados más
importantes y han constituido el núcleo de discusiones entre médicos y juristas,
como lo fue el caso Amín en nuestros días, donde 15 peritos, entre psicólogos y
psiquiatras, se debatieron entre declararlo imputable o inimputable.
El debate social y jurídico se basó en torno a lo que el individuo es. Lo que mo-
vilizó a la sociedad y a los especialistas, más allá del crimen, fue entender si esta-
ba loco o no. Esta noción de loco asociado a la de individuo peligroso está presen-
te desde la Monomanía Homicida hasta nuestros días. Han sido necesarios más
de 100 años para que esa noción sea aceptada por el pensamiento jurídico.
Además con respecto al caso en cuestión surgieron interrogantes acerca de
328
Flores Zárate, Jimena Anahí -bravo, Marisa Del Pilar
si un loco que asesina debe ir a la Cárcel a pagar por la locura que finge tener
o al Hospital Psiquiátrico por la locura que lo habita. Los miembros de la sala
II de la Cámara Penal se abocaron a tratar de dilucidar qué harían con él. Ni el
Hospital Obarrio ni la Cárcel de Villa Urquiza querían o podían encargarse de
este sujeto criminal que mató a su esposa. “No tenemos infraestructura suficien-
te para alojar personas presas o detenidas” dijo la Directora del Obarrio, “No hay
profesionales” dijo el director del Instituto de criminología de Villa Urquiza, don-
de sólo hay 5 psicólogos y una psiquiatra para atender a cerca de 800 internos.
Ese “resto” que la sociedad demanda que sea encerrado no tiene un lugar ni si-
quiera en los dispositivos (cárceles o manicomios) que la misma creó con ese
fin. La pena, dice Foucault, no es tanto un castigo como un mecanismo de de-
fensa de la sociedad.
Conclusión: Interrogantes
A partir de esto se abren nuevos interrogantes: ¿qué pasa con la subjetivi-
dad de este criminal? ¿Qué hacer para que resignifique su acto y no caiga en un
círculo de compulsión a la repetición? ¿Hay un lugar de rehabilitación subjetiva
posible quizás por fuera de estos dispositivos sociales, donde haya lugar para
la palabra, el significante, la metáfora? ¿Cuál es el fin de castigar al loco crimi-
nal: hacer una limpieza, una higiene pública o volver a alojarlo en el Otro social?
¿Cuánto influye el desconocimiento o el prejuicio social de estas nociones? son
interrogantes que se nos plantearon a lo largo de este recorrido y que quedan
abiertas para un posible debate.
Bibliografía
1) Código Penal de la República Argentina, quinta Edición. Art •34. Editorial Errepar S.A.
2)Diario “La Gaceta”, 2 de noviembre de 2007 (www.lagaceta.com.ar).
3) Diario “La Gaceta”, 10 de septiembre de 2009 (www.lagaceta.com.ar).
4) Diario “La Gaceta”, 23 de septiembre de 2009 (www.lagaceta.com.ar).
5) Diario “El liberal”, 25 de septiembre de 2009 (www.elliberal.com.ar).
6) Degano, Jorge A. “El sujeto y la ley y otros temas psicológico forenses”. Ed. Homo Sapiens, Ro-
sario – 1993. Capítulo: El acto y la sanción penal.
7) Foucault, Michelle “La vida de los Hombres Infames”. Capítulo 12 “La evolución de la noción de
individuo peligroso en la psiquiatría legal” - Editorial Altamira - 1993.
8) Manasseri, A. “Acerca de los llamados fundamentos psicológicos de la imputabilidad penal”. Pre-
sentado en el primer congreso rosarino de Psicología realizado del 21 al 23 de mayo de 1992. Ro-
sario (Santa Fe).
329
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
9) Muñoz, Pablo D. “El concepto de locura en la obra de Jacques Lacan”. Facultad de Psicología
U.B.A. Secretaria de investigaciones. Anuario de investigaciones. Volumen XV.
330
CULPABILIDAD JURÍDICA Y
SENTIMIENTO DE CULPA PSICOLÓGICA.
NECESIDAD DE UN ESTUDIO
INTERDISCIPLINARIO INTEGRADOR
Filiación Institucional:
Abogado. Especialista en Derecho de Daños (UCSE). Especialista en Derecho Pe-
nal (UNR). Especialista en la Enseñanza de la Educación Superior (UCC).
Profesor de Derecho Romano-Univ. Católica de Sgo. del Estero (UCSE)
En primer lugar, se lo identifica con una categoría dogmática que parte del
concepto de delito, el cual se trata de un concepto solo dogmático cuyos ele-
mentos lo constituyen la capacidad de culpabilidad, conocimiento de la antijuri-
dicidad y la exigibilidad de una conducta conforme a derecho; o bien, en segun-
do lugar, que constituye el presupuesto de aplicación de la pena, donde la cul-
pabilidad también suele ser comprendida como un elemento de graduación de
la pena, la que es establecida bajo el principio de proporcionalidad entre la cul-
pa y el castigo.
331
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
332
Fumarola, Luis Alejandro
Conclusiones
1. Es necesario y útil un estudio interdisciplinario, entre el Derecho y la Psico-
logía, para la determinación de las causas y efectos de la culpabilidad en la co-
misión de hechos ilícitos o de conductas antisociales.
333
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
334
HEREDERAS Y PRISIONERAS.
FUNCION DE LA MADRE EN EL ABUSO SEXUAL INFANTIL
Gabbi, Ana
Filiación Institucional:
Dirección de Salud Mental de la Pcia. de Santa Fe
El padre abusador que niega sin conmoverse y la madre, para quien gene-
ralmente no hay sorpresa. ¿De dónde vienen estos padres? ¿Eslabón de qué
cadena son? ¿Por qué no ha operado en ellos la Prohibición del Incesto que le-
gisla y estructura? Excepcionalmente puede ocurrir incesto en una familia don-
de el padre no haya sufrido algún tipo de violencia en su infancia, muchas veces
no reconocida, y el propio antecedente de la madre, de haber pasado ella mis-
ma por el abuso sexual de niña, acto del que nada se dijo y por el que nada se
hizo. Y el hijo o la hija se vuelve víctima tanto del abuso como del silencio que
ha prevalecido en la generación de sus padres y que lo exponen al hecho. Es in-
teresante el aporte de una analista francesa, Annette Fréjaville sobre este tema,
donde en un artículo títulado “El incesto… ¿con quién?” donde dice: “Complejos
de Edipo y castración patituertos se desarrollan en cuanto hay incertidumbre en
los niños acerca de la identidad del padre y la madre y que estos últimos no los
definen claramente como su niño”.
335
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Así, esta autora dice esencialmente que para poder amar al padre del otro
sexo, imaginar eliminar al del mismo sexo, y a continuación aceptar las prohibi-
ciones del incesto y del asesinato, es necesario saber de antemano quién es su
padre y su madre, “creer en una relación, en una filiación, cualquiera que fuera”.
Si no se siente pertenecer a un vínculo con cada uno de ellos, la energía psíqui-
ca se agota en la búsqueda de los signos filiativos básicos.
Se nos vuelve muy difícil en el encuentro con familias que incestúan dejar
en suspenso ideologías, no tomar posiciones identificatorias con el niño abusa-
do y no hacer juicios de valores sobre ambos padres. En la literatura sobre este
tema es común referirse a las mujeres como “madres” y a los hombres que abu-
san como “perpetradores” o una denominación más reciente como “ofensores
sexuales”, recortándose que tanto hombres como mujeres y niños tienen vidas,
identidades y biografías totales y que el abuso es una parte de éstas y que su
significado se construye parcialmente en un contexto más amplio y complejo de
historias de vida en curso.
El lugar de las mujeres madres de niños abusados no está menos cargado de
connotaciones. Sobre el tema de la maternidad pende una construcción social,
cargada de atribuciones. Desde que es una función natural asociada a su capa-
cidad biológica de gestación que las conduce invariablemente a cuidar de sus hi-
jos. Se subsume la feminidad bajo esta función en un repliegue desexualizante.
Y sabemos que la maternidad no es una cuestión de respuesta natural, no pro-
blemática e instintiva a las necesidades de protección de los hijos y que el amor
maternal es un sentimiento y como tal esencialmente contingente: puede existir
o no, darse y desaparecer, poner en evidencia su fuerza o su fragilidad. Que no
todas las mujeres protegen a sus hijos, por lo que queda al descubierto que su
función de protección primordial es controversial y problemática.
336
Gabbi, Ana
deseo entre mujer y madre. Aún teniendo en cuenta que la función materna no
tiene por qué absorber la individualidad de la mujer, ¿cómo pararnos ante la mu-
jer madre de una niña abusada? ¿Cómo atribuir resonsabilidades?
Los lugares y las funciones en una familia no están dados de antemano, se
requiere de una operación para construirlos. Culpando o exculpando poco se pue-
de contribuir a subjetivar el montaje de esa cadena humana.
337
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Para cerrar estas consideraciones voy a referirme a cuando sí hay una di-
mensión simbólica a transmitir. En el recorrido genealógico para ubicar puntos
de referencia, me he encontrado con mojones que hacen a la prehistoria de las
ideas psicoanalíticas en la Argentina.
338
Gabbi, Ana
Bibliografía
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V.V.A.A. Trasmisión de la vida psíquica entre generaciones, Buenos Aires, Amorrortu, 2006.
339
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
340
LA NIÑEZ RECUPERADA
Gandur, Antonio
Filiación Institucional:
Docente de la Fac. de Derecho de la Univ. Nac. de Tucumán
Vocal de la Excma. Corte Suprema de Justicia de Tucumán
Estos últimos años nuestro país como todo el continente ha tenido cambios
profundos desde lo político, lo económico y, por supuesto, lo social. Los incesan-
tes movimientos sociales, las crisis que ha atravesado nuestra región y el con-
texto internacional han obligado a tratar con seriedad situaciones que, en el ac-
tual devenir socio económico, surgieron sin eufemismos frente a la sociedad, una
sociedad que negó durante mucho tiempo la gravedad de su problemática. Así,
el crecimiento innegable de casos de niñas, niños adolescentes en conflicto con
la ley penal, aparece como uno de los conflictos emblemáticos en esta “nueva”
situación social en la que esta inmersa nuestro país.
341
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sonalizaba al niño y, por el contrario, propone un sistema que parte del respe-
to de sus derechos en atención a su condición de personas en desarrollo. Esta
visión renovadora provoca cambios en los mecanismos centrales mediante los
cuales se desenvolvió durante décadas la justicia de menores.
Permítanme referirme a dos elementos centrales del modelo de situación irre-
gular, como son la idea de peligrosidad del menor o la llamada aplicación del dere-
cho penal de autor y la idea de tutela a cargo de los agentes del poder judicial.
342
Gandur, Antonio
343
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Una mirada razonable sobre las disposiciones de las leyes 22.278 y 22.803
solamente puede sostener que sus artículos 1°, 2° y 3° se encuentran tácitamen-
te derogados no sólo por la 26.061, sino también por el avance del bloque de pro-
tección a la niñez de rango constitucional. En este sentido, se ha pronunciado tan-
to la doctrina como la jurisprudencia indicando que: "En tanto el Patronato de Es-
tado tuvo su partida de defunción con la sanción de la ley 26.061, no existe más
disposición tutelar en el Régimen Penal de la Minoridad, pero aun cuando algún
apasionado seguidor de la ‘situación irregular’ pretenda adjudicar ‘vida propia’ a
la tutela de la 22.278, debe decirse que ésa colisiona abiertamente -en primer lu-
gar- con la ley 26.061, por cuanto ella suprime la potestad judicial de aplicar me-
didas propias de la política social usando perversamente la coerción del derecho
penal y prohíbe también el empleo de la privación de la libertad como medida de
protección de derechos. Pero además, ante este nuevo contexto normativo, las
leyes 22.278 y 22.803 resultan violatorias del principio de inocencia, del princi-
pio de legalidad, del principio de derecho penal de acto y del principio de culpa-
bilidad, los que se encuentran reconocidos en las garantías constitucionales es-
tablecidas en los arts. 18, 19 CN" (2).
344
Gandur, Antonio
345
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
346
Gandur, Antonio
Nos permitimos agregar también la suspensión del juicio a prueba, juicio abre-
viado, la conciliación y la mediación.
Todos estos institutos deben ser encuadrados dentro de un concepto de justi-
cia restaurativa, es decir, la que busca la solución de conflictos antes que la puni-
ción. Así, el artículo 40.3 b) de la Convención sobre los Derechos del Niño impul-
sa, “Siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas para tratar
a esos niños sin recurrir a procedimientos judiciales, en el entendimiento de que
se respetarán plenamente los derechos humanos y las garantías legales”.
Pero también desde una visión más amplia los operadores de la justicia de-
berán realizar un control de constitucionalidad sobre todas las actuaciones admi-
nistrativas que signifiquen una conculcación a los derechos de los niños y adoles-
centes, no sólo si se afecta su libertad sino también su dignidad, integridad per-
sonal, intimidad familiar, identidad, salud o educación.
347
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
348
Gandur, Antonio
Finalmente, considero que en esta como en toda actividad que se trabaje con
menores resulta indispensable llevar los registros estadísticos y análisis detallados
de los casos que vayan surgiendo a medida que el sistema se desarrolla.
Como se podrá observar, resulta indispensable que el agente de probation
debe tener el perfil de un profesional o experto capacitado adecuadamente, no
un agente de vigilancia o funcionario policial que resultaría coercitiva, estigmati-
zante a fin de evitar etiquetamientos que impidan el éxito de la probation en cuan-
to a la rehabilitación futura y permanente del sujeto beneficiado con este instituto
por ello, este funcionario se encuentra más cerca de la figura del trabajador so-
cial que el de vigilancia.
Se puede observar que el artículo 426 del Código Procesal Penal de Tucu-
mán a la que se hace referencia para la implementación de la privación de liber-
tad se encuentra en el capítulo del Proceso de Menores el cual fue concebido
y diseñado dentro de la lógica del sistema de patronato y situación irregular. De
este modo, la inclusión en el universo jurídico de una normativa como la citada
implica una serie de ajustes legales y administrativos que permitan que el siste-
ma pueda funcionar con coherencia.
Igualmente, el texto normativo provincial al fijar el tiempo de privación de li-
bertad omite hacer referencia a un término preciso, situación que provoca una in-
determinación que nos retrotrae al sistema anterior.
349
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por ello, considero que un paso adelante en este sistema sería establecer
efectivamente por reglamentación cuál es el plazo mínimo que fija la norma para
evitar retornar a situaciones de indeterminación que tanto tiempo han padecido
por menores. Tal es el caso, del decreto 415 / 2006, el cual al reglamentar el ar-
tículo 39 de la ley 26.061 indicó: “El plazo que se refiere el art. 39 que se regla-
menta en ningún caso podrá exceder los noventa (90) días de duración y debe-
rá quedar claramente consignado al adoptarse la medida excepcional”. Y en los
supuestos que se resolviese prorrogarlo deberán fijarse un nuevo plazo de dura-
ción mediante acto fundado.
350
Gandur, Antonio
Los años venideros serán un tiempo desafiante en que el frío texto de la ley
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
debe golpearse con la realidad que la moldea y la perfecciona, un tiempo los hom-
bres y mujeres con su hacer cotidiano van ajustando los derechos, las garantías y
las promesas; es, en estos momentos, donde la sociedad debe hacerse respon-
sable exigiendo a los órganos políticos como quiere que el Estado, que todos no-
sotros tratemos a las niñas, niños y adolescentes en conflicto con la ley penal.
Notas
(1) CSJN, causa “Gramajo, Marcelo E.”, de fecha 05/09/2006; La Ley Sup. Penal 2006 (septiem-
bre), 65 - DJ 25/10/2006, 547.
(2) Juzgado Penal Menores de Tunuyán, 18 de diciembre 2006, causa “M.,G. A. R.”; LexisNexis
n° 35010070
(3) CRIVELLI, Ezequiel, “¿Es posible desarmar el modelo tutelar?”, comentario al fallo del Juzgado
de Menores de Tunuyán, pag. 13.
(4) Conceptos de la Licenciada en Psicología Eva Giberti. Entrevista diario “La Gaceta”, edición do-
minical del 10 de octubre de 2010, pag. 17.
(5) Proyecto: “Promoviendo la vigencia de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en las
provincias de Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba y Buenos Aires: Fortalecimiento de los
Sistemas de Protección Integral de los Derechos del Niño” FUNDACION SAVE THE CHILDREN. A
nivel nacional participan la Fundación Emanuel, ANDHES (Abogados y abogadas del Noreste Ar-
gentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales), Asociación Civil Prade y Servicio Habitacional
y de Acción Social (SEHAS).
352
“ACTUAR, ES ARRANCAR A LA ANGUSTIA SU CERTEZA”
(Lacan. 1962-63: 91)
Ganem, Emiliana
Filiación Institucional:
Maestría en Psicoanálisis, Facultad de Psicología, Universidad del Aconcagua,
Mendoza, Argentina.
353
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
todo espejo tiene límites. El espejo le permite al sujeto ver un punto en el espacio
que no le es perceptible directamente, pero no le permite verse a sí mismo, hay
un límite. Afirma que: “…la primera cosa a plantear concerniente a esta estructu-
ra de la angustia, es algo que ustedes olvidan siempre en las observaciones en
las que ella se revela, fascinados por el contenido del espejo, ustedes olvidan sus
límites, y que la angustia está enmarcada” (Lacan. 1962-63: 87).
Articula esto con el fantasma utilizando la metáfora de un cuadro que se si-
túa en el marco de una ventana. No importa lo que está pintado sobre la tela, se
trata de no ver lo que se ve por la ventana. Así, la función de enmarcar es fun-
damental para la constitución de la escena fantasmática. Ésta se pinta en la tela
para ocultar la visión que ofrece la ventana. Así, el mundo para cada sujeto está
determinado por la estructura de su fantasma.
Para explicar la función del fantasma, Lacan se apoya en el conocido cuadro
de Magritte “La condición humana”. El cuadro en el cuadro, que el autor represen-
ta en el marco de una ventana funciona como trompe-l’oeil, es decir que introduce
una perspectiva, una captura que pertenece al orden de la ilusión y lo imaginario.
El objeto “a”, al no tener imagen especular, no aparece en el cuadro.
El trompe-l’oeil es un “engaña-ojo”, algo que tiene una apariencia engañosa.
En Francia, en la ciudad de Lyon, existen ciertos edificios llamados trompe-l’oeil.
Su particularidad reside en que su fachada está pintada de manera tal que des-
de una determinada distancia y ubicación se ve una ilusión, una escena en tres
dimensiones, que oculta lo que realmente está allí.
Cuando esto último se hace presente, el sujeto es presa del fenómeno de lo
unheimlich. La estructura de la angustia es inseparable de este fenómeno. Lacan
acentúa que lo unheimlich “se presenta a través de ventanitas, es enmarcado
como se sitúa para nosotros el campo de la angustia. […] Súbitamente, de gol-
pe, siempre encontrarán ustedes este término en el momento de entrada del fe-
nómeno de lo unheimlich. La escena que se plantea en su dimensión propia […]
es eso que en el mundo no puede decirse…” (Lacan. 1962-63: 88-89). Se trata
en la angustia de un objeto de otro orden.
Es posible pensar entonces que existe una doble vertiente del fantasma, ya
que oculta y revela el deseo del Otro. Por un lado, la función de pantalla del fan-
tasma encubre el deseo del Otro, pero sin ella el sujeto no puede tener ninguna
idea acerca de ese deseo. El fantasma “es un paso obligado para llegar al deseo
del Otro” (Rabinovich. 2000: 110).
Detrás de la pantalla del fantasma ¿qué hay? “La hendidura del deseo del
354
Ganem, Emiliana
Queda así esbozado un primer cuadro que deja lugares en blanco en torno al
casillero ocupado por la angustia. Para introducir lo que ubicará en estos casille-
ros vacíos, Lacan afirma que “toda actividad humana se despliega en la certeza,
es más, engendra certeza, o de una manera general, la referencia de la certeza
es esencialmente la acción”. Esto le permite introducir la relación esencial de la
angustia a la acción, ya que “…es quizás justamente de la angustia de donde la
acción toma prestada su certeza. Actuar es arrancarle a la angustia su certeza.
Actuar es operar una transferencia de angustia” (Lacan. 1962-63: 91). Introdu-
355
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
356
Ganem, Emiliana
Referencias bibliográficas:
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Rabinovich, Diana. Una clínica de la pulsión: las impulsiones. Buenos Aires, Manantial, 1989.
Rabinovich, Diana. La angustia y el deseo del Otro. Buenos Aires, Manantial, 2000.
357
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
358
CUANDO LA SUBJETIVIDAD NO RECONOCE DEUDAS…
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Resumen: En su libro “Entre deudas y culpas: sacrificios” la Dra. Gerez nos dice:
“Reconocer el don- contraer una deuda simbólica- implica tanto poder transitar
con el peso de la propia castración como afrontar la falta del padre y soportar que,
pese a su inconsistencia, puede transmitir los dones”.
¿De qué modo se posibilita, en estos tiempos “posmodernos”, la circulación del Su-
jeto por su condición de deudor? ¿Qué deuda reconocer si desde las leyes del mer-
cado todo es posible? ¿A qué costo la subjetividad no reconoce sus deudas?
Este trabajo intenta plantear la diferencia entre los éxitos encadenados a la his-
toria de un Sujeto, anudados a la culpa, é inscriptos en filiación y genealogía, (Su-
jeto que se reconoce deudor); de aquellos éxitos que llamaré “capitalistas”, que tie-
nen que ver con la mera “obtención de bienes materiales” a cualquier costo para
la subjetividad.
¿Cuáles son las consecuencias y el saldo para el Sujeto y para la sociedad, una po-
sición y otra? ¿Los éxitos “capitalistas”, producen en el Sujeto, el “demasiado bue-
no para ser cierto” de Freud en la Acrópolis, con el consecuente sentimiento de cul-
pabilidad que ello trae aparejado? Ahora bien ¿Qué responsabilidad le cabe al Su-
jeto en la forma en la que responde a la falta en el Otro, y cuál le cabe al analis-
ta en la forma en la que concibe el psicoanálisis y sus conceptos fundamentales a
la hora de la clínica?
Palabras Claves: Sujeto- Deuda- Culpa- Responsabilidad- Subjetividad- Duelo-
Ingratitud- Sacrificio
En su libro “Entre deudas y culpas: sacrificios” la Dra. Gerez nos dice: “Re-
conocer el don- contraer una deuda simbólica- implica tanto poder transitar con
el peso de la propia castración como afrontar la falta del padre y soportar que,
pese a su inconsistencia, puede transmitir los dones”. (1)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
¿De qué modo se posibilita, en estos tiempos “posmodernos”, desde el Otro So-
cial, la circulación del Sujeto por su condición de deudor? ¿De qué se trata esto?
¿Es tan “fácil”, “simple” y “rápido”? ¿Los tiempos de la subjetividad son los tiem-
pos del mercado? ¿Qué deuda reconocer si desde las leyes del mercado todo
es posible? ¿Todo es posible? ¿A qué costo? ¿Cuáles son las consecuencias
para el Sujeto que no reconoce filiación y genealogía? ¿A qué costo la subjetivi-
dad no reconoce sus deudas?
¿No son innumerables los ejemplos que dan cuenta, en la vida cotidiana, en
los consultorios, ó que muestra la TV, que tienen esas características, en donde
la subjetividad no reconoce sus deudas?
Ahora bien: ¿Cuáles son las consecuencias y el saldo para el Sujeto y para
la sociedad, una posición y otra?
La gran oferta de costosísimos viajes a jovencitas quinceañeras, despoja-
dos de historia, de ritos ¿llevan consigo para el Sujeto el “demasiado bueno para
ser cierto” de Freud en la Acrópolis, con el consecuente sentimiento de culpa-
bilidad que ello le trajo aparejado a Freud, ó la “sorpresa freudiana” desapare-
ce ante el mandato de conocer determinados lugares (no lugares) (2) ofrecidos
por el mercado y despojados por lo tanto de una historia, de un rito, como dije
anteriormente?
La Dra. Gerez trabaja este texto tan rico de Freud para dar cuenta del due-
lo por el Padre Ideal. Cabe destacar que lo que me interesa tomar de ello para
pensar lo que llamo “éxitos capitalistas” es lo relativo a la posición del Sujeto en
relación al reconocimiento ó no de sus Deudas (Culpa Simbólica).
360
García Bercellini, María Albana
361
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
adquiere el “Todo es posible” (en donde enmarco los “éxitos capitalistas”) que
tienen como consecuencia el ofrecimiento del cuerpo como sacrificio y la ingrati-
tud como saldo, y de qué modo afectan y condicionan el lazo social. Daré cuen-
ta de los mismos como fenómeno social consecuencia de la no instauración de
legalidades.
¿No son innumerables los ejemplos que podríamos citar que dan cuenta de
ello? ¿Qué deuda reconocer si “todo es posible”? ¿No es esto lo que fomentan la
gran variedad de tratamientos que promueven eficiencia y eficacia, tiempos cor-
tos y resultados rápidos? ¿Dónde situamos la “eficiencia y eficacia” si no es abo-
nando la omnipotencia, desde el “todo es posible” a cualquier costo para la sub-
jetividad, intentando transmitir de diversos modos que, como dice una “pegadiza
362
García Bercellini, María Albana
canción”: “Soy feliz, soy feliz, vamos que la vida es una fiesta…” ¿Y los duelos?
¿Y las tristezas? ¿Y las pausas? ¿Y los tiempos del Inconciente? Desde este es-
cenario, no sorprenderá que el psicoanálisis sea constantemente profanado por
el discurso tecnicista que no deja de alegar su “presunta ineficacia”.
La Dra. Gerez nos advierte por un lado, que: “dicha, éxito, felicidad y gratitud
significan no cesión del deseo”… y que “Ir más allá del padre implicará, en el éxi-
to: desamparo, desculpabilización, instauración de un acto responsable… grati-
tud y duelo (11). ¿Qué significa esto?
Si la Dra. Gerez, de quien tomo y coincido en lo siguiente, refiere al éxito como:
“acto de un amor hereje, de sostenimiento del deseo y de la despiadada insolencia
de afrontar la inconsistencia del Otro y su falta de garantías”. Y remarca: “Sende-
ro arduo de transitar para toda la subjetividad” (La itálica es mía) (12).
¿Podemos pensar que es esto tan “fácil”, “simple” y “rápido” como el ritmo
del mercado? ¿Qué los tiempos de la subjetividad son los tiempos del mercado?
¿Podemos pensar que algunos casos de sujetos “exitosos” que nos muestra la
TV ó que nos encontramos en la vida cotidiana ó en los consultorios, tienen estas
características? Los éxitos llamados en este trabajo “éxitos capitalistas” ¿impli-
can un más allá del padre, un más allá del destino? ¿Llevan consigo el saldo de
la gratitud y de actos responsables? ó ¿dan cuenta de posiciones totalitarias en
donde “todo es posible”? ¿No es éste el germen de la ingratitud, ya que el “todo
es posible” borra precisamente la condición de Sujeto, rompe el lazo que une al
Sujeto a la Ley, a filiación y genealogía? Desde el “todo es posible”, desde la pri-
macía de las leyes del mercado sobre la condición humana (de Sujeto), desde la
fascinación del sacrificio, desde la ruptura del lazo que une al Sujeto al Otro, a la
Ley; desde la culpa muda, el Sujeto pierde su condición de tal, ofreciendo por lo
tanto el cuerpo en sacrificio.
363
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
¿De qué dan cuenta los “éxitos capitalistas”? Si siguiendo a la Dra. Gerez
planteamos a los sacrificios como una de las consecuencias de las paradojas de
los Nombres –del-Padre ¿No son acaso también, los “éxitos capitalistas” conse-
cuencia de ello; efectos de la inscripción de la Ley, pero de los fracasos de ésta;
producto de las fallas de la Ley del Padre, pero aún así, ligados a ella? ¿Cuál es
la ligazón allí del Sujeto con la Ley? ¿No son apuestas desde el suplicio sacrifi-
cial? Esos éxitos que parecen “ajenos” al Sujeto, “externos” a él ¿no son sin em-
bargo referidos a él, de él?
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García Bercellini, María Albana
tencia, desde el todo es posible y “soy feliz” a cualquier costo para la subjetivi-
dad? ¿Qué quiere decir eso sino que de lo que se trata la clínica psicoanalítica
es de abordar cómo está implicado un S en su discurso; cómo está encadenado
a su historia, a filiación y genealogía; y por lo tanto que reconoce sus deudas y
se responsabiliza de sus deseos y de sus goces?
El sacrificio, en psicoanálisis, remite tanto a lo simbólico como a aquello que
queda fuera de él: lo real (objeto a para Lacan) (lo purificado y lo maldito); por lo
tanto, “la apuesta al suplicio sacrificial – tentación hacia la caída inercial en pos del
goce- anida en la estructura misma de la subjetividad” (la itálica es mía) (14).
Dice Roudinesco: “Algún día habrá que avenirse a la idea de que el goce del
mal, aunque propiamente humano, resulta de una historia subjetiva, psíquica, so-
cial. Y sólo el acceso a la civilización, a la Ley ó al progreso permite, tal como lo
afirmó Freud, corregir esa parte de nosotros mismos que escapa a toda domes-
ticación” (la itálica es mía) (15). “Tal como lo subrayaba Freud: ”la existencia de
la Ley, y por lo tanto de la sanción es, en mayor medida que el condicionamien-
to (yo agregaría, que las “terapias del Yo”), esencial para el control de las pulsio-
nes llamadas equivocadamente “incontrolables” (16).
El “goce del mal”, por ser estructural y propiamente humano, es siempre ten-
tador; siempre está al asedio. ¿Nos suena el “Tropecé de nuevo y con la mis-
ma piedra?
Pero, como dice Lacan, “De nuestra posición de Sujetos, somos siempre res-
ponsables” (17).
Notas
1. Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva Pág. 211
2. Concepto tomado de Augé, M. quien define este término en contraposición al término lugar, carac-
terizado este último como aquellos espacios que fijan puntos de referencia, que nos remiten a algo,
que tienen una historia, tradiciones, en el que nos relacionamos con los otros. Siendo los “no lugares”
espacios de anonimato donde los intercambios son de “oficio mudo”; sin historia, sin tradiciones.
3. Elmiger, M .Elena: El Sujeto efecto de la ley. Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurí-
dico y psicoanalítico Vol. I (1999) Facultad de psicología. UNT Pág. 68
4. Elmiger, M .Elena: El Sujeto efecto de la ley. Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurí-
dico y psicoanalítico Vol. I (1999) Facultad de psicología. UNT Pág. 71
5. Elmiger, M .Elena: El Sujeto efecto de la ley. Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurí-
dico y psicoanalítico Vol. I (1999) Facultad de psicología. UNT Pág. 72
6. Elmiger, M .Elena: El Sujeto efecto de la ley. Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurí-
dico y psicoanalítico Vol. I (1999) Facultad de psicología. UNT Pág. 72
365
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
7. Legendre, Pierre. (2008) La Fábrica del hombre occidental. 1ª ed. Bs As- Madrid Amorrortu edi-
tores Pág. 27
8. Legendre, Pierre. (2008) La Fábrica del hombre occidental. 1ª ed. Bs As- Madrid Amorrortu edi-
tores Pág. 15
9. Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva. Pág. 211/12
10. Legendre, Pierre. (1994) Lecciones VIII. Siglo XXI Ed. Pág.30
11. Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva Pág. 213
12. Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva Pág. 126
13. Lacan, J.: (2010) Sem. XI Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Pág. 61 (Se-
sión del 12/2/64)
14. Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva Pág. 92
15. Roudinesco, Elisabeth (2009) Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Ed. Anagra-
ma. Pág. 216
16. Roudinesco, Elisabeth (2009) Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Ed. Anagra-
ma. Pág. 228
17. Lacan, J.: La ciencia y la verdad, Escritos II, Siglo XXI, España 1980
Bibliografía
-Gerez Ambertín M. (2008) Entre deudas y culpas: Sacrificios. Letra Viva
-Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico Vol. I (1999) Facultad de
psicología. UNT
-Freud, S. (1936) Un trastorno de la memoria en la Acrópolis (carta abierta a Romain Rolland en oca-
sión de su septuagésimo aniversario) Tomo 3 Biblioteca Nueva Obras Completas
-Legendre, Pierre. (2008) La Fábrica del hombre occidental. Seguido de El hombre homicida. 1ª ed.
Bs As- Madrid Amorrortu editores
-Arendt, Hannah (2010) La condición humana. Bs As Paidós Estado y Sociedad 14
-Roudinesco, Elisabeth (2009) Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Ed. Anagrama
366
ESPECIFICIDADES DE LA TRANSFERENCIA
EN LA CLÍNICA CON NIÑOS
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
para ella? ¿cuál es la demanda y el sufrimiento del propio niño? ¿Coincide con el
de su madre? ¿qué lugar tiene ella en el tratamiento de su hijo? ¿qué lugar ocu-
po yo, como analista, para el niño y para su madre?
Partimos de una realidad: en la clínica con niños, no son ellos los que llegan
solitos a tocar la puerta del consultorio del analista para hablar de su sufrimiento,
sino que son, en el mejor de los casos, sus padres o quienes cumplen sus fun-
ciones, quienes acuden a consulta con una demanda en relación al síntoma del
niño, a partir de la preocupación, molestia, bronca, incertidumbre, etc., que pro-
duce dicho síntoma en ellos.
Por otro lado, también sucede muy a menudo que quien presenta en princi-
pio una demanda no son las mismas personas que traen al niño a consulta, sino
que son otros que forman parte de su mundo: maestros (e institución educativa
en general), médicos, fonoaudiólogos, pedagogos, parientes, etc. En este caso,
es posible que los padres aún no estén causados en relación al síntoma de su
hijo, sino que llegan con la urgencia de solucionar un problema para responder
a esa demanda, que es de “otros”.
Entretanto, ¿dónde quedó el niño? Resulta fundamental no adelantarse, es-
perando la instalación de la transferencia para comenzar a operar en análisis, y
así evitar cristalizar ese lugar donde quedó puesto el niño entre tantas deman-
das y urgencias (de soluciones mágicas, de informes psicodiagnósticos, de cu-
ras instantáneas). En principio, más que responder a éstas, resulta fundamental
suscitar interrogantes. Pueden así comenzar a advertirse síntomas nuevos, no
porque no hayan estado antes, sino porque aparece una pregunta que implica a
esos otros, en el lugar donde antes sólo había búsqueda de respuestas y signi-
ficantes que nombran al niño y su síntoma.
Entonces ¿cómo trabajar sobre estas demandas si quienes las sostienen que-
dan excluidos del tratamiento? ¿Por qué la necesidad de instalar interrogantes en
torno a dichas demandas? En principio porque es un importante indicador del lu-
gar en el que es colocado el niño para el Otro, ya sea de la vertiente del deseo o
del goce. En el caso de la viñeta presentada, el síntoma “enuresis” no fue traído
por su madre, sino por el niño, que pudo registrar al mismo como su propia pre-
ocupación, así como las pesadillas que sufría por las noches. En este caso, re-
cién luego de un tiempo de trabajo con su madre, que su hijo se haga pis de no-
che y tenga pesadillas comenzó a hacer ruido, a abrir interrogantes que la impli-
caban en su función y en el lugar que desde ésta se hacía o no al Nombre del Pa-
368
García Posse, María De Lourdes
dre. No se habló de lo que trajo el niño, ella trajo sola este “nuevo” síntoma. Las
hipótesis que se manejaron en este caso en torno a los avatares del Deseo de la
Madre y de los Nombres del Padre, hacían imprescindible mantener un espacio
con esa madre, para trabajar con ella el lugar que ocupaba su hijo en su deseo,
o goce. Vale la aclaración: más allá de que la clínica con niños requiera trabajar
con los padres, o quienes cumplen sus funciones, las intervenciones se dirigen
hacia estas últimas, no hacia las personas reales. Entonces ¿cómo intervenir en
relación a funciones cuando estamos trabajando con esas personas concretas?
La respuesta inevitable, es desde la Transferencia.
369
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
370
García Posse, María De Lourdes
371
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
es permitido capturar algo de las aperturas del inconsciente, y el medio para ha-
cerlo va a ser la interpretación, porque ésta es el discurso del Otro que desde el
analista habla al sujeto niño.
Así, seguimos a Lacan en cuanto a que la interpretación irá en la búsqueda
del deseo inconsciente. Es fundamental en la clínica con niños que haya encuen-
tro (tyché), lo que ya supone un desencuentro.
Concluyendo la clase 10 del seminario que estamos trabajando, Lacan refiere
que lo que radicalmente va a causar el cierre que encontramos en transferencia,
es el objeto a. En la clínica con niños, vemos que cada sesión es un encuentro
con el objeto a, lo que alude al deseo del analista, que causa. Por esto operará
recubriendo ese objeto a desde el orden simbólico. Y ¿qué es esto sino la posi-
bilidad de sustituciones a que da lugar la operación de la metáfora paterna?
372
García Posse, María De Lourdes
tos mirada y voz son objetos causa de deseo, porque el analista como otro ba-
rrado mira y habla desde un lugar simbólico. El trabajo del analista implica poder
pensar desde dónde ese niño es mirado. Existe una esquicia entre mirada y vi-
sión; por lo que el analista debe poder cegar la visión para poder hacer lugar al
objeto mirada, la cual tendría que poder encarnar un lugar de castración. “Sólo
a partir de la función de lo real en la repetición podremos llegar a discernir esta
ambigüedad de la realidad que está en juego en la transferencia” (1) (las cursi-
vas son mías).
Notas
(1) Lacan, Jaques: “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, El seminario, Libro 11”,
Paidós, Bs. As, 1964.
Bibliografía
• Freud, Sigmund: “Conferencias de introducción al psicoanálisis: La transferencia” y La fijación in-
consciente al trauma”, Editorial Amorrortu, Tomo XVI. Buenos Aires,1980.
• ---------- “Construcciones en análisis”, AE, Tomo XXIII
• Gerez Ambertin, Marta: “Avatares del Padre”. En revista Actualidad Psicológica. Diciembre 2006.
• Hartmann, Alicia: “En busca del niño en la estructura. Estudio psicoanalítico de la infancia y su pa-
tología”. Capítulos 5, 6, 7. Edición ampliada. Letra Viva, Buenos Aires, 2009.
• ---------- Dios, Miriam: “Entre-dos-textos”. En la sección En busca de la clínica “hoy”.
373
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
374
LA MÁSCARA:
PUESTA EN MARCHA DE ACTOS DELICTIVOS
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Docente de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán.
Introducción
Melman expresa: “A la demanda que no está viene a sustituirse la exposi-
ción de goce” (Melman, 2005: 67). Esto refleja lo que puede suceder cuando un
sujeto llega a análisis sin una demanda o un pedido expreso para realizar. Sue-
le ocurrir con más frecuencia cuando se trata de jóvenes llevados por sus pa-
dres, es decir, que la demanda no pasa por ellos mismos, sino que son los pro-
pios padres los que apelan al saber psicoanalítico para intentar encontrar algu-
na respuesta o solución.
375
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
intervenir cuando un acto delictivo en lugar de prohibir o hacer algún borde, im-
pulsa a trasponer los límites de lo permitido?
Por otra parte, se hace necesario remarcar que el diagnóstico diferencial
sólo es posible vía la instalación de la transferencia, por tanto, esta indagación
se asentará únicamente en hipótesis diagnóstica, ya que el presente relato se
basa en entrevistas preliminares.
Desarrollo
Entrevista con la madre
376
García Sir, Carina Beatriz
Con respecto a este dinero, Ana lo divide en dos, ella se queda con la mitad
y la otra se la da a Manuel para “sus” gastos.
Es aquí cuando desliza una verdad: “no sé cómo hace, pero le alcanza para
comprarse de todo”. Ese “todo” implica zapatillas, ropas costosas, celulares, sa-
lidas, etc.
La madre volvió a formar pareja y tiene dos hijos más, de 7 y 10 años. En
la casa viven, el marido (al que se llamará Raúl) que es policía, Ana, los dos hi-
jos y Manuel.
De la relación entre Raúl y Manuel, dice que es buena, que él lo aceptó como
hijo, a pesar de notar que en algunas situaciones él hace diferencias entre sus
“hijos biológicos” y Manuel.
Raúl podía ponerle límites cuando Manuel era chico, pero ahora, tiene un com-
portamiento desafiante hacia él, lo enfrenta cada vez que éste intenta ponerle al-
guna regla o norma de convivencia. Los problemas en la casa aumentaron por la
“rebeldía” de Manuel, a pesar de ello, menciona que Raúl la ayuda a costear los
gastos sobre todo en colegio, que es uno de los más caros en la provincia.
La apariencia física de esta madre, es el de una “ama de casa desalineada”,
es joven, pero usa el cabello despeinado, sin maquillaje y la ropa que viste es
como la que se usa para entrecasa. Se menciona este dato, porque no condice
con la apariencia de Manuel.
De todo lo relatado por la madre, en cuanto a los datos familiares, al episo-
dio del robo, al gasto de dinero, son los únicos aportados, ya que Manuel en nin-
gún momento hará referencia a ello.
Hasta aquí, se podría decir, que la demanda que deja explicita Ana, es que
Manuel es “rebelde” y necesita por el bien de ella y su familia que esto se apaci-
güe. Sin embargo, deja entrever algo del orden del robo y del desafío a la auto-
ridad que circulan por los bordes de la ley.
377
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Habla poco, y al preguntar por qué viene, responde “porque lo mandan”. Que
a él no le pasa nada y no sabe por qué está aquí. Que no necesita ir a un psicó-
logo, como supone su madre.
Pregunto por qué crees que te “mandan”. Contesta “supongo por qué la hago
renegar” - ¿Renegar en qué? – “Porque dejo la pieza desordenada, peleo con
mis hermanos, etc”.
Hasta el momento esto queda coagulado, respondiendo siempre, “no me
pasa nada”.
Apelo a otras vías, un poco más alejada de su novela familiar, y pregunto por
los amigos y compañeros.
Dice formar parte de una banda, los SCARY, es él uno de los precursores.
Relata que SCARY lo sacó de unas sátiras de películas de terror, como por
ejemplo, el juego del miedo, la llamada, el grito, psicosis, etc. Y es producida en
cine como parte del humor negro; el personaje principal lleva una máscara blan-
ca similar a “El Grito” de Munch, es decir, la cara es alargada que solo deja en-
trever la mirada. Él dice sentirse representado por ese personaje, ya que la pe-
lícula gira en torno a él, y además es el único que se mantiene en toda la saga.
Es así, que bautiza a su banda como los SCARY.
El discurso de Manuel tiene algo particular, es sereno, tranquilo y no parece
dudar de lo que quiere contar, donde la línea que separa lo público, lo privado y
lo íntimo se encuentra desdibujada.
b) Los Scary
Son 180 integrantes y asegura que todos ellos son sus amigos. La banda rea-
liza hechos violentos en fiestas privadas y en semanas de los colegios.
Cuenta, que hace poco, un periodista sacó una nota hablando sobre las gru-
pos que forman los jóvenes, él orgulloso dice “somos famosos”, pero “¿Qué sabe
ese Gil? (refiriendo al periodista) nosotros entramos a un foro y nos “bardeamos”
con otras bandas, establecemos un lugar, vamos todos ahí y se arma lío. Este
Gil parece que entró al foro y sacó datos de ahí, y no pudimos juntarnos por cul-
pa de él, porque estaba la policía en el lugar”.
378
García Sir, Carina Beatriz
Como “pacto” entre las bandas, los del centro no pueden invadir el territorio
de los Scary, y los Scary no pueden invadir el territorio de los del centro, porque
si alguno se atreve a ir, asevera: “sale muerto”.
Ante la pregunta, responde que su familia no sabe que forma parte de esta
banda. Que Raúl (el esposo de la madre) durante un almuerzo, hizo un comen-
tario del artículo del periodista, y además agregó que la policía estaba llevando a
cabo una investigación para ubicar a los integrantes de las bandas y realizar al-
gún tipo de medida preventiva con los padres de esos jóvenes.
Manuel dice “¿qué sabe ese Gil? no sabe nada”. Y agrega: “jamás nos po-
drán encontrar porque los nombres que usamos, no son verdaderos”.
A modo de intervención digo que igualmente pueden rastrear las computa-
doras desde donde se producen los contactos, y responde “sí, por eso vamos
a un cyber”.
La amenaza de Raúl, no hace eco en Manuel, ya que lo ubica, al igual que al
periodista, como un GIL, que no sabe nada y no produce borde alguno.
Vale decir, que la amenaza de una posible sanción no es ni siquiera escucha-
da por Manuel, por el contrario, aparentemente la utilización de la máscara y la
complicidad de la banda lo habilitan para la comisión de actos delictivos.
379
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sas. Termina la sesión, no abona porque según expresa su madre no tenía pla-
ta, que dejaba la mitad y la otra parte la completaría la semana siguiente. Dudo
sobre esto.
Se ponen en juego dos cuestiones, por un lado, el discurso de Manuel deja-
ba al desnudo la impunidad de sus actos, por otro, la ley que posibilita el pacto
de alianzas e intercambios parecía no tocarlo, al contrario, había algo que lejos
de inhibirlo o frenarlo, lo impulsaba a hacer cosas.
Los interrogantes a esta altura giran entorno al diagnóstico diferencial ¿se
trata de una neurosis, que intenta encontrar algún borde al imperativo superyoi-
co, apelando a estos actos locos, para que el Otro se constituya desde la lega-
lidad? ¿Se trata de una psicosis, pegada al comportamiento del semejante? O
bien, ¿Se trata de una perversión, que intenta mostrar lo obsceno de la contra-
cara de la ley?
Serge André sostiene que a nivel de contenido, se puede decir que todo fan-
tasma es esencialmente perverso. El escenario imaginario en el que el neurótico
conjuga su deseo y su goce no es nada más, después de todo, que el modo en
el que se imagina perverso en secreto. No es por lo tanto, el contenido del fan-
tasma el que permite diferenciar al perverso del neurótico sino, su uso. Tesoro
secreto, estrictamente privado en el neurótico (de tal modo que hacen falta años
de análisis para que consienta en comenzar a hablar de ello), el fantasma para
el perverso es por el contrario una construcción que sólo toma sentido cuando se
hace público. Para el neurótico, el fantasma es una actividad solitaria: es la par-
te de su vida que sustrae al lazo social. Inversamente, el perverso se sirve del
fantasma (sin ni siquiera darse cuenta por otra parte de que se trata de un mon-
taje imaginario) para crear un lazo social en el que su singularidad pueda reali-
zarse. Para el perverso, el fantasma sólo tiene sentido y función si es puesto en
acto o enunciado de tal modo que consiga incluir a un otro, con o sin su consen-
timiento, en su escenario.
La mostración sin retaceos de los actos llevados a cabo por Manuel ¿se sos-
tenía en esto?, es decir, sus enunciados ¿intentaban ubicarme en una posición
de desvalimiento? O al decir de Serge André, no en el lugar de sujeto supuesto
a saber sino en el de sujeto supuesto gozar?
380
García Sir, Carina Beatriz
ción de la cura- qué camino seguir. Ya que la culpa no parecía aguijonear en este
joven que se acercaba impunemente a hechos delictivos, intentando constante-
mente involucrarme, desde la complicidad, en ellos.
Conclusión
En esta indagación se intentó abordar la cuestión referida al diagnóstico di-
ferencial y a la posibilidad de responsabilizar a un sujeto por aquello que dice y
hace.
En este caso en particular no se pudo avanzar demasiado sobre ello, por un
lado, porque el tratamiento se vio interrumpido al redefinir el encuadre psicoana-
lítico, ya sea, por la no asunción de responsabilidades o por la puesta en juego de
la complicidad familiar, por otro, porque no había en este joven demanda aparente
o pedido expreso de algo, ni siquiera registro del riesgo en el que estaba inmerso,
la impunidad que reflejaba su relato daba cuenta de que la amenaza de una san-
ción o la sanción misma no podían ser escuchadas, por el contrario, bajo el refu-
gio de la máscara se ponían en marcha la comisión de actos delictivos.-
Bibliografía
Gerez, Ambertín, M: Tesis Doctoral. Tucumán.: UNT. 1999
Melman, C.: “El hombre sin gravedad -Gozar a cualquier precio-” Rosario: UNR Editora. 2005.
Serge, A.: “La impostura perversa” Bs. As.: Paidós. 1995
381
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
382
LA VENGANZA Y SUS GOCES
Filiación Institucional:
Dra. en Psicología. UNT
Prof. Titular y Directora del Doctorado en Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán
Docente y Directora de Proy. de Invest. en la Univ. Católica de Sgo. del Estero
Integrante Consejo de Administración de la Fundación Psicoanalítica S. Freud
Resumen:
383
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
384
ALGUNAS PUNTUALIZACIONES SOBRE EL SEMINARIO
DEL ACTO ANALÍTICO (1967/8) DE JACQUES LACAN
Gorodischer, Cecilia
Filiación Institucional:
Magíster y Psicóloga Cecilia Gorodischer. Investigadora del Consejo de Investi-
gaciones de la Universidad Nacional de Rosario (CIC-CIUNR). Profesora Adjun-
ta Fac. de Psicología-UNR. Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional
de Rosario. Carrera del Investigador Científico (CIC-CIUNR).
Resumen: El presente artículo hace un recorrido por el Seminario del Acto Ana-
lítico dictado por Jacques Lacan en los años 1967/8. Articula la dimensión del acto
analítico para el Yo, lo que puede establecerse a partir de la experiencia del aná-
lisis, sea en calidad de analizante como en calidad de analista. Distingue el acto
del sentido, distinción en la que Lacan se apoya particularmente. Distingue Elo e
inconsciente, lo que facilita la lectura del presente Seminario y del Psicoanálisis
como práctica. Por otra parte se detiene en tres posibles lógicas que están en juego
en el desarrollo lacaniano: la lógica aristotélica, la lógica estoica y la lógica modal.
Enumera las propiedades del acto en las que Lacan se detiene a lo largo de todo el
Seminario y lo articula con la dirección de la cura. Finalmente subraya aspectos
que tiene que ver con la idea de totalidad en Lacan y su barramiento.
Palabras claves: acto – analítico – inconciente – Ello – lógicas - dirección –
cura
385
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Inconsciente y Ello
Leo en este Seminario del acto analítico una distinción que Lacan hace entre
inconsciente y ello, quedando del lado del inconsciente todo lo que entendemos
como formaciones del inconsciente, y por tanto, analizables por medio del juego
del sentido; y del lado del ello, lo que podríamos llamar una gramática del fantas-
ma, cuyo modelo estructural sería “Pegan a un niño”. Esta gramática del fantasma
supone un trabajo distinto, y es desde ahí que entiendo cuando Lacan dice que el
acto “no es ni una interpretación, ni la transferencia ni la acción del analista”.
Apoyándome fundamentalmente en una clase que dicta Nassif en el este Se-
minario, en el que esta diferencia aparece con claridad, distinguiría estos dos ór-
denes de la gramática del fantasma y de la lógica del sentido, poniendo del lado
de la primera, el ello, lo pulsional, el ser; y del lado de la segunda, lo inconscien-
te, las formaciones del inconsciente, el pensar.
Lacan dice en la página 75 del citado Seminario que “el fantasma no es más
que un montaje gramatical donde se organiza el destino pulsional”. El sujeto es
del orden de lo inconsciente. El ello es del orden de lo pulsional. De esta mane-
ra, por la vía que venimos intentando, quizás más rígida y académica de lo que
quisiera, pero esclarecedora en este momento de elaboración del texto, podría-
386
Gorodischer, Cecilia
mos entonces decir “Allí donde lo pulsional, lo sustancial era, el sujeto del incons-
ciente debe advenir”.
387
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Aristóteles no niega los cuantificadores (todo, algún, ningún) sino las funcio-
nes (sujeto; predicado). En cambio Lacan niega los cuantificadores y, fundamen-
talmente, niega los universales, cosa que no se encuentra en ninguna de las otras
lógicas, por ejemplo, cuando dice “no todo”.
NECESARIO IMPOSIBLE
POSIBLE CONTINGENTE
388
Gorodischer, Cecilia
¿Podría pensarse que 10 años más tarde llamará Lacan a esa acción que
va al corazón del ser (que habíamos equiparado con lo pulsional, el ello, lo sus-
tancial del objeto a) y en la que el analista como sujeto queda fuera, como acto
analítico?
389
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ejercicio, como actos analíticos, uno logrado y el otro malogrado. Cuando digo
a modo de ejercicio me refiero a que no trato de plantear lo relatado como jui-
cios aristotélicos que puedan ser verdaderos o falsos sino como ficciones que
me permitan construir en términos de experiencia lo que creo haber trabajado
como conceptos teóricos.
El primero de los sucesos es una frase que le dice el analista a un analizan-
te sobre el final de su análisis. Cuando el paciente entra a la sesión se avecina
una tormenta, que avanza junto con la sesión. Cuando ésta termina y el pacien-
te se levanta para irse empieza a caer una lluvia fortísima. Entonces el paciente
dice: “Parece que no me voy a poder ir”. El analista le dice entonces “Prepáre-
se que se larga”. Quizás no esté de más agregar que se trataba de un paciente
en donde la fobia (que, como dice Freud, siempre es en su fundamento agora-
fobia) jugaba un papel fundante. El efecto de este acto fue, unas sesiones más
tarde, el fin de ese análisis
En el segundo caso un analista intentaba conmover a un analizante que se
mostraba impasible pese a los intentos analíticos de implicarlo en lo que le pasa-
ba. Elegía como remedo de acto llegar sistemáticamente tarde (el paciente era
extremadamente puntual) y caminando muy lentamente mientras hojeaba el dia-
rio del día. El paciente se enfurecía pero, y a lo mejor acá está la diferencia entre
el acto logrado y el acto malogrado, el analista no le decía nada. Esperaba que
el analizante se conmoviera diciéndole de su enojo, y como no le decía nada, el
analista también callaba. Pero ¿puede haber acto sin palabras?
Notas
(1) Seminario 15 “El acto analítico” (1967/8). Versión no revisada por el autor.
(2) Que el trayecto analítico vaya de lo inconsciente a lo pulsional es lo que me permite reconstruir
más adelante dos órdenes diferentes que Lacan mismo distingue, el inconsciente y el ello, a cada uno
de los cuales le correspondería, en términos de tareas del analista, la interpretación y el acto.
(3) Freud, Sigmund: La interpretación de los sueños, Amorrortu, IV, cap. IV: “La desfiguración oní-
rica”.
(4) Lacan, J.: “La dirección de la cura y los principios de su poder”; en Escritos 2, Siglo XXI, Bue-
nos Aires, 1985.
Bibliografía
Freud, Sigmund: La interpretación de los sueños, Amorrortu, IV, cap. IV: “La desfiguración onírica”.
Lacan, Jacques, Seminario 15 sobre el Acto Analítico (1967/8), inédito.
Lacan, Jacques, “La dirección de la cura y los principios de su poder”, en Escritos 2, S XXI, Bue-
nos Aires, 1985.
390
PÓSTER
LIMITACIÓN DE ESFUERZO TERAPEÚTICO -LET-
Gramajo, Laura
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
LET
OBJETIVO:
conocer que piensa sobre LET el personal de un hos-
pital pediátrico.
MATERIALES Y METODOS:
La población bajo estudio fue el personal de UCIP,
UTIM, Emergencias y Hemato-oncología del Hospi-
tal del Niño Jesús de Tucumán entre marzo-abril de
2010. Se aplicó una Encuesta de opinión. Se realizó
un análisis descriptivo de las variables y de asocia-
ción mediante test exacto de Fisher y test chi cua-
drado. El nivel de significación fue del 5%.
392
Gramajo, Laura
RESULTADOS:
La menor proporción de personas que están
a favor de LET se encuentra entre 35 a 40
años(56%) y la mayor proporción entre 40 y 45
años(99%), existe evidencia suficiente para ase-
gurar que la posición frente a LET se asocia a
grupo etáreo. 55% piensa que LET es sinónimo de
EUTANASIA. 46% atribuye la decisión de LET a
equipo multidisciplinario. 18% incluye a los pa-
dres. 83% piensa que en algún momento se realiza
ENCARNIZAMIENTO TERAPEUTICO.
CONCLUSIONES:
- No hay conocimiento certero sobre LET en nues-
tro hospital.
-Un gran porcentaje asocia LET a EUTANA-
SIA.
-No se considera lo mismo retirar que no iniciar
un tratamiento, aunque el concepto los incluye.
-En la practica cotidiana existe incapacidad para
reflexionar el accionar del medico, tomado este
por el discurso tecnológico que promueve la me-
dicina tecnocrática.
393
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
394
¿QUIÉN, SUPERYÓ?
REFLEXIONES SOBRE LA CULTURA REPRESORA
Y EL ALUCINATORIO SOCIAL
Grande, Alfredo
Filiación Institucional:
ATICO Cooperativa de Trabajo en Salud Mental (Bs. As.)
1. La cultura represora
395
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
396
Grande, Alfredo
397
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
3. El alucinatorio social
Si el primitivo Yo es la proyección mental de una superficie corporal y vincu-
lar, el Yo de la posmodernidad es la proyección mental de una profundidad vir-
tual. Profunda en tanto todas las áreas de la vida social están impregnadas de
los códigos de la Internet y las redes sociales. Somos gugleados, tenemos ami-
gos que nunca conoceremos y discutimos con oficinas de prensa que tienen nom-
bres propios. Es el como si del como si, en el cual un paciente border, de borde
o en desborde, solo tiene que hacer click para tener su lugar en el mundo. Por
cierto, es un no mundo y un no lugar. Pero nunca lo sabrá. Los reyes magos en-
tonces existen, no tienen camellos.
398
Grande, Alfredo
4. Quien, superyó?
Estoy en una clase para alumnos en la facultad de ciencias sociales de la
Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Son mas de cien y dirijo una pre-
gunta sin demasiada precisión del destinatario. –Quien, yo? –responde un alum-
no. En el entramado de la cultura represora, la respuesta fundante es: “Quien,
superyó?”.
El heredero se quedó con todo, ocupa al yo como una guarnición a una tierra
invadida, y de ser una fase del yo, el residuo atrófico en el cual queda converti-
do bien puede definirse como una fase del superyo. De la misma manera que el
399
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
gato quiere hacerse pasar por liebres, el superyo en su disolución logra ser toma-
do por Yo. Y nunca lograré descubrirlo dentro mío porque lo intento desde aque-
llo que lo sostiene: la individualidad.
Ningún tratamiento individual pondrá extirpar a la fiera resistente, repelente
y represora. Apenas se logren atemperar sus letales efectos, la negatividad de
una reacción aparecerá. El paciente abandona porque mejora, y solamente po-
dríamos decirle: porque te aporreo, te analizo.
Pero no es bueno jugar en el mismo terreno contaminado que el superyo pro-
pone. Ningún analista está libre de las contra resistencias y las contra actuacio-
nes que su propia maquinaria superyoica le prepara.
400
Grande, Alfredo
viente tiene culpa, porque no hay sufrimiento que neutralice la crueldad del amo.
En “La tregua” la novela de Mario Benedetti, el personaje principal es Santomé,
un mediocre oficinista. Se enamora de una joven empleada, Avellaneda. Recu-
pera alegría, sonrisa, amor. Por primera vez, puede relacionarse desde la ver-
dad con sus hijos.
Pero Benedetti también sucumbe al mandato superyoico. El vínculo amo-
roso Santomé Avellaneda apenas fue una tregua. La mujer muere súbitamente.
Santomé se desliza hacia una caída final.
Vuelve a la guerra que siempre tuve contra si mismo, que es la guerra no de-
clarada del superyo contra el Yo. La tregua ha terminado.
Si pudiéramos preguntarle a Santomé como se siente, con seguridad respon-
dería desde su tregua perdida: “quien, superyó?”
401
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
402
RESPONSABILIDAD SUBJETIVA EN TIEMPOS ACTUALES,
UN DESAFÍO PARA EL PSICONALISIS
Filiación Institucional:
Docente Investigador integrante del Proyecto de Investigación “Un abordaje teó-
rico-conceptual a la clínica de las patologías del acto” perteneciente a la Facultad
de Psicología de la Univ. Nac. de Córdoba. Aprobado en la categoría “B” de Secre-
taría de Ciencia y Tecnología (Secyt).
403
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
404
Gutman, Héctor Ricardo
goce, el mismo estará ligado a ese algo de la pérdida, a ese objeto que el su-
jeto pone en lugar de lo que del Otro no es posible percibir. Constituyéndose de
esta forma la realidad enmarcada en el fantasma, cuya función esencial radicará
en velar la no existencia de la relación sexual, esa pareja que falta y que la pul-
sión intentará burlar bordeando lo real. Es en este punto, orientado por el sínto-
ma que aqueja al sujeto, donde el analista deberá interpelar, compeler a que el
sujeto de respuesta, en tanto está implicado en su sufrir.
405
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Lacan cuando dictaba su seminario por el año 69, sujetos imbuidos del mayo fran-
cés a los que Lacan les diría: “… que la aspiración revolucionaria es algo que no
tiene otra oportunidad que desembocar, siempre, en el discurso del amo. La ex-
periencia a dado pruebas de ello. A lo que ustedes aspiran como revolucionarios
es a un amo. Lo tendrán” (Lacan, J. 2009 - Semianrio 17- p. 223)
406
Gutman, Héctor Ricardo
funcionar con los otros en su vida, en el que siente algo ruinoso para él, por ex-
ceso o por defecto.” (Galano, C 2008).
Ya en el año 1971 Lacan nos advertía el fundamento del este discurso, el cual
tiene la peculiaridad de no hacer lazo y ello debido a: “Lo que distingue al discur-
so del capitalismo es esto: la Verwefung, el rechazo, el rechazo fuera de todos
los campos de lo Simbólico, con lo que ya dije que tiene como consecuencia. El
rechazo de qué? De la castración. Todo orden, todo discurso que se entronca en
el capitalismo, deja de lado lo que llamaremos simplemente las cosas del amor,
amigos míos. Ven eso, eh? No es poca cosa!” (Lacan, J. “El saber del Psicoana-
lista” – Seminario 19 - inédito).
Por último, ¿cuál es la responsabilidad del analista ante estos sujetos? Dar
una respuesta acabada no es tarea sencilla, aunque si hay la pregunta, hay ya
alguna orientación. Si al decir de Lacan, lo que distingue a este discurso es la for-
clusión, el rechazo de la castración, entonces es la clínica de la psicosis la que
puede orientarnos.
Bibliografía
Alemán, J., “Para una izquierda lacaniana… 2009 Grama ediciones
Gallano, C. “Patologías del acto” Inédito Jornadas de la Asociación Brasileira de los Foros del Cam-
po lacaniano. 2008
407
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Lacan, J. Seminario Libro 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”. “El sujeto y el
Otro: la alienación” Ed. Paidós 1964
Lacan, J. Seminario Libro 17 “El reverso del Psicoanálsis” 1969-70 Ed. Paidos
Lacan, J. “Aún” 1972-73 Ed. Paidos
Lacan, J. “El saber del Psicoanalista” – 19972 – inédito.
Recalcati, M. “La cuestión preliminar en la época del Otro que no existe”. Revista “El cuerpo de la hi-
permodernidad” Nº 2. Diciembre 2005.
Sperling, D. Del Deseo. Tratado erótico-político. Ed. Biblos (Buenos Aires, Argentina) 2001
408
VINCERE. LA TAREA DEL ANALISTA
Filiación Institucional:
Posgrado de la Fac. de Psicología de la Univ. de Bs. As.
409
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
410
Hartmann, Alicia - Cadorini, Mónica
La película recalca esta cuestión, ya que muestra todo un tránsito por la his-
toria de la locura de la que Foucault podría hacer un brillante comentario en re-
lación a la conjunción entre hospicio y prisión.
Un dato inicial, y alrededor del cual va a girar el argumento del film, es la en-
trega de Ida de todas sus posesiones: las vende para que Mussolini solvente su
periódico Il Popolo d’Italia.
En el guión de Bellocchio el dialogo se desarrolla así:
M.: Ida?
M.: ¿Qué sucedió?
I.: Vendí todo.
M.: ¿Qué dices?
I. : Vendí todo. El departamento, el negocio, los muebles, las joyas.
Para tu periódico. Tómalo.
M.: No.
I.: Está hecho, debes aceptarlo.
M.: No.
I.: No fue un sacrificio sino un placer. Te amo.
M.: Es un préstamo.
I.: De acuerdo... es un préstamo.
M.: Te firmaré un recibo.
I.: Luego.
M.: Ahora ... "Yo... Benito Mussolini... recibí... de parte de la señora... Ida
Dalser... la suma de --
Lo dejaré en blanco.
Ahora tendré que casarme contigo.
I.: Dime "te amo" solo una vez.
Él no contesta
411
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
412
Hartmann, Alicia - Cadorini, Mónica
413
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ser de una sesión a la otra, o dentro de la misma sesión si se produce una inter-
vención eficaz que durará con suerte hasta el encuentro siguiente.
Desde el punto de vista de la estructura Héctor Yankelevich en Ensayos so-
bre autismo y psicosis ha diferenciado el rechazo de la castración de la forclu-
sión del Nombre del Padre. Citamos: “La noción lacaniana de rechazo de la cas-
tración subroga que, cuando es el propio sujeto que opera allí, sin el sostén del
padre real, o un substituto que puede ser la madre (ver para ello entre otros, las
Memorias de Elías Canetti “La lengua absuelta”) intentando una negación antici-
pada del Otro, paradójicamente el sujeto abandona su yo a una imagen de sí to-
mada del Otro que lo hará equivalente a un objeto pulsional”.
En “No se vuelve loco el que quiere” – vicisitudes sobre las afecciones narci-
sistas, consideramos en este rechazo tan primariamente constituido la importan-
cia de la operación deficitaria del Ideal del Yo. El Ideal, como bien señala Freud
en Introducción del narcisismo, es condición de la represión, ha impuesto difíci-
les condiciones a la satisfacción libidinal con los objetos pero el enamoramien-
to, que toma la modalidad del amor–pasion de Stendahl (“Rojo y Negro” y “Del
amor”) hace consistir el desborde la libido yoica sobre el objeto. Por el exceso
que abraza al objeto ideal (yo ideal) se empobrece el Yo y no esta en condicio-
nes de cumplir con el Ideal. Paradoja crucial la que Freud perfila para las afec-
ciones narcisistas ya que son patologías que podrían curarse aparentemente o
empeorar mas por el amor que por el trabajo analítico.
Es así como se dificulta instalar una genuina demanda de analisis y la cap-
tura del analista es moneda corriente en los arrebatos de una pertinaz transfe-
rencia imaginaria.
Marca del rechazo, que nos trae la frase de Lacan en Television: “no hay li-
mites a las concesiones que cada una hace para un hombre: de su cuerpo, de
su alma, de sus bienes” donde el sacrificio de Medea se acerca al de Ida. Aque-
lla mato a sus propios hijos para vengarse de Jasòn, su amante, que se habia
separado de ella.
414
Hartmann, Alicia - Cadorini, Mónica
415
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
416
Hartmann, Alicia - Cadorini, Mónica
saber, saber icc. Esto implica la entrada en análisis, es decir producir el traba-
jo de transferencia.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
418
VIDA DE CELUALARES:
CORDÓN UMBILICAL TELEFÓNICO
Hazaki, César
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Integrante de REVISTA TOPIA (www.topia.com.ar)
419
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Debemos agregar que ésta idea es acorde con la nueva oleada de robots de
uso personal (las muñecas de servicios eróticos es lo último al respecto).
La lógica del marketing del Android nos invita a posar nuestros deseos so-
bre un nuevo celular el mismo tiene: gps, cámara, wifi, acelerómetro, un proce-
sador rapidísimo, pantalla de mayor definición, cámara de mayor definición. Tam-
bién un teclado diferente.
Es decir, más de lo mismo y por eso diferente: cada vez más desarrollo y
servicios brindados por el aparato. Se remarcará la cantidad de servicios y apli-
caciones nuevas, que es el primer celular que usa soporte de la empresa Goo-
gle, que es el preanuncio de la entrada de Google en el mercado de telefonía ce-
lular, etc. Claro que se ocultará que la preparación del sofware del Android par-
tió del estudio sistemático de las redes de pornografía de la web (ver ¿Los hi-
jos de Pavlov?).
Claro que para que la veta sea completa, con el recurso tecnológico solamen-
te no alcanza. Hay que lograr que la gente corra a comprarlo, mantener viva la
ilusión del consumidor de que pertenecer tiene sus privilegios.
420
Hazaki, César
Una empresa dice que tiene sólo tres mil aparatos para adjudicar bajo un
plan y la otra sólo ofrece un stock de cien. Ambas compañías ofrecen un régi-
men de servicios especiales para los usuarios de esos equipos, es decir los usua-
rios compran un nuevo teléfono celular más un plan de uso. Así el modelo An-
droid comienza en Argentina como un producto especial por el que hay que pe-
lear para obtenerlo.
Una técnica exitosa ya probada en diversos productos tecnológicos.
¿De qué se trata este teléfono para menores? Pues de un aparato que per-
mite al niño conectarse con sus abuelos, ante cualquier circunstancia que indi-
que malestar o peligro (lo que implica para el niño y su familia un adiestramien-
to al respecto), para ello debe pulsar un solo botón grande que tiene una ima-
gen identificable y familiar.
Los teléfonos han sido desarrollados por una unión entre las grandes empre-
sas de juguetes y las compañías telefónicas.
Pese a los reparos de diversos sectores sociales, el negocio ya está en mar-
cha sin ningún tipo de límite. Así nos encontramos que: el niño – consumidor – ne-
cesitado – de – protección (quizás sea mejor decir el recién constituido: consumi-
dor – niño – necesitado de protección) es el nuevo nicho de negocios inventado
por el marketing, incesante, de las empresas de telecomunicaciones.
421
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Cuidado y temor
No debemos perder de vista que para el marketing empresarial el núcleo or-
ganizador, de todos los cuidados familiares, es y será el temor, es decir hay que
favorecer la claustrofilia.
Se trata de fomentar una relación amorosa para con el quedarse en la casa
y usar, desde allí, todos los soportes tecnológicos para conectarse con el ex-
terior.
Cuanto mayor sea el miedo familiar a los eventuales riesgos del desarrollo
del niño, más alta será la tentación de los padres para recurrir a tecnologías au-
diovisuales. Por eso comienzan por transforman la habitación del niño en un es-
tudio de televisión que informe y transmita imágenes de lo que allí ocurre. Ve-
mos así cómo desde el cuarto infantil se perfeccionan las ideas que gobiernan
422
Hazaki, César
este tipo de consumo, controlar será así igual a cuidado de la progenie. Es que
la sensación de inseguridad social también incentiva el temor parental al riesgo
de accidente o muerte del bebé. Lo que plantea qué relación se puede generar
entre los padres y el niño con la implementación del control a distancia. Por todo
esto cabe preguntarse: ¿Dónde se irá ubicando el contacto corporal de los pa-
dres con su monitoreado bebé?
Hay, entonces, una campaña publicitaria para los jóvenes que remarca el en-
tretenimiento (música, web, etc.) que provee el celular y otra, más sutil y siste-
mática, dirigida a la familia para que por vía del celular se mantenga y expanda
la posibilidad de control de niños y adolescentes. Dicho control se justifica dado
que el aparato telefónico da la posibilidad de escapar a cualquier tipo de amena-
za y riesgo. Campaña que irá de la habitación al espacio público, siempre con el
temor y la inseguridad como dogma.
423
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Los espacios públicos de la ciudad, hace tiempo que están signados por la
nueva “peste” de la inseguridad y sus amenazas. No hay más que observar cómo
las plazas y jardines públicos se van cercando para ser transformados en sitios
cerrados. Hay una apasionada política, de las intendencias de las grandes ciu-
dades, por generar encierro y control social que, como un circuito que se retroa-
limenta, se justifica por la inseguridad. Así la claustrofilia también es una política
para el espacio público de la ciudad. El gobierno nacional o municipal la fomen-
ta sistemáticamente: todo lo que puede encerrar, lo encierra.
Con la división, cada vez más abismal, que separa a ricos de pobres, la cam-
paña mediática solo hará del pobre un delincuente sin remedio y al rico una víc-
424
Hazaki, César
tima que debe protegerse de esas masas de peligrosos mutantes de pieles os-
curas, extrañas e indocumentadas.
Como parte de esta guerra los ricos toman, año a año, el resguardo de aban-
donar los espacios públicos y grandes sectores de la ciudad para generar barrios
privados y countrys que son, ni más ni menos, que ciudades-ghettos en las afue-
ras de la misma. También surgen ciudadelas fortificadas, que alcanzan grandes
alturas, en los barrios más caros de la ciudad. En el caso de los countrys ya hay
sobrados ejemplos de la violencia que ocurren dentro de ellos: asesinatos, robos,
trifulcas juveniles, etc. debemos remarcar que los mismos no hacen más que de-
mostrar el carácter ilusorio de la estrategia.
Pese a todo esto se reafirma que el peligro viene “de afuera” y que el teléfo-
no celular, como antes fue el babyphone en la habitación del niño, es una salva-
guarda para los momentos en que se está por fuera del caparazón familiar y sus
diversos sistemas de seguridad mencionados más arriba. Es por ello que el te-
léfono celular ocupa, en esta ilusión de protección en el encierro, un papel des-
collante. Como se ve el paradigma de la claustrofilia comienza en la cima de la
pirámide social y, en la misma, no hay mucho interés por poner en cuestión la
actual forma de distribución de bienes materiales y simbólicos. En ese punto la
inseguridad es parte de la ideológica dominante.
425
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Un modelo de invasión
La invasión llegó y hay que actuar en consecuencia. Siempre que se cons-
truyen estas ciudadelas se las justifica con el concepto del invasor bárbaro cri-
minal y peligroso. En este esquema la conectividad por vía celular será parte im-
portante del arsenal del sistema de defensa. Una frase, como ejemplo, que pue-
de ser dicha tanto por el padre o la madre de un adolescente: -No salgas sin el
celular y, lo más importante, no lo apagues por si quiero ubicarte.
426
Hazaki, César
conducen, con una tecnología para tal fin, a sus dominados (Cascarudos, Gur-
bos, Hombres Robot y Manos) a luchar para someter a los humanos. Los Ellos
obligan a sus dominados a ejecutar sus mandatos imperiales.
Pocos hombres sobreviven a la inesperada y mortal nevada. Algunos logran
organizarse para luchar contra el invasor y van descubriendo que los Cascaru-
dos, Gurbos y Hombres Robots son teledirigidos a distancia, para que ello ocu-
rra se les colocó un pequeño aparato en el cuello en Cascarudos y Gurbos; en
la nuca en el caso de los hombres capturados y convertidos en obediente y ena-
jenado ejército.
Entre éste ejército y los Ellos existen los Manos (que dirigen a los Cascarudos,
Gurbos y Hombres – Robot) sobre los cuales, los imperiales Ellos, han instaura-
do otro tipo de dispositivo de control. El mismo está colocado dentro del cuerpo
del Mano en forma de glándula del miedo, es decir no es algo inserto como apa-
rato en el exterior del cuerpo (nuca o cuello) sino que ya se trata de algo biológi-
co: una glándula –el sueño de la dominación absoluta que la tecnología de do-
minación se haga parte del cuerpo. Como lógica consecuencia El Mano debe ac-
tuar sin sentir miedo, dado que si esto ocurriese la glándula comienza a segregar
una sustancia que lo aniquila sin remedio.
Los pasos de la invasión de los Ellos son los siguientes:
Primero una nevada mortal que aniquila a los seres vivos.
Segundo: luego de ese bombardeo, se captura a lso hombres y se les colo-
ca el aparato que los vuelve zombis.
Tercero: el dominio se ha transformado en una glándula, o sea la tecnología
muta en órgano y se hace parte del cuerpo.
427
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Las familias, acordes con esta lógica de mundo en guerra, están proveyen-
do “teledirectores” que intentan garantizar la obediencia de los adolescentes. Se
trata de teléfonos celulares que indiquen dónde se hallan o qué están haciendo
los jóvenes. Se trata, desde la perspectiva familiar, de tratar de tenerlos todo el
tiempo bajo control.
Pero, una vez más el círculo vicioso, hace de las suyas: el celular es uno de
los objetos más robado u hurtado a los jóvenes. Si el cruzar las calles, mandan-
do mensajes de textos o hablando por celular, trae accidentes a los peatones,
andar con los teléfonos costosos por la calle atrae, muy rápido, hacia los adoles-
centes a los ladrones.
¿Dónde estás?
Esto no puede realizarse sin identificaciones juveniles al modelo predomi-
nante.
Tomaremos ahora la característica que asume el primer contacto o primeras
frases de esta comunicación telefónica y veremos hacia dónde conduce nues-
tro análisis.
Primero: como la llamada indica desde qué número se realiza, quien la reci-
428
Hazaki, César
be sabe antes de atender con quién se está comunicando, por ello nombra a la
persona y rápidamente pregunta: ¿Dónde estás?
Es decir la información que requiere, en primera instancia, es localizar el es-
pacio que habita la persona que llama ¿Dónde estás? es, entonces, la pregunta
que inicia la conversación en el mundo adolescente.
Es lícito preguntarse por ese supuesto mundo seguro que comienza con una
pregunta semejante: el ¿Dónde estás? parece tratar de ubicar a alguien perdido
o fuera de control. Es lícito preguntarse: ¿Cuál es la significación psíquica que
esa pregunta expresa?
Convengamos que no parece una respuesta formal como el pretérito: Hola.
Esta frase, por su expansión y rápida aceptación, habilita a tratar de rastrear
otros posibles sentidos.
Cuando los jóvenes la aceptan y la propagan están bajo ese requisito paren-
tal, lo sepan o no. Por eso no hay diálogo telefónico posible con un conocido si
éste primero no da, imperiosamente requeridas, las coordenadas geográficas de
dónde se encuentra. Así, saber dónde el otro está alivia el miedo y da posibilidad
de comenzar la charla telefónica.
429
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ahora bien entre estos jóvenes que por la necesidad de control de la familia
y la moda usan el teléfono celular, el aparato se transforma en un moderno cor-
dón umbilical satelital por el que vuelven, sin saberlo, al momento en que nece-
sitan a la madre relativamente cerca y su presencia es todavía reclamada, para
poder jugar solos en la otra habitación.
Al rato:
Niño: -¿Ma me alcanzás agua? -Lo pide sin dejar de prestar atención a lo
que está realizando.
La madre solícita le acerca el agua y se va.
430
Hazaki, César
Este tiempo evolutivo comienza alrededor de los dos años, donde el niño no
puede dejar de ver a su madre; recién a los tres años el niño puede jugar solo,
es recién entonces cuando cierra la puerta de su habitación para establecer un
entorno definido por él para desarrollar su juego. Un proceso de riquísimas con-
secuencias que descubre y afirma el valor personal del estar a solas. Proceso
que, en la adolescencia, es imperioso y necesario para crecer.
431
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
vor del statu quo. Cortando el circuito de la autonomía a favor del supuesto cui-
dado, se ilusionan con escapar de la inseguridad convirtiendo al joven en parte
de una masa unida a infinitos cordones umbilicales.
Nos encontramos así ante una tecnología que expande el mundo de la co-
nectividad pero no hace falta mucha imaginación para que, con el justificativo de
la defensa ante el peligro, pergeñe un dispositivo para incluir un aparato de con-
trol dentro del cuerpo de niños y adolescentes.
Cuando cae la nevada mortal el Eternauta y sus amigos están encerrados
dentro de la casa, uno de ellos comenta:-Somos Robinsones, que en lugar de
una isla, hemos quedado recluidos en una casa... El mar que nos rodea es un
mar de muerte.
Bajo el lema de la inseguridad las familias que intentan resolver esta situación
de miedo, reforzando el control de los adolescentes con los teléfonos celulares,
reinstauran una forma regresiva de comunicación y anulan la confianza y los in-
tentos de autonomía. No cae la nevada pero se los invita a que se sientan extra-
ños en el espacio que los rodea. Como si fuera “Un mar de muerte”.
432
EL FAMILIAR, LOS ADOLESCENTES Y EL SUICIDIO
UNA LEYENDA TODO TERRENO
Hazaki, César
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Integrante de REVISTA TOPÍA (www.topia.com.ar)
433
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
rrea, una central de teléfonos y diez escuelas primarias para el personal. No era
fácil tenerlo controlado. Dos mil peones con machetes debían obedecer a treinta
o cuarenta capataces, sus armas y sus perros. Parece que fue entonces cuando
Hileret inventó el Familiar”(1).
¿Cómo es El Familiar?
Se presenta como un perro negro muchas veces sin cabeza3. Un animal gran-
de que arrastra largas cadenas y que duerme en lugares oscuros: sótanos, calde-
ras siempre cercanos al patrón. En otros relatos se le adjudica la forma de un vibo-
rón. Sus ojos tienen una mirada penetrante de felino que domina la oscuridad.
El eje del mito es que el patrón del ingenio hace un pacto con el Diablo para
ganar más dinero, a cambio no entrega su alma sino que se compromete a ali-
mentar al hambriento monstruo con obreros rebeldes. La alianza indicaba que
cuanto mejor alimentado estuviera El Familiar mayor sería la riqueza del dueño
del ingenio, como se ve es una apología de la ganancia y la plusvalía.
No es difícil de rastrear los orígenes de este animal hambriento al servicio
del poder. En la mitología griega existe el laberinto de Creta. Allí estaba ence-
rrado el Minotauro, que debía ser nutrido con carne humana. El mito cuenta que
el rey Minos venció al rey de Atenas y lo condenó a entregarle cada año niñas y
niños para que el Minotauro, un monstruo mitad toro y mitad hombre, los fuera
comiendo encerrado dentro del laberinto construido por Dédalo. Es decir que la
carne ofrecida al Minotauro era la de los hijos de los vencidos. La paz para Ate-
nas, como para los obreros de los ingenios de azúcar, consistía en respetar es-
trictamente las imposiciones del vencedor. En esta lógica si el vencido no obe-
dece se lo hace responsable de la “justificada” violencia del poderoso. En la pro-
ducción de azúcar se armó así una forma eficaz de culpabilizar cualquier acción
autónoma de los trabajadores. Estas plantaciones eran un laberinto para los peo-
434
Hazaki, César
nes donde era fácil entrar pero casi imposible salir. En su interior había que aca-
tar sin reclamar derechos. Las deudas, imposibles de pagar, ataban de por vida
al machetero.
No es complicado de entender por qué Hileret funda esta leyenda compuesta
por elementos griegos y cristianos para lograr la dominación y el terror del con-
junto de los trabajadores. Era necesario que éstos aceptaran resignadamente
su destino y que volcaran sus pensamientos hacia la religión, si el diablo anda-
ba suelto se confirmaba la existencia de dios y nada es más seguro que pedir
su protección. Dan cuenta de esto las recomendaciones para evitar ser devora-
do: usar crucifijos grandes en el pecho, también llevar rosarios enormes atados
al cuerpo y un puñal de plata. Como se ve la forma de protegerse era reforzar
los íconos católicos. Era necesario ser más católico -lo que implicaba la resigna-
ción en la tierra y la espera de la salvación en la vida eterna- y renunciar a cual-
quier tipo de rebeldía que pusiera en cuestión el poder del patrón. Lo cierto es
que más allá de estos talismanes los rebeldes eran secuestrados y morían solos
en una oscura sala de máquinas.
435
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
436
Hazaki, César
Desde los años ochenta este tipo de fenómenos van en aumento en distin-
tas partes del país (por ejemplo: en Gobernador Gálvez, Santa Fe; en Las He-
ras, Santa Cruz; en Chamical, La Rioja; en Orán y Rosario de la Frontera, Salta)
lo que demuestra palmariamente la degradación de las condiciones sociales de
nuestro país y que no se producen sistemáticas acciones estatales para trabajar
estas graves situaciones. Es necesario insistir que, al decir de Enrique Carpinte-
ro, la subjetividad se construye en la intersubjetividad. Este autor además agre-
ga: “…hoy no podemos de dejar de lado una realidad que se manifiesta en una
cultura que genera una comunidad autodestructiva (…) Sus efectos en la frag-
mentación del tejido social implica dar cuenta de esos monstruos que generan
situaciones traumáticas” (5).
Es por ello necesario ese trabajo comunitario para tratar de ir entendiendo
de qué se trata este sistemático aumento de los suicidios de adolescentes. Se
debe escapar de todo tipo de simplismo para saber las verdaderas causas de
éstos fenómenos.
Como dice Miller la explicación que convoca a que todo sea obra de El Fami-
liar impide ver las razones del desastre y cómo actuar ante el mismo. La verdad,
en estos casos, es que la desidia estatal hace maridaje con la dificultad y fragi-
lidad de las propias comunidades para accionar ante estos terribles eventos. El
estado no cubre las necesidades de salud mínimas y las comunidades, empobre-
cidas por la falta de estímulo se resignan ante los hechos que padecen, no pue-
den realizar acciones contra la dura realidad que existe en los barrios: la ausen-
cia de proyectos, de trabajo, de educación, de salud, etc.6 Naturalizada la catás-
trofe hacen su entrada el paco y el alcohol que riegan la semilla de la violencia
autodestructiva, surgen como alternativa para soportar tanta injusticia y dolor. O
437
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sea más fragilidad y desamparo. Esto lleva a una espiral de destrucción y muer-
te que sólo conduce a las crónicas de muertes anunciadas.
La leyenda de El Familiar colabora activamente para ampliar la resignación,
aplacar la cólera y con ello la acción de quienes padecen estas tremendas situa-
ciones de injusticia y desigualdad. Es decir, es otra manifestación del poder que
triunfa con la inestimable colaboración de la leyenda que promueve una destruc-
tiva explicación sobrenatural de los hechos humanos.
Notas
1) Caparrós, Martín. El Interior, Planeta/Seix Barral, año 2006, Buenos Aires.
2) Idem anterior.
3) Ver artículo El Lobizón en www.topia.com.ar.
4) Miller, Lucrecia, Presidenta de la Fundación Papis.
5) Carpintero, Enrique. “El yo-soporte. La clínica en el trabajo con lo negativo”, en www.topia.com.
ar.
6) A diferencia de las situaciones anteriores en Rosario de la Frontera las fuerzas comunitarias no
silencian, ni esconden. Se movilizan para encontrar respuestas.
438
LA PEDAGOGÍA DEL RESCATE
(Ó AL RESCATE DE LA PEDAGOGÍA)
Filiación Institucional:
Decana de la Facacultad de Ciencias de la Educación de la Univ. Católica de Sgo.
del Estero
Resumen: A partir de un film de origen chino, “Ni uno menos” se analiza un acto
de rescate a un niño como hecho de valor político, psíquico y pedagógico que hace
una docente. El rescate, la contracara de la exclusión, obra como una metáfora de
la marca de transmisión, de inscripción y resguardo subjetivo que debe hacer la
generación adulta sobre la infancia. Esta base primordial hace el espacio simbó-
lico para que luego sea ocupado por lo social. Sin eso, todo empeño socializador o
pedagógico será inútil.
Palabras claves: rescate – político – psíquico - pedagógico
Presentación
Queríamos compartir con Uds. breves comentarios y asociaciones acerca de
una película china, “Ni uno menos” (1999) de Zhang Yimou porque encontramos
allí un discurso que nos enfrenta de una manera nueva con viejas preguntas so-
bre el lugar docente, qué es o qué debe hacer un docente para ser tal. Quizá la
clave de la cuestión podría expresarse como qué produce el despliegue subjeti-
vo en el sentido de enseñanza, de formación.
Según nuestra interpretación, en el relato de la película, una maestra que no
es tal, hace una movida maestra, realmente, una operación política, pedagógica
y psicológica que marca a un niño, y cuyo eco, educa a todo el grupo.
La relación pedagógica y el efecto educativo mantiene aún su extrañeza, afor-
tunadamente sigue siendo un enigma y como tal nos invita permanentemente a
desciframientos. Este es un intento más.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Brevemente, la película
Para quienes no la han visto, relatamos brevemente el argumento que es muy
simple: en una aldea campesina de China, montañosa, no se sabe exactamente
dónde en el mapa, pero aparentemente alejada de una ciudad, casi al borde de la
civilización, el viejo y único maestro de la vieja y única escuela, debe ausentarse
por enfermedad de su madre anciana y el alcalde acuerda con una joven de tre-
ce años, Minzhi Wei, reemplazar al maestro y obrar conforme a las indicaciones
de él le diera. La niña acepta el trato, no animada por vocación o perspectiva de
aprendizaje, en realidad lo hace por una urgencia económica, y así lo expresa.
Después del acuerdo, el maestro Gao intenta hacerle una delegación, instituirla
en ese lugar frente a los niños con poco éxito. Le deja algunas indicaciones sim-
ples y precisas, los cantos propios del rito de ingreso al aula, la ejercitación en la
escritura mediante la repetición de la copia de un texto y el cuidado de las tizas
por allí reina la escasez. Antes de irse y tal vez evaluando el riesgo de deserción
agudizado por esta maestra tan poco indicada, el maestro Gao le propone un
acuerdo, le ofrece un plus de ganancia por cada niño que permanezca a su retor-
no, le dice “ni uno menos”. De algún modo, hace lo mismo que está en la base
de las estrategias actuales, beca por permanencia, un trueque que da cuentas
de la debilidad del sistema y ella accede por idéntica debilidad.
El espectador descubre pronto que entre los niños hay uno, Zang, que es blan-
co de denuncias de sus compañeros por sus constantes transgresiones. Se trata
de un pequeño seductor que resiste toda norma, actúa sin violencia, llamando la
atención, pero escabulle la obligación, se lo ve buscando permanentemente un
intersticio donde colarse, tantea, prueba y finalmente encuentra. Será el deser-
tor que va a la ciudad a trabajar para pagar una deuda familiar.
Esta pérdida pone a prueba la posición de Minzhi Wei, pero su desconcier-
to es breve, decide hacer un trabajo colectivo al que se integran muy bien los
niños y junta dinero para ir a rescatar a su oveja perdida. Va sola a una ciudad
a la que nunca fue y después de una travesía de casi dos días, encuentra final-
mente al niño (1).
Es una hermosa película, aunque se podría decir que no está muy bien re-
suelta, hay allí un happy end, más político que cinematográfico, que no encaja
con todo el conjunto. Es de destacar que no hay aquí actores profesionales, to-
dos, quien hace del viejo maestro, del alcalde, la joven, los niños son gente de la
aldea donde ocurrió la filmación.
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Hernández De Sánchez, Elsa J.
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Hernández De Sánchez, Elsa J.
Esto nos hace pensar que el lugar docente tiene, antes que el conocimien-
to, una función de ligazón con lo común, con lo comunitario que es condición de
aprendizaje. Y aparece claro en la joven maestra, como si ella lo tuviera interna-
lizado. Esta seña, el rescate, es una operación simbólica y, sea quien sea que
las ejerza, hace espacios psíquicos, hacen regulaciones, construye el cuerpo, el
amor, el miedo, el aprendizaje, hace un sujeto. Sobre esta infraestructura sim-
bólica se puede hacer enseñanza en el sentido escolar, pero después, porque
solo un sujeto ya sujetado, ya rescatado, aprende. Sería imposible apropiarse
de un contenido cultural si no está hecho este prólogo de posiciones, confian-
zas y expectativas.
Primero hay que incluirlo y allí hacerlo semejante, después, en el mejor de
los casos, podrá hacerse diferente.
Sin duda habrá, según historias y culturas modos diversos de pertenecer y
diversos modos de hacer pertenecer, de hacer lo común, pero no podrá haber
constitución subjetiva si no hay una primera pertenencia.
Tal como venimos sosteniendo este acto heroico tiene efecto educativo y nos
conmueve por este despliegue subjetivo que ocurre casi simultáneamente en la
maestra y en los alumnos, pero debemos aclarar que no es esta niña la figura
deseada de un docente. Bien dijimos, antes del conocimiento debe haber una li-
gazón con lo común, un acto de filiación que ubique al niño en genealogía so-
cial, como heredero reconocido, con derecho de cultura, pero después sí debe
venir el conocimiento. El rescate inclusivo es imprescindible pero el acto educa-
tivo no se agota allí, empieza allí. El conocimiento debe venir para que vengan
otras nuevas y diversas filiaciones, perspectivas más amplias para pasar de lo
local a lo universal, del presente al pasado, a imaginar futuros. Así verá que per-
tenece a un espacio mayor, planetario, que está más allá de su aldea y que su
linaje es más amplio, más antiguo y más complejo.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Para concluir
Esta historia, nos recuerda algo que en feroces políticas de mercado se ol-
vida, que debemos hacer primero lo común, esa base de protección y de identi-
dad que va a poner a un recién nacido en construcción subjetiva. Esa base pri-
mordial que hace el espacio simbólico para que luego sea ocupado por lo social.
Sin eso, todo empeño socializador o pedagógico será inútil. Después que tal es-
pacio se produzca, ya será tiempo de evitar domesticaciones excesivas con for-
matos únicos que hace tantos impensables.
Hemos pasado de pedagogías del oprimido a pedagogías del aburrido que
oprimieron unas y aburrieron otras a la pedagogía como discurso, hoy tal vez de-
bamos armar pedagogías del rescate y rescatar así a la pedagogía.
Notas
(1) Es una película de Zhang Yimou, un director que conocimos en “La linterna roja” que aquí se
llamó “Esposas y concubinas”(1991), magnífica película de juegos de género y poder, que muestra
el terrible lugar de la mujer en la cultura feudal china. Más tarde vimos también “La casa de las da-
gas voladoras” (2004), un cuento fantástico de princesas y guerreros de artes marciales. Produc-
ciones trabajadas con una fotografía magnífica en esa estética tan despojada, etérea, sedosa, tan
delicada y majestuosa a la vez. “Ni uno menos” fue premiada en los festivales de cine de China,
San Pablo y Venecia.
(2) En este marco se entiende la expresión “chinita”, referencia despectiva a las jóvenes campesi-
nas santiagueñas, porque el parecido entre las razas incaica y oriental es muy significativo. Y se en-
tiende también el peso despectivo porque tal parecido no era conveniente a las diferencias necesa-
rias para sostener sistemas sociales injustos.
444
Hernández De Sánchez, Elsa J.
Bibliografía
BOURDIEU, Pierre (1993) “Cosas dichas” – Edit.Gedisa.
CASTORIADIS, C. (1997) “El Avance de la Insignificancia”- Edit. Eudeba
FRIGERIO, G y DIKER, G. (comps.) (2008) “Educar: posiciones acerca de lo común” - Serie Semi-
narios del CEM - del estante editorial -
RANCIÈRE, Jacques (2007),“El maestro ignorante – Cinco lecciones sobre la emancipación inte-
lectual” – Libros del zorzal –Bs.As.
445
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
446
ENTRE LA PERICIA Y EL ANÁLISIS
Homene, Andrea
Filiación Institucional:
Perito Psicóloga de la Defensoría General de Morón, Pcia. de Buenos Aires- Ar-
gentina.
Resumen: El trabajo presenta la tarea que como Perito Psicóloga del Equipo Téc-
nico de la Defensoría General de Morón, llevo a cabo, en un intento de ir más allá
de la pericia, y del establecimiento de las condiciones de imputabilidad de un in-
dividuo, para abordar los aspectos intrapsíquicos que sobredeterminan el acto
disvalioso.
De este modo se procura un retorno a la subjetividad, en el contexto jurídico, que,
precisamente, tiene como meta la “objetividad” de su intervención. Dos sujetos
distintos, el del psicoanálisis y el del derecho, que coexisten en la intersección de
ambas disciplinas, y el desafío de poder sostener una práctica subjetivante, único
acceso posible a la asunción de las responsabilidades.
Palabras clave: jóvenes conflicto ley imputabilidad subjetividad Código Penal
deseo inconciente goce pasaje al acto homicidio deuda culpa.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
448
Homene, Andrea
Juan es un muchacho de 16 años, que como muchos de los jóvenes que ha-
bitan los barrios pobres de la provincia de Buenos Aires, abandonó la escolari-
dad al finalizar la primaria. Desde entonces, trabaja como cadete en una pana-
dería, y además de su salario, lleva el pan todos los días a su casa. Se trata de
un joven educado, prolijo, atento y responsable. No ha consumido ningún tipo de
drogas, ni reviste antecedentes de conflictos con la ley. Está imputado del deli-
to de homicidio en grado de tentativa.
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Homene, Andrea
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Homene, Andrea
Notas
1- Código Penal de la República Argentina. Libro primero. Disposiciones generales. Título V Impu-
tabilidad. Art. 40; Art. 41
2- Gerez Ambertin, M. “Entre deudas y culpas: sacrificios”
3- Gerez Ambertin, M. idem
Bibliografía
Aichorn A. : “Juventud Desamparada.”
Alexander F., Healy W. : “Las raíces del crimen”
Código Penal de la República Argentina. Libro primero. Disposiciones generales. Título V Imputabi-
lidad. Art. 34; Art. 40; Art. 41
Freud S. Obras Completas. Editorial Amorrortu
Friedhländer K.: “Psicoanálisis de la Delincuencia Juvenil”
Gerez Ambertin, M. “Entre deudas y culpas: sacrificios” Editorial Letra Viva
Homene A. : “Psicoanálisis en las Trincheras.” Editorial Letra Viva
Lacan J. “Seminario X La Angustia”
Mollo J.P. : “Psicoanálisis y Criminología”
Rubio M. : “Psicología Jurídica – Forense y Psicoanálisis”. Editorial Letra Viva
Tendlarz, S y García C. “¿A quién mata el asesino?”
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
454
DE EICHMANN AL PILOTO DE HIROSHIMA: FIGURAS DE
LA RESPONSABILIDAD.
Horenstein, Mariano
Filiación Institucional:
Miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Psicoanalítica de Córdoba.
Coordinador y editor de REVISTA DOCTA (Córdoba)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Horenstein, Mariano
Durante los años siguientes, Eatherly protagoniza una serie de extraños de-
litos: falsifica un cheque para enviar dinero a Japón; asalta cajeros sin llevar-
se el dinero; fuerza puertas de oficina sin llevarse la caja, como si se tratara de
un ejemplo viviente del tipo que Freud describiera como delincuentes por senti-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Horenstein, Mariano
therly, el grito responsable que hace oír, cuestionaba la complacencia masiva im-
perante, esa banal normalidad encarnada por sujetos cuyo ejemplo extremo bien
podría ser Eichmann.
En esa suerte de análisis, Anders interpreta tanto los intentos de Eatherly de
vivir con lo que ha hecho como sus actos delictivos -tomándolos como intentos
desesperados de ser admitido como culpable- y la situación imposible en la que
se lo puso al habérselo condenado, en vez de eso, a ser un enfermo. A la vez,
rescata el efecto subjetivante de su itinerario desquiciado, e incluso su valor pa-
radigmático para la época, ubicando a Eatherly en el lugar de, a la par de vícti-
ma, maestro.
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Horenstein, Mariano
Notas
(1) Todos los textos jurídicos, aún los vigentes en Alemania bajo el nazismo, coinciden en que las
órdenes criminales no deben ser obedecidas (Arendt, p. 440). El propio código militar alemán auto-
rizaba la desobediencia en casos extremos (Agamben, p. 102).
(2) Si Eichmann podía desculpabilizarse de aquello de lo que se le acusaba, Eatherly, héroe trági-
co, se sentía en cambio culpable por aquello de lo que no se lo acusaba, reivindicando su respon-
sabilidad.
(3) “Quince años han pasado desde que me hice esta promesa, y la culpa ligada a este crimen ha
llenado mi alma de confusión. Durante este tiempo, he estado casi ocho años en hospitales y he pa-
sado alguna que otra temporada en la cárcel. Tengo la impresión de que en la cárcel me he sentido
siempre más feliz: el castigo me permitía expiar mi culpa…” (Anders, p. 162).
(4) Anders se ubica incluso en un lugar más legítimo, en términos analíticos, que los psiquiatras que
trataron a Eatherly. Éstos fueron responsables tanto del deterioro inducido por la misma internación
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
como de cierto remedo de análisis que banalizaba tanto el complejo de culpa como el de Edipo, sien-
do un apenas disimulado ejercicio de poder.
(5) En verdad el intercambio se efectuó a medias entre el ritual público, judicial, y el privado, ana-
lítico, pues no sólo parte de su correspondencia fue publicada apenas después de llevarse a cabo
sino que Anders llevó adelante una cruzada pública –en distintos medios masivos de comunicación
y despachos oficiales- para salvar a Eatherly de la medicalización de la que era objeto.
(6) Quizás, intuyéndolo, esto deje fuera del dispositivo a sujetos que tanto por estructura como por
apuesta subjetiva, impugnan esa posibilidad.
(7) Entre los miembros de los consejos judíos que colaboraron con el exterminio, tan criticados por
Arendt, hubo algunos que decidieron suicidarse antes que asentir; algunos pocos miembros del ba-
tallón 101, formado por civiles que replicaban de forma amateur, sin constricción alguna, en la reta-
guardia, la tarea asesina de los Einsatzgruppen se negaron a asesinar; algunos países como Dina-
marca, aún bajo el yugo hitleriano, se negaron a colaborar con el genocidio.
(8) “De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables” escribía Lacan (Escritos, p. 837).
Bibliografía
Agamben, Giorgio, Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. Homo sacer III, Pre-Textos,
Valencia, 2005.
Anders, Gunthër, El piloto de Hiroshima. Más allá de los límites de la conciencia. Correspondencia
entre Claude Eatherly y Gunthër Anders, Paidós, Madrid, 2010.
Arendt, Hannah, Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal, Lumen, Barcelo-
na, 2001.
Braunstein, Néstor, La culpa en derecho y en psicoanálisis, en El psicoanálisis en el siglo, El psicoa-
nálisis en el siglo ed., Córdoba, 1995.
Browning, Christopher, Aquellos hombres grises. El batallón 101 y la Solución Final en Polonia, Ed-
hasa, Barcelona, 2002.
Freud, S., Los que delinquen por conciencia de culpa, en Freud, S., Algunos tipos de carácter diluci-
dados por el trabajo psicoanalítico (1916), O. C., T. XIV, Amorrortu, Bs. As., 1986.
Gerez Ambertín, Marta, Vicisitudes del acto criminal:acting-out y pasaje al acto, en Gerez Amber-
tín, M. (comp.), Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico, Letra Viva,
Bs. As., 2009.
Lacan, Escritos, Siglo XXI, México, 1986.
Legendre, Pierre, El crimen del cabo Lortie. Tratado sobre el padre, Siglo XXI,
México, 1994.
Norden, Eric, en Las entrevistas de Playboy, (G. Barry Golson, comp.), Emecé, Bs.
As., 1982.
Sontag, Susan, Contra la interpretación, Alfaguara, Bs. As., 1996.
462
DELITO Y MENOR
ANÁLISIS DE UN RELATO DE LA POBLACIÓN TESTIGO:
CASO “FIERRAZO”
Filiación Institucional:
Integrante del Proyecto de Investigación “Delito y menor. El niño homicida, una
mirada psicoanalítica”. Universidad John F. Kennedy (Buenos Aires)
Introducción
El objetivo principal del proyecto investigativo es el estudio de casos de ni-
ños, niñas y adolescentes que cometieron actos homicidas. Dado el rasgo inves-
tigativo a cargo de la Unidad Académica Universidad Kennedy - Incidencia de la
globalización en la causación de actos homicidas cometidos por niños y adoles-
centes en Argentina -, el objetivo se lleva adelante a través del análisis del acto
homicida y de las características de la comunidad en la que vive el homicida te-
niendo en cuenta la repercusión social del acto. Para ello hemos tenido en con-
sideración la recomendación de Jacques Lacan relativa a la utilización de los re-
latos periodísticos para el estudio de casos y la influencia del medio socio-cultu-
ral, tal como él lo ha realizado en el caso de las hermanas Papin.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Ilari Bonfico, Agostina F.
tiva, así como tampoco conocía a la víctima. Por otro lado, el menor no se en-
trega voluntariamente a la policía, sino que es arrestado en su vivienda, sin opo-
ner resistencia alguna.
Por su parte, el análisis del acto nos informa que el objeto de robo es una
casa de familia. El instrumento que se emplea en este acto es un golpe, ya que el
joven golpea con un fierrazo en la cabeza a la anciana. Al analizar de qué tipo de
acto se trata, vemos que es un hecho impulsivo, ya que el menor es sorprendido
por la mujer, reaccionando de manera intempestiva. Finalmente, el hecho ocurre
a la vista de otros, el grupo de jóvenes que se encontraba con él.
En cuanto a la víctima, las fuentes nos informan que se trata de una anciana
de 79 años, de clase media, siendo ella la única víctima del hecho. Los estudios
realizados al cuerpo de la anciana no presentan signos de resistencia. De acuer-
do con los relatos periodísticos, la víctima no conocía al actor.
La variable referida a las notas periodísticas, nos permite analizar de qué
modo ha sido comunicada y tratada la noticia del hecho. En este caso en particu-
lar, algunas fuentes mencionan el nombre de pila del actor; pero en su mayoría,
definen a la víctima con nombre y apellido, y muestran imágenes de la vivienda y
de la zona de residencia de la anciana. En cuanto al actor, se ha observado que
emplean indiscriminadamente la denominación “homicida” y/o “asesino”.
Por último, la variable sobre la reacción social, hemos visto que ésta ha
sido de una intensidad baja, ya que los vecinos y familiares de la víctima protes-
taron y hablaron sobre la víctima solamente en el mismo día del hecho. No ha
habido manifestaciones grupales de ningún tipo, pero sí han reclamado la de-
tención del joven.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Ilari Bonfico, Agostina F.
La Dra. Imbriano, nos indica que en la actualidad, la clínica nos permite ob-
servar numerosos casos de adolescentes, por fuera de la psicosis, en los cua-
les la resolución del kakón se dará a través de actos autoagresivos (automutila-
ciones, escoraciones, tricotilomanías, cortajeos, suicidios) o actos heteroagresi-
vos (5). En relación a esta temática, ha planteado que existen tres variables cau-
sales que pueden operar conjuntamente en los niños y adolescentes que come-
ten actos homicidas:
- La resolución de tensiones por rivalidad con el semejante.
- La resolución del malestar del kakón. Los sujetos salen del malestar come-
tiendo un acto homicida.
- Una llamada al orden público, buscando ser nombrados y reprimidos, mues-
tran que no hay autoridad. A través de su acto denuncia a la sociedad en la vi-
ven: están solo para arreglárselas con la violencia.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) La autora ha sido la directora de la investigación “Delito y menor. El niño homicida, una mirada
psicoanalítica” de la unidad académica Universidad John F. Kennedy. Es Decana del Departamen-
to de Psicoanálisis, Psicología y Psicología Social de dicha universidad. Es directora del Instituto de
Investigaciones en Psicoanálisis Aplicadas a las Ciencias Sociales, de la Universidad Kennedy. Es
autora de numerosas publicaciones científicas.
(2) http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=45812
(3) http://www.larazondechivilcoy.com.ar/site/noticia.php?id=4323
(4) Gerez Ambertin, M. (2009). Culpa, responsabilidad y castigo (Vol. III). Buenos Aires: Letra Viva.
(5) Imbriano, A. (2010). El kakón adolescente. Revista Actualidad Psicológica, Marzo.
(6) El análisis que se hace de las definiciones que figuran en el diccionario de sobre la adolescen-
cia, han sido elaborados por la Dra. Imbriano. Para mayores precisiones, remítase a “Algunas con-
sideraciones teóricas sobre niñez, período de latencia y adolescencia”. En Delito y menor. El niño
homicida, una mirada psicoanalítica (Informe de Avance III).
(7) Imbriano, A. La adolescencia del siglo XXI. Revista Letra Analítica. Universidad Kennedy.
(8) Imbriano, A. (2010). El kakón adolescente. Revista Actualidad Psicológica, Marzo.
(9) Imbriano, A. et. Al. (2010). El homicidio: una patentización del sujeto en lo real. Trabajo presen-
tado en el II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, en la Uni-
versidad de Buenos Aires.
Bibliografía
Gerez Ambertin, M. (2008). Culpa, responsabilidad y castigo (Vol. II). Buenos Aires: Letra Viva.
Gerez Ambertin, M. (2009). Culpa, responsabilidad y castigo (Vol. III). Buenos Aires: Letra Viva.
468
Ilari Bonfico, Agostina F.
Ilari Bonfico, A. (2010). Reflexiones acerca del proceso de globalización y su incidencia en lo social
y lo cultural. En Memorias II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psi-
cología. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología (ISSN 1667-6750).
Imbriano, A (2003). La adolescencia del siglo XXI. Revista Letra Analítica. Universidad Kennedy.
Disponible en:
Imbriano, A. (2010). El kakón adolescente. Revista Actualidad Psicológica, Marzo.
Imbriano, A; Winkler, P; Ilari Bonfico, A; Aguirre, G. (2010). El homicidio: una patentización del sujeto
en lo real. En Memorias II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psico-
logía. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología (ISSN 1667-6750).
Imbriano, A. et. al (2010). Delito y menor. El niño homicida, una mirada psicoanalítica. (Informe fi-
nal, presentado en abril de 2010).
469
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
470
LA CRISIS DEL ORDEN JURÍDICO
Y SUS EFECTOS SUBJETIVOS
Filiación Institucional:
Especialista en Psicologia Clinica- Universidad Kennedy
Doctora en Psicologia Clinica- Universidad Kennedy
Diploma Estudios Avanzados (D.E.A)- Universidad de París
Directora de la Maestria en Psicoanalisis- Universidad Kennedy
Decana del Departamento de Psicoanálisis- Universidad Kennedy
471
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
472
Imbriano, Amelia Haydée
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Imbriano, Amelia Haydée
475
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Referencias
(1) Pedro R. David. Nacido en Tucumán, en1929, abogado, cursó estudios de Doctorado en las si-
guientes universidades: Nacional de Tucumán, en Derecho; de Indiana (EEUU) en Sociología; en
Universidad Kennedy, en Ciencia Política. En la provincia de Salta se desempeñó como fiscal de Es-
tado adjunto, Asesor de Menores, Juez de la Cámara de Apelaciones del Trabajo y Juez de la Exce-
lentísima Corte Superior de Justicia. En 1974 fue designado Juez de la Cámara Nacional de Apela-
476
Imbriano, Amelia Haydée
ciones en lo Criminal y correccional de Buenos Aires, y en 1992, Juez de la Cámara Nacional de Ca-
sación Penal de la República Argentina. Actualmente se desempeña como Juez ad litem para el Tri-
bunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia. Con las Naciones Unidas ha colabora-
do como miembro del Consejo Asesor del Instituto Interregional para Investigaciones sobre la Delin-
cuencia y la Justicia, Consejero Interregional para la Prevención del Delito y justicia Penal y miem-
bro del grupo de cinco expertos nombrados por el Secretario General de la ONU, para evaluar el
funcionamiento del Tribunal Penal Criminal Internacional de Ruanda. Es autor de innumerables artí-
culos y libros, entre los que se destacan: Sociología jurídica, El mundo del delincuente y Conducta,
Integrativismo, Sociología del Derecho, Política Criminal, Derechos Humanos y Sistemas Jurídicos
en el siglo XXI, entre otros.
(2) David, P. (1970) Conducta, integrativismo y sociología del Derecho. Buenos Aires. Zavalía.
Pág.7.
(3) David, P. (2005). Criminología y sociedad. México: Instituto De Ciencias Penales. Pág. 17.
(4) David, P. (2003). Sociología criminal juvenil (6ta ed.). Buenos Aires: Lexis Nexis. Depalma. Pág.
167-9.
(5) Ibíd. Pág.167.
(6) Ibíd. Pág. 170.
(7) Minnicelli, M. (2010) Infancias en estado de excepción. Buenos Aires. Noveduc. Pág. 229.
(8) David, P. (2005) Ob. Cit. Pág.169.
(9) Gerez Ambertín, M. (2006). “Ley, prohibición y culpabilidad”. En: Culpa, responsabilidad y casti-
go. Letra Viva. Buenos Aires. Pág.37.
(10) Minnicelli, M. (2010). Ob. Cit. Pág. 119.
(11) David, P. (1999). Globalización, prevención del delito y justicia penal. Buenos Aires: Zavalía.
Pág. 403.
(12) Imbriano, A. (2010). La Odisea del Siglo XXI (2da. Ed.). Buenos Aires. Letra Viva. Pág. 57.
(13) Minnicelli, M. (2010). Ob. Cit. Pág. 119.
(14) Lacan, J. (1992). El Seminario XVII. El reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires. Paidós. Pág.
188.
(15) Lacan, J. (1987). De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. (5ta.ed.). Méxi-
co. Siglo XXI. Pág. 338.
(16) Lacan, J. (1984). Introducción a las funciones del psicoanálisis en criminología. Barcelona: Ar-
got.
(17) Minnicelli, M. (2010). Ob. Cit. Pág.163.
477
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
478
“EL QUE SABE, SABE Y EL QUE NO… ES JEFE”:
APOLOGÍA DE LA INCOMODIDAD Y SOSTENIMIENTO
DE UNA ÉTICA DEL SABER
Filiación Institucional:
Estudiantes de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán
* Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
479
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
to, que involucre tanto al profesor como al estudiante. Por ello compartimos con
Bleichmar la idea de recomposición de las partes, de recomposición del pacto
universitario, tanto de la relación estudiante-profesor, estudiante-estudiante, pro-
fesor-profesor y todas las demás relaciones que determinan el funcionamiento
de la institución.
Decir que es cuestión de los rectores y profesores, vale decir de los encarga-
dos de nuestra formación, tomar parte en lo que puede o no puede hacerse para
mejorar la calidad educativa, es situarse en una posición de comodidad, o de se-
sión de la responsabilidad por el propio saber. No hace falta llenar de micrófonos
la facultad para escuchar frases como: “eso no lo se porque el profesor no lo ex-
plico bien o el profesor no me cae bien por eso no me gusta la materia” y miles
de reproches externos, que solo generan ruido para el sujeto que lo enuncia de-
jando de lado la posibilidad de una critica constructiva, la posibilidad de un buen
vinculo entre alumno profesor.
Sino dejamos de lado la postura del alumno que corre la “carrera de los 100
metros” hacia un objetivo fijo (el titulo univeritario), que piensa a corto plazo, que
se limita a solo aprobar más que obtener un solido conocimiento, la idea de poder
construir un proyecto que acompañe al deseo de la excelencia académica, que-
da truncado. Por lo tanto creemos que si la representación del saber como ideal
a seguir solo se sostiene en la perspectiva de llegar lo antes posible a la meta el
pensamiento universitario se va quedando sin hogar.
No podemos pasar por alto que la crisis en el pensamiento universitario esta
relacionada con las formas que plantea el discurso neoliberal, que intenta extir-
par la falta del sujeto a partir de la oferta del consumo, donde uno es lo que lle-
va puesto y la pregunta por el deseo, por el ser, queda indefectiblemente pos-
tergada. Creemos que la pregunta por el deseo lleva a la pregunta por el saber,
saber para ser, y no saber para tener, en el sentido que el Otro del mercado lo
sostiene. Como discurre Lacan en el epígrafe arriba mencionado; nuestro traba-
jo busca en la pregunta por la excelencia académica, no llegar a conclusiones
tajantes, sino desandar por el camino significante aquello que fuimos y aquello
que queremos ser. Este trabajo no persigue el objetivo de una crítica infundada
y caprichosa hacia un plan de estudios o una organización determinada, sino in-
dagar en las condiciones actuales en las que se desarrolla la vida del estudian-
te en la universidad.
480
Iradis, Juan Pablo - Monroy, Valentín Julián* - Vázquez, Federico Osvaldo
481
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
482
Iradis, Juan Pablo - Monroy, Valentín Julián* - Vázquez, Federico Osvaldo
Quizás pueda objetarse que, dicha comodidad, que implica subrogar el de-
seo de saber a simplemente adaptarse de forma pasiva, lleva en última instan-
cia al goce y la culpa de ceder en el deseo, vale decir, la incomodidad del goce
con el Otro.
483
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
484
Iradis, Juan Pablo - Monroy, Valentín Julián* - Vázquez, Federico Osvaldo
Bibliografía consultada
Bleichmar, Silvia: “Dolor país y después…”. Bs. As. Libros del Zorzal (2007).
Elmiger, María E.: “El Sujeto Efecto de la Ley” (Entrecruzamiento de los discursos). En culpa, res-
ponsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico. Vol.1. (M. Gerez Ambertin Comp.) Bs.
As.: Letra Viva (2005).
Gerez Ambertin, M.: “La identidad robada… injuriada (vid Las claves del sujeto en Lacan). En Revis-
ta Psico-Logos. N°6, Abril 1996, Tucumán: Fac. de Psic-U.N.T.
Gerez Ambertin, M.: “Autoritarismo y Miseria de la masa”. En revista Psico-Logos. N°13, 2003. Tu-
cumán: Fac. de Psic-U.N.T.
Gerez Ambertin, M.: “Introducción a los fundamentos de Semiosis Social”. Ficha de Cátedra.
Goethe, Johann Wolfgang von: “Fausto”). Bs. As. Editorial Planeta (2003).
Lacan, Jacques: “La ética del psicoanálisis”, Seminario7 (1959-1960). Bs. As. Ed. Paidós (1988).
Sábato, Ernesto: “La Resistencia”. Bs. As. Grupo Planeta (2000).
485
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
486
LA SUBJETIVIDAD Y LA “NECESIDAD” DE FICCIÓN
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
487
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
488
Jaimez, Sandra Graciela E.
beral fuera arrasando con las ficciones que alojaban a la humanidad. Encontra-
mos, en la referencia freudiana, un modo de introducir una diferencia fundamen-
tal para el contrapunto:
“Anticipemos que en Freud, mientras el deseo apunta a la realización, la pul-
sión apunta a la satisfacción, e introduce el goce, que no es el placer. (Cosenti-
no, 1993:109).
Con el desdibujamiento de los relatos, los mitos o las creencias, conmina in-
cesto y parricidio y la profundización de las destrucciones y violencias ejercidas
sobre el campo del otro. El borramiento del campo de los significantes, que arti-
culan los relatos y mitos, por ejemplo, implica la pérdida de sustento histórico y
polarizante y con ello la subjetividad se torna errática. Desde el psicoanálisis se
entiende que el anclaje subjetivo pende de los Nombres del Padre con los que -
como sujetos - nos representamos a través de una historia que nos ubica y dife-
rencia. Sobre esto, se expresa Lacan en el Seminario III (1955-56) y en el Semina-
rio XVII (1970) muestra que la función Nombre del Padre preserva la subjetividad
y al sujeto, remitiéndolo a la inscripción fálica. Son estas, referencias solidarias
para el planteo sobre la necesidad lógica de las ficciones y andamiajes jurídicos,
legales, políticos, económicos que producen las subjetividades de la época.
El crecimiento robusto y arrogante de la exclusión y la fragmentación social,
quienes se convirtieran en los vástagos más prolíficos de la corrupción y la vio-
lencia degradó los intercambios simbólicos y como correlato de la reducción de
la subjetividad hay los sujetos con mayor posibilidad de ocupar el lugar de objeto
o cosa. Las “afanisis” palabra cuyo significado griego remite a desaparición, las
dispersiones subjetivas, los asaltos de la angustia tan cotidianos derivarían de los
encuentros traumáticos con lo real de la violencia y la destrucción que conllevan
la caída de la subjetividad y de los pactos sociales con los cuales cada sociedad
construye las coberturas jurídicas y religiosas para encaminar la vida humana.
489
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ref. Bibliográficas
Braunstein, Néstor A.: “La ficción del sujeto”.
Gerez Ambertín Marta (compiladora) Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psi-
coanalítico. Volumen II-1º ed.-Bs. As.: Letra Viva, 2004.
Cosentino, Juan Carlos: “Construcción de los conceptos freudianos” Bs. As.: Manantial. 1993
Rabinovich, D.: “El concepto de objeto en la teoría psicoanalítica”. Bs. As.: Manantial, 2007.
490
EL ADOLESCENTE: UN SUJETO FUERA DE LUGAR
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Maestría en Psicoanálisis de la Univ. John F. Kennedy (Bs. As.)
Esta posibilidad nos convierte en deudores y, más allá de las diferencias que
suponen la singularidad de las posiciones subjetivas ,nuestra responsabilidad
es la de trasmitir el legado que nos ha sido otorgado.
Se trata de trasmitir, no de reproducir, esto último entra en el terreno de la
ilusión.
J. Hassoun dice: “Una trasmisión lograda ofrece a quien la recibe un espa-
cio de libertad y una base que le permite abandonar el pasado para mejor reen-
contrarlo”.
Entendemos que la “trasmisión lograda” no escapa al desgarro entre ella y
lo que concierne a la condición de sujeto deseante, que intenta situarse en rela-
ción a la verdad de su existencia.
491
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
492
Jozami, María Ester
Los jóvenes -adolescentes de hoy, son efecto de una niñez que arrastra el Ar-
gentinazo del 2001, cuyos padres fueron los jóvenes de los 70.
Conocieron de “cacerolazos”, de un gobierno de turno que explotó-implotó ,
continuador de políticas corruptas.
La intermitencia de gobiernos democráticos con largos períodos de dictadu-
ra tuvieron un punto de inflexión esperanzador con el inicio de la presidencia de
493
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Raúl Alfonsín, y el juicio a las Juntas en 1983. Pero sus sentencias no se sosten-
drían. Caerían con la caducidad de la ley de Obediencia debida y punto final y
se destrozaría con los indultos menemistas de la década de los 90. Tomamos
la figura de “abandono de Institución”, para definir esos tiempos.
Pero, ya dijimos que los crímenes de lesa humanidad, perpetrados en todo
su abanico, no prescriben.
494
Jozami, María Ester
último con el que la Justicia sentó precedente al fallar en relación a los críme-
nes de lesa humanidad, nombrándolos como tal.
Es imprescindible subrayar que estos efectos fueron fruto del esfuerzo y la
lucha pacífica de miles de ciudadanos que siguieron apostando a la vida.
Por que de eso se trata y se trató; por décadas el genocidio no reconocido,
tuvo efectos melancolizantes, como todo duelo suspendido ya que la ausencia
de sanción de los crímenes que los provocaron lo había impedido.
Y es esta la diferencia en estos tiempos, tenemos una juventud (más allá de
edades cronológicas) que puede evocar, participar, diferenciar. Y sobre todo,
apostar a un recorrido productivo/creativo, con una dosis imprescindible de “ creen-
cia” “subvirtiendo” las pesadas y devastadoras nominaciones, que lograron modi-
ficar “nominar” como efecto de “nombrar” y tal vez sus riquísimas consecuencias
significantes por el ensayado como equivalente de expulsar, dejar fuera.
Una población “rejuvenecida” devino en estos últimos períodos democráticos
(a partir del 2003), en ciudadanos. En sujetos con posibilidades de ejercer sus
derechos, y entre estos el de votar, pedir explicaciones, y sobre todo apostar a
un proyecto de país, hoy, reitero emparentado al de región.
Este proyecto político de trabajo institucional continuó con la llegada de
Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia. Y se continúa no sin obstácu-
los y heridas, hasta el que constituyó ese otro punto de inflexión: la muerte del
ex presidente N. Kirchner.
“Gracias Néstor…fuerza Cristina”, se escucha desde ese doloroso 27 de Oc-
tubre del año 2010.
Y son jóvenes-adolescentes, nuevamente los protagonistas en este caso,
del programa “Jóvenes y memoria”.
Participan en el estudiantes secundarios de todo el país.
Hablan de política como herramienta de transformación, y debaten sobre el
pasado y el presente de los derechos humanos.
Decididamente se vienen gestando nuevos aires.
Trabajar para construir “ciudadanía” supone referirnos a un Estado-Nación.
Y este presupone la constitución singular –social de un sujeto, que en tanto tal,
pueda nombrarse y remitirse a la Referencia fundadora.
495
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
496
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UN CAMPO:
NO HAY ESCUCHA INOCENTE
Kahanoff, Dominique
Filiación Institucional:
Integrante del Proyecto de Investigación UBACyT P056 “Lógicas de la castración”,
Fac. de Psicología, UBA.
Resumen: Es desde el pensamiento freudiano que vamos a intentar trazar los lí-
mites del psicoanálisis. ¿Cuál es la construcción del campo de la experiencia del
análisis para Freud? Vamos a pensar las modificaciones en la delimitación del dis-
positivo allí donde lo que se escucha no es lo mismo si se modifica el lugar de es-
cucha. Este lugar señala aquello imposible de escuchar para una clínica y posible
para otra: no hay escucha inocente.
Palabras claves: Transferencia – clínica – lugar del analista
497
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Klein. ¿Las rupturas teóricas amplían los límites de la praxis psicoanalítica o in-
auguran un nuevo campo?
Lo imposible y lo posible, lo analizable y lo “no analizable” son entonces cons-
trucciones que se modifican en la praxis psicoanalítica. La teoría recorta una prác-
tica posible no ligada a la dificultad o gravedad del caso sino a los límites del mé-
todo en ese momento, allí donde los límites se corren es donde vemos que Freud
inaugura un pensamiento donde una hipótesis fracasa y no son sólo articulacio-
nes teóricas sino modificaciones en el lugar que le corresponde al analista.
Las figuras que restan como imposible en la teoría freudiana no son estáti-
cas. Si en un primer momento ubicamos a las neurosis actuales como un imposi-
ble para el dispositivo esto es porque Freud piensa una lógica basada en el des-
plazamiento de investiduras en donde la angustia aparece por fuera de la cade-
na asociativa y por ende le resulta imposible situar un mecanismo psíquico en
relación al cual entraría en una dialéctica de lenguaje, permanece en un eterno
tiempo presente.
En un segundo momento teoriza las neurosis narcisistas (en oposición a la
neurosis de transferencia), la transferencia aparece en el núcleo de la práctica
analítica asociado al despliegue de las formaciones del inconsciente y el pasaje
de la neurosis a la neurosis de transferencia es a partir del amor de transferen-
cia; entonces las entrevistas preliminares adquieren un valor fundamental en de-
tectar aquellos “incapaces para establecer un lazo trasnferencial”.
En Nuevos caminos de la terapia analítica Freud interrogará este amor de
transferencia en donde lejos de traer malestar, el análisis introduce satisfacción
sustitutiva, es decir, la estructura del dispositivo aporta satisfacción.
Este obstáculo producto del dispositivo le permite a Freud pensar en otra clí-
nica haciendo un giro hacia el más allá del principio del placer. En tanto el dispo-
sitivo de la neurosis de transferencia sostiene en el análisis la satisfacción, sien-
do lo mismo que quiere hacer perder, la introducción de otro campo le permite
pensar a Freud la pérdida de ligadura.
498
Kahanoff, Dominique
499
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
que pensamos para el psicoanálisis. Diremos que hay una ruptura, entonces, no
una solución de continuidad.
Si Lacan señala que Freud parte de los dichos de los pacientes para regresar
a ellos diremos que se trata de la asunción por parte del sujeto de su propia histo-
ria en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida al Otro (4).
Entonces, desde Dirección de la Cura…, decimos que si bien el analista di-
rige la cura es a partir del concepto de transferencia que tenemos, que se diri-
ge la cura. El problema lo ubicamos cuando no se trata de una asunción, de una
modificación del sujeto con su decir sino de producir el campo que posibilite ese
decir. Un paso previo.
Un paso previo para producir el campo que posibilite el decir. Desde la lógi-
ca del grupo de Klein que retoma Lacan podríamos pensar que ese paso es el
que se da entre el “no pienso” en términos del pensamiento inconsciente y el “no
soy” habilitando el pensar inconsciente.
500
Kahanoff, Dominique
501
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Althusser, L. : De El capital a la filosofía de Marx, Ed. Siglo XXI Editores, Mexico, 2004, p.19.
(2) Lacan J.: La dirección de la cura y los principios de su poder, Escritos 2, Siglo XXI, BS. As.,
pág. 581.
(3) Entrevista a Lacan por Emilio Granzotto para Magazine Litteraire, recuperado por Magazine Lit-
teraire 428, febrero 2004.
(4) Ibidem.
(5) J. Lacan, La lógica del fantasma, Clase 4 del 14 de diciembre de 1966.
Bibliografía
Althusser, L: De El capital a la filosofía de Marx, Ed. Siglo XXI Editores, Mexi-
co, 2004.
Freud, S.: Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica (1919 [1918]). Tomo XVII.
En Obras completas. Amorrortu Editor
Freud, S.: Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico (1912). Tomo XII.
En Obras completas. Amorrortu Editores.
Freud, S.: Sobre la iniciación del tratamiento (1913). Tomo XII. En Obras comple-
tas. Amorrortu Editores.
Lacan J.: La dirección de la cura y los principios de su poder, Escritos 2, Ed. Si-
glo XXI, Buenos Aires, 2003.
502
LOS SIGNIFICANTES VACIADOS DE SENTIDO
Filiación Institucional:
Magister en Psicoanálisis. Docente-Investigadora del Consejo de Investigación de la Univer-
sidad del Aconcagua (CIUDA) y Maestría en Psicoanálisis, Facultad de Psicología, Universi-
dad del Aconcagua, Mendoza, Argentina.
Me es muy grato encontrarme con este III Congreso que hace serie con los dos
anteriores. Al ubicarlo en su lugar de tercero ya está en relación a los otros dos, hay
una lógica subyacente en juego. El trabajo que presenté en el panel de cierre del
II, se ve reflejado en el título: “ACTO, RESPONSABILIDAD Y SUBJETIVIDADES”
y puede incluirse en la temática actual: La responsabilidad subjetiva del analizante
/del analista. En ese momento en uno de los párrafos expresaba:
“El analista trabaja con las entrevistas preliminares hasta que encuentre un vi-
raje para conmover al sujeto y pueda ubicarse él, como semblante de “a” y el pa-
ciente, en tanto sujeto, como alguien que se pregunta. A veces el trabajo con un pa-
ciente se realiza con entrevistas preliminares. Es necesario que el analista, a través
de su formación, emprenda el recorrido desde la posición en que llega el paciente
y apueste al trabajo que posibilite este sujeto singular” (Karlen Zbrun, 2009).
503
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Es Jean Claude Milner quien sostiene: “Para explicar con una única palabra
lo que está en juego,…forjaré el término cuatriplicidad” La cuatriplicidad mascu-
lino/femenino/padres/hijo, esto es lo que designan tanto la calma expresión de
generación en generación, como la perturbada pregunta ¿qué le diré a mi hijo?”.
(Milner, 2007:118)
504
Karlen Zbrun, Hilda Teresita
Milner plantea que lo que causa horror es que lo ilimitado que la ciencia pro-
duce, responde a la demanda. Es una demanda tan antigua como la humani-
dad hablante.
Si nos fijamos en la filosofía, ya lo encontramos en Platón, en el mito de Aris-
tófanes. Este mito aparece en el Banquete de Platón, en el Discurso de Aristó-
fanes, quien define al amor como a un íntimo anhelo de restitución de una pleni-
tud perdida, de reencuentro con un total. Uno mismo con el ser amado. Aristófa-
nes nos narra una antigua leyenda sobre Efialtes y Oto, que encadenaron a Ares
e intentaron escalar el cielo para derrocar a Zeus (Homero). Expone que, en la
antigüedad, la humanidad se dividía en tres géneros, el masculino, el femenino,
y el andrógino (del griego Andros-Hombre y Gino-Mujer). Los seres que pertene-
cían a esta última clase eran redondos, con cuatro brazos, cuatro piernas, dos
caras en la cabeza y, por supuesto dos órganos sexuales. Estaban unidos por el
vientre. Eran seres tan terribles por su vigor y fuerza que se sintieron suficientes
para atentar contra los dioses. Puesto que Zeus no podía destruir la raza huma-
na, dado que ésta era la que adoraba a los dioses, los castigó partiéndolos por
la mitad. El Amor desde tiempos inmemoriales trata de unirlos, de manera que,
505
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ahora bien, en Freud hay una “caída del supuesto de la reunión” (Cosentino,
2011) “En el Esquema, se produce un vuelco… el propio si-mismo en la Spal-
tung del sujeto, vale como un objeto ajeno” (Cosentino 2011). El propio si-mismo
es perdido para siempre, es un resto inasimilble.
506
Karlen Zbrun, Hilda Teresita
507
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Las grandes categorías normativas del derecho de las personas, madre, pa-
dre, hijo, hija, son significantes que hacen a la categoría genealógica. Las cate-
gorías genealógicas están en lo universal del lenguaje no sin la particularidad de
la lengua. Estos significantes son a los que el sujeto se identifica para vivir. Son
significantes de la legalidad y cuando están reprimidos, vuelven bajo formas de
asesinatos o “rupturas del sujeto”.
Para concluir se remarca que hay una historicidad constitutiva de cada suje-
to, del parletre y este principio genealógico debe ser sostenido. Es responsabili-
dad de juristas y analistas no dejarlo caer en manos del discurso sin límites de la
ciencia, a la manera del mito de Aristófanes, donde se cree en el amor como un
reencuentro con un todo, imaginariamente sobreinvestido. Los juristas y psicoa-
nanalistas tienen que posibilitar el lugar de cada sujeto y no permitir que la Cien-
cia se precipite a un lugar “normativo” que no es el suyo.
Referencias bibliográficas
Cosentino, Juan. La idea de la pulsión de muerte, en El yo y el ello, Manuscritos inéditos y versión
publicada, Buenos Aires, Mármol-Izquierdo, 2011, en prensa.
Freud, Sigmund. Más allá del principio de placer (1920) en Obras completas, vol XVIII, Buenos Ai-
res, Amorrortu, 1984.
Freud, Sigmund. Moisés y la religión monoteista (1938) en Obras completas, vol XXIII, Buenos Ai-
res, Amorrortu, 1986.
Karlen Zbrun, Hilda. Responsabilidad en psicoanálisis en II Congreso Internacional de Investigación
en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales, Santiago del Estero, 2009.
Lacan, Jacques. Intervención sobre la transferencia (1951) en Escritos 1, Siglo XXI, 1985.
Lacan, Jacques. El Seminario Libro 10. La angustia. (1963-64) Buenos Aires. Paidós. 2006
Legendre, Pierre. El inestimable objeto de la transmisión. México. Siglo veintiuno editores 1996.
Milner, Jean Claude. Las inclinaciones criminales de la Europa democrática. Buenos Aires Manan-
tial 2007.
508
ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR:
LA DENUNCIA COMO RECLAMO DE LEY
Filiación Institucional:
Cuerpo Médico Forense (Añatuya) de Santiago del Estero
Doctoranda en Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán
Resumen: El presente trabajo realiza una lectura sobre la temática del incesto,
la concomitante nulidad de la posición subjetiva de la víctima y el devenir del pa-
saje a la denuncia, precipitando algo del orden de lo endogámico hacia una bús-
queda de ley. Esta es la ley que hace posible -y a la vez resguarda- el lenguaje, la
cultura, lo social.
Desde el quehacer forense sabemos de la posición sacrificial de la víctima que es
capaz de sostener la situación de incesto aún a costa de su propia subjetividad, lo
cual nos recuerda que “el sacrificio, desacralizado y envilecido (…) sus expresio-
nes vaciadas de sacralidad, amenazan el sostenimiento del lazo social y las forma-
ciones del inconsciente y arrojan siempre un plus de violencia y goce.” (Gerez Am-
bertín, M. 2008:18). Nuestra idea directriz plantea a la denuncia judicial como el
intento de recuperación de la subjetividad por parte de la víctima quien desde la
tópica de un más allá del principio del placer trata de realizar un pasaje hacia la
exogamia propia de lo institucional.
Palabras Clave. Incesto - Acto Perverso - Anulación Subjetiva Denuncia - Pa-
labra - Subjetividad
Introducción
Inicialmente definimos al abuso sexual intrafamiliar que nos ocupa –de ma-
nera muy simplificada- como aquella relación asimétrica abusiva de tenor sexual
que implica a un progenitor con uno o más de sus hijos. En esta relación se im-
pone el cuerpo del adulto por sobre el cuerpo del menor quedando éste ubicado
en posición de objeto (objeto de abuso, objeto de goce).
509
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desarrollo
Pensar la relación de incesto paterno-filial sostenida en el tiempo en su calidad
de acto perverso permite aseverar que imposibilita en su acontecer mismo la sub-
jetivación de ese/a hijo/a cuyo deseo es incapaz de hallar circulación alguna.
En el incesto la posibilidad de sustitución se encuentra obturada en una par-
tida cuerpo a cuerpo, “el adulto abusador, en lugar de ser el soporte de la ley
exogámica se pretende hacedor de la ley como un ser todopoderoso y sin fallas
a quien todo le pertenece” (Tesone, J.E. 1994:174). Este no-padre desde la fun-
ción es absoluto, no hay fallas que le sean propias. No representa la ley sino que
la encarna siendo incapaz de concebir que algo sea por fuera de él: en esa en-
dogamia la hija no solo le pertenece sino que es parte de él en su constitución:
hay lo mismo sobre lo mismo, sin diferenciación.
Así, la imposibilidad de sustitución sofoca el deseo del sujeto, aprisionándolo
y anulándolo hasta tal punto que se diluye: el deseo no puede fluir, no deviene.
Por ello el incesto pone en jaque al lazo social, porque no acontece en el campo
del deseo, sino en los territorios del goce. Al no haber lugar para la falta tampo-
co puede haber objeto perdido a sustituir.
Braunstein asevera que “la ley del lenguaje impone la renuncia a los goces y
de tal manera instituye el deseo (…) mantiene al goce en su horizonte de impo-
sibilidad; el deseo ha de plegarse a la ley gracias a la función del padre” (Brauns-
tein, N. 2006:101) pero el acto endogámico que aquí nos ocupa acontece en un
territorio harto más sinuoso: más allá del principio del placer.
Es sabido que el abuso sexual intrafamiliar es la transgresión de ley allí don-
de debe ser impuesta, pero no solo falla al no ser erguida con la fuerza nece-
saria para su imposición, sino que se ve quebrantada una y otra vez de manera
sostenida-reiterada en el tiempo, conllevando así la violencia de un acto sin pa-
labras, sin posibilidad de simbolización.
Por su parte respecto del incesto paterno-filial Rozanski dice: “en el centro del
fenómeno impera la ley del silencio siendo sumamente difícil –cuando no imposi-
ble- quebrantarla” (Rozanski, C. 2003:37). Algo del orden de lo impuesto parece
operar haciendo que la familia incestuosa sostenga su equilibrio a costa de aque-
llo no dicho. Lo prohibido se ha trocado en lo poseído, lo accedido, lo no-diferen-
ciado. La relación incestuosa responde de suyo a un acto autoritario que como
dice Giberti: “es un bizarro y delictivo ejercicio de poder a cargo del padre…esta
práctica desborda la ejecución corporal para consagrarse en el ejercicio irrestric-
to de poder, donde ancla el sistema incestuoso” (Giberti, E. 1998:82).
510
Kelly, Ana María Valeria
Recordemos además que “el autoritarismo supone un más allá del poder le-
gitimado y deriva en coerción, influencia, persuasión (…) el lazo de autoritarismo
desresponsabiliza”. (Gerez Ambertín, M. 2003:30). Tanto la cuestión del autorita-
rismo, manifestado en su versión más cruda, como a la imposibilidad de sustitu-
ción ya mencionada en tanto esencia del incesto se enhebran prolijamente con la
siguiente afirmación: “cuando hay exceso de goce hay un borramiento de la alte-
ridad y el confisco del cuerpo termina en la violencia. La alteridad es importante
para el sujeto, sino se termina en totalitarismos”. (Figueiredo, H. 2008. Curso de
Doctorado “Devastación del sujeto y del Lazo Social”. UNT).
Es menester destacar la evidente correspondencia entre el acto totalitario ava-
sallante y el acto perverso per se: ambos son idénticos. Es en tal sentido que con-
cebimos al perverso como aquel que con su acto desubjetiviza al otro-partenaire.
El padre incestuoso anula al hijo en su cualidad de sujeto deseante. Se lo queda
para sí: cosificado y retenido en lo endogámico. Porque “en el incesto llevado al
acto cae el padre como soporte de la genealogía y la filiación. Nos encontramos
aquí ante una versión perversa del padre. Irrumpe lo traumático que se tramita
vía la incorporación de lo peor del padre.” (Capacete, L. 2009:155).
El niño del incesto se encuentra enajenado: ajeno al propio deseo (que no
circula) y alienado al otro. La víctima ofrece su propio desvanecimiento subjetivo
para constituirse en el sostén de este montaje perverso. Al respecto Serge An-
dré refiere al impulso de corromper y dividir al otro, como aquello hacia lo cual
se ven atraídos los perversos y luego asevera en relación al amo sadiano que
“lo que le interesa no es, como demasiado a menudo se cree, el sufrimiento de
su víctima. El sádico no busca simplemente hacer daño: quiere la división sub-
jetiva que el sufrimiento permite hacer emerger en la víctima.” (negritas mías)
(André, S. 1995:19).
La hija-objeto de abuso es objeto de goce: al no haber palabra la niña cosifi-
cada del abuso solo puede dar cuenta de ello en lo real del cuerpo mismo (des-
floración, lesiones, desgarros, embarazos, abortos fallidos o no) ya que pierde la
cuenta de su propia subjetividad.
Como dijimos ante la ruptura del fantasma el sujeto cae, se desubjetiviza y
queda en un estado de alienación pura, sin posibilidad de separarse y sin alteri-
dad. En el incesto la niña queda en posición de residuo, deviene en resto: esta
cosificado.
El no-padre busca la confirmación de la posición propia desde su voluntad de
goce para así reasegurar su poder sin tachaduras. El abusador sostiene su po-
511
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusión
Según la Real Academia Española DENUNCIAR quiere decir: “Noticiar. Avisar.
Delatar. Declarar oficialmente el estado ilegal o irregular de algo. Acudir a la autori-
dad competente y dar noticia de una actuación ilícita o de un suceso irregular”.
Vemos entonces cómo el denunciar supone de suyo una serie de elementos:
alguien que delata (sujeto de la denunciación), un acto “ilícito”, el autor de dicha
“irregularidad”, un cuerpo normativo a la luz del cual se califica al ilícito de acuer-
do a su tenor-cualidad (tipificación) y además la autoridad que debe ser compe-
tente en un doble sentido: porque “le concierne” lo denunciado pero además por-
que dar respuesta al sujeto que denuncia.
Con la denuncia de la niña ahora hay palabra donde antes reinaba el pac-
512
Kelly, Ana María Valeria
Ref. Bibliográficas
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2009.
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513
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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nos Aires. Editorial Letra Viva. 2008.
• Giberti, Eva (1998) “Incesto paterno-filial. Una visión interdisciplinaria” Buenos Aires. Editorial uni-
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• Leguil, Francois (1990) “Rasgos de Perversión” Primera Conferencia. Buenos Aires. Editorial Ma-
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• Roudinesco, Elisabeth (2007) “Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos” Barcelona-Bue-
nos Aires. Editorial Anagrama. 2007.
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2003.
• Tesone, Juan E. (1994) “Notas psicoanalíticas sobre el incesto: ¿el triángulo desecho? Revista de
Psicología y Psicoterapia de grupo Tomo XVII: Nº 1. AAPPG. 1994.
514
LA VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS.
¿SÓLO COSA DE JÓVENES?
Filiación Institucional:
Lazzarone, E. E.: Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Doctoranda en Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán.
Ministerio de Educación de Sgo. del Estero.
Alcaide, J.: Doctoranda en Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán.
Ministerio de Educación de Sgo. del Estero.
515
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cir podemos aludir con ella tanto, a actos como a los sentimientos que esos
actos generan.
Sin embargo, nos inquietan los modos nuevos que asume ese malestar,
516
Lazzarone, Evelia E. - Alcaide, Josefina
El suceso que marcó, y que puso en agenda pública, la violencia en las es-
cuelas, fue la recordada masacre de Carmen de Patagones del año 2004. Pero
no queremos hablar de este hecho. En realidad, lo traemos a la memoria del lec-
tor como hecho paradigmático que visibilizó actos de violencia, que tenían como
espacio la institución escolar.
Nadie podrá negar, que desde allí y hasta la fecha, no dejan de ser publica-
dos, día a día, situaciones de violencia. Lejos de pensar que sólo los alumnos
son protagonistas de estas situaciones; padres, docentes, directivos también lo
son. Es decir, los actos de violencia que suceden en las escuelas tienen a acto-
res y a protagonistas tanto a jóvenes como a adultos. Y sobre estos adultos que-
remos reflexionar.
De los adultos, por contrato social, se espera un posicionamiento regulador
de los intercambios, y un respeto a los órdenes legales compartidos, que permi-
ten el sostenimiento de un lazo social.
Una inquietud que surge, cuando se visibilizan situaciones en las que los
adultos intervienen violentamente en el campo educativo, es pensar: ¿Qué men-
saje envía y a quién el adulto se está dirigiendo con su acto. ¿A los jóvenes? ¿A
la sociedad? ¿O es un modo de darse un lugar? Y dejamos esta inquietud en
suspenso.
Ahora bien, las situaciones de violencia son ejercidas por los adultos, con ma-
yor frecuencia en el mismo espacio escolar, y bajo la mirada de la comunidad.
Las agresiones, los hechos de violencia, ya no tienen como escenario la esfera
privada; sino que mientras más público el hecho, el adulto parece tener la sen-
sación de mayor satisfacción por lo actuado.
517
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por lo tanto, podemos hipotetizar, que los adultos actúan el colapso del con-
trato cultural, por el que la generación que antecede se compromete a “marcar”
una diferencia, una distancia, una posición otra respecto del lugar que le cabe a
los niños y jóvenes. Distancia que permite efectivizar la apropiación de referen-
cias simbólicas. Recordemos que el Otro es esa instancia por la cual se estable-
ce una anterioridad fundadora.
518
Lazzarone, Evelia E. - Alcaide, Josefina
educación de los recién llegados; y por sobre todo esta alianza se entabló sobre
la base de una autoridad compartida.
Sin embargo, hoy esta alianza parece estar bajo sospecha y sus efectos son:
una escuela que ha quedado debilitada; unas familias, en tanto células estruc-
turantes, resquebrajadas; y unos niños carentes de límites y de referentes han
quedado especialmente a la deriva.
... “el adulto es el que, viviendo en una sociedad de incertezas, de relativis-
mo moral, de resquebrajamiento, fragmentación, individualismo, transformación
constante, parecería estar bajo un proceso de infantilización. La adaptación del
adulto es difícil y las señales que emite se traducen en una desesperada lucha
por encontrar su espacio social”… (Citera, Miriam)
Podemos pensar que los actos de violencia ejercidos por los adultos en el
ámbito escolar, enunciarían un modo posible de ejercitar el lugar de la autori-
dad que les compete, sin embargo lo hacen a la manera que lo hacen los jóve-
nes. Estas situaciones, ponen al descubierto el desdibujamiento, dilución y des-
fondamiento de la narrativa que sostiene esta función, en donde la prescripción
social es la eterna juventud.
“Si el padre cede su lugar, como factor estructurante, ya sea por su pro-
pia impostura narcisista, creyendo ser la Ley, o por su debilidad fálica a fa-
vor de fuertes corrientes pasivas, los hijos naufragan en el goce pulsional, y
no logran inscribirse creativamente en el orden simbólico sociocultural.”
519
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Palabras Finales
Pensamos que la escuela se encuentra en una paradoja en los tiempos ac-
tuales. De ella no se espera nada y al mismo tiempo de ella se espera todo.
520
Lazzarone, Evelia E. - Alcaide, Josefina
Bibliografía
Bleichmar, Silvia: (2009) “La Subjetividad en Riesgo”. Topía Editorial. Bs.As.
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Dustchasky Silvia, Birgin, Alejandra Compiladoras. “Dónde está la Escuela?” Ensayos sobre la ges-
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--------- El malestar en la cultura. (1929)
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Zizek,Slajov: (2008) “Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales” Editorial Paidós. BsAs.
521
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
522
EL DISCURSO DOCENTE SOBRE
LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
Introducción
El siguiente trabajo tiene el objetivo de presentar una breve síntesis sobre mi
trabajo final de grado de la carrera de Licenciatura en Psicología de la Universi-
dad Católica de Santiago del Estero.
El tema de investigación intenta tomar contacto con la problemática de la vio-
lencia en las escuelas. Nos interesó enfocar el tema desde una mirada psicoana-
lítica hacia el discurso que sobre este hecho realizan los docentes de una Institu-
ción Educativa, los cuales fueron entrevistados como parte de una investigación,
cuyo propósito es conocer cuál es el discurso que tiene el docente de la institu-
ción respecto a la violencia.
Objetivos y Metodología
Objetivo general: Interpretar, a partir de los relatos de los docentes, las viven-
cias que ellos tienen con respecto a la violencia en la escuela.
Objetivos específicos: 1) Describir como los docentes definen el concep-
to de violencia en la escuela. 2) Discernir cuales son los recursos y estrategias
que el docente lleva a cabo frente a hechos de violencia. 3) Indagar los senti-
mientos y emociones que experimentan los docentes frente a hechos de violen-
cia de sus alumnos.
Para tomar contacto e interpretar las diferentes perspectivas, miradas, sig-
nificados de los actores recurrí al enfoque cualitativo y al paradigma interpretati-
vo. El muestreo es intencional y no probabilístico, la estrategia de recolección de
datos son entrevistas en profundidad. El análisis de los datos es de carácter ex-
523
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Resultados
Teniendo en cuenta los objetivos mencionados anteriormente, se realiza el
análisis de los datos, dividido en capítulos.
524
Ledesma, Alicia Estefanía
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
526
Ledesma, Alicia Estefanía
527
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
A modo de conclusión
Ante estas situaciones de violencia, es necesario un compromiso institucio-
nal, es decir se debe involucrar a todos los sujetos de la institución, para que cada
uno desde su lugar de sujeto, pueda realizar acciones efectivas, complementa-
rias, anticipándose a situaciones conflictivas que representan diferentes grados
de complejidad. Podría decirse ante este panorama, la escuela como una de las
instituciones de la sociedad que debería garantizar los lazos sociales. Es por eso
que esta investigación más que concluir, abrió interrogantes y generó una aper-
tura en la forma de pensar la violencia en la escuela, y creemos que no hay un
sola disciplina que pueda dar respuestas y soluciones ante las situaciones con-
flictivas, sino que apostamos a un encuentro, un trabajo compartido, donde la pa-
labra y el deseo de pensar de diferentes modos de proceder sea una salida posi-
ble, para seguir construyendo subjetividades, darle al joven la posibilidad de ha-
blar, porque la palabra es lo que hace circular el deseo de cada sujeto y permi-
te el lazo social con el otro.
Notas
(1) Freud Sigmund Psicología del colegial. Obras completas. Biblioteca nueva. Barcelona. 1986
(2) Bleichmar, Silvia Violencia social, violencia escolar: De la puesta de límites a la construcción de
legalidades. 1ª ed. Noveduc. Buenos Aires, 2008. Pág. 42
(3) Gerez Ambertin, Marta Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico
volumen III1° ed. Letra viva, Buenos Aires. 2009. Pag. 55
(4) Gerez Ambertin, Marta Culpa, responsabilidad y castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico
III1° ed. Letra viva, Buenos Aires. 2009. Pag.124.
(5) Bleichmar, Silvia Violencia social, violencia escolar: De la puesta de límites a la construcción de
legalidades. ed. Noveduc. Buenos Aires, 2008. Pag. 42
528
ACTO Y NUEVAS SUBJETIVIDADES
DE PEQUEÑA MAFIOSA A AYUDANTE DE LA LEY
Filiación Institucional:
Magister. Docente-Investigadora de la Maestría en Psicoanálisis de la Universi-
dad Argentina J. F. Kennedy
529
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Pero ¿cómo uno puede repudiar por completo la violencia cuando la lucha y la agresión
son parte de la vida? La solución sencilla es una distinción terminológica entre la «agresión»,
que pertenece efectivamente a la «fuerza vital», y la «violencia », que es una «fuerza mortal»:
«violencia» no es aquí la agresión como tal, sino su exceso que perturba el curso normal de las
cosas deseando siempre más. La tarea se convierte en librarse de ese exceso. (P. 81)
Freud (1920) [2] plantea la dicotomía entre Eros y Tánatos, haciendo explícito
el problema de la destructividad. La inclinación agresiva es una disposición pul-
sional autónoma, originaria del ser humano y en ella la cultura encuentra su más
poderoso obstáculo. Esta pulsión agresiva, natural de los seres humanos se ma-
nifiesta en la hostilidad de uno contra todos y todos contra uno.
Una pequeña viñeta, que ni siquiera es clínica, nos servirá de pretexto para in-
terrogarnos acerca del sujeto tomado por el goce y las posibilidades que se abren
a partir de un acto que permite al sujeto interrogarse por el deseo.
Viñeta
Una paciente, directora de una escuela en la provincia de Bs. As., trae a su
sesión la gran preocupación que despierta en ella una alumna de 9 años, Mar-
garita Uriarte [3]. La niña presenta características muy violentas con los compa-
ñeros de grado, con su maestra y sobre todo con otra niña a la que golpeó con
fuerza en la cabeza [4]. Ante otros hechos graves que se repiten, la Directora,
además de informar a la Inspectora de zona, recurre al Ministerio de Educación
demandando un tratamiento para Margarita. La respuesta es negativa.
Los padres no responden a las citaciones que realizó la escuela. La directo-
ra decide concurrir a la casa de Margarita, solicitando a la policía que la acom-
pañe (ya que la niña vive en una villa que es conocida por su grado de peligro-
sidad). La policía accede a acompañarla hasta el ingreso a la villa pero no hasta
la casa. Eso será bajo su responsabilidad.
El escenario que la espera le sirve para comprender la magnitud del sufrimien-
530
López Arranz, Zulma
to de Margarita. Es recibida por su madre quien le comenta llorando que está en-
ferma y no quiere vivir más. Le dice que haga lo que quiera ya que ella no puede
hacer nada. Tiene un hijo en prisión acusado de homicidio, otro hijo delincuente
y el marido que además de delinquir es alcohólico.
Ante esta situación, la docente se pregunta qué puede hacer con la niña. El
hacer con, implica incluirla y responsabilizarla en la acción.
Desde el punto de vista del Derecho, la Convención de los Derechos del Niño
(CDN) [5], es el primer instrumento internacional que reconoce a los niños y niñas
como agentes sociales y titulares activos de sus propios derechos. Su aplicación
es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsa-
bilidades de otros agentes como padres, profesores, profesionales de la salud,
investigadores y los propios niños y niñas.
El artículo 3 expresa: “Todas las medidas respecto al niño deben estar basa-
das en la consideración del interés superior del mismo. Corresponde al Estado
asegurar una adecuada protección y cuidado [6], cuando los padres u otras per-
sonas responsables no tienen capacidad de hacerlo”.
Sin embargo, el sistema muestra su ineficacia, no hay protección para Marga-
rita. Nadie la protege de su propia familia, ni del sistema, ella queda en un lugar
de puro resto. La madre no puede hacer nada. El padre no acude a las citaciones,
el sistema educativo no cuenta con lugares donde se pueda contener a Margarita
ofreciéndole un tratamiento, su propia maestra de grado la considera una moles-
tia y un peligro para la clase [7]. La policía no puede ser representante de la Ley
en ese lugar marginal, fuera de la ley, donde Margarita nació y crece.
531
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
pre se puede cambiar de idea”. ¡Gana la pulsión de vida, tan primaria y apega-
da a la necesidad!
La Dirección se transformó de lugar de castigo en un lugar de responsabi-
lidad, donde un adulto se hace cargo del cuidado y protección de la menor, de-
volviéndola a la dimensión de la infancia. La directora realiza un acto de adop-
ción simbólica, le brinda protección y sostén involucrándose también en una fun-
ción tan básica y primaria como la alimentación, alojándola desde el lugar del
deseo. Será portavoz en el sentido de la función reservada al discurso de la ma-
dre en la estructuración del psiquismo. Castoriadis-Aulagnier (2001) [8] refirién-
dose a dicha función, señala que el discurso de la madre es portavoz, porque a
través de su voz, el infans es llevado, por un discurso, que en forma sucesiva,
comenta, predice y acuna el conjunto de sus manifestaciones y que es “[…] por-
tavoz también, en el sentido de delegado, de representante de un orden exte-
rior cuyas leyes y exigencias ese discurso enuncia.” (p. 113) Considero que uno
de los lugares que esta Directora ocupa es el de portavoz, dona palabras y nue-
vas significaciones.
Pasan los días, Margarita decide comer con la Directora quien, además de
transmitir contenidos, la incluye en otras actividades, como llevar papeles, realizar
tareas en la biblioteca, etc. Un día la docente estaba revisando Registros de asis-
tencia y Margarita le pregunta: “¿Qué estás haciendo?” “¿Puedo ayudarte?”
¿Será la pregunta un modo de interrogarse acerca de lo que la Directora estaba
haciendo con ella? ¿Qué es ella para el Otro? ¿Qué lugar ocupa como sujeto?
Aparece un deseo: ayudar y una pacificación que le permite prestar coope-
ración al otro, quien deja de ser el rival al que se puede hacer boleta y al mismo
tiempo le permite tejer un entramado de lazos sociales incipientes, donde ella pue-
da restarse del significante Uriarte para ser Margarita, para subjetivarse.
En el caso de Margarita, se pueden constatar situaciones de exclusión y desli-
gazón de los padres. El desempleo, la enfermedad, las adicciones y los delitos dan
cuenta de que son incapaces para la transmisión de referentes simbólicos, límites
y prohibiciones que resultan indispensables para la estructuración psíquica.
Recibió la vida y con ella una mezcla de las pulsiones con combinaciones
vastas y muy variadas. Freud (2000) [9] nos advierte que por incidencia de cier-
tos factores podría producirse un efecto de desmezcla pulsional. También here-
da un universo simbólico que la inscribe como Uriarte, donándole filiación. Ser
Uriarte la enlaza a un linaje mafioso. Tiene que pagar por las deudas del padre,
532
López Arranz, Zulma
Bauman (2007) [12] cita palabras de Hannah Arendt [13], que también com-
parto y quiero transcribirlas como signo de reconocimiento por su labor tan com-
prometida:
533
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Incluso en las más oscuras de las épocas tenemos derecho a esperar algún tipo de ilu-
minación [que] bien podría venir menos de teorías y los conceptos que de la luz, incierta e in-
termitente, y a menudo muy débil, que algunos hombres y mujeres, en sus vidas y sus obras,
han de encender bajo casi cualquier circunstancia, protegiéndola a través del lapso que les
ha sido otorgado en la tierra. (p.69)
Referencias
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[2] Freud, S. (2001). Más allá del principio del placer. En O. C. (Vol. XVIII). Bs. As.: Amorrortu Edito-
res. (Trabajo original publicado en 1920)
[3] Los datos de filiación de la menor fueron cambiados.
[4] Se supo que la compañerita era hija de otro delincuente que disputaba con el padre de Marga-
rita una calle que ambos consideraban como zona propia.
[5] Convención sobre los Derechos del Niño. Unicef.
www.unicef.es/infancia/derechos-del-nino/convención-derechos-nino. (Extraído el 21 de abril de
2011)
6] Las negritas son mías.
[7] En una ocasión la maestra le ordena a Margarita, a modo de castigo, ir a Dirección. Ante la nega-
tiva de la niña, la Vice-directora acude sacándola del aula. Este episodio termina con la Vice-direc-
tora lesionada, ya que Margarita reaccionó empujándola provocándole una la caída.
[8] Castoriadis-Aulagnier, P. (2001). La violencia de la interpretación. Bs. As.: Amorrortu.
[9] Freud, S. (2000). El yo y el ello. En O. C. (Vol. XIX). Bs. As.: Amorrortu. (Trabajo original publi-
cado en 1923)
[10] Peskin, L. (2008). La violencia y el psicoanálisis. En Los laberintos de la violencia. Fiorini, L.
(com.). Bs. As.: APA Editorial.
[11] Geréz Ambertín, M. (2008). Entre deudas y culpas: Sacrificios. Bs. As.: Editorial Letra Viva.
[12] Bauman, Z. (2007). La ciudad sitiada. Bs. As.: FCE.
[13] Filósofa política alemana de origen judío considerada como una de las más influyentes del si-
glo XX.
534
VIOLENCIA SOCIAL EN MEXICO
EL ABANDONO INFANTIL COMO UN FENOMENO EN LA
SOCIEDAD QUE CONTRIBUYE A LA CONSOLIDACION DE
UN SISTEMA SOCIAL VIOLENTO
Filiación Institucional:
Instituto Tecnológico de Monterrey (México)
Resumen: Desde Marx y Comte hasta Simmel y Sorel, el conflicto social, especí-
ficamente la revolución, ha sido un tema central de la investigación social. La re-
gión latinoamericana tiene una historia contemporánea llena de episodios violen-
tos como movimientos armados, revueltas sociales, dictaduras militares que co-
braron una cuota importante de vidas en el siglo XX. México no ha estado exento
de estos episodios, así que el planteamiento principal de este documento es anali-
zar un fenómeno social que ha surgido de los conflictos sociales presentes en nues-
tra sociedad, me refiero al abandono infantil. Es un fenómeno social que va en in-
cremento como se observará en algunos datos a lo largo de este documento. Por lo
que considero relevante comenzar a investigar al respecto, dado los altos índices
de violencia que hemos alcanzado en la sociedad mexicana en la actualidad. El ob-
jetivo es analizar ¿como el abandono infantil contribuye al incremento y consoli-
dación de sistemas sociales violentos?. El análisis empírico se realiza bajo la Teo-
ría del Conflicto de George Simmel, integrando sus conceptos de: intercambio, con-
flicto, sociabilidad e interacción. La violencia es motivada por imperativos sociales
y morales que comprometen actividades y constituyen interpretaciones simbóli-
cas de esas interacciones. Estos imperativos sociales y morales son todas las frag-
mentaciones económicas y sociales presentes en el país, las cuales generan una
gran desigualdad entre sus miembros y altos índices de pobreza, lo cual facilita la
generación de todo tipo de violencia, entre ellas, la violencia familiar y el abando-
no infantil como consecuencia de ésta última.
Palabras clave: abandono infantil-violencia-conflicto-sistema social-México.
535
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
tado exento de estos episodios, así que el planteamiento principal de este do-
cumento es analizar un fenómeno social que ha surgido de los conflictos socia-
les presentes en nuestra sociedad, me refiero al abandono infantil. Es un fenó-
meno social que va en incremento como se observará en algunos datos a lo lar-
go de este documento. Por lo que considero relevante comenzar a investigar al
respecto, dado los altos índices de violencia que hemos alcanzado en la socie-
dad mexicana.
El objetivo es analizar ¿cómo el abandono infantil contribuye al incremento y
consolidación de sistemas sociales violentos?. El análisis empírico se realizará bajo
la Teoría del Conflicto de George Simmel, integrando también otros conceptos de
su propuesta y que él llama: intercambio, conflicto, sociabilidad e interacción. Si-
mmel (1971) apunta a dos implicaciones del conflicto: la primera hace referencia
a la forma de estructura de las partes contendientes y la otra a la consecuencia
que para el grupo social y su estructura tiene la existencia de un conflicto.
Simmel (1971) plantea que la estructura social descansa a la vez en relacio-
nes de conflicto y en relaciones convergentes. Lo anterior se puede visualizar
en nuestro país, a través de los datos presentados por Banco Mundial, los cua-
les indican que la violencia en México está ligada a las grandes desigualdades
sociales presentes en el país, debido a que clasifica los actos violentos como
formas de violencia económica y social (Moser y Lister, 1999). Para el desarro-
llo de este documento se considerará el concepto de violencia de Staub (2003),
que desde la psicología social, ofrece una alternativa interesante para entender
las causas de la violencia en las sociedades modernas: se centra en las influen-
cias que conducen a ella los individuos, los grupos y las sociedades a través de
sus relaciones. Es decir, considera lo que Simmel (1971) llama “formas”, es de-
cir, las interacciones sociales en un determinado contexto, que en este caso se-
rían las diferentes relaciones e interacciones violentas existentes dentro del con-
texto mexicano.
536
López Villarreal, Leticia Ivonne
537
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
de ella ( secuestro, maltrato, abuso sexual, etc. ) o cuando son solo testigos (
Horn y Trickett, 1998; Jenkins y Bell, 1997; Garmezy y Rutter, 1985 ) .
Durante el 2008 se realizó una investigación por parte del DIF Nacional y se
encontró que en México, el 23% de los niños menores de 6 a 12 años han sufrido
abandono por parte de los padres entregándolos a familiares ó a una Casa Hogar,
el 23 % han sufrido maltrato físico y el 21% maltrato emocional ( Pérez: 2008,
30 de abril ) . Es decir, durante el 2008, el 67% de los niños de México presenta-
ron un estado de abandono, representando más del 50% de la población infantil
que participó en la investigación. Además el DIF Nacional informó en el 2008, que
México tiene el tercer lugar en abandono infantil a nivel mundial y reportó que poco
más del 60 % de las madres de familia que sufrieron abandono, ahora abando-
nan a sus hijos ( Martínez: 2009, 28 de noviembre ). En el 2008 se recibieron 59
mil 186 denuncias de abandono infantil, de las cuales sólo poco más de la mitad
( 33 mil 994 casos ) se pudieron comprobar y únicamente cuatro mil 656 ( 10%
) se presentaron ante el Ministerio Público. Para 2009, la cantidad de denuncias
por abandono ascendieron a 68 mil 444, lo que es un serio indicador de un grave
problema que va en aumento (Martínez: 2009, 28 de noviembre ) .
Por otro lado, en el 2009, México se encuentra en el lugar 16 de 115 naciones
con mayor índice de violencia y delincuencia a nivel mundial con 10.60 homici-
dios por cada 100,000 habitantes, muy cercanos a países como Panamá (11.04
) y Nicaragua ( 8.41 ) y por encima de naciones que han experimentado conflic-
tos armados como Palestina (3.85 ) . Además el país alcanzó el índice más alto
de delincuencia con violencia de entre 30 países estudiados en la Encuesta In-
ternacional de Criminalidad y Victimización ( ICVS ) 2005, auspiciada por la Or-
ganización de las Naciones Unidas (González: 2008, 23 de abril )
538
López Villarreal, Leticia Ivonne
Por una parte tenemos datos que muestran el incremento del abandono infan-
til en el país y la réplica del fenómeno social por parte de individuos que experi-
mentaron la misma situación de abandono por parte de sus padres en el pasado.
Y por el otro lado tenemos un aumento del índice de violencia social en el país.
De acuerdo a la Teoría del Conflicto de Simmel, las consecuencias del conflicto
social para la sociedad en la que se produce dependerán de la forma en que la
sociedad este estructurada. El conflicto puede llegar a formar parte de una rela-
ción (entre la pareja de padres y/o padres con sus hijos ) y ser uno de sus com-
ponentes ó puede establecerse un conflicto sobre la propia relación, es decir, es
la relación la que se pone en cuestión, en este caso la de padres con sus hijos,
en donde la consecuencia final del conflicto sin negociación (generándose hos-
tilidad durante la misma ) es el abandono. La existencia de un instinto de hosti-
lidad parece innegable, si se tienen en cuenta los motivos que pueden producir
un conflicto (Simmel, 1971 ). Lo anterior se puede evidenciar con la aportación
de Martha Torres Falcón ( 2004 ) y coordinadora del Programa Interdisciplinario
de Estudios de la Mujer del Colegio de México, la cual mencionó en un artículo
que una de las características de la violencia familiar, es la incapacidad de la fa-
milia de manejar conflictos e incluso para hablar de ellos, así como la escasa o
nula capacidad de convivencia, relaciones rígidas y autoritarias, incapacidad de
adaptación a situaciones variables entre otras (Sanmartín, 2004).
539
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Simmel afirma que la lucha tiene lugar en los grupos estrechamente unidos
(como podrían ser los grupos ( familias ) que conforman cada clase social en
México ) y van más allá de lo que exigiría el objeto y el interés inmediato de las
partes ( igualdad ó desigualdad social y económica entre las clases, esta postu-
ra depende de la clase social a la que se pertenece ) , porque interviene el sen-
timiento de que la lucha ( en este caso lucha entre clases sociales ) no es sola-
mente por interés de las partes, sino también del grupo en su totalidad ( socie-
dad mexicana ) . Y cada grupo ( familia ) lucha en nombre del grupo al que per-
tenece ( clase social ) y en el adversario no odia solamente al adversario ( la
otra clase social diferente a la suya, por las enormes diferencias culturales, edu-
cativas, económicas, sociales e ideológicas ) , sino también al enemigo de la más
alta unidad sociológica a la que pertenece ( Gobierno, sector privado, clase so-
cial alta ) . Por lo que se puede inferir porque la desigualdad económica y social
son factores importantes de la violencia, como lo afirma Blau y Blau ( 1982 ) y
William ( 1984 ) en sus libros “The cost of inequality: Metropolitan structure and
violent crime” y “Economic sources of homicide: Reestimating the effects of po-
verty and inequality”, respectivamente.
540
López Villarreal, Leticia Ivonne
La interacción entre dos, tres ó más individuos representa una unidad fun-
damental de la interacción social dentro de la sociedad. Es en este sentido, que
el grupo se distingue del agregado social, que se define por proximidad física, y
de categoría social, que constituye un agregado de personas que comparten un
mismo estatus sin que exista interacción entre ellas ( Zapata, 2005, pág. 36 ) . De
acuerdo a lo anterior se puede inferir que si constantemente se están formando
familias que hacia su interior presentan interacciones violentas y hostilidad como
grupo social, es decir, se encuentran en constante conflicto. En donde son los ni-
ños los receptores principales de estas interacciones violentas ( las víctimas más
comúnmente afectadas por la violencia y abandono son hijas, hijos con el 44.9%)
y los cuales están iniciando su integración a la estructura social del país ( Gon-
zález: 2008, 23 de abril ) .Y estos grupos de interacción primaria, llamados fami-
lias, que son violentos hacia su interior ( que por los datos presentados en este
documento representan más del 60% de la población en México ) se agregan
constantemente a través del tiempo al sistema social del país, por lo que estamos
frente a un fenómeno social que en conjunto con otras variables, contribuye de
alguna forma a la consolidación del sistema violento de nuestro país.
541
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ción se produce tan solo por el hecho de ser este enemigo el mismo para todos,
lo cual no sucede en este caso porque los diferentes grupos del sistema social
mexicano, por la enorme desigualdad que presenta en su estructura social, sur-
gen muchos enemigos para los diferentes grupos que conforman el sistema.
Bibliografía
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543
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
544
MASA CRÍTICA
Lowenstein, Alicia
Filiación Institucional:
Proyecto UBACyt P056 “Lógicas de la castración” Facultad de Psicología, UBA
Miembro de Síntoma- Espacio de Psiconálisis
Prof. Adjunta Facultad de Psicologia, UBA.
Resumen: ¿Qué es la masa para el psicoanálisis y qué relación tiene con el dis-
curso analítico? Tomaremos dos ejes, uno contrasta con el otro. Interrogaremos
la masa y su estructura totalizada en contraposición a la insistencia del discur-
so analítico de producir un campo agujereado, al decir de Lacan organizado por
el axioma no-todo.
Por otro lado el único momento donde Freud trabaja en un campo totalizado, de-
nominémoslo el campo de lo posible es cuando utiliza la hipnosis. En este senti-
do lo específico del discurso analítico es situar un elemento de imposibilidad en el
campo donde opera.
Palabras clave: Masa crítica-Lógica-Castración
545
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
546
Lowenstein, Alicia
lava Antes de la lluvia la cual plantea un conflicto entre dos pueblos de Yugoslavia
se puede distinguir perfectamente cómo el enemigo es interno a la masa, la alte-
ridad es insoportable en la masa. Es el conjunto de los hermanos el que mata a
uno de ellos, no los del “supuesto” pueblo enemigo. Lo matan cuando se aparta
de las creencias de la multitud, pasando inmediatamente a ser víctima.
“Todos creen verificada la culpabilidad de la víctima cuando después de ma-
tarla vuelve la paz y el orden” afirma Zaffaroni en una cita que realiza.
El título del libro Crímenes de masa es equívoco. Zaffaroni pone el acento
de masa en los homicidios masivos interrogando las causas del crimen y el lu-
gar de la víctima sacrificial.
Pero el título también tiene otra posibilidad de interpretación. Como en la fra-
se “El temor de los enemigos” puede ser ‘el temor a los enemigos’ en el caso
del genitivo objetivo o ‘el temor que los enemigos tienen’ en el caso del genitivo
subjetivo. Es la masa la que produce los crímenes. El cruce entre el discurso po-
lítico, el económico y el punitivo constituye una multitud organizada en forma de
masa, cohesionada respecto de un rasgo: el enemigo.
Si los individuos dentro de una masa están ligados en una unidad, tiene que
haber algo que los una y este medio de unión podría ser la característica de la
masa. Por ser la masa anónima y por ende irresponsable desaparece el senti-
miento de responsabilidad que frena de continuo a los individuos.
Para Freud el individuo al entrar en la masa queda sometido a condiciones
que le permiten echar por tierra las represiones de sus mociones pulsionales in-
concientes, desapareciendo la conciencia moral. Le Bon afirma que participan
de un carácter hipnótico, pero es Freud quien introduce la pregunta por el hip-
notizador.
No es una sorpresa que Freud reflexione acerca de la posición del hipnotiza-
dor, ya desde sus primeros textos interroga el lugar del analista. Allí donde Breuer
retrocedió frente a los efectos transferenciales en Anna O. y respecto de los mé-
dicos de la época, Freud interroga dichos efectos.
El contagio en la masa es preciso situarlo entre los fenómenos de índole hip-
nótica. En la multitud todo sentimiento y todo acto es contagioso. Los individuos
de una masa son sugestionables, el contagio es efecto de ello. La masa se man-
tiene cohesionada en virtud de algún poder. En psicoanálisis tenemos buenos
fundamentos para llamar hipnosis a una masa de dos.
547
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
548
Lowenstein, Alicia
549
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Que sea una cosa o la otra. No acepta la contradicción, dentro de la lógica clási-
ca bivalente de los verdadero o falso.
No se trata ya de un campo al que le falta algo sino que la falta se produce
desde afuera del sistema.
Para finalizar: El axioma “no-todo” articula la castración en el campo de
goce.
Un nuevo giro se producirá con las fórmulas de la sexuación. En la lógica
tradicional el falo es un atributo. En la lógica simbólica se cae bajo la función del
falo. La introducción del concepto de función permite situar a la clase de todos
los objetos que caen bajo un concepto.
Situamos con las lógicas de la castración distintas formas que dan cuenta
de la estructura de la castración en el campo del deseo del Otro y en el campo
de goce. Diferentes formas en que el discurso analítico agujerea el campo don-
de opera.
(1) Eugenio R. Zaffaroni, Crímenes de masa, Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2010, CABA.
(2) Alicia Lowenstein, La palabra inequívoca, 2009.
(3) Alicia Lowenstein, Controversias acerca de la fobia, Editorial Letra Viva, 2010, CABA.
(4) Etienne de la Boëtie. Discurso de la servidumbre voluntaria o el contra uno. Tecnos. Madrid.
(5) Kline, Morris; Matemáticas. La pérdida de la certidumbre. Siglo Veintiuno editores.
(6) Robert Blanché, La axiomática (1955) Fondo de Cultura Económico, 2002, México.
(7) Jorge Kahanoff. Seminario Ciencia y Psicoanálisis: “Causa y referencia”
(8) Jorge Kahanoff, Semianrio Ciencia y Psicoanálisis: “Causa y referencia”
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Alicia Lowenstein, Controversias acerca de la fobia, Editorial Letra viva, 2010, CABA.
Jacques Lacan, Seminario 16 De un Otro al otro, Paidos.
Jacques Lacan, Seminario 19, O…pire, inédito.
Eugenio Raúl Zaffaroni, Crímenes de masa, Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2010, CABA.
Etienne de la Boëtie. Discurso de la servidumbre voluntaria o el contra uno. Editorial Tecnos. Ma-
drid.
550
VIOLENCIA DE GÉNERO Y POSICIÓN SUBJETIVA
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo. del Estero
551
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
552
Luque, Agustina María - Ledesma, Estefanía
553
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El género, como discurso social, ofrece a las mujeres lugares simbólicos don-
de alojarse dentro de la cultura. En la nuestra generalmente son lugares de su-
misión, de subestimación y de desigualdad con respecto a los hombres. Por ello
no desconocemos el papel fundamental que juegan los discursos sociales y el de
género en la constitución subjetiva y sobre todo a la hora de pensar en tema que
intentamos abordar. Por supuesto en nuestra cultura, hablamos de Latinoamérica,
de Argentina, de Santiago del Estero, No es lo mismo nacer hombre que nacer
mujer. Y diríamos que, sino en todas, en la mayoría de las sociedades las muje-
res debieron y deben luchar mucho para ocupar espacios de poder.
Pero creemos también que plantear la violencia como una cuestión pura y ex-
clusivamente de género es obturar la pregunta por el sujeto, por la mujer. Es ce-
rrar el espacio para interrogarnos por su singularidad, por su subjetividad. Plan-
tear el lugar de la mujer como victima, es de algún modo ser cómplice de ese dis-
curso que no da lugar a preguntar ¿qué de su historia, de su deseo, de sus te-
mores mas profundos, de sus posibilidades y de sus imposibilidades se juegan
cuando una mujer se ofrece en sacrificio ante en otro?
554
Luque, Agustina María - Ledesma, Estefanía
jer como sujeto del inconsciente y del deseo, como sujeto a la cultura en la que
se inscribe. Un lugar donde la mujer pueda también interrogarse por su deseo y
por la responsabilidad subjetiva que le cabe ante este. Donde pueda cuestionar-
se su propia posición subjetiva y donde no esté compelida a entregarse u ofre-
cerse al Otro en sacrificio.
Notas
(1) Datos obtenidos en base a estadística publicada por L Casa del Encuentro, www.lacasade-
lencuentro.com.ar .
(2) Asociación Convive, www.asociacionconvive.com
(3) Lamas, Marta. Art. “El género es cultura”. En www.aieti.es
(4) Diario El Liberal. www.elliberalweb.com.ar
(5) Lamas, Marta. Art. “El género es cultura” www.aieti.es
(6) Gerez Ambertin, Marta Imperativos del Superyó: testimonios clínicos, 1º ed.-Buenos Aires: Lu-
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Gerez Ambertin, Marta Imperativos del Superyó: testimonios clínicos, 1º ed.-Buenos Aires: Lugar,
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Lamas, Marta “El género es cultura” V Campus Euroamericano de cooperacäo Cultural. Almada-
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Asociación Convive. www.asociacionconvive.com
Casa Del Encuentro, www.lacasadelencuentro.com.ar
555
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
556
ENAJENACIÓN E INIMPUTABILIDAD
APORTES DEL PSICOANÁLISIS A LA NOCIÓN
DE RESPONSABILIDAD PENAL PARA LA PSICOSIS
Filiación Institucional:
Esp.ecilsita en Psicología Forense.
Doctoranda Fac. de Psicología-UBA.
Investigadora y Docente UBA.
Introducción
El presente escrito se inscribe dentro de la propuesta de trabajo para el Doc-
torado en Psicología de la UBA. El eje temático de la misma implica la articula-
ción entre responsabilidad para el Psicoanálisis y responsabilidad para el Dere-
cho penal con relación a la psicosis. Punto de enlace que supone desde el va-
mos una complejidad puntual: se trata de dos discursos diferentes y se asienta
cada uno de ellos sobre una noción diversa de sujeto.
557
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desarrollo
Para empezar a problematizar la cuestión, el CPN no habla de psicosis. Ha-
bla en cambio de enajenación. Sí lo hace por su parte la elaboración doctrinaria
respecto del art. 34. ¿Cómo pensar entonces la responsabilidad desde las dis-
tintas lecturas que permite realizar uno y otro discurso con respecto a la posi-
ción del sujeto psicótico en relación con su acto cuando éste ha implicado un he-
cho ilícito?
La noción de responsabilidad implica la dimensión de respuesta. Se trate del
discurso que se trate, la referencia etimológica permite ubicar respecto de la res-
ponsabilidad, el punto en que ésta convoca al sujeto como aquel que debe ofre-
cer una respuesta. (Tendlarz & García, 2008)
En el campo del Derecho penal, la responsabilidad aparece en un segundo
tiempo, a partir de situar al autor de un delito como culpable. Sólo puede ser pe-
nalmente responsable aquel que es considerado jurídicamente culpable. Ahora
bien, la culpabilidad como juicio de reproche descansa sobre la noción de impu-
tabilidad. Sólo puede dirigirse el reproche por su acción a un sujeto que se en-
contraba al momento del hecho en condiciones de comprender la criminalidad de
su acto –es decir, motivarse en la norma, valorar el alcance de su conducta- y di-
rigir sus acciones. Pero la responsabilidad como tal, no se deriva inmediatamen-
te de la imputabilidad de la conducta sino de la aplicación del juicio de reproche
cuando éste nombra a alguien como culpable. (Zaffaroni, 2006)
¿Cuál es aquí el problema que se plantea para el campo de la psicosis? Como
ya se dijo líneas más arriba, el art. 34 inc. 1º -en el que se determinan las causa-
les de inimputabilidad de una conducta- no habla de psicosis. Habla en cambio
de enajenación. Sin embargo, la elaboración doctrinaria del mismo ha conduci-
do a delimitar la noción de enajenación a los fines de unificar criterios respecto a
qué se entiende por enajenado (Zaffaroni, 2006).
558
Llull Casado, Verónica
Desde la letra del Código, hay un camino procedimental muy claro: evaluar
en la pericia forense, si el sujeto del acto comprendió y dirigió en el momento
del hecho. Sin embargo, a partir de la constitución del universal médico-jurídico
“psicosis=enajenación=exceptuación de imputabilidad”, de lo que se trata simple-
mente es de realizar una adecuada evaluación que permita determinar si el su-
jeto en cuestión en un caso dado, es o no un “psicótico”. Punto de absoluta con-
sistencia en el que queda escamoteada la operación del proceso pericial. A la
especulación imposible sobre la reconstrucción de la escena perdida del ilícito,
el universal doctrinario permite responder con la petición de principios: “si es psi-
cótico es probable que no haya comprendido ni dirigido” y de ese modo, se elide
559
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
560
Llull Casado, Verónica
en términos de extimidad (Lacan, 1960). Lo éxtimo designará eso que del ser se
ubica en una zona entrañablemente extraña. Ahora, precisamente esa relación
del sujeto de íntima ajenidad respecto de esa porción de ser segregada origina-
riamente, le dará al hablante un estatuto digno: la causa de deseo.
Ahora bien, ¿cuál es el lugar de lo ajeno en la psicosis? ¿Cómo pensar topo-
lógicamente lo ajeno en este campo? ¿Puede la categoría de extimidad servir-
nos en la psicosis para pensar la relación del sujeto con su deseo y su goce? Y
aún cuando hubiera que pensar en otras categorías para cernir la particularidad
del sujeto y su relación con lo ajeno, ¿bastaría ello para suponer que no existe
para la psicosis la posibilidad de restituir la articulación de lo ajeno y lo propio?
¿Alcanzaría para concluir que no es posible pensar para la psicosis la dimensión
del encuentro del sujeto con eso que lo habita con todo el peso de lo irreductible-
mente ajeno, in-a-propiable?
Intentar pensar para la psicosis la relación del sujeto con lo ajeno inapropia-
ble al interior de la estructura y hacerlo en términos de responsabilidad, es decir,
considerar en relación a ese problema, la dimensión de respuesta que le con-
cierne al sujeto, entendiendo que allí radica precisamente, la dignificación y la
humanización de su crimen, tiene sin dudas consecuencias que pueden incidir
en la lectura que se haga por ejemplo sobre la auto-determinación de la acción.
La pregunta es entonces: ¿cómo viene la concepción de la responsabilidad -por
la sujeción del hablante a lo ajeno inapropiable- a problematizar el criterio de au-
to-determinación de la acción –surgido de la elaboración doctrinaria hecha so-
bre el art.34 inc. 1º del CP?
En el mismo sentido en el campo del Psicoanálisis, la categoría de reproche
tiene un alcance clínico fundamental. El reproche constituye a nivel de la neuro-
sis la pieza que enlaza culpa y responsabilidad. A nivel de la psicosis, es nece-
sario introducir la pregunta por cómo se presenta allí el auto-reproche, por ejem-
plo, en la paranoia. (Kreszes, 2005)
561
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Llegados a este punto resulta sin embargo necesario hacer una aclaración.
El cuestionamiento sostenido a lo largo de este desarrollo, ha pretendido echar
luz sobre el modo en que se han concatenado algunos presupuestos básicos que
legitiman cierta práctica judicial tribunalicia.
Conclusión
Por tal razón, la interrogación que aquí se ha sostenido pretende aportar ele-
mentos iniciales para la reconstrucción de los discursos y prácticas consolida-
dos a nivel de la administración de justicia, pero entendiendo que cualquier in-
tento de reforma serio debe primero operar sobre la última instancia de recep-
ción del enfermo. Promover el derecho a juicio para la psicosis puede conducir
sin más a no otra cosa que la legitimación del encierro del considerado peligro-
so. Y entonces, el movimiento habría pasado simplemente desde el encierro tu-
telar a la pena de prisión.
562
Llull Casado, Verónica
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
564
EL SUICIDIO ADOLESCENTE Y JUVENIL
EN LOS MASS-MEDIA
Filiación Institucional:
Psicóloga-Psicoanalista
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Col. Graduada Cátedra Psicoanálisis-Esc. Francesa. Fac. de Psicología. U.N.T.
Introducción
En tiempos en los que la tecnología informática se encuentra al servicio, en-
tre otros, de los medios de comunicación, se accede de modo más inmediato y
sin intermediarios a una serie de innumerables medios de los cuales se puede
obtener no sólo información sino además uno mismo se convierte en artífice co-
municativo. El más evidente es Internet. Millones de personas acceden a través
de una conexión a la red global mas inmensa de contenido y además puede con-
vertirse en un protagonista de un discurso y compartirlo.
Desarrollo
Este trabajo surge como interrogante ante los reiterados casos de suicidio
adolescente y juvenil del que tomo conocimiento. Grande es la sorpresa cuando
en realidad me pregunto si estos casos han estado siempre pero bajo un efecto
tabú y sólo en ejercicio de la profesión, por mera casualidad por conocer indirec-
tamente a algunos de sus protagonistas o efectivamente hay un incremento en
los índices de muerte en los jóvenes causadas por el suicidio.
565
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Es curioso que estos casos no sean publicados en los medios de prensa es-
crita, cuando cotidianamente estamos avasallados por noticias de diverso grado
de morbosidad. Usualmente, de las pocas veces en los que se hace referencia
al suicidio es cuando están precedidos por algún homicidio y el mismo termina
con el suicidio del victimario, donde usualmente sólo se hace referencia de ma-
nera escueta al hecho, sin detallar mayor información.
Indago acerca de esta situación: la no información del suicidio como noticia y
entonces descubro que para los comunicadores “es un hecho comprobado que
el suicidio es contagioso. […]. No se han de ocultar las noticias sobre suicidios,
pero se evitará la difusión de detalles macabros, en la medida en que no sean
necesarios para que la información tenga sentido, esté bien calibrada y quede
completa”. (1)
La hipótesis que planteo es que el no abordaje del suicidio adolescente y ju-
venil en los medios de prensa escritos responde ya no tanto en cuanto a una
consideración concienzuda acerca de la negatividad de informar acerca de ellos
por temor a producir olas suicidas sino que esa extrema selección informativa
está al servicio de un efecto tabú para el abordaje del mismo.
Para Guy Debord “cada época promueve una determinada distribución cor-
poral de la energía psíquica. El alcance personal y social de la memoria, la per-
cepción y la imaginación queda, por tanto subordinado al organigrama energé-
tico que la cultura inocula en cada cuerpo; y a la celeridad e intensidad con que
éste logre repelerlo”. Llama “espectáculo” ‘al advenimiento de una nueva mo-
dalidad de disponer de lo verosímil y de lo incorrecto mediante la imposición de
una separación fetichizada del mundo de índole tecnoestética. Prescribiendo lo
permitido y conveniente así como desestimando en lo posible la experimenta-
ción vital no controlada, la sociedad espectacular regula la circulación social del
cuerpo y de las ideas.
El espectáculo, si se buscan sus raíces, nace con la modernidad urbana, con
la necesidad de brindar unidad e identidad a las poblaciones a través de la im-
posición de modelos funcionales a escala total”. “Hoy, es preciso rastrear esas
ambiciones totalitarias (a saber, la gestión total de la vida desde la regulación
del lenguaje hasta el mapeo genético) en sociedades legitimadas por maquina-
rias electorales.’
566
Maldonado, María Paulina
¿Por qué existe una tendencia in crescendo del suicidio en los jóvenes? Le-
jos de ser un problema netamente argentino se observa en las sociedades occi-
dentales que padecen fuertes rupturas de los lazos sociales. El quiebre en la co-
municación que se vive con las relaciones cotidianas lleva a traspolar la sensa-
ción de comunicación en medios como foros, chats rooms, Facebook, donde los
chicos viven ilusoriamente la sensación de estar en contacto con los demás. In-
ternet provee de herramientas que podrían estar destinadas a la comunicación
pero entonces se genera un desprósito: hay una puesta en juego de una escena
que queda más del lado de la exhibición, donde se dice, sin decir nada.
¿Se podría pensar que el suicidio en los jóvenes va siguiendo una línea evo-
lutiva y manifiesta, y por lo tanto se podría anticipar? Si entonces la web los pro-
vee de material violento, páginas que les enseña cómo consumir drogas o gene-
rarse lesiones autoflagelantes, ¿Cuál es el alcance de este medio? ¿Al servicio
de quién se encuentra? ¿Cómo escapa del control tan cuidado que han sistema-
tizado en otros medios? “La misión de la sociedad tecnoespectacular no consis-
te en permitir o retrasar el progreso, sino en conducir a la humanidad a un es-
tadio diferente de dominación”. “Cuando se afirma que los medios masivos am-
plían las posibilidades comunicativas del género humano y sacian su sed de sa-
ber se le concede sex-appeal a los recursos tecnológicos de una época. Pero la
sociedad audiovisual es una lingua franca que debilita modos de sentir previos
y descalifica, por principio, a la comunicabilidad humana misma. Esta misma no
se sostiene en la capacidad fisiológica de hablar, ni en definiciones de dicciona-
rio, ni en la estructura lógica de las proposiciones sino en los rastros de memo-
ria y significatividad que fluyen y despliegan en el mundo. El espectáculo des-
deña la experiencia vivida, la actividad conversacional y la sociabilidad espontá-
nea, es decir, desestima la reunificación de la comunidad como movimiento in-
ventivo de sí mismo”. (Guy Debord).
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Internet muchas veces se convierte en el medio a través del cual los jóvenes
dicen aquello que los angustia pero la masividad del mismo los enfrenta nueva-
mente ante un Otro incapaz de contener esa angustia y, la misma, lejos de ser
escuchada los abisma al vacío.
Basta con graficar a través del caso del joven norteamericano de 19 años
que puso en marcha su plan de suicidarse y lo confesó en diversos foros con
días de anticipación y a través de su blog para ubicarse finalmente delante de la
cámara web, tomar un cocktail letal de antidepresivos y ansiolíticos y transmitir
su deceso online. Muchos usuarios del foro habían incitado al joven a que conti-
nuara con su cometido, algunos adujeron escepticismo ya que había amenaza-
do con suicidarse en ocasiones anteriores. Ninguna de las empresas a través de
las cuales se transmitió el video dieron precisiones acerca de la cantidad de ci-
bernautas que lo vieron. Ni hablar de la responsabilidad que en Internet parece
568
Maldonado, María Paulina
no ser asumida por nadie por el mismo efecto de inconmensurabilidad que tiene
el medio y la posibilidad de participar sin identidad.
Los medios de comunicación, como referente de un Otro también moldean
y acotan lo que consumimos. Estos últimos tiempos podríamos pensar que hay
una exacerbación de la Imagen en desmedro de lo Simbólico. Paradójicamente
no hay, o son escasas, las posibilidades de circulación de la Palabra, el malestar
se enquista como un efecto tabú, que no se nombra, se niega pero sus efectos
que empiezan a operar desde lo siniestro se valen de la obscena exhibición de la
imagen para no sólo silenciar sino dar la falsa sensación de que estamos todos
“conectados”.Debord afirma “El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino
una relación social entre personas, mediatizadas a través de imágenes”.
569
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
a un tema, la poca información existente acerca del fenómeno y el lugar que pa-
recen ocupar en los medios?
Conclusión
El tema abordado propone múltiples aristas, por lo cual fue necesario recor-
tarlo de manera tal de no ceder a la tentación de caer en infinidades de modos
de abordarlo.
Cabría preguntarse entonces de qué modo buscan los jóvenes comunicarse
a través de los mass media como herramientas que se han convertido por anto-
nomasia en la forma en que circula la palabra, siendo su accesibilidad tan vas-
ta que produce un contraefecto donde las mismas terminan cayendo en un Otro
ausente, sin poder dirigirse a Otro que efectivamente pudiera escuchar esa an-
gustia. Quizás así, abriendo ese camino logremos que la imagen pierda un poco
su supremacía y se consiga que entonces los ojos no sirvan sólo para ver sino
para acariciar los objetos con la mirada (parafraseando a Lacan).
Juan Carlos Volnovich afirma que “la política actual no reconoce otro valor
como no sea el de la vida. De ahí que el suicidio adolescente, antes que un acto
personal e íntimo expuesto a la contabilidad de las estadísticas, pasa a ser un
acontecimiento público y político”.
Siguiendo a Debord “la subjetividad propia de la época está vinculada a apa-
ratos modelizadores de índole audiovisual, estadístico y psicofarmacológico. El
régimen de visibilidad que la regula propone una paradoja: no deja ver. En tanto
propedéutica y prescripción para la vista, no sólo fuerza a la perspectiva visual
personal a ajustarse a modos de ver dominantes, también señala imágenes- tabú,
un reino de lo inimaginable […]. El espectáculo es una gran máquina disuasiva de
la vista… Se trata siempre de la antigua veda política: “no intervendrás”.
Ref. Bibliográficas
(1) La Nación “Manual de estilo y ética periodística”.
(2) Guy Debord. “La Sociedad del Espectáculo”.
570
Maldonado, María Paulina
Bibliografía
Jacques Lacan. “Seminario 10- La Angustia” Ed. Paidós. 4ª reimpresión 2008
Guy Debord. “La Sociedad del Espectáculo”. Ed. La Marca 2ª edic Bs As 2008
La Nación “Manual de estilo y ética periodística”.Cosmos 1997
Jacques Lacan. “Seminario 5- Las formaciones del Inconciente”.
Diana S. Rabinovich. “La angustia y el deseo del otro”. Ed Manantial 2006
http://www.deis.gov.ar/
http://www.deis.gov.ar/publicaciones/archivos/Boletin131.pdf
http://www.lanacion.com.ar/1326488-deficit-en-la-atencion-del-suicidio
http://www.informatesalta.com.ar/noticia.asp?q=21089
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/10827-4461-2002-09-30.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-115433-2008-11-22.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/5251-2525-2002-05-17.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-27751-2003-11-06.html
http://personales.com/argentina/cordoba/prevenciondelsuicidio/miWeb2/
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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DELITO Y SUBJETIVACION
(DES-RESPONSABILIDAD DEL SUJETO)
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Sgo del Estero
Introducción
Desarrollo
Me interesa en particular desarrollar una cuestión que muchas veces se pres-
ta a decisiones unívocas y que hacen que la labor del psicólogo en al ámbito de
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
574
Manzur, Claudio Jorge
Conclusión
Es importante pensar, significar que, para ese sujeto es la emoción, su afec-
tividad y cuanto sabe de ella, lo que va a conducir o determinar el desenlace de
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
“sentido que la sanción adquiere una necesidad estructural dentro del campo
del sujeto, apareciendo el castigo como su posibilitador, es decir la forma o modo
en que se inscribe por su intermedio la falta deseada, siendo además que la san-
ción se realiza cuando no funciona la amenaza que el castigo cristaliza, presen-
tándose así otra lógica de la misma consecuencia” (4).
Notas
1) Gerez Ambertin, Marta “Culpa, Responsabilidad y Castigo en el discurso juri-
dico y psicoanalitico. Vol 3. Bs. as.: Letra Viva. 2009.
2) Codigo Penal Argentino
3) Lacan, Jacques. “Intervenciones y Textos 1”. Bs. As.: Manantial.
4) Degano, Jorge “La pena y el derecho al castigo”. Cáp. 7. Pag.nº 116 en “Culpa,
responsabilidad y Castigo en el discurso jurídico y psicoanalítico.
576
ADOLESCENTES INFRACTORES DE LA LEY PENAL:
VERSIONES DEL PADRE Y POST-MODERNIDAD:
CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES Y JURÍDICAS
Filiación Institucional:
Equipo del Centro de Admisión y Derivación. Palacio de Tribunales (SENNAF).
Ciudad de Buenos Aires.
Directora: Lic. Estela Marangio.
TS Licdas. Paula Baamonde y Silvia C. Gómez
Psicólogas: Licdas. Karina A. Battistina, Claudia Herrero, Cecilia Urcola.
Abogada: Dra. María E. Morello
Ira. Parte
577
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La crisis del año 2001 nos encontró con un porcentaje de población en si-
tuación de pobreza y con niveles de indigencia altísimos, motivo por el cual sur-
gieron estrategias de supervivencia.
Surgen en la provincia de Buenos Aires y en la CABA un nuevo grupo de tra-
bajadores, sin distinción de edad y sexo, transformándose algunos grupos fami-
liares en pequeñas empresas de reciclaje de papel. Surgió una nueva categoría
laboral llamada “Cartoneros”.
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Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
En estos casos, las madres resultan desbordadas, con una historia de fraca-
sos personales, económicos y familiares, con dificultades para ejercer su función
e imposibilitada estructuralmente para suplir la función paterna.
Los jóvenes intentan cubrir este vacío o carencia, ubicándose ellos mismos en
un lugar de paridad frente a su único referente de crianza, la MADRE. Se sienten
responsables frente a su madre y sus hermanos menores que suelen ser familia
numerosa. Es así como abandonan la escuela y cualquier actividad que los ubi-
que como lo que son HIJOS en la etapa adolescente, desarrollando una seudo
adultez, que en su máxima expresión se traduce en la paternidad precoz.
Con frecuencia los hijos de los jóvenes atendidos son criados por las abue-
las.
El incremento de la oferta de drogas y de las armas que se dio en estas dos
ultimas décadas, fue paralelo a este deterioro de la estructura familiar, el cual tam-
bién se dio de manera tan masiva que resulta difícil que estos adolescentes en-
cuentren contención en referentes adultos sustitutos en la red social.
579
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Veamos como entiende Sigmund Freud desde una dinámica mítica, los pro-
cesos de construcción subjetiva del padre, según los avatares culturales y sus
versiones del padre. Explicita este recorrido:
• Padre Primordial, violento, celoso: personaje todopoderoso correspon-
diente a la horda primitiva.
• Alianza de los hijos para matar al padre y devorarlo. Tras el asesinato
surge el Padre como lugar de la ley (Tótem y Tabú).
• El retorno del amor al padre instaura la Culpa: se pone de manifiesto el
lazo social como consideración del otro como semejante.
• La culpa trae aparejada la prohibición (parricidio-incesto). Estas prohi-
biciones anudan el deseo con la ley.
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Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
cha y exige todo del hijo. En este contexto psíquico, la subjetividad no puede im-
plicarse, el adolescente se manifiesta ajeno, casi en posición de objeto y funcio-
nando a modalidad compulsiva.
No hay versión del padre que nos ampare totalmente, por eso Lacan plu-
raliza los nombres del padre: todos debemos construir un padre de las distintas
versiones de él. El padre es sanción, es creencia, es referencial.
El padre se construye en el texto de la novela familiar y las distintas versiones
(del latín vertere: girar), implica no quedarse fijado en una sola versión; pasar de
una a otra, quedarse en algún pasaje, sustituir. Girar en la dirección del proceso
al padre, donde el sujeto encuentra su propia salida exogámica.
Lacan ubica al discurso capitalista dentro del ámbito del discurso del amo.
En el discurso capitalista, el amo es el sujeto anómico: dueño de la verdad lo do-
mina todo. Se hace legítimo lo ilegítimo, según el jurista Pedro David.
El discurso capitalista “produce” un efecto particular, entre otros, que pro-
581
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
582
Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografía
Tótem y Tabú-Sigmund Freud-Editorial Amorrortu, Vol.13.
Primeras Conferencias de Psicoanálisis-Sigmund Freud-Editorial Amorrortu, Vol.11.
La Odisea del Siglo XXI-Efectos de la Globalización-Amelia Haydeé Imbriano-Editorial Letra Viva.
Entre deudas y culpas: Sacrificios-Marta Gerez Ambertín- Editorial Letra Viva.
Las Voces del Superyó-Marta Gerez Ambertín- Editorial Letra Viva.
Imperativos del Superyó- Marta Gerez Ambertín- Editorial Lugar.
De los nombres del padre-Jacques Lacan-Editorial Paidós.
El Reverso del Psicoanálisis-Seminario 17- Jacques Lacan-Editorial Paidós.
Globalización y Justicia Penal-Pedro R. David-Editorial Zavalía.
Los pibes chorros, estigma y marginaciòn-Daniel Miguens-Editorial Capital Intelectual.
Pan y afectos: la transformación de los familiares- Elisabeth Jelin-Editorial Fondo de Cultura Eco-
nómica.
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Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
2da. Parte
Mediación y Subjetividad
Lacan sostiene que en la posmodernidad el modelo dominante exacerba la
creación de objetos de consumo que actúan como plus de goce, de este plus de
goce se trata el discurso del capitalismo. Es un nuevo contrato narcisista que pro-
mueve el goce hedonista en el consumo, fragmentando los lazos sociales y dan-
do como resultado sociedades cada vez más desiguales y violentas.
La posmodernidad sostenida en el discurso capitalista y su lógica del merca-
do, produce como efecto la exclusión.
Ahora bien, vivimos en una época de crisis respecto a los ideales y los em-
blemas identificatorios, los objetos aparecen aquí aportando aquello que carece
el sujeto a nivel de su identidad.
En la mayoría de los jóvenes transgresores a la ley penal aparece claramen-
585
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Legendre conceptualiza la importancia que tiene para el autor del acto trans-
gresor que dé alguna significación al mismo, “que subjetivice su falta y recupere
su lugar en el tejido social, al que su acto ha lesionado”.
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Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
Ahora bien, como nos explica Juan Carlos Vezzulla, “Si abordamos la proble-
mática del adolescente autor de acto infractor desde la perspectiva “de lo que de-
bería ser”, asumiremos una posición asistencial y hasta penalista basada en un
modelo esperado o deseado de adolescente y de su inserción en la sociedad”.
587
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Presentación Jurídica
El derecho penal desde su creación por el Estado moderno ha jugado un im-
portante papel en la prevención y sanción de conductas delictivas. La pregunta
es si este derecho esencialmente retributivo, que consiste en tipificar conductas
antijurídicas y culpables y determinar una sanción que va desde la multa has-
ta la privación de la libertad en caso de transgresión al orden jurídico y lesión a
un bien jurídico protegido, resulta por si solo reparatorio frente al daño provoca-
do a la víctima y una disminución en la reincidencia de jóvenes en conflicto con
la ley penal.
Hay que hacer una aclaración previa: en materia penal como en otras ramas
del derecho existen una norma de fondo, en este caso plasmada en el código pe-
nal que es de alcance nacional, y normas de forma o procesales. El código pe-
nal representa en forma general y abstracta una garantía de legalidad al descri-
bir los tipos penales punibles. Las normas procesales, formales o instrumenta-
les que son locales (provinciales) determinan el procedimiento para el esclareci-
miento de los hechos. En este marco se despliega la ley 22.278 reformada por
la ley 22.803 del año 1980 llamada “Ley Penal de Menores” que contiene dispo-
siciones de fondo y de forma dentro de la doctrina de la situación irregular o tu-
telar. A la abstracción que significa para un joven entre los 16 y los 18 años com-
prender la criminalidad del acto cometido como transgresión al orden jurídico y
la aplicabilidad de una sanción de privación de la libertad igual que un adulto, se
le puede contraponer un proceso restaurativo y reparatorio. En este proceso es
posible que a instancias del Ministerio Público o Juez, mediante el principio de
oportunidad, se efectúe una remisión del caso para tratarlo en un ámbito extra-
judicial en el que la víctima y el joven autor del hecho sean protagonistas de una
solución del conflicto mutuamente satisfactiva, que a su vez repare los daños,
responsabilice al joven imputado y restaure al tejido social.
De los principios contenidos en: la Convención de los Derechos del Niño ar-
tículo 40, incorporados al Derecho Argentino con rango constitucional a partir de
la reforma de 1994; las Reglas Mínimas para la Justicia de Menores (Reglas de
588
Marangio, E. - Baamonde, P. - Gómez, S. - Battistina, K. - Herrero, C.- Urcola, C.- Morello, M.
Bibliografía
Bleichmar Silvia. “El desmantelamiento de la subjetividad. Estallido del yo”, Bs.As., Topia Edito-
rial, 2009.
Courel, Raúl. “Psicoanálisis en el campo del goce”, Bs. As., E. Manantial, 1994.
Freud Sigmund. “El malestar en la Cultura”, Bs, As, Amorrortu.
Freud Sigmund. “Más allá del principio del placer”, Bs, As, Amorrortu.
Geréz Ambertín Marta. “Entre deudas y culpas: sacrificios”, Bs. As. Letra Viva, 2008.
Geréz Ambertín Marta. “Culpa, responsabilidad y castigo.”Volumen III, Bs. As. Letra Viva, 2009.
Lacan, Jaques. “La ética del psicoanálisis”, Libro 7. Bs. As., Paidós, 1991.
Lacan, Jaques. “El reverso del Psicoanálisis”, Libro 17. Bs. As. Paidós, 1991
Laplanche, Jean y Pontalis, Jean Bertrand. “Diccinario de Psicoanálisis”, Bs. As. Paidós, 2009.
Vezzulla, Juan Carlos. “La mediación de conflictos con adolescentes autores de acto infractor”. 2006
589
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
590
LA ORFANDAD DEL SUJETO Y
EL DILEMA DE LOS PROFESIONALES PSI
Filiación Institucional:
Margaría, Susana T.: Lic. En Trabajo Social. Docente Cátedra de Trabajo Social Familiar-
Facultad Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán
Cabrera, Inés Cecilia: Médica Psiquiatra, Psicoanalista. Docente Cátedra Salud Mental
II-Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán.
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud de Tucumán
591
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
que designa lo diferente en cada sociedad dada, y de acuerdo a los poderes he-
gemónicos predominantes.
La idea del cuidado del loco como alguien que debe inspirar piedad dado
que es una persona enferma que necesita cuidados y rehabilitación nace en el
contexto de la modernidad, en la representación del mundo organizada por me-
tanarrativas [Refiere a la idea de más allá de los acontecimientos o construccio-
nes de acontecimientos y sucesos] de ciencia humanizada, progreso y emanci-
pación individual.
592
Margaría, Susana Teresa - Cabrera, Inés Cecilia
593
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
sus recursos potenciales. Ello pone en evidencia que aún en el siglo XXI conti-
núan presentes las representaciones sociales acerca de la locura, de principios
de siglo pasado.
Desde otro punto de vista, y con referencia a las políticas de Estado y de sa-
lud, predominantes en las últimas décadas, con la instauración de un modelo
neoliberal, en nombre de la equidad y la justicia, se transfirieron obligaciones del
Estado al sector privado, de manera de que la salud en sus diferentes dimensio-
nes de atención llegaran a más ciudadanos, con buena calidad y atención en los
servicios, compartiendo con el sector público.
594
Margaría, Susana Teresa - Cabrera, Inés Cecilia
Bibliografia
• Abuelafia Emmanuel, Samuel Berlinski, Mariana Chudnovsky, Valeria Palanza, Lucas Ronconi, M.
Eugenia San Martín y Mariano Tomáis. El funcionamiento del sistema de salud argentino en el con-
texto federal . Centro de estudios para el desarrollo institucional. Documento 77.Año 2002.
• Bertolote José M. Raíces del concepto de salud mental. en World Psychiatry .Ed .español p/Latino-
américa. Rev. Oficial de la Asociación Mundial de Psiquiatría.(WPA) Volumen 7.N° 2 2009. p.113.
• Carballeda Alfredo J.M. Del Desorden de los cuerpos al orden de la sociedad. Ed. Espacio. 2004
• Colina Fernando. Artículo: Actualidad Hermenéutica de la psicosis. Publicación Frenia. Año 2002
• La reforma de las obras sociales en Argentina© 2010 Organización Panamericana de la Salud
http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1020-49892000000700024 Revista Pa-
namericana de Salud Pública Print version ISSN 1020-4989 Rev Panam Salud Publica vol.8 n.1-2
Washington July/Aug. 2000 doi: 10.1590/S1020-49892000000700024
• Pellegrini, Jorge L. Salud es sin encierros. Editorial Polemos. Bs. As. 2009. p.21
Vezzetti, Hugo. La locura en Argentina. Ed. Paidos. Bs.As.pg.11
595
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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LA RESPONSABILIDAD DEL PSICOANALISIS
Filiación Institucional:
Fac. de Psicología. Universidad Nacional del Mar del Plata
Resumen: El título que hemos elegido permite varias lecturas, alude por un lado
a la particularidad de las características de la responsabilidad en el campo del psi-
coanálisis; por otro lado, “la responsabilidad del psicoanálisis” alude a la partici-
pación de este discurso en la cultura. Analizamos en particular el concepto de lo
íntimo como una forma de establecer la singularidad como elemento indispensa-
ble de la condición humana y su estado en la cultura actual.
597
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ber, su ética y su práctica, ha llevado a una desviación que conduce a hacer del
psicoanálisis una cosmovisión, en un conjunto militante de la causa analítica. Y
si bien es cierto que es un peligro, creemos que se debe transitar el mismo. La
responsabilidad del psicoanálisis frente a la homogeinización de los sujetos, la
responsabilidad de un discurso que se plantea interesado en la marca diferen-
cial de los sujetos, la responsabilidad de un discurso que involucra la diferencia
como estrategia frente a un medio que promueve borramiento de las singulari-
dades, es un planteamiento que creemos debe expresarse esquivando los pe-
ligros del ideal.
Hace poco tiempo, en la Escuela Freudiana de Mar del Plata, institución ala
que pertenezco, se realizaba un comentario sobre “Dos notas sobre el niño” de
Jacques Lacan (Lacan, 1968), en el texto se alude al fracaso de las utopías co-
munitarias, este fracaso no está dado por una cuestión de hecho, sino porque
hay un elemento que no es común, comunitario, intercambiable: un deseo que
no sea anónimo y que posibilitará un cuerpo que tampoco es intercambiable ni
anónimo. Es la singularidad del deseo y la experiencia del cuerpo lo que hace
al fracaso de las utopías comunitarias que podrán existir y de hecho existen de
múltiples maneras.
598
Martínez Álvarez, Hugo
Como planteaba lúcidamente Hanna Arendt en sus análisis sobre Adolf Eich-
mann, el criminal nazi, no se trata de un asesino serial, son inadecuadas las ca-
tegorías de perverso o cualquier otra denominación psicopatológica, se trata de
un hombre de la masa, de un burócrata, de un hombre gris, de un hombre co-
mún de la maquinaria anónima del sistema. Creemos que la inhumanidad de Ei-
chmann está dada por la ausencia de su marca singular.
599
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ser es lo que nos viene de afuera, son los significantes que nos han hablado an-
tes de que habláramos. Las palabras que nos han dado lugar en el mundo, em-
pezando por nuestro nombre propio…” (Chaumon, 2004).
Por otro lado nuestro análisis nos ha llevado a plantear y a reconocer que a
nivel político el psicoanálisis introduce la existencia del mal como indiscutible, y
eso tiene consecuencias éticas y políticas ineludibles.
Lo que intentamos señalar es una dimensión de la política no ideal, dado que
la regulación de la relación con los otros, si bien esta sostenida por una dimen-
sión simbólica, no deja de lado un aspecto esencial de la condición humana: lo
pulsional. Freud (1921) ha señalado, en “Psicología de las masas y análisis del
yo”, cuatro lugares que el otro puede ocupar en la vida anímica individual: mo-
delo, objeto, auxiliar o adversario. El otro como modelo es lo que ha teorizado
como ideal del yo; el otro como objeto para la satisfacción, en la dimensión más
pulsional; el otro como auxiliar, en la línea de los acuerdos, asistencias, cuida-
600
Martínez Álvarez, Hugo
dos, etc.; y el otro como adversario o rival, en la dimensión más imaginaria. Tan-
to la dimensión de modelo como la de auxiliar son tenidas en cuenta en general
en cualquier análisis político, pero la referencia al otro como objeto de satisfac-
ción y al otro como rival son escamoteadas del análisis, conformándose un aná-
lisis que en pos de sostener los valores mas humanos, olvida elementos esen-
ciales de la condición humana. Ya que, a medida que se extiende la generaliza-
ción de los acuerdos y la comprensión dialógica más se extiende la intoleran-
cia. Cuanto más apunta una cultura en el “todos”, más insoportables se hacen
las diferencias.
En la articulación con el derecho Marta Geréz Ambertin también nos ayuda a
introducir esta cuestión de lo singular en una disciplina que se pretende univer-
sal y trata de sujetos que son iguales, borrando sus diferencias particulares y el
psicoanálisis repudia la asimilación de un sujeto a otro, y trata a los sujetos como
singularidades, como pura diferencia, es cierto, como plantea Gerez Ambertín,
que la aplicación de las normas generales al caso particular se enfrenta a la in-
cógnita del lugar que la subjetividad ocupa en dicho acto, ya que para que el ideal
ético de la justicia que la ley expresa se ponga en acto, requiere que el sujeto le
de una significación a esa sanción, “que le permita dimensionar cuán implicado
está en aquello de que es acusado” (Gerez Ambertìn, 2006;8).
Creemos, asimismo, que lo íntimo es uno de los campos donde se juegan hoy
una resistencia a cierta tendencia de la cultura a homogeneizar a los sujetos, no
solo a su normalización, sino a cierto relevamiento en el trabajo sobre las diferen-
cias. Y entendemos a estas diferencias como el ámbito más nodal de la práctica
clínica, y al psicoanálisis como una práctica pertinente al trabajo sobre esta di-
mensión, ya que como plantea Lacan “... el psicoanálisis es una práctica subor-
dinada por vocación a lo más particular del sujeto ...” (Lacan, 1966;344). Insisti-
mos que este “más particular del sujeto” es uno de los nombres de lo ínimo: sea
en el efecto que ha establecido la ley sobre ese sujeto, o los nombres de los go-
ces a los que el sujeto está conminado. Concordamos con J. Kristeva en consi-
derar lo intimo como “… lo más profundo y lo más singular de la experiencia hu-
mana” (Kristeva, 2001: 68.).
601
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Bibliografía
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602
EL AMOR EN LAS NUEVAS SUBJETIVIDADES
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
603
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Sin embargo el amor siempre implica riesgos, y dificultades, dado que como
plantea Lacan: “El amor es dar lo que no se tiene” (Lacan, 1957/1958, Clase 11)
(1), es la antítesis del amor fácil y rápido en donde prima el pedir menos, dar me-
nos y conformarse con menos, y justamente se da esto porque es fácil, es fácil
dar lo que se tiene.
Lo difícil radica inevitablemente en dar lo que no se tiene. Aquí subyace el ver-
dadero enigma del amor, invitando de esta manera a la creación, al Arte de Amar,
lo que se pone en juego es eso que les falta a los partenaires, lo que se inventan
para darse y que en tanto no lo tienen siempre será un invento.
De esto precisamente es que carecen las actuales relaciones fugaces en don-
de las personas buscan “caer bien” al otro, disfrutar el momento, y luego desha-
cerse de este intermitente encuentro. Sin embargo el traspié es inevitable. No lo-
gramos borrar nuestras faltas, ni mucho menos alcanzar la perfección total.
Siempre surgirá alguna falla, alguna hilacha…y tal como lo expresa la Dra.
Marta Gerez Ambertín: “El amor no es sino el naufragio del narcisismo” en don-
de permanece viva la esperanza de recobrar aquella perfección por la mirada
del otro.
Es preciso entonces plantear como piedra angular del verdadero lazo amo-
roso: ¿A pesar de mis faltas puedes amarme? ¿A pesar de mis hilachas puedo
serte imprescindible?, ¿A pesar de tus fallas soy capaz de amarte?, aquí se plan-
tea el juego de las incógnitas del amor.
Un juego interminable, que lleva a reflexionar, un juego que asusta a estas
actuales relaciones liquidas, débiles, desechables.
604
Martínez, Gisell Carolina Del Valle - Pérez, María José
En el verdadero amor ocupa un lugar fundamental eso que va mas allá de las
palabras, de lo dicho, surge en él el misterio de la metáfora, del decir inconscien-
te, de las sustituciones posibles, es decir: El misterio de dar lo que no tenemos a
alguien que no lo es, como afirma Lacan cuando teoriza la trasferencia.
605
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Llama la atención el hecho de que la base de esas condiciones tiene que ver
con la necesaria sustitución del objeto amoroso que desemboca en la Metáfo-
ra del Amor, es decir, en el amor como creación, como sustitución de lo prohibi-
do por lo permitido. Esto tiene que ver con lo que plantea Freud en “El Tabú de
la virginidad” en cuanto a que en el amor de la mujer, el primer puesto lo ocupa
siempre alguien que no es su pareja y que sería el padre, y de este modo su pa-
reja ocupa un segundo lugar siendo siempre un sustituto.
606
Martínez, Gisell Carolina Del Valle - Pérez, María José
607
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
jugar al Arte del amor lo que supone mantener el deseo y la seducción al día un
re-enlace cotidiano con el amante.
Notas
(1) Lacan, Jacques. Seminario V. Las formaciones del inconsciente. Edit. Paidós, Barcelona.
(2) Lacan, Jacques. Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. Escritos 1.
(3) Bauman, Zygmunt. Amor líquido. Edit. Fondo de Cultura Económica, Madrid
(4) de Saint-Exupéry, Antoine. El Principito. Edit. Buró, Bs. As.
(5) Freud, Sigmund. Psicología de las Masas y Análisis del yo .VIII. Edit. El Ateneo, Bs. As.
(6) Gerez Ambertín, Marta. Seducción de lo prohibido (Clandestinidades del amor). Revista Deba-
te Feminista. México
608
LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA
EN PSICOANÁLISIS Y LA IMPUTABILIDAD PENAL.
LA IMPUTABILIDAD DISMINUIDA
Medina, M. Susana
Filiación Institucional:
Integrante del Proyecto 26K408. Consejo de Investigaciones-U.N.T.
Docente de la Fac. de Psicología-U.N.T.
Introducción
Luego de analizar un caso de homicidio en estado de emoción violenta que
sentó jurisprudencia y de estudiar esa figura penal y los requisitos que exige
la justicia nacional y la psiquiatría forense para considerar esa figura, nos pre-
guntamos: ¿Por qué se considera ese estado emocional como atenuante de la
pena solo en caso de homicidio y no en otros delitos (por ejemplo: lesiones, in-
jurias, calumnias, etc.)? O, dicho de otro modo, ¿Por qué no existe en el Códi-
go Penal un artículo sobre imputabilidad disminuida independientemente del cri-
men cometido?
609
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La imputabilidad en el derecho
El artículo 81 el CP dice: El artículo 81 del Código Penal Argentino dice: “1º.
Se impondrá reclusión de tres a seis años, o prisión de uno a tres años - inc. a)
al que matare a otro, encontrándose en un estado de emoción violenta y que las
circunstancias hicieren excusable”. La pena mencionada es menor que la del ho-
micidio simple atento a las atenuantes por el estado emocional.
Para aplicar la atenuación por emoción violenta que analizamos, el orden ju-
rídico exige que se cumplan tres requisitos:1) El estímulo debe ser eficiente para
provocar el estado emocional. 2) Estado mental confusional. 3) Que las circuns-
tancias lo hicieren excusable. Se entiende como excusable el hecho de que ese
estado emocional no fue buscado intencionalmente.
Otros artículos tratan la disminución de la pena en menores de edad y otros
que contemplan las circunstancias atenuantes y agravantes de la pena, como los
Arts. 40 y 41 que transcribimos a continuación:
ARTICULO 40.- “En las penas divisibles por razón de tiempo o de cantidad,
los tribunales fijarán la condenación de acuerdo con las circunstancias atenuan-
tes o agravantes particulares a cada caso y de conformidad a las reglas del ar-
tículo siguiente.” (C.P.N.).
ARTICULO 41.- “A los efectos del artículo anterior, se tendrá en cuenta: 1º.
La naturaleza de la acción y de los medios empleados para ejecutarla y la ex-
tensión del daño y del peligro causados; 2º. La edad, la educación, las costum-
bres y la conducta precedente del sujeto, la calidad de los motivos que lo deter-
minaron a delinquir, especialmente la miseria o la dificultad de ganarse el sus-
tento propio necesario y el de los suyos, la participación que haya tomado en el
hecho, las reincidencias en que hubiera incurrido y los demás antecedentes y
condiciones personales, así como los vínculos personales, la calidad de las per-
sonas y las circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión que demuestren su
mayor o menor peligrosidad. El juez deberá tomar conocimiento directo y de visu
del sujeto, de la víctima y de las circunstancias del hecho en la medida requeri-
da para cada caso.” (C.P.N.)
610
Medina, M. Susana
Por otro lado, los juristas mantienen posiciones diferentes con relación a la
creación de un artículo de estas características. Algunos autores proponen la
creación del artículo de imputabilidad o culpabilidad disminuida en tanto otros se
oponen o piensan que no es necesario ya que el código agota el tema en otros
artículos
Por otro lado, el Anteproyecto para la reforma del Código Penal Argentino, año
2004, se ocupa de la culpabilidad disminuida y en su Parte General. Tema III, el
Art.35 habla de la disminución de la pena y dice su inciso e): “Al que, en el mo-
mento del hecho, tuviera considerablemente disminuida la capacidad para com-
prender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones conforme a esa compren-
sión, por uno de los motivos establecidos en el inciso h) del artículo 34”. Este úl-
timo inciso dice: “El que a causa de cualquier anomalía o alteración psíquica per-
manente o transitoria no haya podido, al momento del hecho, comprender su cri-
minalidad o dirigir sus acciones conforme a esa comprensión”.
Por nuestra parte, destacamos que estos incisos no hablan de perturbación
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
612
Medina, M. Susana
Ahora bien, a pesar de que nuestra teoría afirma que el sujeto es siempre
responsable, ello no es impedimento para considerar circunstancias en que esta
responsabilidad pueda verse disminuida como lo propondremos a continuación.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Entonces, el sujeto queda sin recursos ante el Otro que lo atraviesa en lo más
íntimo de su ser, se vería completamente desposeído de todo lo que lo había cons-
tituido como sujeto soporte de la palabra, como sujeto accediendo a la palabra.
Agrega Weill, “se podría comparar su posición con la de los pueblos invadidos
por un ejército extranjero que practican la política de tierra arrasada, que queman
todo, queman todo para conservar algo, es decir para que la invasión no sea total
(…) Es una posición de desubjetivación total”. (Lacan: 1977. Clase 6)
Creemos que en una posición como la descripta, cuando alguien o algo lo ob-
jetaliza, el sujeto, privado de todo aquello que lo hace sujeto de y para la ley, priva-
do de la palabra y el deseo, justifica tener en cuenta que su responsabilidad tam-
bién está disminuida, en consecuencia, su capacidad de reprochabilidad por un
delito cometido en estas circunstancias, su imputabilidad, puede ser atenuada. Y
proponemos que su recuperación se realice en lugares adecuados, con atención
terapéutica que les posibilite reconstruir su marco de referencia subjetiva.
Los investigadores arriba citados, Vannini y otros, se hacen la siguiente pre-
gunta:
¿Habría supuestos en los que no obstante verificarse cierto nivel de capa-
cidad psíquica en el sujeto, operan situaciones reductoras o limitadoras de la
autodeterminación?”(Vannini y otros, 2008)
Podemos responder, a partir de lo anterior, que el sujeto, en tanto sujeto ins-
tituido, tiene la posibilidad de deliberación ante lo que Pierre Legendre llama la
Referencia Fundadora de lo social, pero cuando el marco instituyente se rompe
pierde también esa posibilidad.
Si bien el enjuiciamiento de la capacidad de culpabilidad no es una cuestión
que corresponda resolver a la psiquiatría o a la psicología o al psicoanálisis, por
614
Medina, M. Susana
Conclusiones
Luego del recorrido por los textos del derecho que nos permitió ver las dudas
y diferencias que se presentan ante el crimen y el criminal, esperamos haber am-
pliado, desde nuestra teoría, el conocimiento del jurista sobre la causalidad de
la conducta criminal sin que esto implique el desconocimiento de la responsabi-
lidad que nos cabe a todos por nuestros actos, incluidos aquellos que obedecen
a las fuerzas inconscientes más primarias.
Ref. bibliográficas
Lacan, J.: (1950) “La ciencia y la verdad”, Escritos 2, Bs. As. Siglo XXI, 1988.
Lacan, J.: (1977) Seminario 24.
Vannini F. y otros: La imputabilidad disminuida. En derechopenalonline.com.ar
Zaffaroni R. y otros: Tratado de derecho penal, Editorial Ediar, Buenos Aires, 2000
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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ESCRITURAS DE LA LEY EN LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA:
LAS FORMAS JURÍDICAS SE ESCRIBEN
EN LA COTIDIANEIDAD
Minnicelli, Mercedes
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Doctora en Psicología. Directora de la Red Interuniversitaria Inter-
disciplinaria INFEIES (Estudios e Investigaciones psicoanalíticas e interdiscipli-
narias en Infancia e Instituciión(es). Docente e investigadora, Fac. de Psicología,
Universidad Nacional de Mar del Plata - Argentina
Hay que recordar que las instituciones son un fenómeno de la vida. Evocar
617
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
618
Minnicelli, Mercedes
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
rada, la voz, la palabra, el sostén del cuerpo; por lo dicho y lo no dicho; por el rit-
mo y la escansión; por las formas jurídicas de inscripción, inicialmente, en el re-
gistro civil, un niño recibe un lugar social; un número de documento de identidad,
una nacionalidad. Se le otorga una filiación familiar y un lugar social. Se institu-
ye un sujeto en lo social.
Será por la inscripción que le otorgamos en el marco jurídico normativo que
un niño/a inicie su devenir ciudadano, aunque le llevará tiempo y trabajo su llega-
da a la mayoría de edad, para luego continuar si su vida resulta viable.
Las modalidades que desde el sostén de la socialización, de la educación, de
la transmisión se vayan produciendo, harán a las diferencias singulares biográfi-
cas y sociales propias a cada ser humano, a cada región, a cada grupo social.
Ahora bien, eso llamado la ley no se significa: se escribe. Su escritura deli-
mita y crea un vacío que opera al habilitar operaciones lingüísticas que se vehi-
culizan y enlazan por la vía del amor y la identificación, articulándose en la me-
táfora del sujeto por la operatoria de la castración.
620
Minnicelli, Mercedes
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
622
Minnicelli, Mercedes
los hitos claves de las operaciones subjetivas: estadio del espejo, juego del fort-
da, la lógica del complejo de castración en sus tiempos de mistificación y desmi-
tificación del Otro, por ceremonias mínimas. En este sentido, la recuperación de
pequeños escenarios para la transmisión de narrativas, las clásicas y las otras;
las fábulas, los relatos míticos; los juegos, los deportes, los clubes, los espacios
de juego, los espacios de encuentro social, en la escuela y fuera de ella, renue-
van esperanzas respecto de un posible detenernos a revisar cómo las formas de
regular los intercambios las escribimos, sostenemos y transformamos en la coti-
dianeidad, por ceremonias mínimas.
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Bs. As., Noveduc, 2010
623
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
624
ENSAYO SOBRE PSICOANALISIS Y
EL PROCESO CREATIVO EN LA MUSICA
Filiación Institucional:
Estudiante 5to. año. Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán
Resumen: A lo largo del trabajo se intentará dar cuenta de los modos creativos en
relación a la música y su articulación con la subjetividad o con el sujeto tal como
lo define la teoría psicoanalítica.
Este delimitará ciertos aspectos acerca de la creación en el campo musical. Plan-
tearé maneras de entender el proceso creativo, abordando temas tales como el de
la originalidad e influencias y tomando como marco referencial el discurso psi-
coanalítico. Destacaremos algunas similitudes que comparten tanto el lengua-
je como la música, ambas entendidas como estructuras encarnadas en ese Otro
que se constituye como tesoro de los significantes, y que marcan al sujeto y acen-
túan su división.
Palabras claves: Psicoanálisis – Música – Proceso creativo – influencias
625
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
insignificable, un vacío que se hace propio del sujeto mismo y que va a inaugurar
su incesante búsqueda hacia la completud, (que Freud representará con el mito
del Andrógino). Esta falta en el saber; (a la que Freud atribuyó desde su comien-
zos a la sexualidad, afirmando que no existe saber sobre esta que esté prefijado
y que se manifiesta en la labilidad del objeto de la pulsión), nos remite al invento
del objeto a de Lacan, que dará cuenta del vacío constitutivo del sujeto, de ese
Otro que también está en falta, (en términos estructurales), de esa pérdida de goce
absoluto que Freud conceptualizó en la vivencia de satisfacción, y del deseo con
su imposibilidad de satisfacerse (diferente a lo que es su realización).
Como sabemos, a su vez, el yo se constituye por un Otro que nos acoge, muy
bien explicado por Lacan en el estadio del espejo; ¿qué quiere decir esto? Que
el otro forma, moldea la subjetividad, que los propios significantes que el sujeto
maneja no son “suyos”, provienen de ese Otro, constituyéndose los padres como
agentes representantes de este Otro. De por sí Freud ya afirmaba que el yo, es
justamente un cementerio de identificaciones.
626
Morón, Germán Augusto
Pero como sabemos este tiene su origen en el Otro, que en el caso de la mú-
sica, lo podríamos llamar influencias. Entonces se puede afirmar, que así como
las representaciones inconscientes desarrolladas por Freud sufren deformacio-
nes por acción de la represión, para poder acceder a la consciencia bajo el nom-
bre de formaciones del inconsciente, podemos decir lo mismo y hacer entonces
una cierta analogía con las ideas artísticas que salen a luz bajo el poder de la
“musa inspiradora”.
627
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por otro lado, hay que destacar que a lo largo de la historia, se sabe mucho
de canciones y estilos musicales que surgieron de improvisaciones, momentos
que justamente escapan a la razón crítica, y aluden a lo impensado, a lo no pre-
dicho.
Al igual que un sujeto neurótico deja que el “lenguaje hable por sí mismo” en
la experiencia analítica; en las improvisaciones también se podría decir que el
músico deja que el “lenguaje de la música” también hable por sí solo, de allí en
más se verá qué cosa se hace con esa formación, con ese producto; ¿no se po-
dría pensar la existencia de “representaciones musicales” agitándose en el in-
consciente, producto de identificaciones?
Adriana Cornú en su artículo titulado “Creación y repetición” del libro “El arte
actual, repetición/creación” (1) afirma que: dada una linealidad o una continuidad
fundada en la repetición de lo mismo, la creación se produce cuando en ella se
presenta una fractura, un corte, una disolución o la aparición de lo diferente en
esta linealidad o continuidad, a la que a su vez constituirá una nueva repetición
que conducirá a otra creación y así sucesivamente.
Por otro lado, Yañez Cortés, quien es citado en el artículo antes nombrado, nos
dice que: Aún ahí donde se ha pretendido o buscado solo la originalidad o nove-
dad, siempre hay algo que se repite porque la repetición es inherente a la cons-
titución humana y por ende de la cultura… se debe terminar con la incógnita de
suponer una repetición que solo repite o la inexistencia indeterminada del repetir
(es decir su opuesto, la concepción de creación)… dejar en claro que la repetición
es básicamente un acto creador en el intersticio de la repetición y como tal nunca
repetimos lo mismo, pues aún cuando quisiéramos al modo del voluntarismo, en
el hueco de la repetición se ha de filtrar esencialmente el acto creativo.
De esta forma se relativiza la “ilusión en tanto pretensión de absolutez… e in-
manencia o de químicamente pura” de la creación.
Y continua este tema subrayando que el sujeto vive repitiendo y hasta compul-
sivamente. Constituido simbólicamente como sujeto en falta, que demanda cons-
tantemente del Otro para ser “algo”, esta falta, agujero o vacío se cubre repitiendo
o “reiteradamente evocando” los lazos con esas experiencias fundantes.
628
Morón, Germán Augusto
Harold Bloom en su libro “La angustia de las influencias” (2), describe esta
posición desde el ámbito de la poesía, de una manera pesimista, destacando un
párrafo de Wilde en “El retrato de Dorian Gray” que dice lo siguiente: “Ya que in-
fluir en una persona es darle su propia alma. No piensa sus pensamientos natu-
rales ni arde con sus propias pasiones. Sus virtudes no son verdaderas para él.
Sus pecados, son prestados: se convierte en el eco de la música de otra perso-
na, el actor de un papel que no ha sido escrito para él”.
629
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
nan y se manifiestan como integrantes del tejido estructural mismo que constitu-
ye al producto artístico.
Notas
1- Adriana Cornú, Accarini Irene; Carballido: “El arte actual – creación repetición, 2010
2- Harold Bloom: “La angustia de las influencias”, 1977
3- Oscar Masotta: “Introducción a una lectura de Jacques Lacan”, 1978
630
HACIA UNA CRÍTICA DE LA LECTURA ONTOLÓGICA
DE LA RESPONSABILIDAD SUBJETIVA
EN EL PASAJE AL ACTO
Filiación Institucional:
Magister en Psicoanálisis. Fac. de Psicología de la Univ. de Bs. As.
Integrante Proyecto UBACyT
631
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
locura”. Y advierte al respecto que hay que tomar en cuenta lo que la medicina, el
derecho, algunos discursos políticos, la psicología y aun ciertos enunciados psi-
coanalíticos pueden contribuir a producir respecto de dicha desresponsabilización
enloquecedora. El psicoanálisis debe operar contra la locura y no prestarse a ser
utilizado para justificar circunstancias atenuantes, para encontrar motivos explica-
tivos de las acciones de alguien por lo que le aconteció en su infancia.
Explicaciones causales de este orden liberan a ese alguien de toda responsa-
bilidad en lo que le ocurre, lo empuja hacia la locura del alma bella que denuncia
el desorden del mundo afuera de sí. Pero peor aún, se hunde al sujeto en la alie-
nación mayor, pues la culpabilidad inconsciente es comandada por el superyó y
cuanto más se desresponsabiliza a alguien más se acrecienta esa culpabilidad.
La responsabilidad... ¿subjetiva?
“Responsabilidad subjetiva” es un sintagma ausente de la obra de Lacan, aun-
que se le atribuya. Quizás sea su afirmación de La ciencia y la verdad la que ha
contribuido a ello: “De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables”(1).
Enunciado tajante, cuyo efecto de imperativo categórico es evidente pero que ha
de modularse. Es así que es habitual escuchar analistas que se precian de llevar
sus casos hasta el punto en el que el analizante ha logrado “asumir su respon-
sabilidad”, han logrado “hacerlo cargo de su parte en aquello de lo que se que-
ja”... Otras dos referencias lacanianas vienen siempre en auxilio de esta máxi-
ma universal.
Resuena, en primer lugar, esa Intervención sobre la transferencia en la que
un Lacan inspirado fenomenológicamente por Hegel encuentra en Freud la po-
sición del “puro dialéctico” (2) que interpreta la posición de “alma bella” (3) de la
Dora quejosa y reivindicativa, “inversión dialéctica” (4) que la confronta con lo no
reconocido de su participación en la situación contra la que despotrica.
Lo más sorprendente es que hacer de ello la dirección de la cura implica acep-
tar -también sin reconocerlo- que esa cura será llevada hasta el umbral... pero de
la entrada. En efecto, la inversión dialéctica que Lacan lee en la intervención de
Freud es apenas el comienzo de una serie que llega hasta una cuarta que este
ni entrevió. Pero ese no sería el problema mayor sino que se entiende la “escan-
sión de las estructuras” (5) allí propuestas, como fases evolutivas de un trata-
miento pre-modelado y universal, prêt-à-porter, que rechaza la temporalidad ló-
gica que hace que ese primer tiempo sea tal, solo en retroacción.
Resuena, en segundo lugar, La dirección de la cura..., esa que Lacan “orde-
632
Muñoz, Pablo Diego
Rectificación... superyoica
La estructura de imperativo categórico que reviste impulsar la asunción de la
responsabilidad invita a explicitar la relación de esa maniobra con el superyó en
sus dos aspectos, lo normativo y lo pulsional. Lacan ya en el Seminario 1 acen-
túa su carácter insensato, ciego, de puro imperativo, de simple tiranía. Lo que
implica que funciona como ley pero como tal impone un orden sin dialéctica, sin
Otro, lo cual se expresa en su severidad. Esta faceta real es la que enfatiza La-
can cuando trabaja en El Seminario 10 el superyó como un imperativo categóri-
co kantiano que empuja a gozar al modo de una imperiosa necesidad de hacer
algo, como una voz insensata que ordena “¡GOZA!”, y que obstruye toda forma-
ción del inconsciente, impide la transferencia y el lazo social.
633
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Siguiendo el método freudiano que hace una rica analogía entre el ceremonial
neurótico y el religioso, puede observarse la poca distancia que separa a “Te ha-
rás cargo de tu parte” de “Tu amarás a tu prójimo como a ti mismo” -mandamien-
to que Freud no ha dudado en calificar de inhumano- y ante el que -según Lacan-
“retrocede con un horror motivado” (7), por la paradoja que entraña. Lacan indica
que los diez mandamientos deben ser interpretados como algo cercano a lo que
opera efectivamente en la represión del inconsciente. En ese sentido, el manda-
miento “analítico(?)” de la responsabilidad subjetiva se revela como un reforza-
miento de la falla imaginaria, la debilidad yoica, en la medida en que empuja al yo
a hacerse cargo de la falla del Otro, vale decir que es un modo de no querer sa-
ber nada de las fallas de los Otros que encarnan el lugar A; en última instancia, y
paradójicamente, un modo propuesto por el psicoanálisis de sortear aquello a lo
que debería conducir, a atravesar: la falta del A. Nos resta entonces evaluar si no
es la resistencia de los psicoanalistas -como siempre- el principal obstáculo para
que el psicoanálisis se libere de los mandamientos que lo limitan.
Inmixión de discursos
Donde la responsabilidad subjetiva constituye un concepto no es en el psi-
coanálisis sino en el derecho. En latín, spondeo, del que deriva nuestra “respon-
sabilidad” quiere decir: “salir de garante de alguno o de sí mismo en relación a
algo y frente a alguien”. En derecho de daños, significa la sujeción de una perso-
na que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de otro sujeto a la obli-
gación de reparar el daño producido. Ahora bien, en términos jurídicos, se conci-
be que los hechos generan obligaciones, por tanto la conducta de una persona
le es imputable a ella. Por eso la responsabilidad proveniente de la conducta de
una persona se llama “subjetiva” e implica el elemento culpa. Existe también una
responsabilidad objetiva que se produce con independencia de toda culpa por
634
Muñoz, Pablo Diego
parte del sujeto responsable. Vale decir que la responsabilidad subjetiva se fun-
da exclusivamente en la existencia de culpa por parte de un sujeto.
El filósofo G. Agamben sostiene que es habitual confundir categorías éticas
con categorías jurídicas y concluye que “Casi todas las categorías que nos ser-
vimos en materia de moral o de religión están contaminadas de una u otra forma
por el derecho: culpa, responsabilidad, inocencia, juicio” (8). Quizás esta conta-
minación oriente la concepción de la responsabilidad subjetiva en psicoanálisis
en el sentido señalado. Un ejemplo equivalente es el efecto llamado de psiquia-
trización del psicoanálisis por el modo de sobrevalorar el lugar del diagnóstico y
convertir las estructuras freudianas en categorías diagnósticas, a partir de lo que
se confirma su contaminación con la inspiración clasificatoria de la psiquiatría.
En ese sentido, podríamos hablar aquí de un efecto de derechización del psi-
coanálisis, no en lo político-ideológico -pues no se trata de un debate con la re-
ciente afirmación de la existencia de una izquierda lacaniana- sino por apelar a
un concepto de responsabilidad subjetiva propio del derecho cuya utilización im-
plícita -nivel de la enunciación- mantiene la ligazón responsabilidad-culpa que el
psicoanálisis explícitamente -nivel de los enunciados- cuestiona.
Freud planteaba que si a ciertas insuficiencias de nuestras operaciones psíqui-
cas y a ciertos desempeños que parecen desprovistos de propósitos se les aplica
el procedimiento de la indagación psicoanalítica, demuestran estar bien motiva-
dos y determinados por unos motivos no consabidos a la conciencia. En La res-
ponsabilidad moral por el contenido de los sueños se pregunta si debemos asu-
mir dicha responsabilidad por ellos y responde con otra pregunta: “¿Qué se que-
rría hacer sino con ello?”. Su razonamiento es implacable: si el sueño es parte
de mi ser y no la invasión de un espíritu, si quiero clasificar como buenas y ma-
las mis aspiraciones, debo asumir la responsabilidad por ambas pues, en tanto
psicoanalista no puedo defenderme de lo inconsciente, lo reprimido, rechazán-
dolo con la excusa de que no forma parte de mi yo. La responsabilidad subjeti-
va es muchas veces llevada en ese sentido: hacerse cargo de las determinacio-
nes inconscientes, pero sin darse cuenta que esa búsqueda mal conducida cul-
mina en la culpabilización del yo.
En efecto, la posición del sujeto es entendida por Lacan en el campo del de-
seo inconsciente, como su escrito: Posición del inconsciente, no de la persona.
Si para Lacan el sujeto es el corte, si el sujeto es lo que representa un significan-
te para otro significante, es decir una pura hiancia efecto de lenguaje, un produc-
635
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
636
Muñoz, Pablo Diego
El atolladero criminológico
Lacan considera que la criminología es antinómica en sus efectos pues “si ella
humanizará el tratamiento del criminal, no lo hará más que al precio de un derro-
camiento de su humanidad, en la medida en que el hombre se hace reconocer
por su semejante por los actos cuya responsabilidad asume” (11). Es decir que
la paradoja criminológica es pretender humanizar al criminal deshumanizándolo.
Entonces la asunción de la responsabilidad respecto de los actos que el hombre
comete es lo que lo hace aceptable en la comunidad por sus semejantes que así
lo reconoce como tal. La responsabilidad le confiere humanidad. Y su asunción
se articula por Lacan con la cura posible del criminal: “Aún debe señalarse que,
si el reconocimiento de la morbidez de estos casos permite evitarles felizmente,
con la degradación penitenciaria, el estigma que a ella se liga en nuestra socie-
dad [es decir que está refiriéndose a los criminales considerados inimputables
que encerrados en un manicomio evitan el estigma con que carga el delincuente
común encarcelado], sigue siendo cierto que la cura no podría ser otra cosa que
una integración por el sujeto de su verdadera responsabilidad y que igualmente
es esto a lo cual se tendía por vías confusas mediante la búsqueda de una pu-
nición que puede ser quizá más humano dejársela encontrar a él”. La punición
apunta genéricamente a la responsabilidad subjetiva pero Lacan no apuesta a la
aplicación imperativa, apuesta a la posibilidad de que esa humanidad no le sea
impuesta sino que sea un efecto de lectura efectuado por el sujeto. Vale decir: su
apuesta es al efecto estabilizador de la subjetivación del crimen.
637
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
nal se produce la reducción brusca del delirio, lo cual no deja de tener un estre-
cho vínculo con el pasaje al acto.
Para Aimée el pasaje al acto le permite castigarse a sí misma, por lo cual su
función es la de realizar indirectamente su autocastigo, satisfaciendo la exigen-
cia moral que la acorrala. Lacan articula la caída del delirio con la “comprensión”
por parte de Aimée de la realización de su autocastigo (satisfacción de la pulsión
autopunitiva) en la medida en que por su atentado criminal es encerrada. Dejo
sentada mi reserva respecto del término “comprensión” estratégicamente em-
pleado allí por Lacan. Si consideramos que la tendencia autopunitiva es incons-
ciente, el término “comprensión” allí no puede querer decir otra cosa que Aimée
toma conciencia de su aspiración inconsciente ya satisfecha. En consecuencia,
el delirio cede pues ya no hay razón para que se sostenga. Pero, ¿cómo inter-
pretar dicha concienciación?
Si el pasaje al acto homicida no causa inmediatamente la remisión del deli-
rio sino recién después que Aimée pueda “comprenderlo”, ello nos introduce en
una temporalidad diversa que la de la pura linealidad que parecerían reconocer
los psiquiatras clínicos cuando se refieren al aspecto resolutivo del fenómeno.
Ya no se trata entonces de la inmediatez automática de la resolución del deli-
rio luego del acto criminal. Por el contrario, en Aimée el autocastigo en la “cura”
se realiza retroactivamente: sucede el acto, transcurre un lapso de tiempo, Ai-
mée comprende la significación de su acto y sobreviene la cura. En estos últi-
mos dos eslabones de la serie está la clave. Llegados a este punto parece se-
guro que cuando Lacan nos habla de la comprensión por parte de la autora de
los alcances de su acto, nos está hablando con los términos con que cuenta en
esa época de la implicación del sujeto en su accionar: ha comprendido su ac-
ción como respuesta ante.
Es decir que la descripción de los medios -por exhaustiva que sea- no logra
explicar el fin. La descripción semiológica del pasaje al acto de Aimée no revela
previamente ninguna finalidad predeterminada porque sólo la naturaleza del fin
permite conocer lo que han sido verdaderamente los medios. Casi una paráfra-
sis de la fórmula que firmemente suscribe Lacan en la tesis: “La naturaleza de la
curación nos demostrará la naturaleza de la enfermedad” (12).
Si el autocastigo realizado en el encierro cura a Aimée retroactivamente, ello
se debe a la subjetivación del acto – entendiendo por tal la rectificación del de-
lirio a partir del cuestionamiento que la paciente hace, una vez bajo tratamien-
to con Lacan, de las razones y condiciones que la empujaron a él (al pasaje al
638
Muñoz, Pablo Diego
acto). Cuando Lacan nos dice que Aimée comprende podemos interpretar que,
en el après-coup del acto agresivo, se responsabiliza leyéndolo como respuesta
a la interpelación insoportable del Otro.
La temporalidad en juego -que no es otra que la lógica temporal freudiana del
trauma escandido en dos tiempos- indica de qué se trata en la responsabilidad
subjetiva. Esta consiste en una operación de lectura de la marca, que no se ha
constituido ya en un tiempo anterior y que debe ser leída en un tiempo segundo,
sino que se constituye por la misma lectura del sujeto que la localiza y la produ-
ce como tal. En este sentido, el acto agresivo que la lleva a la cura se produce
como lectura. Este segundo tiempo, tiempo de la lectura, tiempo del sujeto, es el
que sitúa al primer tiempo, tiempo del acto agresivo, pero sólo retroactivamente,
y como distinto del sujeto que lee.
Es por esta razón que no nos resulta extraño que el acto agresivo se inscri-
ba para Lacan en la serie de lo resolutivo y no de lo patológico. Prosigue en ello
la enseñanza del texto freudiano, ya que lo ubica en compás con el delirio – el
cual para Freud tenía estatuto de intento de curación de la enfermedad, más que
de desajuste ideativo o funcional. Por ello Lacan puede introducir allí el término
“cura” para la paranoia de autocastigo, sin referirlo a ninguna operación prove-
niente del influjo médico o aún psicoanalítico.
De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables... retorna una
vez más, quizás como la chance que el psicoanálisis ofrece al sujeto del incons-
ciente de no ser disculpado bajo la coartada de la existencia de acciones que
podrían ser consideradas indeliberadas, inmotivadas e irresponsables. La res-
ponsabilidad a la que apostamos en psicoanálisis -siguiendo al Freud de 1925-
está anudada a la convicción adquirida de la existencia del inconsciente. La di-
fícil actitud que promueve Freud para el hablante que depende del inconsciente
pero del cual no es el amo, es la de tomar la responsabilidad de lo que le pasa,
aún cuando ni siquiera lo haya querido. Cuando sea leído aquello que lo deter-
mina como sujeto del inconsciente, cuando se lea en su respuesta al Otro, ha-
brá responsabilidad subjetiva en dos sentidos inescindibles: es responsable de
esas marcas que inscribe en el mismo tiempo de la lectura, y es responsable de
lo que hace con ellas. La determinación del inconsciente no se discute, pero el
sujeto no es ajeno a ella, no es una determinación preestablecida, es instaura-
da como tal por la lectura del sujeto que a la vez lo localiza como efecto de ella.
Vale decir que no hay determinación sin responsabilidad: quizás sea este el sen-
tido que podemos darle al “siempre” de la fórmula de Lacan. Chance de lectura-
639
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
inscripción que habilita una dimensión del sujeto que ya no es la del mero efec-
to condicionado por el Otro A, sino la lectura de su respuesta a ese condiciona-
miento y que abre la dimensión de la elección. Por tanto... ¿sujeto responsable
o efecto de responsabilización?
Notas
1) Lacan, J. (1966a): “La ciencia y la verdad”. En Escritos 2, pág. 816.
2) Lacan, J. (1951a): “Intervención sobre la transferencia”. En Escritos 1, pág. 215.
3) Ibíd., pág. 208.
4) Ibíd.
5) Ibíd., pág. 207.
6) Lacan, J. (1958): “La dirección de la cura y los principios de su poder”. En Escritos 2, pág. 578.
7) Lacan, J. (1959-60): El Seminario de Jacques Lacan. Libro 7, pág. 234.
8) Agamben, G. (2000): Lo que queda de Auschwitz, Valencia, Ed. Pre-textos, pág. 16.
9) Lacan, J. (1965): “La ciencia y la verdad”. En Escritos 2, pág. 837.
10) Ibíd.
11) Lacan, J. (1933-53): “Intervenciones de Lacan en la Sociedad Psicoanalítica de París”. En Inter-
venciones y textos 1, Buenos Aires, Manantial, 1985, pp. 5-31, pág. 26.
12) Lacan, J. (1932/1998): De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad, México,
Siglo XXI, pág. 226.
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- (1957-58/1999): El seminario. Libro 5: “Las formaciones del inconsciente”, Barcelona, Paidós.
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2, México, Siglo XXI, 2008 (Ed. revisada), pp. 509-557.
- (1958/2002): “La dirección de la cura y los principios de su poder”. En Escritos 2, pp. 559-615.
- (1959-60/1988): El seminario. Libro 7: “La ética del psicoanálisis”, Buenos Aires, Paidós, 1995.
- (1960/2000): “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”. En Escri-
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- (1962-63/2006): El seminario. Libro 10: “La angustia”, Bs. As., Paidós.
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- (2004), “El signo de desconocimiento”, Opacidades, 3, agosto 2004
- “¿Qué política del signo?”, www.psiconet.com/relatos/relatos2/signe.htm
MUÑOZ, P. (2009): La invención lacaniana del pasaje al acto. De la psiquiatría al psicoanálisis, Bs.
As. Manantial.
640
LECTURAS SOBRE EL LAZO SOCIAL Y
LA DELINCUENCIA JUVENIL
Mussi, José
Filiación Institucional:
Proyecto “La labilidad del lazo social, sus fracturas e interpretaciones entre la so-
ciología y el psicoanálisis.” Consejo de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de
la Universidad Nacional de Santiago del Estero (CICyT-UNSE) 2011/12
Introducción
La idea de trabajar el concepto de lazo social se inicia hace unos años atrás,
cuando el autor del presente trabajo colaboraba en la Policía de la provincia con
una serie de encuestas y estudios de casos vinculados a la Seguridad Pública
en la Provincia de Santiago del Estero.
Se trataban de situaciones, que mostraban una cierta recurrencia, dados los
hechos o acciones cometidas por jóvenes.
Algunas de estas acciones no llegaban a ser configuradas como delitos y de-
mandaban una implicancia policial proactiva, anticipativa, preventiva sobre un he-
641
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desarrollo
El problema sobre la delincuencia juvenil posee diferentes aspectos desde
los cuales podemos introducirnos, uno de ellos sería la modalidad de iniciación,
el proceso o la carrera, para lograr conocer de este modo los detalles y la etio-
logía del fenómeno.
Conociendo estas particularidades podría ser factible una intervención o una
modalidad de actuación protocolar, con el propósito de generar un sentido que
rectifique subjetivamente la acción-hecho antisocial cometido y al mismo tiempo
los funcionarios intervinientes tendrían un conjunto de pautas y normas regula-
das para una intervención precisa en estos casos delicados donde se involucran
a jóvenes y menores de edad.
El sujeto que ha de intervenir, -muchas veces un policía, un juez, un psicólo-
go, un técnico terapéutico, etc.- sería, desde una lectura psicoanalítica, un padre
dónde la Ley se encarna, y éste en su actuar se debate entre el sentido común,
el criterio personal y las circunstancias legales que le indicarían una intervención
institucional para hacer presente el “lazo social”.
Definir este “lazo social”, implica hablar de una construcción cultural, colectiva,
arbitraria y amplia, presupone un determinado rol del Estado y además implica un
“examen analítico” previo por parte de los teóricos de las Ciencias Sociales.
642
Mussi, José
643
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusión
Si “la ciencia representa un tipo de discurso cuya fuente de legitimación radi-
ca en su efecto constitutivo de lazo social” (2) , podemos entender que frente a
la fractura de la racionalidad moderna de este tipo de instituciones de supuestos
saberes -la ciencia-, ha fracturando este propósito, “desenlazando”, la interven-
ción o al menos relajando esta responsabilidad.
No se quiere explicar que “la posmodernidad impele al delito en los jóvenes”,
sino que la posmodernidad y su crisis implícita de la razón (3) , incide negativa-
mente en el compromiso significador de la intervención esperada para asumir, “con
el lazo social”, una función correctiva, por ejemplo desde la “función paterna”.
644
Mussi, José
nombrando a los demás como: LITI, JHONA, MONO, PICHILILI, GUILLO, FLA-
CO, CATU, MONITO, TATU, SILENCIO, KETU, CACHILO, CHANKAY, CHOFO,
COLO, CHIQUININI, PICA, KIKO, CONEJO, BEBE, CORKY, HACHITA, PELAO,
ALECITO, EDU, ANGUILA, VINI, CHISPO, NEGRO, PAJERES, CHANO, OJITO,
TUCHI, PILLOTA, GATO, MUYA, MORA, MILANESA, AGRIO, PUPO, BURRA,
TOPO, PAIO, como tantos otros más…
Notas
(1) “La exclusión social es un proceso, no una condición. Por lo tanto, sus fronteras cambian, y quién
es excluido puede variar con el tiempo, dependiendo de la educación, las características demográfi-
cas, los prejuicios sociales, las prácticas empresariales y las políticas públicas” CASTELLS, Manuel
“La era de la información. Fin de Milenio” Cap. III, pág. 99, Edit. Siglo XXI, Buenos Aires, 2004.-
(2) LACAN, Jacques “Producción de los cuatro discursos. Seminario XVII” 1969.
(3) LYOTARD, Jean François “La condición Posmoderna: Informe sobre el saber” Ediciones Cáte-
dra, Madrid, 1987.
Bibliografía
- BAUMAN, Zygmunt “Liquid Modernity” (2003)
- CASTELLS, Manuel “La era de la información. Fin de Milenio” (2004)
- DURKHEIM, Emile “Solidaridad mecánica versus solidaridad orgánica” (1893)
- GEREZ AMBERTIN, Marta “Culpa Responsabilidad y Castigo” (2009)
- KESSLER, Gabriel “Sociología del delito amateur” (2004)
- LACAN, Jacques “Producción de los cuatro discursos. Seminario XVII” (1969)
-LYOTARD, Jean François “La condición Posmoderna: Informe sobre el saber” (1987)
645
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
646
EL DESALOJO DEL SUJETO
LA AFECTACIÓN DEL ACTO EN
LA NUEVA ECONOMÍA PSÍQUICA
Filiación Institucional:
Estudiantes integrantes del Proyecto de investigación: “Un abordaje teórico-con-
ceptual a la clínica de las patologías del acto” (SECyT 214/10) de la Facultad de
Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba.
647
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Aproximación
El fundamento del psicoanálisis es la creación heurística de estrategias que
le permitan mantener su especificidad en la cura. Su discurso no puede conce-
birse, sino mediante estas estrategias que responden a lo que en cada época lo
cuestiona como saber; y es palmario que este cuestionamiento siempre puede
poner en duda su eficacia. Resulta atávica la negación de los efectos radicales
que en el sujeto han provocado las transformaciones sociales, culturales, eco-
nómicas y éticas, que de alguna manera impulsaron a Lacan a formalizar lo que
se conoce como discurso capitalista.
648
Palavecino, Cynthia - Chaves, Lorena
Para dilucidar la nueva localización del sujeto en esta economía, podría aco-
tarse que es este objeto, el que se erige como índice para el reconocimiento del
sujeto del inconsciente, índice según el cual el sujeto es admitido o desalojado
del campo de representación.
Evidentemente, esta nueva configuración psíquica precipita modalidades clí-
nicas divergentes a las tradicionales establecidas por el psicoanálisis, pero no
puede aseverarse que sus particularidades no puedan ser descriptas con las ca-
tegorías que el psicoanálisis posee en su corpus conceptual.
649
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El acting out se define como puesta en escena de la verdad pulsional sin su-
jeto para decirla, pero esta puesta en escena es una llamada al Otro de la inter-
pretación. Así delimitado el acting out se circunscribe en el conjunto de fenóme-
nos que Freud describió con el término agieren (actuación). Este término desig-
na lo reprimido y su retorno por la vía de la acción, de un grupo de procesos psí-
quicos no susceptibles de rememoración. (Soler, 1998)
La estructura del pasaje al acto, en cambio, es articulada como el correlato
del niederkommen (dejarse caer) freudiano y definida como el momento de ma-
yor embarazo del sujeto, momento en que el sujeto se encuentra barrado al máxi-
mo, se identifica al objeto en tanto real y se precipita de la escena al mundo, en
una abrupta salida de la ficción soportada por el Otro.
Anteriormente se ha especificado que el déficit de lo simbólico propicia la pro-
moción de la acción, ¿Por qué proponer que en la Nueva Economía psíquica el
acto se precipita como pasaje al acto? Fundamentalmente, porque esta Nueva
Economía psíquica se caracteriza por la inconsistencia del Otro.
650
Palavecino, Cynthia - Chaves, Lorena
651
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Por esta causa, Melman sostiene, como tesis central de su trabajo, que de manera correlativa al
gran cambio cultural se engrenda una evolución hacia el matriarcado generalizado que sustituirá al
patriarcado devenido obsoleto.
(2) Hay que destacar que para Recalcati, esta predominancia del hacer respecto de la palabra, de la
presentación en la clínica, de lo que él denomina “nuevos síntomas”, parece revelar una dimensión
genéricamente psicótica. Melman en cambio hace referencia a un “progreso” de la estructura psí-
quica que derivaría en una perversión generalizada, porque el rechazo de la castración genera de-
pendencia con un objeto que de manera real o imaginaria asegura el goce.
(3) Este desarrollo puede leerse en el Seminario 20, Aún, clase del 9 de Enero de 1973: “La fun-
ción de lo escrito”.
Bibliografía
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Lacan, J. (1972-1973) El seminario, Libro 20, Aún. Buenos Aires, Paidós, 1995.
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Melman, C. (2005) El hombre sin gravedad. Gozar a cualquier precio. Rosario, UNR Editora.
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Recalcati, M. (2004) La cuestión preliminar en la época del Otro que no existe. Revista digital Virtu-
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Buenos Aires. Grama Ediciones,
Zizek, S. (1999) Tú puedes. LRB, Vol. 21 Nº 6.
652
LIMITES DE LA SUBJETIVIDAD
JUAN: DEL AMOR A LA SOCIALIZACIÓN
Filiación Institucional:
Doctoranda de la Facultad de Psicología de la Univ. de Bs. As.
653
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
654
Pantaleo, Teresa Alejandra
Juan trabaja desde los 18 años, en una industria con horarios rotativos, su
puesto laboral está muy bien remunerado.
A la tercer sesión comenta que su padre fue otra vez padre, que se enteró por
la actual pareja del padre y que eligieron que este fuera padrino del niño.
Se siente molesto, aturdido, que su padre no se interesa por él, y porque se-
mejante responsabilidad, esto siempre lo sintió de este modo.
De su madre refiere que no se hablan, que no le perdona estar en pareja con
su ex amigo casi de su misma edad.
Preguntado por el consumo ubica que comienza a los 16 años en esa épo-
ca, jugaba al football en un equipo importante de la zona, había comenzado des-
de muy pequeño, a los 14 años lo llevan a un equipo de primera linea, todo an-
daba bien, pero cada vez que llegaba a su casa los fines de semana podía oír
las peleas entre los padres que eran tan violentas donde los hijos quedaban in-
volucrados todos gritando que así fue como de a poco se introdujo en el mundo
del alcohol y las drogas.
Todo lo enloquecía, los gritos, las peleas, lo que se decían, “lo que decíamos
a escondidas”, los miradas entre ellos, entre todos, los silencios... sin ruidos en
la casa. Al poco tiempo sus padres se separan,
Fue una época que salía de boliche con sus amigos y no podía estar con nin-
guna chica, su cabeza no le daba para eso, prefería estar en un rincón senta-
do, alcoholizado, drogado.
El alcohol, las drogas le permiten una salida a tanta presión.
Para su padre él sería “quién salvaría a la familia”. Pero esto no pudo ser
posible.
“Cuando estoy ido el cuerpo se me separa de la cabeza , se me apagan las
luces y no necesito a nadie a mi alrededor. Cuando estaba en el boliche solo veía
cuerpos sin caras. De las caras ni me acuerdo, imaginate en los boliches me daba
lo mismo un minón que un bagre”. Las caras borradas, sin mirada e ido, en abs-
tinencia esas miradas reaparecen como persecutorias.
655
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
“En abstinencia me vienen las voces, las miradas. Consumir hace que no ten-
ga miedo, me calma de ese mundo mio”. Pero no encuentra solución.
Esto es lo que Juan no puede regular, alentado por su novia quiere salir de
esto. ”Así puedo llegar a perder el trabajo que logré, voy a perder todo, ido nun-
ca pude nada”.
Empieza a encontrar alguna explicación a lo que le sucede, el alcohol, las
drogas son atenuantes pero no soluciones a lo que le sucede.
“Despierto” sin consumir, puede retomar su actividad laboral, pero en el mo-
mento que “todo me lo dice a mi”, siente desfallecer.
Encuentra entre sus amigos un respaldo, en el momento que no puede cal-
marse, los llama, o llama a su novia.
Asiste dos veces por semana a sesiones, considero que el dispositivo co-
mienza a funcionar como soporte conciente, como un armado de algo que has-
ta ese momento falla, algo comienza a calmarle.
Organiza su tiempo, retoma el trabajo, comienza un gimnasio, planifica es-
tudiar, quiere cambiar objetos de su casa, el coche, queriendo dejar cosas vie-
jas atrás.
Volviendo a esos momentos donde las miradas, las voces reaparecen dice
“hago oídos ciegos y sordos y sigo adelante” No distingue la mirada con lo oí-
do-escuchado.
656
Pantaleo, Teresa Alejandra
Vuelve con las miradas las voces, las ganas de consumir, de su soledad, de que
todos lo engañan y hablan detrás de él, pide en su trabajo una licencia laboral.
El acercamiento a su padre, a la nominación de padrino, lo desestabilizaron.
El hecho en sí le desataron ideas delirantes, a cada armado que realizaba, me
iba incluyendo “vos entendés lo mismo que yo”. Comienza a preguntarse si esto
que le sucede es a causa de lo que consumió o tiene que ver con su familia, con-
vocándome a que le responda. Me abstengo y respondo que en la medida que
avancemos va a ir arribando a respuestas, de esta manera considero que con
su testimonio pueda ir cercando el vació,y ubico la abstinencia del lado del ana-
lista a diferencia donde en el adicto la abstinencia queda de su lado.
Tiempos que lo acompañan con angustia, dolor, sufrimiento, el actinig-out,
las voces y la culpa.
Doy lugar a otra sesión semanal haciendo lugar a su decir, lo aloja en el dis-
positivo marcando así la presencia del otro que supone allí un sujeto, dándole res-
paldo y contención, un lugar sostenido con la palabra, favoreciendo a la trans-
ferencia y al lazo social.
Sólo la ubicación lógica de los conceptos permite ir produciendo un texto que
adquiere otra significación, un sostenimiento del lazo social y la sexualidad. “La
palabra tiene con ella todos los poderes, los poderes especiales de la cura” (2)
657
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Pantaleo, Teresa Alejandra
“La Angustia” (9) son dos los movimientos que se producen en el sujeto asedia-
do, asechado y amenazado por la angustia: el acting-out y el pasaje al acto, que
son los puntos extremos donde se pierden las coordenadas simbólicas y el re-
curso de la palabra que permite sostener la escena del mundo.
Notas
1 Lacan, Jacques (1962/63) Seminario, Libro X, La Angustia. Bs As.Paidós. 2006.
2 Lacan, Jacques Escritos1 (1951) Intervención sobre la Transferencia, Siglo XXI, 1988.
3 Naparstek, Fabián y Colabor. Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo Clase V
Los goces y la toxicomanía. Grama, ediciones 2008.
4 Freud, Sigmund El Malestar en la Cultura (1930) O. C. XXI Amorrortu 1990.
5 Miller, Jacques-.Alain Para una investigación sobre el goce autoerótico, en Sujetos, goce y mo-
dernidad, Atuel-TyA,BsAs,1993
6 Lacan, Jacques Proposición del 9 de octubre de 1967, Ornicar?1, Petrel,Barcelona.
7 Freud, Sigmund Carta 79 (1895), O. C. I. Amorrortu 1991
8 Naparstek, Fabian y Colob. Introducción a la Clínica con toxicómanos y alcoholismo.
Clase 3, 4, 6 y 9 Grama, 2008.
9 Lacan, Jacques (1962/1963) Seminario, Libro X, La Angustia. Bs As. Paidós 2006
10 Gerez Ambertín, M. Vicisitudes del Acto criminal: Acting-out y Pasaje al acto. En Culpa, Respon-
sabilidad y Castigo. Vol. 3. Bs. As.: Letra Viva, 2009.
11 Gerez Ambertín, M. Entre deudas y Culpas: Sacrificio (Cap. V) Bs. As.: Letra Viva 2008
Bibliografía General
Freud, Sigmund Carta 79 (1895), O. C. I. Amorrortu 1991
Freud, Sigmund Totem y Tabú (1913) O. C. XIII Amorrortu, 1990
Freud, Sigmund Moisés y la religión monoteísta (1937) O.C. XXIII Amorrortu 1990
659
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
660
LA COSA NOSTRA
Filiación Institucional:
Estudiante de 5º año de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán.
Es así que indagando en nueva bibliografía pude notar que había dejado de
lado un aspecto indispensable a la hora de hablar de Responsabilidad, y es que
este término se encuentra íntimamente ligado al concepto de Libertad, y sobre
esta relación me dispondré a analizar en el presente trabajo.
Sin embargo no podemos dejar de lado en la noción de sujeto, sobre la cual
se van a articular estos conceptos, mostrando así sus semejanzas y diferencias.
En este caso lo vamos a tomar desde dos puntos de vista: como Sujeto de la
Moral y como Sujeto del Psicoanálisis.
Este conjunto de normas principios y valores hacen del sujeto moral un sujeto
de la diferencia, del no todo es lo mismo, que van a ir poniendo al mundo de las
cosas en un orden jerárquico, que va a variar social e históricamente.
Estas normas pueden confundirse con otras como ser las jurídicas, religio-
sas, sociales, técnicas, etc. pero tiene sus características propias:
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
1.- Connotan un tipo de obligación interna, una auto-obligación que uno re-
conoce en conciencia, es decir, como contenido normativo que alguien se impo-
ne a sí mismo.
3.- Las normas solo se ejercen sobre todos aquellos actos que tengan un
efecto en otra persona, por lo que es principalmente social.
4.- Pero también van a ir variando de persona en persona en tanto como inter-
pretarla, pero sobre la base de una moral social e históricamente determinada.
5.- Solo se pude hablar de sujeto moral en tanto que sus actos sean libres,
responsables e imputables.
Mientras que al hablar del Sujeto del Psicoanálisis estamos hablando del Su-
jeto del Inconsciente. “Cuando decimos sujeto no se trata del yo ni de la perso-
nalidad, el individuo, el carácter, etc., se trata, simplemente, del sujeto que es tal
por estar apresado, atado, sujeto a la estructura del lenguaje… Tal es el efecto
abeja en el hombre: de un lado la vertiente natural, de la otra su dependencia del
lenguaje. Si falta alguna de las dos alas no puede volar, esto es, hablar y circu-
lar por el mundo haciendo lazo social”. “El sujeto no es causa o agente de nada,
el sujeto es un producto” producto de un Otro que lo seña desde un lugar simbó-
lico, que nombra desde su deseo y lo inca en la biología de su cuerpo. “El suje-
to, sujetado, es un efecto esclavo, pero no de alguien en particular sino de una
estructura que lo sobre determina”. “Se caracteriza por una fractura debido al in-
consciente,… el sujeto no sabe de los pensamientos que lo determinan”. (Marta
Gerez Ambertín: “Las claves del Sujeto en Lacan”)
Por lo que nombraré algunas semejanzas:
Ambos son sujetos y como tales se encuentran determinados: histórica y so-
cialmente el primero y determinado por el Inconsciente el segundo. Ambos solo
conformándose como tales por su encuentro con la cultura.
Mientras que algunas diferencias son:
Siempre que estemos hablando de sujeto de la moran, hablamos de un su-
662
Parellada, Martín Esteban
jeto racional, consciente, mientras que cuando hablamos del sujeto del incons-
ciente, es de un sujeto de la duda.
En tanto que solo se puede hablar de sujeto moral en tanto que es libre, res-
ponsable y imputable, mientras que en el caso del sujeto del inconsciente siem-
pre es responsable e imputable de sus actos.
Otra diferencia es que la moral solo se aplica a los actos que afectan a otros
individuos, mientras que el sujeto del inconsciente se limita a la responsabilidad
por su deseo.
Tanto el sujeto de la moral como el sujeto del Inc. se encuentran determina-
dos. ¿Pero hasta que punto podemos hablar de responsabilidad si los actos no
dejan de estar determinados? Solo puede hablar de responsabilidad, visto des-
de el punto del sujeto moral, si es que hay libertad, por lo que me dispondré a
desarrollar brevemente este concepto:
Siguiendo a Sánches Vásquez en su texto “Ética” propone “abordar un vie-
jo problema ético” el de la determinación causal de la conducta humana y la li-
bertad de voluntad “y un intento de superación dialécticas de ellas”. Por lo que
propone:
663
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
B.- Mientras que siguiendo la segunda regla, una coacción exterior, es decir
algo o alguien que obligue (contra su voluntad) a actuar de determinada mane-
ra lo privaría de responsabilidad, ya que se ve imposibilitado de decidir y de ac-
tuar de otra manera.
Pero a este caso no se lo puede tomar en sentido absoluto ya que disminui-
ría la franja de la moral ampliamente, y muchas veces queda un margen de ac-
ción y por lo tanto de responsabilidad moral.
C.- Y también existen casos en los que la causa de los actos esta en ellos
664
Parellada, Martín Esteban
Mientras que para hablar de la Responsabilidad del Sujeto del Inc. sigo el
texto de la doctora Marta Gerez de Ambertín “Culpa, Responsabilidad y Casti-
go” tomo 1: “La culpa en psicoanálisis está ligada a la responsabilidad y el suje-
to no puede desprenderse de ella”. Esto quiere decir que todo sujeto es respon-
sable por sus actos, es decir, por sus deseos (ya sea consciente o inconsciente)
y no hay nada que pueda desligarlo de esto, a diferencia de lo que sucede con
el sujeto de la moral.
La culpa aparece como la asunción de la responsabilidad de un deseo que
como tal implica correrse, alejarse, dejarlo, matar a ese Otro al cual también se
ama, y por lo tanto se instala la ley sostenida por la culpa generada por esta am-
bivalencia.
Por lo que la responsabilidad del sujeto del Inc. es mucho más severa que
la del sujeto moral en tanto que esta ultima solo aparecería en una acción que
se ejerza una falta frente a otro y siempre y en cuanto sea libre y consciente de
esa acción, mientras que para el primero la responsabilidad se presenta frente a
todo deseo consciente o inconsciente, que se traduzca o no en acto y que impli-
que o no a un sujeto físico.
Sin embargo, expuse primero lo que se entiende por responsabilidad del su-
jeto del inc. que lo que se entiende Libertad y es que tal concepto en psicoaná-
lisis no existe; Por lo que voy a proponer uno:
La libertad como la capacidad que tiene el sujeto de ser responsable de su
deseo.
No muy difícil tarea si tenemos en cuenta que todo sujeto para el psicoanáli-
sis es responsable de su deseo, pero no por ello de reconocer y aceptar las con-
secuencias del mismo. Esto lo ubica al sujeto en una posición diferente, podría
decirse más madura, siendo esto a lo que apunto, por lo que cambiare el con-
cepto quedando de la siguiente manera:
665
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusión
He planteado varias similitudes entre el sujeto de la moral y el sujeto del psi-
coanálisis como así también sus diferencias. También plantee la intima relación
que existe entre responsabilidad y libertad que siendo dos conceptos diferentes,
no se puede hablar de uno sin el otro, siendo en el caso de el sujeto de la moral
la libertad la que da paso a la responsabilidad y al mismo tiempo siendo esta la
666
Parellada, Martín Esteban
que mantiene a la primera, mientras que para el sujeto del inc. es el hacerse res-
ponsable por su deseo y ponerlo en juego lo que planteo como “libertad”.
Pero sobre todo lo que quiero poner principal importancia es en este ser capas
de pasar de ser creados a creadores, de salir del circulo recurrente de lo mismo y
poder caer en esa incertidumbre de lo extraño para poder conocer lo propio.
Bibliografía
• Ariel, Alejandro: “La responsabilidad frente al aborto” Clase extraordinaria dictada por Alejandro Ariel
el 16 de junio de 2001, en la Facultad de Psicología de Buenos Aires.
• Cortina, Adela: Ética.(Selección bibliográfica) Editorial Akal 1998
• Fariña, Juan: “Responsabilidad: entre necesidad y azar”. Ficha de cátedra de Psicología Ética y De-
rechos Humanos, UBA.
• Marta Gerez Ambertin: “Las claves del Sujeto en Lacan” en “La identidad robada, injuriada” Art. pu-
blicado en la revista Psico-Logos Nº 6. Abril 1996, Tucumán, Fac. de Psicología UNT
• Marta Gerez Ambertin(copiladora) “Culpa, Responsabilidad y Castigo” volumen 1 letra viva 2006
• Marta Gerez Ambertin “Entre deudas y culpa: sacrificios” 2008 letra viva.
• Sánches Vásquez, Adolfo. “Ética”. Capítulos 1-2-3-5-6. Editorial Grijalbo, México 1973
667
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
668
EL ACTO EN LA CLÍNICA DE LA AUTORREFERENCIA
Filiación Institucional:
Docente de la Fac. de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Paulozky, Mirta Ruth
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Paulozky, Mirta Ruth
Bibliografía
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
674
AFINIDADES DEL DISCURSO CAPITALISTA CON
LA CLÍNICA DE LAS PATOLOGÍAS DEL ACTO
Filiación Institucional:
Proyecto de investigación Nº 214/10 Secretaría de Ciencia y Técnica Facultad de
Psicología Univ. Nac. de Córdoba.
675
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Así, el discurso que aloja al ser hablante no es otro que el Discurso del Amo
en virtud del cual, un sujeto falto de representación se hace representar por un
significante para otro, en una cadena que lo constituye como sujeto del incons-
ciente, al tiempo que funda un imposible circunscripto en lo que no marcha “a
golpe de significante”.
Por otra parte, la renuncia al goce que define la impotencia en este discurso,
constituye la realidad psíquica configurada en el marco del fantasma, guión que
organiza el mundo de cada quien, pero que está condenado al fracaso, pues nin-
gún sujeto puede poseer el objeto de su fantasma; objeto que divide al sujeto, y
ante el cual, desfallece, vacila, se ve abolirse.
676
Paz, María Teresa
Por otra parte, Lacan con su invención del objeto a y del anudamiento topo-
lógico borromeo que atrapa al objeto a en un agujero central, entre Simbólico,
Imaginario y Real, propuso una lógica de la clínica que permite articular lo par-
ticular de un síntoma a la forma del fantasma con la que el Sujeto se protege
de lo traumático de lo Real. El fantasma hace pantalla a lo Real pues lo esceni-
fica en una ficción, lo inserta en una figuración, en la que sólo oscilan dos figu-
rantes: el Otro y el objeto a que condensa el goce que le falta. Lacan demues-
tra cómo cada síntoma resulta de la forma de un fantasma. El fantasma es el
modo más económico en los sujetos, de fabricarse un conocimiento del mundo,
con las huellas de una historia familiar, y de un discurso social, y un desconoci-
miento de lo más conocido de sí, en la terca constancia de la voluntad neuróti-
ca de ser para el Otro.
El mérito de Freud, se cifra en un saber que cierne cómo lo peor del ser hu-
mano, en su ser pulsional, a-subjetivo, puede tomar una forma subjetiva, en un
síntoma que lo civilice, insertándolo en la relación con los otros, aún cuando fue-
re una “representación inconciliable” con ese Otro.
677
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
humor, como toque de lo Real, que indica al sujeto que, sin Otro no encuentra
“alojamiento a su gusto”.
Es en la misma intervención, que Lacan considera la otra parte en la que el
sujeto del capitalismo está disociado, en su atadura al objeto “a”. “En el desva-
río de nuestro goce, sólo existe el Otro para situarlo, pero sólo en tanto que es-
tamos separados”… “Lo que no se podría es abandonar a ese Otro a su modo
de goce, sino a condición de no imponerle el nuestro…Agregándose a eso la pre-
cariedad de nuestro modo, que desde ahora no se ubica más que del el plus-de-
gozar, el que no se enuncia de otra manera” (3).
678
Paz, María Teresa
679
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
ciente de un sujeto se abra, por su decir, o por el decir de un analista, podrá des-
cubrirse como “Otro que lo que creía ser” en las performances de su representa-
ción, en lo que escapa al discurso capitalista, y en lo indestructible de la obra de
su inconsciente, que abre las puertas a que la anomalía que lo habita se vuelva
síntoma, y luego pueda tornarse fuente de vida y creación.
Notas
1) Lacan J.: El Seminario XIX. “El saber del psicoanalista” clase del 6/1/72. (Inédito).
2) Lacan J.: “Radiofonía &Televisión” Editorial Anagrama 1977 página 108/9.
3) Lacan J.: “Radiofonía & Televisión” Editorial Anagrama 1977 página 119/20
4) Lacan J. “El Seminario XIX “El saber del psicoanalista” Clase del 6/12/72. Inédito
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PROMESSAS DE BEM-ESTAR, DESAMPARO SUBJETIVO
Filiación Institucional:
Pinheiro Maia Júnior, R.: Graduando em Psicologia pela Universidade de For-
taleza, curso iniciado em 2006. Bolsista de Iniciação Científica do CNPq. Orientan-
do do Prof. Henrique Figueiredo Carneiro. Tema de Pesquisa Violência. Área Estu-
dos Psicanalíticos. Membro do LABIO - Laboratório sobre as novas formas de Ins-
crição de Objeto. (Lattes: http://lattes.cnpq.br/9193897293259480 )
Figueiredo Carneiro, H.:Psicanalista, Doutor pela Universidad de Comillas –
Madrid (1997) e prof. titular do PPG-Psicologia da UNIFOR. Pos-doc sênior pelo
CNRS – CERMES 3 – Paris V – Sorbonne. Coordenador do LABIO e presidente da
CLIO – Associação de Psicanálise. Pesquisador Pq2 CNPq. Pesquisador da ANPE-
PP - GT Psicopatologia e Psicanálise. Membro fundador da AUPPF. Editor da Re-
vista Mal-estar e Subjetividade. Autor dos livros: AIDS A nova desrazão da huma-
nidade (Ed.Escuta, 2000), Que Narciso é esse? (Livro eletrônico CNPq, 2007- http://
www.cnpq.br/cnpq/livro_eletronico/index.htm), A Soberania da clínica na
psicopatologia do cotidiano - Org. - (Ed. Garamond, 2009) e O Erotismo e o Paraíso
– (Ed. As Musas, 2010). (Lattes: http://lattes.cnpq.br/3235805127730480).
681
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Introdução
A contemporaneidade, usaremos aqui este conceito, está repleta de amos-
tras de como a ideologia capitalista e a indústria cultural sabem manipular os su-
jeitos. As pessoas são facilmente seduzidas por objetos que prometem realizar
todas suas fantasias, viagens que irão aliviar todo o estresse do cotidiano labo-
ral, aparatos que irão lhe tornar mais sedutor para o parceiro, remédios que pro-
movem curas milagrosas, alimentos que não engordam, etc. Enfim, a lista é in-
terminável.
O que isso explicita é que não há mais espaço para as angústias inerentes
às subjetividades. A ideologia da sociedade industrial aliena o sujeito de toda ca-
pacidade de subjetivação, isto é, de se implicar num processo de subtração de
gozo. É justamente esse processo que garante a ascensão do sujeito enquan-
to tal. Freud (2006) teoriza a partir do jogo do Fort-Da de uma criança, “a gran-
de aquisição cultural” com a qual ela se implica ao renunciar suas satisfações
pulsionais e dar conta da perda do objeto ou, como dito acima, da subtração de
gozo. “A criança se ressarcia dessa perda colocando em cena o desaparecimen-
to e o retorno” (p.142), isto é, dentro desse movimento da perda do objeto ama-
do é que a criança conseguirá entrar num outro movimento, o de representação,
daí a grande aquisição cultural.
Lacan (2008), em sua releitura da obra freudiana, aponta também como a
falta, ou a perda, é necessária no processo de constituição do sujeito. É graças
ao assujeitamento ao Outro, a mãe ou desejo materno, que o sujeito-a-vir en-
tra no campo da linguagem, mas ainda de forma alienada. Somente ao perce-
ber que esse Outro também é faltoso, um ser desejante e que deseja além da
relação mãe-filho, é que ocorre um corte na simbiose incestuosa, ocorre a sepa-
ração. Como efeito disso, o sujeito vira seu olhar para aquilo que supostamen-
te está norteando o desejo desse Outro e que irá nortear o seu desejo enquan-
to ser faltoso também, o Falo – Φ. Dessa forma, o sujeito ascende à linguagem
e irá balizar seu desejo através dessa representação fálica.
Entretanto, o que ocorre na atualidade para que o sujeito caia sem dificul-
dade alguma nas armadilhas dessas “promessas de felicidade”? Como o sujei-
682
Pinheiro Maia Júnior, Ricardo - Figueiredo Carneiro, Henrique
to deixa de se implicar com sua condição faltosa? E, além de tudo, por que está
tão difícil lidar o mal-estar, a angústia estruturante da vida? Discutiremos essas
questões e explanaremos sobre essas tentativas de apagar a falta e até mesmo
negá-la pelo viés do consumo. Apesar de todas essas tentativas, o sujeito ainda
encontra um desamparo devastador, mas várias dificuldades são enfrentadas ao
tentar se sustentar perante esse causador de sofrimento psíquico.
O ser humano tornou-se, por assim dizer, uma espécie de deus protético. [...]
Épocas futuras trarão novos, inimagináveis progressos, nesse âmbito da cultura,
aumentarão ainda mais a semelhança com Deus. Mas não devemos esquecer, no
interesse de nossa investigação, que o homem de hoje não se sente feliz com esta
semelhança. (p.52)
683
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
684
Pinheiro Maia Júnior, Ricardo - Figueiredo Carneiro, Henrique
ejo do sujeito e de sua capacidade de elaborar um saber sobre si, estas são so-
mente algumas das evidências daquilo que torna presente o mal-estar vivido atra-
vés do desamparo subjetivo.
Considerações Finais
Apontamos as crises vividas pelos sujeitos na contemporaneidade, as tra-
mas de consumo que envolvem os homens e que tentam reduzi-los a meros
consumidores.
Lacan (2008) aponta que a “característica do sujeito do inconsciente é de es-
tar, sob o significante que desenvolve suas redes, suas cadeias e suas histórias,
num lugar indeterminado” (p.204), então não podemos encerrar uma subjetividade
somente pelo viés do consumo. Nossa aposta é neste sujeito do inconsciente.
Enfim, não podemos acreditar nesse esvaziamento do processo de subje-
tivação. Se há uma ponta de mal-estar e desamparo na atualidade, indica que
ainda há um sujeito. Alcançar esse sujeito que sofre calado num vício consumis-
ta é uma das problemáticas do analista na atualidade.
Daí a necessidade da escuta do analista estar preparada para receber es-
ses sujeitos na clínica, o mal-estar apresenta-se com uma nova roupagem. Es-
cuta essa que deve permitir a ascensão do sujeito a sua responsabilidade, isto
é, que ele se dê conta dos seus atos. A partir daí, o homem pode dar sentido a
sua conduta, barrando o gozo e circunscrevendo seu desejo.
Ref. Bibliográficas
Carneiro, H. F. (2004). Sujeito, sofrimento psíquico e contemporaneidade: uma posição. Mal-estar
e subjetividade, 4(2), 277-295.
Carneiro, H. F. (2008). O sujeito nas armadilhas da tecnociência: desafios para o mal-estar da épo-
ca. Polêmica, 7(4), 16-31.
Freud, S. (2006). Além do princípio do prazer (1920). Escritos sobre a psicologia do inconsciente
(Vol. 2). Rio de Janeiro: Imago.
Freud, S. (2010). O mal-estar na civilização, novas conferências introdutórias à psicanálise e outros
textos (1930-1936) (Vol. 18). São Paulo: Companhia das Letras.
Lacan, J. (2008). O seminário, livro 11: os quatro conceitos fundamentais da psicanálise (1964) (2nd
ed.). Rio de Janeiro: Zahar.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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DESCULPABILIZAÇÃO SUBJETIVA
PELOS ATOS VIOLENTOS
Filiación Institucional:
Pinheiro Maia Júnior, R.: Graduando em Psicologia pela Universidade de For-
taleza, curso iniciado em 2006. Bolsista de Iniciação Científica do CNPq. Orientan-
do do Prof. Henrique Figueiredo Carneiro. Tema de Pesquisa Violência. Área Estu-
dos Psicanalíticos. Membro do LABIO - Laboratório sobre as novas formas de Ins-
crição de Objeto. (Lattes: http://lattes.cnpq.br/9193897293259480)
Figueiredo Carneiro, H.:Psicanalista, Doutor pela Universidad de Comillas –
Madrid (1997) e prof. titular do PPG-Psicologia da UNIFOR. Pos-doc sênior pelo
CNRS – CERMES 3 – Paris V – Sorbonne. Coordenador do LABIO e presidente da
CLIO – Associação de Psicanálise. Pesquisador Pq2 CNPq. Pesquisador da ANPE-
PP - GT Psicopatologia e Psicanálise. Membro fundador da AUPPF. Editor da Re-
vista Mal-estar e Subjetividade. Autor dos livros: AIDS A nova desrazão da huma-
nidade (Ed.Escuta, 2000), Que Narciso é esse? (Livro eletrônico CNPq, 2007- http://
www.cnpq.br/cnpq/livro_eletronico/index.htm), A Soberania da clínica na
psicopatologia do cotidiano - Org. - (Ed. Garamond, 2009) e O Erotismo e o Paraíso
– (Ed. As Musas, 2010). (Lattes: http://lattes.cnpq.br/3235805127730480).
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Introdução
A questão da violência é algo que sempre perpassa a humanidade. Freud
(2010), em Mal-estar na civilização, situa o homem não como um ser de pura
bondade, mas sim como um indivíduo com uma imensa dificuldade em se rela-
cionar com o outro semelhante:
[...] o ser humano não é uma criatura branda, ávida de amor, [...] mas sim que
ele deve incluir entre seus dotes instituais, também um forte quinhão de agres-
sividade. [...] essa cruel agressividade aguarda uma provocação, ou se coloca a
serviço de um propósito diferente, que poderia ser atingido por meios mais sua-
ves. (p. 76 e 77)
Por sua vez, Lacan (1998) também nos demonstra a agressividade ineren-
te à constituição subjetiva. Uma agressão é a marca da primeira relação com o
Outro. O sujeito é marcado pela alienação necessária para advir como desejan-
te na cadeia de significantes.
Essa marca é trazida pelo sujeito ao longo de suas relações através das iden-
tificações narcísicas. A agressividade é encontrada na vida ulterior do sujeito nas
tendências deste de almejar os objetos de desejo do próximo, daí a facilidade de
alguns desentendimentos nas relações sociais.
Dessa forma, a violência surge quando o sujeito é confrontado por impos-
sibilidades de significações. Em outras palavras, as passagens ao ato (Lacan,
2005) são exemplos puros desse esvaziamento da capacidade de dar significa-
do e lançar mão de atos agressivos.
Seguindo nossa linha de argumentação, focamos na violência exacerbada vi-
venciada na contemporaneidade. O sujeito passa facilmente ao ato, ele encontra
688
Pinheiro Maia Júnior, Ricardo - Figueiredo Carneiro, Henrique
689
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Com tal ponto de vista acerca da fragilidade dos laços presente na contem-
poraneidade, os jovens encontram-se prejudicados por qualquer tipo de abuso
visto que perante as limitações da própria sociedade, eles não conseguem efe-
tuar respostas potentes às contradições sociais e acabam reprodutores da re-
lação social pontuada pela violência.
Com efeito, a violência expressada (encontrada no determinado contex-
to) por tais jovens acaba por se tornar reflexo do ciclo problemático dos frágeis
laços sociais.
A violência vem, portanto, como resultado de uma ordenação social anômi-
ca, de uma lei sem força (ibid.), de um desequilíbrio sócio-econômico, em que
há uma troca do ser pelo ter, num declínio do Nome-do-Pai, e que culmina em
sujeitos desligados de referenciais simbólicos que lhes dê sustentação diante de
um rigoroso universo do real.
É assim que encontramos uma quebra no antigo contrato entre família e Es-
tado. Não há mais uma solidariedade para com o Estado quando a família deixa
de lado a introdução do sujeito nas normas de um ordenamento simbólico. Ne-
ga-se qualquer alteridade ao se manter num regime materno.
O Estado, por sua vez, falha ao tentar impor leis que ordenem a vida comum.
As tentativas de implantação de leis não são eficientes, implantam-se obstáculos
690
Pinheiro Maia Júnior, Ricardo - Figueiredo Carneiro, Henrique
aos quais o sujeito se depara com uma breve negativação de sua vontade. Diante
desse impasse, as pessoas se encontram impelidas a respostas violentas.
A partir das falas dos sujeitos abordados na pesquisa (Carneiro et. al., 2010),
compreendemos que ou a culpa somente aparece na medida em que o ato vio-
lento é descoberto, causando vergonha no sujeito que o cometeu, ou ela surge
com um caráter de ambivalência, que se caracterizou ora pela instabilidade ora
pelo declínio do sentimento de culpa, em que esta não é mais reconhecida pe-
los sujeitos.
Considerações Finais
Para concluir, a vergonha sugerida pelos adolescentes entrevistados na pes-
quisa está mais relacionada a um campo imagético, em que não há implicação
subjetiva alguma. Não é uma vergonha do olhar do Outro, falta consistência nes-
sa referência de Lei.
Isso demonstra o esmaecimento dos limites encontrado na sociedade, pois os
próprios órgãos estatais representantes dos ideais que poderiam barrar de algu-
ma forma os atos violentos não mais os barram; ao contrário, há um aumento da
decadência desses ideais. Aquilo que é negado ao sujeito tem uma relação dire-
ta com a culpa, mas com esse apagamento dos limites há a instalação de uma
constante alteração das fronteiras existentes entre o proibido e a culpa.
A ordem contemporânea nos aponta que a alteridade se manifesta por uma
balança mercadológica. Mas de um mercado que não apresenta regulamen-
tação alguma.
Enfim, falta aos discursos atuais algo que os estruture no campo do Outro,
assim como em tempos passados a religião estava a tal serviço. Se não encon-
tramos referências a esse ponto de basta, os laços sociais ficam marcados pe-
los excessos de violência.
Ref. Bibliográficas
Agamben, G. (2004). Estado de exceção. São Paulo: Boitempo.
Carneiro, H. F., Ambertín, M. G., Santos, M. B. dos, Cunha, T. C. M. C., Borja, R. T. V., Souza, C. R.
B. de, Rocha, L. D. L. de A., et al. (2010). Violência, Culpa e Ato: causas e efeitos subjetivos em ado-
lescentes. Psicologia em Revista, 16, 417-434.
Freud, S. (2010). O mal-estar na civilização, novas conferências introdutórias à psicanálise e outros
textos (1930-1936) (Vol. 18). São Paulo: Companhia das Letras.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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co.
692
ENTRE DESTINO Y AZAR: EL PERJUICIO
Filiación Institucional:
Magister en Psicoanálisis.Prof. Adjunta del Departamento de Psicoanálisis de la
Universidad J. F. Kennedy (Bs. As.)
El Destino
Actualmente observamos que los sujetos quedan librados a una realidad in-
vasora, que no se puede enlazar a la subjetividad. Donde se marca la base de
un perjuicio irreparable y trágico.
El psicoanálisis va contra la figura del destino que toma a la neurosis, como
Freud ejemplificó en el capítulo III del texto “Más allá del principio de placer” bajo
el concepto de neurosis de destino (1920 - 1993). En el sentido que los analis-
tas saben que es en el inconsciente que se escucha como se ha escrito la posi-
ción trágica del destino.
Pero el deseo es uno de los productos resultantes de la tragedia edipiana
por la que atraviesa el niño, no es sólo el superyó su consecuencia. El análisis
693
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
694
Porras, María Alejandra
El Trauma
Para el psicoanálisis toda intrusión de la violencia, sea terrorismo, violencia
sexual, riesgo social, puede ordenarse por la categoría de trauma; en tanto el
trauma tiene lugar cuando algo del mundo exterior se liga con la pulsión, es un
encuentro entre fantasía y acontecimiento externo. El encuentro tiene que es-
tar signado por un despertar de lo real, es decir, un real que el fantasma no lo-
gra velar. Aparece el efecto de sorpresa en el sujeto pues precipita el efecto de
lo real sin velo.
El Perjuicio
En las coordenadas sociales se entrama un individuo que se percibe expues-
to, desprotegido, y vulnerable. La práctica clínica permite ver un fenómeno que
el psicoanalista francés Paul Laurent Assoun, denomina “subjetividad perjudica-
da”. Resalta la figura del perjuicio en el centro de la enfermedad de la civilización
actual sin dejar de sostener que más allá de la diversidad sintomática -de acuer-
do a la época-, este concepto da cuenta del trauma originario.
Existe una nueva clasificación que define el trauma y las neurosis actuales.
La Organización mundial de la Salud le dio especial énfasis al “Estrés postrau-
mático”. Situación que lleva a pensar al trauma desde una vertiente diferente a
695
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
la expuesta anteriormente pues aparece una categoría del trauma que se apo-
ya en lo social por la espera de reparación y garantía del bienestar. Pensar en el
malestar sobre la escena social, nos muestra a un sujeto acomodado en “ser el
perjudicado.” Situación que encubre la lógica de sostener al Otro como culpable
de su padecimiento. Es decir se hace a partir del perjuicio (alusión a un trauma)
existir a un Otro consistente.
Movimiento social que lleva el slogan “el que pierde gana”, dejando de mani-
fiesto la cara perversa del dispositivo social. Queda socializado el perjuicio, que
desde la posición del sujeto, los analistas lo piensan en relación al goce que le
permite dicho perjuicio. (ASSOUN 2001) Allí, el sujeto, cumple con el Otro social,
a quién los perjudicados le hacen mucha falta.
El psicoanálisis trabaja sobre esta subjetividad perjudicada, no para dar ga-
rantía de reparación sino como propone Freud: “…el análisis,… no está destina-
do a imposibilitar las reacciones patológicas, sino a procurar al yo del enfermo
la libertad de decidir en un sentido o en otro.”(FREUD 1923-1993 p. 51) Es cier-
tamente Freud quien llevó el planteo de la elección a un terreno insospechado.
Freud llevó esta cuestión al extremo, cuando se pregunta si es responsable el
sujeto por el contenido de sus sueños. (FREUD 1925 -1993)
696
Porras, María Alejandra
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
698
A TRA(I)ÇÃO DISTRAÍDA: O CAPITALISMO E SUA
ATUAÇÃO NO (DES)ENLACE SOCIAL
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Ribeiro Sampaio, Anne Jamille - Figueiredo Carneiro, Henrique
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
hece o simbólico e exclui o real. O laço social, portanto, sofre os malogros desta
circunstância, pois a relação do sujeito com o Outro é balizada pela interseção,
na qual a falta de um sobrepõe-se à falta do outro, endereçando uma culpa es-
trutural ao narcisismo. (Braunstein, 2007)
Como resultado, o atual cenário social está atravessado por uma relação des-
contínua entre culpa e responsabilidade, considerando a operante queda de refe-
renciais simbólicos consistentes, os quais têm como função amparar o sujeito em
sua condição desejante. O anunciado declínio é nutrido por promessas de bem-
estar totais oriundas dos objetos mercadológicos, os quais inebriam o sujeito, fa-
zendo-o esquecer-se de sua condição de desamparo constituinte. Diante desta
vulnerabilidade ao controle exercido pelo discurso capitalista, as representações
imagéticas são elevadas a provedoras de novos ideais, os quais balizam a busca
por uma satisfação garantida. No entanto, dado o caráter volátil que atravessa a
satisfação do homem, tais ideais são vazios de potência. (Dufour, 2005)
Em decorrência dos atuais deslocamentos sofridos pelos ideais, os regimes
simbólicos operam delimitando uma massa igualitária de consumidores, os quais
são conduzidos por uma pluralidade de verdades, sinônimo de uma regulação
normativa. Por conseguinte, a proibição está atuando de maneira desvinculada
da lei, promovendo uma inversão entre o permitido e o proibido. Neste contex-
to, a peculiaridade do ganho psíquico provocado pelo interdito é de grande va-
lia, posto que para o desejo, a perda implica em ganhos. De tal modo, constituir
uma ferida narcísica na onipotência do homem contemporâneo é um grande be-
nefício para o laço social, este que é atravessado por um discurso que se apre-
senta intolerante à falta. (Lebrun, 2008).
Em acréscimo à circunstância anunciada, diante de um ato transgressor, a
confissão da culpa afasta o sujeito da responsabilidade pelo seu desejo, devido
à interdição que a culpabilidade carrega consigo (Lacan, 1957/58). Nesta con-
juntura, a sociedade contemporânea presencia uma redução da culpa à vergon-
ha, considerando que a implicação ao ato cometido está reduzida à sua desco-
berta, sublinhando que o olhar do outro submete o sujeito a um julgamento. De
tal modo, a vergonha, primeiramente, emerge em uma vertente mais imediata,
exigindo remissão devido à sua intolerância narcísica no tocante à frustração. A
culpa, por sua vez, reclama uma relação de sentido, balizada por uma operação
simbólica, logo, por uma referência à lei e consequente implicação com o próxi-
mo. (Dufour, 2005)
Como efeito, o laço social está refletindo a ação de uma vergonha performá-
702
Ribeiro Sampaio, Anne Jamille - Figueiredo Carneiro, Henrique
703
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Na terceira fase, o discurso capitalista trai (3), em uma atuação marcada pela
entrega de algo em prejuízo de outrem. Nessa conjuntura, o gozo obtido é infe-
rior ao prometido, resultando em uma produção sintomática que denuncia a pre-
sença do Outro em estado de estupor. Nesta circunstância, o sujeito clama por
um amparo, porém não encontra respostas, evento que denuncia a face tirânica
que reveste o discurso capitalista. Como resultado, o sujeito toma a via narcísi-
ca como balizadora de suas condutas sociais (Carneiro, 2007).
A fase + 1 responde, então, por uma atuação que dis(a)trai o sujeito. Nesta
fase, o discurso capitalista envereda em uma busca de restituir o objeto a, este
que permitiu o advento do sujeito, deslocando-o para os artefatos tecnológicos.
Como efeito, subjetividades fragmentadas são edificadas, impedindo o surgimen-
to de uma culpa estruturante endereçada ao narcisismo. Neste movimento de
decepção advindo após o consumo, o sujeito envera em busca de outro objeto
que possa satisfazer-lhe.
Em acréscimo, tem-se a impossibilidade de uma avaliação objetiva da feli-
cidade, pois o estado da satisfação subjetiva não pode ser normatizado, como
704
Ribeiro Sampaio, Anne Jamille - Figueiredo Carneiro, Henrique
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
706
LA ESCISIÓN MORAL CULTURAL Y SU REPERCUSIÓN EN
EL TRABAJO PSÍQUICO ADOLESCENTE
Filiación Institucional:
Doctorando en Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
Integrante Grupo de Investigación “Estudios sobre Juventud” (Facultad de Cien-
cias Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia – Medellín, Colombia)Insti-
tución patrocinadora: Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e In-
vestigación de la República de Colombia – COLCIENCIAS.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
708
Rico Barbosa, Frank Herr
Por lo tanto, Freud advirtió que este proceso crea las condiciones para el sur-
gimiento de sentimientos “de disconformidad”, “de ser menospreciado” y en ge-
neral un “incipiente extrañamiento de los padres”, agregando así en “La psicolo-
709
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
gía del colegial” que el sujeto “suele hacerle pagar muy cara [a su padre] la de-
cepción que le produjera” (Freud, 1908: 1894). No obstante, también se esfor-
zó en aclarar que tal contradicción generacional permite el desplazamiento de
los cimientos narcisistas constituidos en el desarrollo psíquico infantil, a partir de
los objetos primarios de la escena familiar (tanto en la fase del narcisismo prima-
rio: yo ideal como en la edípica: ideal del yo), a nuevas identificaciones halladas
ahora en el ensanchamiento del mundo social y en personajes de mayor presti-
gio para el pre-adolescente.
Razón por la cual Freud no dejó de prestar atención a los elementos que des-
de lo socio-cultural se ofrecen al sujeto para la elaboración de estas operacio-
nes psíquicas (Freud, 1905: 1227 pie de página # 705; 1908: 1362-1363) y por la
cual algunos autores plantean el proceso psíquico adolescente en un vector que
se mueve de la escena familiar a la incursión en el vínculo social (Rassial, 1996),
en el cual cobra importancia la instauración en la infancia de cimientos narcisis-
tas suficientemente consistentes, sobre los que se soporta el proceso simboliza-
dor de la adolescencia (Jeammet, 1989).
710
Rico Barbosa, Frank Herr
blemente llevar a cabo las operaciones psíquicas antes mencionadas. Los cua-
les parecian estar en un estado de “black-out” o de apagón emocional (Winnico-
tt; 1939a: 26) que, además de tener consecuencias en su estructuración psíqui-
ca, interfiere en el ensanchamiento de su mundo social.
Pues bien, en un gran número de casos es posible hallar cómo debido a las
condiciones comunitarias de excepción social estos sujetos tuvieron que enfren-
tarse a muy temprana edad a experiencias de ausencia de la madre y, en gene-
ral, de los objetos primarios, sumando a ello las circunstancias de escisión de la
moral cultural en que transcurrieron sus vidas, debido a las cuales éstos se de-
bieron confrontar diariamente y desde temprana edad con un ambiente de ile-
galidad, muerte, desesperanza y exceso pulsional. No obstante, no es lícito afir-
mar que tales condiciones sociales sean por sí mismas causa eficiente de las al-
teraciones anímicas que estos sujetos reflejaban a través de su actuar trasgre-
sor, en la medida en que es posible extraer contraejemplos de este mismo con-
texto socio-familiar.
711
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En este orden de ideas, se deja abierto el espacio para estudiar más a fon-
do cómo sistemas subculturales, como el aquí descrito, permiten que los suje-
tos que presentan determinadas condiciones subjetivas queden fácilmente atra-
pados en un circuito endogámico de socialización, en el cual el desplazamien-
to de las identificaciones de los objetos primarios a las figuras sociales de ma-
yor estimación se lleva a cabo en un medio parcializado que limita demasiado el
ensanchamiento del mundo social. Condiciones que sin duda perjudican la ne-
cesaria y valiosa contradicción generacional y que, en lugar de aportar al avan-
ce de la civilización por medio de la sustitución simbólica de los objetos prima-
712
Rico Barbosa, Frank Herr
rios a objetos y metas de valor cultural, coarta la extensión libidinal del sujeto,
dejándola fijada en los referentes comunitarios criminoides que lo absorben des-
de temprana edad.
Notas
1) Según la Personería de Medellín los sitios de donde provenían los sujetos atendidos son descri-
tos como lugares en los cuales se percibe “un ambiente de pobreza y miseria, en el cual miles de
habitantes viven en asentamientos subnormales, zonas de alto riesgo, con altos índices de desem-
pleo y de trabajo informal, donde se presentan situaciones de desconexión de uno o varios servicios
públicos y se sufre cotidianamente por múltiples violencias” (Vargas, 2010).
2) Según la agencia de noticias sociales de la Universidad de Antioquia (González, 2010), esta trans-
misión generacional de violencia se puede empezar a datar en los años 70 cuando las agrupacio-
nes guerrilleras hicieron presencia en las zonas periféricas de la ciudad, pasando por la alianza en
los 80´s entre las agrupaciones guerrilleras y el narcotráfico, que derivó en el surgimiento de ban-
das de jóvenes armados, conocidas como combos, los cuales fueron coordinados a través de la es-
tructura del cartel de Medellín.
Para los 90´s, con la muerte del capo Pablo Escobar, estas comunidades se vieron envueltas en una
cruda confrontación armada mantenida por parte de los diversos grupos ilegales en la disputa por el
poder del negocio del narcotráfico, situación que sólo halló alguna regulación con la re-instalación
de las milicias guerrilleras en tales barrios. Sin embargo, para finales de los 90´s las filas revolucio-
narias se empezaron a ver replegadas al sector rural, por lo cual los combos pasaron a ser regula-
dos por los bloques paramilitares, los cuales establecieron sus códigos para el manejo del negocio
del narcotráfico y sus imperativos éticos para la comunidad en general, al tiempo en que hacía pre-
sencia la imagen de la autoridad pública. De esta manera, durante la primera mitad de la década del
2000, la ciudad experimentó lo que algunos denominan como una tensa calma social. No obstan-
te, hacia la segunda mitad de década se dio la entrega negociada de los principales comandantes
paramilitares a la justicia colombiana y su posterior extradición a los Estados Unidos. Sin embargo,
con estas decisiones judiciales y políticas se desató nuevamente la guerra urbana entre los múlti-
ples combos de la ciudad en pro del poder del narcotráfico, desapareciendo así la estructura crimi-
nal vertical; lo cual permitió la repetición de los efectos mortíferos propios de las interacciones hori-
713
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
zontales entre los diferentes elementos criminales, que ya se habían presentado anteriormente en
otros momentos de transición del poder criminal.
3) Con el fin de dimensionar las condiciones sociales que enmarcaban los casos clínicos referidos,
se puede recordar por ejemplo el informe criminalístico presentado en septiembre de 2010 por el
comandante de la Policía Metropolitana de Medellín (IPC, 2010), en el cual sostuvo que el accionar
armado de la ciudad estaba siendo llevado a cabo por 123 estructuras criminales que a su vez agru-
paban a unos 3.600 integrantes, en su mayoría adolescentes y cada vez más niños, debido a la re-
ducción en el año 2006 de la edad de imputabilidad penal a 14 años para ciertos crímenes, como
por ejemplo el asesinato. Esta situación que se venía presentando en 9 de las 16 comunas de la
ciudad, generó en el primer semestre de 2010 un saldo de 889 homicidios, es decir, el promedio de
177 homicidios al mes y 42 por semana. (IPC, 2010) A esto se puede agregar que los niños y ado-
lescentes que elegían no hacer parte de las filas criminales se veían también afectados por el con-
flicto armado, especialmente por una nueva forma del fenómeno social de desplazamiento forzoso:
el intra-urbano, el cual acarreaba -en no pocos casos- que el grupo familiar primario se separara
abruptamente en pro de la supervivencia de sus miembros o que se recluyeran en un espacio físico
reducido en condiciones de hacinamiento (Vargas, 2010).
4) Estas operaciones psíquicas de la adolescencia son tan importantes para Freud que en “La no-
vela familiar del neurótico” (1914) concibió el fracaso de la liberación de la autoridad parental y del
vencimiento de las fijaciones libidinales a los objetos primarios como factor etiológico en las neuro-
sis, y en “La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna” (Freud, 1908: 1361) planteó este pade-
cimiento anímico como el mayor factor nocivo para la cultura, en la medida en que la excesiva coer-
ción pulsional “no contribuye a formar hombres de acción, enérgicos e independientes, ni pensado-
res originales o valerosos reformadores sino más bien honradas medianías que se sumergen luego
en la gran masa” (Freud, 1908: 1257).
5) Hasta el momento en la presente investigación se han hallado dos grupos de casos: uno, en los
cuales los modelos criminales pasaron a ser investidos en el lugar del objeto primario desde un mo-
mento temprano en la constitución subjetiva, los cuales luego en la pubertad se transforman en ob-
jeto de rivalidad para el púber. Y otros casos en los cuales, aunque es posible constatar alguna con-
sistencia simbólica y anímica de los objetos primarios dentro del contexto familiar, hacia el final de
la infancia éstos fueron desplazados por modelos criminales a los cuales los sujetos transfirieron
su estimación narcisista.
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715
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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HERMANOS Y LAZO SOCIAL:
¿CUÁL ES LA LEY PRIMERA?
Filiación Institucional:
Consejo de Investigaciones de la Universidad del Aconcagua (CIUDA)
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Rodríguez Yurcic, Ana Laura
Al considerar la relación del niño con sus hermanos, no hay por qué suponer que
ha de ser amable, pues abundan los ejemplos de hostilidad entre hermanos, aún
siendo ya adultos.
“El niño mayor maltrató al menor, lo denigró, le quitó sus juguetes; el menor se consumió
en furia impotente contra el mayor, lo envidió y lo temió, o enderezó contra el opresor sus pri-
meros conatos de libertad y de conciencia de lo justo. (…) El niño es absolutamente egoísta,
siente con intensidad sus necesidades y se afana sin miramientos por satisfacerlas, en parti-
cular contra sus rivales, los otros niños, y en primer lugar contra sus hermanos”. Freud,(1987-
2004 [1900]: 260).
Durante la infancia falta la moral. Más adelante despertarán las nociones al-
truistas y un yo secundario que se superponga al primario y lo inhiba.
El niño desea la muerte a sus hermanos, aunque para él la muerte no signi-
fica lo mismo que para el adulto. Estar muerto es estar lejos y no molestar más
a los sobrevivientes. Este deseo se explica por su egoísmo, que le hace verlos
como competidores (5). Por lo general se impone con el tiempo una actitud más
tierna. Pero la hostil sin dudas es la más temprana (6)
Los sentimientos negativos del sujeto hacia sus hermanos provienen de con-
siderarlos competidores respecto del amor de los padres. Sin embargo, Freud se-
ñala que en todos los casos terminan siendo acotados, lo cual da lugar a la ter-
nura propia de las relaciones fraternas.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
720
Rodríguez Yurcic, Ana Laura
Vale decir entonces que las relaciones con los hermanos y hermanas no son
sin consecuencias en la subjetividad. Aunque opere la represión, sus marcas ejer-
cen atracción desde lo inconciente. Esas marcas estarán articuladas al lugar y
la función que cada uno desempeñó dentro de una fratría, atravesando el propio
posicionamiento subjetivo en posteriores relaciones.
En las relaciones entre hermanos se halla el origen tanto de los vínculos amis-
tosos como de las fraternidades. Si bien con los hermanos se juegan sentimien-
tos hostiles y tiernos, lo que los diferencia de los objetos edípicos parentales es
el hecho de que se trata de “pares” con quienes se establecen relaciones hori-
zontales. Los hermanos están sujetos a una autoridad que proviene de la genera-
ción precedente. Deben ser “iguales” en tanto sometidos a esa ley enunciada por
los progenitores. Hay algo que los hermana, que los hace semejantes. Cuando
aparecen diferencias surgen sentimientos y acciones tendientes a recuperar esa
“igualdad”. Algo análogo sucede cuando se plantea esto en el tejido social.
En Psicología de las masas y análisis del yo, Freud señala que en el niño
no se observa nada que tenga que ver con el instinto gregario. Al contrario, éste
se forma únicamente cuando hay varios niños en una casa, como reacción a la
envidia con que el niño mayor recibe al más pequeño. Como no podrá hacerle
daño sin ser castigado, se identifica con otros niños, y a partir de este hecho se
forma un sentimiento de comunidad con sus pares. Esto se desarrollará cabal-
721
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
722
Rodríguez Yurcic, Ana Laura
ser artífices. De algún modo su poder se ha vuelto insuficiente para operar y sos-
tener ese proceso. Así los adolescentes quedan solos, sin poder regular por sí
mismos lo pulsional.
El semejante a veces es colocado en lugar de objeto para la propia satisfac-
ción. Y cuando efectivamente se le produce un daño, queda como resto la culpa.
Esta arremete contra el sujeto, a veces en forma muda.
¿Qué nos hace semejantes? ¿Frente a qué somos iguales? Frente a la ley
del padre. Todos estamos igualmente sometidos a ella. Lo que regula y nos hace
ser “hermanos” es la presencia de la ley. Cuando la ley simbólica opera muy fa-
llidamente o cuando no logra sostenerse en el tiempo, proliferan los fenómenos
imaginarios sin coto.
Unidos o no, para que se establezca la hermandad, hay una ley previa. La
ley que nos instituye como semejantes. La ley primera no es “que los hermanos
sean unidos”, sino que sean… hermanos. Es decir, que reconozcan una gene-
ración precedente, que enuncie y sostenga la ley común para todos. Sin justicia
no es posible la unidad.
Sin la ley primera que permite constituirnos como semejantes, el “ser unidos”
deviene mero mandato superyoico.
Notas y Referencias
(1) Los proverbios dan cuenta de una sabiduría popular, ya que en una sentencia breve sintetizan
un bagaje cultural acuñado y mantenido durante siglos.
(2) En Tótem y tabú, escrita en 1912, Freud desarrolla el mito de la horda primitiva y el padre pri-
mordial. Allí relata que el padre no permitía el acceso de ninguno de los hijos a las mujeres del clan:
todas las mujeres eran del padre. Los hijos se unieron para matarlo, y luego del asesinato, ingirieron
sus restos. A partir de esa muerte, establecieron un pacto: prohibición de matar al tótem (animal que
representa al padre) y prohibición de tener relaciones sexuales con las mujeres del clan. Se estable-
ció así el totemismo y la exogamia; y los hermanos cumplieron la ley más aún que cuando el padre
estaba vivo. Este mito da cuenta de la constitución de la ley; muestra que a partir de algo prohibido
se establece también lo permitido, dando lugar al lazo social.
(3) Al hablar de hermanos, no nos referimos necesariamente a un lazo biológico, sino más bien a un
lazo simbólico que determina el parentesco. Se trata de aquellos que reconocen a los mismos pa-
dres; que fueron socializados primariamente por los mismos miembros de la generación que los pre-
cede.
(4) Este trabajo se ha realizado en el marco de la investigación Realidad educativa en Mendoza: vio-
lencia y consumo en adolescentes insertos en escuelas y universidades, del Consejo de Investiga-
ciones de la Universidad del Aconcagua (CIUDA), con la dirección de la Mgter. Hilda Karlen y el ase-
soramiento metodológico del Mgter. Eduardo Escalante.
(5) Esta idea será retomada en 1915 en la conferencia N° 13, Rasgos arcaicos e infantilismo del
sueño. Allí señala que los motivos de “violentos conflictos” entre hermanos son: la competencia por
723
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
el amor de los padres, el patrimonio común, el espacio dentro de la casa. La hostilidad no hace dife-
rencias entre hermanos menores y mayores. Cfr. Freud, ( 1987-2004 [1915]: 186-187).
(6) La corriente hostil también es puesta de relieve por Freud en su presentación de casos clínicos:
tanto en el Análisis de la fobia de un niño de cinco años, como en El hombre de las ratas se desta-
can la agresividad y deseos de destrucción hacia los hermanos.
(7) Una muestra de ello es la mitología griega, en la que abundan parejas de dioses hermanos en-
tre sí: por ejemplo Zeus y Hera, entre muchos otros.
(8) Carlos Escars, haciendo referencia a la traducción de Verdrängung por “represión” señala que
esta última en nuestro idioma evoca la acción de un poder policial que no está presente en el térmi-
no original. Propone rescatar el Drang incuido en Verdrängung, evocando así lo que para un alemán
estaría implícito: la relación que la represión tiene con la pulsión, y con una metáfora hidráulica, más
que política. Escars (2008: 97)
Bibliografía
ESCARS, Carlos (2008): Efectos de la escritura en la transmisión del psicoanálisis. Bs. As. Letra
Viva.
FREUD, Sigmund. (1987-2004) Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu Editores.
. (1900) La interpretación de los sueños. Vol. 5.
. (1909 a) Análisis de la fobia de un niño de cinco años. Vol. 10.
. (1909 b) A propósito de un caso de neurosis obsesiva. Vol. 10.
. (1910) Cinco conferencias sobre psicoanálisis. Vol. 11.
. (1913) Tótem y tabú. Vol. 13.
. (1916) Conferencia Nº 13: Rasgos arcaicos e infantilismo en el sueño. Vol. 15.
. (1917) Conferencia Nº 21: Desarrollo libidinal y organizaciones sexuales. Vol. 16.
. (1921) Psicología de las masas y análisis del yo. Vol. 18.
GEREZ AMBERTÍN, Marta (2008). Entre deudas y culpas: sacrificios. Crítica de la razón sacrificial.
Buenos Aires, Letra Viva.
HERNÁNDEZ, José (2007) Martín Fierro. Buenos Aires: Longseller.
LACAN, Jacques. (2006) Seminario 10. La Angustia. (1962-1962). Buenos Aires, Paidós.
724
PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT:
INCIDENCIA EN LAS SUBJETIVIDADES
Filiación Institucional:
Estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Tucumán
725
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Freud relata que Dora, por alguna razón, en la reemergencia del primer sue-
ño (que ya había sido soñado repetidas veces); había hecho una transferencia
desde la persona del Señor K hacia él y en consecuencia decide abandonar la
cura, como en su momento lo había hecho con la casa del Señor K. De modo
que Dora actuó {agieren} un fragmento esencial de sus recuerdos y fantasías,
en lugar de reproducirlo en la cura. (Freud, a, p. 103)
El autor expresa, por otra parte, que la compulsión de repetir que sustitu-
ye al impulso de recordar, es transferida no sólo sobre el vínculo actual que es-
tablece con el médico sino sobre todas las otras actividades y vínculos simultá-
neos de su vida. Señala que las acciones del paciente fuera de la transferencia
pueden conllevar pasajeros perjuicios para su vida y sostiene que el mejor modo
de salvar al enfermo de los perjuicios que le causaría la ejecución de sus impul-
sos es comprometerlo a no adoptar durante la cura ninguna decisión de impor-
tancia vital (por ejemplo: abrazar una profesión o escoger un objeto definitivo de
amor); que espere para cualquiera de tales propósitos, el momento de la cura-
ción. (Freud, b)
726
Roldán, María Carolina
Desde una perspectiva Lacaniana la definición básica del acting out es co-
rrecta pero incompleta; ignora la dimensión del Otro. En efecto, el recuerdo no
involucra sólo recordar algo a la conciencia, sino también comunicarlo a un Otro
por medio de la palabra y quien debe descifrarlo. Cuando el Otro se ha vuelto
“sordo”, el sujeto no puede transmitirle un mensaje en palabras y se ve obligado
a expresarlo en acciones. El sujeto no es consciente del contenido de su mensa-
je ni de sus acciones. (Dic. Dylan Evans, p.29).
Lacan establece una distinción entre acting out y pasaje al acto, entiende
que son formas que tiene el sujeto para defenderse contra la angustia. Para ilus-
727
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Por otra parte, el autor señala, que el pasaje al acto es una salida de la esce-
na, es un cruce de lo simbólico a lo real; hay una total identificación con el objeto
a, y por lo tanto una abolición del sujeto. (Lacan, c, sem.16 de enero de 1963)
728
Roldán, María Carolina
Análisis y ética
El autor señala que durante el análisis enfermedades de corta duración como
las gripes, los resfríos e incluso enfermedades más prolongadas desaparecen.
Si hubiera más análisis en la sociedad todo iría mejor.
Inversamente cuando ocurre el accidente - no sólo refiriéndose al acting out-
es atribuido muy regularmente al análisis, tanto por el paciente como por su en-
torno. Es cargado en la cuenta del análisis. Tienen razón, es un acting out, por lo
tanto se dirige al Otro, y si está en análisis se dirige al analista. Si él ha ocupado
este lugar peor para él. Tiene de todos modos la responsabilidad que correspon-
de al lugar que él aceptó ocupar.
Estas son cuestiones que se juegan en torno a lo que Lacan llama “el deseo
del analista”. (Lacan, c. sem.23 de ene.)
El deseo del analista, representa el deseo apropiado por el que el analista
debe ser guiado, en sus intervenciones en la cura. Una intervención sólo pue-
de ser considerada un verdadero acto analítico, cuando logra expresar el deseo
del analista, es decir, cuando ayuda al analizante a acercarse al fin del análisis.
A esto se refiere la ética del psicoanálisis cuando prescribe al analista que asu-
ma la responsabilidad de sus actos en la cura.
El analizado, por su parte, también se enfrenta con el deber ético de asu-
mir su responsabilidad incluso por los deseos inconscientes expresados en sus
acciones. Acciones, que aunque encierren una intención inconsciente, son con-
sideradas como actos verdaderos y el sujeto debe asumir esa intención como
propia. Ni el acting out ni el pasaje al acto son considerados verdaderos actos,
puesto que en tales acciones el sujeto no asume la responsabilidad por su de-
seo. (Dic. Dylan Evans, p.30).
729
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ref. bibliográficas
-Diccionario de psicoanálisis: Jean Laplanche y Jean, Bertrand Pontalis. Buenos Aires. Barcelona.
México.Paidós.
- Diccionario introductorio de psicoanálisis Lacaniano: Dylan Evans. Buenos Aires. Barcelona. Méxi-
co. Paidós
Freud, Sigmund:
a) Fragmento de análisis de un caso de histeria. Obras completas. (Vol. VII, pp. 1- 108). Buenos Ai-
res: Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1905).
b) Recordar, repetir y reelaborar. (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis II).Obras com-
pletas. (Vol.XII, pp. 145-157). Buenos Aires: Amorrortu, 2007. (Trabajo original publicado en 1914).
Jacques, Lacan:
c) El seminario de Jacques Lacan. Libro 10: La angustia (1962- 1963). Buenos Aires: Paidós,
2007.
d) El seminario de Jacques Lacan. Libro 7: La ética del psicoanálisis. (1959- 1960). Buenos Ai-
res: Paidós.
Marta Gerez Ambertín:
e) Imperativos del Superyó: Testimonios clínicos. Buenos Aires.2003. (Cáp.III. pp. 87-123.)
730
ACERCA DE DOS ESCRITORES SUICIDAS
Filiación Institucional:
Miembro del Cons. de Administración de la Fundación Psicoanalítica S. Freud
Docente Fac. de Cs. de la Educación de la Univ. Católica de Sgo. del Estero
1. Introducción
La amenaza de suicidio ostensible o encubierta, a veces como intento, otras
como acto efectivo, no deja de interrogar al psicoanálisis y en la búsqueda de cau-
sas se encuentran demasiadas, de allí lo enigmático del suicidio. Enigma asocia-
do al pecado, al delito o la psicosis abre las puertas a la conjetura. En el goce de
la tipificación, se llegó a plantear su relación con el genio artístico, encuadrándo-
lo como un desequilibrio mental hereditario: “Los gigantes del genio pagan por
su potencia intelectual con la degeneración y la locura” dice Cesare Lombroso
(1), considerando al suicidio como un “mal menor”, especie de “válvula de esca-
pe” respecto del homicidio (2) .
731
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
rís” cobijo de millonarios y escritores. Su biógrafo C. Ferrer dice “Barón Biza per-
tenecía a ambos mundos, el de los ricos y el de los aspirantes al reconocimien-
to literario” (3) .
En Viena (1925) se enamora de una incipiente actriz, Myriam Stefford. Can-
delaria de la Sota, autora de El escritor maldito, Raúl Barón Biza, señala que los
jóvenes de la sociedad acostumbraban traer alguna niña de sus viajes por Eu-
ropa, pero que Barón Biza “fiel a su estilo, (…) no se conformó con que la joven
actriz fuera su querida, -como se llamaba a las amantes-, y le pidió que fuera su
esposa” (4). La boda, se celebró en Venecia (5) con una fastuosidad donde na-
die parecía recordar que la economía mundial se había derrumbado. La noticia
se difundió en La Prensa. Poco después, en nuestro país, José E. Uriburu da el
primer golpe militar (6) y derroca a Hipólito Irigoyen confinándolo a la isla Mar-
tín García.
Retorna a Europa (estará allí un año) y regresa en 1932, a poco de que, por
la alianza entre conservadores y radicales opositores a Irigoyen, asumiera la pre-
sidencia Agustín P. Justo.
Inicia la militancia política que le depara prisión y exilio hasta que, en mayo
de 1933 (9), año en que fallece Hipólito Irigoyen (10) es quien aportará el dine-
ro para que cientos de correligionario se trasladen desde Córdoba para despe-
dir al líder.
La persecución política se intensifica, allanan sus oficinas –donde se edita-
732
Sialle De Gauna, Marta
Escrito “para los hijos de nadie”, para “los mal nacidos”, “para los que tienen
por cabecera el tarro de basura, para los que no tienen Dios, ni hembra...”, desti-
nado “a las prostitutas sin cartilla, los presidiarios que no llevan número, los Jue-
ces y quizás las colegialas” (13).
Por este libro fue excomulgado, luego de enviar revestido en plata uno de
los ejemplares al Papa Pío XI, con una carta que oficia de prólogo y cuyo párra-
fo final dice: “Para que tus porteros lo dejen pasar, para poder atraer tu atención,
para que él sea una nota discordante en el salón entristecido de tu biblioteca os-
cura, he revestido de plata su portada” (14).
733
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Pero Clotilde Sabattini no era mujer que se sometiera fácilmente, pronto cul-
minó sus estudios, escaló posiciones, se dedicó a la militancia política, y duran-
te el gobierno de Frondizi fue presidenta del Consejo Nacional de Educación
(1958 – 1960).
Según Candelaria De la Sota […] lo que ocurrió ese domingo fue mucho más
que un drama familiar. La bala del 38 largo que le atravesó la cabeza y perforó
la ventana del dormitorio, terminó con la vida de un viajero incansable, militante
insatisfecho, escritor corrosivo, antisemita y misógino, y duelista temerario […]
Fue el final de un gran provocador (16)
734
Sialle De Gauna, Marta
“A los treinta y seis años me convenzo de que he malgastado todo. Si doce años
atrás se había terminado para mí el tiempo de las metáforas, ahora se termina el
tiempo de las excusas. En estos meses recientes no he tropezado con nada vital sal-
vo esta decisión de volver al balcón, a la biblioteca desnuda (…). Tarde o temprano
yo también seré sólo un texto; no me queda mucho más por hacer”.
“Los hombres recién fueron superiores a las bestias cuando inventaron o des-
cubrieron el suicidio, esa puerta que dejó la naturaleza a su preferido, para poder-
se liberar en cualquier momento del yugo de sus congéneres.”
“El suicidio nos coloca más allá del castigo de los hombres y de la venganza de
la justicia. Más allá aún, de la misma ira de los dioses.”
Soy más fuerte que Dios, voy a destruir, destruyéndome, a esta agrupación de
espermatozoides desarrollados...
735
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Para sus contemporáneos no distaba de Sade, para su hijo Jorge era “un tipo
que se jugaba entero”; por sus libros fue etiquetado de “maldito”.
A su hijo Jorge le bastó uno solo, certero y letal, para consagrarse como es-
critor: El desierto y su semilla, en cuya solapa consigna:
Jorge Jinkis (18) expresa: “Un analista se topa con pensamientos suicidas
frecuentemente, en ocasiones veladamente como “miedo a la muerte”, y ante el
hecho consumado, en la búsqueda de una causa, encuentra demasiadas… De
las múltiples significaciones que el análisis encuentra, no puede hacer de ningu-
na de ellas la significación privativa del suicidio” y por ello entiende que “no pue-
de haber, una teoría psicoanalítica del suicidio, en tanto el analista no construye
un saber sobre el otro, sino que está implicado en una práctica que procura dia-
lectizar las relaciones del sujeto con los significantes de su historia”, pero abre
lugar a una interpretación psicoanalítica del suicidio, situándolo, “entre las dificul-
tades con las que se encuentra la práctica analítica”.
Para Gerez Ambertín todo acto humano “obedece a una constelación hete-
rogénea de motivaciones, algunas de las cuales son conscientes, otras incons-
736
Sialle De Gauna, Marta
cientes y otras pertenecen al campo de las impulsiones del superyó” (19) . Al abrir
sendas en los textos de Freud y Lacan, Gerez Ambertín devela la intersección su-
peryó, deseo y prohibición: “Sorprende, tanto en Freud como en Lacan, el víncu-
lo que establecen entre sacrificio, parricidio y superyó donde la cuestión del sui-
cidio se desprende como un residuo inasimilable de goce”. (20)
El sujeto atrapado en el goce, se desliza en acciones autopunitivas que os-
cilan desde sutiles sacrificios hasta la fascinación sacrificial, momento en el que
parece imposible callar la exigencia de pagar culpas y deudas con la vida misma.
Lacan dirá “siempre con nuestra carne debemos saldar la deuda” (21).
737
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Cualquier hijo ante las faltas del padre podrá interrogarse por el goce y ha-
cer el proceso al padre o cargar con las culpas del padre, claudicando al supli-
cio sacrificial.
A pesar de mantener el enigma sobre el suicidio de Jorge Barón Biza, no po-
demos desatender que no pudo ir más allá del padre, que efectivamente cargó
con su culpa y vergüenza y sucumbió al goce al recurrir al autocastigo y a la au-
toaniquilación, a pesar de sus intentos por diferenciarse del padre y de intentar
el proceso al padre en sus escritos.
Jorge Barón Biza, pese a escribir que “El auténtico autobiógrafo no debe es-
cribir para elogiarse ni para chismear, sino para salvarse de la muerte”, comprue-
ba (y no a su pesar) que la escritura no puede salvarlo. ¿Por qué “no a su pesar”?
Porque el padre es la muerte… y él no desea salvarse del padre, desea salvar-
lo. Salvarse de la copa y el balazo implicaba “ir más allá” de ese desierto en el
que morirán Aron (el padre: Raúl Barón Biza) y Mario (el hijo: Jorge Barón Biza,
al que podríamos asimilar a Moisés). Ni Arón-Raúl ni Mario-Moisés-Jorge en-
tran en la Tierra Prometida, no pueden “ir más allá” del desierto.
738
Sialle De Gauna, Marta
739
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
740
IMPULSIONES VINCULADAS A UN DUELO
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Resumen: A partir de una viñeta clínica, planteo las dificultades que tiene un ado-
lescente para tramitar el duelo por la muerte de su abuelo paterno.
De este abuelo recibía cuidados y afecto por ser el menor de los nietos.
La familia con la que convivía no le brinda un contexto instituyente; al contrario,
en él se conjugan precariedad de los lazos familiares, debilidad en la transmisión de
los lugares genealógicos y opacidad para diferenciar lo permitido y lo prohibido.
La dificultad para tramitar el duelo o velar lo real, es porque el Otro social no ayu-
da a inscribir esta pérdida. Este hogar transmite leyes, pero también sus fallas.
Tenemos por un lado un sujeto que no puede subjetivar la muerte de un ser queri-
do y un entorno familiar que no transmite legalidades, por lo tanto no favorecen
la tramitación del duelo y abona la veta sacrificial.
Se trazarán las líneas en la dirección de la cura que, vía la transferencia, hicieron
posible la formación de un síntoma
Palabras Clave: Desubjetivación – Duelo- Sacrificio
Introducción
Los psicoanalistas estamos convocados hoy a dar respuestas a pacientes
cuya particularidad es, que viven al borde de un precipicio todo el tiempo, donde
la angustia toma distintos rostros, algunos son de una tristeza profunda, otros
parecen objetos disparados como “bola sin manija”, donde estamos , a veces
mucho tiempo, sin poder definir las estructuras clínicas, ni mucho menos la di-
rección de la cura.
Estamos haciendo referencia a “estados límites” como los llama la Dra. Ge-
rez Ambertin o “patologías del acto” como las nombra Diana Rabinovich. por la
que un analista es llamado a intervenir, a fin de posibilitar que se constituya al-
gún Otro que, con el auxilio de la transferencia ayude a restablecer la escena
fantasmática , y un sujeto pueda advenir. “El lenguaje instala al hablante en la
ficción, la de él mismo y la de aquello de lo que habla. Así reconocemos nuestra
filiación al lenguaje” (Braunstein, 2004,47)
741
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Desarrollo
Cristian llega al hospital acompañado por su madre. Se observa un joven ado-
lescente con un aspecto aseado, algunos tatuajes, piercing, remera negra “meta-
lera”, muy ansioso y verborrágico pero se le entiende lo que habla.
Relata que está de novio con una compañera del colegio, que discuten mu-
cho y le ha pegado dentro del colegio. Es una relación de varios meses y se ha
tornado mas conflictiva porque ella está embarazada. El padre de esta chica hace
una intervención eficaz prohibiéndole que continúe con la relación. Cristian inter-
preta a esta prohibición como un intento de este padre de separarlo de su hijo.
El dice “él no me va separar de mi hijo” .. “lo voy a matar” “yo soy el padre de mi
hijo y no lo voy a abandonar”.
Refiere que cuando era chico los padres se separan por las peleas en las
que “se erraban de matar”. Por esa razón el padre se va a vivir a otro lugar y re-
cuerda el sufrimiento de ese momento porque extrañaba mucho a su papá. Aho-
ra que él iba a ser padre, no iba a abandonar a su hijo para no causarle el mis-
mo dolor que el padeció.
La entrevista con la madre aporta que las autoridades del colegio habían
742
Sigona, Silvia Inés
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
744
Sigona, Silvia Inés
Si los amarres son tan endebles, si hay poca tela simbólica que sujete, si los
relatos y los mitos familiares no circulan, cuando acontece la muerte del abuelo
la caída de Cristian es tan estrepitosa, que como caída de la escena fantasmá-
tica, la subjetividad se deshilacha y precipita el pasaje al acto (consumo excesi-
vo de drogas y alcohol, necesidad de castigo, es encarcelado).
Esa muerte que no es simbolizada o apalabrada en el discurso familiar, pro-
vocó que el padre de Cristian abandone su lugar de jefe de su familia, y se tras-
lade a vivir con la madre viuda, en una especie de festín primitivo de goce del
protopadre o el urbater, que es anterior a toda prohibición del incesto.
Desenmarcamiento del fantasma, que deja el objeto al desnudo. Presentifi-
ca lo real que debería estar prohibido: parricidio e incesto, inefable que angus-
tia e insta al goce superyoico.
Lo que no puede decir es el odio que siente porque alguien le arrebata a su
padre y desajusta la cadena genealógica.
Así actúa en el colegio, contra los que supuestamente quieren quitarle la pa-
ternidad sobre el hijo que anida su novia. Enfrentamiento y rivalidad con el padre
de la novia, quien por otro lado, está haciendo lo que corresponde a la función
paterna, que es cuidar y salvar a su hija. Cristian enfrentado a este padre, en una
especie de deliria insiste en decir que “ él no me va a arrebatar mi hijo”.
Allí el acting out como un llamado al Otro social para que intervenga, y es
el director del establecimiento educativo quien escucha e interpreta este llama-
do, sancionando el acto violento, aplicando las medidas disciplinarias corres-
pondientes.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Conclusiones
Para terminar diré que la sanción que el colegio imparte, empuja vía la an-
gustia, que Cristian se interrogue por sus actos, que si bien sabemos que no son
voluntariamente determinados, es responsable de averiguar por qué los hace.
Así ingresa a un análisis donde la pregunta por sus actos locos, como hechos de
lenguaje, le posibilitará recuperar la trama discursiva perdida.
“Cualquier acto está íntimamente vinculado a la discursividad del ser huma-
no, esa que sostiene el debate interno y externo con la alteridad del Otro social”
(Gerez A, 2009,50).
Bibliografía
Braunstein, Nestor: Culpa, Responsabilidad y Castigo. Vol II . La Ficción del Sujeto. Letra Viva.
2004.
Freud, Sigmund : Totem y Tabú. Amorrortu Editores. Vol XIII (1913-1914)
Gerez Ambertin, Marta : Imperativos del Superyo. Lugar Editorial. 1998
Gerez Ambertín, Marta : Culpa, Responsabilidad y Castigo. Vol III. Vicisitudes del Acto Criminal: Ac-
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Lacan, Jacques: Seminario X La Angustia. Paidos (1962-1963)
Rabinovich, Diana: La Angustia y el Deseo del Otro. Manantial. 1992
746
RESPONSABILIDAD EN EL PASAJE AL ACTO: VACILA-
CIONES SOBRE LA IMPUTABILIDAD/ININPUTABILIDAD
Filiación Institucional:
Lic. en Psicología (UBA); ATP interina de la Cátedra II de Psicopatología. Investi-
gadora Formada, integrante de Proyecto UBACyT (2010-2012).
Introducción
Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación “Transformaciones
del concepto de pasaje al acto en el período de la obra de J. Lacan comprendido
entre 1963 y 1980. Similitudes y diferencias con los conceptos de acto y acting
out”. Me propongo plantear, ordenar, algunos interrogantes que me guiarán du-
rante esta travesía que implica la lectura de Lacan, y apuntarán a la pareja pasa-
je al acto – responsabilidad subjetiva.
747
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El pasaje al acto implica un derrumbe del mundo simbólico ante la ruptura del
marco fantasmático. Lacan lo ubicará del lado del sujeto en el fantasma, en tan-
to aparece al máximo borrado por la barra, proponiendo la identificación al obje-
to a, y desde ese lugar la caída fuera de la escena del A.
Pero tomando la metáfora del dejar caer, ¿qué del sujeto que se levanta? ¿Po-
demos situar una modificación en su posición subjetiva? Aquí es donde la pre-
gunta por la eficacia de la responsabilidad subjetiva toma su lugar.
748
Smith, María Celeste
749
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
nir es largo”, ¿con qué objeto? “De no haber tenido tal beneficio, hubiera debi-
do comparecer; y… habría tenido que responder. Este libro es la respuesta a la
que… habría estado obligado. Y cuanto pido, es que se me conceda;… ahora
lo que entonces habría sido una obligación” Y llamativamente lo hace como ter-
cero (Czerniuk, 2001, 228). Su análisis, que no parece haber transcurrido bajo
el amparo del equívoco, coagula una posición del ser: Althusser quería destruir
todo, sus libros, su esposa, a él mismo, “puesto que desde siempre, yo no exis-
tía” (Czerniuk, 2001, 238) sino como sostén de su madre, cuyo duelo por su pri-
mer novio muerto, hermano del padre de Althusser, queda obturado. En su libro
ubica que el duelo de Helene le permite hacer el duelo por el muerto que él era…
no obstante en el libro mismo, apela a las marcas en tanto lo determinan, deter-
minación que no parece sufrir algún tipo de borramiento.
750
Smith, María Celeste
751
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Para concluir
Si el sujeto no es agente de su acto, y por lo mismo es responsable, no es
aquel que conoce la ley. La ley, de la que se exige su conocimiento, no es toda
cognoscible, requiere del intérprete.
Parece difícil ubicar al modo de un saber universal, de dónde proviene una
eficacia, que no obstante, no dejamos de reconocer: ¿el pasaje al acto deja una
marca, que habilitará una escena otra? Puede ser, pero requerirá de su lectura,
de su subjetivación, y ésta, no siempre se produce. No está asegurado que el
pasaje al acto lleve en sí mismo un valor resolutivo.
La escena judicial, declarando al sujeto imputable, habilita una escena don-
de esa respuesta se aloje, podríamos decir aludiendo a Lortie “mirando en po-
sición tercera”. Claro que sí, pero a condición de que el sujeto, preste su asen-
timiento, y este no está asegurado, como vimos para Christine Papin, por la im-
putabilidad, puesto que, cito a Ritvo: “…el asentimiento es una magnitud irracio-
nal: es un hueco, un hiatus irrationalis, tanto en la naturaleza como en la cultu-
ra. Todo conduce a él, con seguridad. Mas si todo lo condiciona, nada lo causa
de manera eficaz....”
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• Lacan, J. (1973-74): El Seminario. Libro 21: “Los nombres del padre”, inédito.
• Muñoz, P. (2007): “El concepto de locura en la obra de Jacques Lacan”. En Anuario de Investiga-
ciones, Nº XV, Buenos Aires, UBA, Fac. de Psicología, Sec. de Investigaciones, pp. 87-98.
• Muñoz, P. (2009): “La invención lacaniana del pasaje al acto”, Bs. As., Manantial, 2009.
• Haimovich y otros (2001): “Superyó y filiación. Destinos de la transmisión”, Bs. As., Laborde,
2009.
• Allouch y otros (1999): “El doble crimen de las hermanas Papin”, México, Epel, 1999.
• Ritvo, J (2011): Artículo en Imago Agenda mayo de 2011
752
LA PÈRE (VERSIÓN) FAMILIAR:
LO SINIESTRO Y LA IMPIEDAD DEL INCESTO
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Definición y características
El incesto produce la destrucción de los lazos familiares y de la cadena ge-
nealógica, generando graves consecuencias en la subjetividad de los niños, ni-
ñas y jóvenes afectados y en la sociedad.
Definimos al Incesto según Legendre, siguiendo su etimología: “Incestus
está formado, por el adjetivo castus y el prefijo in, que indica la negación; cas-
tus designa a la vez lo inocente, lo puro, lo sin tacha y lo impiadoso, lo religio-
so, lo santo (el respeto a una regla sagrada)” (1985: 71). Es así que en el inces-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Soler, Federico Miguel
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Soler, Federico Miguel
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
3. Conclusión
Entre el silencio de nuestro código penal y el punto ciego de magistrados y
peritos psi, se produce un silencio simbólico jurídico, que permite que los casos
de incesto, más común de lo que nosotros queremos creer, no sean nombrados
y legislados de manera correcta, esto no solo produce consecuencia en las vícti-
mas incestuadas y sus familias, sino en la comunidad toda, donde, si todo lo que
no esta prohibido esta permitido, hay un imperativo legal a producir el abuso en
la intimidad de una falta pública, en el ámbito de lo privado.
Antes estos vacíos eran regulados por los mitos populares y las religiones
que prohibían estos actos de hecho y estrictamente. Hoy por la caída de los gran-
des mitos sociales, el alto grado de ateismo y el avance de una ciencia que no
visibiliza estas legalidades simbólicas que producen y articulan la subjetividad,
se originan mayores posibilidades se quedar en el silencio de la “intimidad” fami-
liar. Protegiéndose el abusador por el secreto y la invisibilidad social. Para Pie-
rre Legendre, la prohibición del incesto es un imperativo per se, que logra res-
guardarse a través de un orden a una legalidad tercera, desde la palabra nor-
mativizada y desde los mitos. Esta ausencia de una instancia tercera que regu-
le hace que se produzca este silencio en la ilegitimidad del incesto y de lo abe-
rrante para la constitución misma de la subjetividad y de la sociedad toda. Este
es uno de los grandes obstáculos que se encuentran en la justicia argentina, ya
que jueces y fiscales intentan corroborar la violación como apropiación genital,
pidiendo esto a los peritos, quienes en sus protocolos intentan que la víctima re-
late los hechos aberrantes sufridos en cuando a la genitalidad del abuso, pero
no profundizan las graves consecuencias en la subjetividad en la víctima por ser
su padre el que produjo el abuso, convirtiendo al incesto en un en un caso más
de abuso sexual, invisibilizando el crimen de la filiación. Porque lo que se ase-
sina en el incesto, no es solo la sexualidad de la niña o el niño, sino se mata la
filiación, la posibilidad de ser hijo, la oportunidad de tener un padre le posibilite
circular por el lazo social.
Bibliografía
Freud, Sigmund (1919) “Lo siniestro”. III, Madrid: Biblioteca Nueva, 1996.
Legendre, Pierre (1985) “El inestimable objeto de la transmisión”. México: Siglo XXI editores,
1996.
Lévi-Strauss, Claude (1993) “Relaciones Elementales de Parentesco”. Barcelona:
758
LA VIOLENCIA FAMILIAR Y
EL ENCUENTRO CON EL OTRO DE LA LEY
Filiación Institucional:
- Lic. Andrea Spinello. Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud. Psicóloga del Ga-
binete Psicológico Forense del Poder Judicial de Santiago del Estero.
- Dr. Sebastián Billaud. Juez de Familia de Primera Instancia con asiento en Ca-
pital. Santiago del Estero.
- María Teresa Sal. Tesista de la Carrera de Psicología de la UCSE. Empleada del
Juzgado de Familia del Poder Judicial de Santiago del Estero en el área de Psico-
logía en el Gabinete Psicológico Forense.
759
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
“Cada vez que descubría que mi marido me engañaba, se ponía loco, me mo-
lía a palos. Si bien él tomaba bastante y me pegaba mucho, era bueno con los
chicos, se ocupaba de que coman y tengan ropa. Cada tanto se enojaba conmi-
go y me echaba de la casa porque le reclamaba si salía con otras o estaba mu-
cho con los amigos tomando, pero yo sabía que cuando se le pasaba, a los 3 ó
4 días, podía volver. Los chicos ya saben que el padre es así y lo quieren igual.
Una vez me pegó tanto, que perdí un embarazo. En el hospital me dijeron que
los denuncie, y lo hice. Los que más se enojaron fueron mis hijos, y mi marido
me dijo que si volvía a hacerlo, me iba a matar, y yo le creo. Yo sé que todas las
familias tienen problemas, pero estoy cansada de que me pegue. Si él le prome-
te al Juez que no me va a golpear más, lo perdono.”
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Spinello, Andrea - Billaud, Sebastián - Sal, María Teresa
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
- “Yo quiero que mi mamá vuelva y traiga de nuevo las cosas de la casa, extra-
ño mi cama. No me gusta dormir en un colchón en el piso, con mi hermana. Que
viva como quiera, no la vamos a molestar ni dar trabajo, pero que vuelva…”.
- “Mi papá a veces se enoja mucho y la pega a mi mamá. Yo me voy al baño,
me encierro, me tapo las orejas y lloro...”
- “Quiero que dejen de pelear, quiero un papá y una mamá, y que todos vi-
vamos juntos como antes...”
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Spinello, Andrea - Billaud, Sebastián - Sal, María Teresa
763
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Si bien estas leyes significan un avance importante en tanto abre una puer-
ta de acceso al tratamiento judicial de la violencia familiar, no brinda una solución
integral del problema, pues la respuesta judicial, no es eficiente y eficaz sino se
aborda la temática de manera integral
764
Spinello, Andrea - Billaud, Sebastián - Sal, María Teresa
Notas
1) Rojas, M.C, Kleiman, S, Lamovski, L, Rolfo, C. La violencia en la familia: discurso de vida, discur-
so de muerte. Revista de Psicología. Argentina. ½, XIII, 1990.
2) Agamben, G., Lo que queda de Auschwitz, Valencia, Pretextos, 1999.
3) CORSI, Jorge “Algunas Cuestiones Básicas sobre la Violencia Familiar Revista Interdisciplinaria
de Doctrina y Jurisp. N° 4, Ed. Abeledo-Perrot, 1990, pag.7
4) Corsi Jorge “Las Mujeres en la Imaginación Colectiva” Paidós 1993 Pag. 93.
Bibiliografía
- Agamben, G., Lo que queda de Auschwitz, Valencia, Pretextos, 1999.
- Freud, S., Obras Completas, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1994.
- Gerez Ambertín, M., (compiladora), Culpa, responsabilidad y castigo, Volumen I, II y III, Editorial
Letra Viva.
765
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
766
LIBERACIÓN E INTEGRACIÓN.
LA MORAL DE LA PROTESTA DE ARTURO ROIG Y LA
ANALÍTICA DEL PODER DE MICHEL FOUCAULT
Filiación Institucional:
Docente en las Carreras de Psicología y Psicopedagogía-Fac. de Ciencias de la Edu-
cación de la Universidad Católica de Santiago del Estero (U.C.S.E.).
767
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Para Foucault el poder no es algo que alguien posea, sino que es una rela-
ción que se ejerce, y que funciona, a modo de red que recubre todo el tejido so-
768
Suarez Burgos, Mariano Alberto
cial. Estas relaciones de poder exigen que el otro sea siempre reconocido como
sujeto de acción, ya que será más sobre estas acciones que se ejercerá el po-
der, intentando conducir conductas, que sobre el cuerpo del sujeto mismo (en
cuyo caso hablaríamos, con más propiedad, de disciplina). A las acciones o con-
ductas de los otros se las intentará inducir, facilitar, limitar o dificultar, pero siem-
pre teniendo en cuenta que ese otro es un sujeto libre. Esta libertad del sujeto
es asimismo lo que hace que estas relaciones de poder no sean estructuras rígi-
das, sino móviles, ágiles y siempre inestables. “El poder no es una institución, y
no es una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados:
es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una socie-
dad dada” (3). Y, al ejercerse desde todos los puntos del cuerpo social, reticu-
larmente, las prácticas de poder no demarcan dos grupos antagónicos que lu-
chen por emplazarse en el centro de un Poder con mayúscula. Así lo entiende
Foucault mismo cuando dice que “…no hay, en el principio de las relaciones de
poder, y como matriz general, una posición binaria y global entre dominadores
y dominados, reflejándose esa dualidad de arriba abajo y en grupos cada vez
más restringidos, hasta las profundidades del cuerpo social” (4). Deja bien acla-
rada Foucault la diferencia entre el poder así entendido, y la dominación, que
no es más que esas mismas relaciones de poder, pero no ya móviles sino blo-
queadas, rígidas, solidificadas; y que por lo tanto dejan de ser “relaciones”, y se
convierten en “estados”.
Pese a todo lo dicho hasta aquí, es innegable que los sujetos experimentan
el poder en su vida cotidiana, es la experiencia de un poder que como bien dice
Foucault, se ejerce casi sin rostros visibles, sin centros hegemónicos, pero que
“…se ejerce siempre en una determinada dirección, con los unos de una parte y
los otros de otra; no se sabe bien quién lo tiene; pero se sabe quién no lo tiene”
(5). Y estos sujetos que experimentan el poder sobre sí mismos o sobre sus con-
ductas, pese a ser libres, y justamente por serlo, pueden participar de los juegos
de poder mediante estrategias de lucha.
769
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Todo esto implica una analítica del poder que no lo considera “…como un fe-
nómeno de dominación masiva y homogénea de un individuo sobre los otros, de
un grupo sobre los otros, de una clase sobre las otras… El poder tiene que ser
analizado como algo que circula…” (6), y que al circular genera una dinámica de
la que todos los sujetos participamos. En esta participación de los juegos de po-
der, no ajenos a resistencias, los sujetos se ven posibilitados de constituirse y
producirse, e incluso de evitar que sus conductas sean conducidas por otros. La
lucha es una lucha contra la sujeción de esos micropoderes que muchas veces
son los que mejor mantienen y sostienen el poder instituido por un Estado, sin
siquiera vincularse directamente con el aparato estatal. Se propone un tipo de
resistencia en la que los sujetos colectivos se integran en relaciones, cada vez
más simétricas, a la red de poder que se tejió en el cuerpo social al cual perte-
necen, e intentan con ello ofrecer un contrapeso a las fuertes instituciones de la
burocracia estatal.
Foucault habla del “intelectual específico”, es decir, aquel que ha logrado ad-
quirir una conciencia clara de las luchas concretas y situadas, alejándose de con-
ceptos universales o trascendentales. Su rol consistiría en “…cuestionar, a través
de los análisis que lleva a cabo en los terrenos que le son propios, las evidencias
y los postulados, en sacudir los hábitos, (…) en disipar las familiaridades admiti-
das (…) y a partir de esta re-problematización (en la que desarrolla su papel es-
pecífico de intelectual) participar en la formación de una voluntad política (en la
que tiene la posibilidad de desempeñar su papel de ciudadano)” (7)
770
Suarez Burgos, Mariano Alberto
En el papel que les tocaría desempeñar a los intelectuales hay un punto de in-
tersección entre los planteos de Foucault y Roig, quien nos hablará de un a priori
ético-axiológico referido a la naturaleza intrínseca del valor humano, que nos im-
pone el deber de respetar la individualidad del otro y su libertad; y la responsa-
bilidad indelegable de la filosofía de denunciar todas las situaciones que atenten
contra la dignidad del hombre. Por su parte, Foucault nos señalará el deber éti-
co de decir siempre lo que se debe decir, lo que hace falta, en el momento justo
en que es necesario hacerlo.
El término que introduce Foucault es el de parresía, para señalar la libertad
del que habla, y que transmite la verdad sin retórica, sin adulación. La parresía
es la práctica de aquel que dice lo que piensa y que adecua su conducta a lo que
dice, es lo opuesto a la hipocresía y la inconsecuencia.
Notas
1.-) FERNANDEZ NADAL, Estela, Arturo Roig ante la condición humana, en versión digital de El
pensamiento latinoamericano del siglo XX ante la condición humana, a cargo de José Luis Gómez-
Martínez, 2004.-
2.-) ROIG, Arturo Andrés, Ética del poder y moralidad de la protesta: la moral latinoamericana de la
771
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
emergencia, versión electrónica (2000), autorizada por Arturo Andrés Roig para el Proyecto Ensayo
Hispánico, en www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/etica
3.-) FOUCAULT, Michel, Historia de la sexualidad I, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 2008, p 89.-
4.-) Idem p 90.-
5.-) FOUCAULT, Michel, Microfísica del poder, Ed. La Piqueta, Madrid, 1992, p 85.-
6.-) FOUCAULT, Michel, Microfísica…, p 146.-
7.-) FOUCAULT, Michel, Saber y verdad, Ed. La Piqueta, Madrid, 1985, pp 229 y ss. Citado en
FOUCAULT, Michel, Hermenéutica del sujeto, Ed. Altamira, La Plata, 2008, p 9.-
Bibliografía
• CASTRO GÓMEZ, Santiago, Santiago, Crítica de la razón latinoamericana, Ed. Puvill Libros, Bar-
celona, 1996.-
• FERNANDEZ NADAL, Estela, Arturo Roig ante la condición humana, en versión digital de El pen-
samiento latinoamericano del siglo XX ante la condición humana, a cargo de José Luis Gómez-Mar-
tínez, 2004.-
• FOUCAULT, Michel:
Hermenéutica del sujeto, Ed. Altamira, La Plata, 2008.-
Historia de la sexualidad I, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 2008.-
La verdad y las formas jurídicas, Ed. Gedisa, Barcelona, 2007.-
Las palabras y las cosas, Ed. Siglo XXI, Madrid, 1997.-
Microfísica del poder, Ed. La Piqueta, Madrid, 1992.-
Seguridad, territorio, población, Ed. Fondo de Cultura Económica, Bs. As., 2006.-
Una lectura de Kant, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 2009.-
Vigilar y castigar, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 2002.-
• ROIG, Arturo Andrés:
El pensamiento latinoamericano y su historia, Ed. El Andariego, Bs. As., 1994.-
Ética del poder y moralidad de la protesta: la moral latinoamericana de la emergencia, versión elec-
trónica (2000), autorizada por Arturo Andrés Roig para el Proyecto Ensayo Hispánico, en www.en-
sayistas.org/filosofos/argentina/roig/etica.-
Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano, Ed. Una Ventana, Bs. As., 2009.-
772
EL PASAJE AL ACTO EN LA
ESTRUCTURA DEL SACRIFICIO
Suen, Pablo
Filiación Institucional:
Secretaría de Ciencia y Técnica (SECyT) Facultad de Psicología de la Univ. Nac. de Córdoba
773
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
1- El sacrificio en la estructura
Los muy diversos abordajes antropológicos del acto sacrificial concuerdan en
que el sacrificio se manifiesta inicialmente como un enigma, un significante opa-
co, o bien como un misterio insondable (Cadenas Gea, 2005). En un comienzo,
las teorías acerca del sacrificio en la “religiosidad primitiva”, provenientes en su
mayoría de la antropología de la religión, dividían su tratamiento conceptual del
objeto sacrificial en abordajes intelectualistas como es el caso de las investiga-
ciones de Edward Tylor o James Frazer; y en abordajes colectivistas como los
desarrollados por Robertson Smith (Cadenas de Gea, 2005). Por abordajes inte-
lectualistas se entiende aquellos donde el acto sacrificial es pensado en corres-
pondencia con una mentalidad primitiva y animista; el sacrificio se explica en tres
fases: una primera, donde la ofrenda sacrificial no apunta recibir una respuesta
de la divinidad; una segunda, donde la ofrenda no espera devolución sino que
apunta a evitar un castigo, expiar culpas y atemperar la cólera de dios (judaís-
mo); una tercera: donde la ofrenda es entendida por el participante como una pri-
vación total, un renunciamiento que no busca ni el regalo ni la expiación (el Plota-
ch y el cristianismo). Estas tres etapas reciben el nombre de sacrificio del obse-
quio, del homenaje y de la abnegación, respectivamente (Tylor, 1.981). A su vez,
en el abordaje intelectualista de James Frazer el énfasis se coloca en el desarro-
llo evolutivo del pensamiento humano del carácter mágico al religioso para finali-
zar su evolución en el pensamiento científico. Aquí el sacrificio es conceptualiza-
do como una expresión ritual del pensamiento mágico cuyo objeto era domeñar
el empuje de la naturaleza (Frazer, 1.995). La idea central que domina toda su
obra es la de la sustitución como mecanismo imperante en todas las practicas ri-
tuales de la mentalidad arcaica: “Frazer admite, no sólo la fuerza interna que el
concepto de la sustitución opera en el sacrificio, sino la existencia histórica de
un mecanismo creciente de sustituciones. Como dirá bastantes años después
René Girard, el sacrificio, al ser ‘siempre sustitutivo’, siempre es posible realizar
una nueva sustitución, sacrificar sólo un sustituto del sustituto” (1). De los abor-
dajes antropológicos colectivistas se destaca el de Robertson Smith, quien le-
jos de contemplar las manifestaciones de la religiosidad primitiva como un error,
otorga a los fenómenos sacrificiales una función social especifica que persigue el
mantenimiento de la identidad, continuidad y cohesión del grupo (Cadenas Gea,
2005). La influencia de las investigaciones de Robertson Smith en la antropolo-
gía de la religión como en la obra del propio Freud, puede plasmarse en la valo-
ración que Durkheim hace de su obra: “Es sabida la revolución que los trabajos
774
Suen, Pablo
2- El concepto de estructura
En lo atinente al concepto de estructura tal y como fuera introducido en el
psicoanálisis freudiano a partir de las elaboraciones de J. Lacan, es importante
situar con preescisión cuales fueron las fuentes estructuralistas de Lacan. Har-
to sabido es que Lacan extrae su teoría del significante de las curso de Saussu-
re, así como de Levi-Strauss su concepto de estructura, quien a su vez lo ha-
bía deducido de la lingüística saussureana.
La antropología estructural de Lévi-Strauss se propone ante todo establecer
el repertorio de las combinatorias reales o posibles y determinar cuales son las
leyes del lenguaje inherentes a un determinado sistema de intercambios socia-
les (Gaboriau, 1.963); precisando su objeto de análisis en las relaciones de pa-
rentesco, pero alumbrando con su definición de estructura lo que posteriormen-
te constituyen los estudios sobre el culto al sacrificio en la religiosidad primitiva.
El concepto de estructura obtiene una diferenciación intrínseca pero no absolu-
ta en la distinción que efectúa Levi-Strauss entre las estructuras elementales y
las estructuras complejas del parentesco. La estructura elemental del parentes-
co es ubicable en: “…los sistemas que prescriben el matrimonio con cierto tipo
775
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
776
Suen, Pablo
777
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
que el Otro lo desea: “El sacrificio consistía en hacer como si (los dioses) desea-
ran igual que nosotros, y si desean igual que nosotros, a tiene la misma estruc-
tura” (9) Si el sacrificio opera por medio de una puesta en escena del objeto al
Otro, la estructura del pasaje al acto presenta un aplanamiento de la estructura
imaginaria de la escena y del lazo, de lo real de la angustia se salta a los sim-
bólico del acto. Ver
Interrogantes
Un relato de Franz Kafka titulado “Un artista del hambre” se adelanta en plan-
tear el declive de la ética sacrificial dominante en toda la tradición judeo-cristia-
na. Según la metáfora de Kafka el culto al auto-sacrificio del artista del hambre
cede su protagonismo en la escena a la contemplación fascinada de la belleza
de una bestia. Cabria preguntarse si en esta sustitución opera una superación
real del sacrificio o bien se trata es de una nueva vestidura de lo sacrificial, don-
de por vía de un hedonismo insensato lo que se sacrifica es la relación al Otro de
la eficacia simbólica. El sacrificio desaparece detrás del velo imaginario del cul-
to narcisista pero sus efectos se hacen plausibles en la continuidad intransigen-
te de una acción motora por fuera del circuito de la interrogación de la distancia
existente entre los significantes, diferencia absoluta en la que se edifica el des-
cubrimiento freudiano del inconciente. Con este planteo del problema Lacan da
cierre al seminario 11: “…hay pocos que no sucumban a la fascinación del sacri-
ficio en si—el sacrificio significa que en el objeto de nuestro deseos, intentamos
encontrar el testimonio de la presencia de ese Otro que llamo aquí el Dios oscu-
ro” (10). En psicoanálisis, desde que Freud olvido el nombre Signorelli, el amo
absoluto se denomina muerte.
Citas
(1) Cadenas Gea, Vicente. (2005). “Las teorías del sacrificio primitivo y su significado antropológi-
co. En Nexo. Revista de Filosofía Núm. 3 (2005) Pág. 167
(2) Durkheim, E. (1.912). “Las formas elementales de la vida religiosa” Akal, Madrid 1.982. Pág. 313.
(3) Tylor, Edward (1.871). “Cultura Primitiva II”, Ed. Ayuso. Madrid 1.981. Pág. 417.
(4) Lévi-Strauss, Claude.(1.949).“Las estructuras elementales del parentesco”, Ed. Planeta-Agosti-
ni. Barcelona 1.985. Pág. 11
(5) Leví-Strauss, C. Ob. Cit. Pág. 22.
(6) Lacan, Jaques. (1.963). El Seminario 10, Ed. Paidos, Bs. As. 2.006. Pág. 300.
(7) Lacan, Jaques. (1.954). El Seminario 1. Ed. Paidos 1.995. Pág. 168
(8) Lacan, Jaques. (1.962). El Seminario 10, Ed. Paidos, Bs. As. 2006. Pág. 88
(9) Lacan, J. Ob. Cit. Pág.300.
(10) Lacan, J. El Seminario 11, Ed. Paidos, Bs. As. 1984. Pág. 283.
778
RURALIDAD TRADICIONAL EN RIESGO EN
SGO. DEL ESTERO. UNA INDAGACIÓN SOBRE
LA SUBJETIVIDAD DE LOS ACTORES
Tasso, Alberto
Filiación Institucional:
CONICET, UNSE, El Colegio de Santiago, Biblioteca Popular A. Olmos Castro
779
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
que vive una familia, en la que produce y se reproduce desde hace por lo me-
nos una generación (1).
Esto sucede hoy en Santiago del Estero, y la reiteración de este ciclo de usur-
pación, apropiación, pérdida y recuperación de lo ajeno me conduce al sendero
de La Carta Robada (Poe, 1868; Lacan 1982) y Pasión y Muerte de Silverio Le-
guizamón (Canal Feijóo, 1937).
Según la trasposición que propongo, el objeto robado ha sido colocado a la
vista, sobre la tierra. Es la tierra, en tanto poseída, despaisada, productiva o ne-
cesaria para afirmar un dominio y obtener una renta.
¿Es legítimo que el imperio romano prive a una aldea gala del dominio de su
territorio? Como Asterix y Obelix, me inclino a pensar que no. Observo que los
franceses resistieron en su tierra entre los siglos III y XV. Salvando las distancias
continentales y las preferencias de la historiografía, diré que los avatares de las
comunidades rurales de Santiago del Estero reproducen aquella épica de defen-
sa de la tierra desde el año 400, por el registro arqueológico. La sostuvieron du-
rante todo el período colonial, aún a riesgo de perder su toponimia.
Ayer y hoy cada pueblo tiene derechos que son avasallados por la fuerza, en
armas derechos formales y capacidad de comunicación. Hay también una fuer-
za simbólica de la ciudad letrada y el poder económico ante la cual la comuni-
dad se muestra desvalida. Puede ser utilizada como modelo para pintar el mun-
do, según dijo Tolstoy, pero no es el mundo, sino una parte del mundo, y muy pe-
queña. Fue idealizada en las Églogas por Virgilio en el siglo II. Un autor la des-
cribió como ‘infierno’.
Sea lo que fuere, aquí está. Es la vida rural de esta provincia en la que se ci-
fran 1700 años de historia. Y distintos estilos en la forma de trabajar con el pasa-
do en el pensamiento y la sensibilidad, espacios de elaboración del futuro.
A eso voy, tratando de diseñar un escenario de posible comprensión del acto,
tal como lo he definido: el espacio local concreto desafiado por el global difuso,
la comunidad asociativa por la sociedad corporativa y el mercado. La legitimi-
dad por la legalidad.
Pero, ¿cómo podrían entenderse lo particular y lo general? Para esto hacen
falta teorías sociales, análisis de experiencias, y proyectos, sin desdeñar las uto-
pías. En 1968, durante el revolucionario gobierno de Obregón Cano, en Bolivia,
se establecieron los derechos jurídicos de las comunidades de pobladores ori-
ginarios (2).
En Argentina eso no ha sucedido aún, como lo demuestran las palabras de
780
Tasso, Alberto
2. El contexto presente
Al amparo de distintas condiciones (globalización del mercado de alimentos,
alta tecnología) la provincia recibe en las últimas décadas una corriente inmigra-
toria de capitales que está modificando su fisonomía ambiental y su estructura
agraria. Este cambio es promovido como un gran emprendimiento modernizan-
te, y lo es desde el punto de vista económico, ya que la renta privada produce
externalidades sobre la pública, y viceversa.
Este tipo de crecimiento está provocando una serie de efectos no desea-
dos sobre el medio ambiente y los pobladores, cuya tierra y derechos poseso-
rios son reconocidos por la Constitución Nacional pero no reglamentados. Ante
un juez y un policía pesa más una escritura (hay casos en los que estos docu-
mentos públicos fueron construidos a espaldas de la ley) que un siglo o más de
residencia en el lugar.
No disponemos de información precisa sino de algunos entre los muchos ca-
sos de violencia que se registran; y la mayoría no ha llegado a una instancia for-
mal de demanda. Sin embargo, la conciencia de los protagonistas y de la socie-
dad en su conjunto está cambiando acerca de este y otros temas.
La ampliación de un contexto de derechos conduce a mirar este problema
desde una perspectiva amplia, en el pasado y en el presente. La ruralidad tra-
dicional santiagueña resume el legado de la cultura campesina, la herencia qui-
781
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
782
Tasso, Alberto
3. Subjetividad
Una indagación en el campo de la subjetividad de los actores sociales es en
buena medida una conjetura, tanto para un novelista como para un sociólogo. Pero
ambos se exigirán algunos puntos de apoyo para poder fundar su relato. Si bien
he tratado de no recaer en estereotipos, me propongo avanzar en la construcción
de tipologías sociales, iniciada por Max Weber, y proseguida luego en numerosos
estudios empíricos sobre el sector rural en Argentina y América Latina.
Cada actor social tiene su razón y su motivo. Cada acto y cada responsabili-
dad, además de implicar una subjetividad, tienen un anclaje histórico, queriendo
decir que han sido modelados en el curso del tiempo.
Así, la historia registra muchos casos de usurpación y posterior compraventa
de tierras en América. Muchas disciplinas -arqueología, etnohistoria, antropolo-
gía, demografía y sociología históricas, entre otras- nos ayudan a recuperar una
perspectiva de tiempo largo (larga duración según Braudel) al analizar cada caso,
y otra de tiempo presente, en cuanto hoy vivido por el narrador.
Poblador
Nació ahí, y esta circunstancia es decisiva para el resto del relato. Puede per-
cibir al nuevo dueño de manera positiva o negativa. En lo positivo lo verá como
una oportunidad de empleo o un cliente. En lo negativo como una amenaza a su
ambiente, su condición de vida y su posibilidad de supervivencia. Aunque lo asis-
te el derecho de posesión veinteañal no tiene posibilidades prácticas de reivindi-
carlo, por falta de contactos o de dinero.
¿Qué dicen?
• No nos van a sacar. (Walter, Invernada Sud, Figueroa)
• Aquí tenimo cerco, la mama hila, se cuidamo’j las cabras (30 años, Sa-
lavina).
• Ya no somos tontos, vienen y les decimos quien sos. A ver, mostrame
los papeles (Roque, El Negrito).
783
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Nuevo dueño
Su perfil es variado. Incluye el cuenta propia y el multinacional; proviene de
Tucumán, Córdoba o Buenos Aires. La red de agronegocios desdibuja las fron-
teras y terceriza las operaciones. Hay que reconocerlo y proponerle alternativas
de comunicación. Innova, explota, y hace producir la tierra a despecho de toda
prevención. Aunque predominan hoy los proyectos de recuperación rápida, los
nuevos inversores comprometen esfuerzos que hay que aprovechar.
¿Qué dicen?
• Mediante el cultivo de la soja y la tecnología moderna estamos convir-
tiendo este desierto en un vergel (Clarín Rural).
• Producimos alimento para el mundo (Campo para Todos).
• Los campos con ocupantes intrusos tienen menor valor, porque algu-
nos no aceptan a los nuevos dueños y crean problemas (Agencia Inmobiliaria)
Funcionario
Está reclamado por distintas sensibilidades e influencias. Sus palabras y ac-
tos son a veces contradictorios, estimulantes o despreciativos. En un marco de
urbanidad rampante la ruralidad se adelgaza como anacronismo o rémora, y el
funcionario se convierte en un emisario de la modernidad que insta al cambio.
¿Qué dicen?
• Los campesinos son ineficientes (ex–diputada nacional).
• Tienen demasiada tierra y no la aprovechan. Mejor siembren soja (un
gobernador).
• Son anarquistas (cierta prensa).
Técnico
Ya sea que trabaje para el Estado o para una ong’ percibe la distancia de cla-
se y las dificultades para comprender al otro.
¿Qué dicen?
• Los pequeños productores (que ocupan el 15% de la tierra) aportan el
21% del valor bruto de la producción agropecuaria (IICA, 2004).
• Una familia rural es austera.
• Hay tecnología disponible para los pequeños productores pero no pro-
yectos para desarrollarla en conjunto (Kirschbaum)
784
Tasso, Alberto
Conclusiones
Hoy disponemos de distintos conceptos para valorar la ruralidad, tanto en tér-
minos ambientales como culturales, que no pueden ser reemplazados por el PBI.
Una visión amplia del patrimonio requiere un programa político y social para am-
pliar la inclusión de las comunidades campesinas y sus derechos en el contexto
provincial. Algunos representantes y funcionarios del Estado las han comprendi-
do, pero otros no. En el curso de estas décadas se observan ataques, ignoran-
cia y sarcasmo, como ejemplo de lo bárbara que puede ser la civilización. En un
contexto de crecimiento de la ciudadanía, es necesario que estado y sociedad
miremos a nuestra población rural y su territorio, sujeto de muchos proyectos ex-
poliativos y víctima de las omisiones del pasado.
En los últimos cien años se han escuchado muchas críticas al modelo de eco-
nomía basado en la entrega de los recursos de la provincia a la apuesta capitalis-
ta, sus beneficios y perjuicios. Es razonable volver a plantearse la pregunta: cre-
cimiento, sí, pero ¿desde cuando y hasta donde? Y sobre todo ¿para quienes?
Tenemos la posibilidad de avanzar hacia una vida rural digna y densa. Para
eso hay que convocar ingenio, tecnología y cooperación. Entre tantos otros que
se nos presentan, este es un desafío para la próxima década.
Anexo
785
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Notas
(1) Aproximadamente 15 a 25 años, tomando en cuenta las clasificaciones de Ortega y Gaseet, Pe-
rriaux, Jansen y Leoni Pinto.
(2) Viaje a Mato Groso y Chiquitania, 2003-04.
(3) Zurita, Carlos V.: “El servicio doméstico en Argentina”, INCIC-UCSE, 1982. El trabajo en una so-
ciedad tradicional. Santiago del Estero. 1999.
(4) Lobato, Mirta Z.: “Historia de Berisso”, Tesis doctoral, FFyL-UBA. 1997.
(5) Fazio, Lorenzo: Memoria descriptiva de Santiago del Estero, Buenos Aires, 1889.
(6) Tasso, Juan Cruz: “La Mayumaman”. 2011
(7) Colombres, Adolfo: El viajo camino del maíz, Mexico, 1977.
(8) Cordeu, De la algarroba al algodón. Buenos Aires, 1975.
(9) Cfr. Estudios de Floreal Forni y Calos Reboratti sobre Santa Victoria, Salta.
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CASO JUAN: CULPA, ACTING OUT Y TRANSFERENCIA
Ternavasio, Sonia
Filiación Institucional:
Fundación Psicoanalítica Sigmund Freud
Resumen: Mi intención en este trabajo es indagar sobre la relación que existe en-
tre culpa y coacción a la repetición. Una vez relacionados estos dos conceptos ejem-
plificar con una viñeta clínica cómo a partir de un acting out algo de lo imposible
de simbolizar, algo de aquello que pulsa sin palabras, es puesto en escena. Este po-
ner en escena permitirá al sujeto, posteriormente vía la transferencia, apropiar-
se, poner en palabras algo de aquello que repetía sin saber. Tramitación subjeti-
va que no lo deja sin goce, ni sin culpa, ya que allí no habría sujeto, sino más com-
prometido con su deseo.
Palabras claves: Culpa, Acting out y transferencia.
Desarrollo
Mi intención en este trabajo es indagar sobre la relación que existe entre cul-
pa y coacción a la repetición. Una vez relacionados estos dos conceptos ejem-
plificar con una viñeta clínica cómo a partir de un acting out, algo de aquello que
no es posible simbolizar, algo de aquello que pulsa, que coacciona sin palabras
y que solo a través de la culpa el sujeto tiene alguna noticia, algo de esto, es
puesto en escena. Este poner en escena permitirá al sujeto posteriormente vía
la transferencia y porque un Otro se constituye, apropiarse, poner en palabras
algo de aquello que repetía sin saber pero padeciéndolo. Tramitación subjetiva
que le permite involucrarse con su culpa y su goce.
787
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
no-todo, algo está permitido, algo está prohibido y es así que es posible el inter-
cambio. Ahora bien, la ley no borra el crimen, la ley no todo lo abarca, no todo lo
vela, algo queda sin simbolizar, sin legislar. Es esto que no logra ser metaforiza-
do por los nombres del padre lo que insiste como resto, lo que coacciona dejan-
do al sujeto culpable pero sin saber de qué.
Podríamos decir entonces, que la ley se vincula con la culpa desde una do-
ble cara, una que regula vinculada a los nombres del padre, donde el sujeto ad-
quiere una deuda simbólica y puede apelar a un Otro; y otra cara insensata vin-
culada al envés del padre, que coacciona a repetir aquello que no es posible tra-
mitar e incita a gozar.
Es decir, la culpa se vincula a la ley y a las fallas de la ley. Paradoja necesa-
ria para que desde un no-todo sea posible la circulación del deseo, sea posible,
el deslizamiento significante.
Pero ¿Cómo soporta el sujeto las fallas de la ley? Dirá la Dra. Gerez Amber-
tín “Si no-todo legisla, al menos que castigue, ya que de esa manera al menos
demuestra su existencia” (2004:87). Esto sería que el hijo hace recaer la culpa
sobre sí y de ese modo preserva al padre y es en ese intento de preservación
donde hace existir al Otro como consistente, donde lo peor del padre retorna co-
activamente.
Diremos entonces que tanto la culpa, como la coacción a la repetición son
el resultado de las fallas de la ley. Lo que coacciona es ese real que no ha sido
simbolizado y es la culpa la que lo sitúa como algo del orden interno, como ajeno
pero propio. Dirá la Dra. Gerez Ambertín “Pero ¿cómo capturar ese objeto extí-
mico que hace estragos en la subjetividad?
Una posibilidad se abre por las redes de la culpa a pesar de sus trampas y
coartadas cuando esta se torna negociable por el significante. Es decir, cuando
la culpa inconsciente apela al Juicio del Otro por el camino del “llamado al Otro”
y está dispuesta a declarar (2004:92).
En el caso que voy a presentarles diremos que el llamado al Otro esta vez
toma la forma de un acting out. Es a través de este que el paciente puede poner
en escena algo de aquello que repetía coactivamente. Es a partir de la construc-
ción de un Otro que puede reconocerse en esta escena avergonzándose. Algo
del orden de la culpa comienza a permitir la subjetivación.
788
Ternavasio, Sonia
Juan llega ese día muy movilizado y dice apenas entrando al consultorio:
“Volví a repetir lo mismo, repetí dos veces y más, me siento loco, no me sentía
cómodo, quería forzar las cosas”. Se refería a que contacta por internet a chicos
con los que chatea y termina teniendo sexo donde él se ofrece sin sentir nada,
sin disfrutar. Ese fin de semana había estado con varios, este exceso, este pa-
decimiento cobra de golpe una significación y dice: “Pero cuando venía para acá
me di cuenta de una cosa, estoy repitiendo lo que me paso cuando era chico”.
Digamos entonces que esto que él actuaba sin saber porqué, de repente yendo
al consultorio se asocia a un recuerdo infantil.
Este recuerdo se refiere a un abuso que sufrió por parte de un familiar cuan-
do era chico. Se da cuenta que se “deja hacer” como cuando era chico. Conti-
núa diciendo: “No entiendo para que lo hago, me doy vergüenza, el sábado me
sentí como una prostituta”. Aquí sostengo sus dichos asintiendo ya que en esa
vergüenza comienza a implicarse. Algo de la culpa puede comenzar a ser dicho,
algo de lo actuado comenzaba a tramitarse por la palabra.
Entiendo entonces a este acting como un basta de esto, esto que el desco-
noce pero que puede mostrar. Ahora ¿qué es lo que desconoce y repite ponien-
do en escena? Repite un trauma que lo coloca en la posición de ser tomado por
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
el Otro (abuso). Pero repite algo más, repite coactivamente un crimen no sancio-
nado buscando espiar culpas en su padecimiento y al precio de sacrificar su de-
seo, intenta reparar a un padre que no legisla ya que su abuelo fue asesinado
por sus tíos y su padre no denuncia.
Tanto el abuso como el asesinato, son crímenes cometidos en el seno fami-
liar sin que nadie lo sancione. Entonces este acting escenifica esta posición des-
ubjetivada, donde se ofrece sin poner en juego su deseo, mostración que pide la
presencia de un Otro que legisle.
Sin sancionar superyoicamente ni desculpavilizar sino intentando responsa-
bilizarlo para que pueda implicarse subjetivamente intervengo diciendo: “Si, las
prostitutas no eligen”. Esto le permite a Juan escucharse, algo se moviliza, se abre
un interrogante y dice: “Es como si hubiera otra persona dentro de mí, no pienso
en lo que yo quiero, me condeno a mí mismo”. Posición muy distinta de su co-
mienzo de análisis donde todo lo sabía, desconocimiento de sí, división subjeti-
va, que le permite comenzar a preguntarse. Que le permite desplegar su incons-
ciente. Así aparece por primera vez bronca hacia su abusador, el Otro comienza
a ser enjuiciado, hay una búsqueda de legalidad.
Aparecen también interrogantes acerca de por qué él nunca elige, lo asocia
con su padre que siempre se da por vencido rápidamente. Trae además a la se-
sión siguiente un sueño “No sé dónde estaba había gente que me seguía, me
doy vuelta y pierdo la conciencia, soñaba que quería llamarla a usted y no podía.
Luego tengo otro sueño, donde conocí a un actor porno y me decían mira que
fachero, pero yo no tenía ganas”. Al asociar dice: “Creo que esto tiene que ver
con que nunca me hice escuchar, la verdad no sé si empezaré una nueva eta-
pa, pero lindo o feo la condición necesaria es que sea buena persona con la que
esté, alguien a quien pueda querer”.
790
Ternavasio, Sonia
que un paciente asista a consulta esto no implica que esté en análisis. Conside-
ro que el acting marca un antes y un después. Después donde Juan puede armar
una transferencia analítica, es decir que a través del acting se apela a un Otro a
partir del cual él puede comenzar a producir, a subjetivar.
Bibliografía
Gerez Ambertín M. (2007) Las Voces del Superyo en la clínica psicoanalítica y en el malestar en la
cultura. Letra Viva
Gerez Ambertín M. (2008) Entre Deudas y Culpas: Sacrificios critica de la razón sacrificial. Letra
Viva
Gerez Ambertín M. (compliladora) (2004) Culpa Responsabilidad y Castigo en el discurso jurídico y
psicoanalítico. Letra Viva
Freud Sigmund (1981) Obras Completas Tomo II – Recuerdo Repetición y Elaboración. Bibliote-
ca Nueva
Lobov Jorge (1990) Temas de la Clínica Freudiana. Cap: El acting out. Tema Ediciones
Nasio Juan (compilador) (1987) Los límites de la trasferencia. Nueva Visión.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
792
MARCAR EL PASO
ENSAYO PSICOANALÍTICO SOBRE
LA RELACIÓN TOXICOMANÍA-LEY
Filiación Institucional:
Médico Psiquiatra-Psicoanalista. Miembro Titular en Función Didáctica de la Aso-
ciacion Psicoanalitica Argentina
“Podemos decir que el psicoanálisis en cierta manera es también una técnica del
cuerpo, una afirmación que debemos justificar ya que en principio puede parecer
sorprendente. Es una técnica del cuerpo que no hace marcar el paso”.
Colette Soler (op.cit.)
Marcar el paso: función de la Ley que requiere para su eficacia de una sus-
tancia a trasmitir y de un vehículo que la transporte. Dos niveles que conviene
diferenciar.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
794
Toyos, Néstor Marcelo
de la Razón con la que se construye la Ley como código que sanciona los “ex-
cesos” de la criatura humana.
El paso del organismo a cuerpo humano es marcado entonces por el signi-
ficante, partícula elemental del lenguaje, y el paso de ese cuerpo por el mundo
es marcado por la Ley hecha de palabras, esas formas que el significante adop-
ta en el discurso.
Ahora bien, lo que hasta aquí denominamos (con maliciosa doble intención)
“sustancia del lenguaje”, adolece de un defecto, de una ambigüedad de origen
que no pasó inadvertida a Platón y de allí en más a muchos otros, como a nuestro
contemporáneo Derrida (op.cit.). Ese defecto sigue el precepto popular de “peor el
remedio que la enfermedad” o, para ser menos categóricos, aquella advertencia
de las brujas a Macbeth acerca de que “el bien es mal y el mal es bien”.
Solemos referirnos a esta condición de reversibilidad con el término “phar-
makon”, que es el que utiliza Platón en el Fedro cuando se refiere al origen de la
escritura tal como lo relata el mito egipcio de Theuth y Tamus: “No es, pues, el
elixir de la memoria, sino el de la rememoración lo que has encontrado”, le dice
el último de los nombrados, rey de Tebas, al sabio que creyó inventar con la es-
critura un remedio (pharmakon) contra el olvido (Platón, op.cit.).
¿Cómo pensar la experiencia subjetiva de aquellos que tratan de reducir la
sustancia legal del significante a la manipulación de sustancias químicas y de di-
versas conductas compulsivas que hemos dado en llamar “adictos”? ¿Cuál es
su relación con la norma que interesa a la teoría y puede orientar la práctica del
psicoanálisis en estos casos?
795
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cia del objeto-coca que hubo de abandonar cuando pudo comprobar que, para
el uso como “antidepresivo” (3) que buscaba, era peor el remedio que la enfer-
medad. Caída la coca como sustancia real quedaron los textos freudianos que,
por un lado, nos permiten recordar este episodio de la historia del psicoanálisis
que Ernest Jones (op.cit.) calificara de “verdadera desgracia” y otros, como Ro-
bert Byck (op.cit.), como el comienzo de la psicofarmacología.
Interesante polémica del campo psicoanalítico que parece reflejar la ambigüe-
dad propia del pharmakon. El sueño de la coca reapareció como “Sueño de la in-
yección de Irma” una década después cuando Freud ya estaba casi curado de su
adicción y la Traumdeutung anunciaba en sociedad al psicoanálisis.
796
Toyos, Néstor Marcelo
Por este motivo el adicto nos presenta un problema bien difícil a los psicoa-
nalistas. Sabe de su goce y cree saber quién es, el Otro marca su paso con tan
dedicado rigor que le da un nombre que lo designa como objeto-pharmakon, para
quien el bien y el mal son tan indecidibles como para la propia sustancia que con-
sume. Ser “adicto” le otorga un lugar en el Otro-Social tanto para la persecusión
como para la indulgencia, para la marginación como para la incorporación al sis-
tema de la seguridad social.
Cabe a esta altura una pregunta que nos concierne íntimamente a los practi-
cantes del psicoanálisis que desarrollamos nuestra clínica en el campo de la lla-
mada “salud mental”: es la pregunta por los psicofármacos. Productos estrella
de la industria farmacéutica moderna, ¿los psicofármacos logran sortear la tram-
pa del pharmakon? ¿Son finalmente las “drogas buenas” libres de todo mal? No
solo los psicoanalistas, ningún psiquiatra medianamente bien formado contesta
esta pregunta por la afirmativa.
El Prozac (4) constituye un avance innegable de la ciencia y de la técnica
farmacéutica, cuyo uso racional podemos recomendar, pero no alcanza a ser
797
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
la sustancia soñada alguna vez por Freud que libraría definitivamente al hom-
bre del malestar neurótico y de su trabajo diario con el goce. Como todo avan-
ce sobre la pulsión y sus vicisitudes, el psicofármaco crea nuevas modalidades
de goce que no dejan de provocar sufrimiento y malestar aun cuando se lo con-
sidere un “mal menor”.
No debe ser casual que uno de los efectos más comunes y molestos es la
“disfunción sexual”. Por otra parte, el abuso de su consumo, la adicción al psico-
fármaco, si bien es mucho más controlable no ha desaparecido con estas nue-
vas moléculas (5).
No menos disciplinado resulta el psiquiatra moderno por el amo FDA (6). Los
dictámenes que emanan de esta meca de la Razón Estadística reglamentan su
práctica urbi et orbi. Los requerimientos de los protocolos que rigen el acto de
medicar, considerados tablas de salvación ante el acoso judicial (7), marcan el
paso del acto médico y lo alejan hoy más que nunca del llamado por siglos “arte
de curar”.
El uso ritual de las drogas por los antiguos tenía como finalidad promover la
ligadura del individuo a su comunidad, a sus valores, sus normas y sus tradicio-
nes. Lo mismo vale para las prácticas que subsisten en nuestra sociedad, don-
de todavía “tomarse un vino” o “tomarse unos mates” promueve el placer de la
798
Toyos, Néstor Marcelo
amistad y aleja el displacer del “apremio de la vida”. La presión que la ley deter-
mina en la renuncia al goce hace que nuevas prácticas pugnen por su legaliza-
ción, como nos lo muestran hoy las manifestaciones a favor de la despenaliza-
ción de la marihuana.
Otro adicto famoso, también escritor, Jack Kerouac, nos entrega una versión
en donde en el punto inmediatamente anterior a la consumición total de su cuer-
po por la droga, rescata en la religión el lugar de su Amo que le impide el suici-
dio. Al final de sus días le dijo a un amigo: “Soy católico, tengo que aceptar la sa-
lida lenta” (R. Karothy, op.cit).
Notas
(1) El lugar de la pulsión y la variable aectiva, particularmente el amor, en la transmisión cultural de
la normativa legal no será abordado en este trabajo (cf. “El amor al censor”, P. Legendre)
(2) Teoría que examina Freud en “Más allá del principio del placer”, por la cual se considera al or-
ganismo como un conjunto de células somáticas cuya única finalidad en esa aventura que llama-
mos “vida” es asegurar la continuidad de la especie transportando las células germinales, lo que
hoy conocemos como ADN.
(3) Nos tomamos la licencia de actualizar la prescripción: en aquellas épocas lo que buscaba curar
Freud con la cocaína era la neurastenia, en primer lugar la que él mismo decía padecer,
(4) Marca original de la fluoxetina, primera molécula de la serie de los nuevos antidepresivos agru-
pados bajo la sigla IRSS, que desde hace más de dos décadas se constituyen el mayor avance en
el tratamiento psicofarmacológico de la angustia.
(5) Es sumamente interesante e inquietante a la vez la pareja que forman ciencia y perversión..
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
La norma cultural sofoca la pulsión y el empuje irrefrenable de esta adopta nuevas formas de satis-
facción, “nuevas perversiones” que la ciencia trata de “normalizar y neurotizar”. Estas nuevas mo-
dalidades del goce son tan seculares como todas, no alcanzan las alturas pretendidas por el goce
místico ni las más terrenales del “divino marqués”. Y resisten solo un tiempo, y así de seguido. (cf.
Sidi Askofaré, op.cit.)
(6) Federal Drug Administration; organismo de EEUU que reglamenta el uso de fármacos en me-
dicina, cuyas pautas son adoptadas como referencia a nivel mundial.
(7) ¿Se tratará de una especie del retorno de lo real del sujeto forcluído por la ciencia?
Ref. Bibliográficas
Askofaré, Sidi y Sauret, MJ, “La toxicomanie: perspective psychanalytique, sexualité et discours”, en
Filigrane, nro. 1, 1988, p. 66-80, Toulouse, Francia.
Byck, R. “Sigmund Freud y la cocaína” (1967), BsAs; Anagrama, 1980.
Derrida, J. “La farmacia de Platón”, en “La diseminación”, Ed. Fundamentos, Madrid, 1975
Platón, “Fedro, o de la belleza”, Aguilar, BsAs, 1977, p.110 y sig.
Freud, S. “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa”, OC. XI Amorrortu 1979, p.
181-182
Karothy, R. en “Principios para una conceptualización de las toxicomanías”, Ed. Lazos, Buenos ai-
res, 2002
Jones, E. “Vida y obra de Sigmund Freud”, BsAs, Nova, 1959
Lacan J., Seminario 17, 1969, clase 11, Los surcos de la aletósfera, pag. 174
Lacan, J. “intervention a la suite de la exposé de d´André Albert”, en Lettres de la EFP, nro. 25,
1975
Laurent, E. “¿Cómo tragarse la píldora?” en Ciudades Analíticas. Tres haches. Buenos Aires,
2004.
Pommier, Gerard “Cómo las neurociencias demuestran el psicoanálisis”, 2010, p.38
Soler, Colette “El cuerpo en la enseñanza de Jacques Lacan”, Rev. Traducciones, Fundación Freu-
diana de Medellín, N°1, 1988
Tarrab, M. “Los ilotas del régimen”, en “Sujeto, Goce y Modernidad I”, Ed. Atuel-TyA, BsAs, 1995,
p.39
Toyos, N. M. “Placebo. Características de un constructo enigmático y análisis de las principales hi-
pótesis sobre su mecanismo de acción desde una perspectiva del funcionamiento del SNC articu-
lado en niveles de procesamiento” (inédito).
800
LA SUBJETIVIDAD ESTRUCTURAL Y
LA SUBJETIVACIÓN DEL SUJETO
Filiación Institucional:
Psicoanalista. Miembro de APERTURA Sociedad Psicoanalítica de Buenos Ai-
res Argentina y de la Asociación de Foros del Campo Lacaniano-Medellín.
Docente del Departamento de Psicoanálisis de la Facultad de Ciencias Sociales y
Humanas de la Universidad de Antioquia y de la Facultad de Humanidades de la
Universidad CES-Medellín.
801
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En este último, Lacan, nos entrega un hápax definitivo, nos dice de la búsque-
da de la ontología de la subjetividad, lección 13, lección cerrada, y sostiene que
ni uno ni otro podrán ser tratados de manera diferente a la objetividad.
802
Uribe Cano, Juan Manuel
Neurosis y perversión son formas de deuda con y para con el Otro, si bien
sus maneras de pago y de relación son diferentes, represión–transacciones del
lado de la neurosis e identificación imaginaria al falo del lado del perverso, están
pendiendo de ese Otro y su “consistencia”.
803
IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
804
Uribe Cano, Juan Manuel
Ese redoblamiento, bien sobre lo simbólico, bien sobre lo real o bien sobre lo
imaginario no es otra cosa que la función de nominación, central en todo respon-
der propio del sujeto del inconsciente permitiéndole que nominar le revele algo
de ese Uno y de ese objeto gozante que le son propios y sin los cuales no exis-
tiría sino en el plano de una dialéctica especular.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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AMORES QUE MATAN
Filiación Institucional:
Vocal de la Cámara de Apelaciones en Familia y Sucesiones. Palacio de Justicia
de la Pcia. de Tucumán.
Introducción
Como lo anticipé, mi mirada es en tanto jueza de familia, cargo que desem-
peñé hasta hace muy poco tiempo y durante veintidós años. Estos años me han
servido para observar cómo en la familia que es la formadora por excelencia del
sujeto a veces vemos los más amorosos cuidados y otras veces, las atrocidades
más lacerantes, no sólo para ese núcleo, sino para la sociedad toda.
Debajo de la carátula de un expediente hay historias, historias reales cuyos
protagonistas son sujetos que cargan sus dolores.
Entre los expedientes de los Juzgados de Familia, son muy pocos los que
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Relato de un caso
Se trata de un caso judicial iniciado por un médico del Hospital Juan Garrahan
de la Capital Federal. La niña en cuestión nacida el 16 de noviembre de 1999.
Se refiere a una niña de cinco años de edad, que se encontraba internada
en el Sanatorio 9 de Julio de la Ciudad de San Miguel de Tucumán, y que por su
gravedad y la dificultad para el diagnóstico de la enfermedad, es trasladada al
hospital mencionado.
La pequeña que había ingresado al Sanatorio 9 de Julio en estado de coma,
postconvulsión, hipotónica, hipotensa, requirió asistencia respiratoria durante 8
días. Luego de dos días de extubada manifiesta una ausencia seguida de paro
respiratorio por lo que ingresa a ARM por 36 horas hasta recuperar lentamente
sus funciones neurológicas.
La propia niña les refirió a los facultativos que la mamá le continuaba sumi-
808
Valderrábano De Casas, Ester Julieta
Informe social
También realizado en el Hospital Garrahan. Se mantiene una entrevista con
la madre de la pequeña, único familiar que se encuentra al cuidado de la niña.
La señora refiere que la pequeña empieza con estados de convulsión, luego en-
tra en coma. “No sabemos qué es lo que tiene”, “María es una bomba de tiem-
po”. Plantea que María, posteriormente al fallecimiento de sus hermanas recibió
tratamiento psicológico por presentar encopresis y enuresis.
Comenta la muerte de dos de sus hijas, una de un año en el 2000 y otra niña
de dos años en abril del año 2005. Tiene otro hijo, un varón de cuatro años.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
dar de la pequeña, pero manifiesta algún temor ante la posibilidad de que la niña
sea separada de su familia.
Este término es introducido en el año 1977 por Roy Meadow, tomado de Ri-
chard Asher (1951) que describe el Síndrome de Munchausen, referido a adul-
tos como "pacientes que presentan unas historias clínicas espectaculares, lle-
nas de mentiras e invenciones, en presumible intento de conseguir seguridad
hospitalaria y atención médica”, dándole el nombre del fantasioso barón alemán
Von Munchausen, del siglo XVI, que relataba extraordinarias proezas como sol-
dado y deportista.
Tomando como base esta patología, Meadow introduce “por poderes”, pues
se trata del caso en que una persona inventa la sintomatología de otra y, como
es lógico se observa que la otra persona es un ser humano en estado de inde-
fensión, bajo el poder de la primera.
810
Valderrábano De Casas, Ester Julieta
Un dato a tener en cuenta, a los fines de advertir que este síndrome es más
frecuente de lo que parece, es que los investigadores observan que, conforme
se profundiza en el conocimiento del síndrome una más amplia gama de perpe-
tradores son identificados.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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Valderrábano De Casas, Ester Julieta
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Existen datos objetivos que se pueden utilizar, por ejemplo enumerar crono-
lógicamente los distintos ingresos a los hospitales y pruebas realizadas al niño,
las posibles contradicciones recogidas en la historia clínica. Deben establecerse
alianzas que aseguren la implicación de la familia con el plan diseñado.
Plan de Seguimiento
Controles periódicos según la gravedad del caso. . Evaluaciones frecuentes
para valorar el correcto cumplimiento del mismo por parte de la familia.
Es conveniente que este seguimiento se lleve a cabo en distintos ámbitos,
a través de un abordaje transdisciplinario: plano médico (a nivel hospitalario y
atención primaria), plano de salud mental (tanto de la víctima como del agente
que lo causa), plano educacional (se aconseja el ingreso en guardería tan pron-
to como sea posible) y de trabajo social (encargados de la evaluación periódica
del plan establecido).
Deberá continuarse y perseverar hasta lograr una seguridad en cuanto a la
normalidad en la relación del cuidador/a con el hijo y los hermanos de éste.
No olvidar que en estos casos, como en todos los de abuso de niños o niñas,
la prontitud en la detección y la intervención juegan en favor de ellos, presentando
menor deterioro en el desarrollo psicosocial, conforme aumenta la edad.
Notas
(1) La sanción penal: Entre el “acto” y el “sujeto del acto”, en “CULPA, RESPONSABILIDAD Y CAS-
TIGO. En el discurso jurídico y psicoanalítico”.
(2) CONVENCIÓN INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO, ART. Nº 3
Ref. Bibliográficas
-Un expediente judicial, Juzgado de Familia de la Capital de Tucumán.
-“Síndrome de Munchausen por Sustitución. Caso Clínico.” Dr. Ricardo Rodríguez Jorge. Publicado
el 11/06/2007 en Medicina Forense y Legal, Psiquiatría, Pediatría y Neonatología.
-“”El sujeto en el laberinto de discursos”. Algunos aportes del Psicoanálisis al campo Psi-jurídico.
Juan Dobón en “Lo público, lo privado, lo íntimo. Consecuencias de la ley en el sujeto. Edit. Por Edi-
graf S.A.
814
LOS CHICOS Y LAS CHICAS DE LA CYBERCULTURA:
IMPACTO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
EN LA CONSTITUCIÓN SUBJETIVA
Filiación Institucional:
Médico-Psicoanalista. Especialista en Psiquiatría Infantil. Consultor Institucio-
nal de la Fundación W. Kellogg. Asesor del Kellogg International Lidearship Pro-
gram.
Instituto Interamericano del Niño (OEA).
Quiero dejar bien en claro que no estoy aludiendo solo a las innovaciones cien-
tíficas, técnicas y aparatos que, en el mejor de los casos, deberían ser aceptadas
por el sistema educativo. No estoy hablando del Proyecto OLPC (One laptop per
child), del Uno a Uno, del Sarmiento B.A. o del Conectar-Igualdad. Lo que quiero
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En la cultura textual, mientras duró el modelo que conocí cuando yo era pibe,
la escuela pública, obligatoria y gratuita, tenía un lugar privilegiado. La institu-
ción educativa dentro del Estado instituido para garantizar la grandeza de la Na-
ción albergaba a una multitud de chicos, sujetos que se capacitaban para un fu-
turo en el que los valores de progreso a partir del trabajo, la honestidad y la de-
cencia, tenían su lugar.
Estudiar era nada más y nada menos que eso: una obligación que no se dis-
cutía porque no se sentía como obligación. Estudiar era tan natural como comer
con la boca cerrada o cepillarse los dientes por la mañana. Estudiar era nada
más que eso: prestarse como recipiente a ser llenado de conocimientos a veces,
y ubicarse como intérprete de textos, otras.
Y estudiar, se estudiaba en la escuela. También en la casa, cuando se hacían
las tareas para el hogar. El resto era puro entretenimiento.
¿Se estudiaba en la escuela? Más bien se estudiaba en la hora de clase.
Porque la escuela cumplía, también, una función fundamental: marcaba un rit-
mo, una periodicidad. La hora de clase auguraba el recreo. La entrada y la sali-
da diaria delimitaban el horario de clase. El fin de semana venía después de la
semana de clases y el ciclo lectivo culminaba con las vacaciones.
La hora de clase, el día de clase, la semana de clases, el año escolar esta-
ban signados y dedicados al estudio. El recreo, la salida, el fin de semana, las
vacaciones, a la recreación. Ese ritmo fue gestando un orden, una serie de va-
lores basados en la administración del tiempo. El tiempo útil dedicado a apren-
der y el tiempo dedicado a la recreación: el tiempo libre, el ocio. En cierto senti-
do: tiempo perdido.
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Volnovich, Juan Carlos
Había una vez, decía, un sistema educativo que se correspondía con la sub-
jetividad de la época a la que contribuía a reforzar. Hubo una vez una escuela
pública, gratuita y obligatoria.
Ese sistema no ha desaparecido del todo pero ya hay otro modelo y otras
subjetividades que ocupan su lugar. Por ejemplo, hoy en día, cuando después
de siglos en que la escritura se mantuvo reducida al lápiz con una sola mano so-
bre el soporte papel, se ha pasado a la escritura con las dos manos en el tecla-
do y, en menos de lo que canta un gallo, a la producción de mensajes de texto
en los celulares con los pulgares (¡al fin se supo para que servían esos dedos
gordos e inútiles!).
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Eso nos pasaba a los aprendices de entonces. Pero, hoy en día, el alumno se
define más como usuario que como aprendiz. Se caracteriza más por las opera-
ciones que puede llegar a hacer con el flujo de información que recibe, que por el
sentido que le encuentra a los textos que se le ofrecen. De modo tal que, trans-
formado en usuario, el alumno no interpreta textos, no lee ni descifra, no incor-
pora algo que en el futuro puede llegar a servirle, solo opera, genera estrategias
operativas –muchas veces extremadamente barrocas y complejas-- para que la
marea de información se le vuelva habitable.
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Volnovich, Juan Carlos
versión de la lengua escrita pero aun así, es inevitable aceptar que, al menos,
leen y producen textos.
Escriben, seguramente no como a Pedro Barcia (Presidente de la Academia
Argentina de Letras) le gustaría pero… escriben y... leen. Pasan el día y muchas
veces las noches, leyendo y escribiendo. Se da la paradoja de que si ustedes
buscan en Google “muerte de la lectura” se encontrarán con 4.970.000 referen-
cias que… habría que leer; y si buscan “muerte de la escritura” se encontrarán
con 2.950.000 de referencias… ¡escritas!
Pero la lectura de los usuarios nada tiene que ver con la lectura de los alum-
nos. En los alumnos la lectura tiene una ventaja jerárquica por sobre otros es-
tímulos informacionales. En los alumnos la lectura deja marcas que perduran y
que reaparecen, investidas, resignificadas o expulsadas a lo largo de la vida del
sujeto.
En cambio, para los usuarios, leer es una acción destinada a producir imáge-
nes. Es apenas un medio para un fin, una más entre las múltiples operaciones de
recepción del hipertexto que junto a las películas, los sitios de Internet, los afiches,
los juegos de cartas, los disfraces, contribuyen a la producción de imágenes pro-
pias que son usadas para competir con la abrumación de imágenes aceleradas,
estímulos publicitarios que los bombardean y amenazan saturarlos.
Así, las pibas y los pibes de la cybercultura transitan como esquiadores so-
bre el agua. Se desplazan a toda velocidad intentando con las imágenes propias
que, no sólo pero, también, les brinda la lectura, reducir la aceleración. Si se de-
tienen, colapsan agobiados: el aburrimiento se apodera de ellos.
Es por eso que el problema de la escuela actual es muy serio. Son múltiples
las razones. Una de ellas –y no la menos importante— es el protagonizado por
una multitud de maestras que intentan enseñarle a los alumnos algo que los alum-
nos ya saben y mucho mejor que ellas.
Con esta afirmación no quiero contribuir a la idealización del saber digital de
las nuevas generaciones ni, mucho menos, insinuar que la digitalización de los
video juegos reemplazará a la “cultura verdadera” que quedará entonces como
patrimonio de la gente “de bien”, pero sí, denunciar que así como está, la escue-
la no es, precisamente, el lugar más atractivo ni más interesante para las chi-
cas y los chicos.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Ahora bien…¿Cómo son esas chicas y esos chicos? ¿Cómo son los nati-
vos digitales?
Los nativos digitales aman la velocidad cuando de lidiar con la información
se trata. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo, y casi todos ellos son
multitasking y en muchos casos multimedia. Viven hiperconectados. Pueden oír
la radio al tiempo que estudian en un libro la lección de historia con la tele pren-
dida, jugando a la play, hablando por el celular, chateando con medio mundo y
comiendo pizza. Prefieren el universo gráfico al textual. Eligen el acceso aleato-
rio e hipertextual en lugar de la narrativa lineal. Funcionan mejor cuando operan
en red y, lo que más aprecian, es la gratificación constante y las recompensas
permanentes que, por lo general, los incitan a desafíos de creciente complejidad.
Pero, por sobre todo, prefieren jugar antes que estudiar. Su alimento verdadero
son las golosinas digitales. Pueden hackear la computadora más sofisticada por
la noche y, por la mañana, reprobar el examen más sencillo de matemáticas.
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Volnovich, Juan Carlos
jugando y apenas un 43% le dedicaba más de una hora por semana para leer
algo ajeno a los textos asignados en clase. Entre nosotros, el campeón nacio-
nal de Counter Strike –uno de los juegos más populares– es uno de los mejores
alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Estos datos contradicen plenamente las tesis vulgares que pretenden encon-
trar una incompatibilidad entre el desarrollo de la inteligencia, la incorporación de
conocimientos y los videojuegos.
Aun cuando la violencia y ciertas características patriarcales tradicionales no
estén ausentes en las narrativas de muchos de ellos, todavía no está dicho todo
lo necesario acerca del poder identificatorio que producen. Es cierto que, inclu-
so en videogames pacíficos y recomendables como SimCity, se exagera el po-
der de los intendentes, se ignoran cuestiones de raza y no se permiten los casa-
mientos homosexuales.
Pero más allá de las previsibles y merecidas críticas puntuales, lo cierto es
que unos cuantos docentes y muchos programadores han intentado llevar los
juegos al aula. Se conocen como Edutainment (ese mix entre education y entre-
tainment) y e-learning a esas iniciativas.
A pesar de las buenas intenciones la mayoría de los ejercicios de edutainment
y de e-learning que hemos visto en estos últimos años –salvo raras excepciones
a las que me referiré después– han devenido en soberanos fracasos.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En una primera aproximación todo hace pensar que las ventajas educativas
de este videojuego comercial se reducen a facilitar y a entusiasmar a los pibes
en el aprendizaje indirecto de conceptos como los de monoteísmo o de monar-
quía. No obstante, lo que Kurt Squire extrae de su investigación es algo entera-
mente novedoso: los pibes usan el juego para vincular períodos separados de
la historia y lo hacen desde una perspectiva periférica que desafía el eurocen-
trismo occidental.
Porque Squire investigó en detalle el interés que despierta este juego en-
tre estudiantes de comunidades marginales; esos pibes que generalmente viven
la escuela como si fuera un infierno. La mayoría de esos chicos no le prestaron
atención especial al juego hasta que se sorprendieron "ganando" cuando adop-
taban la posición de los vencidos (africanos o indios). Estos chicos quedaron fas-
cinados cuando descubrieron que podían construir escenarios de historia virtual
al estilo de ¿qué hubiese pasado si la viruela -utilizada como guerra bacterioló-
gica por los españoles- no hubiese borrado del mapa a cerca de 80 millones de
nativos en el escaso lapso de un siglo?
Con un sesgo marcadamente postmoderno Civilization III no lee (ni produce)
la historia en clave de gran narrativa, de relatos épicos, sino que la pone a dis-
posición como interrelación de fuerzas dinámicas inestables y cambiantes. Así,
el juego funciona como un cuerpo maleable permitiéndoles a los chicos poner
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Volnovich, Juan Carlos
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
res, y de este modo proveen un contexto para el aprendizaje entre pares y po-
sibilitan la emergencia de comunidades de aprendizaje. Es muy probable que el
meta-juego, significante que alude a los foros de discusión y a las charlas acerca
de las estrategias que tienen lugar en cada juego, esté incluido en la meta-cog-
nición. Cuando comentan lo que están haciendo en Civilization III, los chicos no
sólo están intercambiando experiencias, sino que mientras comparten visiones
críticas respecto de las mismas reglas constitutivas del juego, están integrando
una comunidad de jugadores.
Por eso la cuestión de los videojuegos tiene poco y casi nada que ver con
discusiones acerca de la corrupción cultural o de la adicción electrónica –aunque
muchos docentes envejecidos prematuramente y los medios que les sirven de
voceros así lo venden– sino con un profundo cuestionamiento político de la con-
cepción tradicional y actual de qué es aprender y de cómo se aprende, y de qué
tipo de ciudadano formar y para qué tipo de mundo, muy diferentes seguramente
del que muchas pedagogas tradicionalistas tienen en su cabeza.
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Volnovich, Juan Carlos
Cuál era nuestra posición frente a quienes vienen a confrontarnos con nues-
tros fracasos y con el fracaso de una cultura que hizo de la ciencia, virtud, y glo-
ria, del progreso. Los “nativos digitales”. Aquellos a quiénes Alessandro Baricco
(2) llamó los “Bárbaros” por el desprecio que le dirigen a los valores más altos de
la cultura burguesa; “Bárbaros” por la impertinencia hacia los mejores atributos
del conocimiento; “Bárbaros” por el rechazo al saber que ponemos a su dispo-
sición; “Barbaros” porque nos obligan a reflexionar acerca del sentido de nues-
tro patrimonio.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
dres y los adultos que los rodean –“inmigrantes digitales”-- no entran más que
para balbucear torpemente.
Más rápidos, más inteligentes, más sociables se mueven como pez en el
agua en el ciberespacio sin pedir permiso a los mayores; son los dueños abso-
lutos del futuro.
Notas
(1) Ferreiro, Emilia : “Los niños de América Latina y la lengua de alfabetización”, en Alfabetización;
teoría y práctica. Siglo XXI. México. 1997.
(2) Baricco, Alessandro: Los bárbaros. Ensayos sobre la mutación. Anagama. Barcelona. 2006.
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PROCESOS IMAGINATIVOS EN LOS DIBUJOS DE NIÑOS
CON PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
ANTES Y DESPUÉS DEL TRATAMIENTO
Wald, Analía
Filiación Institucional:
-Directora de Research Advisory Board. International Psychoanalytic Association.
(2010-12)¨Imaginative processes in drawings of children with learning problems
before and after treatment¨.
-Investigador principal en el Proyecto ANPCyT (PICT 2008-01188). “Tratamiento
psicopedagógico en niños y adolescentes en situación de pobreza¨.
- Investigador principal en el Proyecto UBACyT (2008-11) “Procesos de simboliza-
ción y transformaciones psíquicas en el tratamiento psicopedagógico”.
- Docente Fac. de Psicología de la Univ. de Buenos Aires.
Introducción
El objetivo de esta investigación es elaborar hipótesis teóricas acerca de las
características de los procesos psíquicos involucrados en la producción gráfica
de niños que consultan por problemas de aprendizaje, y las formas en que estos
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
El Proyecto de Investigación
El objetivo de elaborar una perspectiva teórico-clínica de los procesos ima-
ginativos implica la construcción de indicadores descriptivos en el material grá-
fico. El encuadre clínico está referido a una modalidad particular de asistencia a
niños con problemas de simbolización que se expresan en problemas de apren-
dizaje escolar. Se trata de una investigación cualitativa. Por lo tanto, el análisis
de casos es intencional y tiene como fin la aplicación de categorías conceptua-
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Wald, Analía
les para construir hipótesis de mediación entre los conceptos y los indicadores
empíricos.
Por tratarse de un diseño cualitativo, la reflexión crítica y constructiva acer-
ca de las categorías conceptuales se realizará en forma conjunta con el análisis
del material clínico, luego de lo cual se obtendrán las conclusiones finales como
respuesta a los interrogantes planteados.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Modelo interpretativo
La hipótesis conceptual de esta investigación es que la actividad de los pro-
cesos imaginativos depende del funcionamiento articulado de las dimensiones
que se definen a continuación. Estas dimensiones se relacionan con descriptores
específicos permitiendo diferenciar modalidades de simbolización que implican
la creación de novedades (ya sea en las formas o en los contenidos) de otras
modalidades repetitivas, evacuativas o vacías de sentido singular.
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Wald, Analía
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Estado de avance
Se han analizado los dibujos correspondientes al diagnóstico inicial de ocho
niños, cuatro de cada grupo etáreo. La posibilidad de crear contenido simbólico
significativo a través de dibujos en el encuadre clínico se muestra muy limitada
en los ocho casos analizados hasta el momento. Ya sea porque no toleran los
procesos transicionales intersubjetivos o porque defensas rígidas impiden el con-
tacto entre las representaciones intrapsíquicas , los procesos imaginativos fraca-
san en su tarea de articular los procesos inconscientes para enriquecer el inter-
cambio social de los niños. Asumimos que la capacidad de construir formaciones
intermediarias (representaciones-puente), (Green, 1999) que articulan la histo-
ria libidinal y los deseos con las estructuras de funcionamiento preconsciente a
través de las fantasías es esencial para el pensamiento significativo. La plastici-
dad psíquica en el aprendizaje se relaciona con la capacidad de crear sentidos
transmisibles a través de diferentes materialidades y canales expresivos. El análi-
sis de los dibujos de los mismos niños al cabo de un año de tratamiento permitirá
evaluar las transformaciones dinámicas en los procesos imaginativos.
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Wald, Analía
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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PODER, RESISTENCIA Y LIBERTAD.
LA SUJECIÓN COMO POSIBILITACIÓN DE LA LIBERTAD
Filiación Institucional:
Lic. en Filosofía. Integrante del Proyecto de Investigación: “Memoria y realidad
práctica. Dimensión ético-política de la memoria como capacidad histórica y so-
cial” (SECyT - UCSE).
Premisas de partida
Nos interesa aquí abordar el problema del sujeto, pero no desde cualquier
perspectiva, sino la propuesta por Michel Foucault a partir de su texto “Por qué
hay que estudiar el poder: la cuestión del sujeto” (1). La elección del texto, por
supuesto, no responde a una arbitrariedad, pues el mismo pretende ser un es-
clarecimiento del objetivo que ha guiado la indagación de Michel Foucault a lo
largo de dos décadas, quizá con la necesidad de clarificar tanto a adeptos como
a críticos sobre las razones de la trayectoria que describe su pensamiento. Aun-
que breve, es quizá un texto revelador, pues permite a quien pretende explorar
su pensamiento, obtener un mapa a buena escala, capaz de hacer un releva-
miento de las instancias salientes de su trabajo. Ante un pensamiento de su talla
y complejidad, es conveniente contar con indicadores de aproximación, profun-
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
En este punto conviene que digamos algo acerca de las relaciones entre po-
der - modos de objetivación - modos de subjetivación, según el planteo hecho
por Foucault.
Objetivación y subjetivación
El objetivo principal de sus investigaciones y de su trabajo en los últimos
veinte años ha sido “elaborar una historia de los diferentes modos de subjetiva-
ción del ser humano en nuestra cultura” (2) . En esta reconstrucción histórica in-
dica tres modos básicos de objetivación que transforman a los seres humanos
en sujetos (es conveniente señalar aquí lo paradójico de la expresión, pues para
ser sujeto debe ser objetivado) y que veremos a continuación. Este señalamien-
to de su preocupación central es de gran importancia, dado que deja bien en cla-
ro que “no es, pues, el poder, sino el sujeto lo que constituye el tema general de
mis investigaciones” (3) .
Para el caso que pareciese una mera reconstrucción histórica, conviene más
pensar en términos de una problematización que a partir de la situación presen-
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Yocca, Francisco José
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Podemos rastrear una posible razón en la idea de poder que maneja Foucault:
“el poder no es solamente una cuestión teórica, sino algo que forma parte de nues-
tra experiencia” (5). Foucault propone un nuevo tipo de análisis capaz de hacer
emerger la trama teórico-práctica de lo que da en llamar nueva economía de las
relaciones de poder, análisis al que empeña la tarea de establecer los procesos
específicos de racionalización/objetivación.
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Yocca, Francisco José
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
diferente el tipo de métodos y técnicas de ejercicio del poder, así como tampoco
la circulación y los modos de inscripción del mismo.
Ahora bien, poder significa sometimiento y dominación, pero también se en-
tiende poder como posibilitación. Veamos esto con un poco más de detalle. Po-
der como posibilidad es también capacidad, “poder hacer” o “poder ser”. El su-
jeto sometido a las fuerzas de la circulación y aplicación del poder se encuentra
no sólo coaccionado por él, sino que puede valerse del mismo para “hacer un
poder” (7) . Este hacer un poder significa hacer posible algo que antes no lo era,
es crear un poder, crear una posibilidad para hacer o ser.
Nos desplazamos aquí desde la mera afección del poder hacia una acción y
reacción por medio del poder.
Siguiendo algunas pistas recogidas (8) nos trasladamos nuevamente a la
perspectiva foucaultiana y hablamos de un arte de la existencia o una técnica de
vida, denominación bajo la cual se agrupan las prácticas del yo que hagan posi-
ble dar una forma propia y bella a la vida, una práctica del yo que tiene por obje-
tivo el constituirse a uno mismo en tanto obrero de la belleza de su propia vida.
Dentro de ese modo de estar en el mundo, dentro de un determinado ethos, en
una moral definida, las prácticas del yo no sólo operan de modo restrictivo, sino
a la vez como posibilitantes para la subjetivación y la hermenéutica de sí mismo.
El desciframiento de sí mismo puede conducir al dominio de sí, a la propia suje-
ción sin necesidad de renuncia o de un intento de escape alienante de los juegos
de poder. El dominio de sí puede poner al poder circulante, como insumo para
la propia construcción, como posibilitante de una práctica del yo ordenada a la
construcción con autoría sobre el propio proyecto y modo de estar en el mundo.
Es quizá un modo de liberación a partir de condiciones previas de posibilidad,
que demanda una hermenéutica de sí, y la asunción deliberada de un conjunto
de prácticas del yo que se ordenen a un modo de resistencia al poder que per-
mita una subjetivación-liberación, dada por el propio proyecto. Hace al modo de
liberación, el tipo de perspectiva de subjetivación que se adopte. Siempre que
hay poder hay dominación, yugo y sometimiento. En cierta medida, de lo que se
trata no es tanto “quién” ejerce ese dominio y sometimiento, sino hacia dónde se
conduce el poder, las posibilidades dadas a partir de la comprensión de sí mis-
mo. ¿Es el dominio de sí la pista a seguir?
Notas
(1) AA.VV, Materiales de sociología crítica, Madrid, Ed. La Piqueta, 1986.
(2) Ibídem, p. 25.
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Yocca, Francisco José
Bibliografía
AA.VV, Materiales de sociología crítica, Madrid, Ed. La Piqueta, 1986.
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AUAT, Alejandro, Introducción a la Filosofía, Filosofía e Historia, Ediciones UCSE, Santiago del Es-
tero, 1995.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
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CUERPOS QUE NO CALLAN
Filiación Institucional:
Docentes Psicólogas de la Fac. de Psicología de la Univ. Nac. de Tucumán.
Resumen: Este trabajo surge a partir de inquietudes que brotan desde distintos
espacios que fuimos ocupando en el camino académico. Desde el no tan remoto lu-
gar de estudiantes, desde la docencia y desde las marcas corporales que nos deja
la formación como profesionales del campo psi.
El interrogante que nos convoca se plasma en una pregunta: “¿CUAL EL LUGAR
DEL CUERPO EN LA CULTURA EDUCATIVA?”.
Nos proponemos en este trabajo reflexionar sobre las marcas que lo institucional
imprime en el cuerpo y los restos que esto genera.
Partimos para ello de escuchar, los malestares que en la escuela circulan, como
síntomas que demandan sentido. Síntomas, que cuestionan la cultura educativa
del siglo XXI y que nos mueven a pensar en espacios preventivos desde una lectu-
ra que contemple al cuerpo deseante.
Palabras claves: Cuerpo Deseante- Institución educativa- Prevención.
Una vez más los psicólogos nos vemos interrogados por el Malestar en la
Cultura (1). Freud nos sitúa en el malestar que genera la cultura mediada por las
Instituciones, exigiéndonos renuncias a determinadas apetencias pulsionales.
La Cultura sirve según Freud a dos fines: la protección del ser humano frente a
la naturaleza, y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres. Nos
exige trocar un trozo de dicha por un trozo de seguridad. Esto es lo que Fernan-
do Ulloa conceptualiza como “Violentación Institucional legítimamente acorda-
da” (2), él plantea que “la constitución de toda cultura institucional supone cierta
violentación legítimamente acordada, que permite establecer normas indispen-
sables para el funcionamiento de la institución… es necesario limitar los propios
deseos para instituir un proyecto común”. Con este sentido, cuando nos referi-
mos a la institución educativa hablamos de cultura educativa.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
dando por ello situadas como los ámbitos propicios para la intervención con fi-
nes preventivos.
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Zurita, María Del Rosario - González, Eugenia Betiana
Este cuerpo del que hablamos, atravesado por un significante, se lanza des-
de su deseo en una búsqueda nunca acabada, cuerpo Deseante que se esca-
bulle y no se deja atrapar cuando lo institucional se trasforma en un SINDROME
DE VIOLENTACIÓN INSTITUCIONAL entendido por Ulloa como “una situación
en la cual la violentación legítima acordada se vuelve arbitraria en su grado o en
su origen”, obstaculizando la capacidad de pensamiento autónomo, la capaci-
dad creativa y produciendo automatismos sintomáticos. El interés por la singula-
ridad de los actores de la Institución Educativa, se pierde. Situación a la cual no
se le ve la salida y, por lo tanto, conduce a la resignación, pasividad y a la pérdi-
da de sentido de la tarea.
¿Pero qué pasa con el Cuerpo en las Instituciones Educativas? Orbelli, to-
mando aportes de Foucault, escribe un artículo titulado: “El cuerpo en la escue-
la entre castigar y vigilar” (5) donde plantea “… se ha pasado de un castigo físi-
co como tecnología del sufrimiento a una tecnología política del cuerpo. Se pasa
de ser cuerpo- físico al cuerpo-alma y de la represión a la sanción. Hay que dis-
ciplinar a ese cuerpo- alma. Para lograrlo hay que vigilarlo, controlarlo, colocarlo
en el orden natural de lo que está bien y de lo que está mal, qué espacio debe o
no ocupar, qué ritmo debe tener y cuál no.
Transformar a ese sujeto educable en un sujeto bien educado para produ-
cir. Para lo cual, plantea, existe una tecnología de poder sobre los cuerpos que
es un biopoder. El cual circula en la escuela y se articula en el tiempo y el espa-
cio, despliega sobre los cuerpos tácticas de poder, encausa las conductas, impo-
ne los procedimientos para que todos los cuerpos se disciplinen de igual mane-
ra y ninguno se escape de estar bajo la normativa”. A lo cual agrega que nues-
tras instituciones educativas están directamente relacionadas al modelo capita-
lista para poder disciplinar, someter y hacer más productivos los cuerpos, para
que este modelo se reproduzca de manera natural sin que nadie se de cuenta
del ejercicio de poder.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
Cuerpo que es, solo en apariencia, un cuerpo pretendido porque dice Cullen:
el cuerpo como lugar de malestares, simulaciones y desafíos. Hay cuerpos que
simulan circular silenciados por las instituciones educativas, pero hay malestar.
Dice el autor “el cuerpo es malestar, cuando el trabajo olvida las necesidades y
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Zurita, María Del Rosario - González, Eugenia Betiana
Conclusión
Caminante no hay camino, se hace camino al andar… Y en el andar se des-
cubren caminos por crear…
Los cuerpos que circulan en las instituciones educativas nos claman desde
el silencio bullicioso, desde danzas quebradas que demandan sentido. Irrumpe
incesante, como no puede ser de otro modo, otra cosa ahí en los pliegues y des-
pliegues camuflados del lenguaje corpóreo total.
Un grito que como psicólogos no podemos dejar de escuchar, que cuestio-
nan los muros, otra vez. Esta vez los muros del gabinete, los de las meras res-
puestas reactivas a problemas ya instalados, los de las respuestas resolutivas
obturantes.
Una vez más este cuerpo deseante reclama su lugar. Un lugar para su sin-
gularidad, para su complejidad, para conectarse con su deseo, con su ser su-
jeto total.
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IIIer. Congreso Internacional de Investigación en Psicoanálisis, Derecho y Cs. Sociales
cional que no responda a una demanda que sea funcional al sistema educativo
de control y disciplina.
El psicólogo ha llevado el consultorio a las escuelas, sostenemos que las es-
cuelas son de una complejidad institucional más amplia que es preciso enten-
der y abordar.
Pensamos en un psicólogo que dentro de estas instituciones sea disparador
provocador de espacios de resonancia íntima, alguien que mas que ordenar el
caos, busca aquella posición que facilite la implicación de los actores en lo que
sucede, puesto que solo desde esta implicación, se puede transformar algo.
Un psicólogo capaz de escuchar los malestares que circulen en los diferen-
tes actores de la institución. Es ahí donde la institución habla por medio de todo
y de todos sus actores, instale espacios para puntuar sin sentidos, interrogar ra-
rezas, marcar insistencias, enunciar paradojas. Donde pueda el síntoma cobrar
sentido permitiendo a la institución recuperar su capacidad transformadora ha-
cia el goce y el trabajo.
Notas
(1) Sigmund Freud 1930. Malestar en la cultura. 1º edición. España. Biblioteca Nueva. Vol.3.
(2) Fernando Ulloa 1992. La clínica psicoanalítica en el abordaje de la institución hospitalaria. Serie
Psicología Institucional y comunitaria- Esc. Sup. Psicología- UNT
(3) Abad, Gabriela “El sujeto en la escena del mundo”. Cátedra Psicología General. Facultad de
Artes. UNT
(4) Abad, Gabriela “El poder se instala en la gestica”. Cátedra Psicología General. Facultad de Ar-
tes. UNT
(5) Orbelli, R. A. “El cuerpo en la escuela entre el castigar y vigilar” Revista digital. Educación Físi-
ca y Deporte. Octubre 2008 n°5
(6) Fossati María Cristina y Busani, Marta “Cuerpo, aprendizaje y poder en la escuela” CURZA- Uni-
versidad Nacional de Comahue.
(7) Cullen, C. “Cuerpo y sujeto pedagógico: de malestares, simulaciones y desafíos” EF Deportes.
Revista digital. Bs As. Año 4. N°13. Marzo 1999.
Bibliografía
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cional de Comahue. Revista Pilquen. Sección pedagogía. Año VI n°1
FOUCAULT, M. 1991. Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión. Oficina de Publicaciones del CBC.
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MARAZZI, M. 1999. El ritmo y la postura en la educación.
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