Taller Autocontrol
Taller Autocontrol
Taller Autocontrol
No es difícil encontrar pacientes que se resisten a ser guiados por otra persona para el cambio de
determinados aspectos de su vida. De hecho, éste es uno de los factores que puede hacer
fracasar la terapia (la falta de participación e implicación del sujeto).
Este factor puede solucionarse adoptando un modelo de intervención más participativo, que
implique y motive al sujeto, transmitiéndole lo idónea y necesaria que es su cooperación en el
diseño y puesta en marcha del programa.
El objetivo final de los programas de autocontrol es que el individuo aprenda a ser su propio
terapeuta.
Según Kanfer, los programas de autocontrol vienen fundamentados por las siguientes razones:
3. Es necesario plantear una intervención que presente el cambio como positivo y factible
para el sujeto, de manera que se maximice su motivación para el cambio.
4. La intervención no debe acabar sólo con los conflictos presentes, sino enseñar al sujeto
cómo manejar posibles recaídas o nuevos problemas.
BASES TEÓRICAS
Kanfer y Goldstein: Utilizan el término autorregulación para referirse a los casos en los que la
persona dirige su propia conducta, pero, las modificaciones que lleva a cabo no suponen el
control de ninguna respuesta conflictiva.
La conflictividad sí está presente en el concepto de autocontrol (el sujeto inicia una conducta
controladora que va a tratar de alterar la probabilidad de ocurrencia de una conducta conflictiva
(conducta controlada)).
Por tanto, el término autorregulación sería más general y englobaría conceptos más restringidos
como el de autocontrol.
Interpretaciones erróneas:
Autocontrol = restricción (no hacer determinadas cosas). Sin embargo, las estrategias de
autocontrol no suponen siempre no hacer, sino poner en marcha conductas que alteren la
frecuencia de ocurrencia de otras, disminuyéndola o aumentándola.
Requisito para poder hablar de autocontrol: Que la conducta se ponga en marcha sin ninguna
instigación exterior, física o social, sino por variables autogeneradas.
Esta concepción de autocontrol como rasgo resulta poco práctica, ya que cierra las puertas al
entrenamiento y por tanto a la modificación del comportamiento del sujeto. Únicamente aporta
una definición tautológica del concepto de autocontrol (una persona manifiesta autocontrol porque
posee fuerza de voluntad, y posee fuerza de voluntad, porque inicia conductas d autocontrol).
La manifestación de autocontrol es el resultado del conocimiento que el sujeto tiene acerca de las
relaciones funcionales que controlan su comportamiento, por lo que, el aumento de dicho
conocimiento llevaría a un incremento del autocontrol (Thoresen y Mahoney)
Por tanto, el AUTOOCNTROL es: La habilidad susceptible de aprendizaje, que engloba cualquier
conducta controlada exclusivamente por variables autogeneradas (físicas, sociales o cognitivas),
que trate de alterar la probabilidad de ocurrencia de otra conducta, cuyas consecuencias, podrían
resultar aversivas para el individuo.
PROCEDIMIENTO BÁSICO
4. Aplicación de las técnicas en contexto real: Una vez que se ha llevado a cabo el
entrenamiento en la consulta, se pone en práctica lo aprendido en la vida diaria.
o Autoobservación. Identificación de la situación problemática.
5. Revisión de las aplicaciones con el terapeuta: Se analizan las dificultades y problemas que
hayan surgido.
Sólo cuando el sujeto sea capaz de utilizar las técnicas aprendidas por sí mismo, podemos hablar
de autocontrol (si el sujeto las utiliza por indicación del terapeuta, se tratará de autocontrol).
TÉCNICAS DE AUTOCONTROL
Pero, es necesario motivar al sujeto para el cambio, haciéndolo parecer como positivo y accesible
a sus posibilidades, mediante la estructuración del proceso de entrenamiento y la clarificación de
las metas.
1. Autoobservación:
La primera tarea del terapeuta será hacer ver al cliente la importancia de tener un registro preciso
acerca de sus conductas problema y enseñarle a operativizarlas (expresiones claras y concretas,
susceptibles de observación y cuantificación).
2. Contratos conductuales:
Sirven para formalizar el programa de intervención de manera que el sujeto sepa qué hacer en
cada momento y qué contingencias ha de administrarse.
La finalidad:
Estas tareas son también una manera de obtener información acerca de las posibles áreas
conflictivas en la vida del sujeto.
La asignación de tareas, en los programas de autocontrol, alcanza un papel central, por hacer
que el cliente asuma su responsabilidad en el cambio.
Los ejercicios asignados deben estar adaptados a las posibilidades del individuo (al principio
deben ser sencillos, permitiendo un logro rápido de objetivos).