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CALVINISMO

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LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

Todo creyente nacido de nuevo desea tener la seguridad de su salvación eterna, es decir,
que ya sea que muera o que esté vivo cuando Cristo venga, irá a la presencia del Señor
Jesucristo (Filipenses 1:23).

Debido a esa inquietud surgen muchas interrogantes en el cristianismo tales como las
siguientes: ¿Será totalmente incondicional la salvación final de un hijo de Dios? O ¿Podrá
un creyente pecar de tal forma que puede perderse eternamente?

Esas dos preguntas han tenido y sostenido un rudo debate en la iglesia entre las doctrinas
del Calvinismo y el Arminianismo. Un Calvinista respondería que “una vez salvo, siempre
salvo” y un Arminianista puro diría que “La salvación se pierde” y que hay ciertas normas a
seguir para ser salvos.

En la práctica se dan casos de personas que han nacido de nuevo, dan evidencias de ello y
tienen descuidos espirituales. ¿A que se debe esto? El hecho de ser nacido de nuevo no
garantiza en esta vida, el ser ya una persona impecable sin pecados (1 Jn. 1:10); además
debe haber una vigilancia de parte del creyente en buscar la gracia de Dios (1 Cor. 10:12);
El cristiano fiel debe depender de la gracia divina (2 Tim. 2:1); esa gracia le ayudará a
renunciar a todo pecado e impiedad y esperar a Cristo (Tito 2:11-13).

Por cuanto el hombre es pecador, necesita el remedio de la gracia salvadora, ser vigilante y
dependiente de ella como el remedio para su vida espiritual, pero en ninguna forma
apegarse a reglamentos legalistas. Uno gran error es pensar que se tiene una vida eterna en
base a alguna experiencia pasada, como haber repetido “La oración al penitente” o una fe
muerta, en el sentido de no vivir para Cristo.

En la Biblia de Estudio Pentecostal aparece un estudio respecto a la seguridad del creyente


y da nueve argumentos relativos al tema en base a la Primera Epístola del Apóstol Juan.

1. Se tiene seguridad de la vida eterna si se cree en el nombre del Hijo de Dios (1 Jn. 5:13)
No hay vida eterna ni seguridad de salvación sin una ferviente Fe en Jesucristo que lo
confiese como Hijo de Dios, enviado como Señor y Salvador

2. Se tiene la seguridad de la vida eterna si se honra a Cristo como Señor y Salvador, si


trata sinceramente de obedecer sus mandamientos (1 Jn. 2:3-5)

3. Se tiene la seguridad de la vida eterna cuando se ama al Padre y al Hijo y no al mundo,


y si se vence la influencia del mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no
está en él (1 Jn. 2:15-16)

4. Se tiene la seguridad de la vida eterna si habitual y persistentemente se practica la


justicia y no el pecado (1 Jn. 2:29) el que practica el pecado es del diablo (1 Jn. 3:7-10)

5. Se tiene la seguridad de la vida eterna si ama a los hermanos. (1 Jn.3:14,19)


6. Se tiene la seguridad de la vida eterna si hay conciencia de que el Espíritu Santo mora
en todo el que cree (1 Jn.3:24)

7. Se tiene la seguridad de la vida eterna si se hace el esfuerzo por seguir el ejemplo de


Cristo y vivir como El vivió (1 Jn. 2:6)

8. Se tiene la seguridad de la vida eterna si se cree en el “Verbo de vida” (1 Jn. 1:1)

9. Se tiene la seguridad de la vida eterna si existe el anhelo ferviente y la esperanza


inconmovible de la venida de Cristo para llevarse a su iglesia (1 Jn. 3:2-3)

La seguridad del creyente se resumen en: “Arrepiéntanse de sus pecados y crean en el


Señor Jesucristo” lo anterior lleva a obedecer su Palabra, lo ama al punto de optar por Dios
y no por lo mundano, practica la justicia de Cristo, ama a sus hermanos, es consciente de la
presencia del Espíritu Santo, trata de vivir como Cristo, cree que Cristo resucitó y espera la
pronta venida de Cristo.

A continuación se presentará los dos puntos de vista opuestos que tratan de explicar la
salvación en el hombre:
EL CALVINISMO

a. Su Origen
La doctrina fue popularizada por Juan Calvino, teólogo Francés del siglo XVI, no tuvo sus
comienzos en él, ni tan siquiera en Agustín de Hipona, teólogo del siglo IV. El tema de la
fijación del destino del hombre o determinismo fatalista se remonta hasta la astrología
practicada en Babilonia y luego por los persas, el destino del hombre fijado en los astros.

Esta idea influenció a Manés o Mani (216-270 d.C.) Astrólogo y Filósofo Persa,
posteriormente sus discípulos fueron nominados Maniqueos o Maniqueístas (240-¿?) El
Maniqueísmo ha sido descrito por algunos teólogos como “El Gnosticismo con sus
elementos cristianos reducidos al mínimo y sus elementos orientales elevados al máximo”
Este sistema de enseñanzas se extendió por Persia, India, China, Africa del Norte e Italia, y
por un tiempo de 14 años “tuvo en sus filas” a Agustín de Hipona (354-430 d.C.).

El desarrollo lógico de Agustín puede resumirse así:

1. Dios es absolutamente soberano. El es la causa directa de todo lo existente, nadie puede


resistir su voluntad; esta premisa refleja su concepto neoplatónico de Dios como un ser
distinto, desconocido e inaccesible.

2. Por tanto el hombre es absolutamente impotente para querer alguna cosa contra Dios, en
contraste con la santidad de Dios, el hombre es completamente malo.

3. Si alguien es salvo y se vuelve a Dios, es sólo porque Dios ha movido su voluntad para
corresponderle.... la gracia obra de modo que el hombre no puede resistirla.

4. La gracia es irresistible porque la voluntad de Dios es irresistible. Por tanto a aquel a


quien Dios quiere salvar, será salvo, y no se perderá jamás porque el Señor es quien
asume la responsabilidad de mover su voluntad y Dios no puede cambiar.

5. Si Cristo murió por todos los hombres, como dicen algunos, entonces todos serían
salvos. Pero Observó

6. No todos son salvos ¿Por qué?

7. Obviamente no todos los hombres son salvos porque Dios debe haber seleccionado
algunos elegidos particularmente para salvación. Un número determinado de personas
que no puede cambiarse. El resto queda abandonado en sus pecados. Es inconcebible
que Cristo haya muerto por alguien que no haya de ser salvo.

8. Siendo Dios inmutable, sólo es razonable suponer que los predestinados fueron elegidos
desde la eternidad

9. Por lo tanto, la predestinación individual es la única manera lógica de explicar la


salvación de cualquier hombre.
Para Agustín, la predestinación de una persona no era en sí una doctrina bíblica sino una
conclusión de su razonamiento, no la extrajo de la Biblia y su estudio, sino de su propia
lógica.

Al analizar lo anterior, se observa que la teoría agustiniana de la predestinación hace del


“decreto divino” la primera causa de la salvación y la muerte de Cristo una causa segunda y
subsidiaria.

Cuando Agustín entró al cristianismo, tuvo una controversia de un monje británico, llamado
Pelagio, quien enseñaba que el hombre no era esencialmente malo ni pecador, peca como
una circunstancia, rechazaba la doctrina del pecado original y que el hombre era bueno
porque todo lo que Dios ha hecho es bueno.

Tanto Pelagio como Agustín defendieron conceptos verdaderos, Pelagio por el libre
albedrío del hombre y su responsabilidad moral, y Agustín la absoluta soberanía de Dios. El
problema estuvo en la exageración de sus verdades, Pelagio perdió la necesidad de la gracia
de Dios y Agustín el concepto de la verdadera responsabilidad moral. Una tesis y una
antitesis, sin existir una síntesis.

b. Los Postulados
Los postulados definidos por Juan Calvino fueron:

1. La depravación total del hombre: El hombre es incapaz de desear iniciar alguna acción
para tener la salvación. Ni siquiera tiene el deseo de ser salvo. Sin embargo no es 100%
cierto, algunas personas buscan a Dios desde temprana edad, algunos tienen el anhelo
en los asuntos espirituales.

2. La elección incondicional. El conocimiento previo de Dios se basa en la predestinación


y la voluntad de Dios es la causa de todo mal moral. Pero afirmó que Dios es impecable
y puro. Difícil conciliar que Dios es perfecto y al mismo tiempo responsable del mal en
el mundo. Dios destina arbitrariamente a ciertas personal al cielo o al infierno
(predestinación). Esto anula la culpa del hombre, pues el responsable es Dios.

3. La gracia irresistible. Cuando Dios llama a un hombre ese hombre no puede hacer otra
cosa más que aceptar, los que no aceptan es porque no fueron llamados o elegidos o
predestinados. Niega la existencia de libre albedrío

4. La expiación limitada de la Sangre de Cristo. Cristo murió por los predestinados, se


derramó su sangre por un grupo, no fue un sacrificio perfecto por toda la humanidad,
hay excepción de personas. No se ama al no escogido.

5. La perseverancia de los santos. Dios ayuda al predestinado a permanecer en Cristo y en


su gracia por la obra que Cristo hizo en la cruz por él. No hay problema si el cristiano
peca, pues su pecado no es contado como pecado, pues ya fue pagado el precio y se ha
llegado al extremo de no confesar los pecados por no ser necesario, no hay
responsabilidad moral del creyente.
c. Objeciones a la doctrina

En resumen, la doctrina calvinista presenta lo siguiente

 Dios no justo
 Dios fuente del mal
 No hay libre albedrío
 La muerte de Cristo es secundaria
 El hombre no tiene la culpa de condenarse
 Hay excepción de personas
 El amor de Dios no es para todos

1. En cuanto a la depravación total del hombre, es inegable que el hombre sea pecador, y
por ello está destituido de la gloria de Dios (Rom. 3:23) pero declarar que el hombre no
tiene inquietudes espirituales y por eso no busca a Dios es dejar al hombre a un nivel
animal, el hombre tiene conciencia e intuición aunque equivocada, los animales no
adoran ni buscan un ser superior.

2. La predestinación pone a Dios como no justo, no hay libre albedrío, el hombre exento
de culpa, con excepción de personas, el culpable de la condenación es Dios, imparcial,
no hay forma de cambiar el destino.

3. Dios ha hecho al hombre libre de decisión (Deu. 30:19; Jos. 6:66-69) Dios siempre
apela a la elección del hombre, pero no la viola, pues quebrantaría su justicia.

4. La expiación limitada de Cristo se refuta por Juan 3:16, el amor de Dios fue para todo el
mundo, (Gr. Cosmos) Dios quiere que todos sean salvos 1 Tim. 2:4, Que nadie perezca
(2 Ped. 3:9) Llama a todos (Is. 55:1) Para todos Ez. 18:23

5. La perseverancia de los santos daña lo que es la ética que debe practicar un regenerado,
pues una vez salvo siempre salvo, da pie a no tener una responsabilidad moral. La
gracia nos enseña a renunciar a la impiedad (Tito 2:11,12)
EL ARMINIANISMO

b. Su Origen
La doctrina de Armiño, Teólogo Holandés del siglo XVI es como sigue:
El Deseo de Dios es que todos sean salvos, por cuanto Cristo murió por todos y no por un
reducido grupo de Hombres (1 Tim 2:4-6; Heb. 2:9; 2 Cor. 5:14; Tito 2:11-12) y con ese
fin, Dios ofrece la gracia a todo aquel que quiera.
La salvación es obra de Dios absolutamente gratuita, y es independiente de cualquier buena
obra que el hombre ejecute, pero Arminio sostenía que el hombre tiene ciertas condiciones
que cumplir. Puede escoger aceptar la gracia de Dios o puede resistirla y hasta rechazarla.
La facultad de elegir esta al alcance del hombre.

Durante la reforma, Juan Calvino (1509-1564 d.C.) retomó la conclusión de Agustín sobre
la predestinación personal, y fue dicha conclusión la base de la interpretación bíblica de la
reforma, y no la exégesis bíblica la base de la teología.

Teodoro Beza llegó más allá de las conclusiones de Calvino, Dios induce al hombre a
pecar, de la misma manera que el hace o causa que los hombres sean salvos, pero a esa
conclusión Jaime Arminio (1560-1690 d.C.) Refutó que así como Beza enseñana que Dios
provoca que el hombre peque, entonces “Dios es el autor del pecado.... y tal cosa haría a
Dios, el único pecador verdadero del universo” y además Arminio señaló el hecho de que
una Teología determinada por la lógica y no por la Palabra de Dios.

Cuando Arminio llegó al clímax de su confrontación con la postura calvinista de Beza, los
calvinistas postularon que “las escrituras debían ser interpretadas según las Confesiones y
el Catecismo Calvinista”

Arminio le dio más énfasis en la doctrina del libre albeldrío del hombre, lo cual es
contrapuesto a la postura calvinista que ha dado más énfasis a la soberanía de Dios.
Arminio nunca salió de las filas del calvinismo ni pretendió provocar una división,
sencillamente le pareció contradictoria la posición de Teodoro Beza de decir que Dios era el
causante del pecado y el mal en este mundo, y como todo un hombre conocedor y
escudriñador de la Palabra de Dios no pudo callar al respecto.

Pero no fueron los maestros los que siguieron con los puntos de vista, sino los discípulos.
Fue así como Simón Episcopus, discípulo de Arminio quien formuló más postulados:

c. Postulados
Puede resumirse los postulados Arminianistas de la siguiente forma:

1. El fundamento de la salvación del hombre está en su libre albedrío dado por


Dios

2. La gracia de Dios es común para todos los hombres y estos están capacitados
para aceptarla o rechazarla
3. Hablar de decretos divinos es pretender conocer la mente de Dios y sus
misterios. Dios no tiene otro decreto más que salvar a los que crean y condenar a
los que no crean.

4. Es condición necesaria para ser salvo hasta el final el perseverar en la fe

5. La verdadera salvación se comprueba con los frutos

6. Como consecuencia de todo lo anterior, el creyente puede perder su recompensa


eterna y quedar descalificado.

7. Un cristiano puede experimentar falta de comunión y de esa manera caer en la


gracia.
Los “Censurantes”, llegaron a concluir cinco proposiciones, a las cuales los calvinistas
reaccionaron con sus cinco puntos calvinistas. Las cinco proposiciones de los censurantes
fueron:

1. La elección condicional

2. La expiación universal, limitada por la fe particular del hombre

3. La incapacidad natural, que cualquier hombre es incapaz de obrar bien si no es por


la gracia divina

4. Gracia Preventiva, la cual puede ser rechazada y resistida por el hombre que
persevera en pecar

5. Perseverancia condicional, aunque Dios provee gracia suficiente para resistir el mal,
el hombre puede descuidarse, caer de esa gracia y perderse eternamente.

d. Objeción a la doctrina

Dentro de algunos errores que cometió Arminio fueron, por ejemplo, declarar que el
purgatorio para el creyente era “La Gran Tribulación”

Otro error, cometido por sus seguidores, fue el implantar un sistema legalista de reglas fijas
y rígidas de observar la ley de hombres. Una postura tan legalista, que hoy día hay
corrientes que propugnan que si el cristiano peca (con un pecado visible) ya no tiene
reconcilio con Dios, ha caído de la gracia y se ha perdido desde ya eternamente. El
problema de este punto está en el argumento ¿Cómo se evaluaría los pecados “invisibles” e
internos en el corazón del hombre? Nadie sería salvo entonces.

Debe hacerse la observación que el fundamento de la salvación del hombre no está


simplistamente explicado en el libre albedrío del hombre, sino en Cristo, pero tampoco en
un decreto divino antojadizo.

La salvación no puede medirse de una manera superficial con rituales, formas, maneras de
vestir, hablar, etc. Y el sistema arminianista mide lo externo, pero es incapaz de medir el
corazón, pues eso solo compete a Dios.

e. Pasajes de Apoyo

Los siguientes pasajes son un apoyo donde nos mencionan la pérdida de la salvación por
diversos motivos, siendo el principal la apostasía o la pérdida de la fe en Cristo, rechazarlo
una vez recibido
1. Hebreos 3:6
2. Hebreos 6:4-8
3. Hebreos 10:26-27
4. Hebreos 10:38-39
5. Mateo 7:21-23

¿Qué ocurre con aquellos que rechazan a Cristo? En 2 Tes. 2:9-12 dice que son
predestinados, o preparados desde ese momento, por Dios para perdición, el pasaje relata
dentro del contexto de la venida del Anticristo

y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor
de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia.
f. Conclusiones sobre la Doctrina Arminiamista

1. Debe aclararse que si un punto de vista radica en una sola óptica y no en una vista
panorámica en toda la Palabra de Dios, se puede llegar al dogmatismo

2. No se puede juzgar el estado espiritual por lo externo

3. Ningún hombre es salvo por sus propios méritos u obras, sino sólo por la obra que
Cristo hizo en la cruz, pero el hombre puede rechazar la gracia de Dios

4. El hombre posee libre albedrío, de recibir o rechazar la gracia de Dios

5. El Arminismo tiene razón al declarar que hablar de decretos divinos es pretender


conocer la mente y los misterios de Dios.

6. La Biblia declara en repetidas ocasiones que el creyente puede descuidarse y perder su


salvación, pero ello no puede ser motivo para dar un desmedido énfasis a la perdida del
creyente, Dios no es un Dios vengativo sino misericordioso.

7. Si un creyente persevera en el pecado sin arrepentirse, están arriesgando su salvación.

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