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Alberto Savinio

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Enciclopedia.

Enciclopedia significa “saber total”, es decir ciencia “circular”, ciencia “cerrada”. Enciclopedia
significa ciencia compuesta de todos los conocimientos y de los conocimientos homogéneos -
“espiritualmente” homogéneos. En este sentido la Enciclopedia es un arma, un arma polémica. Se
sabe del enciclopedismo del Renacimiento como también del enciclopedismo de la Enciclopedia
Francesa: no se sabe la razón de una enciclopedia compilada hoy, menos como una guía de
información práctica, es decir, traiciona su propia naturaleza y carece de sentido. Hoy no hay
posibilidad de una ciencia circular, de una ciencia cerrada. Hoy no hay homogeneidad de los
conocimientos. Hoy no hay afinidad espiritual entre los conocimientos. Hoy no hay una tendencia
común del conocimiento. Hoy hay un profundo desequilibrio entre los conocimientos. Es la razón
de aquella “crisis de la civilización” denunciada primero por Spengler y luego por Huizinga. Y
como puede haber equilibrio, como puede haber civilización – lo que significa homogeneidad en la
polis- si algunos hombres piensan en la curvatura del espacio y el sexo de los metales, y otro
contemporáneamente piensan en la arquitectura ptolemaica del universo? Y por otra parte no hay
esperanza que las ideas puedan reunirse y fundirse, conviene resignarse a una crisis perpetua y
siempre grave para la civilización. Por lo tanto renunciamos a un retorno de la homogeneidad de las
ideas, o sea a un pasado de la civilización, y trabajamos para hacer que las ideas más disparatadas
(disparate) convivan de manera menos cruel, incluyendo las ideas más desesperadas (disperate).

Baudelaire.
En otra parte tuve la ocasión de escribir lo que sigue: “El arte da su espectáculo en un escenario
sublime e inalcanzable; desde ahí fulgura una inatravesable luz que rigurosamente separa el arte de
la vida y los colorea con colores que ignora la química antigua (Chimia); rivaliza con formas y
aspectos que tiene la vida natural, cual si fuera una analogía como las que hay en el calendario entre
días laborables y domingos, o en las antiguas monarquías entre los súbditos y el rey, o en el
gallinero entre los pollos y el pavo real. Luego, en el transcurso del siglo XIX, nacieron tres artistas
florentinos, cada uno de una manera diferente, trabajaron para liquidar esa cuestión, acercando la
escena del arte al teatro de la vida, subiendo al escenario a los propios hombres en su lugar con ropa
vulgar y desnudos de maquillaje, para representar los dramas y farsas de la vida cotidiana. Estos tres
“acercadores” (avvicinatori) fueron Baudelaire por la poesía, Manet por la pintura y Bizet por la
música. No sé sabe a ciencia cierta si el trabajo de estos consistió más en llevar la vida a la poesía, o
la poesía a la vida. Me inclino por la segunda opción”.
Aquí voy a hablar unicamente de Baudelaire. No hablo de la calidad y del valor de su poesía. No
busco demostrar si Baudelaire es un grandísimo o un pequeño poeta (a mi, personalmente, no me
parece muy grande) pero solo considero la importancia que tiene Baudelaire en la “política” de la
poesía. Esta importancia es grandísima.
No se trata de una reforma de la forma poética, sí del comienzo de una nueva condición en poesía.
El poeta ya no será una persona inspirada, que en algunos casos e incluso en las excepciones vuelve
a una condición completamente receptiva y pasiva del místico, se convierte, en cambio, en un
“productor” de poesía. El poeta ya no escucha a su musa, sino a la voz de su propio corazón.
Baudelaire es el Copernico de la poesía. Inaugura la era de la poesía copernicana, que hasta
entonces había sido exquisita y categóricamente ptolemaica.¿Por qué nadie ha advertido esta
transformación tan grande en la historia de la poesía? Esto muestra una profunda hostilidad en
contra de Baudelaire, una hostilidad inigualable.
Alberto Savinio. Nuova enciclopedia 1977. GLI ADELPHI.

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