Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Articulo Metabolismo de Los Lipidos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Título: Lipidosis hepática idiopática felina

Autores: Dayana Michelle Paucar Narajo

Resumen:

En la presente investigación se realiza una revisión de diversas bibliografías referentes a la lipidosis

hepática idiopática felina que es una patología que tiene mucha relación con el metabolismo lipídico,

desarrollado por un acúmulo grande y extenso de grasa o más conocido como triglicéridos en el

interior de los hepatocitos que hasta puede llegar a provocar una colestasis intrahepática y la muerte

del gato, en la mayoría de casos es frecuente la presencia de factores como la obesidad, la anorexia y

el estrés. La obesidad promueve el aumento de triglicéridos que en momentos de estrés se observa un

catabolismo de las proteínas cuando se agotan las reservas de glucógeno perdiendo así estas reservas

hepáticas de triglicéridos, así mismo puede presentar un periodo de anorexia, previo a que puede

producir un déficit proteico y energético acompañados por niveles elevados de la actividad de las

enzimas hepáticas y de la bilirrubina en la sangre. Ya diagnosticada la lipidosis hepática,

inmediatamente se debe continuar con exámenes clínicos acompañados con los de laboratorio, para

diferenciar y excluir si esta hepatopatía es secundaria como: diabetes mellitus, pancreatitis,

enfermedad inflamatoria crónica intestinal (IBD), neoplasia u otras hepatopatías, hasta confirmar que

el diagnóstico es primario, la lipidosis hepática idiopática felina.

Introducción

La lipidosis hepática idiopática es un síndrome que se encuentra dentro de una de las hepatopatías

más comunes en gatos. Esta enfermedad es producida por la acumulación de lípidos en el hígado en

cantidad extensas como para provocar alteración de la función hepática.

En la mayoría de gatos sanos, hay un equilibrio entre el depósito de lípidos en el hígado y su

movilización, que luego se da una transformación en lipoproteínas de baja densidad (VLDL) a otros

tejidos. Existen diversos factores etiopatogénicos con los que se relacionan al desarrollo de lipidosis

1
hepática idiopática, pero por lo general en la mayoría de los casos se da en gatos obesos que

obviamente con el pasar de diversos procesos cursan con anorexia o mala digestión del alimento.

Puede presentarse como una hepatopatía primaria o secundaria a otras enfermedades generadoras de

anorexia, tales como: colangitis, inflamación u obstrucción biliar, neoplasia intra o extra hepática,

enfermedad inflamatoria intestinal, pancreatitis y diabetes mellitus (Center, 1996; Dimski, 1997;

Sherding, 2000; Reche, 2005; Armstrong y Blanchard, 2009).

En general la lipidosis hepática idiopática, se ha convertido en una de las enfermedades hepáticas

más comunes del gato, aunque aún no hay predisposición racial o por sexo, pero diferentes autores

han descrito se pueden presentar tanto en animales adultos como también en animales jóvenes de una

edad promedio de 8 años, también existe una frecuencia dos veces mayor en las hembras que en los

machos.

En condiciones normales el hígado recibe ácidos grasos libres tanto de la dieta como de depósitos

periféricos, en este órgano son oxidados para conseguir energía, utilizados para la formación de

fosfolípidos y colesterol, degradados en cuerpos cetónicos y esterificados para constituir triglicéridos.

Los triglicéridos se unen a proteínas especializadas las apoproteinas, formando de esa manera las

VLDL (GARCÍA, 2003).

Desarrollo del tema

Lipidosis Hepática Idiopática

En el estado de salud, existe un equilibrio entre la movilización de lípidos hacia el hígado desde las

fuentes dietéticas u otros procesos metabólicos (ayuno, neosíntesis) y remoción de lípidos desde el

hígado, mediante oxidación mitocondrial o transporte desde el hígado a otros tejidos, en la forma de

lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). El metabolismo de la grasa está regulado por

interacciones complejas entre la concentración sanguínea de glucosa y factores hormonales,

nutricionales y neurales (Bunch, 2002).

2
Los ácidos grasos libres (AGL) que son captados por el hígado pueden seguir distintas vías

metabólicas: Ser esterificados a triglicéridos (TG), empaquetados como VLDL y ser exportados del

hígado, ser esterificados a triglicéridos y ser almacenados en los hepatocitos o (3) ir a la ß-oxidación

y ser utilizados como energía. Cualquier condición que disminuya la síntesis o exportación de VLDL

o sobrepase la habilidad para oxidar los AGL para obtener energía, resulta en un incremento del

almacenaje de triglicéridos (Berry, 2001; Armstrong y Blanchard, 2009).

La cantidad de grasa dietética captada por el hígado es directamente proporcional a la concentración

de lípidos en la circulación portal. Una nutrición excesiva constante con alimentos grasosos puede

llevar a la hipercaptación hepática y además, una sobrenutrición con carbohidratos o proteínas,

fomenta los depósitos grasos en el hígado, porque este exceso de calorías también se puede almacenar

como triglicéridos (Center, 2005).

La regulación del metabolismo lipídico en el adipocito puede ser un factor importante en la promoción

de la lipidosis hepática felina. La liberación desenfrenada de los ácidos grasos desde una grasa adiposa

abundante, especialmente en gatos obesos, promueve la lipidosis hepática. En la salud, el equilibrio

entre la lipólisis y acumulación de los triglicéridos en el adipocito está modulado por la glicemia y

los mecanismos reguladores hormonales, neurales y farmacológicos, así como el lado nutricional del

paciente (Center, 2005).

En la regulación del metabolismo lipoide en el adipocito participan dos enzimas: la lipasa hormona

sensible (HSL) y la lipoproteína lipasa (LPL). La actividad de la HSL, enzima que promueve la

lipólisis, es incrementada por la norepinefrina, epinefrina, hormona del crecimiento,

corticoesteroides, glucagón y T4 e inhibida por la insulina. La facilidad del gato para liberar

catecolaminas en respuesta a factores estresantes ambientales y / o físicos pueden potenciar la

actividad de la HSL y en consecuencia la movilización de ácidos grasos. La insulina, con su efecto

inhibidor sobre la HSL, también es un regulador fundamental del metabolismo lipídico en el

3
adipocito. Así, en un ayuno prolongado, con la consecuente hipoinsulinemia, se mantiene activa la

HSL promoviendo la lipólisis en los adipocitos (Center, 2005; Armstrong y Blanchard, 2009).

La actividad de la LPL de los adipocitos varía con el estado nutricional del paciente. En un gato bien

alimentado, la actividad LPL promueve la captación de grasa por los adipocitos. Durante la inanición

la actividad de la LPL declina, mientras aumenta la HSL y la lipólisis supera a la captación de grasa,

produciendo una hidrólisis de los triglicéridos en el tejido adiposo y liberación de ácidos grasos libres

hacia la circulación (Bunch 2002).

En condiciones clínicas puede ocurrir un desequilibrio en el ingreso y egreso de lípidos en el hígado,

que lleva a la acumulación excesiva de éstos dentro de los hepatocitos, denominándose lipidosis

hepática (Bunch, 2002; Center, 2006).

La lipidosis hepática, una de las enfermedades más comunes en los gatos domésticos (70% de las

hepatopatías), es definida como un síndrome clínico en el cual el citosol de a lo menos el 80% de los

hepatocitos, es desplazado por triglicéridos. Esta acumulación de triglicéridos es una lesión

inespecífica, que puede resultar de factores nutricionales, metabólicos, endocrinos, tóxicos o

hipóxicos. La lipidosis hepática es potencialmente reversible y no termina necesariamente en

necrosis, inflamación, fibrosis o cirrosis (Sherding, 2000; Berry, 2001; Center, 2006; Armstrong y

Blanchard, 2009; Cullen, 2009).

Procesos Vinculados con la Lipidosis Hepática Idiopática

 Inanición / Anorexia crónica

Durante la inanición, las grasas aportan el 95% de la energía para la mayoría de los tejidos y por ello

hay un incremento en la concentración sérica de los ácidos grasos libres. La lipólisis en los adipocitos

proviene de la menor disponibilidad de glucosa, hipoinsulinemia, altos niveles de GH e hipertonía

simpática. La gluconeogénesis hepática disminuye y se conservan los aminoácidos esenciales

(Center, 2005).

4
Normalmente el hígado no almacena grasas, porque éstas son consumidas eficientemente por la ß

oxidación o formación de cetonas. En un periodo de inanición o anorexia crónica, este proceso se

exacerba y las grasas movilizadas hacia el hígado no se oxidan con eficacia, además de que las

lipoproteínas pueden no dispersarse debido a la deficiencia relativa de apoproteínas o mecanismos

secretorios inadecuados (Center, 1996; Center, 2005; Reche, 2005).

 Obesidad

En humanos la obesidad ha sido asociada con incrementos en la movilización de grasas hacia el

hígado y a lipidosis hepáticas asintomáticas. La movilización de los ácidos grasos aumenta con el

incremento del volumen de tejido adiposo. Puede ocurrir una leve hiperglicemia debido a la menor

utilización de la glucosa, secundaria a la gran disponibilidad de ácidos grasos. La hiperglicemia

estimula la secreción de insulina, que normalmente disminuiría la lipólisis a nivel de adipocitos, sin

embargo, si la obesidad es marcada, la masa adiposa puede producir una insulinoresistencia. Ésta

sobrepasa la capacidad de la insulina para suprimir la lipólisis y se estimula el cuadro de lipidosis

hepática (Hubbard y Vulgamott, 1992; Center, 1996; Dimski, 1997; Sherding, 2000).

 Diabetes mellitus

Una insulinopenia absoluta o relativa promueve una hiperglicemia en ayunas, intolerancia a la

glucosa y aumento de la lipólisis en adipocitos. Cada uno de estos efectos fomenta la acumulación de

lípidos en el hígado (Center 1996; Sherding, 2000).

 Drogas

Fármacos como las tetraciclinas, los glucocorticoides, el ácido valproico, la amiodarona y el

metotrexato pueden promover el desarrollo de la lipidosis hepática. Las tetraciclinas se acumulan en

el hígado e ingresan en la circulación enterohepática. Pueden inhibir la síntesis hepática de las

apoproteínas con el resultante deterioro en la dispersión de las grasas. Los corticoesteroides

incrementan la lipólisis en los adipocitos y la movilización de ácidos grasos hacia el hígado, esto

5
puede promover lipidosis hepática si existe una anormalidad primaria en la dispersión de grasas o ß-

oxidación en el hígado (Center, 1996; Center, 2005).

 Tóxicos

Muchas sustancias químicas y toxinas vegetales pueden producir lipidosis hepática, si ocurre una

exposición crónica en bajas cantidades. Las intoxicaciones agudas y severas, por lo regular cursan

con necrosis o inflamación hepática más que con lipidosis hepática. Se han identificado en el gato

escasas toxinas, de manera específica, como inductoras de lipidosis hepática clínica. Un ejemplo, son

las mismas endotoxinas bacterianas, producidas por una flora intestinal alterada, que dificultan la

oxidación de ácidos grasos y disminuyen la síntesis de apoproteinas (Center, 1996; Center, 2005).

Perfil Bioquímico

 Alanina aminotransferasa (ALT)

La ALT es específica de hígado en gatos. Es considerada una enzima de liberación, porque la

permeabilidad de la membrana plasmática del hepatocito debe estar alterada si la ALT se encuentra

alta en el suero. Los factores que incrementan la permeabilidad de la membrana son necrosis,

hepatotoxinas, hipoxia, inflamación e infiltración grasa. La vida media de la ALT es corta, y continuas

elevaciones en la actividad de la ALT representan una continua liberación desde los hepatocitos

dañados, pero no representa una medición acertada de la potencial reversibilidad de la injuria

hepática. En la lipidosis hepática se describe un aumento moderado de la ALT (3-5 veces) (Zawie y

Garvey, 1984; Scherk, 2001; Bunch, 2003).

 Aspartato aminotransferasa (AST)

La AST es también una enzima de liberación. La AST está presente primariamente en hígado y

músculo. Aunque la actividad de la AST puede aumentar en una enfermedad hepática, su presencia

en otros tejidos, hacen que su elevación sea menos específica que la ALT para una enfermedad

hepatocelular (Zawie y Garvey, 1984).

6
 Fosfatasa alcalina (FA):

La FA es producida en huesos, hígado, riñones, útero e intestino. Aunque esta enzima puede elevarse

en una variedad de enfermedades felinas, altas concentraciones son más consistentes con una

enfermedad ductal hepática. La FA hepática es una enzima microsomal, producida por el epitelio

ductular biliar, ésta aumenta cuando ocurre una éstasis dentro del árbol biliar. Cualquier proceso que

disminuya el flujo biliar (colestasis), ya sea intrahepático o extrahepático, inducirá una elevación de

esta enzima (Zawie y Garvey, 1984).

La vida media de la FA es considerablemente más corta en el gato (6hrs.) que en el perro (72hrs).

Además, el tejido hepático felino contiene sólo un tercio de la concentración de FA por gramo, cuando

se compara con el tejido hepático canino. Como resultado, las elevaciones de la FA en gatos será más

moderada y ocurre más tardíamente, en una enfermedad hepática, que en el perro teniendo el mismo

grado de colestasis. Pequeñas elevaciones de la FA (dos o tres veces lo normal) debería considerarse

muy significativo cuando se evalúa una enfermedad hepática felina y en la lipidosis hepática se

observa un marcado incremento de ésta enzima (10 – 15 veces) (Zawie y Garvey, 1984; Scherk, 2001;

Bunch, 2003).

 Gama glutamil transpeptidasa (GGT)

La GGT se encuentra en la corteza renal, mucosa intestinal, páncreas e hígado. Esta enzima ha

mostrado incrementos en enfermedades hepáticas inducidas experimentalmente en gatos y aparece

como un buen indicador de colestasis. La sensibilidad de la GGT es similar a la FA en gatos. Algunos

autores describen que, en la lipidosis hepática, la GGT puede encontrarse en rango normal o presentar

un aumento moderado (Zawie y Garvey, 1984; Scherk, 2001; Bunch, 2003).

 Bilirrubina total

Las concentraciones de bilirrubina total varían desde normales (< 0,5 mg/dl.) hasta 18 mg/dl., con

anemia arregenerativa leve a moderada. Esta hiperbilirrubinemia está causada por la colestasis

7
intrahepática. Las pruebas de función hepática son innecesarias cuando la bilirrubinemia total está

elevada y la hemólisis fue descartada como causa posible. En los pacientes sin ictericia y con

hiperactividad enzimática, se indica la evaluación funcional del hígado para definir la intensidad del

compromiso. Las evidencias tempranas de la disfunción hepática pueden mejorar el pronóstico de los

gatos con lipidosis hepática, porque facilitan la atención de sostén precoz (Center, 1996, Berry, 2001;

Bunch, 2003; Rothuizen, 2009).

Conclusión:

Bibliografía:

También podría gustarte