Abel G. Fagundo - Golpes de Dios
Abel G. Fagundo - Golpes de Dios
Abel G. Fagundo - Golpes de Dios
Óscar Mariscal
Sin entrar a considerar siquiera - por absurdas - cuestiones tales como la posible
autenticidad del Necronomicon (1), Lovecraft como poseedor de saberes arcanos, o la
supuesta filiación masónica (2) de Winfield Lovecraft (padre del “Genio de Providence”),
sí quisiera, no obstante, enumerar algunos volúmenes “prohibidos y blasfemos” - cuya
existencia es bien conocida - y que constituyen el referente histórico del libro canónico
de los Mitos de Cthulhu (el anteriormente citado Necronomicon), y de su más directo
antepasado literario: El Rey de Amarillo, creado por Robert W. Chambers.
La literatura ocultista comprende dos tipos de obras: la “Clavícula”, en la que se
expone el Dogma - de forma más o menos velada -, y el “Grimorio”, consagrado al
“empirismo mágico” y que constituye un auténtico formulario de antigua brujería. El
texto ficticio que nos ocupa aúna las dos cualidades, por un lado instruye al iniciado “que
sabe leer”, en la demonología de Los Grandes Antiguos, de “los que esperan siempre
agazapados en el portal”; por otro, provee de un código de fórmulas satánicas para
evocaciones, y parafernalia mágica para defenderse de “Los que Vigilan”.
Tal era el objeto de estas obras temibles - ¡y reales! - que cito a continuación.
Des Secrets Ocultes, de H. Cornelius Agripa. Edición publicada en latín y francés por
Pierre d’Abannes, e impresa en Lieja en 1788. Contiene fórmulas y procedimientos
para evocaciones, supeditación de los espíritus infernales a la voluntad del mago,
preparación de talismanes y amuletos, etc.
Le Grand Albert, publicada por los hermanos Beringos en Lyon a mediados del S.
XVIII.
Le Petit Albert, A. Lyon chez Beringos (S. XVIII). Contiene instrucciones para la
construcción y empleo de figuras cabalísticas y talismánicas, el modo de hacer
padecer a una persona a distancia, conjuros, evocaciones negras, etc.
Las Clavículas de Salomón (3) , pergeñada en los misteriosos subterráneos de
Menfis, e impresa por Alibeck el egipcio. Contiene la manera de evocar a Lucifer,
describiendo las fórmulas usadas por los hechiceros para realizar los pactos
demoníacos.
Les Basses Entrées Trevisanes, descrito por los raros ocultistas que han podido
estudiarlo, como: “la más terrible arma que pudo caer en manos de un brujo, siempre
que sepa leer y comprender el contenido de este desconocido grimorio”.
El Gran Grimorio, versión española de una obra francesa del S.XVIII. Fórmulas,
evocaciones, pactos, signos diabólicos y figuras cabalísticas.
El Grimorio del Papa Honorio. “La fatalidad reina por medio de las matemáticas y no
existe otro Dios que la naturaleza”.
El Libro de la Magia Negra y los Pactos. Escrito por A. E. Waite, Londres 1898.
El Diablo, Su Vida y Su Poder, de Rafael Urbano. Biblioteca del Más Allá, Madrid
1922.
Entre las obras escritas por los inquisidores - de todas las iglesias - encontramos
verdaderas perlas de la superstición y el horror. Estas obras contribuyeron en gran
medida, a la consideración popular de la brujería como un culto organizado - una
auténtica religión diabólica -, cuando acaso no fuera más que un resto de ancestrales
cultos a la fertilidad y la naturaleza.
“No sufrirás que los hechiceros queden con vida” (Exodo, cap. XXII, 18).
Malleus Malleficarum, de los dominicos alemanes Enrique Institor - Kraemer - y
Jacobo Sprenger, 1486.
Notas:
1.: En 1973, L. Sprague de Camp publicó en Filadelfia con el título de Al-Azif El Necronomicon, un
antiguo manuscrito persa que le proporcionó un funcionario corrupto de la administración iraquí.
En 1976, en el programa televisivo español La Clave dirigido por José Luis Balbín, y con motivo de la
emisión de la cinta La Semilla del Diablo, una “autocoronada” “Reina de las Brujas” exhibía ante las
cámaras un ejemplar del execrable y temible Necronomicon. Un año más tarde dos editoriales
anglosajonas publicaban sus auténticas versiones del citado volumen. La norteamericana, preparada por
L. K. Barnes, mezclaba los mitos “lovecraftianos” con los de la antigua Sumeria y con la magia sexual
de Aleister Crowley. La edición inglesa, editada por George Hay, presentaba la supuesta traducción del
celebre alquimista del S. XVII John Dee (personaje real y protagonista de la novela El Angel de la
Ventana de Occidente de Gustav Meyrink), si bien en el material adicional presentado, también aparecen
“hermanados” los Mitos de Cthulhu con Crowley, El Conde de Cagliostro, Madame Blavatsky, y el
oscuro entramado de sociedades secretas del S. XIX.
2.: A pesar de lo escrito por Colin Wilson (en El Necronomicon, de G. Hay) sobre la pertenencia de
Winfield Lovecraft a la francmasonería (y nada menos que como practicante del Rito de Menfis -
Misraim, de carácter simbólico egipcio y muy poco empleado), yo no pondría la mano en el fuego por
esta cuestión; no obstante lo cual, me atrevo a presentar un documento que puede demostrar que W.
Lovecraft no fue un miembro destacado de la masonería bostoniana como pretende C. Wilson. El
documento citado es una obrita escrita por el estrafalario historiador antimasónico León Táxil (La
España Masónica, Barcelona 1888), en la que aparecen nombres y direcciones de los representantes de
las potencias masónicas de la época. En la parte correspondiente a los Estados Unidos de América no
aparece el nombre de Winfield Lovecraft; concretamente, la dirección de la Logia de Massachussetts dos
años antes del nacimiento de Lovecraft era la siguiente:
Gran Maestre: Abraham H. Howland.
Dignatarios: Edwin Wright, Sereno D. Nickerson.
Dirección: Al Gran Secretario, Freemason Hall, Boston (Massachussetts).
Y la correspondiente a Rhode Island:
Gran Maestre: Newton D. Arnold.
Dignatarios: Thomas Vincent, Lymann Klapp, Edwin Backer.
Dirección: Al Gran Secretario, Providence (Rhode Island).
El Supremo Consejo para el grado 33 del Estado de Massachussetts era:
Gran Comendador: Henry L. Palmer.
Dignatarios: Charles Levy Woodbury, Joseph D. Evans, Clinton F. Paige, Heman Ely, Charles T.
Mac Clenachan, George O. Tyler, William R. Higby, Albert P. Moriarty.
Dirección: Al Gran Secretario. 51, Astor House, New York City.
Sí aparece, por el contrario, y ocupando el cargo de Gran Comendador de la Jurisdisción Sur de los
EE.UU., el general Albert Pike, quien según el Dr. Bataille (otro furibundo combatiente contra la
sociedades secretas) en su libro Le Diable au XIX Siècle, sería el Papa del Luciferismo
internacional, cuya sede pontificia se encontraba en Charleston.
4.: Existe una edición facsímil de 1500 ejemplares publicada por Parsifal Ediciones, Barcelona 1989.
5.: Existe una edición publicada en Argentina en los años setenta por la editorial Caymi, de Buenos
Aires.
6.: Existe una edición facsímil realizada por la librería París - Valencia, Valencia 1992.
Óscar Mariscal
o.mariscal@ibermatica.com