Biografías de Ensayistas Salvadoreños
Biografías de Ensayistas Salvadoreños
Biografías de Ensayistas Salvadoreños
Alberto Másferrer
Su educación fue autodidacta en combinación con educación formal. Su gusto por la lectura
le llevó a escoger la docencia como carrera. Entre 1928 y 1930 fundó y dirigió el periódico
Patria, en el cual hacía denuncia social y abogaba por la justicia para con los más necesitados
en el marco de la pobreza generalizada del país. Trabajó como redactor en periódicos y
revistas nacionales e internacionales.
La forma y técnica expositiva del libro de López Vallecillos, sus comentarios justos y los
juicios críticos cortos y medulares, revelan en el autor la madurez definitiva de su
pensamiento y su capacidad para producir esta obra de lineamientos modernos.
José Roberto Cea
Poeta, ensayista, narrador, dramaturgo, antólogo, conferencista y
editor salvadoreño. Nació en Izalco el 10 de abril de 1939. Estudió
periodismo y literatura en la Universidad de El Salvador (UES), aunque
no llegó a la conclusión de su curso de estudios.
Cea es un escritor contemporáneo con bastantes libros publicados:
cuenta al menos con 22 obras publicadas de poesía. Se dio a conocer
con su libro “Los días enemigos”, (1956); ganando el Primer Premio “15
de Septiembre”, en el Certamen Centroamericano de Ciencias, Letras y Bellas Artes de
Guatemala en 1965 y 1966. A partir de ahí, se hace acreedor de varios premios literarios
nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Internacional de Poesía del Círculo de
Poetas y Escritores Iberoamericanos de Nueva York de 1965, el Premio de Poesía en el
certamen latinoamericano Pablo Neruda, Perú, 1974, el Premio Internacional Rubén Darío,
1981 y el Primer Premio en los Juegos Florales agostinos de San Salvador, 1998.
Parte de su extensa obra literaria comprende:
Ponemos pues, este modesto ensayo de historia del derecho salvadoreño, al servicio de
todos los ciudadanos como un instrumento de trabajo para el conocimiento de la colección
de nuestras instituciones jurídicas.
EL AUTOR.
Matilde Elena López
(San Salvador, 20 de febrero de 1919 – 11 de marzo de 2010). fue una
poeta, ensayista y dramaturga salvadoreña.
Durante la década de 1940 formó parte de la Liga de Escritores
Antifascistas, un grupo de jóvenes escritores con ideas de izquierda. En
abril de 1944, participó en el movimiento popular que trató de derrocar
al gobierno del dictador Maximiliano Hernández Martínez. Realizó sus
estudios superiores en la Universidad de San Carlos de Guatemala y en
la Universidad Central del Ecuador; en este último centro de estudios, obtuvo el título de
Doctora en Filosofía y Letras.
En 1958 se incorporó a la Universidad de El Salvador donde laboró como catedrática,
directora de los departamentos de Letras y Vicedecana de la Facultad de Humanidades.
También impartió clases en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”.
En 1961 ganó el primer lugar en los Juegos Florales de San Miguel y los Juegos Florales de
Nueva San Salvador. Desde 1997, era miembro de número de la Academia Salvadoreña de
la Lengua.
Entre sus obras publicadas se encuentran:
La Primera Parte contiene el proceso de las constantes artísticas con sus características
esenciales dentro del marco social. Y cada movimiento artístico culmina con una figura
cimera que concentra los valores universales de una época determinada. Así Homero y
Sófocles en el clasicismo; Dante en la cúspide de la Edad Media; Shakespeare, síntesis del
Renacimiento; Góngora, estilización barroca de lo clásico-renacentista; Racine, en el
neoclasicismo, rompiendo las trabas académicas del Código de Boileau; Moliére, brillante
precursor del realismo en su exacta tipificación de los vicios de la Corte. Así Goethe,
expresión de los valores estéticos del Prerromanticismo en el período del Sturm und Drang
-en un intento de caracterizar las tres etapas de su arte: Prerromanticismo, clasicismo y
realismo-o Y dentro del gran proceso del Romanticismo, la explicación sociológica de los
tres períodos en la estética romántica. Balzac, representante de la novela realista del siglo
XIX con su método de investigación de la realidad. Luego, las llamadas tendencias de
vanguardia que culminaron con el surrealismo y su expresión genial en Ionesco -en el
teatro- y Kafka -en el relato-o Y finalmente, un breve esbozo del realismo social, en la
estética de Bertold Brecht y sus direcciones contemporáneas. Tal el Panorama general de
las constantes artísticas.
En la Segunda Parte, hemos tratado de justificar el realismo como constante histórica desde
su génesis hasta llegar a su fundamentación filosófica. El Ensayo sobre el Realismo es el eje
sobre el que gira el libro en su totalidad. Pero advertimos que en estos momentos, nos
orientamos a un estudio sociológico de las formas de evasión idealista en el arte hasta
culminar en una completa interpretación del surrealismo con sus originales y fascinantes
procedimientos y recursos artísticos.
La Tercera Parte de este libro, es nada más el diseño de una nueva interpretación y análisis
de la obra literaria.
Uno de los principales escritores jóvenes de El Salvador, Miguel Mixco posee lucidez para el
ensayo, como lo ha demostrado en varios trabajos dispersos. Sobre él escribió David
Escobar Galindo: “Sus estudios literarios le dan suficiente consistencia para ser, al mismo
tiempo; serio y desenfadado”. También ha escrito, en forma no desdeñable, poesía.
Es uno de los colaboradores del volumen colectivo El Salvador a fin de siglo (1995) con su
investigación: "La casa en llamas: Decadencia y renovación cultural en El Salvador".
Este ensayo destaca algo que pareciere evidente pero que sigue siendo ignorado: la cultura
ha sido en los últimos 25 años uno de los pilares para el sostenimiento económico y
emocional para el país, para bien y para mal. Los principales protagonistas de ese proceso
han sido la población migrante salvadoreña y sus familias.
Un pie aquí y otro allá ofrece un vistazo a las relaciones entre cultura e igragraciones y sus
impactos en actividades económicas, y las relaciones familiares, las nociones de identidad,
la práctica de la ciudadanía, el arte y la literatura de El Salvador.
Pedro Escalante Arce
Su trayectoria ha sido reconocida por los grados de Caballero de la Orden de las Artes y las
Letras (Francia, 1990) y de la Orden de Isabel La Católica (España, 1995); diploma de honor
otorgado por el Colegio de Humanistas de El Salvador en 1994 y ha recibido varios
galardones entre ellos el Premio Nacional de Cultura.
La obra que nos ocupa viene a cubrir un hueco en la bibliografía histórica, en general, e
histórico jurídica en particular, en lo que se refiere a la condición y fortuna de aquellos
indígenas que fueron reclutados, amistosamente o por la fuerza, por los españoles, para
que les acompañasen y auxiliasen en la conquista de las tierras situadas al sureste de la
Nueva España. Que no sólo fueron los tlaxcaltecas que habían ayudado, tan decisivamente,
a Hernán Cortés a conquistar la ciudad de México-Tenochtitlán, sino otros muchos pueblos
indígenas que habitaban en el Anáhuac: mexicas, cholultecas, texcocanos, xochimilcas,
huejotzingas, zapotecas, mixtecas. Todos genéricamente llamados y conocidos
como mexicanos, y ello porque hablaban y entendían "mayoritariamente el náhuatl,
diverso del antiguo y rancio náhuat, sin tl, de los nahuas de Centro América, los
llamados pipiles, quienes tenían siglos de haber arribado al Istmo". Sin dicho auxilio
indígena, el adelantado Pedro de Alvarado no habría podido apoderarse, entre 1524 y 1530,
de las provincias de Guatemala y de Cuzcatlán (San Salvador, incluida en la gobernación de
Guatemala); ni las ciudades de Santiago de los Caballeros de Guatemala o de San Salvador
haber sido fundadas, defendidas y sostenidas.
Para el escritor, en ese mismo paraje debió ser erigida la villa de San Salvador en su primera
fundación formal, acaecida en 1925, por orden directa del mismo Pedro de Alvarado, y que
tuvo que ser abandonada al año siguiente, de 1526, como consecuencia de la rebelión de
los cuscatlecas.
Rebelde, iracundo pero también muy sensible, Pedro Geoffroy Rivas es un buscador
incansable de la raíz esencial, del pasado y el destino de El Salvador, lo que lo motiva
enérgicamente a crear este fascinante volumen que incluye una esfera temática de ensayos
muy amplia y completa; desde los temas de lingüistica y antropología, hasta los de carácter
histórico y cultural. Mención especial merece su rescate de documentos históricos.
Geoffroy Rivas ha recuperado del olvido, desde una oración al dios Tlaloc hasta un acta
jurídica que da fe de un divorcio del siglo XVIII, pasando por documentos en nahuatl y
castellano de la Cofradía de la Vera Cruz, en Santa Ana.
Rafael Lara Martínez
La tormenta entre las manos. Ensayos polémicos sobre literatura salvadoreña (2000)
Del dictado. Miguel Mármol, Roque Dalton y 1932, del cuaderno (1966) a la “novela –
verdad” (ensayo, 2007)
Poesía completa de Pedro Geoffroy Rivas (2008)
Balsamera bajo la guerra fría. El Salvador – 1932. (historia intelectual, 2009)
Del silencio y del olvido. O los espectros del patriarca. (conjunto de ensayos, 2013)
Del dictado. Miguel Mármol, Roque Dalton y 1932, del cuaderno (1966) a la “novela –
verdad”.
"Del dictado" analiza el modo de producción de uno de "los mejores logros" de la novela
testimonial centroamericana: Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador (1972) de
Roque Dalton. A los presupuestos de la crítica testimonial -un dictado o compilación casi
integral del texto en breves semanas en Praga (1966)- el ensayo contrapone un estudio
riguroso de historiografía literaria. Recupera las ediciones tempranas del texto (1971 en La
Habana y San Salvador) y el cuaderno de notas original (1966, cortesía de la familia). Gracias
a estos dos eslabones, defiende que la escritura de la "novela-verdad" implica un largo
proceso de cinco a seis años de trabajo. Durante este período el poeta complementa los
datos escuetos del informante por una seria investigación de archivo y su propia creatividad
literaria. El paso del cuaderno (1966) a la biografía (1972) asemeja la conversión de "notas
de campo" en "monografía", tal cual lo estudia la retórica de la antropología clásica.
El dictado de una ética marxista hace que toda voz indígena caiga en el olvido y que los
eventos represivos se perciban como "masacre anticomunista". Junto a lo indígena, la
biografía omite desarrollar también la cuestión de género (gender). Por último, el ensayo
observa varios procesos de ficcionalización y de conversión de una cronología irregular en
un orden temporal lineal, rígido, según lo ordena el formato testimonial.
Rafael Menjívar Ochoa
Este ensayo trata de una reflexión acerca de El Salvador, en los primeros años de la guerra
civil; en especial, durante los tres primeros años de la guerra: desde 1979 hasta 1981.
Quienes vivieron esos años en el país vivieron como años de gran efervescencia social, en
donde la organización popular alcanzó dimensiones nunca antes -ni después- vistas.
Quienes los vivieron fuera del país, pudieron ver cómo un país pequeño, el más pequeño
de América continental, el “Pulgarcito de América” como lo llamó la poetisa, Gabriela
Mistral, alcanzaba notoriedad precisamente por la violencia, la organización popular y los
cuestionamientos al sistema. La figura del arzobispo de San Salvador, ahora beato,
Monseñor Oscar Arnulfo Romero, con sus homilías dominicales escuchadas por decenas de
miles de personas y reproducidas en sus partes esenciales en varios periódicos
latinoamericanos, contribuyó a la extraordinaria difusión al exterior de esta efervescencia.
Rafael Menjívar Ochoa, a través de este ensayo, estructurado en tres unidades, tres libros
casi independientes, nos presenta desde diferentes ángulos con diferentes énfasis, “una
narración colectiva y dinámica de uno de los períodos más vertiginosos de nuestra historia”.
Su estilo, también vertiginoso, es el de un periodista que va relatando los hechos a medida
que se le presentan; en este caso, los documentos y los protagonistas.
Ricardo Lindo
Las páginas más valiosas de este libro son, probablemente, aquellas sobre el arte
prehispánico; por cuanto conllevan de investigación e interpretación de un material que no
está a disposición de todo público.
Respecto al lenguaje, todas sus páginas están impregnadas de poesía. Así, cuando escribe
sobre la cerámica prehispánica: “Lentas crecen las piedras hacia la luna llevando en su seno,
como madres indígenas viejas y fuertes, una carga de signos”, o cuando nos habla de los
niños en la obra de Negra Álvarez: “No se mueven manos ni sus pies, y sus rostros pequeños
sólo nos interrogan. La tela tiene un sabor terrestre de cosa que el tiempo ha suavizado. Y
esos ojos no tienen sueños. Despojados en su mundo de latas y trapos viejos, de basura y
tristeza, ostentan sin saberlo el reproche del que aún no ha renunciado a todo, una muda
expresión en la tela deshilachada”.
Este libro, escrito con intuición de poeta y con experiencia de catedrático en Historia del
Arte, puede servir muy bien como lectura referencial y estimulante para quienes estén
interesados en estas disciplinas de la creación artística. Una obra para ser gustada y
meditada.
Su interés por la literatura fue notorio desde muy joven, es así que en
1938 se acerca a Masferrer y, particularmente, al Maestro Gavidia. A los
24 años, publicó su primer libro “Campanario”, el cual reflejó su
sentimiento y sensibilidad. Aunque se licenció en Derecho en la Universidad de El Salvador,
fungió como catedrático de Periodismo en esa misma universidad y trabajó como profesor
de literatura en varios colegios de Educación Media de San Salvador.
Este libro es una selección de las devociones literarias de Ricardo Trigueros de León. Un
hombre que leyó tanto, y que hizo de la literatura su vida, tuvo por fuerza que restringirse
al emprender semejante tarea.
Pese a haber muerto joven, Ricardo Trigueros de León fue motor fundamental del más
importante esfuerzo editorial que conoce nuestro país. En sus manos, la casa editorial del
Ministerio de Educación alcanzó inusitada altura, constituyéndose en el más importante
editor que haya tenido El Salvador.
Roque Dalton
Dalton tuvo una clara conciencia izquierdista y revolucionaria desde sus tiempos
universitarios que los llevaron a ingresar en el Partido Comunista Salvadoreño a los
veintidós años. Formó parte de la llamada Generación comprometida, que reflejó en la
novela “Pobrecito poeta que era yo”, publicada un año después de su muerte.
Fue encarcelado en 1960 y liberado en octubre de ese año, al ser derrocado el presidente
José María Lemus, por lo que se exilió a México, Checoslovaquia y Cuba. Fue asesinado por
sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), bajo la acusación de
ser agente de la Central de Inteligencia de EE. UU.
Algunos de sus títulos destacados dentro del primer género mencionado son los poemarios
"Libro del sábado" y "Otras guerras". De sus ensayos resalta "El ciervo perseguido. Vida y
obra de Roque Dalton". Por otro lado, muchas de sus poesías figuran en varias antologías y
él mismo ha editado a otros autores, tales como Pedro Geoffroy Rivas y Claribel Alegría.