La Revolución Cubana
La Revolución Cubana
La Revolución Cubana
publicado en: GUERRAS | 4Para entender la revolución cubana es imprescindible ver primero los antecedentes de la
revolución.
ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN CUBANA
Desde que se independizara de España, la vida política de Cuba había estado condicionada por la relación que mantenía
con Estados Unidos. Hasta 1933, en la constitución cubana existía una cláusula, conocida como la ‘Enmienda Platt’, que
permitía la intervención norteamericana en la isla, “para proteger la vida, la libertad y los bienes’ de los ciudadanos de
ese país, residentes en Cuba.
Enmienda Platt.
La Estación Naval en la Bahía de Guantánamo se estableció en 1898, cuando Estados Unidos obtuvo el control de Cuba
por parte de España al término de la Guerra hispano-estadounidense, siguiendo con la invasión de la Bahía de
Guantánamo en 1898. El gobierno de Estados Unidos obtuvo una concesión perpetua que comenzó el 23 de febrero de
1903, otorgada por Tomás Estrada Palma, primer presidente de la República de Cuba.
El recién formado protectorado estadounidense incorporó la Enmienda Platt en la Constitución cubana. El tratado
cubano-estadounidense establecía, entre otras cosas, que Estados Unidos tendría completo control y jurisdicción sobre
la bahía de Guantánamo, con propósitos de operar estaciones navales y de embarque, mientras que reconocía que la
República de Cuba mantenía su soberanía.
Hacia 1952, las empresas norteamericanas controlaban el 47,4% de la producción azucarera, el 90% de la producción
de electricidad y de las redes telefónicas, el 70% de las refinerías de petróleo, el 100% de la producción de níquel y el
25% de las casas comerciales, los hoteles y la industria de productos alimenticios.
Desde que comenzó la revolución, Cuba fue hostigada por Estados Unidos. En 1960, el gobierno norteamericano dejó
de comprar azúcar.
Esto condujo a un acercamiento de los cubanos con la U.R.S.S., que se comprometió a comprar medio millón de
toneladas anuales de azúcar durante cuatro años. Estados Unidos decidió entonces no enviar más petróleo a Cuba, que
comenzó a proveerse de la U.R.S.S.
Las compañías norteamericanas en la isla se negaron a trabajar y el gobierno respondió expropiando y nacionalizando
todas las empresas petroleras de ese origen y, luego, las compañías de electricidad y teléfonos.
La economía cubana y la dictadura de Batista
La economía de Cuba dependía de las exportaciones de azúcar, cuya producción y comercialización estaba controlada
por compañías extranjeras. Once empresas estadounidenses controlaban casi 1.200.000 hectáreas, que representaban
el 47,4% de las tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar.
Como en otros países de América Latina, existían, además, grandes latifundios. Según un censo de 1945, 4 mil personas
eran dueñas de más de la mitad del territorio.
A partir de 1944, por primera vez la mayoría de la población pudo participar en elecciones. Sin embargo, los gobiernos
electos continuaron bajo la influencia de Estados Unidos.
En los primeros años de la década de 1950 se incrementaron las acusaciones de corrupción y, ante las movilizaciones
de protesta, un sector del ejército apoyado por compañías norteamericanas y empresarios cubanos, dio un golpe de
Estado. El nuevo dictador fue Fulgencio Batista.
Fulgencio Batista
La dictadura sólo se sostuvo mediante una violenta represión. En poco tiempo, comenzó la resistencia, que unía en sus
reclamos la lucha contra las injusticias y desigualdades del orden social con los planteos de independencia económica y
autonomía y, por lo tanto, contrarios a la injerencia de Estados Unidos en el país y en la región.
En la universidad se colgaron banderas negras como señal de luto por la “muerte de la democracia” y se conformaron
las primeras organizaciones de oposición. Los estudiantes reclamaban el retorno a las formas democráticas de gobierno,
y propiciaban, para ello, como método de lucha válido, incluso la violencia acompañando las protestas masivas de la
población.
PRINCIPIOS DE LA REVOLUCIÓN CUBANA
Los combatientes que asaltaron los cuarteles Moncada (26 de julio de 1953 ) y el de Bayamo, inauguraron con sus
acciones la alternativa revolucionaria, porque estuvieron guiados por un plan y una concepción política, ideológica y
militar idónea para transformar las realidades cubanas de los cincuenta hacia derroteros antiimperialistas y
anticapitalistas.
Y porque el nuevo proyecto se puso a prueba en dos hechos en los cuales se desplegó una organización revolucionaria
que actuó desde fuera y contra el sistema y, a la vez, al margen de los estereotipos ideológicos, de los enfoques políticos
y de las formas de lucha y de organización predominantes en la izquierda del continente.
Cuba era en 1952-1953, un escenario potencial formidable para enfrentar por medio de las armas al dictador, y esa
circunstancia moral, política y psicológica fue crucial para el origen del Moncada y también para el despuntar del líder
revolucionario.
Según idealizaciones de Fidel Castro, los combatientes que lo seguían debían apoderarse de los dos cuarteles,
Moncada, segundo del país y el de Bayamo, entregar las armas al pueblo, invitar a los soldados a unirse al movimiento
insurgente y adoptar las primeras medidas de beneficio social.
Con ello estarían bajo el control de los revolucionarios dos ciudades estratégicas que facilitaría poner en pie de guerra
a Oriente y conmocionar al resto de Cuba. Una vez consolidadas las posiciones, de esa provincia se desataría una nueva
invasión hacia occidente que partiría de Sierra Maestra.
Un dato clave del plan era la confianza que Fidel y sus compañeros depositaron en el descontento de la población,
debido a la crisis acumulada que exacerbó el golpe militar: “si el Moncada hubiera caído en nuestras manos, hasta las
mujeres de Santiago de Cuba habrían empuñado las armas”.
El análisis correcto de aquellas realidades les permitía lograr desde el principio la incorporación de la gente a la lucha,
aspecto que todos sabían y consideraban vital para el despegue y avance del proceso revolucionario. Moncada y
Bayamo representaban el detonante de la lucha popular.
A todo esto, no se buscaba influenciar a la gente con falsas promesas, no se le diría al pueblo “les vamos a dar”, sino
que se les diría “luchen con todas sus fuerzas para poder llegar a la libertad y a la felicidad”.
Por todo ello el asalto a Moncada sería el comienzo del proceso revolucionario y no un fin en sí mismo. Los
“moncadistas” no pretendían su unión con el pueblo, pero éste, humilde y engañado, era susceptible de incorporarse
hasta tanto no creyera en algo o alguien o bien en “si mismo”.
Buscaron con la brecha del 26 de julio, abrirle a la gente la vía de su propia emancipación.
El Moncada fue el hecho histórico y como tal quedó inscrito en la dinámica real que provocó su impacto en la vida
política cubana. Sus valores tienen alcances ambiciosos para la unión del pueblo: mostró aún más crudamente el talante
reaccionario y criminal de la dictadura; surgió de allí el núcleo de la nueva fuerza revolucionaria y el líder que conduciría
después al pueblo por el camino acertado que abrió el 26 de julio.
Cuartel de Moncada
Fidel Castro detenido tras el fracaso del asalto al cuartel Moncada.
REVOLUCIÓN CUBANA
La GUERRILLA:
La expedición será un fracaso desde el punto de vista militar. Castro informará a Frank Pais, el dirigente del
Movimiento 26 de julio en Santiago de Cuba, que el Granma iba a desembarcar en Playas las Coloradas, el 30 de
noviembre (Fidel Castro, con sus ansias de volver a Cuba, compra un yate que se apodaba “El Granma”, con el que
cargaría a un total de 82 personas, siendo el límite del yate de 20 tripulantes).
País se comprometerá a organizar para dicha fecha manifestaciones de protesta en la capital oriental de la isla. Sin
embargo, el yate con los 82 ocupantes se equivoca de ruta y su travesía sufre retrasos a causa de las condiciones
atmosféricas.
Sólo llegará a la costa cubana el 2 de diciembre, cuando ya la policía había reprimido la protesta de Santiago. Por su
parte, ejército y aviación se encontrarán en la zona de Niquero en donde tuvo lugar el desembarco.
El 5 de diciembre el ejército sorprenderá a los revolucionarios en la localidad de Alegría de Pío: fue una matanza. Sólo
se salvaron 15 rebeldes, que se vieron obligados a separarse para escapar de los militares.
Entre los supervivientes se encontraba Gino Doné Paro, un ex partisano italiano que desde Cuba se había unido al
grupo de los revolucionados en México. Doné Paro logró alcanzar Santa Clara para partir, algunos meses más tarde, con
rumbo a Estados Unidos.
Barco ” El Granma”
Mientras tanto en La Habana, el gobierno de Batista estaba convencido de haber acabado con la insurrección y
aseguraba que entre los muertos podía estar también el propio Fidel Castro. Los periódicos mexicanos anunciaron que
Guevara había corrido también la misma suerte. Parecía que el Movimiento 26 de julio – así como ya sucedió en 1953 en
el intento de asalto del cuartel militar Moncada de Santiago- había quedado condenado al fracaso.
Sin embargo, una entrevista concedida al corresponsal del New York Times, Herbert Matthews, en febrero de 1957
revela a la opinión pública cubana e internacional que “el comandante en jefe”, Fidel Castro, no sólo está vivo todavía
sino que incluso está reorganizando su movimiento en una auténtica guerrilla a lo largo de los valles y los bosques de la
Sierra Maestra.
Durante algunos días no lograrán verificar si también el Che se encuentra o no entre las víctimas. Por el contrario,
Ernesto logró salvarse: sólo sufrió una herida leve en el cuello.
La Sierra Maestra vista desde el llano.
Santa Clara:
Será en la guerrilla donde crecerá la amistad y la estima entre Guevara y Camilo Cienfuegos. Ellos serán los que,
durante los últimos días de diciembre de 1958, conducirán la ofensiva decisiva hacia la región de Las Villas, de la que es
capital Santa Clara, en el centro de la isla.
Un mes antes el Che había conocido a Aleida March, una muchacha de 24 años dirigente del Movimiento 26 de julio en
la ciudad de Santa Clara. Entre los dos nació muy pronto un flirt destinado a perdurar en el tiempo.
Después de la conquista de dicha localidad, que comenzó el 29 de diciembre (el ejército de Batista se rindió tras los
primeros enfrentamientos), Guevara y Cienfuegos recibirán la orden de Fidel de marchar hacia La Habana.
La noche de Nochevieja, Batista comunicará a sus colaboradores su decisión de abandonar la isla: lo hará a las tres de
la madrugada del 1 de enero. El día después, el Che se dirigirá hacia la capital cubana junto con Cienfuegos.
El primero es rudo e inconstante; el segundo usa el típico humor cubano para ironizar sobre la vida de guerrillero.
Estos dos caracteres tan diferentes se saldarán en una profunda relación de amistad.
Cuando Castro llegó a La Habana, el 8 de enero de 1959 – después de haberse atravesado toda la isla partiendo desde
Santiago de Cuba- sólo era el “Comandante en jefe” del Ejército rebelde pero su nombre ya se había hecho famosísimo
en todos los rincones de Cuba.
Alrededor de Castro y de su movimiento se coalizaron el Partido Socialista Popular (PSP), de orientación comunista, y
el Directorio, el grupo formado en su mayor parte por estudiantes e intelectuales que en marzo de 1957 ya había
intentado asaltar el palacio presidencial de Batista en La Habana.
En las entrevistas y declaraciones concedidas en la Sierra Maestra, Castro se había limitado a hablar de libertad y
justicia social. Había rechazado muchas veces la etiqueta de “comunista” limitando sus relaciones con el PSP a la unidad
alcanzada en la fase final de la guerrilla después de haber tenido no pocos roces con los dirigentes de dicho partido
sobre los métodos de lucha que había que poner en marcha para acabar con la tiranía de Batista.
La revolución del Movimiento 26 de julio, en el momento de la victoria, se limitó a pedir el final de cualquier
interferencia en la vida política de la isla. Sólo más delante, Fidel se convertirá en un convencido anti – Estados Unidos,
identificando con dicho país la perpetuación del neocolonialismo económico y político sobre América Latina y el Tercer
Mundo.
La Habana:
Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos serán los primeros comandantes de la revolución que entrarán en La Habana el
día de Año Nuevo de 1959. Cienfuegos era un cubano de origen humilde, que tuvo que emigrar a Estados Unidos en
donde se vio obligado a trabajar como camarero para sobrevivir.
En la guerra ganó gloria y fama. Sin embargo, Guevara era el que levantaba la curiosidad general, ejerciendo además
una especie de encanto. Guevara era argentino, nunca había vivido en Cuba antes de la expedición del Granma.
Era el que tenía más influencia e ideales políticos y además era el único que había leído algunos textos clásicos del
marxismo. Sólo Raúl Castro, el hermano menor de Fidel y “comandante del frente oriental” de la revolución,
alimentaban simpatías parecidas a las de Guevara debido a su pasada adhesión a las juventudes comunistas y a un viaje
realizado por los Países del Este de Europa.
Fidel Castro, en cambio, era un político pragmático y no ideológico, fruto de los movimientos nacionalistas cubanos:
había sido el líder de las luchas estudiantiles en la Habana, brillante abogado y militante del Partido Ortodoxo, pero no
se le podía encuadrar desde el punto de vista de su visión política.
La llegada a La Habana de Guevara no hizo más que consagrar el papel de este último como líder del Movimiento 26 de
julio si bien el “líder máximo” seguía siendo Castro. Al Che le esperará la tarea de tomar la ciudad en consigna. Lo hará
estableciendo su cuartel general en La Cabaña, una antigua fortaleza que domina el mar, situada a la entrada de la bahía
de la capital y que en el pasado ya había servido como refugio de españoles, ingleses y de todos aquellos que querían
controlar el acceso a la capital a través del mar.
Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara
Habana 1959
Una vez en el poder, se adoptaron un conjunto de medidas que modificaron de raíz el orden social en Cuba. El ejército
de la dictadura fue reemplazado por el “ejército rebelde”, los cargos de gobierno fueron asumidos por los jefes
revolucionarios y, a partir de allí, se inició la tarea de transformar a la sociedad cubana.
LOS CAMBIOS DE LA REVOLUCIÓN CUBANA
Para modificar las enormes desigualdades económicas que caracterizaban a la sociedad cubana, el gobierno
revolucionario comenzó a aplicar la Reforma Agraria. Una primera ley de 1959 estableció que serían expropiadas todas
aquellas tierras que excedieran las 400 hectáreas, por lo cual se respetarla la propiedad de pequeños y medianos
productores.
No obstante, en 1963 otra ley decidió la expropiación de todas las parcelas mayores de 63 hectáreas. La mayor parte
de las tierras fueron distribuidas entre los campesinos que carecían de éstas y el resto pasó a formar parte de las
haciendas estatales, las cuales ofrecieron trabajo a los desocupados de las zonas rurales.
Con la revolución la formación integral de los estudiantes empezó a combinar el estudio con el trabajo. Aquí se ve a un
estudiante secundario trabajando la siembra de tomates en 1962.
A pesar de haber iniciado una política industrializadora, los fracasos de la misma llevaron al gobierno revolucionario a
reforzar la producción de bienes primarios, fundamentalmente níquel y azúcar.
La política económica llevada adelante por el gobierno revolucionario afectó, desde un primer momento, los intereses
de Estados Unidos en Cuba.
En 1961 Cuba rompió relaciones con Washington y proclamó el carácter socialista de su gobierno y estrechó sus lazos
comerciales con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) y el resto de los países socialistas.
Frente a esta decisión, Estados Unidos presionó a los demás países de América Latina y logró que expulsaran a Cuba de
la Organización de Estados Americanos y rompieran relaciones con su gobierno. Cuba sólo logró mantener relaciones
con México.
Los cambios en la economía fueron acompañados por reformas en otras áreas, que buscaban transformar a la
sociedad cubana. En ese sentido, el gobierno estableció dos áreas de prioridad: la educación
y la salud. Se iniciaron campañas masivas de alfabetización, se crearon nuevas escuelas y universidades, creciendo
notablemente el número de alumnos y maestros.
En cuanto a la salud, se implementó una red sanitaria para garantizar en forma gratuita la asistencia a toda la
población, se crearon nuevos hospitales y clínicas, así como también, institutos de investigaciones médicas.
Una nueva ley de alquileres redujo su valor en un 50%. Además, se otorgaron créditos a largo plazo para que los
inquilinos pudieran comprar sus casas. Se estableció la gratuidad de todos los servicios (agua, luz, gas, teléfonos, etc.) y
el establecimiento de una ración de alimentos y vestimenta para cada uno de los cubanos. También se intentó reducir
las diferencias salariales entre los trabajadores.
La adopción de todas estas medidas, que eliminaban el sistema capitalista en Cuba, sus buenas relaciones diplomáticas
y comerciales con los demás países socialistas y el apoyo brindado a las luchas sociales en diversos sitios del planeta,
llevaron a que Estados Unidos buscara por todos los medios aislar a Cuba de los demás países latinoamericanos y
ahogarla mediante un bloqueo económico y marítimo que afecta al pueblo cubano desde hace décadas.
EL GOBIERNO DE CASTRO: LA IMPLANTACIÓN DEL COMUNISMO
El régimen de Castro pronto mostró su tendencia izquierdista. La reforma agraria promulgada en los primeros años
afectó principalmente a los intereses estadounidenses en la industria del azúcar; Castro prohibió el establecimiento de
plantaciones controladas por compañías de accionistas no cubanas y disminuyó el apoyo a la producción de azúcar en
favor de otros cultivos alimenticios.
RUPTURA CON ESTADOS UNIDOS
En 1960 el gobierno cubano nacionalizó todas las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que Washington
respondió con la imposición de un embargo comercial. En enero de 1961 se rompieron totalmente las relaciones
diplomáticas entre ambos países y el 17 de abril 1.300 exiliados anticastristas, apoyados y entrenados por Estados
Unidos, llevaron a cabo en el sur de Cuba el desembarco de bahía de Cochinos.
En otoño de 1962 las relaciones entre ambos países se volvieron aún más tensas, cuando Estados Unidos comprobó
que Cuba había instalado en su territorio misiles de origen soviético. El presidente estadounidense John F.
Kennedy anunció entonces el bloqueo naval de la isla para evitar la llegada de más barcos soviéticos con armas.
Después de varios días de negociaciones, durante los cuales la guerra nuclear parecía inminente, el presidente
soviético Nikita S. kruschov aceptó el 28 de octubre desmantelar y eliminar las bases de misiles, a cambio de la promesa
del presidente Kennedy de no invadir la isla.
Durante la década de 1960 las relaciones con Estados Unidos siguieron siendo hostiles; en 1962 Cuba fue expulsada de
la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a la presión que el gobierno estadounidense ejerció en contra del
régimen de Castro.
En 1965, por mediación de la Embajada de Suiza en Cuba, los gobiernos de ambos países acordaron permitir a los
cubanos emigrar a Estados Unidos: más de 260.000 salieron del país antes de que el puente aéreo se diera por
terminado de manera oficial en abril de 1973.
John F.Kennedy y Nikita S.Kruschov.
PERIODO DE AISLAMIENTO
Muchas de las actuaciones políticas de Castro distanciaron a Cuba de algunos países de Latinoamérica, aunque fueron
aplaudidas por muchos sectores populares del continente. Después de ser expulsado de la OEA, el gobierno de Castro
fue acusado de intentar fomentar la revolución en Venezuela, Guatemala y Bolivia, país donde el Che, que dirigía un
grupo guerrillero, fue capturado y asesinado en 1967.
Mientras tanto, Cuba continuó dependiendo de la ayuda económica de la Unión Soviética y de los países del bloque
socialista. En 1972 se firmaron varios pactos con la URSS que garantizaban la asistencia financiera soviética, el desarrollo
comercial entre ambos países y la prórroga de los pagos de la deuda cubana; además, Cuba se convirtió en miembro del
COMECON, Consejo de Ayuda Mutua Económica
El I Congreso del Partido Comunista Cubano se realizó a finales de 1975 y un año después se adoptó una nueva
Constitución nacional que incrementó el número de provincias de 6 a 14 y creó la Asamblea Nacional, la cual celebró su
primera sesión en diciembre de 1976 y eligió a Fidel Castro como jefe de Estado y de gobierno.
FIN DEL AISLAMIENTO
A mediados de la década de 1970 Cuba emergió del aislamiento diplomático. En julio de 1975, durante una reunión
realizada en la capital costarricense de San José, la OEA aprobó una resolución de libertad de acción con la que se
modificaba el embargo comercial a Cuba y otras sanciones impuestas en 1964 por esta organización.
Las relaciones con Estados Unidos también comenzaron a mejorar; las restricciones en los viajes a Estados Unidos se
hicieron más flexibles y, en septiembre de 1977, los dos países abrieron delegaciones en las capitales respectivas.
No obstante, Estados Unidos advirtió a Cuba que las relaciones no podrían normalizarse hasta que sus demandas
respecto a las propiedades estadounidenses nacionalizadas fueran satisfechas y Cuba limitara o pusiera fin a sus
actividades en África.
PRESENCIA CUBANA EN ÁFRICA Y AMÉRICA
A mediados de la década de 1960 habían comenzado a llegar asesores militares cubanos al continente africano,
principalmente a Angola y Etiopía. Castro envió militares que formaron parte de la guardia personal de figuras como el
presidente congoleño Alphonse Massamba-Débat.
No obstante, no fue sino hasta 1975 cuando las fuerzas de combate cubanas entraron en plena acción en el
continente, apoyando al gobierno marxista de Angola. Posteriormente, las tropas cubanas reforzaron al régimen
marxista de Etiopía, que resultó vencedor en su guerra contra Somalia en la región de Ogadén. En 1980 las actividades
cubanas se habían extendido hasta el Oriente Próximo, concretamente a Yemen del Sur.
Por lo general, la presencia cubana en el continente africano fue interpretada por Occidente como la punta de lanza
de un creciente dominio soviético en la región.
Como recompensa, Cuba recibió del gobierno soviético ayuda económica por valor de cerca de 3 millones de dólares
diarios. En 1979, y a pesar de su estrecha relación con la URSS, Cuba fue la sede de la VI Cumbre de la Organización de
Países No-Alineados, en la cual Fidel Castro fue elegido presidente para los siguientes tres años.
En 1980 Castro modificó temporalmente las restricciones de salida del país; cerca de 125.000 cubanos huyeron a
Estados Unidos antes de que el flujo volviera a ser detenido, en lo que se conoce como “éxodo del Mariel”. Nuevamente
las relaciones con este país se deterioraron, cuando el gobierno estadounidense acusó a Cuba de ayudar a los rebeldes
izquierdistas de El Salvador; otro punto sensible en las relaciones entre ambos países fue la ayuda brindada por asesores
cubanos al gobierno sandinista de Nicaragua.
Además, en octubre de 1983 cientos de trabajadores de la construcción y personal militar cubanos fueron obligados a
abandonar Granada después de la invasión de la isla por las tropas de Estados Unidos.
Exodo de Mariel.
FIN DE LA AYUDA SOVIÉTICA
En abril de 1989, con motivo de la visita del presidente soviético Mijaíl Gorbachov a La Habana, ambos países firmaron
un tratado de amistad por 25 años.
Miljail Gorbachov.
Aunque Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había
establecido en la URSS. En julio de ese año cuatro oficiales del Ejército fueron ejecutados y otros diez sentenciados a
prisión acusados de contrabando y tráfico de drogas, el peor escándalo desde que Castro había llegado al poder.
Con el colapso de la URSS a principios de la década de 1990, las ayudas y subsidios comerciales del bloque soviético a
Cuba llegaron a su fin y las fuerzas soviéticas fueron gradualmente retiradas del país. Posteriormente, Estados Unidos
endureció aún más las sanciones en contra de las relaciones comerciales con Cuba y en noviembre de 1992 la Asamblea
General de la ONU aprobó una resolución pidiendo el cese del embargo estadounidense.
Estas resoluciones condenatorias de la ONU se repitieron de forma consecutiva en los años posteriores. En 1993 todas
las tropas soviéticas enviadas a Cuba durante la crisis de los misiles ya habían sido retiradas.
ONU
LOS ÚLTIMOS AÑOS EN CUBA
Durante 1993 y 1994 se produjo la denominada “crisis de los balseros”: miles de cubanos cruzaron el estrecho de
Florida después de que fueran levantadas las restricciones de salida; sin embargo, las continuas limitaciones impuestas
por Estados Unidos a la entrada de ciudadanos cubanos en ese país incumplían los acuerdos migratorios a los que se
había comprometido después del “éxodo del Mariel”.
Esta situación llevó a los gobiernos cubano y estadounidense a mantener conversaciones bilaterales, cuyo resultado
fue un nuevo acuerdo que normalizó la situación.
En 1996 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley Helms-Burton, que profundizó en el boicot económico ya
existente al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran relaciones comerciales con otras (filiales o no)
radicadas en la isla. La Unión Europea, en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros de
Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de esta ley.
Esta normativa no ha sancionado todavía a ninguna de las empresas que comercian con Cuba, pero sí ha disuadido a
aquellas que desean tener relaciones comerciales con la isla.
En enero de 1998 el papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a la isla de Cuba, durante la cual se mostró a favor de
un cambio de la política de Estados Unidos hacia la isla por “lesionar a los más necesitados”. Fidel Castro criticó el
embargo estadounidense, al que calificó como “genocidio con el que se intenta rendir por hambre al pueblo cubano”.
El Papa celebró varias misas multitudinarias, pidió la reconciliación de todos los cubanos y destacó la importancia
capital del catolicismo en la formación última de la nación. Asimismo, solicitó la liberación de los presos políticos que
llevaran más tiempo en las cárceles cubanas, petición que fue llevada a efecto de manera parcial semanas después por
el régimen castrista.
El Papa Juan Pablo II y Fidel Castro 1998
Entre los meses de julio, septiembre y octubre de ese año la isla caribeña se vio sacudida por una serie de desastres
naturales: así, cerca de un millón de personas se vieron afectadas por la devastadora sequía que afectó durante los
meses estivales a las provincias del Oriente insular (Holguín, Las Tunas, Guantánamo, Granma y Santiago de Cuba).
Buena parte de las cosechas se perdieron y la escasez de agua potable obligó al abastecimiento de la población y de la
cabaña ganadera mediante de camiones cisterna.
Poco después, el huracán Georges alcanzó, procedente de la República Dominicana y Haití, el territorio cubano,
concretamente las ya damnificadas provincias orientales, dejando a su paso grandes inundaciones y destrozos, lo que
provocó graves pérdidas en la economía cubana, que vinieron a añadirse a los dañinos efectos de la prolongada sequía.
La ciudad de La Habana fue la sede de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en
noviembre de 1999. Tan sólo acudieron a ella 21 mandatarios, entre los que se encontraba el rey Juan Carlos I, el primer
monarca español que visitó la isla, y por diversas razones faltaron cinco presidentes americanos (los de Chile, Argentina,
Nicaragua, Costa Rica y El Salvador). Al término de la Cumbre, los asistentes firmaron la llamada Declaración de La
Habana, que entre otras afirmaciones instaba al gobierno estadounidense a poner fin a la aplicación de la ley Helms-
Burton.
FIDEL CASTRO:
Castro, Fidel (1927- ), político cubano, principal dirigente de Cuba desde 1959. Castro nació el 13 de Agosto de 1927 en
Mayarí; era hijo natural de un inmigrante español, plantador de azúcar. Se afilió al Partido del Pueblo Cubano en 1947, y
se doctoró en leyes por la Universidad de La Habana en 1950.
Fidel Castro
Después de que Fulgencio Batista se hiciera con el control del gobierno cubano en 1952 y estableciera una dictadura en
el país, Castro se convirtió en el líder del grupo Movimiento, facción antigubernamental clandestina cuyas acciones
culminaron con el asalto al cuartel de Moncada (en Santiago) el día 26 de junio de 1953, hecho por el cual fue
encarcelado.
En el juicio se hizo cargo de su propia defensa, cuyo alegato se convirtió en un discurso (La historia me absolverá), que
más tarde se convertiría en una importante consigna política para
los revolucionarios.
Fidel Castro firma como Primer Ministro 1959
Condenado a 15 años de prisión, fue amnistiado en 1955, y se exilió sucesivamente en Estados Unidos y México, donde
fundó el Movimiento 26 de Julio. En 1956 regresó a Cuba con una fuerza de 82 hombres, de los cuales 70 murieron en
combate nada más al desembarcar. Castro, su hermano Raúl y Ernesto Che Guevara, se encontraban entre los 12
supervivientes.
El Che , Raúl Castro y Fidel Castro
El Movimiento 26 de Julio fue ganando apoyo popular, principalmente en los ámbitos estudiantiles (Directorio 13 de
Marzo), y en diciembre de 1958, con respaldo del Partido Popular Socialista, avanzó hacia La Habana, acto que pondría
colofón a la Revolución Cubana. Castro se declaró a sí mismo primer ministro en febrero de 1959, cargo que ostentó
hasta 1976, en que asumió la presidencia del Consejo de Estado, que según la reforma constitucional de ese año
englobaba la jefatura del Estado y del gobierno.
Fracasado su intento de establecer relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció acuerdos sobre
armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración
de sus rivales políticos. Nacionalizó los recursos cubanos,
afrontó una profunda reforma agraria basada en la colectivización de propiedades y estableció un Estado socialista de
partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista, que en 1965 pasaría a denominarse Partido Comunista
Cubano y cuya secretaría general asumiría Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos al exilio.
Partido único
Bandera del Movimiento 26 de Julio creado en 1953 por un grupo de nacionalistas cubanos entre los que se destacaba
Fidel Castro y al cual Guevara ingresó en 1955.
Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las empresas de titularidad estadounidense, y en
1960 anuló los acuerdos comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió con la primera Declaración de La Habana,
reafirmando la soberanía cubana frente al imperialismo estadounidense.
En 1961 Estados Unidos respaldó a un grupo de exiliados cubanos, en un infructuoso intento por derrocarlo, en el
conocido como desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento Castro se alineó abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y
militar. En 1962 estuvo a punto de producirse una guerra nuclear, cuando la URSS situó en Cuba cabezas nucleares de
alcance medio, ante la oposición estadounidense.
La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó tras la celebración de negociaciones entre el presidente
estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y el máximo dirigente soviético, Nikita Kruschov.
Durante las siguientes décadas, Castro alcanzó gran reconocimiento en el Tercer Mundo, gracias a su liderazgo del
Movimiento de Países No Alineados (que presidió entre 1979 y 1981). A finales de la década de 1980, cuando la URSS
inició sus procesos de glasnost (apertura) y perestroika (reestructuración), Castro mantuvo su régimen.
Sin embargo, con el inicio del proceso de desintegración de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua
Económica) en 1990, los problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993, en un intento por alcanzar una
economía mixta, Castro aprobó reformas económicas limitadas que legalizaron algunas empresas privadas.
Si por algo ha sobresalido Cuba en los últimos años es por subsistir a la enorme presión internacional, anticomunista y
a favor de una clara democracia. El régimen cubano, junto al gobierno de China, Corea del Norte y Vietnam, son los
únicos ejemplos de comunismo vivos en el mundo de hoy. Fidel Castro ha seguido siempre fiel a sus ideas y ha tachado
más de una vez al sistema capitalista de otros países de hipócritas y extorsionadores.
También ha declarado reiteradamente que en Cuba sí que existe una democracia aunque esta siga un modelo distinto
al convencional.
La sociedad cubana está permanece en completo silencio político, ya que cualquier disidente es encarcelado por el
gobierno de Castro. Entre este problema de libertad de expresión y pensamiento, otro de los mayores problemas de la
sociedad cubana de los últimos años, y que ha sido noticia gracias a la aventura internacional del pequeño niño balsero
Elián González,
es el problema de la emigración de cubanos anticastristas a las costas de Florida, propiciada por leyes como la llamada
ley de Ajuste Cubano que permite a todo emigrante cubano recibir derecho de residencia en estados unidos siempre
que alcance tierra estadounidense.
Medidas como estas aumentaron el alcance del éxodo de familias cubanas a Estados Unidos de manera precaria e
ilegal. Dando lugar a mayores discusiones entre los gobiernos de ambos países, y altercados fomentados por la
oposición al régimen tanto de dentro como de fuera de la isla los cuales son descritos por castro como instrumentos de
la política estadounidense contra el pueblo cubano.
Con respecto a su sucesión presidencial, hoy a casi 80 años de edad cuando se le pregunta por este tema el responde
así: “Cuando un carácter rebelde me llevó al arriesgado oficio de luchador revolucionario que nadie me impuso, sabía
también que era poco probable que sobreviviera mucho tiempo.
No era Jefe de Estado y sí un hombre muy común. No heredé cargo alguno ni soy Rey, no necesito por tanto preparar
sucesor, (…) nunca sería para evitar el trauma de una transición caótica. (…) La transición de un sistema social a otro se
viene haciendo desde hace más de cuarenta años.”
ALGO MÁS SOBRE FIDEL CASTRO
Opositor acérrimo a la hegemonía de Estados Unidos en el continente americano, Fidel Castro impulsó y financió
muchos movimientos revolucionarios, por su Cuba natal.
LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA DE BATISTA
Desde el comienzo, Fidel Castro fue un abierto opositor a Batista, al punto que abandonó su trabajo y formó un grupo
clandestino de resistencia junto con su hermano Raúl y Mario Chanes. Unidos complotaron para derrocar a Batista,
acumulando armas y municiones para iniciar una revuelta popular, comenzando por el asalto al Cuartel Moneada el 26
de julio de 1953. Sin embargo, la intentona fue un desastre y cerca de 35 de los partidarios de Castro murieron en la
incursión. Perseguido como enemigo del Estado, fue capturado por la policía y sometido a juicio por sedición.
Haciendo gala de su oratoria y sus conocimientos jurídicos, Castro articuló su propia defensa ante el tribunal y antes de
concluir sus argumentos dijo: « ¡Les advierto que; recién estoy empezando! Si todavía existe en sus corazones un
vestigio de amor a la patria, amor por la humanidad, amor por la justicia, escuchen atentamente… Sé bien que el actual
régimen intentará esconder la verdad de todas las maneras posibles (…), pero mi voz no ha sido acallada todavía.
Condénenme.
No importa. La historia me absolverá». Estas frases pasarían a la posteridad y ayudarían a construir la leyenda de Fidel
como un rebelde comprometido con la libertad de su país. Sin embargo, el tribunal lo condenó a quince años de prisión
en la penitenciaría de la Isla de Pinos, cercana a la costa sudoccidental de Cuba.
BAHÍA DE COCHINOS Y LA CRISIS DE LOS MISILES
Durante meses, la central de inteligencia estadounidense CIA planificó una invasión a Cuba con cerca de 1.500 cubanos
exiliados que habían sido entrenados por el ejército norteamericano en Guatemala, Puerto Rico y Nicaragua. Bajo el
mando de José San Román y Ernesto Oliva, el 15 de abril de 1962, mediante una operación anfibia y aérea, fueron
bombardeados los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba por aviones
norteamericanos camuflados con los colores de la Fuerza Aérea cubana.
La invasión comenzó según lo pronosticado, pero la falta de apoyo aéreo por parte de los norteamericanos a las
fuerzas de infantería que desembarcaban en la playa, hizo que la invasión fracasara estrepitosamente y permitió que
Castro pudiese legitimarse ante la comunidad internacional.
Lugar de instalación de los misiles, noviembre de 1962.
Sin embargo, durante el lapso de ese mismo año, Cuba volvería a estar en la palestra, pero esta vez en medio de una
posible conflagración entre los Estados Unidos y la Unión Soviética.
El 16 de octubre de 1962, un avión espía U-2 de la Fuerza Aérea norteamericana identificó una serie de instalaciones
militares cubanas que luego resultaron ser plataformas de misiles nucleares soviéticos, instalados en la isla con permiso
de Castro.
Frente a una amenaza atómica a 90 kilómetros de la costa estadounidense, el gobierno de John Kennedy decretó un
bloqueo marítimo alrededor de la isla, como medida de presión tanto contra los cubanos como los soviéticos. Durante
trece días, el ambiente se tensionó de tal modo que se pensó que en cualquier momento estallaría una guerra nuclear
entre Estados Unidos y la U.R.S.S. Sin embargo, el conflicto fue disminuyendo poco a poco y se solucionó mediante el
retiro simultáneo de las instalaciones soviéticas en Cuba y las plataformas de misiles de mediano alcance que los
norteamericanos tenían en Turquía.
Firma
CHE GUEVARA:
Firma.