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Arquitectura Neo Sumeria

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El Rey de Gudea de Lagash

Parece que Gudea (2144 a.C. y 2124 a.C., las fechas de su reinado no son
seguras) fue un rey independiente gobernador de Lagash, pero no al estilo de
los anteriores monarcas acadios. Del territorio sobre el que gobernaba no se
sabe a ciencia cierta. Seguro que controlaba la ciudad de Girsu o Ngirsu, al
norte de Lagash, donde se han encontrado la mayor parte de las estatuas de
su persona, y que posiblemente mantuviera también algún tipo de control
sobre el centro y el sur de Mesopotamia antes del renacer de las ciudades de
Uruk y Ur.
Gudea fue el más célebre de los gobernadores de Lagash. Los soberanos de la
ciudad de Lagash, durante el Renacimiento sumerio, jamás se atribuyeron el
título de rey, sino el de ensi o patesi (enviado). Gudea fue el segundo en la
línea sucesoria de la II Dinastía de Lagash. Este ensi, que gobernó Lagash
durante poco más que quince años, construyó templos, palacios, y edificios
de este tipo, y nos ha dejado una gran serie de retratos suyos.
Hoy en día se cuenta con más de 30 estatuas esculpidas en roca volcánica:
diorita azul o dolerita negra. Aparece vestido siempre como monje, con
túnica, hombros descubiertos y las manos juntas en actitud de oración.
Producen una impresión de serena majestad y de intenso fervor religioso. En
la época de Gudea, la ciudad de Lagash disfrutó de los beneficios de la paz y
de una extraordinaria prosperidad. Patesi era un rey sacerdote que
gobernaba una ciudad-estado. Su máxima obra fue la construcción del
templo de Eninnu, consagrado al dios Ningirsu.

La estatua representa a Gudea, el más célebre de los príncipes de la ciudad-


estado de Lagash. En la escultura aparecen inscripciones en las que se explica
que la estatua fue una ofrenda a Ningizzida, una deidad sumeria en la antigua
Mesopotamia, a quien se conocía como él o la "Señor/a del árbol de la vida"
y que acompañaba siempre a Tammuz, custodiando ambos las puertas del
cielo.
El renacimiento sumerio

La etapa Neo sumeria

Con la caída del Imperio acadio, el centro y Sur Mesopotámicos a pesar de


estar nominalmente en manos de la dinastía qutu y haber sido los propios
sumerios los que habían cooperado con los qutu en la caída del Imperio
acadio, las ciudades-Estado se alzaron para recuperar su independencia.
Esta nueva etapa abarcó aproximadamente 100 años, del 2110 al 2004 a.c y
se caracterizó por un continuismo en torno a la estructura administrativa y
económica del Imperio acadio asentada en un continuismo de las tradiciones
sumerias con incorporaciones culturales de ese periodo.
Sin embargo una de estas ciudades, Ur, con una perfecta simbiosis de lo
sumerio y lo acadio, retomaría la idea imperial, volviendo a hacer de
Mesopotamia, un todo unitario. El largo periodo de paz que se abría y la
prosperidad económica, permitieron que todo lo sumerio renaciera: Lagash,
Uruk y Ur fueron los artífices.

II Dinastía de Lagash
Lagash había estado gobernada durante el Imperio Acadio por príncipes
locales dependientes del poder central, después de un largo vacío una serie
de reyes relanzaron esta dinastía y prepararon el terreno para el
sobrevimiento del apogeo cultural que reinó en todo el territorio sumerio y
que aconteció durante la III dinastía de UR.
De los cuatro primeros ensis, Kitusida. 2275 a.c, fue coetáneo de Rimush,
mientras que Engilsa 2265 a.c. el siguiente, lo fue de Manishtushu, el
tercero Ur ´a, 2245 a.c. lo fue de Naram-sin y el último Lugalushumgal, 2230-
2220 a.c. lo fue a su vez de Naram-sin y de Sharkalisharri. De los siguientes
hasta Ur-Baba, se carecen de datos históricos.
Después gobernaron en Lagash una serie de seis ensi, que por sus vínculos
familiares lograron alcanzar las más altas cotas de prosperidad económica y
cultural
El primero de ellos fue Ur-Baba, 2155-2142 a.c. periodo en el que el poder
central apenas existió y coetáneo a la IV Dinastía de Uruk, probablemente
accedió al poder a través de un golpe de estado; dominó un amplia zona del
Sur Mesopotámico y fue recordado por sus empresas agrícolas, centradas
sobre todo en la excavación de canales.
A Ur-Baba le sucedió su yerno Gudea, 2150-2125 a.C. fue quizás el ensi más
significativo de Lagash, personaje que ha pasado a la historia como el
prototipo de rey piadoso, justo, sabio y perfecto. Pocas son las cosas que se
saben de él, quizás su interés por los trabajos de utilidad pública y religiosa;
fue un buen gobernante y un mejor administrador, alcanzando Lagash y
probablemente todo el centro y sur mesopotámicos, sus cotas más altas en
los campos del Arte y la Literatura.

La II Dinastía de Umma
Umma vecina de Lagash, con la que había mantenido viejos contenciosos y
que también había formado parte del Imperio acadio y posteriormente de la
horda qutu, estuvo gobernada por príncipes locales con grandes ansias de la
vuelta a las estructuras políticas del pasado, sumándose a las
manifestaciones independentistas de las demás ciudades.
No se conoce nada relevante de esta ciudad durante los periodos acadio y
qutu, desaparecidos los invasores, Umma pasó a manos de Ur-Nammu.

La IV Dinastía de Uruk
Esta dinastía coetánea de la de Lagash estuvo formada por una serie de ensis
abarcando un periodo comprendido entre el 2200 y el 2150 a.C.
Estos reyes dinásticos destacaron los siguientes nombres: Urningin, ur-gigir,
kudda, puzur-ili, ur-utu.
La V Dinastía de Uruk
La Lista Real tras señalar que la horda qutu había sido derrotada,
puntualiza: el poder real pasó a Uruk.
Se menciona un solo rey para esta dinastía, siendo más un deseo de
magnificar su nombre que a la realidad histórica de una nueva
Dinastía, Utukhegal, 2123-2113 a.c. y fue el sumerio que expulsó a los qutu,
aunque este rey fue recordado también por otros hechos como el arbitraje
entre Lagash y Ur por cuestiones fronterizas, donde los terrenos reclamados
por Lagash le fueron devueltos a esta, estos terrenos los reclamaba Ur-
Nammu quien en realidad buscaba liberarse del yugo de su rey, utilizando a
Lagash, ya en decadencia, como elemento de distracción.
Utukhegal vivió en sus dos últimos años de reinado como Ur-Nammu se
proclamaba independiente desde Ur, incluso atacándole y desplazándolo del
poder.
Libre ya de Utukhegal, el rey de Ur puso en el trono de esta ciudad a un
gobernador local, llamado Ur-Abba.

La III Dinastía de Ur
La IIIª Dinastía de Ur, última de las Dinastías sumerias, en ella reinaron cinco
reyes por un total de 108 años.
Se desconocen las razones por las cuales Uruk fue derrotada, dejando la Lista
Real la típica frase de “Uruk fue vencida por las armas, la realeza pasó a Ur”.
Se sabe que Ur-Nammu, 2112-2095 a.C. fue enviado a Ur para controlarla,
actuando en un primer momento como gobernador para luego sublevarse
desde ésta contra su legítimo rey. La causa de esta sublevación habría sido
muy probablemente la resolución de un contencioso entre Lagash y Ur, una
decisión en contra de Ur-Nammu hizo que este se revelase contra Utukhegal,
proclamándose independiente.
No se conoce muy bien la ascendencia de este rey, bien se ha creído en la
posibilidad de una relación de hijo-padre con Utukhegal y de ahí su rápida
ascensión al trono, de todos modos Ur-Nammu inició su reinado cuando
todavía el de Utukhegal no había acabado, ocupando por la fuerza
posteriormente Lagash y mas tarde Uruk y Nippur entre otras ciudades-
Estado, proclamándose Rey de Sumer y Akkad y reasentando las bases para
un nuevo Imperio, con peso político en el centro y sur Mesopotámicos.

Se dedicó a la tarea de organizar administrativamente el país, superando el


concepto de ciudad-Estado, al centralizar los poderes en su persona y la
capitalidad en Ur; levantó magníficas construcciones religiosas y se dedicó a
la labor de restaurar y construir canales, fortificó con murallas su capital,
estableció un nuevo sistema de pesas y medidas, así como un calendario,
resolvió problemas territoriales mediante una reforma catastral y reabrió las
comunicaciones y el comercio a gran escala, asegurando con todas estas
acciones la prosperidad económica del país. El territorio del Estado lo dividió
en provincias colocando al frente a sus antiguos gobernadores.

Como hechos destacables podemos nombrar la remodelación del barrio real


y religioso de Ur, así como la construcción de varios templos y zigurat, como
el que dedicó al dios de la luna, Nanna en Ur, y otros en Uruk y Nippur.
También como legado nos dejó una estela que conmemoraba todas las
construcciones realizadas por Un-Nammu, como la del zigurat de Nanna en
Ur, el de su pareja Ningal llamado Giparu, y el de Nisum llamado Emaj. Fuera
de Ur, las edificaciones de Ur-Nammu son el templo de Shamash en Larsa, los
santuarios de Enlil y Ninlil en Nippur, el de Innanna en Uruk y el de Ninhursag
en Kesh.

Estela de Ur-Nammu

Ur-Nammu completó la expulsión de los qutu, y acabó muriendo en el campo


de batalla donde fue abandonado. Tras su muerte fue deificado.
A Ur-Nammu le sucedió, su hijo Shulgi, 2094-2047 a.C. su largo reinado, de 48
años, lo empleó en consolidar la herencia económica y social de su padre y
en proseguir, dentro de una paz general, con el renacimiento cultural de Ur,
convirtiéndose en un constructor tanto o más activo que su progenitor.

Encontró dos puntos conflictivos en la periferia Noreste de su Imperio, el


primero de ellos centrado en la fortaleza de Simurrum, a la que finalmente
pudo doblegar y que debido al carácter insurrecto de estos pueblos, le llevó a
construir el llamado “Muro de los territorios no incorporados” levantado
muy probablemente al Este del Tigris.
En el segundo caso encontramos la zona del Elam, centrada en la segunda
fase de su reinado, donde tuvo que combatir con las regiones donde se
asentaban lullubi y amorreos, todavía revueltas por el paso de los qutu, y en
las que acabó casando a varias de sus hijas con gobernadores locales, con el
deseo de pacificar el flanco occidental de su Imperio.
También debió afianzar la política exterior de su reinado, uniéndose en un
matrimonio dinástico que fortaleció la relación con Marjashi, una autonomía
que se sitúa en el sureste de Irán.
Como podemos observar, este rey o ensi, utilizó con asiduidad
estos matrimonios diplomáticos, concertados con sus enemigos de las
regiones levantadizas, para asentar su influencia en ellas y apaciguar la zona,
circunstancia que posteriormente veremos muy implementada en el
medievo.
Además de organizar el ejército y de reformar pesas y medidas, Shulgi fue
capaz de articular un Código Jurídico con el cual regularizó la actividad
económica del Imperio y estableció un nuevo orden social. Otras de las
innovaciones más importantes que instauró fue la exigencia de una serie de
obligaciones a todas sus provincias, a las que debían de satisfacer sus
gobernadores.
Utilizó el título de Rey de las cuatro regiones del mundo, amén del de Rey
de Sumer y Akkad; hacia la mitad de su reinado ya fue divinizado.
Tumba real de Shulgi
Su actuación en el campo de la
cultura fue notable creando varias
escuelas y fue capaz de tocar
hasta ocho instrumentos,
convirtiéndose en el primer Rey
músico de la Historia, también
llegó a destacar en otras
disciplinas como la literatura,
dejándonos un legado de
numerosos escritos, que debieron
circular en los ambientes letrados
de la época.

Se desconoce cómo murió Shulgi,


aunque se cree que pudo ser
debido a un complot orquestado
por tres de sus hijos.

Tras Shulgi, el trono de Ur lo ocupó su hijo Amar-Sin, 2046-2038 a.c. sin que
se produjera contestación alguna ni revoluciones internas. Sus nueve años de
gobierno transcurrieron dentro de una tónica de paz general y bajo su
gobierno Sumer gozó de una etapa de prosperidad general.
De este rey poco se conoce, salvo que hizo uso de campos de concentración
para sus prisioneros, se cree que su muerte fue causada por la infección de
alguna herida.
Posteriormente el trono pasó a manos de su hermano (en vez de a sus hijos,
situación que hace pensar en un posible complot de los hijos de Shulgi hacia
su persona)
Shu-Sin, 2037-2029. Este rey realizó diversas campañas militares; pero el
peligro se cernía sobre Sumer; y propiamente por la zona Oeste del Éufrates,
los amorreos, por lo que Shu-Sin mandó construir un muro que unía el Tigris
y el Éufrates por la zona Norte del actual Bagdad y que recibió el nombre de
“Muro de Amurru” con una longitud de unos 286 km. y que detuvo la
invasión por parte de estos; por unos años. Shu-Sin también continuó con las
alianzas matrimoniales con otros Estados. Su reinado finalizó sin que se sepa
muy bien cómo.
A la muerte de Shu-Sin, ocupó el trono su hermano Ibbi-Sin, 2028-2004 a.c. y
de nuevo la sucesión entre hermanos se produjo sin ningún tipo de
altercado. En esta época poco a poco el Imperio se iba volviendo inestable
debido a las presiones fronterizas y hacia el 2017 a.c. los amorreos
franquearon el Muro de Amurru y se lanzaron sobre Sumer. Aunque Ibbi-Sin
venció a tales invasores, los amorreos, tras haber superado el Muro,
asumieron el control de las provincias norteñas de Imperio. Ante esta crítica
situación Ibbi-Sin recurrió al Comandante de las tropas Septentrionales
llamado Ishbi-Erra que gracias a su ayuda pudo prolongar su reinado, aunque
a costa de un elevadísimo precio ya que Ishbi-Erra alcanzó a cambio pleno
control de la provincia de Isin y de la capital religiosa de Nippur, aunque poco
después ya reclamaría el control sobre el resto de ciudades sumerio-acadias
hacia su persona.

Esta situación fue aprovechada por algunas ciudades-Estado para reclamar su


independencia, produciéndose primero esta situación en las ciudades más
alejadas para pronto pasar a las más próximas.

Esta situación a la vez que debilitaba el poder central causaba serios golpes al
conjunto de la economía de Sumer, lo que provocó una fortísima inflación
que desembocó irremediablemente en una terrible carestía de productos
básicos.

Este nuevo ensi independiente que ya se había nombrado rey de Sumer pudo
comprar la retirada de los amorreos y hacer así efectiva la ruptura del
Imperio de Ur en dos monarquías, una la de Ur, con Ibbi-Sin al frente y al
mando solo de las tierras de la capital y sus cercanías y otra, la de Ishbi-Erra
que ostentaba el mando de gran parte de las ciudades sumerio-acadias.

En el año 21 del reinado de Ibbi-Sin, los elamitas se alzaron contra Ur


apoderándose de ella, saqueándola y destruyéndola, el divino Ibbi-Sin fue
llevado a Ashan y hecho prisionero, donde moriría.

Era un zigurat o torre escalonada, dispuesta sobre todo para que la divinidad
pueda descender del cielo a la tierra. La mayoría de poblaciones sumerias
tienen construcciones análogas. Además de Ur, Uruk, Nippur, Larsa y Eridu
han conservado los restos de su zigurat entre sus ruinas. Estos monumentos
tenían de tres a siete pisos, cada uno de base más reducida que el inferior, y
corresponden al tipo de edificio que describe la Biblia con el nombre de
‘Torre de Babel”, el zigurat de Babilonia, al que nos referiremos al hablar del
arte neobabilónico.
Antes de visitar el zigurat de Ur, vale la pena que hagamos mención a las
características generales de estos importantes monumentos. Desde un punto
vista arquitectónico, el zigurat no es más que una torre compuesta por una
superposición de pisos de diferentes colores que formaban una pirámide
escalonada. Estas terrazas superpuestas, que servían de base al templo, iban
decreciendo en altura, la superficie superior más pequeña que la inferior. Las
terrazas comunicaban de un piso a otro a través de las escaleras o rampas de
acceso que permitían llegar hasta la cúspide, lugar donde se situaba el
templo o la capilla del dios. Allí, en la cima, lo humano intentaba contactar
con las fuerzas divinas, al igual que en las pirámides se establecía el vínculo
con lo sagrado. La idea de una escalera entre el cielo y la tierra quedaba así
maravillosamente plasmada.
El zigurat apareció a finales del III milenio, aunque su tipología constructiva
es antiquísima, se remonta al IV e incluso a finales del V milenio a.C. El origen
de estas formas escalonadas debe buscarse efectivamente en los templos
levantados sobre plataformas de uno o dos escalones, que eran la base de
muchos templos del año 3000 a.C. Pero es a partir del año 2000, durante la III
Dinastía de Ur (2112-2004 a.C), cuando se empiezan a construir en forma de
terrazas de muchos pisos, logrando proporciones monumentales.
Una tipología bien definida de zigurat se fija en su época de mayor esplendor,
alrededor del II milenio a.C, aunque su estructura fue evolucionando al
introducirse pequeñas modificaciones.
Las excavaciones de Mesopotamia han dado a conocer tipologías diferentes
de este monumento. En el sur, la base era rectangular. De uno de sus lados
mayores salía una escalera, perpendicular a la terraza, y otras dos se reunían
en la cúspide. A esta terraza se añadían otras dos, más pequeñas, y con una
escalera que las comunicaba. El norte del país poseía otra tradición
arquitectónica. La superposición de terrazas era con base cuadrangular y los
lados iban estrechándose progresivamente. Podían tener rampas en lugar de
escaleras. Y finalmente, una tercera tipología combinaba ambas soluciones.
Estos monumentos arquitectónicos eran construidos en ladrillo, por lo que
muchas arquitecturas han llegado hasta la actualidad en estado de completa
destrucción. Algunos, incluso, exigían continuas obras de restauración y
reconstrucción ya en su momento.
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