La Persona Jurídica
La Persona Jurídica
La Persona Jurídica
Derechos y Obligaciones
1. Introducción
2. ¿La persona jurídica, como sujeto de derecho puede contraer todo tipo de derechos y
deberes?
3. Conclusiones
4. Referencias bibliográficas
Introducción
Nos referimos : al sujeto de derecho como el ente al cual el ordenamiento jurídico imputa derechos y
deberes; así mismo, indica que se atribuye a la persona la calidad de ser el centro de imputación normativa
y señala que el sujeto de derecho se puede clasificar en cuatro categorías:
1.-El concebido; se reconoce al concebido una identidad propia, es un ser humano genéticamente distinto
e independiente de la madre, que solo depende de ella para su subsistencia. El concebido goza de todos
los derechos extramatrimoniales y de los derechos patrimoniales que lo favorecen, pero estos últimos están
sujetos a una condición: que nazca vivo.
2.-la persona natural; es el sujeto titular de los derechos y deberes. El inicio de la persona natural se
establece con el nacimiento, así se ha regulado en el artículo 1 del Código Civil vigente. La tesis de la
vitalidad que acoge nuestro ordenamiento civil, en virtud del cual solo interesa el nacimiento con vida: basta
un solo instante con vida para que adquiera la personalidad. La persona se extingue con la muerte.
3.-la persona jurídica; es una creación del derecho. Para Juan Espinoza Espinoza[1]supone la
organización de personas (naturales o jurídicas) que se agrupan en la búsqueda de un fin valioso
(lucrativo o no lucrativo) y que cumplen con la formalidad establecida por el ordenamiento jurídico para su
creación (que puede ser mediante la inscripción en Registros públicos o través de una ley). Este centro de
imputación también puede ser atribuible a una sola persona (sea esta natural o jurídica).
4.-la persona que realiza actividad jurídica pero que no se encuentra inscrita (personas jurídicas
irregulares); Es el conjunto de personas que se reúnen con determinado fin para alcanzar una serie
de objetivos, que cuentan con una organización y un determinado patrimonio, y que se encuentran
realizando sus actividades, pero que no han cumplido con constituirse de acuerdo con los requisitos
establecidos en la ley. Las organizaciones de personas no inscritas y las personas jurídicas son similares
en sus aspectos ontologicos y axiológico, vale decir, ambos constituyen un conjunto de personas que se
organizan en la búsqueda de un fin valioso. Sin embargo, difieren en su carácter normativo, formal, por
cuanto las organizaciones de personas no inscritas, como su nombre lo indica, no han cumplido con el
requisito de inscribirse en el registro correspondiente.
En el Código Civil de 1936 solo se reconocían dos categorías: persona natural y persona jurídica.
Sobre la base de estas categorías se puede establecer la diferencia entre sujeto de derecho y persona.
Apoyándose nuestro legislador en la doctrina y normatividad italiana establece una relación género-especie,
puesto que dentro de la categoría sujeto de derecho no solamente se incluye a la persona natural y jurídica,
sino también al concebido y la organización de personas no escritas.
Considerando a todo ser humano como un sujeto de derecho es coherente con una posición humanista o
personalista del Derecho.
Sujeto de derecho; tiene dos dimensiones:
a.-el de la asociación que, en tanto sujeto de derecho independientemente de sus integrantes, es titular
autónomo de posiciones jurídicas.
b.-el de los integrantes que, de manera indirecta, pueden ser afectados con la lesión a alguien de la persona
jurídica que integra. En Resumen, la lesión al derecho no patrimonial o existencial afecta directamente a la
persona jurídica e indirectamente a sus integrantes. Con razón, autorizada doctrina en esta materia señala
que existe la exigencia practica insuprimible" que la "creación de la persona jurídica sea el futuro del
surgimiento, en la realidad social, de una entidad efectivamente diversa del hombre individualmente
considerado, o de una suma de individuos considerados de forma atomista. Se prefiere la primera
alternativa, como ya sostuvo, la persona jurídica es un sujeto de derecho independiente, con sus propios
derechos y deberes.
En nuestra experiencia nacional, el Tribunal Constitucional, con sentencia del 14 de agosto del año 2002,
expediente Nro. 0905-2001-AA/TC San Martín Caja Rural de Ahorro y Crédito de San Martín, ha precisado
que: "El reconocimiento de los diversos derechos constitucionales es, en principio, a favor de las personas
naturales. Por extensión, considera (El Tribunal) que también las personas jurídicas pueden ser titulares de
algunos derechos fundamentales en ciertas circunstancias.
(…) en la medida en que las organizaciones conformadas por personas naturales se constituyan con el
objeto de que se realice y defiendan sus intereses, esto es, actúan en representación y sustitución de las
personas naturales, muchos derechos de estos últimos se extienden sobre las personas jurídicas.
Una interpretación contraria concluiría con la incoherencia de, por un lado, habilitar el ejercicio de facultades
a toda asociación-entendida en términos constitucionales y no en sus reducidos alcances civiles- y por otro
lado, negar las garantías necesarias para que tal derecho se ejerza y, sobre todo, puedan ser susceptibles
de protección.
Sin embargo, no solo de manera indirecta las personas jurídicas de derecho privado pueden titularizar
diversos derechos fundamentales. También lo pueden hacer de manera directa".
En una posterior decisión, el Tribunal Constitucional, con sentencia del 04.08.06 (Expediente N° 4972-2006-
PA/TC La Libertad Corporación Meier S.A.C. y Persolar S.A.C.), individualizada "un derecho no enumerado
al reconocimiento y tutela de las personas jurídica" y delimita que las personas jurídicas de derecho público
no detentan el mismo universo de derechos que las personas jurídicas de derecho privado. Así: "Este
colegiado, sin entrar a definir lo que son las personas jurídicas en el sentido en que se les concibe por el
ordenamiento infraconstitucional, parte de la constatación que su presencia, en la casi totalidad de
oportunidades, responde al ejercicio de un derecho atribuible a toda persona natural. Se trata en efecto, y
específicamente hablando, del derecho de participar en forma individual o asociada en la vida política,
económica, social y cultural de la nación, tal cual se proclama en el inciso 17 del artículo 2 de
la Constitución. A juicio de este Tribunal toda persona jurídica, salvo situaciones excepcionales, se
constituye como una organización de personas naturales que persiguen uno o varios fines, pero que, para
efectos de la personería que las justifica en el mundo de las relaciones jurídicas, adopta una individualidad
propia; esto es, la forma de un ente que opera como centro de imputación de obligaciones, pero también, y
con igual relevancia, de derechos.
(…) En la lógica de que toda persona jurídica tiene o retiene para si un conjunto de derechos, encuentra un
primer fundamento la posibilidad de que aquellos de carácter fundamental les resulten aplicables. En el
plano constitucional, por otra parte, existen a juicio de este Colegiado dos criterios esenciales que permiten
justificar dicha premisa: a) La necesidad de garantizar el antes citado derecho a la participación de toda
persona en forma individual o asociada en la vida de la nación, y b) La necesidad de que el principio
del Estadodemocrático de derecho e, incluso, el de dignidad de la persona, permitan considerar un derecho
al reconocimiento y tutela jurídica en el orden constitucional de las personas jurídicas.
(…) Con respecto a lo primero, queda claro que si a toda persona natural se le habilita para que pueda
participar en forma individual o asociada, mediante diversas variantes de organización (principalmente
personas jurídicas) es porque estas últimas retienen para si una multiplicidad de derechos fundamentales.
En otras palabras, el ejercicio del derecho de participación en forma asociada (Derecho de Asociación) solo
puede resultar coherente cuando la propia constitución no niega sino que, antes bien, permite la existencia
de derechos fundamentales que garanticen su eficacia. No existe otra conclusión posible, pues de lo
contrario se tendría que admitir un absurdo como el de un derecho que, siendo fundamental en su
reconocimiento y estructura, carezca, no obstante, de incidencia o garantías en el orden constitucional.
(…) Con respecto a lo segundo, este Colegiado considera que el no reconocimiento expreso de derechos
fundamentales sobre las personas jurídicas no significa tampoco y en modo alguno negar dicha posibilidad,
pues la sola existencia de un Estado democrático de derecho supone dotar de garantías a
las instituciones por él reconocidas. Por otra parte, porque quienes integran las personas jurídicas retiene
para si un interminable repertorio de derechos fundamentales nacidos de su propia condición de seres
dignos, no siendo posible que dicho estatus, en esencia natural, se vea minimizado o, peor aún,
desconocido, cuando se forma parte de una persona jurídica o moral. En tales circunstancias, queda claro
que sin perjuicio de los atributos expresos que acompañan a cada persona individual que decide
organizarse, puede hablarse de un derecho no enumerado al reconocimiento y tutela de las personas
jurídicas, sustentado en los citados principios del Estado democrático de derecho y correlativamente de la
dignidad de la persona.
(…) Este Colegiado considera pertinente advertir que cuando se habla de las personas jurídicas en el
sentido y forma que aquí se viene describiendo, fundamentalmente se entiende a la organización de sujetos
privados o, en estricto, a las personas jurídicas de derecho privado, debiéndose puntualizar que, por el
contrario, el estatus jurídico de las llamadas personas jurídicas de derecho público (esto es, la que
pertenecen o actúan a nombre el Estado) no necesariamente y en todos los caso resultaría el mismo que
aquí se ha desarrollado, aun cuando respecto del mismo pueda también predicarse, bajo determinados
supuestos, una cierta incidencia de los derechos fundamentales que en su momento debido corresponderá
también precisar"
No solo ello, como ha sido atentamente observado, el Tribunal Constitucional "yendo más allá que otros
tribunales o cortes constitucionales, ha establecido una lista enunciativa de derechos cuya titularidad puede
recaer en este tipo de entes" [2]De esta manera:
"Siendo constitucionalmente legitimo el reconocimiento de derechos fundamentales sobre las personas
jurídicas, conviene puntualizar que tal consideración tampoco significa ni debe interpretarse como que todos
los atributos, facultades y libertades reconocidas sobre la persona natural sean los mismos que
corresponden a la persona jurídica. En dicho nivel resulta evidente que los derechos objeto de invocación
solo pueden ser aquellos compatibles con la naturaleza o características de cada organización de
individuos, incidencia que, por de pronto, impone en el Juez Constitucional el rol de merituador de cada
caso, según las características o particularidades que le acompañan. No se trata, en otras palabras, de una
recepción automática, sino de una que toma en cuenta la particularidad del derecho invocado, su incidencia
a nivel de la persona jurídica y las circunstancias especiales propias de cada caso concreto.
(…) En medio del contexto descrito y aun cuando no se pretende ensayar aqui una enumeración taxativa
de los derechos que puedan resultar compatibles con la naturaleza o estatus de las personas jurídicas,
cabe admitirse, entre otros y desde una perspectiva simplemente enunciativa los siguientes:
Conclusiones
1.- La persona jurídica, opera como centro de imputación de obligaciones, pero también, y con igual
relevancia, de derechos.
2.-Las personas jurídicas pueden ser titulares de "algunos" derechos fundamentales en ciertas
circunstancias.
3.- la persona jurídica puede solicitar una indemnización por daño a la persona conforme al artículo 1985
del Código Civil, al haberse lesionado sus derechos no patrimoniales, no podrá hacer lo mismo respecto
del daño moral.