Alimentos de Origen Animal
Alimentos de Origen Animal
Alimentos de Origen Animal
TURBOLICUADORES
WAFLERAS
ARROCERAS
CONSERVADORES TERMICOS
EMPACADORAS
ESTUFONES DE INDUCCION
HORNO ELECTRICOS
LAMPARAS DE CALO
Un par de licuadoras profesionales, una para frutas, otra para verduras y salsas
Una rebanadora
Procesadora de alimentos
Cafetera expresa
Cubertería
Balanza de alimentos
Espátulas
Batidores
Factores de riesgo
Si te enfermarás tras comer un alimento contaminado dependerá de tu
organismo, la magnitud de la exposición, tu edad y tu salud. Los grupos de alto
riesgo comprenden:
Adultos mayores. A medida que envejeces, es posible que el sistema
inmunitario no responda con tanta rapidez y efectividad a los organismos
infecciosos como lo hacía cuando eras más joven.
Mujeres embarazadas. Durante el embarazo, los cambios en el
metabolismo y la circulación pueden aumentar el riesgo de presentar
una intoxicación alimentaria. Tu reacción puede ser más fuerte durante
el embarazo. En raras ocasiones, el bebé puede enfermarse también.
Lactantes y niños pequeños. El sistema inmunitario de los lactantes y los
niños pequeños no se encuentra completamente desarrollado.
Personas con enfermedades crónicas. Padecer una enfermedad crónica,
como diabetes, enfermedad hepática o sida, o estar bajo tratamiento con
quimioterapia o radioterapia para el cáncer reducen tu respuesta
inmunitaria.
Complicaciones
La complicación grave más frecuente de la intoxicación alimentaria es la
deshidratación, una pérdida grave de agua y sales y minerales esenciales. Si
eres un adulto sano y bebes lo suficiente como para reemplazar los líquidos
que se pierden por la diarrea y los vómitos, la deshidratación no debería ser un
problema.
Los bebés, los adultos mayores y las personas con inhibición del sistema
inmunitario o enfermedades crónicas podrían sufrir deshidratación grave si
pierden más líquido del que pueden reemplazar. En este caso, es posible que
tengan que hospitalizarse y recibir líquidos por vía intravenosa. En casos
extremos, la deshidratación puede ser mortal.
Algunos tipos de intoxicación alimentaria tienen complicaciones posiblemente
graves para ciertas personas. Algunos de ellos son:
Listeria monocytogenes. Las complicaciones de una intoxicación
alimentaria por listeria pueden ser muy graves para un feto. En las
primeras etapas del embarazo, una infección por listeria puede provocar
un aborto espontáneo. Más adelante en el embarazo, una infección por
listeria puede provocar muerte fetal, nacimiento prematuro o una
infección potencialmente mortal en el bebé después del nacimiento,
incluso si la madre solo estaba levemente enferma. Los bebés que
sobreviven a una infección por listeria pueden tener daño neurológico a
largo plazo y retrasos en el desarrollo.
Escherichia coli (E. coli). Ciertas cepas de E. coli pueden causar una
complicación grave llamada «síndrome urémico hemolítico». Este
síndrome daña el recubrimiento de los pequeños vasos sanguíneos de
los riñones y, a veces, provoca insuficiencia renal. Los adultos mayores,
los niños menores de 5 años y las personas que tienen el sistema
inmunitario debilitado corren un riesgo mayor de presentar esta
complicación. Si perteneces a una de estas categorías de riesgo,
consulta con el médico ante la aparición del primer signo de diarrea
intensa o con sangre.
Prevención
Para prevenir la intoxicación alimentaria en el hogar, sigue estos consejos:
Lávate las manos y lava los utensilios y las superficies de los alimentos
con frecuencia. Lávate bien las manos con agua tibia y jabón antes y
después de manipular o preparar alimentos. Usa agua caliente y jabón
para lavar utensilios, tablas para cortar y otras superficies que utilices.
Mantén los alimentos crudos separados de los que están listos para
comer. Al hacer las compras, preparar la comida o almacenar alimentos,
mantén la carne de res, la carne de ave, el pescado y los mariscos
crudos lejos de los otros alimentos. Esto evita la contaminación cruzada.
Cocina los alimentos a una temperatura segura. La mejor manera de
saber si los alimentos se están cocinando a la temperatura segura es
utilizar un termómetro de alimentos. Puedes eliminar los organismos
perjudiciales en la mayoría de los alimentos cocinándolos a la
temperatura adecuada.
Cocina la carne de res picada a 160 °F (71,1 °C), los filetes y las costillas
asadas (como cordero, cerdo y ternera) a 145 °F (62,8 °C) como mínimo.
Cocina el pollo y el pavo a 165 °F (75 °C). Asegúrate de que el pescado y los
mariscos estén bien cocidos.
Refrigera o congela los alimentos perecederos de inmediato, es decir,
dentro de las dos horas desde que los compraste o los preparaste. Si la
temperatura ambiente es superior a 90 °F (32,2 °C), refrigera los
alimentos perecederos dentro de una hora después de comprarlos.
Descongela los alimentos de manera segura. No descongeles los
alimentos a temperatura ambiente. La manera más segura de
descongelar los alimentos es hacerlo en el refrigerador. Si colocas
alimentos congelados en el microondas con la función «descongelar» o
configurado con «potencia al 50 por ciento», asegúrate de cocinarlos
inmediatamente.
Deséchalo si tienes dudas. Si no estás seguro de si un alimento fue
preparado, servido o almacenado de manera segura, deséchalo. Los
alimentos que permanecen a temperatura ambiente durante demasiado
tiempo pueden contener bacterias o toxinas que no pueden eliminarse
mediante la cocción. No pruebes alimentos si no estás seguro de que
estén en buen estado; solo deséchalos. Incluso si lucen y huelen bien,
podría no ser seguro consumirlos.