Protocolo Del Checklist - Completo
Protocolo Del Checklist - Completo
Protocolo Del Checklist - Completo
ANTECEDENTES
En enero del 2007, la Organización Mundial de la Salud lanzó un proyecto dirigido a mejorar la seguridad de la
atención quirúrgica a nivel mundial. Esa iniciativa, denominada "Las prácticas quirúrgicas seguras salvan vidas",
tiene como objetivo reconocer ciertas normas mínimas de atención quirúrgica que puedan aplicarse de manera
universal, en todos los países y entornos.
Al centrar la atención en las intervenciones quirúrgicas como un asunto de salud pública, la OMS reconoce la
importancia de mejorar la seguridad del tratamiento quirúrgico en todo el mundo. La iniciativa pretende conjuntar el
compromiso y la voluntad de los profesionales sanitarios de áreas quirúrgicas para abordar muchos aspectos
importantes del tema, tales como:
• Las prácticas anestésicas inseguras.
• Las infecciones quirúrgicas evitables.
• La comunicación deficiente dentro de los equipos.
Estos han resultado ser problemas comunes, letales y evitables en todos los países y entornos.
Mediante un proceso internacional que duró dos años, la OMS creó una lista de verificación consistente en un
conjunto sencillo de normas para la seguridad de las prácticas quirúrgicas.
En el proceso participaron:
• Cirujanos.
• Anestesiólogos.
• Enfermeras.
• Infectólogos.
• Epidemiólogos.
• Ingenieros biomédicos.
• Expertos en mejora de la calidad.
• Pacientes.
• Grupos promotores de la seguridad del paciente.
JUSTIFICACIÓN
En el presente protocolo, se entiende por “equipo quirúrgico” a los cirujanos, anestesistas, personal de enfermería,
técnicos y demás profesionales de quirófano involucrados en el procedimiento quirúrgico. El cirujano es un miembro
esencial, pero no el único, de un equipo responsable de la atención al paciente. El equipo quirúrgico al que se hace
referencia en el presente protocolo se compone por tanto de todas las personas involucradas, cada una de las cuales
desempeña una función de la que dependen la seguridad y el éxito de una operación.
La inclusión de cada medida de control en la Lista de verificación está basada en pruebas clínicas o en la opinión de
los expertos de que dicha inclusión reducirá la probabilidad de daño quirúrgico grave evitable y probablemente no
conlleve lesiones ni costos irrazonables. La Lista de verificación también se diseñó atendiendo a la simplicidad y la
brevedad.
La Lista de Verificación de la Seguridad de la Cirugía es una iniciativa propiciada por la Consellería de Sanidad
dentro de las medidas enmarcadas por el Ministerio de Sanidad y Consumo y da la O. M. S.
La Consellería de Sanidad aprobó el Plan de Gestión de la Seguridad del Paciente 2009 – 2013, donde se recogen
las principales inquietudes de todos los colectivos que participan cotidianamente en decisiones que tienen que ver
con la seguridad del paciente en el ámbito de la asistencia sanitaria.
El Plan de Gestión de la Seguridad del Paciente 2009 – 2013 fue elaborado con la colaboración de más de 100
personas, que han participado activamente en la elaboración del Plan de Seguridad del Paciente:
En su elaboración, se valoraron las iniciativas para la mejora de la seguridad del paciente en los departamentos
sanitarios analizando su impacto, como potencial de mejora, y su factibilidad como la inversa de la cantidad de
recursos y esfuerzo que hay que invertir para obtener los resultados buscados con cada iniciativa.
El Check list quedó en primer lugar con una puntuación total de impacto de 42 y de factibilidad de 50.
El compromiso por la seguridad en la cirugía del Hospital General Universitario de Alicante, queda reflejada en los
Acuerdos de Gestión del 2009 firmados por Gerencia en marzo del mismo año, comprometiéndose a mejorar los
resultados de salud, garantizando la fiabilidad del sistema y promoviendo la seguridad en la asistencia mediante la
participación con iniciativas de cirugía segura (con un peso 2).
2. En abril del 2009 se propone la implantación de la Lista de Verificación de la Seguridad de la Cirugía y de los
8 Quirófanos que se han ofrecido a realizar el pilotaje.
4. En junio del 2009 comienzo del pilotaje en 8 quirófanos de la Lista de Verificación. Evaluación cuantitativa y
cualitativa de la implantación de la Lista de Verificación desde la puesta en marcha el día 1 de. Acuerdo para
llevar a cabo la monitorización del uso y funcionamiento de la Lista de Verificación por parte de la Unidad de
Calidad.
5. En julio se exponen ante la Subcomisión de Quirófano la evaluación cuantitativa y cualitativa analizando los
pasos que producen confusión.
6. En agosto del 2009 la subcomisión de Quirófano, tras el informe emitido por la Unidad de Calidad, realiza
una evaluación individual y se abre un plazo para realizar propuestas de mejora para la Lista de verificación.
7. En septiembre se elabora una 2ª Lista de Verificación para que se consulte con los profesionales sanitarios
que realizan el pilotaje.
8. En octubre la Subcomisión de Quirófano estudia las propuestas de mejora realizadas por los profesionales
sanitarios, se elabora la 3ª Lista de Verificación y se acuerda modificar la documentación del Quirófano para
evitar duplicidades.
9. En noviembre se realiza una reunión de la Comisión de Quirófano para: informar, formar y sensibilizar sobre
las ventajas de la Lista de Verificación, resultados del pilotaje de 4 meses con una muestra de 1.243 check
list realizados y la modificación de la documentación del Quirófano. Presentación de la 3ª Lista de
Verificación.
10. En noviembre, diciembre y enero del 2010 se realizarán jornadas formativas a profesionales de enfermería,
facultativos de cirugía y anestesiólogos.
Se ha incluido la VERIFICACIÓN
INSTRUMENTAL / EQUIPO QUIRÚRGICO /
PRÓTESIS.
SE HA INSERTADO LA PROFILAXIS
ANTIBIÓTICA A LA 1ª FASE. SE HA
INCORPORADO EN PROFILAXIS ANTIBIÓTICA
SUBSANADO.
En el RECUENTO se ha añadido
TORUNDAS, LENTINAS y SUBSANADO.
La Lista de Verificación de la Seguridad de la Cirugía del Hospital General Universitario de Alicante, es una
herramienta a disposición de los profesionales sanitarios para mejorar la seguridad en las intervenciones quirúrgicas
y reducir los eventos adversos evitables.
El Listado de Verificación se divide la intervención en tres fases. Cada una de ellas corresponde con un periodo de
tiempo específico del flujo normal del procedimiento:
En la complejidad de un quirófano, cualquiera de estos controles puede pasarse por alto en el ritmo vertiginoso de los
preparativos en el preoperatorio, intraoperatorio o postoperatorio.es una herramienta de Gestión orientada hacia la
evaluación de los aspectos técnicos, científicos, los cuidados, la prevención de acontecimientos adversos y la
eficiencia en la atención prestada al paciente.
En cada una de las fases, antes de continuar con el procedimiento se ha de permitir que el Coordinador de la lista
confirme que el equipo ha llevado a cabo sus tareas. A medida que los equipos quirúrgicos se familiaricen con los
pasos de la Lista de verificación, podrán integrar los controles en sus esquemas de trabajo habituales y anunciar en
voz alta la ejecución de cada uno de esos pasos sin necesidad de intervención explícita por parte del Coordinador.
Cada equipo debe buscar la manera de incorporar el uso de la Lista de verificación en su quehacer con la máxima
eficiencia, causando los mínimos trastornos y procurando al mismo tiempo completar adecuadamente todos los
pasos.
OBJETIVO
Tiene como objetivo reforzar las prácticas seguras reconocidas al disminuir la posibilidad de eventos adversos por
variabilidad en la práctica clínica, olvidos de pasos esenciales, errores en la identificación del paciente o la cirugía,
etc y fomentando una mejor comunicación y trabajo en equipo entre las disciplinas clínicas
El coordinador del Listado de Verificación será la enfermera circulante y/o cualquier otro profesional sanitario que
participe en la intervención.
MATERIAL NECESARIO
“La Entrada ha de completarse antes de la inducción de la anestesia, con el fin de confirmar la seguridad del
procedimiento.”
La fase de “Entrada” requiere la presencia al menos del anestesista y del personal de enfermería. El Coordinador de
la lista podrá rellenar esta parte de una sola vez o secuencialmente, en función de cómo se desarrolle la preparación
para la anestesia.
El coordinador confirmará verbalmente con el paciente su identidad, el tipo de intervención prevista, el lugar
anatómico de la intervención y el consentimiento del paciente para su realización. Aunque pueda parecer
repetitivo, este punto es esencial para garantizar que no se opera a la persona equivocada o el lugar
anatómico equivocado ni se realiza una intervención equivocada. Si el paciente no pudiera confirmar estos
datos, como por ejemplo en el caso de niños o pacientes incapacitados, puede asumir esta función un
familiar o tutor. En caso de que no esté presente el tutor o un familiar y se omita este paso, por ejemplo en
una emergencia, se dejará sin marcar la casilla correspondiente.
El Coordinador de la lista debe confirmar que el cirujano que va a realizar la operación ha marcado el sitio
quirúrgico (por lo general con un rotulador) en los casos que impliquen lateralidad (distinción entre izquierda y
derecha) o múltiples estructuras o niveles (p. ej. un dedo, una lesión cutánea o una vértebra en concreto). En
el caso de las estructuras mediales (como el tiroides) o únicas (como el bazo), la delimitación del sitio
dependerá de la práctica local.
Algunos hospitales no la exigen por ser extremadamente raro que se opere en lugar equivocado. No
obstante, la delimitación sistemática del sitio supone una confirmación adicional de que el lugar anatómico y
el procedimiento son correctos.
Para completar este paso, el Coordinador pedirá al anestesista que confirme que se ha realizado un control
de la seguridad de la anestesia, entendido como una inspección formal del instrumental anestésico, de la
medicación y del riesgo anestésico del paciente antes de cada intervención.
Además de confirmar que el paciente es apto para someterse a la operación, el equipo de anestesia debe
inspeccionar el equipo de intubación y aspiración de la vía aérea, el sistema de ventilación (incluidos el
oxígeno y los fármacos inhalados), la succión y los fármacos, dispositivos y equipos de urgencia para
cerciorarse que todo esté disponible y en buenas condiciones de funcionamiento.
Si no se dispone de uno, el cirujano y el anestesista deben evaluar la gravedad del caso y considerar la
posibilidad de aplazar la intervención hasta que se tomen las medidas necesarias para disponer de uno.
En caso de urgencia, para salvar un miembro o la vida, puede obviarse este requisito, pero en ese caso se
dejará sin marcar esta casilla.
El Coordinador de la lista pedirá al enfermero instrumentista que confirme que se dispone de instrumental,
equipo quirúrgico y en su caso de la prótesis a implantar en el procedimiento que se va a realizar.
• ¿ALERGIAS CONOCIDAS?:
El Coordinador de la lista dirigirá esta pregunta al anestesista. Primero, le preguntará si el paciente tiene
alergias conocidas y, si es así, cuáles. La pregunta ha de formularse aunque el Coordinador ya conozca la
respuesta, para confirmar así que el anestesista es consciente de la existencia de alergias que supongan un
riesgo para el paciente. Sólo entonces se marcará la casilla correspondiente. Si el Coordinador tiene
conocimiento de alguna alergia que el anestesista desconozca, debe comunicarle esa información.
Existen múltiples formas de graduar la vía aérea, como la clasificación de Mallampati, la distancia
tiromentoniana o la escala de Bellhouse-Doré. La evaluación objetiva de la vía aérea con un método válido es
más importante que el método elegido en sí mismo.
La muerte por pérdida de la vía aérea durante la anestesia sigue siendo lamentablemente frecuente en todo
el mundo, pero puede evitarse con una planificación adecuada. Si el examen de la vía aérea indica un alto
riesgo de vía aérea difícil (grado 3 o 4 de Mallampati, por ejemplo), el equipo de anestesia debe estar
preparado para una eventual complicación grave en la vía aérea. Ello implica, como mínimo, adaptar el
método anestésico (por ejemplo, utilizar anestesia local, si es posible) y tener a mano equipo de emergencia.
Un asistente capacitado—ya sea un segundo anestesista, el cirujano o un miembro del equipo de
enfermería— deberá estar presente físicamente para ayudar en la inducción de la anestesia.
Como parte de la evaluación de la vía aérea también debe examinarse el riesgo de aspiración. Si el paciente
padece reflujo activo sintomático o tiene el estómago lleno, el anestesista debe preparase para una posible
aspiración.
El riesgo puede limitarse modificando el plan anestésico (por ejemplo, utilizando técnicas de inducción rápida
o solicitando la ayuda de un asistente que aplique presión sobre el cartílago cricoides durante la inducción).
Ante un paciente con vía aérea difícil o riesgo de aspiración, sólo deberá marcarse la casilla (e iniciarse la
inducción) después de que el anestesista haya confirmado que dispone del equipo adecuado y que la
asistencia necesaria está presente junto a la mesa de operaciones.
El Coordinador y el Anestesista comprobarán que el Paciente lleve una vía intravenosa adecuada
(permeable, del grosor y tipo necesario). Si existiera un riesgo de hemorragia superior a 500 ml, se
recomienda que antes de la incisión cutánea se coloquen al menos dos vías intravenosas de gran calibre o
un catéter venoso central. En caso de ser así, se marcará la casilla SUBSANADO.
En este punto, el Coordinador le preguntará al equipo de anestesia si el paciente corre el riesgo de perder
más de medio litro de sangre en la operación, con el fin de garantizar que se reconoce esta posible
complicación crítica y se está preparado para hacerle frente. La pérdida de un gran volumen de sangre se
encuentra entre los peligros más comunes y graves para los pacientes quirúrgicos, y el riesgo de choque
hipovolémico aumenta cuando la pérdida de sangre supera los 500 ml (7 ml/kg en niños). Una preparación
adecuada y la reanimación pueden mitigar considerablemente las consecuencias. Es posible que los
cirujanos no comuniquen sistemáticamente el riesgo de hemorragia al equipo de anestesia y al personal de
enfermería.
• SANGRE RESERVADA:
A pesar del consenso y de las pruebas convincentes de que la profilaxis antibiótica de las infecciones
quirúrgicas es más eficaz cuando se han alcanzado concentraciones séricas y/o tisulares adecuadas del
antibiótico. Para reducir el riesgo de infección quirúrgica, el Coordinador de la lista preguntará en voz alta si
se han administrado antibióticos profilácticos en los 60 minutos anteriores.
El responsable de esta administración, que suele ser el anestesista, debe confirmarlo verbalmente y marcar
el SI. Si no se hubieran administrado antibióticos profilácticos, deben administrarse en ese momento, antes
de la pausa quirúrgica. Si se hubieran administrado más de 60 minutos antes, el equipo debe considerar la
posibilidad de administrar una nueva dosis y se marcará el SUBSANADO; si no se administra, la casilla se
dejará en blanco.
Cuando la profilaxis antibiótica no se considere necesaria (por ejemplo, si no hay incisión cutánea o en casos
de contaminación ya tratados con antibióticos), se marcará la casilla “NO PROCEDE” una vez confirmado
verbalmente por el equipo.
“La pausa quirúrgica es una interrupción momentánea de todo el equipo justo antes de la incisión cutánea con el fin
de confirmar la realización de diversos controles de seguridad esenciales.”
• CONFIRMAR QUE TODOS LOS MIEMBROS DEL EQUIPO SE HAYAN PRESENTADO POR SU NOMBRE
Y FUNCIÓN:
Los miembros de los equipos quirúrgicos pueden cambiar con frecuencia. La gestión eficaz de situaciones de alto
riesgo requiere que todos los miembros del equipo sepan quién es cada uno y cuál es su función y capacidad. Ello se
consigue con una simple presentación.
El Coordinador de la lista pedirá a cada una de las personas presentes en el quirófano que se presente por su
nombre y función. Los equipos que ya se conozcan pueden confirmar que todos se conocen, pero los nuevos
miembros o las personas que hayan entrado en el quirófano después de la última operación, entre ellos los
estudiantes y otro tipo de personal, deben presentarse personalmente.
Este momento se corresponde con la “Pausa quirúrgica” convencional y cumple la normativa de muchos
organismos nacionales e internacionales.
Antes de que el cirujano realice a la incisión cutánea, el Coordinador de la lista u otro miembro del equipo pedirá a los
presentes que se detengan y confirmen verbalmente el nombre del paciente, el tipo de intervención que va a
realizarse, su localización anatómica y, si procede, la posición del paciente para evitar operar al paciente o el sitio
equivocados. La casilla no deberá marcarse hasta que el anestesista, el cirujano y el enfermero circulante hayan
confirmado de forma explícita e individual que están de acuerdo. Si el paciente no está sedado, es conveniente
obtener también su confirmación.
La comunicación eficaz entre todo el equipo quirúrgico es fundamental para la seguridad de la cirugía, la eficiencia
del trabajo en equipo y la prevención de complicaciones graves.
Para garantizar que se comunican cuestiones esenciales sobre el paciente, en la pausa quirúrgica el Coordinador de
la lista dirigirá una conversación rápida entre el cirujano, el anestesista y el personal de enfermería sobre los
principales peligros y los planes operatorios.
Para ello, sencillamente puede formularle a cada miembro del equipo la pregunta correspondiente en voz alta. El
orden de la conversación no importa, pero la casilla correspondiente sólo se rellenará después de que cada disciplina
clínica haya aportado su información.
Cuando se trate de procedimientos rutinarios o con los cuales todo el equipo esté familiarizado, el cirujano puede
sencillamente anunciar: “Este es un caso rutinario de X tiempo de duración” y preguntar al anestesista y al personal
de enfermería si tienen alguna reserva en particular.
El objetivo mínimo de hablar sobre los “pasos críticos o imprevistos” es informar a todos los miembros del equipo de
cualquier actuación que ponga al paciente en riesgo por hemorragia rápida, lesión u otra morbilidad importante.
Asimismo, ofrece la oportunidad de revisar los pasos que puedan requerir equipos, implantes o preparativos
especiales.
En pacientes en los que el procedimiento entrañe riesgo de hemorragia intensa, inestabilidad hemodinámica u otra
morbilidad importante, un miembro del equipo de anestesia debe revisar en voz alta los planes y problemas
específicos de la reanimación —especialmente, la intención de utilizar hemoderivados — y cualquier característica o
comorbilidad del paciente (como enfermedades cardiacas o pulmonares, arritmias, hemopatías, etc.) que complique
la situación. Se entiende que muchas intervenciones no entrañan riesgos o problemas particularmente críticos que
deban ser compartidos con el equipo. En tales casos, el anestesista puede decir simplemente: “Este caso no
presenta problemas especiales”.
El instrumentista, que prepara el instrumental y el equipo necesarios para la operación, debe confirmar verbalmente
que se han esterilizado y que, en el caso del instrumental esterilizado por calor, se han verificado los indicadores de
esterilidad. Cualquier discrepancia entre los resultados esperados y los resultados reales de los indicadores de
esterilidad deberá comunicarse a los miembros del equipo y solucionarse antes de la incisión.
Este momento ofrece también la oportunidad de hablar de cualquier problema relacionado con el instrumental y
equipos u otros preparativos para la intervención, así como de cualquier duda sobre la seguridad que puedan tener el
instrumentista o el enfermero circulante, en particular aquellas que no hayan sido tratadas por el cirujano y el equipo
de anestesia. Si no hay cuestiones especiales, el instrumentista puede decir sencillamente: “Esterilidad comprobada.
Ninguna duda al respecto.”
Los estudios de imagen son fundamentales para garantizar una buena planificación y desarrollo de muchas
operaciones, como los procedimientos ortopédicos, medulares y torácicos o muchas resecciones de tumores.
En la “pausa quirúrgica”, el Coordinador de la lista preguntará al cirujano si el caso requiere algún estudio de imagen.
De ser así, el Coordinador confirmará verbalmente que dichas imágenes están en el quirófano y en lugar bien visible
para que puedan utilizarse durante la operación. Sólo entonces se marcará la casilla.
Si se necesitan imágenes pero no se dispone de ellas, deben conseguirse. El cirujano será quien decida si opera o
no sin el apoyo de esas imágenes cuando sean necesarias pero no estén disponibles; si se decide a operar, la casilla
se dejará sin marcar. Si no se necesitan imágenes se marcará la casilla “no procede”.
“La Salida debe completarse antes de que el paciente salga del quirófano. El objetivo es facilitar el intercambio de
información importante con los equipos sanitarios que se encargarán de atender al paciente después de la
operación.”
La fase de “Salida” puede iniciarla el enfermero circulante, el cirujano o el anestesista, y debe llevarse a cabo antes
de que el cirujano abandone el quirófano. Puede coincidir, por ejemplo, con el cierre de la herida.
Una vez más, las casillas sólo se marcarán cuando el Coordinador haya confirmado que el equipo ha abordado cada
punto de la lista.
Dado que el procedimiento puede haberse modificado o ampliado en el curso de la operación, el Coordinador de la
lista confirmará con el cirujano y el resto del equipo el procedimiento exacto que se haya realizado. Puede hacerse a
modo de pregunta: “¿Qué procedimiento se ha realizado?” o a modo de confirmación: “Hemos llevado a cabo la
intervención X, ¿no es así?”.
El olvido de instrumentos, gasas, agujas, lentinas, torundas etc. es un error poco común, pero que sigue ocurriendo y
puede resultar catastrófico.
El enfermero circulante o el instrumentista deberán por tanto confirmar verbalmente la exactitud del recuento final de
gasas y agujas. En caso de que se haya abierto una cavidad también deberá confirmarse el recuento exacto del
instrumental.
Si los recuentos no concuerdan, se alertará al equipo para que se puedan tomar las medidas adecuadas (como
examinar los paños quirúrgicos, la basura y la herida o, si fuera necesario, obtener imágenes radiográficas).
La rotulación incorrecta de las muestras anatomopatológicas puede ser desastrosa para el paciente y es a menudo
una fuente demostrada de errores por parte de los laboratorios.
El enfermero circulante confirmará el correcto etiquetado de toda muestra anatomopatológica obtenida durante la
intervención mediante la lectura en voz alta del nombre del paciente, la descripción de la muestra y cualquier detalle
orientativo.
Los problemas relacionados con el equipo son habituales en los quirófanos. Es importante identificar los fallos y el
instrumental o los equipos que no han funcionado bien para evitar que se vuelvan a utilizar antes de solucionar el
problema.
El Coordinador de la lista debe cerciorarse de que se identifiquen los problemas relacionados con el instrumental y
los equipos que hayan surgido durante la intervención.
Tienen especial importancia aquellos eventos que presenten un riesgo específico para el paciente durante la
recuperación y que quizás no sean evidentes para todos los interesados.
La finalidad de esta medida es transmitir información fundamental de forma eficiente y adecuada a la totalidad del
equipo.
BIBLIOGRAFÍA
"Instructional Manual for the Use of the World Health Organization Surgical Safety Checklist"