Stafilococous Aureis
Stafilococous Aureis
Stafilococous Aureis
aureus y los
estafilococos coagulasa negativos.
ESTRUCTURA GENERAL
El género Staphylococcus está formado por cocos Gram positivos, con un diámetro de 0.5 a 1.5
μm, agrupados como células únicas, en pares, tétradas, cadenas cortas o formando racimos de
uvas. Ogston introdujo el nombre de Staphylococcus, del griego staphyle que significa racimo de
uvas, para describir a los cocos responsables de inflamación y supuración. Son bacterias no
móviles, no esporuladas, no poseen cápsula, aunque existen algunas cepas que desarrollan una
cápsula de limo, son anaerobias facultativas.
Por otro lado, la pared celular de los estafilococos tienen unidos los ácidos teicoicos, los cuales no
existen en los micrococos; otra diferencia es la composición del citocromo y menaquinona de la
cadena respiratoria presentes en los estafilococos. Estudios recientes demuestran que el género
Staphylococcus se encuentra más cercano a los géneros Bacillus y Streptococcus. El género
Staphylococcus contiene 32 especies, de las cuales 16 de ellas se localizan en los humanos, algunas
forman parte de la microbiota de piel y mucosas en humanos, y otras se encuentran sólo entre la
flora de otros mamíferos y aves. Algunas de estas especies son patógenas cuando existe
predisposición e inmunosupresión en el huésped o en presencia de cuerpos extraños. Por lo
general, cada especie tiende a ocupar una localización anatómica específica en el huésped que
coloniza.
Entre las especies que colonizan al humano, las de mayor importancia clínica son: S. aureus y
Staphylococcus lugdunensis; en tanto que en animales se encuentra además de S. aureus a
Staphylococcus intermedius. El Staphylococcus epidermidis y el Staphylococcus saprophyticus son
comúnmente responsables de infecciones relacionadas con dispositivos e infecciones del tracto
urinario, siendo éstos menos infecciosos que S. aureus. Algunas especies tienen preferencia por
sitios específicos, los cuales son indicados por su nombre como Staphylococcus epidermidis que
coloniza la piel, Staphylococcus capitis que coloniza el cuero cabelludo. El S. aureus se encuentra
ampliamente distribuido entre los primates, pero no está restringido únicamente a ellos; por
ejemplo, les produce mastitis en el ganado bovino y ovino. En el hombre, la localización nasal del
S. aureus permite su diseminación y, como consecuencia, la multirresistencia a los antibióticos
como a la meticilina (MRSA).
FISIOPATOLOGIA
El porcentaje de pacientes con bacteriemia que desarrollarán alguna infección metastática seria
está mal definido. En la evaluación de tales enfermos podrían tenerse en cuenta dos tipos de
factores: primero, el tiempo durante el cual ha habido bacteriemia, que incrementará la
posibilidad de focos metastásicos, y segundo, la preexistencia o no de lugares especialmente
predispuestos para ser colonizados, como válvulas deterioradas; cuerpos extraños de toda índole,
incluidas por supuesto las prótesis en cualquier localización, y zonas traumatizadas o inflamadas.
En el transcurso de la bacteriemia el microorganismo se instala en otros órganos, especialmente
hueso y cartílago, pero también pueden aparecer abscesos hepáticos, esplénicos o renales.
Además, la bacteriemia estafilocócica puede manifestarse como un cuadro de CID o shock, que
remeda la meningococemia y que se debe a la capacidad del germen para activar el C' y los
sistemas de coagulación.
Las defensas locales también pueden verse alteradas por ciertas infecciones víricas, como la gripe
y el sarampión, al menos por tres mecanismos distintos: primero, la intensa descamación de las
mucosas; segundo, la presencia de IgG en la superficie de las células infectadas puede incrementar
la adherencia de S. aureus a través de la proteína A, y tercero, la alteración de la función de los
macrófagos alveolares, que parecen desempeñar un papel importante en la destrucción de los
estafilococos inhalados. Según parece, la infección vírica afecta la fusión de fagosomas y lisosomas
interfiriendo con el killing intracelular. En cualquier caso, es bien conocido que la neumonía
estafilocócica es una de las complicaciones más graves de la infección respiratoria por el virus de la
influenza. La presencia de cuerpos extraños en heridas, suturas quirúrgicas, catéteres intravenosos
o urinarios y prótesis valvulares o articulares provoca un estado de inmunodepresión local y
favorece la infección.
Desde un punto de vista sistémico, el mecanismo primario con el que el portador trata de
contener la infección estafilocócica es el sistema de las células fagocíticas, y especialmente los PN.
Así, cualquier defecto cuantitativo o cualitativo de los leucocitos (p. ej., la enfermedad
granulomatosa crónica) constituye una circunstancia predisponente al desarrolllo de estas
infecciones. En la enfermedad granulomatosa crónica, los PN responden tras la fagocitosis con un
aumento de la cantidad de H2O2 intracelular. S. aureus, aunque produce H2O2 por sí mismo,
también genera catalasa capaz de desdoblarla, por lo que puede sobrevivir en tales leucocitos.
Por otra parte, los anticuerpos generados contra los productos extracelulares tienen escasa
importancia en relación con la protección antibacteriana que pueden conferir. Más bien, sus
efectos parecen limitarse a alterar el curso de una infección ya establecida que no pueden
impedir. Algunas situaciones patológicas que se asocian a niveles elevados de IgE, como por
ejemplo el síndrome de Job, predisponen al individuo a infecciones porS. aureus. Se desconoce el
mecanismo a través del cual se favorece la infección, pero quizá la degranulación de las células
cebadas en las proximidades de una zona colonizada por S. aureus interfiera con la actividad
antibacteriana normal de los PN. Estos pacientes tienen una IgE antipared celular de S. aureus y
presentan un defecto en la actividad supresora de las células T, según indican algunas
observaciones.
FACTORES DE VIRULENCIA
Biofilm (biopelícula). Algunas cepas de S. aureus producen una capa polisacárida extracelular
denominada biofilm o biopelícula. Ésta es una red extracelular que ayuda a la comunidad
bacteriana a adherirse a diferentes superficies. La producción de la biopelícula se describió por
primera vez en Staphylococcus coagulasa negativo, y está implicada en la colonización y
persistencia de la bacteria en catéteres, prótesis y sondas. La composición polisacárida de esta
biopelícula es homóloga a la producida por las cepas de S. epidermidis, la cual sirve para adherirse
y colonizar nuevos sitios, además de protegerlas de la fagocitosis, así como de los antibióticos. La
biopelícula podría prolongar la infección y colonización, así como la diseminación de diferentes
sitios del cuerpo humano, presente en cepas de hospitales y comunidad.
S. aureus posee un gran número de proteínas de superficie, las cuales tienen múltiple
participación en la patogénesis. Además de ser la clave en las funciones del metabolismo de la
pared celular de la bacteria, sirven para ligarse a los tejidos del hospedero, facilitar la
internalización y la evasión del sistema inmune. Estas proteínas se unen a la matriz extracelular del
hospedero, así como a los componentes del plasma, median la adherencia a una variedad de
proteínas del hospedero y son conocidas como componentes microbianos de superficie
(MSCRAMM, por sus siglas en inglés).Están unidas de forma covalente al peptidoglicano de la
pared celular de la bacteria, que se adhieren a moléculas tisulares.
Las MSCRAMMs reconocen receptores en moléculas del colágeno (proteínas de unión al colágeno
Cna), fibronectina (proteínas de unión a la fibronectina como las FnBPA y FnBPB), fibrinógeno
(factor de agregación o clumping como ClfA y ClfB) y la sialoproteína ósea. No sólo desempeñan un
papel relevante en la patogenia de las infecciones asociadas con la prótesis, sino que también en
endocarditis, osteomielitis y artritis. El peptidoglicano es el componente básico de la pared celular,
tanto de bacterias Gram positivas como de las Gram negativas; está compuesto por cadenas de
ácido-N-acetilmurámico y ácido N-acetilglucosamina y de subunidades de disacáridos. En S.
aureus, representa la mitad del peso seco de la pared celular, le confiere resistencia y tolerancia
osmótica, tiene importantes propiedades biológicas: presenta actividad endotóxica, desencadena
la producción de interleucina-1 (IL-1) por monocitos, estimula la quimiotaxis y la agregación de los
leucocitos, activa el complemento e induce la producción de anticuerpos opsonizantes. La pared
celular es una estructura importante, es el blanco de antibióticos como los β-lactámicos y
glicopéptidos como la vancomicina. Las modificaciones en la síntesis del peptidoglicano es una
respuesta de resistencia de los estafilococos al ataque de estos antibióticos.
Los ácidos teicoicos o polisacáridos A representan más del 50% del peso seco purificado de las
paredes de los estafilococos. Los ácidos teicoicos están constituidos por polímeros de ribitol
fosfato entrecruzados con ácido N-acetilglucosamina, son específicos de especie, pueden estar
unidos covalentemente al peptidoglicano de la pared celular y ligados a los lípidos de la membrana
citoplasmática. Los ácidos teicoicos juegan un papel fisiológico importante en el metabolismo de la
pared celular. Su función es mediar la unión de estafilococos a las superficies de las mucosas
mediante uniones específicas a la fibronectina. Tienen además la capacidad de inducir la
producción de anticuerpos. Los ácidos lipoteicoicos están unidos a la membrana plasmática,
tienen una estructura similar a los ácidos teicoicos, excepto porque contienen fosfatos de
poliglicerol, además de unirse a un diacilglicerol que sirve como anclaje a la membrana plasmática.
Los ácidos lipoteicoicos están involucrados en la inflamación y en la liberación de citocinas por los
macrófagos y otras moléculas del sistema inmune.
La coagulasa se presenta en dos formas: como factor de agregación o coagulasa ligada (clumping
factor) y la coagulasa libre. La coagulasa ligada es capaz de convertir directamente sin intervención
de factores plasmáticos el fibrinógeno en fibrina, produciendo la coagulación del plasma,
facilitando el desarrollo de sepsis y abscesos. Existe una fuerte correlación entre la producción de
coagulasa y la virulencia de la cepa. Es usada como marcador de virulencia, ya que permite
diferenciar S. aureus coagulasa positivo. Su importancia en la patogenia radica en la formación de
una capa de fibrina alrededor del absceso estafilocócico localizando la infección y con ello se evita
la fagocitosis de la bacteria. La catalasa es otra enzima que degrada el peróxido de hidrógeno
dándole protección al microorganismo contra la fagocitosis, mientras que la hialuronidasa degrada
el ácido hialurónico de la matriz del tejido conjuntivo facilitando la diseminación de la infección.
La mayoría de los S. aureus están recubiertos por una proteína denominada proteína A, la cual se
utiliza para pruebas específicas de aglutinación con anticuerpos monoclonales en la identificación
de S. aureus. La detección de la proteína A, la coagulasa libre o clumping factor son fundamentales
para la identificación de S. aureus. La mayoría de las cepas de S. aureus, además sintetizan otras
enzimas como lipasas, nucleasas y proteasas, las cuales destruyen los tejidos del hospedero,
enzimas que hidrolizan los ácidos nucleicos y estafiloquinasas. La penicilinasa actualmente es
producida por casi todas las cepas de S. aureus. Es una β-lactamasa que inactiva la penicilina
hidrolizando el anillo β-lactámico.
Toxinas. Algunas cepas de S. aureus son capaces de sintetizar proteínas extracelulares adicionales
que producen su acción en zonas distantes del foco infeccioso. Su expresión está regulada por el
gen accesorio regulador de proteínas agr, que pueden ser codificadas por DNA cromosómico o por
plásmidos. Entre las más importantes están:
Las hemolisinas. Se han identificado cuatro hemolisinas como: alfa, beta, gamma, delta, que
sintetizadas por la mayoría de las cepas de S. aureus, tienen capacidad hemolítica y citolítica,
actuando sobre determinadas células del huésped, como leucocitos, plaquetas, macrófagos y
fibroblastos. La hemolisina alfa es la más estudiada, ya que es considerada el prototipo de las
citotoxinas formadora de poros, es citolítica para un gran número de células: monocitos,
eritrocitos, linfocitos, plaquetas y células endoteliales. Al parecer, intervienen en el desarrollo de
edema y daño tisular como consecuencia del cambio de permeabilidad inducidos en las células
endoteliales con los consiguientes cambios en el balance iónico. Esta toxina es dermonecrótica y
neurotóxica. La hemolisina beta tiene actividad de fosfolipasa C, es específica para la
esfingomielina y lisofosfatidilcolina, su función no se conoce muy bien, sin embargo, se cree que le
da selectividad a la bacteria. La hemolisina gamma afecta neutrófilos, macrófagos y eritrocitos. Se
cree que tiene efecto en la inducción de la inflamación. La hemolisina delta induce un daño en un
gran número de células de mamíferos, lisa eritrocitos y membranas celulares de esferoplastos y
protoplastos, es dermonecrótica. Se ha propuesto que esta hemolisina actúa como surfactante
disgregando las membranas celulares. Es letal en animales de laboratorio a concentraciones
elevadas.
La toxina Panton-Valentine (PVL, por sus siglas en inglés) es una leucocidina formadora de poros.
Fue descrita por primera vez en infecciones por Van del Verde. Existen pocos homólogos descritos
de la hemolisina-y. Una de éstas se reportó en 1932 por Panton y Valentine, toxina codificada por
dos genes: lukS y lukF, productos por los cuales pueden unirse entre ellos o con los componentes
de la hemolisina-y. Como las otras hemolisinas, la toxina Pantton-Valentine es regulada por el gen
agr. A diferencia de las otras hemolisinas la PVL está codificada por un fago móvil (f-SLT) el cual
puede transferir la toxina PVL a otras cepas. La leucocidina de Panton-Valentine está presente en
un 5% de los aislamientos clínicos de S. aureus. Las cepas de S. aureus que producen PVL se les
asocian con forunculitis, neumonía hemorrágica severa o ambas en adultos jóvenes y niños, así
como con infecciones de la piel relacionada con cepas MRSA adquiridas en la comunidad.
Superantígenos. La toxina del síndrome del choque tóxico (TSST-1) y las enterotoxinas
estafilocócicas son el paradigma de una gran familia de exotoxinas pirógenas llamadas
superantígenos.
Los superantígenos son proteínas que no activan el sistema inmune a través de un contacto
normal entre las células presentadoras del antígeno y los linfocitos. Las enterotoxinas
estafilocócicas son producidas de 30 a 50% de las cepas de S. aureus, de las que se han descrito 15
diferentes enterotoxinas estafilocócicas: A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, O, siendo el serotipo A
el más frecuente. Son termoestables y resistentes a las enzimas digestivas del huésped, además de
ser responsables de intoxicaciones y cuadros de enterocolitis. Poseen características
inmunomoduladoras propias de los superantígenos.
La toxina 1 del síndrome del choque tóxico (TSST-1, por sus siglas en inglés). Anteriormente se
denominaba exotoxina pirógena o enterotoxina F, y se considera una proteína termoestable
sintetizada por genes cromosómicos. Actúa como superantígeno e induce la liberación de citocinas
por macrófagos y linfocitos T. A bajas concentraciones, produce la extravasación de las células
endoteliales, y a altas concentraciones tiene un efecto citotóxico. Algunas cepas de S. aureus
tienen la capacidad de producir bacteriocinas, de naturaleza peptídica que inhibe el crecimiento
de otras bacterias.
4. Describa Usted los medios de diagnóstico y cultivo para este germen.
ANÁLISIS MICROBIOLÓGICO
Catalasa. Se utiliza para probar la capacidad del microorganismo para producir la enzima catalasa,
la cual facilita la conversión de peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno, siendo de utilidad para
evitar la formación de radicales tóxicos por el sistema de la mieloperoxidasa en las células
fagocíticas. La prueba es positiva cuando la bacteria reacciona produciendo la liberación de
burbujas, que es la característica dada por la descomposición del peróxido de hidrógeno en agua y
oxígeno.
Coagulasa. Esta prueba se emplea para determinar y diferenciar especies dentro del género
Staphylococcus, así como para probar la existencia de Staphylococcus aureus. Dicho
microorganismo tiene la capacidad de coagular dicha enzima. La coagulasa es un factor de
agregación y constituye una prueba muy sensible y específica para esta bacteria. Esta proteína
representa un importante factor de virulencia. La coagulasa puede unirse al fibrinógeno y
convertirlo en fibrina insoluble, la cual tiende a formar depósitos donde los estafilococos pueden
agregarse. La prueba puede hacerse de dos maneras: en portaobjeto, en la cual la solución se ha
tratado previamente con ácido etilendinitrilo tetraacético (EDTA) y plasma de conejo. Por otra
parte, la prueba se puede realizar en tubo, para lo cual se inoculan 0.5 ml de una dilución de
plasma de conejo con la colonia sospechosa.