La Inseguridad Ciudadnan en La Ceja El Alto
La Inseguridad Ciudadnan en La Ceja El Alto
La Inseguridad Ciudadnan en La Ceja El Alto
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LA INSEGURIDAD CIUDADANA
1.- INTRODUCCION
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concepto no significa simplemente disponer guardias, sino que además los
mismos estén dotados convenientemente para enfrentar el delito, pero que
además puedan cumplir sus funciones principales de preservar la seguridad
ciudadana y no la de "apagar incendios sociales".
Por el otro lado hay la esperanza de que los nuevos magistrados revaloricen la
justicia como tal, pues todavía predomina la inequidad en el juzgamiento de ciertos
ciudadanos, lo que muestra una justicia subordinada al poder central que afecta
los derechos humanos y altera el orden constituido.
Los hechos recientes, lamentables por su magnitud y por los efectos que se han
desatado, merecen repensar con urgencia en los programas de Gobierno para que
el desarrollo de estos últimos sean de beneficio colectivo traducidos en una
disminución del desempleo y en la creación de oportunidades de trabajo para
contrarrestar la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
Proviene del latin securitas; que a su vez se deriva del objetivo securus, el cual
está compuesto por "se y cura", cuidado o procuración, lo que significa sin temor,
despreocupado o sin temor a preocuparse. Libre de todo peligro, daño o riesgo.
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El origen moderno del concepto seguridad ciudadana; es consecuencia directa de
otro concepto del siglo XVIII al inicio de la Edad Contemporánea: el orden público.
Este es un concepto liberal que aparece en el artículo 9 de la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, documento fundamental de la
Revolución Francesa:
Nadie puede ser inquietado por sus opiniones, incluso las religiosas, siempre y
cuando su manifestación no altere el orden público establecido por la ley.
Además el artículo cuatro del mismo documento relaciona la libertad individual con
este concepto:
La libertad consiste en poder hacer todo lo que no sea perjudicial al otro. Así, el
ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otro límite que
aquellos que aseguren a los otros miembros de la sociedad el disfrute de estos
mismos derechos; estos límites sólo pueden estar determinados por la ley.
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La diferencia con la seguridad pública es que el estado es quien debe garantizar
que el orden social se mantenga y también se encarga del resguardo de los
bienes ciudadanos para que estén protegidos.
Enfoque de la Criminología en materia de Seguridad
LEY Nº 264
LEY DE 31 DE JULIO DE 2012
EVO MORALES AYMA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DEL ESTADO PLURINACIONAL DE
BOLIVIA
Por cuanto, la Asamblea Legislativa Plurinacional, ha sancionado la siguiente Ley:
LA ASAMBLEA LEGISLATIVA PLURINACIONAL,
D E C R E T A:
LEY DEL SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA
“PARA UNA VIDA SEGURA”
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
1. (OBJETO). La presente Ley tiene por objeto garantizar la seguridad ciudadana,
promoviendo la paz y la tranquilidad social en el ámbito público y privado,
procurando una mejor calidad de vida con el propósito de alcanzar el Vivir Bien a
través del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana “Para una Vida Segura”, en
coordinación con los diferentes niveles de Estado.
2. (FINES). La presente Ley tiene por fines:
1. Promover la paz y la tranquilidad social en el ámbito público y privado.
2. Prevenir la inseguridad ciudadana.
3. Mantener y restablecer la seguridad ciudadana.
4. Estructurar, articular e implementar de manera efectiva el Sistema de Seguridad
Ciudadana a través del Plan Nacional de Seguridad Ciudadana y los planes de
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seguridad ciudadana departamentales, municipales e indígena originario
campesinos.
3. (PRIORIDAD NACIONAL).
I. La seguridad ciudadana es un bien común esencial de prioridad nacional para el
desarrollo del libre ejercicio de los derechos y garantías individuales y colectivas, de
todos los estantes y habitantes del territorio del Estado Plurinacional de Bolivia y
una condición fundamental para la convivencia pacífica y el desarrollo de la
sociedad boliviana.
II. El Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia declara como prioridad nacional
el financiamiento y la ejecución de los Planes de Seguridad Ciudadana Nacional,
Departamental, Municipal e Indígena Originario Campesino.
4. (PRINCIPIOS). Los principios que rigen la presente Ley son:
1. Responsabilidad. En el ámbito de sus competencias el nivel nacional, las
entidades territoriales autónomas y la sociedad civil organizada comparten
responsabilidad en el cumplimiento de la presente Ley.
2. Solidaridad. El nivel nacional y las entidades territoriales autónomas en el
ejercicio de sus competencias, cooperarán y coordinarán entre sí, para garantizar
la seguridad ciudadana.
3. Compromiso. Actitud proactiva y responsable de los actores involucrados en el
logro de los objetivos, fines y metas en seguridad ciudadana de manera que cada
uno de éstos aporten su máxima capacidad con un sentido de pertenencia.
4. Transparencia. El ejercicio de la función pública de las servidoras y los
servidores públicos se regirán por la honestidad y ética en la gestión de la seguridad
ciudadana, éstos administrarán los recursos del Estado sujetos a la rendición de
cuentas y a la publicidad de la gestión. La información en materia de seguridad
ciudadana será veraz, oportuna, accesible comprensible y confiable.
La información relativa a la seguridad ciudadana deberá estar a disposición de la
población. Todos los recursos administrados por el nivel nacional y de las entidades
territoriales autónomas destinados a la seguridad ciudadana estarán sujetos a
rendición pública de cuentas.
5. Priorización de la Víctima. Toda víctima de inseguridad ciudadana deberá ser
tratada con dignidad y en forma prioritaria en todos los actos de investigación.
6. Celeridad. A sólo requerimiento de la víctima, la información con la que cuente
cualquier entidad pública o privada y que esté relacionada con un hecho de
inseguridad ciudadana deberá ser de acceso inmediato y sin mayor trámite, de
acuerdo a la legislación vigente.
7. Respeto a los Derechos Humanos. La seguridad ciudadana se constituye en el
pilar central del desarrollo de los Derechos Humanos.
8. Equidad de Género y Generacional. Las políticas, planes, programas y
proyectos de seguridad ciudadana deberán contemplar el enfoque de género y
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generacional y las necesidades específicas de protección de mujeres, niños, niñas,
adolescentes y adultos mayores.
9. Interculturalidad. Entendida como la interacción de las culturas, que se
constituye en instrumento para la cohesión y convivencia armónica y equilibrada
entre todos los pueblos y naciones para la construcción de relaciones de igualdad y
equidad de manera respetuosa.
10. Igualdad. El Estado promoverá las condiciones necesarias para lograr la
igualdad real y efectiva, adoptando medidas de acción afirmativa y/o diferenciada
que valore la diversidad con el objetivo de lograr equidad y justicia social,
garantizando condiciones equitativas específicas para el goce de derechos,
libertades y garantías reconocidas en la Constitución Política del Estado, leyes
nacionales y normativa internacional de Derechos Humanos.
11. Oportunidad. La información se obtiene, analiza y reporta de forma oportuna
ante la autoridad competente, de manera que toda conducta conflictiva, violenta o
delictiva pueda ser prevenida, controlada o sancionada cuando corresponda.
12. Sostenibilidad. El nivel nacional del Estado y las entidades territoriales
autónomas deberán proveer los recursos y medios necesarios, en el marco de sus
responsabilidades para el desarrollo e implementación integral de la política pública
en seguridad ciudadana, garantizando su sostenibilidad financiera e institucional en
el largo plazo.
13. Vivir Bien. La convivencia segura y pacífica entre ciudadanos y ciudadanas es
una parte integral para Vivir Bien en comunidad.
14. Lealtad Institucional. La administración pública en sus relaciones
interinstitucionales coordinará y cooperarán para el desarrollo y bienestar de la
población, en el marco de la eficiencia, eficacia y el servicio a las ciudadanas y
ciudadanos.
TÍTULO II
MARCO INSTITUCIONAL
CAPÍTULO I
DEL SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA
5. (SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD CIUDADANA).
I. El Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana “Para una Vida Segura”, es un
conjunto interrelacionado de políticas, planes, estrategias, procedimientos,
institucionalidad y funciones en materia de seguridad ciudadana.
II. El Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana “Para una Vida Segura”, se
fundamenta en el establecimiento de la corresponsabilidad institucional de
seguridad ciudadana, la participación ciudadana y el control social.
6. (ESTRUCTURA DEL SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD
CIUDADANA).
I. Las entidades públicas que forman parte del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana son: el Ministerio de Gobierno y las entidades territoriales autónomas.
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II. La Comisión Interministerial de Seguridad Ciudadana, el Consejo de
Coordinación Sectorial de Seguridad Ciudadana, los Consejos Departamentales,
Regionales, Municipales e Indígena Originario Campesinos de Seguridad
Ciudadana, integran el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana.
III. Las instituciones que conforman el Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana, trabajan de forma interrelacionada y coordinada para la protección de
los derechos, libertades y garantías constitucionales, individuales y colectivas en
materia de seguridad ciudadana.
CAPÍTULO II
ENTIDADES PÚBLICAS DEL SISTEMA NACIONAL
DE SEGURIDAD CIUDADANA
7. (DEBER DE COLABORACIÓN).
I. Las servidoras y los servidores públicos, en el ámbito de sus competencias,
deberán colaborar, prestar la asistencia posible y adecuada a las entidades
públicas, a la comisión, a los consejos de seguridad ciudadana y a la Policía
Boliviana, para la consecución de las finalidades de prevención, mantenimiento y
restablecimiento de la seguridad ciudadana.
II. Las servidoras y los servidores públicos de las entidades públicas que forman
parte del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana en caso necesario y en la
medida indispensable para el cumplimiento de sus funciones, deberán requerir de
los particulares su colaboración, siempre que no implique riesgo personal para los
mismos.
8. (MINISTERIO DE GOBIERNO). El Ministerio de Gobierno es la máxima autoridad
responsable de la formulación, planificación, aprobación y gestión de las políticas
públicas, como también de la coordinación y control de la seguridad ciudadana.
Ejercerá sus funciones respetando los Derechos Humanos y el ejercicio de la
ciudadanía plena.
9. (RESPONSABILIDADES DEL NIVEL NACIONAL DEL ESTADO).
Son responsabilidades del Ministerio de Gobierno, en materia de seguridad
ciudadana, las siguientes:
1. Formular, aprobar y ejecutar las políticas públicas para la prevención,
mantenimiento y restablecimiento en materia de seguridad ciudadana, reguladas en
la presente Ley.
2. Formular, aprobar, gestionar y ejecutar los programas, planes, proyectos y
estrategias nacionales para la prevención, mantenimiento y restablecimiento en
materia de seguridad ciudadana, en el marco de la presente Ley.
3. Formular, aprobar y ejecutar el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, el que
contemplará la desconcentración de los servicios policiales a nivel departamental,
municipal e indígena originario campesino.
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4. Dirigir a la Policía Boliviana, garantizando su accionar efectivo en la preservación,
mantenimiento y restablecimiento de la seguridad ciudadana y la defensa de la
sociedad, priorizando su acción preventiva.
5. Promover el intercambio y/o cooperación internacional en materia de seguridad
ciudadana.
6. Articular con la población, la formulación e implementación de políticas públicas,
en prevención y mantenimiento de la seguridad ciudadana.
CONSIDERANDO:
-Que el numeral 2 del Artículo 9 de la Constitución Política del Estado, establece
como uno de los fines y funciones esenciales del Estado, garantizar el bienestar, el
desarrollo, la seguridad y la protección e igual dignidad de las personas, las
naciones, los pueblos y las comunidades.
-Que el Parágrafo I del Artículo 23 del Texto Constitucional, determina que toda
persona tiene derecho a la libertad y seguridad personal.
-Que el Parágrafo I del Artículo 251 de la Constitución Política del Estado, dispone
que la Policía Boliviana, como fuerza pública, tiene como misión específica la
defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de
las leyes en todo el territorio boliviano.
-Que el Parágrafo I del Artículo 3 de la Ley Nº 264, de 31 de julio de 2012, del
Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana "Para una Vida Segura", señala que la
Seguridad Ciudadana es un bien común esencial de prioridad nacional, para el
desarrollo del libre ejercicio de los derechos y garantías individuales y colectivas, de
todos los estantes y habitantes del territorio del Estado Plurinacional de Bolivia.
-Que el Artículo 8 de la citada Ley, establece que el Ministerio de Gobierno es la
máxima autoridad responsable de la formulación, planificación, aprobación y gestión
de las políticas públicas de seguridad ciudadana.
-Que el inciso a) del Artículo 34 del Decreto Supremo Nº 29894, de 7 de febrero
de 2009, Organización del Órgano Ejecutivo, determina que es atribución de la
Ministro de Gobierno, formular, dirigir y coordinar políticas para la seguridad pública
del Estado Plurinacional, precautelando el ejercicio de los derechos y garantías
constitucionales, el orden público y la paz social, inherentes al Estado Plurinacional.
-Que el inciso b) del Artículo 34 del citado Decreto Supremo, señala que es
atribución de la Ministro de Gobierno planificar y coordinar con las Gobernadoras y
Gobernadores y la Policía Boliviana el Régimen de políticas de seguridad pública
en todo el territorio boliviano.
-Que el Decreto Supremo Nº 1362, de 26 de septiembre de 2012, aprueba el "Plan
Nacional de Seguridad Ciudadana 2012 - 2016", disponiendo como uno de sus
objetivos el fortalecimiento del Régimen Normativo en Seguridad Ciudadana.
-Que es necesario reglamentar los mecanismos y procedimientos para la
implementación de la Ley Nº 264, a través de la emisión del presente Decreto
Supremo.
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Capítulo II
Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana
Artículo 6°.- (Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana)
I. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana es una entidad desconcentrada
del Ministerio de Gobierno, con dependencia funcional del
Viceministerio de Seguridad Ciudadana, está a cargo de recopilar, procesar,
analizar e interpretar la información relativa a la inseguridad ciudadana, causas que
generan delincuencia, violencia y sus efectos socioeconómicos y políticos,
generando estadísticas y estudios técnicos y científicos, que orienten la formulación
y diseño de políticas públicas, planes, programas y proyectos en materia de
prevención, mantenimiento y restablecimiento de la seguridad ciudadana.
II. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana llevará adelante todas las
gestiones necesarias que fortalezcan las relaciones interinstitucionales de
coordinación con entidades e instituciones públicas, privadas, organizaciones de la
sociedad civil y otros observatorios, pudiendo acordar la suscripción de convenios
de cooperación e intercambio de información sobre seguridad ciudadana.
Artículo 7°.- (Coordinación técnica) Los niveles de coordinación para el
cumplimiento de los objetivos del Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana
son:
Ministerio de Planificación del Desarrollo;
Ministerio de Comunicación;
Ministerio de Justicia;
Ministerio de Defensa;
Ministerio de Salud y Deportes;
Policía Boliviana;
Instituto Nacional de Estadística - INE;
Entidades Territoriales Autónomas;
Universidades Públicas y Privadas;
Instituciones internacionales que generen estadística;
Otros observatorios e instituciones públicas o privadas que generen información
estadística e investigación.
Artículo 8°.- (Coordinación con Observatorios de Seguridad Ciudadana de las
Entidades Territoriales Autónomas)
I. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana remitirá y prestará asistencia
técnica a los Observatorios de Seguridad Ciudadana de las Entidades Territoriales
Autónomas que lo soliciten en:
Información generada relativa a la gestión en seguridad ciudadana; Conocimientos
y procedimientos relativos a la formulación, seguimiento y evaluación de políticas
públicas sobre seguridad ciudadana;
Metodologías e instrumentos de recolección y gestión de la información sobre
seguridad ciudadana;
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Metodologías e instrumentos para la operación y administración del Sistema de
Información Geo-referenciada de Seguridad Ciudadana - SIGOSEC; Información
Geo-referenciada que demuestre un análisis cartográfico y digital de mayor
incidencia del delito y la violencia en cada Entidad Territorial
Autónoma.
II. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana coordinará con los
Observatorios de Seguridad Ciudadana de las Entidades Territoriales Autónomas,
la remisión semestral de la información generada por éstos.
III. El Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana podrá solicitar información
específica y complementaria a los Observatorios de Seguridad Ciudadana de las
Entidades Territoriales Autónomas en cualquier momento.
IV. La Policía Boliviana accederá a la información generada por el Observatorio
Nacional de Seguridad Ciudadana y por los Observatorios de Seguridad Ciudadana
de las Entidades Territoriales Autónomas para la formulación de planes operativos
y acciones necesarias para el cumplimiento de sus funciones en seguridad
ciudadana.
Artículo 9°.- (Investigaciones y publicaciones) El Observatorio Nacional de
Seguridad Ciudadana, a través del Ministerio de Gobierno, podrá suscribir
convenios con instituciones públicas, privadas, nacionales e internacionales y del
Sistema Universitario Nacional para la generación y publicación de documentos de
investigación e información estadística en temas referidos a seguridad ciudadana.
Capítulo III
Coordinación y formación policial
Artículo 10°.- (Coordinación técnica) La Policía Boliviana coordinará sus
actividades con las Entidades Territoriales Autónomas para el cumplimiento de los
planes, programas y proyectos de seguridad ciudadana.
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Artículo 12°.- (Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la
Universidad Policial)
I. El Comando General de la Policía Boliviana desarrollará y ejecutará planes,
programas y proyectos para el fortalecimiento del Instituto de Investigaciones
Técnico Científicas de la Universidad Policial-IITCUP.
II. El Ministerio de Gobierno y la Policía Boliviana a través de la UNIPOL podrán
suscribir convenios de cooperación con entidades e instituciones públicas y
privadas, nacionales o extranjeras para el fortalecimiento del IITCUP.
III. El Ministerio de Gobierno y las Entidades Territoriales Autónomas podrán
suscribir convenios para destinar recursos para la construcción, refacción,
ampliación y equipamiento del IITCUP en todo el territorio del Estado.
Capítulo IV
Desconcentración de servicios policiales
Artículo 13°.- (Planificación para la desconcentración de servicios policiales)
La desconcentración de los servicios policiales debe responder a una distribución
proporcional del territorio nacional, teniendo en cuenta como mínimo los siguientes
lineamientos de planificación:
Diagnóstico Socio-demográfico.- Análisis y estudio que da como resultado datos y
conclusiones sobre la población objetivo para la cual se quiere desconcentrar los
servicios, obteniendo un perfil que señale las características actuales de la
población;
Diagnóstico Situacional Institucional.- Tiene como objetivo examinar el contexto y
momento en que se encuentran los servicios policiales en la zona en la cual se
quiere implementar la Estación Policial Integral, valorados por su incidencia y
repercusión, considerando factores internos y externos a la institución policial. Debe
contener la identificación del número y características de todas las instituciones
públicas y privadas, así como lugares de concentración de personas, susceptibles
de convertirse en factores de riesgo; Geo-referenciación del Delito.- Es una
representación gráfica y métrica de la actividad delincuencial en la porción de
territorio en la cual se pretende implementar la Estación Policial Integral, basado en
estudios geo-referenciales; Línea de Base.- Permite establecer la situación inicial,
como punto de comparación para evaluar el logro de los objetivos, corroborar los
datos obtenidos en el diagnóstico e historial de inseguridad.
Artículo 14°.- (Funcionamiento de las Estaciones Policiales Integrales)
I. Las Estaciones Policiales Integrales podrán estar conformadas por:
Unidades Policiales:
Servicios de Patrullaje;
Unidad de Protección a la Familia;
Comisaría de Contravención Policial y Conciliación Ciudadana;
Unidades especializadas de investigación.
Entidades no policiales:
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Juzgados Contravenciones;
Ministerio Público con Fiscal y Médico Forense;
Oficina de Defensoría de la niñez y adolescencia;
Servicios Legales Integrales de Atención y Protección a la Familia.
II. Las instituciones cuyas dependencias funcionen en las Estaciones Policiales
Integrales, asignarán personal y medios necesarios para su funcionamiento y
coordinarán la implementación de planes, programas y proyectos en seguridad
ciudadana de manera conjunta.
III. El Ministerio de Gobierno, la Policía Boliviana y las Entidades Territoriales
Autónomas consensuarán la implementación progresiva de las Estaciones
Policiales Integrales en base a estudios técnicos definidos en el Plan Nacional de
Seguridad Ciudadana y el presente Decreto Supremo, estableciendo el número y
ubicación de las mismas.
IV. Las Estaciones Policiales Integrales podrán implementar Casas de Justicia de
forma progresiva y en el marco de los servicios que éstas prestan, previa
coordinación entre el Ministerio de Gobierno y el Ministerio de Justicia.
Las muertes por violencia en Bolivia no son simples estadísticas, pero las
estadísticas ayudan a entender la magnitud de la crisis de seguridad que vive el
país. Como parte de una investigación hecha por ODH Grupo Consultor, es
posible hacer un análisis a partir del contraste de las cifras nacionales con otros
referentes y de esta manera contextualizar los índices nacionales en la dinámica
global y entender la magnitud de la crisis.
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se puede hablar de
una epidemia de homicidios cuando asesinan a 10 ciudadanos por cada 100 mil
habitantes. Ya en la década de los noventa, vivía una crisis de seguridad. Desde
1998, el crecimiento de la tasa de homicidios ha sido vertiginoso y, una década
más tarde, las cifras oficiales y las registradas por ONGS como el Observatorio de
Violencia (OVV), comenzaron a presentar crecientes diferencias en 2008. Para
2013, mientras el Gobierno Central habla de 39 muertes por cada 100 mil
habitantes, el OVV habla de 79. En cualquier caso, estamos hablando de una cifra
que oscila entre 11 mil y casi 25 mil muertos por violencia en un año, cifras que
llenan de tristeza a la familia.
Como para algunos analistas el hecho de hablar de muertes totales puede verse
como una pérdida de perspectiva, al hablar de la tasa de muertes violentas
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registradas en Bolivia y la de Irak entre 2003 y 2013, la venezolana supera
(oficialmente) a la de la nación en conflicto desde 2008.
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Skogan (1990) procedió a distinguir entre desorden físico y desorden social. Por
desorden físico entendió la presencia de terrenos vacantes, basura en las calles,
viviendas abandonadas y el uso de grafiti, y por desorden social se refirió a una
diversidad de elementos conductuales como serían la ingestión de bebidas
alcohólicas en espacios públicos, el acoso a transeúntes, en especial a las
mujeres, y la presencia de adolescentes en las calles y sin supervisión de adultos,
determinando que tales elementos indicaban un rompimiento del orden social y en
consecuencia una mayor sensación de miedo al delito.
Los seguidores de esta teoría argumentan que la Policía debe impedir los actos de
incivilidad mediante la represión de toda conducta infractora, incluyendo el
consumo de alcohol en las calles, jóvenes ruidosos en las esquinas, habitantes de
la calle, entre otros problemas sociales. Para esto se implemento el modelo de
tolerancia cero que en Nueva York se tradujo en el aumento de los abusos
policiales, ligados a la represión de los denominados actos de incivilidad.
• Evaluar los riesgos y sobre todo, las poblaciones que constituyen un riesgo
para la seguridad que en la práctica son los sectores marginados.
Efectos negativos del modelo de la Tolerancia Cero
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Dos casos resaltan en este tipo de abusos: el de un inmigrante haitiano que fue
torturado y violado dentro de un recinto policial y el de un inmigrante de Guinea
que fue asesinado por cuatro policías porque se negó a obedecer la orden de
detenerse. En ambos casos los policías fueron absueltos y recibieron apoyo del
entonces alcalde Giuliani. De manera contemporánea, se encuentra:
5.3.-Teoría de la vulnerabilidad física:
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Esta teoría predice que los medios masivos de comunicación, especialmente la
televisión, cultivan la sensación de inseguridad a los televidentes. La premisa es
que los medios de comunicación son parte de la red social de los individuos, más
aún, para algunos individuos los medios masivos de comunicación son los únicos
o bien los principales medios de información sobre la inseguridad y la delincuencia
en su localidad. A este respecto se dice que existe un incentivo económico para la
difusión masiva de noticias relacionadas con el crimen, lo que al final resulta en un
incremento en los niveles de inseguridad personales. Al mitificar el relato del
acontecimiento delictivo, lo descontextualizan y pierde su significado real, lo
convierten en la telenovela de la cotidianidad que se confunde con la realidad
misma, todo esto con la finalidad de aumentar las ventas en el caso de la prensa
escrita y la sintonización cuando se trata del medio televisivo.
6.-TEORÍA DE LA VICTIMIZACIÓN
Este modelo establece que individuos que han sido víctimas en el pasado de
algún delito van a estimar un riesgo mayor de ser víctima en el futuro, y, como
resultado, van a sentir un mayor temor ante la delincuencia, en especial cuando
son delitos violentos o sexuales. El supuesto es que las víctimas comienzan a
sentir mayor temor debido al delito que experimentaron y no por que hayan sido
antes más temerosas.
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Ante este panorama, es muy frecuente proponer que el temor ante el delito es,
relativamente, irracional o existiría un desajuste entre los hechos del mundo
objetivo y la expectativa subjetiva de los individuos. Sin embargo, la paradoja
"temor victimización", se puede explicar no sólo considerando la victimización
individual como determinante del temor ante el delito, sino también otros factores
que influyen en este temor, como es la victimización vicaria. Ésta se genera
cuando el temor que siente una persona aumenta si algún cercano ya sea un
familiar, un amigo o un vecino ha sido víctima de un delito recientemente. No
obstante, son los medios de comunicación una de las mayores influencias de la
victimización vicaria en el temor de las personas, siendo ellos la principal fuente de
donde los individuos extraen información sobre actos delictivos.
6.2.- Modelo del control social:
Este modelo es uno de los más relevantes para comprender diversos factores que
están asociados a la generación de temor. Por un lado, se sugiere que la falta de
control que las personas sienten tener sobre su medio ambiente social y la
desorganización que perciben en él, incrementa la percepción de temor. Por otro
lado, este modelo abarca la percepción sobre las autoridades públicas y postula
que si se percibe inactividad en las autoridades, el temor ante la delincuencia se
incrementa, lo que se relaciona tanto con la confianza como evaluación a
instituciones encargadas del orden.
- Confianza y evaluación a las instituciones y su relación con el temor:
Ahora bien, la confianza puede estar orientada a nivel interpersonal así como
orientado a las instituciones públicas. En relación al segundo caso, el aumento de
la criminalidad debe ser enfrentado por instituciones públicas que cuenten con la
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confianza ciudadana. De lo contrario, el aumento de las tasas delictuales puede
conducir a la organización de grupos que toman la ley por sus propias manos lo
que, a su vez, puede provocar la reacción desmedida por parte de los policías.
Ante este panorama, el resultado final podría ser la sensación general de que las
instituciones del Estado de Derecho no son eficaces para reducir el crimen.
Ahora bien, al igual que en todos los esquemas conceptuales anteriores que
explicaban el temor, la participación comunitaria no es homogénea entre
residentes de sectores distintos y pertenecientes a ciertos estratos
socioeconómicos. Como en el estrato bajo no existen mayores recursos para la
seguridad, comienzan a gestarse mecanismos de prevención comunitaria, aunque
las personas que viven en estas condiciones socioeconómicas, no estén
conscientes que son medidas de prevención. Sin embargo, estas iniciativas son
contingentes, nacen para solucionar un hecho puntual, y se presentan dificultades
para lograr una organización más duradera. En ocasiones estas medidas
comunitarias pueden adquirir un sentido negativo como el ajusticiamiento con las
propias manos cuya expresión máxima es el linchamiento, fenómeno más
frecuente en los estratos socioeconómicos bajos.
6.3.- El miedo como negocio (el negocio del miedo):
Según el autor argentino Alberto Binder (2010) parece que un conjunto de
prejuicios, falta de conocimiento o inexperiencia es lo que conduce a la falta de
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claridad en la formulación de las políticas y la comprensión del fenómeno que son
dos caras de una misma moneda. Se utiliza la idea de peste.
Pero lo más grave no es que la sociedad transite: una época de incertidumbre sino
las formas de lucro que se han construido alrededor de ese temor. En primer
lugar, el mercado de la seguridad privada esta estructurado de tal manera que la
inseguridad es el negocio y la condición de su expansión. Esto no es un hecho
menor, porque ese mismo mercado es productor de visiones sobre el problema
criminal, a la vez que genera una dinámica que complica muchas soluciones. No
por una razón ideológica que impide la participación de fuerzas no estatales en la
solución de ese problema, sino por el hecho más concreto de que, aquí y ahora,
su forma de crecimiento es parasitaria de la ineficacia estatal y aprovecha esa
ineficacia para captar recursos estatales y utilizarlos en su provecho. Como ocurre
con toda actividad económica es probable que esta sea solamente una lógica de
expansión y que en algún momento el mismo mercado de la seguridad deberá
cambiar de dinámica para centrarse en la provisión de seguridad, pero todavía no
se sabe hasta dónde puede llegar esa expansión y qué daños perdurables puede
dejar, tanto en la generación de miedo social como en las posibilidades de las
fuerzas estatales de responder al problema de la seguridad de los ciudadanos.
Una intervención estatal profunda, para modificar la dinámica mercado de
seguridad es también una acción necesaria para modificar las percepciones que
tenemos del fenómeno criminal y de las posibilidades reales de solucionarlo o
controlarlo.
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Otra forma de lucro tiene que ver con las nuevas formas de espectáculo de la
violencia. Sin duda la crónica policial es un género que ha cautivado a las
audiencias de todo tipo. Las noticias policiales no son más que una forma del
mismo género. Pero, la potencia de los medios de comunicación, el realismo de la
ficción y hasta el consistente entrenamiento para matar a través de los
videojuegos que ocurre con miles de niños y adolescentes, forman un mercado de
la violencia de grandes magnitudes.
Esto genera una forma patológica de diálogo político que se observa con claridad
en nuestra época. Por una parte, la ciudadanía mantiene el tema de la inseguridad
como una de sus prioridades y como una interpelación permanente. Por otra parte,
la dirigencia política se muestra preocupada y atenta. Sin embargo, este aparente
punto de conexión no produce políticas consistentes. Al contrario, pareciera que
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mantener este canal abierto y sin solución es la mejor forma de mantener a la
sociedad expectante y atemorizada y a la oferta electoral abierta pero
descomprometida. Es decir, esto le permite a la dirigencia política hablar de
seguridad, sin asumir mayores compromisos. La ganancia está en el tipo de
vínculo con la sociedad, pero esa demanda no se convierte en fuerza de
transformación (lo que llevaría a la dirigencia a enfrentarse a sectores
burocratizados y corporativos que manejan todavía el sistema de seguridad).
La retórica de la mano dura aparece como la forma más eficaz de conjugar todas
estas formas de lucro con un discurso social aparentemente preocupado pero
incapaz de construir soluciones complejas y serias a un problema de gran
magnitud. En primer lugar plantea el problema como una cuestión de debilidad y
por lo tanto la solución como un problema de fortaleza. Nada más alejado de la
realidad. El binomio debilidad-fortaleza es inútil a la hora de diseñar política de
seguridad o de comprender el problema de la criminalidad. En consecuencia su
visión del problema es de un simplismo que oculta las causas más evidentes y por
ello es funcional al mantenimiento de buena parte de las condiciones de ineficacia
en el control de la criminalidad.
En segundo lugar, es una retórica que asusta ya que pese a que ha influido en la
toma de decisiones en la última década, poco produce en términos concretos, con
lo que mantiene vigente la visión de la peste y el milenarismo. Finalmente es una
retórica que agrava el problema, ya que en el fondo su discurso es un llamado a la
autodefensa (el "métale bala al delincuente"). Es decir tras la retórica de la más
dura se esconde una cultura del linchamiento.
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tradicional en nuestro país y que también condiciona las visiones que tenemos del
problema de la criminalidad.
Esta situación ha sido tomada en cuenta por los altos Tribunales de la República,
en materia de niños, niñas y adolescentes, al pronunciarse la Sala Constitucional
en la sentencia número 1049 del 30 de julio del 2013, dejando asentado con
carácter vinculante que "los Jueces y Juezas con Competencia en materia Penal
que integran los distintos Circuitos Judiciales de la República, podrán emplear la
práctica de la prueba anticipada, prevista en el artículo 289 del Código Orgánico
Procesal Penal, previa solicitud del Fiscal del Ministerio Público o cualquiera de las
partes, para preservar el testimonio de los niños, niñas y adolescentes, ya sea en
condición de víctima o en calidad de testigo, sobre el conocimiento que éstos
tienen de los hechos.". En el caso de los niños, niñas o adolescentes que
participan en el proceso penal en condición de víctima, resulta evidente que están
expuestos a ser re victimizados como consecuencia de las declaraciones que
reiteradamente deben exponer ante diversos funcionarios de la cadena de
investigación y en cada una de las etapas del proceso, circunstancia que en
muchas ocasiones conduce a que, por ejemplo, los niños, niñas y adolescentes
víctimas se resistan a comparecer a los actos procesales por temor de
encontrarse con el victimario o, en otras casos, por afectaciones de naturaleza
emocional o psicológica al recordar constantemente el hecho lesivo,
especialmente, cuando se trata de delitos como abuso sexual, actos lascivos,
entre otros de esta especie.
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tratos del personal que labora en los Circuitos Judiciales) es colocada frente a
frente con su victimario desprovista de protección por parte del Estado, a pesar de
existir una Ley de Protección a la Víctima, Testigos y Demás Sujetos
Procesales[19]que, en opinión del equipo, ha pasado a ser prácticamente letra
muerta, ya que no se aplican las disposiciones allí contenidas; dificultando así la
veracidad del testimonio, ya que éstas personas son fácilmente localizables.
Esta situación la viven no sólo las víctimas de los delitos, sino también los testigos
(e inclusive, bajo la vigencia del Código Orgánico Procesal Penal anterior, los
escabinos quienes representaban la participación ciudadana directa en la
administración de Justicia en el proceso penal), en todos y cada uno de los casos
anteriores el resultado es que estos ciudadanos que de alguna u otra manera
intervienen en el proceso penal sienten temor de afrontar el proceso, por ser
ignorados, maltratados o extorsionados por los funcionarios, en algunos casos los
judiciales, en otros los policiales (en países como el nuestro, no sólo se teme al
delincuente común sino también al funcionario policial); sufren del retardo
procesal, así como también sufren de lo engorroso que suelen ser los trámites
para la devolución de sus objetos y en el peor de los casos, se ven amenazados y
amedrentados por sus agresores al no existir realmente confidencialidad de sus
datos y en consecuencia, hay una gama de motivos que impiden una colaboración
seria con el proceso penal, se crea más impunidad y disminuye día a día la poca
credibilidad que tienen los venezolanos del sistema de administración de justicia.
7.- RECOMENDACIONES
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acceder a los distintos medios de bien social, crea el caos y trae como resultado el
aumento de la criminalidad, sobre todo en las sociedades menos favorecidas.
A pesar de que se han creado múltiples políticas por parte del ente estatal, los
resultados han sido más negativos que positivos, se le ha otorgado poder de
dirección a la comunidad que fue excluida en gobiernos diferentes, pero que dicho
otorgamiento no resulto ser lo que se quería o se esperaba. Cabe destacar que ha
repercutido adicionalmente en el desempleo, la inseguridad y el estado de pobreza
la mala gestión del sistema económico, el control que se viene dando sobre la
obtención de los víveres alimenticios y de higiene personal, ha creado otro
monstruo de la delincuencia en el Sistema económico, implantando cada vez mas
normas represivas a la ciudadanía, esto a su vez genera una nueva expansión del
delito, inicia otro tipo Penal en el medio económico inserto en el Sistema, tal como
se evidencia con la entrada en vigencia de la Ley Especial de Costos y Precios
justos, cuya norma regula por un lado y genera delito por otro, pues a veces la
persona prefiere incurrir en el delito y poder acceder a lo necesitado que cumplir la
norma y morir de hambre. Así mismo es necesario resaltar las políticas
penitenciarias, las cuales son paños de agua caliente, pero que no extinguen la
verdadera problemática, es más fácil para el ente administrador inventar una
Libertad, que reinsertar verdaderamente a una persona a la sociedad, un juez
prefiere realizar una resolución donde otorgue una Libertad cuando hay mucha
insistencia, que interactuar o involucrarse con un privado de libertad que le
produce repulsión, olvidándose así de lo que establece la Dra. María Gracia
Moráis cuando en su concepto de Juez de Ejecución establece que el perfil que
debe tener, es de una persona con dotes vocacionales muy particulares, que debe
poseer una formación académica amplísima con cualidades superiores de
humanismo, espíritu abierto y empatía, siendo la realidad, un hechos distinto al
deber ser.
La falta de interés por parte del Estado en la estructuración de las familias
Venezolanas, deja entre ver, que es más económico arriar a la sociedad por medio
de un sistema penal y represivo, que aplicar políticas de formación y contención
familiar, política esta que amerita de un presupuesto real y palpable para las
mismas, dichas estrategias que deben ser diferentes a las misiones establecidas,
que no se mantienen en su totalidad desde su inicio. Así como lo referido a otras
políticas se quedaron en un lindo sueño que al despertar se reflejan en el
hacinamiento carcelario, el colapso de las morgues del país, las largas colas para
obtener un alimento de la cesta básica cuando llegan los suministros, el
impedimento de tomar unas vacaciones y entre tantas limitaciones que viven a
diario los Venezolanos, lo que se deduce en el miedo generado por la Inseguridad
en un Estado que supuestamente "garantiza" la Seguridad.
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8.- BIBLIOGRAFÍA
Acevedo V., Sebastián. Distribución desigual del temor al delito según nivel
socieconómico: Análisis de las comunas del gran Santiago. Tesis para optar la
grado de sociológo. Santiago de chile. 2008.
La Seguridad Ciudadana.en:http://es.wikipedia.org/wiki/Seguridad_ciudadana
[Consulta: 2014, Julio 25].
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