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Propuesta de Intervención

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PROPUESTA DE PROYECTO DE INTERVENCIÓN

Terremoto en Puerto Príncipe

PSICOANÁLISIS APLICADO
Diego Fernando Mercado Lenis

Marcela Cárdenas (1135961)


Luisa Martínez (1145976)
Nicole Moreno (1140648)
Juan David Pabón (1145475)
Alejandro Varona (1135771)

UNIVERSIDAD SAN BUENAVENTURA, CALI


FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
SANTIAGO DE CALI
2018
PRODUCTO FINAL
¨TERREMOTO PUERTO PRINCIPE¨.

Recolección de datos:
 Fuentes de información
 Metodología: Estrategias y técnicas
 Información de alto impacto en salud mental

Triage y jerarquización de necesidades:


 Identificar los sectores o familias de la población que se encuentren más afectados,
para brindarles una atención inmediata.
 Jerarquización de las necesidades de la población.

Diagnóstico y pronóstico:
 Evaluar daños y necesidades Psicosociales de la población
 Efectos inmediatos y a largo plazo
 Afectados directos e indirectos
 Efectos individuales y colectivos
 Efecto diferencial (Edad o Genero)

Tratamiento:
 Tipo de intervención que se plantea como profesionales y que responda a las
necesidades de la población desde una perspectiva Psicoanalítica.
PROYECTO DE INTERVENCIÓN

Ante los imprevistos de la naturaleza, tales como lo ocurrido en Haití por un terremoto
que destruyó gran parte del país, se identifican que los daños no sólo se encuentran
relacionados con daños físicos y materiales tanto de las infraestructuras privadas y públicas,
las grandes cifras por mortalidad, sino que los daños ante lo imprevisto del evento tiene
efectos en la salud mental de los afectados y sobrevivientes de esta catástrofe natural. Por
ende, se hace necesario que un equipo transdisciplinar intervenga, generando auxilios tanto
médicos como psicológicos.
En primer lugar, se realizará una indagación para obtener información sobre el estado
el estado actual de la problemática. En lo que respecta a la recolección de datos, se dará un
lugar relevante al testimonio de los sobrevivientes, teniendo en cuenta la información que
previamente se haya almacenado en los mecanismos de estado, los centros de rescate, los
centros de atención médica en funcionamiento y los estudios realizados por las ONG
instaladas.
Así mismo, se hará uso de entrevistas estructuradas y semi-estructuradas como
técnicas para la obtención subjetiva de la información sobre los niveles de afectación de la
salud mental, haciendo uso de la evaluación del examen mental como metodología. Del
mismo modo, se pretenderá la construcción de una adecuada transferencia (rapport), donde
se reconocerá el lugar de víctima en el otro, la reconstrucción histórica de lo sucedido y se
procederá a la sistematización de los datos obtenidos, siendo éstas las principales estrategias
a desarrollar.
A partir de lo anterior, se reconocerá la evaluación del examen mental, en conjunto a
la percepción subjetiva que el paciente haya construido sobre la problemática actual, las
cogniciones, sentimientos y conductas que lo reflejen para dar cuenta de su calidad de vida.
Del mismo modo, será de importancia indagar sobre los acontecimientos traumáticos
tanto anteriores como el actual, y finalmente se indagará sobre la red de vínculos con la que
cuentan las personas afectadas por el terremoto, donde se determinaran redes de apoyo que
sean protectoras y del mismo modo los factores de riesgo. Todo esto, con el objetivo de
evaluar el impacto en la salud mental de los afectados.
Por consiguiente, se identifican que los sectores y las poblaciones más afectadas por
el terremoto fueron edificios públicos, hospitales, infraestructuras viales y viviendas. Los
principales damnificados fueron familias e intervinientes a los cuales la catástrofe les generó
la pérdida de un ser querido, les provocó amputaciones de algunas partes de su cuerpo e
incluso, algunos quedaron en situación de discapacidad. El impacto que ocasionó esta
catástrofe en las victimas no sólo dejó en ellos secuelas físicas, sino también, afectaciones
emocionales y psicológicas, ademas de esto, recursos que cubrían las necesidades básicas de
los habitantes de Puerto Príncipe disminuían conforme pasaban los días posteriores a la
catástrofe, las condiciones sanitarias eran cada vez más delicadas por la contaminación que
producían la descomposición de cadáveres, el agua potable, la comida, los servicios de
transporte y la comunicación dificultaba la intervención.
En efecto, se desarrollará un plan de atención inmediata, que pretenderá prestar un
servicio integral y oportuno a un gran número de personas afectadas. Como primera instancia,
se utilizará como herramienta el ¨Triage¨, instrumento que le permitirá a los profesionales
del área de salud mental, valorar, detectar y clasificar las victimas que requieren una atención
urgente, ya que no todas las víctimas presentan una misma vulnerabilidad ante la situación.
Este tipo de atención pretende evaluar no solamente la prioridad con la que se debe atender
las personas en crisis, sino también, realizar una estimación de los recursos humanos,
materiales, económicos y sociales que se necesitan en el momento de la catástrofe.
En este sentido, en el Triage se realizarán valoraciones que tengan en cuenta: datos
personales, datos familiares y situación de riesgo, se omitirán datos como: historias
familiares, situaciones y patologías previas a la catástrofe o cualquier situación que no
comprometa la integridad física y psicológica de la víctima, con lo anterior, se pretende
ayudar al mayor número de personas en situación crítica, reducir los riesgos, frenar el
deterioro psicológico e intentar que la persona funcione de una manera similar previamente
al incidente. Cabe resaltar que quedan excluidos de este tipo de Triage las personas que
tengan un gran compromiso en su salud, que se encuentren graves físicamente o con una
patología de base que requiera una atención inmediata, ya que lo que se pretende, es salvar
la vida, luego algún miembro del cuerpo que se vea afectado y finalmente estabilizar las
emociones.
En esta ocasión, se clasificaran las victimas de acuerdo a su prioridad:
 P1. (Prioridad 1) Color Rojo: (Pacientes Críticos) Son todas aquellas victimas que
por su estado emocional y vulnerabilidad requieren una asistencia psicológica
inmediata, ya que presentan algún tipo de riesgo y pueden poner a otros en la misma
situación. En esta clasificación entran estados como:
Víctimas en shock emocional, estado disociativo, víctimas sin autocontrol, víctimas
con familiares desaparecidos, víctimas con comportamientos heteroagresivos,
víctimas con patologías de base psiquiátrica, víctimas en crisis de pánico, angustia
y/o ansiedad, víctimas menores que se encuentren solos.
 P2. (Prioridad 2) Color Amarillo: (Pacientes agudos críticos) Son todas aquellas
víctimas en las que existe un poco más de autocontrol o tienen una visión más realista
de la situación y no supone ningún tipo de riesgo para ella u otros. En esta
clasificación entran estados como:
Víctimas con familiares heridos o fallecidos, víctimas con ansiedad y somatizaciones,
víctimas menores que se encuentren en compañía de sus familiares, víctimas que se
encuentren en estado de shock, pero que aún no han realizado una descarga
emocional.
 P3 (Prioridad 3) Color Verde: (Pacientes agudos, no críticos) Son todas aquellas
victimas que están afrontando la situación de una buena manera, canalizan bien sus
emociones y no suponen ningún tipo de riesgo para ellas u otros. Para esta
clasificación entran todos los demás estados no descritos anteriormente.
Ahora bien, es importante resaltar que en el momento de realizar el Triage, se debe
de hacer en una zona segura, en donde se conserve la integridad de todas las personas
presentes, se debe procurar tener todos los recursos posibles para la intervención.
Finalmente, lo que se pretende con este tipo de intervenciones, además de clasificar
a las víctimas de la catástrofe de acuerdo a su estado mental y emocional, es también,
conocer sus necesidades, desde las más básicas, hasta sus deseos más altos, con el fin de
devolverle a la población afectada su funcionalidad. Se observa que inicialmente las
necesidades básicas que se ven afectadas son; la alimentación, el agua potable y la
vivienda. Al no satisfacerse estas, surgen nuevas carencias, tales como la inseguridad física,
el deterioro en la salud, la falta de ingresos económicos, “la desmoralización” y la
fragilidad en la estructura familiar.
Por ende, el desarrollo afectivo de la víctima decae, generando una estima baja en
relación con las necesidades de atención, aprecio, afecto, dignidad y dominio. Se identifica
entonces que ante una catástrofe natural el equipo psi se encuentra en el lugar de identificar
principalmente los factores de riesgo y los factores de protección con los que cuentan los
sujetos afectados, operando esta estrategia como un facilitador para la intervención,
generando un proceso psicoterapéutico adecuado.
Teniendo en cuenta la información suministrada sobre las situaciones vividas por la
población afectada, se considera la presencia de una afectación psicológica que tiene lugar
en trastornos por estrés post traumático. Al presenciar el impacto por un hecho imprevisto
como un desastre natural de gran colisión, el cual dejó secuelas tales como amputaciones,
muerte y desapariciones de familiares, perdida de vivienda y recursos para las necesidades
básicas (alimentos, agua), etc. Por lo anterior, es posible que la población esté atravesando
por síntomas que tengan lugar en este diagnóstico y que tienen gran impacto sobre la salud
mental.
Los síntomas identificados principalmente se encuentran relacionados con la
reviviscencia del hecho, donde imágenes del terremoto, de forma reiterativa son recordadas,
generando angustia al sujeto. Por otra parte se identifica la presencia de pesadillas
relacionadas con los hechos, lo cual tiene fuertes repercusiones en el sueño y descanso. Del
mismo modo, se identificó, una tendencia a la prevención del peligro, donde el sujeto se
encuentra en constante alarma sobre los distintos estímulos de su entorno.
Así, se observan personas que están constantemente prevenidas buscando a los
alrededores signos de peligro, también desconcentración frecuente o sobresaltarse
fácilmente, frecuentes ataques de ira o irritabilidad. Por otro lado, en situaciones contrarias,
podrían estar presentando síntomas de evasión, tales como insensibilidad emocional o no
recordar aspectos importantes del desastre, se evidenció en algunas personas la falta de
interés por retomar su cotidianidad y no demostrar estados de ánimos, ésto podría verse
identificado debido a la sensación de un futuro incierto, etc. De igual manera, es posible que
al pasar meses sin ningún tratamiento psicológico sobre estas afectaciones, los síntomas
hayan aumentado o hayan disminuido dependiendo de la capacidad de resiliencia que tenga
cada sujeto.
Con respecto a los efectos inmediatos podemos evidenciar que la población se
enfrentó a consecuencias tales como quedarse sin vivienda, perdida de parientes y seres
queridos, afectación de la calidad de vida y rutinas diarias, derrumbes y perdidas de
infraestructuras públicas, perdida de extremidades si es el caso. Por otro lado, existen a su
vez efectos a largo plazo como duelos (perdida de seres queridos y de miembros físicos);
reestructuración de un proyecto de vida, lo último implicando la construcción de viviendas y
estructuras públicas, nuevos proyectos y metas a mediano y largo plazo.
Los afectados directos podrían ser las personas que perdieron seres queridos como
padres, hijos, hermanos y conyugues, niños huérfanos, personas que vivieron bajo los
escombros esperando ser rescatados. De igual manera, los que fueron amputados e incluso
más aun los que necesitaron someterse a una segunda cirugía y que tuvieron lesiones
permanentes a nivel físico o cognitivo. Por otro lado, los afectados indirectamente, podrían
ser los mercados financieros, las infraestructuras públicas, los países de alrededores que son
impactados por las imágenes y el dolor de las personas afectadas.
En cuanto a los diferentes efectos causados por la catástrofe natural se encuentran a
nivel individual la perdida de redes de apoyo y vivienda, efectos psicológicos referente a los
síntomas de estrés post-traumático, inasistencia médica y psicológica, síntomas de afecciones
de salud. Hay que mencionar ademas, que existen efectos colectivos tales como perdida de
hospitales que implica la falta de asistencia médica, empresas que afectan a las personas al
quedarse sin empleo y escuelas afectando a los niños que no tendrían una institución para la
educación. Por otro lado los supermercados y comercios que se descontrolarían debido a que
las personas no tendrían lugares donde adquirir sus implementos o comida para la
satisfacción de sus necesidades. Por último, es posible que aumente la tasa indigencia y de
robo debido a las grandes pérdidas que implicarían falencias económicas.
Para concluir este apartado del diagnóstico, se considera pertinente atender mediante
intervenciones psicológicas los diagnósticos dados anteriormente e implementando un plan
de apoyo bien estructurado que permita a dicha población asumir un rol recipiente frente a la
reconstrucción de vidas de la población.
Pues bien, una vez establecido un diagnóstico y un Triage, es importante resaltar que
para hablar de una intervención en un contexto abatido por una representación intolerable
de tal magnitud, y con tantas repercusiones sobre la vida de una población, el primer punto a
tener en cuenta será la intervención en crisis.
Para la intervención en crisis no solo será necesario valerse de los profesionales del
dispositivo psi, a saber psiquiatras o psicólogos con cualquier orientación, sino que es posible
generar la contención respectiva a los primeros auxilios psicológicos desde individuos
voluntarios que puedan ofrecerse a tal labor. Esto no quiere decir que los profesionales no
deban hacerlo, sino que será una necesidad de primer orden permitir que el sujeto se recupere
en menor o mayor medida del impacto inicial.
Tras esto, la terapia breve será la segunda herramienta clave para la intervención a
realizar, esto se debe principalmente a que se buscará llegar al mayor número de personas
posible, pues dicha contención podría derivar en ciertos casos en más personas dispuestas a
llevar a cabo dichos primeros auxilios psicológicos.
Debido al gran número de personas a las que se busca intervenir, los tiempos cobran
una relevancia privilegiada. Por esta razón, las sesiones podrían llegar a ser de un único
momento, así que el profesional deberá mostrarse dirigente, atender al síntoma que genere
mayor desorganización psíquica en el sujeto y buscar una elaboración de lo ocurrido. Sin
embargo el acompañamiento por parte de psiquiatras podría ayudar en los casos extremos
donde el estrés haya provocado niveles demasiado altos de ansiedad como para generar una
elaboración, el uso de psicofármacos podría ayudar a complementar el trabajo
psicoterapéutico, como es común que ocurra en otros contextos.
De esta forma, permitir al paciente una elaboración de su vida posterior al evento,
favorecer a que logre considerar un futuro posible y que pueda recuperar el control de su
pensamiento, serán unas de las necesidades más importantes atender. Esto sin reconocer la
importancia del duelo en estos casos, pérdidas que sean tan intolerables para el sujeto que
puedan generar un malestar psíquico difícil de llevar.
Para ambas finalidades también podría considerarse la conformación de grupos de
recuperación de memorias, donde sea posible promover una identificación de lo sucedido en
el otro, facilitar la generación de un sentimiento de comprensión y de reconocimiento del
dolor propio a través del dolor del otro.
Y, finalmente, nuevamente en la consideración multidisciplinaria entre los
dispositivos psi (psiquiatría y psicología), trabajar casos con síntomas recurrentes similares
a los estrés post-trauma, o a posibles eventos de desencadenamiento de psicosis, o aparición
de cualquier tipo de delirios persecutorios o eventos alucinatorios, reconociendo por supuesto
que el acontecimiento en sí, los cambios que trajo y las pérdidas que generó, pueden generar
huellas difíciles de elaborar, activación excesiva de los mecanismos de generación de
síntoma, surgimiento de enfermedades y, en general, todo tipo de malestares a los que es
necesario responder.

Referencias Bibliográficas:

Álvarez C. (2002). Manual de Atención a múltiples Víctimas y Catástrofes. Editorial Arán.


Ruiz E. (2014). El Triage Psicológico ¿Una herramienta para el Psicólogo de
emergencias? Cuadernos de crisis y emergencias.

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