Ap5785-2015 Conducencia y Pertinencia
Ap5785-2015 Conducencia y Pertinencia
Ap5785-2015 Conducencia y Pertinencia
«Múltiples son las decisiones de esta Corte en las que se afirma que la pertinencia
tiene que ver con los hechos. Así lo establece el artículo 375 de la Ley 906 de 2004.
(...)
Ahora, la Ley 906 de 2004 consagra como regla general que las pruebas pertinentes
son admisibles. Así se desprende del artículo 357 en cuanto afirma que el juez dará
la palabra a la Fiscalía y luego a la defensa para que soliciten las pruebas que
requieran para sustentar su pretensión, y a renglón seguido precisa que el juez
decretará las pruebas solicitadas cuando ellas “se refieran a los hechos de la
acusación que requieran prueba, de acuerdo con las reglas de pertinencia y
admisibilidad previstas en este código”. En la misma línea, el artículo 376 establece
que “toda prueba pertinente es admisible”, salvo en los eventos consagrados en
sus tres literales.
En el caso que ocupa la atención de la Sala, los defensores se limitaron a decir que
la Fiscalía no explicó la conducencia de los medios de prueba, pero no cumplieron
la elemental carga argumentativa referida en el párrafo anterior, esto es, no
señalaron cuáles son las normas que prohíben la utilización de los medios
probatorios objeto de censura u obligan a utilizar uno en particular para la
demostración de esos componentes del tema de prueba.
De otro lado, en el mismo numeral del acápite destinado a las reglas de prueba se
señaló que la falta de utilidad de una prueba puede predicarse cuando existen
razones para considerarla superflua, repetitiva, injustamente dilatoria de la
actuación, etcétera. Igualmente se resaltó lo dispuesto en el artículo 376 de la Ley
906 de 2004 en el sentido de que toda prueba pertinente es admisible, salvo las
excepciones previstas en la ley. Así, cuando se censura la inadmisión de una prueba
por falta de utilidad, quien alega la excepción a la regla general consagrada en el
artículo 376 en cita tiene la carga de explicar el fundamento de su pretensión, esto
es, debe indicar por qué un medio probatorio en particular puede tildarse de
superfluo, repetitivo, etcétera.
Frente a este tema los defensores se limitaron a decir que la Fiscalía no explicó la
utilidad de la prueba, pero no destinaron una sola línea a las explicaciones a que
estaban obligados según lo señalado en el párrafo anterior.
(...)
En síntesis, los defensores no expusieron argumentos que ameriten revisar en sede
de apelación las conclusiones del Tribunal de primera instancia en torno a la
conducencia y utilidad de las pruebas solicitadas por la Fiscalía, lo que mantiene en
el terreno de la pertinencia la decisión sobre la admisibilidad de las mismas,
máxime si se tiene en cuenta que no existen reparos sobre la forma como el ente
acusador obtuvo dicha información».
En esta línea, se hace evidente la importancia de que la Fiscalía exprese los hechos
jurídicamente relevantes de manera “clara y sucinta, en un lenguaje comprensible”
(Art. 337), pues de ello depende la claridad que se tenga frente a los hechos que
integran el tema de prueba y los consecuentes análisis sobre la pertinencia de los
medios elegidos para probarlos y, excepcionalmente, los debates sobre
conducencia y utilidad, en los términos indicados en el numeral anterior».
SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Pruebas: pertinencia, sustentación por parte de
quien solicita la práctica de la prueba / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Pruebas:
pertinencia, consiste en el análisis de la relación de los medios de prueba con el
tema de prueba / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Formulación de la acusación:
marco de delimitación del juicio y del tema de prueba
Debe considerarse, además, que el artículo 375 de la Ley 906 de 2004 regula con
amplitud los ámbitos de pertinencia, razón de más para que la parte deba explicar
si una prueba en particular se relaciona directamente con los hechos, se refiere a
la identidad del acusado, hace más probable o menos probable alguno de los hechos
o circunstancias relevantes, etcétera.
De otro lado, las partes deben explicar la pertinencia de cada medio de prueba, así
entre ellos exista relación directa, como cuando un documento va a ser autenticado
con un determinado testigo. Esta delimitación es importante para evitar que se
utilicen medios de prueba que no tienen relación con los hechos relevantes para la
solución del caso, y, además, para que se analice de manera separada los demás
requisitos de admisibilidad.
(...)
(...)
Ninguna excusa puede existir para que el acusador no esté en capacidad de dar
una explicación clara y puntual sobre la relación directa o indirecta del medio de
conocimiento con los hechos que constituyen tema de prueba. Algo semejante
puede predicarse de la explicación de pertinencia que también debe hacer la
defensa frente a las pruebas solicitadas en la audiencia preparatoria o más
adelante, de presentarse la excepcional solicitud de admisión de prueba
sobreviniente.
(...)
(...)
No sucede lo mismo con los 37 testimonios numerados del 5 al 41 en el cuadro
anterior. La Fiscalía adujo que estas personas darán cuenta de su vinculación con
el municipio de Puerto Libertador, la actividad que ejercían en razón de ese vínculo
contractual y el dinero que recibieron, todos aspectos que debieron esclarecerse en
la indagación identificada con el número 230016001015200906483.
Para decidir sobre su admisibilidad, el Tribunal debió verificar si los hechos que
pretende probar la Fiscalía hacen parte del tema de prueba, según los términos de
la acusación, y, luego, si los medios de prueba utilizados son pertinentes en cuanto
se relacionen directa o indirectamente con dichos hechos.
(...)
(...)
(...)
En este caso, parece que el Tribunal de primera instancia entendió que con el
descubrimiento que hizo la Fiscalía de los documentos atrás relacionados y con su
inclusión en la enunciación de lo que quería utilizar como prueba, se hubiera
cumplido la necesaria argumentación sobre la pertinencia, lo que es a todas luces
inaceptable.
(...)
A diferencia de lo que sucede en la Ley 600 de 2000 y los sistemas procesales que
la antecedieron, el derecho a la confrontación tiene un amplio desarrollo en la Ley
906 de 2004. No sólo aparece expresamente consagrado en su artículo 16, sino
que, además, sus elementos estructurales fueron regulados a lo largo de la
normatividad.
De otro lado, el artículo 15 de la misma codificación dispone que las partes tienen
derecho a participar en la práctica de la prueba. En materia de prueba testimonial,
esta norma encuentra desarrollo en las reglas sobre interrogatorio cruzado de
testigos, que abarcan la posibilidad de participar en la formulación de preguntas
durante el interrogatorio directo o el contra interrogatorio, según el caso; de
formular oposiciones a las preguntas, etc.
Además, el artículo 402 establece que el testigo “únicamente podrá declarar sobre
aspectos que de forma directa y personal hubiese tenido la ocasión de observar y
percibir”, y deberá hacerlo, por regla general, en el juicio oral. Con esto se garantiza
que la parte contra la que se aduce el testimonio tenga la oportunidad de interrogar
o hacer interrogar al testigo y, en general, de impugnar su credibilidad, así como
de controlar el interrogatorio a través de las oposiciones a las preguntas o
conductas que pudieran incidir ilegalmente en la obtención de la versión. Con ello
también se facilita la posibilidad de que el acusado esté frente a frente con los
testigos de cargo, salvo en los casos en los que el legislador ha limitado esa
posibilidad.
Así las cosas, cuando una parte solicita la inadmisión de una declaración anterior
al juicio oral, por constituir prueba de referencia, debe verificarse si dicho uso
afecta los elementos estructurales del derecho a la confrontación. Esta, sin duda,
constituye una herramienta idónea para tomar una decisión adecuada».
SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Prueba de referencia: elementos
«De la redacción del artículo 437 de la Ley 906 de 2004 se colige que son elementos
estructurales de la prueba de referencia: (i) debe tratarse de una declaración; (ii)
realizada por fuera del juicio oral; (iii) que es utilizada para probar o excluir uno o
varios elementos del delito u otro de los aspectos referidos en el artículo 375 ídem,
de donde se sigue, sin duda, que sólo puede hablarse de prueba de referencia
cuando la declaración es utilizada como medio de prueba; (iv) cuando no sea
posible practicarla en el juicio, porque de ser ello posible deben seguirse las reglas
generales sobre el testimonio.
(...)
Si se entiende que el tema de prueba está integrado por los hechos que deben
probarse, según el contenido de la acusación y las eventuales alternativas fácticas
que proponga la defensa, y medio de prueba es el que se utiliza para hacer dicha
demostración, la Sala abordará esta temática con el fin de precisar cuándo una
declaración puede tenerse como objeto específico de prueba y en qué eventos
constituye medio de prueba, lo que resulta determinante para decidir si se trata o
no de prueba de referencia.
Las declaraciones realizadas por una persona por fuera del juicio oral pueden hacer
parte del tema de prueba. Ello es palmario en los delitos que sólo pueden cometerse
a través de declaraciones: falso testimonio, falsa denuncia, falsa auto
incriminación, injuria, calumnia, etcétera. En estos eventos, uno de los aspectos
relevantes del tema de prueba es establecer que la declaración existió y que su
contenido es el que alega la parte en su teoría del caso.
La Ley 906 de 2004 no establece límites para la demostración de la existencia y
contenido de las declaraciones que hacen parte del tema de prueba, lo que es
coherente con el principio de libertad probatoria que inspira todo el ordenamiento
procesal penal (Art. 373 ídem). Así, es posible que la existencia y contenido de una
declaración injuriante pueda demostrarse a través de un documento y/o de un
testigo que la haya escuchado. También es posible que se requiera de un perito
para establecer, por ejemplo, que un manuscrito es autoría del acusado, que la voz
que se escucha en una grabación magnetofónica corresponde a una determinada
persona, etcétera.
Lo anterior sin perjuicio de que en casos donde la declaración anterior haga parte
del tema de prueba, los medios utilizados para la demostración de su existencia y
contenido puedan constituir prueba de referencia. Así, por ejemplo, si en un caso
de injuria la Fiscalía presenta a un testigo que no escuchó directa y personalmente
las frases injuriantes, pero tuvo conocimiento de las mismas por lo que otra
persona le contó, se presenta un problema de prueba de referencia, porque se trata
de una declaración anterior al juicio oral, que se está ofreciendo como medio de
prueba de un elemento estructural de la conducta punible, y porque la defensa
tendría derecho a ejercer la confrontación frente al testigo que dice haber
presenciado los hechos, posibilidad que le sería truncada si su versión es llevada a
juicio a través del testigo que escuchó el relato pero que no presenció el hecho
jurídicamente relevante.
En la práctica suele suceder que cuando una parte le pregunta a un testigo sobre
lo que le escuchó decir a una persona por fuera del juicio oral, se levanta la objeción
por prueba de referencia. Según vimos, la decisión dependerá en buena medida de
si la declaración anterior constituye objeto específico de prueba o medio de prueba,
pues si el testigo en juicio escuchó la injuria y lo que se está probando en el juicio
es el supuesto atentado contra la integridad moral, podrá exponer todo aquello que
escuchó de manera personal y directa, y la defensa tendrá todas las posibilidades
de impugnarlo.
Es común que muchas manifestaciones anteriores al juicio hagan parte del tema
de prueba y, por ello, cualquier persona que las haya escuchado directamente
puede ser citado en calidad de testigo: la amenaza durante un hurto calificado por
la violencia moral, las frases utilizadas por el estafador para hacer incurrir en error
a su víctima, los escritos a través de los cuales se presiona a las víctimas en los
casos de extorsión o constreñimiento ilegal, entre otros. La existencia y contenido
de este tipo de manifestaciones también podría probarse a través de prueba
documental o pericial. Igual sucede cuando la manifestación anterior de una
persona puede tenerse como hecho indicador de su estado de ánimo, del móvil
para realizar una determinada conducta o de cualquier otro aspecto relevante para
la establecer la responsabilidad penal.
(...)
».
(...)
«El precedente judicial no hace parte del tema de prueba. Si, como se expresó con
antelación, el tema de prueba está delimitado por la acusación y por las alternativas
de orden fáctico que proponga la defensa, no existen razones aceptables para
concluir que los pronunciamientos de los Tribunales de Cierre hacen parte de las
teorías estructuradas por las partes frente a los hechos, porque el precedente hace
parte del cuerpo normativo aplicable al caso, según las reglas establecidas por la
jurisprudencia (entre otras, Corte Constitucional, sentencia C- 836 de 2001.
(...)
La Fiscalía (...) censuró la decisión del Tribunal de introducir como prueba algunas
sentencias del Consejo de Estado, la Corte Constitucional y la Corte Suprema de
Justicia.
«La regla general es que lo sucedido en otras actuaciones procesales, entre ellas
la intervención de las partes y las pruebas allí practicadas, no hacen parte del tema
de prueba ni son admisibles como medio de prueba en otro proceso.
En primer término, las intervenciones realizadas por las partes en otros procesos
no hacen parte del tema de prueba, pues éste, según se indicó, está delimitado por
los hechos incluidos en la acusación y por los propuestos por la defensa cuando
opta por una teoría alternativa. Si en algún momento se llegara a considerar que
la intervención de una parte o la intervención del juez en otro proceso pueden
constituir delito o falta disciplinaria, será en el proceso que se inicie a raíz de esa
situación donde la intervención o la decisión pueda considerarse tema de prueba.
(...)
En todo caso, la parte que pretende que se decrete como prueba este tipo de
información debe cumplir con la carga de explicar su relación con los hechos
relevantes para la decisión que debe tomar el juez, en los términos previstos en el
artículo 375 de la Ley 906 de 2004.
(...)
Según se indicó en el numeral 5 del anterior apartado, por regla general los
argumentos que las partes hayan presentado en otro proceso no hacen parte del
tema de prueba.
(...)
Si alguna de las partes pretendía utilizar como prueba alguna de las evidencias
utilizadas por la Fiscalía en el otro proceso para sustentar la solicitud de preclusión,
debió haber seguido el trámite necesario para garantizar el debido derecho
probatorio.
«De tiempo atrás esta corporación se ha ocupado de analizar los temas que deben
abordarse en la audiencia preparatoria, según la reglamentación legal de esta fase
del proceso. Se ha resaltado que dichos tópicos pueden afrontarse en el siguiente
orden: (i) observaciones correspondientes al descubrimiento probatorio ordenado
en sede de la audiencia de formulación de acusación; (ii) descubrimiento de los
elementos materiales probatorios y evidencia física en poder de la defensa, siempre
y cuando pretenda hacerlos valer en el juicio; (iii) la fiscalía y la defensa enuncian
la totalidad de medios probatorios que llevarán a juicio; (iv) se abre un espacio
para que las partes discutan acerca de la posibilidad de realizar estipulaciones
probatorias; (v) es una nueva oportunidad para que el procesado se allane a los
cargos; (vi) el juez decide acerca de la licitud y pertinencia de las pruebas, así
como el orden en el cual se presentarán durante el juicio; (vii) es la última
oportunidad para que el querellante pueda desistir de la querella (art. 76, Ley 906
de 2004); (viii) la defensa puede solicitar al Juez se decrete la conexidad
(Parágrafo, art. 51 ibídem); (ix) Se fija la fecha de realización de la audiencia del
juicio oral (CSJ SC 25 Abr 2007, Rad. 26831).
Ante este panorama, el juez, como director de la audiencia, tiene el deber de velar
porque los fines de la audiencia se cumplan con la mayor celeridad y con respeto
de los derechos de las partes e intervinientes (Art. 10 de la Ley 906 de 2004),
evitando en todo caso “excesos contrarios a la función pública, especialmente a la
justicia” (Art. 27 ídem). Igualmente, debe cumplir los deberes dispuestos
expresamente en el artículo 139 de la misma normatividad, especialmente lo que
atañe a “evitar las maniobras dilatorias y todos aquellos actos que sean
manifiestamente inconducentes, impertinentes y superfluos, mediante el rechazo
de plano de los mismos”, sin perjuicio de las demás obligaciones inherentes a su
rol.
De lo anterior depende que las audiencias cumplan los fines para los que están
previstas, en el menor tiempo posible, con plenas garantías para las partes e
intervinientes, presupuestos indispensables para que la ciudadanía pueda acceder
a una justicia pronta y eficaz. No en vano el legislador hizo alusión a estos aspectos
en varias normas rectoras de la Ley 906 de 2004 y lo reiteró a lo largo de su
articulado.
Así, cualquier cambio al orden que debe tener la audiencia según la ley y la
jurisprudencia, y principalmente, cualquier decisión que afecte la celeridad del
trámite, deben estar debidamente justificados, como quiera que afectan la
posibilidad de que los casos se resuelvan con prontitud, con los costos de todo
orden que ello implica.
(...)
(...)
La Sala del Tribunal introdujo una fase inexistente desde el punto de vista legal,
para que la Fiscalía hiciera uso del derecho a la réplica e “informe sobre las
objeciones que le acaba de hacer la defensa”. Idéntica oportunidad otorgó a los
abogados defensores, coyuntura aprovechada por el Fiscal para repetir, adicionar
y complementar su pretensión probatoria, lo cual realizó por espacio de casi tres
horas.
(...)
«El artículo 337 de la Ley 906 de 2004, en su numeral 5º, establece la manera
como debe iniciarse el descubrimiento de las pruebas por parte de la Fiscalía. Para
tales efectos, la Fiscalía debe presentar un documento anexo que contenga, entre
otras cosas, la relación de los “documentos, objetos u otros elementos que quieran
aducirse, junto con los respectivos testigos de acreditación”.
(…)
Lo anterior, claro está, bajo el entendido de que los medios de prueba a que haga
alusión en la audiencia preparatoria debieron descubrirse oportunamente.
En resumen, la relación de testigos, peritos, evidencias físicas y documentos que
debe hacerse en el escrito de acusación es relevante para el descubrimiento
probatorio y los fines que le son inherentes. Las decisiones sobre la enunciación de
las pruebas que la parte pretende hacer valer en el juicio y la explicación de
pertinencia de las mismas están reservadas a la audiencia preparatoria. Como la
autenticación de evidencias físicas y documentos tiene un claro contenido factual,
la parte podrá indicar en la audiencia preparatoria los medios de prueba que
pretende utilizar para realizar la demostración de ese aspecto en particular.
(...)
«La Sala resalta que el Fiscal sólo hizo alusión a que los contratos de prestación de
servicios o interadministrativos suscritos por los 37 testigos atrás relacionados,
servirían para “tener de base, si es del caso, para interrogarlos a ellos de la forma
o de las épocas en que se suscribieron los contratos con el municipio”, lo que parece
indicar que se refiere a la posibilidad de utilizarlos para refrescar la memoria de los
declarantes.
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la contraparte acerca de la inadmisión, rechazo o exclusión probatoria
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autenticación, a través de testigo cuyos datos hayan sido descubiertos