Monografia Paola Molina Nicholls 2014 PDF
Monografia Paola Molina Nicholls 2014 PDF
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BIODANZA:
BOGOTA DC
2014
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CONTENIDO
1. AGRADECIMIENTOS……………………………………………………………………………………………….4
2. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………………..6
3. JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………………………………………….10
4. BIODANZA……………………………………………………………………………………………………………10
5. MI HISTORIA EN BIODANZA………………………………………………………………………………….13
6. SIETE MOMENTOS DE APRENDIZAJE
6.1 No voy a dejar una huella en el mundo…………………………………………………….19
6.2 Mi danza en conexión con el ritmo de la vida……………………………………….….24
6.3 Estar presente ………………………………………………………………………………..……….29
6.4 Ser parte de una manada…………………………………………………………………………34
6.5 Escuchar mi intuición……………………………………………………………………………….38
6.6 Lanzarme al vacío…………………………………………………………………………………….42
6.7 Erotizar mi mundo……………………………………………………………………………………46
7. REFLEXIONES FINALES………………………………………………………………………………………….50
8. BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………………………………………….61
1. AGRADECIMIENTOS
Gracias a Francisco Escorcia, por ser una luz en mi camino, por compartir con humildad su
enorme sabiduría, por ser presencia pura e infinita, por enseñarme que en la debilidad
está mi fuerza, por recordarme a cada instante que solo debo ser y estar para ser
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Gracias a las Siete Poderosas, guerreras capaces de atravesar la oscuridad para encontrar
nuestra propia luz, por seguir caminando juntas a pesar de los retos, por tener el coraje de
sanar nuestras heridas como mujeres y poder ahora reconocer nuestra grandeza y nuestra
hermandad. Gracias María, Luz Elena, Leonor, Giuliana, Mari, Ale y yo.
Gracias mamá por ser observadora amorosa de mi camino, contenerlo y acompañarlo con
sabiduría, por arriesgarte también a recorrer tu propia travesía, y porque a partir de
nuestros caminos, distintos pero conectados hemos logrado sanar nuestra relación que
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Un inmenso gracias a mi
compañera fiel del
camino, por los caminos
revolucionarios que
hemos recorrido juntas,
por los caminos en los
que no coincidimos, y
por todas las sincronías
que nos siguen uniendo.
Gracias Mari por
enseñarme sobre la
Amistad, por ser mi
amistad del Alma,
porque contigo sigo
aprendiendo el
verdadero regalo de
tener vínculos profundos y sinceros. Porque seguimos haciendo nuestros sueños realidad,
y por el grupo y manada que hemos creado y cuidado juntas: BiodanzAmistad. Porque con
nuestra nueva construcción aprendo el significado mágico y artístico que implica ser
facilitadora de Biodanza. Ser para inspirar!
Finalmente gracias a todos los seres maravillosos que me han encontrado y que he
encontrado, por enseñarme todo lo que se, por llenarme de lo que son, por darme la
oportunidad de recibir todo el amor que me desborda y por saber recibirlo.
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2. INTRODUCCIÓN
Esta monografía sigue siendo parte de ese tejido amoroso que sigue surgiendo y que no
parará nunca, de esos hilos de todos los colores que embellecen mi cuerpo en su
movimiento continuo, de células que danzan sin parar, creando y recreando mi vida. Las
palabras crearán ahora otro tejido que quizás ahora pueda ser más visible para otros, y
comprensible para muchos más.
“Empecé a escribir en un diario desde muy pequeña. Fue un regalo que me dio mi mamá, y
mi primer diario era hermoso y olía rico. Escribir en mi diario significaba algo más que
escribir, significaba poder contar cosas que nadie podía saber, significaba encontrar un
amigo incondicional, y además una forma de mantener la memoria de mis sentimientos,
pensamientos y acciones. Más adelante, cuando no tuve tiempo de escribir, empecé hacer
una agenda, donde escribía lo que hacía, escribía y decoraba las páginas con nombres, con
lugares, con nuevas experiencias, y en eso se me iba el tiempo. Escribir me ayuda a
comprenderme mejor, a entender muchas cosas que pasan en mí. Escribir significa
detenerme, parar ese ritmo acelerado, donde ya no tenemos ni siquiera minutos, e implica
reflexionar un poco sobre mis acciones, y poder detenerme o seguir. Escribir también
significa dejar una huella de mis instantaneidades, de mis pensamiento y sentimientos
prófugos que se van pronto y muchas veces olvido. Me permite poder mirarme, reírme,
entenderme, mirar mi evolución como mujer, como ser humano. Escribir es memoria.”
(Ejercicio de taller Biodanza y Escritura -27 de abril 2007)
Así es que retomaré y tejeré mis palabras desde el 2007 hasta el 2014, confesando mis
trasformaciones, mis tránsitos, mis danzas caóticas que solo han generado vida, y siguen
palpitando con más fuerza y humildad frente a la grandeza de la VIDA y su potencia
creadora. Es una gran oportunidad ahora de poner en palabras mi proceso, el cuál
después de un gran recorrido, del cual serán testigos, pude convertir en vivencias
(ejercicio pre-reflexivo), dejando el protagonismo de la conciencia, para soltarme a la
experiencia. “El punto de partida en Biodanza es la vivencia y no la conciencia; los
ejercicios llevan a las personas a vivenciar y solo mucho después a concientizar. La
vivencia tiene un poder autoregulador en sí, la conciencia, en contrapartida, es un espejo
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Después de esa gran travesía que tomó un tiempo, ahora puedo hacer un ejercicio
reflexivo, y volver a la conciencia para pedirle traducir las experiencias en palabras, volver
a donde empecé, pero sin duda volver distinta. El conocer a través de la vivencia remite al
"saber de los orígenes", integrar lo experiencial con lo cognoscitivo para superar esa
escisión. “No podemos hablar de la Totalidad de lo Viviente - dice Eugenio Pintor
(pensador y escritor dentro de Biodanza) - del hombre como partícipe de la vida sino
poniendo en juego todo lo que, de un modo u otro, pertenece a la vida... Se trata de
vincular el saber con la experiencia, con la profundidad y la totalidad de nuestro ser
viviente. Biodanza, propone una inversión de nuestra estrategia epistemológica
reconociendo el valor cognitivo de la vivencia. La epistemología a partir de los estudios de
la percepción y de un abordaje lógico - racional es restringido, si consideramos que la
percepción no depende sólo de los órganos de los sentidos sino del contexto emocional
de la percepción y de los substratos biológicos. No es aventurado, por lo tanto, proponer
que la vivencia, con todas sus connotaciones cenestésicas, constituye, un modelo de
exploración de los orígenes del conocimiento.” (Toro A. Material La vivencia. Pg. 22).
Después de haberme entregado a la experiencia, y haberla vivido con cada célula de mi
cuerpo, tengo la misión de explorar a través de la corteza cerebral, y explicar los cambios
que transité y sigo transitando.
3. JUSTIFICACIÓN
A partir de mi experiencia como mujer y como psicoterapeuta clínica he notado que desde
que empecé a profundizar en mi proceso de Biodanza, mi estar en el mundo y mi
intervención se transformó y comenzó a tener matices distintos. Esos cambios sin
embargo han ocurrido progresivamente pero ha tenido impactos maravillosos en mi
cotidianidad y en mí, y desde ese lugar comprendo aún más el poder que tiene la
Biodanza y su intención claramente política y social. La idea es entonces evidenciar como
en el proceso de Biodanza se impulsaron trasformaciones y afianzamiento de mis
potenciales genéticos que han tenido un efecto en la dimensión personal pero también un
impacto absoluto en mis acciones en el mundo y en mi quehacer profesional. Al ser
Biodanza una práctica vivencial que prioriza las experiencias sobre las interpretaciones,
construir esta monografía me da la posibilidad de empezar ese camino de vuelta a lo
académico, a lo intelectual, después de haber recorrido un mundo tan poético, onírico y
cenestésico. Tejer dos mundos que me habitaban, y que durante mi proceso solo priorice
uno. Entrelazar dos mundos que están más cerca de lo que creemos, que se enriquecen
continuamente y que nos caracterizan como seres humanos.
4. BIODANZA
o INTEGRACION HUMANA
En Biodanza el proceso de integración actúa mediante la estimulación de las
funciones primordiales de la conexión con la vida, que permite cada individuo
integrarse a sí mismo, a la especie y al universo.
o RENOVACION ORGANICA
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o REEDUCACION AFECTIVA
Es la capacidad de establecer vínculos con las otras personas.
o REAPRENDIZAJE DE LAS FUNCIONES ORIGINARIAS DE VIDA
Es aprender a vivir a partir de los instintos. El instinto es una conducta innata,
hereditaria, que no requiere aprendizaje y se manifiesta mediante estímulos
específicos, tienen por objetivo conservar la vida y permitir su evolución.
Los instintos representan la naturaleza en nosotros, y sensibilizarse a ellos significa
reestablecer la ligación entre naturaleza y cultura.
o VIVENCIAS INTEGRADORAS
Es una experiencia vivida con gran intensidad en el aquí-ahora y con calidad
ontológica (se proyecta sobre toda la existencia). Las vivencias en Biodanza son
integradoras porque tienen un efecto armonizador en sí mismas.
Las vivencias en Biodanza están orientadas para estimular los potenciales de
vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia, denominados Líneas
de Vivencia.
Esta definición es tomada de la página de la International Biocentric Foundation,
entidad que regula actualmente el movimiento de Biodanza en el mundo. Esta
definición tiene algunas modificaciones a la definición inicial que da Rolando Toro
en 1974. (www.biodanza.org)
En el modelo teórico se explica como la vida surge del caos donde se dan las
condiciones iniciales para su génesis, y asciende a través de lo filogénesis y lo
ontogénesis. En la línea ontogenética que indica el proceso desde que una persona
nace hasta que muere se desarrollan las cinco líneas de vivencia: Vitalidad,
creatividad, afectividad, trascendencia y sexualidad. En esa evolución se encuentra
el continuum identidad-regresión, que “representa la alternancia natural de los
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I. Identidad:
Rolando Toro define que “La identidad tiene sus raíces en la estructura genética y su
expresión biológica más dramática, es el sistema inmunológico y la incompatibilidad
con estructuras extrañas. La identidad se manifiesta no sólo a nivel celular y visceral,
sino a nivel psicológico-existencial. (…) La identidad del propio cuerpo, de los objetos
y de otras personas está sujeta a una evolución que no termina sino con la muerte
(Toro A. Material Identidad e integración, Pg. 4). En Biodanza hay un impacto directo
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II. Regresión:
5. MI HISTORIA EN BIODANZA
Hay una vitalidad, una fuerza, una energía, que se traducen a través de ti en acción, y como hay un solo tú en
todos los tiempos, esta expresión es única. Y si la bloqueas nunca existirá a través de otro medio y se
perderá.
Martha Graham
Conocí la Biodanza en un Curso de Biodanza y escritura que dictó María del Pilar Amaya en
el 2007. Lo tomé desde mi profunda pasión y gusto por la danza. En uno de los relatos que
nos pidió que escribiéramos decía: “Bailar significa darle vida al cuerpo, darle el lugar que
se merece. Significa apreciarlo como parte fundamental de nosotros mismos, significa
otórgale poder. Significa darle palabra al cuerpo para que exprese lo que hemos tratado
de tapar por medio de la razón, significa escucharlo, sentirlo. Significa reconocernos como
seres emocionales, corporales y espirituales. La danza nos permite contactarnos con
nuestro cuerpo, y a través del cuerpo podemos entender muchas cosas de nosotros
mismos, de nuestro entorno. La danza significa nuevas formas de experimentarme a mí
misma, nuevas formas de verme y ver al mundo. A través de la danza puedo expresar
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cosas que no quiero o no puedo expresar por medio de las palabras. Danzar también
implica situarme en el mundo y entender mis dimensiones, mi espacio y mis límites. La
danza no solo es un placer que me da energías y me moviliza, sino pienso que es una forma
muy hermosa de empezar a conocernos, a querernos y a relacionarnos con nosotros
mismo y con los demás de una mejor manera“.
Fue un curso muy nutritivo para mí, pero decidí profundizar en la danza contemporánea,
practicándola aproximadamente tres horas diarias; siendo parte y dirigiendo, en algún
momento, el grupo de la facultad de Psicología y participando en el grupo de la
universidad. Me encantaba, incluso en algún momento dude en seguir estudiando
psicología para dedicarme a la danza, pero encontraba sobre todo fascinante en la danza
su posibilidad de expandirme como ser humano, de crearme y recrearme, mi apuesta por
lo tanto no podía estar alejada de la psicología o por lo menos de un enfoque con sentido
terapéutico.
relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, desde la idea de que somos
protagonistas de nuestra historia, y por esa razón todo lo que hagamos y dejemos de
hacer va a afectarnos.
Ilustración 4- Presentación Sueños con Dalí - Grupo Institucional Pontificia Universidad Javeriana
Sabíamos que lo más importante era dejarse sentir, para trasmitir las emociones y no solo
los movimientos en sí, por eso trabajábamos mucho el sentir los movimientos, para poder
conectarnos con el público no solo desde lo mental (reflexiones y significados), sino desde
lo emocional, que reconocíamos que era un camino mucho más directo, y con mayor
impacto en el público. No nos interesaba mostrar algo estéticamente bello (parámetros de
belleza actuales), sino que movilizara al espectador, al movilizarnos a nosotras, para dejar
una semilla, que generara nuevas reflexiones.
Al mismo tiempo fue un espacio que se planteó desde el principio como un espacio
espiritual alternativo en el que era posible encontrar apertura y unidad en medio de la
diferencia, donde era posible construir vínculos fuertes capaces de resistir al
individualismo que impone la sociedad de consumo.
En una presentación que construimos colectivamente para el día del psicólogo en el 2008
escribimos: “La danza que surge de la emoción trasforma nuestro interior, pues abre a la
vida, nos conecta con profundos estados de bienestar, alegría, amor y deseo. Creemos
como Nietzsche que cada día en el que no hayamos danzado al menos una vez es un día
perdido, porque entendemos la danza como un lenguaje donde se encuentran el cuerpo, el
movimiento, la psique y lo trascendental. Bailar ha significado para nosotras otra manera
para explorarnos y descubrirnos en nuestra completud y armonía. Hemos querido ir más
allá del movimiento y usarlo como herramienta de conexión con nosotros, con los demás y
con la madre tierra, como una herramienta potencializadora de nuestro ser mujer. Esta
energía se convierte a su vez en movimiento liberador y hermoso que eventualmente
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queremos compartir con los demás para contagiar de vida a un mundo que carece de ella.
Lo importante finalmente no es lo que se dice de la danza, sino lo que se siente al
bailar…hay que atreverse un poco para dejarnos transformar por nosotros mismos!”
Esta idea de la danza me acompañó por unos años más, en los cuales mis intervenciones
terapéuticas grupales tenían siempre un contenido de danza y movimiento, hasta que
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llegué a un momento clave y algo crítico de mi vida, donde debía decidir qué hacer de mi
vida. Empecé a buscar opciones de estudios nacionales e internacionales, y estaba entre
una maestría en Educación, en Psicología clínica o en Movimiento Danza Terapia. Y en ese
momento llevaba casi un año asistiendo regularmente a las clases de Biodanza en la
Javeriana con María Ximena Quintero, y éste se había convertido en un espacio de
nutrición, amistad y crecimiento personal importantísimo, así como un nido nutritivo.
Después de una inmensa búsqueda descubrí que Biodanza contenía las tres cosas que
estaba buscando: Educación, psicología (trabajo con la gente) y danza.
Así que decido empezar a formarme a finales del 2010 como facilitadora de Biodanza en la
Escuela Colombiana de Biodanza, dirigida por Myriam Sofía López y Francisco Escorcia. En
ese momento inicio mi camino como psicóloga con una intención clara de conectar mi
pasión con la danza, mi amor por la pedagogía y mi vocación por la psicología, pero con el
objetivo claro de que Biodanza fuera una herramienta para mi quehacer como psicóloga,
para tener más ejercicios para trabajar en los talleres y con la gente. Desde mucho tiempo
atrás había una claridad frente a mis procesos internos, a que tenía que trabajarme a mí
primero para trabajar con otros, tenía una postura muy autoreflexiva; pero ahora
reconozco que era una claridad más conceptual que vivencial. Mi enfoque seguía estando
afuera. Tanto así que cada vez que salía de clase anotaba los ejercicios para usarlos
después, y en cada vivencia estaba pensando en cómo mejorarlos y adaptarlos para mis
grupos (gran confesión). También había un gran contenido coreográfico que había
heredado de mi formación como bailarina contemporánea, que me llevaba a estar más
enfocada en la belleza de mis movimientos y a estar más en la cabeza.
saberlo estaba clara la intención de acción social de la Biodanza y me alegra, pero era
desde un lugar mucho más metodológico, quizás teórico, intuitivo pero no lo sentía con
toda mi existencia. Continuo: “(…)También quiero que mi quehacer como profesional
siempre este atravesado por lo corporal, por el movimiento, por lo tanto la propuesta de
Biodanza se conecta con mi certeza de que no podemos dejar de lado el cuerpo, sino que
por el contrario es desde el cuerpo desde donde se trabaja, el cuerpo como escenario de
trasformación (…).”
Mirando hacia atrás y hacia mí, deleitando cada instante y reconociendo la inmensidad
que ocurre a través de mí puedo reconocerme distinta, o quizás más parecida a lo que
realmente soy. Creo importante enumerar y explicar los siete momentos que resaltan en
mi camino y que resumen o centralizan el proceso que ocurre en la formación como
facilitadora de Biodanza. A continuación comparto siete hitos que marcaron la diferencia
en mi transitar y que reconozco como elementos del arte supremo de sanación que es la
Biodanza.
Como psicóloga tenía una gran ambición metodológica al entrar a Biodanza, pues la
percibía como una gran herramienta para ser aplicarla a mis grupos y complementar mi
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profesión, era resultado de un gran impulso y deseo por trasformar el mundo, por dejar
una huella, por cambiar lo que estaba mal. Allí estaba todo un discurso revolucionario,
reaccionario e impetuoso que me había acompañado siempre. En este punto mi
revolución buscaba un camino distinto, había dejado atrás la lucha política, un
movimiento político al que acompañé por un tiempo y sobre el cual hice mi tesis de grado:
Las dimensiones del cuidado que potencian la lucha por la memoria del movimiento social
hijas e hijos por la memoria y contra la impunidad, y gracias al cual sin duda aprendí
muchísimas cosas. Con ellos aprendí a reconocer la importancia de reconocernos como
sujetos contextuales, hijos de la historia con una responsabilidad ética de ser conscientes
de la realidad de nuestro tiempo y sobre todo de nuestro país. También a reconocer el
conflicto, reconocerlo desde las diferentes miradas, y me identifique con la mirada de las
víctimas. Me hice parte de una lucha que está en búsqueda constante de la dignidad
humana, “contra la muerte que pretendió dividirnos a partir del miedo, el aislamiento y el
silencio, construyendo una relación entre nosotros que se basa en la ética, la solidaridad y
la comprensión de la realidad del otro, como hijo e hija, en sus aspectos comunes, así
como en un sinnúmero de diferencias, incluso antagonismos, que lejos de impedir
relacionarnos, nos enriquecen. A partir de allí esperamos darnos a nosotros mismos el
diálogo impedido, y de la misma forma, construir un espacio de crítica sobre nuestro
pasado” (Hijos e Hijas, 2006). Recuerdo estar de acuerdo y citar en la tesis a Estanislao
Zuleta (1985) “Si alguien me objetara que el reconocimiento previo de los conflictos y las
diferencias, de su inevitabilidad y su conveniencia, arriesgaría paralizar en nosotros la
decisión y el entusiasmo en la lucha por una sociedad más justa, organizada y racional, yo
le replicaría que para mí una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores
conflictos de reconocerlos y de contenerlos. De vivir no a pesar de ellos, sino de
productiva e inteligentemente en ellos. Que solo un pueblo escéptico sobre la fiesta de la
guerra, maduro para el conflicto es un pueblo maduro para la paz.”
Esa fuerza movilizadora y revolucionaria, sin embargo empezó a adquirir nuevos matices,
me empecé a alejar del ámbito de lo público, para buscar nuevas maneras de
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existencia, con sus formas ritmos, dejar de pelear, abrirnos a recibir su sabiduría. Creo que
ser profesora de Biodanza me puede ayudar a experienciar eso que estoy comenzando a
entender y poder trasmitirlo a la gente con la que trabajo y vivo cotidianamente. Es la
posibilidad de ser yo misma revolución, de ser yo misma un factor de transformación y así
contagiar al mundo con nuevas miradas y nuevos sentidos.” (Carta de Motivación para
entrar a la formación de Biodanza 26 de noviembre 2010)
Mi revolución se había trasformado, y ahora había llegado al escenario de lo corporal,
pero mi necesidad de generar cambios, generada por mi gran insatisfacción por la
realidad, por el cuestionamiento incesante por las dinámicas sociales, continuaba. Ya en el
relato de vivencia de la primera maratona escribía algo frente a esa revolución: “La
transformación reside en nosotros mismos, no es luchando por ideales políticos, sino
siendo nosotros cada vez más parecidos a los que realmente somos, como podemos
generar cambios favorables. Somos responsables de lo que nos sucede. Como asumir esa
responsabilidad sin cargarme, como asumir esa responsabilidad sin que esta me lleve
necesariamente a querer tener el control. Cómo asumirla sin desempoderar a los otros y
sentirme culpable al final. Si no tengo el control, y entonces como ocurre el
empoderamiento. Son preguntas que me hago continuamente y que espero se vayan
desvaneciendo en el movimiento.”(Definición y Modelo teórico de Biodanza, Enero 2011)
quiero ver en el mundo? ¿Cómo soltarme sin perder la fuerza? ¿Soltar el control sin perder
mi guerrera? ¿Y entonces mi misión estaba motivada por el ego? ¿Y si no vine a este
mundo a dejar huella entonces que…?”.
Cambian entonces las preguntas, el lugar desde donde decido pararme para comprender
mi realidad y actuar en coherencia, el foco empieza lentamente a girar hacia mí misma. Mi
comprensión sobre mi misma se cuestiona, dejo de ser SOL Ritmico Amarillo, mi kin maya,
que ponía en un lugar cómodo de “centro del universo” con la tarea de iluminar al mundo,
para apasionarme por las invitaciones que me hacia la luna, los ciclos, los momentos de
ser lunas nuevas, darme tiempo para mí, dejar de brillar, o dejar de creer en la necesidad
de brillar, dejar de pretender ser luz. Recordar que no soy el centro del universo y
tampoco tengo la responsabilidad del mundo sobre mis hombros. Puedo descansar, y
ahora voy en busca de nuevos propósitos. Salí del antropocentrismo a la búsqueda de
nuevas formas de estar en el mundo, no desde el centro, sino haciendo parte de un
sistema infinito, de la naturaleza e igualmente importante a una flor. “Desde el Principio
Biocéntrico podemos concebir el universo como un gigantesco holograma vivo. La
experiencia de la unidad mística y de la identidad suprema es para nosotros
perfectamente válida. Podemos descubrir en esta vivencia fundadora las raíces de una
cultura de la vida.” (Toro A. Material Inconsciente Vital y Principio Biocéntrico, Pg. 28).
Yo como centro de mí, yo como protagonista de mi historia no para otros sino para mí,
Biodanza no es para otros es para mí, no es una herramienta es una experiencia personal
y la quiero vivir sin pensar en cómo la voy a usar para otros, solo me quiero hundir en la
experiencia. Aunque estar en un proceso personal era ya una decisión consiente, mi
cuerpo hablaba claramente y me revelaba que los viejos patrones continuaban a pesar de
que mi mente tuviera nuevas comprensiones. Mi danza seguramente era creativa,
innovadora, pero aún mantenía su herencia de danza contemporánea, y tenía una
característica muy particular, y es que no iba casi nunca al ritmo de la música. ”Pero este
es el movimiento que me nace hacer ahora” le respondí a Myriam cuando me pidió que
entrara en la música, y con un poco de malestar me ajusté, para seguir su instrucción. En
danza contemporánea lo último que se usaba era la música, pues lo importante era el
movimiento y la emoción. Al seguir la instrucción la música en ese momento dejó de ser
mi acompañamiento para convertirse en la fuente misma de mi movimiento. No se puede
explicar lo que sentí, porque las comprensiones llegaron mucho más tarde, pero en ese
momento mi revolución siguió su curso de trasformación. Decía Rolando, que “la
investigación de una ontología tiene que hacerse a través del éxtasis musical, por ser la
música la vía regia, es decir la forma en que la conciencia se transforma en vivencia y la
vivencia retorna de nuevo a la conciencia. También es el fenómeno de la identificación
musical el que nos hace accesible la comprensión de la unidad cuerpo-alma, el continuon
psicosomático y la filiación visceral de la vivencia” (Material Identidad e Integración, Pg
13).
Las vivencias que surgen del efecto música-movimiento generan impacto en los umbrales
límbico hipotalámicos, en los neurotransmisores y en el sistema neurovegetativo, y estas
transformaciones modifican los ritmos propios y en general al organismo y a su biología.
Ilustración 8- Árbol de los deseos - misión en la vida era ser feliz, ni siquiera tenía que
Enero 2013
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esforzarme en ser mejor persona. Descubrí el valor absoluto del silencio, de estar conmigo
misma y tener el valor de vivir en el aquí y en el ahora, intentaba escapar de mí, creyendo
que ayudaba a otros, pero era solo una disculpa para no estar conmigo. Ahora descubría
el poder y la alegría de estar conmigo, de agradecer y disfrutar estar conmigo y
reconocer el valor de lo que soy; me he podido observar con ojos de amor y de
aceptación. Lo mejor fue darme cuenta que luchar no sirve de nada, que detrás de la lucha
por intentar cambiar las cosas solo hay mucha prepotencia y falta de aceptación del ciclo y
la fluidez de la vida; hay cosas que simplemente no se pueden cambiar, pero nos
desgastamos en luchar y exigir que cambie. La transformación real se genera cuando
hemos aceptado el inevitable trascurrir, soltado el control y confiado en la sabiduría de la
existencia/Dios.
Fue una experiencia muy distinta a la Biodanza, podría decir que casi opuesta, y sin
embargo con finalidades muy parecidas. Allá tuve momentos de amor infinito a mi vida y a
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mi mundo, donde no podía parar de llorar por la belleza que vivía a mí alrededor, me
sentía tan conectada conmigo misma, que solo me habitaba alegría y agradecimiento, me
empecé a sentir profundamente conectada con la naturaleza con el infinito. El silencio y la
quietud eran los protagonistas, y eso me permitió ver el mundo desde otra perspectiva,
pude aprender a aplazar mis deseos y necesidades, para disfrutar mi presente y las
posibilidades que tenía en frente. Lo que sentí lo podría explicar con la definición de
íntasis dada por Rolando Toro en el documento de Trascendencia: “Es la súbita ampliación
de la conciencia unida a la vivencia emotiva de “estar vivo” por vez primera y única,
concentrando todas las posibilidades del ser. Esta vivencia va acompañada de un
sentimiento de pavorosa belleza y plenitud. Diríamos que ni siquiera hay participación del
proceso de identificación, sino un estado intensísimo de la conciencia de vida con todas
sus resonancias afectivas. Es sentirse parte viva de una totalidad orgánica, unido a un
sentimiento de eternidad (intemporalidad). La vivencia corporal es pulsante, con
sensaciones de escalofrío y piloerección” (Pg. 11).
Rolando decía también que la vertiente Oriental aporta los valores anti-vida, ya que el
valor sagrado de la vida tiene sentido en la vida misma, aquí y ahora, y la conexión con la
vida debía ser enraizada. Al respecto creo que sí se reconoce la sacralidad de la vida, y de
hecho en oriente aprendí a conectarme con lo sagrado de la existencia, pero quizás sin
corporalidad, una sacralidad no encarnada.
Cuando llegué a Biodanza volví a conectarme poco a poco con la posibilidad del
movimiento, de volver a subir al corazón toda la experiencia, de volver al cuerpo, para
conectarme con mi sensualidad y erotismo, para enraizarme. Después de que lentamente
se dio la integración de las dos experiencias empecé a tener VIVENCIAS profundas, y el
trance entre identidad y regresión empezó a ser real, ya que la meditación me permitió
profundizar en vivencias de regresión. La regresión se “caracteriza por un relajamiento de
todos los músculos y armonía en las funciones viscerales. La actividad cortical y los
sistemas de alerta disminuyen sus umbrales de respuesta. En el estado de regresión
ocurre activación parasimpática, renovación orgánica e inhibición simpático adrenérgica.
El pulso, acelerado en el comienzo, se va tornando más lento y la respiración se regulariza.
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movimiento corporal estimulado por ella y coherente con ella; además su finalidad es la
inducción de una vivencia específica, cuyos efectos corresponden a un objetivo
metodológico inherente al proceso de integración y desarrollo humano” (Toro Araneda,
2007. Pg, 191)
Seguí danzando para mí, mi danza empezaba a ser un regalo para mi existencia, mis
vivencias seguían siendo cada vez más profundas y prolongadas. Mi corteza cerebral
seguía perdiendo cada vez más protagonismo y el SIALH adquiriendo cada vez más
potencia y fuerza. El SIALH es el Sistema Integrador-Adaptativo-Límbico-Hipotalámico y
está asociado el comportamiento emocional, afectivo e instintivo: “la integración de las
respuestas viscerales moduladas por esa región tiende a conservar la estabilidad del
medio interno (homeostasis). Los comportamientos adaptativos al medio externo están
relacionados con los sistemas somato-motor y sensorial (corteza cerebral). La mediación
con el mundo externo ocurre con ambos sistemas” (Toro y Terrén. 2008, Pg.138). En
Biodanza se empezaba a fortalecer mi ser auténtico, descubría que cuando danzaba era
única, importante, irremplazable, pero a la vez era parte del todo, no era más que nadie.
Eso era maravilloso, pero a la vez mi ego volvía a desvanecerse, cuando no era el centro, si
era igual que todas, ¿entonces quién era yo?, mi necesidad de ser auténtica, para
reafirmar mi identidad tenía que ver con sentirme distinta y única, pero en la ronda
éramos todos iguales. Fuera de los protagonismos mi identidad se desvanecía, y reconocía
que los vínculos eran muy débiles, ¿cómo tejer vínculos desde la igualdad, solidaridad y
semejanza, cuando siempre los había tejido desde ser la protagonista y desde la necesidad
de ser el centro de atención?. Mi sensación de ser invisible al mundo me hacía querer ser
reconocida, ser puesta en el escenario, en el centro para poder yo sentirme visible para
mí. En este momento el foco estaba irremediablemente en mí, ya no desde la necesidad
de ayudar a los de afuera, para ser reconocida, ahora estaba en mí, y eso era maravilloso:
yo como protagonista pero de mi propia historia, yo haciéndome cargo de mí. Sin
embargo ese volver a mi tenía que ver al mismo tiempo con volver a los otros, con recibir
noticias mías en el encuentro con los otros. Así que el foco se empezó a ampliar desde mí
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hacia afuera, y ahora podía evidenciar que los vínculos que me conectaban con mi
entorno, con los otros, eran débiles, no eran claros, estaban heridos, pero los podía
observar. Ya había dado un gran salto de volver a mí, pero faltaba un gran camino para
volver a la manada.
Mi miedo de conectarme con otros y abrir mi corazón era grande, las heridas cada vez
eran más evidentes, y mi dificultad de estar en grupos compactos era clara. El afecto y la
cercanía las sentía invasivas, me sentía asfixiada y el contacto me generaba malestar. Con
progresividad y paciencia pude sobrellevar este obstáculo; el poder de la caricia me
permitió entrar en contacto con los otros, recibir sin miedo, entender el contacto como
una posibilidad de fortalecer el vínculo, como una profundización de la relación y otra
forma maravillosa de comunicación. Sin embargo no basta el contacto, es necesaria la
conexión, es decir que cualquier forma de vínculo físico esté movido por una fuerza
afectiva sincera. “…y empiezo a entender la profundidad de verme y reconocerme en los
ojos de otros. Me empiezo a sentir parte, algunos vínculos se empiezan a profundizar. Soy,
me siento a través de mis sentidos, siento a los otros. Estoy viva, siento mis dendritas
conectarme. Me siento excitada, apasionada y VIVA!” (Relato de vivencia-Maratona
Extensiones y Aplicaciones -Agosto 2012).
El poder del grupo como matriz de renacimiento y contención, ya hace rato venía
haciendo su labor, pero ahora lo reconocía. Mi grupo como biogenerador, generador de
vida: “La concentración de energía convergente dentro de un grupo produce un potencial
mayor que la suma de sus partes. Esta energía biológica renovadora compromete la
unidad y armonía del organismo. Se crea así, un campo magnético en el que se reflejan y
proyectan emociones, deseos y sensaciones físicas de gran intensidad. Se produce una
sensación más esencial de las otras personas, un modo nuevo de identificación” (Toro, V y
Terrén. 2008, Pg. 132). Mi grupo como matriz de renacimiento en el cual empiezo a
encontrar continente afectivo y permiso para empezar a ser más yo misma, mi grupo
comienza a ser uno de los ecofactores más poderosos que estimulan el desarrollo de mis
potenciales genéticos
En Biodanza se empiezan a reparar esos tejidos rotos entre la especie humana, trascender
la competencia, la discriminación social, para empezar a vincularnos desde el amor, el
reconocimiento y la solidaridad. Esta es la verdadera revolución: Biodanza como
propuesta política de reconstrucción de red social, devuelve a los seres humanos la
noción olvidada de la comunidad. Lo anterior tiene que ver con impulsos biológicos de
cooperación e integración, pues la afectividad tiene una compleja representación
neurológica córtico-diencefálica.
37
Se hace entonces comprensible lo que Rolando Toro decía acerca de que la identidad de
un individuo se revela sólo en presencia de otro. Al respecto decía Martín Buber en su
Teoría del Diálogo que “el hombre deviene en un yo a través del tú, y que el encuentro yo-
tu es de tal manera esencial para el hombre, que solo en él se constituye verdaderamente
como persona y deja de ser un mero individuo. Allí es capaz de captar el sentido de las
cosas, llegando a los secretos más íntimos del ser” (Toro, V y Terrén. R., 2008. Pg. 128).
Fortalezco mi identidad cuando te miro no como un prójimo sino como un semejante. “En
la conmovedora percepción de sí mismo, en el placer de sentirse vivo, en la belleza
pavorosa de ser único, estará siempre presente, con la intensidad del ácido sobre el metal,
la grabación de “lo otro”, lo diferente, el fondo genital de lo múltiple, la alteridad”. (Toro
Araneda, R. Material Identidad e Integración. Pg. 14). Cuando estoy contigo tengo noticias
mías, y es con otros que en una vivencia me “conecto con mi mamífero interior, con mi
cola que se balancea de emoción, con mi lengua que quiere chupar para decir te quiero y
gracias, con mi deseo de arruncharme y calentarme en mi manada. Mi alma me vuelve a
habitar, abrí mi corazón a recibirla, a recibir el amor que me rodea. Estoy completica de
amor, llenita de mí, nutridita y lista para de nuevo dar sin jalar, liderar sin cargarme, hacer
sin esforzarme. Me conecto con la alegría de estar viva, con la fuerza del amor, de la
creatividad. (...) Reconozco que aunque sea yo la primera en la barca, y la que tiene la
mejor visión, todos remamos y es un esfuerzo colectivo” (diario- 28 de abril 2014). Es
maravilloso releerme y descubrir que mis deseos se hacen realidad en Biodanza, unos
meses antes de sentirme conectada y de iniciar a reparar mis vínculos en un taller escribo
que “Quiero sentir que puedo profundizar en mis vínculos y generar relaciones sólidas en
la cuales me sienta acompañada y apoyada. Sentir que soy creativa y generosa con mis
amigas y que camino con ellas, quiero compartir más y construir red, sembrar, abrazar,
apoyarme, sostener, quiero sentir que tengo amigas de verdad” (intención en un taller el
20 septiembre 2012). Lentamente y con progresividad esos deseos se van instalando en
mi cuerpo hasta volverse realidad con otros.
importante como el de los otros, somos pequeños puntos de un gran tejido humano, y
también de la especie. Importancia del vínculo y de la comunidad, todos somos unos y
somos iguales. “El amor comunitario es el fundamento de la conciencia comunitaria.
Justicia y libertad en gobiernos democráticos, sin explotación.” (Toro, Material Acción
Social. Pg. 15). El real cambio es cuando podemos profundizar y reparar los vínculos
sociales, esa es una forma de rehabilitación existencial.
fuentes nutricias del mundo” (Toro Araneda, Material Vitalidad. Pg. 3). Mi identidad se
sigue fortaleciendo, y esta vez se manifiesta a través de la afectividad, la necesidad de
sanar la expresión reciproca del amor diferenciado (dirigido a una sola persona), ya que
según Rolando Toro las personas que tienen una identidad débil son incapaces de amar, y
sus vínculos con las otras personas pueden ser defensivos. En este punto la vinculación
amorosa y sana que inicio a tener en mi grupo, en mi manada biodancistica, me invita a
crear también afuera vínculos fuertes, sanos y creativos. La fuerza de la Biodanza me
invita a extender toda la sabiduría que se empieza a gestar, también en mi cotidianidad,
en mis relaciones interpersonales y familiares.
La primera que salta a la vista es mi relación con mi novio. Llevo sintiendo hace un tiempo
una vocecita en mi lado izquierda que me dice que Julián no es el hombre de mi vida, que
debo despedirme de él, en varias vivencias de Biodanza siento la necesidad de abrir mis
alas y volar lejos de él, y lo que me ata es él, quiero volar, pero a la vez no puedo volar sin
él, dejarlo significa un suicidio, renunciar sería darme una puñalada a mi corazón. No paro
de pensar en esa voz, en esa sensación a la que me invita cada clase de Biodanza de volar
y dejarlo atrás, de renunciar al sueño del amor eterno, de mi príncipe ideal. ¿Soy feliz con
él? A veces, tiene tantas cosas maravillosas, pero tantas cosas que me duelen, creo que no
soy la mejor versión de mi misma cuando estoy con él. Sin duda estoy “tranquila”,
contenida, “amada”, en un lugar cómodo, pero a la vez me siento poco conectada con la
vida. Pero “si Julián es un gran hombre” repite mi cabeza, repitiendo la voz de muchas
personas que me rodean. Pero creo que no soy feliz, pero tampoco sería feliz sin él. Ya lo
perdí una vez, y casi no me recupero de esa perdida, no permitiré que se vaya de nuevo,
esta vez no lo soportaría, no podría salir viva de ese dolor. Pero la voz insiste, la sensación
crece cada día con más fuerza. ¿Pero y si no es mi intuición la que habla, sino mi miedo, mi
incapacidad de disfrutar mi vida, mi insatisfacción aguda por la vida? Mi reconocimiento
patológico de que tengo tantas cosas por sanar me lleva a un camino sin salida, debo
trabajar en mí para aceptar a Julián, disfrutarlo y poder construir una mejor relación, pues
YO soy el problema. Desde ese lugar seguía buscando ayuda, seguía pidiendo fórmulas
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para sanar y cambiar, seguía dándome látigo por no ser la mujer que Julián necesitaba y
por no disfrutar TODO el amor que él me daba.
La lucha se agudizaba, por más que intentara meditar, estar en terapia, danzar, la voz era
cada vez más insistente y con ella mi miedo, mi tristeza profunda, mi desmotivación por la
vida. Mis intentos por conversar eran inútiles, pues solo reforzaban la idea de que el
problema era mío, pues según él su amor estaba claro y su proyección conmigo
impecable. “Reconocí que somos una pareja conectada espiritualmente, con respeto,
amor, cuidado, pero una relación de la barriga hacia arriba, sin sexualidad, sin pies en la
tierra, estamos conectados de corazón a corazón, estamos abrazados pero no sabemos
caminar, ni danzar juntos (…) hay tantas razones para dejarlo, pero realmente tan pocas
cuando es hora de actuar, me haría tanta falta…”(diario, 30 de marzo 2014). Pero a la vez
descubro ahora que lo que más me conectaba a él era su capacidad de contenerme, de
aceptarme incondicionalmente y de regular mi emocionalidad descontrolada, sin embargo
descubría que eso ahora lo podía hacer yo misma conmigo. Biodanza me ha dado la
posibilidad de contenerme, Biodanza me ha dado la posibilidad de mirarme con un amor
tan infinito que reconozco mi grandeza y me derrito de amor por mí, Biodanza me ha
ayudado a regular mis emociones, habitarlas y aceptarlas como son. Ya no es otro quien
me da esa posibilidad, soy yo misma. Eso me pone en lugar distinto frente a él, ya no lo
necesito, y eso me lleva a una pregunta fundamental que plantea Rolando Toro, ¿Con
quién quiero vivir?, ¿Quiero vivir con Juli? Mi mente salta inmediatamente y dice SI, mi
cuerpo se queda paralizado, un poco frio, le pido que responda, pero no lo hace, o quizás
no quiero escucharlo. Y recuerdo a Francisco Escorcia repitiendo: “El cuerpo no miente”,
pero ¿y si mi cuerpo está solo confundido por mi mente?. Me duele mi cadera mucho,
entiendo que tengo que tomar decisiones.
Es en ese momento cuando tengo la siguiente visualización en una meditación: “era una
leonsita encerrada, sin embargo la puerta siempre había estado abierta. En el fondo estoy escondida,
sintiéndome muy mal, sola, abandonada, encerrada. Cuando me doy cuenta que está abierta me da aún más
miedo. ¿Y ahora a dónde voy? Para donde voy si no sé a dónde ir?. Cuando me asomo un poco veo a un león
acostado, que ha hecho guardia de la jaula por mucho tiempo, ha estado allí acompañando en silencio, con
41
paciencia, amor y sabiduría. En medio de mi dolor y mi miedo, le digo que no quiero su compañía y que no
quiero que se me acerque. Él me dice que tendrá paciencia, que mantendrá distancia y que estará ahí
acompañándome para lo que yo necesite. Me da mucho miedo salir, requiere valentía y confianza. Respiro
varias veces, y muy lentamente me levanto y empiezo a caminar suavemente y con cautela, atenta a mi
cuerpo, de cualquier sonido, cualquier movimiento. Empiezo a respirar el viento de la libertad, el riesgo y la
incertidumbre son frescas, cálidas y el sol me hace un poco de daño en los ojos, pero rápidamente me
acostumbro. El león aún no se para, solo me observa atentamente, su mirada me da seguridad, siento
confianza y tranquilidad. Inicio mi caminar, no se hacia dónde. Él me sigue, toma distancia y me acompaña
con un respetuoso silencio. Yo estoy descubriendo, sintiendo mis emociones, habito el miedo, camino con
incertidumbre, respiro nervios, alegría y emoción. Todo es muy verde, muy vivo, me siento a salvo, sigo mi
olfato que me lleva a un rio. Me observo en su reflejo, aún quedan rastros de cautiverio, odio en mi mirada;
por las piedras voy entrando al agua, que me recibe tibia y fresca y me cobija con su transparencia, y con
suavidad va limpiando mi pelaje y mi alma. Se lleva lo que no necesito y lo remueve, la corriente es mi aliada
y deja fluir en mí. Me dejo llevar por la corriente, me suelto, confío, cada vez más limpia y liviana admiro el
cielo y las orillas del rio que me sorprenden con hermosos animales y plantas. Silenciosamente el león me
sigue por la orilla, solo queda confianza y alegría y lo siento en mi barriga. Aterrizo en una especie de
lagunita y termino de despertarme cuando siento al león entrar al agua. Me salpica, me sorprende y con un
timing exacto me empieza a salpicar agua con su patica. Todo me parece muy gracioso. Me encanta jugar,
hacía mucho que no reía. Reímos y disfrutamos estar juntos. El sol anunciaba su partida y león con su mirada
me hizo entender que debía seguirlo y después de sacudirnos el agua y quedar esponjositos, caminamos cima
arriba, por la montaña rocosa. Estábamos en silencio, un silencio presente, en absoluta presencia; hasta que
encontramos unas rocas que parecían hechas para los dos. Él se sentó a mi derecha y con una postura muy
majestuosa se quedó mirando al horizonte sin pronunciar palabra. Lo miré un poco hasta comprender que
llevarme allí era otro de los maravillosos regalos que me había dado la vida a través de él. En la cima de esa
roca veía con una perspectiva ampliada mi mundo, un pasaje maravilloso. El cielo totalmente despejado
permitía ver con total claridad la puesta del sol. Un sol que nos calentaba, iluminaba y nos daba tranquilidad.
Acompañamos en silencio ese sol que se despedía y que nos llenaba de esperanza, dejándonos a la luna a su
paso. Cuando el último rayo de luz desapareció empezamos a ver la iluminación de muchas estrellas que
tejían juntas un tapiz de muchas figuras que nos llevaban a la luna. El frio nos hizo acercarnos un poco para
recibir el calor de otro, bastó con una mirada dulce de profundo agradecimiento para quedarme dormida en
un sueño infinito.”(Diario, 17 de abril 2014)
Escucho ahora más claramente los llamados de mi alma, mi intuición, empiezo a discernir
más las voces y a darle más volumen que a las voces de otros. Hay sin embargo un paso
entre escuchar nuestras voces y hacerles caso, y es confiar profundamente en ellas como
para seguirlas.
…Pao el poema eres tu porque estas aprendiendo, porque te estas arriesgando a vivir,
Eres poema porque estas desafiando el miedo y saltando y soltando al crecer,
Eres poema porque tu pelo negro cae sobre tu cuerpo como las alas de libertad de un cóndor
Eres poema porque eres como el sol que brilla e ilumina calurosamente, y como el mar profundo al que
invitas a sumergirte sin cesar, para ser amada y amar.
Eres poema porque eres sol, mar, amor, cóndor, libertad, vacío, calor, sensación, humildad, pasión, apertura,
canción, deseo, prosperidad y sanación…
Poema realizado por mí en la extensión de Educación Biocéntrica
identidad que estaban ocultos pueden revelarse súbitamente.” (Toro Araneda, Material
Metodología V, Pg. 3). Haciéndome cargo de mi misma y reconociéndome parte de algo
más grande que me contenía tuve momentos hermosos, comprensiones maravillosas,
vivencias fantásticas, donde me percibía volando sola, donde encontraba mi libertad,
donde me conectaba con la alegría de estar viva, pero esas vivencias parecían durar tan
poco tiempo, como si vinieran de afuera y no de mi fuente interior, como si me las
inyectaran pero tuvieran caducidad. Volvía la homeóstasis a llevarme a la tristeza
profunda, a la confusión, a la dificultad de tomar decisiones, al dolor de cadera que me
invitaba a accionar, a moverme, a conectarme con la línea de vivencia de la Vitalidad,
conectarme con las motivaciones para vivir y tener la energía disponible para la acción
(ímpetu vital). Me reconocí deprimida, triste, desmotivada, por más meditaciones o
sesiones de Biodanza que hiciera, era como si la vida me estuviera esperando para tomar
una acción concreta, aplicar lo aprendido en Biodanza a mis relaciones fuera del grupo, a
sacar fuerzas y transformarme en un agente de salud dentro de mi medio. Ya no bastaba
con tener visualizaciones sanadoras, danzas expansivas, sueños lucidos, la vida me pedía
una ACCIÓN concreta, en la realidad, con los pies en la tierra. Empezaron a llegar
mensajes de todas partes, señales, la voz interior se hacía cada me más fuerte y
contundente. Tomar la acción que mi nueva conexión con mi fuerza vital me pedía, de
alguna manera lo sentía como ir contra mi instinto, porque significaba morir. En palabras
de Rolando Toro, se origina una angustia frente a la amenaza de pérdida del amor, “Esta
angustia, muchas veces soterrada, es de tal intensidad que las personas prefieren tener
una existencia empobrecida antes que sufrir la agonía de la pérdida amorosa. La
separación de los amantes se experimenta como una vivencia de muerte; vivencia que
tiene fundamentos reales, ya que son múltiples los circuitos ecológicos que
recíprocamente se crean en una pareja.” (Material Sexualidad, Pg. 16). Esto se explica ya
que la convivencia crea circuitos de vínculo que adquieren, un carácter orgánico, e
inducen una complementariedad fisiológica. Por esta razón según Igor Caruso, citado por
Toro (ídem) la separación de los amantes puede constituir “una fenomenología de la
muerte”.
44
Sin embargo reconocí que no podría ser peor que lo que vivía actualmente, mi alegría que
me duraba 10 horas después de Biodanza, no era vida tampoco y prefería arriesgarme,
entregarme, soltar, auto donarme, quizás hacer algo que no había querido hacer como
soltar el control, mirar a los ojos a la muerte y decirle con coraje “aquí estoy”!. Esta
experiencia ya la tuve en una pesadilla, cuando entre dormida y despierta decidí
enfrentarme a mi mayor miedo, mirarlo a la cara y entregarme a la muerte, y me mataron,
y esa muerte resultó ser el momento en que observaba como el miedo se hacía cada vez
más pequeño, y yo podía danzar en movimientos redondos sobre las nubes; me entregué
a la muerte. Miré a los ojos mi miedo de dejar a Julián y enfrentarme al inmenso dolor que
iba a representar, tomé la decisión, pero lo que no sabía era que al mirar de frente la
muerte y darle la bienvenida, le estaba diciendo SI A LA VIDA. “Puedo vivir sin ti, porque
ya estoy para mí.” Reconocer y atravesar mi propia oscuridad, para encontrar mi propia
luz.
“Mi necesidad de trabajar con las personas y mi misión de conectarlas con la vida, tiene
que ver con que no estoy suficientemente conectada con la vida!. Me da miedo enfrentar
el caos que implica estar viva, creo que no lo voy a lograr, no tengo el valor para hacerlo.
Valor: 1. Coraje de estar viva; 2. Merezco vivir, merezco recibir” (21 febrero 2014). Tengo
miedo, mucho miedo, pero esta vez, a diferencia de hace algunos años, me siento
apoyada, siento que hay una fuerza inmensa que me impulsa a pesar del miedo, un
ímpetu que me recuerda que la vida está en el centro y me contiene. Y entonces
reconozco que lo que tengo que hacer es “Recordar quien soy, de donde vengo, todo lo
que tengo, recordar mi origen, escuchar mis latidos del corazón. Escuchar mi nombre,
escuchar el tambor (…) confío en lo que escucho, que mi alma/dios si ven hacia donde
tengo que ir y pueden guiar mi camino aunque yo no lo vea, confío en su sabiduría y en
que ellos saben bien que es lo mejor para mí, confío y me dejo llevar, no opongo
resistencia. Al recordar mi valentía, amor, fuerza y confiar, soy capaz de dejarme llevar, de
saltar al vacío, arriesgarme a lo desconocido, aceptar la incertidumbre, salir de mi zona de
confort, salto desde la seguridad de que mis alas se van a abrir. Y me lanzo al vacío, voy
más allá de mi propio ego (trascender), ese es el acto más grande de amor, porque es
decirle SI A LA VIDA, es decirme a mí misma: “confío en ti y aunque duela o aunque tenga
miedo, mi amor por ti es más grande” y entonces no queda otra cosa que abrir el corazón
a recibir todo el amor del universo, y sé que
dios/vida está allí diciendo “por fin me ves,
he estado aquí siempre y me muero de la
emoción de que me veas y confíes en mi”. Y
allí la conexión se hace evidente, “tú y yo
somos uno, y conmigo solo hay amor,
prosperidad, éxito y diversión”. Entro en el
flujo, me conecto con la fuente. Yo soy tu,
hago parte del todo.” (Diario- 17 de mayo
2014).
Ilustración 13- Fotos tomadas en la Maratona: Árbol de los Así entonces, lo que pensé que era el fin del
deseos- Enero 2013
46
Se requiere valentía para dar el salto, confiar en que nuestras alas ya están listas, que
tenemos todo para enfrentarnos, confiar en la vida y en mí. Tengo una mamá águila como
Myriam Sofía López capaz de empujarme al abismo: “Los llevamos al borde del abismo y
les ordenamos que volaran. Ellos no se movieron. “Volad!”, les dijimos. Pero ellos no se
movieron. Los empujamos hacia el abismo. Y entonces volaron” (Guillaume Apollinaire).
El coraje de vivir es algo que se afianza claramente en Biodanza, asumir la vida tal y como
llega, sin desear ya una realidad de fantasía y perfección. Así es la vida y le apuesto a
vivirla, a embellecer mis heridas “Hoy quiero habitarme, quiero llenarme de mí, quiero
estar conectada con mi vida, con el coraje, con lo que se venga, con mi fuerza, con mi
amor, con mi intuición. No quiero seguir esperando que de afuera llegue la solución, la
mirada es hacia adentro. Estoy dispuesta a abrazar mi sombra, a amarla y a danzar con
ella. Mi grandeza tiene que ver con mi humildad, y mi humildad con mi amor propio” (21
febrero 2014, Diario después del segundo taller Minotauro).
reconocerme heredera de represiones, historias, patrones que nos hacen daño y nos han
convertido en lo que R.A. Chance llama una “sociedad antagónica” (Citado por Toro A,
Material Acción social, Pg. 5). Para Rolando Toro A., la apuesta de trasformación de esa
problemática social estaría en incluir “progresivamente, en un estilo de vida hedónico o,
por lo menos, introducir en el esquema agonístico el elemento fundamental, capaz de
disminuir la tensión interhumana: el contacto, la caricia, la función lúcida de brindar
continente al otro.” (Material Acción Social, pg. 5)
La apuesta en Biodanza entonces tiene ayudar a que podamos orientarnos hacia una
visión integradora del hombre y hacia el respeto por la vida. Esta trasformación no puede
ser sólo ideológica, “Se trataría de activar los núcleos innatos, biológicos, instintivos y
emocionales del contacto corporal.” (Toro, Material Acción Social, Pg. 14).
Me sentía desconectada de la vida, me sentía un poco más cósmica pero sin raíces, y
como decía Rolando Toro, “no hay la menor posibilidad de evolución hacia lo divino sin la
base instintiva de la vida, la vida es la más grande hierofanía.” (Material Aspectos
Psicológicos, Pg.14). Inmanencia y trascendencia son una sola pulsación que no está
separado. La vida es la expresión máxima del sentido del Universo (Albert Schweitzer). Mi
48
deseo de conectarme con lo oriental, con lo espiritual, de meditar por horas, y viajar al
otro lado del mundo, lo hacía sin una conexión clara con mis raíces, olvidando mi cuerpo
mismo. Hay que ir más allá de una de las catástrofes que atraviesa nuestra identidad: la
herencia cartesiana de su “Cogito, ergo sum”, la cual ha separado nuestra mente de
nuestro cuerpo, relegando nuestro cuerpo a un simple contenedor de nuestra razón. Esa
separación sigue teniendo efectos negativos, y esa es una de las grandes misiones de la
Biodanza, tejer puentes entre la razón y el cuerpo, y reconocerlos como una unidad
indivisible y única. Soy mi cuerpo y lo escucho, cada vez presto más atención a sus
lenguajes silenciosos, y su profunda sabiduría, a sus ciclos que cada vez se restablecen con
los de la naturaleza. “Cuerpo y alma, materia y energía, son dos aspectos de una sola
realidad. El ser humano es una unidad integrada al cosmos. Unidad del hombre, de la
vida y del universo son correlativas.” (Toro Araneda. R, Material Acción Social, pg. 15).
Conectado a lo anterior, al escuchar mi intuición que reside en las células de mi cuerpo,
decido volver a hacerle caso y no viajar a la segunda beca que me gané para meditar, esta
vez por dos meses, pues sabía que mi trabajo era aquí en Colombia, poniéndole la cara
paciente y valientemente a mi vida, dejar de escapar, para empezar a resistir, insistir y
persistir. La posibilidad de poner límites, decir no, tomar la decisión de Julián, ser paciente
con mi apuesta profesional y no rendirme a pesar delas dificultades, abrir mi grupo como
facilitadora y hacerme cargo, me ha dado raíces, me ha conectado con la vida, mi vida es
ahora más real, y me siento más viva que nunca!
que ver con que “La vivencia de la sexualidad es una expresión del inconsciente vital que
se manifiesta como sensaciones de placer cenestésico de intensidades variables y que
pueden conducir al estado de éxtasis. La fuerza secreta de nuestras motivaciones
existenciales es la sexualidad. La vivencia de la sexualidad es primordialmente corporal y
luego puede derivar en fantasías o en acciones.” (Toro Araneda, R. Material Sexualidad, Pg
5).
7. REFLEXIONES FINALES
Ilustración 15- Clase Supervisada - Agosto 2014 surge como la sensación endógena del estar vivo. La
experiencia primordial de la identidad es la conmovedora e intensa sensación de estar
vivo, generándose a sí mismo. La vivencia de estar vivo, según pienso, es el dato primario
de la identidad psicológica.” (Toro A. Material Identidad e Integración, Pg. 6). Este proceso
de fortalecimiento de mi identidad ha tenido y seguirá teniendo cambios ya que “el
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En un principio los siete saltos los identifiqué en una secuencia cronológica, ya que hubo
situaciones específicas que me llevaron a identificar los elementos más fácilmente, y que
además están enmarcados por los relatos de vivencia y por algunos escritos de mi diario
personal. Además cada uno de los momentos está conectado con los otros y tienen una
secuencia lógica en sí misma, sin embargo al unificar la narración reconozco que la
transformación no ha sido lineal, sino ha sido una evolución en espiral que ha venido
ocurriendo incluso antes de mi maravilloso encuentro con la Biodanza y que continuará
con el mismo impulso. Es un gran tejido, es un gran sistema de conexión, que está en
movimiento continuo, y en el cual día a día se generan nuevas conexiones y nuevas
sinapsis; al releer el proceso sigo descubriendo nuevas conexiones entre ellos. Alguna de
las emociones, y reflexiones que parecen que surgen en un momento especifico, después
descubro que ya las había tenido antes, pero es como que en cada momento las
redescubro como si fueran novedosas para mí. Somos un producto inacabado y el proceso
continúa, y disfruto lo que la vida me traiga. Es como un espiral que va subiendo y
bajando. Cada vez que llego a lo que reconozco como un pico o el punto más alto, me
recuerda que es solo la falda de una nueva montaña, interminable…Biodanza no es un
camino hacia la perfección, es un camino para conectarnos con la vida. “Es una espiral que
crece, pues eso explica la evolución, y la evolución, que significa un acercamiento más
profundo a ella misma y a su realidad, no se da omitiendo el pasado, sino volviendo a él,
resinificándolo. Significa que ella nunca va a dejar de ser ella misma, por más que algunas
veces lo desee, sino que con el tiempo, tal vez lograra ser una versión más consiente de
ella misma.” (Escrito para la Universidad- Septiembre 2007)
Los siete momentos se enriquecen entre sí, y están profundamente conectados, aunque
los exponga por separado. Descubro que la sensación de no querer dejar una huella, de
reconocerme parte fundamental pero a la vez no imprescindible en la vida, está
52
relacionado con la conexión con la música, como única forma de articularnos con el
mundo y crearlo: “El ritmo es un padrón de regularidades cósmicas que se manifiestan en
los sistemas vivientes (ritmos metabólicos, sexuales, hormonales, respiratorios y
cardíacos). En la naturaleza están los ritmos del día y de la noche, de las estaciones, y del
comportamiento de los átomos y de los astros” (Toro A. Material Música, Pg, 46). Mi
conexión con la música se sigue profundizando, ahora mi relación es mucho más directa,
empiezo a adentrarme en el mundo de la música, su riqueza, y su sabiduría, sentarme solo
a escuchar piezas de música se ha convertido en un placer en sí mismo, y espero seguir
aprendiendo cada vez más de ese mundo que expande mi mente. La relación con la
música también ayudó a mi vinculación con mi entorno, con la manada y con el universo,
a través del ritmo me puedo vincular con los otros, pues la música es el elemento
unificador, es vinculación biológica, es el corazón. El ritmo fortalece mi identidad, y es
desde mi identidad fortalecida que me puedo vincular con otros, con la totalidad. Cuando
me vínculo con otros, y me siento parte de lo colectivo, ya no tengo que estar
protagonista, ya no me importan si me estoy destacando o no, lo que importa es estar con
todos, ser parte, no me interesa dejar una huella.
Sin duda ahora me siento más viva que nunca, pero en otros momentos también me había
sentido viva, en otros momentos también me había lanzado al vacío. Allí está lo
maravilloso de volver al origen, de volver a pasar por lo mismo, pero con otras
herramientas, con otras comprensiones, con nuevas experiencias que nutren. Sin embargo
no recuerdo que antes, como ahora, quisiera realmente ser parte de este mundo. Siempre
había sentido como un bicho raro, y eso llevaba a querer escaparme, a través de viajes, a
través de la meditación, a sentirme como un hada que se había equivocado de lugar, pero
ahora si quiero ser parte de esta realidad, incluso con lo difícil que a veces es.
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Reescribirme y releerme…
alumno se transforme en un agente de salud dentro del medio en que vive. Los
procedimientos de Biodanza deberán ser aplicados progresivamente en sus relaciones
familiares, en el trabajo y en el medio social en general” (Toro A, Metodología V, pg. 14).
Es así como, al hacer ese tejido, al nutrir la integración, puedo reconocer como mi ser y mi
estar en el mundo es distinto y empieza a tener un verdadero impacto en mi realidad,
incluso sin proponérmelo.
Biodanza deja de ser otro de mis escapes del mundo, y se convierte en la plataforma de mi
revolución que ahora soy yo misma, mi presencia. No tengo que hacer nada, solo debo
SER para transformar. Se ha generado una integración de mi pensamiento con mi núcleo
afectivo, generando diferentes acciones, desarrollando así una dinámica de compromiso
con la vida. En mi diario escribo que “Me apasiona redescubrir y recrearme, reconocerme
interminable e infinita. Disfrutar lo que me regala la vida, querer saborearlo todo,
degustarlo, aprehenderlo y afectarlo todo. Disfruto habitar la libertad de ser y
expresarme, ser cada vez yo misma. Preguntarme, discutirme, argumentarme, escribir,
pensar, conversar, poner en palabras las vivencias y sobre todo vivenciar. Ser una con la
vida, ser una con el movimiento, con el cambio, fluir, soltarme, entregarme a las curvas,
abrir los brazos y gritar mientras me golpea el viento. ESTAR tranquila, querer no
aferrarme, reír sin limitaciones, querer tocarlo todo. Embriagarme con el aire, con el
fuego, profundizar mis
raíces en la tierra y
desvanecerme en el
agua profunda de la
vida. Me siento feliz,
libre, bendecida, y
expandida, no juzgada y
placentera. Me gusta,
Ilustración 16- Mi vida está en consonancia con mis sueños más fantásticos! Agosto 2014
me gusto, me agradezco y me entrego a seguir explorando. Agradezco los personajes que
me ha regalado la vida, conocer otras formas de volar, de vivir y de soñar. Encuentros
56
Puedo disfrutar aún más mi vida, incluso con las cosas difíciles que ella trae. La Biodanza
en mi ha tenido en mi efectos terapéuticos incomparables, pues como dice Rolando Toro
“el goce de vivir aumenta logarítmicamente según el grado de integración de los
potenciales genéticos y es independiente del éxito profesional o económico. El nivel de
integración de las cinco líneas de vivencia es un referencial profundo respecto a las
motivaciones para vivir.” (Toro A, Material La vivencia, pg. 18). No se transforma al mundo
desde una pretensión mesiánica, no se trasforma el mundo desde el deseo egóico de
querer dejar huella, no se trasforma desde una ideología ni desde el discurso, no se
trasforma desde una lucha política llena de odio y resentimiento, y tampoco desvinculada
del mundo y solo conectada con la espiritualidad. Se trasforma disfrutando estar viva y
siendo “horriblemente libre” (como decía Rolando Toro), se trasforma en la cotidianidad,
desde una identidad integrada, encarnada en un cuerpo expandido y nutrido, a través de
una danza como expresión de nuestros potenciales genéticos. Se transforma con acciones
específicas, que se traducen por ejemplo en solidaridad, desde la certeza de que cuando
te doy, me doy, y cuando estoy para mí, entonces, estoy para ti. Desde ese lugar nuestra
existencia por sí misma es trasformadora, porque simplemente ES. Y es allí donde nuestro
quehacer tiene impacto, no por nuestras acciones en sí mismas sino por la conexión de
esas acciones con la vida, con su trascendencia, por su tejido con lo cósmico, por la
sacralidad de esas acciones. Rolando Toro en la Conferencia a los estudiantes sobre una
nueva visión de los problemas sociales e humanos dice de una manera magistral que: La
primera obligación que tenemos como creadores es parirnos a nosotros mismo. Darnos a
luz, nacer de nuevo. Eso es lo primero que tenemos que hacer. Morir a nuestro cuerpo
rígido, lleno de preconceptos, tenso, lleno de dolencias psicosomáticas, sin energía,
angustiado, sometido al stress. Morir para renacer a un cuerpo con más energía, más
57
vitalidad, y sobre todo, con más amor, más ternura. (Citado por Cezar Wagner, pagina
web).
Mi impacto en el mundo ocurre sin intención, ocurre por el mismo hecho de existir, y cada
vez me convierto en un ecofactor positivo para el mundo en la medida en que mi
identidad está más integrada. El aporte tiene que ver con mi identidad misma, con mi
conexión con la vida, con la nueva perspectiva que habita en mí y me permite pararme
desde un lugar distinto en la vida, desde una postura más Biocéntrica. Sin surgir desde el
concepto, sino que mis propuestas se manifiestan a partir de mis células, mi presencia
empieza a ser trasformadora por sí misma.
El impacto que observo como facilitadora, como jefe y como terapeuta en mis pacientes,
van más allá de las metodologías que uso, tiene que ver con mi presencia, con estar allí
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con todo mi ser, con mis potenciales genéticos, con todas mis dimensiones. “El ejercicio
de sí, que esto tome la forma de la educación, de la terapia o de la experiencia espiritual,
debe encontrar un punto de apoyo. Debe anclarse en el fondo de la naturaleza que, sola,
determina el proceso de individuación en la perspectiva del otro hombre y de la vida. Este
debe disponer un espacio para la experiencia, facilitar el contacto inmediato y particular
con los sentidos y la sensibilidad. Este debe tratar de omitir en parte el saber y aceptar la
búsqueda itinerante, el recorrido en el ser y en la vida que nos llama todos en la comunión
de los vínculos y que llama a cada uno en la particularidad de su proyecto.” (Allain Antille.
citado por Toro A, 2007. pg.19.)
Algunos de los cambios que he evidenciado ha sido en mi quehacer como terapeuta, “la
Biodanza nos invita a salir de la mecanización impuesta por el estilo de vida alienante y
entrar en la plenitud existencial donde el encuentro humano es factor primordial para la
revelación de nuestra identidad. Su acción provoca un efecto trasformador sobre la
persona en todos los aspectos de la vida, física, mental, comportamental, expresión plena
de la identidad. El participante de este abordaje tiene como resultado práctico en su vida,
el desarrollo de sus potenciales y alcanza una armonía interior que irradia en la
convivencia diaria, en el trabajo, estudio y en las relaciones interpersonales” (Pessoa
Santos, M, L. 2010, Pg. 25)
No percibo mi trabajo ahora como una terapia, sino más bien como un acompañamiento
(he querido llamarlo Acompañamiento Biocéntrico), ya que su propuesta está atravesada
por los principios de la Biodanza. Su enfoque es sobre la salud y no en la enfermedad, la
idea es enfocarnos en la luz, dejarnos guiar desde lo luminoso, la postura es simétrica
(horizontal), y reconozco que en el proceso debe haber un enriquecimiento mutuo. Es un
espacio de contención y experimentación amorosa, donde se articulan nuevas formas de
ver la vida y actuar en coherencia, donde el terapeuta y el espacio que se construye
mutuamente, se convierten en un ecofactor positivo. Propongo un espacio donde se
genere un proceso de desarrollo personal que no se enfoca en sanar un síntoma sino en
conectar a las personas con la vida, con el coraje y la alegría de estar vivos. El objetivo
transversal de cada acompañamiento debe ser la conexión con la vida, con la especie y
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con el universo. Entender que no voy a dejar una huella en el mundo, me lleva a no
pararme en la postura de experta, pero mi conexión con el ritmo de la vida, me lleva a
contagiar de vida a otros, de ponerla en el centro, para generar solidaridad y sensibilidad
hacia sí mismo y otros. En palabras de Rolando Toro “despertar la arcaica función de
conexión a la vida representa uno de los objetivos más esperados de una terapia. Esta
función que permite la existencia misma de la vida, puede convertirse, a través de un
proceso de maduración interior, en una actitud consciente desde donde se inicia de nuevo
el contacto con lo primordial”. (Biodanza, 2007, pg.41). Puedo estar presente para ellos y
sumergirme en vivencias profundas con ellos mientras conversamos, puedo escuchar más
mi intuición y dejarme llevar por lo que el otro necesita y no por lo que el modelo
terapéutico diría. Afirmo que “Nuestra tarea no es simplemente ejercer una profesión sino
realizar la misión de indicar un cambio interior de respeto y profunda solidaridad humana.
Es desde esa presencia que "el médico es el medicamento" (Rof Carballo), y se establece
el circuito ecológico-interhumano que fomentaría vida y salud (Toro A, Ars Magna. Pg. 6).
La Biodanza se ha integrado en mi
quehacer como terapeuta y he
reconocido que en mis consultas cinco
elementos fundamentales: 1) Valoro más
las vivencias que las historias; 2)
Reconozco el cuerpo como fuente de
información, 3) Busco la integración del
cuerpo, emoción, y la palabra, 4)
Profundizo en la experiencia de la
emoción para expandir la conciencia, 5)
Uso la música y el movimiento.
BIBLIOGRAFIA
Materiales del Curso de Formación Docente de Biodanza escritos por Rolando Toro
Araneda
Toro, V y Terrén. R. (2008) Biodanza Poética del Encuentro. Argentina: Lumen, Serie
Roja.
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Wagner. C. (2014) Conferencia de rolando toro aos estudantes uma nova visão dos
problemas sociais e humanos. Tomado de la Página web:
http://cezarwagner.blogspot.com/