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Oficio Pascual

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OFICIO

DE LA SANTA RESURRECCIÓN
DE NUESTRO SEÑOR DIOS Y
SALVADOR JESUCRISTO

Diócesis de Buenos Aires y Sudamérica


Iglesia Ortodoxa Rusa del Exterior (ROCOR)
Diakonía Ortodoxa de San Germán de Alaska

1
El Oficio Pascual

No hay oficio más resplandeciente y alegre que La Pascua Ortodoxa. La Liturgia Pascual
se inicia con una procesión con la cruz de los que se han reunido para celebrar. Esta
procesión va alrededor del templo, con velas encendidas y cantando: "En los cielos los
ángeles cantan Tu Resurrección, Cristo Salvador y a nosotros en la Tierra haznos dignos
de glorificarte con corazones puros."

Esta procesión recuerda el recorrido que hicieron las mujeres miróforas a la tumba de
Jesús, muy temprano en la mañana para ungir Su Cuerpo Purísimo. Una vez que
completan el recorrido alrededor del templo se estacionan ante las puertas principales,
que deberán estar cerradas, y el Sacerdote empieza el Maitines con la exclamación:
"Gloria a la santa, Consubstancial, Vivificadora e Indivisible Trinidad ahora y siempre..."
Luego, al igual que lo hizo el Ángel que dio la noticia a las mujeres que venían a ungir al
Señor, de que Él ya había resucitado, el sacerdote canta tres veces junto con otros
Sacerdotes concelebrantes el tropario de la Pascua: "Cristo Resucitó de entre los muertos,
pisoteando la muerte con Su Muerte, y otorgando La Vida a los que yacían en los
sepulcros.” El canto de los Sacerdotes es seguido por el coro. Después el principal
Sacerdote proclama los versos proféticos del Salmo: "Levántese Dios, Sean dispersados
sus enemigos y huyan de Su Presencia los que le aborrecen; desaparezcan como el humo,
como se derrite la cera al calor del fuego así perezcan los enemigos de los que aman a
Dios!" A cada verso se contesta cantando: "¡Cristo Resucitó!” Luego el Sacerdote repite el
inicio del Tropario: "Cristo Resucitó de los muertos, pisoteando a la muerte con su
muerte," y el coro responde "y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros."
Entonces las puertas del templo se abren, todos entran y empieza la gran ektenia (letanía
de la súplica ardiente, con cortas peticiones, a las que se contesta: "Señor, ten piedad,")
después de lo cual empieza el solemne canto del Canon Pascual "Día de la Gloriosa
Resurrección" compuesto por San Juan Damasceno.

A la hora de cantar el Canon los Sacerdotes celebrantes inciensan totalmente el templo y


saludan a los fieles con las palabras: "Cristo Resucitó," a lo cual los fieles responden: "En
verdad Resucitó!" Al final del Maitines se lee el inspirado Sermón de San Juan
Crisóstomo que empieza con las palabras: "Si alguien es piadoso..." El oficio usual de Las
Horas no se lee y se sustituye por cantos de himnos de Pascua.

La Liturgia se oficia a continuación del Maitines. En lugar de los usuales Salmos se


cantan antífonas especiales; cortas oraciones con versos; en lugar de la oración: "Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal," se canta: "Aquellos bautizados en el Nombre de
Cristo."

En el Evangelio se lee acerca del Verbo hecho cuerpo (Juan 1:1-7), del nacimiento de El
Hijo de Dios, del Dios Padre y de la Divinidad de Jesucristo, El Verbo de Dios y Divinidad
que Él demostró con Su Gloriosa Resurrección. Cuando concelebran varios Sacerdotes,

2
entonces el Evangelio se lee en distintos idiomas, como señal de que acerca de Su
Resurrección los Apóstoles evangelizaron distintos pueblos en sus propios idiomas. En
lugar de: "Verdaderamente es digno bendecirte, oh Madre de Dios..." se canta lo
siguiente: "El ángel exclamó a la llena de Gracia, Virgen María: Virgen pura, Alégrate! y
otra vez te digo, Alégrate! Tu Hijo se levantó de la tumba, al tercer día después de su
muerte y Resucitó a los muertos. Gente Alégrense! Resplandece nueva Jerusalén! (Iglesia),
porque sobre Ti ha brillado la Gloria de Dios. Alborózate ahora y alégrate Sión y Tú, oh
Purísima madre de Dios, Regocíjate en la Resurrección de Tu Hijo!

Después de La Oración detrás del ambón se realiza la bendición de Artos: Pan especial
con representación en el de La Resurrección de Cristo. En uno de los siguientes oficios
litúrgicos el Artos se parte y se entrega a los creyentes en memoria de la aparición de
Jesús Resucitado a los Apóstoles Lucas y Cleofás, los cuales lo reconocieron después de
partir el pan para ellos. Durante el primer día de La Pascua se bendicen huevos, queso y
kulichi, con los cuales terminan el ayuno los creyentes.

Vigilia y Lectura de la Epístola


Entre las 6 y las 8 de la noche, comenzamos a leer los “Hechos de los Apóstoles”, hasta el comienzo
del Oficio de Medianoche. Se realiza en un analoy bajo la solea.

Lector: Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles. Padre, bendice.

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros santos Padres, oh Señor Jesucristo, Dios
nuestro, ten piedad de nosotros.
Lector: Amén.

Luego él comienza con la lectura del primer capítulo, etc. El pueblo acude y lee por turnos el libro
de los Hechos. En este momento es práctico dar el Sacramento de la Confesión a aquellos que se
preparan para comulgar en el Santo día de Pascua.

3
Mesonyctics
(Podunóchnitza)
Este oficio antecede inmediatamente al Oficio de la Santa Resurrección, ya que en él se traslada
solemnemente a la Plachinitsa (Epitafion) desde la Tumba donde se encuentra desde Viernes
Santo, hasta el Santo Altar, en donde permanecerá hasta la Novena Hora anterior a la fiesta de
Ascensión este oficio debe comenzar no más allá de las 23:30 Hrs. para realizarlo sin prisa.
Cuando tiene lugar la Liturgia al final de la Zaútrienia, las Oraciones de Entrada se leen antes de
la Podunóchnitza, empezando por el Trisagio. El sacerdote está revestido con Epitrachelion. Las
Puertas Reales y la Cortina están cerradas. En el Soleas, el sacerdote entona la Ecfonía:

Sacerdote: Bendito sea nuestro Dios,  en todo tiempo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.

Lector: Amén. (no se dice "Oh Rey Celestial..."), Santo Dios, Santo Fuerte, Santo
Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, perdona nuestros


pecados. Soberano, absuelve nuestras transgresiones. Oh Santísimo,
mira y sana nuestras dolencias, por Tu nombre. Señor, ten piedad. (3
veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre,


venga Tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El
pan sustancial nuestro dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas como
nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en
tentación, mas líbranos del maligno

Sacerdote: Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu


Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Lector: Amén. Venid, adoremos al Rey nuestro Dios.


Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo Rey,
nuestro Dios.
Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo
mismo, Rey y Dios nuestro.

4
El sacerdote entra al Santuario

Lector: (Salmo 50) Apiádate de mí, oh Dios, según tu gran misericordia;


según tu inmensa bondad, borra mi iniquidad. Lávame más y más de
mi maldad y purifícame de mis pecados. Pues reconozco mis culpas y
mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, sólo contra ti, he pecado y
delante de ti he hecho el mal, por lo tanto eres reconocido justo en tu
sentencia y soberano en tu juicio. Considera que en maldad fui
modelado y en pecado me concibió mi madre. Porque, Tú que amas la
verdad en lo interior me descubres los misterios profundos de tu
sabiduría. Rocíame con hisopo y seré puro; lávame y emblanqueceré
más que la nieve. Hazme escuchar la alegría y el júbilo, y mis huesos
abatidos se estremecerán de regocijo. Aparta tu rostro de mis pecados y
borra todas mis iniquidades. Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y
renueva dentro de mí un espíritu recto. No me alejes de tu presencia y
no quites de mí tu Espíritu Santo. Devuélveme el gozo de tu salvación y
un espíritu libre me sustente. Enseñaré a los impíos tus caminos y los
pecadores volverán a Ti. Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios de mi
salvación y aclamará mi lengua tu justicia. Abre, Señor, mis labios y
cantará mi boca tus alabanzas. Pues no es sacrificio lo que te complace.
Si te ofreciera un holocausto no lo quieres. El sacrificio para Dios es el
espíritu arrepentido. Al corazón contrito y humillado, Tú, oh Dios, no
lo desprecias. En tu bondad, Señor, trata benignamente a Sión y
reconstruye las murallas de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio
de justicia, las ofrendas y los holocaustos. Entonces se te ofrecerán
víctimas en tu altar.

Cuando termina, es cantado el Canon, en Tono 6:

Oda 1º del Canon

Hirmos: Los hijos de los que se salvaron en el Mar Rojo, ocultaron bajo la
tierra al Dios que sepultó al tirano en las olas del mar. Mas nosotros
alabamos a Dios como los varones piadosos, porque gloriosamente se
glorificó.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Señor Dios mío, con lamentaciones alabo Tu sepultura, y Te entono


cánticos; porque con Tu sepultura me abriste las puertas de la vida; y
con Tu muerte destruiste la muerte y el infierno.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Los que estaban en el mundo y bajo la tierra, cuando Te vieron en las


Alturas en el Trono y en sepulcro abajo, se estremecieron temblando

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por Tu muerte. Pues a Ti, oh Fuente de Vida, Te vieron muerte de
manera inconcebible.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Bajaste hasta las profundidades de la tierra, para llenar a todos de Tu


Gloria; porque mi naturaleza subsistente de Adán no Te fue oculta; y
cuando fuiste sepultado me renovaste a mí, el corrompido, ¡oh Amante
de la Humanidad!.

Katavasía: Los hijos de los que se salvaron en el Mar Rojo, ocultaron


bajo la tierra al Dios que sepultó al tirano en las olas del mar. Mas
nosotros alabamos a Dios como los varones piadosos, porque
gloriosamente se glorificó.

Si hay más de un sacerdote, es propio para los sacerdotes cantar los troparios de las Odas frente a
la Plachinitsa.

3º Oda del Canon

Hirmos: Tú que suspendiste la tierra sobre las aguas sin base, al verte la
creación suspendido en el Gólgota, se asombró grandemente y
exclamó: “No hay Santo, sino Tú, Señor”

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Oh Soberano, mostraste muchas señales de Tu sepultura; mas ahora


claramente revelaste Tus misterios como Dios y hombre, también a los
que estaban en el infierno y clamaron: “¡No hay santo sino Tú, Señor”!.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Extendiendo Tus manos, oh Salvador, reuniste a los dispersados


antiguamente; y por Tu sepultura envuelto en lino en la tumba, libraste
a los cautivos que clamaron: “¡No hay santo sino Tú, Señor”!.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Por Tu voluntad Te rodeo un sepulcro sellado, ¡oh Incontenible! Pero


mostraste Tu poder con obras divinas, oh Amante de la Humanidad, a
todos los que claman: “¡No hay santo sino Tú, Señor”!.

A continuación de la tercera Oda se dice el Kathisma (Sedalen):

Kathisma de Gran Sábado Santo

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Tono I: Oh Salvador, los soldados que custodiaban Tu sepulcro
quedaron como muertos, por el resplandor del ángel que apareció
anunciando a las mujeres Tu Resurrección. Te glorificamos que
alejaste de nosotros la corrupción; y nos prosternamos ante Ti, que
resucitaste del sepulcro, nuestro único Dios.

4º Oda del Canon

Hirmos: Habakuk previó y contempló Tu divina condescendencia hasta


la Cruz, oh bondadoso, y se estremeció clamando: has abatido el poder
de los fuertes, cuando apareciste a los que están en el infierno, porque
eres omnipotente.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Bendijiste este séptimo día, oh Salvador, el cual santificaste con el


descanso de Tu obra: porque revelaste y renovaste todo, y devolviste al
Sábado su antigua veneración, y lo guardaste.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Habiendo vencido con el poder del más fuerte, Tu alma se separó del
cuerpo; Tú destruiste los vínculos de la muerte y del infierno, ambos
por Tu poder, ¡oh Verbo!.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Habiendo salido el infierno a Tu encuentro, oh Verbo, quedó amargado


al ver un Hombre Deificado, llamado y Omnipotente. Y por esta visión
clamó atemorizado.

5º Oda del Canon

Hirmos: Habiendo visto Isaías la Luz sin ocaso de Tu manifestación,


realizada por Tu creación por nosotros, se levantó en la noche
exclamando: Los muertos resucitarán, se levantarán los que están en
los sepulcros y se regocijarán todos los que están en la tierra.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Cuando Te hiciste terrestre, oh Creador, renovaste a los terrenales. Y el


Sudario y el Sepulcro revelaron Tu misterio oculto, oh Verbo; porque el
noble José, con firme Fe, realizó el Plan de Tu Padre, por cuyo medio
me renovaste con el poder de esta grandeza.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

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Venciste a la muerte con la Muerte, y la corrupción con la sepultura;
porque siendo Dios, hiciste inmortal al cuerpo que llevaste, pues no vio
la corrupción, oh Soberano, y Tu Alma en estado misterioso, no
permaneció en el infierno.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Naciste de una Virgen que Te dio a luz sin dolor. Y Tu costado fue
traspasado con una lanza, oh Creador mío, por medio del cual lograste
la recreación de Eva, cuando Tú mismo Te hiciste Adán. Dormiste,
vivificando la naturaleza, con lo que excede la naturaleza, levantando la
vida de la muerte y la corrupción; porque Tú eres Omnipotente.

6º Oda del Canon

Hirmos: Jonás el Profeta fue tomado, pero no retenido en el vientre de


la ballena; porque fue símbolo tuyo; Tú que sufriste y fuiste entregado
al sepulcro; salió de la ballena como se sale de un tálamo y clamó a los
guardias: “vosotros me guardáis, habéis descuidado su misericordia”

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Sufriste la muerte, oh Verbo, mas no Te separaste del Cuerpo que


tomaste, pero aunque l templo de Tu cuerpo fue disuelto en la Pasión,
la Persona de Tu Divinidad y Humanidad es una sola; y en ambas Tú
eres siempre el Hijo Unigénito, el Verbo de Dios, Dios y Hombre.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

La caída de Adán resultó mortífera para el hombre, y no para Dios;


porque aunque Tu Cuerpo terrestre padeció, Tu Divinidad permaneció
impasible, transformando lo corrupto en incorrupción. Y por Tu
Resurrección, descubriste la Fuente Incorruptible de la vida.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

El infierno reinó sobre la raza humana, mas no eternamente; porque


Tú, oh Poderoso, cuando fuiste puesto en el sepulcro desataste los
cerrojos de la muerte con Tu mano, Primicia de Vida, proclamando a
los que estaban allí desde los siglos, la redención verdadera, al ser el
Primogénito entre los muertos, ¡oh Salvador!.

Después de la sexta Oda, el Kontakion y el Ikos de Gran Sábado Santo.

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Kontakion de Gran Sábado Santo

El que clausuró el infierno aparece muerto, envuelto en lino,


embalsamado con mirra; el Inmortal es colocado en un sepulcro como
muerto. Las mujeres vienen a embalsamarlo, llorando amargamente y
clamando: “Este es el Sábado bendito en el cual Cristo descansa para
resucitar al tercer día!.

Ikos de Gran Sábado Santo

El Omnipotente ha sido elevado en la Cruz, y toda la creación se


lamenta al verlo suspendido, desnudo, sobre el Madero. El sol ocultó
sus rayos, las estrellas no dieron su luz; la tierra se estremeció con gran
temor, el mar huyó, las rocas se partieron y muchos sepulcros se
abrieron, y los cuerpos de hombres santos se levantaron. El infierno
abajo gimió, los judíos discurren mentiras para ocultar la Resurrección
de Cristo. Las mujeres claman: He aquí el Sábado Santo en el cual
durmió Cristo y resucitará a tercer día.

7º Oda del Canon

Hirmos: Prodigio inexplicable, aquel que salvó a los varones piadosos


de las llamas del horno, fue puesto en un sepulcro muerto y exánime
por nuestra salvación, nosotros que cantamos: “Bendito eres Tú, oh
Señor Dios Redentor”

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

El infierno ha sido destruido con el poder del fuego divino, al recibir en


su seno a Aquel cuyo costado fue herido con una lanza por nuestra
salvación, nosotros que cantamos, “Bendito eres Tú, oh Dios
Redentor”!.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

La Vida de todos consintió yacer en un sepulcro, según la ley de los


muertos, y mostró ser Fuente de Resurrección por nuestra salvación,
nosotros que cantamos: “Bendito eres Tú, oh Dios Redentor”!.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

La Divinidad de Cristo era una sola e inseparable, estando en el


infierno, en el sepulcro, en el Edén y con el Padre y el Espíritu Santo,
por nuestra salvación, nosotros que cantamos: “Bendito eres Tú, oh
Dios Redentor”!.

9
8º Oda del Canon

Hirmos: Estremécete maravillado, oh Cielo, y conmuévanse los


cimientos de la tierra; porque Aquel que mora en las alturas fue
contado entre los muertos y se hospedó en un sepulcro estrecho. Oh
varones, bendecidle; sacerdotes, alabadle; oh naciones, ensalzadle por
todos los siglos.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

El Templo inmaculado ha sido destruido, mas se levantó el Tabernáculo


que había caído, porque el Segundo Adán que mora en las Alturas,
descendió hasta el primer Adán en lo más recóndito del infierno. Oh
varones, bendecidle; sacerdotes, alabadle; oh naciones, ensalzadle por
todos los siglos.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Ha cesado la audacia de los Apóstoles. Pero José de Arimatea se mostró


más valiente, pues, contemplando al Dios de todos, muerto y desnudo,
lo reclamó y ungió, clamando, Oh varones, bendecidle; sacerdotes,
alabadle; oh naciones, ensalzadle por todos los siglos.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

¡Oh Maravilla! ¡Bondad Infinita! ¡Paciencia Inefable! Aquel que mora


en las Alturas es sellado bajo tierra por Su voluntad, y Dios es juzgado
como impostor. ¡Oh varones, bendecidle; sacerdotes, alabadle;
naciones, ensalzadle por todos los siglos!.

9º Oda del Canon

Al comienzo de la 9º Oda, la Cortina y las Puertas Reales son abiertas, el sacerdote (y el diácono),
ahora plenamente revestido, sale del santuario por las Puertas Reales e inciensa la Plachinitsa (el
Epitafion) rodeando la Tumba tres veces.

Hirmos (Tono 6): No te lamentes por mí, Madre mía, contemplándome


postrado en un sepulcro. Soy tu Hijo que concebiste virginalmente en
tu seno. Resucitaré y seré glorificado y, como Dios, elevaré honrado a
los que con Fe y amor te engrandecen.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

Durante el canto de esta Katabasia (de la 9º Oda), en las palabras, "Resucitaré y seré glorificado,"
el sacerdote levanta la Plachinitsa de la Tumba, lo lleva a través de las Puertas Reales y lo
deposita sobre el. El diácono camina en frente del sacerdote incensando la Plachinitsa. La
Plachinitsa permanece sobre el Santo Altar hasta la Apodósis de Pascua.

1
¡Hijo Mío Eterno!, Fui exenta de Dolores en Tu nacimiento milagroso; y
fui sobrenaturalmente bienaventurada. Mas ahora que Te contemplo
exánime y muerto, Dios mío, estoy clavada con la espalda de la acerva
tristeza. Mas levántate para que sea engrandecida por Ti.

Estribillo: Gloria a Ti, nuestro Dios, gloria a Ti.

La tierra Me ocultó por Mi voluntad, Madre Mía. Los porteros del


infierno se estremecieron al verme cubierto por la túnica
ensangrentada de la venganza; porque siendo Dios, vencí a los
enemigos con la Cruz; mas resucitaré y Te engrandeceré.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

¡Alégrese todo el universo y regocíjense todos los seres humanos!


Porque el infierno y el enemigo han sido totalmente despojados.
Vengan a mi encuentro las mujeres con aromas; porque rescataré a
Adán y Eva y toda su posteridad, y resucitaré al tercer día.

Katavasía (Tono 6): No te lamentes por mí, Madre mía, contemplándome


postrado en un sepulcro. Soy tu Hijo que concebiste virginalmente en
tu seno. Resucitaré y seré glorificado y, como Dios, elevaré honrado a
los que con Fe y amor te engrandecen.

Después que la Plachinitsa es colocada sobre el Altar, las Puertas Reales y la Cortina son
cerradas. Si la Plachinitsa del Sepulcro es bordada, entonces la que se pone en el Altar es una
pintada

Al finalizar el Canon, sigue el Lector

Lector: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de


nosotros. (3 veces)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, perdona nuestros


pecados. Soberano, absuelve nuestras transgresiones. Oh Santísimo,
mira y sana nuestras dolencias, por Tu nombre. Señor, ten piedad. (3
veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre,


venga Tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El
pan sustancial nuestro dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas como

1
nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en
tentación, mas líbranos del maligno

Sacerdote: Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu


Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén. (Tono II) Cuando fuiste a la muerte, oh vida inmortal,


aniquilaste al infierno con el relámpago de tu divinidad. Y cuando
levantaste a los muertos que estaban bajo la tierra, clamaron a Ti todos
los poderes celestiales: oh Cristo Dios, dador de vida, gloria a Ti.

Letanía de la Súplica Ardiente


La corta como en Maitines. Es dicha en el Soleas

Diácono: Ten piedad de nosotros, oh Dios, según tu gran misericordia, te


suplicamos nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor, ten piedad (En ruso: Góspodi, pomílui) (tres veces)
Diácono: Roguemos también por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el
Patriarca N., por nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la
Iglesia Rusa en el Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N., y por toda nuestra
hermandad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces)
Diácono: Roguemos también por la hermandad y por todos los cristianos.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces)
Sacerdote: Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad y a Ti
rendimos la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de
los siglos
Coro: Amén.

El sacerdote hace la Pequeña Despedida en el Soleas:

Sacerdote: Gloria a Ti Oh Cristo, Dios nuestro y esperanza nuestra, gloria a Ti.


Coro: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos. Amén. Señor, ten piedad. (3 veces). Bendice.

Sacerdote: Cristo nuestro Verdadero Dios, por las oraciones de Su purísima Madre,
y de todos los santos, tenga misericordia de nosotros y nos salve, porque es bueno y
ama a la humanidad.
Coro: Amén.

El sacerdote puede aquí leer las Oraciones de Entrada, si es que va a oficiar la Liturgia tras el
Oficio de Resurrección.

1
EL SANTO Y GRAN DOMINGO DE PASCUA
Aproximadamente a la hora de Maitines1, se toca la gran campana por un largo rato. Y se
encienden todas las velas y las lámparas. El Typikón indica que se preparan dos vasijas con
carbón encendido, las llena con mucho incienso fragante, y coloca una vasija en medio de la
iglesia y la segunda en el santo altar, para que la iglesia entera se llene con fragancia. Luego el
superior entra en el santo altar junto con los sacerdotes y diáconos, y todos ellos revestidos con
ornamentos blancos. Él distribuye velas a quienes están a su alrededor y toma la Santa Cruz, y el
diácono toma el incensario. 2 Y un sacerdote con el santo Evangelio y otro sacerdote con el ícono
de la Resurrección de Cristo se ubican mirando al Oeste.3 Mientras tanto, las puertas occidentales
de la iglesia están cerradas. La preparación para la Procesión debiera ser hecha en silencio, en un
templo semi oscuro, con decoro y con respeto esperando el "gran momento.

El Celebrante principal debiera nombrar un Maestro de Ceremonias quien pondrá en fila a la


gente en la nave central del templo. Cuando se acerca el momento, cercano a la medianoche, todos
los fieles debieran encender sus velas, las que llevarán en la Procesión. La linterna procesional
encabeza la Procesión que se hace así:

1. El Candelabro o linterna Procesional, llevada por un Ayudante de Altar.


2. La Cruz Procesional, llevada por un Ayudante de Altar, o por un hombre
piadoso que esté revestido en Sticharion.
3. El Ícono Procesional de la Madre de Dios. Este ícono está normalmente
montado en una base que lo levanta en el Santuario, que tiene un mango para ser
transportado (como la Cruz). Una dama piadosa, tal vez la Presidenta de la
Hermandad Femenina (Comité de Damas), puede llevar este Ícono.
4. Los Estandartes son llevador por parejas (lado a lado), tantos como puedan
haber en el templo.
5. Los Ayudantes de Altar en parejas con sus velas procesionales.
6. Los cantantes (coro) en parejas.
7. Los diáconos con incensario, el diácono de más alto rango lleva la vela diaconal
más grande.
8. Los sacerdotes en parejas, los más jóvenes en rango caminan primero. El
Santo Evangelio es llevado en un paño por uno de los sacerdotes de más alto
rango, también el Ícono de la Resurrección es llevado con un paño por uno de los
sacerdotes de más rango. El Artos no es llevado en esta Procesión porque no está
bendecido. Si hay un sacerdote, el Evangelio y el Ícono de la Resurrección son
llevados, con paños, por hombres piadosos, revestidos de Sticharia. El Ícono de la
Resurrección está a la derecha del Evangelio cuando las dos personas caminen
lado a lado.

1
Esto es, alrededor de las 12 de la noche. No es recomendable por el orden canónico comenzar el
Oficio de Pascua antes de la medianoche, aunque ninguna rúbrica impide que se pueda celebrar
pasado las 12:00 hrs.
2
Pero si el sacerdote oficia solo, entonces él toma el candelabro y la cruz en su mano izquierda, y el
incensario en la derecha.
3
Donde esto no se pueda, lo harán laicos piadosos.

1
9. El celebrante principal lleva el triple candelabro y la Cruz de mano en su
mano izquierda y el incensario en su mano derecha.
10. Todas las personas llevan velas encendidas.

El celebrante principal, estando el diácono frente a él, inciensa el Santo Altar rodeándolo tres
veces. Al toque de medianoche, el clero en el Santuario canta el Sticheron en Tono 6:

Clero: Tu Resurrección, oh Cristo Salvador nuestro, los ángeles cantan en el cielo.


Haznos dignos aquí en la tierra, de glorificarte con corazón puro.

La Cortina es abierta, y el clero canta el Sticheron una segunda vez.

Clero: Tu Resurrección, oh Cristo Salvador nuestro, los ángeles cantan en el cielo.


Haznos dignos aquí en la tierra, de glorificarte con corazón puro.

Las Puertas Reales son abiertas, el clero sale al Soleas cuando cantan por Tercera vez:

Clero: Tu Resurrección, oh Cristo Salvador nuestro, los ángeles cantan en el cielo.

Coro y Pueblo: Haznos dignos aquí en la tierra, de glorificarte con


corazón puro.

Durante el canto del Sticheron, las luces en el templo son gradualmente encendidas, para que al
momento de la apertura de las Puertas Reales, toda la luz posible esté encendida.

El superior con los sacerdotes sale hacia el narthex por la puerta norte (donde no haya, por las
Puertas Occidentales), los diáconos precediéndoles con dos cirios, y los cantores y el pueblo
repiten el Sticheron durante toda la procesión cuando dar la vuelta al templo tres veces:

Coro y Pueblo: Tu Resurrección, oh Cristo Salvador nuestro, los


ángeles cantan en el cielo. Haznos dignos aquí en la tierra, de
glorificarte con corazón puro.

Es tocado el trezvon "sin cesar" hasta que la Procesión se detiene en las puertas cerradas de la
entrada principal del templo. Cuando la Procesión sale del templo, mira hacia el Oeste. Cuando la
procesión ha salido del templo, gira a la izquierda, al Sur, y cuando gira en la esquina del edificio
de la iglesia, se mueve hacia el Oriente, al Norte, y al Oeste. La dirección para las Procesiones es
siempre de esta manera. Después que la última persona haya dejado el Templo, las puertas de la
iglesia son cerradas. Mientras tiene lugar la Procesión, el Concejo Parroquial "grupo establecido "
retira la Tumba desde el centro de la nave, coloca las flores por todo el edificio, plantas en
maceteros no están permitidas en el Santuario (según el Typicon), y hace lo que se necesite.

Al término de la tercera circunvalación del templo, la Procesión se detiene en frente de las puertas
de entrada cerradas, en el pórtico (no dentro del vestíbulo). Dando sus espaldas a las puertas
cerradas de la iglesia, la siguiente es la alineación de las personas que llevan los objetos sagrados:

1. La Cruz Procesional está en el centro, de espalda a las puertas.


2. El Candelabro Procesional (o linterna) está a la izquierda de la Cruz (a la
derecha cuando estamos de cara a la Cruz).
3. El Ícono Procesional de la Madre de Dios está a la derecha de la Cruz.

1
4. El Ícono de la Resurrección está en frente de la Cruz, cerca del pueblo.
5. El Evangelio está en frente del candelabro, a la derecha del Ícono, cuando
miramos las puertas del templo.
6. Los Estandartes están a ambos lados de la Cruz.
7. Los Ceroferarios están a cada lado de los Estandartes.
8. Los sacerdotes asistentes se ubican de cara a las puertas del templo somewhat
entre el celebrante principal y la alineación.
9. El diácono principal con el cirio grande está un poco al frente y a la derecha
del celebrante principal de cara a las puertas cerradas del templo.
10. El celebrante principal están al medio, de cara a las puertas cerradas del
templo.
11. Los cantores están directamente detrás del celebrante principal, también de
cara a las puertas cerradas del templo.
12. Los fieles (pueblo) están detrás del coro y debieran también estar de cara al
Oriente — las puertas cerradas del templo.

Este diagrama puede ayudar a entender la alineación que se hace frente a las puertas del templo

7 -6 - 3 1 2 - 6 - 7
8- 4 - 10 - 9 - 8 5
11 7
12 12 12

Luego todas las campanas son tocadas enérgicamente y por un largo rato. Y entrando al narthex,
ellos se ubican con el Evangelio y el ícono, mirando al Oeste.

Entonces el superior toma el incensario del diácono con su mano derecha, y sosteniendo la Cruz
con su izquierda, inciensa los íconos, y cada kleros, y los hermanos como es usual. Los diáconos le
preceden llevando cirios encendidos, y todos los hermanos sostienen sus velas, orando
atentamente por ellos mismos y agradeciendo a Cristo nuestro Dios, Quien sufrió por nosotros y
resucitó.

Cuando la incensación ha finalizado, el superior se traslada hasta en frente de las puertas


grandes de la iglesia e inciensa al diácono que está ubicado en frente de él con un cirio. Entonces
en diácono toma el incensario de la mano del superior, e inciensa al superior mismo. Y
nuevamente el superior toma el incensario, se ubica en frente de las puertas de la iglesia, mirando
al Oriente, y signa las puertas grandes de la iglesia (las cuales están cerradas) con el incensario
en forma de cruz, tres veces, sosteniendo en su mano izquierda la honorable Cruz. Y los
portadores de cirios se ubican a ambos lados. Y él exclama en voz alta:

Sacerdote: Gloria a la Santísima Trinidad, Consubstancial, Vivificadora e


Indivisible, perpetuamente, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.

El superior junto con el resto de los celebrantes, comienza a entonar en voz alta, este Troparion en
Tono 5:

1
Oficio Pascual.
Troparion y Versículos de la Pascua

El sacerdote canta tres veces, muy solemnemente el Troparion Pascual.

Sacerdote: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros (3 veces).

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (6 veces).

Luego el sacerdote, mientras inciensa, alterna los versículos (stijis) que contesta el coro.

Sacerdote: Vers. (5. 67). Levántese Dios, sean dispersados sus enemigos, huyan de
su presencia los que le aborrecen.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Sacerdote: Como se desvanece el humo, así se disipan y como se derrite la cera


ante la faz del fuego.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Sacerdote: Así perecerán los pecadores ante el Rostro de Dios, mas los justos se
regocijarán.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Sacerdote: Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Sacerdote: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros

Sacerdote: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

1
Sacerdote: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su
muerte.

Cuando está terminando el canto, se abren las puertas de la iglesia.

Coro: Otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Mientras se termina de cantar, el sacerdote se vuelve al pueblo y exclama, con voz fuerte:

Sacerdote: Cristo Resucitó.

Pueblo: En verdad, resucitó.

Y se repite dos veces más.

El superior entra con la preciosa Cruz, precedido por dos portadores de faroles y todos quienes
salieron antes. Y los cantores cantan Cristo Resucitó mientras todas las campanas son tocadas y
hasta que todos hayan vuelto a entrar en el templo. El clero va directamente al Santuario.

Entonces todas las campanas son tocadas y tañen por un largo rato

Gran Letanía

Diácono: En paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad. (En ruso: Góspodi, pomílui)
Diácono: Por la paz que viene de lo alto y la salvación de nuestras almas, roguemos
al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas Iglesias de Dios
y la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por este Santo Templo y por los que entran en él con fe, devoción y temor
de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el Patriarca N., por
nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la Iglesia Rusa en el
Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N. (y su diócesis), por el honorable
presbiterado y diaconado en Cristo, por todo el clero y el pueblo, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por este país, por sus autoridades y por todos los que con fe y piedad
moran en él, y por todos los países, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la tierra rusa preservada por Dios y por su pueblo ortodoxo, tanto en
la patria y como en la diáspora, y por su salvación, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.

1
Diácono: Para que Él libre a Su pueblo de enemigos visibles e invisibles, y nos
confirme en la unidad, el amor fraternal y la piedad, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta ciudad (pueblo, aldea o monasterio), por todas las ciudades y
países, y por todos los fieles que habitan en ellas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la tierra y
tiempos de paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por los que viajan por tierra, mar y aire, por los enfermos, los afligidos,
los cautivos y por su salvación, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que nos libre de toda aflicción, ira y necesidad, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor. (En ruso: Tiébie, Góspodi)
Sacerdote: Porque a Ti es debida toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Se canta el Canon (compuesto por San Juan Damasceno). El Sacerdote prior (o el Obispo) lo inicia
cantando el 1º Hirmos y lo continúan el coro. Y al comienzo de cada Oda del Canon él inciensa los
santos íconos, y ambos coros, y a los hermanos en orden de rango.

Canon de la Gloriosa Resurrección


El celebrante principal, con el diácono, hace una incensación completa al comienzo del canon; la
hace portando el triple candelabro en la mano izquierda, y en la derecha el incensario; en frente
del pueblo exclama: “Cristo Resucitó”, y el pueblo le contesta “En verdad, resucitó”. Esta
incensación se repite en cada Oda.

1º Oda

Hirmos (Tono 1). Hoy es el día de la resurrección, resplandezcamos, naciones.


¡Pascua! la Pascua del Señor. Porque Cristo, nuestro Dios, nos ha hecho pasar de la
muerte a la vida, y de la tierra al cielo; cantando triunfantes.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

1
Coro: Troparion. ¡Purifiquemos nuestros sentidos para ver la luz
inaccecible de la resplancediente Resurrección de Cristo, diciendo:
¡Regocijaos! escuchando claramente el himno de la victoria.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

¡Purifiquemos nuestros sentidos para ver la luz inaccecible de la


resplandeciente Resurrección de Cristo, diciendo: ¡Regocijaos!
escuchando claramente el himno de la victoria. (se repite)

Alégrense los cielos y regocíjese la tierra dignamente, y que festeje el


mundo entero, visible e invisible; porque Cristo resucitó. ¡Gozo eterno!.

Katabasia: Hoy es el día de la Resurrección... (se repite).

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

¡Resucitó del Sepulcro Jesús, el Señor, como había predicho,


concediéndonos la Vida Eterna y la gran misericordia.

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque Tuya es la Majestad, y Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

3º Oda

Hirmos. Venid, bebamos una nueva bebida, no extraído milagrosamente de la roca


estéril, sino de la Fuente de incorruptibilidad, que emana del sepulcro de Cristo en
quien nos hemos fortalecido.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

1
Troparion: Ahora todo está lleno de Luz; el cielo, la tierra, y lo que está
debajo de la tierra: que todos los seres festejen la Resurrección de
Cristo en quien somos fortalecidos.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Ahora todo está lleno de Luz; el cielo, la tierra, y lo que está debajo de la
tierra: que todos los seres festejen la Resurrección de Cristo en quien
somos fortalecidos. (se repite)

Ayer me sepulté contigo, oh Cristo, y hoy resucito contigo. Ayer me


crucifiqué contigo; glorifícame Tú en Tu reino, oh Salvador.

Venid bebamos una nueva bebida... (se repite).

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía
Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque Tú eres nuestro Dios, y a Ti glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Ipakoi (Tono IV): Adelantándose al alba, las que estaban con María
encontraron la piedra apartada del sepulcro y oyeron al ángel decirles:
¿Por qué buscáis entre los mortales al que mora en la luz eterna? He
aquí el sudario. Corred y anunciad al mundo que el Señor ha
resucitado, habiendo dado muerte a la muerte, porque es el hijo de
Dios el que salva al género humano.

4º Oda

2
Hirmos: Haciendo la divina guardia, Habakum, divinamente inspirado, esté con
nosotros y nos muestre el Ángel de luz diciendo claramente: ¡Hoy es la salvación
del mundo, porque Cristo resucitó, y es Omnipotente!

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Troparion: Cristo nuestra Pascua, dejando intacto el seno Virginal, se


reveló hombre, y como sustento se llamó Cordero; y siendo exento de
pecado se llamó Inmaculado, y siendo Dios se declaró perfecto.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Cristo, que es nuestra corona bendita, como Cordero del año fue
voluntariamente sacrificado por nosotros. ¡Pascua de purificación,
desde la tumba resplandeció por nosotros el Sol de la Verdad!

David, el antecesor de Dios, saltó de gozo ante la simbólica Arca Santa;


nosotros, el pueblo santo para Dios, regocijémonos, viendo el
cumplimiento de los símbolos, porque Cristo resucitó y es
omnipotente.

David, el antecesor de Dios, saltó de gozo ante la simbólica Arca Santa;


nosotros, el pueblo santo para Dios, regocijémonos, viendo el
cumplimiento de los símbolos, porque Cristo resucitó y es
omnipotente. (se repite)

Katabasia: Haciendo la Divina guardia... (se repite)

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.

2
Sacerdote: Porque Tú eres un Dios bueno y amas a la humanidad, y a Ti
glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.

5º Oda

Hirmos: Madruguemos con el alba, y en vez de óleo, ofrezcamos al Señor cantos de


alabanzas; y contemplemos a Cristo, el Sol de Justicia, otorgando la vida a todos.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Troparion: Oh Cristo, los que estaban encadenados en el infierno al


contemplar Tu bondad infinita, va con pasos festivos hacia la luz,
enzalzando la Pascua Eterna! (3 veces).

Con cirios, vamos a recibir a Cristo que se alza del Sepulcro como un
Esposo; y celebremos con las multitudes que festejan la Pascua
salvadora de nuestro Dios.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Llevando


lámparas, vayamos a recibir a Cristo resucitado del Sepulcro como a un
Esposo; y celebremos con las multitudes que festejan la Pascua
salvadora de nuestro Dios. (se repite)

Katabasia: Madruguemos con el alba y ofrezcamos al Señor las


alabanzas puras, en vez del bálsamo; y contemplemos a Cristo, el Sol de
Justicia, otorgando la vida a todos. (se repite).

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.

2
Sacerdote: Porque santificado y glorificado es Tu honorabilísimo y magnífico
Nombre, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

6º Oda

Hirmos: Descendiste hasta las profundidades de la tierra, y rompiste las amarras


eternas de los cautivos, oh Cristo. Y al tercer día resucitaste del Sepulcro como
Jonás salió de la ballena.

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Oh Cristo Tú que no rompiste las puertas de la Virginidad al nacer, Te


levantaste del Sepulcro dejando intacto los sellos, y nos abriste las
puertas del Paraíso

¡Oh Salvador mío! Tú eres el sacrificio vivo y eterno: Como Dios Te


ofreciste voluntariamente al Padre y cuando resucitaste del Sepulcro,
levantaste a Adán y a toda su descendencia.

Descendiste hasta las profundidades de la tierra, oh Cristo, y


aniquilaste las fuerzas que sujetaban los cautivos. Y al tercer día
resucitaste del Sepulcro como Jonás salió de la ballena. (se repite el
Hirmos).

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).
¡Resucitó del Sepulcro Jesús, el Señor, como había predicho,
concediéndonos la Vida Eterna y la gran misericordia.

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.

2
Sacerdote: Porque Tú eres el Rey de la paz y el Salvador de nuestras almas, y a Ti
glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.

Kontakion: (Tono VIII- en la Costumbre rusa lo canta el Clero). Aunque descendiste al


Sepulcro, Tu eres Inmortal; destruiste el poder del infierno y resucitaste como
vencedor; oh Cristo Dios! Y dijiste a las mujeres miróforas: ¡Regocijaos! y a Tus
apóstoles otorgaste la paz. ¡Tú que concedes la resurrección a los caídos!

Ikos: Las doncellas portadoras de bálsamo anticipándose al alba,


fueron en busca, como al día, al Sol anterior al sol: que se había
ocultado temporalmente en un sepulcro; se decían entre ellas: vamos
amigas, a ungir con aromas al Cuerpo Vivificador, que ha sido
sepultado, el Cuerpo que levantó Adán el caído y ahora yace en el
sepulcro. Vamos, apresurémonos como los Magos, adorémosle y
ofrezcámosle bálsamo en vez de regalos; al que no está envuelto en
pañales sino en mortaja; lamentémonos llorando y clamemos diciendo:
¡Señor, levántate! ¡Tú que concedes la resurrección a los caídos!

Himno de la Resurrección, Tono VI: Habiendo visto la Resurrección de


Cristo,* postrémonos ante el Santo Señor Jesús,* el único sin pecado.*
Ante tu cruz, ¡oh, Cristo! nos postramos,* y tu santa resurrección
cantamos y glorificamos;* porque Tú eres nuestro Dios,* y otro más que
Tú, no conocemos;* pronunciamos tu nombre.* Venid, fieles todos,
adoremos la santa Resurrección de Cristo,* pues por la Cruz vino el
regocijo a todo el mundo.* Siempre bendiciendo al Señor, cantemos su
resurrección;** pues al sufrir la Cruz por nosotros, con la muerte ha
destruido la muerte. (3 veces)
Tono VI: Resucitó Jesús del sepulcro, así como lo predijo, nos ha
otorgado la vida eterna y gran misericordia. (3 veces)

7º Oda

Hirmos: El que libró a los varones del horno ardiente, cuando se hizo hombre,
padeció como mortal; y por su Pasión revistió al mortal con la belleza de la
incorrupción; el Dios de nuestros padres, ¡sea bendito y glorificado El solo!

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Troparion: Oh Cristo, las mujeres dotadas de divina sabiduría fueron


con bálsamo en pos de Ti; y los que Te llevaban, llorándote como
muerto, se prosternaron ante Ti, como Dios vivo. ¡Y con alegría
anunciaron a Tus discípulos la Pascua Mística!

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

2
Las mujeres dotadas de divina Sabiduría... (se repite)

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Celebramos la destrucción de la muerte y la aniquilación del Infierno,


las primicias de una nueva vida eterna. ¡Regocijémonos y alabemos al
Autor de estos bienes, al Dios de nuestros padres bendito y glorificado
sea El solo!

En verdad, qué noble es esta noche de salvación resplandeciente, y


debemos festejarla porque procede a la proclamación del brillante día
de la Resurrección, en el cual resplandeció corporalmente del
Sepulcro, la Luz Eterna.

En verdad, qué noble es esta noche de salvación resplandeciente, y


debemos festejarla porque procede a la proclamación del brillante día
de la Resurrección, en el cual resplandeció corporalmente del
Sepulcro, la Luz Eterna. (se repite).

El que liberó a los varones del horno ardiente... (se repite).

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque el Dominio de Tu Reino sea bendito y muy glorificado, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

8º Oda

Hirmos: En este día llamado Santo, el primero entre los sábados, su rey y su señor,
la fiesta de las fiestas, en el cual bendecimos al Señor por los siglos.

2
Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Troparion: Venid en este insigne día de la Resurrección, participemos


del Reino de Cristo, del nuevo fruto de la vida de gozo divino;
¡alabándolo porque es Dios por los siglos!

Vers.: ¡Cristo resucitó de entre los muertos!

Venid en este insigne día... (se repite)

Oh Sión alza tus ojos en derredor de ti y ved: he aquí que tus hijos
vienen hacia Ti del occidente, del norte, del mar y del oriente,
¡bendiciendo en ti a Cristo por los siglos!

Vers.: ¡Oh Santísima Trinidad, nuestro Dios, gloria a Ti!

Oh Padre Omnipotente, Verbo de Dios y Espíritu Santo, una sola


naturaleza en tres Personas. ¡Divinidad suprema; y Esencia Suprema;
en Ti hemos sido bautizados y a Ti bendecimos por los siglos!

Oh Padre Omnipotente, Verbo de Dios y Espíritu Santo, una sola


naturaleza en tres Personas. ¡Divinidad suprema; y Esencia Suprema;
en Ti hemos sido bautizados y a Ti bendecimos por los siglos! (se repite).

Este día llamado santo... (se repite)

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía
Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque el Dominio de Tu Reino sea bendito y muy glorificado, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Aquí el diácono sale a incensar primero el Santuario y el costado derecho del Iconostasio.

2
9º Oda

Megalinaria: Tono 1. ¡Magnifica alma mía, a Cristo el Dador de vida,


que resucitó del Sepulcro en el tercer día!

Y entonces, el diácono inciensa el lado izquierdo del Iconostasio, los sacerdotes, el pueblo, y el
templo entero.

¡Resplandece; resplandece, nueva Jerusalén, pues la gloria del Señor


ha brillado sobre ti, alborózate ahora y alégrate Sión; y tú, oh Purísima
Madre de Dios, regocíjate por la resurrección de Tu Hijo!

¡Engrandece alma mía a Aquel que sufrió voluntariamente y fue


sepultado, y resucitó al tercer día!

¡Resplandece; resplandece, nueva Jerusalén, pues la gloria del Señor


ha brillado sobre ti, alborózate ahora y alégrate Sión; y tú, oh Purísima
Madre de Dios, regocíjate por la resurrección de Tu Hijo! (se repite)

¡Cristo es la Pascua nueva, la Víctima sacrificada, el Cordero de Dios


que quita los pecados del mundo!

Oh divina, oh amada, oh dulcísima palabra tuya, pues Tú, oh Cristo


verbalmente prometiste estar con nosotros hasta el fin de los siglos, y
nosotros los fieles, teniendo esta promesa cual áncora de esperanza
nos regocijamos.

María Magdalena se apresuró al Sepulcro y vio a Cristo, hablándole


como si fuera el hortelano.

El Ángel radiante clamó a las mujeres. ¡Cesad vuestras lágrimas,


Porque Cristo resucitó!

¡Cuando dormiste, levantaste a los muertos desde los siglos, y los


despertaste del sueño, como León Real de Judá!

¡Cristo Resucitó, pisoteando la muerte, levantando los muertos; oh


pueblos, regocijaos!

¡Hoy la creación toda, se alegra y regocija, porque Cristo resucitó y al


infierno venció!

¡Hoy el Señor destruyó el Infierno y levantó a los cautivos, que estaban


allí ligados desde los siglos!

Engrandece alma mía el poder de la Divinidad Trina en Personas e


indivisible.

2
Oh Pascua grande y sacratísima, Cristo sabiduría, Verbo y poder de
Dios. ¡Concédenos participar de Ti en forma más clara en el día sin
ocaso de Tu Reino!

¡Regocíjate oh Virgen, regocíjate oh bendita, regocíjate oh gloriosa,


porque Tu Hijo resucitó del Sepulcro al tercer día!

Oh Pascua grande y sacratísima, Cristo sabiduría, Verbo y poder de


Dios. ¡Concédenos participar de Ti en forma más clara en el día sin
ocaso de Tu Reino! (se repite)

El Ángel clamó a la llena de gracia: Virgen pura; regocíjate, y de nuevo


diré regocíjate, porque tu Hijo resucitó del Sepulcro al tercer día.

¡Resplandece; resplandece, nueva Jerusalén, pues la gloria del Señor


ha brillado sobre ti, alborózate ahora y alégrate Sión; y tú, oh Purísima
Madre de Dios, regocíjate por la resurrección de Tu Hijo!

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Pequeña Letanía
Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque a Ti alaban todos los poderes celestiales, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Exapostilarion

Tono II: Tú que eres Señor y Rey, cuando descansaste en el cuerpo, durmiendo
como muerto, resucitaste al tercer día, levantando a Adán de la corrupción y
aniquilando a la muerte: oh Pascua de incorrupción y salvación del mundo. (1 vez
por el clero, 2 veces por el coro)

2
Las Alabanzas
(Tono 1)

Lec.: ¡Todo lo que respira que, alabe al Señor!

Alabad al Señor del cielo, alabadle en las alturas, a Ti pertenece la alabanza, ¡oh
Dios!

Alabadle todos sus ángeles, alabadle todos sus ejércitos, ¡a Ti pertenece la alabanza,
oh Dios!

¡Esta gloria es para todos sus santos!

Alabadle en su santuario, alabadle en la extensión de su fortaleza.

¡Alabadle por sus proezas, alabadle conforme a la magnitud de sus grandezas!

¡Oh Cristo, alabamos Tu Pasión salvadora y glorificamos Tu


resurrección!

Vers.: ¡Alabadle al son de la trompeta, alabadle con salterio y cítara!

Tú que soportaste la Cruz y aniquilaste la muerte, resucitaste de entre


los muertos, salva nuestras vidas, oh Señor, porque eres el único
Omnipotente.

Vers.: ¡Alabadle con tímpanos y flauta; alabadle con instrumentos de cuerda y con
órgano!

Oh Cristo, Tú que venciste al infierno y levantaste al hombre con Tu


resurrección, concédenos de alabarte con corazones puros y de
glorificarte.

Vers.: ¡Alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de júbilo! ¡Todo lo
que respira, que alabe al Señor!

Oh Cristo, Te alabamos glorificando Tu condescendencia, que


pertenece a Dios. Tú que naciste de la Virgen sin separarte del Seno del
Padre, padeciste como hombre, y soportaste la Cruz voluntariamente, y
resucitaste del Sepulcro como salido de bodas, para salvar al mundo;
¡Señor gloria a Ti

El lector y el coro alternan los versículos de la Pascua con los himnos siguientes:

Vers.: Salmo 68 (Tono V). Levántese Dios, sean dispersados sus enemigos, y huyan de
su presencia los que le aborrecen.

2
Coro: Nuestra Pascua, Cristo, el Vencedor nos ha concedido hoy una
Pascua noble, nueva bendita, Pascua mística, Pascua augusta, Pascua
sin mancilla, Pascua para les fieles. Pascua que nos abrió las puertas
del Paraíso, Pascua que santifica a todos los fieles.

Vers.: (S. 68). Como se desvanece el humo, así se disipan, así como se derrite la
cera ante la faz del fuego.

Venid de la visión, oh mujeres heraldas de buenas nuevas, y decidle a


Sión, recibid de nosotros la noticia gozosa de la resurrección de Cristo.
¡Oh Jerusalén, embriágate de gozo, y alborózate de alegría, viendo a
Cristo tu Rey, saliendo del Sepulcro como un Esposo!

Vers.: (S. 68). Así perezcan los impíos ante el Rostro de Dios, mas los justos se
regocijarán,

Cuando las mujeres, portadoras de bálsamo, fueron al alba al Sepulcro


Vivificador, encontraron un ángel sentado sobre la piedra que les dijo
así: ¿Por qué buscáis al Vivo entre los muertos? ¿Por qué lloráis al
Incorruptible en medio de la corrupción? ¡Id, Y anunciadle a sus
discípulos!

Vers.: (S. 68). ¡Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos!

¡La Pascua alegre, la Pascua del Señor! Ha brillado para nosotros una
Pascua toda augusta, Pascua en que nos perdonamos unos a otros con
alegría. Pascua exenta de tristeza, y esto porque Cristo salió del
Sepulcro como se sale de bodas y llenó de alegría a las mujeres
diciéndoles: ¡Id anunciadle a los Apóstoles!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. (Tono V) Ahora y siempre y por los
siglos de los siglos. Amén.

Aquí está contemplado que los sacerdotes y los fieles se den el Saludo Pascual; Mientras se canta:
"Hoy es el día de la Resurrección." El sacerdote prior aparece ante la Puerta Real teniendo
en su mano el Evangelio; todo el clero y los fieles vienen a besar el Santo Evangelio. Los fieles se
saludan diciendo: "Cristo resucitó" y se contesta: "En verdad resucitó." 4

¡Hoy es el día de la Resurrección!: ¡Resplandezcamos con la fiesta!


¡Abracémonos unos a otros; oh hermanos! Y a causa de la Resurrección
perdonemos en todo a los que nos odian. Y clamemos así: Cristo
resucitó de entre los muertos, destruyendo la muerte con su muerte; y
otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

4
Pero en la actualidad se acostumbra a que el celebrante, bendiciendo a las tres direcciones en el
Solea, salude a todos con “Cristo Resucitó”, y regresa al Santuario

3
Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su
muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces, en
forma más lenta, para que el sacerdote pueda preparar el discurso Catequístico, que
la gente escucha de pie).

Homilía de San Juan Crisóstomo.


Sacerdote: Discurso Catequístico de Nuestro Padre entre los Santos Juan
Crisóstomo, Arzobispo de Constantinpla, en el día santo y lumnoso de la
gloriosísima y salvadora Resurrección de Cristo Dios nuestro.

"Aquél que es devoto y amante de Dios, que disfrute de esta magnífica y


brillante fiesta. Aquél que es un siervo agradecido, que entre alegremente en
el gozo del Señor. Aquél que está cansado en ayuno, que reciba ahora el
denario de recompensa. Si alguien ha trabajado desde la primera hora, que
reciba su gratificación correspondiente. Si alguien ha llegado después de la
tercera hora, que participe en la fiesta agradecido. Aquél que llega después
de la sexta hora, que no dude: él nada pierde. Si alguien ha demorado hasta
la novena hora, que se aproxime, sin vacilación. Aquél que llega en la
undécima hora, que no tema a causa de su demora, porque el Señor es de
gracia y de generosidad. El recibe tanto a los últimos como a los primeros. El
concede descanso al que viene en la undécima hora, igual como aquél que ha
trabajado desde la primera hora. El tiene misericordia del último, y satisface
al primero. A aquél da, y a éste regala. El recibe las obras y acepta la
intención. Honra los hechos, y alaba el empeño.

Por lo tanto, entrad vosotros todos al gozo de vuestro Señor. Los primeros y
los últimos, tomad vuestra recompensa. Ricos y pobres, regocijaos y alegraos
juntos. Porque la mesa está llena, deleitaos de ella todos. El ternero está
cebado entero; que nadie se retire con hambre. Regocijaos todos del
banquete de la fe. Disfrutad de todas las riquezas de la bondad. Que nadie se
queje de su pobreza, porque el Reino Universal se ha manifestado. Que
nadie se lamente a causa de los pecados, porque el perdón ha surgido
resplandeciente del Sepulcro. Que nadie tema la muerte, porque la muerte
del Salvador nos ha librado. Porque destruyó la muerte cuando ésta se
apoderó de El. Aquél que descendió al infierno aniquiló al infierno; y lo hizo
experimentar la amargura; cuando éste tomó su Cuerpo. Esto predijo Isaías
cuando exclamó diciendo: "El infierno fue amargado, cuando Te encontró
abajo. Ha sido amargado, funestamente, porque ha sido destruido. Ha sido
amargado porque ha sido encadenado. Recibió un Cuerpo, y he aquí que era
Dios. Tomó tierra, y encontró Cielo. Tomó lo visible, y fue vencido
invisiblemente. ¿Oh muerte dónde está tu poder? ¿Oh infierno dónde está tu
victoria? Cristo resucitó, y fuiste aniquilado. Cristo resucitó, y fueron
arrojados los demonios, Cristo resucitó y los ángeles se regocijaron. Cristo
resucitó y reinó la Vida. Cristo resucitó, y los sepulcros se vaciaron de los
muertos. Porque Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, fue el

3
Primogénito de entre los muertos, a El sea la gloria y el poder por los siglos
de los siglos. Amén."5

Inmediatamente se canta el Troparion de San Juan Crisóstomo (Tono VIII).

La gracia de tu boca brillante como fuego iluminó el Universo, y


descubrió para el mundo los tesoros del desprecio por el dinero; y nos
ha mostrado la excelencia de la humildad. Mas tú, oh Padre Juan
Crisóstomo, que nos instruyes con tus palabras, ruega a Cristo Dios,
que salve nuestras almas.

La Letanía
Diácono: Ten piedad de nosotros, ¡oh, Dios nuestro! por tu gran misericordia, Te
suplicamos, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: Roguemos también por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el
Patriarca N., por nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la
Iglesia Rusa en el Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N., y por toda nuestra
hermandad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: También rogamos por el sufriente pueblo ortodoxo, y por su salvación.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: También rogamos a nuestro Señor Dios para que libre a su pueblo de los
enemigos visibles e invisibles, y que afirme en nosotros unidad de pensamiento,
amor fraterno y devoción.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: También rogamos por esta nación, sus autoridades y ejército.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: También rogamos por nuestros hermanos, sacerdotes, monjes ordenados
y por toda nuestra hermandad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).
Diácono: También rogamos por los bienaventurados y dignos de eterna memoria
Santísimos Patriarcas Ortodoxos, por los piadosos Zares y Zarinas, por los
fundadores de este santo templo, y por todos los ya fallecidos padres y hermanos
ortodoxos que yacen aquí y en cualquier parte del mundo.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces).

Sacerdote: Porque eres Dios misericordioso que amas a los hombres, y te elevamos
gloria, a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.

Letanía
5
En la Tradición Rusa, a diferencia de otras, el Discurso Catequíatico no es contestado por el pueblo
con las frases “Ha sido amargado” o “En verdad, Resucitó”. Algunos acompañan a la introducción al
Discurso la frase “Cristo Resucitó”, la cual sí es respondida por todos (N. del R.)

3
Diácono: Completemos nuestra oración matutina al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, ¡oh, Dios! por
Tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Que todo este día sea perfecto, santo, pacífico y sin pecado, pedimos al
Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un Ángel de paz, fiel guía, custodio de nuestras almas y cuerpos, pedimos
al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: El perdón y remisión de nuestros pecados y transgresiones, pedimos al
Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Lo bueno y conveniente para nuestras almas y la paz para el mundo,
pedimos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Terminar en paz y arrepentimiento el tiempo restante de nuestra vida,
pedimos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Un cristiano fin de nuestra vida, sin dolor, sin remordimiento, pacífico y
una buena respuesta ante el temible tribunal de Cristo, pedimos al Señor.
Coro: Concédelo, Señor.
Diácono: Conmemorando a la Santísima, Purísima, muy Bendita, Gloriosa
Soberana nuestra, la Madre de Dios y siempre Virgen María y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos, y mutuamente los unos a los otros, y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor
Sacerdote: Porque eres Dios de misericordia, de generosidades, de amor a la
humanidad y te elevamos gloria, a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Sacerdote: Paz a todos.


Coro: Y a tu espíritu.
Diácono: Inclinemos nuestras cabezas ante el Señor.
Coro: A Ti, Señor.

Y el sacerdote recita esta oración secretamente:


Señor santo, que moras en lo alto y miras a los humildes, y que con tu ojo
omnividente miras a toda tu creación, ante Ti hemos inclinado la cerviz de nuestra alma
y cuerpo, y Te suplicamos, extiende Tu invisible mano desde Tu santa morada y
bendícenos a todos. Y si en algo hemos pecado, voluntaria o involuntariamente,
perdónanos, porque eres Dios bueno y amante de los hombres, otorgándonos Tus bienes
en este mundo y en el venidero.

3
Y exclama: Porque a Ti te corresponde el tener misericordia y salvarnos, Dios
nuestro, y Te elevamos gloria, a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y
por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Despedida
Diácono: Sabiduría.
Coro: Bendice.
Sacerdote: El que es Bendito, Cristo Dios nuestro, en todo tiempo, ahora y siempre
y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén. Afirma, oh Dios, la santa Fe Ortodoxa y a los cristianos
ortodoxos, por los siglos de los siglos
Sacerdote: Santísima Madre de Dios, sálvanos.
Coro: Tú eres más venerable que los Querubines e incomparablemente
más gloriosa que los Serafines a ti que sin mancha diste a luz al Verbo
de Dios y que verdaderamente eres la Madre de Dios, a ti te
celebramos.
Sacerdote: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su
muerte.
Coro: Y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Sacerdote: Cristo, verdadero Dios nuestro, que Resucitó de entre los muertos,
por las oraciones de su Purísima Madre, y de nuestro Santo Padre Juan
Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla, y de todos los santos y de los santos y
justos progenitores de Dios Joaquín y Ana, se apiade y nos salve, por su bondad y
amor a los hombres.
Coro: Amén.
El sacerdote bendice con la cruz hacia los tres lados, exclama cada vez:

Sacerdote: Cristo Resucitó.


Pueblo: En verdad, resucitó.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (tres veces),
finalizando el himno con las siguientes palabras: "Dándonos la vida eterna,
adoramos Su Resurrección al tercer día”.

Así terminan los Matutinos y luego se da comienzo a las Horas Pascuales, en caso de que la Divina
Liturgia sea celebrada a continuación.

3
Horas Pascuales
Este oficio no consiste de los salmos usuales, sino de himnos que glorifican la alegre Resurrección
del Señor.

Sacerdote: Bendito sea nuestro Dios en todo tiempo, ahora y siempre y por los
siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Sacerdote: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces)

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces)

Habiendo visto la Resurrección de Cristo,* postrémonos ante el Santo


Señor Jesús,* el único sin pecado.* Ante tu cruz, ¡oh, Cristo! nos
postramos,* y tu santa resurrección cantamos y glorificamos;* porque
Tú eres nuestro Dios,* y otro más que Tú, no conocemos;*
pronunciamos tu nombre.* Venid, fieles todos, adoremos la santa
Resurrección de Cristo,* pues por la Cruz vino el regocijo a todo el
mundo.* Siempre bendiciendo al Señor, cantemos su resurrección;**
pues al sufrir la Cruz por nosotros, con la muerte ha destruido la
muerte. (3 veces)

Ipakoi (Tono IV): Adelantándose al alba, las mujeres que estaban con
María encontraron la piedra apartada del sepulcro y oyeron al ángel
decirles: ¿Por qué buscáis como a un muerto al que mora en la luz
eterna? He aquí el sudario. Corred y anunciad al mundo que el Señor
ha resucitado, habiendo dado muerte a la muerte, porque es el hijo de
Dios el que salva al género humano.

Kontakion (Tono VIII): Aunque descendiste al Sepulcro, Tu eres


Inmortal; destruiste el poder del infierno y resucitaste como vencedor;
oh Cristo Dios! Y dijiste a las mujeres miróforas: ¡Regocijaos! y a Tus
apóstoles otorgaste la paz. ¡Tú que concedes la resurrección a los
caídos!

Troparios: En el sepulcro corporalmente, mas en el Hades con el alma


cual Dios, en el Paraíso con el ladrón, y en el trono estuviste, Cristo,

3
con el Padre y el Espíritu, llenándolo todo. Tú mismo siendo
indescribible.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Cuan vivificante, cuan del Paraíso más hermoso, y en verdad más


espléndido que el tálamo de un rey se revela tu sepulcro, oh Cristo,
fuente de nuestra resurrección.

Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Regocíjate, sagrada, divina Morada del Altísimo. Porque por ti, oh


Madre de Dios, fue concedido regocijo a los que te claman: Bendita eres
entre las mujeres, Soberana inmaculada.

Señor ten piedad. (Cuarenta veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Tú eres más honorable que los Querubines e incomparablemente más


gloriosa que los Serafines. A Ti que sin mancha diste a luz al verbo de
Dios, y que eres la verdadera Madre de Dios, te celebramos.

En el nombre del Señor, bendice padre. (si es Obispo: Soberano bendice.)

Sacerdote: Por las oraciones de nuestros padres, oh señor Jesucristo nuestro Dios,
ten misericordia de nosotros.

Coro: Amén. Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte


con su muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3
veces)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén. Señor, ten piedad (tres veces). Bendice.

Y el sacerdote da la despedida de la Primera Hora:


Cristo, nuestro Dios verdadero, por las oraciones de su purísima Madre, de
nuestros venerables y teóforos Padres, y de todos los Santos tenga piedad y nos
salve, porque es bueno y amante de la humanidad.

Coro: Amén.

Y este mismo oficio se canta en vez de Tercera y Sexta Horas antes de la Liturgia, y en vez de la
Novena Hora antes de Vísperas y en vez de las Completas y del Oficio de Medianoche, durante los
ocho días de Pascua.

3
La Divina Liturgia Pascual.
El sacerdote, en vez de rezar en voz baja la oración usual “Oh Rey Celestial”, reza en voz baja
“Cristo Resucitó” (3 veces), y el resto, tras lo cual comienza la Liturgia de los Catecúmenos:

Diácono: Bendice, Señor

Sacerdote: Bendito sea el Reino del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Sacerdote: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces)

El coro repite tres veces este Troparion, al término de las 3 veces del clero.

Luego el sacerdote procede a incensar el altar de la siguiente forma: el sacerdote con el triple
candelabro en su mano izquierda y con el incensario en su mano derecha, está en la parte frontal
del Altar, mientras que el diácono está en el lado opuesto (en el Lugar Alto) sosteniendo un
candelabro, alternando los versículos como al comienzo del Matutino. El sacerdote empieza
incensando la parte frontal del Altar:

Clero: Levántese Dios, sean dispersados sus enemigos, huyan de su presencia los
que le aborrecen.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (Sacerdote se
traslada al lado derecho del Altar, incensándolo, y el diacono a su lado opuesto)

Clero: Como se desvanece el humo, así se disipan y como se derrite la cera ante la
faz del fuego.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (Sacerdote va
hasta el Lugar Alto e inciensa el Altar)

Clero: Así perecerán los pecadores ante el Rostro de Dios, mas los justos se
regocijarán.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (Sacerdote va
hasta el lado izquierdo del Altar, lo inciensa y se da vuelta para incensar la Mesa de Proscomidia)

3
Clero: Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos. (Sale el
sacerdote con el diácono al Soleas para incensar los íconos del Iconostasio, mientras lo cantan)

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Clero: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. (Y se dan vuelta para
incensar al pueblo)

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

El sacerdote, en el Soleas, grita al pueblo

Sacerdote: Cristo Resucitó.

Y el pueblo contesta

Pueblo: En verdad, resucitó

Esto se repite dos veces más. Al terminar, el sacerdote y el diácono retornan al Altar, en donde se
canta:

Clero: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su muerte.

Coro: Otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Diácono: En paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad. (En ruso: Góspodi, pomílui)
Diácono: Por la paz que viene de lo alto y la salvación de nuestras almas,
roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz del mundo entero, la estabilidad de las Santas Iglesias de Dios
y la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por este Santo Templo y por los que entran en él con fe, devoción y temor
de Dios, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el Patriarca N., por
nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la Iglesia Rusa en el
Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N., por el honorable presbiterado y
diaconado en Cristo, por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.

3
Diácono: Por la nación, sus autoridades y ejércitos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta ciudad (pueblo, aldea o monasterio), por todas las ciudades y países,
por todos los fieles que habitan en ellas, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por un clima propicio, por la abundancia de los frutos de la tierra y
tiempos de paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por los navegantes, viajeros, enfermos, afligidos, cautivos y por su
salvación, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que nos libre de toda aflicción, ira, peligro y necesidad, roguemos al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor. (En ruso: Tiébie, Góspodi)
Sacerdote: Porque a Ti es debida toda gloria, honor y adoración, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Primera Antífona

Verso: ¡Cantad al Señor con gozo toda la tierra!

Coro: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos.

Verso: ¡Cantad un salmo a Su Nombre, dad gloria a su alabanza!

Coro: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos.

Verso: Decidle a Dios: ¡Qué temibles son Tus obras!

Coro: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos. .

Verso: Que toda la tierra Te adore y Te celebre, que cante un salmo a Tu


Nombre ¡oh Altísimo!

Coro: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos.

Verso: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y


por los siglos de los siglos. Amén.

3
Coro: Por las oraciones de la Madre de Dios, oh Salvador, sálvanos.

Terminando la primera Antífona, el Diácono dice la letanía menor.

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque a Ti pertenece la fuerza y tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Segunda Antífona

Verso: Que Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga.

Coro: Sálvanos, oh Hijo de Dios; Tú que resucitaste de entre los


muertos, te cantamos Aleluya.

Verso: Que la Luz de su rostro resplandezca sobre nosotros, y tenga


misericordia de nosotros.

Coro: Sálvanos, oh Hijo de Dios; Tú que resucitaste de entre los


muertos, te cantamos Aleluya.

Verso: Para conocer Tu camino sobre la tierra; Tu salvación en todas


las naciones.

Coro: Sálvanos, oh Hijo de Dios; Tú que resucitaste de entre los


muertos, te cantamos Aleluya.

Verso: Que el pueblo Te confiese, oh Dios; que todo el pueblo Te alabe.

Coro: Sálvanos, oh Hijo de Dios; Tú que resucitaste de entre los


muertos, te cantamos Aleluya. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos, Amén.

Oh Hijo Unigénito y Verbo de Dios /, que siendo inmortal te dignaste, /


por nuestra salvación, / encarnarte de la Santa Madre de Dios y
siempre Virgen María; / Te hiciste hombre sin sufrir cambio alguno, /

4
fuiste crucificado, oh Cristo Dios, pisoteando la muerte con la muerte. /
Tú que eres Uno de la Santa Trinidad, glorificado junto con el Padre y el
Espíritu Santo, // sálvanos.

Terminado el himno, el Diácono dice la letanía menor.

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra santísima, purísima, bendita y gloriosa
Soberana, la Madre de Dios y siempre Virgen María, y a todos los Santos,
encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda
nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque eres un Dios bueno y amante de la humanidad y a Ti rendimos
la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Tercera Antífona
En este momento el clero realiza, de la forma acostumbrada, la Pequeña Entrada

Verso: Levántese Dios, sean dispersados Sus enemigos, y huyan de Su


presencia los que le aborrecen.

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Verso: Como se disipa el humo, disípense, como se derrite la cera ante


el fuego.

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Verso: Así perecen los impíos ante el Rostro de Dios, más los justos se
regocijarán.

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Verso: Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

4
Diácono: ¡Sabiduría! Estemos de pie.

Se canta el cántico de la entrada (Isodikon).


Clero: En las asambleas bendecid al Señor, el Señor de las fuentes de Israel.

Troparion, Ipakoi y Kontakion

Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (3 veces).

Ipakoi (Tono VIII): Adelantándose al alba, las mujeres que estaban con
María encontraron la piedra apartada del sepulcro y oyeron al ángel
decirles: ¿Por qué buscáis como a un muerto al que mora en la luz
eterna? He aquí el sudario. Corred y anunciad al mundo que el Señor
ha resucitado, habiendo dado muerte a la muerte, porque es el hijo de
Dios el que salva al género humano.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén.

Kontakion (Tono VIII): Aunque descendiste al Sepulcro, Tu eres


Inmortal; destruiste el poder del infierno y resucitaste como vencedor;
oh Cristo Dios! Y dijiste a las mujeres miróforas: ¡Regocijaos! y a Tus
apóstoles otorgaste la paz. ¡Tú que concedes la resurrección a los
caídos!

Sacerdote: Porque eres Santo, oh Dios nuestro, y a Ti glorificamos Padre, Hijo y


Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

En vez del Trisagion

Coro: Vosotros que fuisteis bautizados en Cristo, os revestisteis de


Cristo, Aleluya. (3 veces).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los


siglos de los siglos. Amén. Os revestisteis de Cristo, Aleluya.

Vosotros que fuisteis bautizados en Cristo, os revestisteis de Cristo,


Aleluya.

Epístola

Diácono: Estemos atentos.


Sacerdote: Paz a todos vosotros.
Lector: Y a tu espíritu.

4
Diácono: Sabiduría.
Lector: Prokímenon del Tono 8, Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y
regocijémonos.
Coro: Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.
Lector: Confesad al Señor porque es bueno; porque su misericordia permanece
para siempre.
Coro: Este es el día que hizo el Señor, alegrémonos y regocijémonos.
Lector: Este es el día que hizo el Señor.
Coro: Alegrémonos y regocijémonos.
Diácono: Sabiduría.
Lector: Lectura de los Hechos de los Apóstoles (1:1-8).
Diácono: Estemos atentos.

"Hice mi primer tratado, oh Teófilo, acerca de todas las cosas que Jesús
comenzó a hacer y enseñar hasta el día, en que habiendo dado Sus
instrucciones por el Espíritu Santo a los Apóstoles, que había elegido,
fue llevado a lo alto, a los cuales también después de su Pasión se había
presentado vivo con muchas pruebas evidentes, dejándose ver de ellos
por cuarenta días y diciéndoles las cosas referentes al Reino de Dios. Y
estando en la mesa con ellos les ordenó que no se marchasen de
Jerusalén, sino que guardasen la promesa del Padre, la cual oísteis de
mí; porque así como Juan bautizó en agua, vosotros seréis bautizados
en el Espíritu Santo de aquí a no muchos días. Así pues, los que se
habían reunido le preguntaban diciendo: Señor, ¿vas a restablecer en
este tiempo el reino de Israel? Pero El les dijo: no os toca a vosotros
conocer los tiempos u ocasiones que el Padre fijó con Su propia
potestad; pero recibiréis un poder cuando venga sobre vosotros el
Espíritu Santo, y seréis mis testigos no sólo en Jerusalén y en toda
Judea y Samaria, sino hasta los confines de la tierra."

Sacerdote: Paz a ti, Lector.


Lector: Y a tu Espíritu.
Sacerdote: Sabiduría.
Lector: Aleluya, Aleluya, Aleluya en el Tono 4.
Coro: Aleluya, Aleluya, Aleluya
Lector: Tú, Señor, cuando Te hayas levantado, tendrás piedad de Sión, pues es
tiempo de que tengas piedad de ella.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya.
Lector: El Señor ha mirado desde el cielo y vio a todos los hijos de los hombres.
Coro: Aleluya, aleluya, aleluya.

Evangelio
Es costumbre que esta lectura sea leída en varias lenguas.

4
Sacerdote: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio. Paz a todos
vosotros.
Coro: Y a tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San Juan (1:1-17). Estemos atentos.
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.

Sacerdote: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el


Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por El
fueron hechas, y sin El nada de lo que es hecho, fue hecho.

En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las


tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron. Fue un
hombre enviado de Dios el cual se llamaba Juan. Este vino para que
diese testimonio de la luz, para que todos creyesen por él. No era él la
luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquél era la Luz
verdadera, que alumbraba a todo hombre que viene a este mundo. En el
mundo estaba, y el mundo fue hecho por El; y el mundo no le conoció. A
los suyos vino y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le
recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen
en su Nombre; los cuales son engendrados, no de sangre ni de voluntad
de carne, ni de voluntad de varón, mas de Dios. Y el Verbo fue hecho
carne y habitó entre nosotros; y vimos su gloria, gloria como del
Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan dio testimonio de El, y clamó diciendo: "Este es del que yo decía:
El que viene tras de mí es antes de mí, porque es primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos y gracia por gracia. Porque la ley
por Moisés fue dada; mas la gracia y la verdad, por Jesucristo fue
hecha."

Al término del último versículo, son tocadas todas las campanas, pero por poco tiempo.

Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.

Sigue la Divina Liturgia de San Juan Crisóstomo de la manera acostumbrada, con la Letanía de
la Súplica Ardiente, Despedida de los Catecúmenos, y la Liturgia de los Fieles; esta última sigue de
manera normal hasta la Megalinaria a la Santísima Virgen, donde cambia el Himno a la Madre
de Dios:

El Sacerdote inciensa los dones transmutados exclamando:

Sacerdote: Principalmente por la santísima, purísima, bienaventurada y gloriosa


Soberana nuestra, Madre de Dios y siempre Virgen María.

Coro: En vez de "Verdaderamente es digno" se canta el siguiente himno de la Novena Oda de


Maitines: El ángel clamó a la llena de gracia Virgen pura, regocíjate, y de
nuevo digo regocíjate, porque tu Hijo resucitó del Sepulcro al tercer
día.

4
¡Resplandece; resplandece, nueva Jerusalén, pues la gloria del Señor
ha brillado sobre ti, alborózate ahora y alégrate Sión; y tú, oh Purísima
Madre de Dios, regocíjate por la resurrección de Tu Hijo!

Tras este himno, la Liturgia sigue de manera acostumbrada hasta el himno de Comunión. De aquí
en adelante, y para facilitar, vamos a incluir en esta redacción el texto íntegro para el pueblo de lo
que viene en la Liturgia a partir del canto del Padre Nuestro.

Padre Nuestro
Todos cantan

Padre nuestro que estás en los cielos, / santificado sea tu nombre,


venga tu reino, / hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. / El
pan sustancial nuestro dánoslo hoy, / y perdona nuestras deudas como
nosotros perdonamos a nuestros deudores, / y no nos dejes caer en
tentación, // mas líbranos del maligno.
Sacerdote: Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

El Sacerdote se vuelve hacia el pueblo y bendice:

Sacerdote: Paz a todos vosotros.


Coro: Y a tu espíritu.
Diácono: Inclinad vuestras cabezas delante del Señor.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote: Por la gracia, las bondades y el amor a la humanidad de tu Unigénito


Hijo con quien eres bendito, junto con tu santísimo, Bueno y Vivificador Espíritu,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Diácono: Estemos atentos.


Sacerdote: Lo Santo a los santos.
Coro: El único Santo, el único Señor, Jesucristo, para gloria de Dios
Padre. Amén.

Comunión del Clero


Recordemos que no se cierra ninguna puerta en Resurrección ni durante la Semana de la Luz: el
coro canta

Coro: Tomad el Cuerpo de Cristo; bebed de la Fuente de Vida. Aleluya.

En la comunión de los fieles, el superior entona: Con temor de Dios y fe, aproximaos.

4
Coro: (en lugar de "Bendito sea el que viene en el Nombre del Señor...") Cristo resucitó de
entre los muertos, pisoteando la muerte con su muerte, y otorgando la
vida a los que yacían en los sepulcros. (una vez).

Terminada la Comunión de los Fieles, el Sacerdote bendice a quienes comulgaron, diciendo:

Sacerdote: Salva, oh Señor, a Tu pueblo y bendice a Tu heredad.

Coro: (En vez de: Hemos visto la verdadera luz...) Cristo resucitó de entre los
muertos, pisoteando la muerte con su muerte, y otorgando la vida a los
que yacían en los sepulcros. (una vez).

El sacerdote inciensa y luego toma el Santo Cáliz, diciendo:


Sacerdote: Bendito sea nuestro Dios (en voz baja) En todo tiempo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos (en voz alta, volviéndose al pueblo).
Coro: Amén. Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte
con su muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.
(una vez)

Los Santos Dones son transportados a la Mesa de la Prótesis

Acción de Gracias

Diácono: Levantaos. Habiendo recibido los divinos, santos, puros, inmortales,


celestiales, vivificantes y temibles misterios de Cristo, demos dignas gracias al
Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia y protégenos, oh Dios, por tu
gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Habiendo pedido que todo este día sea perfecto, santo, pacífico y sin
pecado, encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y
toda nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.
Sacerdote: Porque Tú eres nuestra santificación, y a Ti glorificamos, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Sacerdote: Salgamos en paz.


Coro: En el nombre del Señor.
Diácono: Roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.

Y saliendo el Sacerdote por la Puerta Real, hasta ponerse frente al ícono de nuestro Señor
Jesucristo, pronuncia la oración del ambón:

4
Oración del Ambón

Sacerdote: ¡Oh, Señor! que bendices a los que te bendicen y santificas a los que en
Ti confían, salva a Tu pueblo y bendice Tu heredad, conserva la plenitud de Tu
Iglesia, santifica a los que aman la magnificencia de Tu casa. Glorifícalos con Tu
Divino Poder, y no nos abandones a los que confiamos en Ti. Concede la paz a Tu
mundo, a Tus iglesias, a los sacerdotes, a los gobernantes, a los ejércitos y a todo Tu
pueblo. Porque toda dádiva buena y todo don perfecto proviene de las alturas,
descendiendo de Ti, ¡oh, Padre de las Luces!; y a Ti tributamos gloria,
agradecimiento y adoración, ¡oh! Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y
por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Bendición del Artos


Después de la Oración ante el Ambón, es bendecido el Artos, que es colocado sobre una pequeña
mesa en el Soleas. Se hace una incensación alrededor de la mesa.

Diácono: Roguemos al Señor.


Coro: Señor, ten piedad.
Sacerdote (lee la oración de bendición del Artos): “Dios Omnipotente y Señor
Todopoderoso, Tu, que, durante el Éxodo de Israel, cuando liberaste a Tu pueblo de
la amarga esclavitud del faraón, a través de tu siervo Moisés ordenaste que se
sacrificara un cordero, prefigurando como Cordero a tu Hijo Bienamado y Señor
Nuestro Jesús Cristo, quien voluntariamente murió en la cruz por nosotros,
quitando los pecados del mundo, Tú, ahora, te rogamos humildemente, dígnate
mirar sobre éste pan, bendícelo y santifícalo. Porque nosotros, tus siervos, en
honor y gloria y conmemoración de la Gloriosa Resurrección de Tu Hijo, Nuestro
Señor Jesucristo, por quien recibimos la remisión del pecado, la libertad y la
liberación de la esclavitud eterna del enemigo y de las cadenas indisolubles del
Hades, lo ofrecemos ante Tu Majestad en este luminoso, gloriosísimo y salvífico día
de la Pascua. Concede que quienes lo ofrecen y lo besan y comen de él sean
partícipes de Tu bendición celestial, y, por Tu poder, aleja de ellos toda dolencia o
enfermedad y concédeles la sanación.

Porque Tú eres la fuente de la bendición y el Manantial de sanación, y a Ti


glorificamos, Padre Sin Inicio, con Tu Hijo Unigénito, y Tu Santísimo, Bueno y
Vivificante Espíritu, ahora y siempre y por los siglos de los siglos “

"Sea bendito y santificado


Al término de la oración, rocía el Artos con Agua Santa diciendo:
este Artos, con el rocío de esta Agua Santa, en el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén." (3 veces).

Después sale y coloca el Artos en un Analogion, y el pueblo, al recibir el Antidoron, besa el Artos"

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

4
Sacerdote: La bendición del Señor descienda sobre vosotros por su gracia y su
amor a la humanidad, en todo tiempo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Sacerdote: (En lugar de "Gloria a Ti, oh Cristo Dios nuestro...,") Cristo resucitó de entre
los muertos, pisoteando la muerte con su muerte.
Coro: Y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros.

Después el superior, como es usual, entona la Despedida con la Cruz, como está señalado para los
Matutinos.

Despedida

Sacerdote: Cristo nuestro verdadero Dios, que resucitó de entre los muertos, por
las oraciones de su Purísima y Santísima Madre, por el poder de la preciosa y
vivificadora Cruz, por las súplicas de los poderes celestiales incorpóreos, por las
oraciones del honorable, glorioso profeta y precursor Juan Bautista, de los santos
honorables y alabadísimos Apóstoles; de los santos ilustres y gloriosamente
victoriosos mártires, de nuestros justos y teóforos padres; de nuestro venerable
padre entre los santos, Juan Crisóstomo, Arzobispo de Constantinopla, de los
santos y justos antepasados de Cristo Dios, Joaquín y Ana; de San... Patrono de este
Templo; y de todos los Santos, tenga misericordia y nos salve, porque es bueno,
misericordioso y amante de la humanidad.
Coro: Amén.

El sacerdote, después de la despedida, bendice a los creyentes con la Cruz a los tres lados y
exclama (tres veces)
Sacerdote: ¡Cristo resucitó!
Pueblo: En respuesta los creyentes hacen la señal de la Cruz y dicen: ¡En verdad,
resucitó!

Coro: Cristo resucitó de entre los muertos, pisoteando la muerte con su


muerte, y otorgando la vida a los que yacían en los sepulcros. (tres veces),
finalizando el himno con las siguientes palabras: "Dándonos la vida eterna,
adoramos Su Resurrección al tercer día”.

Las Puertas Reales, y acostumbradamente las Puertas Diaconales, permanecen abiertas la


Semana de la Luz entera. No son cerradas en ningún momento, ni incluso para la Santa
Comunión del clero. Las Puertas Reales son cerradas antes del canto de la Novena Hora el Sábado
de la Semana de la Luz. Tampoco se hacen postraciones hasta Pentecostés.

Христос воскресе!
Христос воскресе из мертвых,
смертию смерть поправ,
и сущим во гробех живот даровав!

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