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TP Filosofìa

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR N° 3. PCIAL.

Nº 36 “MARIANO MORENO” – Rosario - Santa Fe


PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA (Plan Decreto 528/2009)
ESPACIO CURRICULAR: Filosofía y Educación”.
PROFESORA: Soraya Tonsich. CURSOS: 2º 3ª

INSTITUTO SUPERIOS DEL PROFESORADO Nº 3


“MARIANO MORENO” – PROVINCIAL Nº36

Profesorado de Educación Primaria


Plan 528/09

UNIDAD CURRICULAR

FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN

TRABAJO PRÁCTICO Nº 1

PROFESORA: Tonsich, Soraya.


ESTUDIANTE: Segovia Elias Natanael.
FECHA DE ENTREGA: 24 de Mayo de 2019.

AÑO LECTIVO 2019

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR N° 3. PCIAL. Nº 36 “MARIANO MORENO” – Rosario - Santa Fe
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA (Plan Decreto 528/2009)
ESPACIO CURRICULAR: Filosofía y Educación”.
PROFESORA: Soraya Tonsich. CURSOS: 2º 3ª

1) Realizar un resumen del material textual: “Filosofía de la educación: Algunas perspectivas actuales”
autor: Walter Kohan.

Introducción
En este trabajo me propongo configurar un espacio ligado a la enseñanza de la filosofía de la
educación. En estos días, quienes nos dedicamos a la filosofía de la educación lo hacemos a partir de una
práctica educativa. A sugerir algunas ideas que permitan alimentar esa práctica está dirigido a este texto.
Para ello, concentraré mi argumentación en torno a cuatro puntos: I. La filosofía de la educación es
una práctica filosófica. II. La filosofía de la educación es una práctica filosófico-histórica con una historia
propia de más de veinticinco siglos en Occidente. III. La filosofía de la educación es una práctica teórica.
IV. La filosofía de la educación tiene una función de resistencia y liberación.

I. LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN ES UNA PRÁCTICA FILOSÓFICA: en principio, la


filosofía de la educación comporte la especificación de un objeto de estudio particular “la educación” por
parte de la filosofía. En este sentido, toda filosofía de la educación remite o presupone una filosofía, es decir,
una manera de concebir la filosofía.
No podemos aquí tratar la pregunta ¿Qué es la Filosofía? Pero tal vez sea pertinente revisar una
distinción que circula en el medio filosófico, la división entre hacer o practicar la filosofía y enseñarla; la
misma presupone una división aún más fundante: la distinción entre el filósofo (creador de la filosofía) y el
profesor de filosofía (divulgador de la misma).
En un texto ya clásico entre los filósofos de la educación latinoamericanos, D. Saviani propone tres
líneas paradigmáticas, es decir, tres maneras básicas de enseñar la materia:
1) Afiliarse a una corriente filosófica ya constituida, por ejemplo, una filosofía de la educación
marxista, analítica, tomista, etc.; la corriente elegida es lo de menos, el punto común y variante de
estas es el posicionamiento del profesor desde una filosofía de la educación, histórica o
contemporánea, para enseñar la materia.
2) Asumir una postura ecléctica, es decir, no afiliarse a una corriente sino que tener en cuenta todas
las corrientes posibles. El profesor, en este caso, se sitúa fuera de estas posturas, como un narrador
“desinteresado” que yuxtapone las diversas corrientes y ofrece una visión externa de ellas. Puede
hacer esto diacrónicamente (educación a través de la historia) o sincrónicamente (educación
contemporánea). En uno u otro caso, su aproximación a la materia no variará en lo sustancial.
3) Organizar programas monográficos, organizados alrededor de un tema o de una pregunta,
desarrollados en forma de seminarios.
Estas tres alternativas comparten, según Saviani, un mismo defecto en su abordaje: por una parte,
colocan el énfasis en la palabra filosofía y la educación aparece como un apéndice, una mera consecuencia.
Por otra parte, la filosofía se muestra como algo ya constituido, algo externo al sujeto, profesor o alumno de
filosofía de la educación.
Saviani propone: concentrar nuestra atención en la problemática educacional y desatar ante ella una
actitud filosófica. Desarrollar un proceso de reflexión sobre los problemas educacionales de nuestro tiempo.
La filosofía de la educación como área o territorio de la filosofía solo puede ser una práctica reflexiva y
problematizadora de la realidad educacional contemporánea. Enseñar es practicarla. Cuando es considerada
como práctica colectiva, practicar filosofía de la educación también comporta enseñarla.
II. LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN ES UNA PRÁCTICA FILOSÓFICO-HISTÓRICA
CON UNA HISTORIA PROPIA DE MÁS DE 24 SIGLOS EN OCCIDENTE: carácter histórico de la
filosofía de la educación: significa que su comprensión , sus métodos, sus problemas y preguntas, se
construye y varía de acuerdo con el contexto histórico.

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR N° 3. PCIAL. Nº 36 “MARIANO MORENO” – Rosario - Santa Fe
PROFESORADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA (Plan Decreto 528/2009)
ESPACIO CURRICULAR: Filosofía y Educación”.
PROFESORA: Soraya Tonsich. CURSOS: 2º 3ª

III. LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN ES UNA PRÁCTICA TEÓRICA: es la actividad del


filosofar, el vivir o practicar la filosofía; Es una práctica teórica en tanto esta práctica está sustentada en
fundamentos teóricos que la legitiman. Posee una tarea constante de descubrir, exponer y valorar las ideas,
creencias y saberes que están presupuestos en y se siguen de las prácticas educacionales. En esta tarea de
revisar crítica y creativamente supuestos y consecuencias, teoría y práctica se informan mutuamente.
La teoría guía a la práctica y es guiada por ella. La teoría transforma la práctica y es transformada por
ella.
W. Carr establece condiciones para esta práctica teórica:
1. Que la filosofía se produzca o recree en el mismo contexto en el que se la enseña, que docente y
alumnos sean activos partícipes, que el docente se vuelva un filósofo de la educación
.2. La teoría contribuye a definir el valor de una práctica.
3. El valor de una filosofía de la educación estriba en tanto que pueda convertirse en un filosofar de
la educación; que la educación deje de ser un objeto externo e inerte de la teorización filosófica y se vuelva
realidad práctica que origina, alimenta y da sentido al movimiento filosófico.
IV. LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN TIENE UNA FUNCIÓN DE RESISTENCIA Y
LIBERACIÓN: G. Avanzini propuso 3 funciones para la filosofía de la educación:
 EPISTEMÓLOGICA: consiste en identificar el carácter de los sabes circulantes sobre la
educación y evaluar su validez y condiciones de permanencia (función vigilante sobre los saberes
producidos).
 ELUCIDADORA: consiste en discernir y exponer los valores que, explícitos o no, se encuentran
en los distintos sistemas educativos (fines filosóficos, teológicos y/o políticos).
 PROPOSITIVA: propondrá “finalidades legítimas e inteligibles” a partir de una reflexión sobre
los principios y fines que deben guiar una práctica o un sistema educativo.
Sujeto según Foucault: somos doblemente sujetos, en tanto estamos sometidos a otro por el control y
la vigilancia y estamos atados a nuestra propia identidad a partir de la conciencia y el conocimiento que
tenemos de nosotros mismos. Esto sugiere una forma de poder que subyuga y sujeta: el poder pastoral que se
seculariza a partir del siglo XVI en instituciones como la escuela.
En la filosofía conviven 2 aspectos: el análisis de un concepto o problema en términos universales y el
análisis crítico de un suceso histórico, de un acontecimiento de actualidad. En esta filosofía conviven la
preocupación por lo UNIVERSAL y la ocupación por el PRESENTE y la cuestión de qué somos en esta
circunstancia histórica se torna el problema filosófico más relevante de nuestro tiempo; por esto se vuelve
relevante la pregunta sobre el tipo de subjetividad que la educación contemporánea contribuye a constituir.
¿Qué sujetos coadyuvamos a conformar en nuestra práctica? Abarca a docentes y alumnos en tanto
partícipes de una experiencia educacional. La función de la educación, es la conformación de determinado
tipo de sujetos. Esta comprensión comporta el análisis riguroso y pormenorizado de las ideas, valores y
creencias que subyacen y se siguen en una práctica educacional. Se trata de rechazar lo que somos, de
liberarnos a nosotros mismos de aquello que somos; para generar condiciones que cambien las formas de
relación, para que nuestra práctica educacional puedan emerger nuevas formas de subjetividad, relaciones
creativas de existencia política, prácticas educacionales más reflexivas de libertad.
Ver la filosofía de la educación como una función liberadora de las formas que nos sujetan; puede ser
optimista, abre las puertas a pensar de otras maneras aquello que contribuya a constituir otros sujetos; esto
debería permitir no solo identificar el tipo de sujeto que la educación actual contribuye a formar sino
también un espacio de posibilidades para pensar otra educación que contribuya a constituir otros sujetos.

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