Rosario de Sanacion
Rosario de Sanacion
Rosario de Sanacion
com/2014/01/12/rosario-de-sanacion/
https://redmundialcristianadeoracion.wordpress.com/2017/01/29/santo-rosario-por-los-
enfermos/
PLEGARIA
Querido hermano que sufres a causa de tu enfermedad, o por la enfermedad de un ser querido,
o que quizás estas afligido y preocupado por alguna herida en tu corazón. o que oras para unirte
a Jesús y a María e interceder por el mundo entero.
Te invito a que nos unamos para pedir a Dios, por mediación de la virgen María, Madre de Jesús
y Madre nuestra, para que recibas en tu vida la acción del Espíritu Santo, que con su amor por ti
y su poder, quiere sanar todas tus dolencias.
Digno eres de eterna adoración y gloria, alabanzas al Padre Celestial por este medio de oración
que nos has dado para dirigirnos a Ti, de lo cual ahora doy testimonio, humildemente te
suplicamos que nuestro propósito no solo sea el hacerlo únicamente para que nos alivies en las
necesidades que padecemos, sino también, el de pedirte que nos concedas la gracia de hacer
tu voluntad y observar una vida acorde con las enseñanzas de tu bien amado hijo Jesús, Nuestro
Señor, que contigo vive y reina en unión del Espíritu santo. Amén
COMIENZO
Se hace la señal de la cruz.
SEÑAL DE LA CRUZ:
+ Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
Señor abre mis labios, y mi boca proclamara tu alabanza.
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de
pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso
ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos que
intercedan por mi ante Dios, Nuestro Señor.
Ven Espíritu Santo Ven, , Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor. Envía, Señor, tu Espíritu. Que renueve la faz de la tierra.
¡Oh! Dios que has iluminado los corazones de tus hijos, con la luz del Espíritu Santo; haznos
dóciles a sus aspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de su consuelo. Por Cristo
nuestro señor. Amen.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima Sangre, escóndeme en tus Santas Llagas, líbrame
de todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Ángeles y Arcángeles para que me acompañen
a lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
::::::::::::MISTERIOS DE DOLOR:::::::::::::::::
Espíritu Divino, Espíritu Santo que eres el que ora en nosotros, Espíritu de Jesús, te pedimos
que Tú mismo ilumines y guíes la meditación de estos misterios y unjas las palabras y des poder
a la oración para que sean sanadas nuestras vidas.
Jesús, que especialmente seamos sanados espiritualmente de todo aquello que es pecado, que
nos lleva a la ruina espiritual. Jesús, danos un arrepentimiento sincero de nuestros pecados para
que podamos contemplar Tus Misterios de Dolor unidos a la Virgen Dolorosa.
Pero a un dolor que es Redentor, a uno que trae la Gloria de la Resurrección. Por eso, quita en
este momento, Jesús todo obstáculo, cansancio, tentación, hazte cargo de mi sueño, de
cualquier preocupación para que podamos dedicar en este momento, Jesús, esta oración de
contemplación para honrar y dar Gloria al Padre y para nuestra santificación.
También queremos pedirte que sean vencidas las tentaciones de cada uno de nosotros por este
misterio que contemplamos con María Santísima, Señor ya que místicamente ella estaba unida
a Ti. Pues siempre lo ha estado, sobre todo en el momento y misterio de la cruz. Mira ahora
Jesús las tentaciones fundamentales de nosotros. Virgen vencedora de todas las batallas de
Dios, mira las batallas que estamos perdiendo. Las batallas donde el maligno está ganando,
especialmente estas tentaciones que nos hacen caer siempre en los mismos pecados. Y esa
tentación de abandonar la oración. Esa tentación de no abrazarnos al misterio de la cruz, a veces
buscamos a Dios por el placer que nos causa o por no tener problemas. Queremos buscarlo por
amor y seguirlo con ese misterio de la Cruz.
Las personas con mucha facilidad o por ignorancia, conveniencia o maldad rechazamos a
quienes padecen alguna enfermedad. Hasta llegamos a pensar que en la medida en que los
apartamos de nosotros o que nos alejamos de ellos, somos mejores. El Evangelio de San
Marcos, nos presenta la curación de un enfermo de lepra para dar a entender que Jesús no
despreciaba a los enfermos sino que los aliviaba.
ORACION: Virgen Santísima, tú estás viendo las tentaciones fundamentales que hay en mi
vida. Tentaciones que me llevan a desconocer la verdad y a volver la espalda a la voluntad del
Señor. Tentaciones que me llevan a escoger el camino fácil, el camino cómodo, pero que me
apartan de la voluntad amorosa del Padre.
Pido a la Virgen María que por su intercesión, por esas gotas de sangre que sudó Jesús en
Getsemaní, cuando Él estaba cercano a su Pasión y por esa oración que nos enseñó el Padre
Nuestro donde nos dijo que le pidiéramos al Padre que no nos deje caer en la tentación y que no
ofendamos al Padre que está en el cielo. Concédenos esta gracia, oh, Virgen María por este
primer misterio de dolor que acabamos de meditar y es preciso sudar sangre, ayunar, vigilar, orar
constantemente. Merece la pena hacer como lo hizo Jesús, que lo hizo por nosotros, para que
nos mantengamos firmes en los caminos de Dios.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVE MARIA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de
todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen
a lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
SEGUNDO MISTERIO DE DOLOR
Jesús es azotado…
Contemplamos cómo Jesús es atado en la columna. Lo amarraron, a Él que es la Verdad, que
nos hace libres. Amarraron físicamente aquél que trae la libertad plena de los corazones y que
vino a romper las cadenas y él se dejó atar para vencer tus ataduras, para romper tus cadenas.
Y a su Cuerpo Santo le dieron latigazos sin fin. Prácticamente no había una parte del Cuerpo
Santo de Jesús que no estuviera marcado por la punta del látigo. Todo su Cuerpo era una herida.
Pedacitos de Carne brotaron de ese Cuerpo concebido en el seno de María Santísima y chorritos
de sangre salpicaron a los mismos soldados romanos que le estaban flagelando.
Tú Jesús, sufriste todo eso para que los que estamos atados por cualquier situación de vicio
seamos hoy liberados. Para que nuestros cuerpos sean sometidos al orden del Espíritu. Señor,
Pablo decía que el sometía su cuerpo y sus palabras para que Tú fueras glorificado.
Señor, queremos pedirte en este momento por las ataduras que pueda tener el cuerpo místico,
por las heridas que pueda haber hoy en la Iglesia, en nuestros grupos de oración y en nuestras
comunidades. Esa Sangre de Jesús que se derramó por mi tiene un valor infinito. Señor, “por tus
heridas hemos sido sanados” dice el profeta. Por eso Jesús, yo quiero que Tú Sangre me
purifique y que esa atadura en esa columna, esa flagelación rompa hoy mis cadenas. Señor, que
no haya nadie ni nada que me impida hacer la Voluntad Amorosa del Padre.
Mírame Madre, tu que eres la mujer libre, Bendita eres María, gracias mi Señor.
Señor, gracias porque no sólo estás rompiendo cadenas pesadas, sino también hilos que no nos
permiten volar. Porque un pájaro puede estar amarrado por una cuerda o por un hilo, pero
amarrado siempre es esclavo. Que no haya nada en nuestra vida. Señor, ningún pecado, ninguna
tentación por pequeña o grande que sea; que todo sea roto hoy.
Bendito seas Jesús por esas heridas, Señor que en este momento traen eficacia salvadora para
romper todas nuestras cadenas. Yo lo proclamo así Jesucristo, que no haya nada ni nadie que
me aten Señor, que me impidan conocer y hacer Tu Santa Voluntad.
En el segundo misterio contemplamos a Jesús que, atado en la columna, es azotado con látigos.
Señor que sin poder moverte por estar atado, sentías tan agudos dolores, te pedimos consueles
y sanes a quienes a causa de reuma, artritis, accidentes o parálisis, no tienen la libertad de
movimiento que quisieran. bendice las manos, los brazos, las piernas, los pies, la columna, las
vértebras, y todas las articulaciones, músculos y huesos.
Pídele, si es el caso, que corte todas las ataduras que pudo crear el maligno, por recurrir a la
superstición, al curanderismo o a la magia, y rechaza en el nombre de Cristo todas esas cosas.
“Yo haré venir sanidad sobre ti, y sanaré tus heridas, dice el Señor” [jer 30,17]
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVE MARIA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de
todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen a
lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
¡Que dolor tan grande sentiste Jesús, por amor a nosotros, Señor! Fue para nuestra salvación
hoy, ahora en este tiempo, Señor. Y nos revelas que quieres curar, a través de esta imagen dices
que Tú Jesús, eres el Buen Pastor que conoces a Tus ovejas. Que tú, Virgen todavía sigues
presentándole a Jesús como en Caná de Galilea las necesidades de todos tus hijos.
Oremos también para que nosotros seamos sanados de todo complejo de superioridad o
inferioridad al ver a Jesús coronado de espinas. Siendo Rey, el llevó esa corona para que
tengamos el sano equilibrio en nuestra vida, para que se nos de una mente nueva, para que
tengamos el mismo sentir de Cristo Jesús.
Jesús por ese Dolor, por la Sangre que derramaste, Señor. Por esa Corona, por esas burlas que
te hicieron los soldados que se rieron de Ti, Señor…y los amabas. Danos la gracia, Jesús de
también amar y perdonar a nuestros enemigos y de tener una actitud de equilibrio de que no nos
importe lo que piensa la gente. Dios nuestro, Padre, gracias, Jesús porque estás sanando. Por
eso juntos meditamos y rezamos este misterio para que sea una realidad la eficacia salvadora
de Tú Corona de Espinas.
Queremos Señor pedirte por las personas que sufren las tentaciones, especialmente cuando
rezan el Santo Rosario. Y queremos pedirte por las personas que sufren tentación para no rezar
el Rosario, para distraerse cuando lo hacen. Vamos a pedir esta oración.
El evangelio de Lucas nos presenta la figura de la Virgen María como el mejor ejemplo de
discípulo, de quien ha sabido vivir el proyecto de Jesús.
Ella es la “llena de gracia” que acoge la palabra de Dios, la hace fructificar y engendra en sus
entrañas a Jesús, El Salvador.
La santidad ejemplar de la Virgen mueve a los fieles a levantar “los ojos a María, la cual brilla
como modelo de virtud ante toda la comunidad de elegidos.” Por lo general se subraya la
humildad y sencillez de María, pero no suficientemente su iniciativa, sentido de
responsabilidad, atrevimiento y valor. Especialmente en el mundo del sufrimiento, la imitación
de estas virtudes pueden ser fuente de dinamismo para los enfermos y sus familiares.
El abandono en la voluntad de Dios bien se conjuga con un “sano protagonismo”, que exalta la
presencia de la Gracia divina. En el corazón de María late la experiencia del altísimo descrita
en el Antiguo Testamento: el Señor libera, Dios conoce nuestros límites si nos dejamos poseer
por el Señor-Dios es capaz de hacer grandes maravillas; el Señor está cerca de los que
padecen. Dios guarda nuestra vida y es siempre fiel a sus promesas.
ORACIÓN. Virgen Santísima, de una manera mística pero real tú estás aquí con nosotros, tu
eres vencedora de todas las batallas. La Corona de Espinas de Tu Hijo ha traído por esa
humillación un triunfo muy grande. Obtenemos la Palma y la Corona de la Gloria, tú eres Reina,
tu Hijo es Rey, que ese reinado venga en este momento sobre nuestras tentaciones para que
sean vencidas por el poder de Nuestro Señor Jesucristo. Por tu intercesión especialmente las
tentaciones que van contra el rezo del Santo Rosario. Que sutilmente nos instan a no rezarlo, a
hacerlo distraídos, a dejarlo para más tarde, a no creer en su eficacia. Yo creo y confirmo que
este momento recibo una gracia muy especial, por tu presencia, Madre, para seguir rezando
todos los días contra viento y marea el Santo Rosario. Gracias Jesús, gracias María. Amén.
En este misterio le pedimos a María que toque nuestra cabeza, como hubiera querido poder tocar
la de su hijo, y poder curarlo. que nos libere de todo pensamiento de autodestrucción, de
pesimismo, y de todo complejo por las consecuencias que la enfermedad pueda causar a nuestra
imagen, también le entregamos a quienes sufren de problemas psíquicos, o de alguna dolencia
en su cabeza, cerebro, ojos, oídos, boca, garganta, vías respiratorias y pulmones.
“Fue tratado como culpable a causa de nuestras rebeldías y aplastado por nuestros pecados, Él
soportó en castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido sanados” [is 53,5] .
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVE MARIA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de
todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen
a lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
CUARTO MISTERIO DE DOLOR
Contemplamos la subida de Jesús al Calvario con la Cruz a Cuesta…
En la calle de la amargura se encontró contigo Virgen María y ustedes dos no pudieron hablarse,
pero se hablaron los corazones. Aquella mirada ha sido una de las miradas más impresionantes
de la historia. Tu Hijo quería quitarte el dolor y no podía. El te dijo con aquella mirada: “Madre
para esto vine al mundo, para cargar con los pecados de la humanidad” y tu le miraste y le dijiste,:
“hijo mío, mi destino está unido al tuyo” Entonces yo dije: “Ser madre es no sólo serlo en Caná
de Galilea, sino para ser madre también es en este misterio de la Cruz”. Tu comprendiste Jesús,
que la mirada de madre te daba fuerzas porque ella estaba invitándote a aceptar la voluntad
amorosa del Padre. Y tu Hijo también te fortalece porque le habías escuchado que era preciso
pasar por la tribulación, por la prueba, por el misterio de la Cruz para llegar a la Gloria.
Madre, en este misterio de dolor te queremos pedir por todos los que tienen una cruz muy
pesada, para hoy la sienta liviana. Aceptándola y ofreciéndola para que puedan sentir ese yugo
del Corazón de tu hijo suave y ligero y para que puedan poner sus ojo, no sólo en la propia Cruz
de Jesús. Por eso dame la gracia, Señor de no encerrarme en mis propias penas, de no
encerrarme en mi propio sufrimiento, sino de mirarte a Ti Señor, y de Sentir que Tú me ayudas
porque Tú te conviertes igual que Simón. Y quieres que yo también ayude a mis hermanos a
llevar la Cruz. Te lo pedimos por los que más sufren en el mundo, los que están oprimidos por el
demonio, los que no tienen que comer, los enfermos de la mente. Aquellos enfermos con dolores
sumamente fuertes en sus cuerpos, por aquellos hogares que están a punto de deshacerse. Por
aquellas personas que están a punto de quitarse la vida, por aquellas personas que piensan que
ya no pueden más, por los que han sufrido injusticias, por los que están encarcelados y sobre
todo aquellos encarcelados inocentes. Ten piedad Virgen María, mira ahora, Madre las penas de
mi propio corazón que sean sanadas para yo sea instrumento de la paz y del amor del Señor.
Por los que más sufren te pedimos ahora, Madre, alivia sus penas. Por esos méritos de Jesucristo
ascendiendo al calvario con la cruz a cuesta y con todas nuestras cargas, pecados,
enfermedades y problemas.
. En el cuarto misterio contemplamos, a Jesús que carga con la cruz, y que es acompañado por
su madre.
Señor, que al caer una y otra vez, te ibas golpeando con las piedras del camino, pero a pesar de
todo, seguías adelante, sana las dolencias de quienes sufren a causa de alguna enfermedad o
accidente, el deterioro de sus órganos interiores : corazón, riñones, estomago, intestinos,
páncreas o ganglios, toca con tus benditas manos, cualquier órgano que deba ser sanado.
“Y estas señales seguirán a los que crean : pondrán las manos sobre los enfermos y sanarán”
[mc16,17]
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVE MARIA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de
todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen a
lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
QUINTO MISTERIO DE DOLOR
Vamos a ofrecer también este misterio para que no se siga crucificando también a Jesucristo,
por que no se sigan cometiendo tantos abortos, para que se detenga esta cultura de la muerte,
para que sea vencido el satanismo y la ola de violencia que hay, para que todos puedan hablar
del río de la vida que brota de esa herida abierta de Cristo en este misterio de la Cruz. Y ahora,
Señor que llueva sobre mí el río de la vida. Yo quiero abrir mi corazón y que el Agua y la
Sangre que brotaron de Tú Costado la inunde, Señor para hacer un solo corazón con el de
Jesús y de María. En este misterio pedimos también esa transformación total de nuestra vida,
esa conversión, esa opción fundamental por el Señor. Bendito seas Jesús, bendita seas Virgen
María.
Te pedimos Jesús que, con el poder de tus Santas Llagas, nos libres de toda enfermedad en la
sangre, sana a los enfermos de sida, renueva nuestras venas y arterias, toca a los hermanos
que necesitan diálisis. cúbrenos con tu preciosísima sangre y seremos salvados, ayúdanos a
estar de pie, como María lo estuvo al pie de la cruz, siendo tu consuelo.
“Dios mismo, subiendo a la cruz, cargo con nuestros pecados, empecemos una vida santa. y por
sus llagas fueron ustedes sanados” [Ped 2, 24]
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVE MARIA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA
Señor Jesús, cúbreme con tu preciosísima sangre, escóndeme en tus santas llagas, líbrame de
todo peligro y de todo mal. envía a tus Santos Angeles y Arcángeles para que me acompañen a
lo largo del camino. Amén.
Santa María, Salud de los Enfermos. Ruega por nosotros y por todos los que sufren.
3 AVE MARIAS:
1-Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre , Virgen purísima antes del parto, en tus
manos encomiendo mi fe para que la ilumines, llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita
Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre
de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
2-Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen purísima en el parto. en tus
manos encomiendo mi esperanza para que la alientes , llena de gracia el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María,
Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén
3-Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen purísima después
del parto, en tus manos encomiendo mi caridad para que la inflames. llena eres de gracia el
Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
Dios te salve, María Santísima, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida
sin mancha del pecado original
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve.
A tí llamamos los desterrados hijos de Eva, a tí suplicamos, gimiendo y llorando, en este valle de
lágrimas. Ea, pues, Señóra abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y
después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre .
¡Oh clemente, oh piadosa ,oh dulce Virgen María ! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
LETANIAS
LETANIAS DE LOS ENFERMOS
PARA IMPLORAR SALUD DE CUERPO Y ALMA
Señor Jesús, que curaste al ciego de Betsaida (Mt 8,22) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús que curaste a dos ciegos en Cafarnaúm (Mt 9,27) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a dos ciegos en Jericó (Mt 20,29) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un ciego y mudo (Mt 12,22) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al sordomudo en Decápolis (Mt 7,34) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un leproso en Galilea (Mt 1,41) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a diez leprosos en Galilea (Lc 17,11) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al paralítico de Cafarnaúm (Mt 9,1) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al paralítico de la piscina (Jn 5,1) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al hombre de la mano atrofiada (Mt 12,9 ) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a la mujer hemorroísa (Lc 8,42 ) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un hombre hidrópico (Lc 14,1 ) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al siervo del centurión (Mt 8,5) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al hijo del funcionario real (Jn 4,50 ) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a la suegra de San Pedro (Mc 1,25) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un niño lunático (Mt 17,18) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste al poseso de Cafarnaúm (Mc 1,25) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a un poseso mudo (Lc 11,14) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a una joven posesa de Canán (Mc 7,24) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que curaste a dos posesos de Gerasa (Mt 8,28) Ten piedad de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste a la hija de Jairo (Mc 5,41) Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste al hijo de una viuda (Lc 7,14) Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste a tu amigo Lázaro (Jn 11,1-43) Ten misericordia de nosotros
Señor Jesús, que resucitaste Tú mismo del sepulcro (Mc 16,6) Ten compasión de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te
dirijimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y
bendita. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las
gracias y misericordias de Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Acordaos,
¡Oh, piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han
acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro auxilio, haya
sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a
comparecer ante tu presencia soberana. Oh, Santa Madre de Dios, no desechéis mis
súplicas, antes bien, dígnate escucharlas y acogerlas benignamente.
Amén.
Oremos:
Te rogamos, Señor, que infundas en nuestros corazones tu gracia para que , así como por el
anuncio del Angel conocimos la encarnación de Jesucristo tu Hijo, así por su Pasión y Cruz
seamos conducidos a la gloria de la Resurrección . Por el Mismo Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
El Señor Todopoderoso nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna. Amén.
Señor Jesús, Salud de nuestras almas, Tú nos has revelado que ya has tomado sobre Ti todas
nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados. Hoy, Señor, te presentamos con
fe a todos los enfermos que se han encomendado a nuestras oraciones, te pedimos, si es tu
santa voluntad, que los alivies en su enfermedad y que les concedas la salud. Hoy oramos
también por todos aquellos a quienes les pides que en la enfermedad compartan tu Cruz; haz
que crezcan en la fe, en la esperanza y que te ofrezcan su enfermedad para gloria de tu Nombre,
para que tu Reino siga extendiéndose más y más a través de la aceptación de su dolor.
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré, dice el Señor” (cf.
Mt 11,28).
“Las penas de la enfermedad, los dolores, la congoja moral, las molestias, deben llevarnos
continuamente al pie de la cruz del Salvador; y ahí, con él, en unidad de sentimientos, en una
fusión de corazones, con el alma henchida de agradecimiento, de amor, de contrición, ofrecer al
Padre celestial, en unión de los martirios del Hijo, todo lo que se padece, pero con la mayor
intensidad de amor”
“Queridos enfermos, la Iglesia reconoce en ustedes una presencia especial de Cristo que sufre.
Dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su
sentido. Cuando el Hijo de Dios fue crucificado, destruyó la soledad del sufrimiento e iluminó su
oscuridad. De este modo, estamos frente al misterio del amor de Dios por nosotros, que nos
infunde esperanza y valor: esperanza, porque en el plan de amor de Dios también la noche del
dolor se abre a la luz pascual; y valor para hacer frente a toda adversidad en su compañía, unidos
a él”.
“El Hijo de Dios no ha eliminado de la experiencia humana la enfermedad y el sufrimiento sino
que, tomándolos sobre sí, los ha transformado y delimitado. Delimitado, porque ya no tienen la
última palabra que, por el contrario, es la vida nueva en plenitud; transformado, porque en unión
con Él, de experiencias negativas, pueden llegar a ser positivas. Jesús es el camino, y con su
Espíritu podemos seguirle”.
“La Cruz es «la certeza del amor fiel de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en
nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo,
entra también en la muerte para vencerla y salvarnos… La Cruz de Cristo invita también a
dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor,
sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda»”.
Pero sobretodo, meditando la vida de Jesús y de María, es como puedes comprender el valor
del dolor para la redención humana.
Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a Tí. Quizá no se nos ocurran
muchas cosas, pero queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a
una hoguera, queremos amarte, queremos aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a
tu presencia. Y agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar, no decir nada, simplemente estar.
Acógenos como discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre.
Acógenos como amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor.
Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida
que sólo tú puedes dar.
Hagamos presente en nuestra oración la agonía del mundo, para que unida a la de Cristo, sea
redimida.
INTENCIONES
1. Por los agonizantes, que no se sientan solos.
2. Por los enfermos crónicos, que no pierdan la paciencia.
3. Por los que están desesperanzados o deprimidos, que encuentren razones Para la esperanza
4. Por los que sienten solos, que encuentren la cercanía que necesitan.
5. Por los que están encarcelados, que se les mire y trate con respeto.
6. Por los desempleados, que encuentren trabajo.
7. Por los drogadictos, que puedan recuperarse.
8. Por los inmigrantes, que sean acogidos.
9. Por los que sufren el hambre y todo tipo de exclusión, que puedan sentarse a la mesa de la
creación.
10. Por los enfermos terminales
ORACIÓN
Señor, Tú eres el buen pastor y Tú has dicho: «vengan a mí todos los que están cansados y
cargados y Yo los aliviaré».
Venimos a tu presencia junto con aquellos que ahora atraviesan momentos de dificultad, que
padecen alguna enfermedad, que se sienten incomprendidos, olvidados; que están alejados de
ti, que necesitan de tu paz y de tu alivio celestial, te suplicamos Señor Dios Padre, bendícelos a
todos. Pon tu mano Señor Jesús, de buen pastor sobre cada uno de ellos y por los méritos de tu
pasión y tu cruz sánalos y alívialos física y espiritualmente, en la santa Voluntad del Padre y en
tu Santo nombre. Dales el consuelo que cada uno busca en ti.
Y a los enfermos que Tú no vas a sanar hoy porque en tu plan providencial, tú tienes algo distinto
para ellos, te pedimos que les des fortaleza a ellos y a su familia para que nunca desesperen y
que sepan ofrecer sus sufrimientos uniéndolos a tus sufrimientos en la Cruz, para darle un valor
de redención. Te lo pedimos en Tu Santo Nombre Señor Jesús, orando con el Espíritu Santo y
con la intercesión de la Santísima Virgen.
Gracias Señor porque has escuchado nuestras oraciones. Amén
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió
a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia
católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la
vida eterna. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos
quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir
la penitencia que me fuere impuesta. Amén
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
3 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas
las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
1. En el primer misterio luminoso, contemplamos el bautismo de Jesús en el rió Jordán.
A través de este misterio vamos a renovar el sacramento del bautismo.
Por el poder de Tu bautismo y el nuestro, Danos Señor, una nueva efusión del Espíritu Santo, y
libéranos de toda influencia que el maligno haya tenido o tenga sobre nuestras vidas. Libéranos
de las tentaciones de desaliento, búsqueda de poder, celos o rivalidad.
Dales a todos los laicos que te sirven en la iglesia, el deseo de renovarse cada día, para que,
guiados por Ti, sean constructores de la civilización del amor.
Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo
que nace de la carne, es carne, lo que nace del espíritu, es espíritu. [jn3,5-6]
Reflexión:
Hermano(a), hoy tu puedes ser un ángel para el enfermo o anciano, que no tiene a nadie, para
acompañarlo y animarlo en su soledad, y ayudarle a levantarse del desánimo o vacío, en que se
encuentra.
Cuando las lágrimas son iluminadas por el sol de la fe, se forma en el alma, un hermoso arco iris
de la paz.
A través de este misterio vamos a renovar el Sacramento del Bautismo.
Por el poder del Bautismo danos Señor una nueva Efusión del Espíritu Santo y libéranos de toda
enfermedad del cuerpo y del espíritu.
María, Tu siempre intercediste por Jesús en sus momentos de agonía con tu oración.
Te pido que también intercedas siempre por nosotros en todo momento, para que seamos
capaces de cumplir la misión para la cual fuimos creado por Dios. Madre intercede por nosotros,
para que nuestra alma sea sanada de todo apego al mundo y al Pecado. Madre intercede por
todos los enfermos y asístelos con tu protección y oración en los momentos difíciles de la vida.
Por tanto, es la fe la que les mueve a comprometerse plenamente para curar a los enfermos,
como lo ha hecho siempre a lo largo de la historia. Es la esperanza la que les hace capaz de
perseverar en esta misión, no obstante los innumerables obstáculos que encuentra.
Oremos para que la fe y la esperanza estén siempre presentes en los que asisten a los enfermos.
Por este misterio pedimos a Maria Santísima interceda ante Jesús por la salud de los
enfermos que te encomendamos; conocidos y desconocidos. Que no les falte a ninguno
los cuidados y comprensión que necesitan para tener esperanza y reponerse de los males
que les afectan. Pedimos por los enfermos de Cáncer por los que te rogamos les des
esperanza en su curación, Señor. ¡Te lo pedimos, Señor!!
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
JACULATORIA
María, Virgen Inmaculada,Mujer del dolor y de la esperanza, Muéstrate benigna hacia todo el
que sufre Virgen Santísima, ruega por nosotros! Amen
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
JACULATORIA
María, Virgen Inmaculada,Mujer del dolor y de la esperanza, Muéstrate benigna hacia todo el
que sufre Virgen Santísima, ruega por nosotros! Amen
En el tercer misterio, contemplamos a Jesús, que anuncia la venida del Reino, invitando a
la conversión.
Por el poder de este misterio, te pedimos señor, nos concedas a todos los cristianos, el don de
discernimiento, para darnos cuenta de cuales son las tentaciones que con mayor frecuencia nos
roban tu alegría, y nos privan de experimentar en nosotros tu divina presencia, quita de nuestro
caminar diario, todo aquello que no nos deja proclamar con el poder de tu espíritu, la venida de
tu Reino, haciendo así que nuestra tarea evangelizadora se vea diluida. en este misterio, también
te entregamos la convivencia en nuestros hogares y la economía familiar, para que tu las
ordenes, de modo que podamos llevar tu palabra y tu amor como constructores de unidad.
“Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: “vuelvan a Dios, porque el Reino de los Cielos
esta cerca” [mt 4, 17]
Reflexión:
Hermano(a), tú no seas espectador del enfermo o anciano que en ocasiones se avergüenzan de
la enfermedad o discapacidad que tienen y se sienten excluidos, sin nadie que los atienda, sé
valiente y recuerda que Jesús dijo: ”En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los
más pequeños de mis hermanos, me lo hicieron a mí”. Mt. 25,40
Madre Dolorosa, cuanto dolor en tu Corazón…!, sufriendo junto con Jesús el peso enorme de
nuestro Pecado, para que venga a nosotros el Reino de los Cielos. Por tu intercesión pedimos a
Jesús que quite de nuestro caminar diario todo aquello que No nos deja proclamar con el Poder
del Espíritu Santo la Venida del Reino. Por eso llenos de confianza por la intercesión de María
te pido Señor Jesús amado, por los méritos de Tu Corona de Espinas, que me Sanes de las
enfermedades que me afligen en el alma y en el cuerpo. Envuélveme en Tu Amor sanador,
Dame la Luz que necesito y la Voluntad Tuya para entregarme totalmente a Ti, para hacerte Mi
Señor y Mi Dueño, Mi Amor Verdadero.
Que No quede ningún área dentro de mí que no la ofrezca a Ti. Entra profundamente en mi ser,
para que con la Pureza de Tu Amor y de Tu Santo Espíritu, llegues a donde nadie pudo llegar.
Sólo Tú con tu Fuego Divino puedes purificar hasta lo más profundo de mi alma. Te entrego
Jesús todas las cosas, los pensamientos, las actividades, las posesiones, las cosas que me atan
a lo pasajero, a lo mundano, para que sea purificado totalmente y sea libre para Ti, para vivir de
Tu Amor y así se haga en mí Tu Voluntad para que Venga Tu Reino.
Con esta actitud de profunda coparticipación, la Iglesia sale al encuentro de los heridos por la
vida, para ofrecerles el amor de Cristo mediante las numerosas formas de ayuda que la
caridad” le sugiere para socorrerlos. A cada uno ella repite: ¡Animo, Dios no te ha olvidado!
Cristo sufre contigo. Y tú, ofreciendo los sufrimientos, puedes colaborar con Él para redimir el
mundo.
Pidamos para que ese ánimo, se encuentre no solo en el enfermo sino también en los que
queremos servirlos.
Por este misterio pedimos a Maria Santísima interceda ante Jesús por Nuestros hermanos
enfermos en los hospitales en terapia intensiva conectados a aparatos,para que,
experimentando el misterio de la cruz,sientan también la presencia cercana y maternal de
la Virgen Maria
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
JACULATORIA
María, Virgen Inmaculada,Mujer del dolor y de la esperanza, Muéstrate benigna hacia todo el
que sufre Virgen Santísima, ruega por nosotros! Amen
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
JACULATORIA
María, Virgen Inmaculada,Mujer del dolor y de la esperanza, Muéstrate benigna hacia todo el
que sufre Virgen Santísima, ruega por nosotros! Amen
Por nuestra comunidad cristiana:Red Mundial Cristiana de Oración para que tenga
siempre los ojos atentos y el corazón sensible a las necesidades de quien sufre, y se
convierta así en oasis de la misericordia del Padre.Por este misterio pedimos a Maria
Santísima interceda ante Jesús Escucha, Padre, nuestra oración y danos un corazón
compasivo como el de María, para que nos mostremos siempre más atentos a las
necesidades de nuestros hermanos que sufren y nos comprometamos, sin miedo, a
acompañarles. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las
mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA
Toda la Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,. como era en el principio, ahora y
siempre, por los siglos de los siglos. Amén
JACULATORIA
María, Virgen Inmaculada,Mujer del dolor y de la esperanza, Muéstrate benigna hacia todo el
que sufre Virgen Santísima, ruega por nosotros! Amen
INVOCACIÓN ESPECIAL A SANTA MARÍA POR LOS ENFERMOS
Madre y Señora Nuestra intercede especialmente ante tu Querido Hijo, Nuestro Señor
Jesucristo, por estos enfermos que ponemos en tus manos. Que el mismo Jesucristo les de
fuerzas para resistir su enfermedad y fueran curados de sus dolencias si así lo quiere su Divina
Providencia. Amén
“Señor alivia a tus hijos necesitados de salud y de tu Amor,alivia sus almas,consuélalos
Señor.Perdona sus pecados y cuando los llames a tu presencia permite Señor que entren en tu
Reino. Amén”.
Jesús mío, sé que Tú me amas. Aquel a quien Tú amas está enfermo. Si es posible, pase de mí
este cáliz de sufrimiento. Pero añado yo también aquello que Tú dijiste en el huerto de
Getsemaní: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”.Fortaléceme y consuélame, Jesús mío. Madre
nuestra, Virgen Santísima, Tú que curas a los enfermos, ruega por mí ante tu Santo Hijo. Amén.
Oración
Maria, madre nuestra, te pedimos que nos ayude a liberarnos de la superficialidad, de las
frivolidades, las cosas sin fundamentos y las apariencias, haz que nada nos impida tener
capacidad para reflexionar y así vivir conforme a los caminos señalados por tu Hijo Jesucristo.
Maria, madre nuestra, te pedimos que el mal no triunfe en el mundo, te rogamos para que las
mezquindades no dominen a los hombres, te suplicamos que no libres de las injusticias y de todo
mal que la rodea, y˙danos a vivir en la paz de Jesús.
Maria, madre nuestra, te rogamos tu fuerza amorosa, para desterrar nuestro egoísmo, y así poder
reconocer todo lo que nuestro buen Padre y su único hijo han hecho por nosotros.
Maria, madre nuestra, queremos tu inspiración para estar siempre motivados en nuestra
participación con nuestra Iglesia, para asi construir una forma de vida lejos del egoísmo y la falta
de caridad, pero cerca del amor y la fraternidad.
Maria, madre nuestra, danos tu ayuda, para que no tener flaquezas en la constante ayuda que
debemos dar a los niños abandonados y sin hogar, y para que la solidaridad sea nuestra misión
de cada día.
Maria, madre nuestra, contagiamos de esperanza, para que nunca desesperemos y la angustia
no nos haga caer, fortaleceros para no desfallecer en el camino al encuentro con el Señor
Maria, madre nuestra, enséñanos a cumplir los preceptos de amar y respetar a nuestros
hermanos, sin distinción de color de piel, edad, condición económica, sexo y nacionalidad y así
vivir conforme a lo enseñado por tu Hijo Jesucristo.
Maria, madre nuestra, muéstranos el camino del amor y la valoración de los hombres por la
dignidad que Dios le entrego, haz que veamos en cada hombre, mujer o niños, los el Señor ve
en ellos.
Maria, madre nuestra, entréganos tu consejo maternal para saber como entregar amor a los que
estan postrados por la enfermedad, para llevarles alivio a su corazon dolido y entregar la fuerza
de la recuperación
Maria, madre nuestra, no permitas que renuncie a los sacrificios que debemos hacer para vivir
en armonía y concordia con todos nuestros hermanos, ellos tus hijos, ay˙danos a ser
comprensivos.
Maria, madre nuestra, Libranos de todo libertinaje y de toda posibilidad de ser permisivo con lo
actos de inmoralidad que conducen al hombre a la vida sin dignidad.
Maria, madre nuestra, condúcenos por un camino de belleza familiar, para que las relaciones
entre padres e hijos conozcan la comprensión mutua y la aceptación mutua de los cambios
generacionales
Maria, madre nuestra, te imploramos tu asistencia, porque no queremos que los bienes
materiales nos hagan olvidar los verdaderos valores que dan sentido a nuestra existencia, y así
ver la vida conforme a las enseñanzas de Jesús.
Maria, madre nuestra, deja que copiemos de tu sencillez, para vencer los deseos de
vanagloriarse y de soberbia, porque nuestros débiles corazones necesitan imitarte para no caer
en malas actitudes.
Maria, madre nuestra, solo mirándote a ti, lograremos enriquecer nuestra existencia con valores
morales y lejos de toda vida perniciosa, por eso te pedimos que nuestros ojos vivan dirigidos a
ti, modelo de amor y santidad.
Maria, madre nuestra, eres la fuerza que necesita nuestra fe, para que viva empeñada en el
descubrimiento de las hermosas enseñanzas de tu Hijo en los Evangelios, quédate siempre con
nosotros.
Maria, madre nuestra, con tu ejemplo, queremos no dejarnos engañar por la maldad y vivir con
un corazón puro, por eso te pedimos que nos des una visión que nos permita ver lo bueno, donde
este y sin prejuicios.
Maria, madre nuestra, con tu ayuda incondicional, queremos asumir el compromiso de trabajar
por las cosas justas y equitativas, y de denunciar la actitudes de injusticias, especialmente con
los mas desposeídos.
Maria, madre nuestra, orientanos para que nunca actuemos en contra de los hombres y para que
nuestro prójimo reciba de nosotros por encima de cualquier dificultad una palabra de aliento y
amor.
Maria, madre nuestra, enseñananos madre buena a superar nuestra actitud egoísta, critica y
exigente con nuestros hermanos, asi como vivir siempre en el camino de la comprensión y la
misericordia.
“Virgen y Madre del Santo Rosario, a tus pies depositamos las necesidades y súplicas que
tantos hijos tuyos nos encomiendan. Ruega al buen Jesús por todos los que confían en tu
bondadosa y poderosa mediación.
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle
de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh
clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo. Amén
OREMOS.-
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo
y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada
de tu Hijo;
concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión
seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro
Señor. Amén
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén
GLORIA.-
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos Amen.
Oración
Oh Dios, cuyo unigénito Hijo, con su vida, muerte y resurrección, nos alcanzó el premio de la
vida eterna: concédenos, a los que recordamos estos misterios del Santo Rosario, imitar lo que
contienen y alcanzar lo que prometen. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Por estos misterios santos de que hemos hecho recuerdo, te pedimos, ¡oh María!, de la Fe santa
el aumento; la exaltación de la Iglesia; del Papa el mejor acierto. Que el gentil conozca a Dios;
que el hereje vea sus yerros. Que todos los pecadores tengamos arrepentimiento. Que los
cautivos cristianos sean libres de cautiverio. Goce puerto el navegante y de salud los enfermos.
Que en el purgatorio logren las ánimas refrigerio. Y que este santo sacrificio tenga efecto tan
completo en toda la cristiandad, que alcancemos por su medio, el ir a alabar a Dios en tu
compañía en el cielo. Amén.
Oración final
Amado Padre, te entrego esta oración con todo mi corazón por todos los enfermos que sufren
males físicos, que los consume o tortura día a día.
Has que esa cruz sea liviana y la carguen con paz, con serenidad y con valor. Te pido que por
medio de la enfermedad lleguen a ti! Tengan fe en tu poder de sanación y se conviertan en
testimonio vivos de tu Amor infinito y tu Misericordia Divina por todos nosotros.
Ten piedad por los niños enfermos, dales valor para soportar el dolor, dales paz, calma sus
corazones y que el Espíritu Santo se albergue dentro de sus almas para que sean fuertes y
valientes.
Te pido Señor Bendito que cargues y lleves a tus hijos que sufren dolores musculares, cuerpos
atrofiados, carga también al invalido, lleva de la mano a los que tienen enfermedades graves, a
los que han perdido algún miembro de su cuerpo u órganos, dales una segunda oportunidad;
sostén en tu regazo a los que padecen del corazón . Consiente a los que sufren de las
enfermedades terminales.
Te pido Señor Amado por los que tienen cáncer, dales toda tu bendición. Ungelos con tu
sangre bendita para que puedan aceptarla, llevarla y superarla con toda la fe de tu poder.
Vuélvenos en evangelizadores de tu palabra.
Bendice a los ancianos enfermos que están cercándose más a tu gloria y que tengan el tiempo
suficiente en preparar sus almas para ser recibidos como se debe. Consuela a sus familias
para la despedida y que oren mucho por su salvación.
Bendice las manos que curan, cuidan y dedican su tiempo a los enfermos.
Señor de la Misericordia, ampáranos en tus brazos. Cúbrenos con tu agua y sangre bendita,
líbranos del mal, aleja las enfermedades del mundo, ayúdanos a cuidarnos y valorar la vida.
Ten Piedad de nosotros. Amén.
Plegaria
Señor Jesús, te adoro y te soy gracias por la fe que me has dado en el Santo Bautismo. Tú
eres el Hijo de Dios hecho Hombre, Tú eres el Maestro, Tú eres el Mesías Salvador.
En este momento quiero decirte como Pedro: “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los
hombres en el cual podemos ser salvados”.
Yo pongo a tus pies mi pobreza, mi sufrimiento y mi enfermedad. Sáname, Señor, por el poder
de tu poderosa Palabra, por tus Llagas gloriosas, por tu Santa Cruz, por tu preciosísima
Sangre.
Tú eres el Buen Pastor y yo soy una de las ovejas de tu corral: ten compasión de mí y sálvame.
Tú eres Jesús, que ha dicho: “Pidan y les será dado” y “Tengan fe en Mí”. Señor, el pueblo de
Galilea venía a traer sus propios enfermos a tus pies y Tú los sanabas. Así, yo también te pido
la sanación de mi cuerpo y de mi alma.
Tú eres siempre el mismo, Tú tienes siempre el mismo poder, Porque Tú vives en la eternidad
y estás siempre en medio de nosotros. Yo creo que Tú puedes sanarme, porque tienes la
misma compasión que tenías por los enfermos que encontrabas. Tú eres la Resurrección y la
Vida.
Gracias, Jesús, por lo que haces: Yo acepto tus planes de amor para mí, porque todo lo que
haces es bueno. Creo que me manifestarás tu gloria y que me darás paz y salvación. Aún
antes de saber cómo intervendrás, te doy gracias y te alabo, Tú eres el Amor de mi vida. Amén.
Bajo Tu Protección
Bajo tu protección nos acogemos Santa Madre de Dios, no desoigas nuestras súplicas en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y
bendita.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios ,Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de Nuestro Señor Jesucristo. Amen
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que lo que, por el anuncio
del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos
llevados a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oración
Dios Padre, amigo de la vida, que estás presente en todo el universo y en la más pequeña de
tus criaturas, derrama en nosotros la fuerza de tu amor. Dios de los pobres, ayúdanos a rescatar
y cuidar a los abandonados y olvidados de esta tierra que tanto valen a tus ojos. Sana nuestras
vidas, para que sembremos hermosura y no contaminación y destrucción. Toca nuestros
corazones y enséñanos a descubrir el valor de cada persona y de cada cosa, porque todos
somos custodios de la salud de nuestros hermanos y de la salud del mundo. Amén
María, Madre nuestra,
que en Cristo nos acoges como hijos,
fortalece en nuestros corazones la espera confiada,
auxílianos en nuestras enfermedades y sufrimientos,
guíanos hasta Cristo, hijo tuyo y hermano nuestro,
y ayúdanos a encomendarnos al Padre que realiza obras grandes.Amen
Ave María Purísima. Sin pecado concebida.