Carl Friedrich Gauss
Carl Friedrich Gauss
Carl Friedrich Gauss
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Para otros usos de este término, véase Gauss (desambiguación).
Carl Friedrich Gauss
Información personal
Nombre de
Johann Carl Friedrich Gauss
nacimiento
Nombre en
Carl Friedrich Gauß
alemán
30 de abril 1777
Brunswick, Sacro Imperio
Nacimiento Romano Germánico,
(Principado de Brunswick-
Wolfenbüttel)
23 de febrero 1855
Fallecimiento (77 años)
Gotinga, Reino de Hanóver
Lugar de
Albanifriedhof (Alemania)
sepultura
Residencia Reino de Hanóver
Confederación del Rin,
Nacionalidad Confederación Germánica y Reino
de Hanóver
Religión Luteranismo
Familia
Johanna Osthoff
Cónyuge
Mina Waldeck
Educación
Educado en Universidad de Helmstedt
Supervisor
Johann Friedrich Pfaff
doctoral
Información profesional
Área Matemático y físico
Teoría de números
Magnetismo
Función gaussiana
Conocido por
Construcción del
Heptadecágono,
Eliminación de Gauss-Jordan
Firma
Gauss pronto fue reconocido como un niño prodigio, pese a provenir de una familia
campesina de padres analfabetos; de él existen muchas anécdotas acerca de su
asombrosa precocidad. Hizo sus primeros grandes descubrimientos mientras era apenas
un adolescente en el bachillerato y completó su magnum opus, Disquisitiones
arithmeticae, a los veintiún años (1798), aunque fue publicado en 1801. Fue un trabajo
fundamental para que se consolidara la teoría de los números y ha moldeado esta área
hasta los días presentes.
Índice
1 Biografía
o 1.1 Juventud
o 1.2 Madurez
2 Disquisitiones arithmeticae
o 2.1 Contribuciones a la teoría del potencial
3 Publicaciones
4 Epónimos
5 Véase también
6 Notas
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Biografía
Juventud
Desde muy pequeño, Gauss mostró su talento para los números y las lenguas. Aprendió
a leer solo y, sin que nadie lo ayudara, aprendió muy rápido la aritmética elemental
desde muy pequeño. En 1784, a los siete años de edad, ingresó a una de las escuelas de
primeras letras de Brunswick donde daba clases un maestro rural llamado Büttner, quien
corrigió rápidamente su lectura, le enseñó la gramática y la ortografía del alto alemán
estándar (ya que la lengua nativa de Gauss era el bajo alemán), así como caligrafía y
perfeccionó su talento matemático y lo animó a continuar el bachillerato, como consta
en su carta para que lo aceptaran en el Lyceum; pero que usaba unos métodos severos y
una estricta disciplina, lo que desagradaba a alguien tan sensible. Se cuenta la anécdota
de que, a los dos años de estar en la escuela, durante la clase de aritmética, el maestro
propuso el problema de sumar los números del 1 al 100 (una progresión aritmética.nota 2
Gauss halló la respuesta correcta casi inmediatamente exclamando Ligget se ('ya está',
en bajo alemán). Al acabar la hora se comprobaron las soluciones y se vio que la
solución de Gauss era correcta, mientras que no lo eran muchas de las de sus
compañeros. Él, en vez de sumar directamente, observó que 100+1 = 99+2 = 98+3 ... es
decir, lo que se le pedía era equivalente a multiplicar 101 x 50.
A los doce años ya miraba con cierto recelo los fundamentos de la geometría. A los
catorce años, fue presentado ante el duque de Brunswick. Este quedó fascinado por lo
que había oído del muchacho, y por su modestia y timidez, por lo que decidió hacerse
cargo de todos los gastos de Gauss, lo que permitió asegurar que su educación en el
bachillerato llegara a buen fin. Allí conoció al matemático Martin Bartels, quien fue su
profesor, y se aceleraron sus progresos en matemáticas. Ambos estudiaban juntos, se
apoyaban y se ayudaban para descifrar y entender los manuales que tenían sobre álgebra
y análisis elemental. En esos años se empezaron a gestar algunas de las ideas y formas
de ver las matemáticas que caracterizaron posteriormente a Gauss. Se dio cuenta, por
ejemplo, del poco rigor en muchas demostraciones de los grandes matemáticos que le
precedieron, como Newton, Euler, Lagrange y otros más.
A los diecisiete años tuvo sus primeras ideas intuitivas sobre la posibilidad de otro tipo
de geometría. A los dieciocho, Gauss se dio a la tarea de completar lo que, a su juicio,
habían dejado sin concluir sus predecesores en materia de teoría de números. Así
descubrió su pasión por la aritmética, área en la que poco después tuvo sus primeros
triunfos. Su gusto por la aritmética prevaleció por toda su vida, ya que para él «las
matemáticas serían la reina de las ciencias y la aritmética sería la reina de las
matemáticas».