Manuel Pacho - Eduardo Caballero Calderón
Manuel Pacho - Eduardo Caballero Calderón
Manuel Pacho - Eduardo Caballero Calderón
"Manuel Pacho"
ante la crítica estructural y objetiva
..
Escribe : HET.GA KR UGER
( 1) Ornar Gonwlet. Gondlet. : Notas sobre la novela de la •lolen eia e n Colombia, iné-
dito, Bogolá, 1963.
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unn ideología. n vect'$ muy g·ast.ada" (1), ese autor tiene irremediablemente
que tomar partido. Atrapado en el medio mismo, la urgencia del problema
limita su libertad estética. El problema mata a la f orma, el compromiso
político al aliento \'ital.
La ~egunda etapa del desarrollo se pos ibilita por la abstracción. Es
nect>sario que t!l autor delibere sobre el problema para que este pueda
con ·tituír unn forma convincente y emocionante, con una estética cultiva-
da. En cst<.' momento el hecho político puede llegar al arte. Sin reflexión,
sin abstracción objetivadora, la obra quedaría en el plano de la crónica o
de la denuncia. En esta segunda etapa del desarrollo podemos ubicar La
hoj arasca. E l día señalado y Manuel Pacho.
Eduardo Caballero Calderón se ocupó de la violencia en El Cristo de
espaldas y, visto como un problema subalterno, en Manuel Pacho. E l Cristo
de espaldas presenta la violencia desde el punto de vista cr itico-social y
r eli gioso, en un <'Stilo perfecto y adecuado en su intención, pero en la linea
tradicional i~tu pt·opia del r ealismo social. En Manuel Pacho, en cambio,
el estilo está dentro de los r umbos señalados por Hemy James y Marcel
P1·oust (punto de vista y monólogo interior), por tanto dentro de las líneas
de la novela moclcrna sicoanalítica. El autor renuncia a la consideración
general clc problem a y lo coloca en un plano personal, que es para él la
forma más eficaz de dar su mensaje: "Yo creo que dentro de nuestro mun-
do actua l el escritor, el poeta, el artista, el místico, tienen una funci ón
social importantisi ma y ella consiste en mostrarle al rebaño de los demás
lo que debe ser una sola oveja, al bosque de la multitud lo que r epresenta
un solo árbol, a la masa indeterminada y anónima del partido lo que es
un hombre: un ser libre, autónomo, irreductible, impr evisible, caprichoso,
trágico y ridiculo a la vez, grande y pequeño simultáneamente, orgulloso
y humilde y por lo mismo hun'lano. P orque a ese hombre fragm entario que
claudica dentro de la masa, el escritm· lo tiene que salvar" (2).
Eduard o Caballero Calderón nació en Bogotá, en 1910. Hijo de te-
rratenientes, vivió hast.a su juventud en una finca en Boyn.cá al lado de
su padre, jurisconsu lto y general, hombre de vasta cul tura. Caballero Cal-
der ón se consagró desde temprano al periodismo. En su vi da pública y
polliica cumplió las siguientes funciones: secretario de la Embajada de
Colombia en Lim o., corresponsal de El Tiempo de Bogotá en Buenos Aires
y Rio de J nneiro, encat·gado de negocios en España, rcpresentunt~ a Ja
Cámara en Colombia. Actual mente representa a Colombia en la UNESCO.
Ha estudiado a fondo la litet·atura europea y americana. Sus autores pre-
dilectos son Proust, Faulkner y Camus. Su interés por la filosofía le per-
miti ó formarse una opinión personal y orientadora sobre los fenómenos
del mundo contemporáneo y especialmente sobre la realidad colombiana
actual. Su novclí~ tica está orient-ada al análisis del hombre y de la socie-
dad contemporáneos, pero la mejor parte de su obra se dedica a un tema
primordial: la interpretación del hombre colombiano.
11) Omn1 C.mttñlt':r. (;on:r.alcz: Notas sobre la novela de la violencia e n Colombia, inédito,
B og o tá, l !IG~.
tZ I J.~du nnln l'nuallt'l c.> Colclcró n: El escr itor contemporán eo l' n una encrurijada, en El
Tiempo. L('rtUIU Dominicales, 19/ Xll / 1964, B og otá.
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MANUEL PACHO COMO NOVELA DE LA VIOLENCIA
Argumento:
La novela se desarrolla en los llanos. A causa de un asalto de los
bandoleros el protagonista, Manuel Pacho, pierde su hogar, s u familia,
todo lo que formaba la base de su vida. El, salvado casi milagrosamente
de la masac-re general, se propone la tarea de enterrar a su padre de
acuerdo a las normas religiosas, lo que le hacer cargar sobre sus hombros
el cadáver para transportarlo al pueblo próximo. Durante tres días y dos
noches luchando contra las alucionaciones, el asco y la fatiga, camina
hasta el pueblo y cumple su propósito. Estos tres días de marcha solitaria
por los llanos se llenan de figuras de su vida pasada, de experiencias, aven-
turas, de manera tal que aparece a los ojos del lector toda la vida del
protagonista. Con un esfuerzo s<>brehumano Manuel Pacho cumple un
acto h eroico.
El contenido revela la vida de un hombre en una r egión colombiana:
los llanos, y una probl~ mática social determinada: el bandolerismo. Todo
esto constituye una temática propia del realismo social. Sin embargo, con-
sidero que la novela sobrepasa este género de reflejos realistas de un fe-
nómeno actual y logra hacer un puro testimonio del ser humano como in-
dividuo.
IdcoJogía:
"He llegado a pensar que cualquier hombre, po1· humilde e
ins ignificante que sea, tiene alguna vez en su vida un mo-
mento de aproximación al éxtasis del mfstico, a la intuición
del genio o al sacrificio del héroe".
PróJogo
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si n embargo, no cons tituye un problema en sí. A pa rece solo como un hecho,
como una fue rza s uperior y destructiva. Así la violenc ia no f igura sino
como la circunstancia necesaria, como base o posibilidad para crear una
situación determinada que exige del hombre t odas sus fuerzas, le tran s-
f orma y le conduce a sí mismo. La violencia se presenta cntonc<.>s como
servidora de una id ea filosóf ica. Lo que le interesa a l autor es una situa -
ción individual de un ser humano y su problema propio. Para ver ificar
esta afirmación, a nalizaremos el personaje princi pa l, la problemática plan-
teada y la técnica de la novela.
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se constituye solamente para él y le posibilita convertirse en héroe. No
importa en esta acción la falta de inteligencia sino la fuerza física, la de
la voluntad, la fidelidad a un mundo perdido y el amor filial. Estas fuer-
zas son las que constituyen su ser y p or medio de ellas se r ealiza a sí
mismo.
El autor demuestra entonces que la vida ofrece a cada uno la posibili-
dad de esta realización, ya sea apelando a fuerzas intelectuales y espiritua-
les, ya a instancias vitales y sentimentales como en este caso.
Caballero Calderón presenta el siguiente desarrollo del protagonista:
en el primer momento el :¡>er sonaje tiene caracteres netamente animales,
Manuel Pacho es un fruto más de la naturaleza del llano. Habiendo sido
destruida la base de su existencia, analiza por primera vez su vida pasada.
Este análisis le despierta y significa el comienzo de su humanización. De un
estado prelógico, Manuel Pacho evoluciona hasta adquirir conciencia de
su propio yo: "Desde el colegio vivía yo siempre en las nubes ... Hasta los
aviones que vuelan sobre las nubes alguna vez tienen que aterrizar. Ma-
nuel Pacho acababa de hacerlo . . . " (p. 126). Finalmente su figura logra
- una grandeza inesperada y llega al puro heroísmo.
E l individuo y la sociedad
Debemos anotar un aspecto importante del concepto filosófico de la
novela: la pérdida del individuo en el enfrentamiento con la sociedad.
Como el personaje mismo, su carga r esulta tan extJ·aordinaria que la
misma gente del pueblo no la entiende ni la ve, esta es su tragedia. Lo
que constituye lo heroico es la lucha y luego el vencimiento de la propia
debilidad. Desde un punto de vista social es un h erotsmo equivocado por-
que no tiene en cuenta a la sociedad y no beneficia a nadie sino al prota-
gonista. Se trata de un heroísmo individual. La situación heroica se pierde
en el momento en que Manuel Pacbo se enf1·enta a los demás y estos im-
ponen el criterio para lo importante. Perdiéndose su mundo propio y su
escala de valores se pierde al mismo tiempo su esencia heroica. "Su re-
verencia tiene que comprender que más importante que la sue1·te de esos
infelices de "Vuelta del Cura" es el h ech o de que los bandolel'os, sean
quienes fueran, están a una hora de Orocué . . . " (p. 153) . Con estas pala-
bras la valoración de los actos se r ealiza desde un mundo regular, la
escala de valores de la sociedad n o deja sitio a las realizaciones indivi-
duales. De esta forma el autor ejemplüica la tesis de Ortega y Gasset
cuando afirma la eliminación de la esencia del hombre por la colectivización.
Resumiendo: la novela nos mnesb:a un personaje sin interlocutor, apar-
tado de una sociedad quE' le niega su esencia humana, desvalorizándolo a
un estado de inferioridad animal. Aunque parte del problema de la violen-
cia, Manuel Pacho se aleja completamente de la novela del realismo social
contemporáneo, más aun, se coloca en una posición opuesta a él. Siguiendo
a un hombre aislado de los problemas sociales se manüesta en favor del
individuo contra la deshumanización que implica la sociedad. De tal manera,
el autor constl'uye conscientemente una novela individualista, así quiero
llamarla. Vamos a justificar esta tesis siguiendo, para interpretar la obra,
otro camino más racional: el análisis de la técnica y )a construcción.
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EL INDIVIDUALISMO EXPRESADO P OR LA FO RMA DE LA NOVELA
Estructura
El r esu men del contenido demostró que la acc10n en la novela es mí-
nima, aunque e l autor ha condensado toda la vida uel protagonista en el
lapso de tres días y dos noches de tiempo narrativo. Asi se plantea el
problema de la construcción del texto. Voy a desarrollar el primer capí-
tulo que puede servir como ejemplo de la estructura general de la novela.
En el esquema usaremos las siguientes convenciones:
t
o situación del protagonista
1
PAGINAS 7 A 17 ( CAPITULO 1)
7
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Vida anlenor
1
l a mañana 1" Accaon presente
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poral y hace saltar al lector, siguiendo la acción, entre la diversas dimen-
siones temporales. Estas se relacionan únicamente a través del prota-
gonista.
Manuel Pacho actúa como punto inicial de la construcción. Sus recuer-
dos ¡·evelan al lector s u vida pasada, todo lo que ha formado su pensamiento
y su personalidad. La cita siguiente demuestra la presentación indirecta y
fragmentaria. "Manuel Pacho se mordió los labios, balanceándose en la grue-
sa rama del mango. Se sentía domando el potro con las piernas cuando
corría llano adentro, en dirección al río Guanapato ... Al regresar a la casa,
paso entre paso, muchas horas después, Manuel Pacbo y el potro jadeaban
y sudaban a chorros ... Te has ganado el potl·o, Manuel Pacbo. Te lo r egalo
- le habfa dicho el viejo sentado en su taburete de vaqueta en el corredor
de la casa-" (p. 7 /8}.
Su proyección hacia el futuro anticipa una realidad, producto de s u
vida anterior, que para siempre frustró la catástrofe. Manuel Pacho y el
lector tienen conciencia de este hecho irremediable. "Cuando cayó el cadáver
de mamita y al golpear el agua hizo chás chás, Manuel Pacho por poco
pierde el sentido y se cae del mango. Ahora comprendía que la quería bár-
bat·amente, como un animal, y en adelante no tendría a nadie que Jo quisiera
como ella lo había querido. En adelante nadie estaría detrás de él para
recordarle las cosas, pues a Manuel Pacho se le olvidaba todo: -Manuel
Pacho, ponte las botas. Los señores no deben andar descalzos o de alpar-
gatas ... " (p. 12).
La relación entre las dimensiones de pasado y futuro permiten la
comprensión del momento presente. Se produce entonces un juego dialécti-
co: cada suceso del presente provoca un recuerdo fragmentado y difuso,
cada recuerdo revela más y mejor la constitución y las pos ibilidades del
personaje y va explicando su comportamiento fren Le a la realidad.
.....
.......-.. imágenes fotográficas del pasado sin nexo ni relación
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19) el desan·ollo no se presenta como una linea continua s ino frag-
mentado;
29) el protagonista se si túa como punto fijo del relato; y
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Capítulo III: La base de su vida intelectual: leyendas y cuentos de
los llanos. Primera mención de su intento de suicidio, estimulando el inte-
rés del lector por una época de su vida basta ahora desconocida.
Capítulo IV: Referencia más completa a su vida de escolar, interrum-
pida por recuerdos de las fiestas de los llanos que actúan de contraste.
Capitulo V: Sueño sobr e el1·eciente asalto. Nuevamente su vida escolar.
Recuerdo de su n ovia, ya mencionada anteriormente. Se capta la atención
del lector con un acontecimiento, "el más importante de su vida sin im-
portancia", pero el suceso todavía queda en sombras.
Capítulo VI : Problema actual del transporte del cadáver. Imaginándose
la muerte normal del viejo se presenta el cuadro de un entierro llanero.
En el capítulo VII ya estamos en posesión de todos los elementos para
comprender el comportamiento del personaje. El capitulo 1 significa la base;
en los siguientes se explican los motivos de la misión que Manuel Pacho
se propone y se revelan las etapas más importantes de su vida. En este
desanollo, los recuerdos y el momento presente van construyendo una trama
cerrada, hasta que en el capitulo VII llegan a un punto cercano a la iden-
tificación.
Hasta ahora, la acción se daba C()mo un pretexto para mostl·ar el pasa-
do en este capítulo, por el contrario, el pasado sirve como fundamento
explicativo del presente. De aqui en a delante, tanto el pasado como el pre-
sente pierden la independencia temporal para fundirse en un todo, en la
totalidad de su vida. Lo que antes fue un sentimiento vago, aquí se explica
gráficamente en la construcción: ni el pasado, ni el presente, ni el futuro
determinan al hombre sino la totalidad de las tres dimensiones. La tota-
lidad funciona como posibilidad del heroísmo. Este momento de fusión forma
una constelación especial, que, al ser aceptada y asumida por el protago-
nista, le da conciencia de su valor individual y le permite rebelarse contra
los valores aceptados por la sociedad. "A ver si ustedes serían capaces de
cargar en pleno llano un bulto de cinco anobas de lana, de plomo o de
muerto. Cinco an-obas de carne corrompida, no de cecina salada y curtida
para que no se puch·a. Ya los vería yo, ¡maricas ! ¿Serían capaces ahora
de reírse de Manuel Pacho? Manuel Pacho no entiende de decimales, n i de
verbos irregulares, ni de l'eyes de la dinastía visigoda, pero puede llevarse en
pulso a toda la clase. Algo tendrá Manuel Pacho cuando para ser como
ustedes, para que me miren por encima del hombro, para que me consi-
deren un cristiano y no un salvaje del Putumayo, hago cosas que ustedes
nunca podrán hacer" (p. 99/100) .
El "tempo" de la novela está determinado por la constl·ucción, y en él
se manifiesta también el paralelo perfecto entre técnica y contenido. Así
como se presenta el desanollo se forma el alma del protagonista, en inter-
cambio dialéctico entre pasado y presente. Mientras el autor deta11a los
cambios espirituales y anímicos, la evolución del alma de Manuel Pacho,
la acción queda detenida al mínimo. Una vez que él toma conciencia de sí
mismo (Cap. VII), que ha podido sobrepasar su estado prelógico, también
la acción s.e libe.ra. del pasado y avanza rápidamente. ~ este capítulo en
adelante, el- desarrollo se presenta lógicamente; la construcción, sin perder
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la técnica de rup turas y saltos, marcha sin embargo de manera más r e-
gular, con el acento puesto en el presente. La reflexión, la r esolución, la
decisión libre de su voluntad, la evolución de s u alma en fin, suplantan al
juego de acción y r ecuerdo y quedan en primer plano hasta el f in del libro.
Así el autor nos permi te aquilatar la tarea que se propuso Manuel Pach o.
el significado que tiene para él el recuerdo del viejo y comprender el valor
de darle sep ultura con la debida asistencia r eligiosa. En este momento
los lazos que unen a Manuel Pacho y el viejo se fortifican al se r reconoci-
dos y valorados por el protagonista. Su deber deja de se1· una obligación
puramente social para convertirse en un imperativo ético. Es una forma
de disculpar s u cobardía y de reparar el daño causado. uyo sabía que tenía
tiempo de sobra. He podido bajar del árbol y buscar la escopeta. . . Y
sin embargo me quedé quieto, escondido, sin moverme, temblando de miedo
como una cria tura y orinándome en los calzones. . . ¿Qué me pasó, Dios
mío? .. . Soy un cobarde, un infeliz cobarde. Yo necesito enterrarlo a su-
mer cé, vi ejo, para que s u alma no pene y me p ersiga toda la vida . . . Lo
menos que pu edo hacer, ya que no f ui capaz de defenderlo o de darle
un sorbito de agua cuando se arrastraba por el suelo con un hueco en las
espaldas, es entenado en sagrado como a un buen cristiano. Si lo deja1·a
tirado en la mitad del llano para que se lo comieran los zamuros ser ía
dos veces coba1·de y n i la mamita ni sumercé me perdonarían en el otro
mundo. E l grito de la mamita me seguiría toda la vida, a todas partes,
y yo no podría soportarlo. Tengo que llega r a Orocué aun cuando sumercé
se pudra sobre mis costillas y yo me caiga muerto de cansancio" (p. 122/ 23).
La pers pectiva
El mismo método de concentración sobr e el protagonista se mani!esta
también en la técnica elegida, que pa1·ece especial y cuidadosamen te bus-
cada para este relato.
"Para evitar la omnisciencia sin prescindir de la objetividad entrañada
en la tercera persona, algunos novelistas han manejado la técnica llam ada,
desde Henry James, del punto de vista. Con tal técnica se pretende su-
primir la vis ión y estimativa propia del narrador trasladándola a un o o
varios. personajes, desde los cuales ~esde . cuy.as perspectivas- aparecen
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configurados y presentados al lector los hechos novelescos. J ames no pone
a su lector en contacto directo con la acción novelesca, s ino más bien a
través de lo que algún o algunos personajes opinan de esa acción, a través
de un punto de vista o conciencia intermediaria ... u (1).
Efectivamente, en esta novela la perspectiva (el punto de vista) no
se utiliza solamente como un recurso técnico sino también en misión del
contenido de toda la obra, manifestando la exaltación del individuo y sus
problemas y eliminando todas las consideraciones de tipo general.
Vamos a establecer dos tipos de relaciones que se producen al en-
frentarnos con la obra: a) relación lector-personaje; y b) 1·elación perso-
naje-mundo novelesco. El mismo título de la novela, Manuel Pacho ya fun-
ciona como limitación. El lector se prepara a observar al protagonista, a
seguirlo en su ruta, expresiones y problemas. La primera frase establece
la inmediata r elación: "Agarrado con ambas manos a una rama del mango,
Manuel Pacho miraba la mancha gr isosa del patio, destefiida y desflecada
en los bordes por unos hierbajos cenicientos" (p. 7) . Ya se puede observar
en esta frase que la perspectiva nunca permanece estática. Se puede com-
parar con una cámara fotográfica móvil: en el primer momento el lector
tiene la cámara en sus manos "Agarrado con ambas manos a una rama del
mango, Manuel Pacho miraba la mancha ... "; inmediatamente Manuel
Pacho nos arrebata la cámara " . . . miraba la mancha g1·isosa del patio,
desteñida y desflecada en los bordes por unos hierbajos cenicientos". Que-
dando en sus manos, la cámara móvil construye poco a poco el escenario:
"Al otro lado de la cerca de palos de araco hacia cabriolas y r elinchaba
el potro. Estaba atado al botalón por un rejo vibrante como la cuerda de
un tiple".
Así el lector se identüica con la perspectiva de Manuel Pacho. Este
juego de perspectivas se mantiene constantemente, a veces con tanta su-
tileza que no se capta. El autor logra dar una "perspectiva falsa", como
quiero llamarla. Saliendo de la perspectiva a) se transplanta insensible-
mente al interior del protagonista -perspectiva b )- y nos conduce a una
identificación con Manuel Pacho y su punto de vista subjetivo. Y toda esta
evolución se pt·oduce sin que el lector advierta que ha pet·dido su visión
objetiva. E l trozo siguiente ejemplifica lo dicho:
• .• (1~ Manuel Baquero · Goy.enes: Qué es ~~. ~ navela, Ed. Oolumbia..· ·Biienoe . Aír.es. .- ....-..
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azules, y los ojos azules de Manuel Pacho; y los indios g oahivos que tejian
los chinchorros de Cumare; ¿de quién seria todo eso sino del viejo 7 Todo
animal de cuatro patas, salvaje o doméstico; todo bicho de piel, de pluma
o de escama, pertenecía al viejo" (p. 9-10) .
Comenzamos con una descripción objetiva (la cámara está en manos
del lector). Desde " ... garzones soldados parados en una sola pata", la
cámara se desliza y gradualmente domina la visión lenta y complicada tí-
pica del protagonista, que se advierte netamente en la enumeración de los
habitantes de la finca (constante característica de su }>ensamiento lento
pero detalli sta) (cfr.: p. 43, 46, 83, 126, 159).
Si observamos la perspectiva b) advertimos en primer lugar la no-
menclatura de los personajes. Solo el protagonista, Manuel Pacho, tiene
nombre propio. Para el resto se emplean los nombres siguientes:
el cura
la mamita
el viejo
la novia
el mayordomo y su mu)er
Ana Tulia y sus hermanas
los profesores.
Se concluye entonces que solo Manuel Pacho, nombrado objetivament-e,
da al lector la posibilidad de considerarlo neutrnlmente, sin una valoración
previa. Todos los otros personajes, en cambio, están presentados subjeti-
vamente al lector. E s el protagonista quien pone de relieve lo que para Jl
tiene importancia en las personas. Es él quien impone s u escala de valores.
" La mamita" no significa para nadie una persona determinada sino úni-
camente para él. Lo mismo pasa con "el viejo,, "la novia", etc., que so-
lamente en contacto con Manuel Pacho se llenan de vida personal, pero
desde la perspectiva de él, desde su punto de vista. J:.:n consecuencia, el
lector también se ve limitado, en su juicio sobre las p ersonas, al punto
de vista del protagonista. El lector se ve forzado a participar de su s ca-
lificaciones y nunca puede llegar a una consideración más objetiva.
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al mayordomo y su mujer, a los cuatro peones de la casa y a l cuidandero,
a Ana Tulia y sus dos hermanitas, y eso me basta. O, ¿les parece po-
co?" (p. 159) .
Del análisis de las perspectivas a) y b) resulta que el uso de la técnica
del punto de vista, con los saltos de a) a b) apuntados, permite una par-
ticipación total del lector. El cambio inesperado de pen;pectiva nos intro-
duce insensiblemente, nos identifica casi con el protagonista. El impacto,
la denuncia, la acusación se vuelve así mucho más viva y se pone al nivel
del lector. Sobrepasando una consideración objetiva sociológica o política
el lector a sume la personalidad de Manuel Pacho y llega a un juicio in-
dividualista y humano.
Discurso vivido
(1) Citado por Belnz Deeker: "Para un estudio analltico del Ul~es de Joyce. Reñsta
Eco, N9 28, a¡roato de 1962, Bo¡roté.
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objetiva, que se emplea preferentemente en la prime1·a parte. Se trata
de una forma media entre narración objetiva y monólogo interior , deno-
minada en Alemania "erlebte Rede" y en Francia "discours indirecte li-
br e". Quiero llamarla "discurso vivido".
El discurso vivido consiste en la nanctción de un hecho, estado o
sentimiento, construida en tercera persona pero con maliccs estilísticos que
prefiguran la primera persona . Se sigue así, pa1·a Ja narración, criterios
típicos de la lengua hablada y no de la lengua narrativa.-expositiva . El
r esultado es un término establecido entre el per sonaje novelesco y el autor .
E l lector cae insensiblemente en la argucia lingüística y s igue el pen-
sa mient~ del per sonaje, olvidando al autor.
"Lo cierto ero, que tanto el vieJo, como la mamita y Manuel Pacho
tenían los ojos azules ... El viejo los tenía azules porque era hij o del
cura, la mamita del mismo color pero grandes, r asgados, envueltos en una
neblina luminosa como si mirara sin ver o pudiera ver 9. través de lo que
estaba mirando. Manuel Pacho también tenía los ojos azu les, chiquititos,
desteñidos, per didos bajo la oscura pelambre de las cejas. Era la ma r ca
del cura que los identificaba a los tres. ¿No dicen que el Niño Dios es
hijo de la Virgen de Chiquinquirá y del E spíritu Santo? ¿Entonces, qué?
E n este mundo, ele noche, todo parece extraño porque todo es posible" (p.
42/ 43) .
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La graduación del cambio puede observarse con claridad en el ej em-
plo siguiente : "Lo que había oído hacía un momento no era el ruido ligero
y apagado de los pasos de la mamita, ni el apresurado tropel de pasos de
la mamita y del viejo, el mayordomo y su mujer, Ana Tulia y s us dos her-
manitas, el cuidandero y los cuatro peones de la "Vuelta del cura". Lo
que ahora oía, claro y distinto, era un solo paso, el de quien anduviera
a saltos, en pata de gallo, en una sola pata como la Patasola" (p. 46 / 47).
El discurso vivido está aquí marcado por la formación lenta y pesada
del pensamiento y por la nomenclatura y consideración global de los per-
sonajes de la finca, típica en él.
Así el discurso vivido es un medio indirecto y coadyuvante, paralelo
a la información, para la caracterización del personaje.
También la distribución del discurso vivido y el monólogo interior
a lo largo de la novela está en función directa con la estructuración del
personaje. En un primer momento, cuando Manuel Pacho es incapaz de
expresarse por sí mismo porque su estado prelógico le impide la concre-
ción y ordenamiento de sus ideas, el autor disimuladamente le presta su
ayuda. A medida que el personaje organiza el caos interior y se pone vo-
luntariamente una empresa humana, la consistencia mental puede expre-
sarse por sí sola. El discurso vivido cede lugar al monólogo interior.
Conclusión
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perspectiva limitada, la construcción sin continuidad temporal, y el U !;O
dominante del monólogo interior se oponen absolutamente a la descripción
objetiva y lineal, propia del realismo social
Cr itica
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en su intensidad para plantear las consecuencias de la violencia sobre u n
individuo. N o es esa la única manera de iluminar una s ituación que con-
figura en gran parte la vida del hombre colombiano. Pero es una de las
posibilidades, la más efectiva y válida, de trasladar una estadística, un
hecho desnudo, a la esfera de las problemáticas human as.
BIBLIOGR AFI A
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