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Nulidad 743

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CORTE SUPREMA SALA PENAL PERMANENTE

DE JUSTICIA R. N. N.º 743-2018


DE LA REPÚBLICA LIMA

Concurso aparente de leyes


Sumilla. El concurso aparente de leyes se presenta
en aquellas situaciones en las que para la
adecuación de la conducta en el tipo penal concurren
en apariencia dos o más tipos penales; sin embargo,
una regla extraída del sistema jurídico permite
determinar que el hecho se encuadra en uno de los
supuestos concursales de este tipo.

Lima, veintiséis de octubre de dos mil dieciocho


VISTOS: los recursos de nulidad
interpuestos por los sentenciados Néstor Ricardo del Carpio Villanueva,
Elizabeth Maiten Bautista Llerena y Gino Ytalo Mergoni Ortega contra la
sentencia del cuatro de enero de dos mil dieciocho1, en el extremo que los
condenaron, por el delito de atentado contra la integridad de datos
informáticos y falsedad genérica, ambos en perjuicio del Estado (Ministerio
de Transportes y Comunicaciones), a cuatro años de pena privativa de
libertad suspendida para Mergoni Ortega y Bautista Llerena, y cinco años de
pena privativa de libertad efectiva para Del Carpio Villanueva; les
impusieron cien días multa y fijaron en la suma de diez mil soles el monto
que por concepto de reparación civil deberán abonar los sentenciados en
forma solidaria a favor de los agraviados. Con lo expuesto en el dictamen
del señor fiscal supremo en lo penal.
Intervino como ponente la señora jueza suprema Barrios Alvarado.

CONSIDERANDO

Primero. Agravios planteados.

RECURSO DE NULIDAD

La defensa de los encausados Néstor Ricardo del Carpio Villanueva 2,


Elizabeth Maiten Bautista Llerena3 y Gino Ytalo Mergoni Ortega 4 solicita, en

1
Véase a folios tres mil veinte.
2
Véase a folios tres mil treinta y nueve.
3
Véase a folios tres mil cincuenta y siete.
4
Véase a folios tres mil sesenta y dos.

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su recursos impugnatorios, la nulidad del fallo condenatorio y la absolución


de los cargos formulados.

1.1. La defensa de Del Carpio Villanueva cuestiona la aplicación del


concurso real de delitos, dado que considera que por el principio de
especialidad, los hechos solo se deben subsumir dentro del tipo penal de
delito informático. Agrega que en el delito de falsedad genérica operó el
plazo extraordinario de prescripción de la acción penal. Afirma que su
responsabilidad en el delito informático no se encuentra debidamente
acreditada, pues no se practicó un examen pericial en el terminal de
cómputo que utilizaba para acreditar que desde ese IP se crearon las
licencias irregulares. En esa misma línea, cuestiona los términos del Informe
Técnico número treinta y cinco-dos mil diez-MTC/quince.cero tres, pues
refiere que existió una duplicación de usuarios de creación en algunos
casos de los administrados, lo que no permite asegurar que su patrocinado
haya sido la persona que insertó o creó algo irregular; por lo que considera
que existe deficiencia en la motivación respecto de su juicio de condena.

1.2. A su turno, la defensa de Bautista Llerena, bajo términos similares


cuestionó la aplicación del concurso real de delito; asimismo, advierte que
solo laboró para el Ministerio de Transportes hasta el treinta y uno de julio
de dos mil doce, tiempo en que se desempeñó solo como orientadora y si
bien le entregaron un usuario y una clave para el sistema, estos le
permitían verificar datos pero no podía imprimir las licencias. En esa línea,
cuestiona que se haya utilizado como elemento de cargo un pantallazo,
pues el mismo no revela que su patrocinada haya sido quien imprimió la
licencia; del mismo modo, alega que se incurre en error al emitir sentencia
condenatoria sin tener pleno conocimiento de la creación e impresión de
licencias de conducir, ya que afirma que es imposible que una sola persona
tenga un usuario de creación, impresión y control de calidad de las
licencias. Finalmente, afirma que se aplicó de forma indebida la Ley número
treinta mil noventa y seis, pues la misma no estaba vigente al momento de
ocurridos los hechos.

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1.3. Por último, la defensa de Mergoni Ortega como agravios sostiene que
en el delito de falsedad genérica operó el plazo extraordinario de la
prescripción de la acción penal. Asimismo, cuestiona la aplicación de la Ley
número treinta mil noventa y seis, la misma que, afirma, no estaba vigente
al momento de los hechos. Agrega que su responsabilidad no se encuentra
debidamente acreditada, y que la declaración de Edward Arturo Taboada
Canchis no resulta idónea como sustento de su juicio de condena, dado que
este brindó versiones opuestas que impiden dotar de fiabilidad y solidez a
sus declaraciones.

Segundo. Marco incriminatorio. De la acusación fiscal se desprende


que los procesados Néstor Ricardo del Carpio Villanueva, Edward Arturo
Taboada Canchis, Gino Ytalo Mergoni Ortega, Roger Junior Echevarría
Vásquez y Elizabeth Maiten Bautista Llerena fueron contratados por el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones para efectuar el trabajo de
migración de datos de las licencias de conducir del sistema informático
antiguo al Nuevo Sistema Nacional de Conductores (SNC), y se les entregó
un perfil de usuario y una contraseña para el cumplimiento de sus
funciones, con los que podrían consultar, migrar, suspender y eliminar
registros de ambos sistemas.

Los referidos procesados habrían formado una organización criminal, se


aprovecharon del acceso que tenían a las indicadas bases de datos para
luego captar personas interesadas en obtener o en recategorizar una
licencia de conducir, a quienes, a cambio de un beneficio económico, les
otorgaban este documento sin observar el trámite previsto por ley. Para ello
utilizaron a tramitadores que frecuentan los exteriores de las instalaciones
del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. Resultaron favorecidos con
la obtención irregular de las licencias de conducir los ahora procesados Luis
Jinez Gárate Sánchez, Santos Francisco Angulla Chero, Isaías Jeremías
Sedano Ichpas, Tito Oyague Malpartida, Antonio Lanasca Huayra, Eleuterio
León Rodríguez Valero, Walter Augusto Martínez Quinto, Manuel Ghermán
Oyague Malpartida, Noé Santa Cruz Suárez, Alejandro Doroteo Palacios

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Quiñones, Pamela Sara Morales Iparraguirre, Ernesto Javier Huaira y Alex


Núñez Tucto, quienes sabían que era ilegal obtener o recategorizar una
licencia de conducir sin observar el trámite previsto por la ley ( examen
médico, curso y/o examen de manejo y examen en el Touring ). Estos hechos

tuvieron lugar en los meses de abril a junio de dos mil diez.

Específicamente, a los procesados se les atribuye la comisión del delito


informático atentado contra la integridad de datos informáticos, por haber
ingresado indebidamente al Sistema de Control de Conductores (SCC) y al
Sistema Nacional de Conductores (SNC), utilizando la información
privilegiada (usuario y contraseña) que habían obtenido para el desempeño
de sus funciones en el cargo para el que fueron contratados, alterando la
información contenida en dichos sistemas a cambio de un beneficio
económico; y la comisión del delito de falsedad genérica, por haber
registrado información falsa en el Sistema Nacional de Conductores,
respecto a sus coprocesados (usuarios), con la finalidad de que los
administrados obtengan la respectiva licencia de conducir sin cumplir con
los requisitos de ley.

FUNDAMENTOS

Tercero. Sobre el concurso aparente de leyes


3.1. En el presente caso, al inicio del proceso se les atribuyó a los
encausados los delitos contra el patrimonio-intruismo y fraude informático
agravado (previsto en el artículo doscientos siete-A con la agravante del
numeral uno del artículo doscientos siete-C del Código Penal vigente al
momento de los hechos) y el delito contra la fe pública-falsedad ideológica
(artículo cuatrocientos treinta y ocho del Código Penal), ambos en perjuicio
del Estado, como puede verse del auto de procesamiento del cuatro de
octubre de dos mil trece5.

5
Véase a folios mil setecientos cincuenta y uno.

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3.2. En el auto de enjuiciamiento del cuatro de julio de dos mil diecisiete 6, a


solicitud del Ministerio Público y en virtud del principio de combinación de
leyes, previsto en el artículo seis del Código Penal, se reconduce la
conducta de fraude informático al artículo tres de la Ley número treinta mil
noventa y seis-Ley de Delitos Informáticos, por considerarla más favorable
a los imputados.

3.3. Finalmente, la sentencia recurrida aplicó el concurso real de delitos y


condenó a Del Carpio Villanueva por el delito de falsedad genérica, previsto
en el artículo cuatrocientos treinta y ocho del Código Penal, a dos años de
pena privativa de libertad; y por el delito de atentado contra la integridad de
datos informáticos, previsto en el artículo tres de la Ley número treinta mil
noventa y seis, a tres años de pena privativa de libertad (en total cinco años
de pena privativa de libertad efectiva); mientras que a los procesados
Mergoni Ortega y Bautista Llerena se les impuso un año y seis meses de
pena privativa de libertad por el delito de falsedad genérica, y dos años y
seis meses de pena privativa de libertad por el delito informático (en total
cuatro años de pena privativa de libertad suspendida).

Cuarto. Previo a emitir pronunciamiento respecto de la responsabilidad de


los recurrentes, corresponde evaluar el correcto juicio de tipicidad
efectuado por la instancia de mérito, dado que los recurrentes, como
agravio de su recurso impugnatorio, coincidieron en sostener que se debió
aplicar el concurso ideal de delitos, por el principio de especialidad de la
norma.

4.1. Frente a la pluralidad de delitos imputados a los procesados, es claro


que nuestro Código Penal tiene previsto un conjunto de reglas para indicar
al juez de qué manera debe resolver este tipo de conflictos, dadas las
importantes consecuencias que tienen para la individualización de la pena;
cada una de estas reglas advierte presupuestos para un juicio adecuado de
subsunción de hechos. xxxxxxxx

6
Véase a folios dos mil seiscientos noventa y siete.

5
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4.2. En el presente caso, como se reseña, se les atribuye a los imputados


los siguientes delitos:

Delito informático, previsto en el artículo tres de la Ley número treinta mil


noventa y seis, que establece lo siguiente:

El que, a través de las tecnologías de la información o de la comunicación,


introduce, borra, deteriora, altera, suprime o hace inaccesibles datos
informáticos, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres ni

mayor de seis años y con ochenta a ciento veinte días multa ”.

Delito de falsedad genérica, previsto en el artículo cuatrocientos treinta


y ocho del Código Penal, que establece lo siguiente:

El que de cualquier otro modo que no esté especificado en los capítulos


precedentes, comete falsedad simulando, suponiendo, alterando la verdad
intencionalmente y con perjuicio de terceros, por palabras, hechos o usurpando
nombre, calidad o empleo que no le corresponde, suponiendo viva a una
persona fallecida o que no ha existido o viceversa, será reprimido con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.

4.3. Según la hipótesis fiscal (acusación escrita de folios dos mil doscientos
setenta y nueve), los procesados habrían incurrido en el delito informático
por haber ingresado indebidamente al Sistema de Control de Conductores
(SCC) y al Sistema Nacional de Conductores (SNC), utilizando la información
privilegiada (usuario y contraseña) que habían recibido para el desempeño
de sus funciones en el cargo para el que fueron contratados, información que
fue alterada a cambio de un beneficio económico.

4.4. Sobre el delito de falsedad genérica, sostiene que los procesados


registraron información falsa en el Sistema Nacional de Conductores, pues
modificaron los requisitos exigidos (examen de manejo y/o de médico) para
la obtención y recategorización de las licencias de conducir.

4.5. Es claro que el supuesto de hecho es uno solo donde advierte la


existencia de un concurso aparente de normas penales. El concurso
aparente de leyes se presenta en aquellas situaciones en las que para la
tipificación de un hecho concurren, en apariencia, dos o más tipos penales;

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sin embargo, una regla extraída del sistema jurídico permite determinar que
el hecho se encuadre en uno de los supuestos típicos en concurso aparente.

4.6.FUNDAMENTOS DE DERECHO En efecto, la redacción del tipo penal


de atentado contra la integridad de datos informáticos contempla varios
verbos rectores como introducir, borrar, deteriorar, alterar y/o suprimir
datos informáticos falsos. Expuesto así, se desprende que el hecho no se
configura por la sola utilización del usuario y contraseña, sino que se debe
alterar, introducir, y/o modificar los datos informáticos, supuesto fáctico que
también se les atribuye a los encausados como parte de los elementos
objetivos del delito de falsedad genérica (simular, suponer y alterar la
verdad); por lo que, en aplicación del principio de especialidad 7, no cabe
atribuir a los encausados dos conductas distintas respecto al mismo hecho
que típicamente calza, por especialidad, en el delito informático.

4.7. En consecuencia, en aplicación del principio de concurso aparente de


leyes el hecho imputado se subsume, por resultar más específico, en la
conducta descrita en el delito de atentado contra la integridad de datos
informáticos y no en el de falsedad genérica, en tanto que el primer delito
abarca la totalidad del hecho criminal, por tratarse de una norma especial.

FUNDAMENTOS DE HECHO

Quinto. Respecto de la responsabilidad penal. Determinada la


subsunción correcta de los hechos atribuidos a los recurrentes como
atentado contra la integridad de datos informáticos, corresponde
determinar si existen los elementos necesarios y suficientes para ratificar el
juicio de condena al que arribó la Sala Superior.

5.1. En ese sentido, respecto de la responsabilidad de Néstor Ricardo del


Carpio Villanueva, está probado y no es objeto de cuestionamiento que este
laboró en el área de Migraciones del Ministerio de Transportes y
Comunicaciones, entre enero y julio de dos mil diez, y que además se le

7
Entre dos tipos penales, uno excluye al otro porque contempla de manera más específica al
hecho, es decir, el tipo legal más específico prima sobre el tipo más general.

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entregó un usuario y clave para el desempeño de sus funciones, los mismos


que revelan indicios de oportunidad para delinquir. A esto se aúna que se
cuenta con los Informes número mil trescientos diez-dos mil diez-
MTC/quince.cero tres, del cinco de noviembre de dos mil diez, y número
cero cero treinta y ocho-dos mil diez-MTC/quince.cero tres, del ocho de
septiembre de dos mil diez, el mismo que concluye que los administrados
Ernesto Javier Huaira, Isaías Jeremías Sedano Ychipas, Titov Oyague
Malpartida, Antonio Lanasca Huayra, Eleuterio León Rodríguez Valero,
Walter Augusto Martínez Quinto y Manuel Gherman Oyague Malpartida
lograron obtener o recategorizar una licencia de conducir sin haber
cumplido con los requisitos previsto por ley, esto es, sin haber aprobado el
examen médico, curso y/o examen de manejo, para ello se valieron de
“tramitadores” a cambio de un beneficio económico. Los trámites de estas
licencias tienen como usuario de creación al recurrente Néstor Ricardo del
Carpio Villanueva.

Asimismo, se cuenta con la versión de Edith Juana Carranza Quijano ante el


plenario (sesión de audiencia del diez de octubre de dos mil diecisiete),
quien se ratificó del referido informe del ocho de septiembre de dos mil
diez; además, volvió a precisar sobre las irregularidades ocurridas en la
oficina de Migración, específicamente en el cambio de categoría e incluso
se logró precisar el usuario de creación, la hora y la fecha.
Igualmente, se advierten indicios de capacidad para delinquir, pues se dejó
asentado que en el Expediente número diecinueve mil ciento ochenta y
siete-dos mil trece, mediante sentencia del veintiséis de diciembre de dos
mil diecisiete, se expidió en contra del mismo Del Carpio Villanueva
condena por los mismos delitos y hechos similares, lo que revela la
capacidad y proclividad del encausado a cometer estos actos ilícitos.

Finalmente, se advierten indicios de mala justificación dado que el


recurrente, como parte de su tesis defensiva, afirmó que su usuario y clave
asignados eran compartidos por otros trabajadores, orden que había sido
impartida por Rómulo Rangel Navarro, jefe del área de Informática; sin

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embargo, este testigo en la sesión de audiencia del veintiuno de septiembre


de dos mil diecisiete, negó que haya impartido dicho orden, y por el
contrario afirmó que el perfil de usuario y la contraseña entregados a los
trabajadores eran personales e intransferibles. En ese mismo sentido, la
testigo Rut Elizabeth Vásquez Correa, ante el plenario, en la sesión de
audiencia del diez de octubre de dos mil diecisiete, ratificó que las claves
eran personales y remarcó que los migradores podían ingresar, modificar y
anular cualquier tipo de datos.

5.2. En ese mismo sentido, sobre la responsabilidad de Elizabeth Maiten


Bautista Llerena, está probado que la encausada laboró para el Ministerio
de Transportes y Comunicaciones, en la sede Orrego, durante el año dos mil
diez, y que además se le entregó un usuario y clave. La encausada
realizaba labores de revalidación, recategorización, duplicados, entre otros
trámites, como sostuvo durante el plenario.
A esto se aúna que se cuenta con el Informe número mil trescientos diez-
dos mil diez-MTC/quince.cero tres, del cinco de noviembre de dos mil diez,
que reveló que se bloqueó el trámite de recategorización del administrado
Alejandro Doroteo Palacios Quiñones, quien pretendía obtener un duplicado
de su licencia de conducir pero bajo una categoría que no le correspondía;
por lo que, efectuadas las verificaciones del caso, se determinó que el
registro de creación de la licencia AIIIb (categoría obtenida de forma
fraudulenta) consigna como usuario de creación el nombre de la recurrente
Bautista Llerena. Abona al juicio de condena las testimoniales de Edith
Juana Carranza Quijano, Ruth Eilizabeth Vásquez Correa y Rómulo Rangel
Navarro, quienes ante el plenario fueron enfáticos en afirmar que tanto los
usuarios como las contraseñas eran de carácter personal e intransferible.

5.3. Respecto de la responsabilidad de Gino Ytalo Mergoni Ortega, está


probado que laboró para el Ministerio de Transportes y Comunicaciones,
específicamente realizó labores de migración al sistema nuevo, durante el
año dos mil diez, y que además se le entregó un usuario y clave para sus
labores. Asimismo, se cuenta con el Informe número mil trescientos diez-

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dos mil diez-MTC/quince.cero tres, del cinco de noviembre de dos mil diez,
que reveló que se bloqueó el trámite de duplicado de la licencia de conducir
del administrado Luis Ginez Garate Sánchez, pues se advirtió que este
pretendía un duplicado de su licencia bajo una categoría que no le
correspondía; por lo que, efectuadas las verificaciones del caso, se
determinó que el registro de creación de la licencia AIIIb (categoría obtenida
de forma fraudulenta) consigna como usuario de creación el nombre de
usuario de Wilmer Taboada Canchis.

Se adiciona que Taboada Canchis ante el plenario reiteró que el encausado


Mergoni Ortega fue quien ese día (treinta de abril de dos mil diez) utilizó su
usuario y contraseña, versión que a nivel preliminar el propio Mergoni
Ortega reconoció. Sin embargo, como tesis exculpatoria afirmó que en la
hora de creación de esta falsa categoría (doce horas cuarenta y cinco
minutos) no se encontraba en su puesto de trabajo, pues salió a comprar un
regalo para una actividad extralaboral; no obstante, no acompañó medio de
prueba alguno que refuerce su versión exculpatoria, por el contrario, su solo
dicho resulta insuficiente para revertir la carga incriminatoria en su contra.

5.4. De las pruebas glosadas se desprende que está acreditado que las
licencias de conducir cuestionadas fueron creadas de manera irregular y sin
los documentos sustentatorios, en esta actividad ilegal participaron los
encausados recurrentes, quienes se aprovecharon de su condición de
empleados del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, y utilizaron la
información confidencial proporcionada para el desempeño de sus funciones
(usuario y contraseña) para ingresar al sistema informático con la finalidad
de modificar ingresando datos falsos para lograr que los administrados
obtengan un duplicado de licencia pero bajo una categoría que no les
correspondía. Por ello, más allá de los cuestionamientos planteados por la
defensa de los recurrentes sobre la valoración de algún elemento de prueba
(informes técnicos, pantallazos, testimoniales), estos no resultan suficientes
para revertir la carga incriminatoria que pesa sobre los encausados

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recurrentes, convicción judicial a la que se arriba luego de la valoración


conjunta del caudal probatorio.

PASA A LA DECISION

5.5. Sobre la indebida aplicación de la Ley número treinta mil noventa y seis,
se debe precisar que esta norma no descriminalizó el comportamiento típico
previsto en la ley anterior (artículo doscientos siete-A concordado con el
artículo doscientos siete-C del Código Penal); por el contrario, aclaró
aspectos sustantivos relacionados con los elementos objetivos del tipo penal
derogado, acorde con los avances de la tecnología por tratarse de delitos
informáticos. En consecuencia, a efectos de determinar la ley aplicable al
caso concreto, se debe verificar la que resulte más favorable a los intereses
de los imputados. En ese sentido, resulta de aplicación la Ley número treinta
mil noventa y seis, en tanto que el marco punitivo previsto en su artículo
tercero resulta menor a la anterior norma, como bien se dejó asentado en un
extremo del auto de enjuiciamiento del cuatro de julio de dos mil diecisiete
(véase a folios dos mil seiscientos noventa y siete, fundamento dos punto
dos), cuyo extremo no fue impugnado por la defensa de los encausados, con
lo que se descarta cualquier afectación al principio de legalidad como
sostiene la defensa de los recurrentes.

Sexto. Respecto a la pena. Acreditado que el hecho incriminado y


calificado típicamente como falsedad genérica y delito informático
constituye un solo ilícito como atentado contra la integridad de datos
informáticos, en aplicación del concurso aparente de leyes, corresponde
determinar el nuevo quantum punitivo, teniendo como límite la pena
impuesta a los recurrentes en la sentencia impugnada. En este caso, para
Del Carpio Villanueva la pena no deberá ser superior a los cinco años,
mientras que para Bautista Llerena y Mergoni Ortega la pena no puede ser
superior a los cuatro años de privación de libertad.

6.1. Cabe precisar que el nuevo marco punitivo deberá situarse entre la
pena mínima del delito de atentado contra la integridad de datos

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informáticos, previsto en el artículo tres de la Ley número treinta mil


noventa y seis (tres años de pena privativa de libertad) y la pena máxima
antes precisada. En ese sentido, para determinar la pena se debe
considerar lo previsto en los artículos cuarenta y cinco y cuarenta y seis del
Código Penal, sobre individualización y cuantificación de la gravedad del
delito, su modo de ejecución, el peligro ocasionado y la personalidad o
capacidad del imputado; asimismo, la forma y las circunstancias de la
comisión el delito, todo ello concordado con los principios de
proporcionalidad, lesividad, legalidad y culpabilidad.

6.2. Dentro de ese contexto, en el caso específico de los procesados


Bautista Llerena y Mergoni Ortega no se cuenta con alguna circunstancia
agravante que pueda justificar que la pena no se determine dentro del
tercio inferior; asimismo, entre sus condiciones personales se resalta que se
trata de agentes primarios, que cuentan con carga familiar y con grado de
instrucción superior, dicha circunstancia permite establecer como pena
concreta la mínima fijada para el delito informático, en este caso tres años
de pena privativa de libertad, la misma que tendrá el carácter de
suspendida, conforme con el artículo cincuenta y siete del Código Penal.

6.3. Respecto a Del Carpio Villanueva tampoco concurre con alguna


circunstancia agravante que pueda justificar que la pena no se determine
dentro del tercio inferior; asimismo, entre sus condiciones personales se
resalta que se trata de un agente primario, que cuenta con carga familiar y
con grado de instrucción superior. No obstante, como se precisó contra este
encausado, la misma Sala Superior dictó sentencia condenatoria en otro
proceso (Exp. número diecinueve mil ciento ochenta y siete-dos mil
diecisiete), por hechos similares, lo que pone en evidencia su proclividad a
cometer estos tipos de delitos informáticos. Asimismo, se logró acreditar su
participación en la alteración de más de una licencia de conducir, lo que
evidencia un comportamiento delictivo mayor al de sus coprocesados; por
lo que la pena concreta a imponer será de cuatro años, con carácter de

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suspendida, conforme con el artículo cincuenta y siete del Código Penal, y


se deberá disponer su inmediata libertad.

DECISIÓN

Por estos fundamentos, DECLARARON:


I. NO HABER NULIDAD en la misma sentencia en el extremo que condenó
a Néstor Ricardo del Carpio Villanueva, Elizabeth Maiten Bautista Llerena y
Gino Ytalo Mergoni Ortega como autores del delito de atentado contra la
integridad de datos informáticos, en perjuicio del Estado (Ministerio de
Transportes y Comunicaciones).
II. HABER NULIDAD en el extremo de la referida sentencia que le impuso
cinco años de pena privativa de libertad efectiva a Néstor Ricardo del
Carpio Villanueva y cuatro años de pena suspendida a Bautista Llerena y
Mergoni Ortega; y, REFORMÁNDOLA: impusieron al referido Del Carpio
Villanueva tres años de pena privativa de libertad suspendida por el mismo
término. Asimismo, le impusieron a Mergoni Ortega y Bautista Llerena tres
años de pena privativa de libertad suspendida por el plazo de dos años; a
todos bajo el cumplimiento estricto de las siguientes reglas de conductas:
a) no variar de domicilio, ni ausentarse de la localidad de residencia, sin
autorización judicial; b) concurrir cada sesenta días a la oficina de registro y
control biométrico para que registren su firma; c) cumplir con el pago de la
reparación civil en el plazo de cuatro meses computables desde la fecha de
la presente ejecutoria; todo ello bajo apercibimiento de aplicárseles de
manera alternativa lo dispuesto por el artículo cuenta y nueve del código
Penal en caso de incumplimiento. DISPUSIERON la inmediata libertad de
Néstor Ricardo del Carpio Villanueva siempre y cuando no cuente con
mandato de detención en su contra emanado de autoridad competente en
otro proceso penal. Por consiguiente, OFÍCIESE vía fax, para tal efecto, a la
Tercera Sala Penal con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima.
III. NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene; y los devolvieron.
Intervino el señor juez supremo Bermejo Ríos por licencia del señor juez
supremo Sequeiros Vargas.

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S. S.

SAN MARTÍN CASTRO

BARRIOS ALVARADO

PRÍNCIPE TRUJILLO

CHÁVEZ MELLA

BERMEJO RÍOS
EBA/wpm

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