Teología Sistemática Bautismo
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EL BAUTISMO
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LA GRACIA
El término gracia puede tener varias connotaciones,
aunque podemos reducirlas a dos significados
principales:
Gracia puede referirse a la actitud de Dios, como
favor inmerecido.
También, gracia puede significar la habilitación o el
fortalecimiento interno del espíritu de una persona.
Ambos significados no son excluyentes y, más bien,
y pueden ser ambos incluidos en el concepto de gracia.
LOS MEDIOS DE GRACIA
Son los canales divinamente designados a través de los
cuales las influencias del Espíritu Santo son comunicadas a las
almas de los hombres. Se les puede definir como:
“Las ordenanzas e instituciones señaladas por Dios para el
establecimiento y la diseminación del reino de gracia entre los
hombres” (John MacPherson).
“Por medios de gracia entiendo las señales exteriores, las
palabras o acciones ordenadas e instituidas por Dios con el fin
de ser los canales ordinarios por medio de los cuales pueda
comunicar a la criatura humana su gracia anticipante,
justificadora y santificadora” (Sermones de John Wesley, Tomo
I, Sermón 16 “Los medios de gracia”).
LOS MEDIOS DE GRACIA
Respecto de la relación de la gracia misma y los medios
de gracia, existen dos posiciones extremas:
1.- El misticismo, que pone énfasis central en la religión
experimental, que niega por completo cualquier medio
externo.
Wesley advierte sobre cierta clase de entusiasmo
(fanatismo) “de los que piensan obtener el fin por el poder
inmediato de Dios, sin usar los medios…Dios puede, y en
ocasiones lo hace, en casos de esta naturaleza, ejercer su
poder propio inmediato. Por aquellos que lo esperan cuando
tienen los medios, y no los usan, son propiamente
entusiastas” (Sermón “La naturaleza del entusiasmo”).
LOS MEDIOS DE GRACIA
“Una entrada general al entusiasmo es la que espera
el fin sin los medios: esperar conocimiento, por ejemplo,
sin escudriñar la Escritura ni consultar a los hijos de Dios,
esperar fortaleza espiritual sin oración constante, esperar
crecimiento en la gracia sin una vigilancia constante y una
profunda examinación propia, esperar toda bendición sin
escuchar la Palabra de Dios en cada oportunidad” (John
Wesley, citado por Albert Outler).
LOS MEDIOS DE GRACIA
1) la Palabra de Dios;
2) la oración;
3) el compañerismo o comunión de los cristianos; y
4) los sacramentos.
LOS SACRAMENTOS
El término sacramento, significa una señal exterior y
visible de una gracia interior y espiritual dada a nosotros, y
ordenada por Cristo mismo, como medio a través del cual
recibimos esa gracia, junto con la promesa que nos la asegura.
Según el Catecismo Mayor de Westminster, “Un
sacramento es una santa ordenanza instituida por Cristo en su
iglesia, para significar, sellar y aplicar a aquellos que están
dentro del pacto de la gracia, los beneficios de su mediación;
para fortalecer y acrecentar la fe y otras gracias, para
obligarlos a la obediencia”.
LOS SACRAMENTOS
Según lo entendían los primeros cristianos, las
ordenanzas eran ritos religiosos que conllevaban la más
sagrada obligación de lealtad a la iglesia y a Cristo.
En la iglesia griega, el término utilizado fue misterio (del
griego μυστήριον -mysterion-; en latín misterium), y no
sacramento, pero no en el sentido de una verdad escondida,
sino puramente en el sentido de un emblema.
Luego, en la iglesia el término sacramento llegó a
significar toda cosa consagrada, mientras que misterio se
utilizó como el símbolo o la señal de la cosa consagrada o
sagrada.
EL NÚMERO DE SACRAMENTOS
La Iglesia Ortodoxa Griega y la Católica Romana
sostienen que hay siete sacramentos: bautismo, confirmación,
penitencia (confesión), matrimonio, orden sacerdotal,
eucaristía y la unción de los enfermos (extremaunción).
Durante la Edad Media, los estudiosos se encontraban
divididos en cuanto al número y el asunto fue resuelto por
Pedro Lombardo (siglo XII), quien fijó el número en los siete.
Estos, sin embargo, no se establecieron como dogma sino
hasta el Concilio de Florencia (1442), siendo más tarde
confirmados por el Concilio de Trento (1547).
EL NÚMERO DE SACRAMENTOS
Para las Iglesias Protestantes son dos los
sacramentos: bautismo y santa cena (eucaristía, del griego
εὐχαριστία –eucaristía- 'acción de gracias').
Los cinco así llamados sacramentos adicionales
fueron rechazados por las iglesias protestantes, porque no
habían sido designados por nuestro Señor o porque no
eran verdaderos símbolos de gracia interna.
CARACTERÍSTICAS DE LOS SACRAMENTOS
A. A. Hodge (1823-1886), determina las siguientes:
1) es una ordenanza instituida directamente por Cristo;
2) siempre consiste de dos elementos: a) una señal externa visible, y b)
una gracia espiritual interna significada por ella;
3) En todo sacramento, la señal está sacramentalmente unida a la gracia,
la cual significa, y de esa unión surge el uso bíblico de adscribirle a la
señal lo que sea verdadero de aquello que la señal significa;
4) fueron designados para representar, sellar y aplicar a los creyentes los
beneficios de Cristo y el nuevo pacto;
5) fueron diseñados como promesas de nuestra fidelidad a Cristo,
obligándonos a su servicio, y, a la misma vez, como distintivos de
nuestra profesión, marcando visiblemente la colectividad de profesantes,
y distinguiéndolos así del mundo.
LA NATURALEZA DE UN SACRAMENTO
En la iglesia existe divergencia de opiniones en cuanto a la manera en la
que el poder divino se liga a la señal externa y visible del sacramento:
1) el criterio sacramentario: los sacramentos contienen la gracia que
significan y cuando se administran, proporcionan esta gracia ex opere
operato, o sea, independientemente de la fe del que los comunica y del
que los recibe.
2) el criterio racionalista: los sacramentos son puramente simbólicos y el
único poder que conllevan es la influencia moral sobre la mente, la cual
surge de la meditación en los eventos que conmemoran.
3) el criterio intermedio, de tipo reconciliador: los sacramentos son
señales y también sellos; señales por representar, por acción y por
símbolos, las bendiciones del pacto; y sellos, por ser promesas de la
fidelidad de Dios al concederlas. Esta es la posición general de las
iglesias protestantes.
SEÑALES Y SELLOS
Han sido pocas las diferencias de opinión en la iglesia
en cuanto a los sacramentos como señales, pero la
controversia ha sido amplia en lo tocante a su carácter como
sellos.
Enfatizar demasiado el carácter de señal de un
sacramento, llevó al punto de vista racionalista de los
sacramentos como meros símbolos; pero un énfasis indebido
en el carácter de sello de un sacramento, llevó al criterio
sacramentario de los sellos como depósitos de gracia.
SEÑALES Y SELLOS
Durante la Edad Media, se sostuvieron dos criterios sobre la comunicación
de la gracia sacramental:
Tomás de Aquino (1225-1274) sostenía lo que se conoce como el ex opere
operato (por la obra misma que se realiza), es decir que los sacramentos
eran canales de gracia independiente de la fe que pudiera tener el que
recibe los sacramentos.
Juan Duns Escoto (1266-1308) sostenía el ex opere operantis (por la
disposición del que recibe), o sea, que los sacramentos no tienen poder en
sí mismos, excepto por cierta concordancia con la fe del que los recibe, ya
que la gracia que los acompaña produce el efecto sacramental por medio
de la fe del receptor.
El primer criterio es la doctrina de la Iglesia Católica Romana
(Concilio de Trento, 1545-1563); el segundo, es el de las Iglesias
Protestantes.
SEÑALES Y SELLOS
Una explicación más sencilla de las señales y de los sellos, la da
Richard Watson (1781-1833) en su libro “Theological Institutes”
(seguida por los teólogos arminianos):
1) “Son las señales de la gracia divina. Como tales, son exposiciones
visibles y simbólicas de los beneficios de la redención. En otras
palabras, exhiben a los sentidos, bajo los debidos emblemas, los
mismos beneficios que se exhiben en otra forma en la doctrina y las
promesas de la Palabra de Dios”.
2) “Son también sellos. Un sello es una señal confirmatoria, o, de
acuerdo con el leguaje teológico, en un sacramento existe un signum
significans, y un signum confirmans; el primero de los cuales se dice,
significare, que notifica o declara; el último, obsignare, que le pone el
sello, que testifica.
SEÑALES Y SELLOS
“Por lo tanto, los sacramentos, cuando se consideran señales, contienen
una declaración de las mismas doctrinas y promesas que exhibe la Palabra de
Dios, pero dirigidas a los sentidos por medio de un emblema, y como sellos, o
garantías, los sacramentos confirman las mismas promesas que nos son
aseguradas por la verdad y fidelidad de Dios en su Palabra, y por su Espíritu
que mora, por el cual somos ‘sellados’, y tenemos en nuestros corazones ‘las
arras’ de nuestra herencia celestial. Esto se efectúa por una institución externa
y visible, de modo que Dios ha añadido estas ordenanzas a las promesas de
su Palabra, no sólo para traer a nuestra mente su propósito misericordioso
hacia nosotros en Cristo, sino para asegurarnos constantemente que aquellos
que creen en Él son hechos, participantes de su gracia”.
La doctrina protestante, por tanto, evita los excesos del catolicismo
romano y las deficiencias del racionalismo, incorporando en su doctrina de
las señales y de los sellos toda la verdad contenida en las otras maneras de
ver los sacramentos.
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