Rol de adulto mayor en la sociedad y en la familia

Introducción

El envejecimiento es un proceso multifactorial que comienza a producirse

desde el nacimiento y que conlleva a varios cambios durante el proceso de vida

que pueden darse a niveles físicos, mentales, individuales y colectivos.

Durante la vejez hay que tener en cuenta las implicaciones psicosociales y

biológicas, que no solo dependen del sujeto que está situado en esta edad, sino

también de los cambios culturales y tecnológicos que por los que atraviesa la

sociedad en la que se vive.

La vejez puede ser tanto una etapa de pérdidas como de plenitud, todo

depende de la combinación de recursos y la estructura de oportunidades

individuales y generacionales a la que están expuestas las personas en el

transcurso de su vida, de acuerdo a su condición y posición dentro de la sociedad.

Esto remite a la conjugación de la edad con otras diferencias que condicionan el

acceso y disfrute de los recursos y oportunidades, tales como el género, la clase

social o el origen étnico (Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía

CELADE; Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, 2011).

En 2017, se calcula que hay 962 millones de personas con 60 años o más, es

decir, un 13 por ciento de la población mundial. Este grupo de población tiene una

tasa de crecimiento anual del 3 por ciento. Europa es la región con más personas

pertenecientes a este grupo, aproximadamente un 25 por ciento. Ese grado de

envejecimiento de la población también llegará a otras partes del mundo para 2050,

con excepción de África. Ya para 2030, se estima que serán 1400 millones de
personas de edad avanzada en el mundo (Organización de las Naciones Unidas

ONU, s/f).

Esto da lugar a una mayor cantidad de personas adultas en el mundo, que a

partir de los 60 años (en el caso de las mujeres) y de los 65 años de edad (en los

hombres) se retiran del circuito productivo, debido a que en países sub

desarrollados, se considera como edad de retiro las anteriormente mencionadas y

pasan a ocupar el rol de pasivos, espacio que les ha destinado la sociedad a pesar

de que la mayoría de ellos tengan muchos años por delante para vivir con vigor y

salud (Maina, 2004).

El adulto mayor es una persona muy importante en la sociedad debido a que

es un individuo el cual aporta sabiduría o experiencia respecto a ciertas situaciones

de la vida, brinda un aprendizaje empírico a las nuevas generaciones y es por eso

que es importante analizar cuál es el lugar que ocupa en la sociedad actual,

principalmente en un contexto familiar.

 Desarrollo

En México se tiene un 10.5 por ciento de adultos mayores con respecto a la

población total que integra al país, este porcentaje representa casi lo doble que se

tuvo entre 1970 y 1990, ya que en ese año se tenía de un 5.6 a 6.2 por ciento, y se

espera que en los próximos años siga aumentando debido a la trascendencia que

ha tenido el adulto mayor (INEGI, 2017).

Se espera que para el 2050 uno de cada 4 mexicanos sea un adulto mayor y

gran parte de este grupo se encuentra en una situación crítica y aunado a eso se

estará llevando a cabo la tercera etapa del proceso en la cual la natalidad y

mortalidad convergen y tendrá lugar durante la primera mitad del presente siglo.

(Herrera, Marín, Esperón y Albertos, 2014).

Figura 1. Pirámide poblacional (proyección en el 2050)

 De acuerdo al informe del INEGI citado por Notimex (2017) dice que: en 83.5

por ciento de los hogares vive un adulto mayor, en tanto, el 16.5 por ciento restante,

lo conforman viviendas unipersonales (…), en donde no hay ningún lazo de

parentesco entre sus integrantes (párr. 9). Esto nos permite considerar que los

adultos mayores aún cuentan con un rol específico dentro del hogar, aunque no se

especifica cuáles ni tampoco como ellos se ven dentro del sistema familiar.

En el estado de Yucatán en el 2010 se ha incrementado la esperanza de vida

promedio del yucateco en comparación con los 90´ donde era de 69 años s y

actualmente es de 75 años (Herrera et al, 2014).

Para hablar de la etapa de la vejez, se ha recurrido a diversas teorías que

tratan de explicar el cambio biológico de los individuos desde la parte física, celular

y genética del cuerpo humano.

Por otra parte se encuentran las teorías psicosociales del envejecimiento que

explican aspectos parciales de este fenómeno, entre las más conocidas se

encuentra; la teoría de la desvinculación que fue postulada por primera vez por E.

Cumming y W. E. Henry en 1961, en esta se expone que el individuo se va

apartando gradualmente de las relaciones sociales y reduce sus roles más activos y

se centra en su vida interior, de igual forma señala que la sociedad cierra al adulto

mayor toda posibilidad de participación, le libera de sus obligaciones y de sus roles

sociales y esto resulta positivo tanto para el individuo como para las personas que

están relacionadas con la situación (Montoro, 2007).

En contraparte se encuentra la teoría de la actividad que describe cómo el

proceso de envejecimiento de las personas es más satisfactorio en cuanto más

actividades sociales realiza el individuo (Aranibar, 2001).

 Bajo este enfoque se reconoce la pérdida de roles a la inadaptación de los

adultos mayores al sistema. Propone que el bienestar del individuo y de la sociedad

deberá ser resuelto a través de la intensificación de otros roles ya existentes o con

la creación de nuevos roles capaces de proporcionar un suficiente nivel de actividad

que permita al individuo ajustarse a su nueva situación sin que ello signifique

consecuencias negativas para su conducta (Aranibar, 2001).

Es muy importante retomar la teoría de roles, que en un inicio Rosow (Citado

en Rodriguez, 1979) plantea que en la vejez se pierden los roles ya que los adultos

mayores se ven desautorizados, encajonados en estereotipos tendenciosos,

excluidos del juego de las oportunidades sociales; pierden su papel, se enfrentan

con una enorme ambigüedad a la hora de expresarse como personas y luchan por

mantener su dignidad mediante la adopción de imágenes juveniles.

De igual forma Biddle (1986) menciona que el rol es una de las principales

características del comportamiento social de los individuos, ya que cada participante

social asume un papel dependiendo del contexto en el que se encuentre.

El rol puede ser asumido por tres razones, en primera instancia como una

norma social (es decir lo que la sociedad espera del individuo), otra manera de

asumirlo es a través de las creencias (el papel que el individuo cree debe ocupar en

su contexto social) y, por último, se habla del rol que es asumido por preferencia de

parte del individuo de lo que desea hacer en el grupo social al que pertenece.

Sin embargo van asumiendo un nuevo rol en la comunidad y su familia,

dependiendo del contexto en el que se encuentren; ya que existen adultos mayores

que son jefes de familia y son los encargados de llevar el sustento al hogar, se
desempeñan en trabajos informales y de forma eventual, dando como consecuencia

que no tengan un ingreso fijo.

Por lo tanto en la sociedad se relacionan con las personas de su mismo grupo

etario y establecen redes de apoyo con estas. Realizan actividades de convivencia,

especialmente cuando pertenecen a una comunidad religiosa, ya que manifiestan

más apego al rol que desempeñan ahí.

Los adultos mayores aceptan el rol que ocupan en la sociedad y con su familia

de forma positiva, ya que se van adaptando al nuevo estilo de vida y obtienen

beneficio de esto para estar bien consigo mismos. Aunque también cuando no

logran adaptarse, siguen realizando las actividades propias pero se puede observar

que no se sientes auto realizados en esa etapa de su vida.

Para el adulto mayor es muy difícil reconocer y aceptar la pérdida parcial o

total de su autonomía, por lo que debe de pasar por un proceso de duelo y de dejar

ir, y así vivir su nueva etapa plenamente. Las personas mayores, que en su

mayoría ya se encuentran jubiladas o con algún padecimiento, tiene que aceptar el

cambio de rol en su familia pasando de ser el protector a ahora ser la persona

cuidada, en este caso por sus hijos o nietos, quienes le brindarán el apoyo y

cuidados necesarios en esta etapa de su vida y que por ende se ven en la

necesidad de tomar algunas decisiones que no siempre son del agrado del ser

querido. Para esta etapa es primordial contar con el amor y la atención de la familia

que será la mayor fuente de fortaleza y unión en esta transición.

El apoyo y la comprensión de la familia es fundamental para ayudar al adulto

mayor asimilar estos cambios, que no se nos olvide que la persona mayor aún con

su fragilidad sigue siendo cabeza de la familia. Cuando la persona empieza a perder

su independencia le afecta su autoestima, por lo que la familia debe ayudarla a

seguir activo socialmente, a visitar a sus amigos o familiares, a que desarrolle

nuevas actividades recreativas y de aprendizaje e implementar cambios en el hogar

que faciliten su autonomía. Sobretodo la familia debe evitar sobreproteger a los

adultos mayores y querer controlar todos los aspectos de su vida, esto puede

causar conflictos.

Las personas mayores tienen derechos y sobre todo que se les brinde una vida

digna, procurando satisfacer sus necesidades básicas, por lo que existe varias leyes

que los protejen, a continuación se citarán las más importantes.

El primero documento es a nivel internacional denominado Declaración

Universal de los Derechos Humanos la cual dice los derechos que los individuos en

el ámbito social de la siguiente manera: “toda persona, como miembro de la

sociedad, tiene derecho a la seguridad social,… así como la satisfacción de los

derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre

desarrollo de su personalidad” (1948, art. 22)

De igual manera para complementar el artículo anterior se cita el Pacto de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales en favor de las Personas Mayores

adoptados por la Asamblea, éste menciona que: "Las personas de edad deberán

tener acceso a alimentación, agua, vivienda, vestuario y atención de salud

adecuados, mediante la provisión de ingresos, el apoyo de sus familias y de la

comunidad y su propia autosuficiencia" (1995, atr.11, p.6).

A nivel nacional se ha retomado la Ley de los Derechos de las Personas

Adultas Mayores que establece lo siguiente en el Título Tercero (2014, Art. 6): “el
Estado garantizará las condiciones óptimas de salud, educación, nutrición, vivienda,

desarrollo integral y seguridad social a las personas adultas mayores …”.

Asimismo menciona las obligaciones de la familia en el Art. 9: “la familia de la

persona adulta mayor deberá cumplir su función social;…siendo responsable de

proporcionar los satisfactores necesarios para su atención y desarrollo integral…”;

en sus fracciones I, II y III establece cuáles serán las obligaciones de ésta para con

la persona adulta mayor desde lo alimenticio-afectivo-participación hasta evitar los

actos de abuso y explotación.

Para finalizar este apartado se citará la siguiente ley decretada en el 2014

que dice lo siguiente: “los familiares de los adultos mayores están obligados a

proporcionarles alimento en términos del Código de Familia para el Estado de

Yucatán así como evitar que caiga en una situación de explotación, abandono o

marginación.” (La Ley para la Protección de los Derechos de los Adultos Mayores de

Yucatán, 2016, art. 6).

Conclusión

En el trabajo anterior se pretendía reflejar cómo el adulto mayor ha ido asumiendo

nuevos roles en la sociedad actual y sobre todo el papel que ocupan actualmente

dentro de la sociedad y su familia.

Nuestra sociedad está produciendo nuevas alternativas que les posibilitan vivir y no

solo cuidarse, continuar y no retirarse, descubrir, afrontar, aventurarse y no solo vivir

de recuerdos y experiencias. Los adultos mayores que eligen no quedarse, tienen

delante de sí, individualmente y como grupo, nuevas elecciones frente a la vida.

Luego de un recorrido por varios de los aspectos biológicos, sociales y psicológicos

que abarca la problemática del envejecimiento, desde la mirada de los involucrados

directos de esta investigación, la autora concluye en sentido amplio y desde su

percepción personal fundamentada en los resultados de esta investigación que han

enriquecido su labor profesional en el campo de la vejez que, las perspectivas y

significaciones que estos mayores le atribuyen a su rol en la sociedad actual, desde

una participación social significativa, están íntimamente relacionadas con el desafío

personal y grupal de continuar estando vigentes como sujetos de decisión y acción.

Ser trabajador social, es estar a la vanguardia y generar nuevos conocimientos que

ayuden al campo gerontológico para desarrollar estrategias de intervención que

vayan encaminadas al cambio social de este grupo etario y sobre todo tomando en

cuenta sus necesidades actuales, el contexto familiar y social en el que se

desarrollan, porque con los cambios, el adulto mayor también evoluciona en su

vejez.
 Referencias

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Derechos Humanos. Recuperado de

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Recuperado de:

https://www.cepal.org/celade/noticias/documentosdetrabajo/2/43682/Modulo_1.pdf

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