Alimentos
Alimentos
Alimentos
- https://www.portalechero.com/innovaportal/v/739/1/innova.front/ri
esgos-y-peligros-en-los-productos-lacteos-.html
Son diversos los agentes patógenos para el ser humano que pueden encontrarse
en la leche o en los productos lácteos, tanto químicos como biológicos.
Como en la mayoría de los alimentos, los más frecuentes son los agentes
biológicos, bacterias principalmente, aunque también existe la posibilidad de
encontrar virus o parásitos. Se considera que la aplicación de tratamientos
térmicos, como la pasteurización, suele ser una forma eficaz de control de estos
peligros cuando provienen de la leche empleada como materia prima. No
obstante, unas malas prácticas de fabricación, principalmente en productos cuyo
proceso de elaboración incluye etapas de manipulación o de procesado
posteriores al tratamiento térmico (por ejemplo el queso o la leche en polvo),
pueden facilitar una contaminación cruzada o la incorporación de patógenos de
origen ambiental.
Otros peligros presentes en los productos lácteos Existen otros agentes patógenos
que aunque no han sido relacionados directamente con brotes de TIA por
consumo de productos lácteos, su presencia en éstos ha sido demostrada por
diferentes estudios, por lo que este riesgo debería ser también considerado al
realizar el análisis de peligros para la implantación del APPCC por parte de las
industrias.
Entre los agentes biológicos cabe citar algunas bacterias como Mycobacterium
avium paratuberculosis . Este microorganismo es el agente causante de la
enfermedad de Johne en el ganado vacuno, pero recientemente algunos estudios
lo han señalado como posible agente causal de la enfermedad de Crohn en
humanos. La posible vía de infección sería el consumo de leche contaminada. En
un estudio realizado en Inglaterra, se detectó la presencia de este microorganismo
en el 2,1% de las muestras de leche pasteurizada comerciales analizadas. Se ha
especulado con la posibilidad que este microorganismo pueda resistir los
tratamientos de pasteurización convencionales (71 ºC/15 seg), aunque los
estudios realizados hasta ahora son contradictorios en este sentido.
Otros riesgos potenciales son los virus, aunque no existen muchos datos sobre el
papel de productos lácteos en su transmisión. Debemos considerar no obstante
que el ganado vacuno puede ser portador de algunos tipos de virus entéricos,
como Rotavirus o Norovirus, que pueden contaminar la leche durante el ordeño si
las condiciones higiénicas no son las adecuadas.
Estos virus parecen tener una gran especificidad de huésped y no hay datos de
que puedan transmitirse a humanos. Aún así son bastante similares a sus
equivalentes humanos, por lo que no puede descartarse una infección cruzada si
se producen las condiciones adecuadas. Pero estos y otros virus, incluyendo el de
la Hepatitis A, pueden llegar a los productos lácteos a partir de manipuladores
infectados si no se siguen unas buenas prácticas de fabricación. El HAV presenta,
además, cierta resistencia a los tratamientos de pasteurización baja.
Otras toxinas de origen biótico que podemos encontrar en los productos lácteos,
principalmente en el queso, son las aminas biógenas. Diversos casos de
intoxicación histamínica han sido descritos por consumo de quesos con elevadas
concentraciones de histamina.
En este tipo de quesos es aún más importante extremar, por tanto, las medidas
referentes al control de la materia prima como principal punto de control crítico. La
leche debe ser de alta calidad microbiológica, carente de microorganismos
patógenos. Debe ser mantenida en condiciones adecuada de conservación
(preferentemente a temperaturas inferiores a 4 ºC durante no más de 48 horas).
Debe asegurarse el cumplimiento estricto de los pre-requisitos: BPF, higienización,
control de la potabilidad del agua, etc., para evitar otras fuentes de contaminación.
Deben realizarse controles sobre la no presencia de patógenos durante la
maduración, antes de la salida comercial del producto. Además, sería aconsejable
que el etiquetado de estos productos incluya información que indique claramente
su procedencia de leche no pasteurizada. Algunos países, como el Reino Unido,
incluyen advertencias adicionales sobre la peligrosidad del producto para evitar
que sea consumido por grupos de riesgo.
11 de agosto de 2004
Son diversos los agentes patógenos para el ser humano que pueden
encontrarse en la leche o en los productos lácteos, tanto químicos como
biológicos. Como en la mayoría de los alimentos, los más frecuentes son los
agentes biológicos, bacterias principalmente, aunque también existe la
posibilidad de encontrar virus o parásitos. Se considera que la aplicación de
tratamientos térmicos, como la pasteurización, suele ser una forma eficaz
de control de estos peligros cuando provienen de la leche empleada como
materia prima. No obstante, unas malas prácticas de fabricación,
principalmente en productos cuyo proceso de elaboración incluye etapas de
manipulación o de procesado posteriores al tratamiento térmico (por
ejemplo el queso o la leche en polvo), pueden facilitar una contaminación
cruzada o la incorporación de patógenos de origen ambiental.
Otros riesgos potenciales son los virus, aunque no existen muchos datos
sobre el papel de productos lácteos en su transmisión. Debemos considerar
no obstante que el ganado vacuno puede ser portador de algunos tipos de
virus entéricos, como Rotavirus o Norovirus, que pueden contaminar la
leche durante el ordeño si las condiciones higiénicas no son las adecuadas.
Estos virus parecen tener una gran especificidad de huésped y no hay datos
de que puedan transmitirse a humanos. Aún así son bastante similares a
sus equivalentes humanos, por lo que no puede descartarse una infección
cruzada si se producen las condiciones adecuadas. Pero estos y otros virus,
incluyendo el de la Hepatitis A, pueden llegar a los productos lácteos a partir
de manipuladores infectados si no se siguen unas buenas prácticas de
fabricación. El HAV presenta, además, cierta resistencia a los tratamientos
de pasteurización baja.
PUNTOS DE CONTROL EN LA
ELABORACIÓN DE PRODUCTOS LÁCTEOS
En este tipo de quesos es aún más importante extremar, por tanto, las medidas
referentes al control de la materia prima como principal punto de control crítico. La
leche debe ser de alta calidad microbiológica, carente de microorganismos
patógenos. Debe ser mantenida en condiciones adecuada de conservación
(preferentemente a temperaturas inferiores a 4 ºC durante no más de 48 horas).
Debe asegurarse el cumplimiento estricto de los pre-requisitos: BPF, higienización,
control de la potabilidad del agua, etc., para evitar otras fuentes de contaminación.
Deben realizarse controles sobre la no presencia de patógenos durante la
maduración, antes de la salida comercial del producto. Además, sería aconsejable
que el etiquetado de estos productos incluya información que indique claramente
su procedencia de leche no pasteurizada. Algunos países, como el Reino Unido,
incluyen advertencias adicionales sobre la peligrosidad del producto para evitar
que sea consumido por grupos de riesgo.
Los sistemas de envasado más frecuentes en este sector son los equipos
horizontales de formado-llenado-sellado.
- https://tematico8.asturias.es/export/sites/default/consumo/seguri
dadAlimentaria/seguridad-alimentaria-documentos/lacteos.pdf