Confesion para Niños
Confesion para Niños
Confesion para Niños
Método 1:
1. Cuéntale la historia de la vida de Jesús. Si quieres que tu hijo acepte la fe
cristiana y sus tradiciones principales, es importante hablar de Jesús regularmente; y no
solo durante las fiestas religiosas. Lee sobre la vida de Jesús en la Biblia y busca libros
sobre la Cuaresma o la Pascua aptos para niños en línea o en tu librería favorita.[1]
◦ En el contexto de la Cuaresma, recalca que Jesús nació y vivió en la Tierra por un
propósito: mostrarles a todos cómo alcanzar la salvación y vida eterna. Menciona que
aceptó este llamado, a pesar de su propio sufrimiento, por la gloria eterna que
pondría a disposición de todos nosotros.
2. Explica la muerte de Jesús en una forma apropiada para la edad de tu hijo. No
necesitas explayarte en los detalles horripilantes de la crucifixión, los cuales pueden alterar
y asustar a los niños pequeños, pero debes presentar la muerte de Jesús. Recalca las
razones del sacrificio de Jesús, quien entregó su vida terrestre para que los creyentes
pudieran obtener la salvación eterna.[2]
◦ Para los preescolares, solo di que Jesús murió y resucitó de entre los muertos por
nosotros.
◦ Para los escolares más jóvenes, agrega un poco más de detalles sobre la muerte y
resurrección. Menciona que esto demuestra que la muerte no es el final, sino el inicio
de la vida eterna.
◦ Los adolescentes jóvenes en adelante pueden manejar mejor los detalles de la
crucifixión y comprender el simbolismo de la muerte y la resurrección frente a la
salvación de la humanidad.
3.
1. Explica el ayuno. Durante la Cuaresma, los cristianos “ayunan” en varias formas para
relacionarse y honrar a Jesús, quien ayunó por 40 días en el desierto. Menciona que,
durante la Cuaresma, el “ayuno” podría no siempre involucrar comida. Existen otras
maneras para practicar el sacrificio y esmerarse por acercarse a Dios.[9]
◦ No tienes que esperar que tu hijo realice un gran sacrificio simbólico por 40 días. Pero
definitivamente puedes enseñarle el concepto y animarlo a probarlo, tal vez dejando
los dulces o los videojuegos.
◦ Este periodo de ayuno también es un buen momento para mostrar solidaridad con las
personas que no tienen suficiente comida. Lleva a tu hijo a donar a un banco de
alimentos o a servir comida en un albergue.
◦ Para los niños católicos romanos, las reglas del ayuno (antes de los 18 años) y la
abstinencia a la carne (antes de los 14 años) normalmente no se aplican;[10] las reglas
son más estrictas (y potencialmente variables) para las tradiciones de las Iglesias
católicas orientales y la Iglesia ortodoxa .
2. Fomenta el arrepentimiento. Enséñale a tu hijo que arrepentirse por sus pecados lo
llevará a tener una relación más cercana con Dios. Al principio quizás no entienda el valor
de buscar perdón. Sin embargo, al alentarlo a admitir y pedir disculpas por sus travesuras
(pelear con otro niño, decir malas palabras, esconder dulces), puedes ayudarlo a que sea
una persona más madura.[13]
◦ Menciona que usualmente se siente bien sincerarse después de ocultar la verdad o
decir mentiras para cubrir mentiras. Este mismo sentimiento de alivio y conexión
puede ocurrir cuando admites tus faltas a Dios y pides perdón.
3. Enséñale a tu hijo sobre la importancia del agua. El agua es fundamental para la
vida humana, pero también representa el bautismo y la limpieza del pecado. Coloca un
símbolo, tal como una botella de agua, en tu casa y anima a tu hijo a pensar y hablar sobre
su importancia.[14]
◦ Señala que, así como el agua corriente puede limpiar el cuerpo, Jesús es el “agua
viva” que puede purificar el alma.
4. Haz hincapié en mantener una relación cercana con Dios. La vida eterna de los
cristianos depende de lo que crean y hagan en el presente. El Señor inspira a las personas
a tener fe y espera que sean buenas con sí mismas y con los demás. Es fácil olvidarse de
ello, pero la Cuaresma sirve como un recordatorio.
◦ Sugiere que tu hijo piense en la Cuaresma como una forma de acercarse a Dios.
Señala que Jesús usó sus 40 días para alejarse de las distracciones y conversar con
Dios. Él también puede beneficiarse de la Cuaresma haciendo a un lado por lo menos
algunas de las distracciones del mundo.
.
Método 4 Experimentar la Cuaresma juntos.
1.Den las gracias juntos por sus bendiciones. No tienes que sermonear a tu hijo sobre
el tema, pero definitivamente menciona, de forma natural, que ambos tienen ciertos lujos
que otros no tienen. Recuérdale a tu hijo que nadie debe tomar los lujos por sentado.
◦ Señala que tu familia puede renunciar a algunas cosas no esenciales durante la
Cuaresma ya que todos han sido tan bendecidos por Dios; y que pueden honrar a
Dios dándoselas a quienes las necesitan.
2. Enseña con el ejemplo. Respeta el significado de la Cuaresma y sé un buen modelo a
seguir para tu hijo. Acepta los rituales que apoyas y trata de hacer que la Cuaresma sea un
periodo de proximidad y reflexión para toda la familia.[17]
◦ Practica lo que predicas. Si esperas que tu hijo sacrifique algo significativo, tienes que
hacer lo mismo. Por ejemplo, si está dejando los juguetes, tú puedes dejar las redes
sociales y los juegos de computadora.
3.Haz que la espiritualidad sea un asunto familiar. Lee la Biblia, reza y habla sobre el
cristianismo con tu hijo. Encuentra libros sobre Jesús, la Cuaresma y la Pascua que estén
escritos para niños, y haz que los conceptos sean interesantes para tu hijo. Por ejemplo,
considera actuar los acontecimientos clave como la Última Cena o la tumba vacía la
mañana de Pascua.[18]
◦ Alienta a tu hijo a hacer algo. Como familia, usen sus manos para elaborar cruces,
coronas de espinas y otros proyectos simbólicos. Pinten y decoren huevos de Pascua
juntos. Busca recursos en línea para inspirarte.
4. Preparen comidas cuaresmales juntos. El ayuno no tiene que significar comida
insípida y poco atractiva. Prepara algo que a tu hijo le guste con el fin de fomentar la
aceptación de los símbolos y rituales de la Cuaresma. Si puede ayudarte con la
preparación o la cocina, mucho mejor.
◦ Busca recetas en línea; puedes encontrar opciones que oscilan entre guisados de
atún,[20] pasteles de salmón[21] y sándwiches submarinos vegetarianos.[22]
◦ ¡Y no te olvides de las sorpresas simbólicas de la Cuaresma como pretzels suaves y
panecillos de Pascua!
5. Fomenta a que tu hijo ayude a los demás. Deja que tu hijo decida realizar un acto de
generosidad y a quién le gustaría ayudar. Darle un papel activo aumentará su entusiasmo
y el impacto de la acción en él.
◦ Por ejemplo, tal vez tengas un vecino anciano y confinado. Un hijo más joven podría
decorar una carta, pintar huevos y ayudarte a preparar algunas sorpresas con tema
de Pascua para llevarlos para una visita. Un hijo más grande podría ayudar a limpiar
su patio y plantar algunas flores primaverales.
◦ Deja que sepa que darle a los demás es aún más cristiano que renunciar a cosas.
6.Haz que la Cuaresma parezca bonita y atractiva. No presentes la Cuaresma
como un periodo de sufrimiento, sacrificio y dolor; recalca que es un tiempo de
reflexión y momentos familiares. Enséñale a tu hijo la importancia de disfrutar la
vida, así como los milagros de la resurrección y la vida después de la muerte.[24]
◦ No presentes la Cuaresma como: “Tomémonos un mes y medio para estar tristes
porque Jesús murió; luego podemos celebrar su resurrección”.
◦ En su lugar di: “Tomémonos este tiempo para desacelerar y enfocarnos en el
sacrificio de Jesús por todos nosotros, y para dar gracias por la gloria eterna que se
abrió para nosotros”.
7. No regreses simplemente a tus hábitos anteriores después de la Pascua.
Enséñate y enséñales a tus hijos que la Cuaresma se trata de volverse mejores
personas. Estos valores deben durar después de que hayan terminado los
rituales de la Cuaresma.[25]
◦ Sigue llevando comida al albergue de vagabundos. Sigue limitando la cantidad de
tiempo que pases en tu smartphone. Sigan hablando, leyendo y pensando en Jesús.
Sigan pasando tiempo de calidad juntos.
Consejos
• Está bien abordar el “ayuno” desde una perspectiva amplia. Tu hijo podría
ayunar renunciando a un lujo, absteniéndose de discutir con sus hermanos
o esforzándose por no ser insolente con sus padres.
• Recuerda considerar la edad y nivel de madurez de tu hijo. No asustes a los
niños muy pequeños con conversaciones perturbadoras y detalladas de la
crucifixión con el fin de aterrarlos para que obedezcan y se arrepientan.