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Symploke N10

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Symploké revista filosófica julio 2019

ISSN 2468-9777

1
Symploké revista filosófica julio 2019

La Revista
Integrantes de la Revista

Calomino, Hernán E. :: Director


Gutiérrez, Alejandro M. :: Director
Valle, Lucas :: Corrector
Cruz, Gustavo :: Diseño de Tapa
Martinetti, Paula :: Comunicación

Sección Estudios de Género

Fernández Romeral, Juliana :: Directora


Saavedra, Lucía D. :: Directora
Forni, Victor J. :: Corrector
Saavedra, Jimena V. :: Correctora
Fabbio, Rocío P. :: Correctora Consejo evaluador Consejo evaluador internacioal
   
Abellón, Milton :: Dr. en Filosofía Garrera-Tolbert, Nicolás :: Dr. en Filosofía
(UBA) (Universidad de Memphis)

Bertorello, Mario Adrián :: Dr. en Filosofía Malaspina, Ermmano :: Dr. en Filolofía


(UBA) (Università di Torino)

Bieda, Esteban :: Dr. en Filosofía Rossetti, Livio :: (Università di Perugia)


(UBA)
Vigo, Alejandro :: Dr. en Filosofía
Castello, Luis Ángel :: Dr. en Letras Clásicas (Ruprecht-Karls-Universität Heidelberg)
(UBA)

Cladakis, Maximiliano :: Dr. en Filosofía Consejo evaluador Estudios de Género


(UNSAM)  
Alvarez Broz, Mariana  :: Lic. en Sociología
Fernández, Jorge :: Dr. en Filosofía (UNSAM)
(USAL)
Fernández Vázquez, Sandra S. :: Lic. en Cien-
Gardella Hueso, Mariana :: Dra. en Filosofía cia Política y de la Administración
(UBA) (Universidad de Santiago de Compostela)

Inverso, Hernán :: Dr. en Filosofía Lenta, María Malena :: Lic. en Psicología


(UBA) (UBA)

López, Cristina :: Dra. en Filosofía Marantes, Maximiliano :: Lic. en Sociología


(USAL) (UNSAM)

Mársico, Claudia :: Dra. en Filosofía Perla, Laura Mariel :: Lic. en Psicología


(UBA) (UBA)

Pico Estrada, Paula :: Dra. en Filosofía Pierri Carla:: Lic. en Psicología


(UBA) (UBA)

Ralón, Graciela :: Dra. en Filosofía


(UBA)

Tursi, Antonio :: Dr. en Filosofía


(UBA)

Revista Symploké
ISSN: 2468-9777
hola@revistasymploke.com
www.revistasymploke.com
Pacheco 2558
CP 1431
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina

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Symploké revista filosófica julio 2019

Índice
Nota de los Directores
Hernán Calomino - Alejandro Gutiérrez 5

Maquiavelo y la fenomenología de las conjuras


Alessandro Campi 6 a 14

Entre Maquiavelo y Marx: Gramsci y el problema de la política


Maximiliano Cladakis 15 a 20

Lecturas críticas de Karl Löwith y Leo Strauss al concepto de lo político C. Schmitt


Facundo Bey 21 a 28

El uso instrumental de la religión y la raíz aristotélica de la virtud en el pensamiento político de Maquiavelo


Gustavo Zito 29 a 43

La matriz del cambio


Patricio Gómez Talavera 44 a 52

Vida, muerte y poder en Foucault y Derrida


Pedro Tenner 53 a 58

Constant vs. Kant


Matías Araya 59 a 65

Humanismo y técnica
Martín Prestía 66 a 70

Reseña: Por un populismo de izquierda


Agustina V. Arrigorria 71 a 72

Reseña: Neo-materialismo
Nicolás L. Fagioli 73 a 74

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Symploké revista filosófica julio 2019

Reseña: El dulce amargo, canciones de Safo


Agustina E. Marazzato 75 a 76

Algunas consideraciones psicoanalíticas con perspectiva de género...


Claudia I. Campos 78 a 86

Entrevista Juan Carlos Escobar


Fernández, J. - Saavedra L. 87 a 90

Cuentos infantiles y construcción de la subjetividad en la infancia...


Jesica Pasqualini 91 a 95

El poder político femenino


Sofía Rutenberg 96 a 99

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Symploké revista filosófica julio 2019

Nota
de los Directores

Con muchísimo placer presentamos el dé-


cimo número de Revista Symploké. El presente
dossier, dedicado a la filosofía política, ha sido
posible gracias a la inmensa ayuda de la Lic. Ali-
cia Cusinato, quien ha coordinado dicho número.
Asimismo, queremos reconocer el trabajo rea-
lizado por Gustavo Cruz en la realización de la
ilustración de tapa de este número, cuya impron-
ta nos permite seguir consolidando una identidad
propia.
Agradecemos a Antonio Tursi y a Jorge
Fernández, quienes nos ayudaron en el transcur-
so de los últimos cuatro años de existencia de la
Revista, y a Laura Carugati, cuyo apoyo y entu-
siasmo hacia este proyecto han sido motivo de
empuje y dedicación.
Por último, queremos agradecer especial-
mente a Mario Greco y a todo el equipo de Lec-
tura Mundi (UNSAM) por brindarnos la posibili-
dad, con su apoyo y reconocimiento, de continuar
con nuestra tarea. Dicho apoyo nos permite con-
solidar relaciones institucionales más estrechas,
permitiendo no solo la continuidad de este pro-
yecto, sino su crecimiento en tanto revista cientí-
fica.

Hernán Calomino / Alejandro Gutiérrez


Directores Revista Symploké

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Symploké revista filosófica julio 2019

Maquiavelo y la fenomenolo-
gía de las conjuras
Apuntes de lectura e
hipótesis interpretativas
Fecha de recepción: 23 de abril de 2019
Fecha de aceptación: 28 de mayo de 2019 Alessandro Campi
Università di Perugia
Trad.: Alicia Cusinato
UBA-UTDT
Resumen Abstract

El tema de las conjuras aparece con fre- The theme of the conspiracies is frequently used
cuencia en las obras de Maquiavelo. Incluso le ha in the works of Machiavelli. Moreover, he de-
dedicado un capítulo en sus famosos Discursos dicated one of the most famous chapters of the
(III, 6). Aún así las historias sobre conspiraciones Discourses (III, 6). But also, stories of intrigue
e intrigas recorren de forma continua las páginas and conspiracy continually run through in the
de Historias de Florencia como sus escritos de Florentine Histories as in his diplomatic-chan-
naturaleza diplomático-cancillerescos. Se habla cery writings. Looking at the predominant lite-
difusamente sobre tramas y maquinaciones tanto rature, its been spoken inaccurately of political
en el Príncipe (XIX) como en sus textos históri- plots and machinations in the Prince (XIX) as
co- políticos menores. A diferencia de otros pen- in his minor historical-political texts. Unlike
sadores, a partir de Salustio, Maquiavelo no se other classical authors, from Sallustio onwards,
limitó a la descripción de las conjuras particula- Machiavelli did not limit himself to describing
res. Sobre esta particular y extrema forma de lu- single conspiracies. For this particular and ex-
cha política ha ofrecido una auténtica y verdadera treme form of struggle Machiavelli has offered
teoría o fenomenología, algo nunca antes logrado a true theory or phenomenology, something that
por otros pensadores. Ha clasificado las conjuras, other thinkers had never achieved. He classified
ha identificado sus diversas variantes históricas, the conspiracies, identified the various historical
ha echado luz sobre la dimensión técnico-opera- variations, has shed light on the technical-opera-
tiva, ha ilustrado las fases y las modalidades de tional dimension, illustrated the phases and the
su desarrollo, las motivaciones ideales, las jus- methods of development, the ideal motivations,
tificaciones del orden material y las matrices so- the material justifications and the sociological
ciológicas. Sobre todo ha ofrecido una clave de matrices. Above all, he has offered key of inter-
lectura eminentemente histórico-política, cuando pretation, eminently historical and political. This
durante mucho tiempo las interpretaciones se han deserves to be highlighted because, for a long
limitado a razonar sobre la psicología individual time these interpretations were limited to the psy-
de los conspiradores. chological reasons of the conspirators.

Palabras clave: Maquiavelo, conjuras, fenome- Keywords: Machiavelli, conspiracies, fenome-


nología, teoría política. nology, political theory.
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Symploké revista filosófica julio 2019

La bibliografía crítica sobre Nicolás Puede parecer una cuestión superflua e


Maquiavelo se encuentra notoriamente agotada. irrelevante. Después de todo son muchos los au-
Cada aspecto de su obra y su vida ha sido inda- tores del pasado que conocemos sólo a través de
gado haciendo de ello un objeto de análisis mi- retratos inventados, falsos o deformados: ¿quién
nucioso (aunque no siempre resulte convincente). puede decir que conoce la verdadera imagen de
Esto se verifica a tal punto que, recorriendo los Platón, Cicerón o San Agustín? Sin embargo, en
escritos maquiavelianos, genera fatiga individua- el caso de Maquiavelo, esta duda respecto de sus
lizar un tema o un argumento que no haya sido ya verdaderas facciones representa un aspecto his-
ampliamente trabajado por parte de estudiosos de tórico-crítico particularmente delicado. Esto se
los más diversos países. Hoy quien quiera escri- desprende del hecho de que sus retratos canó-
bir y reflexionar sobre Maquiavelo se expone al nicos – entre ellos el más célebre y difundido:
riesgo de ser repetitivo o banal. Se tiene la impre- la pintura conservada por el Palazzo Vecchio de
sión de que, si bien no en su totalidad, ciertamen- Firenze y atribuido a Santi di Tito (1536-1603) –
te en lo esencial, ha sido dicho todo. si bien difieren entre sí, tienen una característica
No obstante, y buscando con atención, común: presentan al autor del Príncipe con trazos
es posible encontrar partes de su biografía y de y expresiones que pueden definirse “maquiavé-
su producción intelectual que aún no han sido lo licas”. En otras palabras, aquellas pinturas pre-
suficientemente aclaradas y sobre las cuales la sentan a Maquiavelo exactamente como preten-
investigación científica aún tiene algo para decir. demos que Maquiavelo debiera ser, considerando
Pensemos solo en la escasa información, que aún la pésima fama que siempre lo ha acompañado:
disponemos, relativa a su juventud y a su forma- la boca pequeña con los labios cerrados, la frente
ción. Maquiavelo nació en 1469 y murió en 1527. amplia e inteligente, la mirada aguda e interroga-
Sobre la segunda parte de su existencia tenemos tiva, la sonrisa irónica y burlona, con una expre-
mucha información, sobre todo a partir de 1498: sión astuta y maliciosa en la cara. ¿Se trata del
el año en el cual, apenas cinco días después del Maquiavelo real, como lo han visto y conocido
asesinato de Savonarola, fue electo jefe de la se- sus contemporáneos, o de una imagen póstuma y
gunda cancillería de la República de Florencia. estereotipada de Maquiavelo, como el maldecido
Sin embargo, sobre sus primeros veintinueve autor debelador de las inexorables leyes del po-
años sabemos todavía muy poco: a tal punto que der, visión que se ha arraigado en la imaginación
nadie ha logrado explicar de forma convincente popular prácticamente hasta nuestros días?
por qué razones un joven que no era ni un lite- A partir de esta última pregunta, la clave
rato de fama ni un docto en leyes, y cuya fami- de investigación estaría guiada por la posibilidad
lia no pertenecía a la nobleza citadina ni tenía de que la retratística maquiaveliana, en particu-
grandes riquezas o roles públicos, pudo obtener lar aquella de los siglos XVI y XVII, haya sido
un cargo político-administrativo tan importante. en realidad una variante iconográfica del antima-
¿Qué relaciones sociales y políticas tenía el joven quiavelismo político-filosófico y literario. Se tra-
Maquiavelo? ¿A qué grupo de poder pertenecía? ta de una perspectiva de estudio a caballo entre la
¿Cuáles eran sus sentimientos políticos y qué ex- historiografía política y la historia del arte que,
periencias de vida atravesó? ¿Por qué lecturas y hasta ahora, no ha sido abordada de un modo sis-
autores se vió influenciado, considerando que no temático (Campi, 2014). Particularmente, hemos
ha seguido una trayectoria de estudio regular? ofrecido una primera contribución en esta direc-
Son preguntas que ningún biógrafo –ni el más ción estudiando las múltiples variantes de uno de
célebre y escrupuloso: Roberto Ridolfi (1978)– los retratos más notables de Maquiavelo: la así
ha logrado responder. Tal vez la solución se en- llamada ‘Testina’, que apareció por primera vez
cuentra en algún documento de archivo que aún en 1540-41 en una colección de sus obras publi-
espera ser descubierto. cada en Venecia por el editor Comin da Trino
Existe, sin embargo, otro pequeño mis- (Campi, 2019). Es un retrato de Maquiavelo
terio historiográfico que debiera ser aclarado en evidentemente falso y arbitrario, cuya fortuna a
referencia a su vida y su pensamiento. Refiere través de los siglos, según la interpretación que
a la semblanza física de Maquiavelo. ¿Qué cara hemos propuesto, se debe a los tratos satáni-
tenía? ¿Cuáles eran exactamente sus rasgos y su cos y perturbadores, con los cuales el autor del
fisonomía? Príncipe venía siendo presentado a sus lectores
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con el objetivo de advertirles de las peligrosas nico.


lecciones que habría recibido. En suma, un ejem- Se trata de una sección de la obra titulada,
plo de antimaquiavelismo confiado más no a la precisamente, De las conjuras, y que siempre ha
fuerza persuasiva de la escritura, sino a la poten- impresionado a lectores y críticos en virtud de su
cia evocadora de la imagen. insólita longitud. En razón de ello, se ha planteado
Pero incluso sobre la reconstrucción e la hipótesis de que aquella sea considerada como
interpretación del pensamiento de Maquiavelo, un tratado autónomo, que, no por casualidad, ha
como hemos mencionado, existen aún posibles gozado de una circulación y difusión indepen-
espacios de estudio y profundización. Si bien es diente, como prueba la ya existente tradición ma-
verdad que la fuerza de los clásicos radica en que nuscrita. De los códigos utilizados para realizar
cualquiera, acorde a su gusto, puede leerlos y en- las modernas ediciones críticas de los Discursos,
contrar allí, dependiendo de la coyuntura históri- de hecho solo dos están conformados por trans-
ca, nuevos estímulos intelectuales o nuevas pers- cripciones –si son bien distintos, probablemente
pectivas críticas, también es verdad que a menu- sean descendientes de un ancestro común, ambos
do los estudiosos, siguiendo modas político-cul- datan de la primera mitad del siglo XVI– propias
turales, tienden a concentrarse maniáticamente del capítulo de las conjuras: el código Palatino
sobre algunos aspectos o temas, dejando fuera 1104, cc. 45r-56v, de la Biblioteca Nacional de
otros. Pensemos solo en la cantidad de literatura Florencia y el manuscrito X de Balia, Carteggio,
crítica que se ha acumulado en los últimos tres Responsive 119, cc. 290-319, del Archivo de
decenios – a partir de las investigaciones ya clá- Estado de Florencia. Ello sugiere que esta parte
sicas de Hans Baron, J. G. A. Pocock y Quentin de los Discursos fue leída como una obra en sí
Skinner – sobre Maquiavelo como defensor de misma desde años posteriores a su composición
las virtudes republicanas. Por otro lado, recorde- y posiblemente haya sido objeto de discusión du-
mos cuán poco se ha escrito, por ejemplo, sobre rante las reuniones del Orti Oricellari, jardín fre-
el argumento que, en cambio, atraviesa gran parte cuentado por Maquiavelo entre 1516 y 1519.
de sus escritos y sobre el cual, en este espacio, Pero es en Francia donde, algunos de-
queremos llamar la atención. cenios luego de la muerte de Maquiavelo, se
inaugura una tradición que tiende a considerar
Las conjuras y la lucha por el poder en la Italia sus reflexiones sobre las conjuras como un texto
del Renacimiento independiente y que, en razón de la indecencia
de la materia tratada –la conquista del poder o
Nos referimos en particular al Maquiavelo la eliminación del enemigo político a través del
teórico y estudioso de las conjuras: entendidas homicidio, la sedición de una minoría organizada
como una modalidad de lucha por el poder recu- contra el orden constituido– por un lado, logra
rrente en la historia (sobre todo en la época del reanudar la lectura clásica sobre el tema de los
Renacimiento) y meritoria, por lo tanto, de una complots políticos y el tiranicidio y, por el otro,
autónoma elaboración doctrinaria. En efecto, los permite presentar mayores conexiones con El
relatos y descripciones de las conjuras, tramas y Príncipe (donde el tema en el capítulo XIX es en-
maquinaciones secretas que recorren con frecuen- carado sobre la base de formulaciones análogas
cia los escritos maquiavelianos, particularmen- a aquellas contenidas en los Discursos) que con
te en la correspondencia político-administrativa su obra sobre las repúblicas (al interior de la cual
y en las Historias de Florencia, corroboran que figura de hecho, y al mismo tiempo, como una
se trataba de un tema al que él atribuía una gran disgresión anómala). En 1575, por ejemplo, apa-
importancia y por el cual profesaba un profundo rece en París, para los tipos tipográficos de Abel
interés. Pero es sobre todo en los Discursos –en l’Angelier, una versión del Bellum Catilinae de
el célebre capítulo 6 del Libro III– que el tema Sallustio, realizada por Jérôme de Chomedey, en
de las conjuras es tratado por Maquiavelo en for- cuyo apéndice presenta la traducción al francés
ma sistemática y con la ambición de aportarles, del Traicté des coniurations, extraict du troisies-
al mismo tiempo, una amplia casuística histórica me livre des discours de Machiavel, precisamente
(que trata desde el mundo clásico hasta la historia una extrapolación de los Discursos del capítulo
italiana de su tiempo), una clasificación de máxi- sobre las conjuras. En 1822 aparece (siempre en
ma, una elaboración conceptual y un examen téc- París), a través del editor Chassériau, una traduc-
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ción anónima del Príncipe cuyo apéndice contie- sodios de conjuras presentes en las Historias de
ne el tratado Des conspirations. En 1842 el Traité Florencia– finalmente aparece en Italia en 2014 y
des conspirations et du régicide (que incluye es traducida al francés en 2017 y al inglés en 2018
también, junto al sexto capítulo, la traducción de (Machiavelli, 2014; Campi 2017; Campi, 2018).
los capítulos séptimo y octavo, ambos parte del No obstante este interés editorial, la impresión es
tercer libro de los Discursos) aparece como últi- que el tema todavía no ha sido adecuadamente
ma sección (después del Traité de la République desarrollado a nivel crítico-interpretativo1, a pe-
y del Traité du Prince, ou de la Monarchie) de las sar de la importancia que incluso ello ha tenido
Oeuvres politiques de Machiavel publicado en para el propio Maquiavelo: en el plano teórico,
París por Lavigne Libraire-Éditeur y editado por pero también, como se evidenció, por razones
P. Christian, que funciona como guía de lectura biográficas y personales2. Las siguientes solo son
del Essai sur l’esprit révolutionnaire. La traduc- algunas reflexiones e ideas que buscarían demos-
ción utilizada es la clásica realizada por Charles trar la relevancia del argumento, junto con la ne-
Guiraudet en 1799 para su edición de las Oeuvres cesidad de profundizarlo en el plano de la inves-
de Machiavel, que se reimprimirá a mitad del tigación textual y de la interpretación histórica.
Novecento, en Francia en 1935 y en Bélgica en
1944, en dos ediciones del Príncipe cuyos apén- Un esquema de clasificación y de interpreta-
dices reproducen, a su vez, el Traité des conspi- ción de las conjuras
rations et du régicide propio de la versión que ya
había aparecido en 1842. Al leer con atención el capítulo De las
La elección que considera como inde- conjuras incluído en las Historias, aparece una
pendiente el capítulo sobre las conjuras de los visible contradicción que Maquiavelo deja irre-
Discursos, se ha publicado de forma más ocasio- suelta, que es característica de su forma de argu-
nal, en otros contextos lingüísticos. En la Italia mentar, frecuentemente signada por incongruen-
del Risorgimento, un extracto de este último cias lógicas y por forzaduras o manipulaciones en
aparece en el Elettuario contro le sette segrete la reconstrucción de los hechos, aún así, funcio-
publicado en Módena en 1853 por la Tipografía nales al desarrollo de su discurso político. Si, por
Vincenti: una denuncia sobre el conspiracionis- un lado, se sostiene que, a causa de los complots
mo masónico-carbonaro, de marca católica-con- y conspiraciones han sido vistos «muchos más
trarrevolucionaria, que utiliza a Maquiavelo para príncipes perder la vida y el estado que en la gue-
mostrar cuáles son los peligros y fracasos de rra abierta» (III, 6, 3), lo que parecería probar su
quienes conjuran contra el orden establecido. Su eficacia, a la luz de la experiencia histórica anti-
versión integral se publicó en una edición por- gua, y a él contemporánea; por el otro lado, se ar-
tuguesa del panfleto maquiaveliano aparecido en gumenta que las conjuras representan un tipo de
1945 en Lisboa a través de la editorial Cosmos, empresa «difícil y peligrosísima en su totalidad;
traducido por Berta Mendes, con prefacio y notas de donde se deriva que muchos lo intenten y po-
de Manuel Mendes: la titulación de este apéndi- quísimos alcancen el fin deseado» (III, 6, 4). Un
ce del Príncipe, Tratado des Conspirações e do escepticismo sobre la utilidad político-práctica
Regicídio, junto a una veloz lectura del mismo, de tal instrumento de lucha, encontrado con si-
denuncian claramente la dependencia de esta
versión lusitana respecto de aquella francesa de 1 Una de las pocas excepciones está representada por el
Guiraudet mencionada anteriormente. En 2010, estudio, pionero en muchos sentidos, de Elena Fasano
el capítulo De las conjuras fue publicado en in- Guerini (1996).
2 Nos referimos al involucramiento de Maquiavelo en, al
glés con el título On Conspiracies, junto a otros menos, dos episodios de conjuras: aquella de febrero de
extractos de los Discursos que presentan una vin- 1514 inventada por Pier Paolo Boscoli y Agostino Capponi
culación –en realidad no tan directa– con el tema con el objetivo de asesinar a Giuliano di Lorenzo de’
(existe también una versión española publicada Medici, y aquella de junio de 1522 promovida por algunos
en 2012). Una colección comentada de todos descendientes de la aristocracia florentina (estudiantes y
amigos de Maquiavelo) y que tenía como objetivo al carde-
los textos maquiavelianos referidos a las conju- nal Giulio de’ Medici (el futuro papa Clemente VII). Se tra-
ras –además del capítulo de los Discursos y el ta, en realidad, de dos episodios muy controversiales, para
XIX del Príncipe, se encuentran el escrito sobre los cuales nunca ha sido probada, a través de documentos
Tradimento del Duca Valentino… y diversos epi- y fuentes históricas concretas, la participación directa de
Maquiavelo.
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milares palabras en el Príncipe («las dificultades de pasar de una república o monarquía corrupta al
que provienen de los conspiradores son infinitas, principado como en el ejemplo de Catilina, histó-
y por experiencia se ve que muchas han sido las ricamente paradigmático por su resultado fallido,
conjuras y pocas han tenido un buen fin», XIX, referido brevemente sólo al final del capítulo) y
11), que puede ser explicado – considerando la aquellas «que se realizan para dar tierras a enemi-
fecha de composición de ambos textos, notoria- gos que la asedian» (ya analizadas en Discursos,
mente inmediata a su alejamiento del puesto de II, 32, 16-24).
canciller, entre noviembre de 1512 y no más allá Queda, por tanto, aclarado aquello que
de 1517 – recordando su traumática experien- debe entenderse por conjura, siendo fieles a su
cia en febrero de 1513, cuando, en contra de su etimología latina (cum-iurare): acto colectivo ba-
voluntad, se vió envuelto en una efímera trama sado en el vínculo de un juramento, distinto de la
conspirativa (aquella tramada por Pietro Paolo acción individual o del clásico tiranicidio («no se
Boscoli y Agostino Capponi contra Giuliano de’ puede decir que es una conjura, sino más bien la
Medici indicada en la nota al pie precedente) que firme disposición de matar al príncipe por parte
le costó algunas semanas de cárcel y de tortura. de un ciudadano», III, V, 27).
De allí también los llamados a la prudencia y la Finalmente, se especifica cómo el presu-
actitud cuasi fatalista con que parece abrirse el puesto, por así decir sociológico de las conjuras
capítulo: si a los príncipes se les aconseja, para – aquellas del primer tipo – está representado por
escapar del peligro que asecha siempre en las la proximidad física de los conspiradores con
conspiraciones, buscar y mantener por cualquier el príncipe, es decir, por pertenecer a su círcu-
medio, el favor del pueblo (ser «odiado por el lo o por tener «fácil acceso» (III, 6, 38) al poder
universal» en razón de las ofensas cometidas a («Digo que según las historias, todas las conju-
causa «del pillaje, de la sangre o del honor», de ras son realizadas por hombres grandes/nobles3
los súbditos y por las amenazas referidas a estos o íntimos del príncipe», III, 6, 36; «Vemos por
últimos, representa, de hecho, el motivo princi- tanto, que aquellos que han conspirado han sido
pal de las tramas conspirativas); a los particulares todos hombres grandes/nobles o familiares del
(esto es, a los ciudadanos individuales) tentados príncipe», III 6, 41); mientras que el presupues-
a involucrarse en una práctica que Maquiavelo to psicológico ha de hallarse principalmente en
considera efímera y poco realista por el mero he- la ingratitud y en la «concuspición a dominar»
cho de haber sido concebida por una camarilla o (III, 6, 46) de aquellos que, habiendo obtenido
un pequeño grupo, les invita a «contentarse con del príncipe todo tipo de privilegios y ventajas,
vivir bajo aquel poder que la fortuna les ha pro- terminan por ambicionar su posición, a costa de
puesto» (una advertencia que recuerda lo dicho su propia eliminación (como aquellos conspira-
en el Príncipe, III, 1, 1: «los hombres cambian de dores romanos, aducidos por ejemplo en el texto,
buen grado de señor, creyendo que mejorarán, y de sus emperadores y pretores «constituidos en
esta creencia les hace empuñar las armas contra tanta riqueza, honor y poder, que parecía que a la
su antiguo señor; pero se engañan, pues luego la perfección de su grandeza faltara otra cosa más
experiencia les demuestra que han empeorado»). que el Imperio», III, 6, 42).
Aún así, su desaprobación, si no es pura A partir de estas premisas, Maquiavelo
aversión por este tipo de empresas, no impide a dedica una particular atención a los aspectos téc-
Maquiavelo proponer, como se mencionó, un tra- nicos-operativos de las conjuras, confirmando la
tamiento analítico, en razón de la frecuencia de orientación, a menudo pragmática e instrumental
estos hechos en el contexto político de la época de su pensamiento, así como el hecho de que, si
y considerando la relevancia que le es asignada bien riesgosas, las conjuras pueden, bajo ciertas
en la historiografía greco-romana, asiduamente condiciones, ser coronadas por el éxito y repre-
frecuentada por él. sentar una modalidad, si no legítima, en algunos
En principio, se realiza una distinción en- casos casi necesaria o útil, ya sea, para el cambio
tre las conjuras «contra un príncipe» (a las que político, o en los equilibrios del poder. De allí que
dedica la mayoría de sus reflexiones e implica un
simple cambio de la persona que ejerce el poder), 3 NdT. Si bien el término i grandi refiere a la nobleza de
aquellas «contra la patria» (que persiguen, por el Florencia, en este contexto, Maquiavelo busca señalar a to-
contrario, un cambio constitucional, la voluntad das las personas influyentes al príncipe, y que no necesaria-
mente poseían un título nobiliario.
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Symploké revista filosófica julio 2019

sigue con los consejos prácticos, reglas y recetas, poca prudencia con la que a veces se eligen los
sobre cómo evitar los peligros y contratiempos objetivos (como cuando se pretende eliminar a
que éstos traen aparejados y sobre aquellas medi- dos personas al mismo tiempo), o con la furiosa
das para neutralizarlos y llevarlos a buen puerto reacción de quien tiene la buena fortuna de sobre-
que parecen estar dirigidos, indistintamente, tan- vivir a una emboscada.
to a príncipes como a «hombres particulares» y En cuanto a los peligros que se corren en
que, en el curso de los siglos, han terminado por la tercera fase, es decir, una vez completada la
consagrar estas célebres páginas como una suerte conjura, se reducen a uno: «que quede alguien dis-
de manual pedagógico (considerándose perverso puesto a vengar al príncipe muerto» (III, 6, 153),
o edificante según el punto de vista del lector). tanto más grande es aquel si «el pueblo es amigo
Las dificultades que, a juicio de del príncipe que has matado». Así, Maquiavelo
Maquiavelo, comportan las conjuras, refieren llega al punto nodal que dota de coherencia teó-
a tres fases técnicas de su desarrollo: «se corre rica a toda su reflexión y justifica, sobre el plano
peligro al tramarlas, al ponerlas en ejecución, y político, su personal aversión a este tipo de lucha:
luego de haberlas ejecutado» (III, 6, 25), presen- si es el odio popular contra el príncipe lo que crea
tan complicaciones «antes, en momento de los el humor colectivo (esto es, las condiciones y la
hechos, y después» (III, 6, 51). En la fase inicial, justificación) que lleva a los «grandes/nobles» a
aquella de la perfiguración, el problema está en conspirar, es el favor del pueblo, por el contra-
mantener el secreto; lo que será más difícil si este rio, el mejor antídoto a las tramas subversivas;
último es compartido por muchos («De confianza todo ello si –como se lee en el Príncipe– con-
podrás encontrar uno o dos; pero como te apoyas tra un príncipe que sea «reputado», «excelente»
en muchos, es imposible que los encuentres», III, y «venerado», «difícilmente se conjura» (XIX,
6, 57). El riesgo, a medida que se extiende la red 5). Si las conjuras son, desde el punto de vista
de participantes del complot, está en la delación, operativo, un fenómeno por definición elitista y
en la traición e incluso en la imprudencia («cuan- socialmente restringido, que se consuma, ade-
do un conjurado habla de ello con poca cautela», más, enteramente en la esfera del poder, entre
III, 6, 62). Le sigue la necesidad, para quien sea los pocos que lo detentan y los pocos que aspi-
artífice o promotor, de revelar su plan subversi- ran a él, del cual el pueblo está excluido, es éste
vo sólo a las personas realmente confiables, en lo último sin embargo, el árbitro que decreta, más
posible a nadie, y revelarlo sólo en el momento allá del alcance o no del objetivo inmediato de
de pasar a la acción; y esto también sirve para cada conjura individual, el éxito real o el fraca-
no dar tiempo a ser y dejar evidencia respecto de so concreto desde el punto de vista político. Los
aquellas intenciones que puedan resultar com- conspiradores que, luego de haber asesinado al
prometedoras (no obstante ello, téngase presen- príncipe, no lograran ganarse el favor del pueblo,
te la glosa, para decirlo técnicamente, contenida quizá cediendo instrumentalmente la bandera de
en otro célebre escrito maquiaveliano, la Vita di la libertad por la de la tiranía, están destinados al
Castruccio Castracani: «en estas cosas [en las fracaso y expuestos a su venganza.
conjuras] si el número reducido es suficiente para Queda el hecho, concluye Maquiavelo,
mantener el secreto, no es suficiente para la eje- del peligro que comúnmente implican las con-
cución»). juras para el príncipe, incluso en el caso de que
En relación a la ejecución, la dificultad, falle la intención de matarlo. Si estas proyectan
en cambio, nace, «o por un cambio de planes; o una sombra de infamia sobre quien las organiza,
por falta de ánimo de aquellos que la ejecutan; o también dejarán una sombra de sospecha sobre
por algún error del ejecutor por falta de pruden- quien haya sido la víctima. Más aún, si el prín-
cia; o por no dar perfección a la empresa, que- cipe, luego de haber escapado de los sicarios o
dando con vida algunos de los que se planeaba haber descubierto y neutralizado el plan criminal,
matar» (III, 6, 100). La ejecución de una conjura, logra matarlos y perseguirlos junto a sus cómpli-
siempre que no sea descubierta antes de tiempo, ces: el pueblo, de hecho, terminará por creer «que
debe tener en cuenta los imprevistos, y en caso ha sido [la conjura] una invención del príncipe
que se trastorne el plan preconcebido y obligara para desahogar su avaricia y crueldad contra la
a modificarlo a último momento, la impericia o vida y los bienes de aquellos que ha matado» (III,
la falta de sangre fría de los atacantes, contar con 6, 186).
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Symploké revista filosófica julio 2019

dencialmente disgregante y corrosivo, del cual no


Las conjuras en perspectiva histórica: la lec- emerge un nuevo orden político, en todo caso una
ción de los clásicos y la lección de la experien- perenne inestabilidad, fruto a su vez de un sen-
cia timiento de odio y venganza entre las facciones
y las partes, destinada a perdurar en el tiempo y
Como anticipamos, algunos de los argu- a minar la vida civil (y éste es el valor asigna-
mentos sobre las conjuras desarrollados en los do a la conjura encabezada por la aristocracia en
Discursos, se encuentran sintéticamente expues- Florencia en 1340 por Piero de’ Bardi e Bardo
tos (¿anticipados o retomados?) en la parte inicial Frescobaldi: II, 32). Ellos son típicos ejemplos
del capítulo XIX del Príncipe (De contemptu et de aquellos contextos históricos, como la Italia
odio fugiendo). Respecto de ello, lo más discu- del Quattrocento, en los cuales aún no se habían
tido por la crítica en razón de su estructura disar- definido estructuras institucionales y de poder es-
mónica y poco coherente, fruto de evidentes reor- tables. Al mismo tiempo, se presta mayor aten-
denamientos y de conspicuas adiciones, mencio- ción que en los Discursos – basta pensar en los
namos: la vacuidad de las conjuras como medio relatos de la conspiración organizada por Stefano
para revertir las estructuras de poder; la dificultad Porcari en 1453 (VI, 29) y en aquella que en 1476
de los conspiradores para encontrar cómplices costó la vida de Galeazzo Maria Sforza (VII, 33-
leales, motivados y no proclives a traicionarlos 34) – a las motivaciones ideales de las conjuras
por conveniencia; la recomendación al príncipe, (la gloria, el honor, la defensa de la libertad, la
de carácter utilitario, de evitar «ser odiado o des- lucha contra la tiranía o el oscurantismo religio-
preciado» y de tener «al pueblo satisfecho con so) que difieren, por lo tanto, del entramado de
él» (XIX, 9) para contener las ambiciones de los intereses económicos, las ambiciones de poder,
«grandes/nobles» y para evitar que conspiren en las disputas entre facciones y resentimientos pri-
su contra. Este último punto es subsumido, por vados, que constituían su causa principal, bien
Maquiavelo, a una verificación histórica a través ejemplificados en las Historias, por episodios
de una amplia casuística, extraída, en gran parte, como la conspiración contra Aníbal Bentivoglio
de la obra de Herodiano, y referida a la vida de los de 1445 (VI, 9-10), la sedición contra Piero de
emperadores romanos de la época de la dinastía Medici de 1466 (VII, 10-20) y la conjura de los
Severa, alguno de los cuales –desde Commodo Pazzi de 1478 (VIII, 1-10).
a Maximino el Tracio, pasando por Antonio
Caracalla y Alejandro Severo– fueron artífices Un laberinto de palabras
y víctimas de complots causados por la propia
imposibilidad de satisfacer, al mismo tiempo, la Que el fenómeno conspiratorio no sea
codicia de los soldados que los apoyaban con las unívoco ni en su significado político ni en sus
armas y la sed de poder de los nobles, de los ge- modalidades operativas, es algo demostrado por
nerales y de los cortesanos que los circundaban, el hecho de que, para describirlo, Maquiavelo
así como nunca haberse asegurado el sustento apela no sólo al término conjura, sino a un con-
popular. Sin embargo, hay otras fuentes históri- junto más articulado de palabras y lemas que uti-
co-literarias clásicas de las cuales Maquiavelo ha liza como sinónimos. Al mismo tiempo, la pala-
sacado ejemplos históricos de conjuras, comen- bra conjura en sus escritos, a veces, es usada en
zando con Heródoto (Campi, 2016b). sentido figurado y metafórico, a saber, para indi-
No obstante ello, es especialmente en las car situaciones o contextos diversos de homicidio
Historias de Florencia donde deben buscar los por razones políticas. La constelación semántica
exempla que sostienen la visión maquiaveliana de que indican las conjuras, en sentido propio, com-
las conjuras y que, estando referidos a los acon- prende términos que pueden considerarse equiva-
tecimientos históricos más vinculados a su expe- lentes en su significado, como «conspiraciones/
riencia política directa y a su conocimiento de las cospirazioni» («sin que sus ciudadanos hubieran
cortes principescas, en cierta medida enriquecen conspirado nunca contra él», El Príncipe, VIII,
la interpretación. Las conjuras, incluso a la luz 22), «acuerdos/trattati» («los florentinos, por
de las dinámicas conflictivas que han marcado la acuerdo le quitaron Pistoia», Historias, II, 30,
historia de Florencia desde sus orígenes, vienen 10; «ordenó […] cierto acuerdo», carta a los Diez
presentadas en esta obra como un fenómeno ten- de Libertad del 7 de octubre de 1502), «intrigas/
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Symploké revista filosófica julio 2019

pratiche» («mantuvo intrigas en Cortona para desde los doctrinarios de la Razón de Estado a
arrancársela a los Florentinos», Historias, V, 31, Gabriel Naudé, del Cardenal de Retz a los pa-
10), «maquinaciones/macchinazioni» («todos triotas conspiradores del Risorgimento italiano,
maquinaban y tramaban contra su Excelencia» y que han absorbido, y a menudo sistematizado,
carta a los Diez de Libertad del 7 de octubre de sus preceptos y enseñanzas técnicas. En cuan-
1502), e «inteligencias/intelligenze» («díganme to a la crítica contemporánea, por el contrario
todo que esta es una inteligencia ciertamente con –como se mencionó– parece haber pasado por
Pandolfo», carta a los Diez de Balia del 11 de alto este aspecto de la reflexión de Maquiavelo:
abril de 1505). Incluso también se encuentran se ha limitado a precisar que de las conjuras, él
en los escritos de cancillería: «razonamientos/ fue un adversario decisivo y un crítico en razón
ragionamenti», «ligas/leghe» y «sectas/sétte». de sus desaventuras biográficas, y por el hecho
Sin embargo, Maquiavelo no recurre al término de que las consideraba demasiado peligrosas,
«complot» ya que se trata de un concepto de ma- por tanto, improductivas. Aún así, y pese a las
triz francesa inserto en el lenguaje político sólo a diferencias que persisten entre ellas, existen al-
partir del siglo XVII. gunas excepciones a esta línea interpretativa. Un
En cuanto a los significados traducidos, importante historiador del pensamiento político
en los Discursos II, 2, 40 «una conjura de repú- como Rodolfo De Mattei, por ejemplo, ha hecho
blicas» es sinónimo de una liga o alianza políti- hincapié en las páginas de las conjuras, ya que
co-militar, así como una «conjura hecha/congiu- estas son la ejemplar demostración del interés de
ra fatta», en Príncipe XIII, 8, indica un acuerdo Maquiavelo en el aspecto técnico-operativo de
o entendimiento para dañar a alguien. Pero con- los fenómenos políticos, a partir de una orienta-
jurar también es empleado por Maquiavelo, en ción esencialmente empírico-naturalista y de una
el moderno sentido del lenguaje, para indicar la actitud práctico-instrumental. Del modo aséptico
conjunción de fuerzas o eventos hacia un mismo con el cual Maquiavelo se ocupa de las conjuras
objetivo («para destruir un Imperio tan poderoso resultaría, por lo tanto, «el gusto clínico del estu-
[…] no sólo fue una población sino muchos los dioso de los hechos políticos, únicamente intere-
que […] conjuraron»: Historias, I, 1, 4)». sado en la representación objetiva de un evento
Incluso esta disgregación terminológica en su desnuda e ineluctable realidad fenoméni-
no debe ser considerada como un fin en sí mis- ca » (De Mattei, 1969: 63). Una lectura similar,
mo: partiendo del uso que Maquiavelo hace de prácticamente contemporánea, es la realizada
los diversos términos y del significado que le por el historiador alemán (pero de larga vida en
atribuye al fenómeno de las conjuras, se recaban los Estados Unidos) Felix Gilbert. La diferen-
importantes consideraciones teóricas útiles para cia es que, según este último, el capítulo de los
reflexionar sobre el significado moderno de estos Discursos sobre las conjuras es el mejor ejemplo
fenómenos, y para distinguir conceptualmente, de la posición fundamentalmente racionalista y
entre las conjuras en sentido propio (entendido utilitarista de Maquiavelo, que considera a los
como hecho político) y el “complotismo” enten- hombres como únicamente movidos por sus inte-
dido, en cambio, como mentalidad y filosofía de reses egoístas: «Al minimizar los motivos ideales
la historia. De los escritos de Maquiavelo se re- en las tentativas de matar a un tirano, llega a la
caban, por tanto, ideas útiles para interpretar la conclusión de que las conjuras no tienen alguna
política contemporánea, como hemos intentado probabilidad de éxito, porque todos, priorizando
hacer en nuestros trabajos dedicados a la distin- su propia salvación y sus propios intereses, frente
ción –histórica y teórica– entre conjuras y com- a la aparición de los inevitables peligros de las
plots (Campi, 2016a). conspiraciones, busca salvarse a expensas de los
demás» (Gilbert, 1970: 136).
Un legado controvertido Decisivamente excéntrica, en cambio, re-
sulta la interpretación de Leo Strauss (comparti-
Las páginas maquiavelianas sobre las da por los principales exponentes de su escuela,
conjuras han tenido, en el curso de los siglos, lec- a partir de H. C. Mansfield Jr.). También para
tores excelentes. Algunos de ellos personalmente Strauss la reflexión maquiaveliana sobre las con-
involucrados en tramas y diseños subversivos, juras debería considerarse paradigmática y alta-
desde Etienne Pasquier a Tommaso Campanella, mente expresiva, pero desde una perspectiva muy
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Symploké revista filosófica julio 2019

particular. Esta no corroboraría, ni el carácter cí- chiavelliana in materia di cospirazioni e


nico y amoral de sus enseñanzas, ni la reducción trame segrete: Erodoto e la congiura dei
del arte de la política a la mera técnica de go- sette contro il falso Smerdi, in Alessandro
bierno; más bien revelaría el verdadero objetivo Campi, Leonardo Varasano (eds.), Congiure
de toda su obra: liquidar la Gran Tradición de la e complotti. Da Machiavelli a Beppe Grillo,
filosofía clásico-cristiana junto con el orden polí- Soveria Mannelli: Rubbettino, pp. 101-128.
tico resultante de esta última. Precisamente por- Campi, Alessandro (2017), Machiavel et les con-
que Maquiavelo era un maestro de las conjuras, jurations politiques. La lutte pour le pou-
nunca perdió el tiempo conspirando contra los voir dans l’Italie de la Renaissance, Paris:
poderosos de su tiempo, sino que se dedicó a una Harmattan
trama más vasta de inspiración histórico-ideal, a Campi, Alessandro (2018), Machiavelli and
una conjura metafísica y metahistórica dirigida Political Conspiracies. The Struggle for
contra el cristianismo y la civilización clásica, Power in the Italian Renaissance, London-
en la cual habría intentado involucrar a la juven- New York: Routledge.
tud de su tiempo, proponiéndole el sueño de un Campi, Alessandro (2019), “A (false) por-
renacimiento espiritual inspirado en los valores trait of Machiavelli and the origins of
del paganismo antiguo. La organización de esta iconographic anti-Machiavellism: ge-
grandiosa conjura espiritual, bastándose con las nesis, fortunes, and propagation of ‘La
meras armas del intelecto, que nada tiene que ver Testina’”, History of Political Ideas, DOI:
con las conjuras por el poder respecto del cual 10.1080/01916599.2018.1559751.
Maquiavelo se ha limitado a proponer un análisis De Mattei, Rodolfo (1969), Dal premachiavellis-
desde el punto de vista técnico para demostrar su mo all’antimachiavellismo, Sansoni: Firenze.
sustancial ineficacia, habría sido el verdadero le- Fasano Guarini, Elena (1996), Congiure «con-
gado del Secretario florentino a la historia: de su tro alla patria» e congiure «contro ad uno
éxito –concluye Strauss– ha surgido, de hecho, principe» nell’opera di Niccolò Machiavelli,
aquella Modernidad que aún lo venera como uno in Yves-Marie Bercé, Elena Fasano Guarini
de sus padres (Strauss, 1958). (eds.), Complots et conjurations dans l’Eu-
Estos son sólo unos pocos ejemplos que, rope moderne, Roma: École française de
sin embargo, justifican, tanto nuestra idea según Rome, pp. 9-53.
la cual en Maquiavelo sería posible rastrear una Gilbert, Felix (1970), Machiavelli e Guicciardini,
verdadera teoría general o fenomenología de Torino: Einaudi.
las conjuras, como nuestra convicción de que Machiavelli, Niccolò (2014), Sulle congiure,
Maquiavelo, a pesar de lo mucho que se lo ha Note, commento e introduzione di Alessandro
estudiado y profundizado, es un autor que aún Campi, Soveria Mannelli. Rubbettino.
puede reservarnos algunas sorpresas. Basta saber Ridolfi, Roberto (1978), Vita di Niccolò
buscar en la dirección justa y, cuando sea nece- Machiavelli, Firenze: Sansoni.
sario, dejar atrás las líneas de investigación más Strauss, Leo (1958) Thoughts on Machiavelli,
trilladas y consolidadas. Glencoe: The Free Press.

Bibliografía:
Nota de Traducción: todas las citas en el pre-
Campi, Alessandro (2014), “Iconografia”, sente artículo fueron tomadas del original y su
Enciclopedia Machiavelliana, Roma: Istituto traducción estuvo a cargo de la traductora.
della Enciclopedia Italiana, vol. II, pp. 744-
751.
Campi, Alessandro (2016a), Congiura o complo-
tto? Una distinzione analiticamente e sto-
riograficamente necessaria, in Alessandro
Campi, Leonardo Varasano (eds.), Congiure
e complotti. Da Machiavelli a Beppe Grillo,
Soveria Mannelli: Rubbettino, pp. 21-36.
Campi, Alessandro (2016b), Una fonte ma-
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Entre Maquiavelo y Marx:


Gramsci y el problema
de la política

Fecha de recepción: 14 de diciembre de 2018


Fecha de aceptación: 25 de enero de 2019
Maximiliano Cladakis
UNSAM - CONICET

Resumen outside of the usual reductionism. In this last sen-


se, for Gramsci, Machiavelli is not the father of
El objetivo del presente trabajo es abordar a positive science around politics, nor a denier of
la manera en que Antonio Gramsci retoma el pen- morality.
samiento de Maquiavelo para llevar a cabo una
teoría política que logre integrarse al marxismo. Keywords: Gramsci, Machiavelli, Marxism,
En este sentido, la apuesta gramsciana se abre praxis, politics.
sobre una doble vía. Por un lado, el intento de
Gramsci se realiza sobre la ausencia de una teo-
rización propiamente política por parte del mar- Introducción
xismo. Por otro lado, dicha apuesta implica una
reinterpretación del pensador florentino por fuera Eric Hobsbawm (2011) advierte que uno
de los reduccionismo habituales. En este último de los sentidos más importantes de la obra de
sentido, para Gramsci, Maquiavelo no es el padre Gramsci ha sido el de llenar una laguna dentro del
de una ciencia positiva en torno a la política, ni corpus marxista vigente hasta entonces: la laguna
tampoco un negador de la moral. de una teoría política propiamente dicha. El his-
toriador británico señala que, si bien tanto Marx
Palabras clave: Gramsci, Maquiavelo, Marxis- como Engels, han escrito numerosos textos “polí-
mo, praxis, política. ticos”, se trataban, esencialmente, de escritos co-
yunturales, y no de una reflexión sobre la política
Abstract en cuanto tal. De igual manera, esta ausencia de
una reflexión acerca de la política continuará en
The objective of this paper is to address los debates dados dentro de los círculos marxistas
the way in which Antonio Gramsci takes up Ma- posteriores, sobre todo durante la Segunda Inter-
chiavelli’s thought to carry out a political theory nacional, donde primará una visión mecanicista y
that manages to integrate Marxism. In this sense, determinista de la historia. Esta comprensión de
the Gramscian bet opens on a double track. On la historia y la ausencia de una reflexión en torno
the one hand, Gramsci’s attempt is made on the a la política guardarán una relación intrínseca. Si
absence of a properly political theorization on the el despliegue mismo de la historia conduce in-
part of Marxism. On the other hand, this bet im- eludiblemente al socialismo, la teoría política se
plies a reinterpretation of the Florentine thinker
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Symploké revista filosófica julio 2019

vuelve superflua, innecesaria. debería reaccionar sobre la sociedad, determinar ciertos


Precisamente, Benedetto Fontana (1993) efectos, positivos y negativos. La medida en que reacciona
sostiene que uno de los principales objetivos de es la medida de su importancia histórica, de su no ser “lu-
Gramsci al retomar el pensamiento de Maquiave- cubración” individual, sino hecho histórico (29).
lo es el de enfrentarse a los postulados de la Se-
gunda Internacional. En este sentido, Gramsci ve Gramsci ve en Maquiavelo un antecesor
en Maquiavelo un antecesor de su tesis acerca de de la “filosofía de la praxis”. En este aspecto
la hegemonía y, también, una fuente para pensar vale remarcar dos cuestiones. Por un lado, que
la relación entre voluntad y fuerzas históricas (en el intelectual sardo no acepta la clasificación de
Maquiavelo esta dualidad, como se sabe, aparece Maquiavelo como el fundador de una ciencia
como la dualidad fortuna/virtú) en una dialéctica positivista y neutral. Por el contrario, ve en él, a
que escape tanto al determinismo histórico como un hombre de acción, a un partisano. “Pero Ma-
al voluntarismo subjetivista. quiavelo no es un mero científico; es un hombre
de acción; es un hombre de partido, de pasiones
Un pensamiento orientado a la acción poderosas, un político de acción que quiere crear
nuevas relaciones de fuerzas (…)”(Gramsci,
Benedetto Fontana observa que uno de 1975, 50). Por otro, Gramsci retoma a Maquia-
los puntos de la obra de Maquiavelo que Gramsci velo para enfrentarse al pensamiento liberal de su
intenta recuperar con mayor interés es la idea de época que partía de la inexpugnable división en-
que el pensamiento debe estar orientado hacia la tre pensamiento y acción, pensamiento cuyo re-
acción. No caben dudas de que , tanto en El prín- presentante más reconocido era Benedetto Croce.
cipe como en los Discursos, esta idea es recurren- Fontana (1993) sostiene:
te. En el prólogo de la segunda obra, el Florenti-
no (2004) dice taxativamente que su objetivo al Croce representa para Gramsci tanto el ápice y la suma del
escribir es “acarrear común beneficio para todos” pensamiento liberal burgués en Italia, tal pensamiento pos-
(50). Unos párrafos más adelante, Maquiavelo tula una oposición radical y total entre la filosofía y la ac-
vuelve a señalar que se dispone a estudiar, expo- ción, “pensamiento” y “sensación”, la cultura y la política,
ner y debatir la historia de Roma, no con la inten- una oposición que es traducida en la realidad sociopolítica
ción de producir placer a sus lectores, ni con el y dentro de la historia, como la oposición entre la cultura
mero fin de exaltar su erudición, sino “(…) para de los que gobiernan (alta cultura) y la cultura de aquellos
que los lectores (…) puedan extraer de ellos con que son gobernados (10).
mayor facilidad la utilidad que debe buscar el co-
nocimiento de las historias” (50). Gramsci asume las premisas esenciales
Desde esta perspectiva, la obra de Ma- del marxismo y comprende la teoría como inelu-
quiavelo no es una obra sólo descriptiva. Por el diblemente unida a la praxis. Al mismo tiempo, la
contrario, hay una apuesta política por lo que, praxis tiene como horizonte un mundo histórico
más adelante, Gramsci interpretará como trans- determinado. La comprensión e interpretación de
formación de las relaciones sociales existentes ese mundo histórico se torna un elemento funda-
de su época. Para Maquiavelo, el conocimiento mental para su transformación. De manera simi-
y debate históricos tienen como finalidad guiar lar a la forma en que lo expone Lukács, en His-
a la acción. En un sentido similar, Gramsci va a toria y conciencia de clase, el intelectual italiano
definir la relación entre historia y filosofía a partir sostiene que el pensamiento y la acción consti-
de criterios práctico-políticos en lugar de los tra- tuyen una unidad en la cual ambos términos se
dicionales criterios lógico-especulativos. nutren de manera recíproca y en donde uno actúa
En la Nota de Cárcel, “Introducción al es- como fundamento del otro alternándose dialécti-
tudio de la filosofía y del materialismo histórico”, camente.
Gramsci (1984) sostiene con énfasis: Por esto mismo, la reflexión de Gramsci
gira, muchas veces, en torno a la situación polí-
Se puede decir que el valor histórico de una filosofía puede tica, cultural y económica de la Italia de su tiem-
ser “calculado” por la “eficacia práctica” que ha logrado po y señala, en más de una ocasión, la particu-
(y “práctica” debe ser entendido en sentido amplio). Si es laridad de Italia frente al conjunto de las demás
verdad que toda filosofía es la expresión de una sociedad naciones europeas. Por un lado, comparada con
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Symploké revista filosófica julio 2019

Francia e Inglaterra, Italia se presenta como un pítulos de El príncipe es, sin lugar a dudas, el
país sumamente atrasado, cuya unidad nacional XVIII. En él, aparece la figura del Centauro como
recién se logró en el Risorgimiento, entre 1861 arquetipo mítico de lo que un príncipe debería
y 1870. Además, dicha unidad, para Gramsci, ser. Este arquetipo representa la doble dimensión
no fue completada. Si bien se consolidó desde el en la cual debe saber desplazarse el príncipe para
punto de vista de la delimitación territorial y de lograr acciones efectivas en el campo de la polí-
una centralización del poder coercitivo del Esta- tica. Por un lado, el terreno de las leyes. Por otro,
do, no se había logrado una unidad en el plano el de la fuerza.
cultural, incluso, ni siquiera se había logrado en
el plano lingüístico ya que la unificación formal Deben ustedes saber, entonces, que hay dos modos de com-
de la lengua italiana no tenía como correlato una batir: uno con las leyes y el otro con la fuerza. El primero
unificación real y la multiplicidad de dialécticos es propio del hombre; el segundo, de las bestias; pero como
era lo que primaba. Por otro lado, con respecto muchas veces el primero no es suficiente, conviene recu-
a la Rusia prerrevolucionaria, Gramsci advierte rrir al segundo. Por lo tanto, para un príncipe es necesario
que la sociedad civil italiana, se encontraba mu- saber bien emplear a la bestia y al hombre. Esta parte ha
cho más desarrollada que la de la nación eslava. sido ya enseñada a los príncipes, de manera encubierta, por
La situación era paradojal: más atrasa- los antiguos escritores, quienes escribieron cómo Aquiles y
da que Inglaterra y Francia, más adelantada que muchos otros de aquellos antiguos príncipes fueron entre-
Rusia, Italia se encontraba en una situación que gados para su crianza al centauro Quirón, para que los edu-
debía ser repensada. Sin embargo, repensar esta cara bajo su disciplina. Y que se ha de tener por preceptora
situación no tenía una finalidad meramente teóri- una mitad bestia y mitad hombre no quiere decir otra cosa
ca, sino que se encontraba absolutamente compe- sino que un príncipe necesita usar una y otra naturalezas; y
netrada con el compromiso político de Gramsci. es que una sin la otra no es durable (Maquiavelo, 2012, 92).
Las grandes líneas de acción de la Se-
gunda Internacional estaban, ante todo, pensa- El príncipe debe saber valerse tanto del
das para los contextos de sociedades industriales uso de las leyes como del uso de la fuerza. En
avanzadas. La comprensión de la Revolución este aspecto, el empleo de las leyes tiene como
como “asalto al poder” que tendrá como ejemplo correlato la faceta “humana” del Centauro, mien-
la toma del Palacio de Invierno, era posible en tras que la fuerza invoca la parte “bestial” del mí-
la Rusia Zarista (como más de un siglo antes lo tico híbrido. Sin embargo, esto no significa que
había sido la Toma de la Bastilla en la Francia Maquiavelo comprenda la fuerza como simple
monárquica). Ahora bien, ninguno de los dos li- fuerza bruta. Por el contrario, en el mismo capí-
neamientos eran válidos para Italia, ya que el país tulo XVIII, el Florentino señala dos figuras meta-
mediterráneo no se encontraba en ninguna de las fóricas en las cuales se divide la fuerza necesaria
dos situaciones. Y, además, el fascismo, ni más ni para el obrar efectivo del príncipe: la del zorro y
menos, se había impuesto en el Gobierno. la del león.
Este interés por comprender la situación
concreta de la Italia de su tiempo, para lograr Por lo tanto, dado que un príncipe necesita saber usar bien
transformar dicha situación, se encuentra presen- la bestia, de ellas debe elegir al zorro y al león, porque el
te también en Maquiavelo. El pensamiento del león no se defiende de las trampas y el zorro no se defien-
Florentino se inscribe en un momento y espacio de de los lobos. Por eso precisa ser zorro para conocer las
histórico determinados: la Italia del Renacimien- trampas y león para espantar a los lobos. Los que se apoyan
to. La división de Italia en cinco Estados, la cons- solamente en el león, no pueden entender este tema (Ma-
tante y amenazante presencia de potencias como quiavelo, 2012, 92).
España y Francia, la ocupación de la que fuera la
Capital del Mundo por parte de la Iglesia, son al- La astucia del zorro es uno de los elemen-
gunos de los elementos que constituyen el mundo tos constituyentes de la fuerza planteada por Ma-
histórico de Maquiavelo. quiavelo. La simple fuerza bruta, el león, no basta
para conquistar, consolidar y extender el poder.
El Centauro y la cuestión de la hegemonía En los Discursos, esta idea aparece de manera re-
iterada. Precisamente, lo que Maquiavelo admira
Uno de los más célebres y polémicos ca- de la antigua Roma, entre otras cosas, es la forma
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Symploké revista filosófica julio 2019

en que esta empleaba conjuntamente la astucia y gación y de observaciones particulares, útiles para desta-
la fuerza militar, lo que le valió no sólo extender car el interés por la realidad efectiva y suscitar intuiciones
sus dominios hasta las regiones más vastas, sino políticas más rigurosas y vigorosas. Al mismo tiempo hay
también, y sobre todo, consolidarlos y mantener- que agregar la exposición de lo que en política es necesa-
los. El otorgamiento de la ciudadanía que daban rio entender por estrategia y táctica, por “plan” estratégico,
los romanos a los conquistados es una prueba de por propaganda y agitación, por “orgánica” o ciencia de la
ello, como lo es, también, su sistema de alianzas. organización y de la administración en política (Gramsci,
Así cómo Roma era imbatible en el campo mili- 1974, 12).
tar, también lo era en lo concerniente a la “astu-
cia” política, es decir, a partir de sus sistemas de De la cita hay dos cuestiones importantes
alianzas tácticas y estratégicas. para remarcar. Por un lado, el hecho de que se
Fontana señala que Gramsci retoma la te- vuelve a afirmar lo dicho en el primer punto acer-
sis maquiaveliana de la naturaleza dual del Cen- ca de la relación entre teoría y praxis. En el párra-
tauro para proyectar su teoría acerca del Estado. fo, se ve claramente la forma en que el estudio y
A diferencia del marxismo ortodoxo que veía en reflexión tienen como correlato la conformación
veía en el “Estado burgués” sólo la dimensión de planes de acción. Por otro, la importancia que
coercitiva, Gramsci ampliará esta noción de Esta- Gramsci le da a la organización política, a la ela-
do comprendiendo al Estado como la conjunción boración de tácticas y estrategias, a los análisis
de “dictadura” y “hegemonía”. La “dictadura” hacia las relaciones de fuerzas, cuestiones que
hace referencia a la dominación por medio de la significan un alejamiento del planteo del marxis-
vía coercitiva; la “hegemonía” se refiere al con- mo tradicional en donde el desarrollo de la histo-
senso y a la persuasión. Esta doble faz del Esta- ria iba a llevar a la humanidad ineludiblemente
do, Gramsci la extiende a la lucha política. Frente hacia el socialismo. Por el contrario, al igual que
a la tesis que priorizaba, tras la Revolución de en Maquiavelo, en Gramsci la historia presenta
Octubre, la faz coercitiva, la parte del León en un componente de azar y de contingencia sobre
términos de Maquiavelo, Gramsci sostiene que el cual la política debe operar, sin ninguna certe-
la faceta consuetudinaria es fundamental para la za preestablecida, sino que se moverá siempre en
consolidación de una fuerza política cuyo objeti- los límites de lo probable.
vo sea la transformación de las relaciones socia- En este punto es importante señalar que,
les existentes. para Gramsci, una crisis económica, no significa
Dentro de la izquierda, no sólo italiana, el advenimiento de un nuevo tipo de sociedad,
sino mundial, el modelo por excelencia de la sino que abre la posibilidad para tal advenimien-
lucha política era el de la “toma del Palacio de to.  A diferencia del determinismo histórico de
Invierno”, el cual era visto como la realización la ortodoxia marxista, Gramsci considera que, si
histórica de la famosa frase que Marx escribiese bien existen condicionamientos históricos, es la
en el Manifiesto comunista: “tomar el Cielo por voluntad política la que tiene la tarea de transfor-
asalto”. Sin embargo, si bien Gramsci reivindica mar la realidad. Desde la perspectiva de Gramsci,
la Revolución Rusa y su filiación política era el es necesaria una lectura correcta de la situación
marxismo-leninismo, se percata que se trata de histórica para poder obrar sobre ella y orientarla
un acontecimiento histórico-concreto, no univer- hacia un fin determinado pero es la política la que
sabilizable, que responde a la realidad de un pue- transforma el mundo.
blo en un momento determinado de su historia.
Por lo tanto, Gramsci remarca continuamente la El Partido como centro de la política
necesidad de los análisis acerca de las situaciones
concretas y de las relaciones de fuerzas para la En las Notas sobre Maquiavelo, Gramsci
articulación de tácticas y estrategias políticas. señala que la genialidad del Florentino radica en
haber establecido un pensamiento concreto de la
Un estudio sobre la forma en que es preciso analizar las política que no concibe a esta a partir de princi-
situaciones, o sea la forma en que es preciso establecer los pismos abstractos. En Maquiavelo, para Gramsci,
diversos grados de relaciones de fuerza, puede prestarse a se da una convergencia del realismo y del anhelo
una exposición elemental de ciencia y de arte político, en- de transformar lo dado. Con respecto a esto úl-
tendida como un conjunto de cánones prácticos de investi- timo, Gramsci señala que Maquiavelo, al escri-

18
Symploké revista filosófica julio 2019

bir  El Príncipe, lo hacía a partir de un objetivo borar programas, estrategias y tácticas. En este
bien claro: la unificación de las ciudades italianas sentido, Gramsci es un crítico implacable del
bajo un poder autónomo y soberano. En este sen- espontaneismo. El intelectual y militante italia-
tido, observa que el pensamiento de Maquiavelo no observa la manera en que el espontaneismo
tenía una finalidad progresiva ya que el absolu- implica un mecanicismo oculto. En efecto, esta
tismo monárquico que este proponía era una ins- teoría, que, a primera vista, remarca el libre ac-
tancia superadora de la fragmentación y división cionar de las masas, encubre un mecanicismo
feudales. ante el cual subsume toda libertad ya que lo que
Gramsci plantea, por lo tanto, una actua- se piensa es que una vez que las masas se rebe-
lización de las ideas de Maquiavelo. Esta actua- len se pondría en ejecución un mecanismo que
lización tendría la finalidad de introducir la di- haría inviable todo programa; esto no significa
mensión de la política dentro del marxismo, de sino que las masas están irremediablemente suje-
integrar la política a la filosofía de la praxis. tas a dicho mecanismo. Por el contrario, Gramsci
sostiene que la praxis política tiene una doble
El problema inicial que debe ser planteado y resuelto en dimensión. Por un lado, una dimensión negativa
un trabajo sobre Maquiavelo es el problema de la política (crítica y negación de lo dado). Por otro lado, una
como ciencia autónoma, es decir, del puesto que ocupa o positiva (elaboración de programas, planes de ac-
debe ocupar la ciencia política en una concepción del mun- ción, etc.). Bajo esta perspectiva, Gramsci critica
do sistemática (coherente y consecuente), en una filosofía explícitamente la tesis de la “huelga general” que
de la praxis (Gramsci, 1974, 18). automáticamente acarrearía al mismo tiempo el
fin del capitalismo y la emergencia del socialis-
A pesar de la dedicatoria con que comien- mo.
za El príncipe, Gramsci sostiene que el príncipe La política implica construcción, por lo
a quien Maquiavelo le escribo sus consejos es que, frente a las tesis mecanicistas, Gramsci dará
un príncipe inexistente, no se trata de una per- una importancia fundamental a la voluntad. Pre-
sona real sino de una ideal. Ahora bien ¿cuál cisamente, la finalidad del partido político, en
es el “príncipe” para quien escribe Gramsci? El tanto príncipe moderno, será la construcción de
príncipe moderno para Gramsci no es otro que una voluntad colectiva. Sin embargo, tampoco
el partido político, órgano nuclear de la política debe entenderse la posición gramsciana como
moderna. “El príncipe moderno, el mito-prínci- un voluntarismo escindido de los procesos his-
pe, no puede ser una persona real, un individuo tóricos. La voluntad debe operar sobre lo dado,
concreto; sólo puede ser un organismo, un ele- debe construir sobre las condiciones históricas
mento de sociedad complejo en el cual comience concretas. Lo que aparece aquí no es otra cosa
a concretarse una voluntad colectiva reconocida que una dialéctica entre lo dado y la voluntad; ni
y afirmada parcialmente en la acción”(Gramsci, determinismo mecanicista ni voluntarismo ajeno
1974, 12). al proceso histórico, sino una voluntad que parte
Gramsci ve al partido político como órga- de lo dado para superarlo.
no de unidad y cohesión, cuya principal finalidad En este sentido, la centralidad del colec-
es la concreción de una voluntad e identidad co- tivo nacional-popular implica la articulación de
lectivas. La comprensión del partido como mito, diferentes sectores, grupos  y clases  en una gran
se encuentra en estrecha relación con esto. No se voluntad colectiva. La diversidad de intereses
trata de comprender el mito como algo opuesto debe ser articulada en una unidad de acción por
a lo “verdadero” e identificado con lo “falso” o medio del partido político, dando origen así a una
“ilusorio”. El mito es comprendido como aque- dimensión colectiva que no se encuentra determi-
llo que reúne, como aquello que otorga sentido, nada por ninguna ley ni por ningún mecanismo
como aquello que constituye un plexo simbólico oculto de la historia.
que unifica a los hombres y que otorga imágenes, A partir de esto, Gramsci sostiene que el
lenguajes, gestos, constituyendo así una identi- partido político, para articular el colectivo nacio-
dad intersubjetiva que será la fuerza espiritual de nal-popular debe dar la batalla en ambos campos.
la política. Gramsci señala que:
Por otro lado, Gramsci observa también
que el partido político tiene la necesidad de ela- El Príncipe moderno debe ser, y no puede dejar de ser, el
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Symploké revista filosófica julio 2019
abanderado y organizador de una reforma intelectual y mo- gias dentro de la lucha política. Esto significaba
ral, lo cual significa crear el terreno para un desarrollo ulte- profundizar en aquella dimensión que el marxis-
rior de la voluntad nacional-popular hacia el cumplimiento mo, hasta entonces, no había tenido demasiado
de una forma superior y total de la civilización moderna. en cuenta.
Estos dos puntos fundamentales, la formación de una vo- Como hemos visto, Gramsci retoma, rein-
luntad colectiva nacional-popular, de la cual el moderno terpreta y actualiza a la luz de su propio mundo
Príncipe es al mismo tiempo el organizador y la expresión histórico la obra de Maquiavelo. A partir de ello,
activa y operante y la reforma intelectual y moral, deberían se produce un desplazamiento de la tesis acerca
constituir la estructura del trabajo. Los puntos concretos de “tomar el cielo por asalto” hacia una comple-
de programa deben ser incorporados en la primera parte, jización en la comprensión de las acciones por
es decir, deben resultar dramáticamente del discurso y no las cuales se construirá el socialismo. La lucha
una fría y pedante exposición  de razonamientos (Gramsci, por la hegemonía, la articulación de una voluntad
1974, 15) nacional-popular, la búsqueda de consensos para
consolidar la posibilidad de un bloque histórico
Organizar y expresar, esa debe ser, pues, dirigido por la clase trabajadora,  la importancia
la función del príncipe moderno. Esta tarea, por fundamental de lo simbólico y de lo cultural, son
su parte, se abre sobre una doble dimensión, en la algunos de los puntos fundamentales de la praxis
cual, por un lado, se halla la búsqueda del poder política tal como la comprende Gramsci; y va-
político, y, por otra, la organización de una refor- rios de esos planteos los fundamenta a partir de
ma intelectual y moral. Se trata de dos dimensio- su lectura del Florentino.
nes que se encuentran mutuamente interpenetra- Fontana señala que Gramsci ve en Ma-
das y que se constituyen una a la otra de manera quiavelo a un antecedente de su tesis acerca de
recíproca. En este sentido, el mismo Gramsci se- la hegemonía. Es interesante destacar la forma en
ñala que “una reforma intelectual y moral no pue- que Gramsci entrecruza el pensamiento de Ma-
de dejar de estar ligada aun programa de reforma quiavelo con el marxismo para salir del determi-
económica, o mejor, el programa de reforma eco- nismo en que había caído la forma dominante de
nómica es precisamente la manera de presentarse comprender el marxismo, ya que es el primero
de toda reforma intelectual y moral”(15). El par- de varios en hacerlo. Merleau-Ponty, Lefort y Al-
tido político debe, entonces, articular intereses al thusser son algunos de los autores más reconoci-
mismo tiempo que dar una unidad ética, cultural, dos que, con sus diferencias, intentarán transitar
simbólica e ideológica que constituyan y expre- un camino similar: el de vincular el pensamiento
sen al colectivo nacional-popular.  de Maquiavelo con el de Marx.

Conclusión Bibliografía:

El mundo de las primeras décadas del Fontana, Benedetto, Hegemony and Power.
siglo XX fue testigo de grandes cambios, y di- On the relation between Gramsci and
chos cambios afectaron de manera directa a los Machiavelli, Minneapolis, University
movimientos socialistas. Por un lado, la Revo- Minesota Press, 1993.
lución de Octubre había significado la llegada al Gramsci, Antonio, El materialismo histórico y la
poder del socialismo. Esto implicó una serie de filosofía de Benedetto Croce, Buenos, Aires,
debates acerca de la propia teoría marxista y so- Nueva Visión, 1984, p.29.
bre el rol que debía de ocupar el Estado, lo que Gramsci, Antonio, Notas sobre Maquiavelo,
dio lugar entre otras cosas, al desarrollo de al- sobre la política y el Estado moderno,
gunas de las principales tesis de Lenin. Por otro Buenos Aires, Nueva Visión, 1975, p. 50.
lado, la llegada al poder del fascismo en Italia, de Hobsbawn, Eric, ¿Cómo cambiar el mundo?,
la que Gramsci fue víctima directa,  representó, Crítica, Barcelona, 2011.
como contrapartida, la persecución, la cárcel y Maquiavelo, Nicolás, El príncipe, Buenos Aires,
la muerte de incontables militantes de izquierda. Colihue, 2012
Las transformaciones que estaban atravesando el Maquiavelo, Nicolás, Discursos sobre la
mundo traían consigo la necesidad de pensar nue- primera década de Tito Livio, Buenos Aires,
vas direcciones, nuevas tácticas y nuevas estrate- Losada,2004.
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Lecturas críticas de Karl


Löwith y Leo Strauss al
concepto de lo político de
Carl Schmitt
Fecha de recepción: 15 de octubre de 2018
Fecha de aceptación: 20 de enero de 2019
Facundo Bey
CIF; EH-UNSAM; IIGG-UBA/CONICET; USAL

Resumen Abstract

El presente artículo busca presentar su- This article seeks to briefly present the
mariamente las principales críticas elaboradas main criticisms elaborated by Karl Löwith and
por Karl Löwith y Leo Strauss en su recepción Leo Strauss in their reception of the classic work
del clásico trabajo de Carl Schmitt Der Begriff of Carl Schmitt Der Begriff des Politischen [The
des Politischen [El concepto de lo político]. Se Concept of the Political]. It will be explored, in a
intentará explorar, en un primer apartado, la acu- first section, the Löwithian accusation of “atheo-
sación löwithiana de “ocasionalismo ateológico”, logical occasionalism”, offered, although under a
formulada, aunque bajo pseudónimo, en un tex- pseudonym, in a text of 1935 whose original title
to crítico de 1935 cuyo título original fue luego was later replaced by that with which it is cur-
reemplazado por aquel con el que se lo conoce rently known: Der okkasionelle Dezisionismus
actualmente: Der okkasionelle Dezisionismus von Carl Schmitt [The Occasional Decisionism
von Carl Schmitt [El decisionismo ocasional de of Carl Schmitt]. In the second section, following
Carl Schmitt]. En la segunda sección, siguiendo mainly the reading of Heinrich Meier, I will seek
principalmente la lectura propuesta de Heinrich to give an account of the interpretation present
Meier, se buscará dar cuenta de la interpretación in the Anmerkungen zu Carl Schmitt, Der Begriff
que aparece en los Anmerkungen zu Carl Schmitt, des Politischen [Comments on Carl Schmitt’s
Der Begriff des Politischen [Comentarios sobre Concept of the Political], the critical notes by Leo
El concepto de lo político de Carl Schmitt], las Strauss, published in 1932, which suggest under-
notas de Leo Strauss, publicadas en 1932, que su- standing the assertion of politics in Schmitt’s
gieren entender la afirmación de lo político en la work as constitutive for the later Schmittian cri-
obra de Schmitt como constitutiva de la posterior tique of Thomas Hobbes’ political philosophy.
crítica schmittiana de la filosofía política de Tho-
mas Hobbes. Keywords: political, occasionalism, decision,
politcal theoology, liberalism.
Palabras clave: político, ocasionalismo, deci-
sión, teología política, liberalismo.

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1. La decisión por la decisividad como “ocasio- por el liberalismo sobre aquellos ámbitos centrales
nalismo ateológico” en el concepto de lo políti- [Zentralgebeiten] de la existencia humana.
co de Carl Schmitt Este proceso de secularización que, según
Schmitt, se inicia en la teoría del Estado moderno
Para comenzar, buscaré reponer aquí al- con el liberalismo y el positivismo jurídico o, lo
gunos aspectos fundamentales para comprender que es lo mismo, con la filosofía política hobbe-
la crítica elaborada por Karl Löwith al concepto siana, en su intento de neutralización activa de
de lo político schmittiano en su artículo El deci- las guerras de religión europeas implicadas en la
sionismo ocasional de Carl Schmitt. Este artículo crisis del cristianismo, da lugar a la primera for-
de Löwith apareció por vez primera en 1935 bajo mulación intelectual precisa del Estado moderno,
el pseudónimo de Hugo Fiala (Universidad de por un lado, como coacción progresiva unilateral
Madrid), en la Revue Internationale de la théorie al orden, a la mera forma y, por otro lado, como
du droit — Internationale Zeitschrift für Theorie olvido de su complejo origen “no racional”. Esta
des Rechts. El texto se detenía no sólo en la obra es la historia de cuatro siglos de desplazamientos
de Schmitt, sino que también —aunque no prin- “metafísicos”: la despolitización por medio de
cipalmente— daba atención a la cuestión de lo la economía y la neutralización por medio de la
político en la filosofía heideggeriana. tecnología, a caballo de la estetización romántica
En ese escrito, Löwith partía de la dis- del siglo XIX y, finalmente, su revés: la politiza-
tinción entre amigo y enemigo, sustancia de lo ción total de todos los ámbitos vitales en el siglo
“político” schmittiano y su identificación con el XX, obsesión de una generación que se encontra-
caso límite de la guerra, “estado de excepción” ba hundida en la “nada espiritual” (Löwith: 2006,
por antonomasia. Este ejercicio teórico desa- 45).
taba una nueva cadena identificatoria de pares Es en el contexto de esta última genera-
conceptuales: orden jurídico-soberanía absoluta, ción que aquello que se percibe como un despla-
existencia-disposición para la muerte. Sin embar- zamiento “hacia la nada” política bajo el manto
go, la tesis principal del texto de Löwith era que de la técnica deviene una preocupación intelec-
el decisionismo antirromántico de Schmitt, no tual relevante. Una época que desespera en la in-
sólo expuesto y desplegado en El concepto de lo certidumbre de qué política y con qué medios se
político [1927, 1932 y 1933], sino también fun- apoderará de la técnica. La sucesión histórica de
damentado en obras más tempranas como Poli- los llamados “ámbitos centrales de la realidad” y
tische Romantik [Romanticismo político] [1919], sus desplazamientos demostrarán la permanencia
Politische Theologie [Teología política] [1922] y de sus efectos sobre todos los otros ámbitos, in-
Das Zeitalter der Neutralisierungen und Entpoli- cluso sobre la organización de la vida en común.
tisierungen [La era de las neutralizaciones y las Efectivamente, el Estado parece tomar su fuer-
despolitizaciones] [1929], resultaba paradójica- za de ellos para elaborar las pautas mediante las
mente en lo que denominará un “ocasionalismo cuales la decisión del soberano distinguirá entre
ateológico” (Löwith: 2006, 44). agrupamientos de amigos y enemigos, materiali-
En su Romanticismo Político Carl Schmitt zando el fundamento inestable de lo político.
define al romanticismo como “ocasionalismo Löwith lleva al lector hacia la penumbra
subjetivizado”, un movimiento (sostenido del callejón schmittiano: ante la pregunta “¿cuál
socialmente por la nueva burguesía del siglo XIX) es el ámbito determinante de nuestro tiempo?”
en el que la disposición intelectual del sujeto sólo obtenemos de Schmitt un inquietante si-
está signada por una comprensión del mundo lencio. Pero el “ocasionalismo ateológico” de
en la que la divinidad ha sido desplazada de su Schmitt no estaría hecho ni de indiferencia ni de
centralidad para devenir “ocasión y oportunidad subversión radical con respecto al liberalismo: en
para su producción romántica” (2000, 58-59). su crítica a la pretensión de neutralidad de la téc-
Schmitt polémicamente contrapondrá este nica, a la negación de la peligrosidad del hombre
“ocasionalismo subjetivizado” al “decisionismo y de las mediaciones racionalistas de la repre-
soberano” de la teología política, sin intentar, sentación, se extendería la larga sombra del ni-
por su lado, reivindicar por sí misma la tradición hilismo. Según Löwith, Schmitt, en su intento de
teológico-política, sino en cambio, desandar establecer una genealogía de la “nada espiritual”
genealógicamente la secularización emprendida de la época, nos arroja al problema de un vacío
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en el que “el mito” parece ser “la forma histórica político es, a la vez, una decisión por parte de
de la excepción”, por retomar aquí palabras de Schmitt por la decisividad, una decisión a favor
Carlo Galli (2011, 37). La estocada política más de la esencia de lo político, silente en torno a lo
cáustica y polémica de Löwith será preguntarse que ocasionalmente esto signifique. ¿Es entonces
si ese mito quizás fuera Der mythus des 20 ¿Es la decisión por la decisividad una decisión por lo
legítimo, a partir de esto, preguntarse con Löwith ilocalizable, lo inhabitable e inhallable, por una
si Schmitt es el decisor que no decide quedando a región mitológica, o por una instancia capaz de
disposición de decisiones extrañas? totalizar el “status político de un pueblo” (Schmi-
Así como la era contemporánea carece de tt: 2002a, 49), en apertura a la nada del desorden,
un ámbito central, carece también de centro la amparándose en la disposición a matar y morir?
existencia del romántico, a no ser por su subje- Este último interrogante abre el camino a
tividad ocasional que jamás renunciará “al vérti- otras cuestiones: ¿existe un conflicto entre posi-
go de las posibilidades intactas” (Schmitt: 2000, bilidad y realidad del concepto de lo político? ¿la
128-129) Para el romántico todo puede conver- posibilidad real de la guerra, del caso extremo, no
tirse en centro espiritual de su vida siendo lo úni- liquida la realidad de lo político en cada ocasión
co central su “yo ingenioso e irónico, pero en el en la que Schmitt afirma lo político mediante la
fondo inconsistente” (Löwith: 2006, 47). El mo- distinción que hace a su especificidad? Löwith
vimiento provocativo de Löwith será justamente se propone elucidar una oscilación recurrente en
preguntarse si no es el propio Carl Schmitt un ro- el concepto schmittiano de lo político: siendo la
mántico en este sentido, pues, así como la occa- hostilidad un presupuesto básico de la decisión
sio negaría cualquier vínculo con una norma, del soberana sobre la distinción amigo-enemigo, esta
mismo modo la decisión schmittiana (48). última no debería tener un carácter ontológico en
Si el concepto schmittiano de decisión la medida en que refiere a agrupamientos ocasio-
no se sostiene sobre la fe en la teología del siglo nales de pueblos que luchan por su existencia.
XVI, ni en la metafísica del siglo XVIII o en la Pero en tal caso ¿qué sentido adquiere que el ene-
moral humanitaria del siglo XIX ¿en qué se fun- migo sea un Andersgeartner, uno “de otra índo-
da la “gran decisión moral” que decidiría el caso le”? ¿Qué puesto ocupan, entonces, las “índoles
de emergencia? (Schmitt: 1990, 87). El “decisio- del ser” [Art des Seins] (Schmitt: 2002a, 63)?1
nismo profano” ex nihilo que propone Schmitt,
no exige un fundamento —ni una apelación en 1 El término alemán en la jerga nacionalsocialista tenía
última a instancia a Dios, como lo había hecho la connotación de modo, “disfraz, corte, especie, forma”,
el de Donoso Cortés—, situándolo en un nihilis- como destaca Di Cesare (2014, 135). Estas referencias apa-
mo activo que, para Löwith, echa una nueva luz recen, como lo destaca Heinrich Meier, en la edición de
1933 y se encuentran ausentes en la de 1932 y en la de 1963
sobre su concepto de lo político, e introduce una (que es un reimpresión ligeramente revisada de la edición
dificultad adicional sobre la que trabajará Leo de la de 1932) (Meier: 2009, 16-17). Según afirma Meier
Strauss: el fundamento de la indeterminación “Karl Löwith deja de lado lo más importante para la na-
ateológica y antiromántica parece hacer de lo turaleza del asunto cuando declara: «El principio que guía
político un ámbito específico de la realidad. Este todas [las cursivas son de Löwith] las modificaciones a lo
largo de las distintas ediciones es [...] siempre el mismo
dominio, substraído a su vez de todo ámbito cen- ocasionalismo que caracteriza las decisiones de Schmitt,
tral, es para Löwith la guerra, “la disposición a la siempre sujetas a una situación y, por ello, siempre polé-
nada que es la muerte entendida como sacrificio micas» […] Löwith señala un total de tres modificaciones,
de la vida por un Estado, cuya propia «presupo- referidas a la segunda y a la tercera versión. En el texto
sición» ya es lo decisivo político” (Löwith: 2006, (119), documenta cómo Schmitt, «en una suerte de com-
pensación», suprime un pasaje sobre Marx, Lenin y Lukács
57). (62-63) y lo sustituye por un ataque violentamente antise-
Como se afirmó anteriormente, en el si- mita contra F. J. Stahl (III, 44). En una nota al pie, Löwith
lencio schmittiano no parece haber indiferencia remite con igual pertinencia a otra corrección similar, no
posible. Del mismo modo, tampoco la nada, en menos «adecuada a los tiempos» en el contexto de la críti-
tanto terreno de la decisión, puede callar elegan- ca de Schmitt a la concepción del Estado de Oppenheimer
(76-111,59). La tercera modificación que menciona Löwith
temente el vínculo entre la decisión misma y su (p. 113 n.) […] lo llena sin embargo de desconcierto y le
contenido. La interpretación de Löwith sugiere causa asombro, ya que no puede ser explicada desde el
que lo político afinca en la decisión que distingue «ocasionalismo político» de Schmitt. Es uno de los ataques
al amigo del enemigo y que el fundamento de lo con tendencia inversa que Löwith no advierte o no quiere
advertir, y que sólo puede comprenderse de manera ade
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Symploké revista filosófica julio 2019

Si optamos por comprender que el caso 2. La lectura de Leo Strauss: la afirmación de


de emergencia [Ernstfall] hace del conflicto una lo político como preparación hacia la crítica
cuestión de vida o muerte de la que es imposible de la filosofía política de Thomas Hobbes
escapar, la diversidad de las índoles del ser, en
tanto “condición ontológica originaria” respec- En 1932 se publican los Anmerkungen zu
to de lo político, harían del combate un destino Carl Schmitt, Der Begriff des Politischen de Leo
ineluctable: el rechazo físico de “los enemigos Strauss. Un modo de ingresar en el texto podría
verdaderos” tendría un carácter secundario a la ser enfrentar la siguiente pregunta: ¿es el cono-
distinción entre “índoles del ser” irreductibles e cimiento en torno al concepto de lo político un
inevitables, propias y extrañas. Por el contrario, “saber íntegro” apoyado en preguntas radicales
si la guerra es una posibilidad real esencial, po- que conduce a alternativas fundamentales o es
tentia de la existencia política, no podría conside- una forma de polémica ocasional? Si se pretende
rarse ésta más que como ordenador contingente seguir la lectura de Heinrich Meier sobre la críti-
que ocasionalmente devolvería a la esencia in- ca straussiana —a la que entiende como parte de
determinada de lo político y a la búsqueda de la un diálogo no del todo reconocido, pero absoluta-
conservación de la existencia por medio de pac- mente presente en la obra (y biografía) de ambos
tos y agresiones (Schmitt: 2002a, 57, 78). autores—, deberá considerarse la seriedad de la
Ambas interpretaciones no podrían fácil- apelación schmittiana implicada en la primera de
mente convivir con consistencia. La afirmación estas posibilidades.
“ontológica” en este empobrecido esquema se Como se afirmó en el apartado anterior,
parece más a la idea de legitimidad con la que el fundamento de la indeterminación ateológica
polemiza el carácter polémico de lo político que y antiromántica podría conducir a pensar que lo
a las pretensiones existenciales de El concepto de político en la propuesta schmittiana ocupa el lu-
lo político. O bien la posibilidad real de la guerra gar de un ámbito específico más entre otros do-
es un fundamento ausente que abre la posibilidad minios, contradiciendo lo que Strauss entiende
de lo político y su conocimiento, o bien se sirve como una crítica de fondo, por parte del mismo
de acontecimientos y decisiones ocasionales para Schmitt, de la cultura en su significación liberal.
determinar el momento de emergencia. Si bastara En este mismo sentido, podríamos también reca-
la facticidad de la tensión política máxima entre lar en la indicación straussiana de que la crítica
pueblos, o entre propios y extraños dentro de un de Schmitt aspira sin éxito a superar un horizonte
mismo Estado (porque el enemigo interno debe que goza de excelente salud y del que él mismo
ser aquí situado también, sobre todo si tomamos forma parte. En palabras de Schmitt, este hori-
como referencia el pasaje sobre la importancia zonte es: “la sistemática del pensamiento liberal,
del ius belli y su capacidad para el ius vitae ac que a despecho de tantos retrocesos sigue sin ser
necis, presente en la edición de 1932, donde Sch- reemplazado en Europa por ningún sistema alter-
mitt cita varios ejemplos) ¿para qué sería nece- nativo” (2002a, 99)2. Sin embargo, el concepto
saria una “analítica ontológica” (2002a, 77)? La
lectura de Löwith sugiere que esto no demostra- 2 Aunque desde una perspectiva absolutamente diferente, a
esta crítica también puede agregarse un nombre para nada
ría otra cosa sino el ocasionalismo del mismo menor: el de Martin Heidegger. En este sentido, debe ci-
Carl Schmitt ¿De qué otro modo entender que la tarse la temprana crítica presente en la séptima sesión del
indiferencia ante el contenido político de la deci- seminario invernal de 1933/34 Über Wesen und Begriff von
sión formal en la que se monta la distinción ami- Natur, Geschichte und Staat (2009) [Naturaleza, Historia,
go-enemigo asume un carácter relativo que no se Estado]. Heidegger distingue allí sumariamente su “con-
cepto de lo político” del de Schmitt, “[…] empezamos acla-
distancia significativamente de los presupuestos rando el sentido de lo político como modo de ser del ser hu-
liberales sobre la diversidad de “agrupamientos” mano y como lo que hace posible el Estado. Hay otros con-
en contienda en un sistema de competencia plu- ceptos de lo político opuestos a esta concepción, tal como
ralista? (Löwith: 2006, 64). el concepto de la relación amigo-enemigo que se remonta
a Carl Schmitt. Este concepto de la política como relación
amigo-enemigo se funda en la idea de que la lucha —esto
es, la posibilidad real de la guerra— es la presuposición
del comportamiento político; que la posibilidad de la lucha
por la decisión —que también puede ser combatida sin re-
cuada si se reconoce el diálogo dentro del cual brinda su cursos militares— intensifica la presencia de oposiciones
respuesta” (2009, 18, n. 6; énfasis original). (sean estas morales, confesionales, o económicas) hasta
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Symploké revista filosófica julio 2019

schmittiano de lo político, ambigüedades aparte, Agudamente, Meier rastrea las modificaciones


colisiona de frente con esta concepción de la cul- que introduce Schmitt, a partir de las críticas
tura en la medida en que su carácter fundamental straussianas, en lo que refiere a lo político como
estaría definido por una comprensión en la que un dominio “autónomo”. Al parecer, en última
se pone en juego la posibilidad de la existencia instancia sólo la correcta distinción del amigo y
humana y, por lo tanto, de la vida de las unidades del enemigo parece ser la fuente de donde lo po-
políticas (57-58). Asimismo, suponer todo esto lítico puede obtener su fuerza concreta y existen-
como una limitación teórica del autor, obturaría cial, su autonomía sin comillas. A este ejercicio
el camino hacia el conocimiento de la origina- Meier lo llamará “retórica de la ‘política pura”,
lidad del planteo schmittiano, de sus aspiracio- una retórica que se alza contra las intromisiones
nes teóricas y, por esta razón, del fenómeno de normativas o moralistas y que entre 1927 y 1932
lo político. Así es que Strauss considerará lo más colapsará cuando el Estado total desafíe el anda-
atinado comenzar por entender a El concepto de miaje conceptual schmittiano y recurra entonces
lo político como un punto de partida, una aproxi- el jurista de Plettenberg a la polémica idea de “in-
mación de naturaleza provisoria (Strauss: 2009, tensidad” de la hostilidad, implicada en la nega-
136). ción óntica del extraño o del hereje con respecto
Heinrich Meier, en el trabajo preliminar al propio modo de existencia, y que Löwith cues-
de su Carl Schmitt, Leo Strauss y “El concepto tionará más tarde3:
de lo político” (2009), insiste en explorar el ca-
rácter de la especificidad que asume el dominio El sentido de la distinción amigo-enemigo es marcar el gra-
de lo político. Su lectura no dejará de lado las do máximo de intensidad de una unión o separación, de una
idas y vueltas que sufre la “autonomía” relativa asociación o disociación. Y este criterio puede sostenerse
de este dominio y de la oposición amigo-enemi- tanto en la teoría como en la práctica sin necesidad de apli-
go entre las versiones de El concepto de lo po- car simultáneamente todas aquellas otras distinciones mo-
lítico de 1927, 1932 y 1933 (Meier: 2009, 26). rales, estéticas, económicas y demás (Schmitt: 2002a, 57).

la radical unidad como amigo y enemigo. Toda existencia Según Strauss, en la distinción política
política descansa en la unidad y la totalidad de esta oposi- esencial el concepto de enemigo goza de pri-
ción de amigo y enemigo. Un aspecto decisivo de la idea de
Schmitt es que la unidad política no tiene que ser idéntica
macía sobre el de amigo en tanto que el primero
con la del Estado y el pueblo” (2018, 72-73). Un año des- refiere a “la eventualidad en términos reales de
pués, tal como bien resalta Donatella Di Cesare, Heidegger lucha” (Schmitt: 2002b, 140), es decir, al caso
volverá con una acusación aún más directa sobre el concep- extremo, a la posibilidad en la que el enemigo se
to schmittiano de lo político en el seminario del semestre de hace reconocer como tal: “La guerra procede de
invierno 1934/1935 Grundsätzliches zur Staatslehre (GA
86, 161-184) [Fundamentos de la doctrina del Estado], en
la enemistad, ya que ésta es una negación óntica
el marco más general de sus líneas fundamentales sobre la de un ser distinto. La guerra no es sino la rea-
Hegels Rechtsphilosophie [Filosofía del derecho de Hegel]. lización extrema de la enemistad” (2002a, 63).
Heidegger cuestiona allí la dicotomía metafísica que supo- Pero, llegado aquí, es donde Strauss da un giro
ne la relación amigo-enemigo en cuanto esencia de lo polí- y vuelve su atención al pensamiento de Thomas
tico, dándole, en cambio, el lugar de consecuencia esencial
[Wesensfolge] (GA 86, 173). Tal como destaca Di Cesare,
Hobbes para emprender su comprensión de la
“[…] toda la posición de Schmitt permanece, según Hei- intención crítica de Schmitt respecto de la idea
degger, dentro del horizonte metafísico, tanto por la forma liberal de cultura y su relación con la naturaleza.
en que se dirige al comienzo y al orden del comienzo, así Strauss afirmará que el estado de naturaleza en el
como porque su perspectiva, incluso sobre la política, es la pensamiento hobbesiano es fundamento de toda
del sujeto de la modernidad. La crítica lapidaria culmina
en el juicio más duro y determinante: «Carl Schmitt pien-
cultura y el estado civil su negación. El cultivo
sa como liberal»” (Di Cesare: 2014, 178; GA 86, 174). La (que supone una cultura) de las ciencias y las ar-
traducción me pertenece. Heidegger continúa explicándose
sobre la anterior sentencia: “1. porque la política es «tam- 3 “Pero entonces, la distinción fundamental entre amigo y
bién» una esfera; 2. por el individuo y su actitud. […] Él enemigo no tiene nada específico en sí, sino que atravie-
[Schmitt] pasa por encima el hecho de que precisamente el sa –y va más allá de— todas las diferencias y afinidades
conflicto [Widerstreit] tiene en su trascendencia interna – el específicas en el ser del hombre; se la utiliza de un modo
Estado – su significado básico – con relación al Estado – en «puramente» existencial, ya que «sólo» es el “grado de
tanto Ser del pueblo – sin embargo, el «Estado» no puede intensidad” máximo de un vínculo y separación posibles,
«ser» del mismo modo” (GA 86, 174; énfasis original). La aunque no pueda especificarse intensidad de qué es dicha
traducción me pertenece. intensidad” (Löwith: 2006, 62-63; énfasis original).
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Symploké revista filosófica julio 2019

tes debe entenderse entonces como un discipli- sola «sociedad cooperativa de consumo y pro-
namiento del status belli natural. Lo que Schmitt ducción»” (145; énfasis original). De este modo
identificaría con lo político es lo que para Hobbes Strauss señala finalmente que la cultura liberal,
le precede y es necesario que sea superado por fundada por el pensamiento de Thomas Hobbes,
medio del Estado. El juego de citas que compara se habría constituido como negación de lo políti-
Strauss en sus comentarios demuestra que tan- co en sentido schmittiano.
to Schmitt como Hobbes comparten una misma Otro elemento presente en la recepción
idea respecto de lo que la guerra es, aunque debe schmittiana de Hobbes —y su inversión crítica
quedar claro que para el alemán lo político es por parte de Schmitt— es el problema de la peli-
lo propio del hombre, su status “fundamental y grosidad del hombre y su vínculo con la inelucta-
extremo” (Strauss: 2009, 143), aquello que debe bilidad de lo político. Schmitt parte de un supues-
ser, en todo caso, afirmado: to que será fundamental para su argumentación:
“…todas las teorías políticas propiamente dichas
[…] hay que tener en cuenta que “the nature of war, con- presuponen que el hombre es «malo», y lo con-
sisteth not in actual fighting; but in the known disposition sideran como un ser no sólo problemático sino
thereto” (Leviatán, XIII). Esto significa, en términos de «peligroso» y dinámico” (2002a, 90). Strauss
Schmitt, que el status naturalis es el verdadero estado po- insistirá, antes de analizar este supuesto, en for-
lítico del hombre; porque también para Schmitt “lo político mular la inevitable pregunta: ¿cuál es el origen
no consiste en la lucha misma [...], sino [...] en un compor- propio de la idea schmittiana sobre la naturale-
tamiento determinado por esta posibilidad real” (Strauss: za del hombre? La lectura de Strauss se ocupará
2009, 143). de remarcar la decisión de Schmitt de asumir la
dependencia de lo político respecto de lo teológi-
¿Cómo es que se implican mutuamente, co, principalmente resaltando el pasaje en el que
entonces, naturaleza y cultura en el pensamiento Schmitt afirma que el supuesto de la peligrosidad
político hobbesiano y en qué sentido esto sería del hombre es una “confesión de fe antropológi-
relevante para la comprensión del concepto de ca” (87).
lo político de Schmitt y, por consiguiente, de la Tal como lo revela Meier en su lectura del
distinción amigo-enemigo? Si la naturaleza es un diálogo schmittiano-straussiano, establecer una
estado de desorden que debe ser abandonado y relación entre lo teológico y lo político permite, a
superado, si efectivamente hay una posición po- la vez, aclarar el vínculo entre la fe en el dogma
lémica de Hobbes contra lo que hay de funda- del pecado original y la justificación del carácter
mental en la naturaleza humana, lo que hace a destinal de lo político, principalmente si tenemos
lo político schmittiano quedaría sepultado en el en cuenta que el carácter intelectual-existencial
olvido en manos de la citada cultura-cultivo de la de las inevitables oposiciones metafísicas (entre
naturaleza humana, actividad únicamente posible los hombres por variadas que sean las formas
mediante la institución de un Estado cuyo objeti- que las contienen y ocultan) termina haciendo
vo es salvaguardar la vida individual, esta última de toda política algo del orden de lo ineluctable,
con rango de derecho inalienable. absolutamente incomparable con las “rivalidades
Inversamente, Schmitt evitará polemizar de todo tipo” (Meier: 2009, 91) de los animales
con el status naturalis y se propondrá afirmar- hobbesianos. Desde ahora, el enemigo ya no po-
lo como fundamento y presupuesto del Estado see tan sólo preeminencia ontológica: tiene status
(Strauss: 2009, 143-146): “El concepto del Es- providencial, es garante del orden y de la historia.
tado supone el de lo político” (Schmitt: 2002a, El combate de Schmitt contra el liberalismo pue-
49). La cultura, orientada a la defensa del dere- de considerarse un punto de partida, una manio-
cho humano a la vida y de los principios de la bra preparativa. Pero ¿preparativa de qué? La hi-
salus populi4, debería encaminarse, en tal caso, pótesis de Strauss es que servirá como antesala
por medio de estos últimos hacia un ideal de civi- de la batalla decisiva y final entre dos alternati-
lización que conciba a la humanidad “como una vas fundamentales: la oposición entre aquellas
teorías que afirman la necesidad de que el hom-
4 “1) la defensa frente al enemigo exterior; 2) la preserva-
ción de la paz en el interior; 3) el enriquecimiento justo y sobre todo a través del cultivo de la mecánica y la mate-
medido de los individuos, que se alcanza mucho más con mática; 4) el goce de la libertad inocente (De cive, XIII 6 y
trabajo y ahorro que con guerras victoriosas, y se promueve 14)” (Strauss: 2009, 145).
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Symploké revista filosófica julio 2019

bre sea gobernado y aquellas que consideran que dojas, oscilaciones y ambivalencias de las que
puede vivir sin gobierno, que, en sentido amplio, participa el concepto schmittiano de lo político,
podrían ser llamadas teorías autoritarias y anar- enraizado doblemente, en la tierra y en el cielo.
quistas. Si se asumiera la propuesta straussiana En este sentido, el análisis propuesto por Löwith
parecería ser menos sencillo caer en la trampa colabora en la tarea del pensar: nada obliga a de-
que se prepara el propio Schmitt, que podría lle- tenerse a enfrentar el problema de hallar en Carl
var rápida y descuidadamente a considerar El Schmitt desplazamientos entre una sustanciali-
concepto de lo político como una apuesta por una dad de la negatividad y una filosofía ocasiona-
decisividad neutralizadora. Esta última, más allá lista y formal de la existencia política que parece
de todo contenido, legitimaría cualquier decisión inaugurar un derrotero que va desde el triunfo
en tanto que afirmar lo político equivaldría a to- retórico de lo polémico sobre lo legítimo hacia el
lerar, en sentido liberal, toda convicción que esté colapso de lo ocasional dentro de lo mitológico,
seriamente orientada a la posibilidad real de la transitando entretanto los pliegues y repliegues
guerra (Strauss: 2009, 165). de lo concreto-existencial.
Como se sugirió anteriormente, la afir- En la lectura de Meier, por su parte, se
mación de lo político es también una afirmación hace evidente la necesidad de considerar las ba-
del status naturalis y, por ende, del status belli ses distintivas explícitas e implícitas en la textua-
(aunque no exactamente con las mismas carac- lidad schmittiana: por un lado, la apelación a la
terísticas que asume el status belli hobbesiano: existencia política concreta, la polémica radical
para Schmitt no son los individuos los que se en- con el liberalismo, la enunciación de una “retó-
cuentran en estado de guerra sino los grupos-na- rica de la política pura” —abstraída de cualquier
ciones y no es únicamente la enemistad la que sustrato moral— y, por otro lado,
define la acción política, más allá de la primacía
que eventualmente pudiera tener sobre la amis- […] los supuestos teológicos que lo llevan [a Schmitt] tan-
tad): “lo político no consiste en la lucha misma to a creer en el carácter ineluctable de lo político como a
[...], sino [...] en un comportamiento determinado determinar su juicio moral contra cualquier intento de ha-
por esta posibilidad real” (Strauss: 2009, 143). cer realidad el mundo sin seriedad, el Estado de seguridad
Esto último habilita la interpretación de que la terrenal perfecta, el negocio universal (Meier: 2009, 103),
afirmación de lo político es, más que afirmación
de la guerra, prescindencia de la “seguridad del Una de las riquezas de esta propuesta es
status quo”, rechazo a la neutralización de todas justamente su capacidad para abrirse paso en me-
las áreas de la vida por parte de la moderna tecno- dio de las paradojas, para enfrentar la oposición
logía y retorno a “la nada cultural o social” desde fundamental entre “el espíritu de la tecnicidad
la que es posible preguntarse por los hombres en que ha conducido al credo masivo de un activis-
tanto seres capaces de vivir en común (Schmitt: mo antirreligioso en el más acá” y “el espíritu y
2002b, 120): “De la fuerza de un saber íntegro la fe antagónica que, al parecer, todavía no tienen
(…) nace el orden de las cosas humanas” (Meier: nombre” (Strauss: 2009, 166), es decir, entre lo
2009, 15). A su vez, este “retorno al principio” que aún no adviene, y bien podría jamás advenir,
(Schmitt: 2002b, 120) se parece más a una apues- y aquello otro que hoy ya
ta por una cierta moralidad (que no coincide con
la “moral humanitaria”, pero polemiza con ella) […] es la convicción de una metafísica activista, es fe en un
que a una pura afirmación de la lucha, abstraída poder y dominio sin límites del hombre sobre la naturaleza,
de cualquier juicio de valor. incluso sobre la physis humana, en un ilimitado “retroceso
de las barreras naturales”, en posibilidades ilimitadas de
3. Conclusiones modificación y felicidad de la existencia humana natural en
el más acá (Schmitt: 2002b, 120).
Así como no era el objetivo de Löwith
quedar atrapado en “contradicciones” teóricas Esta sería, en síntesis, según Strauss, ya
con el objetivo de remarcar la falta de coherencia no la última palabra de Schmitt sino la primerísi-
de una obra, algo que por sí mismo sería tan banal ma de ellas en torno a la elaboración de una crí-
como jactancioso, del mismo modo, la estrategia tica de la “sistemática del pensamiento liberal” y
de lectura de Meier permite interrogar las para- de la filosofía política de Thomas Hobbes.
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Symploké revista filosófica julio 2019

Bibliografía

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agosto-septiembre de 1932, vol. 67, fascículo
6, 732-749, Tübingen].

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Symploké revista filosófica julio 2019

El uso instrumental de
la religión y la raíz
aristotélica de la virtud en
el pensamiento político de
Maquiavelo
Fecha de recepción: 13 de noviembre de 2018
Fecha de aceptación: 10 de febrero de 2019
Gustavo Zito
UNSAM

Resumen regarding the instrumental use of religion applied


to the efficacy of his armies and the political dom-
Maquiavelo es considerado el fundador inance over the population. Lastly, this article at-
de la teoría política moderna. Su teorización de tempts to track the influence of Aristotle’s ethics
la política como ciencia autónoma, emancipada and his concept of phrónesis in the Machiavellian
de la moral, escandalizó a una Europa en la que conception of political virtue.
esa separación ya era una realidad vigente en los
hechos. El presente trabajo analiza el papel que Keywords: Machivelli, religion, virtue, Aristotle,
Maquiavelo confiere a la religión en la obtención phrónesis.
y conservación del poder del príncipe, como así
también su virtud específica respecto al uso ins- Introducción
trumental de la religión aplicada a la eficacia de
sus ejércitos y al dominio político de la pobla- En la primera mitad del siglo XVIII se pu-
ción. Finalmente, el trabajo intenta rastrear la in- blicó El antimaquiavelo, minucioso ejercicio de
fluencia de la ética aristotélica y de su concepto refutación de El príncipe de Nicolás Maquiavelo
de phrónesis en la concepción maquiaveliana de escrito por Federico II de Prusia cuando aun era
la virtud política. un refinado príncipe más amigo de las letras y de
la filosofía que de las armas. Desde sus primeras
Palabras clave: Maquiavelo, religión, virtud, líneas, el futuro rey prusiano acusa abiertamente
Aristóteles, phrónesis. a Maquiavelo de haber corrompido la política y
pervertido a los príncipes y gobernantes, los cua-
Abstract les deberían ser un ejemplo de justicia, bondad,
magnanimidad y misericordia, al punto de repre-
Machiavelli is considered the founder of sentar para sus súbditos la imagen misma de la
modern political theory. His theorization of poli- Divinidad (Federico II, 2002, pp.13-14). El sor-
tics as an autonomous science, emancipated from prendente Prefacio contiene la siguiente metáfora
morals, scandalized Europe in a time when this farmacológica: “Siendo el veneno de Maquiavelo
separation was already a current reality in facts. demasiado público era preciso que su antídoto lo
This article analyzes the role Machiavelli gives to fuera también”. La frase sorprende no tanto por
religion in the obtention and preservation of the su contenido –los prefacios suelen pronunciarse a
power of the Prince, as well as his specific virtue favor de la obra que preceden– sino por el hecho
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Symploké revista filosófica julio 2019

de que su autor no es otro que François-Marie que Maquiavelo labrara, en El príncipe, el acta
Arouet, más conocido como Voltaire (Voltaire, de divorcio por incompatibilidad de caracteres, lo
2002, p.9). ¿Qué fue lo que motivó que un ilus- cual no hizo más que blanquear una situación de
trado futuro rey europeo publicara una impug- hecho que no solo era indisimulable sino también
nación de El príncipe dos siglos después de su indisimulada. Tomemos arbitrariamente como
publicación, y que una figura del perfil ideoló-referencia los cincuenta años previos a la redac-
ción de El príncipe, y observemos los procederes
gico de Voltaire se involucrara, tan luego, en la
empresa? Intentaremos una respuesta. políticos que en ese medio siglo implementaron
El príncipe provocó un gran escándalo enaquellos príncipes que –al menos en teoría– de-
toda Europa y generó reacciones muy violentas, bían guardar mayor compromiso con la moral
convirtiendo a su autor en poco menos que un cristiana: los papas.
monstruo abominable, un “hombre impío y En 1464 –cinco años antes de que naciera
sin Dios”, un “ministro de Satanás” creador Maquiavelo- asume el pontificado Pablo II, quien
de doctrinas “más perniciosas que la herejía logró que el cónclave de cardenales lo elevara
luterana” (Martínez Arancón, 1993, pp. 33- al trono de Roma gracias a numerosas promesas
34). La raíz de este escándalo –así lo indica de rectitud administrativa, cordura económica y
el tenor de estas críticas– es principalmente decencia, compromiso que, una vez elegido, in-
religiosa y se encuentra en la relación que cumplió minuciosamente con el incontestable
establece Maquiavelo entre la moral, la religiónargumento de que actuar de acuerdo a sus pro-
y la política. En efecto, El príncipe rompe con mesas hubiese sido contrario a las tradiciones y
la clásica tradición humanista –que se remonta costumbres consagradas por el tiempo. Los des-
hasta el De officiis de Cicerón– según la cual el
engañados cardenales fueron satisfactoriamente
buen príncipe jamás debe apelar a la crueldad, compensados con un suculento aumento en sus
debe respetar siempre la palabra empeñada y rentas anuales (Durand, 1958, II p.52). Pablo II
procurar ser amado y no temido por sus súbditos fue sucedido por Sixto IV, epónimo de la pin-
(Viroli, 2002, pp.190-191). Para Maquiavelo, en toresca capilla, quien fue un ferviente cultor de
cambio, es imposible que un príncipe actúe de la guerra sistemática como recurso para conver-
acuerdo a esas pautas morales, y aún si ello fuera
tir al Estado Vaticano en una potencia política.
posible, no resultaría conveniente. Sin embargo,Conspiró con asesinos, participó activamente en
el príncipe, si bien no puede estar atado a la la famosa conjura de los Pazzi (que incluía un
moral, debe ser necesariamente virtuoso, aunque doble homicidio en plena misa), bendijo cañones
la virtud del príncipe se rige por unos parámetros
y protagonizó con bravura la batalla de Campo
muy distintos a los establecidos por el Evangelio.
Morto, que, con la muerte de mil hombres, fue
Esta emancipación de la política respecto a la la mayor masacre que había visto hasta ese en-
moral evangélica parece haber sido demasiado tonces el Renacimiento europeo (Durand, 1958,
escandalosa para la sociedad europea, uno de I, pp.168-170, II pp. 57-62; Gontard, 1961, II,
cuyos fundamentos culturales era, precisamente, p.70). Luego asumió la sede romana Inocencio
la moral cristiana. Ahora bien, la separación entre
VIII, quien no vaciló en vender a mansalva car-
política y moral que propone Maquiavelo presentagos burocráticos y dignidades eclesiásticas, ins-
ciertas sutilezas y complejidades que la hacen tituyendo la práctica de la simonía como una de
sumamente rica e interesante. El propósito de sus principales fuentes de ingresos económicos
este trabajo es, precisamente, explorar esa brecha
(Durand, 1958, II, pp.65-66; Gontard, 1961, II,
abierta por el florentino entre política y moral,
p.71). Y qué decir de su sucesor, Alejandro VI,
los fundamentos sobre los que la establece, y elquien accedió al trono famosamente comprando
rol que desempeña la religión en su pensamiento votos con total desparpajo: la simonía, el nepo-
político. tismo y el homicidio fueron las armas políticas
favoritas del Papa Borgia y sus célebres hijos
Divorcio a la italiana. (Durand, 1958, II, pp. 82-87/ 99-102; Gontard,
1961, II, pp.71/74/80-89). Alejandro fue suce-
En primer lugar, creemos conveniente dido por el anciano Pío III, quien parece haber
señalar que la política renacentista y la moral hecho honor a su piadoso nombre, dado que la
cristiana vivían separadas desde mucho antes de historia no registra grandes tropelías durante su
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Symploké revista filosófica julio 2019

gobierno, lo cual, en este contexto histórico-po- a la moral cristiana que el de los papas, lo cual
lítico, más que un elogio constituye una imputa- no les impidió recurrir al homicidio, la tortura y
ción. Sus apologistas procuran infructuosamente la explotación económica cada vez que lo juzga-
recomponer la desprestigiada imagen de Pío III ron necesario. Ya el viejo Cosme de Médicis, bis-
alegando que su pontificado duró menos de un abuelo de Lorenzo, alardeaba su slogan político:
mes, razón por la cual el efímero pontífice no ha- “los estados no se gobiernan con padrenuestros”
bría logrado perpetrar los numerosos crímenes, (Durand, 1958, I, pp.113-9).
embustes y crueldades que tenía previstos en su
proyecto político. Vanas excusas; para un príncipe Críticas y utilidad de la religión.
renacentista verdaderamente virtuoso, 27 días en
el poder eran más que suficientes para perpetrar Las críticas que Maquiavelo dirige a la re-
todo tipo de atropellos. A Dios gracias, las cosas ligión presentan más de un aspecto que conviene
retomaron inmediatamente su cauce normal con distinguir. En primer lugar, con sugestivo gesto
Julio II, quien compró el voto de los cardenales prenietzcheano, critica abiertamente al cristia-
recurriendo a promesas de cargos y privilegios o nismo por su continua prédica en favor del pa-
apelando redondamente al soborno contante y so- cifismo, la humildad, la compasión y la resigna-
nante, consiguiendo así llegar al trono de Pedro ción, imputándole el debilitamiento general de la
en la elección más expeditiva de la historia (AA. población. En efecto, –sostiene Maquiavelo– el
VV. 1995, p.215). El Papa “tirribile”, así conoci- ideal de vida cristiana “parece que hubiera vuelto
do por su ferocidad y por manejar mucho mejor débil al mundo, dándolo como presa a los hom-
la espada que el cayado de Pedro, eligió adop- bres malvados que lo pueden manejar fácilmente,
tar el nombre de Julio II, manifestando así su in- viendo cómo, por ir al Paraíso, la generalidad de
tención de llegar a ser también él un verdadero los hombres piensa más en soportar sus trope-
César y superar a Alejandro (Durand, 1958, II, lías que en vengarlos” (Maquiavelo, 2004, II, 2,
p.115).1 Julio II no vaciló en recurrir a la guerra pp.213-8). También critica el poder temporal de
sistemática para ampliar y consolidar su poder, la Iglesia, aunque no por considerar que los papas
y en reiteradas ocasiones encabezó personalmen- no debieran tenerlo, sino por la mediocridad con
te las campañas de los ejércitos vaticanos a lo la que lo ejercieron. Para el pensador florentino,
largo de sus diez años de reinado, de los cuales la existencia de los estados vaticanos enclavados
sólo uno transcurrió sin guerras (Durand, 1958, en el centro de la península itálica constituía la
II, pp.92-107; Durand, 1960a, I, p.34; Gontard, desgraciada causa por la que Italia no había lo-
1961, II, 92-107; Apeles Santolaria, 1999, p.74). grado todavía unirse políticamente bajo un jefe,
El papa guerrero falleció en 1513, y fue sucedido como sí lo habían hecho Francia o España. En
por León X, de la familia de los Médicis; un papa efecto, para Maquiavelo, la Iglesia no había sido
tolerante, culto y refinado, pero que en su rol de tan fuerte como para ocupar toda la península ni
Jefe de Estado recurrió a guerras, robos y desleal- tan débil como para permitir que otro lo hiciera,
tades, y practicó la simonía de una manera tan lo cual provocó que Italia estuviera bajo varios
descarada que escandalizó a una Italia bastante príncipes y señores “surgiendo así tal desunión
curtida en estos asuntos y contribuyó a la ira de y tal debilidad que ha llegado a ser presa, no so-
la revuelta de Lutero en Alemania (Durand, 1958, lamente de los poderosos bárbaros, sino de cual-
II, pp. 175-191, 228-9, 273-4; Durand, 1960b, quiera que la asalte. Eso, nosotros los Italianos,
II, pp.590-1). León X era hijo de Lorenzo el se lo debemos solamente a la Iglesia, y a nadie
Magnífico y tío de Lorenzo de Médicis, duque de más” (Maquiavelo, 2004, I, 12, p.94).
Urbino, a quien Maquiavelo dedicó su Príncipe. Por otra parte, Maquiavelo critica tam-
La dinastía de los Médicis había forjado un estilo bién a la corrupta corte vaticana, a los curas en
político que claramente se ajustaba mucho mejor general y a los frailes por llevar una vida rega-
lada, entregada a la voluptuosidad del lujo y el
1 Nótese cómo, explotando con exquisita habilidad poética placer, totalmente contraria al espíritu evangéli-
la polisemia referencial de estos nombres, Julio II aludía a
la vez a los dos máximos creadores de imperios de la anti-
co. En ese sentido, estas críticas parecen coin-
güedad, y también a sus archienemigos políticos Alejandro cidir con las proferidas por el fraile Girolamo
y César Borgia, éste último, conocido también como duque Savonarola en sus encendidos sermones, pero
Valentino, alabado por Maquiavelo como prototipo de prín- la coincidencia es apenas superficial. En efecto,
cipe renacentista.
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Symploké revista filosófica julio 2019

si bien ambos establecieron una relación direc- Esta acusación aparentemente contradice
tamente proporcional entre el escandaloso nivel su ya citada denuncia acerca del debilitamiento
de inmoralidad eclesiástica y las desventuras po- de la población provocado por la moral cristiana;
líticas de Florencia y de la península itálica en en efecto, Maquiavelo parece protestar tanto por
general, la verdad es que arribaron a esa misma la presencia como por la ausencia de religión. Sin
conclusión recorriendo caminos muy distintos. embargo, lejos de ser contradictorias, estas críti-
En su sermón del 1 de noviembre de 1494, con cas se articulan perfectamente sin generar ningún
las tropas francesas de Carlos VIII instaladas ya chirrido. En efecto, cuando se queja del apicho-
en territorio itálico y a punto de lanzarse sobre namiento generalizado, no está acusando a “la
Florencia, el fraile dominico aseguraba que los religión” en general, sino sólo al cristianismo; su
males que los aquejaban eran un merecido cas- impugnación la hace añorando no una sociedad
tigo de Dios por la corrupción en la que estaba irreligiosa, si no más bien una sociedad no cris-
hundida la impúdica Iglesia prostituida y por los tiana, aunque fuertemente religiosa. Esto es así
pecados de impiedad, fornicación y usura co- porque para Maquiavelo la religión es un elemen-
metidos por los florentinos (Savonarola, 1544, to fundamental para la creación y consolidación
pp.4-11). Maquiavelo, en cambio, explicaba la de toda sociedad política perdurable. En efecto,
desgracia italiana excluyendo todo castigo o in- el “temor de Dios” es una condición de posibili-
tervención de mano divina alguna. Ocurre que en dad para cualquier tipo de vida civilizada, puesto
el pensamiento político de Maquiavelo, marcada- que constituye un elemento imprescindible para
mente pragmático y utilitarista, las nociones de atemperar los aspectos más feroces de los hom-
bien y mal no tienen -como para Savonarola- un bres y un poderoso instrumento para dar fuerza
valor absoluto, sino subordinado a la obtención a las leyes y a la autoridad de un príncipe o de
del bien superior, que siempre es de índole polí- una república (Viroli, 2002, p.246). Incluso lle-
tica. Así, por ejemplo, los homicidios cometidos ga a considerar que, entre los hombres dignos de
por Rómulo en los míticos orígenes de Roma son elogio, primeramente se encuentran los que han
no sólo irreprochables, sino también plausibles, sido cabezas y organizadores de religiones, luego
por que no fueron hechos en vistas de mezqui- los que han fundado repúblicas o reinos, y recién
nos intereses personales, sino para alcanzar un en tercer lugar los que ampliaron su reino o el de
logro político que habría de redundar en un bien la patria a la cabeza de los ejércitos (Maquiavelo,
común. Se trató, en definitiva, de una acción ex- 2004, I, 10, p.84). La ubicación jerárquica de estos
traordinaria empleada para organizar un Estado, prohombres en ese imaginario podio honorífico
por lo cual queda plenamente justificado: se debe a que “donde hay religión, más fácilmen-
te pueden introducirse las armas, pero donde hay
Sucede que, si lo acusa el hecho, el efecto lo excusa, y armas y no hay religión es difícil introducir ésta”
cuando el efecto es bueno como el de Rómulo, siempre lo (Maquiavelo, 2004, I, 11, p.89). Por esa razón,
excusará. Porque todo el que es violento en la destrucción en la historia de Roma, Numa Pompilio –creador
debe ser reprendido, pero no el que es violento para com- de las principales instituciones religiosas– mere-
poner. (Maquiavelo, 2004, I, 9, pp. 81-82) ce más honor que Rómulo. Contrariamente, “son
infames y detestables los hombres destructores
Sin embargo, a pesar de su relativismo mo- de las religiones, disipadores de los reinos y las
ral y de no creer en castigos divinos, Maquiavelo repúblicas, enemigos de las virtudes, de las letras
critica duramente la inmoralidad eclesiástica: y de toda otra arte que acarree utilidad y honor al
género humano, como son los impíos, los violen-
(…) esta provincia [se refiere a Italia] a causa de los malos tos, los ignorantes, los ineptos, los ociosos, los
ejemplos de esa corte [la papal], ha perdido toda devoción viles” (Maquiavelo, 2004, I, 10, p.84). La reli-
y toda religión y, así, se producen infinitos inconvenientes gión es, sin dudas, un instrumento sumamente útil
e infinitos desórdenes porque, así como donde hay religión para mandar los ejércitos, para animar a la plebe,
se presupone todo bien, allí donde falta se presupone lo para mantener buenos a los hombres, avergonzar
contrario. Con la Iglesia y con los sacerdotes, nosotros los a los malos, y hacer que, por miedo al poder de la
italianos tenemos esta primera deuda: habernos vuelto irre- divinidad, los hombres respeten sus juramentos,
ligiosos y malos. (Maquiavelo, 2004, I, 12, p. 93) logrando así una mayor lealtad a su patria, a sus
gobernantes y a sus jefes militares (Maquiavelo,
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2004, I, 11, p.89). También resulta útil apelar a la


correcta” no era ninguna de las grandes religio-
religión cuando es necesario establecer grandes nes monoteístas conocidas en Europa en el siglo
reformas o instaurar instituciones novedosas para XVI. Entonces, ¿cuál era? Veamos. Maquiavelo
la ciudad, para contrarrestar la natural resisten- fue un notable fruto del espíritu de la época, y su
cia de la población a este tipo de cambios, como época fue el Renacimiento, momento en el que
cuando Numa simuló tener trato con la ninfa los intelectuales criticaban el presente e intenta-
Egeria, de quien decía recibir la inspiración para ban renovarlo inspirándose en la Antigüedad clá-
legislar (Maquiavelo, 2004, I, 11, p.89). En reali-sica, a la que miraban y admiraban como modelo
dad -agrega Maquiavelo- nunca hubo un gran re- luminoso, salteándose meticulosamente los 10 si-
formador político que no buscara respaldarse en glos de historia que los separaban, a los que con-
la autoridad divina, puesto que, aunque él pudiera sideraban un vergonzoso período de oscuridad e
ver claramente la conveniencia de esas reformas, ignorancia. Precisamente, los Discursos sobre la
su eventual falta de elocuencia y la complejidad primera década de Tito Livio, probablemente su
propia de la materia en cuestión conspirarían in- obra más importante y consistente –aunque no la
salvablemente contra la posibilidad de persuadir más famosa–, se basa en la Historia de Roma,
a una población generalmente rústica y poco pro- escrita por Tito Livio en la época de Augusto, en
clive a las sutiles especulaciones propias de es- la que el historiador romano relata las empresas
tadistas y legisladores (Maquiavelo, 2004, I, 11, políticas y militares que permitieron a una pe-
p.89-90). De todas formas –comenta Maquiavelo queña ciudad convertirse en una república libre
con sarcástica agudeza–, “nadie diría del pueblo y poderosa. Maquiavelo propone como modelo
de Florencia que es ignorante y tampoco rústico, a imitar a Roma, lo cual, a pesar de responder
pero fray Girolamo Savonarola lo convenció de perfectamente al espíritu vetustófilo renacentis-
que él hablaba con Dios” (Maquiavelo, 2004, I, ta, no dejaba de ser una novedad, porque si bien
11, p.91) Maquiavelo afirma también que la ob- en muy variados asuntos, sus contemporáneos se
servancia del culto divino provoca la grandeza de nutrían fervorosamente del legado de la antigüe-
las repúblicas, y su desprecio es la causa de sus dad clásica, en los asuntos políticos y militares
ruinas, porque donde falta el temor de Dios, nece- “no se encuentra príncipe o república que recu-
sariamente el reino se arruina o es sostenido por rra a los ejemplos de los antiguos” (Maquiavelo,
el temor a un príncipe; pero los príncipes son de 2004, p.50). En ese contexto renacentista, resulta
vida breve, por lo que ese reino caerá pronto de- entonces natural que Maquiavelo considerara a la
bido a que la virtud del príncipe termina cuando religión pagana de los antiguos como muy supe-
termina su vida y rara vez ocurre que un príncipe rior a la cristiana, la cual contaba con el agravan-
virtuoso sea sucedido por otro también virtuoso te de estar indisolublemente vinculada con el des-
(Maquiavelo, 2004, I, 11, p.90). preciable Medioevo. En efecto, nuestro pensador
florentino consideraba que los pueblos antiguos
Antiguo no es anticuado eran más amantes de la libertad que los del siglo
XVI, y que la causa de esa diferencia era la mis-
Vemos, pues, que Maquiavelo quiere una ma que hacía que aquéllos hayan sido más fuer-
comunidad política fuertemente religiosa, aunque tes y viriles que los “modernos” renacentistas: la
no cristiana. ¿Cuál era, entonces, la religión que amansadora religión cristiana.
consideraba más adecuada para favorecer la gran-
deza del Estado? No era la religión de Mahoma, Y ello se puede considerar en muchas de las instituciones
ni el judaísmo, ni el por entonces todavía inci- [de la religión antigua], empezando por la magnificencia
piente protestantismo, fenómeno que en poco de sus sacrificios y la humildad de los nuestros, donde hay
tiempo adquiriría unas dimensiones y una gravi- alguna pompa delicada más que magnífica, pero ninguna
tación política que Maquiavelo no parece siquie- acción feroz o valiente. Allí no faltaba la pompa ni la mag-
ra haber sospechado.2 Su religión “políticamente nificencia de las ceremonias, pero se le agregaba la acción
del sacrificio, lleno de sangre y ferocidad, matando a mul-
titud de animales, aspecto que, siendo terrible, volvía a los
2 Tampoco el por entonces Papa, León X, hijo de Lorenzo
el Magnífico, comprendió la gravedad política de la Re- hombres sus semejantes. (Maquiavelo, 2004, II, 2, p.216)
forma protestante, y se contentó con excomulgar a Lutero,
desentendiéndose del asunto por considerarlo una simple
“disputa frailuna”. (Durand, 1960b, II, p.591; Gontard, 1961, II, pp.118, 131)
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En contraste, el sacrificio ritual cristia- vencedores debido, claro, a su mayor virtud; sin
no se había sublimado tornándose totalmente embargo, Maquiavelo alaba el proceder de los
incruento; en efecto, la sangre derramada pasó samnitas y lo presenta como un ejemplo alec-
a ser un chorrito de vino y el cuerpo de la víc- cionador, porque ellos “no pensaron tener otro
tima se vio reducido a una inofensiva oblea de refugio ni intentar otro remedio para volver a la
pan magro. Además, la hermandad de todos los esperanza de recuperar la perdida virtud, lo que
hombres, fruto de la filiación divina universal atestigua plenamente cuánta confianza se pue-
predicada por el cristianismo, y la consecuente de tener gracias a la religión bien empleada”
dignidad generalizada a todo individuo humano, (Maquiavelo, 2004, I, 15, p.101). He aquí un
conformaban un conglomerado ideológico suma- elemento clave para comprender la concepción
mente inconveniente desde el punto de vista de la instrumental de la religión en el pensamiento po-
eficacia militar. En efecto, lítico de Maquiavelo: “la religión bien emplea-
da”. En efecto, no se trata simplemente de que
(…) el modo de vivir de hoy de acuerdo con la religión ciertas religiones son mejores que otras en vista
cristiana no impone a la defensa el carácter de necesidad a determinados fines políticos o militares, sino
que tenía antiguamente; porque entonces los hombres ven- que además, como ocurre con todo instrumento,
cidos en la guerra se ejecutaban o quedaban para siempre el resultado final depende de su buen o mal em-
en condición de esclavos, de modo que llevaban una vida pleo. De todas formas, Maquiavelo reconoce que
miserable. (...) Sobrecogidos por este temor, los hombres incluso el cristianismo puede resultar provechoso
mantenían vivos sus ejercicios militares y honraban a los para lograr éxitos bélicos, como ocurrió con el
que en ellos se destacaban. Hoy ese miedo mayormente se famoso caso de Juana de Arco:
ha perdido; entre los vencidos se matan muy pocos, ningu-
no dura mucho tiempo en prisión porque los liberan fácil- Muchos han dicho que Dios se les aparecía en sueños
mente (...) así que los hombres no quieren someterse a una moviéndolos a combatir. En tiempos de nuestros padres,
organización militar y seguir penando bajo ella para huir Carlos VII rey de Francia, en la guerra que libró contra los
de peligros que temen poco. (Maquiavelo, 2008, II, p.80) ingleses decía ser aconsejado por una niña enviada de Dios,
la cual fue llamada la Doncella de Francia; y que le aseguró
En cambio, la religión antigua otorgaba la victoria. (Maquiavelo, 2008, IV, p.129)
un excelente marco para inducir la obstinación e
inflamar los ánimos de los soldados, tal como lo Este dato termina de confirmar que para
hicieron los samnitas antes de combatir contra el Maquiavelo no hay fórmulas fijas ni recetas in-
ejército romano –lo que suponía una casi inevita- falibles con respecto a la utilidad política de la
ble derrota– valiéndose de la autoridad de su sa- religión. Pero tratemos ahora de dilucidar en qué
cerdote Ovio Pacio, según lo relata Maquiavelo: consiste un buen o mal empleo de la religión
como instrumento militar y político.
Cumplido el solemne sacrificio, y después de hacer jurar
entre las víctimas muertas y los altares encendidos a todos Buena y mala instrumentalización de la reli-
los jefes del ejército que no abandonarían la lucha, llama- gión
ron a los soldados uno por uno y, ante los altares, en medio
de varios centuriones, con la espada desnuda en la mano, Los oráculos, los arúspices y augures, la
(...) con palabras execrables y fórmulas llenas de espanto, adivinación basada en el desciframiento del vue-
les hacían prometer ante los Dioses que estarían prontos lo de los pájaros, de las entrañas de las víctimas
donde los emperadores los mandaran, que no escaparían o del comportamiento de distintos animales eran
nunca del combate y que matarían a todo el que vieran elementos muy presentes en el mundo religioso
escapando y que, si no observaban el juramento, el castigo de la antigua Roma, y
caería sobre el jefe de su familia y su estirpe. Y como al-
guno de ellos, espantados, no quisieron jurar, de inmediato (...) eran causa del bienestar de la República romana. Los
los centuriones los mataban, así que los otros que seguían, Romanos, entonces, los cuidaban más que a alguna otra ce-
asustados por la ferocidad del espectáculo, juraron todos. remonia religiosa, y los usaban en los comicios consulares,
(Maquiavelo, 2004, I, 15, p.100) al iniciar las empresas, en el envío de ejércitos al extranje-
ro, en las batallas campales y en toda otra acción importan-
De todas formas, los romanos resultaron te, civil o militar, y nunca hubieran ido a una expedición

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sin haber convencido a los soldados de que los Dioses les
prometían la victoria. (Maquiavelo, 2004, I, 14, p.97) Con respecto a estos dos ejemplos com-
plementarios, cuenta Maquiavelo que Claudio
Esas cosas, bien observadas, son una gran razón para que Pulcro fue condenado en Roma y que Papirio fue
el ejército confíe, y, si confía, vencerá. Los Romanos acos- honrado “pero no tanto por haber vencido uno y
tumbraban dar a sus ejércitos esta confianza a través de la el otro perdido, sino porque uno actuó prudente-
religión, y de allí surgía que nombraran a los cónsules, hi- mente contra los auspicios, y el otro lo hizo teme-
cieran las levas, partieran con sus ejércitos y llegaran a la rariamente” (Maquiavelo, 2004, I, 14, p.99).
batalla con los augurios y los auspicios y, si no cumplía En este comentario está la clave. En reali-
algunas de estas cosas, un capitán bueno y prudente nunca dad, Claudio Pulcro no fue condenado por actuar
intentaba una acción, juzgando que la hubiera perdido fá- en contra de lo que la religión indicaba, sino por
cilmente, en caso de que los soldados no estuviesen bien hacerlo de manera tan torpe. En efecto, en esa
seguros de que los dioses estaban de su parte. Y si algún histórica batalla de Drépano, sus soldados lucha-
Cónsul o capitán hubiera combatido contra los auspicios, ron sin el plus anímico que les otorgaba el sa-
lo habrían castigado, como castigaron a Claudio Pulcro. berse favorecidos por los dioses; por el contrario,
(Maquiavelo, 2004, III, 33, p.419) actuaron disminuidos por la incertidumbre y el
temor de contrariar al cielo, lo cual probablemen-
Sin embargo, a pesar de esta última afir- te haya influido en el resultado de la contienda.
mación, la cosa era un poco más compleja. En los Pero aún en el hipotético caso de que hubiesen
Discursos aparecen varios de estos episodios, al- triunfado, los resultados de su imprudente acción
gunos de los cuales resultan especialmente escla- hubieran sido igualmente contraproducentes, ob-
recedores para comprender en qué consiste para teniendo de esta manera un triunfo asimilable al
Maquiavelo un buen o mal uso de la religión. En de su contemporáneo Pirro, puesto que, de haber
efecto, durante la primera guerra púnica, el ya vencido despreciando las señales divinas, la fe de
mencionado general romano Claudio Pulcro ig- los soldados en los augurios se hubiera resque-
noró redondamente el funesto presagio de que los brajado, dilapidando así una fuente inestimable
pollos sagrados se abstuvieran con toda pulcritud de confianza y coraje, uno de los elementos esen-
de picotear su alimento, hizo arrojar las anoréxi- ciales -según Maquiavelo- de los éxitos militares
cas aves al mar y entabló batalla contra los carta- de Roma.
ginenses, en la que fue estruendosamente derro- Vemos, entonces, que la observancia de
tado, lo que provocó un serio descalabro en las la religión no es, para Maquiavelo, un bien abso-
fuerzas romanas (Maquiavelo, 2004, I, 14, p.99). luto, sino sólo un medio subordinado a la conse-
Al regresar a Roma fue juzgado y condenado por cución de los fines verdaderamente últimos, que
impiedad e incompetencia. son los políticos. Por eso, cuando Maquiavelo
Otro caso es el del cónsul Papirio, quien, critica la falta de espíritu evangélico en la jerar-
decidido a presentar batalla contra los samnitas, quía eclesiástica, lo hace, como ya se ha dicho,
ordenó que se cumpliera con el rito de los pollos no por motivos espirituales o morales, sino por-
sagrados, los cuales, al igual que en el incidente que esos malos ejemplos conspiraban contra el
anterior, se abstuvieron de ingerir los alimentos. sentimiento religioso de la población, lo cual re-
Sin embargo, parecía evidente que la victoria era percutía desfavorablemente en el plano político.
muy accesible, y que retrasar la batalla no sería Lo que Maquiavelo critica a los eclesiásticos no
conveniente, por lo cual se silenció este mal pre- es tanto que fueran corruptos y lujuriosos, sino su
sagio, se manipularon los hechos trastocándolos desfachatez; les reprocha que, ya que no querían
de manera que los soldados lucharan convenci- o no podían ser buenos, no tuvieran siquiera la
dos de que los Dioses les eran favorables, y los delicadeza de la hipocresía ni se tomaran la míni-
romanos ganaron la batalla. Ocurre que ma molestia de la simulación, porque si bien no
es necesario que los príncipes detenten todas las
cuando la razón les demostraba qué debía hacerse, aunque virtudes, sin embargo resulta imprescindible que
los auspicios les fueran adversos, de todos modos lo ha- parezcan tenerlas.
cían, pero dando vuelta la cosa en términos y modos tan
idóneamente que no parecía que la hicieran con desprecio a Así me atreveré a decir esto: que teniéndolas y observán-
la religión. (Maquiavelo, 2004, I, 14, p.98) dolas siempre, [las virtudes] son dañosas; pero son útiles si

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sólo pareces tenerlas; como parecer piadoso, fiel, humano, mentalmente porque:
íntegro y serlo; pero estar dispuesto con el ánimo de modo
que, necesitando no serlo, tú puedas y sepas cambiar a lo (…) se sustentan en antiguas ordenanzas de la religión; las
contrario. (...) Debe, pues, tener un príncipe gran cuidado cuales son tan poderosas y de tal calidad, que mantienen a
de que no le salga jamás de la boca una cosa que no esté sus príncipes en el Estado, cualquiera que sea su modo de
llena de las cinco cualidades referidas y parezca, al ser vis- proceder y vivir. Éstos son los únicos que tienen Estados y
to y oído, todo piedad, todo fe, todo integridad, todo huma- no los defienden; súbditos y no los gobiernan; y los Estados,
nidad, todo religión. Y no hay cosa más necesaria que pa- aún estando indefensos, no les son quitados; y los súbditos,
recer tener esta última cualidad. Y los hombres en general aún no siendo gobernados, no se preocupan, ni piensan ni
juzgan más por los ojos que por las manos; porque ver se pueden alejarse de ellos. (Maquiavelo, 2005, XI, p.63)
da a todos, tocar a pocos. Todos ven aquello que tú pareces;
pocos tocan aquello que tú eres. (Maquiavelo, 2005, XVIII, Estos conceptos de Maquiavelo hicieron
pp.92-93) exclamar a Napoleón: “¡Ah, si yo pudiera en
Francia hacerme a mí mismo augusto y supremo
La coherencia de Maquiavelo en este pontífice de la religión!”, (Samonta, 2003, p.84)
punto es tan irreprochable que lo lleva a protestar y en otro lugar: “Haré que mi hijo, si él queda
contra San Francisco de Asís y Santo Domingo, único, tenga por sí solo la soberanía de la Santa
por haber sido testimonios vivos de excelencia Sede, con toda la del Imperio” (Samonta, 2003,
cristiana y por haber insuflado aires de pureza y p.174). En efecto, Maquiavelo considera que
renovación al cristianismo precisamente cuando el poder de los príncipes eclesiásticos se apo-
su putrefacta atmósfera se había tornado prácti- ya principalmente en su investidura religiosa, y
camente irrespirable. Si no hubiese sido por ellos que la fórmula que hizo de la Iglesia un estado
–dice Maquiavelo, no sin sobreactuar su lamen- políticamente poderoso consistió en añadir al
to– el cristianismo se habría extinguido ya total- poder espiritual, “que le da tanta autoridad”, el
mente; en cambio, por obra de estos inoportunos poder temporal (Maquiavelo, 2005, III, p.32). La
santos, el evangelio se ha vuelto a arraigar con Iglesia, pues, está gobernada por príncipes igua-
renovadas fuerzas en la conciencia del pueblo, les en todo a los del resto de los estados, pero
que ha sido convencido de que que cuentan con una inmunidad especial que no
depende directamente de ellos ni está supeditada
está mal decir mal del mal de los prelados, y que está bien a sus méritos o acciones, sino que emana de “ra-
vivir bajo su obediencia y, si cometen errores, dejar que los zones superiores, que la mente humana no alcan-
castigue Dios. Y así, aquéllos hacen lo peor que pueden, za”, pues esos principados son “exaltados y man-
porque no temen el castigo que no ven y en el que no creen. tenidos por Dios” (Maquiavelo, 2005, XI, p.63).
(Maquiavelo, 2004, III, 1, p.325) Estas consideraciones, no exentas de ironía, pro-
bablemente sean fruto de un episodio extraordi-
Los incómodos estados eclesiásticos nario ocurrido en 1506, del que Maquiavelo fue
testigo directo mientras cumplía funciones diplo-
Esta licencia extraordinaria para la in- máticas representando a Florencia ante la Santa
moralidad constituye, según Maquiavelo, un pri- Sede. En ese entonces, el papa Julio II quería po-
vilegio exclusivo de los príncipes de la Iglesia; ner bajo su poder a Perugia, ciudad dominada por
en efecto, los estados eclesiásticos son los úni- Giampaolo Baglioni, y según su costumbre, en-
cos que se adquieren por virtud o por fortuna y cabezó personalmente la arremetida militar con-
se conservan sin la una ni la otra (Maquiavelo, tra la díscola ciudad. Sin embargo, la batalla no
2005, XI, p.63). Esta rareza, esta excepción a la llegó a concretarse, puesto que ambos bandos lle-
regla, constituye, a nuestro entender, un guija- garon a un acuerdo diplomático: la ciudad pasaría
rro en el calzado especulativo de Maquiavelo, lo a estar bajo el dominio de la Iglesia pero Baglioni
cual parece generarle un cierto malestar intelec- continuaría gobernándola, aunque como una es-
tual, un sentimiento de incomodidad que oscila pecie de títere papal. En virtud de este pacto, el
entre el estupor y la indignación. Este asunto en papa entró solemnemente y desarmado a Perugia
particular es, tal vez, su único punto débil con con una mínima guardia personal, dejando afuera
respecto a este tema. Maquiavelo considera que de la ciudad a sus tropas y exponiéndose así a un
los principados eclesiásticos se conservan funda- enemigo que fácilmente podría haberlo secues-
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trado o despedazado. Maquiavelo evalúa esta ac- también el de Baglioni, puesto que
ción del papa como un grosero error que le daba
a Baglioni una excelente oportunidad de ganar la a quien no le importaba ser parricida o incestuoso notorio,
batalla con un solo y sencillo golpe. Sin embargo, no supo, o, para decir mejor, teniendo una justa ocasión, no
Baglioni respetó la vida de Julio II, cumplió con se atrevió a una empresa donde todos admirarían al amigo
su palabra y el acuerdo político se formalizó. Ese o donde hubiera dejado de sí mismo memoria eterna, por
mismo día, Maquiavelo escribió un informe en ser el primero en demostrar a los prelados qué poco debe
donde juzga que esa actitud caballeresca se de- ser estimado el que vive y reina como ellos, haciendo algo
bió a la “bondadosa naturaleza y humanidad” de cuya grandeza superaría toda infamia, todo peligro que de
Baglioni (Viroli, 2002, pp. 114-5). No obstante, ella dependiera. (Maquiavelo, 2004, I, 27, p.123-5)
Baglioni era famoso por su crueldad y ferocidad,
detalle que Maquiavelo no podía ignorar; de he- Este error de Baglioni quedaría contun-
cho, el poder en Perugia había sido históricamen- dentemente refrendado, en términos utilitaris-
te disputado entre los Baglioni y los Oddi, fami- tas, algunos meses después de la redacción de
lias cuyos integrantes se mataban mutuamente a los Discursos, cuando, en 1520, el papa León
veces en secreto y otras ostensiblemente en las X, cansado de los crímenes del díscolo perugi-
calles. Los Baglioni se burlaban de la Iglesia no, lo atrajera engañado a Roma con un salvo-
poniéndose nombres paganos y los legados pa- conducto y lo hiciera decapitar en el castillo de
pales huían de Perugia temerosos por sus vidas, Sant’Angelo (Durand, 1958, I, p. 346).
pues eran amenazados por la familia reinante con Respecto al tema puntual de los principa-
ser arrojados por las ventanas del palacio. ¿Qué dos eclesiásticos, sin embargo, Maquiavelo pa-
puede hacerse –preguntaba un cardenal al papa rece haber perdido un poco la brújula que orien-
Alejandro VI– con estos demonios que no temen taba su pensamiento, cuyo norte era el realismo
el agua bendita? Gianpaolo, sobreviviente de una casi empírico, la observación de lo que en ver-
conspiración en la que fueron asesinados todos dad sucede y no de lo que creemos que debería
los Baglioni menos él, había entrado en venganza suceder (Maquiavelo, 2005, XI, p.81), y el tener
a la ciudad con sus tropas y asesinado a un cente- a la historia como madre y fuente de enseñanza
nar de hombres en las calles y en la catedral, por (Maquiavelo, 2004, p.50). En efecto, la arrollado-
sospechas de participación en el complot y había ra pasión con la que escribe estas consideraciones
hecho decorar el Palazzo Comunale con las ca- parece obnubilarlo ante los numerosos episodios
bezas de los muertos. Desde entonces había go- históricos que por sí mismos constituyen serias
bernado Perugia despóticamente y sin oposición objeciones a la supuesta inmunidad sobrenatural
hasta el insólito episodio en el que cedió pacífica- que vendría a beneficiar a los príncipes privile-
mente ante la autoridad de Julio II (Durand, 1958, giados por la investidura religiosa. De los nu-
I, pp. 344-6). Ante el comentario de Maquiavelo merosos ejemplos disponibles, me limitaré arbi-
acerca de “la bondadosa naturaleza y humanidad trariamente a citar a continuación las desgracias
de Baglioni”, Viroli se pregunta si es posible que personales y reveses políticos padecidos única-
nuestro pensador florentino desconociese quién mente por aquellos papas que eligieron llamarse
era Baglioni, con quien personalmente había te- “Juan”.
nido largas conversaciones apenas unos meses Juan I (523-526), después de cumplir in-
antes. Y agrega: satisfactoriamente una misión diplomática enco-
mendada por Teodorico, rey de los ostrogodos,
Las personas inteligentes que estaban junto al Papa ex- fue acusado de traidor y encarcelado junto a sus
cluían de la manera más categórica que Baglioni hubiese acompañantes, obispos y emisarios, y permane-
renunciado a aplastar a su enemigo porque lo frenaba la ció preso durante un año, hasta el día de su muer-
conciencia. Un hombre de esa clase, que había asesinado te (Gontard, 1961, I, pp.214-220). Juan VIII
a su padre y tenía como amante a una hermana suya, no (872-882) gozaba de la protección del emperador
podía tener sentimientos piadosos. (Viroli, 2002, p.115) Carlos II (el Calvo), pero al morir su protector
sufrió constantes ataques de los normandos y
Cuando, años más tarde, Maquiavelo ana- se vio obligado a pagar tributo a los sarracenos.
liza este episodio en los Discursos, considera que Finalmente fue envenenado, pero como el efec-
hubo ya no un error, sino dos: el de Julio II, y to mortífero no se verificaba con suficiente rapi-
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dez, los ansiosos conspiradores lo asesinaron a años, el papa pasó a ser un denostado títere de la
martillazos (Gontard, 1961, I, 297-300). Juan X corona francesa, cumpliendo un muy triste papel,
(914-928) sufrió una conspiración en su contra, mientras que, tornando más patética la situación,
fue obligado a presenciar el asesinato de su her- sobre el famoso puente de la ciudad, todos baila-
mano y fue arrojado a la cárcel, donde murió a ban, todos bailaban.
los pocos meses (Durand, 1960a, II, p.189). Juan
XI (931-935) estuvo tres años preso en el castillo El príncipe virtuoso
de Sant’Angelo, desde donde se le permitió, sin
embargo, ejercer las funciones espirituales del Retomemos ahora la idea general de
papado, aunque despojado de su poder temporal, Maquiavelo –de la que los príncipes eclesiásticos
y Juan XII, (955-964) cuyo papado se distinguió serían, concedámoslo, una excepción– según la
por sus perversiones, la lujuria desenfrenada cual el gobernante debe ser necesariamente vir-
y las habituales orgías en el palacio de Letrán, tuoso. ¿En qué consiste ese virtuosismo princi-
murió asesinado por un marido celoso (Apeles pesco?
Santolaria, 1999, p.34; Durand, 1960a, II, p.189;
Gontard, 1961, I, pp.307-11). Juan XIV (983- La virtud del príncipe se presenta como una habilidad para
984, considerado antipapa) fue asesinado por un obtener, gobernar y conservar Estados; posee grados: una
noble romano apellidado Francone, quien de in- habilidad normal, grande o extraordinaria, según las difi-
mediato usurpó el trono de Pedro como el antipa- cultades que deba salvar en la adquisición y el manteni-
pa Bonifacio VII (Durand, 1960a, II, 190).3 Juan miento del Estado, y es completada por una cierta cuota de
XVI, por su parte, fue depuesto en 998 por Otón suerte. Esta virtud conlleva la capacidad de hacer previsio-
III de Alemania, quien le hizo arrancar los ojos, nes, cálculos, de rescatar de la historia y de la experiencia
cortar la lengua, la nariz y las orejas y recorrer las regularidades a partir de las cuales podrían obtenerse nor-
calles de Roma montado en un asno, con la cara mas correctas conceptualmente, pero que no garantizan el
vuelta hacia la cola (Gontard, 1961, I, pp.320-1). éxito absoluto. (…) El príncipe virtuoso también es militar,
Por último, el antipapa Juan XXIII (1410-1415) con capacidad de mando, vigor físico y anímico, rapidez en
fue depuesto por el Concilio de Constanza, que la toma de decisiones y armas propias. (Tursi, 2005, p.13)
él mismo había convocado,4 y a pesar de que,
utilizando un disfraz logró burlar su custodia y Además, Maquiavelo concibe la naturale-
huir de la ciudad, fue recapturado y puesto en za humana como básicamente invariable a través
prisión hasta 1418, cuando, ya anciano, fue libe- de la historia: los hombres siempre fueron por
rado y encontró asilo y sustento nada menos que naturaleza codiciosos, falsos, crueles y venales;
con Cosme de Médicis, el mismo que sostenía ello permite inferir que ante circunstancias simi-
la imposibilidad de gobernar con padrenuestros lares, los hombres modernos actuarán de manera
(Gontard, 1961, II, pp.57-61; Durand, 1958, II, similar que los antiguos, y, en consecuencia, la
pp.14-19). historia puede ser aprovechada como una gene-
Pero más allá de esta suculenta sarta rosa fuente de información vital para pronosticar
de anécdotas protagonizadas por papas juanes, el futuro inmediato. Ningún príncipe, entonces,
Maquiavelo no podía ignorar un acontecimien- puede ser suficientemente virtuoso si no cuenta
to histórico que constituyó una verdadera humi- con este bagaje cognoscitivo que potencia la efi-
llación política para la Iglesia: en 1309, la corte cacia de sus armas políticas.
papal, a instancia de Felipe IV de Francia, se vio Pero si nos concentramos en el tema es-
obligada a abandonar el Vaticano y a establecer pecífico de este trabajo, el príncipe virtuoso es el
su sede en la ciudad de Avignon. Allí, durante 68 que, ante todo, sabe actuar siempre con sumo res-
peto hacia la religión. Ahora bien, ese respeto no
3 El mismo Francone había estrangulado nueve años antes supone en modo alguno –como ya ha sido dicho-
a Benedicto VI, y también se había hecho papa, pero luego el fervoroso cumplimiento de todos los preceptos
de un mes huyó a Constantinopla llevándose buena parte religiosos; antes bien, ese respeto consiste en el
del tesoro pontificio.
4 Se trata de Baltasar Cossa. No debe confundirse con el
reconocimiento del papel fundamental que des-
cardenal Angelo Giuseppe Roncalli, quien ocupó legítima- empeña la religión en el andamiaje político del
mente la Sede de Pedro entre 1958 y 1963 también con el poder del príncipe, y en las consecuentes conduc-
nombre de Juan XXIII y convocó a otro concilio famoso: tas que ese reconocimiento implica. Por ejemplo,
el Vaticano II.
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Symploké revista filosófica julio 2019

si ante una circunstancia determinada, el príncipe pensamiento político de Maquiavelo. Estos dos
se apartara de la moral religiosa por resultar ello elementos, según pretendimos mostrar, al ser
conveniente y necesario –lo cual es sumamente puestos en relación con el ejercicio del poder,
habitual en las altas esferas del poder–, la religión conforman un campo sumamente inestable y di-
debería recibir, de todas formas, el homenaje de námico de permanentes tensiones que presenta
la simulación y de la hipocresía, para disminuir al príncipe un desafío siempre renovado y cam-
en la mayor medida posible los perjuicios que di- biante, al cual no es posible enfrentar aplican-
chos incumplimientos suelen ocasionar en el sen- do fórmulas fijas ni soluciones preestablecidas,
timiento religioso del pueblo. Si todos los hom- sino únicamente la siguiente receta magistral: el
bres fueran buenos –justifica Maquiavelo– no príncipe ha de ser sumamente virtuoso. La vir-
habría inconveniente en que los príncipes fueran tud debe ser nada menos que la clave del prín-
santos, pero como los hombres son malos, codi- cipe, esa piedra central y encumbrada que a la
ciosos y traidores, los príncipes no puede darse el vez corona y sostiene arquitectónicamente su po-
lujo de ser buenos, so riesgo de terminar siendo der, y a ella han de estar subordinadas la moral,
buenudos. Por eso, los príncipes no están obli- la religión, las armas y los demás elementos que
gados a cumplir sus promesas cuando ello pue- conforman su repertorio político. A lo largo de
da perjudicarlo o las razones que lo llevaron a este trabajo, en más de una ocasión, nos hemos
dar su palabra ya no tengan efecto. En general, detenido a aclarar en qué no consiste esa virtud
deben procurar permanecer en el bien, mientras superior, pero hemos omitido explicitar concreta-
no resulte perjudicial, pero siempre con el ánimo mente de cuál virtud se trata, con la intención de
predispuesto y la ductilidad suficiente como para que su naturaleza se vaya develando por sí misma
incurrir en malas conductas cuando se torne im- en el transcurso de los párrafos. Si no fracasa-
prescindible. Además, aunque procure mostrarse mos totalmente en ese cometido, a esta altura de
enteramente humano, debe ser como un centauro, la exposición parecería evidente que esa virtud
medio humano y medio bestia, para poder actuar vincula estrechamente al príncipe virtuoso de
algunas veces de acuerdo a las leyes y otras por la Maquiavelo con la figura del phrónimos aristo-
fuerza (Maquiavelo, 2005, pp. 91-4). Incluso no télico. ¿Acaso puede sostenerse, al menos como
debe inhibirlo el prurito de ser considerado cruel, hipótesis, que la ética aristotélica sea una de las
pues dicha fama puede llegar a ser necesaria para fuentes importantes del pensamiento político de
mantener unido al ejército y hacerse respetar por Maquiavelo? Creemos que sí, y son varios los
sus súbditos (Maquiavelo, 2005, p.87). Pero si el factores que ayudan a apuntalar dicha suposición.
príncipe, además de conservar o aumentar su po- Por empezar, el espíritu propio del Renacimiento
der, quiere ser realmente virtuoso y ambiciona un y su obstinada exaltación de la antigüedad clási-
verdadero destino de grandeza, debe ser modera- ca: las obras filosóficas de Aristóteles circulaban
do y no excederse en sus crueldades, porque fluidamente y eran conocidas y estudiadas por
los intelectuales de la Italia renacentista, y un año
No se puede llamar virtud matar a sus conciudadanos, trai- antes de la composición de El príncipe, Rafael
cionar a los amigos, ser desleal, sin piedad, sin religión; Sanzio había elegido precisamente la Ética para
estos modos pueden hacer adquirir imperio, pero no gloria. identificar la figura de Aristóteles en la escena
Porque si se considera la virtud de Agatocles para entrar y central de su famoso fresco La escuela de Atenas.
salir de los peligros, y su grandeza de ánimo para soportar Maquiavelo nunca reconoce explícitamente esta
y superar las cosas adversas, no se ve por qué él ha de ser filiación aristotélica; de hecho, su única alusión
juzgado inferior a cualquier excelentísimo capitán; sin em- a la obra del Estagirita la pudimos detectar en
bargo, su feroz crueldad e inhumanidad, con sus infinitos una carta a Pedro Vettori fechada el 26 de agos-
crímenes, no permiten que sea, entre los hombres excelen- to de 1513 en la que se refiere a la Política de
tísimos, celebrado. (Maquiavelo, 2005, p.52) manera más bien despectiva, cuando afirma que
ignora qué dice Aristóteles sobre el asunto pun-
La phrónesis aristotélica como virtud política tual que estaba tratando, y que a él sólo le inte-
del príncipe maquiaveliano resa “aquello que razonablemente podría ser,
lo que es y lo que ha sido” (Maquiavelo, 2013,
Hasta aquí, la exposición, completa y de- p.104). De todas formas, es sabido que su padre,
tallada del papel de la religión y la virtud en el Bernardo Maquiavelo, notario y amante de los li-
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Symploké revista filosófica julio 2019

bros, era lector de la Ética de Aristóteles y poseía rio, un príncipe virtuoso debe poder anticiparse
un ejemplar en su ajustada biblioteca (Raschella, a los tiempos para acotar las consecuencias del
2004, p.18). Gracias a esa biblioteca de su pa- cambio de suerte, debe saber aprovechar las oca-
dre, con quien lo unía una excelente relación, siones favorables y acomodar previsoramente las
Maquiavelo tuvo acceso y pudo leer y releer a cosas para mantener el poder cuando la fortuna
placer la Historia de Roma de Tito Livio, obra le sea adversa. El cultivo y ejercicio metódico de
en la que se basaría años después para escribir la virtud constituye, en consecuencia, una ince-
sus Discursos (Viroli, 2002, pp.19-20). Estos da- sante lucha del príncipe por conquistar espacios
tos de su biografía intelectual permiten inferir en de libertad y autonomía, cercenando, propor-
forma lícita que es prácticamente imposible que cionalmente, el margen de acción de la Fortuna.
Maquiavelo no conociera la Ética Nicomaquea; En el capítulo XIV de El príncipe, Maquiavelo
más aún, sería más bien necesario probar la hipó- recomienda algunos ejercicios concretos para
tesis contraria, puesto que lo naturalmente espe- acrecentar el virtuosismo del príncipe, aunque es
rable es que la haya leído. Pero, dejando de lado claro que no es posible escapar completamente
estas meras especulaciones biográficas, veamos del influjo de la cambiante diosa. Según el cál-
cuáles son las ideas expresadas por Maquiavelo culo optimista que realiza Maquiavelo a mano
que vendrían a reforzar esta pretendida filia- alzada, el margen de acción que se puede lograr
ción con el Estagirita. En primer lugar, tanto en ante el poder de la Fortuna puede llegar a arañar
Maquiavelo como en Aristóteles hay una notable el 50% (Maquiavelo, 2005, p.115). No es poco,
ausencia de recetas universales y permanentes pero la cifra indica que aún la acción del prínci-
para actuar de manera correcta, lo que auspicia pe más virtuoso y previsor puede verse afecta-
naturalmente la elevación de la prudencia (phró- da por factores que lo exceden largamente. Del
nesis) a la categoría de virtud capital y la conse- mismo modo, ni el más phrónimos de los griegos
cuente exaltación, respectivamente, del príncipe podía escapar del todo a los bruscos cambios de
prudente y del phrónimos griego. En ambos au- la fortuna, según se detalla en Ética Nicomaquea
tores la prudencia es una virtud eminentemente 1101a.
práctica, que consiste en la capacidad de delibe- Por otra parte, cualquier lector mínima-
rar bien para elegir correctamente los medios más mente cristiano percibe inmediatamente la es-
adecuados para la obtención de un determinado truendosa ausencia de la humildad entre las vir-
fin, teniendo en cuenta la mayor cantidad posi- tudes destacadas por Aristóteles, lo cual coincide
ble de elementos involucrados con el terreno de perfectamente con la imputación que Maquiavelo
la acción. Además, la virtud es algo que, si bien efectúa a la moral cristiana atribuyéndole el debi-
necesita una base natural donde florecer, requiere litamiento de gran parte de la población europea.
ser cultivada habitualmente a lo largo de la vida, La humildad, en efecto, si bien es una herencia
porque así como para el griego una golondrina del judaísmo, no fue elevada al rango de virtud
no hace verano (Aristóteles, Ética Nicomaquea en Occidente hasta los tiempos del cristianismo,
1098a), para el florentino un golpe de Fortuna no religión que exalta como modelos a imitar a los
hace un príncipe virtuoso. Por el contrario, hay hombres humildes y contemplativos más que a
que desconfiar siempre de la Fortuna, porque los activos. Por el contrario, la religión antigua
“es mujer” (Maquiavelo, 2005, pp.118), y por proponía a la admiración general a hombres va-
ello es variable, qual piuma al vento; razón por lientes y audaces engalanados de gloria munda-
la cual la personalidad del príncipe nunca puede na, a grandes jefes militares y a líderes políticos,
ser muta d’ accento e di pensiero;5 por el contra- por lo que para los griegos, la sola idea de que
la humildad pudiera ser una cualidad digna de
5 La donna è mobile/qual piuma al vento/ muta d’accento/ exaltación habría resultado totalmente absur-
e di pensiero (La mujer es variable/ como una pluma en da. En cambio, para Aristóteles, es una virtud la
el viento/ carece voz propia/ y de pensamiento). Famosos magnanimidad (megalopsychía), la grandeza de
versos de la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi. El aria, ánimo propia del hombre que se sabe capaz de
que funciona como un emblema libertino, es entonada por
un Príncipe tan misógino como Maquiavelo. En la trage-
dia original de Victor Hugo, Le roi s’amuse (“El Rey se femme varie (La mujer varía con frecuencia). La censura
divierte”) al igual que en la primera versión de la ópera, oficial obligó a Verdi a reemplazar, entre otras cosas, al per-
ese personaje era Francisco I de Francia, contemporáneo sonaje de Francisco I por el de un príncipe menor, el Duque
de Maquiavelo, a quien se le atribuye haber escrito Souvent de Mantua.
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Symploké revista filosófica julio 2019

hacer grandes cosas y que las hace, y que por ello Maquiavelo se aparta de ella, como ocurre en este
es digno de alabanzas y honores, a los que recibe fragmento de los Discursos:
con naturalidad, lo cual la convierte en sospecho-
samente similar a uno de los pecados capitales Es cierto que algunos dicen que, con los príncipes, es me-
de la moral cristiana: la soberbia. En contraste, la jor no estar tan cerca de ellos como para que su ruina te
pequeñez de ánimo (mikropsychía), –asimilable a aplaste, y tampoco tan alejado que, si ellos se arruinan, tú
la humildad– en la ética aristotélica es considera- no puedas alzarte a tiempo sobre su ruina: por lo tanto, el
da un defecto o un vicio (Aristóteles, EN 1107b). camino intermedio sería el más certero si se pudiera ob-
En este sentido, cuando en aquel histórico episo- servar. Pero, yo creo que esto es imposible, y conviene re-
dio, Gianpaolo Baglioni respetó la vida de Julio ducirse a los dos modos citados, es decir, alejarse de ellos
II dejando escapar la oportunidad de acometer o acomodarse y, el que actúa de otro modo, y es hombre
una acción realmente grande, digna de admira- de calidad notable, vive en continuo peligro. (Maquiavelo,
ción y “memoria eterna”, una acción “cuya gran- 2004, p.327)
deza superaría toda infamia o peligro que de ella
dependiera”, (Maquiavelo, 2004, pp.122-5) lo Conviene aclarar, sin embargo, que sólo
que Maquiavelo le recrimina es, precisamente, su pretendemos mostrar que Aristóteles constituye
cortedad de ánimo, su mikropsychía. En efecto, una fuente importante para el pensamiento de
la indignación que destila la pluma del florentino Maquiavelo, y no que éste carezca de originali-
se debe a que Baglioni no supo estar a la altura dad o haya tomado todo de aquél, lo cual sería
de las circunstancias; lo que en griego se dice mi- cometer un exceso carente de toda prudencia. De
kropsychía, y en criollo, no le dio el cuero. hecho, las diferencias entre ambos autores son
Otro elemento central en la ética aristoté- mucho más notables que sus similitudes. En efec-
lica es sin dudas la doctrina conocida como “del to, Aristóteles considera que el factor que mantie-
término medio”, la cual es también adoptada por ne unida la ciudad es el sentimiento de amistad
el florentino. En efecto, Maquiavelo sostiene que entre sus ciudadanos (EN, 1155a), lo cual habrá
una de las virtudes del príncipe consiste en lo- despertado en Maquiavelo, al menos, una indul-
grar ser temido por su pueblo lo suficiente como gente sonrisa; y también sostiene el Estagirita
para tener autoridad, pero no tanto como para que la malevolencia, la desvergüenza, la envidia,
ser odiado, puesto que tanto el exceso como el el adulterio, el robo y el asesinato son siempre
defecto afectarían su poder (Maquiavelo, 2005, conductas repudiables y malas de por sí, por lo
pp.87-89). Además, el príncipe no debe condu- que no es posible lograr algo bueno con ellas (EN
cirse de manera tan confiada como para ser in- 1107a), ante lo cual, la tierna sonrisa del floren-
cauto ni tan desconfiada que lo vuelva intolerable tino habrá devenido seguramente en una sonora
(Maquiavelo, 2005, 88-89). Tampoco debe pro- carcajada.6 Pero yendo a conceptos más funda-
ceder de tal manera que nadie se atreva a decirle mentales, para Aristóteles la vida contemplativa
la verdad, conducta que lo rodearía de adulones; del filósofo está claramente por encima de la del
ni de forma tal que cualquiera pueda decírsela, lo político, la cual es, de todos modos, muy valiosa;
que erosionaría el respeto de sus subalternos. El mientras que Maquiavelo desprecia a los hom-
término medio, en este caso, consistiría en auto- bres contemplativos y valora únicamente a los de
rizar a ciertos hombres elegidos por él a decirle la acción. Por otra parte, mientras que para el grie-
verdad únicamente sobre los temas que él quiera go la virtud es un camino de perfeccionamiento
y en los momentos que él lo solicite (Maquiavelo, personal tendiente a alcanzar la excelencia ética y
2005, pp.111-2). De la misma manera, el prínci- la vida buena, para el florentino la virtud es sim-
pe debe tener firmeza en sus decisiones, por lo plemente un medio instrumental para alcanzar y
que no debe caer en el defecto de la indecisión conservar el poder. Podrá objetarse que estas di-
o la vacilación (Maquiavelo, 2005, pp.111), pero ferencias se deben a que ambos autores apuntan a
tampoco en el exceso de la obstinación, lo que distintos fines: mientras que para el Estagirita el
le impediría variar el rumbo a tiempo cuando
las circunstancias o los cambios de la Fortuna 6 Véase la interpretación que Maurizio Viroli desarrolla
lo requieran (Maquiavelo, 2005, pp.116-7). Los acerca de la sonrisa de Maquiavelo; mucho menos famosa,
ecos de la doctrina aristotélica del término me- por cierto –aunque casi igual de enigmática- que la de su
dio se perciben con toda claridad incluso cuando contemporánea vecina florentina Lisa Gherardini, la esposa
del señor Giocondo (Viroli, 2002, pp.159/167-8/174/306)
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Symploké revista filosófica julio 2019

bien último consiste en alcanzar la felicidad par- es suficientemente virtuoso, es posible volverse
ticular y autónoma del sabio, para Maquiavelo el inmune a los embates de la fortuna, identificando
bien supremo trasciende lo meramente individual así la virtud con la felicidad. En consecuencia,
y sólo se consigue en el campo colectivo de la Maquiavelo posó su mirada sobre la ética
política. Sin embargo, esta objeción no sería del aristotélica, aunque justo es suponer que no lo
todo correcta. Claramente, para Aristóteles, la hizo por mero descarte sino como una adopción
ética se articula y alcanza su télos en la políti- -ciertamente parcial y velada- pero totalmente
ca, puesto que sólo en la vida política el hombre genuina. Por ello, así como puede decirse que
puede desarrollar su areté y lograr la eudaimonía Nietszche escribió sus célebres diatribas contra el
(Aristóteles, Política 1253a). De hecho, cuando cristianismo leyendo –aunque sin reconocerlo- a
quiere dar un ejemplo concreto de phrónimos, Maquiavelo,8 quisiéramos agregar a esta cadenita
Aristóteles señala como modelo a Pericles (EN virtual de filiaciones escamoteadas un tercer
1140b), quien no se destacó precisamente por ser eslabón, afirmando ahora que Maquiavelo erigió
un sabio encerrado en su torre de marfil,7 sino por la estructura ética de su doctrina política con la
su acción en el campo de la política. La circulari- pluma en una mano y la Ética de Aristóteles en la
dad que nos condujo a este punto de coincidencia otra.
entre las ideas de Aristóteles y Maquiavelo cons-
tituye una clara exhortación a finalizar aquí mis- Bibliografía
mo el presente trabajo. Solo nos resta arriesgar,
en el postrer párrafo, las siguientes consideracio- Fuentes primarias
nes a modo de:
Maquiavelo, Nicolás (2005) El príncipe, intro-
Conclusión ducción, traducción y notas de Antonio D.
Tursi, Buenos Aires, Biblos, 3ª edición, 2005
Como se ha dicho, Maquiavelo valoraba ---- (2004) Discursos sobre la primera década de
la religión como elemento fundamental de Tito Livio, estudio preliminar,
cualquier proyecto político con pretensiones traducción y notas de Roberto Raschella, Buenos
de sustentabilidad. Sin embargo, al armar el Aires, Losada, 1ª edición en Biblioteca de
andamiaje moral de su doctrina política, su aguda Obras Maestras del Pensamiento
mirada renacentista no podía, naturalmente, ----(2008) El arte de la guerra, traducción de
buscar esos fundamentos en el cristianismo, sino Marta Vassallo, Buenos Aires, Losada, 1ª
en la antigüedad. El menú disponible de autores edición en Grandes Obras del Pensamiento
clásicos –nada despreciable, por cierto– no era, ---- (2013) Epistolario 1512-1527, traducción,
sin embargo, demasiado variado: las ideas más introducción, edición y notas de Stella
consistentes y sistemáticas podrían reducirse Mastrangelo, México, Fondo de Cultura
grosso modo a tres (por orden de aparición): las Económica, segunda edición
de Platón, las de Aristóteles y la de los estoicos y
epicúreos. Para Maquiavelo, Platón era demasiado Fuentes secundarias
ingenuo en su concepción antropológica, pues
creía que por la educación se podía forjar un Aristóteles (2007) Ética nicomaquea, traducción,
príncipe sabio e intachable. Fácil es imaginar notas e introducción de Eduardo Sinnott,
que ante un planteo de esa índole, la reacción Buenos Aires, Colihue, (Colihue Clásica)
de Maquiavelo no habrá consistido ya en una ----(2007) Política, introducción, traducción y
sonrisa ni en una carcajada, sino en una mueca de notas de Manuela García Valdés, Barcelona,
indignación. Los estoicos y epicúreos tampoco Gredos, RBA Coleccionables
podían convencerlo porque, más allá de algunos Federico II de Prusia (2002) El antimaquiave-
matices, ambas doctrinas sostienen que, si se lo, con prefacio y correcciones de Voltaire,
Buenos Aires, Quadrata Editor, Colección
7 Aristóteles distingue claramente las virtudes correspon-
dientes al ámbito de la vida práctica, en donde la phrónesis 8 Juan José Sebrelli atribuye a Nietzsche la siguiente frase:
es la principal, de las propias de la vida teorética, presididas “En todo pensamiento moderno encontramos a Maquiave-
por la Sophía (sabiduría); pero el análisis de esta distinción lo” (Sebrelli, 2012, p.80) pero se abstiene de señalar refe-
excedería ampliamente los alcances de este trabajo. rencia alguna.
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Symploké revista filosófica julio 2019

Retrolecturas Otros textos auxiliares


Savonarola, Girolamo (1544) Prediche sopra
alquanti salmi &sopra aggeo profeta fatte AA. VV. (1995) Libro de los records Guinness,
del mese di noviembre & decembre l’anno edición en español, Medellín, Editorial
MCCCCLXXXXIIII, Venecia, Bernardino de Voluntad, Interés General
Bidoni

Textos y estudios sobre Maquiavelo

Martínez Arancón, Ana (1993) “Estudio prelimi-


nar” en Maquiavelo, Nicolás, El príncipe,
traducción y notas de Helena Puigdomenech,
Barcelona, Altaya Raschella, Roberto (2004)
“Introducción” en Maquiavelo, Discursos so-
bre la primera década de Tito Livio, Buenos
Aires, Losada, 1ª edición en Biblioteca de
Obras Maestras del Pensamiento Samonta,
Carlos Alberto (ed), (2003), Maquiavelo,
Nicolás, El príncipe, con comentarios de
Napoleón Bonaparte. Bs. As. Andrómeda, 1ª edi-
ción
Sebrelli, Juan José (2012) El malestar en la polí-
tica, Buenos Aires, Sudamericana
Tursi, Antonio D. (2005) “Introducción”, en
Maquiavelo, Nicolás, El príncipe, Buenos
Aires, Biblos
Viroli, Maurizio (2002) La sonrisa de Maquiavelo,
traducción de Atilio Pentimalli, Barcelona,
Tusquets Editores
Voltaire (2002) “Prefacio”, en Federico II de
Prusia, El antimaquiavelo, Buenos Aires,
Quadrata Editor, Colección Retrolecturas

Obras auxiliares sobre historia

Durand, Will (1960a) La edad de la fe, traducción


de C. A. Jordana, Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 2ª edición en 3 tomos
Durand, Will (1958) El renacimiento, traducción
de C. A. Jordana. Buenos Aires, Editorial
Sudamericana, 1ª edición en 2 tomos
Durand, Will (1960b) La reforma, traducción de
C. A. Jordana y Miguel de Hernani, Buenos
Aires, Editorial Sudamericana, 1ª edición en 2
tomos
Gontard, Friedrich (1961) Historia de los papas,
traducción de J. Rovira Armengol, Buenos
Aires, Compañía General Fabril Editora, 1ª edi-
ción en 2 tomos
Santolaria de Puey, José-Apeles (1999) Historias
de los papas, Barcelona, Plaza & Janés
Editores
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Symploké revista filosófica julio 2019

La matriz del cambio


Políticas públicas y tecnología
desde una perspectiva teórica
comparada
Fecha de recepción: 1 de diciembre de 2018
Fecha de aceptación: 10 de marzo de 2019
Patricio Gómez Talavera
UBA-UNSAM

Resumen Abstract

Una amplia bibliografía ha analizado los An extensive bibliography has analyzed


procesos de cambio institucional aplicado en the processes of institutional change applied in
políticas públicas desde los resultados, las ca- public policies from the results, the character-
racterísticas de los distintos modelos de gestión, istics of the different management models, the
las varianzas en la cultura corporativa y varios variances in the corporate culture and various
elementos presentes en el análisis tradicional de elements present in the traditional analysis of
la Ciencia Política. Nuestro interés se encuentra Political Science. Our interest is in the evalua-
en la evaluación de un proceso de cambio espe- tion of a specific change process (the incorpora-
cífico (la incorporación de tecnología al ámbito tion of technology to the electoral field) but not
electoral) pero no desde una perspectiva basada from a perspective based on the feasibility of the
en la factibilidad del instrumento, sino desde las instrument, but from the analytical possibilities
posibilidades analíticas que nos pueden presentar that two theories can present us, especially to un-
dos teorías en especial para comprender el fenó- derstand the phenomenon: the agent theory and
meno: la teoría del principal agente y la teoría the theory of historical institutionalism. In this
del institucionalismo histórico. En este caso, nos case, we are interested in understanding possi-
interesa comprender posibilidades, fortalezas y bilities, strengths and explanatory weaknesses of
debilidades explicativas de ambas perspectivas both perspectives to focus the process, in order to
para enfocar el proceso, en procura de detectar detect robust and parsimonious theoretical tools
herramientas teóricas robustas y parsimoniosas that allow us an analysis of institutional change
que nos permitan un análisis de cambio institu- suitable for periods of high technical potential in
cional adecuado para épocas de alta potenciali- the processes of modern public administration.
dad técnica en los procesos de la administración
pública moderna. Key words: Electoral technology, theory, institu-
tions, political change, public administration.
Palabras clave: Tecnología electoral, teoría, ins-
tituciones, cambio político, administración públi-
ca.

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Symploké revista filosófica julio 2019

El presente trabajo se desarrollará a partir política las coloca como elementos pasibles de
de la siguiente pregunta de investigación: ¿Por ser desprestigiados, aumentando la sensación en
qué sucede la aplicación de tecnología en proce- la opinión pública de falta de representatividad y
sos de selección de representantes políticos? Su transparencia. De allí que consideremos impor-
preocupación central no se encuentra en la res- tante el análisis del proceso de incorporación de
puesta al interrogante en sí mismo, sino al aná- tecnología, en el contexto de un creciente uso de
lisis de fortalezas y debilidades de dos teorías en redes sociales para la política (Navia y Ulriksen
específico: la teoría del principal-agente y la del Lira, 2014; Calvo, 2015; Alcott y Gentzkow,
institucionalismo histórico para abordarlo desde 2017). Estas iniciativas se ejecutan con el obje-
una perspectiva meramente teórica. Evaluamos tivo de generar un doble refuerzo: recuperar con-
la pertinencia del tema en referencia a como las fianza pública en las instituciones adecuando sus
concepciones teóricas se relacionan como pro- mecanismos de interlocución a los nuevos patro-
ceso de cambio en materia de política pública, y nes de consumo a la vez que se busca garantizar
como las mismas pueden variar en sus capacida- máximos de inmediatez y accesibilidad.
des explicativas aún en contexto de alta innova- En nuestro trabajo abordaremos la pregun-
ción tecnológica. ta inicial explicitando dos lecturas alternativas, y
En tal sentido, consideramos relevante haciendo evaluación de fortalezas y debilidades
este tipo de procesos de cambio institucional, que de éstas, luego de desarrollar sus características
llevan a la adaptación jurídica, política y procedi- centrales. Por último, desarrollaremos cual de las
mental de uno de los aspectos cruciales del siste- dos nos parece como más adecuada para respon-
ma político: el mecanismo de selección de repre- der certeramente a la pregunta inicialmente plan-
sentantes, afectando las reglas de ingreso y egreso teada. Las dos visiones abarcadas serán, como lo
de los puestos públicos, al alterar el esquema de explicitamos ya, la teoría de principal-agente y el
incertidumbres y expectativas inherentes al pro- institucionalismo histórico.
ceso. La democracia desarrollada en los esque- La teoría del principal-agente, surgida en
mas conocidos viene afrontando en las últimas el marco del neoinstitucionalismo económico,
tres décadas crecientes problemas y desafíos de se aleja de análisis enfocado en colectivos y en
difícil resolución con mecanismos tradicionales. conjuntos sociales jerárquicamente ordenados,
Entre ellos se encuentran claras señales de pro- y busca plantear una perspectiva contractualis-
blemas de participación y vinculación ciudadana ta, donde existe un propietario de un recurso (el
con los procesos electorales (Naval et al., 2010; “principal”) y un ejecutor que administra expec-
Print, Milner, 2009; Duke, 2008; Galston, 2004); tativas y recursos cedidos para su administración.
la proliferación de nuevas formas de asociación y El “contrato” no se limita a relaciones interperso-
participación con medios alternativos (informal nales, sino que también aparece como válido para
politics) que alteran los patrones de conducta tra- las relaciones de grupos de personas y organiza-
dicionales en el elector, aumentando el desfasaje ciones. Se parte en este caso del supuesto de que
con instituciones con diseños más clásicos (Henn tanto el principal como el agente ostentan ópti-
et al, 1999; White et al, 2000; Norris, 2002; mos niveles de información sobre las caracterís-
O´Toole et al, 2003). Esta ha dado lugar no solo ticas de su relación y del contrato que los vincula.
al desencanto en forma de caída de la participa- La particularidad de la relación reside en que el
ción, sino a liderazgos apartidarios y antisiste- agente posee conocimientos e información que el
mas totalmente distintos a los acontecidos en el principal no tiene, no invalidando la posibilidad
pasado. En muchos casos, se trata de emergen- inversa, que implicaría una relación de cesión de
tes contestatarios que irrumpen al interior de las ejecución de carácter mas subordinado. En el pri-
mismas formaciones políticas tradicionales, cam- mer escenario, las dificultades radican en la se-
biando su lenguaje y comunicación. Esto lleva a lección del agente mas competente, con el mejor
escenarios de polarización política que rebasan la grado de información en dos sentidos: en el sen-
capacidad, en muchos casos, de administración tido de las necesidades del principal, y en el sen-
de conflictos de las instituciones, las cuales pasan tido de conocimiento de la arena donde se mueve,
por test de stress comprometidos en escenarios y en la cual deberá administrar los intereses del
de alta competitividad electoral. Las fallas del principal. Este el centro del dilema: los criterios a
proceso y la propia dinámica de confrontación partir de los cuales se plantean la mejor selección
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posible del agente, sobre todo en los escenarios mentalización de incentivos y la construcción de
recurrentes donde los intereses de uno y de otro una cadena donde el burócrata rinda cuentas al
presentan divergencias que pueden afectar la fun- funcionario y el funcionario a la ciudadanía que
cionalidad del nexo. Esta dificultad se desdobla lo elige es fundamental. El autor argumenta que
en dos aspectos fundamentales: lo que podemos la teoría neoclásica, basada en actores con per-
denominar selección adversa, en primer término, fecto nivel de información y pleno conocimiento
y en riesgo moral, en segundo término. La prime- de la naturaleza de sus propios intereses, fraca-
ra se encuentra vinculada a un problema de infor- sa en sus postulados sobre mercado capaces de
mación: el principal no posee conocimiento pleno autorregularse en base a esas premisas. De esta
sobre la competencia y conveniencia del agente manera, queda planteado el campo, no ya de la
al momento de seleccionarlo. El segundo aspec- confrontación Estado contra el Mercado, sino
to, el riesgo moral es aquel al cual el principal para la concepción de instituciones específicas
se expone si por divergencia de intereses, o por que incuben los incentivos necesarios que maxi-
problemas de información o incumplimiento de mice las potencialidades del Estado como agen-
su función por parte del agente, se ve afectado en te. Uno de los componentes que el autor marca
sus intereses delegados. Esto, que puede resultar como actuante dentro del riesgo moral, es la im-
muy claro en relaciones del sector privado, donde posibilidad de tener la certeza de que, en caso la
media una remuneración, se complejiza en la ac- acción sea ejecutada por el agente en línea con
tividad estatal, donde usualmente los recursos ad- las expectativas del principal, obtendrá la con-
ministrados y los nexos entre principal y agente traprestación, simbólico o material, convenida
no están sustentados en remuneraciones, sino que previamente. Esto lleva a la problemática de los
en buena proporción por bienes simbólicos. Los compromisos que pueden no ser óptimos al tér-
mismos son de difícil y variable cuantificación, y mino del proceso. Como señala el autor:
muchas veces, sobre todo en ordenamientos de-
mocráticos a los cuales hacemos referencia, tie- Hay, por lo tanto, compromisos buenos y malos. Imagínese
nen que ver con la confianza pública y evaluacio- la siguiente situación, tomada de Calmfors y Horn (1985):
nes subjetivas de eficiencia y proximidad. Estos al comienzo de su mandato el gobierno anuncia que, si
“mercados políticos”, como los denomina North los sindicatos empujan los salarios hacia arriba y generan
(1998), se caracterizan por facetados subjetivos desempleo, él no se acomodará expandiendo el empleo pú-
y costos de transacción sujetos a altos niveles de blico. Pero llegada la época de las elecciones, el gobierno
incertidumbre. Este factor conspira ampliamente querrá ganarlas y proveerá empleo. Así, el anuncio inicial
contra la eficiencia de la distribución de recursos, no es creíble, los sindicatos presionan por aumentos sala-
y, por tanto, contra el desarrollo de relaciones riales, el gobierno se acomoda, y el resultado es subóptimo.
principal-agente exitosas. En el Estado, esta re- El gobierno debe precomprometerse a sí mismo, por medio
lación, además, se encuentra atravesada por otras de reglas o delegación, a no aumentar el empleo público
complejidades. Cualquier oficina, departamento, en la víspera de las elecciones. Este es un buen compro-
secretaría o Ministerio, puede desempeñar, a la miso. Pero supóngase que el gobierno no se comprometió
vez, las funciones de principal y agente en las di- de antemano, que los sindicatos presionaron para obtener
versas formas de relacionamiento, remuneradas y aumentos de salarios y que el tiempo de las elecciones ha
no remuneradas, que cuenta por su estatuto, de- llegado. Ahora el gobierno quiere expandir el empleo pú-
pendiendo de coyunturas y funciones. blico. Pero los sindicatos anticipan que, una vez obtenida
Estas complejidades son retomadas por la reelección, el gobierno despedirá a los nuevos emplea-
Adam Przeworski (2007), el cual marca que dos públicos. De ahí que el gobierno se comprometa a sí
“Nada garantiza, sin embargo, que la interven- mismo a no hacerlo, por ejemplo, aprobando una ley de
ción estatal de hecho será beneficiosa. Operando “inamovilidad” de los empleados públicos. Este es un mal
en un contexto de información limitada y sujetos compromiso.
a presiones por parte de intereses particulares,
los funcionarios públicos pueden no saber cómo Esto implica que, además de inversiones
-o pueden no querer- comprometerse en accio- y coyunturas irregulares que afectan el reparto
nes que promuevan el bienestar general, más de roles entre principal y agente en múltiples di-
que el de sus aliados privados o el suyo propio” recciones variables, es imposible trazar una pre-
(Przeworski, 2007, p. 403). De allí que la instru- visión de expectativas irreversible sobre la cual
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cimentar confianza y certidumbre. Tanto el prin- cuatro características fundamentales. En primer


cipal como el agente pueden obtener resultados término, el enfoque en la relación entre compor-
por debajo de sus expectativas, aún cumpliendo tamiento individual a nivel micro e instituciones a
con sus roles. El burócrata por su parte, en su rol nivel macro. En segundo lugar, enfatizan la alea-
de agente, mantiene intereses en ampliar su auto- toriedad distributiva del poder vinculadas con la
nomía, minimizando sus costes y maximizando práctica efectiva y el desenvolvimiento social de
sus beneficios. Sin embargo, estas acciones se las instituciones. En tercer término, la percepción
encuentran preñadas de incertidumbre, dado que del desarrollo institucional se encuentra condi-
la autonomía lograda puede “aparecer y desapa- cionada fundamentalmente por el path dependen-
recer. Esto es cierto no sólo debido a que las crisis cy, pero también por elementos de incertidumbre
pueden precipitar la formulación de estrategias y que determinan movimientos no previstos, que
políticas oficiales por parte de élites o administra- afectan rendimiento y contornos institucionales.
dores que de otro modo no podrían materializar Por último, el institucionalismo histórico es sen-
sus posibilidades de acción autónoma; también sible a las aportaciones que factores más difíciles
es cierto porque las mismas posibilidades estruc- de mensurar, como las ideas o la cultura, pueden
turales de acciones estatales autónomas cambian tener sobre la trayectoria y conformación de las
con el tiempo, a medida que las organizaciones instituciones. Alterando expectativas, generando
de coerción y administración experimentan trans- elementos e intervenciones que impactan direc-
formaciones, tanto internamente como en sus re- tamente en intereses, plazos y acciones, las insti-
laciones con los grupos sociales y con sectores tuciones afectan directamente el comportamiento
representativos del gobierno” (Skocpol, 2007, individual, y determinan estrategias de maximi-
p. 91). De allí la multiplicación de acciones por zación de beneficios. La interacción estratégica
parte del agente en el sentido de hacer crecer entre instituciones e individuos resulta determi-
sus disponibilidades e influencias, reduciendo al nante en este marco conceptual. Muchas de las
máximo posible los compromisos y limitaciones intervenciones generadas por las instituciones
que su relación con el principal le imponen. Por pueden tener resultado efímero, pero una porción
su parte, el principal busca reducir al máximo los significativa de esas intervenciones también pue-
costes de agencia que le impone la delegación en de implicar consecuencias de largo plazo, deter-
el agente, y receptar el máximo beneficio posible minando patrones de conducta en individuos y
de las operaciones para que la mínima parte de él colectivos que terminan prevaleciendo a lo largo
se desvíe hacia el agente. Llegado a este punto, del tiempo.
creemos convenientes marcar tres elementos para La segunda preocupación citada por el
analizar el comportamiento de los principales y institucionalismo histórico es la distribución
los agentes, como marca Acuña (2013, p. 39): 1) desigual de recursos desde las instituciones.
sus intereses 2) recursos y capacidades y 3) sus Producto de altos niveles de incertidumbre, roles
ideas, entendimientos, que implican “mapas cog- variables y dinámicas cambiantes, los intereses
nitivos, valores, identidades que los constituyen pueden obtener influencia desmedida, y generar
y atraviesan”. Los tres componentes son dinámi- un reparto de recursos desequilibrado en favor
cos, variables e intercambiables, lo que aumenta de determinados actores. Este fenómeno incluso
dramáticamente los niveles de incertidumbre que puede consolidarse y volverse un patrón recu-
tanto principal como agente deben administrar. rrente a futuro. Por otra parte, los institucionalis-
Distinto es el escenario propuesto por tas tienen, como su nombre lo indica, una visión
el institucionalismo histórico. Su planteo se en- diacrónica, enfocada en la evolución de las capa-
cuentra mas apegado a instituciones formales, a cidades, equilibrios y arreglos entre actores en el
sus estatutos y entramados jurídicos que reglan largo plazo. Este análisis lleva implícita la idea
su funcionamiento. Como marcan Hall y Taylor de que aún de repetirse mecanismos e interaccio-
(1996, p. 937), “ya no es visto como un interme- nes de idéntica configuración, el paso del tiempo
diario neutral entre intereses en conflicto, sino necesariamente lleva a resultados distintos. Aun
como un conjunto de instituciones capaces de cuando los análisis enfatizan la persistencia ins-
estructurar el carácter y los resultados de los con- titucional, su impacto en las relaciones y, sobre
flictos de grupo”. todo, en sus propias capacidades, resulta sustan-
El institucionalismo histórico parte de cialmente distinta. Es en este contexto donde las
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coyunturas críticas o puntos de cambio que repre- Estado con fuerte influencia clánica y con tradi-
sentan grandes y visibles virajes en la trayectoria ción de patrimonialismo.
de las instituciones son objeto prioritario en el Hacia finales de los 80 en Brasil se die-
análisis, aunque muchas veces no se logra con- ron una serie de eventos que, yuxtapuestos, im-
ceptualizar de manera consistente. Esta agenda plicaban una amplia prueba de stress al entrama-
engarza en planteamientos y entramados teóricos do institucional nacional. La materialización de
que buscan los efectos combinados de procesos una transición democrática construida en forma
políticos e instituciones, atendiendo la temporali- extremadamente gradual en un lapso de 12 años,
dad, dado que los análisis suelen darse en una ida entre 1977 y 1989; la incorporación de mas de
y vuelta entre dos tiempos seleccionados para su 60 millones de electores que votaban por primera
análisis (Pierson y Skocpol, 2008, pp.9-11) vez, en un país con una débil tradición asociati-
Pese a su énfasis, el institucionalismo his- va, y que carecían de antecedentes en ejercicio
tórico no considera a las instituciones como de- del sufragio en los anteriores 25 años, lo que en
terminante único de la política y las relaciones muchos casos implicaba que jamás se había vo-
conexas al Estado. De ahí que busquen incorpo- tado; un amplia mayoría de electores analfabetos,
rar, con éxito variable, elementos mas bien vincu- lo que obstaculizaba los canales de información
lados al universo cultural de las personas, como electoral de los partidos políticos y las autorida-
las ideas y las identidades. Mediante el ejercicio des electorales con la población; la existencia de
de política comparada, buscan explicaciones ma- aceitadas maquinarias a nivel de los Estados, las
cro que enlacen distintas relaciones de fenóme- cuales eran controladas por familias políticas que
nos en momentos distintos (Acuña, 2013, pp.19- ejercían tutelaje sobre el electorado, sobre todo
23). en las regiones menos desarrolladas del norte,
Yendo a la pregunta que sirve de dispara- nordeste y centro-oeste del país. La tradición de
dor para el presente trabajo, analizaremos ambas coronelismo partidario y la persistencia de con-
teorías y su aplicación. En forma recurrente, la troles por parte de grupos de influencia regional
aplicación de tecnología electoral ha estado rela- (Pang, 1979; Bastos, 1991; Faoro, 1975) impli-
cionada a estadios de pérdida o directa ausencia caban un obstáculo para la construcción de una
de confianza en las instituciones reguladores del democracia de partidos sólida, competitiva y es-
proceso, en los partidos políticos, o con la cons- table. De ahí que, a partir de 1988 en forma pun-
trucción de gobernanza en escenarios de frag- tual, y de manera más abarcativa, pero gradual
mentación de la representación, conflicto o hete- luego de 1992, se procedió a la instalación de
rogeneidad asociativa. De esta manera, Filipinas tecnología electoral en el instrumento de sufragio
avanzó hacia la consustanciación de un sistema a partir de codificación numérica de la oferta par-
de voto electrónico integrado en casi todo el te- tidaria en los distintos niveles de votación. Este
rritorio nacional (a excepción de la conflictiva sistema encontró sustento en la presencia en la
región de Mindanao, con mayoría musulmana), cultura brasileña de juegos de azar vinculados a
al término de la dictadura de Ferdinand Marcos. números, lo que facilitaba la interacción de las
La institución reguladora desde antes de la in- personas al utilizar un elemento normalizado y
dependencia nacional en 1946, la Comission of difundido en el universo cultural de la población
Elections (COMELEC) había quedado asociada electoral a incorporar.
a manipulación gubernamental de las elecciones, Por último, la crisis de representación
y carecía por completo de confianza pública. La ocurrida luego de la crisis económica de 2008 en
alta y creciente fragmentación y descrédito del España e Italia trasladó a partir de entonces un
sistema de partidos políticos filipinos los debili- malestar generalizado contra las estructuras par-
taba como actores capaces de encausar la crisis de tidarias tradicionales, jerárquicas, con fuerte in-
confianza en las instituciones (Rocamora, 1998; fluencia de sus liderazgos y escasos mecanismos
Teenhankee, 2002 y 2006; Arlegue y Coronel, de participación en la selección de candidatos.
2003). En procura de mayor rapidez, transparen- La fragmentación de los electorados, la reproba-
cia y eliminación de intermediación política, se ción de los liderazgos, el descongelamiento de
entrevió la posibilidad de la automatización del los electorados mas consolidados creó escenarios
proceso electoral, buscando neutralizar un foco de creciente dinamismo e incertidumbre. De esta
estimulante del faccionalismo político, en un manera, nuevas formaciones emergentes, como
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Podemos en España y el Movimento 5 Stelle en dar certidumbre y mejorar la información para el


Italia, apelaron a la participación del elector mas principal; 3) el concepto de riesgo moral permite
sensible al desencanto y mas afectado por la crisis acercarnos a los problemas de pérdida de legiti-
(Fernández Albertos, 2015; Biorcio, 2013). De midad de las instituciones reguladoras que deben
esta manera, apelaron a las nuevas tecnologías, garantizar imparcialidad ante los actores, al dar
estableciendo mecanismos de participación onli- cuenta de la posibilidad de intereses disímiles en-
ne (las plataformas Plaza Podemos y Rousseau, tre principal y agente y la posibilidad consecuen-
respectivamente) para dinamizar la interacción te de que esas diferencias frustren la funcionali-
con sus simpatizantes y procesos de selección de dad del nexo. Sin embargo, dicha teoría presenta
candidaturas internas y autoridades partidarias. algunos problemas que dificultan su aplicación:
Estos tres ejemplos, en contextos sumamente di- no brinda ningún elemento para pensar si la re-
ferentes entre sí, forman parte de un fenómeno lación principal-agente se está dando en forma
creciente que esta cambiando en muchos aspec- efectiva entre representado y representante, o en-
tos la interacción y las relaciones entre ciudada- tre representado y el instrumento automatizado,
nía y Estado. Desde la aplicación FixMyStreet en toda vez que la confianza y consecuente reduc-
Singapur hasta la virtualización de todos los ser- ción de riesgo moral no determina su momento
vicios públicos en Estonia, producen transforma- de irrupción. ¿el representante confía en el repre-
ciones en hábitos y patrones de comportamien- sentado por aplicar la tecnología, o confía en la
to y naturaleza de la relación principal-agente. tecnología para contener la tendencia del agente
Dicha teoría (la de principal-agente) presenta a maximizar sus intereses en detrimento del prin-
elementos que la robustecen como herramienta cipal?¿La reducción de riesgo moral se produce
de análisis de estos procesos. En un contexto de al momento de aplicación de la tecnología, o se
problemas de información y aumento de incer- trata de un hecho precedente, dado que el princi-
tidumbre por parte del principal (el electorado), pal confía en el instrumento desde antes que lo
la incorporación de la tecnología electoral puede proponga el agente?¿Hay una reducción efectiva
ser leída como dos formas de alteración de la re- del riesgo moral si la alteración en la relación se
lación de intermediación. La primera puede ser basa en el instrumento -que no modifica la esen-
que ante el creciente riesgo moral de la relación cia y el contenido de la relación, solo la forma de
representante-representado, el agente busca redu- su manifestación- sin garantizar control sobre la
cir su incertidumbre alterando la forma mediante acción?. La seguridad informática, la posibilidad
la cual el principal ejerce su decisión, para dotarla de intrusión de terceros actores en el instrumento
de mas eficiencia y transparencia. Por supuesto, por vulnerabilidad técnica, permite la alteración
esto no implica ni mayor seguridad para el agente de la voluntad del principal, y con ella, el cre-
en cuanto a certeza de recibir contraprestación, y cimiento exponencial no solo del riesgo moral,
además tampoco brinda al principal la seguridad sino también de la incertidumbre, porque afecta
de que, con la alteración del instrumento, el resul- gravemente la disponibilidad de información no
tado de la acción del agente variará positivamente solo del principal, sino también del agente. Por
con respecto a sus intereses. Pero si es asumible otra parte, la noción de agente-principal tiene
de que los actores cuentan con indicios claros de problemas operativos para reconocer la existen-
una mejora en la calidad de la información trans- cia de grupos sociales más débiles, y, por tanto,
mitida en la relación. La misma puede redundar con menor capacidad tanto de información como
en un mayor conocimiento de la naturaleza de de demanda, y, por tanto, de establecimiento de
ambos, y una codificación mas eficiente y even- relaciones principal-agente funcionales. Esto re-
tual reducción del riesgo moral. La teoría ofrece dunda en una efectiva comprensión unidimensio-
entonces la posibilidad de una interpretación que nal del poder en la sociedad que limita su capaci-
presenta aspectos útiles para el análisis: 1) Apoya dad explicativa (Lukes, 2007).
sus elaboraciones en las relaciones basadas en La perspectiva del institucionalismo his-
delegación, similar a la relación representan- tórico propone en este sentido, otros horizontes.
te-representado; 2) la necesidad de confianza que Al enfatizar el rol institucional y su impacto en el
la relación principal-agente ostenta, la misma la comportamiento individual, reconoce la posibili-
cual se busca recuperar con la automatización del dad de una acción afirmativa por parte del princi-
instrumento que otorga el mandato al agente para pal que, receptada por la institución, cuenta con
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mayores herramientas conceptuales para avanzar de eventos imprevistos, y subestima, en términos


en una modelización distinta del nexo, generan- de gestión electoral, la fortaleza de una trazabili-
do e incluso introduciendo nuevos patrones que dad robusta de los procesos en modelos de ges-
pueden prolongarse en el tiempo. Esto lo puede tión electoral consociativos, que reduce en forma
hacer producto de contar con una formulación efectiva la incertidumbre de los actores involu-
conceptual que abarca el mundo de lo identitario, crados (Hartley, McCoy y Mustillo, 2008). La
lo cultural y las ideas, motivaciones subjetivas, presuposición de relaciones directas entre com-
pero no por ello menos determinantes en la arti- portamiento individual e instituciones también es
culación y acción los actores. Eso nos lleva a otra problemática, porque no contempla las dificulta-
fortaleza teórica del Institucionalismo histórico: des de ciertos sectores de la sociedad, marginal-
el reconocimiento de distribuciones de poder re- mente dotados de bienes materiales y simbólicos
partidas sin equidad entre los actores, lo que ge- para su movilización, lo que redunda en una baja
nera asimetrías en sus capacidades de informa- politización de las problemáticas que los afectan.
ción y en sus márgenes de acción. En este senti- Esto presenta dificultades de interlocución entre
do, por ejemplo, las capacidades de instrumentar los individuos y las instituciones.
auditorías externas con técnicos especializados Por último, si bien es conceptualmente
para garantizar márgenes de seguridad confiables útil y necesario, la operacionalización de la in-
en los sistemas que aplican tecnología electoral fluencia de las ideas, los valores, la cultura y las
dependen de sus posibilidades de captar recur- identidades colectivas es poco visible a la hora
sos para financiar a dichos planteles técnicos. de responder la pregunta que nos formulamos. La
En contraste, formaciones políticas consolidadas teoría no brinda herramientas que nos permitan
con redes clientelares establecidas, extendidas vislumbrar la influencia de elementos subjetivos
y beneficiadas por la capilaridad territorial y el en un proceso de construcción de políticas públi-
paso del tiempo, cuentan con mayores posibili- cas como el que estamos haciendo referencia.
dades, en una ventaja considerable muy compleja
de revertir. Esas tramas complejas de revertir por Conclusiones
la acumulación desigual de recursos son suscep-
tibles de generar un patrón de dependencia con Pese a las objeciones enunciadas en cuan-
larga duración en el tiempo, alterando en forma to a la aplicabilidad, consideramos que, entre
sustancial y sostenida los patrones de comporta- ambas propuestas, el institucionalismo histórico
miento individual. En este sentido, un sistema de brinda las mejores herramientas conceptuales
voto electrónico mediante pantalla, en el cual el para abarcar los procesos de incorporación de
elector digite su opción mediante la imagen de su tecnología electoral. Esta observación la realiza-
candidato, alienta la personalización de la ofer- mos a partir de ciertos elementos fundamentales.
ta electoral, al incentivar la asociación colectiva Al plantear relaciones entre individuos y colec-
de una propuesta no con una sigla, organización tivos, brinda un marco más amplio a partir del
o plataforma programática, sino con una perso- cual trazar y analizar relaciones de poder, asime-
na en particular, difuminando al colectivo que lo trías, facilitando incluso elaboraciones aplicables
sostiene. Esto puede alterar, condicionar y mol- a colectivos que por su marginalidad tiene bajo
dear comportamientos posteriores, generando el acceso institucional, conceptualmente pueden ser
hábito no reflexionado al momento de elegir, de- abarcados de mejor manera que con la teoría del
bilitando instituciones representativas y facilitan- principal-agente. Al contemplar la aleatoriedad
do la personalización de la política, lo cual puede distributiva del poder, pone el énfasis en la capa-
estimular opciones de carácter autoritario, lo que cidad de influencia de los actores, perdiendo peso
sin duda no esta en los propósitos de quienes bus- las alteraciones producidas por imprevistos que
can un método para dinamizar la interacción del se generan en coyunturas críticas. Si bien esto
elector con su oferta. es cierto, el reconocimiento de las desigualdades
Sin embargo, la propuesta que susten- en la distribución y las varianzas en las dinámi-
ta el Institucionalismo Histórico tiene también cas relacionales entre instituciones e individuos
algunos inconvenientes teóricos y prácticos. El otorga las herramientas conceptuales para llenar
énfasis condicionado por el path dependency vacíos que la teoría formulada inicialmente no
(Thelen, 1999, p. 384) sobrepondera la influencia ocupa. La capacidad de algunos órganos electo-
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Symploké revista filosófica julio 2019

rales como el Tribunal Superior Brasileño para Bibliografía


anular mandatos y derribar candidaturas incluso
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52
Symploké revista filosófica julio 2019

Vida, muerte y poder


en Foucault y Derrida

Fecha de recepción: 11 de febrero de 2019


Fecha de aceptación: 13 de abril de 2019
Pedro Tenner
UNSAM

Resumen lation to a power which always already makes it


live, and which precisely will never be able to
A partir de la descripción de la biopolí- reduce death’s imminence.
tica que Foucault realiza en Voluntad de saber,
veremos que el autor considera la inherencia e Keywords: Foucault, Derrida, biopolitics, life,
incidencia del poder sobre la vida como un he- death, power.
cho sujeto a un momento histórico particular.
Asimismo, la biopolítica, en tanto permite ges- En el presente trabajo pretendemos intro-
tionar los mecanismos de la vida y “hacer vivir”, ducir el problema de la relación entre el poder, la
aparta algunas de las inminencias de la muerte. vida y la muerte en Foucault y Derrida. Para ello,
Contrapondremos esta posición a la de Derrida, analizaremos el tema del biopoder según aparece
para quien la vida como différance siempre ya en Voluntad de saber, para luego contrastarlo con
está en relación con un poder que siempre ya ciertas posiciones de Derrida referidas al poder
hace vivir, y que precisamente nunca podrá redu- y su relación con la vida. Desde luego, este artí-
cir la inminencia de la muerte. culo pretende apenas trazar los lineamientos de
un tema en el que esperamos profundizar en una
Palabras clave: Foucault, Derrida, biopolítica, investigación por venir.
vida, muerte, poder.
Biopoder y poder de différance
Abstract
Para Foucault, el biopoder se trata “de un
Starting from Foucault’s description of poder que se ejerce positivamente sobre la vida,
biopolitics as it appears in The Will to Knowledge, que se propone gestionarla, incrementarla, mul-
we’ll observe that the author considers power’s tiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y
inherence in and incidence upon life as a fact tied regulaciones generales” (Foucault, 1998: 165).
to a particular historical moment. Likewise, inas- El autor observa que hasta aproximadamente el
much as it makes possible to manage the mech- siglo XVIII el poder se ejercía fundamentalmente
anisms of life and to “make live”, biopolitics sobre la base del derecho de muerte; pero poste-
keeps at bay some of the imminences of death. riormente, se lo ejerce como una gestión directa
We will contrast this position with Derrida’s, for sobre la vida: “[El poder] ya no tiene que vérselas
whom life as différance is always already in re- sólo con sujetos de derecho, sobre los cuales la
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Symploké revista filosófica julio 2019

dominación suprema es la muerte, sino con seres différance”. En efecto, recogiendo los dos sen-
vivos, y la dominación que podrá ejercer sobre tidos del verbo francés “différer” (a saber, “di-
ellos deberá colocarse en el nivel de la vida mis- ferenciar” y “diferir”), Derrida explica que la di-
ma” (Foucault, 1998: 172). fférance política consiste a la vez en “distinción
Como resultado del ejercicio del biopo- de grupos, clases y niveles del poder [pouvoir]
der, pero también como su condición de posibili- económico-técnico-político, y delegación de la
dad, se hace énfasis en los aspectos más básicos autoridad, la potencia [puissance] diferida, aban-
de la vida humana (en sentido estrictamente bio- donada a un órgano de capitalización” (Derrida,
lógico del término). El hombre queda reducido a 1986: 170). Asimismo, Derrida señala que la es-
su condición de ser viviente o de animal: tructura de la différance política aparece en los
orígenes de la vida:
El hombre occidental aprende poco a poco en qué consiste
ser una especie viviente en un mundo viviente, tener un Toda esta estructura aparece desde que una sociedad co-
cuerpo, condiciones de existencia, probabilidades de vida, mienza a vivir como sociedad, es decir, desde el origen de
salud individual o colectiva, fuerzas que es posible mo- la vida en general, cuando, en niveles sumamente heterogé-
dificar y un espacio donde repartirlas de manera óptima neos de organización y complejidad, se hace posible diferir
(Foucault, 1998:172). la presencia, es decir el gasto o el consumo, y organizar la
producción, es decir la reserva en general (Derrida, 1986:
Asimismo, Foucault compara las con- 170).
cepciones clásica y moderna del hombre como
animal político: “Durante milenios, el hombre si- Derrida describe aquí, en términos de una
guió siendo lo que era para Aristóteles: un animal economía política, la constitución de la posibili-
viviente y además [de plus] capaz de una existen- dad de la vida como postergación de la muerte
cia política; el hombre moderno es un animal en o de la presencia, postergación posible sólo por
cuya política está puesta en cuestión su vida de medio de la introducción (o economización) de
ser viviente” (Foucault, 1998:173). Mientras que la misma muerte. Para Derrida la différance de la
en la concepción clásica la política implicaba un presencia no es algo que ocurra en la vida, sino
de plus a la condición animal, en la modernidad que ella es la vida misma.1 Ella es, de hecho, la
la política se limita a la gestión de esa condición. economía que conforma la vida, mientras que la
Para Foucault, la aparición del biopoder es un presencia es la muerte que sólo puede postergarse
hecho concomitante al proceso mediante el cual en tanto que se la introduce, es decir, en tanto que
la vida se introduce en la historia. Mientras que se la economiza y se crea una reserva. La vida
hasta entonces los fenómenos de la vida apare- depende de que se abra el espacio político en que
cían en la historia sólo bajo el aspecto de una estén dadas las condiciones de su supervivencia
muerte azarosa e indomable –como en el caso económica. Lo que Derrida llama aquí “el gasto
de una peste o una hambruna–, se trataría ahora o el consumo” [dépense ou consommation] es el
de que la introducción en la historia de “los fe- momento en que, consumida la reserva, se han
nómenos propios de la vida de la especie huma- destruido esas condiciones, mientras que la pos-
na” acontece dentro de “el orden del saber y del tergación de ese momento es el gesto de econo-
poder” (Foucault, 1998: 171). De allí que “por mización mediante el cual la vida se constituye y
primera vez en la historia lo biológico se refleja persiste.
en lo político” (Foucault, 1998: 172). Asimismo, Así, interpretado según la idea derrideana
la muerte abandona algo del carácter amenazan- de la vida como economía, el texto de Foucault
te que le daba su aspecto azaroso y fatal: como parecería decir que el aspecto determinante de la
señala Foucault, “la muerte dejó, o comenzó a biopolítica es que la política y el poder han avan-
dejar, de hostigar directamente a la vida” y “un
relativo dominio sobre la vida apartaba algunas 1 Cf. al respecto, entre otros textos, el ensayo “Freud y
inminencias de muerte” (Foucault, 1998: 172). la escena de la escritura” en La escritura y la diferencia.
Allí se dice que “indudablemente la vida se protege a sí
Por su parte, Derrida parece observar una
misma mediante la repetición, la huella, la différance. Pero
relación diferente entre la vida, la muerte y el po- hay que tener cuidado con esa formulación: no hay vida
der. En la Gramatología, Derrida introduce los primero presente, que a continuación llegase a protegerse,
conceptos de “différance política” y “poder de a aplazarse, a reservarse en la différance. Ésta constituye la
esencia de la vida” (Derrida, 1989: 280).
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Symploké revista filosófica julio 2019

zado sobre la economía de la vida. Foucault seña- transformado la vida, es decir, siempre ha sido
la, de hecho, que “habría que hablar de ‘bio-polí- una suerte de “biopoder”.3
tica’ para designar lo que hace entrar la vida y sus Pero como mencionamos, hay otra ma-
mecanismos en el ámbito de los cálculos explíci- nera en que Derrida se diferencia del concepto
tos y hace del poder-saber un agente de transfor- foucaultiano de biopolítica. En el mismo pasaje
mación de la vida humana” (Foucault, 1998:173). de La gramatología, Derrida hace mención del
Los “mecanismos” de la vida, o su economía, pa- impacto que tuvo sobre la vida la invención de
san a estar regulados directamente por el poder. la escritura en sentido estricto, como una de las
Pero precisamente, lo dicho por Derrida se dis- maneras en que una sociedad puede diferir la pre-
tingue de la idea foucaultiana de la biopolítica, y sencia y asegurar así el espacio económico para
esto en dos maneras. En primer lugar, Derrida no la subsistencia de la vida.4 Así, si bien la estructu-
parecería considerar inmediata la distinción entre ra de la différance política precede a la escritura
política y economía o entre el poder y la vida. En en sentido estricto,
efecto, Derrida observa que lo que posibilita la
vida es lo que él denomina el “poder de différan- la aparición de ciertos sistemas de escritura, hace tres o
ce” que sólo es posible en el contexto de la diffé-
rance política. Si entendemos la différance como vivir bien, también se hace por el mero vivir, pues parte
la economía intrínseca a la vida, el poder de diffé- del bien ya existe en ese mero vivir. Así, la política como
el camino hacia el vivir bien debe ser también el camino
rance no es otra cosa que un “poder economizar”, hacia la postergación de la muerte. Finalmente, c) en el
poder que se habilita sólo en el contexto político. libro I, Aristóteles señala que en cualquier multiplicidad
De allí que Derrida señale que la estructura de la habrá quien domine y quien sea dominado, y el punto de
différance política ocurre en los “orígenes de la Derrida es precisamente que la différance como economía
vida”. Puesto que esa economía es todo lo que la de la muerte depende de la introducción de diferencias
(que no son otra cosa que la muerte economizada). Así, la
vida es, no puede decirse que haya vida más allá economía que hace posible la vida no puede más que darse
de la política, ni más allá de la injerencia directa dentro de una relación de poder. La vida no es posible sin
que la política siempre ha tenido sobre la econo- multiplicidad y ésta a su vez no es posible sin jerarquías.
mía de la vida (puesto que hace posible esa eco- 3 Así, se puede cuestionar la contraposición que Foucault
nomía). La différance, es decir la economía, se da hace entre los dos momentos del poder, contraposición que
queda resumida en las ideas de “dejar vivir y hacer morir”
siempre según estructuras y relaciones de poder. frente a “hacer vivir y abandonar a la muerte”. Desde la
Toda economía es política.2 El poder siempre ha posición de Derrida, el poder siempre ha hecho vivir. Y se
podría interpretar en esos términos el poder sobre la muerte
2 Se podría observar la diferencia entre política y economía que, según Foucault, el soberano poseía: se trataría de la
en la manera en que, como mencionamos más arriba, introducción necesaria de la muerte, para diferirla. Es de-
Foucault entiende la noción aristotélica del hombre como cir, se trata de un gesto económico. Este gesto, como men-
animal político. En efecto, para Foucault, Aristóteles ve cionaremos en un momento, tiene algo de circular, pues si
la política como algo de plus, más allá de la animalidad todo lo que podemos hacer con la muerte es diferirla, esto
del hombre, o de la economía de la vida. Y es cierto que ocurre precisamente porque ya la hemos introducido para
Aristóteles distingue cuidadosamente entre el oikos (ámbi- diferirla. Eso que se ha introducido para salvar la vida está
to de la economía) y la polis (ámbito de la política). Pero siempre a punto de devorarla. Así se podría interpretar, de
se podría entender la misma idea aristotélica en el sentido hecho, la posición del soberano hobbesiano, quien sería el
de que la política es una manera particular de la animalidad vestigio de violencia necesario para mantener a raya la vio-
(es decir, en términos de Derrida, una manera particular de lencia total del estado de naturaleza. Y podría decirse que
diferir la presencia), y una manera de la animalidad que de también él “hace vivir”, pues en el estado de naturaleza ya
hecho no se da exclusivamente en el hombre, puesto que estaríamos muertos (considérese que, para Hobbes, uno de
éste es sólo el animal más político, por ser el único que los rasgos esenciales de la vida en el estado de naturaleza
tiene uso de palabra. Quizá en ese sentido es que Aristóteles es su brevedad).
sostiene que, salvo en un sentido estrictamente genealógi- 4 Esta escritura en sentido estricto es un momento derivado
co, la polis es anterior a la casa: es la polis la que abre el es- de lo que Derrida denomina escritura en general o archi-es-
pacio de la economía y por ende garantiza la supervivencia. critura: la apertura del espacio o el “espaciamiento” que
De la polis depende la autarquía, es decir, la independen- introduce violentamente en la impropiedad. Es en efecto a
cia económica. El tema, por supuesto, debería ser tratado partir de la pérdida de lo propio o la inscripción en un juego
con una profundidad en la que no nos introduciremos aquí. de diferencias que la vida es siquiera posible. Lo propio, la
Diremos sólo tres cosas: a) resulta interesante, en pos de la présence à soi, es la muerte. De allí que es fácil identificar
idea derrideana de différance, que el verbo griego arkein la idea del “órgano de capitalización” con lo que posterior-
(de donde “autarquía”) tenía originariamente el sentido de mente Derrida llamaría el archivo. La escritura en sentido
“apartar” o “rechazar”; b) Aristóteles señala, en el libro III estricto es una de las vicisitudes de la escritura en general,
de Política, que si bien la polis se instaura en pos de un y una manera particular de archivo.
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Symploké revista filosófica julio 2019
cuatro mil años, resulta un extraordinario salto en la his- el introducirla hace que sólo sea posible poster-
toria de la vida. Tanto más extraordinario cuanto que un garla, pues ella está siempre ya allí. El poder de
acrecentamiento prodigioso del poder de diferencia no ha différance, que consiste precisamente en hacer
sido acompañado, al menos durante estos pocos milenios, posible la vida, o hacer vivir, no puede ejercerse
por ninguna transformación notable del organismo. Es jus- de otra manera que postergando la llegada de una
tamente lo propio del poder de diferencia modificar cada muerte que es inminente. La vida es el espacio
vez menos la vida a medida que se extiende (Derrida, 1986: negativo que la muerte deja atrás cuando el poder
170). logra postergarla. Así, no hay un momento en el
que la muerte sorprenda al poder, como Foucault
Como vemos, Derrida reconoce que el sostiene que ocurría en las hambrunas o epide-
incremento del poder de différance está acompa- mias; por el contrario, recurrir al poder es ya ha-
ñado por una disminución de su injerencia sobre ber reconocido que la muerte siempre ya está allí,
la vida. De esa manera, Derrida no sólo sostie- amenazante. Así, si seguimos a Derrida, vemos
ne que el poder siempre ha accionado sobre la que no existe esa oposición entre el biopoder y la
vida, sino que también observa que el poder y las inminencia de la muerte. Es porque la muerte es
técnicas vinculadas a él modifican la vida en una irreductiblemente inminente que el poder siem-
medida cada vez menor. Este aspecto también se pre ya ha actuado sobre la vida.6
opone a Foucault, para quien los desarrollos de Esto no quiere decir, sin embargo, que sos-
nuevos saberes y técnicas implican un incremen- tengamos que el momento histórico que Foucault
to gradual en las transformaciones que el poder llama “biopoder” no tenga especificidad. La tie-
ejerce en la vida. ne, salvo que, si seguimos a Derrida, deberíamos
decir que se trata del momento de mayor inmi-
La inminencia de la muerte nencia de la muerte, precisamente porque el po-
der nunca se ha ejercido tan poco sobre la vida.
Ahora bien, se plantea aquí una contrapo- El hecho que Foucault observa, a saber, que el
sición interesante de remarcar. Como vimos, para hombre ha aprendido lo que significa ser un ser
Foucault el hecho de que el poder comenzara a vivo y tener un cuerpo, podría interpretarse tam-
actuar directamente sobre la vida implicaba un bién en sentido opuesto al del autor: la obsesión
desplazamiento de la relación que existía entre
él y la muerte. La muerte perdía, asimismo, algo el riesgo. Es por ello que el poder de différance es funda-
de su inminencia. Pero como vimos a lo largo de mentalmente un (im)poder. En El animal que estoy si(gui)
nuestro trabajo, la idea de Derrida parecería ser endo, Derrida observa que en esta noción del impoder “se
más bien que la différance es necesaria porque la aloja, como la manera más radical de pensar la finitud que
inminencia de la muerte es irreductible. Esta irre- compartimos con los animales, la mortalidad que pertene-
ce a la finitud misma de la vida” (Derrida, 2008: 44). Una
ductibilidad resulta del hecho de que, para diferir investigación por venir deberá seguir la huella de esta re-
o postergar la muerte, es necesario introducir la lación (im)poder-suplemento más allá de los límites de la
muerte en la vida, es decir, economizarla.5 Pero política humana, y deberá preguntar si no existe todavía un
humanismo en la posición foucaultiana, que sigue identi-
ficando “vida” con “vida humana”, “cuerpo” con “cuerpo
5 Se trata aquí de la estructura de lo que Derrida ha llamado humano”, “historia” con “historia humana”, etc.
la “suplementaridad originaria”. En efecto, en La voz y el 6 Resulta interesante considerar que la posición foucaul-
fenómeno, Derrida señala: “la adición viene a suplir una tiana de un poder que adviene y captura a una vida que lo
falta, una no-presencia a sí originaria […] la ‘presencia’ precede es interpretable en los términos de la metafísica de
del sentido y del habla [o, en nuestro caso, de una vida sin la presencia que Derrida ha criticado a lo largo de toda su
muerte] ya ha comenzado a faltarse a ella misma” (Derrida, obra. En efecto, la relación foucaultiana poder-vida se en-
1985: 145-6). Para compensar esta falencia, la vida (lo mis- cuentra en un perfecto paralelismo con la relación voz-es-
mo) debe dejar entrar su muerte (lo otro) como suplemen- critura que la metafísica ha sostenido: la idea de que la es-
to precisamente para diferirla. Pero la introducción de la critura adviene (como su muerte) a una voz pura y prístina
muerte amenaza nuevamente a la vida, que deberá intro- que la preexiste. En efecto, Foucault parecería plantear una
ducir su muerte nuevamente para diferir la muerte que ha vida que puede existir sin suplemento, previo a su otro (es
introducido, etc. La vida está siempre (a una vez) amenaza- decir, previo al poder como imposición de límites que la
da y constituida por este juego de la suplementaridad. Para gestionan, como su muerte). Derrida critica esta posibili-
compensar su falencia intrínseca, entonces, el poder de dif- dad de vida sin suplemento, incluso más allá de los límites
férance debe realizar la concesión de introducir aquello que de lo estrictamente humano. Cf. el último capítulo de la
difiere; si no lo hace, ya habrá fracasado en la postergación Gramatología, donde se dice que el animal como momento
y la vida se habrá extinguido. El poder debe correr pre-suplementario tiene un carácter mítico.
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Symploké revista filosófica julio 2019

con el control sobre la economía del cuerpo y la escritura. En efecto, Foucault observa que
vida animal es el resultado de que nunca la muer-
te se sintió como algo tan inminente, y por tanto En relación con las sociedades que hemos conocido hasta
nunca se sintió una necesidad de protección tan el siglo XVIII, hemos entrado en una fase de regresión de
localizada y minuciosa como la existente desde la lo jurídico; las constituciones escritas en el mundo entero
modernidad. Nunca la economía fue tan precaria a partir de la Revolución francesa, los códigos redactados
ni estuvo tan cerca de colapsar; o, en línea con lo y modificados, toda una actividad legislativa permanente
dicho por Derrida, nunca el poder de différance y ruidosa no deben engañarnos: son las formas que tornan
fue tan débil ni modificó tan poco la vida.7 aceptable un poder esencialmente normalizador (Foucault,
1998: 175).
La ley, la norma, la escritura
Se podría leer ese pasaje exactamente
También podría interpretarse en este según los términos de Derrida: la ubicuidad que
sentido otro de los aspectos concomitantes al ha alcanzado la escritura, junto con su influencia
biopoder, según lo entiende Foucault: la preva- cada vez menor, son el resultado de la asombrosa
lencia que gradualmente la norma adquiere por extensión de un poder que, sin embargo, es cada
sobre la ley. Para Foucault, ese desplazamiento vez más impotente a medida que se extiende.8
consiste en que “Ya no se trata de hacer jugar la
muerte en el campo de la soberanía, sino de dis- El peligro radical
tribuir lo viviente en un dominio de valor y de
utilidad” (Foucault, 1998:174). La idea del valor Es en este contexto, creemos, que puede
y la utilidad parecerían indicar, nuevamente, que inscribirse el peligro de destrucción radical y de
Foucault entiende que es sólo entonces que el un genocidio mutuo que Foucault reconoce en lo
poder se ocupa de la economía. Pero se podría que denomina “la situación atómica”. En efecto,
considerar que la normalización de la vida no es
el resultado tanto de un poder que ha cambiado su 8 Nuevamente, se trata aquí del impoder que mencionamos
lugar de aplicación, cuanto de un vacío de poder, en la nota 5. Así, mientras que Foucault describe una situa-
o al menos de una reducción considerable en él. ción en la que un cambio estratégico (i.e., abandonar lo ju-
rídico en pos de la normalización) haría más eficaz al poder,
La vida debe entonces recurrir a la norma como desde una perspectiva derrideana, en cambio, la reducción
criterio de su economía precisamente porque el a la normalización sería el resultado no de un cambio estra-
poder ya no la está modificando, o al menos tal tégico, sino de una disminución del poder de différance. O
modificación ha disminuido sus efectos drástica- al menos una disminución de la modificación sobre la vida
mente. Y precisamente por ello, su economía es por parte del poder (puesto que tal modificación se haría a
través de una escritura cada vez más abarcadora y menos
cada vez más precaria, y cada vez se encuentra eficaz). En todo caso, parecería haber una diferencia radi-
más amenazada por la inminencia de la muerte. cal en la manera en que ambos autores entienden el poder.
De hecho, es interesante que Foucault describa Foucault parece preocupado por la positividad del poder, y
el impacto cada vez menor de algo que es un ele- de hecho se opone explícitamente a la noción de un poder
mento fundamental en la filosofía derrideana: la que actuara sólo negativamente (mediante represión). De
allí, quizá, que su análisis se despliegue a lo largo de una
búsqueda de dis-positivos, quizá como la administración
7 En efecto, el fragmento que citamos anteriormente conti- de esa positividad. Para Derrida, en cambio, toda positi-
núa: “lo propio del poder de différance es justamente mo- vidad es imposible en un contexto de finitud. El poder, en
dificar cada vez menos la vida a medida que se extiende. Si tanto irreductiblemente finito, carecería de positividad.
se volviera infinito (algo que su esencia excluye a priori), Creemos que para Derrida, puesto que el poder es poder de
la vida misma sería restituida a una impasible, intangible y différance, es entonces no algo positivo sino la economía
eterna presencia: la différance infinita, Dios o la muerte” de la positividad (de una positividad tan absoluta que no se
(Derrida, 1986: 170). Derrida parece entender entonces que distingue de la negatividad). Y es precisamente por ello que
el incremento en la modificación sobre la vida, resultado de el poder es un impoder. Un poder absoluto sería la ausencia
un poder de différance que incrementara constantemente su de la necesidad de economizar. Que el poder sea poder de
influencia, implicaría una amenaza de la muerte cada vez différance implica ya que no puede: poder diferir o poster-
menor, al punto de que la vida se haría inmortal, es decir, gar es una manera de poder no poder, pues sólo se posterga
dejaría de estar amenazada por la muerte y se convertiría en aquello contra lo que no se puede. Si hay lugar para los
Dios o en la muerte misma. Por contraposición, se deduce dispositivos foucaultianos en la filosofía de Derrida, sería
que un poder que modificara la vida cada vez menos, como entonces sólo como un momento suplementario más, como
Derrida sostiene que ocurre, deja tras de sí una inminencia otra manera de compensar la impotencia inherente al poder
de la muerte cada vez mayor. y evadir la positividad que lo amenaza.
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Symploké revista filosófica julio 2019

en Voluntad de saber el autor señala que una condición precaria en la que, a cada instante,
no hemos cometido el suicidio; a cada instante
Las guerras ya no se hacen en nombre del soberano al que hemos sobrevivido a nosotros mismos. Sin em-
hay que defender; se hacen en nombre de la existencia de bargo, la extinción permanece inminente, y sólo
todos; se educa a poblaciones enteras para que se maten podemos postergarla. Se trata entonces, creemos,
mutuamente en nombre de la necesidad que tienen de vivir. de otra de las consecuencias de un poder que se
Las matanzas han llegado a ser vitales. […] Y por un giro encuentra en su momento de mayor impotencia:
que permite cerrar el círculo, mientras más ha llevado a un poder que tiene que realizar la más terrible de
las guerras a la destrucción exhaustiva su tecnología, tanto las concesiones para diferir aquello que él mis-
más, en efecto, la decisión que las abre y la que viene a con- mo introduce y que, por haberlo introducido, sólo
cluirlas responden a la cuestión desnuda de la superviven- puede diferir. Y un poder que, más que modificar
cia. Hoy la situación atómica se encuentra en la desembo- la vida o actuar directamente sobre ella, la aban-
cadura de ese proceso: el poder de exponer a una población dona cada vez más a su suerte.9
a una muerte general es el envés del poder de garantizar a
otra su existencia. El principio de poder matar para poder Bibliografía
vivir, que sostenía la táctica de los combates, se ha vuel-
to principio de estrategia entre Estados; pero la existencia Derrida, J. (1985) La voz y el fenómeno [trad.,
de marras ya no es aquella, jurídica, de la soberanía, sino Peñalver], Pre-Textos, Valencia.
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165-6). Barco y Ceretti], siglo XXI, México D.F.
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Este pasaje, y el peligro radical de mutua [trad., Peñalver], Anthropos, Barcelona.
aniquilación que insinúa, es interpretable también Derrida, J. (2008) El animal que luego estoy si(-
según los lineamientos de la filosofía derrideana gui)endo [trad. De Peretti y Marciel], Trotta.
que hemos tratado. En efecto, en algún sentido, Foucault, M. (1998) La voluntad de saber [trad.
la extinción siempre ha sido la amenaza para un Guiñazú], siglo XXI, México D.F.
poder que es tan impotente ante la muerte que
sólo puede postergarla. Sin embargo, parecería
que las condiciones del momento histórico que
Foucault llama biopolítica conllevan una suerte
de desequilibrio aneconómico que sumerge al
poder en una situación aún más precaria. La in-
minencia de la extinción ha aumentado al pun-
to de que sólo es posible mantenerla a raya si el
poder se hace de ella y la tiene a su disposición.
La capacidad técnica de gestionar la vida hacia
un suicidio total (las armas atómicas, el control
sobre la natalidad, etc.) suponen que de alguna
manera la extinción se ha introducido como una
de las posibilidades que el poder debe postergar
de manera, por así decirlo, activa y constante. De
hecho, esta introducción tiene un efecto doble:
por un lado, el poder parece quedar en control
de la extinción, y es él el que decide que la vida
no se extinga. Pero por el otro, y en tanto que
la posibilidad se ha introducido, todo lo que el
poder puede es postergar el momento en que él 9 En algún sentido, y siguiendo la idea que introdujimos
mismo termine por desencadenar la extinción en la nota 5 sobre la suplementaridad, podríamos decir lo
que está a su disposición. Así, para “contrarres- siguiente: se trata aquí del momento de mayor suplemento
y por ende a una vez del momento de mayor y menor poder.
tar” la inminencia de la muerte total, el poder de En tanto el poder ha logrado compensarse con la amenaza
différance introduce esa muerte total y la hace, atómica, asegura más que nunca la persistencia de la paz y
por ello mismo, inminente. Parecería plantearse la vida biológica; pero lo hace a costa de basar esa seguri-
dad en la más precaria de las situaciones.
58
Symploké revista filosófica julio 2019

Constant vs. Kant


La Polémica sobre
la posibilidad de justificar
un derecho a mentir
Fecha de recepción: 14 de mayo de 2018
Fecha de aceptación: 25 de octubre de 2018
Matías Araya
UNSAM

Resumen be truthful in their statements in contexts where


that person was unfairly forced was the subject
El año 1797 fue testigo de una polémi- of the dispute. Whereas Constant’s position in On
ca entre el jurista francés Benjamin Constant y political reactions has a legal focus, he then of-
el filósofo alemán Immanuel Kant. La cuestión fers an example with moral consequences. Kant,
acerca de si uno está obligado o no a ser veraz en on the contrary, always answers on the basis of
sus declaraciones en aquellos contextos donde es his philosophy of Right’s fundamental concepts
forzado injustamente fue el tema de la disputa. Si (i.e., the nature of the legal statements and the
bien la postura de Constant en De las reacciones impossibility of appealing to lying as a resource
políticas tiene un enfoque jurídico, luego ofrece in a legal context. Thus, what we suggest in our
un ejemplo con consecuencias morales. Kant, work is to make an interpretation of the positions
por el contrario, siempre responde a partir de los that Kant holds in On a supposed right to lie form
conceptos fundamentales de su filosofía del de- philanthrophy but departing from his concepts of
recho; a saber: la naturaleza de las declaraciones the philosophy of Right.
jurídicas y la imposibilidad de apelar a la men-
tira como recurso en un contexto legal. Por tal Keywords: Lie, right, ethics, Kant, Constant.
motivo, lo que proponemos en nuestro trabajo es
realizar una interpretación de la posición que sos- Introducción
tiene Kant en Sobre un supuesto derecho a mentir
por filantropía pero a partir de sus conceptos de Lo lamentable de la disputa entre
la filosofía del derecho. Constant y Kant no es lo que fue sino lo que pudo
haber sido; porque pudo haber devenido en un
Palabras clave: Mentira, derecho, ética, Kant, debate acerca de los principios que rigen y regu-
Constant. lan la vida en sociedad, acerca de los principios
del derecho. Pero no, eso no sucedió. Y eso no
Abstract es todo: años más tarde, algunos intérpretes de
esta polémica fueron los responsables de trans-
The year 1797 witnessed a controversy formarla en escándalo. Creemos que Constant y
between the French jurist Benjamin Constant and Kant dialogan acerca de un mismo asunto, pero,
the German philosopher Immanuel Kant. The desde diferentes enfoques: Constant sostiene que
question about someone being obliged or not to los principios morales son aplicables si y solo si
59
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se lo hace a través de principios intermedios; y, a poco al momento de descender a la casuística


además, específicamente el principio moral que que propone el jurista francés. Pero sucede que,
declara que es un deber decir la verdad debe a nuestro juicio, el error consiste precisamente
cumplir la condición de que aquellos a quienes en realizar una valoración desde la lectura desde
se dirige deben tener derecho a la verdad. Kant, aquellos textos, dejando de lado la riqueza que
por el contrario, reprocha que el deber de la ve- contienen los escritos jurídicos, porque efecti-
racidad en las declaraciones no está limitado por vamente ese horizonte inmediato es el que tiene
esa condición. Parte de la crítica que se hizo eco en vista Kant cuando responde a Constant2. Ya
de esta polémica realizó una valoración de ella habiéndose ocupado en otros textos del carácter
desde la literatura en la cual Kant discute temas amoral de la mentira, Kant se ocupa aquí de las
éticos, inclinando la balanza a favor de la postura secuelas legales que ella implica.
del jurista francés, y entendiendo que su escrito
estuvo orientado a una crítica directa a la filoso- Cuestiones preliminares
fía moral de Kant. La mentira no es una máxima
universalizable, ergo la mentira en cualquier con- En el año 1789 Constant publica De las re-
texto y bajo cualquier circunstancia debe ser pe- acciones políticas, escrito que trata acerca de las
nada. James E. Mahon1 relata que el tratamiento reacciones políticas sucedidas en Francia luego
que hizo el filósofo alemán del asunto dio como de la revolución. El capítulo que contiene la alu-
resultado que parte de los estudiosos del criti- sión a Kant versa sobre los principios sociales y
cismo lo acusen de sufrir histeria, es decir, una la posibilidad de su aplicabilidad. Allí el autor
especie de trastornos que conllevan una serie de sostiene lo siguiente:
fallos en la memoria, consciencia o percepción
de la realidad. Otra de las acusaciones que recibió Por ejemplo, el principio moral que declara ser un deber
fue que, a partir de su “mal genio en su avanzada decir la verdad, si alguien lo tomase incondicional y ais-
edad”, su ensayo “repele fanatismo”. Por último, ladamente tornaría imposible cualquier sociedad. Tenemos
y es quizá la más dura de las acusaciones (tanto la prueba de ello en las consecuencias muy inmediatas que
por lo que implica como también por lo que re- un filósofo alemán sacó de ese principio, yendo hasta el
vela de la lectura de Kant por parte de quien la punto de afirmar que la mentira dicha a un asesino que nos
profiere), Michel Onfray (2009) sostiene que el preguntase si acaso un amigo nuestro, perseguido por él, no
formalismo kantiano es teóricamente compatible se refugiaba en nuestra casa, sería un crimen.3
con un sistema de gobierno autoritario, tal como
el nazismo. No nos detendremos en esta última La acusación a Kant es de no considerar
acusación, por dos motivos: en primer lugar, por- que los principios generales de la convivencia
que Kant no necesita defensa; la totalidad de su humana necesitan, necesariamente, de principios
obra está disponible como su mejor argumento intermedios que nos orienten en su aplicación ya
contra esta acusación. En segundo lugar, porque que, de lo contrario, se cometerían hechos graví-
emplear el termino «nazismo» en cualquier con- simos como el caso en el que hay que decirle la
texto que no sea el de la segunda guerra mundial verdad a un asesino que persigue a su víctima.
nunca puede devenir en un decente intercambio Si bien el contenido de De las reacciones polí-
de ideas. ticas es principalmente jurídico, es evidente que
Volviendo a lo que nos cuenta Mahon, en- en el ejemplo que utiliza se ponen de manifies-
tendemos que se produjo una valoración produc- to valores morales. Es curioso el hecho de que
to de un desplazamiento desde el derecho hacia Constant atribuya a Kant el ejemplo más arriba
la ética, los cuales, si bien son géneros vecinos,
poseen diferentes ámbitos de aplicación. Claro, 2 Wood (2007) sostiene que todo deber jurídico genera, por
la ética siempre estuvo en el menú de la filosofía su parte, un deber ético; porque respetar el derecho innato
de Kant; y probablemente esta inercia que impri- a la libertad es un deber ético que se fundamenta en el de-
me toda su obra pueda sugerirnos que los funda- recho a la humanidad.
3 Constant, Benjamin. De las reacciones políticas, pág. 18-
mentos de la filosofía moral kantiana tienen sabor 19, citado en Garcia, Eloy (Ed.) (2012). ¿Hay derecho a
mentir? (La polémica Immanuel Kant –Benjamin Constant
1 Mahon, James. (2009). The truth about Kant on lies en sobre la existencia de un deber incondicionado de decir la
Clancy Martin (Ed.), The Philosophy of Deception (p.201). verdad). Madrid, España: Tecnos
Oxford: Oxford University Press.
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citado, porque no se encuentra en los textos que y no admite limitación, por cualquier especie de
él ha publicado. Pero más curioso aún es el hecho conveniencia, lo siguiente: ser verdadero/verídi-
de que Kant recoja el guante y lo haga suyo: la co (honesto) en todas nuestras declaraciones.”6
respuesta de Kant no se hizo esperar y tuvo lugar Estas respuestas ofrecidas, sumadas a la diversi-
en la publicación de un ensayo intitulado Sobre dad de situaciones posibles con las que uno se
un supuesto derecho a mentir por filantropía. En podría encontrar a fin de evitar mentirle al ase-
este ensayo su autor indica no recordar dónde sino que golpea la puerta hizo que gran parte de
fue que ha mencionado esa hipotética situación, los comentadores posteriores tomara partido por
pero sin embargo la reconoce como de su propia Constant; y que de ello devenga, además, el ca-
autoría. Lo cierto es que Kant nunca afirmó tal tálogo de valoraciones absurdas que indicamos
hipotética situación. Lo más parecido al ejemplo anteriormente.
de Constant lo encontramos en la segunda parte
de la Metafísica de las costumbres, la Doctrina ¿Hay derecho a mentir?
de la virtud4, pero lo cierto es que Constant nunca
pudo haberse referido a ese apartado por la sim- A partir de una lectura más cuidadosa de
ple razón de que se publicó un año más tarde de la bibliografía kantiana tenemos al menos dos
que él publicara su propio escrito: De las reaccio- pruebas de que la clave de lectura de aquel ensa-
nes políticas fue publicada en mayo de 1796 y la yo podría no ser la que el sentido común sugiere
Doctrina de la virtud fue publicada en agosto de en una primera impresión. Una de esas pruebas
1797. es directa, es decir, se encuentra en el propio tex-
En Sobre un supuesto derecho a mentir to: durante el transcurso de toda la exposición
por filantropía Kant se cuestiona si un hombre, Kant hace referencias explícitas que dan cuenta
cuando no puede evitar una respuesta, tiene el del tono jurídico de su argumentación. Tomemos
derecho de no ser veraz en sus declaraciones; y solo algunas como ejemplo: 1. inmediatamente
se cuestiona también si tiene el derecho de no ser después de afirmar que la veracidad en las decla-
veraz en sus declaraciones aun cuando sea cons- raciones es un deber formal para con cualquier
treñido por una coacción injusta o aun cuando otro, Kant, en una nota al pie, repone: “No puedo
de su respuesta se siga una amenaza contra un retorcer aquí el principio hasta el extremo de ha-
tercero. La respuesta es categórica: no hay lugar cerle decir «la falta de veracidad es la transgre-
para las excepciones, ni para pretextos ni cir- sión del deber hacia uno mismo». Este principio
cunstancias atenuantes de carácter filantrópico. pertenece a la ética y aquí se trata de un deber de
La verdad debe ser dicha. “La veracidad en las derecho […].”7 2. “[…] hago, en aquello que a
declaraciones que no se pueden evitar es un deber mí se refiere, que las declaraciones no tengan en
formal del hombre con relación a cualquier otro, general ningún crédito, y por tanto, también que
por mayor que sea el perjuicio que se deduzca de todos los derechos fundados en contratos desa-
esta conducta para él o para otra persona […].”5 parezcan y pierdan su fuerza, lo que supone una
El texto alcanza su máximo pico de tensión cuan- injusticia causada a la humanidad en general.”8 3.
do Kant sentencia: “Es por tanto un sagrado man- “Pero esa mentira bondadosa puede también re-
dato de la razón, que ordena incondicionalmente sultar por accidente punible según las leyes civi-
les […].” Por último 4. “Por consiguiente, quien
4 “Cuando digo algo falso en asuntos serios, en que se trata miente, por más bondadosa que puede ser su in-
de lo mío y lo tuyo, ¿he de responsabilizarme de todas las tención, debe responder por las consecuencias de
consecuencias que resulten de ello? Por ejemplo, el dueño su acción, delante del tribunal civil, y arrepentir-
de una casa ha dado orden de que, si cierto hombre pre-
guntara por él, digan que no está en casa. El criado lo hace,
se de ellas, por más imprevistas que puedan ser
pero con ello da lugar a que aquel se escape y cometa un […]”9
gran delito que, de lo contrario, hubiera impedido la guar- La otra prueba con la que contamos y que
dia enviada contra él. ¿En quién recae aquí la culpa (según también nos da la pauta de cómo entender la res-
principios éticos)? Ciertamente también sobre este último, puesta de Kant la encontramos en las Lecciones
que violó un deber para consigo mismo con una menti-
ra, cuyas consecuencias le atribuye su propia conciencia
moral.” Metafísica de las Costumbres, Madrid, Tecnos, 6 Op.Cit. pág. 30
2008 (trad. castellana de Adela Cortina Orts y Jesús Conill 7 Op.Cit. pág. 28.
Sancho, Metaphysik der Sitten), 431. 8 Íbidem.
5 Op.Cit. pág. 28 9 Op.Cit. pág. 30.
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de ética; allí, precisamente en el apartado que uno es forzado injustamente, siendo que de esa
trata acerca de los deberes éticos para con los de- respuesta depende una amenaza a un tercero. La
más, se nos dice: respuesta ya la adelantamos más arriba: es no; no
hay derecho a mentir. ¿Y por qué motivo no somos
Supongamos que al preguntarme alguien: «¿llevas dine- poseedores de ese derecho? Es decir, si la ética
ro encima?», de no responder, infiera de mi actitud que lo nos autoriza a mentir siempre y cuando la mentira
llevo, si contestase afirmativamente, me lo quitara y, res- oficie como una defensa contra aquel que quiere
pondiendo que no, mintiese; ¿qué debo hacer en este caso? hacer un mal uso de nuestro testimonio, ¿por qué
En cuanto me vea coaccionado a contestar por la fuerza, motivo el derecho no nos autoriza a obrar de la
sepa que se va a hacer un uso impropio de mi testimonio misma manera? Respondamos estos interrogan-
y no me quepa escudarme en el silencio, la mentira apa- tes, entre otras cosas, haciendo un recorrido por
rece como una defensa; en una declaración obtenida bajo la Doctrina del derecho. En primer lugar, cabe
amenaza y de la cual se hará un mal uso estoy autorizado a señalar que «mentira» es un término técnico en
defenderme, pues no existe ninguna diferencia entre que se Kant, que podríamos definir como una declara-
consiga con malas artes mi confesión o dinero. Por lo tanto, ción no sincera cuyo propósito es que sea creída
el único caso en que está justificado a mentir por necesidad como verdad. Es también la intención deliberada
se produce cuando me veo coaccionado a declarar y estoy de comunicar falazmente los pensamientos, pero
asimismo convencido de que mi interlocutor quiere hacer con la intención de que estos sean creídos como
un mal uso de mi declaración.10 verdaderos12. La primera condición que debe
cumplirse entonces en una mentira es que previa-
Incluso haciendo una lectura mal inten- mente exista una declaración. «Declaración» es
cionada de Sobre un supuesto derecho a mentir otro termino técnico en la filosofía de Kant, y re-
por filantropía, es revelador lo que nos enseña la fiere a una aseveración emitida en un contexto en
cita anterior. El ensayo no da cuenta de cómo ac- el cual es posible responsabilizar jurídicamente
tuar cuando un asesino nos golpea la puerta desde al hablante sometiéndolo al cumplimiento de los
un punto de vista ético por la sencilla razón de cargos civiles o penales que correspondan13. A tal
que esa respuesta ya fue dada en otro contexto, aseveración se le exige veracidad con el fin de
precisamente en uno de aquellos donde se discu- garantizar la libertad de todos bajo una ley uni-
ten y analizan situaciones a partir de conceptos versal. Una segunda condición que debe cumplir-
éticos11. Si entendemos la razón práctica como se es que la declaración sea efectivamente creída
todo aquello que contiene (o puede contener) una como falsa por la persona que la profiere; i.e., no
determinación de la voluntad, entonces ahora la es necesario que aquella declaración sea efectiva-
ética cede el mando a su vecino, el derecho. La
pregunta que se nos abre ahora es si uno tiene 12 En lo que compete a los fines de este trabajo, nos inte-
el derecho a mentir en aquellos contextos donde resan las mentiras en tanto que lesionan la libertad de otro,
en tanto que dañan a otro en su derecho. Las mentiras que
10 Lecciones de ética, Madrid, Austral, 2017 (trad. cas- el derecho procura censurar son aquellas que despojan a
tellana de Roberto Rodríguez Aramayo y Concha Roldán uno de algo que es de su propiedad, sea esto un objeto o el
Panadero, Vorlesungen über Ethik), 448-449. compromiso a obrar de cierto modo estipulado previamen-
11 Wood (2007) trae en este punto la postura de T. Schapiro. te; aquellas que despojan a uno de una decisión que está
Aquel acuerda con este en que es esta una respuesta válida facultado a tomar; y aquellas que socavan directamente las
al asesino que golpea la puerta y sostiene además que es condiciones mismas sobre las cuales el derecho puede sus-
la única excepción al deber de no mentir. El fundamento tentarse. Esta distinción también se encuentra presente en
que ofrece Schapiro es que el asesino, al manifestar sus Metafísica de las Costumbres 429; allí leemos: “La mayor
intenciones, se sitúa por fuera de un sistema de derecho; de violación del deber del hombre para consigo mismo, con-
manera que desde allí ya no se encuentra en condiciones de siderado únicamente como ser moral (la humanidad en su
exigir una declaración. De eso se desprende que, por fuera persona), es lo contrario de la veracidad: la mentira (aliud
de un sistema de derecho, la mentira como tal carece de lngua promptum, aliud pectore inclusum gerere). Es evi-
implicancias jurídicas y por ello está autorizada. Creemos dente que, en la ética, que no autoriza algo por el hecho
que esta postura supone que un sistema de derecho solo de que sea inofensivo, ninguna falsedad deliberada, al ex-
se compone de agentes con buenas intenciones, de mane- presar los propios pensamientos, puede rehusar este duro
ra que, si así lo fuera, ¿cuál sería el papel que cumple la nombre (que en la doctrina del derecho solo lleva cuando
justicia y la legislación vigente? Por el contrario, creemos lesiona el derecho de otros).”
que el sistema de derecho es quien debe resarcir y penar a 13 Adherimos en este punto a la postura de Wood (2007),
los agentes que lo componen a partir del resultado de sus quien señala que muchos de los detractores de Kant pasa-
distintos tipos de interacciones. ron por alto el significado técnico del término.
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Symploké revista filosófica julio 2019

mente falsa, sino que alcanza con que se crea que encima de la vida de quien se refugia en nuestra
lo es para comunicar precisamente lo contrario. casa? Estas preguntas se enlazan con las que nos
La tercera condición que debe cumplirse es que hicimos más arriba. La respuesta de Kant a la hi-
exista una real intención de que la declaración pótesis del asesino es, en realidad, un muy mal
proferida sea creída como verdad; es decir, que ejemplo para dar cuenta de una lesión de mucho
haya una clara intención de engañar acerca de los mayor impacto que la lesión hacia un tercero. Lo
contenidos de aquella declaración14. Bajo estas que Kant enseña es que la mentira, considerada
condiciones, podemos afirmar que una mentira como una injusticia en grado sumo, sin impor-
en sentido jurídico es una declaración falaz a una tar si efectivamente lesiona o no los derechos de
persona particular (o grupo de personas) con la un tercero, lesiona a la humanidad en general en
intención de que esa declaración sea creída como tanto que hace inutilizable la fuente del derecho;
sincera. No debemos perder de vista que Kant se atenta directamente contra su posibilidad15. La
pregunta por las consecuencias que pueden de- gravedad formal de la mentira es mucho más per-
rivar de una mentira en relación con el fallo de judicial que la gravedad material cometida hacia
un tribunal de justicia. Y ese es otro punto adi- un tercero en tanto que atenta contra la humani-
cional que nos permite hacer una lectura jurídica dad en general, lo que supone poner en riesgo
de su ensayo: el móvil de la acción no puede ser la posibilidad de resarcir cualquier injusticia; es
legislado externamente, precisamente porque el decir, supone quebrantar la condición de que to-
derecho no necesita de la adhesión interna de sus das las injusticias puedan resarcirse, y eso atenta
participantes; al momento de impartir justicia un contra la libertad de todas las personas. Pero el
tribunal no se sirve de la moralidad las acciones ejemplo del asesino supone una declaración exi-
sino únicamente de la legalidad de ellas. Solo gida bajo amenaza por alguien que no es una au-
en un estado jurídico están garantizados los de- toridad, de lo cual se desprende que tal coacción
rechos, tanto los innatos como los adquiridos; y invalida, de antemano, el carácter de la propia de-
es la iustitia distributiva la que distribuye dere- claración. Por lo tanto, en este tipo de contextos,
chos a partir de la ley, la cual no puede violar o uno queda habilitado a recurrir a la mentira como
transgredir el derecho innato a la libertad. Si por autodefensa siendo que se pretende hacer un mal
haber mentido al asesino que golpea la puerta, es uso del testimonio que se pretende obtener.
decir, si por haber hecho una declaración falaz Retomando lo que nos pretende enseñar
con la intención de que sea creída como verdad, Kant, la actividad que mejor nos permite com-
la persona que se refugia en mi casa se escapa prender la situación de daño a la humanidad en
sin haberme yo enterado y es encontrada por el general es el juego. En todo juego, y principal-
asesino, quien finalmente perpetra su crimen, yo mente los de competencia, existen reglas (escritas
soy jurídicamente responsable de ello ante un tri- o no) que buscan asegurar la igualdad de oportu-
bunal. De modo similar, por ejemplo, si alguien nidades y ordenar su desarrollo. Los participan-
me pregunta por determinada ubicación y yo, tes actúan de manera libre, pero bajo ciertas con-
conociéndola, en vez de comunicarla de manera diciones y regulaciones que son indispensables
sincera transmito intencionalmente una informa- para el ejercicio lúdico; actúan bajo el acuerdo de
ción falaz y producto de mi transmisión la per- ciertas normas y principios previamente acorda-
sona sufre algún tipo de perjuicio, también me dos. Las reglas son inseparables de esta actividad,
convierto en responsable directo de lo sucedido. así como el derecho es inseparable de la posibili-
En ambos casos, de haber sido sincero y sin im- dad de coaccionar. Pero si alguno de los partici-
portar las consecuencias de los hechos, la justicia pantes actúa de algún modo no regulado, i.e., si
publica no podría castigarme. ¿Y por qué motivo hace trampa, no solo comete un perjuicio contra
Kant pone el acento sobre el fallo de un tribunal alguno o algunos de los participantes, sino que en
de justicia? ¿Pregona acaso por el cumplimento
de la ley por la ley misma, sin importar lo que 15 “Así pues, la mentira, definida simplemente como de-
pueda estar detrás? ¿El propósito de no lesionar claración intencionadamente falsa dirigida a otro hombre,
no necesita el complemento de que tenga que perjudicar a
ni vulnerar los derechos del asesino se pone por otro, como lo exigen los juristas para su definición (menda-
cium est falsiloquium in praeiudicium alterius). Pues siem-
14 Si bien no es posible garantizar que todas las declara- pre perjudica a otro, aunque no sea otro hombre, sí es la
ciones sean verdaderas; sin embargo, es posible garantizar humanidad en general, en cuanto hace inutilizable la fuente
que todas ellas sean veraces. de su derecho.”
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cuanto estos se enteran se destruye la posibilidad un deber ético que el hombre tiene para consigo
misma de continuar con el juego. No puede exis- mismo, y la lesión a la humanidad en general se
tir actividad lúdica si las actitudes de los partici- produce con esa transgresión.
pantes comprometidos en ella socavan los funda-
mentos sobre los cuales ella se sustenta. Del mis- Conclusión
mo modo, no puede sostenerse una sociedad civil
si las actitudes de sus ciudadanos atentan contra Durante el recorrido del presente escrito
el derecho, que es la fuente sobre la cual aquella no buscamos clausurar el debate, sino que nos
se erige y se regula16. El cumplimiento de la vera- propusimos relanzarlo pero orientado en una
cidad en las declaraciones, entonces, es un deber nueva dirección. Intentamos dejar en eviden-
indispensable para la existencia misma del dere- cia por qué debe leerse jurídicamente Sobre un
cho, a partir del cual se deriva el resto de las obli- supuesto derecho a mentir por filantropía, y en
gaciones jurídicas. No debemos perder de vista solidaria relación con la Doctrina del Derecho.
que existe un principio que regula la coexistencia De todas maneras, tampoco pretendemos negar
de las distintas libertades en un mismo contexto: que del tópico tratado por Kant no se desprendan
el Principio Supremo del Derecho: “Una acción consecuencias morales. Pero más bien nos intere-
es conforme a derecho (recht) cuando permite, o sa destacar que la naturaleza de las declaraciones
cuya máxima permite a la libertad del arbitrio de jurídicas y la imposibilidad de apelar a la mentira
cada uno coexistir con la libertad de todos según como recurso en un contexto legal tienen como
una ley universal.”17 Este principio como tal solo trasfondo el hecho de que es un derecho de la hu-
puede operar en un contexto legal, de manera que manidad en general dejar el estado de naturaleza
por tal motivo Kant pone el acento allí; es en este y vivir en sociedad, dado que es de la única ma-
tipo de contextos donde puede asegurarse el de- nera en la cual se puede garantizar la propiedad
recho a la propiedad privada y la coexistencia de privada y la coexistencia de todas las libertades
todas las libertades; y este tipo de contextos es externas. A partir de la posibilidad de no ser veraz
el que ejerce la coacción para acatarlos. El sis- en una declaración, Kant sostiene que de ello se
tema del derecho contractual está sustentado en sigue que uno admite la posibilidad de privar a
la veracidad de las declaraciones de los contra- todas las declaraciones de su carácter veraz; caso
tos, de manera que una mentira daña a otro en su contrario, ¿cuál sería el limite o la unidad de me-
derecho (lo daña en el ejercicio de su libertad) dida de hasta donde uno puede permitirse no ser
porque, como ocurre en el juego, una declaración veraz? El deber de ser veraz en las declaracio-
en un contexto legal implica siempre pretensión nes se convierte en la base de todos los deberes,
de verdad; es una aseveración en la cual uno está puesto que, de lo contrario, si se admitiera que las
autorizado a confiar y a obrar en consecuencia al declaraciones en general pudieran no ser veraces,
contenido de tal declaración. Desvirtuando las la veracidad en los contratos sería socavada, y so-
condiciones bajo las cuales podemos coexistir cavados los derechos que se basan en contratos,
confiando unos en otros, se atenta contra la pro- y en consecuencia la sociedad civil, en tanto que
pia humanidad; y quién miente en un contexto se sostiene en contratos que aseguran derechos.
legal, como representante de la humanidad en su Lo que pone en juego Kant es la esencia contrac-
persona, es proporcionalmente responsable de tual que nos permite entrar y vivir en sociedad.
desvirtuar aquellas condiciones de convivencia. Sin embargo, se nos abren otros interrogantes que
Lo que pretende explicitar Kant en su ensayo es exceden los propósitos de este escrito; a saber:
que la veracidad en las declaraciones es un de- ¿es posible pensar un sistema de derecho perfec-
ber jurídico que tenemos para con todos los hom- tamente aplicable que carezca de motivaciones
bres. No obstante, aun cuando la mentira sea un éticas? ¿Es posible pensar el derecho sin la ética?
recurso de autodefensa, en su ejercicio se viola ¿Realmente es posible, como nos invita a pensar
Kant en Sobre la paz perpetua, que con el dere-
16 Un ejemplo similar podemos encontrar en el ejercicio de cho es posible gobernar un pueblo de demonios,
la libertad. El suicidio es condenado por Kant precisamente
porque es un acto libre en el cual se utiliza la libertad con-
con la condición de solo posean entendimiento?
tra ella misma; es decir, se usa la libertad, único derecho
innato, como destrucción de la vida, que es la condición
material sobre la cual se produce el ejercicio de la libertad.
17 Op. Cit. 231.
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Symploké revista filosófica julio 2019

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Symploké revista filosófica julio 2019

Humanismo y técnica
Notas en torno a La revolu-
ción existencialista (1952) de
Carlos Astrada
Fecha de recepción: 22 de diciembre de 2018
Fecha de aceptación: 28 de marzo de 2019
Martín Prestía
UBA-IDAES/UNSAM-CONICET/IIGG

“Todo lo que fue Astrada, los estratos pas o estratos filosóficos de Astrada pugnan con
ideológicos que había atravesado (...), estaban mayor fuerza. Si la obra de un autor puede pe-
siempre a flor de piel, acumulados y en pugna en riodizarse, diríamos que es fecundo pensar a La
cualquier punto del presente. Los abismos irre- revolución existencialista (1952) como un texto
sueltos de su procedimiento teórico (...) parecen de transición en el devenir intelectual de Carlos
constituir el alma y la forma de su obra, antes Astrada, la acumulación y tensión de una serie
que el obstáculo que la disuelve por inármonica” de lecturas y reescrituras que se plasman en el
(González, 2007: 135). Tal descripción de la obra cénit de su recorrido vital. Inscripto en los deba-
–y la vida– de Carlos Astrada se verifica en su tes de la segunda posguerra en torno al problema
mismo trabajo escritural. No se trata únicamente del «humanismo», el texto de Astrada se trata, en
de una cuestión de contenido: su permanente re- primer lugar, de un ajuste de cuentas con Martin
edición y reescritura, la fundición y refundición Heidegger, su maestro de Friburgo, y el conse-
de su producción en nuevos moldes –con párra- cuente despliegue de problemáticas y categorías
fos que se reiteran luego de más de cuarenta años–, de la filosofía hegelo-marxiana, que el pensador
la reinterpretación y re-inscripción de su propia argentino conoce bien desde hace varios años
obra en cada ademán que va realizando y que lo pero que recién en este momento –en que con-
lleva, como en un vaivén incesante, a través de sidera estéril el giro [Kehre] de su maestro– co-
diversos signos políticos –en los que ve clarear mienza a asimilar a su visión general del existen-
la aurora de la redención humana– no son obra cialismo. La sombra de Friedrich Nietzsche –via-
ni del oportunismo ni del capricho editorial, sino jero que acompaña a Astrada desde su juventud,
de la incesante búsqueda de coherencia a que se y a quien le ha dedicado un visceral trabajo en
ve auto-exigido un pensador de su talante. La re- 1945– sobrevuela esta obra, y se cristaliza en mo-
escritura de su propia obra y vida –que acometió tivos y temáticas, además de en su orientación y
echando al olvido gran parte de su producción tono general.
juvenil, quizás sometiéndola a la roedora crítica
de los ratones– no puede sino leerse en esta mis- Humanismo como rescate del hombre
ma clave y, aunque le hubiera pesado al propio
Astrada, también allí podría reconstruirse un del- El libro de Astrada comienza constatando
gado hilo que unifique en tensión su pensamien- el carácter agonal de la época en que vivimos, en
to. que se juegan el ser del hombre –su humanitas– y
Hemos escogido un texto en que las ca- su libertad (Astrada, 1952: 7). La situación his-
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tórica presente ofrece un resquicio, una abertura, puesto que todo “reino de los fines” –valores,
por la cual puede ingresar el hombre a través de ideales, representaciones– o toda estructura ob-
una decisión existencial para alcanzar su salva- jetiva –cristalizaciones de relaciones sociales, ya
ción, entendida ésta como la reconducción a la sean el Estado, la religión institucionalizada, la
plenitud de su ser. Se trata del kairós, en su do- técnica, la economía, etc.–, es decir, todo aque-
ble acepción de «oportunidad» e «imperativo de la llo que integra el espíritu objetivo, es creación
hora». del hombre, concreción de su potencia creativa,
La relación entre esos dos caracteres en de su praxis social. La historia, así, es autopro-
el hombre –su humanitas y su libertad– que, en ducción del hombre. Historicismo, entonces, ya
recíproco condicionamiento, se juegan en la tem- que todos los elementos que integran el espíritu
poralidad finita de la existencia humana, condi- objetivo son momentos de un devenir histórico,
ciona el paso de la virtualidad a la efectividad, la surgieron históricamente y, por ello mismo, son
cual se produce en virtud de una praxis históri- pasibles de perecer. Están lanzados al «acaso»,
co-existencial y una decisión voluntaria. He aquí pura contingencia. Inmanentismo, finalmente,
una concepción de libertad positiva en el hombre pues la actividad del hombre como motor de la
que, en razón de su finitud, es capaz de imponer- historia se produce en el más extremo más acá,
se su propio destino y serle fiel. Su humanitas es no hay ninguna instancia supraterrena que rija u
una virtualidad, puesto que el hombre proyecta organice la existencia humana, que encuentra la
una imagen de sí mismo por la cual logra re-co- posibilidad de su pleno despliegue al asumir su
nocerse en su mismidad; en ese movimiento lo- finitud. “La verdadera filosofía (...) es la que con-
gra mediatizar las estructuras objetivas que se le duce al hombre al encuentro de su finitud, a la au-
aparecen como potencias extrañas. Así, su praxis todeterminación que le permite tener un destino”
es “raigal”, porque va a la raíz del hombre, que (Astrada, 1952: 90). Los ídolos de barro entre los
es el hombre mismo: el humanismo de la libertad que el hombre transcurre sus días no vienen sino
que propone Astrada implica el rescate del hom- a confirmar que éste se halla huérfano de toda
bre de todas las estructuras objetivas en que se instancia trascendente: él los ha colocado allí y
halla auto-enajenado pero que, sin embargo, debe en ellos ha depositado sus potencialidades creati-
atravesar, pues se le imponen producto de la épo- vas, auto-enajenándose.
ca en que se encuentra inmerso. Frente a algunas lecturas de Marx que han
El hombre debe señorear su aquí y ahora privilegiado una interpretación determinista del
y para ello “no tiene otro camino que el del nihi- modo en que la estructura económico-social con-
lismo (...) como etapa necesariamente previa a su diciona el devenir histórico, Astrada contrapone
recuperación” (1952: 9). Nihilismo que, a la vez una revalorización de las capacidades humanas
que niega los valores heredados del platonismo de intervenir en su circunstancia, recuperándose
–la trascendencia, pero también todo desdobla- de la auto-enajenación que representa tal prima-
miento del mundo que enajene al hombre, vol- cía de la estructura en la cual se halla inmerso. La
viéndolo un predicado de sus objetivaciones–, se anotación astradiana de que algunas aristas del
afirma en una nueva situación existencial, condu- pensamiento del Marx de El Capital presentan
ciéndonos hacia una nueva imagen del hombre. a un hombre enajenado en categorías económi-
Se trata, entonces, de un nihilismo activo, en el cas que devienen el sujeto de la marcha histórica
que va cifrado el carácter práctico-prospectivo de (Astrada, 1952: 144) permitiría volver a acercar
la filosofía, que alcanzará su “transubstanciación a Astrada al Gramsci crítico de Nikolái Bujarin.
en carne y sangre” (1952: 13) al hacerse cuerpo La economía capitalista condena al hombre a una
en las masas que trashuman explotadas y apátri- existencia deshumanizada, en la cual los frutos
das en el horizonte epocal que se recorta ante la de su trabajo se le aparecen como objetos extra-
mirada del filósofo. ños, y de la cual debe recuperarse. Ajeno a todo
El pensamiento de Astrada se presenta, determinismo, Astrada reivindica al hombre y su
para usar el lenguaje de Antonio Gramsci, como praxis como epicentro del devenir histórico.
un humanismo, historicismo e inmanentismo ab- En paralelo a estos argumentos, Astrada
solutos (Gramsci, 2008: 168-9)1. Humanismo, criticará de Heidegger lo que entiende como una
“mitologización” del ser. Para Astrada, el segun-
1 El diálogo es habilitado, creemos, por la inclinación ha-
cia el marxismo que el pensamiento astradiano está toman- do desde finales de la década de 1940.
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do Heidegger ha traicionado el pensamiento de está dirigida a la producción de bienes para la sa-


su obra señera –Sein und Zeit–, descendiendo tisfacción de las necesidades humanas–, la época
por la cuesta de la ontización del ser. Ubicándolo moderna pone al hombre de cara a la punzante
en los orígenes preteridos del hombre –y a los cuestión de si la técnica es un medio para el des-
cuales éste habría de volver–, el pensamiento de pliegue de sus potencialidades vitales o si, por el
Heidegger encalla en un mutismo ensordecedor a contrario, erigida en fin, no mediatiza al hombre
la hora de dar cuenta de las condiciones objetivas irremediablemente, deshumanizándolo. La técni-
de la vida del hombre de esta época. El segundo ca proviene de la vida pero se vuelve un anta-
Heidegger es, para Astrada, un pensador arcai- gonista del hombre, que yace ante ella inerme y
zante. Su crítica a la concepción heideggeriana auto-enajenado.
de la técnica corre paralela a esta caracterización. Astrada avanzará en una crítica a dos con-
En ese sentido, antes de avanzar en la pregunta cepciones de la técnica diametralmente opuestas
por el sujeto político concreto de aquella pra- pero igualmente inoperantes de cara a establecer
xis, desarrollaremos el problema de la técnica en la relación de aquella con los límites y posibili-
Astrada, por ser una de las estructuras objetivas dades de un programa de vida humano. En pri-
fundamentales del hombre de su tiempo –que, en mer lugar, criticará a Henri Bergson y Heidegger
términos metafísicos, no es otro que el nuestro. como representantes de una negación romántica
de la técnica, de la cual ilusoriamente creen po-
Humanismo y técnica sible sustraerse. Tal posición, que pareciera des-
conocer que el hombre, en la situación histórica
Para Carlos Astrada –y el autor argen- presente en la que se halla inserto, vive en medio
tino toma aquí expresamente los desarrollos de de la técnica, sólo puede conducir a una opción
Oswald Spengler–, la técnica proviene de la vida, existencial de fuga individual. En segundo lugar,
como una adaptación del hombre al medio. La criticará a la posición del positivismo cientificis-
técnica tiene raíces que no son técnicas, que de- ta y utilitario, que ha erigido a la técnica en el
bemos buscar en otro lugar. Como una táctica altar de una religión secular por la cual el hom-
de la vida entera, la técnica es, ante todo, lucha, bre se vuelve un mero medio de fines sobre los
manifestación de la voluntad de poderío que se cuales no tiene capacidad de decisión –la marcha
afirma frente a la naturaleza. Pero la cultura fáus- incesante de un Progreso que diluye su humani-
tica implica un particular trastocamiento de la dad. La técnica y sus objetivaciones son parte del
relación del hombre con la naturaleza, que “no medio circundante del ser humano de la época
había de seguir siendo saqueada en sus materias, moderna. De lo que se trata, para Astrada, es de
sino que había de ponerse en tensión, con todas encauzar conscientemente la voluntad de poderío
sus fuerzas, sometiéndose al yugo y realizando de la cual la técnica es una manifestación, trans-
trabajo de esclava, para multiplicar el poder del formando su signo y reconduciéndola hacia fines
hombre” (Spengler, 1963 [1932]: 80; énfasis ori- humanos.
ginal). Este funcionalismo que la técnica adquie- El desarrollo argumental de Astrada se
re en la Modernidad –y la consecuente organi- topa con el problema acuciante de las condiciones
zación del hombre, que trabaja para la técnica y del hombre en la era atómica que acaba de abrirse.
vive de ella (87)– conduce a la era de la máquina, No es una fatalidad que la energía nuclear haya
de la cual el hombre se torna un esclavo y con la sido convertida en arma de destrucción masiva,
cual comienza, para Spengler, el ocaso fatal de sino una decisión del hombre, que por esa vía se
Occidente. dirige a su autodestrucción: pura voluntad de im-
Aquí se distancia Astrada del diagnóstico potencia. La historia está aún abierta, y depende del
del autor alemán, por motivos filosóficos –su ra- hombre su resolución. Por esa razón, pese a re-
biosa oposición a toda forma de teleología–, pero cortarse sobre un horizonte en que relampaguean
también políticos. El funcionalismo de la técni- los rayos gamma de las bombas de Hiroshima y
ca nos obliga a indagar en “las consecuencias de Nagasaki, la posición de Astrada aparece hoy día
la técnica con relación al destino del hombre, al lo suficientemente optimista como para permitir
despliegue o frustración de sus posibilidades in- una sospecha. La técnica, como remate y depura-
manentes” (Astrada, 1952: 148). Aliada definiti- da manifestación de la voluntad de poderío, ¿es
vamente con la economía –en tanto y en cuanto pasible de reconducción a los seguros puertos de
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la redención humana? ¿No existe algo en la téc- y como ha sido desarrollada hasta el momento,
nica misma –y el modo en que se ha desarrollado no es una instancia neutra sino que en ella misma
en la Edad Moderna, como adalid de una incesan- radica el conflicto político. Los avances científi-
te revolución de los medios de producción– que cos y tecnológicos no pueden ponerse al servicio
imposibilita su concepción de “medio” sin más? de los dominados –llámense éstos proletariado,
Otros textos nos permiten un reparo o, pueblo o clases subalternas– como si de un ins-
más bien, una imagen más acabada –y, por ello, trumento se tratase, pues en ellos mismos está
más justa– del pensamiento de nuestro autor. En inscripta la huella de la dominación, que conduce
un lejano 1925, en un pequeño ensayo intitula- a la creación y reproducción de “gorilas amaes-
do La deshumanización de Occidente, el filósofo trados”.
argentino intentaba una interrogación por el des- ¿Es lícita esta crítica al pensamiento as-
tino de la civilización occidental, dominada por tradiano? Creemos que sí, en tanto y en cuanto no
el fastuoso gólem de la técnica. Allí, un por en- opaque las líneas esenciales de sus argumentos, y
tonces joven Astrada se detenía receloso ante la permita una profundización de los alcances de su
sospecha: ¿es que la técnica puede, acaso, huma- filosofía. En otras palabras, una crítica del espec-
nizarse?2 Esta interrogación y su desarrollo son tro optimista de la neutralidad e instrumentalidad
transcriptos en su ensayo sobre Nietzsche, veinte de la técnica no debe hacernos olvidar el gesto
años después, en los que Astrada pone de mani- astradiano fundamental: la postulación de una ra-
fiesto el modo en que la técnica en la Modernidad dicalizada autonomía existencial del hombre, la
mecaniza y mutila al hombre, lo vuelve un mero reivindicación del mismo como epicentro de la
engranaje de la gigantesca máquina de la produc- historia, conductor de su vida y decisor de su des-
ción capitalista. No se trata simplemente de una tino. De manera complementaria, la senda abierta
metáfora: al interior de la fábrica el obrero trans- por Gramsci y el operaismo –y también por algu-
curre sus días en una existencia alienada, ajeno a nos pensadores de la heterogénea corriente deno-
toda decisión sobre el proceso de producción y minada ecosocialismo– conduce a la afirmación
los frutos de su trabajo. La ciencia, por su parte de que es necesario crear un nuevo tipo de técnica
–que se ha desarrollado como subsidiaria de la para la salvación humana.
técnica–, tiene reservado a los hombres un igual
destino: la especialización y su barbarie. La “ci- ¿Qué sujeto político?
vilización moderna” impide una concepción inte-
gral del hombre. La postulación de la autonomía existen-
Ni el texto de la década de 1920 ni su re- cial del ser humano nos conduce a la pregunta por
elaboración atisban a resolver aquella pregunta el sujeto político del humanismo de la libertad
agónica. Planteada en esos términos, la técnica de Carlos Astrada. Para nuestro autor, el hombre
–del modo en que se ha desarrollado en la Edad es capaz de proyectarse desde su historicidad e
Moderna– no podría ser erigida sin más como “instaurar un reino objetivo del espíritu [que] le
inocuo medio de fines humanos, puesto que lleva permite, en cada momento de su devenir, ser sí
en su seno el germen de la “deshumanización”. mismo, aprehenderse en su propia mismidad”.
Por esta senda han avanzado algunos teó- De ese modo, “sólo tiende a aferrar su identidad
ricos marxistas pertenecientes a la corriente ita- (...), plasmándola en una imagen consistente y
liana del operaismo –tales como Antonio Negri, estable de sí mismo, en una idea de su «huma-
Mario Tronti o Raniero Panzieri, entre otros. El nitas»” (Astrada, 1952: 199; énfasis original).
propio Antonio Gramsci nos brinda argumentos Esa nueva imagen del hombre reclama, frente a
para la cuestión aquí planteada, en algunas ano- la parcialización de la vida a la que conducen la
taciones críticas al sistema taylorista que realiza técnica y la ciencia en la Modernidad, una con-
en su largo cautiverio. La técnica, en su maridaje cepción integral del mismo.
con la economía, expresa una de las estrategias Las preocupaciones por la cuestión nacio-
por las cuales el capital logra sujetar al trabajo. El nal afloran aquí en Astrada. El hombre universal,
tan mentado desarrollo de las fuerzas productivas cosmopolita, que había erigido el racionalismo
nos conduce a la conclusión de que la técnica, tal ilustrado como imagen de sí mismo –y, digámos-
lo al pasar, como imagen legitimadora de la civi-
2 Para algunos sugerentes desarrollos en torno al problema lización burguesa en ciernes– es una entelequia,
de la técnica en el joven Astrada. cf. López (2010: 94-5).
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una abstracción. Frente a él, Astrada reivindica pensamiento de un autor como Astrada nos obli-
un hombre arraigado a su suelo, atado vitalmente ga a enfrentarnos a la punzante cuestión de cómo
a una nacionalidad, “con un repertorio instinti- dar con un mito capaz de movilizar y cohesio-
vo y emocional de preferencias históricamente nar las voluntades, una identidad colectiva que
condicionadas”, con una razón no ajena a la “rea- pueda re-ligar lo disperso ¿Es posible pensar, en
lidad histórica y psicovital de las comunidades los términos de Astrada, en un espíritu objetivo
nacionales, de las clases, de las constelaciones que traduzca la particularidad histórica de cada
raciales” (Astrada, 1952: 194). En la «accesión a pueblo, cuando éstas se hallan amenazadas por la
lo ecuménico» que prefigura Astrada, el hombre homogeneización de la era global —nueva itera-
realiza su humanitas sólo en tanto y en cuanto ción de la apatridad? ¿Cómo desplegar la técnica
se mantiene unido a su tradición histórica y su por fuera de los marcos de la maximización del
sustrato telúrico y vital. La universalidad de la capital, contribuyendo a un programa de vida al
Humanidad se realiza a través de la particulari- servicio de lo humano? Más aún: ¿cómo sinteti-
dad de cada pueblo. zar una humanitas que no sea más que el resulta-
Para Astrada, el sujeto colectivo capaz de do de la nivelación del mercado y la promoción
encarnar la praxis raigal del hombre –tendiente a de su tipo humano: el individuo-consumidor? El
superar la serie de estructuras objetivas en que se pensamiento de Astrada, revisitado, contribuye a
halla auto-enajenado– es, precisamente, el pue- entender que la presunta muerte de los grandes
blo político. El pueblo, en tanto “síntesis y uni- relatos –que habilitan (a) los sujetos colectivos
dad de las clases y su estructura económica” es la emancipadores– no es sino la contracara de un
natura naturans política, agente del devenir his- discurso que confina al hombre a la fatalidad de
tórico que se vuelca en el molde de un Estado, no lo dado, librado a potencias extrañas que respon-
concebido ya como un mecanismo externo, sino den, ésas sí, a intereses de sujetos concretos.
como expresión del propio pueblo y la comuni-
dad nacional (Astrada, 1952: 188). En ese sen- Bibliografía
tido, son especialmente sugerentes las alusiones
de Astrada a los “mitos impulsores [y] humana- Astrada, C. (1925). “La deshumanización de
mente prospectivos” (1952: 161). Aunque excede Occidente”. En Sagitario nº2, La Plata.
por mucho las pretensiones y alcances de este tra- _________. (1952). La revolución existencialis-
bajo, dejamos constancia de que con ello puede ta. Buenos Aires: Nuevo Destino.
reinscribirse la obra que ha escrito apenas cuatro _________. (1945). Nietzsche, profeta de una
años antes, El mito gaucho (1948) –intento de edad trágica. Buenos Aires: La Universidad.
(re)fundación de la nacionalidad argentina–, en González, H. (2007). Restos pampeanos. Buenos
el marco del humanismo de la libertad, nombre Aires: Colihue.
que Astrada otorga a su filosofía3. Gramsci, A. (2011). Notas sobre Maquiavelo,
Astrada escribía, como él mismo recono- sobre la política y sobre el Estado moderno.
ce, en la época de las masas. “Sobre el horizon- Buenos Aires: Nueva Visión.
te del presente (…) no son figuras determinadas López, M. (2010). Hacia la vida intensa. Buenos
las que se recortan, sino masas en movimiento, Aires: Eudeba.
masas apátridas que marchan a la conquista del Spengler, O. (1963 [1932]). El hombre y la técni-
hogar de su humanidad” (1952: 12). Es lícito aún ca. Buenos Aires: Ver.
preguntarnos por los alcances del humanismo en
la sociedad de la información en que vivimos,
donde la figura de las masas parece haber perdi-
do potencia política. En otras palabras, volver al

3 También podemos encontrar pasajes similares en el tex-


to sobre Nietzsche de 1945 y en el propio La revolución
existencialista, en las críticas al “mito del ser” regresivo
de Heidegger y, por oposición, su mención a los “mitos vi-
vientes prospectivos”. Aquí no podemos más que apuntar
y sugerir este problema, que es parte de una investigación
más extensa en la cual nos encontramos trabajando actual-
mente en el marco de una tesis de posgrado.
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Mouffe, Chantal
Por un populismo de izquierda
Traducción de Soledad Laclau
Buenos Aires
Siglo veintiuno editores, 2018
ISBN 978-987-629-870-4
Fecha de recepción: 29 de mayo de 2019
Fecha de aceptación: 22 de junio de 2019
Agustina Victoria Arrigorria
UBA

Chantal Mouffe​(17 de junio de 1943, y “La construcción de un pueblo”. Al final, no


Charleroi) es una filósofa y politóloga belga sólo encontramos la conclusión teórica junto a
mundialmente reconocida, en la actualidad traba- un exordio para la acción, sino también un anexo
ja como profesora del Departamento de Ciencias teórico con los dos conceptos más importantes
políticas y de Relaciones Internacionales en la para comprender la obra de la autora: el enfoque
Universidad de Westminster en Londres. Escribió antiesencialista en la política y la concepción
y compiló una decena de libros, entre los que se agonista de la democracia.
destacan Agonística: pensar el mundo política- El objetivo explícito de Chantal Mouffe
mente y Hegemonía y estrategia socialista (escri- en este libro no es el de realizar otra contribución
to junto a su compañero de vida Ernesto Laclau). teórica sobre el populismo, sino ofrecer una es-
Sus mayores contribuciones teóricas se enmarcan trategia política adecuada para llevar adelante un
dentro del giro antiesencialista político, en el cual populismo de izquierda, en sus propias palabras.
desarrolló sus concepciones sobre hegemonía po- Dicha estrategia debe basarse en la construcción
lítica, pluralismo agonístico y democracia radi- discursiva de un pueblo que pueda restablecer
cal. la articulación entre liberalismo y democracia
Traducido al castellano por Soledad negada por el neoliberalismo, otorgando mayor
Laclau y presentado por Siglo Veintiuno en protagonismo a los valores democráticos y arti-
octubre de 2018, este libro fue publicado en culándolos también con cuestiones ecológicas y
Argentina apenas tres meses después de su pu- sociales.
blicación original en Inglaterra. Es quizás la ur- A través de un breve recorrido por sus
gencia por la reflexión, el compromiso político anteriores trabajos con la explicación de sus co-
y ese miedo siempre latente de que la filosofía rrespondientes objetivos y contextos históricos,
llegue tarde para pensar y actuar en el mundo lo políticos y filosóficos, la autora nos introduce en
que hace necesario que este texto pueda ser leí- su obra actual por medio de un giro performá-
do para intervenir directamente en su contexto de tico: autoproclamada en otras ocasiones como
enunciación. posmarxista, Mouffe parece rescatar en su último
Tras una breve pero intensa introducción trabajo la idea de praxis, abogando por un texto
al presente texto y con un repaso de su obra en que por momentos funciona casi como un mani-
general, Mouffe dispone la lectura en cuatro par- fiesto y que llama no sólo a interpretar el mundo
tes: “El momento populista”, “Para aprender del sino a transformarlo, desenmascarando la preten-
tatcherismo”, “Para radicalizar la democracia” dida quietud del pensamiento hegemónico para
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Symploké revista filosófica julio 2019

realizar un llamado a la acción. La fuerza perlo- dinación.


cutiva del texto le permite funcionar en sí mismo Concluyendo su último libro, la autora
como una forma de intervención política. vuelve sobre los conceptos que ha trabajado a lo
En relación al marco teórico, nuestra au- largo de toda su obra: la naturaleza partisana de
tora delimita su campo de estudio a la compren- la política, la necesidad de generar un agonismo
sión actual de la coyuntura política en la Europa nosotros-ellos que no se vuelva un antagonismo
occidental, donde avista una crisis de hegemonía amigo-enemigo, la revalorización de la lógica
liberal instalada desde los años ‘80. El contexto afectiva en los lazos sociales y la recuperación de
vigente presenta un modelo al que Mouffe deno- los valores democráticos y su profundización a
mina posdemocrático, donde el liberalismo como través del carácter colectivo de la política. Es por
pregón hegemónico se ha ido reduciendo progre- ello que añade un anexo teórico de gran impor-
sivamente a la esfera económica, relegando todos tancia que permite trazar el mapa conceptual de
sus tradicionales estandartes culturales y políti- su libro y de su obra en general, pero también de
cos, junto con un paulatino avance del proceso de sus influencias y sus interlocutores.
oligarquización de las sociedades occidentales. Sumamente breve pero intenso, el último
Este escenario abre la posibilidad efectiva para libro de Chantal Mouffe ofrece al lector, adentra-
profundizar el discurso democrático a través de la do o no en su filosofía política, todas las claves
construcción de un discurso populista de izquier- necesarias para aprehender la coyuntura política
da. actual europea bajo un marco teórico antiesencia-
Para una efectuar una construcción fructí- lista. Con carácter pragmático y de ágil lectura,
fera de dicho discurso, nuestra pensadora consi- este texto conjuga a la perfección la explicación
dera necesario aprender de la experiencia tatche- de un marco teórico previamente desarrollado
rista que constituyó una derrota para la izquierda por la autora con un llamado a la reflexión y a
a nivel global. Por este camino, explora cuáles la acción de las masas en un contexto político
fueron las bases y efectos que tuvo dicha expe- particular, donde el neoliberalismo parece haber
riencia, concluyendo la necesidad de abandonar entrado en crisis luego de décadas de exitoso des-
la posición esencialista que impidió a la izquierda pliegue de sus posibilidades y límites discursivos
aprehender su dimensión hegemónica. Entendida ¿será este el momento, será este el camino para la
en este sentido, la construcción del pueblo no construcción de un populismo de izquierda?
debe apelar solamente a la identidad de los tra-
bajadores, sino que también debe contener en su
discurso la especificidad de las distintas deman-
das democráticas, generando así una subjetividad
de ciudadanos frente a la subjetividad neoliberal
de consumidores. Para consumar dicha cons-
trucción bajo la lógica populista, no alcanza con
generar una mera definición identitaria, sino que
es necesario también poder construir una fronte-
ra política que logre definir un adversario, rom-
piendo con el consenso pospolítico entre la cen-
troderecha y la centroizquierda que supone que
la democracia debe alcanzar permanentemente
acuerdos, subsumiendo los agonismos políticos.
Un punto interesante para analizar la pro-
puesta de radicalización de la democracia en cla-
ve posmarxista es aquel donde Mouffe explica
cómo deben darse las luchas contra las formas de
subordinación: ellas no pueden tener efectividad
como resultado directo de la propia situación de
sometimiento, por lo que deben anclarse en un
discurso democrático que posibilite un exterior
donde se interrumpa el mismo discurso de subor-
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Symploké revista filosófica julio 2019

Marta Palacio (editora)


Neo-materialismo
Buenos Aires
Prometeo libros, 2018
ISBN: 978-987-574-946-7
Fecha de recepción: 25 de marzo de 2019
Fecha de aceptación: 28 de abril de 2019
Nicolás Leandro Fagioli
UBA

La reflexión filosófica de la primera déca- máticas como el feminismo, la cuestión ambien-


da del milenio recién comenzado ha sido, al me- tal y la aparición de nuevos desafíos éticos y po-
nos en su pretensión, fuertemente rupturista. Este líticos.
giro en el rumbo del pensamiento fue signado, en Dichas cuestiones resultan omnipresentes
gran medida, por un renovado interés por un tópi- en Neo-materialismo, la selección de reflexio-
co que ha preocupado, e incluso atormentado, al nes realizada por Marta Palacio, Doctora en
pensamiento desde la antigüedad: la cuestión de Filosofía, periodista y docente de la Universidad
la materia. Posicionar esta problemática nueva- de Córdoba. Editada por Prometeo Libros, la
mente en el campo de batalla implica, necesaria- obra fue fruto del trabajo realizado en el proyecto
mente, una reconsideración del plano ontológico “La concepción de la vida humana y su lugar en
en un universo filosófico que, desde Descartes, y el cosmos según el Neo-materialismo” radicado
gracias a la inconmensurable presencia de Kant, en la Facultad de Lenguas de la universidad an-
ha ponderado la reflexión epistemológica por so- tes mencionada. A través de sus siete escritos se
bre las viejas querellas metafísicas. Sin embargo, reflejan los variados y complejos intereses que
lejos de poseer un afán restaurador, este nuevo comprende el nuevo pensamiento materialista,
interés en adentrarse en la noche de la materia reuniendo disciplinas y generando encuentros
implica también revolucionar las consecuencias entre posiciones muchas veces sensiblemente di-
éticas, políticas, estéticas y antropológicas de vergentes.
dicha reflexión. Este último plano resulta fun- Apenas comenzada la introducción, su
damental y particularmente afectado dado que, compiladora deja en claro el interrogante que
proponer el salto hacia la materia implica necesa- intentará resolverse a través de los diferentes ar-
riamente un cuestionamiento del lugar del exis- tículos sin excepción: ¿de qué modo puede con-
tente humano con respecto a los demás entes. Es cebirse un planteo metafísico en tiempos pos-me-
así que los nuevos materialismos se inscriben en tafísicos? En la base de esta respuesta descansan
la reflexión posthumanista cuyos puntos nodales dos condiciones que fundamentan cualquier ca-
podemos ubicarlos en la filosofía de Nietzsche y mino posterior: por un lado una concepción in-
el antihumanismo de la segunda mitad del Siglo manentista y monista de la materia, por el otro, la
XX. Esta inflexión material del posthumanismo consideración del “flujo autopoiético” (2018: 10)
resulta no sólo un aporte a la crítica del lugar del que reconoce en la materia capacidad de agencia.
humano con respecto al resto de los entes sino, En estos dos pies de apoyo se sostiene el víncu-
necesariamente, una reconsideración de proble- lo materialismo-posthumanismo, y el desplaza-
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Symploké revista filosófica julio 2019

miento del existente humano como determinante relación con la Tierra y sus semejantes.
del edificio metafísico. De aquí en más, “es el En concordancia con el ensayo anterior,
cosmos entero que en cuanto ser viviente, mate- y acentuando sensiblemente la tonalidad teológi-
rialidad viva, es el eje articulador del todo (2018: ca, “La ‘conversión’ como producción simbólica
11). de una mística ‘ecológica’” de Sergio A. Navarro
El primero de los artículos, “Diez tesis apunta a la interpretación en clave materialista y
sobre biología y política: Consideraciones con- ambientalista de la Carta Encíclica Laudato Si del
ceptuales, metodológicas y biopolíticas” escrito Papa Francisco (2015). A través de una serie de
por Samantha Frost y editado originalmente en tres movimientos, el autor detalla lo que denomi-
inglés en 2017, establece una serie de nociones na un discurso “socioambiental” de la Carta, en
fundamentales orientadas a reflexionar en torno el cual se intenta armonizar el lenguaje religioso
al vínculo del ser humano y su ambiente evitando con el científico-ecológico. Dicha convivencia de
el marco conceptual de la interacción. Esta últi- discursos se sintetiza en la noción de “conversión
ma noción presupone la idea de una integridad ecológica”, la cual funciona como foco de atrac-
del sujeto que, ya conformados y establecidos ción de diferentes perspectivas en apariencia dis-
sus límites, se pone en contacto con determinado tantes.
hábitat. A través de diez tesis, la autora pondrá El trabajo de Paula Nuñez “Planteos críti-
en duda esta frontera analizando el accionar de cos del ecofeminismo sobre la vida en el planeta.
elementos biológicos y culturales en procesos Una mirada situada en la Patagonia”, circunscri-
permanentes de composición y descomposi- be el interrogante por la materialidad a un área
ción, disolviendo el binomio naturaleza-cultura y específica con problemáticas propias. La autora
cuestionando la separación entre un adentro y un indaga en el vínculo entre la humanidad, la ani-
afuera del existente humano. malidad y el paisaje para describir un escenario
El escrito de Charles T. Wolfe, de mixtura, que redefine la construcción identita-
“Materialismos nuevos y viejos” intenta proble- ria, el vínculo con la memoria y el lugar del hu-
matizar una de las banderas que enarbola cual- mano como agente de cambio.
quiera de las vertientes de los nuevos materialis- El último de los escritos, “Orphan Black:
mos para resaltar su carácter disruptivo en la his- genes, clones y la pregunta sobre lo humano
toria del pensamiento: la noción de una materia desde el neo-materialismo” de María Victoria
activa y dinámica contra la pretendidamente an- Sánchez, aborda la cuestión del materialismo to-
tigua concepción de una materia pasiva e inerte. mando como objeto de indagación la conocida se-
La crítica de Wolfe no niega la existencia de dos rie televisiva canadiense. La figura del clon será
puntos de vista claros con respecto a la materia el núcleo de reflexión para repensar el lugar del
sino más bien apunta a derrocar el carácter dia- humano en un nuevo paisaje que abre interrogan-
crónico de aquella clasificación. De este modo, el tes éticos, políticos y ontológicos. Feminismo,
autor propone repensar la división entre antiguos tecnología y posthumanismo se entrecruzan en
y nuevos materialismos renovando los criterios este escrito entrando en tensión con la cuestión
que los definían, reivindicando a su vez la visión del vínculo entre lo material y lo discursivo.
activa de la materia como muy anterior a lo que En conclusión, la compilación resulta
generalmente se la considera. una puerta de entrada al materialismo filosófico
En el tercero de los ensayos, titulado “El contemporáneo y a sus diversas ramificaciones
ser humano en un universo evolutivo e interrela- y maneras de abordarlo. Asimismo, deja bien en
cionado”, su autora María José Caram reflexiona claro el cómo y el por qué este tipo de reflexión
en torno a la comprensión del ser humano ana- filosófica apunta directamente a cuestionar el pa-
lizando la cosmovisión científica contemporánea radigma antropocéntrico, generando la necesidad
en armonía con una perspectiva teológica que de repensar la noción de lo humano y su lugar
dialoga con dicho paradigma. A partir de este con respecto al resto de lo existente.
diálogo y manteniendo el equilibrio entre ambas
concepciones del mundo, Caram concluye en la
disolución de la oposición entre espíritu y mate-
ria y, directamente asociado con esto, el descen-
tramiento del ser humano que conlleva una nueva
74
Symploké revista filosófica julio 2019

Reseña
“El dulce amargo, canciones
de Safo”*

Fecha de recepción: 24 de julio de 2018


Fecha de aceptación: 10 de agosto de 2018
Agustina Elena Marazzato
UBA

Es domingo a la tarde y, por alrededor de ma que nos llega completo- De verdad morir yo
una hora, la zona de Abasto se convierte en la quiero (canción íntima valseada); Epitalamio
Isla de Lesbos, la luz se extingue y entre fuga- (ranchera de bodas); La pasión (poema erótico
ces resplandores se escucha una lira, divina lira por antonomasia); Se adorna de colores vario-
que oficia como instrumento que nos conecta en pintos (allegro de naturaleza primaveral); Dos
el aquí y ahora con aquella poeta enigmática del pensamientos (una duda y cuatro traducciones
siglo VII a.C, Safo. posibles) –donde, con gracia, la cantante pide
“¿Quién fue Safo? ¿Una heroína trágica ayuda entre el público a entonar los puntos sus-
que se arrojo de la piedra del Léucade por un hom- pensivos “mmm”, que aluden a estas versiones
bre? ¿Una feminista, acusada de ser fea, pequeña del poema– Tango de la Ira (celos, desprecios e
y oscura? ¿O una enamorada de las mujeres y la imprecaciones varias); Más blanca que la leche,
belleza?”. Así inaugura Daniela Horovitz su be- más tierna que el agua (canción de amor modal
lla obra musical nacida del fruto de un encuentro para las bellas); Y voy a acostarme sola (bolero
azaroso con un libro de la poetisa, hace más quin- del gluku-pikron); habla la lira divina/ Al Olimpo
ce años, en las librerías de la calle Corrientes: Final.
“Yo te buscaba y llegaste/ y has refrescado mi Cada acto, es acompañado, además de la
alma/ que ardía de ausencia” cita Daniela en el mencionada (y protagónica) lira, por la guitarra,
programa del espectáculo, que invita a perderse el turbulento piano, las maracas o hasta el repicar
en el misterio. de platos rotos. Los instrumentos ayudan a dra-
Bajo una puesta en escena sobria, un ves- matizar los momentos y a enmarcar las palabras
tuario etéreo y una musicalización excepcional, que evocan los sentimientos que Safo impregna
la protagonista logra hacer aparecer a Safo, quien en su poesía.
viaja a través de los siglos, para hacerse presente Como en un ensueño, el espectáculo llega
a los espectadores porteños a través de milongas, a su final y, tras el aplauso merecido y acalorado,
rancheras y boleros. la protagonista y el director Juan Parodi se pres-
La obra se divide en once actos, en los tan a una charla con el público proveniente de
cuales Horovitz, vocaliza con talento algunos las cátedras de Griego y Filosofía Antigua de la
los poemas del material fragmentario que nos ha Universidad de Buenos Aires, UNSAM y Caece,
llegado de la poeta de Lesbos: Al Olimpo (aire convocados por la Profesora Mariana Gardella
de huayno con lira); Oda a Afrodita (milonga de Hueso. Todos los comentarios y felicitaciones se
amor campero) -vale decir que es el único poe- aúnan en un pensamiento: la alegría de ver este
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Symploké revista filosófica julio 2019

material “fuera de la académica” interpretado con


tanta pasión y esmero.
Vale señalar que la obra concluyó sus
funciones el 24 de junio de 2018 en el teatro El
extranjero, y sus realizadores están en el umbral
de concretar un sueño, no sólo viajar a Lesbos,
donde mirarán con emoción el Salto de Léucade,
sino que gracias al apoyo del Instituto Nacional
del Teatro, presentarán la obra en suelo heleno.

*“El dulce amargo, canciones de Safo”- Textos de


canciones y poemas: Safo de Lesbos / Idea, mú-
sica original e interpretación: Daniela Horovitz
/ Colaboración artística/ dirección: Juan Parodi/
Producción: Florencia Siaba / Sala: El Extranjero
Valentín Gómez 3378 (Finalizó el 24 de junio de
2018) / Duración aproximada: 50 minutos.

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Symploké revista filosófica julio 2019

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Algunas consideraciones psicoanalíticas
con perspectiva de género sobre el histo-
rial clínico freudiano “El hombre de las
ratas” (1909)

Claudia Inés Campo*

Resumen Introducción que resultan de ese modo de pen-


sar.

Este trabajo forma parte de Este trabajo forma parte de Se asume que la articula-
una investigación más amplia que
una investigación más amplia que ción entre el psicoanálisis y los
indaga la masculinidad y la vio-
estudia la constitución de la sub- estudios de género –si bien se en-
lencia hacia las mujeres. El marco
jetividad masculina y la violencia cuentran en una tensión permanen-
hacia las mujeres. conceptual de referencia lo consti- te– constituye un abordaje teórico
tuye la articulación entre psicoaná-
El objetivo de este artícu- que enriquece la comprensión de
lisis y estudios interdisciplinarios
lo es indagar en el caso clínico de la subjetividad tanto de los varones
de género, que complejiza las es-
Freud aquellos aspectos relaciona- como de las mujeres.
tructuras teóricas desde las cuales
dos con la masculinidad y las ex- El psicoanálisis, creado por
se piensan las subjetividades.
presiones de sadismo con la finali- Sigmund Freud, inauguró un nue-

dad de comprender las manifesta- El entrecruzamiento entre vo vértice para la comprensión del
ciones de violencia. ambas disciplinas ofrece una pro- psiquismo humano. Sin embargo,
fundización y complejización al
El marco teórico de refe- es posible detectar un sesgo socio
nutrirse de conocimientos prove-
rencia lo constituye la articulación político epocal de índole patriarcal
nientes de la sociología, la antro-
entre psicoanálisis y los estudios que conlleva una ceguera de géne-
pología, la historia y la psicolo-
interdisciplinarios de género que ro en sus conceptualizaciones.
gía social, entre otras. No sólo se
complejiza las estructuras teóricas Se investiga la masculinidad en el
enriquece la perspectiva sino que
desde las cuales se piensan las sub- seno de dicha cultura patriarcal,
jetividades. además implica un abordaje inter- entendiendo a esta última como
disciplinario teniendo en cuenta
Se analiza el lugar inferio- una estructura de dominación que
el paradigma de la complejidad.
rizado en el que el paciente ubica resulta violenta tanto para mujeres

a las mujeres, generando violencia Ello requiere tolerancia como para hombres, pero no en
simbólica. a las contradicciones, capacidad igual grado.
para sostener la tensión entre as- En ese contexto se ubicó al
Palabras claves: Psicoanálisis pectos antagónicos y para abordar varón como eje paradigmático de
– Género – Masculinidad – con recursos amplios, y a veces lo humano. Se lo ha subjetivado
Violencia. conflictivos entre sí, los problemas para la confrontación, adjudicán-
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dole cualidades como: tolerancia El psicoanálisis realizó im- rar dicho escrito del creador del
al sufrimiento, audacia, valentía, portantes contribuciones al cono- psicoanálisis es porque se trata del
desprecio por el cuidado de sí mis- cimiento de los procesos de subje- abordaje clínico de un varón. Los
mos e insensibilidad al sufrimien- tivación. En este sentido, hay ejes contenidos del padecer del pacien-
to, entre otras. Los discursos tradi- que son específicos de la disciplina te eran el temor a que le sucedie-
cionales naturalizan este modelo como el estudio del inconciente, ra algo terrible a dos personas a
sostenido en ideales e imperativos del deseo, la sexualidad y el apara- quienes amaba mucho: su padre y
de autonomía, dominio, control y to psíquico, entre otros. una mujer que admiraba. Además,
potencia sexual. El concepto freudiano de sentía impulsos obsesivos como el
Se realiza una revisión inconciente abrió nuevas posibi- de cortarse el cuello con una na-
crítica de los postulados freudia- lidades de repensar los procesos vaja de afeitar. Manifestaba que
nos sobre la sexualidad masculina de subjetivación y hoy las nuevas sus relaciones sexuales eran raras
como paradigma de normalidad y formas en que se puede entender y a intervalos irregulares. Tuvo
sobre el binarismo del eje fálico – la masculinidad abren la pregunta su primer coito a los 26 años, las
castrado. sobre si estas presentaciones in- prostitutas le daban asco y su vida
La indagación sobre la terpelan las teorías psicoanalíticas era descripta como pobre en lo re-
constitución de la subjetividad de vigentes y de qué manera (Glocer ferente a la sexualidad.
los varones pretende comprender Fiorini, 2015). Además, menciona a dos
los actos violentos en una estructu- personas significativas que son
ra, inherente al sistema de género Análisis crítico del historial clí- dos amigos varones, uno a quien
(Segato, 2017). nico freudiano recurre cada vez que lo asedia un
Ellos han sido subjetivados impulso criminal y le pregunta si
para reprimir sus emociones, para “A propósito de un caso de no lo desprecia como delincuente.
ser heterosexuales, duros, promis- neurosis obsesiva” (Freud, 1909), Ese amigo le dice que es un hom-
cuos e inquebrantables. Se des- más conocido como el “Hombre de bre intachable. Se detecta la ne-
prende que la masculinidad hege- las Ratas”, es un texto freudiano en cesidad de corroborar, a través de
mónica acepta la heterosexualidad el que se presenta el análisis de un una mirada externa masculina, el
como natural y conlleva diversos joven abogado de 30 años que ma- hecho de no ser violento.
grados de misoginia, homofobia y nifestaba un detenimiento laboral y El otro varón que ha sido
machismo. afectivo en su vida. Es un paciente muy especial en su historia era un
Los estudios de género al cual Freud trató durante un año estudiante de diecinueve años que,
buscan, en última instancia, reali- y lo diagnosticó como un caso de cuando él tenía catorce o quin-
zar un aporte para el logro de re- neurosis obsesiva. En función de ce años, lo hacía sentir un genio.
laciones más constructivas con el los síntomas y de la gravedad de Luego corta la relación con él dado
fin de superar una larga historia de la enfermedad cabe plantear el in- que cree que se acercó porque le
inequidad y de modalidades espe- terrogante de si se trata verdadera- interesaba una de sus hermanas.
cíficas del malestar en la cultura en mente de una neurosis. Resulta llamativo el valor que el
la que tanto varones como mujeres En términos actuales se po- paciente les otorga a los varones
padecen por su condición de géne- dría conjeturar que se lo abordaría en su vida, a quienes busca como
ro, aunque de modo distinto y asi- más como una psicosis o una per- sus confidentes y para que le ayu-
métrico. turbación severa. En este sentido, den a calmar sus ansiedades. Esta
Los sistemas de género se se podría plantear el siguiente in- situación no pasa inadvertida para
han caracterizado por el dominio terrogante: ¿Será por su condición Freud a quien le sorprenden las
masculino y esta modalidad de re- de varón que para Freud se encon- primeras comunicaciones del pa-
lación humana se ha plasmado en traba dentro de las neurosis? Cabe ciente, en las que el autor destaca
las subjetividades. señalar que en numerosas oportu- la influencia que han tenido estos
En este estudio se conside- nidades el autor ubicó al género varones sobre él. Cabe señalar
ra que la noción de género brinda masculino más del lado de la salud que ellos son un modelo para él,
un aporte para la comprensión de mental y no de la enfermedad, re- en función de que aparecen como
la dimensión simbólica de la femi- servando el campo de la patología personas de confianza, como ayu-
neidad / masculinidad más allá de casi exclusivamente a las mujeres. dantes para poder tranquilizarse
todo resabio naturalista. La relevancia de conside- ante las intensas ansiedades gene-

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radas a partir de deseos y fantasías aportes de S. Bleichmar (2009) El analizado de Freud
de contenidos agresivos. quien pone en cuestión las teoriza- afirma que a los seis años tenía
El paciente relata el co- ciones freudianas, según las cuales erecciones. Expresa que poseía la
mienzo del despertar de su vida se- en el complejo de Edipo se toma idea que sus progenitores sabían
xual cuando era muy joven y evoca en cuenta solamente el deseo ge- sobre sus pensamientos, relacio-
a una cuidadora, la señorita Peter. nital del niño hacia el adulto. La nados al deseo de ver desnudas a
A Freud también le resulta signifi- autora alude a la función de la se- las chicas que le gustaban mucho.
cativo que recuerde a la niñera por xualidad de los adultos como mo- A partir de ese desear, creía que
su apellido, que por casualidad se tor de implantación de la sexuali- podía suceder algo en función de
asemeja a un nombre masculino. dad infantil. Cabe enfatizar que las que lo pensara y debía hacer toda
Es decir que se podría considerar mujeres descriptas por el paciente clase de cosas para impedirlo.
que hay una sobrevaloración del producían excitaciones sexuales Se detecta un aspecto vo-
significado de ser hombre. Esta si- en el niño a través del cuidado. yeurista convalidado por el siste-
tuación no fue considerada por el De igual modo, siguien- ma patriarcal de dominación que
creador del psicoanálisis dado que do el orden patriarcal y tomando en ese momento no admitía el
para él la norma eran los varones, en consideración las influencias más mínimo cuestionamiento. Las
que en ese contexto de descubri- de sus cuidadoras, el pacien- erecciones desde la niñez pueden
miento eran los que ordenaban, los te tenía la convicción que po- ser interpretadas como signos de
que podían hacer verdaderas subli- día, desde muy chico, disponer virilidad y potencia. Se coincide
maciones, aquellos que no presen- de las mujeres como si fueran un con Meler (2000) quien sostiene
taban mucho misterio como sí lo bien propio. Parecería adjudicar- que el acceso de los varones a una
hacía el género femenino. En esa les la connotación de un objeto erotización precoz es promovida,
lógica lo masculino queda identifi- que estaba a su propio servicio. facilitada y avalada por una socie-
cado con el sujeto de conocimien- Se acuerda con Segato (2017) dad androcéntrica.
to y de deseo, las mujeres son los quien afirma que algunos varones La autora afirma que el de-
otros ya que se parte de un punto desde pequeños ya sienten que go- bate actual sobre la masculinidad
de vista masculino. Se podría con- zan de un prestigio por el hecho de social es complejo. En algunas
siderar que es en este marco don- pertenecer al género masculino, en ocasiones se agradece su aspec-
de la relación del Hombre de las función de lo cual deben demos- to protector y proveedor, mien-
Ratas con los varones y el signi- trar potencia, no sólo sexual sino tras que en otras se padecen sus
ficado que tuvo en su historia no también económica, política, inte- tendencias opresoras y abusivas.
fue destacada por Freud porque era lectual y moral. La autora trabaja Reflexiona sobre la historia de la
algo de índole casi natural. el concepto de dueñidad. Se podría masculinidad social y también so-
El Hombre de las Ratas co- pensar que el paciente de Freud bre su futuro. Propone que tanto en
menta que cuando él tenía cuatro por un lado se sentía dueño de sus lo que respecta a la masculinidad
o cinco años, mientras la niñera cuidadoras siendo él aún un niño. como a la femineidad es preciso
leía en el sofá, él la acariciaba y Por otro se encontraba la actitud hablar de devenir y no de ser.
la tocaba en la zona de sus geni- adulta de desempeñar un rol ade- Freud (1909) describe al
tales. Ella consentía y le pedía que cuado que se correspondiera con niño bajo el imperio de un com-
no le dijera nada a nadie y supone la situación de no dar lugar a los ponente pulsional sexual: el placer
que por ello le había quedado una deseos infantiles. de ver, cuyo resultado es el deseo,
curiosidad por ver el cuerpo feme- La antropóloga menciona- que aflora siempre de nuevo y con
nino. Luego se refiere a otra cuida- da contextualiza su referencia en mayor intensidad cada vez, de ver
dora, que si bien la describe como la existencia de un gesto de con- desnudas a las personas del sexo
más recatada, también expresa que trol sobre los cuerpos femeninos femenino que le gustan. De este
él se introducía en su cama y la to- y con ello alude a la pedagogía de modo, detecta la presencia de un
caba. la crueldad, según la cual no im- conflicto: aparece un deseo y un
Por un lado se podría pen- porta el cuerpo del otro y por ende temor, ambos obsesivos, dado que
sar en la función que tiene el adul- hay una deshumanización. De este toda vez que surgen pensamientos
to, en este caso sus niñeras, en las modo, se van constituyendo rasgos extraños para él, teme que le su-
vicisitudes de la sexualidad infan- identitarios del varón relacionados ceda algo terrible. Sería como si
til. En este sentido, se destacan los con la potencia y el poder. el deseo de ver a una mujer des-

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nuda implicara que el padre tiene en la que la mujer puede ser mi- cuando se encontraba descansando
que morir. El afecto penoso se- rada, tocada y hasta acosada. Esta en una posada, la hija del dueño le
ría lo ominoso, lo supersticioso. situación sucedía también por el insinúa que le gustaría tener algo
Se trataría de una pulsión erótica incumplimiento del rol adulto de con él. Allí se olvida sus lentes y
y una sublevación contra ella, un las cuidadoras que en la práctica por no perder tiempo en el regreso
deseo y un temor. Si bien Freud era como si cometieran un abuso a Viena le pide a la empleada del
detectó el síntoma y el conflicto, desde su lugar de adultas que de- correo que se los envíe por contra
no pudo cuestionar el lugar en que bían proteger al niño. rembolso. Luego le comunican que
quedaban las mujeres en la mira- El paciente le relata a debe abonar una cantidad de dine-
da del paciente. Esta situación es Freud una vivencia por la cual de- ro a un teniente que se hizo cargo
avalada por las condiciones socio- cide iniciar tratamiento. Describe del pago.
culturales patriarcales que gene- hechos que sucedieron en las ma- Cabe señalar que su padre
ran, en términos actuales, violen- niobras militares, entre ellos una prestó servicios en el terreno mili-
cia simbólica (Bourdieu, 2000). intensa angustia ante un oficial que tar y una vez le había contado que
Según este reconocido sociólo- según él amaba lo cruel. Le narra en un juego con un camarada per-
go es una modalidad de violencia una sanción habitual aplicada en dió una suma de dinero que nunca
amortiguada, insensible e invisible Oriente que es que al castigado pagó. Luego de grande lo buscó
para sus propias víctimas, que se se le ponía un tarro dado vuelta para dárselo pero nunca pudo en-
ejerce a través de la comunicación sobre su ano, en el cual luego ha- contrarlo. El paciente se identifica
y el conocimiento. Es el producto cían entrar ratas, que más tarde le con el padre y recuerda que en la
de un trabajo continuado e histó- penetraban. Tenía la fantasía que Terminal esa señorita había puesto
rico de reproducción de relaciones este castigo le podía suceder a la el dinero, con la cual él podría te-
de poder en el que participan no mujer que él quería o a su padre. ner posibilidades de un encuentro
sólo los agentes individuales sino Esto último era lo menos razona- amoroso. Es decir que esa identifi-
distintas instituciones tales como: ble dado que su progenitor ya ha- cación con el progenitor está rela-
la familia, la iglesia, la escuela y el bía fallecido hacía muchos años. cionada con aspectos de una mas-
Estado. La lógica de la dominación Resulta altamente significativo el culinidad hegemónica en la que
masculina responde al objetivo de carácter violento de sus fantasías. el dinero se encuentra en estrecha
mantener un orden social determi- Aquí es pertinente utili- vinculación con el poder de los va-
nado. Es decir que cualquier cam- zar las conceptualizaciones de rones.
bio que se quiera introducir en los Kaufman (2009) en relación a lo Freud interpreta que la
mandatos establecidos deberá ser que denomina la tríada de las vio- muerte de su padre es un deseo
sofocado, recurriendo al empleo lencias de los hombres. El autor se y ello le ocasiona al paciente una
del miedo y de la violencia en sus refiere a la violencia contra las mu- gran sorpresa, ya que para él era
diversas modalidades. jeres, contra otros hombres y con- el más amado de los hombres. El
Retomando el análisis del tra uno mismo. Esta tríada incluye, creador del psicoanálisis argumen-
caso de Freud, la naturalización según el autor, todos los actos de ta que ese amor intenso es la con-
de ciertas características, como el violencia, concretos o a nivel de dición del odio reprimido.
deseo de ver a mujeres desnudas, fantasía, de violencia de los hom- Relata con mucho deta-
si bien tenía un costo para el ana- bres y tiene a los varones como lle la muerte de su padre ocurrida
lizado, estaba inscripta en forma común denominador. Ello resulta nueve años atrás. Se reprochaba no
profunda en una determinada cos- fundamental para comprender las haber estado en ese momento a su
movisión que establece categorías expresiones de cualquier tipo de lado. Al comienzo le parecía verlo
dentro de un sistema androcéntri- violencia que, en el caso analiza- en distintas circunstancias, como
co. do por Freud, se manifiestan a ni- cuando golpeaban la puerta o en
El hecho que el paciente vel de fantasía hacia otro hombre alguna habitación. Sólo un año y
tuviera erecciones en la infancia (su padre ya fallecido) o hacia otra medio después, el recuerdo de su
y se excitara mediante juegos se- mujer (su enamorada), sin descar- ausencia comenzó a martirizarlo y
xuales con sus cuidadoras, fue li- tar por ello la fantasía de violencia se sentía un criminal. Aquí se de-
bidinizando su cuerpo y desde el hacia él mismo. tecta el tipo de violencia hacia él
lugar de varón se avaló una manera En un momento determina- mismo (Kaufman, 2009).
específica de ordenar la sociedad, do durante esas prácticas militares, Freud sostiene que sería

81
frecuente pensar que el afecto es opuesta, hostil hacia ella. Percibe presa y a partir de allí tendría ase-
demasiado grande para la oca- en él emociones violentas como la gurado su futuro económico. Por
sión, sentirse un criminal por no furia. Destaca que en la neurosis otra parte, en algún momento se
estar allí. Sin embargo, expresa obsesiva los opuestos son satisfe- había sentido atraído por una mu-
que el afecto está justificado, la chos por separado, primero uno y jer más pobre. Al fallecer el padre,
conciencia de culpa no es sus- después el otro. Esto sucede a di- la madre preocupada por el futuro
ceptible de posterior crítica, pero ferencia de la histeria en la que se económico del paciente, le comen-
aquél pertenece a otro contenido llega a un compromiso que contie- ta que estaba en contacto con una
que es inconciente. El contenido ne ambos opuestos. familia bien acomodada económi-
de representación sólo ha caído en En relación a la mujer que camente y que tenía una hija para
este lugar en función de un enlace había elegido, manifiesta fantasías presentarle. Esto le significó un
falso. Solamente este hecho puede de venganza. En un momento, ella conflicto sobre si debía continuar
explicar la impotencia del trabajo se enferma y él le expresa a Freud permaneciendo fiel a su amada po-
lógico contra la representación tor- que la querría siempre en esa situa- bre o seguir los caminos del proge-
turante. ción para liberarse de la angustia nitor y tomar por esposa a la bella y
El paciente recuerda que de unos ataques repetidos de en- rica joven que le tenían reservada.
cuando era niño temía que el pa- fermedad. Ante esta idea obsesiva Esta situación la solucionó enfer-
dre le adivinara sus pensamientos trataba de tenerla inerme frente a mándose para no resolver el con-
y eso ha persistido durante toda su sus propósitos. Se podría señalar flicto de manera objetiva. Se des-
vida. Relata que a los doce años de aquí que el paciente en su deseo taca que en las decisiones tomadas
edad amaba a una niña, hermana de ubica a la mujer en un lugar pasivo tanto por él como por su progenitor
un amigo. Expresa que no lo hacía y subordinado. Se detecta la pre- en relación a la elección de pare-
con un amor sensual, que no que- sencia del modelo patriarcal que ja, se priorizan aspectos que tienen
ría verla desnuda y que ella no era ha instituido el dominio masculino que ver con el interés económico.
con él todo lo tierna que deseaba. sobre las mujeres. Esas identificaciones con ese mo-
Pensó que ella le mostraría amor si Otras fantasías que el pa- delo masculino le significaban un
a él le ocurría una desgracia, por ciente poseía estaban relacionadas gran sufrimiento.
ejemplo la muerte de su padre. con hacerle a ella un gran servicio Freud describe que el pa-
Freud le interpreta nuevamente sin que la mujer lo supiera. No ciente se había cruzado en el con-
el deseo inconciente que el padre apreciaba que el origen era repri- sultorio con una chica que supuso
muera. Le expresa que semejante mir la manía de venganza que sen- que era su hija y que empezó a
angustia corresponde a un deseo tía hacia ella. Se podría considerar, tener sueños y fantasías con ella.
que una vez estuvo y que ahora en acuerdo con Benjamin (2013), Llegó a soñar que se casaba con
está reprimido. A raíz de ello, se la dificultad de tratar al otro, en la hija de Freud por la fortuna. Se
rehúsa contra la idea del deseo de este caso a la otra, como un sujeto detecta una vez más un sesgo pa-
la muerte del padre dado que sos- y no como un objeto. Esta situación triarcal en el que se elige a la mu-
tiene lo contrario. es habitual cuando existe la domi- jer por conveniencia y no por un
El paciente manifiesta que nación. La autora propone que se deseo genuino. Es decir que es tra-
sus mociones sexuales infantiles desubjetiva al otro como una estra- tada y considerada como un objeto
han sido más intensas en la niñez tegia ideológica que precede a la que es utilizado, en este caso, con
que en la pubertad. En esos deseos aparición de todas las tiranías. Se fines económicos. No se advierte
sensuales sentía al padre como un advierte en el caso de Freud que el ninguna crítica del creador del psi-
perturbador. paciente no puede considerar a su coanálisis frente a esta situación.
Le irrumpían numerosas ideas ob- enamorada como un sujeto igual, En cuanto a la infancia del
sesivas tales como pensar en el no logra reconocerla como tal. paciente, expresa que su padre fue
suicidio. Es decir que aquí se con- El analizado mencionó al suboficial antes de casarse y había
firman las fantasías violentas sobre pasar un episodio de su enferme- conservado en su comportamiento
sí mismo. dad de hace unos seis años atrás. el hecho de ser soldado. Lo descri-
Por otra parte, tenía una Freud relata la historia familiar be como solidario, acompañando
compulsión protectora hacia su para comprenderlo. Su padre se la crianza de sus hijos. Se ponían
amada que, según Freud, significa- había casado con su madre, cuya de acuerdo en casi todo con su
ba la reacción frente a una moción familia era dueña de una gran em- madre, aunque tenían puntos de

82
desencuentro. En el ámbito de la será un gran hombre o un gran cri- han ido cambiando, pero sin que
sexualidad algo se imponía entre minal” (Freud, 1909, p. 161). se suprimiera la desigualdad ni las
padre e hijo, el progenitor había Se podría pensar que no se formas visibles e invisibles de sus
entrado en una neta oposición al siente un gran hombre y sí un cri- violentamientos.
erotismo del hijo tempranamente minal. De este modo, el paciente El analizado comenta un
despertado. no cumple ni con los estereotipos recuerdo que le relata la madre se-
Luego de la muerte del pa- del ser varón ni con el mandato pa- gún el cual a la edad de tres o cua-
dre y al experimentar el placer de terno y ello le cuesta la salud men- tro años habría mordido a alguien,
un coito, se le impuso la idea: “esto tal. No logra responder al mandato aunque no sabe bien a quién. Freud
es grandioso, a cambio uno podría de ser fuerte, potente, rico y hábil. menciona que durante cierta épo-
matar a su padre” (Freud, 1909, p. Parecería que con sus síntomas de ca, el paciente lo insultaba y luego
143). Esta situación sería una ilus- algún modo denuncia ese mode- se levantaba recorriendo toda la
tración de sus ideas obsesivas in- lo patriarcal y las construcciones habitación expresando que no sa-
fantiles. que son culturales, limitantes tan- bía cómo Freud se dejaba maltra-
El paciente estudiaba de to para el género masculino como tar. El autor lo relaciona con que se
noche y luego iba a un espejo a para el femenino y pone en cues- levantaba por temor a recibir una
contemplar su pene, se comporta- tión también el modelo de mascu- cachetada como si fuera el padre.
ba como si esperara la visita del linidad dominante. El paciente comienza a recordar la
padre. Este debía alegrarse si en Se acuerda con Bacete ira y la violencia de su padre, con
su regreso lo encontraba estudian- (2017) quien sostiene que es cen- lo cual se empiezan a aclarar las
do, dado que en vida del padre él tral tanto en los varones como en fantasías de las ratas. Se detecta
había sido un estudiante perezoso. las mujeres, la potencia de ser y la que existía una violencia naturali-
Con la otra parte de la situación capacidad de crear identidades. De zada que provenía del género mas-
(mirarse el pene) no podía alegrar igual modo, es relevante la contin- culino.
al padre sino más bien desafiarlo. gencia de la libertad que supone Se advierte así que el ima-
Se advierte la importancia tener la capacidad de elegir quién ginario masculino adscribe a los
del falocentrismo relacionado con ser y cómo vivir. varones una serie de atributos ge-
la masculinidad. Dio Bleichmar Se detectan actitudes vio- néricos centrados en torno a las
(1997) afirma que aunque el pene lentas del progenitor con las cuales cualidades de la fortaleza, el do-
se haya erigido en el símbolo el paciente se ha identificado. Esta minio y el poder. En el intento por
del poder, eso no significa que la situación se pone de manifiesto sostener y reafirmar estas caracte-
transmisión y la estructuración de por ejemplo en las fantasías cri- rísticas frente al temor a lo diferen-
la masculinidad, en sus complejos minales, como así también en las te, el varón puede apelar a diversas
aspectos psicológicos y sociales, relacionadas con el martirio de las actuaciones o conductas violentas.
se realice sólo por la percepción ratas. El padre del Hombre de las Ratas
del pene real y de sus funciones. La madre aparece más bien se hacía cargo de todos esos atribu-
El falocentrismo abarca una intrin- como sumisa en su rol, obedecien- tos otorgados al ser masculino.
cada red de significaciones en las do al hombre de la casa. De este Surge el enigma de por qué
que el valor del pene es una de sus modo, la progenitora es puesta en un los dos dichos del capitán checo, el
variantes. lugar de dependencia y pasividad. referido a las ratas y su reclamo de
El paciente describe que En términos de Fernández (2013), devolver el dinero al teniente pro-
siendo niño, el padre lo retaba por sería pertinente sostener la existen- vocaron reacciones y emociones
sus conductas onanistas. El no re- cia de una violencia subjetiva como tan violentas. Freud conjeturaba
cuerda mucho, lo que expresa es una estrategia de reproducción de que esas expresiones se relacionan
lo obtenido por los relatos de su la desigualdad de género, en cuan- con aspectos inconcientes del pa-
madre. Ella le comenta que en una to produce consenso respecto a la ciente, que había que develar.
oportunidad el padre le pegó y él naturalización de la inferioridad La representación del cas-
quería insultarlo, pero como no femenina. Si la mujer es conside- tigo consumado con las ratas había
sabía malas palabras, repetía los rada inferior, será natural su lugar estimulado cierto número de pul-
nombres de los objetos como: lám- secundario o de subordinación. En siones, promoviendo una multitud
para, mesa, pañuelo. El padre dejó este sentido, se podría afirmar que de recuerdos y por eso las ratas ha-
de pegarle y expresó: “este chico las formas de dicha subordinación bían adquirido una serie de signi-

83
ficados simbólicos. Despertó sobre falta es percibida como disvalor. versión. Distintos autores y au-
todo el erotismo anal que en su in- El pene en la teoría psicoanalítica toras como Meltzer (1974) y S.
fancia desempeñó un papel notable funciona como divisor y símbolo Bleichmar (2009), entre otros,
y se había mantenido durante años del valor en la diferencia genérica pusieron en cuestión la defi-
por un estímulo constante debido que distingue varones de mujeres. nición de perversión tal como
a las lombrices intestinales. Así, La carencia de pene en esta econo- la formulara Freud en 1905.
según la opinión del creador del mía significaría falta de valor, ya Meltzer afirma en sus teorizacio-
psicoanálisis, las ratas llegaron al que de acuerdo a la lógica freudia- nes sobre los estados sexuales de la
significado de dinero, fundamen- na, todo gira en torno a la posesión mente, que la perversión se refiere
talmente por la asociación entre y uso de este órgano que simboliza al sadismo, destructividad y malig-
lo anal, lo retentivo y el guardar el valor, el límite, la medida, la au- nidad y no a la elección de objeto
la plata. De este modo, las ratas toridad y la ley. Por lo tanto, si en sexual. Bleichmar (2009) conside-
en su fantasía eran el dinero. En la fantasía del paciente que se ana- ra que todo proceso de goce sexual
sus delirios obsesivos, él se había liza, el pene es portador de sífilis, que implique la desubjetivación
instituido “una formal moneda de todas esas características estarían del otro se define como perversión.
ratas” (Freud, 1909, p. 167). puestas en cuestión. Es decir que pone el acento en el
Además, estos animales Por otra parte, si el pene verdadero encuentro con un otro
son portadores de enfermeda- puede ser asociado a un gusano, humano y no en la transgresión de
des infecciosas y por eso pueden serviría también para ser utilizado la zona ni en el modo de ejercicio
ser empleados como símbolo de como ratas. Es decir que éste ten- de la genitalidad.
la angustia ante la infección si- dría la posibilidad de hacer la acti- Freud, a raíz de una saga,
filítica, tan justificada en el mi- vidad que las ratas realizaban. Esta se da cuenta que las ratas también
litar. Se escondía detrás de ella situación habría despertado en el pueden significar hijos. Luego el
toda clase de dudas sobre la con- paciente fantasías de carácter ho- paciente relata que la mujer a la que
ducta del padre mientras estu- mosexual. amó tanto tiempo pero con quien
vo en el servicio de las armas. Freud expresa que no se decidía a casarse, no podía
En otro sentido, el portador de la el castigo de las ratas despertó en tener hijos como consecuencia de
sífilis era el pene mismo. El pene el paciente toda clase de mociones una operación ginecológica. Ello
del niño puede ser descripto como crueles, esto lo advertía en las mí- se había transformado en la prin-
un gusano y en el cuento del ca- micas y gestos cuando él repetía el cipal causa de sus vacilaciones.
pitán las ratas cavaban en el ano, cuento. Se podría conjeturar que hay una
como en su infancia lo hacían los Resulta altamente signifi- valoración cultural por parte del
grandes gusanos. Esta expresión cativo que el autor no aborde las paciente en relación a las carac-
de Freud podría ser tomada de dis- fantasías homosexuales del pacien- terísticas femeninas relacionadas
tintas maneras. En un sentido, si en te. Las mismas se infieren a través a la maternidad, avalando el mito
lo simbólico el pene podría tener de la fijación anal y de las intensas mujer= madre, por el cual la mu-
sífilis, se podría pensar en lo an- dificultades para tomar el modelo jer alcanza su realización y adultez
gustiante que le resulta sentir que identificatorio que el padre le ofre- al tener hijos. Desde esta perspec-
una parte de su cuerpo tan valorada ce. Cabe señalar que para Freud la tiva, la maternidad da sentido a la
por él está en peligro. homosexualidad planteada como feminidad y la madre es el paradig-
En este contexto, resulta de tal en “Tres ensayos de teoría se- ma de ser mujer. Es decir que ese
utilidad la comparación que reali- xual” (1905) era entendida como mito, que aún persiste, organiza el
za Irigaray (1974) quien tomando una perversión, a la que en algunas conjunto de prescripciones que le-
del análisis de Marx, la idea de ocasiones le llama inversión. Una galizan las diferentes acciones ha-
economía política, se refiere a una conjetura es que en su intento de cia la mujer.
economía fálica a la que subyace preservar a este varón de ser con- Freud hipotetiza que las
una opresión de género. Afirma siderado inmerso en una patología formaciones obsesivas del pacien-
que el valor que recae del lado de más severa que la neurosis obsesi- te guardaban relación con el relato
lo masculino es plusvalía extraída va, no tomó en cuenta esas mani- de las ratas, ya que él recuerda o
y desplazada desde lo femenino. festaciones de índole homosexual. le recuerdan que en la infancia ha-
Describe que, en esa economía, el Desde luego que resultó necesa- bía mordido a alguien y sería como
valor es adherido a un objeto y su rio redefinir el concepto de per- pensar que como castigo se mere-

84
cía algo así. de manifiesto en las actitudes que el sujeto. Estos ejes construyen no
El autor sostiene que el el paciente tiene en relación a sus sólo diferencias sino también asi-
paciente tenía la convicción de cuidadoras pero también la actitud metrías.
que si no devolvía el dinero adeu- de éstas que no cumplían con su El desafío actual es intentar
dado las fantasías de las ratas se rol de adultas poniendo los límites transitar caminos que incluyan
concretarían con las dos personas correspondientes. De ese modo se masculinidades verdaderamente
amadas: el padre y la enamorada. le corrobora al paciente la fantasía alternativas e igualitarias, con
Ello guarda relación con dos teo- de dueñidad en relación a las mu- prácticas que impliquen repensar
rías sexuales infantiles: la primera jeres. tanto el lugar del varón como el de
es que los hijos salen por el ano y El recorrido realizado por la mujer en la sociedad actual.
la segunda, la posibilidad que los el caso clínico de Freud invita a Se coincide con numerosos
varones puedan tener hijos al igual reflexionar sobre la existencia de autores y autoras que, más allá del
que las mujeres. Cabe recordar que una diversidad de masculinidades contexto epocal de Freud en el que
esta última fantasía es escasamente en un momento determinado. De escribe “El Hombre de las Ratas”,
analizada por Freud a lo largo de este modo, no se podría hablar de la violencia hacia la mujer, en este
toda su obra. un modelo de masculinidad que caso de orden simbólico como se
El autor destaca la signifi- funciona para todos los tiempos y analizó, ha estado presente y nor-
catividad de los componentes sádi- todos los lugares sino que depende malizada en sus distintas formas y
cos para la génesis de la neurosis de la cultura y del período históri- manifestaciones.
obsesiva. El proceso mismo del co.
pensar es sexualizado. Sin embargo, cabe señalar
que esas múltiples masculinidades Bibliografía
A modo de conclusión tienen elementos en común entre
ellas, que son los pertenecientes al Bacete, R. (2017). Nuevos hombres
Se podría considerar que a patrón masculino imperante, es de- buenos. Barcelona, España:
través del análisis de un caso que cir que incluye la idea de poder, de Península Editorial.
corresponde a un joven varón de dominación y de superioridad. Benjamin, J. (2013). La sombra del
su época, Freud pone de manifies- Desde el Psicoanálisis no otro. Buenos Aires, Argentina:
to el padecimiento que expresa el se puede desconocer la incidencia Psimática.
género masculino a partir de una de los dispositivos de subjetiva- Bleichmar, S. (2009) La subjetivi-
patología determinada. Si bien es ción, tanto en la configuración de dad en riesgo. Buenos Aires,
utilizado por el autor para ejempli- nuevas identidades como en el sur- Argentina: Topía.
ficar un caso de neurosis obsesiva gimiento de padecimiento psíqui- Bourdieu, P. (2000). La domina-
grave, a los fines de esta investiga- co, y advertir sobre los modos con- ción masculina. Barcelona,
ción se destacan aquellos aspectos cretos con los que en cada época se España: Anagrama.
relacionados con la masculinidad y definen los términos y contenidos Burin, M. y Meler, I. (2000).
las expresiones de sadismo. Dichas del conflicto psíquico. Varones. Género y subje-
consideraciones son de interés Se coincide con Bleichmar (2009), tividad masculina. Buenos
para abordar y comprender la vio- quien sostiene que la masculinidad Aires, Argentina: Librería de
lencia que no siempre se expresa comporta un entrecruzamiento de Mujeres.
de manera directa. Freud destaca aspectos pulsionales e identitarios, Dio Bleichmar, E. (1997) La se-
manifestaciones de la misma como representaciones sociales y rela- xualidad femenina. De la niña
el sadismo y la agresión pero con- ciones de poder. a la mujer. Buenos Aires,
sideradas como aspectos parciales En el texto analizado se Argentina: Paidós.
y tomadas más bien como consti- detecta la masculinidad asocia- Fernández, A. (2013). La diferen-
tucionales y naturales del Hombre da a distintas conductas agresivas cia desquiciada. Género y di-
de las Ratas en particular y de los solapadas no consideradas como versidades sexuales. Buenos
varones en general. tales por el creador del psicoanáli- Aires, Argentina: Biblos.
Resulta significativo en- sis, sino más bien naturalizadas en Femenías, M. (2013). Violencias
fatizar las fantasías del niño pero un contexto patriarcal en el que la cotidianas (en las vidas de
también del adulto en la constitu- mujer era lo otro, lo ajeno, lo infe- las mujeres). Buenos Aires,
ción de su ser varón. Esto se pone rior y el varón la media del todo, Argentina: Prohistoria

85
Ediciones.
Freud, S. (1909) Tres ensayos
de teoría sexual. En J. L.
Etcheverry (trad.), Sigmund
Freud. Obras Completas (Vol.
7) (pp. 109-222). Buenos
Aires, Argentina: Amorrortu.
2003.
Freud, S. (1909) A propósito de un
caso de neurosis obsesiva. En J.
L. Etcheverry (trad.), Sigmund
Freud. Obras Completas (Vol.
10). (pp. 119-194). Buenos
Aires, Argentina: Amorrortu.
2003.
Glocer Fiorini, L. (2015) La dife-
rencia sexual en debate: cuer-
pos, deseos y ficciones. Buenos
Aires, Argentina: Lugar.
Irigaray, L (1974) Spéculum: espe-
culo de la otra mujer. Madrid,
España: Saltés.
Kaufman, M. (2009) Las siete P’
s de la violencia de los hom-
bres. Recuperado de http://
www.michaelkaufman.com/
wp-content/uploads/2009/01/
kaufman-las-siete-ps-de-la-
violencia-de-los-hombres-
spanish.pdf
Meltzer, D. (1974) Los estados
sexuales de la mente. Buenos
Aires, Argentina: Kargieman.
Segato, R. (2017) La guerra con-
tra las mujeres. Buenos Aires,
Argentina: Traficante de sue-
ños.

* Mag. Claudia Inés Campo.


Doctoranda en Psicología. Facultad
de Psicología, Universidad
Nacional de San Luis.

86
Symploké revista filosófica julio 2019

Entrevista
Juan Carlos
Escobar*

¿Por qué decidió incorporar la Durante mi formación de calidad ¿Cómo reciben sus
mirada de los estudios de género como médico, y más tarde como colegas dicha incorporación en
a su desempeño como médico pe- pediatra, no tuve ningún tipo de el campo de la salud? ¿Encuen-
diatra y de adolescentes? formación de género. Fueron tam- tra obstáculos para implementar
En verdad, no fue una de- bién algunas mujeres puntuales, prácticas más inclusivas en la
cisión consciente, más bien creo que desde diferentes aportes me atención de adolescentes?
que fue un proceso en donde con-
acercaron lecturas feministas. Más Como dije anteriormente,
fluyeron diferentes circunstancias. en mi formación médica no tuve
tarde, cuando realicé la Residencia
En principio, lo relaciono con mis Posbásica de Salud Integral en laninguna capacitación en género.
años de juventud: formaba parte Adolescencia, comencé más for- La institución médica como tal es
de un grupo de voluntariado ju- malmente a pensar la importancia profundamente machista y misógi-
venil en zonas rurales del norte de de incorporar la mirada de génerona, en donde se naturalizan prácti-
Tucumán. Allí trabajé con grupos cas de inequidad y subestimación
y diversidad sexual en la práctica
de mujeres y jóvenes. Particular- con adolescentes. hacia las mujeres. Afortunadamen-
mente me marcó el escucharlas y Mi adolescencia estuvo te en los últimos años creo que
constatar múltiples situaciones de signada por un sinnúmero de pre- algo de este sistema se está resque-
opresión por parte de sus maridos guntas y cuestionamientos que me brajando, lo que permite cuestio-
o parejas, patrones, incluso desde namientos de las prácticas tanto al
posicionaban fuera de los patrones
ellas mismas, traducido en manda- interior del sistema sanitario como
esperables para los hombres tradi-
tos internalizados relacionados a cionales; y eso de alguna manera en las prestaciones que ofrece.
su rol como esposas y madres; fue generó la inquietud (y la necesi- Desde el Programa de
el primer acercamiento a la pre- Adolescencia comenzamos hace
dad) posterior de trabajar con este
gunta sobre el rol de los varones grupo etáreo. unos años a brindar capacitaciones
y las mujeres y la enorme brecha en género, masculinidades y diver-
de oportunidades para unos y para Teniendo en cuenta que el mode- sidad sexual, las cuales son muy
otras. Y a su vez, reconocer tam- lo médico hegemónico aún sigue bien recibidas por los equipos de
bién ese sistema de opresión en mi siendo poco permeable a incor- salud. Se percibe un gran vacío en
madre y otras mujeres de mi fami- porar la perspectiva de género a la formación, y a la vez la necesi-
lia. la hora de brindar una atención dad de incorporar dichos conteni-
87
Symploké revista filosófica julio 2019
dos con el fin de mejorar las prác- lud-enfermedad-atención de los cubiertas principalmente por varo-
ticas. Sin embargo, propiciar algu- adolescentes y jóvenes varones; nes.
nas instancias de sensibilización/ pero obviamente de las mujeres A su vez, es necesario que
capacitación nos es suficiente para también, como parte del relaciona- los servicios preventivos de salud
mover estructuras tan arraigadas, miento entre géneros. puedan generar estrategias que
tanto en los propios agentes de sa- Por un lado, el perfil de convoquen a los varones y de esta
lud como en las mismas institucio- morbi-mortalidad de los adoles- manera promover comportamien-
nes. Uno de los puntos centrales en centes varones, asociado en su tos saludables, no sólo para estos
las barreras de atención, creo, tiene gran mayoría a la violencia tradu- sino también para las mujeres y su
que ver con los previos ideológi- cido en lesiones no intencionales entorno en general: mayor involu-
cos y conceptuales que cada perso- (o accidentes), suicidio y homici- cramiento en los procesos de salud
na (profesionales y otrxs1 integran- dio (estas tres son conocidas como sexual y salud reproductiva, pa-
tes de los equipos de salud) tiene Causas Externas, y representan el ternidades, autocuidado, preven-
incorporados; y que en temas de 60% de las causas de muerte en ción de enfermedades crónicas no
género y sexualidades (más que en adolescentes y jóvenes; corres- transmisibles.
ningún otro) permearán sus prácti- pondiendo en un 80% a varones);
cas. así como la escasa interacción con ¿Qué cuestiones clave identifica
En nuestro país tenemos el sistema de salud. Por otra par- como costos de la masculinidad
un marco normativo sumamente te, en los procesos de salud sexual hegemónica (MH) en la pobla-
amplio para garantizar derechos y salud reproductiva el rol de los ción de varones adolescentes?
en la atención de adolescentes y varones en general está más invi- Los mandatos de la MH
jóvenes; sin embargo, permanen- sibilizado por parte del sistema de (ser duro, fuerte, autoritario, pro-
temente vemos obstaculizado este salud en cuanto a los mensajes de ductivo, seguro, poderoso y hete-
ejercicio debido a actitudes y com- promoción y prevención; así como rosexual, entre otros) como parte
portamientos de los propios equi- en los propios adolescentes y jóve- de la socialización desde la infan-
pos de salud, a veces por descono- nes, en donde en general sostienen cia, y sobre todo en la adolescencia
cimiento del cuerpo de leyes pero que el cuidado debe ser de las mu- y juventud, conllevan numerosos
muchas por los posicionamientos jeres. costos para los varones. Uno de los
personales que terminan siendo Creo que incorporar la mi- más dramáticos tiene que ver con
iatrogénicos. Situaciones de es- rada de masculinidades en la prác- lo apuntado anteriormente. El 60%
tas vemos a diario, por ejemplo en tica sanitaria es clave, no sólo por de las muertes en esta etapa de la
aquellos casos que ameritan el ac- lo anteriormente dicho, sino y so- vida está asociada con la violencia,
ceso a ILE (Interrupción legal del bre todo, por la necesidad de cues- siendo mayormente significativa
embarazo); así como el abordaje tionar los privilegios y posiciones en los varones. Asimismo, lo di-
de las adolescencias LGBTI. de ventaja que los varones tene- cho tiene relación con los ataques
mos, los cuales se traducen en un de odio hacia la comunidad LGB-
¿Por qué decidió profundizar en detrimento para la salud de las mu- TI; sabemos que la segunda causa
los estudios de las masculinida- jeres por un lado, así como en asi- de discriminación en las escuelas
des y por qué cree que es impor- metrías dentro del propio sistema está relacionada con la orientación
tante esta perspectiva en el ám- de salud. Por ejemplo, es conocido sexual y/o identidad de género.
bito de su profesión? el fenómeno de la feminización del Las masculinidades subordinadas
La profundización en los cuidado de la salud, que se expresa son foco de atención (y estigmati-
estudios de masculinidades tuvo en una mayor proporción de mu- zación) dentro de un escenario en
que ver, sobre todo al inicio, con jeres en profesiones relacionadas donde se nos pide ser de “otra ma-
el análisis de los procesos de sa- al cuidado (como pediatría, enfer- nera”.
mería, neonatología); mientras que Otro de los costos tiene que
1 Nota de las editoras: la presente entre- las especialidades que requieren ver con la dificultad para expresar
vista fue realizada a través de un medio una mayor demanda de horas fue- las emociones y los sentimientos,
escrito, motivo por el cual se respetará la ra del hogar y que generalmente como parte del corsé ortopédico en
modalidad de escritura del entrevistado.
Para las normas ortográficas de publica- conllevan una mejor remuneración donde debemos ser cualquier cosa
ción de artículos ver las pautas de presen- económica (como cirugía, trau- menos una mujer, un niño o un ho-
tación: http://revistasymploke.com/index. matología o anestesiología), están mosexual. Esto lleva a una cierta
php/para-publicar/
88
Symploké revista filosófica julio 2019
mutilación emocional, y un gran utilizada en nuestro país en mo- de lxs adultxs sobre la temática.
temor a la vulnerabilidad. mentos clave de la historia? Por esto, el verdadero desafío es la
Los varones no nacemos Indudablemente el movi- reflexión conjunta intergéneros e
machistas, sino que ello es produc- miento feminista y de la disidencia intergeneracional que problemati-
to de un proceso que nos moldea sexual está generando un cambio ce y desnaturalice los modos opre-
de determinada manera; lo cual histórico para nuestro tiempo que sivos de vinculación; entendiendo
implica un gran costo per se. Di- pone en jaque viejas estructuras y que todxs nos criamos en la misma
cho proceso se potencia en la ado- modos de ser y estar. Las mujeres, sociedad patriarcal.
lescencia, etapa donde se consoli- que estuvieron históricamente su-
da la autoestima y la personalidad, bordinadas y en un lugar de domi- ¿Cómo caracteriza la participa-
y en donde existe un sentimiento nación, se unen para decir ‘esto no ción de adolescentes y jóvenes en
de invulnerabilidad y afrontamien- va más’. Desde el Ni Una Menos el movimiento feminista en las
to temerario del riesgo como parte hasta las denuncias del colectivo diferentes regiones del país?
intrínseca en la constitución del de actrices, ellas están mostrándo- Como refería en el punto
sujetx. nos otros modos de relacionarse. anterior, las escuelas secundarias a
De todas maneras, creo que Y en las escuelas secundarias esto través de los centros de estudiantes
pensar en los costos de la MH es también acontece. Son lxs propixs y diferentes agrupaciones se con-
necesario para dimensionar el pro- chicxs quienes exigen, por ejem- virtieron en un catalizador de los
blema pero no debe llevarnos a ol- plo, la implementación de la Edu- reclamos de reivindicaciones por
vidar los privilegios y ventajas que cación Sexual Integral. parte de lxs propixs adolescentes.
a la vez como varones tenemos, los Con respecto a los escra- Desde la toma de las escuelas, los
cuales impactan negativamente so- ches que sucedieron en algunas escraches, la reacción de varones
bre las mujeres y masculinidades escuelas, estimo son un marcador de concurrir con faldas frente a
subordinadas, y que son necesa- de época en relación a lo anterior; la medida de un directivo de pro-
rios replantear para generar vín- hay una ruptura del silencio, un hibirlas en las chicas por conside-
culos de mayor empatía hacia lxs salir del miedo y del lugar de do- rarlas provocativas, los reclamos
demás. Esto, al igual que los pac- minación por parte de las adoles- por la Educación Sexual Integral,
tos de complicidad y silencio entre centes mujeres. De todas maneras la presencia en las marchas del
varones, en relación por ejemplo a creo que la modalidad del escrache Ni Una Menos, 8M, del Orgullo;
las burlas, chistes homofóbicos o puede ser peligrosa en relación a así como el gran protagonismo
sexistas, los piropos o el acoso ca- lo estigmatizante de una conducta que mostraron lxs chicxs frente
llejero. En un momento de la vida que anteriormente se encontraba al debate por la Ley de Interrup-
donde la influencia del grupo de naturalizada, y que no necesaria- ción Voluntaria del Embarazo en
pares cobra tanta relevancia, como mente habla de una personalidad el Congreso el año anterior. Creo
lo es en la adolescencia, problema- abusiva en caso del adolescente que estamos presenciando un mo-
tizar esto con lxs chicxs es funda- varón. Como positivo, creo que la mento sumamente fértil de partici-
mental. Quienes van a dar cuenta sensación que experimentaron los pación adolescente y juvenil. Sin
de la masculinidad de un sujeto varones en relación al temor de ser embargo, esto no se da en todas las
serán los otros varones, y esto por denunciados puede operar como regiones del país sino más bien en
todo lo anteriormente dicho, en la un llamado de atención en cuanto los grandes centros urbanos. Debe-
adolescencia es clave. a que ‘no todo vale’. mos seguir trabajando para que la
Por otra parte, analizan- Educación Sexual Integral sea una
En los últimos años, vivimos un do los modos de resolución de realidad en todas las escuelas del
avance del feminismo que llegó las diferentes situaciones que se país; así como también propiciar
con mucha fuerza a los y las más dieron en las escuelas, me parece instancias de discusión donde pue-
jóvenes modificando las formas necesario destacar la dificultad que da circular la voz de lxs chicxs sin
en que se relacionan. En algunos presentaron lxs adultxs y equipos censura ni condicionamientos.
casos de público conocimiento, pedagógicos, en la mayoría de los
se han realizado escraches pú- casos, para acompañar lo aconte- Hace pocos meses se creó el Ins-
blicos ¿qué opina acerca de es- cido en las instituciones. Esto da tituto de Masculinidades y Cam-
tas nuevas formas de utilización cuenta, entre otras cosas, de la fal- bio Social del cual usted forma
de la metodología del escrache, ta de trabajo y reflexión por parte parte ¿cuáles cree que fueron las
89
Symploké revista filosófica julio 2019
razones más importantes para ticas de cuidado y Violencias Ma-
crear dicho espacio? chistas.
MasCS es un Instituto for-
mado por un colectivo interdis- Muchas gracias.
ciplinario de compañerxs, desde
donde nos proponemos interve- *Juan Carlos Escobar es médico
nir en el campo de las políticas pediatra y de adolescentes. Coor-
de género destinadas a varones y dinador del Programa Nacional de
masculinidades. Nos referimos al Salud Integral en la Adolescencia
Cambio Social, resonando en las del Ministerio de Salud y Desarro-
propuestas emergentes de los ac- llo Social de la Nación. Diploma-
tivismos feministas y sexualmente do en Gerencia Social y Políticas
disidentes, apostando a contribuir Públicas (FLACSO Chile). Con-
a la democratización de las rela- sultor en temas de adolescencia,
ciones generizadas de poder y a la masculinidades y salud. Integrante
construcción de una sociedad libre del grupo promotor del Instituto de
de violencias sexistas. Nos propo- Masculinidades y Cambio Social.
nemos aportar al involucramiento
de los varones y masculinidades
en la construcción de ese cambio
social, a partir de políticas de sen-
sibilización e interpelación que
habiliten a registrar, cuestionar y
erradicar la reproducción de lazos
de complicidad machista, la natu-
ralización de privilegios, el ejerci-
cio cotidiano de micromachismos
y otras modalidades de violencia.
Buscamos también visibilizar y
apostar a la proliferación de mas-
culinidades disidentes del mandato
patriarcal; a la emergencia de for-
mas de socialización masculina e
intergéneros que logran desplazar-
se del guión de género dominan-
te; y a la construcción de nuevas
referencias cotidianas, públicas y
colectivas, que inviten e inciten
a los varones y masculinidades a
estar a la altura del cambio social
que vienen impulsando las mujeres
y diversidades sexuales en nuestro
país, en la región y en el mundo.
Las líneas de trabajo del
Instituto están relacionadas con:
asesoría y fortalecimiento institu-
cional, programas de capacitación
y formación, investigación, advo-
cacy y comunicación y sensibiliza-
ción pública; en tres ejes centrales:
Abordajes de la Educación Sexual
Integral con varones; Salud y polí-
90
Cuentos infantiles y construcción de la
subjetividad en la infancia:
análisis de cuentos tradicionales
e innovadores.

Jesica Pasqualini*

Resumen tales como la bondad y la pasivi- Género y el libro “Ni Una Menos
dad de la princesa en relación a su desde los Primeros Años”. A fin de
El presente artículo se pro- destino, como así también el final ampliar las conclusiones, se inclu-
pone sintetizar los resultados obte- triste de las madrastras. ye una entrevista semi estructurada
nidos de la investigación realizada En un segundo momen- a una especialista en la temática de
para la tesis de licenciatura en Psi- to, se realizará una comparación violencia de género desde las pri-
cología de la Universidad de Bue- de “La cenicienta” con el cuento meras infancias.
nos Aires. innovador “La Cenicienta que no
La literatura infantil ha quería comer perdices”, cuyo con- Palabras clave: literatura infantil,
sido uno de los medios principales tenido crea nuevos organizadores cuentos tradicionales, cuentos in-
que se han utilizado para la trans- de sentido. Este último muestra novadores, mitos de la feminidad,
misión de significaciones, los cua- lugares alternativos con los cua- subjetividad.
les inciden en la construcción de les las niñas podrían identificarse;
subjetividades de los niños y las introduce la posibilidad de tener Introducción
niñas. una actitud activa con respecto a
Partiendo de la idea de que su destino y promueve una rela- A partir de sus imágenes,
los cuentos infantiles tradicionales ción de sororidad entre las muje- personajes e historias, los cuentos
ponen en escena los mitos de la fe- res. Esto podría habilitar a que las infantiles, en sus versiones tradi-
minidad, en un primer momento se niñas se identifiquen con diversos cionales e innovadoras, construyen
analiza el cuento tradicional “La modos de ser mujer, abriendo un mitos acerca de los modos de ser
Cenicienta”. Se intentará identifi- abanico de posibilidades identi- mujeres y varones, razón por la
car en el mismo los discursos que ficatorias. En ambos cuentos, se cual es menester su indagación a
construyen y a qué imaginario so- hace hincapié en los costos y be- fin de dilucidar el modo en que di-
cial responden, considerando que neficios que conlleva no ajustarse chos relatos inciden en la construc-
los mismos legitiman y perpetúan a los mandatos patriarcales. ción de subjetividad de las niñas.
los modos tradicionales de subje- En la presente investiga- Cabe aclarar que el térmi-
tivación. También se describirán ción se utilizaron autores y autoras no “cuentos innovadores” no fue
las características fundamentales que se inscriben en el campo del encontrado en la bibliografía, por
de los personajes de estos cuentos, Psicoanálisis con Perspectiva de lo que es un modo posible de nom-
91
brarlos seleccionado para este ar- dad capitalista y patriarcal. “se refieren a la relación entre las
tículo. Este nombre se debe a que María Morales y Giulietta formas de representación que cada
los protagonistas en estos cuentos Piantoni (2016) analizan la colec- sociedad instituye para la confor-
parecieran presentar algunas de las ción Antiprincesas, la cual será uti- mación de sujetos aptos para des-
características propias del modo de lizada como punto de referencia de plegarse en su interior y las mane-
subjetivación innovador, concep- los cuentos innovadores. Tales au- ras en que cada sujeto constituye
tualizado por Débora Tajer (2009) toras sostienen que esta colección su singularidad” (2009, pp. 47).
y que se desarrollará a continua- “rescataría valores de hombres y Las mujeres subjetivadas en un
ción. mujeres comunes que decidieron modo tradicional le otorgan un lu-
Alejandra Lo Russo ‘ser’ dentro de un mundo que in- gar fundamental a los valores de
(2011), siguiendo a Rodulfo y Ro- tenta homogeneizar, que lucharon maternidad y conyugalidad, dejan-
dulfo, sostiene que la subjetividad por ideales y convicciones lejos do de lado su desarrollo profesio-
en la infancia no solo se construye del legado patriarcal” (2016, pp. nal. Además han aprendido a ser
a partir del mito y discurso fami- 2). buenas, a no protestar y a callarse
liar, sino que el discurso mediático Las narraciones seleccio- como atributos propios de la femi-
—cuentos infantiles— también in- nadas son analizadas desde una nidad.
gresaría al psiquismo de los niños. perspectiva de género, puesto que El modo innovador de sub-
Por lo tanto, su identidad la misma apunta a interrogar e in- jetivación en las mujeres se carac-
se construye a partir de las diver- vestigar los roles y los atributos teriza por la diversidad, ya que los
sas significaciones que recibe del socialmente asignados a las muje- mandatos se transforman en opcio-
medio, siendo los cuentos tradicio- res y a los varones, develando los nes entre las que pueden elegir, o
nales e innovadores uno de los fac- dispositivos de poder que los sos- bien optar por otras (Tajer, 2009).
tores fundamentales en la constitu- tienen. Estos dispositivos de poder A partir del análisis de la
ción de subjetividades. Todo esto operan sobre el modo de pensar, de bibliografía sobre esta temática
no puede ser pensado sin tener en sentir y de actuar de los hombres y se desprende la necesidad de po-
cuenta la conceptualización de psi- mujeres, respondiendo a un imagi- der nombrar y caracterizar a los
quismo abierto, el cual es más ma- nario social instituido. nuevos cuentos, así como también
leable en la infancia y, por lo tanto, En la narrativa que intro- intentar responder los siguientes
más permeable a recibir modifica- ducen los cuentos tradicionales se interrogantes ¿por qué La Ceni-
ciones y reestructuraciones. reconocen los mitos de la femini- cienta, cuento escrito en 1697, se
En el presente artículo se dad desarrollados por Ana María sigue ofreciendo como propuesta
ha analizado el cuento tradicional Fernández (1993). Dichos mitos en la infancia? ¿Cómo hubieran
“La Cenicienta” (1697) de Charles son: a) mujer=madre, el cual se sido construidas las subjetividades
Perrault, y el cuento innovador “La caracteriza por una ecuación que de las niñas si los cuentos que se
Cenicienta que no quería comer indica que para ser mujer se ne- leían habrían tenido a una bruja de
perdices” (2009) de Nunila López cesita ser madre; b) el mito de la protagonista? ¿Existiría la posi-
Salamero. pasividad erótica femenina, por el bilidad de que el matrimonio con
Márquez González (2013) que la mujer presenta una imagen el príncipe no sea el único destino
realiza un análisis de “La Ceni- frágil, dependiente y sexualmente que garantice la felicidad?
cienta”, indicando que la protago- pasiva como así también descono-
nista siempre es vista como buena, cedora de su propia sexualidad; y Metodología
dócil, pasiva e inocente, imagen c) el mito del amor romántico por
que se constituye como núcleo el cual la mujer debe soportar cual- Tal como se ha menciona-
central de la representación social quier cosa por amor. Se verá luego do, los resultados que aquí se pre-
del rol femenino. Asimismo, exis- cómo en el cuento innovador se- sentan son producto de la investi-
tirán las malas mujeres: agresivas, leccionado se intenta deconstruir gación llevada a cabo en el marco
feas y amargadas, las cuales nunca dichos mitos (Fernández, 1993). de la Tesis de Grado de Psicología
serán amadas. Por lo tanto, a través La eficacia de los mitos se (UBA) la cual analiza y compara
de estos cuentos tradicionales se puede observar en su incidencia en los cuentos “La Cenicienta” (1697)
ofrece a las niñas un modo de ser y los modos en que somos subjeti- y “La Cenicienta que no quería co-
actuar compatible con las normas vados. Débora Tajer (2009) indica mer perdices” (2009). A partir del
y valores dominantes en una socie- que los modos de subjetivación diseño exploratorio y descriptivo

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se consultaron diversas fuentes jer está imposibilitada para salir a cuales nadie quiere identificarse.
bibliográficas, entre ellas varias buscar su propio destino, tanto así Por un lado, la figura de
ponencias acerca de la temática y que espera —pasivamente— ser La Cenicienta representa el ideal
el libro “Ni Una Menos desde los salvada por el príncipe o el hada de mujer que se ajusta al modelo
Primeros Años”. madrina. No hay lugar para ser patriarcal, aquella que ofrece un
Con el propósito de lograr protagonistas de su historia, sino amor incondicional y siempre está
una comprensión más exhaustiva que son en tanto partenaire del dispuesta y a la espera de un varón
de la problemática, teniendo en príncipe, es decir más objeto que proveedor que le brinde el valor
cuenta que se trata de un tema poco sujeto. social que espera. Por otro lado, la
estudiado y que gran parte de los Una de las características mujer que lucha por quedarse con
desarrollos son análisis meramente principales de la protagonista de el príncipe es la madrastra, la mala
descriptivos de cuentos tradiciona- este cuento es la benevolencia. mujer, que se “rebela”, buscando
les, se realizó una entrevista semi Este atributo, que para el discurso su propio destino. Su peor pecado
estructurada a Lucía Moreno, do- hegemónico es sinónimo de tole- es quererse más a ella misma que
cente, referente en el campo de los rancia, implica tener la capacidad a su hijastra. Esta mujer tiene una
estudios de género y co-autora de de soportar todo (gritos, castigos, posición activa en relación a su
“Ni Una Menos desde los Prime- desprecios). El “fueron felices y historia: piensa y lleva a cabo pla-
ros Años”. comieron perdices” característico nes, hace alianzas y lucha a fin de
Cabe destacar que el enfo- de estos cuentos, se puede pensar conseguir lo que desea.
que cualitativo subraya la impor- como un “premio” a la tolerancia Con el propósito de do-
tancia del patrón cultural partiendo infinita, que le permitirá superar minar a estas mujeres, e imponer
de la concepción de que cada siste- su pobreza no por sus acciones, el modo de “ser mujer”, lejos de
ma social tiene un modo particular sino gracias al príncipe y a ser una invisibilizarlas, se las demoniza,
de interpretar los eventos (Colby “buena” mujer. Esta concepción de convirtiéndolas en las malas. Re-
en Hernández Sampieri, Fernández la bondad no puede ser entendida tomando el concepto de psiquismo
Collado & Baptista Lucio, 2006). separada del mito del amor román- abierto, las niñas reciben tales pro-
Las interpretaciones es- tico, el cual reproduce una idea de puestas en la infancia, propuestas
tarán enmarcadas en el momento completud y donde se prioriza el que operan en la construcción de
histórico social actual, distinto al deseo de pareja a costa del sufri- subjetividad, moldeando los de-
momento en el que fue escrito “La miento o la resignación de la liber- seos y las aspiraciones como así
Cenicienta”. Por lo cual, la inter- tad individual. también los roles que tienen dis-
pretación y comparación de los ponibles en la sociedad. Al ser un
cuentos debe ser contextualizada, La “esencia de las malvadas” personaje demonizado y desvalori-
teniendo en consideración el con- zado, las niñas no lo eligen como
texto socio cultural e histórico en Amorós (1993) sostiene un lugar posible para identificarse.
el que cada uno de ellos fue publi- que la mujer, en tanto grupo homo- El lugar de la madrastra es
cado. géneo, constituye el conjunto de uno de los pocos papeles permiti-
“las idénticas”, quienes portan una dos a las mujeres en los que existe
Resultados principales esencia que hace acto en sus cuer- una clara recompensa emocional:
La Cenicienta en la dulce espera pos y en sus deseos. Este podría ser protagonistas de su propio des-
ser el caso de las princesas, donde tino.
En “La Cenicienta” la prin- todas deberán ser buenas y bellas, Cabe destacar que a pesar
cesa está esperando a lo largo del ya que está en su esencia, dejando de que estas mujeres tengan una
cuento un príncipe que la rescate. por fuera la singularidad de cada posición activa y sean protagonis-
Pareciera que hay, en esta “dulce una. Aquellas mujeres rebeldes, tas de su historia, el único final fe-
espera”, una idea que se propaga: que no quieran acatar su destino liz posible es el matrimonio con el
aguardar a la persona ideal y ser —donde se podría ubicar a las ma- príncipe y no hay lugar para otros
rescatada para cumplir un sueño drastras— que desafían la esencia proyectos, característica propia del
—casarse con el príncipe—. Esta de “las idénticas”, son marginadas, modo de subjetivación tradicional.
necesidad de ser rescatada respon- desplazadas al único lugar disponi-
de al mito de la pasividad erótica ble para la historia: ser malas, estar
femenina, a partir del cual una mu- destinadas a un final triste y con las

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La Cenicienta innovadora de ser mujer, castigando a aquellas erótica femenina. Se despliega su
que intenten ser distintas. Frente a subjetividad, abriendo paso a un
El cuento innovador “La la falta de ayuda la Cenicienta se sujeto deseante que posee proyec-
Cenicienta que no quería comer queda sola, es decir que esta si- tos propios por fuera del matri-
perdices” presenta un contenido tuación provoca el aislamiento y monio con el príncipe, como por
alternativo, del tipo contrahege- la soledad propio del destino de ejemplo la apertura de su restau-
mónico. Ofrece diversas formas las malas. De ahí que cabe pre- rante con las otras princesas. Cabe
de mujeres e intenta romper con guntarse si el castigo por intentar destacar la sensación de felicidad
la imagen de mujer bella, limpia, romper con el ideal de lo que se que transmite la protagonista cuan-
sensible, propia de los cuentos espera que haga y desee una mujer do puede realizar sus proyectos,
tradicionales, representando una trae como consecuencia la discri- completamente distinta a la ima-
princesa que sufre los avatares de minación entre mujeres, así como gen de tristeza que presentaba al
la vida cotidiana y cuya imagen no la imposibilidad de ser elegida comienzo del cuento. Además, la
es la “esperable” para una princesa por un príncipe. En este sentido, relación con su cuerpo se ve modi-
tradicional. En relación a las pro- el cuento refuerza la idea de que ficada: comienza a disfrutarlo y a
tagonistas de los cuentos innova- “correrse” del lugar que propone apropiárselo como fuente de placer
dores, Lucía Moreno afirma: el patriarcado conlleva consecuen- y no como un cuerpo para gustar a
Las [protagonistas] de los cias negativas actuando a modo de otros o como un objeto que recibe
cuentos que necesitamos son mu- disciplinamiento de los deseos e castigos.
jeres más reales, ni tan sumisas identificaciones de las niñas lecto- Estas nuevas narrativas
ni tan alegres. (…) En los cuen- ras de dichos cuentos. proponen otros modos de ser mujer
tos nuevos se intenta representar Este relato se diferencia de y otras posibilidades de identifica-
cómo somos como mujeres en la los cuentos tradicionales ya que ción, lo cual sin duda se presenta
realidad. la protagonista reflexiona acerca como un nuevo discurso para la in-
En esta narración se des- de su ingenuidad al pensar que un fancia que apunta a deconstruir los
cribe la realidad que atraviesa la príncipe la salvará, y se percata de mitos de la feminidad tradicional.
protagonista cuando se casa con que sólo ella misma podrá hacerlo,
el príncipe y que no responde al tomando una posición responsa- Fueron felices y no comieron
final feliz, sino que vive triste y ble y autónoma frente a su desti- perdices
maltratada por su esposo. Frente a no. En este sentido, en el cuento
esta situación busca ayuda en otras se sugiere que las hadas madrinas Al final del relato La Ceni-
mujeres, quienes le indican que no están en el interior de cada mujer cienta conoce a La Bella Durmien-
proteste y le insisten en que no hay y aparecen cuando se dice “basta”, te, Blancanieves y Caperucita Roja
mejor lugar para estar que con un permitiendo abrir paso al deseo. A quienes, al igual que ella, buscan
príncipe. De este modo se repro- partir de este cambio de posición, su libertad y en un lazo de sorori-
duce el ideal de éxito, felicidad La Cenicienta decide separarse dad logran realizar sus sueños. El
y completud que se espera en el del príncipe, rompe con lo espe- cuento señala que las princesas se
contrato conyugal. rado —instituido— para una prin- encontraban muy enojadas por el
Así como en los cuentos cesa. Rompe con el mandato de la papel que les había tocado repre-
tradicionales las mujeres no se vin- conyugalidad y decide poner fin al sentar en los cuentos tradicionales
culan sanamente entre sí sino que, maltrato del príncipe que creía que “niñas pasivas esperando que les
en la mayoría de los casos la bruja debía soportar por amor. Aban- pidan la mano y les quiten la vida”
castiga a la princesa a fin de que- dona el lugar de entrega total que (Nunila López Salamero, 2009,
darse con el bello príncipe azul, en le proponía el príncipe, propio del pp. 42). En consecuencia, cabe
este relato la relación tampoco es amor romántico. En ese sentido, preguntarse ¿Qué noción de auto-
solidaria: no hay un reconocimien- cabe preguntarse ¿Cuál es el modo nomía se les ofrece a las niñas si en
to entre ellas sino mera envidia. de amar que se intenta representar el cuento se espera que el príncipe
Esto podría dar cuenta de que en en estos cuentos? azul sea el comandante del destino
este cuento las malas no son las La princesa toma valor de la princesa? Esta noción va en
brujas, sino las propias mujeres para ser protagonista de su histo- detrimento de la construcción de
que sostienen y perpetúan los ima- ria, alejándose del lugar de objeto, infancias libres y autónomas.
ginarios sociales sobre los modos propio del mito de la pasividad

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A modo de conclusión tagonistas de su propia historia. Anfibia. Recuperado de http://
Todo esto podría permitir que las www.revistaanfibia.com/ensayo/
Develar y cuestionar los mujeres encuentren el lugar que madres-la-trampa-del-amor-ro-
mitos que reproducen los cuentos quieren ocupar en el mundo y mos- mantico
tradicionales, así como también su trar que construir con otras puede Hernández Sampieri, Fernández Co-
llado & Baptista Lucio (2006).
posterior análisis desde una pers- potenciar sus deseos.
Metodología de la Investigación,
pectiva de género, podría posibi- El contexto actual es un México D.F.: McGraw Hill Inte-
litar la reflexión acerca de nuevos momento propicio para que la ramericana.
modos de ser mujeres y varones, sociedad en general y los adultos López Salamero, N. (2009). La Ceni-
los cuales son indispensables para protectores en particular le ofrez- cienta que no quería comer per-
lograr una sociedad más igualita- can a los niños y a las niñas otros dices,
ria. Esto podría constituirse como modelos de identificación, que ha- Barcelona: Planeta. Recuperado de
un punto de partida para re-sig- biliten otras formas de ser, de de- http://www.mujeresenred.net/
nificar las nociones hegemónicas sear y de transitar el mundo tanto IMG/pdf/lacenicientaquenoque-
acerca de cómo se define lo mas- para varones como para mujeres. riacomerperdices.pdf
culino y lo femenino, construidas Los nuevos cuentos son piezas Lo Russo, A. (2011). Infancia, violen-
cia y género: Análisis de discur-
y establecidas a lo largo de la his- fundamentales para habilitar esos
sos parentales (Tesis de Maes-
toria . nuevos modos, sin embargo, me tría). Facultad Latinoamericana
Los cuentos tradicionales pregunto ¿Los cuentos innovado- de Ciencias Sociales, Buenos Ai-
muestran mujeres buenas —las res tendrán a las madrastras —re- res.
princesas—, que soportan maltra- beldes— como protagonistas? O Márquez González, C. (2013). Los
tos por amor, con una paciencia in- ¿El contexto actual habilitaría a cuentos de hadas y la represen-
finita cuyo premio será el amor del construir diversos modos de ser tación social del rol de género
príncipe. En cambio, las “brujas princesa o madrastra? en niñas y niños: ¿Princesas o
feas” se quedarán solas, como cas- brujas? Universidad de Colima,
tigo por intentar cambiar su desti- Bibliografía Colima.
no, no ajustándose a las normas del Morales, M&Piantoni, G. (2015).
Colección antiprincesas + anti-
patriarcado. Castoriadis, C. (1983). La institución
y lo imaginario: primera aproxi- héroes. Buenos Aires: Editorial
Con los cuentos innovado- Sudestada y Chirimbote.
res se despliegan nuevos organi- mación. En La institución imagi-
naria de la sociedad, Barcelona: Perrault, C. (1697). La Cenicienta.
zadores de sentido, representando Recuperado de http://www.do-
Tusquets Editores.
a la princesa como una mujer real miniopublico.gov.br/download/
Fernández, A.M. (2009). Historias de
que sufre los avatares de la vida texto/bk000295.pdf
Infancias, En Las lógicas sexua-
cotidiana. Las malvadas son las les: Amor, política y violencias, Tajer, D. (2009). Modos de subjeti-
propias mujeres “encerradas” en Buenos Aires: Nueva Visión. vación: modos de vivir, de enfer-
las lógicas patriarcales, por lo que Fernández, A.M. (1993). La Bella mar y morir. En Heridos Corazo-
es menester empezar a deconstruir diferencia y Hombres públi- nes. Vulnerabilidad Coronaria en
los imaginarios que las propias cos-mujeres privadas. En La Mu- Varones y Mujeres. Buenos Aires:
mujeres reproducen, siendo los jer de la Ilusión, Buenos Aires: Paidós.
cuentos innovadores fundamenta- Paidós.
les para dicha tarea. Fernández, A.M. (1993). Madres en * Jesica Pasqualini es licenciada
Estos nuevos cuentos tie- más, mujeres en menos: los mitos en psicología por la Universidad
nen un rol primordial en la desi- sociales de la maternidad. En La de Buenos Aires. Cursa la Maestría
Mujer de la Ilusión, Buenos Ai- en Salud Mental Comunitaria de la
dentificación de las niñas con las
res: Paidós. Universidad de Lanús. Actualmen-
princesas tradicionales; en este Fink, N. (2016). De Brujas y Prin-
sentido habilitan otros modos de te se desempeña como consultora
cesas: la literatura y el cine en en Salud Sexual y Educación Se-
ser más autónomos y libres que no la producción de estereotipos de
terminan con un final triste, sino xual Integral en la Scretaría de Sa-
género. En Merchán, C., Fink,
con el que ellas desean. Además, N. (Comp.) Ni Una Menos desde lud de la Nación por el plan ENIA.
proponen que abandonen el lugar los Primeros Años, Buenos Aires: Mail:jesicapasqualini@gmail.com
pasivo y dependiente que trata de Las Juanas Editores, Chirimbote.
imponerse, convirtiéndolas en pro- Gimeno, B. (2017). Madres en la tram-
pa del amor romántico. Revista
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Symploké revista filosófica julio 2019

El poder político femenino

Sofía Rutenberg*

“Que nos atraiga lo que nos destruye nos de las mujeres al masoquismo, no situar que el feminismo es una po-
aparta siempre del poder” dice “las mujeres no somos maso- sición política y ética que visibiliza
Virginie Despentes quistas”, sino que habilita a pensar los entramados de poder que son
(Teoría King Kong, 2018) al masoquismo como parte de un muy complejos y que están inclu-
sistema cultural, social, sexual, so dentro del propio psicoanálisis.
El presente trabajo tiene el económico y político que predes- En este mismo sentido, es necesa-
propósito de introducir críticamen- tina a las mujeres a gozar de su rio recordar que lo que se rechaza
te una lectura que posibilite el diá- propia impotencia, es decir, de la retorna en síntomas; y por lo tanto,
logo y articulación entre el psicoa- superioridad del hombre. Situar es un error desestimar lo trabajado
nálisis y el feminismo, teniendo en así al masoquismo nos reorienta por Freud y/o Lacan, o reducir sus
cuenta la tensión y el conflicto que en la clínica psicoanalítica, la cual teorías so pretexto de que “son ma-
puede haber entre ambos campos. mayoritariamente ha interpretado chistas”. En todo caso, se trata de
En tanto la subjetividad de las mu- a las mujeres desde su carencia repensar críticamente los concep-
jeres ha sido pensada, teorizada y pero no desde su potencia, en tan- tos, textos y metapsicología, sin la
escrita por hombres, el resultado to la misma es viril, y por lo tanto amenaza de un castigo. La mujer
ha sido una mujer calcada del mo- masculina. Así, desde esta matriz que piensa críticamente [al psicoa-
delo masculino y, por lo tanto, una e inevitablemente, el poder en las nálisis] corre el riesgo de que la
mujer castrada. En este sentido, el mujeres ha sido degradado desde corrijan, que la quieran “poner en
eje central de esta nota crítica es si- interpretaciones que lo emparen- su lugar”. Ahora bien, para hacer
tuar qué lugar tiene el poder de las ta con la envidia -del pene- como entrar en conflicto al psicoanálisis
mujeres dentro del psicoanálisis. causa, al tiempo de haber postula- se requiere de su politización. Es
El parágrafo de Virginie do que su ejercicio implicaría una decir, no psicopatologizar la vida
Despentes arriba aludido permite usurpación -fálica-. cotidiana sino politizarla. En otras
ubicar que el masoquismo en las Considero que entre el psi- palabras, que se discuta pública-
mujeres, lejos de ser parte de una coanálisis y el feminismo hay ten- mente lo que suele considerarse
naturaleza o una esencia femenina, sión, hay conflicto, y eso es preci- privado, doméstico, del hogar; Es
constituye una de las fuentes prin- samente lo más enriquecedor. Esa decir, tener en cuenta los entrecru-
cipales que las aleja del poder. La tensión permite no sólo repensar el zamiento sociales, culturales y po-
autora no niega la predisposición psicoanálisis, sino que posibilita líticos que están en juego en lo que
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Symploké revista filosófica julio 2019
se considera “personal”, tal como tea en El niño entre la mujer y la la cual aprenden que para agradar
suele suceder con la maternidad, la madre que “la madre angustiada tienen que ser “lindas como una
sexualidad, el aborto, la violencia, es, de entrada, la que no desea –o muñeca”. La muñeca es su doble
la violación, el goce, el orgasmo, desea poco, o mal– como mujer” y su hija a la vez. ¿Si no por qué
la frigidez, la masturbación, el ma- (2005, p. 2), supone un desdobla- las mujeres desearían hijos como
soquismo, el apellido del padre, la miento en el cual la parte madre forma de realización? Sigmund
prostitución, la fantasía o el amor. se angustia porque no desea bien Freud respondió a esto: “porque
Una de las tesis centrales la parte mujer. En este sentido, re- quieren un pene”. Desde Simone
de El segundo sexo de Simone de niega de que el deseo también pro- de Beauvoir es posible una recti-
Beauvoir (1949) es que la niña se duce angustia, y que el deseo no ficación de lo supuesto por Freud:
constituye subjetivamente como siempre es bonito o puro, descono- la autora aclara que quieren los
doble de la madre. Tomando di- ciendo los sentimientos negativos privilegios de los que tienen pene.
cha tesis, me interesa ubicar que hacia el hijo, la hija o la materni- En esta línea, Virginie Despentes
la sexualidad femenina dentro del dad. plantea que todo lo competente
corpus psicoanalítico es descrita Virginie Despentes (2018), todavía quiere decir masculino.
y teorizada desde la duplicidad: por su parte, considera que las mu- Por esto mismo es que existe una
el desdoblamiento mujer-madre, jeres tendríamos que pensar mejor dificultad de interpretar a las mu-
las categorías madre o puta, la bi- las ventajas de que los hombres jeres desde su potencia, ya que la
sexualidad constitutiva -que parte accedan a la paternidad activa, misma es masculina. En palabras
de la idea de que antes de amar al más que aprovecharnos de la exal- de Emilce Dio Bleichmar (1985),
padre la niña ama a la madre, es tación del instinto maternal. La la mujer que desea algo que se
decir, a alguien del mismo sexo-; mirada del padre sobre el niño o supone masculino usurpa el falo.
la bipartición genital clítoris-va- la niña constituye una revolución Acceder a los poderes masculinos
gina, el binomio sexualidad feme- en potencia, plantea la autora. Los implica para una mujer el miedo
nina e histeria, el goce femenino padres podrían hacer saber a sus al castigo. A las mujeres les aver-
-que tiene una parte que responde hijas que tienen una existencia güenza su poder. Y las que ejer-
al falocentrismo y otra parte que fuera del mercado de la seducción, cen algún poder tradicionalmente
está excentrado y que es misterio- podrían enseñarle la fuerza física y masculino tienen que disculparse,
so, un continente oscuro-. La neu- podrían valorarlas por esta fuerza pedirle perdón al hombre para que
rosis histérica que se formula en sin miedo al castigo. También po- este se tranquilice, para que no se
función de la Otra, es decir, de otra drían hacer saber a sus hijos que la sienta amenazado, ya que sino la
mujer que sabe cómo hacer gozar tradición machista es una trampa, sanción podría ser brutal.
a un hombre. También el síntoma una restricción de las emociones, Por esto mismo es que las
histérico corresponde a una du- un acallamiento de la sensibilidad mujeres tenemos que ocupar el es-
plicidad, en tanto testimonio de la y la vulnerabilidad. Esto no quie- pacio público tal como lo venimos
división subjetiva. Ahora bien, ¿la re decir que los hombres podrían haciendo desde los movimientos
noción de niña como doble de la ser mejores para criar a sus hijos sociales y feministas. Sin embar-
madre planteada por de Beauvoir e hijas que las mujeres, sino que go y llamativamente, no sólo el
es el resultado de una sentencia en la exigencia de ser un “hombre de psicoanálisis y sus instituciones
la cual la mujer se considera un du- verdad” conlleva el acceso restrin- rechazan muchas veces su propia
plicado, nunca original, es decir, la gido a la paternidad, que incluso se discusión en términos políticos al
mujer que únicamente reproduce? reduce a dar el apellido [el nombre tiempo de rechazar también toda
La duplicidad de la mujer del padre], sin tener en cuenta que discusión desde el mismo –en tor-
es un síntoma del psicoanálisis es parte de la construcción tradi- no a lo público–, sino que también
precisamente porque, como todo cional de la virilidad. muchas mujeres colegas y practi-
síntoma neurótico, se nos presen- Educadas por mujeres en cantes del psicoanálisis no con-
ta como una inconciliabilidad: “o un mundo tradicionalmente feme- sideran que dicho acto de habitar
esto, o esto otro”. Y cualquier ca- nino, se les promete a las mujeres y protagonizar el debate político
mino que se tome resultará insatis- desde pequeñas que la maternidad incluya también hacerlo en torno
factorio. Además, la dualidad de la es lo que las va a completar, lo al propio psicoanálisis, su teoría
femineidad se interpreta desde la que las va a satisfacer. Su primer y práctica. Dicho de otro modo,
carencia. Cuando J.A. Miller plan- regalo es una muñeca, a través de la práctica psicoanalítica queda
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[auto]excluida de su discusión po- algo excepcional, que le pasa a al- matar y descuartizar, pero está mal
lítica y feminista, aun tratándose gunas pocas a causa de unos pocos visto que una mujer lleve un cuchi-
de mujeres analistas por demás monstruos; pero es el núcleo de la llo en la cartera.
empoderadas en otros ámbitos. construcción de la sexualidad. El El ejercicio del poder po-
Así, el psicoanálisis sigue privado padre introduce la mirada como lítico conlleva enojos, pasiones,
de la discusión política. Se discute modo de relacionarse con su hija. sentimientos, estrategias, pensa-
sólo en pequeños espacios o gru- Mira el cuerpo erótico de la niña, mientos, lecturas, debates, escritu-
pos. Las figuras de autoridad son quien se transforma en la culpa- ra; pero a las mujeres se les dice
hombres y los jefes de cátedra de ble, quien provoca la atención del que tienen que ser suficientemente
las materias psicoanalíticas en la padre. Al buscar seducir al padre buenas. Entonces se inhibe desde
Universidad de Buenos Aires son busca su cariño, su afecto, sus cari- la infancia la pulsión de apodera-
en general hombres. Politizar el cias y su atención; lo cual produce miento y la voluntad de poder. Se
psicoanálisis no quiere decir “vol- que la niña se convierta inmediata- maternaliza a la mujer desde que
verlo transparente”. No aludimos a mente en culpable. Las mujeres se es pequeña porque la maternidad
una distinción trivial público//pri- constituyen así como culpables de es una forma en que se constituye
vado. Quiere decir que lo personal la agresión del otro. la feminidad entera y, por lo tanto,
también sea político. Los descubrimientos freu- una mujer puede ser madre sin te-
dianos sobre la fantasía son de ner hijos, dedicándose al cuidado
Freud: violación y seducción suma importancia siempre y cuan- de los otros sin ninguna retribu-
do no queden coagulados en una ción económica ni simbólica. La
Cuando Freud desarrolla verdad completa y absoluta que se maternalización de las relaciones
su teoría sobre la fantasía y la rea- desentiende de los entramados de implica que en el lugar de la falta
lidad psíquica lo hace en función poder y los mecanismos que han se asume la culpa. De la falta nace
de que todas las mujeres que lo hecho inferiores a las mujeres y las el deseo, de la culpa el autorrepro-
consultaban habían sufrido un abu- han convertido en sus propias vi- che, el masoquismo, la necesidad
so sexual en algún momento de sus gilantes de su sexualidad, en tanto de castigo; es decir, todo lo que
vidas. Esto era para él increíble, son ellas mismas las que transmi- nos aleja del poder.
intolerable: ¿cómo podía ser que ten de generación en generación la En tanto las mujeres pode-
todas sus pacientes habían sufrido amenaza de violación (Rutenberg, rosas siguen siendo un monstruo
la violencia sexual por parte de un 2017). para el psicoanálisis, o mejor di-
hombre en algún momento de sus cho, el poder en las mujeres es un
vidas? ¡Y encima un hombre de la El poder de las mujeres: un sig- significante forcluido, abandonar
familia! Por esto escribe una car- nificante forcluido el terreno político y escindirlo de
ta a Fliess en la que le dice “mis la práctica psicoanalítica es una
histéricas me mienten” (Freud, La cuestión es que se pro- resistencia a la emancipación y al
1897). duce el engaño de que al entrar ejercicio del poder que sigue en
Ahora bien, la violación en contacto con el poder nos vol- manos de los hombres.
es un programa político. La fanta- vemos asquerosas y corruptas:
sía de violación existe, sí, pero en mientras nosotras amábamos ellos Bibliografía
función de un dispositivo de poder gobernaban, plantearía Kate Millet
que supone un modo de gozar con- (1970). Las grandes mujeres son De Beauvoir, S. ([1949]2016). El
tra la propia voluntad. La violación santas o están muertas; la mujer segundo Sexo, Buenos Aires:
es la guerra civil, dice Despentes, que está viva y ejerce el poder es Debolsillo.
la organización política a través de una ladrona. Milagro Sala está pre- Despentes, V. (2018). Teoría King
la cual un sexo declara al otro “yo sa por tirar huevos pero la sociedad Kong. Ciudad Autónoma
tomo todos los derechos sobre ti, cree que es porque robó. La fuerza de Buenos Aires: Literatura
te fuerzo a sentirte inferior, culpa- es la característica principal y sede Random House.
ble y degradada”. La violación es del poder masculino. Una mujer Dio Bleichmar, E. (1985). El femi-
algo de lo que no se debe hablar que quiere gustar tiene que borrar nismo espontáneo de la histe-
porque detrás de ésta se sintetiza la todo aquello referente a la fuerza. ria. Madrid: Adotraf.
construcción de la masculinidad. Nos educan desde niñas para no Freud, S. (1897). Carta del 21 de
La violación se reproduce como defendernos. Ellos pueden violar, Septiembre de 1897. En Cartas
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a Wilhelm Fliess (1887-1904).
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de Investigaciones Gino
Germani, Facultad de Ciencias
Sociales, UBA. Buenos Aires,
Agosto de 2017.

* Sofía Rutenberg es licenciada


en Psicología por la Universidad
de Buenos Aires, Psicoanalista,
Coordinadora del área Feminismo
y Psicoanálisis en Hacer-Clínica.
Investigadora en temáticas de gé-
nero, diversidad, violencias y psi-
coanálisis.

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