2do Folleto
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2do Folleto
Introducción
Sin embargo cabe preguntarse: ¿hay un andamiaje teórico propio de los derechos
humanos que tenga incluso autonomía de la teoría jurídica? Lo más cercano –y no
tan alejado de la teoría jurídica- necesariamente pasa por los siguientes puntos:
Los módulos III y IV están dedicados a responder la tercera pregunta. Estos dos
módulos deben leerse de forma integral. El principal objetivo es lograr que los
derechos humanos se conviertan en una herramienta analítica, práctica y útil para
ser aplicada a diversos ejercicios como: la identificación de la violación a derechos
humanos, el diagnostico de algún derecho, el análisis de alguna política pública, etc.
Sin más vamos adelante.
Módulo I
Sin duda, cada uno de los puntos anteriores generaría reflexiones individualizadas
que posibilitarían escribir varios libros. Sin embargo, la complejidad de la pregunta
que abre este acápite tiene un objetivo más sencillo: saber cómo se presentan los
derechos humanos en situaciones concretas. Por ello tiene sentido mencionar un
conocido concepto jurídico denominado derecho subjetivo.
En ingles existen dos palabras para referirse al derecho: right y law. En castellano
no tenemos estas dos opciones, por lo que han sido creadas dos acepciones:
derecho objetivo y derecho subjetivo. El primero se refiere a las normas jurídicas
que tienen el respaldo coactivo del Estado: los códigos, las leyes, las constituciones,
los reglamentos, etc. El segundo son las expectativas de acción u omisión que un
sujeto de derecho tiene con respecto a otro sujeto obligado. Se harán un par de
anotaciones más sobre este último.
A partir de todo lo anterior se establece como punto de partida que los derechos
humanos son exigencias éticas justificadas, especialmente importantes, que deben
ser protegidas eficazmente a través del aparato jurídico.
Que sean exigencias éticas jurídicas quiere decir que necesariamente exista una
relación jurídica donde se especifique con claridad quien tiene el derecho, quien la
obligación y cuál es el contenido de la misma.
A todo derecho no siempre recae una obligación, sin embargo, éste es un requisito
necesario en el campo de los derechos humanos. Por su parte, el carácter de
especialmente importante proviene de los adjetivos de los derechos humanos. En
la medida en que este tipo de derechos son universales tienen el carácter de
absolutos y son irrenunciables, estas características permiten observar la relevancia
de los derechos humanos y la importancia de que ninguna persona pierda dichos
derechos.
Por otra parte, desde la filosofía política y antropología jurídica se requiere una
forma distinta de pensar en los derechos humanos debido a la existencia de un
concepto que resulta problemático en estas materias: la universalidad. Estas dos
disciplinas, el nacimiento y consolidación de un derecho es siempre contingente y
contextual, por lo que la fundamentación histórica parece más adecuada. Existen
específicamente cuatro ideas distintas en torno a la naturaleza de los derechos
humanos: pensarlos como derechos naturales, positivos, históricos y morales. A
continuación se hace un breve repaso de cada una de ellas.
La historia de los derechos humanos está muy relacionada con la del liberalismo,
aunque no son la misma historia. Desde la teoría política liberal, el viejo régimen –
la monarquía absoluta- llegó a su fin a partir de un concepto básico: la libertad como
autodeterminación. El segundo tratado sobre el gobierno civil de Locke caló
profundo cuando despertó esta forma de pensar la libertad a partir de la propiedad
de uno mismo: yo soy dueño de mí mismo, soy dueño de mi cuerpo y de los
productos obtenidos con mi cuerpo, el rey no es más mi soberano.
A partir de esta lógica es que los derechos humanos se concebían como derechos
naturales, aunque su enumeración variaba dependiendo de quién hiciera la
tipología. Por ejemplo para Hobbes el principal y único derecho natural es la vida –
por eso la forma de gobierno que el diseña es una monarquía cuasi absoluta-; para
Locke es la vida, la libertad y la propiedad –de ahí que el tipo de gobierno más
pertinente sea la monarquía constitucional-; en cambio para Rousseau los derechos
naturales son la libertad civil –proveniente de las leyes- y la igualdad política y
económica –por lo que para él la forma de gobierno indicada es la democracia
radical-.
Con ello se alejaba la idea individualista que marcó duramente el nacimiento del
liberalismo político. En efecto, al considerar a los derechos humanos como derechos
morales, ya no sólo se pensó en el individuo aislado, sino en la construcción de
principios y de valores compartidos, -aunque todavía en el liberalismo, desde una
teoría tenue del bien-.
Para solucionar este problema es que podemos pensar a los derechos humanos
como derechos positivos. En buena medida tanto Norberto Bobbio –desde la
filosofía jurídica- como Luigi Ferrajoli –desde el positivismo critico- dieron por hecho
que con la emisión de la Declaración Universal de Derechos Humanos podía
solventarse el problema del sustento de los derechos humanos: están ahí y están
positivizados.
Una vez que estos ya han entrado al sistema jurídico positivo, la problemática es
otra –por ejemplo, cómo hacerlos eficientes o efectivos-, pero la fundamentación ya
no lo es.
Sin duda, la decisión que se time en torno a la naturaleza jurídica que guardan los
derechos humanos tendrá pros y contras que se resumen de la siguiente manera.
Identificación de contextos y
Históricos posibilidad de nuevas Catálogo sujeto a las
interpretaciones y nuevos asimetrías del poder político
derechos