Historia de Suecia
Historia de Suecia
Historia de Suecia
Los diferentes territorios que forman el país se unificaron alrededor del año 1000,
aunque cada territorio seguía siendo una unidad administrativa independiente, que
establecía sus propios tribunales y leyes. Sólo en el siglo XIII se consiguió que
empezara a haber leyes válidas para todo el territorio y, en 1350, las leyes territoriales
fueron sustituidas por una ley nacional válida para todo el imperio.
La Unión de Kalmar
También en el siglo XIV, concretamente en 1389, las herencias y uniones entre
dinastías provocaron que los reinos de Dinamarca, Suecia y Noruega se unificaran
bajo el reinado de Margarita I. La Unión de Kalmar de 1397 implicó que los tres
reinos quedaban bajo la autoridad de un sólo soberano. Esta situación se prolongó
hasta 1521, en el que Gustavo Vasa fue elegido rey de Suecia.
El reinado del primer Vasa sirvió para que se establecieran las bases de la Suecia del
futuro. Se reorganizó la administración, por lo que el poder se concentró en el rey, y al
mismo tiempo que se implantaba la reforma protestante en el país, se nacionalizó la
iglesia. Curiosamente sólo a partir de 1544 la monarquía hereditaria sustituyó a la
electiva.
Expansión y decadencia
Durante el siglo XVI, Suecia intentó alcanzar la posición de principal potencia en el
mar Báltico y, fruto del ansia expansionista, lanzó una guerra contra Dinamarca, que
supuso la incorporación al país de los territorios que su vecino controlaba en lo que
ahora es el sur del país. Además, también consiguió hacerse con parte de los
territorios noruegos. En aquella época, Suecia era la gran potencia escandinava, ya
que el reino comprendía Finlandia, las Repúblicas Bálticas y algunos estados del
norte de Alemania. Curiosamente, Suecia también mantuvo una breve presencia
colonial en Norteamérica, en la zona que hoy conocemos como Delaware.
Sin embargo, los tiempos de decadencia llegaron a principios del siglo XVIII, cuando
perdió la mayor parte de sus provincias del sur y el este del Báltico, en una guerra
contra Dinamarca, Polonia y Rusia, y quedó reducida a lo que hoy conocemos como
Suecia y Finlandia. Además, este último territorio pasó a manos de Rusia durante las
guerras napoleónicas, aunque consiguió formar una unión con Noruega que se
prolongó hasta 1905. Una breve guerra en 1814 contra Noruega fue el último conflicto
bélico en el que Suecia ha participado hasta la fecha.
En 1986, la vida política sueca recibió un duro golpe cuando el primer ministro
socialdemócrata Olof Palme fue asesinado en Estocolmo en circunstancias que aún
no pudieron ser aclaradas.