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Tema Apropiacion Ilicita

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1.

Introducción

La figura de apropiación ilícita, históricamente, se consideraba dentro de la


noción genérica de hurto. El Código de Manú y el Levítico la mencionan y solían
equipararla al hurto. Fue el derecho penal canónico el primero en conocer el
delito de apropiación indebida como hipótesis distinta al hurto. En el Código
Penal francés se tipificó como delito dependiente bajo el nombre de “abuso de
confianza”, sirviendo así de modelo al Código español de 1822[1].

Lea también: R.N. 85-2017, Lima Norte: Establecen cuándo se consuma


apropiación ilícita de monto producto de procedimiento concursal

En el Perú, estaba regulada en el artículo 346 inciso 6 del Código Penal de 1862.
En el Código Penal de 1924, la apropiación ilícita se encontraba prescrita en los
artículos 240 al 242. Actualmente el delito de apropiación ilícita, también
conocida como delito de apropiación indebida, está tipificado entre los artículos
190 al 193 del Código Penal de 1991.

Lea también: A.V. N° 09-2015-1: Improcedencia de acción en peculado


doloso por apropiación de S/. 133 soles

2. Concepto

La apropiación ilícita es el acto cometido por un agente delictivo, en su


provecho o en el de un tercero; haciendo suya en forma indebida un bien
mueble, una suma de dinero o cualquier objeto que se haya entregado para la
guarda o depósito, a título de administración o cualquier otro título no traslativo
de dominio, existiendo la obligación de devolver oportunamente el bien
entregado en custodia[2].

En la apropiación ilícita, la capacidad de disposición del propietario resulta


afectada por el abuso de confianza, siendo precisamente este hecho el
que justifica la punibilidad del incumplimiento de la obligación de restituir; de
no concurrir tal abuso, no habría apropiación ilícita.
Lea también: Del desalojo por precario… ¿al desalojo por poseedor
ilegítimo?

Cabanellas[3] refiriéndose a la apropiación indebida, denominación que se tiene


en Argentina, que en el Perú equivale a la apropiación ilícita,
señala: “incorporación, por acto espontaneo, de una cosa a nuestro patrimonio,
cuando se carece de derecho para ello”.

Existe apropiación ilícita cuando el agente realiza actos de disposición o un uso


determinado sobre un bien mueble, que ha recibido ilícitamente por un título que
no le incorpora un derecho, sumando a su patrimonio, ya sea el bien del que se ve
privado el propietario, ya el valor incorporado a él; esto es, el valor inherente al
bien mismo en virtud de la naturaleza y función del objeto en cuestión. A lo que
se agrega el hecho que el ilícito materia de imputación es eminentemente doloso
–animus doloso–; por lo que el agente debe conocer y querer la apropiación,
requiriéndose, además un elemento subjetivo del tipo, cual es el ánimo de lucro,
que comprende la intención de apoderarse de un bien y la obtener un beneficio o
provecho[4].

Lea también: Análisis histórico y jurídico-penal de los delitos de colusión


agravada, peculado, cohecho y falsedad genérica en una sentencia de
apelación

Debemos señalar que si en el delito de hurto, el agente se apodera de un bien sin


violencia ni amenaza, en el delito de robo, se emplea tanto una como la otra, en
el delito de apropiación ilícita se recibe el bien con asentimiento, pero existe la
negativa en su devolución.

Veamos las diferencias entre el delito de apropiación ilícita y el delito


de estafa:

Apropiación ilícita Estafa

 En este delito no existe el engaño.  En este delito el engaño es esencial.


 Hay abuso de confianza.  Hay engaño concomitante con la
 La posesión de la cosa es entrega del bien.
originalmente lícita y después surge  La constitución de la posesión va
el ánimo de apropiación ilícita. precedida desde el primer momento
 Recae sobre bienes muebles por una conducta engañosa que
precisamente es el origen o la causa
de esa constitución, con lo que la
posesión es desde ese momento
ilícita.

3. Bien jurídico protegido

El bien jurídico protegido es el patrimonio, específicamente, la propiedad de un


bien mueble. Salinas Siccha[5] refiriéndose al bien jurídico en el delito de
apropiación ilícita, indica, “es lugar común en la doctrina aceptar que el bien
jurídico que se protege es el patrimonio y más precisamente el derecho de
propiedad regulado en el artículo 923 del Código Civil”.

Lea también: El delito de estafa en el Código Penal peruano

Por su parte Reátegui Sánchez[6] señala que el bien jurídico protegido en el


delito de apropiación ilícita será la propiedad, conforme ha sido entendido por la
doctrina nacional predominante, siendo que existe en este caso, un derecho
subjetivo a la restitución de la cosa, basado en el deber del sujeto activo, por una
parte, de hacerlo; y el derecho del sujeto pasivo de que se lo haga, y que está
obligado a devolverlo, resultando la obligación de restituir del contenido del
título que une a las partes, y, sin duda alguna, de una relación de confianza que
pudo haber determinado a las partes a la realización del acuerdo.

Hugo Vizcardo[7], citando a Muñoz Conde, indica, “que el bien penalmente


tutelado en este tipo delictivo, es también el derecho que se tiene a entregar un
bien para que sea usado conforme al ámbito de disponibilidad que permite el
título, ámbito de disponibilidad que puede coincidir con una propiedad con
limitaciones. La esencia de lo injusto radica en el ilegítimo y abusivo
incumplimiento, por parte del agente, de disponer del bien rebasando los límites
impuestos en el título”.

Lea también: ¡Utiliza ya el Diccionario Jurídico del Poder Judicial!


El R.N. 2347-2002, Lambayeque[8], respecto al bien jurídico protegido indica:
“Lo que aparece protegido especialmente en el delito de apropiación ilícita es la
propiedad sobre una cosa, y en relación a esta la capacidad de disposición que
tiene el propietario, lo que implica que tenga derecho a su restitución y como
contrapartida obliga al otro a la restitución de la cosa.”

Es importante tener presente que la Casación 301-2011, Lambayeque; recoge


dos criterios doctrinales respecto a la configuración del delito de apropiación
ilícita, desde el bien jurídico.

Bien jurídico: propiedad Bien jurídico patrimonio

El delito de apropiación indebida no solamente


castiga los actos de expolio o de expropiación
en estado puro, caracterizadas por la privación
definitiva de la propiedad, sino que el bien
jurídico protegido por este delito
Lo que se sanciona en el delito de apropiación
también incluye determinadas lesiones del
ilícita en principio, es la transmutación que
patrimonio de modo que no solamente es la
efectúa el sujeto activo de una posesión
propiedad lo que se protege sino también el
legítima al ejercicio de facultades inherentes a
derecho de los acreedores a ver satisfecho su
la propiedad del bien.
crédito de modo que las deslealtades o
irregularidades más graves del acreedor,
unidos a su insolvencia, colmarán el plus de
desvalor material que justifican la tipificación
y la sanción de tales conductas.

4. Figuras penales de la apropiación ilícita

Las figuras penales que presenta el Código Penal Peruano de 1991 son las
siguientes:

a) Apropiación Ilícita (artículo 190).

b) Sustracción de bien propio (artículo 191).

c) Apropiación Irregular (artículo 192).

c.1) Apropiación de bien perdido o apropiación de tesoro ajeno (artículo 192).


c.2) Apropiación de bien ajeno (artículo 192 inciso 2).

d) Apropiación de Prenda (artículo 193).

5. La apropiación ilícita común

5.1. Descripción legal

Artículo 190.- Apropiación ilícita común

El que, en su provecho o de un tercero, se apropia indebidamente de un bien mueble, una


suma de dinero o un valor que ha recibido en depósito, comisión, administración u otro
título semejante que produzca obligación de entregar, devolver, o hacer un uso
determinado, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de
cuatro años.

Si el agente obra en calidad de curador, tutor, albacea, síndico, depositario judicial o en el


ejercicio de una profesión o industria para la cual tenga título o autorización oficial, la
pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años.

Cuando el agente se apropia de bienes destinados al auxilio de poblaciones que sufren las
consecuencias de desastres naturales u otros similares la pena será privativa de libertad
no menor de cuatro ni mayor de diez años.

Veamos el delito de apropiación ilícita o delito de apropiación indebida en el


derecho comparado.[9]

Lea también: Casación 659-2014, Puno: Desarrollo jurisprudencial sobre la


desvinculación jurídica

Código Penal de Código Penal de Código Penal de


Código Penal de Uruguay
Bolivia El Salvador Guatemala

Artículo 345- Artículo 272.- Artículo 351.-


Artículo 217.-
Apropiación Apropiación y Apropiación indebida.
Apropiación o retención indebidas.
indebida.
retención Quien en perjuicio
El que se apropiare,
El que se indebidas. de otro, se convirtiéndolo en su
apropiare de una apropiare o provecho o en el de un
cosa mueble o un El teniendo bajo distrajere dinero, tercero, dinero u otra cosa
valor ajeno, en su poder o efectos o cualquier mueble, que le hubiera
provecho de sí o custodia una cosa otro bien mueble sido confiado o entregada
de tercero y de mueble ajena por que hubiere por cualquier título que
los cuales el autor título que recibido en importare obligación de
tuviera la produzca depósito, comisión restituirla o de hacer un
posesión o obligación de o administración, o uso determinado de ella,
tenencia legitima entregar o por cualquier otra será castigado con tres
y que implique la devolver la cosa o causa que produzca meses de prisión a cuatro
obligación de su valor, se obligación de años de penitenciaría.
entregar o apropiare de ella entregarlos o
devolver, será o no la entregare devolverlos, será
sancionado con o restituyere a su sancionado con
reclusión de tres debido tiempo en prisión de seis
meses a tres años. perjuicio de otro, meses a cuatro
será sancionado años y multa de
con prisión de cien a tres mil
dos a cuatro años. quetzales.

5.2. Tipicidad objetiva

5.2.1. Sujeto activo

Puede ser cualquier persona que después de haber recibido el bien mueble, en
virtud de un título no traslativo de propiedad, es decir, que se transmita
solamente la posesión inmediata, tiene la obligación de devolverlo, entregarlo o
darle un uso determinado.

El sujeto activo debe haber entrado en posesión del bien apropiado con la
obligación de su posterior devolución o entrega, por lo que respecto del bien hay
dos momentos: uno lícito, que es la entrega en posesión legitima del bien y el
otro ilícito que es la no devolución, en la que existe el ánimo de apropiarse
indebidamente el bien. [10]
Es importante tener presente, “para que se configure el delito de apropiación
ilícita es necesario que el agente realice actos de disposición del bien mueble
que le ha sido entregado en posesión, tenencia o uso, con la obligación de
devolver, por lo que la falta de estos elementos hacen atípica la conducta y ante
la ausencia de tipicidad no existe antijuridicidad ni agente culpable”[11].

Queralt,[12] comentando el Código Español señala, “solo lo pueden cometer los


que, sin haber recibido en propiedad una cosa, tengan obligación de devolverla,
quedan incluidos los depositarios, comisionistas, administradores y todos
aquellos que en virtud de un título jurídico deban devolver lo recibido”.

La Casación 301-2011, Lambayeque[13], la misma que es una doctrina


jurisprudencial, respecto a la conducta del sujeto activo en el delito de
apropiación ilícita, precisa que “la conducta esencial que debe desarrollar el
agente está constituida por la apropiación, es decir, por el apoderamiento o
adjudicación a su favor de un bien mueble que no le pertenece legalmente. Esto
implica que el agente en forma ilegal, ilícita o indebida coloca dentro de la
esfera de su patrimonio –bajo su dominio- un bien mueble que sabe
perfectamente que es ajeno, dado que le pertenece a otro, en su forma clásica,
ese otro, es quien por título lícito, le confió el bien por un tiempo y con fin
determinado”.

5.2.2. Sujeto pasivo

Es el titular de los bienes muebles, objeto del delito, pudiendo ser cualquier
persona física o jurídica.

Roy Freyre[14] señala que es sujeto pasivo en este delito, la persona titular del
derecho real con quien debió cumplirse con la obligación de devolverle la cosa,
o la persona por cuenta de quien se asumió la obligación de entregar el bien
mueble a otro.

Víctima o sujeto del delito de apropiación ilícita será cualquier persona natural o
jurídica con la única condición de ser la propietaria del bien mueble, dinero o
valor entregado por título legítimo al agente, para después ser devuelto o
entregado a una tercera persona o hacer un uso determinado del bien[15].
Martínez Huamán[16], analizando la Casación 301-2011, Lambayeque, sostiene
que “resulta totalmente acertada la posición establecida en la Casación, pues
muchas veces se entendía que el sujeto pasivo del delito resulta ser el propietario
del bien, cuando dicha situación no es la que el delito establece de forma
excluyente. Es decir, muchas veces sucede que la persona que cede el bien con
un título que obliga a devolver o entregar el bien, y que enmarca el ámbito de
actuación de la persona a la cual se le entrega el bien, no necesariamente tiene
que ser el dueño (o propietario), pues podría ser una persona distinta a quién
legítimamente se le haya entregado, a su vez, el bien mueble. Es a dicha persona,
no propietario, a la cual el sujeto pasivo afectaría en su posibilidad de
disposición. Este último –afectado con la disposición ilícita que realiza el agente
-es el sujeto pasivo del delito”.

5.2.3. Acción típica

El comportamiento consiste en la apropiación de un bien mueble, dinero o un


valorque se ha recibido en depósito, comisión, administración u otro título
semejante que produzca la obligación de entregar, devolver o hacer un uso
determinado.

En si el delito de apropiación ilícita se concretiza cuando concurren


obligatoriamente los elementos constitutivos que conforman el tipo penal. Son
requisitos sine qua non sin, con los cuales la conducta sería atípica, teniéndose
los siguientes:

a) Apropiarse indebidamente de un bien mueble, de una suma de dinero o


de un valor

El núcleo del tipo está representado por el verbo “apropiar”. Dicho verbo
constituye la esencia del delito de apropiación ilícita.

Quintano Ripollés[17] indica que conviene dejar bien sentado que el nombre
“apropiación” equivale a convertir algo ajeno en propio, debiendo entendérsele
como sinónimo de “adueñamiento”, por lo que están eliminadas de la
apropiación indebida los usos abusivos y aun los dañosos que no presupongan
el hacer suya la cosa.
Es necesario tener presente en el delito de apropiación ilícita, dos momentos:

 Primero: Consistente en la transmisión legitima de la posesión de la cosa por


parte del sujeto pasivo hacia el sujeto activo, con el título que produzca la
OBLIGACIÓN de este ultimo de entregarla o devolverla.
 Segundo: La apropiación antijurídica por parte del poseedor legitimo (sujeto
activo. Por cuanto no desea entregar ni devolver la cosa.

En si la apropiación es entendida como la incorporación a la esfera propia del


patrimonio de aquello que fue recibido meramente a título posesorio[18].

Existe en la conducta ilícita el incumplimiento de una obligación futura nacida de


una relación legal o contractual. Este ilícito requiere necesariamente la
preexistencia del poder de custodia sobre un bien por un título que produzca la
obligación de entregar devolver o hacer un uso determinado. Lo que fundamenta
la mayor gravedad de la apropiación indebida es la ruptura de una obligación
jurídica de devolución o entrega del objeto. La conducta típica descrita tiene
como significado el disponer de la cosa como si fuera propia de manera que ello
implica incumplimiento definitivo de la obligación de entrega o devolución[19].

Por otro lado solo se producirá la obligación de devolver algo que previamente lo
haya recibido, ya que si no se prueba que el sujeto activo lo haya recibido en
términos no violento, entonces estaremos ante un delito de robo o hurto[20].

En consecuencia por apropiarse la cosa se considera de ejecución de actos de


disposición tendentes a que los bienes recibidos se integren en el propio
patrimonio del sujeto activo, en perjuicio del sujeto pasivo, haciendo desaparecer
la separación de patrimonios correspondientes al autor y a la víctima.[21]

Debemos señalar que esta apropiación indebida debe recaer, respecto a un bien
mueble, dinero o un valor.

En cuanto al bien mueble, conforme al Código Civil de 1984, tenemos:

BIENES MUEBLES
Artículo 886.- Son muebles:

1.- Los vehículos terrestres de cualquier clase.

2.- Las fuerzas naturales susceptibles de apropiación.

3.- Las construcciones en terreno ajeno, hechas para un fin temporal.

4.- Los materiales de construcción o procedentes de una demolición si no están unidos al


suelo.

5.- Los títulos valores de cualquier clase o los instrumentos donde conste la adquisición
de créditos o de derechos personales.

6.- Los derechos patrimoniales de autor, de inventor, de patentes, nombres, marcas y


otros similares.

7.- Las rentas o pensiones de cualquier clase.

8.- Las acciones o participaciones que cada socio tenga en sociedades o asociaciones,
aunque a éstas pertenezcan bienes inmuebles.

9.- Los demás bienes que puedan llevarse de un lugar a otro.

10.- Los demás bienes no comprendidos en el artículo 885.

Por otro lado la Ley de Garantía Mobiliaria, Ley 28677, en el artículo 2.4,
refiriéndose a bien mueble, precisa: “Bien mueble: cualquier bien mueble o
conjunto de bienes muebles, de acuerdo a la enumeración que contiene el
Código Civil y la presente Ley. Para efectos de esta Ley, también se consideran
bienes muebles las naves y aeronaves, los pontones, plataformas y edificios
flotantes, las locomotoras, vagones y demás material rodante afecto al servicio
de ferrocarriles”.

La jurisprudencia peruana, respecto al bien mueble ha señalado. “En el delito


contenido en el artículo 190° del Código Penal, se considera como bien mueble
aquel objeto que importa o refleja un valor económico, es decir cuantificable;
pues, al ser éste un delito en que se realiza un apoderamiento del patrimonio del
sujeto pasivo a favor del sujeto activo, implica desmedro y un beneficio
económico respectivamente[22]“.

En cuanto al dinero, comprende a la moneda corriente. La moneda es un medio


de cambio que se acepta generalmente en pago de bienes y servicios.

Cuando el artículo 190 del Código Penal, se refiere a valor, debemos entender a
los objetos de comercio que contienen en sí mismos la expresión de su importe y
que representan determinadas sumas o intereses, y además, son materia de
contratación en bolsa.

Hugo Vizcardo[23], comentando en cuanto al dinero y el valor, señala que “en lo


que respecta a las referencias específicas que el tipo hace con respecto al
‘dinero’ y al ‘valor’, nos pronunciamos en el sentido de que ellas resultan
innecesarias puesto que pueden, perfectamente, ser comprendidas dentro de la
noción amplia de ‘bienes muebles’. Tal vez el fundamento de la referencia
específica y aparentemente diferenciada de tales bienes, se deba más bien a
criterios de prevención general, optando el legislador por señalarlos
indicativamente, para lograr un mayor impacto preventivo. Dinero es el medio
de cambio convencional, de curso forzoso, impuesto por el Estado, que siguiendo
una unidad patrón, se emplea para realizar las transacciones económicas. Por
‘valor’, debemos entender el concepto de título valor, que es el documento
convencional, que representa o contiene derechos patrimoniales, como por
ejemplo, las letras de cambio, cheques, pagarés, certificados de depósitos,
acciones, warrant, etc”.

b) Que el bien hubiese sido dado en depósito, comisión, administración u


otro título semejante que produzca la obligación de entregar, devolver o
hacer un uso determinado

La ley hace mención al depósito, comisión, administración u “otro título


semejante que produzca la obligación de entregar o devolver”, fórmula analógica
que permite abarcar todos los actos que transfieren materialmente la
vigilancia o custodia del bien mueble, como por ejemplo: el mandato, el
comodato, la prenda, la aparcería, arrendamiento, usufructo, etc.[24]
En cuanto al depósito está regulado en el Código Civil: “Por el depósito
voluntario el depositario se obliga a recibir un bien para custodiarlo y
devolverlo cuando lo solicite el depositante” (art. 1814 del C.C).

El depositario debe poner en la custodia y conservación del bien, bajo


responsabilidad, la diligencia ordinaria exigida por la naturaleza de la
obligación y que corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo
y del lugar (art. 1819 del C.C.).

El depositario no puede usar el bien en provecho propio ni de tercero, salvo


autorización expresa del depositante o del juez. Si infringe esta
prohibición,responde por el deterioro, pérdida o destrucción del bien,
inclusive por caso fortuito o fuerza mayor. Esto lo precisa el artículo 1820 del
C.C.

Por otro lado el Código Civil, señala en el artículo 1824: “El depositario
responderá por el deterioro, pérdida o destrucción del bien cuando se originen
por su culpa, o cuando provengan de la naturaleza o vicio aparente del mismo,
si no hizo lo necesario para evitarlos o remediarlos, dando además aviso al
depositante en cuanto comenzaron a manifestarse”.

A nivel jurisprudencial, tenemos:

 El ejecutante del depósito tiene responsabilidad solidaria de naturaleza civil


con el sujeto activo, más no penal si no se acredita su participación dolosa en
el delito. ”Si bien el ejecutante es responsable solidariamente con el
depositario por los resultados del depósito, a tenor de lo señalado por el
artículo 445° del Código de Procedimientos Penales, esa responsabilidad
solidaria es sólo de naturaleza civil y por tanto aquél no responde
penalmente en caso que este último se apropie ilícitamente del bien
depositado, salvo que hubiese tenido una participación dolosa en los
hechos”[25].
 Existe apropiación ilícita, cuando existe la negativa del depositario de
entregar el bien. “Al negarse el depositario a poner a disposición del
juzgado los vehículos para la ejecución de la prenda, ha incurrido en el
ilícito penal de apropiación ilícita”[26].
Por otro lado el Código de Comercio, señala en el artículo 237: “Se reputará la
comisión mercantil el mandato, cuando tenga por objeto un acto u operación de
comercio, y sea comerciante o agente mediador del comercio el comitente o el
comisionista”.

El concepto de “administración” debe ser entendido en un sentido amplio que


abarque, así, todo acto que suponga el ejercicio de un mandato. Tenemos el
“mandato” y la gestión de negocio”[27].

El Código Civil regula el mandato, así como la gestión de negocios.

• Mandato. Artículo 1790.- Por el mandato el mandatario se obliga a realizar uno


o más actos jurídicos, por cuenta y en interés del mandante.

• Presunción de onerosidad. Artículo 1791.- El mandato se presume oneroso.

Si el monto de la retribución no ha sido pactado, se fija sobre la base de las


tarifas del oficio o profesión del mandatario; a falta de éstas, por los usos; y, a
falta de unas y otros, por el juez.

• Extensión del mandato. Artículo 1792.- El mandato comprende no sólo los


actos para los cuales ha sido conferido, sino también aquellos que son necesarios
para su cumplimiento.

El mandato general no comprende los actos que excedan de la administración


ordinaria, si no están indicados expresamente.

• Responsabilidad del mandatario. Artículo 1794.- Si el mandatario utiliza en


su beneficio o destina a otro fin el dinero o los bienes que ha de emplear para el
cumplimiento del mandato o que deba entregar al mandante, está obligado a su
restitución y al pago de la indemnización de daños y perjuicios.

• Solidaridad en mandato conjunto. Artículo 1795.- Si son varios los


mandatarios y están obligados a actuar conjuntamente, su responsabilidad es
solidaria.
• Gestión de negocios:

Definición. Artículo 1950.- Quien careciendo de facultades de representación y sin estar


obligado, asume conscientemente la gestión de los negocios o la administración de los bienes de
otro que lo ignora, debe desempeñarla en provecho de éste.

Solidaridad en pluralidad de gestores. Artículo 1951.- Cuando los actos a que se


refiere el artículo 1950 fueran asumidos conjuntamente por dos o más personas, la
responsabilidad de éstas es solidaria.

Obligaciones del dueño de los bienes o negocios. Artículo 1952.- Aunque no hubiese
ratificación expresa, el dueño de bienes o negocios que aproveche las ventajas de la
gestión, debe cumplir las obligaciones que el gestor ha asumido por él en nombre propio
y hacerse responsable de ellas; reembolsar los gastos efectuados por el gestor con los
intereses legales generados a partir del día en que se han realizado; e indemnizar los
daños y perjuicios que haya sufrido el gestor en el desempeño de la gestión.

La misma obligación le concierne cuando la gestión hubiese tenido por objeto evitar
algún perjuicio inminente, aunque de ello no resultase provecho alguno.

Responsabilidad del gestor. Artículo 1953.- El juez apreciará las circunstancias que
indujeron al gestor a encargarse de la gestión para fijar la amplitud de su responsabilidad,
establecer el monto de los gastos que deban reembolsársele y fijar la indemnización por
los daños y perjuicios que hubiere sufrido en el desempeño de la gestión.

El Código Procesal Civil regula la administración judicial de bienes. A falta de


padres, tutor o curador, y en los casos de ausencia o de copropiedad, se procede
a designar al administrador judicial de bienes conforme al artículo 769 del
CPC.

El administrador judicial de bienes tiene las atribuciones que le concede el


Código Civil en cada caso, o las que acuerden los interesados con capacidad de
ejercicio y que el juez apruebe. A falta de acuerdo, tendrá las que señale el juez
(artículo 763 del CPC).

El administrador judicial de bienes está obligado a rendir cuenta e informar de su


gestión en los plazos que acuerden los interesados que tienen capacidad de
ejercicio o, en su defecto, en los establecidos en el Código Civil y, en todo caso,
al cesar en el cargo (artículo 774 del CPC).

Por otro lado tenemos las consideraciones, que la doctrina penal ha desarrollado,
con respecto a lo que se señala como título en el Código Penal. Así, el maestro
sanmarquino Roy Freyre[28], considera que “el vocablo título significa aquí
causa o fundamento de las citadas obligaciones”. Compartiendo su opinión indica
que dichos títulos no pueden ser sino “aquellos dados por el derecho privado para
regular los contratos y regir los derechos reales, siempre que no tengan por
objeto la transferencia de la propiedad”.

Habrá de ser todo título “jurídico”, que convierte al sujeto activo en


“depositario”, “administrador” u “comisionista”, dando lugar a un deber
jurídico de devolución, esto es, de restituir el bien mueble a su legítimo
propietario[29].

Gonzales Rus[30] citado por Reátegui Sánchez señala que “estamos en presencia
de un delito especial del que solo puede ser autor quien recibió el objeto
material en virtud de alguno de los títulos que se especifican en el precepto”.

Por otro lado la obligación de entregar debe incumplirse respecto a una tercera
persona, es decir, distinto al sujeto de quien recibió la cosa. En cambio,
la obligación de devolver se supone incumplida respecto a la misma persona que
se dio la cosa al agente[31].

El hecho de no devolver el bien mueble objeto de apropiación, debe constituir


una forma de antijuridicidad de la conducta desarrollada por el agente o autor, es
decir, se presenta cuando aquel sin tener derecho que lo ampare o justifique se
apoderadel bien mueble recibido en depósito o custodia[32].

También se configura el delito de apropiación ilícita, cuando existe retención de


aportaciones de los trabajadores: “desde el momento en que el encausado paga
los sueldos de los trabajadores se produce un desplazamiento patrimonial de
dicho importe, de tal forma que la retención que realiza de parte de dicho
salario por mandato de la ley, queda en su poder, no como propietario sino en
calidad de mero depositario con la obligación de entregar lo retenido y
depositario en la institución de seguridad social” (En Código Penal en su
Jurisprudencia. Gaceta Jurídica. Dialogo con la Jurisprudencia. Primera
Reimpresión. Lima. Octubre 2007. p. 308).

La jurisprudencia nacional, en cuanto a los actos de disposición o de uso


determinado, señala lo siguiente: “[…] son actos de disposición o de uso
determinado sobre un mueble, que ha recibido lícitamente por un título que no le
da derecho a ello, incorporando a su patrimonio, ya sea el bien del que se ve
privado el propietario, ya el valor incorporado a él, esto es, el valor inherente al
bien mismo en virtud de la naturaleza y función del objeto en cuestión; a lo que
se agrega el hecho de que el ilícito materia de impugnación es eminentemente
doloso –animus doloso; por lo que el agente debe conocer y querer la
apropiación, requiriéndose, además, un elemento subjetivo del tipo, cual es el
ánimo de lucro, que comprende la intención de apoderarse de un bien y la de
obtener un beneficio o provecho” (R. N. N° 573-2004. Diccionario Penal
Jurisprudencial. Gaceta Jurídica. Lima. Noviembre. 2009.p. 62).

c) Que la apropiación se haga en provecho propio o en beneficio de un


tercero

En definitiva, apropiarse significaba incorporar al propio patrimonio la cosa que


se recibió en posesión con la obligación de entregarla o devolverla[34]. La ley no
demanda expresamente un perjuicio patrimonial para la víctima, sencillamente
porque supone que no es concebible una apropiación ilícita exenta de agravio
económico. El perjuicio debe ser efectivo (basta con desconocer el derecho de
propiedad, o el derecho del poseedor mediato a que se re reintegre la posesión
inmediata), en cambio es suficiente con que la ventaja sea potencial[33].

5.2.4. Elementos típicos del delito de apropiación ilícita, conforme a la


doctrina jurisprudencial vinculante de la Casación 301-2011, Lambayeque

La Casación 301-2011, Lambayeque, conforme al punto III de la parte resolutiva


de la misma sentencia, considera doctrina jurisprudencial vinculante lo señalado
en los acápites 8.1 al 8.6 del considerando octavo, de conformidad con el inciso
cuatro del artículo 427 del Código Procesal Penal.

Previamente veamos el caso:


[…] Se aprecia del requerimiento fiscal obrante en los folios uno a nueve que se
imputa a la encausada doña Jalli Jannan Villareal López, que en su condición de
empleada de la empresa agraviada, Rinti S.A. vendedora de productos
alimentarios para caninos y felinos- se apropió indebidamente del dinero que
cobró a clientes de esta empresa, ascendente a quince mil setenta y nuevo soles
con nueve céntimos (S/.15,071.09). Así, la imputada entregó a clientes de la
empresa comprobantes de pago en señal de acuse de recibo del dinero por los
productos vendidos sujetos a crédito, pero una vez efectuado el pago de estos a
ella, no le entregó las arcas de la referida empresa.

La decisión cuestionada:

La sentencia de vista del veintitrés de agosto del dos mil once, emitida por la
Primera Sala Penal Superior de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de
Lambayeque, la misma que revocó la sentencia emitida por el señor Juez del
Sexto Juzgado Penal Unipersonal de Chiclayo, que condenó a doña Jalli Jannan
Villarreal López, como autora del delito de apropiación ilícita, en agravio de la
empresa Rinti Sociedad Anónima y revocándola, la absolvió de los cargos
formulados en su contra.

Extracto de la sentencia impugnada:

“[…] se sobreentiende que si la sentenciada fue una dependiente de la empresa agraviada,


cuando los clientes de ésta cancelaron sus deudas no lo hicieron con la intención que aquella
entregara el dinero a su principal, porque para ellos la cancelación se efectuó a la misma
empresa, a través de la sentenciada; en consecuencia respecto a ellos no se produjo ningún
abuso de confianza ni perjuicio patrimonial; siéndoles ajena la diferencia surgida entre la
empresa agraviada y su dependiente, la sentenciada, por tanto, no reconociéndose en la
actuación de ésta, producto de la entrega del dinero, una obligación impuesta, por su relación
con los clientes de la empresa agraviada, de entregar a otro, hacer un uso determinado o
devolver dicho dinero; la acción imputada es atípica del delito de apropiación”.

En la referida Casación, la Corte Suprema de Justicia de la República asume una


postura jurisprudencial, respecto al delito de apropiación ilícita, siendo la
siguiente:

Octavo: Adopción de postura jurisprudencial


8.1. Es claro que cuando una persona entrega a otra un bien mueble como un
encargo especifico, y éste último queda en calidad de depositario, (en custodia
legitima del bien), lo expolia y agrega a su dominio patrimonial, la víctima o
sujeto pasivo resulta siendo quien entrego la cosa.

8.2. Cuando la cosa mueble se entrega en pago al autorizado de facto o


formalmente (con conocimiento del acreedor conforme a las reglas del Código
Civil), el que paga se desliga del bien entregado y éste se incorpora a la esfera
del patrimonio (en propiedad) del antes acreedor, en cuyo nombre el agente
cobrador o recaudador lo recibió.

8.3. Es preciso distinguir entre el cajero que opera en la sede o domicilio del
acreedor, del recaudador que cobra en el domicilio del deudor o recibe en su
propio y particular domicilio el bien en pago total o parcial del crédito.

8.4. En los dos últimos casos, no es factible asumir que el recaudador sustrae los
bienes recibidos para apropiárselos –lo que es característico del hurto–, sino
que, simplemente decide quedárselos para sí, incumpliendo el deber de entrega
al propietario, cuya confianza defrauda.

8.5. A mayor abundamiento, el legislador nacional ha previsto el delito de


apropiación ilícita irregular en el artículo ciento noventa y dos del Código
Penal, que sanciona a quien a quien se apropia de un bien perdido, de un tesoro,
o de un bien ajeno en cuya tenencia entró el agente por error, caso fortuito u
otra causa independiente de su voluntad. Siguiendo la línea de la regla jurídica
interpretativa ‘ad maioris ad minus’, si quien se apropia de un bien que carece
de dueño, merece sanción penal por delito de apropiación indebida irregular,
con mayor motivo, tiene que serlo quien se apropia de bienes ajenos que
pertenecen a dueño cierto.

8.6. No hay por tanto en el asunto ‘sub iúdice’, ni vacío legal ni posibilidad de
aplicación del tipo de hurto, en cuyo caso extraordinario, tampoco cabría –como
lo señala el Ministerio Público en el presente proceso penal- una absolución;
ocurre que el tipo de apropiación indebida o ilícita, comprende como agraviado,
en principio, al dueño de la cosa apropiada, cuando éste fuera quien entrega, al
acreedor insatisfecho, en cuyo nombre el sujeto activo no recibe el bien, en los
casos de recibo de pago total o parcial, situación que la doctrina jurisprudencial
de la Corte Suprema de Justicia del Perú ha adoptado.

Comentario:

 En el caso materia de casación, se tiene que la sentenciada se apropia


indebidamente del dinero recaudado, es decir, el monto de S/. 15,071.09, que
no le pertenece a la sentenciada, sino a la empresa agraviada.
 La sentenciada, tenía la obligación de entregar a la empresa agraviada, el
monto recaudado, entonces al quedarse la sentenciada con el dinero
indebidamente, se configura el delito de apropiación ilícita.
 Si bien los clientes al cancelar la deuda no lo hicieron con la intención que la
sentenciada entregara el dinero a su empleador, sino que consideraban que
estaban cancelando la deuda a la empresa agraviada, en consecuencia si eso
es así; lo lógico es que el dinero recaudado sea entregado a la empresa, no
hay razón lógica ni jurídica, que el dinero se quede con la sentenciada, por
cuanto ella es solo una intermediaria, entre el acreedor, la empresa agraviada,
y el deudor, el cliente.
 Al no entregar el dinero recaudado la sentenciada a la empresa agraviada, se
lesiona el derecho de propiedad de la empresa agraviada, como es usar,
disfrutar o disponer de dicho dinero.
 Se aprecia que en forma ilegal, ilícita, indebida, el sujeto activo del delito
coloca dentro de la esfera de su patrimonio, el dinero recaudado que conoce
perfectamente que es ajeno.
 Compartimos la postura jurisprudencial asumida por la Corte Suprema de
Justicia de la República.

5.3. Tipicidad subjetiva

Se requiere de dolo, el sujeto activo ha de conocer y querer la apropiación de un


bien mueble ajeno. Además se requiere del elemento subjetivo del tipo, el ánimo
de apropiarse, animus sibi habendi, que comprende la intención de apoderarse
del bien y la de obtener un beneficio o provecho que puede recaer sobre el
sujeto activo o un tercero[35].
Como apropiación son consideradas aquellas acciones a través de las que el autor
de cualquier modo fundamente una relación real sobre la cosa ajena, siendo
reconocida y probada hacia afuera por acciones exteriores objetivas, la voluntad
de apropiación. Son pues, elementos y momentos característicos de la
apropiación: 1. La voluntad de ocupar la posesión de propietario. 2. La acción
reconocible exteriormente, y 3. La incorporación o disposición patrimonial[36].

5.4. Consumación

El resultado de la apropiación ilícita consiste en la apropiación, que se manifiesta


al realizarse los actos de disposición o al negar haber recibido las cosas poseídas,
y en el consecuente perjuicio que la apropiación produce en el titular del
derecho o exigir la entrega o devolución de las cosas[37].

Roy Freyre[38] considera “que hay consumación en el momento en que el sujeto


se apropia indebidamente de la cosa que poseía ilícitamente y de manera
inmediata”.

El acto voluntario por el cual el agente tomó la determinación de incluir el bien


en su dominación patrimonial necesita exteriorizarse de una manera indubitada
para así determinar la consumación[39]. “El delito de apropiación ilícita se
consuma con el apoderamiento del bien, esto es, cuando el inculpado,
demandado en el proceso civil, se niega a devolver el bien que le ha sido dado en
depósito, pese a haber sido requerido judicialmente, mediante notificación”[40].

En consecuencia, la consumación de esta figura delictiva, presenta la conjunción


del animus lucrandi, como expresión del aprovechamiento perseguido; y
el animus rem sibi habendi, como representación de utilizar el bien como
suyo (conforme al criterio jurisprudencial, en el delito de apropiación ilícita no
basta con la retención del bien, sobre el que pesa la obligación de devolver, sino
que dicha conducta debe ser completada con un ánimo subjetivo de querer
comportarse como dueño del mismo, ejecutando actos propios de tal, como son
la disposición o el uso para fines distintos para los que fuera recibido)[41].

5.5. Pena
El artículo 190 del Código Penal, en su primer párrafo, establece la pena
privativa de la libertad es no menor de dos ni mayor de cuatro años.

[1] Paredes Infanzón, Jelio. Delitos contra el Patrimonio. Análisis doctrinario,


legislativo y jurisprudencial. Gaceta Jurídica. Tercera Edición. Lima, abril 2016.
Pg. 251- 252.

[2] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p. 252.

[3] Cabanellas, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo


I. Editorial Heliasta. Buenos Aires. 1982. P. 345.

[4] Exp. 3567-97, Lima. En El Código Penal en su Jurisprudencia. Diálogo con


la Jurisprudencia. Gaceta Jurídica. Primera Edición. Lima. Mayo 2007. p. 303.

[5] Salinas Siccha, Ramiro. Derecho Penal. Parte Especial. Delitos contra el
Patrimonio. Volumen II, 4° edición. Editorial Grijley. Lima 2010. p.214-215.

[6] Reátegui Sánchez, James. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, Delitos
contra la vida, contra el patrimonio y otros. Instituto Pacifico. Primera Edición.
Lima. Julio 2015.p.391-392.

[7] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. En Estudio Dogmático jurídico de los delitos
patrimoniales de retención en el Código Penal Peruano. Revista Jurídica
“Docentia et Investigatio” Facultad de Derecho y Ciencia Política. U.N.M.S.M.
Vol. 16. N° 1. revistainvestigación.unmsm.edu.pe/

[8] En El Código Penal en su Jurisprudencia. Dialogo con la Jurisprudencia.


Gaceta Jurídica. Primera Edición. Lima. Mayo 2007. p. 303.

[9] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p.279-284.

[10] Reátegui Sánchez, James. Ob. cit. p. 397.


[11] Ejecutoría Superior. Corte Superior de Justicia de Arequipa. Exp. 2001-860.
Citado por Rojas Vargas, Fidel. Código Penal Parte Especial. Jurisprudencia.
Tomo III. Arts. 185 al 360 Primera Edición. Octubre 2006. RZ Editores. p.156.

[12] Queralt Jiménez, Juan Joseph, citado por Paredes Infanzón Jelio. Ob. cit. p.
260.

[13] www.pj.gob.pe.

[14] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón Jelio. Ob. cit. p.261.

[15] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund. 5.7. En www.pj.gob.pe

[16] Martínez Huamán, Raúl Eduardo. “Comentarios a la Casación 301-2011:


Ámbito y límites de la aplicación del delito de apropiación ilícita.” En Alerta
informativa del Estudio Loza Avalos Abogados. p. 4-5.

[17] Quintano Ripolles, citado por Hugo Vizcardo. Silfredo Jorge. En ob.cit. p.
68.

[18] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund.4.1.

[19] Casación 301-2011, Lambayeque. Fund. 5.2-5.3.

[20] Reátegui Sánchez. James. Ob. cit. p. 398.

[21] Queralt Jiménez, Juan Joseph. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob.
cit.263.

[22] Rojas Vargas, Fidel. Código Penal. Dos décadas de jurisprudencia. Ara
Editores. Tomo II. Lima. 2012. p. 567-568.

[23] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit. p.63.

[24] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit.p.70.


[25] Rojas Vargas, Fidel. Exp. N° 1917-96. En Código Penal. Dos Décadas de
Jurisprudencia. Ara Editores. Tomo II. Lima. 2012. p.573.

[26] Exp. 298-98-Lima. Código Penal en su Jurisprudencia. Gaceta Jurídica.


Dialogo con la Jurisprudencia. Primera Reimpresión. Lima. Octubre 2007, p.308.

[27] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. Cit. p.268.

[28] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzon, Jelio. Ob. cit.
p.270-271.

[29] Reátegui Sánchez, James. Ob.cit. p.402.

[30] Gonzales Rus, Juan José. Citado por Reátegui Sánchez, James. Ob. cit. 400.

[31] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob.cit. p.
271.

[32] Reátegui Sánchez, James. Ob.cit. p.409.

[33] Paredes Infanzon, Jelio. Ob. cit. p. 271.

[34]Cadena Serrano, Fidel Ángel. Los delitos de administración desleal y de


apropiación indebida tras la Reforma de 2015. www.fiscal.es

[35] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. 275.

[36] Sainz-Pardo Casanova, José Antonio. Citado por Reátegui Sánchez, James.
Ob. Cit. p. 414.

[37] Paredes Infanzón, Jelio. Ob. cit. p. 276.

[38] Roy Freyre, Luis Eduardo. Citado por Paredes Infanzón. Jelio. Ob. cit. p.
276.
[39] Bramont-Arias Torres, Luis Alberto. Manual de Derecho Penal. Parte
Especial. 4° Edición. Editorial San Marcos. Lima. 1998. p. 114.

[40] Código Penal en su jurisprudencia. Gaceta Jurídica. Dialogo con la


Jurisprudencia. Primera Reimpresión. Lima. Octubre 2007. p. 311.

[41] Hugo Vizcardo, Silfredo Jorge. Ob. cit. p. 73.

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