¿Puedo Confiar en La Biblia? Inerrancia
¿Puedo Confiar en La Biblia? Inerrancia
¿Puedo Confiar en La Biblia? Inerrancia
Propósito: El creyente aprenderá que la única revelación que tiene autoridad Divina es la Biblia
Introducción
La autoridad de la Escritura es una asunto crucial para la iglesia cristiana tanto en esta época
como en cualquier otra. En la actualidad se acepta como revelación todo aquello que se basa
en la experiencia humana. Lamentablemente, estas experiencias “espirituales” se toman como
autoritativa poniéndolas a la par de la Escritura.
Esto demuestra que la palabra de Dios, como regla de fe y práctica, está bajo ataque, no
solamente por incrédulos, sino por aquellos que dicen pertenecer a la iglesia de Cristo.
¡Aunque nos suene incongruente!
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
Génesis 3.15
“¿Conque Dios os ha dicho?…” Vemos a Satanas poniendo en duda lo dicho por Dios, y no
solamente eso, sino que la distorsiona.
1. La inspiración de la Palabra
2. Su infalibilidad
3. Su inerrancia
- La inspiración de la Palabra tiene que ver con el origen de la Biblia. Los cristianos creemos
firmemente que Dios inspiro las Palabras que en ella encontramos usando a hombres
comunes para escribirlas:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios,(gr. θεόπνευστος literalmente “exhalada por Dios”) y
útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,17 a fin de que el hombre
de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3.16-17
- La infalibilidad tiene que ver con la autoridad y la naturaleza duradera de la Biblia. Decir que
la Biblia es infalible significa que es incapaz de fallar y, por lo tanto, su autoridad no se
puede quebrantar. Leemos esta verdad en 1 Pedro 1.23:
“siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que
vive y permanece para siempre.” 1 Pedro 1. 23
- La inerrancia significa que lo que Dios ha dicho es sin error. Es creer en la “total veracidad y
fiabilidad de las palabras de Dios” (Grudem, Systematic Theology, p. 90). Jesús dijo: “Tu
palabra es verdad” (Jn. 17:17). Esta inerrancia no es solo en los pasajes que hablan sobre la
salvación, sino que también aplica a todas las declaraciones históricas y científicas. La
Biblia no solo es precisa en asuntos de fe y práctica, sino que es precisa y sin error con
respecto a cualquier afirmación (Jn. 3:12).
Con esto estamos en posición de definir la inerrancia bíblica: “La inerrancia de la biblia
significa que la biblia en sus manuscritos originales no afirma nada que sea contrario a la
verdad.” 1 De manera clara: “La Biblia siempre dice la verdad y que siempre dice la verdad
respecto a todo lo que habla.”
Nuestro tema a tratar el día de hoy es: “la inerrancia de las Sagradas Escrituras” La inerrancia
es extremadamente importante. Lo explicare en 4 puntos:
Hay una serie de pasajes bíblicos que hablan de la veracidad de lo que Dios dice. El primero
de ellos es Tito 1.1-2…
Pablo esta tratando el tema de la salvación de los escogidos, y afirma que “…Dios, que no
miente…” prometió antes de los tiempos eternos esta salvación. Debido a que Dios es un
Dios que no puede decir “mentira”, siempre se puede confiar en sus palabras. Puesto que
todas las Escrituras son dichas por Dios, toda la Biblia es sin mentira, tal como Dios mismo lo
es; por tanto la Escritura es verás.
“Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la
inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para que por dos cosas inmutables, en
las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos
acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.”
Hebreos 6.18 menciona dos cosas inmutables (que no cambian) el juramento de Dios y su
promesa) “en las cuales es imposible que Dios mienta” El autor a los Hebreos no dice solo que
Dios no miente, sino que no es posible que mienta. El pasaje trata el tema o la referencia
inmediata es solo a juramento y promesas, si es imposible que Dios mienta en estos
pronunciamientos, ciertamente es imposible que él mienta jamás. Recordemos lo que el rey
David dice en 2 Samuel 7.28:
“Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este
bien a tu siervo.”
Enseñanza: Concluimos pues, que la Escritura no contiene errores en sus escritos originales,
debido a su origen. La Biblia fue inspirada por un Dios que no miente, que es verás, que es
imposible que hable falsedad. La biblia es inerrante por que se basa en el carácter de Dios.
En el evangelio de Juan capitulo 17, Jesús ora al Padre: “Santificalos en la verdad; tu palabra
es la verdad” (Juan 17.17) Este versículo es interesante porque Jesús no dice: “…tu palabra
es verdadera.” Sino más bien usa un sustantivo: “verdad” para decir que la palabra de Dios
no es simplemente “verdadera” sino que es la verdad misma.
¿Qué significa esta diferencia? Al afirmar que la biblia es la verdad Jesús esta dejando en claro
que la Biblia en sí misma es la norma definitiva de la verdad. La Biblia es la Palabra de Dios, y
la Palabra de Dios es la definición suprema de lo que es verdadero y lo que no es verdadero:
La Palabra de Dios en sí misma es verdad. No podemos poner a la par de la Sagrada Escritura
las profecías de un hombre o mujer, y calificarlas como verdad absoluta. Jesús no enseño eso.
Así que debemos pensar que la Biblia es la suprema norma de verdad, el punto de referencia
por el cual se debe medir toda afirmación de veracidad. Las afirmaciones que se ajustan a las
Escrituras son verdaderas, en tanto que las que no se ajustan a la Biblia no son verdaderas.
Enseñanza: ¿Qué es, entonces, verdad? Verdad es lo que Dios dice, y tenemos lo que Dios
dice en la Biblia. Para citar a Jesús mismo: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Jn.
10:35), y “hasta que pasen el cielo y la tierra ni una pizca, ni un punto, pasará de la Ley hasta
que todo se haya cumplido” (Mt. 5:18).
“La autoridad de las Santas Escrituras, por la que ellas deben ser creídas y obedecidas, no
depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino exclusivamente del testimonio de
Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas, porque son la
Palabra de Dios.”2
“El testimonio de la iglesia puede movernos e inducirnos a tener para las Santas Escrituras una
estimación alta y reverencial; a la vez que el carácter celestial del contenido de la Biblia, la
eficacia de su doctrina, la majestad de su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se
propone alcanzar en todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento
que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre, las muchas otras
incomparables excelencias y su entera perfección son todos argumentos por los cuales la
Biblia demuestra abundantemente que es la Palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión
y completa seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, proviene de la obra
del Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la palabra divi- na y por medio
de ella”3
Esta proposición tiene por objeto negar la herejía de la Iglesia Romana que sostiene que ella es
la fuente suprema de todo conocimiento divino, y que la credibilidad de las Escrituras y de las
tradiciones ecleciásticas necesitan del sello autoritativo de dicha Iglesia.
Enseñanza: Debemos ser muy cuidadosos al otorgarle autoridad divina a las experiencias
personales como sueños o revelaciones. La tradición de la iglesia por siglos ha sido que la
Biblia es la única revelación de Dios a la iglesia. El corazón del hombre es engañoso, no
debemos poner nuestra confianza en el.
La inerrancia de las Escrituras es esencial para la fe cristiana. Por lo tanto, una iglesia que
reduce esta doctrina y empieza a fundamentar la fe en profetizas esta errando en seguir a
Cristo. Seguir a Cristo es confiar en sus palabras, y sus palabras han sido registradas en la
Escritura, y esta revelación ya ha sido cerrada, no hay más revelación.