EL AMATEUR - (Versión Definitiva Adaptada)
EL AMATEUR - (Versión Definitiva Adaptada)
EL AMATEUR - (Versión Definitiva Adaptada)
(En la pantalla que estará colocada como telón, igual que en “La duda”, se leerá el
mito de Ícaro:
Dédalo ingenió el sistema para matar al Minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y
cabeza de toro, que año tras año, se alimentaba de jóvenes que eran arrojados al
Laberinto de Creta. Así fue como Ariadna y Teseo encontraron el camino del laberinto
y Teseo derrotó al monstruo. Pero el Rey Minos, padre del Minotauro, enfureció y
como venganza encerró a Dédalo y su hijo Ícaro en el Laberinto. Para poder escapar,
Dédalo construyó alas para los dos. Luego las adhirió con cera a sus hombros. Le
advirtió a Ícaro que nunca debía volar demasiado bajo, pues lo alcanzarían las olas
del mar y lo hundirían. Pero tampoco demasiado alto, porque los rayos del sol
derretirían la cera y sus alas caerían. Así salieron del Laberinto. La libertad de volar
fue tan emocionante, que lejos de escuchar los gritos de su padre, Ícaro voló y voló
cada vez más alto. “No quema”, le decía, no quema…pero de pronto las alas se
desprendieron y cayó abruptamente al mar, donde fue tragado por las aguas….
(La pantalla ahora es la puerta de entrada de la casa de Lopecito. Sube la pantalla
que quedará como techo de un patio desordenado, es de noche. Lopecito viene con
un cartón de vino en la mano. Visten ropas gastadas. Lopecito de zapatos, el Pájaro
de zapatillas y con una linterna alumbra a su amigo)
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PÁJARO- ¡Campeonato! ¡Como lo llamaba él! ¿Viste donde se juntan las rutas 12 y la
18? Bueno mi viejo y el amigo se tomaban doce cartones de vino. Doce, ni once ni
trece, doce. Y se largaban a cruzar el empalme de las dos rutas caminando ligero sin
parar. El que llegaba, llegaba, y el que no… “ya sabe”, como decía mi viejo. Siempre
contaba que cuando la suerte no acompañaba y quedaban tirados en el asfalto, ellos
la pasaban mejor que los otros, porque ellos sabían cómo era la cosa, pero los otros
corrían y se desesperaban. Pero ellos no. Hasta que se despertaban en el hospital y
empezaba la cosa, pero ya los estaban cuidando, comían y todo. Mirá lo que era mi
viejo, que al hospital le decía el hotel.
LOPECITO- Porque lo atendían…
PÁJARO- No porque en vez de estrella tiene cruz. Pero roja nomás, porque para la otra
decía: “hay que esperar la orden de arriba y aunque jodamos y jodamos, acá no se
consigue”, decía… ¡Mi viejo!
LOPECITO- ¿Cuántos años hace?
PÁJARO- Dos años
LOPECITO- Qué lo parió…
PÁJARO- En este momento está haciendo dos años…Y en Tokio dos años y doce
horas…y en Oruro, dos años y dos…
LOPECITO- ¡Qué me importa Oruro… Hace dos años.
PÁJARO- Dos años.
LOPECITO- Dejame pensar…Yo hace dos años…Estaba en el barco bailando tango para
los turistas.
PÁJARO- ¿Vos, tango?
LOPECITO- Sí
PÁJARO- ¿En un barco por el mundo?
LOPECITO- ¡No! En el delta. Les vendían el paquete: la cena, el show, y la vuelta en
barco, ocho pesos. Todo fino ahí. ¡Uh…ni me hagás acordar! En los días feos
vomitaban todo el salón y nosotros bailábamos igual. Patinábamos. (Levanta el cartón
de vino) ¡Cero ochentaicinco la unidad, el pack de diez, siete cincuenta. Acercame el
vaso te sirvo. ¿Cómo decía el doctor tuyo?
PÁJARO- Bueno, no…tordo, tordo recibido no. Era medio enfermero, pero lo atendía a
mi viejo cuando caía atropellado.
LOPECITO- ¿Cómo decía? ¿No hay que tomar?
PÁJARO- No: “No estoy tomando”. Pero hacela completa: (Toma un trago y dice) En
este momento no estoy tomando...no estoy tomando”
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LOPECITO- En este momento no estoy tomando…no estoy tomando… Yo con tal de
tener a la japobesa en mis brazos, cualquier cosa.
PÁJARO- Me parece que no tenés que tomar más porque te está resbalando el pico.
Japonesa se dice.
LOPECITO- Japobesa
PÁJARO- Ja-po-ne-sa!
LOPECITO- ¡Jacobesa! ¿A mí me lo vas a decir? Si yo le puse así…Sí, era japonesa, o
hija de japoneses, pero criada en Córdoba.
PÁJARO- ¡Ah! ¿Era una novia que vos tenías?
LOPECITO- “Quejas de bandoneón”, bailábamos. Desde que nos separamos nunca
más lo pude bailar…Yo escucho el primer compás de ese tango y esté donde esté me
quedo tieso. ¡El primer acorde es como un serrucho que me corta las piernas!
PÁJARO- Bueno, vamos…serrucho, que vas a manchar con sangre el carro.
LOPECITO- Perdoname…Me fui. Me fui… ¡Vamos!
PÁJARO- Bueno vamos. Pero cuando volvamos me la mostrás y me pongo a entrenar.
LOPECITO-Estás loco vos. Con lo cansado que estamos.
PÁJARO- ¡Justamente! Si lo mío es la resistencia. Cuanto más cansado esté más tengo
que rendir.
LOPECITO- Dejate de joder con eso. No vas a aguantar. Te vas a enfermar.
PÁJARO- Ya me pasó dos veces tener ilusiones y eso es lo que más me gusta. Mirá… la
última vez venía entrenando por la avenida larga y yo le calculaba que cada
veintinueve o treinta pedaleadas levantaría la cabeza y me encontraba con la luz del
alumbrado. Y agachaba la cabeza y le daba parejito: Veintiocho, veintinueve, treinta,
¡Pin…!
LOPECITO- La luz…
PÁJARO- ¡Vos sabés que no! Vos sabés que veo donde estaba la luz del alumbrado,
estaba saliendo el sol. Y digo: “No puede ser, son las diecisiete cero de la
madrugada…” Y no va que veo que al sol se le estaba arrimando un chabón con alas
de cera que me miraba y me decía: “Arrimate, flaco… No quema, arrimate…” Yo lo
miraba fijo y el flaco me confirmaba “No quema…” No va que dos o tres días después
iba en el colectivo y me pareció verlo por la base aérea. ¡Andaba todo chamuscado!
LOPECITO- ¡Dejate de joder! Vos me hacés acordar…No qué me vas a hacer acordar…
Bueno despacito que están todos durmiendo.
PÁJARO- Durmiendo…Pensar que antes yo no podía dormir porque no tenía sueño y
ahora no puedo dormir porque tengo sueños… ¡Faa, el versito que me salió!… ¡No en
serio! ¡Es así!
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LOPECITO- Bueno, vamos…
PÁJARO- Yo tengo un sueño y lo voy a cumplir. Para eso entreno y entreno.
LOPECITO- ¡No…! Vos lo que tenés que hacer es mentalizarte.
PÁJARO- Yo tengo que hacer lo que tengo que hacer. Una vez que empiece, ya está.
No paro más. Yo no nací para esto. Yo sé que hay otra cosa. Yo le he visto. Y este es el
momento. Vos estás como todo el mundo que me dice “Que no vas a poder…que te
vas a enfermar...” Como la muda, que me lo repite y me lo repite y me lo…
LOPECITO- ¿Quién es la muda?
PÁJARO- Ya te dije…La muda, la dueña de la pieza…Muda de mierda, que como no
habla me escribe papelitos. ¡Me tiene podrido con los papelitos! ¡Que pague la
vianda! ¡Que si no abona la pieza, retire sus cosas! Que luego de las veintidós no
encienda las luces…Por culpa de la muda de mierda hace un año y medio que entreno
en la pieza con la luz apagada. Solo.
LOPECITO- ¿A oscuras?
PÁJARO- Y solo.
LOPECITO- ¿Y vos que necesitás para hacer lo que tenés que hacer?
PÁJARO-Tengo que recibir la carta de la Asociación Panamericana, donde me diga que
cumplo todos los requisitos y que me aceptan como competidor. Entonces me
mandan cinco veedores, un representante de la Confederación, y otro de la Dirección
de Deportes.
LOPECITO- ¿Qué veedores? No hacen falta. ¿Cuántas horas tenés que pedalear? ¿Seis,
ocho, diez?
PÁJARO- ¡Ciento treinta horas!
LOPECITO- ¿Ciento treinta horas? ¡¿Y vos probaste cuánto aguantás?!
PÁJARO- ¡Claro! Si yo prácticamente ya estoy. Yo te corro en la arena, en los yuyos, te
ando en las confiterías cuarenta y ocho, setenta y dos horas de largo, para ver si
aguanto sin dormir. Pero lo mío no es batir el récord de permanencia en bicicleta y
nada más. Lo mío es otra cosa… ¡yo lo vi a Mojarrita Agüero batir el récord de
permanencia en agua, atado de pies y manos, comiendo guiso carrero y durmiendo la
siesta en el agua!
LOPECITO- ¿Abajo del agua?
PÁJARO- ¡Si señor!
LOPECITO- ¡Agarrame las pelotas!
PÁJARO-Yo vi algo más que los otros. Yo era chico y no sé cómo pero me dejaron
entrar. Esas cosas buenas tiene la gente común. No me pidieron nada, ni carnet, ni
autorización. Entonces me quedé colaborando con ellos y al ratito me dieron para que
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lo untara con grasa de pescado. Porque después de tantas horas se empieza a pudrir
la piel. Y yo veía como la mayoría de la gente venía a ver cómo Mojarrita se daba
vuelta en el agua y mostraba que estaba atado de pies y manos y flotaba. Pero yo no.
Yo veía otra cosa. Por eso yo siempre digo que la gente tiene la peor ignorancia: la de
creer que lo que se ve es todo lo que hay para ver… ¡Y no!
LOPECITO- ¿Cómo no?
PÁJARO- ¡Claro! No viste que cuando querés comprarte algo y no podés, lo empezás a
ver por todos lados y decís: ¡Pero la puta madre lo tienen todos…!
LOPECITO- ¡Siii…! ¡No me hablés... ¡La reputísima madre!
PÁJARO- y antes de que se te que ocurriera no lo veías por ningún lado. Pero estaba.
¡Vos no lo veías!
LOPECITO- Sí… ¡Si, tenés razón! Si yo a veces para ver, tengo que cerrar los ojos.
PÁJARO- Mirá, esto es difícil de explicar. Tenés que probarlo. Una vuelta entrenando
me di cuenta de una cosa: Cuando estás más de dos días sin dormir la cabeza te
empieza a funcionar de otra manera. Al principio cuesta, te da bronca, el sueño duele,
no te podés aguantar ni a vos mismo. Después flotás en una nube. Te das cuenta que
no sirve para nada tener vergüenza, no sirve para nada mentir, no sirve para nada
tener cosas y ya no hay drama con los papelitos de la muda porque ella y vos son un
puntito en el universo…Menos que eso. Y te das cuenta que lo que decís, lo decís con
el corazón, porque la cabeza, para hacer trampas y fabricar mentiras tiene que estar
bien descansada. Y yo pedaleo…y pedaleo… Y me doy cuenta que puedo seguir así,
más y más. Y ahí está el peligro, porque batir el record a esa altura, ya no me importa
y no me asusta nada. Ni morirme, porque la vida es una cosita insignificante que no
tiene ese valor gigante que le da la gente que duerme.
(Lopecito se ha dormido pero reacciona y lo toma de un brazo)
LOPECITO- Te entiendo. Claro que te entiendo. Te pasó exactamente lo mismo que me
pasó a mí la noche de “La Cachila”. Una noche yo también estaba distinto. Sentía
distinto. Estaba en la milonga me arrimo a la barra, pido una copa, y cuando el pibe
me la va alcanzar lo rozo apenas con la mano y ¡Pahh! Lo patié, le di electricidad. Tiró
la copa a la mierda. El dueño del boliche lo miró fiero para que me sirviera otra y el
pibe mientras me servía de nuevo, me miraba cagado en las patas. La apoyó en la
barra y se corrió para atrás. No le dije nada porque yo sabía lo que podía ser: ¡Había
bailado por primera vez “La Cachila” de Arolas! ¡Por Arolas!, ¡Y quedé electrizado! Hoy
escucho “La Cachila” y quedo enchufado a la dos veinte. No…Yo sé lo que vos querés.
Yo sé…Pero Pájaro, a un tipo como vos o como yo no nos va a llegar ninguna carta de
ninguna asociación.
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PÁJARO- ¡A mí me va a llegar! ¡Si yo escribí!
LOPECITO- No. Te vas a morir esperando. Sabés la cantidad de gente que yo conozco
que murió esperando. Para mí es la principal causa de muerte, más que el cáncer y
los accidentes. Y es la peor de todas, porque te mata de a poco. Yo los veo, siguen
andando por ahí, pero están muertos. Los mató esperar. Hay otros que se van a currar
afuera. Ellos dicen que se van a currar, pero se van a curar. Allá se sienten señores…
Pero yo no quiero calmantes, yo quiero ser un señor acá. Y vos tenés que serlo acá,
por vos. Yo antes también practicaba…sacaba algunos pasos nuevos. ¡Pa la gilada del
tango! ¡Pa que vean! Ahora no, ahora camino. No bailo más, lo camino al tango. Para
sentir que me llega de adentro.
PÁJARO- A mí me va a llegar la carta… ¿Bueno decime dónde está?
LOPECITO- ¡No! ¡Pará! ¡No, qué te va a llegar! ¿Sabés qué te va a pasar a vos? Lo
mismo que a esa mina de la milonga que había soñado toda la vida casarse vestida
de blanco. Pero como no tenía un mango empezó a trabajar de puta para comprar el
vestido. ¡Cuando tuvo la plata ya no necesitaba el vestido! ¡No esperés a nadie!
¿Quién te tiene que autorizar qué? ¡Vos podés ser un señor acá! Yo ya no puedo…No
puedo más. Yo tengo pedido en vales el sueldo de julio, agosto septiembre y octubre
del año que viene. Hasta octubre del año que viene me lo comí todo. Pero vos estás
cero kilómetro. ¡Si no tenés laburo! Vos no estás preso. Vos tenés autonomía de vuelo.
Vos estás parado en la largada y no escuchaste la campana. No esperés más…Las
cosas importantes de la vida nos pasan sin que nadie nos avise. ¿O vos creés que el
día que yo conocí a la Japobesa, sabía que la iba a conocer? ¿Vos te creés que yo
sabía que un tango me iba a cambiar la vida? No. Creemos que sabemos todo, pero
no. Hacé memoria. Vos podés saber dónde vas a ir hoy, pero que te va a pasar no
sabés. ¿Vos querés ir al cementerio?: Vamos. Si te querés quedar, empezamos.
PÁJARO- Bueno…mostrámelá.
LOPECITO- Mirá que es peligroso, te podés morir.
PÁJARO- ¡Empecemos!
LOPECITO- ¿Vamos? Subite
PÁJARO- ¡Traémela!
LOPECITO- Subite Pájaro, subite.
PÁJARO- ¿A dónde voy a subir? ¿A la chancha vieja?
LOPECITO- Subite, Pájaro.
PÁJARO- ¿A dónde está?
LOPECITO- ¡Buscala!
PÁJARO- ¿A dónde querés que la busque? Si yo nunca vine acá.
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LOPECITO- ¡Adentro tuyo tenés que encontrarla!
PÁJARO- Ahhhh! Ya me dijeron de tu piqui piqui. Que por eso te dicen profesor…
¡Claro!
LOPECITO- Ahí la tenés Pájaro!
PÁJARO- ¡A mí no me hablés así porque no te entiendo!
LOPECITO- ¡Vos tenés la peor ignorancia! Vos no podés ver más de lo que hay pa ver…
PÁJARO- ¿Vos decís…que ahí está?
LOPECITO- ¡Sí!
PÁJARO- ¿Qué si estiro la mano… la agarrro?
LOPECITO-¡Ahí la tenés! Boleale la pata. ¡Pedaleá! ¡Qué hacés! Con las dos patas.
¿La sentís? (Comienza a tararear los primeros acordes del Himno Nacional)
¡Vamos Pájaro! ¡Ahora sí, Pájaro ¡Acá la tenés! (Destapa la bicicleta)
PÁJARO- ¡La choreaste!
LOPECITO- No…es prestada.
PÁJARO- ¿Quién te la prestó?
LOPECITO- No preguntés…no preguntés…
PÁJARO- ¡Mirá! ¡Tiene soldadura con aleación de titanio… frenos Cantiléver! ¡Es una
Podium!
LOPECITO- ¡No te voy a traer cualquier cosa!
PÁJARO- Tengo opción de bajar por reglamento cinco minutos por hora, acumulativo
hasta cuatro. O sea que cada cuatro horas, bajo veinte minutos.
LOPECITO- No. Bajamos quince y guardamos cinco, por si tenemos desperfectos
técnicos, así no nos descalifican.
PÁJARO- ¡Bien, Lopecito! ¿Y en esos quince minutos qué hacemos?: El descanso, los
masajes, la glucosa, y arriba. ¡Vamos Lopecito, no me baje los brazos!
LOPECITO- Quedate tranquilo que yo organizo. Pensá que cuando vos estás ahí arriba
el tiempo pasa volando, pero cuando te toque bajar, un segundo es una vida. Acá lo
que importa es la disciplina. ¡Ah, ojo, nada de mujeres!
PÁJARO- ¡Mi vieja!
LOPECITO- Tu vieja sí… la traemos.
PÁJARO- Quiero que sea mi vieja la que me corone… ella me vio nacer la primera
vez…quiero que me vea renacer ahora, porque esta vez sí es para siempre. ¿Qué
creen que somos… ratas? ¡Me largo Lopecito! ¡No aguanto más! Tomame el tiempo.
Anotame en la planilla. Atento a los veedores. ¡Me llegó el día! ¡Se largó!
LOPECITO- Pará, pará… si estás de traje… y todavía no te hice el chequeo…
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PÁJARO- ¡Ya estoy chequiado! El tordo del hospital me dijo que el diámetro ventricular
de mi corazón es tres veces y medio más grande que el de cualquier persona…
LOPECITO- Vení acá, diámetro ventricular… ¡sos uno de los tres corazones más
grandes del mundo! Porque está ¿Quién está? Favaloro… ¡Vos sos uno de los tres
corazones más grandes del mundo! Pájaro estás hecho un toro! Yo te haría pata al
lado con la chancha… Vos sabés lo que es el reparto que hago yo. ¡De lunes a lunes!
Esto lo que dicen algunos que me jode para el tango. Porque el laburo mío endurece
mucho. ¡Qué saben! A mí me mata el antecedente…
PÁJARO- ¿Vos tenés antecedentes?
LOPECITO- Porque en el último espectáculo me fue mal.
PÁJARO- ¿Cómo que te fue mal?
LOPECITO- ¡Bah! Me fue bien porque esa noche me salieron todas. ¡La Jacobesa
estaba…! La tocaba y era puerta giratoria. Era una fiesta, no sabés lo que
aplaudieron. Era el último tema y me agrandé… Pero en el saludo…Ahí fue…
Veníamos todos caminando desde el fondo del escenario hacia adelante, los ocho
bailarines tomados de la mano. Yo estaba obnubilado porque eran para mí los
aplausos. Yo no sé si me parecía a mí, pero todo el mundo me miraba a mí y me
aplaudía a mí. Y bueno, la cosa fue que…llegando adelante, qué mierda, trastabillé y
como estábamos de la mano, conmigo cayeron seis al foso. Se salvaron los dos de las
puntas porque alcanzaron a manotear el telón. Que me lo querían cobrar a mí…Que
me tenso mucho dicen… que me cargo mucho… ¿Qué saben?
PÁJARO- ¿Por eso no bailás más?
LOPECITO- ¡No! Por eso no…yo no bailo más, porque… ¡No bailo más!
PÁJARO- Mirá Lopecito, en lo mío, en lo tuyo, es igual: Hay cien razones para no
seguirla peleando, pero hay que encontrar una que sea más fuerte que las cien.
¿Sabés cuántas veces hubiera dejado de entrenar? Pero yo nunca. Todos los días,
todas las noches. Es como dice Pocho, el líder del grupo “Sensación”… Él había
compuesto quince temas, los tocaba por ahí y nadie le daba pelota. La rompió con “La
Ballena”, el número dieciséis. Y ahora no lo para nadie. “Mirá si aflojaba en el quince”
dice siempre el Pocho. Y ahora no lo para nadie. Treintaiún shows hizo una vez en la
misma noche. Y era un lunes, estaba lloviendo… ¡Y jugaba Argentina esa noche! Y lo
mismo llenó todo. ¿Vos viste lo que es “La Ballena”? ¡Es un temón! ¿Vos lo
escuchaste?
LOPECITO- Si todo el país lo escucha. Nos tienen las bolas cuadradas por la radio
PÁJARO- Pero qué tema. Porque el mismo Pocho les hace la letra y la música…Tunga,
tunga, tunga tunga…
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LOPECITO- ¡Terminala con el Pocho ése!
PÁJARO- Es que Pocho tiene un temón entre las manos, y si vos tenés un temón, tenés
un temón (Comienza a bailar y cantar con paso cuartetero: La ballena,la ballena)
(Lopecito se resiste, intenta un paso de tango, hasta que de pronto se miran
enfáticamente)
PÁJARO- ¡Mirá si estamos!
LOPECITO- ¡Mirá si…!
AMBOS- ¡Mirá si estamos en el quince!
LOPECITO- ¡Estamos en el quince! (Cantan y bailan hasta que se apagan las luces. Al
encenderse nuevamente, Lopecito duerme y el Pájaro está tirado con la bicicleta
arriba de su cuerpo)
PÁJARO-¡Lopecito, Lopecito! ¡Ay! Se me cortó la alegría, me parece que me fundí
LOPECITO- ¿Qué hacés Pájaro? Buen día
PÁJARO- ¡Sí! ¡Confirmado! ¡Estoy fundido!
LOPECITO- ¿Qué hacés ahí? ¡El record!
PÁJARO- Te dije que no me abandonaras…Las primeras 48 horas son fundamentales…
Después las piernas van solas… ¡Me van a descalificar! ¡Te dije, te dije! Me van a
descalificar…
LOPECITO- ¡No si te hice guardar cinco minutos…! ¿Te acordás? Que descuenten…
Tenés que juntar fuerzas de algún lado… ¿Te acordás lo que decía el campeón?
LOPECITO-¡Ehhh! Estás todo acalambrado. Aceite esmeralda te voy aponer…Y
corcho…esa no la tenías
PÁJARO- Seguí acumulando corchos, nomás.
LOPECITO- No…si tomo de cartón...Los junté para vos. Si hay corcho, no hay
calambre. ¡No la tenías a esa!
PÁJARO- ¡Me abandonaste!
LOPECITO- Aflojá. Descansá Pájaro, shhh…Pájaro… ¿Pájaro? (Lo acuesta sobre la tapa
del triciclo) Vení, acá está la ambulancia. (Lo cubre con una frazada) Ya va a pasar.
PÁJARO- ¡Va a pasar pal otro lado!
LOPECITO- En la próxima bajada te voy a frotar con alcohol
PÁJARO-Atendé la bicicleta. Lubricale la cadena. Mirale las gomas.
LOPECITO- Te voy a dar de comer.
PÁJARO- Por favor no tengo que comer. Entendeme. No puedo comer, dejame.
LOPECTO- ¡Me estás macaneando!. Vos me trajiste engrupido. Me dijiste :”Estoy listo”.
¡Tenés que comer carajo!
PÁJARO-Shh… No grités.
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LOPECITO- ¡Tenés que comer!
(El Pájaro se hunde debajo de la frazada, se agita)
PÁJARO- ¡Es el mejor de todos los tiempos… por primera vez puede ser campeón
olímpico…! Momentos de emoción… Lágrimas en los ojos…Multiplica sus fuerzas…No
se resigna…Hay un país atrás que espera… Se convierte en guerrero… ¡Acaba de
nacer un grande por derecho propio!
(Aparece sacádose la frazada y está vestido de ciclista con casco y todo lo demás)
LOPECITO- Pájaro… ¿Sos vos? Te entiendo. Ahora sí te entiendo. Y yo quiero lo mismo
y ahora, esta vez sí los dos tenemos la misma lucha. Yo hace años que pedaleo contra
el tiempo. Hago el reparto a los pedos para ver si adelanto los meses de sueldo, pero
nunca llego. La deuda está siempre adelante. Pero ahora no. Vos podés creer que me
pasé la vida pedaleando… pa quién? ¡No! Hay que batir el record pateando para el
mismo equipo. Todo lo que venga a partir de ahora va a ser de acá para arriba. Me
quedan dos cosas: conocer la gloria o presidir la segunda cumbre de crotos en Mar del
Plata.
PÁJARO-Yo nací para esto. Sí: ¡La gloria! Tengo que olvidarme del presente. No me falta
el aire. No me duelen las piernas. ¡No tengo miedooo!
LOPECITO-Es…la hora. Tenés que bajar…Pará…El responsable soy yo…Te vas a
quedar. ¡Pará!
PÁJARO-¡Lo vi! ¡Lo vi! El mismo sueño que se me repite de chiquito. Estoy allá en el
pueblo, voy doblando la esquina y como siempre ahí se arremolina el viento. Entonces
hago un saltito y vuelo. Al principio era un cachito. Pero cada vez aguantaba más.
Llegué a estar planeando como cinco metros. ¡Ojo! Esto era soñado, yo cuando
despertaba no sabía que había soñado. Pero una vez me desperté mientras lo estaba
soñando y me enteré. Me llevé la desilusión de mi vida… porque yo vivía convencido
de que podía volar, pero no podía. Salí a probar bajo la luz del alumbrado, pero no.
Quedé partido al medio. El tordo del hospital fue el único que me ayudó. Me dijo que
la gente de ahora no sueña. Porque toman esas porquerías para dormir y para la
depresión y entonces pierden la posibilidad de soñar. No sé qué es lo que te hace en
la cabeza que de noche no se sueña y ésos son los que hacen el mundo en que
vivimos y me dijo que no me preocupara, me dijo que siguiera en la mía. Esa gente
que me dijo el tordo inventó que todo es más importante que nosotros. Ahora yo soy
importante y las cosas no valen nada. Mirá, sin nosotros las cosas no saben qué
hacer, no existen. ¡Acá me quiero quedar!!
LOPECITO- (Abre la tapa de la chancha se ve una virgen. Reza) No es por mí…Es por
el Pájaro. ¡Pará Pájaro! ¡Paremos, por favor!
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PÁJARO- ¡Callate! Dejame.
LOPECITO- Basta. Ya está bien. Si no te bajás me voy. ¡Se nos fue la mano! No sé
porqué, pero bajate.
PÁJARO- Está bien andate. (Pedalea más fuerte)
LOPECITO- ¿A dónde vamos, Pájaro? ¿A dónde estamos?
PÁJARO- Podemos…podemos… Tenemos que poder…Si otros pudieron…
LOPECITO- Yo no puedo más.
PÁJARO- Si podés. ¡Acordate lo que decía el campeón!
LOPECITO- No sé…
PÁJARO- Sí sabés. ¿Que decía el campeón cuando lo estaban cagando a palos?
LOPECITO- Me estaban cagando a palos…
PÁJARO- ¿…Y la sangre qué?
LOPECITO- …la sangre no dejaba ver…
PÁJARO- … ¿y si perdía?
LOPECITO- …y si perdía tenía que volver a juntar cartones… ¡No, cartones no! Yo no
quería volver a tirar del carro.
PÁJARO- ¿Y qué pasó?
LOPECITO- ¿Qué pasó?
PÁJARO- ¿Qué pasó?
LOPECITO- ¡Saqué una mano como con carro y todo!... ¡Ahhh!
PÁJARO- ¿Entendés ahora?
LOPECITO- Sí. Entiendo. ¡Y la otra en la pera! ¡Pumm!. Para arriba. De ahí al hospital.
Nunca más lo ví al negro. Yo quería pedirle disculpas, viste, porque no fui yo el que le
pegó: Le cayó encima el peso de mi historia. Como vos, Pájaro, como nosotros. Porque
vos tenés los guantes en los pies.
PÁJARO- 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10… ¡Ciento diez horas! ¡Ya casi estamos!
LOPECITO- ¿Qué?
PÁJARO- Ciento diez horas… ¿Cuánto me falta?
(Van bajando del escenario por una rampa y siguen corriendo por el pasillo)
LOPECITO-¡Ahh! ¡No! ¡Ciento veinte horas Pajarito! ¡Diez más y lo batimos! ¡Y nos
pasamos un cachito por las dudas! ¡Oí… está empezando a llegar la gente! ¡Hay que
prepararse! ¡Ah! ¿Ahora creen en nosotros, no? ¡Ahora vienen! ¡Vengan a ver lo que
es bueno! La ambulancia va bien pegadita a la salida del circuito. Saluda a su público,
es coronado por su madre y se va triunfante a cumplir la cuarentena. El milagro
Pajarito… ¡Y acá… como quería yo, acá! ¡Vamos todavía! Organicémonos. ¿Cuántos
grupos musicales son? No. Uno y uno. Uno de cumbia y uno romántico porque el
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campeón es romántico. Ah y los dos me preparan “La Ballena” ¡Cosas lindas Pajarito…
Pensá en cosas lindas!
PÁJARO- No tengo…
LOPECITO- ¿Qué no vas a tener? Mirá…Mirá como te quiere la gente. Mirá como te
vienen a ver. ¿Vos decís que no tenés nada? Vos tenés la máxima. La que no se puede
comprar. A lo tuyo ni se le puede poner precio. Hay que hacerla Pájaro. Vos sos único.
Estos, todos éstos son un número. A partir de ahora vos sos el Gran Pájaro y yo tu
manager y amigo personal. Los demás son la masa. Nosotros zafamos, Pájaro, ya no
estamos más con la bandada. ¡Mirá cómo nos ven planear los giles! Está viniendo
todo el país, todo el jet set.
PÁJARO- ¿Jet set? ¿Mojarrita está?
LOPECITO- Sí, debe estar.
PÁJARO- ¿Está o no está?
LOPECITO- No... No lo veo.
PÁJA RO- ¿No llegó?
LOPECITO- Quien sabe lo que le habrá pasado.
PÁJARO- ¿Se habrá enojado?
LOPECITO- ¿Por qué?
PÁJARO- El me dijo que nunca tomara ninguna pastilla. Me lo repitió mil veces. Me dijo
que pensara sólo en la planta del pie y en los pedales. ¿Vos no me pusiste ninguna
pastillita, no?
LOPECITO- ¿A dónde? ¡Pero no! Se debe estar empilchando. Pensá en otra cosa. Pensá
en el futuro.
PÁJARO- Yo no sé si tengo futuro… pero tengo un pasado. ¿No llegó? Dejame solo.
LOPECITO- Estamos solos.
PÁJARO- Dejame solo con Mojarrita. Él me va a entender.
LOPECITO- ¿Cómo con Mojarrita? ¡No! No me hagás esto ¿Ahora vas a aflojar? ¿Qué
te pasa?
PÁJARO- No puedo más…No puedo más.
LOPECITO- ¡Llorá! ¡Te va a hacer bien…la puta madre! Vos sos una de las mentes más
grandes del mundo. ¿Por qué quién está, vos, yo…? ¡Somos las mentes más grandes
del mundo!
PÁJARO- Sacame los zapatos…
LOPECITO- Está bien. Pero que quede claro que soy yo el que te los saco, no Mojarrita,
yo…Lopecito.
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LOCUTOR- Faltan escasos minutos para que este hombre nacido en nuestras calles,
sea el único en el mundo que tenga esta proeza. Vemos a un costado del escenario la
ambulancia que trasladará al atleta… ¡Perdón! Pero se abre paso ayudada por los
amigos del ciclista… ¡La madre del ciclista! ¡Está emocionada! Ya está llegando al
estrado. Se está acercando…gente de la organización le alcanza la corona…está todo
dispuesto… El público observa emocionado el encuentro entre los dos. Está allí su
manager y amigo personal…testigo entrañable en esta vigilia…10,9,8,7,6,5,4,3,2,1,0
¡Siiiiiiii! ¡Tiempo! ¡Lo ha logrado! ¡Gracias Pajarito! Está ya aquí con nosotros. Será
coronado por su madre, con la presencia de Autoridades, amigos y gran cantidad de
público. ¡Gracias Pajarito! Pajarito es argentino…es nuestro.
LOPECITO- ¡Lo batimos Pajarito, lo batimos! ¡Pájaro está la gente… mirá como estás…
(Está muerto) ¡No podés quedarte ahí…Tenés que saludar…
LOPECITO- ¿Qué era lo que vos querías? Vos no te podés ir, Pájaro. Si vos lo hiciste…
Vos no me podés dejar.
FIN
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